Epicure Ís Mo

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Epicureísmo

El epicureísmo es un movimiento que abarca la búsqueda de una


vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres, la ataraxia
(ausencia de turbación) y las amistades entre sus correligionarios. Fue
enseñada por Epicuro de Samos, filósofo griego del siglo IV a. C.
(341 a. C.), el cual fundó una escuela llamada Jardín y cuyas ideas
fueron seguidas por otros filósofos, llamados "epicúreos".1

Índice
Doctrina
Física
Ética
El placer y el sufrimiento
Los placeres naturales y no naturales
Los placeres del cuerpo y los del alma
Los placeres cinéticos y catastemáticos
La razón
Finalidad
El Tetrafármaco Epicuro de Samos, fundador de la
escuela del epicureísmo.
Epistemología
Religión
Política
Concepto de la justicia
El Jardín
Seguidores
Mujeres epicúreas
Obras y fuentes
Influencia
Lista de epicúreos
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Doctrina
El gusto, para el epicureísmo, no debía conformarse al cuerpo, como preconizaba el hedonismo cirenaico, sino
que debía ser también intelectual. Además, para Epicuro la presencia de placer o felicidad era un sinónimo de
la ausencia de dolor o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un
equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad o ataraxia.

Física

La física epicúrea sostenía que todo el universo consistía en dos cosas: materia y vacío. La materia está
formada por átomos, que son cuerpos diminutos que solo tienen las cualidades inmutables de la forma, el
tamaño y el peso.2 Se consideró que los átomos no cambiaban porque los epicúreos creían que el mundo
estaba ordenado y que los cambios debían tener fuentes específicas y consistentes. Epicuro sostiene que debe
haber un suministro infinito de átomos, aunque solo un número finito de tipos de átomos, así como una
cantidad infinita de vacío.3 Epicuro explica esta posición en su carta a Heródoto:

Además, la suma de las cosas es ilimitada tanto por la multitud de los átomos como por la
extensión del vacío. Porque si el vacío fuera infinito y los cuerpos finitos, los cuerpos no se
habrían quedado en ningún lugar, sino que se habrían dispersado en su curso a través del vacío
infinito, sin tener ningún apoyo o contraprotección para enviarlos de vuelta en su rebote
ascendente. Nuevamente, si el vacío fuera finito, la infinidad de cuerpos no tendría donde estar.

Debido al suministro infinito de átomos, hay una cantidad infinita de mundos, o cosmoi. Algunos de estos
mundos podrían ser muy diferentes a los nuestros, otros bastante similares, y todos los mundos estaban
separados unos de otros por vastas áreas de vacío (metakosmia).4

El epicureísmo afirma que los átomos no se pueden dividir en partes más pequeñas, y los epicúreos ofrecieron
múltiples argumentos para apoyar esta posición. Los epicúreos argumentan que debido a que el vacío es
necesario para que la materia se mueva, cualquier cosa que consista tanto en el vacío como en la materia puede
descomponerse, mientras que si algo no contiene ningún vacío, entonces no hay forma de separarse porque
ninguna parte de la sustancia podría estar desglosado en una subsección más pequeña de la sustancia. También
argumentaron que para que el universo persista, lo que está compuesto en última instancia no debe poder
cambiarse o, de lo contrario, el universo se destruiría esencialmente.5

Los átomos se mueven constantemente de una de cuatro maneras diferentes. Los átomos pueden simplemente
chocar entre sí y luego rebotar entre sí. Cuando se unen entre sí y forman un objeto más grande, los átomos
pueden vibrar a medida que se mantienen uno al otro mientras se mantiene la forma general del objeto más
grande. Cuando no son prevenidos por otros átomos, todos los átomos se mueven a la misma velocidad
naturalmente hacia abajo en relación con el resto del mundo. Este movimiento hacia abajo es natural para los
átomos; sin embargo, como cuarto medio de movimiento, los átomos a veces pueden desviarse aleatoriamente
de su camino descendente habitual. Este movimiento de desvío es lo que permitió la creación del universo, ya
que a medida que más y más átomos se desviaban y chocaban entre sí, los objetos podían tomar forma a
medida que los átomos se unían. Sin el viraje, los átomos nunca habrían interactuado entre sí, y simplemente
habrían continuado moviéndose hacia abajo a la misma velocidad.6 7

Epicuro también intuyó que el viraje era lo que explicaba el libre albedrío de la humanidad. Si no fuera por el
viraje, los humanos estarían sujetos a una cadena interminable de causa y efecto. Este fue un punto que los
epicúreos utilizaron a menudo para criticar a Demócrito.8

