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PUNTO oma GA estamos ante el fin del arte? constituye el volumen 5 de la monumental «Sociologia del arte» que Ediciones Gua darrama publica ahora en Pun- to Omega, Colece iversi tarla de Bolsillo, Esta obfa, que corona la ex traordinaria labor investigado tay creadora de Arnold Haw ser, se basa en sus trabajos an teriores, y prineipalmente en ol aparato conceptual. presentado en su «Teorias del arte» (Pun. to Omega, num, 53), Aunque los Conceptos fundamentales se conservan en lo esencial, las ideas del autor han sufrido una evolucion que no puede por menos de manifestarse en esta obra cimera, Asi, por ejemplo, la separacion entre el marxis- mo politico, .que le permite depurar la teoria de_ ciertos lastres metafisicos, la. interpre. n_ del materialismo histo: 0 en el sentido. de ampliar el concept de. infraestructura ara dar eabida a, elementos cacién matizada del distéctico, que “le ‘conduct a negar qué todo proceso. histo: rico haya de ser necesariamen te tico, Obra de plena madurez, en.la que el autor nos da lo mejor de si mismo, y la cual quedara sin duda como la primera obra clasica de sociologia del arte, Guadarrama ay 1 r= eee ECT AMOS — Sociologia del arte 5. Estamos ante el fin del arte? Segunda edicién Seccién: Ciencias sociale. Numero: 244 (Ours obeet de Is mime secis Ac Hauser: Historia socal de la trata y el artes (P.O. 19, 207 21) J. Sovell: Los evatro soles. Origen y ocato de las culturase @0. 7. Ade Tocqivile: La democracia en Améticas (P.O. 74) E Mace Final ener (BG TT i: egQue es lloslie polteasy ( capital occdenal dela poste (P.O. 109) E. Rois Garcia: cAmésea Lation hoy» (PO. tit y 119) sel comp del istria de Ranke 4 Toybece J de Castro: «Geopolitica del hambres (P.O, 140 y 141) L. Bonilla: «Las revaluciones espaiolas en el siglo xvi» (P.O. 148). F Bp econo dees poe sin magus G-Duncan Mitchell: Historia de la sociologlan (P.O. 148 y 164). EL Lefebvre: «Marse (P.O. 172), M, Berthold: «Historia social del teatro» (P.O. 177 y 178). A. Hauser: ofrece Ia cultura una unided més o menos conexa, bien siempre variable y comglej. No obstante, la negativa a edmitir que crisis como a setual signifiquen el fin del arte no implica en modo slguno que sea éte temporal e imperecedero. Igual que tuvo un principio puede tem bidn alguna ver cesar de existr. Si se reconoce que surgié de It ‘magia y del culto, es posible también admitir que pueda trans formarse, por ejemplo; en eonocimiento y saber. Pero lo que no puede aceptarse es la posibilidad de una prediccién, de emo y, ceuindo pasard de un estado al otro, o le hipétesis de que Ia elenela ala que pudiera coder desempefaria el mismo papel que deempen el arte y, en cierto modo, ain sigue desempefiendo. En su calidad de arte, la magia también dejé de ser mero encantamiento, aunque siguié utilizindose para fines mégicos. Ya no era el mismo animal 1 que al mismo tiempo ojercia un efecto mégico y estéico en la pintura paleolitca. Por muy unidas que estuviesen ambas funciones, nno se desvanecleron enteramente. La respuesta a 1a progunta por 840 In progresin del arte en una direceién determinada no es nunca un sf 0 un no definitive. Tampoco excluye con gesto claro lo mis, remoto ni enmudece sencillamente, por mucho que tema también dar una respuesta. Por mucho que se abstenga de darla, no puede hhablerse en realidad del mutismo definitivo del arte mientras este mismo se presente problemético como una articulacién defectuosa, El impulso decisivo a 1a problemética del arte del presente se Jo dio el hundimiento del humanismo Uberel. Las fuerzas produe- tives materialmente condicionades y sus correspondientes métodos de preduccién en el eapitalismo avanzada no pudieron impedit la {nflueneia benéfica del humanismo y del liberalismo en el arte y en Ia cultura. Donde ol individuo plerde sa dignidad y soberania en la sociedad de masts, y la obra de arte no pierde su aureola de singularidad y unieidad hasta que ee convierta en una mereancta ‘enicamente reproducible. También la obra de arte mecénicamente reproducida, estereotipada, que renuncia a los rasgos peeulieres de un trabajo nico, tiene su origen en el talento y la habllidad de tun artista individual. Pero la forma final de su recepeién resulta de las condiciones del trifco industrial y del consumo masivo de Jos