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Pusillus Grex

Paula Aguirre Moltedo


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PUSILLUS GREX

2011
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PAULA AGUIRRE MOLTEDO

PUSILLUS GREX
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Pusillus Grex
Primera edición, Noviembre 2011.
Por © Paula Aguirre Moltedo.
Registro Propiedad Intelectual Nº 208.747.
Septiembre 2011.
Impreso en Santiago de Chile por RE Producciones Ltda.
Ilustraciones: Camilo Pfeifer Martínez.
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Nolite timere pusillus


grex, quia complacuit
Patri vestro dare vobis
regnum.

Lucas, 12,32.

Los más taimados enemigos han llenado de


amargura a la Iglesia, esposa del Cordero
Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han
puesto sus manos impías sobre todo lo que para
Ella es más querido. Donde fueron establecidas la
Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad
como luz para las naciones, ellos han erigido el
trono de la abominación de la impiedad, de suerte
que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey.
Oh invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios
contra la perversidad de los espíritus que le atacan
y dale la victoria

S.S. León XIII


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Dedico esta pequeña obra a la memoria de tres grandes hombres de


Dios: Beato John Henry cardinal Newman, Monseñor Robert Hugh
Benson y Padre Leonardo Castellani.
Con todo mi aprecio y agradecimiento, y
para que todo sea para la mayor Gloria de Dios.
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INDICE
- Prólogo …………………………………………………………. Pág. 12
- Advertencia al lector…………………………………………… Pág. 14
- Agradecimiento………………………………………………… Pág. 16

Primera Parte: La Preparación


- Capítulo 1…………………………………………………………. Pág. 18
- Capítulo 2…………………………………………………………. Pág. 40

Segunda Parte: El inicio del Destierro


- Capítulo 1……………………………………………………… Pág. 78
- Capítulo 2……………………………………………………… Pág. 104
- Capítulo 3……………………………………………………… Pág. 132
- Capítulo 4……………………………………………………… Pág. 179
- Capítulo 5……………………………………………………… Pág. 231
- Capítulo 6……………………………………………………… Pág. 306
- Capítulo 7……………………………………………………… Pág. 335
Tercera Parte: La Persecución Final
- Capítulo 1…………………………………………………………. Pág. 416
- Capítulo 2………………………………………………………… Pág. 472
- Capítulo 3…………………………………………………………. Pág. 510
- Capítulo 4…………………………………………………………. Pág. 548

Epílogo………………………………………………………………… Pág. 631


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PRÓLOGO

Vivimos tiempos en los cuales la verdad permanece oculta para la


gran mayoría de las personas. Si bien, la verdad nunca ha sido pregonada
y buscada por las masas, ésta siempre había tenido grandes adalides que se
encargaban de pregonarla. Más hoy existe una ausencia de aquellos.

Este libro, escrito de una manera sencilla y didáctica, muestra de


un modo muy ameno y a la vez dramático, la última batalla que librará el
demonio contra los verdaderos hijos de Jesucristo, los últimos mártires,
que no se arrodillarán ante el error, ni a la marca de la bestia.

El protagonista de la historia es un intelectual; pero no es cualquier


intelectual, o al menos, no es esa imagen que comúnmente tenemos de
aquellos. No es aquel hombre hinchado por la soberbia del conocimiento
de la ciencia, que permanece encerrado en medio de sus libros y detrás de
su escritorio, esperando que lo llamen para decir conferencias y firmar
autógrafos.

Matthew Mansfield Bradley es un hombre común y corriente, de


trato cortés y dulce, asentado en una familia típica de clase media chilena.
Su vida transcurre entre su trabajo en la universidad y su casa familiar. Sus
principales gustos son la buena lectura y la música.

A medida que se aproximen los tiempos en que haga su aparición


el Anticristo, las señales anunciadas por las profecías bíblicas van a ser
cada día más claras. Mostrar esas señales es el principal motivo por el cual
nuestra autora se decide a escribir esta gran aventura literaria. Pues bien,
ella tiene muy claro que lo que está en juego es nuestra felicidad futura, la
salvación eterna de nuestras almas. Por eso hace un llamado de atención
a todos los hombres de buena voluntad, para que preparen sus almas para
afrontar la difícil prueba de dar testimonio de su fe frente al enemigo más
grande que ha tenido la religión de Dios en la tierra.

