La falta de poder de la Iglesia hoy radica en que se ha fallado en ministrar al Señor de las edades, nuestra fuente inagotable de poder. La Palabra de Dios enseña claro que nuestro ministerio hacia el Señor existe mucho antes que el hombre, por tanto, es a Dios a quién debemos ministrar, primero que a los hombres, si deseamos realmente ser eficaces. 1 DE CRON 16.4. 2 CRON 29.11 EZEQUIEL 45.4 2 DE CORINTIOS 3.6
En Hechos 1:8, se nos dice que al ser llenos del Espíritu
recibimos poder en nuestras vidas y ministerios; pero podemos caer en la trampa de poner nuestro interés sólo en esta tierra y fallar invirtiendo el orden divino de prioridades ministeriales, esto nos podría llevar a ser impotentes ante el mundo pecador y su verdadera necesidad.
Al ejercer el ministerio para el cual Dios nos creó, adorarle a Él,
este mismo ministerio hacia Dios nos impulsará inevitablemente hacia los hombres, pero investidos de Su carga, Su amor por ellos y Su poder.
Algo más sobre este ministerio:
Las expresiones “servir al Señor” y o “ministrar al Señor”, se
traducen de las palabras “sharath” en hebreo y del griego “diakonés”. Estas expresiones al ser usadas en La Biblia en diferentes pasajes denotan diferentes maneras en que podemos servir o ministrar a Dios:
Dándole nuestros diezmos y primicias.
Dándole nuestras ofrendas.
Proyecto Adoración Continental 2006 / www.adoracioncontinental.com / Estudio 60 1 Dándole nuestro talento y tiempo en el mismo.
Dándole nuestro trabajo físico y mental.
Dándole nuestra alabanza y nuestra adoración.
Más, hemos establecido que realmente Dios lo que busca son
adoradores en espíritu y verdad, es decir, en alabanza y adoración; esto es lo que realmente implica nuestro ministerio prioritario.
Algunos ejemplos bíblicos donde surgen estos bellos conceptos
de ministrarle a Él y que merecen mencionarse son:
Deuteronomio 10:8, apartó Dios a la tribu de Leví para
servirle
II de Crónicas 5:1-14, los israelitas ministrando alabanzas
al inaugurarse el Templo en el reinado de Salomón.
I de Samuel 2:18. Samuel siendo niño le ministraba al
Señor.
Lucas 2:36-38, Ana, la profetiza ministraba al Señor en su
ancianidad.
Hechos 13:2, la Iglesia primitiva ministraba al Señor.
Apocalipsis 5:11-14, en la eternidad todos adorarán al
Creador.
VI.- LA RAZÓN DE EXISTIR DE LA IGLESIA
SEGÚN LA BIBLIA.
Para ministrar al Señor (su primera obligación y
prioridad). Proyecto Adoración Continental 2006 / www.adoracioncontinental.com / Estudio 60 2 Para ministrar a “los santos”, los lavados por la sangre del Cordero.
Para ministrar a los hombres, o bien, al mundo, Marcos
16:15.
Para sujetar y avergonzar a los principados y las
potestades en los lugares celestiales según expresara Pablo en Efesios 3:8-13.
VII.-LA RAZÓN DE SER LLENOS DEL ESPÍRITU
SANTO CADA DÍA.
Para adorar a Dios en su santuario, el espíritu del hombre.
Para testificar a Dios entre los hombres (con poder).
El lenguaje que nos es impartido por el Espíritu (el lenguaje
angélico y humano, dado sobrenaturalmente como Él quiere, según Hechos 2), es para que podamos cumplir adecuadamente con nuestro primer ministerio hacia Dios. La oración y el cantar en el Espíritu en otras lenguas, es dado a nuestro espíritu una vez vivificado en el nuevo nacimiento, precisamente para convertirnos en verdaderos adoradores. Esto según apreciamos en Romanos 8:26-27 y I Corintios 14:14-15.