productos. Sus antecedentes se remontan @ la mitad del y los primeros decenios del actual. Mas la situacién se agudiza de- bido al papel ereciente desempeiado por los medios electrénicos, ye precisamente en el tereer decenio cuando se reconoce clara” mente una cisura en la evelucién artistic. El sentimiento de que Ja humanidad se hallaba en visperas de una catéstrofe se present® ye con anterioridad, y fue Baudelaire el que dio la mala noti ‘cLe monde va finir, escribia en sus Journaus intimes, «La seule raison pour laquelle il pourrait durer,cest qu'il exste»* eLe monde fest déserts, continiéa Gérard de Nerval’, y en le formula de la tclesazén de la cultura» resume Freud el agoblante sentimiento de la vide de tres generaciones. Califcar Ia situacién de ersis parece ya un término demasiado manido. Walter Benjamin no se con- form con la expresién de Adolf Loos de que un profeta como Karl ‘Kraus se hallaba en el dintel de una nueva época: erela que més bien se hallaba ante las puertas del juiclo univers Baudclice: Oeuires complies, Bd. de la Pléade, 1951, p, 1195. * Garand de Neral: Promenades et souvent, We Benjamins Burton, Mp. 174 mal Desde la Segunda Guerra Mundial no hay ya ninguna paz en Ja terra, EL mundo se ha divdido en dos campos y se prepara para la proxima guerra. An no lee Hegado el aajuste de cuentas Finals, en tanto que los medios de destruceién ee halen reparidos por igual. Pero mientras tanto también son igualmente grandes el temor y el horror a la primera bombs atémica, que puede ser la En su ensayo La deshumanicacion del arte deca Ortega y Gasset que, con ocasién de reribir un artculo sobre Debussy, habia Hegado ala convccén de que ol camino mis coro para la sole de su cometdo era el socoligico y que tenia que partic de la Im. popularided de la misica nueva. Vela muy bien que todo estilo ‘nuevo since con un perio de impopularided, pero el arte del presente, decia, no es sélo impopular sino también entipopuler, decir, dingo intencionelmente contra los inatntos de su pic bico potencal. La mayoria de los interesadoe no entiende el arte nuevo, en contreste con qulenes rechezabsn el Hernani de Victor Hugo, por ejemplo, precisamente porque vlan claramente To que pretendia el autor. En el fondo tenfa raain Ortega y Gasset, slo Se equivoed en que tenia por un fenémeno modemo la separaciin del piblieo en personas entendidas en el arte y en persons inea- paces de jzgarlo. También erraba en su airmacién de que el arte verdadero tba diigido desde el romanticsmo & una minorie colta Y especialmente dotada. Diferenciaba le actitud negativa ante el arte nuevo como el repudio de abras que se entenden pero que no gustan en relaién con ol eomportamiento ante obras artisticas que uno es incapez de juzgar y por las que se siente humillado, De esta suerte no incluy6 en el ellelo el grupo mis exteso del pcblica antistico potencal, saber, la gente que no slo no comprende del arte radicalmente nuevo sino. que ni siguora sospecha que se pierde algo digno de comprensién. Después de haber pasado s- los enteresdicéndoles alas matas que ella partieipaban direct mente en el arte, ignora Ortega In diferencia inconmensurabe entre Ja gente a quien se puede engafar con esta afiemaclin y el némero de quienes viven fuera del émbito de lo estétio y queen excluidos de las verdaderasvivencies attics En el sentido que aplicamos aqui, el arte es producto de aquellos factores de ln econcmiay dela sociedad que determinan siempre Ia cultura en perte, aungue nunea en modo despreciable. Dependen slempre de los medios de expresién,instrumentos de trabajo y apa saz ratos dads, y estos son creaciones reflejs més evidentes de las condiciones soccecondmices objetvas quevel esto de sts compo nentes. Fn el perido a que nos referimos agul som producto de la industria capitalist avanzada, en su mayor parte eletréniea, Ins trumentos como les aparstes de radio y tlevisién no son de por si medios de comunieacién indiferentes, sin culpe en muestra ml- seria, los cuales, segin los apiquemes, conlleven dafo o provecho. Somos tanto sires como escaves suyos. Constituyen parcelas de le realidad que nos rodes, que determina nuestra. posiblidades, indica la ditecién y lites de nuestros objetvs; son productos ¥ sintomas de le economia industrial meoanizada en su estado final a criss del ate culmina con ells a finales