Los ejércitos de las tinieblas ya se encuentran agrupados para dar el


último zarpazo y así aniquilar la religión católica. Así también, los hijos
del único y verdadero Dios, Jesucristo Nuestro Señor, tendrán que
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organizarse desde las trincheras de la fe, para resistir desde allí los embates
del maligno. Las cartas ya están tiradas, sólo falta mostrar los naipes de la
última jugada, para que todo se desarrolle según lo anunciado en el
Apocalipsis de San Juan. El mundo, sus modas y espectáculos hará que la
mayor cantidad de jóvenes se pierdan en el desórdenes de sus pasiones,
serán como animales acéfalos, sin rumbo donde ir.

Sólo la esperanza asentada en la Tradición de la Iglesia, mantendrá


en pie al pequeño rebaño de Dios. Los últimos en resistir saborearán el
Gran triunfo de Cristo, Señor de todo lo creado, salvador e intercesor
entre los hombres y el Padre.

Finalmente, solo me queda agradecer a Paula por este esfuerzo


titánico de mostrar la verdad, Dios la proteja y la guarde, que su esfuerzo
no quedará en vano, los que lean esta magnífica obra, podrán sacar fuerzas
e ideas para resistir mejor ante el enemigo mortal de la humanidad, el
demonio. No puedo terminar este prólogo sin aludir a nuestra madre la
Santísima Virgen María, ella jugará un papel central en las últimas
embestidas de Satanás, y es precisamente a ella con quien hay que
consagrar nuestras almas, que su manto protector unido a su Inmaculado
Corazón nos guarden para la vida eterna.

Christian Velásquez Cabrera


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Advertencia al paciente lector

Siguiendo los pasos de autores como Robert Hugh Benson, Hugo


Wast y del R.P. Leonardo Castellani me he propuesto entregar a modo
de ficción, mi visión acerca de los últimos tiempos. No pretendo hacer un
tratado de esjatología ni un manual de teología dogmática, y no puede
tomarse esta novela nada más que como lo que es: una novela. Ahora
bien, tengo una visión personal acerca del fin de los tiempos, pero que
está asentada especialmente en los Padres de los primeros siglos y en
Castellani y dice relación con el milenismo espiritual. Puede que con ellos
me equivoque…pero también puede que no. La Iglesia no la ha
condenado por haber sido sostenida por grandes santos y por los
Primeros Padres.

Esta es una novela que se ha alimentado de interpretaciones como


las de Castellani, de Benson, de Wast, de Newman, de Soloiev, de las
profecías de Nuestra Señora de la Sallette, de Nuestras Señora de Fátima,
de las profecías de algunos santos y por supuesto, de las Sagradas
Escrituras. Las profecías y sus hermenéuticas se van complementando, y
de ellas como de fuentes primarias voy armando la historia; una historia
futurista, pero al mismo tiempo cercana, porque nadie puede negar que
estamos viviendo los últimos tiempos que precederán a la venida gloriosa
de nuestro Señor. Encontrarán que he tomado muchos elementos de los
autores citados y es cierto: no pretendo ser original, sino que crear algo
más contemporáneo usando las materias primas de sus interpretaciones,
de los conceptos generales de estos grandes hombres que han hablado y
escrito sobre lo mismo. Mi humilde creación literaria reposa sobre los
hombros de estos gigantes. A cada generación se le da la gracia de mirar e
interpretar lo que la generación anterior no fue capaz de vislumbrar
porque la cercanía con los acontecimientos les impedía ver por sobre su
presente. De este modo he construido la novela: Soloiev vio algo, Benson
agregó otra cosa, Castellani le añadió otro ladrillo y Wast hizo lo mismo;
sin ponerme a la misma altura de estos hombre sabios, tengo sin
embargo, la intención de agregar un ladrillo más a esta construcción de
novelas apocalípticas a cien años del Señor del Mundo de Monseñor
Robert Hugh Benson.
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Me hubiese gustado plasmar con mayor intensidad la atmósfera de


sufrimiento interno de los personajes; la atmósfera pesada que se
respiraba a cada momento. Las palabras a veces se quedan cortas y no
logran transmitir la fuerza de los sucesos, y por ello confieso que me he
quedado corta. Luego, el lector deberá imaginarse en una situación
angustiosa in extremis por la que haya atravesado alguna vez en su vida
para comprender el tenor de la novela.

