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no eres mi monstruo
Por: Sigal Adler
© Sigal Adler
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Publicado e Impreso en Estados Unidos de América,, 2018
Cuando el pequeño Dan empezó a dormirse
Sus padres lo veían y era algo para orgullosos sentirse
Le dieron un monstruo, un dulce muñeco pequeño
Para probarle al mundo que el miedo no le quitaba el sueño
La primera noche juntos no fue lo que tenía en mente
El pequeño monstruo se veía muy diferente
Pero aun así Dan lo quiso y lo abrazó muy fuerte
Para probar que no tenía miedo y era valiente
La segunda noche, también, sin nada más decir
Los nuevos mejores amigos se prepararon para dormir
Dan se quedó dormido sin pararse a pensar
Pero se levantó más tarde para algo ir a tomar.
Pero cuando Dan regresó a su habitación
Una sorpresa lo esperaba, en el fondo de su colchón
Su monstruo se había ido, algo bien no estaba
En lugar de eso, un monstruo frente a él se paraba.
El gran monstruo le guiñó y dijo: “¡Hola, niñito!
“¿Cómo estuvo tu día? ¿Cuál es tu juguete favorito?
Esto sonará raro por ser la primera vez que te puedo ver
Pero dime, por aquí ¿qué hay para comer?
Ahora Dan estaba bastante asustado por lo que había encontrado,
Un gran monstruo hambriento, que estaba justo a su lado.
“¡Tú no eres mi monstruo!” Dan le gritó con temor
“¡Oh, amigo” dijo la criatura, “No tan rápido, por favor...”
La creatura le dijo que ya todos sabían
¡Que un GRAN monstruo hacía más que los dos podían!
“Así que me tragué a tu monstruo para que yo pudiera crecer
Pero lo regresaré si tú lo pides y yo voy a obedecer.”
Al monstruo le daba cosquillas y se movía
Cuando Dan trataba de sacar a su muñeco y no podía
Había DOS monstruos en la cama que ahora se llenó
Pero ninguno era el de Dan – y el más nuevo le explicó:
“Fui yo el que me tragué a tu monstruo sin saber
Pero lo regresaré si tú lo pides y yo voy a obedecer.”
Y con gran esfuerzo, sopló y resopló
Y así un monstruo más pequeño salió
La habitación estaba llena, con los tres ya era un exceso
Pero el pobre Dan solo quería a su propio monstruo de regreso
El nuevo monstruo era el más enojado,
Trató y trató aunque no era tan afortunado
Finalmente salió otro -¡uno más al grupo!
Se metió en la habitación sin que hubiera más cupo.
El quinto monstruo que llegó
Fue el monstruo de media noche que se instaló
Dan al final ya no pudo más y dijo con valentía:
“¡Quiero al monstruo que antes yo tenía!”
Trató de moverse pero encontró que no había lugar
Ningún área vacía, ni un espacio para respirar
Las cascaras de sandía salían volando y las miraba
Y el adormitado Dan ya por llorar estaba.
El monstruo más pequeño le dijo: “No te preocupes más,
Te traeremos a tu monstruo ahora, ya lo verás.”
Así que sopló y resopló y de color rojo se volvió
Y fue así como a la cama el monstruo de Dan salió.
Bueno, Dan amaba a su monstruo más que a nada
Sin importarle que fuera el más pequeño de la manada
Sus padres lo habían escogido con mucho amor y cariño
Y sabía que su monstruo era especial y que él era su niño.
Dan estaba cansado por todo lo que la noche había traído
Pero ¿ahora qué? Solo se había distraído
Había monstruos por todas partes haciendo ruido al comer
¿Cómo se dormiría si este bullicio no se iba a detener?
Las preguntó amablemente: “Muchachos ¿ya han terminado?”
“¡Claro!” dijeron. “¡Y muy contentos hemos estado!”
Dan se despertó asombrado por lo que había soñado...
Pero ¿Por qué había cascaras de sandía tiradas en cualquier lado?
Estamos muy contentos de que hayas leído nuestra historia
Este libro fue escrito con mucho amor para todos mis lectores.
Por favor deja un comentario de este libro aquí
En un día hermoso, con el sol que todo el cielo llenaba,
Dos gatos vecinos se juntaron en un jardín que cerca estaba.
En un clima cálido, donde el invierno había terminado,
Respirando la primavera que las flores había germinado.
Fue un día terrible para el alegre y negro gato
¡Sus padres adoptaron a un perro, en un solo rato!
Un caniche tan pequeño que no podía dañar a un ratón
Actuaba como si mandara en la casa y creía tener la razón.
José era un granjero feliz y Pedro era su vecino,
Sembraban pepinos y tomates en la montaña de encino.
Ambos granjeros trabajaban muy duro; difícil era su vida,
Pero tenían comida para sus familias; recompensa merecida
Aunque a veces en casa después de un día de trabajo cansado
Soñaban con tener una vida mejor de lo que habían pensado.
Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar muy muy lejano
Un gran barco pirata salió a navegar un día temprano,
Llevaba sacos de plata y oro que valían mucho dinero,
Y tres piratas malvados, fuertes y de carácter aventurero.
En las afueras, en una choza pequeña junto al mar
Vivía la familia de Sara, un grupo grande y ejemplar
Dos padres, tres hermanos y tres hermanas ahí vivían;
Con menos espacio dentro mientras los niños crecían.
Todos sabemos que hay magia que cada año viene,
En que se aproxima la Navidad y cuando cae la nieve,
En una pequeña villa toda llena de iluminación,
Un hombre de nieve estaba de guardia con dedicación.
Más allá de las más altas montañas, en bosques muy lejanos,
Hay un paraíso sin tigres donde viven solo animales sanos.
Se esconden de los salvajes depredadores y viven tranquilamente,
Comiendo muchos vegetales y frutas, todo muy felizmente.
En la noche, cuando los niños estaban casi adormecidos,
Miguel no era de los que lograban quedarse dormidos.
Su madre le leía una historia y hasta dos le contaría,
Su padre le cantaba hasta que su rostro azul se veía,
Todo el día Miguel corría y la pelota había pateado,
Pero luego solo podía decir: “Yo no me siento cansado.”
En un bosque muy lejano, bajo un gran árbol de roble,
Hay una tienda que ofrece golosinas y té en porción doble.
Una frondosa esquina verde donde los vecinos se reúnen,
Gente del bosque, algunos extraños pero todos aquí acuden.
"¡¡¿El correo has olvidado?!!"
Le gritó el rey al caracol despistado.
Pero el caracol se mantuvo tan tranquilo como pudo.
No le tuvo miedo al rey ni aunque fuera así de rudo.
Sabía dónde estaba el regalo y cómo salir en su propia defensa.
Los monstruos aprendieron que la paciencia tiene recompensa.
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