de los aos sesents, {A excepcisn de un peqvetio nimero de estes, ltimos rezagados de los antiguos amigos del arte, nadie cree ya en la obra de arte como portadora de un menseje vilido 0 como precursora de un futuro prometedr. Los artists se deseperan ante el arte y preven su fin, no slo porque el ptblico sea incapaz, en su mayer parte, de jwzgarlo comectamente, sino también porque tanto el consumo como la preducein de los artefactos que furan como aristices son formas expresvas de la tecnologia colocadas de anterano mais allé del arte, formas alienadas de la vida real y alejades de la verdadera cultura dominadora de la praxis, manipuladas por los gerentes de In economia, El consumider no elige al decdise por ‘uno w otro producto; Ia economia lo elige y determina lo maim aque al productor, yaeslenta o protest, eolabore o pretenda eics- parse. También ia demands es un artelato y no la expresién de ‘na necesdad espontinea. La erss del are se evidenca igualmente en la rigier, insufciencia y esteriidad de la recepeién y de la preduciin, Hlesta le oporcién contra el arte manipulado ex més © menoe manipulada y ocurre en circunstancias artifcielmente creadas. En un mundo edministrado como el nuestro nadie es en- teramente libre; frente a cada cual se hella un eparato que fun clona mectnicamente; nadie es duefo abscluto dl aparato selec- Glonado, impuesto ms blen que elepido. Como méximo se puede encender o apagar la radio o ln televsin, y esta accl6n ocurre también bajo clrta especie de coacin. Generslmente se encenle el receptor antes y se apaga despus, tal como sequela y debi I sentimlanto de que ses al mismo tempo dueto y exiavo de os artefactos y de-que el arte no cumple ya con su antigua funclén en el mundo de la economia atamenteindustilizada del m3 {ntercambio de mercancias, no se manifests por primera vex en la ara de Ia tecnologia electrics, En uno desis cross te 1004 decia Virginia, Woolf que el hombre hacia 1910 habe comet Sep co lau dr, ee ta, ut tn abi deja de ser paral lo que hasta entonee abla sk 2 Fendneno del arte ‘oinente xno ssa 4 ninguna vivencia comunitari eté vineulado de mote mart fsso al hundimiento dela burgess, todavia unitaiey aan eando era portedora de Ia lstracion y del neodlasiiono, Ee ie uesonable que la estructura de Ia barguesta, en cuanto clce {ue mucho més compacta prinplos del romanticamo subj vite que después, y que le deoogl raclonalstabjtive ons stima del emocionlismo, Pero lo disutible ell reeled socal fe tan firme, ton homogénesy, sla mire bajo ef specie oe 4a mie, tan total como gustaba de pintarla el desekone ase 4 fu alejando considerablemente de esta idea en el oo de Tee ‘Mos posteriores, El tedium vitae del romantelsmo, el dégout de Baudelaire el crecente extraBamniento de los simbolts ya repugnanea pee vide de los existenilistas son sintomes de la rotate cade veh tds agua, contra les condiciones de existencla de I tpece men derma, época que arranea las formas de vide y les selacones ay produccién del equllrio entre subjetivided y cbjetvidad. tee des fuerras mundiaes, el faci, los eampor de cones each desengao que pred | buy en modo lguno u slilonar x poBlemas sien hake de classe agin en vrminon gener con Ia mayor nioed socal, Todor estos hachoreincubaron al msn el leno general redvjeron el concept de concur de ‘omiin denominador. Laverda, le magus y I des include ets ceunstael enpaparn lane o et Lado el sentiment dela vids dele contemporiners,Y coms at honenia y repugnante se hace o amenasaba con hte tuscén, con tanta més faded se reuneaba al cose pedia ober el arte. Puc aunque Filer, y Aimee oe, ¥ Guernica, Saline Hitohima tompoceigenton ol fda 7 tampoco se comprende por qu catistfs de tal magated de * Vieunla Woolf: The Common Reader, 1905, a bieran serlo, si es inimaginable que no hublesen influido en la configuracién del arte. En cualquier caso Jo que ain queda por cexplicar en su repereusién como evasion de toda realidad y racio- nalidad, de la sleologia y Ia Logica, de la coberencia de-un caricter y de un argumento en Ia expresién inartcalade, hermética, o en fl absurdo y en el silencio. Se admiten estas intentos de evasion ‘como sintomes patolégioas si se asiente eon Freud en que todos festamos enfermoss. Georg Lukics ve en el exlstencialismo, en ‘cuanto filosofia del pesimismo total, de Is enajenaciin y el aparta- ‘miento