Me he demorado más de lo que quisiera en escribir. Empecé a


escribirla en Septiembre del 2009 y me hubiese gustado tenerla terminada
antes. ¿Por qué? Porque después que escribía una y otra cosa, a veces eso
mismo se hacía realidad y hasta llegué a asustarme. Además, pude darme
cuenta revisando internet que habían varias personas que tenían mis
mismas teorías y eso me dejó perpleja. Sumado a lo anterior debo decir
que el tiempo que dedico a la escritura es limitado y hay días en que
simplemente no sale nada por más esfuerzo que haga, llegando a torturar
literalmente mi espíritu.

Perdonad si mi estilo les cansa, perdonad que repita una y mil veces
lo mismo. Los niños aprenden en base a la repetición continua y de eso se
trata, de aprender. Para los que están habituados al tema apocalíptico, les
parecerá terriblemente monotemático y de argumentos e interpretaciones
re contra conocidas; para los que no lo están, descubrirán “novedades”
que llevan centurias dando vueltas en el mundo esjatológico. Sin embargo,
espero en Dios que tanto para los especialistas en el tema apocalíptico
como para los neófitos, esta obra les resulte amena en su lectura, a pesar
de ser temas tan delicados y dolorosos, pero que nos dejan una gran
esperanza.
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Agradecimiento

Mi eterna gratitud a mi esposo. Christian gracias por tus


correcciones, comentarios y críticas. Y también por el constante
apoyo para que terminara esta obra y no la echara a la estufa del
living.
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Primera Parte

La preparación

“En estos tiempos terribles, una especie de vértigo asalta al


mundo. La gente pierde la cabeza, las palabras cambian de significado.
Las mejores inteligencias dejan de razonar, y el resto se vuelven locas. En
el enfrentamiento constante de opiniones contradictorias, las convicciones
tambalean. Como lo verdadero y lo falso se confunden, también lo hacen
el bien y el mal; por tanto, se producen frecuentes errores de juicio, y muy
a menudo se cometen acciones que se lamentan por siempre”

Monseñor D..J Gaume.


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Capitulo1

“Porque la unión de la familia


estriba en el Amor, y el Amor es la única fórmula de conciliación entre la
autoridad y la libertad”
Robert Hugh Benson

Sentado y con actitud contemplativa, mirando por la ventana de su


amplio y acogedor escritorio se encontraba Matthew. El espacio que
ocupaba como escritorio formaba parte del living de la casa. En un rincón
rodeado de enormes estanterías con libros tenía su mesa de escritorio. Un
poco más allá estaban dispuestos los sillones, un sofá y un piano de
estudio situado junto a una estufa a leña de doble cámara.

Con la vista perdida, sin mirar nada en específico, su mente estaba a


miles de kilómetros de distancia. Habían transcurrido catorce años desde
que, tras una exitosa permanencia en la Universidad de Oxford y
habiendo obtenido las más altas calificaciones, había regresado a su patria
con su título de doctorado bajo el brazo. Pero ahora, después de tantos
acontecimientos se preguntaba si después de todo volver a Chile había
sido una buena decisión. Las cosas habían cambiado tanto en el país, que
se sentía como un extranjero en su propia patria. Al borde de las lágrimas
suspiraba por una respuesta a todo lo que ocurría a su alrededor, en su
ciudad, en su patria, en el mundo, en su Iglesia. Sumergido en el interior
de su alma estaba cuando entró a saludarlo su Angelito.