Los epicúreos creían que los sentidos también dependían de los átomos. Cada objeto emitía continuamente
partículas de sí mismo que luego interactuaban con el observador. Todas las sensaciones, como la vista, el
olfato o el sonido, se basaban en estas partículas. Si bien los átomos que se emitían no tenían las cualidades
que los sentidos percibían, la manera en que se emitían provocaba que el observador experimentara esas
sensaciones; por ejemplo, las partículas rojas no eran en sí mismas rojas sino que se emitían de una manera tal
que hacían que el espectador experimentara el color rojo. Los átomos no se perciben individualmente, sino
más bien como una sensación continua debido a la rapidez con que se mueven.9 10
Al contrario que sus contemporáneos, creía que el universo era ilimitado con un número ilimitado de átomos y
una cantidad infinita de vacío.11 La Tierra no era el centro del cosmos y se cree que sostuvo la forma de la
Tierra como plana como hizo Demócrito.12 13 14 También sostuvo que los cuerpos celestes eran tan pequeños
como se observaban.15 16 El epicúreo Lucrecio (siglo I a. C.) cuestionó la Tierra esférica al encontrar absurda
la idea de animales andando boca abajo en las antípodas.17 18 19

Ética

Según Adolfo Sánchez Vázquez, «el epicúreo alcanza el bien,


retirado de la vida social, sin caer en el temor a lo sobrenatural,
encontrando en sí mismo, o rodeado de un pequeño círculo de
amigos, la tranquilidad de ánimo y la autosuficiencia».20

El placer y el sufrimiento

Epicuro afirmó que es bueno todo lo que produce placer, pues el


placer, según él, es el principio y el fin de una vida feliz. Pero para
que el placer sea real debe ser moderado, controlado y racional.

Él definió el placer como la satisfacción de las necesidades del cuerpo


y la tranquilidad del alma, por ejemplo: un buen desempeño
académico le da tranquilidad al alma. Para el epicureísmo, lo malo es
todo aquello que le produce dolor al ser humano. Son las cosas que
nos hacen o nos afectan en el sentido espiritual y corporal, Epicuro
señaló que el placer no tiene que ser necesariamente un placer sexual,
sino también algo que nos produzca placer el hacerlo, como: respirar
tranquilamente en el campo o tomar helado, pero sobre todo los
placeres espirituales como la música de calidad o un buen libro
Metrodoro, Discípulo epicúreo.
también.

El ser humano está compuesto de cuerpo y alma, y los placeres del


alma son superiores a los del cuerpo. En su opinión, la paz interior puede alcanzarse al reducir las necesidades
del cuerpo y acabar con las inquietudes y temores. La ética epicúrea dice que para vivir una vida feliz, es muy
importante superar el miedo a la muerte; Epicuro dijo "La muerte no nos concierne, pues mientras existimos, la
muerte no está presente y cuando llega la muerte, nosotros ya no existimos".

Los placeres naturales y no naturales

Para Epicuro, los placeres y sufrimientos son consecuencia de la realización o impedimento de los apetitos.
Epicuro distingue entre tres clases de apetitos, por tanto placeres:

Los naturales y necesarios, como alimentarse, abrigo y el sentido de seguridad, que son
fáciles de satisfacer.
Los naturales pero no necesarios, conversación amena, gratificación sexual.
Los no naturales ni necesarios, la búsqueda del poder, la fama, el prestigio, dinero.

Los placeres del cuerpo y los del alma


Es importante aclarar que Epicuro no era dualista, es decir, no postulaba la oposición cuerpo-alma; el alma,
igual que el cuerpo, es material y está compuesta de átomos. También distinguía entre dos tipos de placeres,
basados en la división del hombre entre dos diferentes pero unidos, el cuerpo y el alma:

Placeres del cuerpo: aunque se considera que son los más importantes, en el fondo su
propuesta es el equilibrio voluntario y consciente de estos placeres, no su eliminación; no es
posible conocer el placer si no se conoce el dolor, no se disfruta de un banquete si no se
conoce el hambre.
Placeres del alma: el placer del alma es superior al placer del cuerpo: el corporal tiene
vigencia en el momento presente, pero es breve, mientras que los del alma son más duraderos
y además pueden eliminar o atenuar los dolores del cuerpo.

Los placeres cinéticos y catastemáticos

Los epicúreos dividieron aún más cada uno de estos tipos de placeres en dos categorías: placer cinético o
móvil y placer catastemático o estable.21

Placeres móviles: los placeres físicos o mentales que involucran acción o cambio. Comer
alimentos deliciosos, así como satisfacer deseos y eliminar el dolor, que en sí se considera un
acto placentero, son todos ejemplos de placer cinético en el sentido físico. Según Epicuro, los
sentimientos de alegría serían un ejemplo de placer cinético mental.
Placeres estables: el placer que uno siente mientras está en un estado sin dolor. Al igual que
los placeres cinéticos, los placeres catatemáticos también pueden ser físicos, como el estado
de no tener sed, o los mentales, como la liberación de un estado de miedo. El placer
catastemático físico completo se llama aponia y el placer katastemático mental completo se
llama ataraxia.22

La razón

Pese a que el placer es un bien y el dolor un mal, hay que administrar inteligentemente el placer y el dolor: en
ocasiones debemos rechazar placeres a los que les siguen sufrimientos mayores y aceptar dolores cuando se
siguen de placeres mayores. La razón representa un papel decisivo en lo que respecta a nuestra felicidad, nos
permite alcanzar la total imperturbabilidad (ataraxia), la cual compara Epicuro «con un mar en calma», cuando
ningún viento lo azota y nos da libertad ante las pasiones.

Finalidad

La finalidad de la filosofía de Epicuro no era teórica, sino más bien práctica, que buscaba sobre todo procurar
el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte
quedaran definitivamente eliminados.

Para ello se fundamentaba en una teoría empirista del conocimiento, en una física atomista inspirada en las
doctrinas de Leucipo y Demócrito y en una ética hedonista.

No había motivo para temer a los dioses porque estos, si bien existen, no pueden relacionarse con
nosotros ni para ayudar ni para castigar, y por tanto ni su temor ni su rezo o veneración posee
utilidad práctica. La muerte tampoco puede temerse, porque siendo nada, no puede ser algo para
nosotros: mientras vivimos, no está presente y cuando está presente, nosotros no estamos. Cuando
el hombre se libere de sus falsos temores y elija racionalmente sus placeres, llegará a ser un buen
actor.
El Tetrafármaco

El Tetrafármaco, o "La cura en cuatro partes", es una guía básica de Filodemo de Gadara de cómo vivir la
vida más feliz posible, sobre la base de las primeras cuatro Doctrinas Principales de Epicuro. Esta doctrina
poética fue transmitida por un epicúreo anónimo que resumió la filosofía de Epicuro sobre la felicidad en
cuatro líneas simples:

No temas a los dioses;

no te preocupes por la muerte;

Lo que es bueno es fácil de obtener, y

lo que es terrible es fácil de soportar.

Epistemología

La filosofía epicúrea emplea una epistemología empírica.23 Los epicúreos creían que todas las percepciones
sensoriales eran verdaderas,24 25 y que surgen errores en cómo juzgamos esas percepciones.26 Cuando
formamos juicios sobre las cosas (hupolepsis), pueden verificarse y corregirse a través de más información
sensorial.27 28 Por ejemplo, si alguien ve una torre desde lejos que parece ser redonda, y al acercarse a la torre
ven que en realidad es cuadrada, se daría cuenta de que su juicio inicial era erróneo, y puede corregir su
error.29

Epicuro propuso tres criterios de verdad : sensaciones ( aisthêsis ), preconcepciones ( prolepsis ) y sentimientos
( pathê ). Se dice que un cuarto criterio llamado "aplicaciones de presentación de la mente" ( phantastikai
epibolai tês dianoias ) fue agregado por epicúreos posteriores.30 31 Estos criterios formaron el método a
través del cual los epicúreos pensaron que obtuvimos conocimiento.32

Dado que los epicúreos pensaban que las sensaciones no podían engañar, las sensaciones son el primer y
principal criterio de verdad para los epicúreos.25 Incluso en los casos en que la información sensorial parece
inducir a error, la información en sí misma es verdadera y el error surge de nuestros juicios sobre la
información. Por ejemplo, cuando uno coloca un remo recto en el agua, parece doblado. El epicúreo
argumentaría que la imagen del remo, es decir, los átomos que viajan desde el remo a los ojos del observador,
se han desplazado y, por lo tanto, realmente llegan a los ojos del observador en forma de remo doblado.33 El
observador comete el error al suponer que la imagen que recibe correctamente representa el remo y no ha sido
distorsionada de alguna manera. Para no hacer juicios erróneos sobre cosas perceptibles y, en cambio, verificar
el propio juicio, los epicúreos creían que era necesario obtener una "visión clara" ( enargeia ) de lo perceptible
mediante un examen más detallado. Esto actuó como una justificación de los juicios sobre lo que se
percibe.34 La Enargeia se caracteriza como la sensación de un objeto que no ha sido modificado por juicios u
opiniones y es una percepción clara y directa de ese objeto.35

Las ideas preconcebidas de un individuo son sus conceptos de lo que son las cosas, por ejemplo, cuál es la
idea de un caballo de alguien, y estos conceptos se forman en la mente de una persona a través del aporte
sensorial a lo largo del tiempo. Cuando se usa la palabra que se relaciona con la preconcepción, la mente
convoca estas ideas preconcebidas en los pensamientos de la persona. Es a través de nuestras ideas
preconcebidas que podemos hacer juicios sobre las cosas que percibimos. ideas preconcebidas también fueron
utilizadas por los epicúreos para evitar la paradoja propuesta por Platón en el Menón sobre el aprendizaje.
Platón argumenta que el aprendizaje requiere que ya tengamos conocimiento de lo que estamos aprendiendo,
de lo contrario no podríamos reconocer cuándo habíamos aprendido con éxito la información, ideas
preconcebidas, argumentan los epicúreos, proporcionan a las personas ese conocimiento previo requerido para
el aprendizaje.36

Nuestros sentimientos o emociones ( pathê ) son cómo percibimos el placer y el dolor. Son análogos a las
sensaciones en que son un medio de percepción, pero perciben nuestro estado interno en oposición a las cosas
externas. Según Diógenes Laercio, los sentimientos son cómo determinamos nuestras acciones. Si algo es
placentero, buscamos esa cosa, y si algo es doloroso, lo evitamos.31

La idea de "aplicaciones de presentación de la mente" es una explicación de cómo podemos discutir y


preguntar sobre cosas que no podemos percibir directamente. Recibimos impresiones de tales cosas
directamente en nuestras mentes, en lugar de percibirlas a través de otros sentidos. El concepto de
"aplicaciones de presentación de la mente" puede haberse introducido para explicar cómo aprendemos sobre
cosas que no podemos percibir directamente, como los dioses.37

Religión

El epicureísmo no niega la existencia de los dioses; más bien niega su participación en el mundo. Según el
epicureísmo, los dioses no interfieren con las vidas humanas ni con el resto del universo de ninguna
manera.38 La manera en que existen los dioses epicúreos todavía se discute.

Algunos eruditos dicen que el epicureísmo cree que los dioses existen fuera de la mente como objetos
materiales (la posición realista), mientras que otros afirman que los dioses solo existen en nuestras mentes
como ideales (la posición idealista).39 40

El epicureísmo también ofreció argumentos contra la existencia de los dioses en la forma propuesta por otros
sistemas de creencias. La Paradoja de Epicuro, o el Problema del mal, es un famoso argumento en contra de
la existencia de un Dios o dioses todopoderosos y providenciales. Según Lactancio:41

Dios quiere eliminar las cosas malas y no puede, o puede pero no quiere, o no quiere ni puede, o
ambos quiere y puede. Si él quiere y no puede, entonces es débil, y esto no se aplica a Dios. Si
puede pero no quiere, entonces es rencoroso, lo que es igualmente extraño a la naturaleza de Dios.
Si no quiere ni puede, es débil y rencoroso, y por lo tanto no es un dios. Si él quiere y puede,
¿cuál es la única cosa apropiada para un dios, de dónde vienen las cosas malas? ¿O por qué no los
elimina?

Este tipo de argumento de trilema (Dios es omnipotente, Dios es bueno, pero el mal existe) fue favorecido por
los antiguos escépticos griegos, y este argumento puede haber sido erróneamente atribuido a Epicuro por
Lactancio, quien, desde su perspectiva cristiana, consideró a Epicuro como un ateo.38

Política

Las ideas epicúreas sobre política están en desacuerdo con las tradiciones filosóficas estoicas, platónicas y
aristotélicas. Según Emilio Lledó, Epicuro entendía la política como expansión de la felicidad, justicia,
sabiduría, belleza...42

Para los epicúreos, todas nuestras relaciones sociales son una cuestión de cómo nos percibimos mutuamente,
de las costumbres y tradiciones. Nadie es inherentemente de mayor valor o está destinado a dominar a otro.
Esto se debe a que no hay una base metafísica para la superioridad de un tipo de persona, todas las personas
están hechas del mismo material atómico y, por lo tanto, son naturalmente iguales. Los epicúreos también
desalientan la participación política y otra participación en la política. Sin embargo, los epicúreos no son
apolíticos, es posible que alguna asociación política pueda ser vista
como beneficiosa por algunos epicúreos. Algunas asociaciones
políticas podrían conducir a ciertos beneficios para el individuo que
ayudarían a maximizar el placer y evitar la angustia física o
mental.43 44

Si bien esta evasión o libertad podría lograrse por medios políticos,


Epicuro insistió en que la participación en la política no lo liberaría del
miedo y él aconsejó no llevar una vida política. En cambio, Epicuro
alentó la formación de una comunidad de amigos fuera del estado
político tradicional. Esta comunidad de amigos virtuosos se enfocaría
en asuntos internos y justicia. Se cree que la opinión acerca del
matrimonio en Epicuro es positiva y consideró las relaciones sexuales
como naturales pero innecesarias.45 46

Sin embargo, el epicureísmo es adaptable a las circunstancias, como


lo es el enfoque epicúreo de la política. Los mismos enfoques no
siempre funcionarán en la protección contra el dolor y el miedo. En
algunas situaciones será más beneficioso tener una familia y en otras
situaciones será más beneficioso participar en política. En última
instancia, depende de los epicúreos analizar sus circunstancias y tomar
Hermarco, discípulo epicúreo.
las medidas que correspondan a la situación.47

Concepto de la justicia

Epicuro también fue uno de los primeros pensadores en desarrollar la noción de justicia como un contrato
social. Él definió la justicia como un acuerdo hecho por la gente para no dañarse unos a otros. El punto de
vivir en una sociedad con leyes y castigos es protegerse del daño para que uno sea libre de perseguir la
felicidad. Debido a esto, las leyes que no contribuyen a promover la felicidad humana no son justas. Dio su
propia versión única de la ética de la reciprocidad, que difiere de otras formulaciones al enfatizar en minimizar
el daño y maximizar la felicidad para uno mismo y para los demás:

"Es imposible vivir una vida placentera sin vivir sabiamente, bien y justamente, y es imposible
vivir sabiamente, bien y justamente sin vivir una vida placentera".