completos del desconsuelo y de Ia desesperacién de Ia exis- tencia humana, ef motivo particular y el germen de la eenferme- dado, que é denomina le edestruceién de la razén El exlstenealismo no es antiracional, slo es irracional, y el a-a ln rain, pero eth dominedo rina voluntad de orden Tigi que aca de un modo tanto felsgrteco y abtido cuanto mency dato ee. Puce qo, @ consecuencia de su irracionalidad, parezca a menudo discutible, pero en cl sentido de existeeilmo Toe tanto menos cuanto qoe Sein te dectrina no slo la relevancin fils sino tambien Invarttien comieran donde la rain alla, Exstencia y muerte, reacupaciin y mindo, esperanza y- deseperacon, dione Frum, size cates concen en trp aloe eos gi el pee SSniento ‘existent, son iconcbibles e infurded, pele iain, peo para la rpresentactin e Interprtadén arte de In condtn humaine son, en cambio, una lente ingatble de cx. peviercla ntercansinn, El portdor del arte digi fo exe telat, el hombre sobre por les preoupacones pre ects dele vida ira, no plea de un mato stems sino de overdo con los interees dest extensn actualy de 60 pe tenci, Lx evistenia ceupe pars lla primacl,incuestonable tes que la eenla ong. Abierta queda, sn embargo, la Interogente de qos se eatinde por sersteniem. Poste consid rare senllamente bajo el punto de vista de qu se bora ext por completo le diferencia entre eencla y substantia, como hace el rominalie, en contrate con el extenalismo’ en entido e- tlt, que hace hineapié ene deveqllrio de a dilerenca tm: tn eon el sions, ue, cambién watera, considers es Ae 1955, pp 998-416 * Georg Luks: Bl esata ala ax, elie lama 5 ‘mpulsos exstencio-rracionales reprimidos en el inconsciente como los datos animicos esenciales. El existencialismo, particularmente en su versiin heideggerlana, contrasta abiertamente a existenela diaria, en cuanto forma del ser desvirtusda por la vida social, con la existencia ontoldgiea en, el sentido metafisico. La desfiguracién afecta principalmente al hombre, quien de esta suerte plerde su subjetividad y supuesta substancialidad y se convierte, segin Ia expresin de Heidegger, en schombres, en un ser sin propiedades individuales y sit verdad Particular. Esta exposicién de le doctrina envuelve asi la pérdida de la autenticidad y de la relevancia de la personalidad, que forman parte de as condiciones esenciales del verdadero arte. Niel existencialismo ni el psicoandlisis se conforman con los hhechos empiricos, ambos quieren dar al mismo tiempo normas de conducts, Parten del estado preponderante de desazén e insatisfac. cién y coneuerdsn en que primero hay que aclarar la situacién en que uno se encuentra, observar les problemas y resolverlos prac: ticamente, En ello hay que evitar ante todo los peligros de las ilusiones y los engefios de la vida, Ambos son realists por sus ob. jetivos, subjetvistas. por su origen, si bien conciben su realismo en un sentido mas limitado y su subjetiviemo en un sentido mis amplio de lo que suele permitir la dlléetiea del sujeto y objeto El estado de subjetivismo, de soledad y exelusivismo, es para ¢l existencialsmo el destino genera, eterna e invariable del hombre, |e condition humaine sin mis, Las representantes del sentimiento existencial de la vida, tales como Julien Sorel, Fréderie Moreau 0 Raskolnikov y In mayaria de los héroes de la gran novela naturalista hhan sido arrancados de la comunidad de los hombres. Como la de ‘us antecesores, su exstencia parece ser en gran medida atemporal, invariable, natural y fatal. En calidad de caracteres esenciales y ‘uténomes no es en la accién reciproca eon el préjimo donde devienen lo que son; en cierto modo siguen siendo lo que siempre fueron por su sangre y sus instintes. En este respecto los princl= pales escritores del presente denotan wna influencia decisive, aunque ro exclusiva, del exstencalismo, Los personajes de Proust, Camus, Kafka, Joyce y Musil, por ejemplo, pese a su esencia ontologica: ‘mente determinada, més invariable y fatalista que la de sus. an- tecesores, actian en un mundo histériea y loealmente variable y en la sociedad tniea y singular para la que han sido concebidos como representantes tipicos. Las figuras de la «novela nuevas, al estar 6 condiionadas enteramente por el sentimiento de la vida y le ideoioga del exstencialismo, permanecen, por el contrario, ence- trades en un