_ Matthew, ¿por qué no contestaste el teléfono? – Le dijo mientras dejaba


sobre su escritorio atestado de papeles, libros y su notebook una taza de
té.- Era tu mamá…. ¿qué te pasa mi niño lindo? – Ángeles siempre le
había llamado así. Aún tenía esa mirada inocente de ojos dulces y
melancólicos, a pesar de que su rostro ya estaba sintiendo el paso de los
años. En su rubia cabellera unas tempranas canas ya habían hecho su
aparición, dándole un aspecto de un hombre mayor a pesar de tener tan
solo cuarenta y un años. Ella se le acercó y notando que estaba triste se
arrodilló a su lado y reposó su cabeza sobre sus piernas, mientras éste
suavemente le acarició su pelo. .- ¿Por qué estás tan triste? Hace tiempo
que no te veía así, ¿pasa algo malo en la universidad?
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_ Angelito, ¿eres feliz conmigo? ¿No estás arrepentida de haberte casado


conmigo?

_ A ver, Matthew mírame – le dijo mientras le tomaba la cara- a ti te pasa


algo. Estás tan lindo mi niño. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida,
me has dado siete hijos maravillosos, no has dejado de ser el mismo que
conocí hace tantos años. Cada día que pasa le doy gracias a Dios por tu
vida y porque aún te mantiene conmigo. Me he pasado casi la mitad de mi
vida contigo Mateo, mi regalo de Dios. Hemos vivido tantas cosas, tantas
aventuras, tantas alegrías y también tantos dolores. Yo vivo mi vida a través
tuyo; tus ojos son los míos y no podría ser de otro modo, porque somos
uno. Por eso me doy cuenta de inmediato cuando a ti te pasa algo, te noto
tan preocupado. Cuéntame, mi vida que es lo que te ocurre.

_ ¿Por qué dependo tanto de ti física y emocionalmente? ¿Dónde estaría


yo si tú, mi esposa no estuvieras conmigo soportándome durante casi
veinte años?

_ Lo mismo te digo yo. No podría haberme casado con otro hombre,


imposible. Yo también dependo de ti, aunque no me creas y veas que en
apariencia soy más fuerte que tú. Pero ya pues, profesor, estoy esperando
su respuesta.

_ ¿Te acuerdas cuando volvimos a Chile desde Oxford? ¡Ciudad de las


agujas cuánto te extraño!

_ ¡Cómo no olvidarlo! Con Matthew de cuatro años, Ian Henry de dos y


yo esperando a Dominic. Me sentía tan desenchufada. Ya me había
acostumbrado al orden inglés, y creo que fue un poco chocante porque
aquí te dicen una cosa y hacen otra…., pero bueno, al menos es tu país.
Afuera uno siempre va a ser extranjero y no hay como estar en la patria de
uno, con todos sus defectos, es tu país, y ¡qué país más lindo es el que
Dios nos ha dado! ¿Te estás poniendo melancólico recordando la época
en el Magdalen?

_ En parte. Cuando volvimos a Chile en la universidad me recibieron


prácticamente como un héroe. Me llenaron de homenajes, me dieron una
linda oficina y la oportunidad de crear un sistema de clases parecido a las
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tutorías de Oxford. Don Ignacio no había muerto todavía y…¡cuánto lo


extraño!…era mi único aliado. En fin, las cosas habían cambiado en la
facultad y más aún en el instituto. Ya no quedaba ninguno de mis antiguos
alumnos de ayudantía, habían egresado, titulado o simplemente se habían
retirado. Habían caras nuevas: el cuerpo docente se había renovado en
parte, incluyéndome a mí y a dos antiguos compañeros de carrera, que en
mi época de alumno me aventajaban en tres años. De mis antiguos
profesores sólo quedaban tres, y los tenían arrinconados como vejestorios
de otras épocas. Durante los diez primeros años, las cosas se mantuvieron
dentro del marco del respeto, sobre todo por la figura de don Ignacio, que
a pesar de estar jubilado, siempre estaba dictando conferencias o charlas.
Pero yo notaba en el ambiente un deseo de terminar con la línea que
había caracterizado al instituto y de la cual todos estábamos orgullosos.
Notaba que estos antiguos alumnos de cursos superiores querían hacer
cambios, un “aggiornamento” en el instituto y mi presencia les molestaba.
Desgraciadamente don Ignacio falleció y me quedé solo. Era la
oportunidad que ellos estaban esperando para “tomarse” el instituto,
borrar con el pasado, echar abajo la línea que tenía, y mis antiguos
maestros que no tenían ese espíritu de lucha de don Ignacio, se dejaron
llevar por sus antiguos alumnos y cayeron en su engranaje. Te resumo el
cuento. Desde hace cuatro años me han hecho la vida imposible. No
había querido angustiarte más, pero se me ha perseguido por todo, me
ponen obstáculos para hacer mis cátedras y el lunes…si mi amor, el lunes
tendremos consejo de profesores, ¿y sabes para qué? para pedirme la
renuncia. Quieren que me vaya. Mis alumnos me quieren, les gustan mis
clases, pero esto no depende de ellos…no sé qué hacer, voy a quedarme
en la calle y con todas las deudas que tenemos…

