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MÉXICO Y EL SENTIDO DE LA HISTORIA

Por Agustín Pérez Reynoso

Una moral subjetiva divorciada de la razón, paradójicamente, lleva a un racionalismo ateo cuyas
leyes conducen a una jerarquización determinista de los valores. En otras palabras, divorciados de
la moral de un ser trascendente, es más sencillo ocupar el lugar de Dios e imponer a otros
nuestros valores bajo la fuerza de una estructura política. El presidente Andrés Manuel López
Obrador (AMLO) es hijo de la dialéctica de lucha de clases, que ha accedido al poder, no por
movimientos armados, si no por el voto. Un sector de la sociedad tiene que perder o ser eliminado
por la mayoría.

El gobierno Federal tiene un proyecto para una sociedad obediente a estos determinismos sociales
y económicos a fin de conducirla a una transformación evolutiva que cambie las relaciones entre
las personas y que, creen, dará por resultado, un progreso liberador al que los hombres deberán
someterse pasivamente. Para tal meta, el partido MORENA y sus aliados pretenden acelerar la
historia favoreciendo aquello que sigue este sentido y que, por definición, es el bien. No nos
ilusionemos. Naturalmente, todo lo que no esté en este sentido de la historia será sacrificado.

Es normal sacrificar, hoy, matrimonio, Estado, familia, empresas, jueces, leyes, enfermos, etc., por
el “mañana que canta”, como diría el médico y filósofo Paul Chauchard. Hay que ayudar a la
historia a crear al México nuevo. Todas las críticas de AMLO que no parecen haber mejorado las
cosas tal como él las recibió, son fieles a la censura de la sociedad capitalista (o neoliberal) desde
la política marxista (o izquierda) usando la dialéctica de los contrarios. Una sociedad como la
nuestra, habituada a pesar de sus creencias, a la fijeza de los valores, se identificará con estas
ideas radicales.

No nos engañemos con lo que el partido en el poder ofrece al ciudadano. Toda doctrina que no
permite la expansión de la conciencia y de la libertad responsable nunca podrá estar en el sentido
verdadero de la historia. Pero, si por un momento aceptáramos la idea de someternos a los
automatismos de la llamada Cuarta Transformación (4T), venderíamos nuestra libertad a una
conciencia que resulta ser loca y enloquecedora. Las meras apariencias de un Gobierno que
obsequia dinero no nos permiten distinguir que se trata de una deshumanización patológica.

Nunca podremos insistir lo suficiente acerca de los medios usados por la propaganda de izquierda
y su poderosa influencia deshumanizadora, que llevan a una síntesis falsa, enajenadora del
hombre y su libertad, conduciendo a éste a ser un esclavo de la sociedad, en vez de a una
naturaleza humana que exige realizarse en la historia, que hay que ayudarle a llegar a ser, pero no
nunca impedírselo. Hay que reconciliar la persona y lo social, pueden evolucionar juntos, como
postularía la teoría de la noosfera, con un liderazgo basado en el conocimiento colectivo para
encontrar soluciones.

Por el contrario, no podemos divinizar la historia y sus determinismos, aunque AMLO asegure que
sí, como el único requisito para estar del lado correcto de la Historia. agusperezr@hotmail.com

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