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6-56 (Cap 8) - Serie I - Tomo 2
6-56 (Cap 8) - Serie I - Tomo 2
seguridad ciudadana
CAPÍTULO 8:
Condiciones actuales de trabajo de los Trabaja-
dores de Control de Admisión y Permanencia. Un
estudio del proceso de transición hacia el empleo
formal y la conformación gremial en La Plata y
Gran La Plata.
María DILORETO , Bautista SALA , Daniela LAROCCA ,
Juan I. LOZANO.
1. INTRODUCCIÓN
La aguda crisis vivida por la Argentina durante el 2001, que
hizo su máxima emergencia en el mes de diciembre de ese
año, fue el corolario de un proceso que afectó al país desde
mediados de la década del ‘70. En efecto, analizando la situa-
ción social de los últimos años, se observa la concurrencia de
una serie de factores que fueron profundizando una situación
de polarización social, incidiendo intensamente en la confor-
mación de la actual estructura social argentina.
6
y a la producción, y el aumento del empleo de la ocupación
derivada del sector servicios. A esto se suma un prolongado
estancamiento económico y un cambio del modo de inclusión
de Argentina en el mercado económico mundial, a través de
una mayor apertura económica1, que incidirían en una transfor-
mación estructural del mercado de trabajo argentino.
7
han caracterizado un fenómeno novedoso para la historia sin-
dical en la Argentina: la formalización de una actividad ligada
tradicionalmente a modos de generación de ingresos informa-
les, poco estables, asociada más a la idea “del rebusque” que
a la de empleo. A partir de ello, explorar la conformación de
la identidad del trabajador (intentando superar las nociones
previas que esta actividad acarreaba) y por último, el proceso
de creación de un actor colectivo de representación con el es-
tablecimiento del sindicato, constituido en torno a formas de
representación diferentes a las tradicionalmente asociadas a
la labor sindical.
8
3. PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS UTILIZADOS
2 Es de destacar la profusa documentación que guarda el SUTCAPRA que permite un seguimiento pormenorizado del proceso de formaliza-
ción de la actividad y de su sindicalización. Agradecemos especialmente a la Srita. Diana Prieto el habernos permitido acceder a tan valioso
material que permite documentar las trayectorias y características presentes del movimiento de trabajadores en la Argentina.
9
y el significado que le da a su conducta (en el caso de este tra-
bajo, a las estrategias empleadas), lo cual es fundamental para
interpretar los hechos. Asimismo, se trata mediante esta me-
todología, de contemplar el contexto global donde se sitúa el
actor. Esta línea de estudio se basa en un método comparativo
que enfrenta casos similares entre sí, pero que se diferencian
en “algunas características cruciales, tratando de formular
interpretaciones que incluyen conceptos teóricos. Los mis-
mos se van construyendo en ese proceso de análisis (Glaser y
Strauss, 1969; Strauss, 1987)” (Gallart, op.cit.; pp. 109)
10
la configuración de los actores en un contexto determinado y
en circunstancias situadas en el tiempo, que permitan plantear
hipótesis y tipologías útiles para interpretar la diversidad y
semejanza de lo observado. “Dicho análisis implica la for-
mulación de conceptos que se van creando en un continuo ir
y venir de la información empírica a la construcción teórica”.
(Gallart, op.cit.; pp. 109).
11
lado, es precisa, en este tipo de recolección de información,
la correcta captación de los procesos, atendiendo al desarrollo
temporal de los fenómenos estudiados. De allí la importancia
de obtener datos secuenciados temporalmente, no sólo de los
hechos objetivos, sino considerando también la opinión de los
participantes. “Es importante tener en cuenta que el relato de
aquellos implicados da los elementos informativos, pero que
sólo el análisis del investigador permite distinguir el proceso
de la versión de sus protagonistas. Ese ir y venir entre in-
formación y análisis, y requerimiento de nueva información,
va completando el espiral del trabajo de campo cualitativo”.
(Gallart, op.cit.; pp. 120).
• la elaboración de tipologías.
12
observar cómo hechos medibles similares pueden tener dife-
rentes significados: una misma situación cobra distinta sig-
nificancia y representaciones de acuerdo a pautas culturales,
contextos, o las historias de vida particulares donde se impri-
me el proceso. Asimismo, accede a explorar la articulación
entre los cambios contextuales y las decisiones individuales,
viabilizando una mejor conceptualización de los fenómenos
abordados.
13
entramado social que se percibía, no podía reducirse a sim-
ples correlaciones entre variables.
14
En este caso, la subjetividad del hablante aporta un singular
elemento para la investigación: el actor no dice sólo lo que
hizo, sino da su particular impresión de los hechos, y las cir-
cunstancias que los condicionaron, a la luz de su trayectoria
de vida. La definición y reificación que realizan los propios
actores sociales involucrados en el proceso de inserción y for-
mación laboral le otorga a la investigación una riqueza espe-
cial: permite traer a la luz de qué forma los sujetos piensan y
han vivido las distintas crisis en el marco de sus estrategias
coyunturales, desde un punto de vista necesariamente diferen-
te al que tiene el investigador.
3 En los casos aquí referidos, la movilidad social aparece asociada al descenso de niveles y calidad de vida que acompaña la flexibilización y
precarización de las relaciones laborales del jefe de familia.
15
dirección nueva. El historiador de la política de la clase obre-
ra puede yuxtaponer a las afirmaciones del gobierno o de las
direcciones de los sindicatos la voz de la gente de a pie, tanto
militantes como no organizados... La realidad es compleja y
multiforme y es mérito primordial de la historia oral el per-
mitir la recreación de la multiplicidad de puntos de vista en
mayor medida que la mayoría de las fuentes... La historia oral
hace posible un juicio mucho más equitativo: ahora pueden
citarse también testigos de las clases bajas, los desheredados
y los derrotados”. (Thompson, 1988; op. cit.; pp. 13 - 14)
16
vista de la investigación. Los testimonios no sólo han sido ar-
ticulados en un proceso dialéctico con la teoría, sino que cons-
tituyeron un aporte factual que han permitido aclarar distintos
aspectos de la problemática abordada, desde la cotidianeidad
de los sujetos. En este sentido, los hechos acaecidos a los en-
trevistados no son tomados como eventos extraordinarios o
específicos, sino en el marco de una trayectoria, como proce-
sos inscriptos en la vida diaria de los sujetos, como procesos
globales de un período determinado de la existencia de los
hogares, o como relaciones características de una situación
social puntual (ingresos y egresos del mercado de trabajo;
elección de la actividad; modificaciones en la vida cotidiana)
La utilización de estas técnicas para abordar la lógica interna
de una trayectoria vital y su análisis global, permite explicar
estrategias usadas por los trabajadores en forma específica,
lo cual posibilita no sólo comprender la lógica interna de una
historia de vida puntual, sino también aportar luz sobre la di-
námica y la estructura de la vida social.
17
ción. Migraciones.
18
4. MARCO TEÓRICO
A.- Introducción
La aguda crisis vivida por la Argentina durante el 2001 que
hizo su máxima emergencia en el mes de diciembre de ese
año, fue el corolario de un proceso que afectó al país desde
mediados de la década del ‘70. En efecto, analizando la situa-
ción social de los últimos años, se observa la concurrencia de
una serie de factores que fueron profundizando una situación
de polarización social, incidiendo profundamente en la con-
formación de la estructura social argentina.
19
En la actualidad, si bien los indicadores de desempleo no son
los de los ‘90, ni la situación social es la del 2002, aquellos
que trabajamos en el campo social podemos coincidir en que
el escenario es muy diferente al del inicio de estos procesos:
fuera del marco de la crisis, pero caracterizado por el aumento
de la vulnerabilidad social y de la incertidumbre, que parece
consolidar formas de vulnerabilidad más allá de la falta de
recursos económicos o la imposibilidad de alcanzar determi-
nados estándares de vida, para configurar identidades y reifi-
caciones sociales diferentes.
20
efecto, al decir de Bayón (2006): “… los impactos integrado-
res del modelo de industrialización sustitutiva se tradujeron
en niveles relativamente bajos de desigualdad social, pobreza
y subutilización laboral hasta mediados del decenio de 1970,
lo que ubicó al país en una posición privilegiada en el contex-
to latinoamericano” (pp. 136). Evidentemente en este proceso
han convergido otras variables, de las cuales merecen des-
tacarse el lento crecimiento demográfico y el desarrollo del
sistema de educación pública.
6 Parte de los datos que siguen, fueron publicados en los siguientes artículos: ESCUDERO, J. C. y DILORETTO, M. (1996) “Consecuencias
éticas y sociales de un modelo socioeconómico”; ESCUDERO, J. C. y DILORETTO, M. (1997) “La salud en la caída: el proceso de pauperiza-
ción y la adaptación a la Pobreza en el área de la salud”.
7 El Índice de Gini mide la dispersión del ingreso entre los más ricos y los más pobres. A más bajo Índice de Gini corresponde una distribución
más igualitaria del ingreso (SIEMPRO, 2003).
8 INDEC, Encuesta Permanente de Hogares -EPH-. Onda de Octubre de 1996.
21
analfabetos (Frediani, 1995).