_ Defiéndete, no te pueden echar, eso no depende tampoco de ellos,


depende del rector y del consejo académico. Mira Matthew, mi amor, yo
estoy contigo. Haz entregado lo mejor de ti a la universidad, no pueden
hacerte esto. ¿Quién de esos que se creen macanudos tiene un doctorado
con honores en Oxford? Tírales la caballería encima, argumentos y
curriculum, tienes de sobra. Yo sé que no eres así, todo lo contrario, pero
ahora tienes que ponerte pesado no más, no te queda otra. Sé que te carga
andar haciendo alarde de tus títulos, pero a ti nadie te ha regalado nada,
absolutamente nada.
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_ Debimos habernos quedado en Oxford, cuando me ofrecieron un


puesto en ese Hall. No es un college, pero estábamos bien y quizás con
los años me habría ganado el puesto de fellow en algún college.

_ Volvimos porque se lo habías prometido a don Ignacio. Muchos


becados prometen volver a sus universidades, y tentados por aparentes
mejores ofertas se quedan lejos y así el país nunca recupera a sus mejores
cerebros. Tú, mi niño lindo, mantuviste tu palabra y volviste porque amas
Chile, amas tu alma mater. Además tú te has olvidado de algo muy
importante y te estás quedando solamente con los gratos recuerdos.
¿Acaso no te acuerdas de las permanentes discusiones con tus
compañeros y con tus profesores sobre la pobreza intelectual y moral que
estaba demoliendo a la universidad? Sufriste mucho por eso, recuérdalo y
siempre decías: menos mal que en Chile estas cosas todavía no llegan. El
destape era tremendo… Matthew no tienes nada que temer. ¿Sabes para
qué llamó tu mamá? ¿Adivina quién volvió a Chile?
_ ¿Thomas?

_ No, tu hermano el loco sigue en Australia. Este otro vuelve para


quedarse: Titian vuelve y se queda en Viña a cargo de la capilla de su
congregación. Es más, llega hoy a las siete y se va a quedar en la casa de
tus papás unos días hasta instalarse. Va a dejar sus cosas allá y va a venir
para acá en la noche.

Matthew no había visto a su hermano sacerdote desde hacía siete


años. Durante el tiempo que Christian había estaba afuera se escribía con
Matthew continuamente por carta y se mandaban e-mails, pero no se
hablaban por teléfono porque según el padre Christian su línea telefónica
en Roma, donde vivía, estaba intervenida. Ahora llegaba a quedarse a su
patria después de muchos años fuera, enviado por sus superiores. Desde
su ordenación sólo había ido a Chile de vacaciones un par de veces y
ansiaba volver. El rostro de Matthew se encendió, no esperaba esta llegada
y poniéndose de pie abrazó a su esposa.

_ Angelito, por favor llama a Manuel para que venga con la Isa para
reunirnos con Christian. No lo puedo creer, mi Titian de vuelta. Voy a
comprar algo para servirnos un aperitivo. – En eso entró al living Ian, el
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segundo hijo del matrimonio, tenía dieciséis años y había alcanzado a


nacer en Oxford. - Ian, ¿quieres ir conmigo a comprar?

_ ¿A comprar?

_ Sí hijo, esta noche tenemos la alegría de recibir a mi hermano Titian de


vuelta al país. Acompáñame, me carga salir solo. - Padre e hijo se fueron
caminando hasta el supermercado que quedaba a un par de cuadras de su
casa. Ian iba en silencio y su mirada denotaba preocupación.

_ Ian, tienes una carita hijo…

_ Tengo miedo papá. – Matthew se detuvo de golpe y miró a su hijo


extrañado- Papá, ¿no has notado algo raro en el ambiente? ¿No sientes la
presencia de algo perverso? Como malas vibras. A lo mejor es mi
imaginación, no lo sé. Tengo tantas cosas raras en mi cabeza. Mira papá,
yo no había querido hablar contigo de esto porque sé cómo vas a
reaccionar, pero como siempre hablas de la confianza entre nosotros y
que en la vida sólo nos tenemos a nosotros como familia te voy a confesar
lo que me pasa.

_ Ian, ¿cómo podría reaccionar yo? ¿Acaso tendría que reaccionar por
algo?

_ Soy tan distinto a mis amigos, papá, ¿por qué me criaste así? ¿Por qué
tuviste que enseñarme todas esas cosas de religión? Son una carga
demasiado grande, no soy capaz de vivir conforme a eso, ni menos ahora
con todas estas cosas nuevas que están pidiendo para que una pueda optar
a algo. Has puesto sobre mis hombros una cruz casi imposible de llevar.
Es más, creo que es un peso que no vale la pena llevar. Todo ha
cambiado y las viejas doctrinas que predicas y sigues ya no nos sirven en
estos tiempos modernos. La Iglesia y su doctrina tal como la conocíamos
hasta ahora ya ha sido superada, ha evolucionado y se reescribe según es
la actual historia humana. Lo que me has enseñado es todo lo contrario de
lo que me han estado enseñando en el colegio. Dicen que lo antiguo era
inhumano, difícil de cumplir y para que la gente no peque les aliviaron la
carga, como lo de autorizar todos los métodos anticonceptivos, se
acabaron los ayunos, el viernes santo…
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_ Mira hijo, respecto a lo primero, sobre tus miedos: sí se nos viene algo
feo, algo perverso, la cosa ya no da para más, no es tu imaginación, y si te
crié así como dices, fue para darte las armas que te servirán para este
combate que se nos viene encima y del cual va a depender tu salvación
eterna. Acuérdate lo que nos dice nuestro Señor: mi yugo es suave y mi
carga es ligera. No estás tomándote tu fe y todo lo que ella conlleva con
amor y por eso se te hace pesada. Nuestra fe hijito, no es un conjunto de
normas que hemos de cumplir como máquinas. Es el amor a Cristo el que
nos mueve a actuar como Él lo quiere y es por su Gracia que así lo
hacemos. Si dependiera exclusivamente de nosotros, nadie podría
salvarse. Cuando sientas que ya no das más, entrégate a Él y pídele que te
levante, que te dé la fuerza para seguir en el combate. Yo también estoy
cansado, estoy muy, pero muy cansado. Sobre mí viene una prueba
tremenda y espero que nuestro Señor me ayude. Yo también tengo
miedo…estoy aterrado y creo que Dios mandó de vuelta a tu tío a Chile
justo en el momento apropiado. Pero a pesar del miedo que siento,
también creo que vale la pena llevar la carga…vale la pena hijo aunque
creas que Dios se ha olvidado de nosotros y permanece en silencio. Sobre
el otro punto, eso de que ahora se han eliminado algunas obligaciones y
algunos preceptos. Lo han hecho porque la gente se ha puesto cómoda y
las virtudes y potencialidades humanas se han subvalorado. Pobrecita
gente, no le pongamos más peso a sus vidas…los hombres se han
afeminado y no hay espíritu de sacrificio, sino que se tiende a buscar lo
que involucre menos esfuerzo. Yo hubiera hecho exactamente lo
contrario para poder levantar a las personas, para que mediante sacrificios
se vayan puliendo y perfeccionando.

_ Oye papá, ¿por qué no la cortas con el discurso? Yo creo que ni tú te


crees el cuento. Andas siempre como preocupado, suspirando, achacado
por la vida como si dentro tuyo algo te molestara. Muy bonitas palabras,
pero yo creo que tú las dices por inercia no más. Dime, ¿de qué le ha
servido ser tan…tan…piadoso? Por ahí andas solo, sin amigos, excepto
con mi tío Manuel, que no se cuenta porque es un familiar. Siempre
hablando con mi mamá de las mismas leseras, de la tradición, de la misa,
del fin del mundo, de la apostasía. Y uno recibiendo durante todos estos
años las mismas palabras. Me veo a mi mismo en comparación con mis
compañeros y soy un verdadero nerd, un leso, un tonto anticuado. Si
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supieras lo felices que son mis amigos, y yo en cambio parezco un viejo


chico amargado por no poder hacer las cosas que me gustaría.

_ No le hables así a tu padre mocoso. Si tú supieras lo que hay dentro de


mi alma, no me estarías diciendo esas estupideces. Me extraña que digas
todo eso, te creía distinto…que desilusión para mí… ¿te ofende lo que te
digo? ¿Crees que a mí no me ha dolido lo que acabas de decir? Abre los
ojos Ian, abre bien los ojos: los cristianos no somos del mundo.

_ ¿Acaso somos extraterrestres? Que yo sepa vivimos en la tierra, en el


mundo.

_ Entonces, ¿a qué le tienes miedo? ¿No tenías tanto miedo? Arrójate al


mundo, anda con tus amigos, pásalo bien. Sumérgete en las modas, déjate
el pelo largo, así como se lo cortan ahora que parecen…ni siquiera puedes
distinguir quién es hombre y quién es mujer. Vístete como mujer como
tus amigos del colegio. Pero después no te quejes de que no encontraste
nada, que todo era superficial, que tus “amigos” se arrancaron a la primera
dificultad. ¡Ah! Y fuma marihuana ahora que se puede, a ver si te queda
una neurona para salivar. ¿Crees que ser católico es fácil? Nunca lo ha
sido y actualmente es más difícil. Se nos persigue por cualquier cosa que
hagamos, o digamos, nos tienen acorralados, silenciados, ignorados. Se
burlan de nosotros y nos tienen por locos, exagerados, maniáticos y
fanáticos de una religión que ha sido superada por la súper-religión. Por
eso es que si Cristo ya no reina en la sociedad, al menos nosotros
hagámoslo reinar en nuestros corazones. Si no podemos salvar al mundo,
porque el mundo no lo quiere, al menos tratemos de salvar nuestras almas
y la de nuestras familias. Efectivamente, no tengo amigos, pero no es
porque no quiera tenerlos, ni porque me sienta superior a las demás
personas. Simplemente tengo otro concepto de la amistad. Yo no concibo
el tener amigos para farrear, para tomar; ni tampoco los tengo porque me
convenga para mi prestigio, para lucirme con ellos y para sacarles
provecho. Tengo un solo amigo, un solo verdadero amigo que busca mi
bien, me aconseja, me levanta cuando caigo, y me corrige cuando me
equivoco, y yo hago lo mismo por él. Tengo además de lo anterior, otra
concepción del mundo y por mi paz espiritual no me interesa tener
amigos que me la arrebaten. Hijito mío, quisiera poder decirte tantas
cosas. Es propio de tu edad que sientas esas dudas, que te sientas raro con
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respecto a los demás. Te sientes como un pollo en corral ajeno y te


comprendo, pero es el precio que hay que pagar. No se puede amar sin
dejar de renunciar a algo, sin sacrificio no hay verdadero amor. ¿Has
hablado de estas cosas con Matthew?

_ Sí, pero tú sabes cómo es mi hermano. “No le hagas caso, son leseras,
cree en lo que nos han enseñado nuestros papás, porque ellos nos aman y
quien ama quiere lo mejor para su prójimo y te aseguro que esto es lo
mejor, porque nos llevará a la salvación.” ¿Sabe lo que me dijo el otro
día? Puso cara de hombre serio y mirándome a los ojos dijo: “La
doctrina, la Santa Misa, los Sacramentos, la oración son nuestra armadura
para el combate que se nos viene, y se nos viene luego” ¿Tú también lo
crees?

_ Estamos en la cima de la montaña viendo cómo se acercan nuestros


enemigos. El miedo que sientes es porque percibes lo mismo que yo.
Intuyes que tendremos mucho que sufrir, tendremos que dar testimonio, y
ese testimonio quizás nos lleve a la muerte. Pero no estamos solos en esta
batalla. Confía en lo que te digo, créeme chiquillo, créele a tu papá.