("justamente" significa evitar que una "persona dañe o sea dañada por otra")

El epicureísmo incorporó un relato relativamente completo de la teoría del contrato social y, en parte, intenta
abordar los problemas con la sociedad descrita en la República de Platón. La teoría del contrato social
establecida por el epicureísmo se basa en un acuerdo mutuo, no en un decreto divino.

El Jardín
Jardín (kípos κῆπος en lengua griega) es el nombre de la escuela de filosofía fundada por Epicuro en las
afueras de Atenas, próxima a la Academia platónica, en el camino de El Pireo.48 Epicuro se estableció
definitivamente en Atenas en el año 306 a. C. (cerca de esta fecha debió de fundar su Jardín) y permaneció
aquí el resto de su vida. Para entonces, la ciudad había perdido la primacía política de la que gozaba en el
período clásico. Desarrolló en el Jardín sus ideas de amor hacia el campo (más que un verdadero jardín, su
escuela se trataba de un huerto, de un espacio rural ajeno a la ciudad),49 su ideal de vida oculta y su rechazo
hacia los planteamientos intelectuales y políticos de la Academia platónica.48 Los seguidores de Epicuro
fueron conocidos como los filósofos del jardín o aquellos del jardín.49
Coexistía con los dos principales centros de enseñanza filosófica de la
época: la Academia, fundada por Platón hacia el 387 a.C. y en
tiempos de Epicuro dirigida por Crates de Triasio, que se encontraba
al norte de la ciudad, en el olivar de Academos; y el Liceo, creado por
Aristóteles en el 335 a.C. y dirigido por Teofrasto hasta su muerte en
el 287 a.C., que se encontraba dentro de las murallas de la ciudad, en
un gimnasio próximo al templó de Apolo Licio. El Jardín estaba a las
afueras de la ciudad, en una propiedad agrícola junto al camino del
puerto de El Pireo, donde el maestro organizó una comunidad que se
sustentaba con el trabajo hortícola. Epicuro prefería vivir lejos del
ambiente urbano, en un lugar relajado para la reflexión. Por el
contrario, la escuela estoica nació en los soportales (stoa) del ágora de
la Acrópolis, y cuyos miembros intervenían en los asuntos políticos de
la ciudad.50

El Jardín ofrecía un lugar tranquilo, alejado del bullicio de la urbe, en El filósofo Epicuro según Rafael.
el que tenían lugar desde charlas y convivencias hasta comidas y Detalle del fresco La Escuela de
celebraciones (simposion). Se trataba, pues, de un lugar más destinado Atenas en la Estancia de la
al retiro intelectual de un grupo de amigos que de un lugar para la Signatura del Vaticano.
investigación científica y la paideía superior, a diferencia de la
Academia de Platón o el Liceo de Aristóteles.51

Eran admitidas al Jardín personas de toda condición y clase, lo que llegó a ser causa de escándalo. Incluía a
personas respetables, pero igualmente a gentes de vida disoluta. También a mujeres y a esclavos, lo que en
aquella época constituía un hecho inusual para una escuela filosófica.51

Epicuro impartió sus enseñanzas en el Jardín hasta su fallecimiento en el año 270 a. C., cuando tenía 72 años.
Dejó la dirección de su escuela a Hermarco, quien había sido su discípulo en Mitilene antes de la fundación
del Jardín y quien le acompañó fielmente desde entonces. Su sucesor fue Polistrato, quien fue el último
sobreviviente en haber escuchado a Epicuro. Otros epicúreos contemporáneos a ambos fueron Metrodoro,
Leontion, Colotes y Poliano, contra quienes se dirigió una pequeña obra de Plutarco.

Seguidores
Aunque no de grande importancia científica, fueron bastante numerosos los adeptos y partidarios de la doctrina
epicúrea en Roma. Los nombres de Cacio y de Amafanio son los primeros que se presentan en la historia del
epicureísmo romano, en la cual aparecen en seguida los nombres, ya más conocidos e importantes, de C.
Casio, de Pomponio Ático, de Veleyo, y sobre todo de algunos de los principales poetas, entre los cuales
sobresale Horacio, que con notable desenfado y no [406] menor franqueza se llama a sí mismo Epicuri de
grege porcum.

