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Bronchiolitis
Bronchiolitis
Panorama general
La bronquiolitis es una infección pulmonar común en niños pequeños y bebés,
que causa inflamación y congestión en las pequeñas vías respiratorias
(bronquiolos) del pulmón. La bronquiolitis casi siempre es a causa de un virus.
En general, el momento en que la bronquiolitis es más frecuente es durante los
meses de invierno.
Comienza con síntomas similares a los de un resfriado común, pero luego
presenta tos, sibilancia y a veces dificultad para respirar. Los síntomas de la
bronquiolitis pueden durar de varios días a semanas.
La mayoría de los niños mejoran con los cuidados en casa. Un pequeño
porcentaje de niños requiere hospitalización.
Síntomas
Durante los primeros días, los signos y síntomas de la bronquiolitis son
similares a los de un resfriado:
Catarro
Congestión nasal
Tos
Fiebre leve (no siempre presente)
Después de esto, durante una semana o más se puede presentar dificultad
para respirar o un silbido cuando el niño exhala (sibilancia).
Muchos bebés también tienen una infección de oído (otitis media).
Causas
La bronquiolitis se produce cuando un virus infecta los bronquiolos, que son las
vías respiratorias más pequeñas de los pulmones. La infección hace que los
bronquiolos se hinchen y se inflamen. La mucosidad se acumula en estas vías
respiratorias, lo que dificulta que el aire fluya libremente dentro y fuera de los
pulmones.
La mayoría de los casos de bronquiolitis son causados por el virus sincicial
respiratorio. El virus sincicial respiratorio es un virus común que infecta a casi
todos los niños hasta los 2 años de edad. Los brotes de infección por el virus
sincicial respiratorio ocurren cada invierno, y los individuos pueden reinfectarse,
ya que una infección previa no parece causar una inmunidad duradera. La
bronquiolitis también puede ser causada por otros virus, incluidos los que
causan la gripe o el resfriado común.
Los virus que causan la bronquiolitis se propagan fácilmente. Se pueden
contagiar a través de las gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo
tose, estornuda o habla. También puedes adquirirlos tocando objetos
compartidos —como utensilios, toallas o juguetes— y luego tocándote los ojos,
la nariz o la boca.
Factores de riesgo
La bronquiolitis suele afectar a niños menores de 2 años. Los bebés menores
de 3 meses de edad son los que corren mayor riesgo de contraer bronquiolitis,
porque sus pulmones y su sistema inmunitario aún no están completamente
desarrollados.
Otros factores que se relacionan con un mayor riesgo de bronquiolitis en los
lactantes y con casos más graves incluyen:
Nacimiento prematuro
Afección cardíaca o pulmonar subyacente
Sistema inmunitario deprimido
Exposición al humo del tabaco
Nunca haber sido amamantado (los bebés amamantados reciben beneficios
inmunes de la madre)
Contacto con múltiples niños, como en un entorno de cuidado de niños
Pasar el tiempo en ambientes concurridos
Tener hermanos que asisten a la escuela o que reciben servicios de
guardería y traen a casa la infección
Complicaciones
Las complicaciones de la bronquiolitis grave pueden incluir:
Labios o piel azulada (cianosis), causada por la falta de oxígeno
Pausas en la respiración (apnea), que es más probable que ocurra en los
bebés prematuros y en los bebés dentro de los dos primeros meses de vida
Deshidratación
Bajos niveles de oxígeno e insuficiencia respiratoria
Si esto ocurre, es posible que tu hijo tenga que estar en el hospital. La
insuficiencia respiratoria grave puede requerir la inserción de un tubo en la
tráquea para ayudar a la respiración del niño hasta que la infección haya
seguido su curso.
Si tu bebé nació prematuramente, tiene una afección cardíaca o pulmonar, o
tiene un sistema inmunitario deprimido, observa atentamente los primeros
signos de bronquiolitis. La infección puede agravarse con rapidez. En tales
casos, normalmente tu hijo necesitará ser hospitalizado.
Prevención
Debido a que los virus que causan la bronquiolitis se propagan de una persona
a otra, una de las mejores maneras de prevenirla es lavarse las manos con
frecuencia, especialmente antes de tocar a tu bebé cuando tiene un resfriado u
otra enfermedad respiratoria. Usar una mascarilla facial en este momento es
apropiado.
Si tu hijo tiene bronquiolitis, que no salga de la casa hasta que la enfermedad
haya pasado para evitar que se propague a otros.
Otras formas de sentido común para ayudar a frenar la infección incluyen:
Diagnóstico
Generalmente no es necesario hacer exámenes ni radiografías para
diagnosticar la bronquiolitis. El doctor puede identificar el problema observando
al niño y escuchando sus pulmones con un estetoscopio.
Si tu hijo corre el riesgo de padecer bronquiolitis grave, si los síntomas
empeoran o si se sospecha que existe otro problema, el médico puede ordenar
pruebas, incluidas las siguientes:
Tratamiento
La bronquiolitis suele durar de dos a tres semanas. La mayoría de los niños
con bronquiolitis pueden recibir atención en el hogar con cuidados de apoyo.
Es importante estar alerta a los cambios en la dificultad para respirar, como
luchar para poder hacer cada inspiración, no poder hablar o llorar por la
dificultad para respirar, o emitir ruidos similares a un gruñido cada vez que
respira.
Como son los virus los que causan la bronquiolitis, los antibióticos —que se
usan para tratar infecciones causadas por bacterias— no son eficaces. Junto
con la bronquiolitis, pueden ocurrir infecciones bacterianas como la neumonía o
una infección de oído, y el médico puede recetar un antibiótico para esa
infección.
No se ha determinado la eficacia habitual de los medicamentos que abren las
vías respiratorias (broncodilatadores), por lo que no suelen darse para la
bronquiolitis. En casos graves, el médico puede optar por probar un tratamiento
con nebulizaciones de albuterol para ver si ayuda.
No se ha hallado que los medicamentos corticoesteroides orales y golpear el
pecho para aflojar la mucosidad (fisioterapia torácica) sean tratamientos
eficaces para la bronquiolitis, y no se recomiendan.
Atención hospitalaria
Un pequeño porcentaje de niños puede necesitar atención hospitalaria para
controlar su afección. En el hospital, un niño puede recibir oxígeno humidificado
para mantener suficiente oxígeno en la sangre, y puede recibir líquidos a través
de una vena (por vía intravenosa) para prevenir la deshidratación. En casos
graves, se puede insertar un tubo en la tráquea para ayudar a que el niño
respire.
Cualquier síntoma que tenga tu hijo, incluido cualquiera que pueda parecer
no relacionado con una infección de las vías respiratorias superiores, y el
momento de aparición
Información personal importante, como por ejemplo si tu hijo nació
prematuramente o tiene algún problema de corazón o de pulmón
Preguntas para hacerle al médico
Las preguntas que debes hacerle al médico pueden incluir las siguientes: