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Principios de la homeopatía

1. Natura morborum medicatrix

El “natura morborum medicatrix” hace referencia al aforismo


hipocrático de que la naturaleza de cada ser vivo es la que realiza la
curación de las enfermedades y que el médico es solo un auxiliar del
enfermo.
La manera como la naturaleza del enfermo reacciona para alcanzar la
curación o mejorar su estado de enfermedad, es por medio de
síntomas. Por lo tanto, deben ser respetados y no suprimidos bajo el
argumento de ser molestias inconvenientes o innecesarias.
Opinión: Es en lo que se basa la homeopatía que el ser humano tiene la
capacidad de curarse a sí mismo y viendo de una manera en donde todo lo que te
da la naturaleza puede servir para curarnos de algún padecimiento esto
basándose en pruebas.
2. Ley de los semejantes

Si la naturaleza es la que cura o trata de curar las enfermedades por


medio de los síntomas, es de esperarse un tratamiento que actué en la
misma dirección de ella, como lo hace la homeopatía al aplicar la ley
de los semejantes.
Esta ley dice que las enfermedades se curan con sustancias que
producen efectos semejantes a los síntomas de la enfermedad. Por
ejemplo, para curar la diarrea se da un medicamento que produce
diarrea; para la tos, un medicamento que ocasiona tos; para el dolor,
un medicamento que provoca dolor. La paciente así sana y no agrava,
como podría pensarse, debido a que el medicamento es dado en
pequeñas dosis, que es otro de los principios homeopáticos que se
describe más adelante.
Opinión: Esto nos habla de que la semejanza nos puede ayudar a curar esos
mismos malestares como por ejemplo si el paciente tiene tos le demos algo para
la tos en pequeñas dosis.
3. Experimentación pura

La experimentación pura es el procedimiento para descubrir las


propiedades curativas de las sustancias naturales. Es
experimentación, porque constituye un elemento de investigación de
los efectos que ciertas sustancias producen en el hombre, aplicando el
método científico. Es pura, debido a que se realiza en el hombre
relativamente sano, y con sustancias puras, simples o en su estado
natural (Sánchez, 1992, pág. 157). En el hombre y no en animales, ya
que en estos últimos se desaprovechan los síntomas subjetivos que
generalmente provocan los medicamentos en estudio, como las
sensaciones, deseos y aversiones, cambios de humor, etc. Además, la
constitución del animal es diferente a la humana y, por ende, los
resultados de la investigación en una especie no pueden ser aplicados
en la otra. En el sano y no en el enfermo, puesto que los síntomas que
produce la droga en la experimentación se confundirían con los
síntomas de la enfermedad que tiene el experimentador. Y con
sustancias no compuestas, sino simples, puras, naturales, para poder
conocer los efectos propios de cada una de ellas.
Opinión: Basicamente es lo que se hace en la homeopatía es experimentar y
experimentar de acuerdo a las personas que son con las únicas en donde se
puede saber todo como las sensaciones y efectos que puede causar lo que le está
dando el medio homeópata.
4. Individualidad morbosa

Hace alusión a que cada quien crea su propia patología, aunque se le


clasifique dentro de un nombre nosológico, puesto que el hombre
como entidad física, psíquica y social, es totalmente diferente uno del
otro, tanto en estado de salud como de enfermedad. Por ejemplo, la
migraña es diferente en cada enfermo según como se presenten sus
modalidades de causa, duración, frecuencia, intensidad, tipo de dolor y
síntomas que la acompañan.
En homeopatía, realmente no existen enfermedades, sino enfermos.
El homeópata no trata la migraña, sino al enfermo que sufre de
migraña. La noción de “enfermo” en vez de “enfermedad” está unido al
concepto que se tiene del hombre como un ser holístico o integral. La
persona no se enferma en una parte, sino en el todo. No es lógico
pensar que se enfermen, por ejemplo, los riñones y el resto del cuerpo
esté sano.
Opinión: Esto nos habla de los diferentes que podemos llegar hacer cada
persona y de lo poderosa que es la mente que nuestras ideas, creencias nuestro
ambiente llega a afectarnos creando una patología que no pueda estar dañando
psicológicamente.

5. Individualidad medicamentosa

La individualidad medicamentosa, de manera más amplia, incluye tres


aspectos: la individualidad del tratamiento, la individualidad de los
medicamentos y al medicamento único.
Como cada quien produce su propia enfermedad, lo consecuente es
dar un tratamiento diferente o individual a cada enfermo, aplicando la
ley de los semejantes. Si, por ejemplo, tres enfermos consultan por
migraña, uno podrá ser tratado con Belladonna, otro con Bryonia y el
otro con Gelsemium, según sus síntomas.
Para dar el medicamento indicado al paciente es necesario conocer
bien los medicamentos homeopáticos, deduciendo los
síntomas que caracterizan a cada uno de ellos y que los hacen únicos
con respecto a los otros.
Opinión: En este principio nos dice que así como somos capaces de identificar
nuestros síntomas de igual manera podemos identificar de acuerdo a las
recomendaciones del médico homeópata es mejor para mejorar ese malestar.
6. Dosis mínima

La dosis mínima es la cantidad más pequeña de medicamento que


necesita el paciente para que se dé el proceso curativo, sin o con la
menor agravación; preparado homeopáticamente, es decir, por medio
de la dilución y sucusión, o la trituración.
Hahnemann vislumbró que los medicamentos preparados así ya no
curaban por su masa, sino por la energía o fuerza que se
desencadenaba en ellos. Y esto es comprensible porque las diluciones
y sacudidas, o las trituraciones sucesivas (aplastamiento continuo y
circular en un mortero, de una parte de la sustancia en cien partes de
lactosa, durante una hora) generan la disgregación molecular de las
sustancias, liberando su energía. Este proceso de diluir y sacudir, o
triturar, lo llamó dinamización.
Además, que mientras más se dinamiza el medicamento, más rápido,
profundo y permanente es su acción, tanto en los síntomas físicos
como en los mentales del enfermo, es decir, en la totalidad de sus
síntomas (Hahnemann, 2008, pág. 152).
7. Principio vital
El principio vital, energía vital, vida o alma, es la entidad dinámica de las
operaciones vitales y la que le da vida al cuerpo (sin él se descompondría),
manteniendo la salud en un estado armónico admirable en sensaciones y
funciones, que al desequilibrarse produce la enfermedad y, a su vez, induce el
proceso de curación. Además, conserva unidos al cuerpo o materia (estructura
anatómica y fisiológica del ser humano) y al espíritu (esencia dotada de razón)
(Hahnemann, 2008, pág. 136).
Cuando una persona se enferma, primero solo se altera el principio vital, que da
luego a conocer su alteración mórbida únicamente a través de los síntomas. A su
vez, la desaparición mediante la cura de todos los síntomas, implica la
restauración de la integridad del principio vital y, por lo tanto, de la salud de todo el
cuerpo (Hahnemann, 2008, págs. 137-142)
8. Enfermedades crónicas miasmáticas

Las enfermedades crónicas miasmáticas son estados morbosos


constitucionales resultantes de la supresión de los síntomas, que son
los mecanismos defensivos de la naturaleza (Sánchez, 1964, pág.
89).
“¿Por qué se le llama constitucional? Porque es una enfermedad
trascendente… La enfermedad crónica miasmática es eso: la
enfermedad trascendente, la enfermedad que puede heredarse, la
enfermedad que se interna y produce ya no solo una enfermedad, sino
un estado de enfermedad, es decir, que ya se vive enfermo de
acuerdo con las características de ese padecimiento… La enfermedad
crónica miasmática nos predispone a enfermar, pero no solo es eso,
es también una enfermedad crónica, un estado de existencia en la
patología, un estado de existencia anómalo” (Sánchez, 2012, pág. 34).
Farmacopenia
Una farmacopea (del griego farmakopoiías, preparación de medicamentos)
recopila y codifica recetas de fabricación de medicamentos y productos con
propiedades medicinales. Allí también se indica cuál debe ser la pureza de los
mismos, y los métodos para su análisis. Muchos países cuentan con su
farmacopea oficial, aunque en algunos casos no existe una farmacopea propia,
sino que se indica cuál es la farmacopea que se tomará como referencia oficial (en
algunos países de Latinoamérica, se toma como referencia la farmacopea
francesa, o la inglesa, por ejemplo).
El objetivo primordial de la Farmacopea es el aseguramiento de la salud de la
población, estableciendo normas de calidad para las materias primas y excipientes
empleados en la elaboración de medicamentos, normalizando las especificaciones
que definen la calidad física, química y biológica de los mismos.
Un laboratorio de análisis de fármacos deberá tomar como referencia los métodos
de determinación que se indican en la farmacopea de su país. En los casos de
laboratorios que exportan su producción, tomarán además como referencia la
farmacopea del país que importará los medicamentos (por ejemplo, un laboratorio
argentino que exporta parte de su producción a los Estados Unidos, basará sus
determinaciones en los métodos indicados por la USP, y probablemente reciba
auditorías de la FDA).
Presentaciones
1.- Arsenicum álbum

2.- Argentum nitricum

3.- Calcarea carbonica

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