espacio y um tiempo abstracts, se desenvuelven como fnarionetes, sin un objetivo aparente, Su exstencla esteretipeda, rlizaa, coresponde a un mundo sin substanci, hundido en fn nada, mundo en donde se mueven también los personaer de Beckett Puede que el existencalismo sea anticuado insgnfcante como dostria Floste, pero en conexon con el arte presenta una ideclogla mareadamente progressta, euya inflencia ha sido y atin sigue slendo extimulante, paricularmente en la literature. Esta flosti, en y de por s i € Iracional, se confiema efica2- mente como vehiculo del rej artstco de la veld actual, con fu sombro sentimiento de Ie vida. Su insufcencia como te flosfca no exciuye su furcionaiento en el arte y su conservacin como erigen de creaciones potticas importante. En sentido existencal la coneiencia de un engagement, de un vineulo y debersoeiohumano, tal como lade culpa y sfriniento, fenfietoy decsdn, lucha y muerte, es una eituaion limites sin Ja cual no hay ninguna edsteneia humana ni digna del hombre ‘Mas estar comprometdo signifea en el arte no stlo utilizar In palabra para miforer las condiciones de via, sino también no ontentarse con una mentira donde no parece haber ninguna es ana, eto es, despues de Auschwitz no astwar com sino hublera Existido ningin Auschwitz. EL arte auténtico ha de coresponder fos hechos de la exstencia en que es ereado, Ya decir verded no flo por saber que ningin arte puede ser més autétio, verdadero Y redista que la ideologla de la sociedad que To prece, sino tam tien por estar convencdo de que el arte ha de contributr a fre denciim de la desdichas que aquejanaetvalmente a In humanided, Y s6lo puede hacerlo en un mundo en camino ya de su reencion, La actualided de le concepeién y deseripcin existencalisas de Te existenca dimans de Ta conciencia dele «irredimibiidad. det mundo, des sometimiento al mal y a Ia foledad, El sentido del compromiso artstico no se bash en Ta fe incondiconal en la regeneracin.y el mejoramiento de Tas relaciones interhumanas yy en el establecimiento de una situecin moralmente menos pro- bematica del individuo, sino en el sentimiento de satisfacion que conlleva la concencia de Ins obligacionssIbremente eontatdes dela weeptacién de Ta responsabilidad para con Toque sucede y 10 eT que atafe a Ie comunidad de los hombres. El erterio de la fecun- didad de vn arte comprometido no estriba en Ia soluctn de eriss conflctos, sino en combatir la ilusién de que, en medio de los peligros y bajo el signo de In catdstrofe, todavia se sigue viviendo ‘en un mundo sin peligro alguno, Campromiso significa la confirma. cin de un mensaje sin atender a su viabilidad. Se trata de tener conciencia del mundo en ver de ignorarlo, interés en vez de des ppor el destino de los hombres, sentido de la realidad en ver de iusiones, que nos alejan y enajenan de la realidad. El arte sometido a la tutela del eristencialismo no siempre logra reflejar los hechos de la existencia sin desvirtuarlos, mas no por ello sortea Ins dificultades y tranquilizaa los preocupadce. Si falsifca Ia verd no lo hase reduciendo sino ampliando el mal que se sulre. Mas Ja verdadera cuestién no estriba en modo alguno en si la repeticion de crimenes como el de Auschwitz puede evitarse con Ia obra de los artistas y si més bien no debiera abandonarse el ‘sfuerzo aperentemente initil de estos, sino en saber si esfuerzos ‘como el de sus obras son repetides en un mundo en donde fue y posible un Auschwitz, Su valor y provecho son diseutibles, pero spenas lo es su repetiblided y su aperiién, en apariencia inelu. ible, ante Ia pervivencia de los campos de concentracién y extit- paciin. El arte y Auschwitz tal vez serlan incompatibles si la ‘reacién y Ia recepeién artsticas dimanaran de la felicidad y la ale- aria de vivir y se justficasen en el placer y el goce. El arte surge, sin embargo, de Ia aficion y de la miserla, y en vex de disminuit Jos sufrimientos y necesidades del hombre, aumentan su eapacidad de suftir. En el arte, lo bueno y lo bien inteneionade no signifiean ni valen, con mucho, lo mismo. A menudo estas palabras denominan incluso cualidades opuestas y antagénicas. El arte en sl, lo mismo gue a cultura en si, no es ninguna defensa contra el mal que ame- maza a la humanided. El eonoepto de cultura como forma de dee

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