El epicureísmo ya se había introducido en Roma en el siglo II a. C. Entre los epicúreos de esta centuria debe
mencionarse a Demetrio de Lacón, de cuyas obras quedan algunos fragmentos, y a Apolodoro, que escribió
más de 400 libros. Este último se ignora dónde nació y se le llamó kepotirannos (tirano del jardín), quizá por la
defensa que hiciera de las doctrinas frente a las otras escuelas. Su discípulo Zenón de Sidón, quien fue maestro
de Cicerón, también escribió muchas obras. Su sucesor fue Fedro, también maestro de Cicerón y muy
estimado por este.52 Fedro tuvo una preocupación epistemológica y escribió un tratado "Peri teon" (Sobre los
dioses) profundizando en la teología epicúrea. También es reseñable Filodemo de Gadara, parte de cuya
producción figura en los papiros herculanos, que comprenden numerosas obras epicúreas. Patro fue el líder de
la escuela hasta el 51 a.C.53 Otros maestros epicúreos, Alkios y Filiscos, fueron expulsados de Roma.54 55
En el siglo I a. C. el epicureísmo era, de hecho, la filosofía en boga; y el
número de romanos que se adscribieron a la misma fue, según Cicerón,
muy grande. La persona en difundir sus doctrinas en prosa latina fue un
cierto . Las primeras obras epicúreas de Cayo Amafinio, Rabirio y Cacio
fueron los primeros tratados filosóficos escritos en latín.56 Podemos citar
también a Tito Casio, Plinio el joven, Tito Pomponio Ático y en cierto
sentido al poeta Horacio, pero especialmente a Lucrecio (c. 95–55 a. C.)
quien, en el poema De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas),
dejó una exposición casi completa y precisa de la física epicúrea.57 De
Epicuro dice Lucrecio en su obra:

E tenebris tantis tam clarum extollere lumen / qui primus potuisti


inlustrans commoda vitae, / te sequor, o Graiae gentis decus, inque
tuis nunc / ficta pedum pono pressis vestigia signis, / non ita
certandi cupidus quam propter amorem / quod te imitari aveo; quid
enim contendat hirundo / cycnis, aut quid nam tremulis facere Busto de Lucrecio, autor del
artubus haedi / consimile in cursu possint et fortis equi vis? / tu, poema epicúreo De rerum
pater, es rerum inventor, tu patria nobis / suppeditas praecepta, natura, en los jardines Pincio,
tuisque ex, inclute, chartis, / floriferis ut apes in saltibus omnia Roma.
libant, / omnia nos itidem depascimur aurea dicta, / aurea, perpetua
semper dignissima vita.

Oh tú, ornamento de la griega gente, / Que llevaste el primero entre


tinieblas / La luz de la verdad, adoctrinando / Sobre los intereses de
la vida: / Yo voy en pos de ti, y estampo ahora / Mis huellas en las
tuyas; no codicio / Ser tanto tu rival, como imitarte / Ansío
enamorado. ¿Pues acaso / Entrara en desafío con los cisnes / La
golondrina? ¿o los temblosos chotos / Volaran por fortuna en la
carrera / Así como el caballo vigoroso? / Tú eres el padre y creador
de cosas: / Sí; tú nos das lecciones paternales; / Y del modo que
liban las ovejas / En los bosques floríferos las mieles, / Así también
nosotros de tus libros / Bebemos las verdades más preciosas; /
Preciosas, varón ínclito, muy dignas / De tener larga y perdurable
vida.
Lucrecio, De rerum natura (https://la.wikisource.org/wiki/De_rerum_
natura_(Titus_Lucretius_Carus)/Liber_II). III. 1-20

Séneca, quien lo citó y defendió, demostró hasta qué punto Epicuro aún era popular en el siglo I d.C.,58 pero
entre los siglos I y II d.C., el epicureísmo entró en declive ya que no podía competir con el estoicismo, que
tenía un sistema ético más en línea con los valores romanos tradicionales. El epicureísmo fue el que más se
enfrentó con las ideas cristianas, ya que sus partidarios creían que el alma era mortal, negando a su vez la
existencia de una vida después de la muerte y que lo divino tuviera algún papel activo en la vida humana.59 A
pesar de esto, DeWitt argumenta que el epicureísmo, en muchos sentidos, ayudó a allanar el camino para la
expansión del cristianismo por su gran énfasis en la importancia del amor y el perdón; asimismo, las primeras
representaciones cristianas de Jesús a menudo son similares a las representaciones de Epicuro.60 61

Muchos romanos tuvieron una visión negativa del epicureísmo, ya que consideraban que su defensa de la
búsqueda de voluptas ("placer") era contraria al ideal romano de virtus ("virtud masculina"). Por lo tanto, a
menudo se estereotipaba a sus seguidores como débiles y afeminados. Los críticos prominentes de su filosofía
incluyen a autores como Cicerón,62 el estoico Séneca63 y el griego neoplatónico Plutarco.64 El filósofo
escéptico posterior Sexto Empírico rechazó las enseñanzas de los epicúreos específicamente porque los
consideraba como "dogmaticistas" teológicos.65 Por otro lado, Diógenes Laercio elogió a Epicuro diciendo
que «era un hombre excelente en todos los aspectos».66
En el siglo II d. C., el epicureísmo experimenta un renacimiento gracias a Diógenes de Enoanda, quien talló
las obras de Epicuro en una pared de pórtico. Tal vez en el mismo siglo debería mencionarse a Diogeniano,
que defendió el epicureísmo frente al neoplatonismo y cuyos fragmentos de polémica contra el estoico Crisipo
se encuentran en el historiador de la iglesia Eusebio de Cesarea.67 En esta etapa los epicúreos participan,
desarrollando una cierta armonización de teorías, de la característica actitud del eclecticismo.