22
tas categorías ocupacionales, relacionadas con el trabajo y el
empleo9, en el tratamiento de las modificaciones en la estruc-
tura social10. Hasta la emergencia de la crisis generada a partir
de los años ‘70, la distinción entre las categorías ocupacio-
nales relacionadas a la fuerza de trabajo poseía límites preci-
sos y la cualidad de presentar estabilidad y permanencia en el
tiempo (Neffa, 1996). Pero ante los procesos de reconversión
sufridos por el mercado laboral, comienza a denotarse un ma-
yor dinamismo interno entre dichas categorías, que presentan
entonces fronteras más difusas. Un número cada vez mayor
de personas se encuentran en una situación ambigua con res-
pecto al empleo: en una intersección, o en el proceso de pasar
de una categoría ocupacional a otra, sin adoptar la forma de
desempleo en el sentido clásico de la palabra.
9 Vale hacer la distinción entre trabajo y empleo. El trabajo puede adoptar diversos estatutos, desde el punto de vista de que exista o no
relación salarial: libre, asalariado o forzado. El empleo es la actividad donde predomina el trabajo remunerado bajo su modalidad salarial, o
como producto de ventas de servicios o producción; incluye todo tipo de trabajo, siempre que sea remunerado (Neffa, 1996).
10 Se trató de contextualizar cuantitativamente esta temática para el caso argentino, en el apartado denominado “Algunos datos” del presente
Documento.
11 Processualidade contraditória, en el texto original, en idioma portugués.
23
cia, por un lado, a una mayor cualificación e intelectualiza-
ción del trabajo, que conlleva a la creación de “trabajadores
multifunción” (caracterizados por una alta rotatividad laboral)
y, por otra parte, al acrecentamiento de la descalificación de
numerosos sectores operarios que afecta, fundamentalmente,
a aquellos trabajadores especializados -oriundos del fordis-
mo- y a la masa de trabajadores que oscilan entre empleos
temporarios, parciales o pertenecientes a la economía infor-
mal (Antunes, 1995).
24
nidad de la persona (Castel, 1994), se puede vislumbrar cómo
las mutaciones producidas en el mundo del trabajo impactan
prácticamente en todos los órdenes de la vida social de los
individuos.
25
Esta situación se traduce en un aumento de la vulnerabilidad
que sufren determinados grupos sociales. Tal como plantea
Denis Merklen (2003), el concepto de pobreza resulta insufi-
ciente para intentar explicar los profundos cambios que han
generado en la estructura social las transformaciones en el
mercado de trabajo antes referidas. En este sentido, las ideas
de vulnerabilidad e inestabilidad podrían ayudar a explicar
mejor el actual panorama social. “Con vulnerabilidad quie-
re decirse que el individuo carece del tipo de reaseguros que
brinda el empleo estable o la propiedad. La vulnerabilidad se
expresa en la inestabilidad permanente y en la necesidad de
adaptarse a vivir el día a día (…) La idea de vulnerabilidad
refiere a los problemas de integración social y expresa una
fragilidad de los lazos sociales -de solidaridad, diría Émile
Durkheim- que deben favorecer el desarrollo de los indivi-
duos” (Castel 1995 apud Merklen, 2003:112-113).
26
la condición salarial. Un número creciente de personas se ven
obligadas a vivir una especie de cultura de lo aleatorio, como
por ejemplo esos numerosos jóvenes que viven de una alter-
nancia entre actividad e inactividad, de trabajillos, de un poco
de ayuda social y un poco de apañárselas” (Castel, 1995:35).
27
bía superado el valor de 1998, máximo de la segunda mitad
de los ‘90. Por su parte, el nivel de empleo, excluyendo
los planes, se había recuperado completamente de la caída
post-devaluación en el segundo trimestre de 2003. Entre el
primer trimestre del 2006, y el tercer trimestre de 2006, los
ocupados –excluyendo a los beneficiarios de planes de em-
pleo– se incrementaron en casi 2,9 millones, de los cuales
1,6 millones fueron puestos registrados12.
12 Esta evolución positiva puede explicarse tanto por las elevadas tasas de crecimiento del nivel de actividad económica, como por la inten-
sidad en el uso de mano de obra. Si bien fue acompañada de una recomposición salarial, ésta fue de menor intensidad que la experimentada
por el empleo.