En la Edad Media, Epicuro era conocido a través de Cicerón y las polémicas de los Padres de la Iglesia. Entre
los siglos IV y V, Epicuro fue mencionado por Palladas.68 A principios del siglo V, el epicureísmo estaba
virtualmente extinto. El padre de la iglesia cristiana Agustín de Hipona (354–430 dC) declaró: "sus cenizas
son tan frías que de ellas no se puede encender ni una sola chispa". Mientras que las ideas de Platón y
Aristóteles podían adaptarse fácilmente a una cosmovisión cristiana, las ideas de Epicuro no eran tan fáciles de
entender y no se les tenía en tanta estima.59 No será hasta el Renacimiento cuando vuelva resurgir el interés
por el epicureísmo.

Mujeres epicúreas
Dentro de la escuela epicúrea (el Jardín) se permitía el acceso a la
enseñanzas de Epicuro a personas marginales dentro de la sociedad de
la antigua Grecia, como esclavos, mujeres y prostitutas.70 71
Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero
se encontraba por encima de los esclavos. En el capítulo 12 de su
Política, escribe: «El esclavo está absolutamente privado de voluntad;
la mujer la tiene, pero subordinada; el niño sólo la tiene incompleta».
Su opinión era más desfavorable que la de su maestro Platón, quien
afirma en la República que «las mujeres son más débiles que los
hombres» pero tienen la capacidad de gobernar como cualquier
hombre.72 No obstante, ya se conocían en aquel entonces mujeres
con formación filosófica como Aspasia, Hiparquia y Areta.

La filosofía del epicureísmo no era abierta a la igualdad. En la misma


línea que el cinismo, la escuela abogó por la igualdad de las mujeres
en cuanto al pensamiento. El epicúreo Diógenes de Enoanda ofreció
dar clases a mujeres. Por otro lado, el epicúreo Lucrecio excluyó a las
mujeres en su audiencia.73 En su poema De rerum natura, Lucrecio
se refiere a la diosa Venus. En el libro I es energía erótica placentera y Pompeya Plotina, esposa del
benigna, natural y directa, y en el libro IV, urbana, degenerada y emperador Trajano, estuvo
peligrosa. Tampoco las mujeres son peligrosas en sí mismas sino las influenciada por el epicureísmo.69
vanas y locas idealizaciones de los hombres.73

La gran parte de las mujeres del Jardín eran de cortesanas. Entre las discípulas del Jardín se encuentran
Temista y Leontion, citadas por el historiados Diogenes Laercio, y varias meretrices como Marmario, Hedía,
Erocio, Nicidion y la esclava de Fedrión, quienes Timócrates afirmaba que convivían con Epicuro y
Metrodoro, además de Boídion, añadida a lista por Plutarco. Según Plinio el Viejo, las epicúreas eran
compañeras sexuales de los epicúreos y filósofas entregadas al Jardín.74 Estas fueron ambas admiradas y
repudiadas por su condición social 75 Varias mujeres epicúreas fueron citadas por autores como Cicerón76 ,
Diogenes Laercio, Plutarco y Clemente de Alejandría.

Obras y fuentes
Diógenes Laercio biógrafo que vivió en el último siglo del
epicureísmo (siglo III), dedica el libro décimo y último de su obra
"Vida y opiniones de los filósofos ilustres" a los textos epicúreos.
Según refiere Diógenes Laercio, Epicuro dejó más de 300
manuscritos, incluyendo 37 tratados sobre física y numerosas obras
sobre el amor, la justicia, los dioses y otros temas. Lo que queda de la
filosofía epicúrea está disponible a través de estas fuentes:

Tres cartas y varias máximas de Epicuro que Diógenes


Laercio reproduce en el libro X de su obra:
1. Carta a Heródoto
2. Carta a Meneceo
3. Carta a Pítocles Dentro de la escuela epicúrea se
permitía el acceso a heteras.
4. Máximas capitales
Un códice vaticano: el Gnomologium Vaticanum,
descubierto en 1887 y que contiene 81 fragmentos breves.
Una biblioteca de papiros carbonizados encontrados en una casa de Herculano que contiene
algunos fragmentos del epicúreo Filodemo de Gadara y del propio Epicuro.
Obras de sus discípulos Filodemo de Gadara y Diógenes de Oinoanda, y las alusiones de los
escritos del escéptico Sexto Empírico a las ideas de Epicuro para rebatirlas o de Plutarco,
Cicerón y Séneca para comentarlas.
La exposición de la doctrina de Epicuro realizada en el largo poema didáctico De rerum natura
del romano Lucrecio.

Influencia
El epicureísmo es una doctrina de un paganismo típicamente laico y
mediterráneo, y en este ámbito ganó gran número de seguidores que
la consideraron una doctrina verdadera que solucionaba todos los
problemas. Fue conocida por toda Grecia y Roma, y hasta llegó a
Asia y Egipto, a pesar de estar siempre bajo la sombra del por
entonces predominante estoicismo.

Entre los seguidores de las enseñanzas de Epicuro en la Antigua


Roma figuran los poetas Horacio, cuya famosa declaración Carpe
Diem ("aprovecha el día") ilustra su filosofía, y Virgilio. Lucrecio, el
epicúreo romano más importante, quien vivió durante el siglo I a.C. ,
escribió una obra, "De la naturaleza de las cosas" (De rerum natura),
en siete libros, que representa sin duda el texto más importante del
epicureísmo fuera de Epicuro. Los temas básicos tratados por
Lucrecio son la constitución atómica del universo, una teoría sobre la El sacerdote y filósofo francés Pierre
sensación empírica, la pasión amorosa, una alabanza de la persona y Gassendi es responsable de revivir
la obra de Epicuro, los fenómenos de la astronomía epicúrea, entre el epicureísmo en la modernidad
otros. Sin embargo, en contra de la creencia popular, Lucrecio no como una alternativa al
copia textualmente a Epicuro sino que se diferencia en algunos aristotelismo.
aspectos —por ejemplo, respecto a la doctrina de la felicidad—, pues
Lucrecio elabora una teoría pesimista y dramática de la vida.
Su escuela de pensamiento perduró largamente durante siete siglos tras la muerte de Epicuro; sin embargo, en
el siglo IV (según el testimonio de San Agustín) habían desaparecido totalmente las escuelas epicúreas y los
escritos de Epicuro permanecieron dispersos por el mundo antiguo, o bien en algunos fragmentos de las obras
de escritores como Séneca, Plutarco, etcétera. Fue olvidado al advenir la Edad Media, periodo en el que se
perdió o fue destruida la mayoría de los escritos de este filósofo griego a causa del rechazo que por sus ideas
experimentó el cristianismo, que no pudo adaptarlas a su sistema de creencias por la visión cristiana del dolor.

Sin embargo, a través de autores del humanismo (como Cosimo Raimondi) y renacentistas (como Pierre
Gassendi) el epicureísmo se da finalmente a conocer por toda Europa. Baruch Spinoza y John Locke, por
ejemplo, reconocieron la importancia (tanto desde el punto de vista histórico como por una cierta influencia en
los mismos escritos) de Epicuro y Lucrecio. Incluso se encuentran resonancias (o sólo menciones) del
epicureísmo en autores ya más contemporáneos como Jeremy Bentham, John Stuart Mill, Auguste Comte,
Friedrich Hegel, Marx y Nietzsche.

Lista de epicúreos
Diógenes de Hermarco de joven)
Cayo Amafinio
Enoanda Mitilene Temista
Apolodoro el
Epicuro Leontion Timócrates de
Epicúreo
Filodemo de Lucrecio Lámpsaco
Cavalcante dei
Gadara Metrodoro de Tito Albucio
Cavalcanti
Lámpsaco (el Zenón de Sidón

Véase también
Epicuro
Ética bíblica
Ética budista
Escepticismo
Estoicismo
Simplicidad voluntaria
El epicureísmo (libro)
Hedonismo

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Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre epicureísmo.

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sitio (http://www.perseus.tufts.edu) del Proyecto Perseus, de la traducción inglesa
corregida y editada por William W. Goodwin, y publicada en 1874; en la parte superior
derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar al texto griego fijado por
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Colotes de Lámpsaco (Κολώτης Λαμψακηνός, Kolōtēs Lampsakēnos; ca. 320 -
después del 268 a. C.): uno de los discípulos más conocidos de Epicuro.
William W. Goodwin (William Watson Goodwin, 1831 - 1912): clasicista
estadounidense, profesor de griego de la Universidad de Harvard.
Gregorius N. Bernardakis (Gregorios N. Bernardakis: Γρηγόριος Ν.
Βερναρδάκης; translit.: Grigorios N. Vernardakis; neolatín: Gregorius N.
Bernardakis; 1848 - 1925): filólogo y paleógrafo griego.

LENGRAND, Henri: Epicuro y el epicureísmo (Épicure et l'épicurisme, 1906). Ed. Bloud.


Texto (http://remacle.org/bloodwolf/livres/epicure/table.htm) francés en el sitio (http://remacl
e.org/) de Philippe Remacle (1944 - 2011)
Bloud (Edmond Bloud, 1876 - 1948): editor y político francés.
Philippe Remacle (1944 - 2011): helenista y latinista belga de expresión francesa.
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