13 A partir del 2003, el alza de los salarios se verificó en todos los grupos de trabajadores definidos según la categoría ocupacional, siendo
levemente mayor entre los asalariados no registrados en la seguridad social. (Maurizio, 2009)
14 Vale hacer la distinción entre trabajo y empleo. El trabajo puede adoptar diversos estatutos, desde el punto de vista de que exista o no
relación salarial: libre, asalariado o forzado. El empleo es la actividad donde predomina el trabajo remunerado bajo su modalidad salarial, o
como producto de ventas de servicios o producción; incluye todo tipo de trabajo, siempre que sea remunerado (Neffa, 1996).
28
distinción entre las categorías ocupacionales relacionadas a la
fuerza de trabajo poseía límites precisos y la cualidad de pre-
sentar estabilidad y permanencia en el tiempo (Neffa, 1996).
29
relativamente homogéneo de trabajadores, organizar la soli-
daridad en el interior de dicho grupo y facilitar su integración
a una sociedad que los excluía, hasta las de convertir los in-
tereses individuales en colectivos (Catalano, 1993). Pero, las
transformaciones estructurales que afectaron la relación entre
trabajador y sociedad global, influyeron asimismo en la co-
nexión de los trabajadores con los sindicatos como modalidad
de representación, y como consecuencia a la esencia de las
funciones de las organizaciones gremiales.
30
cita la lógica de un sistema que se orienta hacia lo sistémico,
aún a costa de la integración social de sus miembros, es indu-
dable el peso que tiene la implicancia política de la funciona-
lización sindical en el contexto argentino.
31
en lo que hace a la construcción y concepción de la represen-
tación entre el asalariado del modelo taylorista, con respecto
al trabajador definido en el dinámico y complejo panorama
laboral de fin de siglo. “La relación salarial en el modelo ta-
ylorista-fordista produjo trabajadores con representaciones,
intereses, y valores relativamente unificados. La solidaridad
se construía por semejanza, por coexistencia en un mundo de
valores compartidos, por agregación mecánica de situaciones
e individuos. El sindicato era un simple acumulador de so-
lidaridades mecánicamente agregadas” (Catalano, 1993; op.
cit.; pp. 131). Puede suponerse que en este modelo, a partir de
la identidad del trabajador es como se construía la represen-
tación sindical.
32
representar actores sociales que la dinámica del modelo econó-
mico tiende a enfrentar, fragmentar y oponer.
33
Esto aparece claramente en las motivaciones que llevaron a
comenzar el proceso de formalización de la actividad, a lo que
se le suma la visualización de la vulnerabilidad que tienen los
trabajadores sobre sus condiciones laborales: “Acá estamos
muy expuestos, nadie se hace cargo, por lo general los com-
pañeros te dan una mano.” (Daniel, 48 años)
15 Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la República Argentina. (2006). “Trabajos, ocupación y empleos. Salarios, empresas y empleos
2003 – 2006). Series de estudios Nº 5. Septiembre de 2006. Buenos Aires, Argentina.
34
Cuadro 1: Situación laboral de los trabajadores
35
bajo de la Provincia de Buenos Aires y S.U.T.C.A.P.R.A.; en
las inspecciones realizadas en el año 2006 sobre un total de
veinticuatro locales de entretenimiento (bares, locales baila-
bles y pooles) de 102 trabajadores relevados, solamente 1 se
encuentra registrado (ver cuadro 3).16
36
cia de 273 trabajadores se puede advertir que ninguno de ellos
se encontraba registrado (ver cuadro 4).
En Blanco En Negro
2 273 0 273
Fuente: Documento de SUTCAPRA. Síntesis de Inspecciones.
17 Es necesario destacar que esta normativa solo establece que el control de acceso en los espectáculos públicos, locales bailables y otros
eventos o reuniones análogas debe prestarse a través de una empresa de seguridad privada. Como bien develan desde S.U.T.C.A.P.R.A. el
personal que ejerce las tareas dentro de esos lugares, dando pretextos a los propietarios de espacios de entretenimiento para que expresen
que un recital, pub, etc., no es un local bailable o reunión análoga, por lo tanto no es necesario contratar a una empresa. Además, el oficio de
un vigilador no es igual al de un controlador de admisión y permanencia.
37
bajo el régimen establecido en la Ley de Contrato de trabajo.
Esto constituye un elemento clave para lograr la formaliza-
ción de la actividad y prevé, por tanto, que los trabajadores en
cuestión sean empleados bajo relación de dependencia laboral
directa de la persona o empresa titular del lugar de entrete-
nimiento o, en su caso, de una empresa prestadora de dicho
servicio, siempre y cuando, en todos los casos, se cumpla con
la legislación civil, laboral, impositiva y previsional.
38
finalizada la jornada abonar una suma de dinero.
39
sindical “con el aval de trabajo salimos a inspeccionar y nos
encontramos que la gran mayoría de los trabajadores están
en negro, eso no lo decimos nosotros, También lo anunció el
ministro Cuartango”
40
En los grandes locales, se maximizan los controles, algunos se
disponen en la entrada, otros en el interior. En algunos de ellos
previamente se llevan a cabo “requisas”, para evitar que ingre-
sen con objetos que puedan ocasionar daños. Los concurrentes
pasan estos controles con tranquilidad y naturalidad.
“Es cansador estar parado mucho tiempo por eso vamos rotan-
do porque acá podes caminar un poco” (Martín, 31 años)19
41
de control de admisión y permanencia por cada 80 personas20,
ésta casi nunca se respeta. Como se pudo observar, sobre todo
en los grandes lugares bailables, la relación propuesta estipu-
lada por la Ley se ve ampliamente rebasada produciendo una
sobreexigencia laboral, en detrimento de la calidad del trabajo.
42
el sindicato se plantea la necesidad de cambiar la imagen de
los trabajadores, y por ende, favorecer la construcción de una
identidad. En entrevistas con dirigentes sindicales plantean
que es fundamental modificar el perfil de los controladores,
y sugieren que la formalización laboral de los trabajadores
y su profesionalización será lo que permitirá llevar a cabo la
premisa propuesta. “Uno de los primeros pasos para cambiar
la vapuleada imagen del oficio es desterrar para siempre el
término ‘patovica’. Ellos prefieren llamarse ‘controladores’ y
por eso designaron al gremio con el nombre de Sindicato Úni-
co de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de
la República Argentina” (S.U.T.C.A.P.R.A).
43
Tapavica, de origen yugoslavo, muy deportista y de físico bien
desarrollado. Diariamente, después de las prácticas, ingería le-
che en botellas de un litro. Los asistentes que observaban la
costumbre decían que era como un “Pato Vica”.
44
de “buenos y malos”, “víctimas y victimarios” bajo la que se
presentan gran parte de los hechos de violencia en los medios,
situación que impide visualizar el conjunto de procesos impli-
cados, la complejidad de los casos, que justamente se resisten
a explicarse en términos de opuestos. Los titulares mismos de
los diarios dan cuenta de esta lógica binaria: “Los custodios
descontrolados, titula el Diario de Cuyo”, “Los rottweilers de
la noche, publica el diario Hoy”, “Preocupa el accionar de
los Patovicas en los boliches”, escribe agencia Fe, entre otros
tantos ejemplos. Los empresarios y la falta de controles, entre
otras variables, aparecen como el gran ausente.
45
En todos predomina el uso de la fuerza como herramienta de
trabajo, que como señalábamos anteriormente tiene su corre-
lato en una idea coactiva de seguridad, la noción de preven-
ción es la gran ausente; y es indudable que, a fin de producir
una modificación en el paradigma de seguridad, para pensar
el trabajo de controlador desde lugares distintos no basta con
el cambio normativo.
46
especialmente para enfrentar los problemas con el uso de la
fuerza. Estas nociones se encuentran vinculadas a una concep-
ción coactiva, donde la vía de resolución del litigio es mediante
la eliminación de las causas que lo originaron, que general-
mente son las personas “…lo que debe primar en el ejercicio
de nuestra actividad es la prevención, siendo la comunicación
el objeto del Control de admisión y permanencia”. Es funda-
mental una constante, respetuosa y correcta comunicación con
los concurrentes, que en todos los casos debe materializarse en
una relación amena, respetuosa y de contención. La calidad de
trabajo desempeñada por nosotros reviste una exigencia poca
veces pensada, no sólo se requiere de un manejo constante de
situaciones de conflicto, sino también de un conocimiento pro-
fundo de las habilidades sociales.”21.
47
a todos los actores implicados. Como bien afirman desde el
sindicato: “Es lamentable que se tengan que reiterar hechos
violentos para que se vuelva a debatir la instrumentación de
las normas”.
48
mercio, pero los fines de semana para mí es cuando hago en
sí mi trabajo, que es este, me gusta trabajar con los pibes…”
(Rubén, 29 años)
6. CONCLUSIONES
49
sos que generan un desgaste mayor para sus trabajadores.
50
de cosas que suceden en la noche.
7- PROPUESTAS
51
la incidencia de la formalización de la actividad en la cotidia-
neidad de los trabajadores y sus grupos familiares. A su vez,
y a partir de las capacitaciones y la Tecnicatura establecida,
examinar exhaustivamente las trayectorias laborales y profe-
sionales que los trabajadores puedan construir observando el
impacto de las mismas en las condiciones de trabajo.
52
8 - REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y ANEXOS
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