_ Mira papá, no es un asunto de creerte o no. Nuestra familia es una


familia desenchufada de la realidad. ¿Qué tanto problema se hace para
aceptar firmar el Contrato de la Solidaridad Globalizada? Hasta el mismo
Papa encabezó en la O.N.U la promulgación del acuerdo mundial. Si no
lo firmas luego papá, nos vamos a quedar sin seguro de salud, yo sin
poder ir a la universidad y creo que mi tío Manuel va a tener que cerrar la
naviera porque no le van a aguantar seguir comerciando sin tener su
número asignado. ¿Entiende a lo que voy? Estaríamos mucho mejor si te
dejaras de fanatismos y dieras el paso como lo están haciendo todos. Fíjate
que ahora las cosas funcionan mucho mejor, hay más orden, menos
corrupción, todo es igual en todas partes y los únicos locos somos los
católicos tradicionalistas que hasta están llegando a traicionar al Papa por
la porfía y la dureza de sus corazones. La religión que nosotros
profesamos ha sido ya proscrita por la sociedad. Por lo demás, yo no sé
qué tienes en contra de la tecnología. No tienes en la casa ni siquiera un
microondas, tienes un computador del año 2000 y para colmo no nos deja
sacar cuentas en ninguna red social. Te gusta tener todo controladito,
manera de tenernos confianza.
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_ No sé si ponerme a llorar o a reír hijito lindo. ¿No te das cuenta que


todo ese discurso del gobierno mundial y la paz para el mundo es una
mera trampa? Todas las profecías se están cumpliendo, incluso la del
famoso contrato: el que no tenga el número de la bestia, no podrá hacer
negocios dice el Apocalipsis, y además…

_ Me tienes lleno con tus cosas papá, mejor me voy a la casa. Estoy harto
de vivir como un paria en la sociedad por culpa tuya y apenas cumpla los
dieciocho voy a firmar el documento. Se me van a abrir muchas puertas y
ahí no vas a poder hacer nada. Hasta el momento yo lo que he hecho con
mi vida es para puro complacerte: querías que hiciera atletismo, lo hice;
querías que aprendiera violín, lo hice; querías verme vestidito de acólito,
lo hice y ya no voy a seguir haciendo cosas para puro complacerte, ahora
voy a hacer lo que realmente me gusta. Si tu idea era la de volver a verte a
ti mismo en tus hijos, al menos en mí no lo vas a ver.

Matthew sintió como si un puñal le atravesara el pecho. Hacía años


que no le había dolido el corazón de esa manera, las palabras de su hijo se
lo habían traspasado y sentía como una nube negra comenzaba a cubrirle
la mente.

Terminó de comprar y con paso cansino se dirigió a su casa. Ian ya


había vuelto y se había encerrado en su pieza, mientras que Matthew muy
afectado se había quedado afuera en el jardín. Desecho y compungido se
sentó en una banca de piedra que tenía frente a una pequeña gruta que
había construido él mismo en honor a Nuestra Señora de Fátima, que con
su dulce rostro y rodeada de hermosas flores constituía un solar dentro del
pequeño jardín. Matthew con sus manos hundidas en su cara, de pronto
sintió que alguien apretaba sus hombros cariñosamente.

_ Espero equivocarme, pero parece que mi hermano mayor tiene en su


alma una aflicción muy grande, ¿o no Matthew? – Matthew se volteó y ahí,
detrás suyo luciendo una desgastada sotana estaba su hermano cura.

_ ¡Padre!, déjame saludarte primero como sacerdote- Matthew se inclinó


frente a él, le besó la mano y Christian lo bendijo.- Ahora te saludo como
mi hermanito chico.- Matthew lo abrazó con fuerza, mientras que
Christian hacía lo mismo con él. Y así se quedaron por un buen rato.
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_ Pucha que te han salido canas Matthew. ¡Qué gusto verte nuevamente
hermano! ¡Qué alegría me da poder abrazarte y escucharte después de
tantos años!

_ Aquí me tienes, con muchas canas y viejo, pero tú estás igual, ¡qué
increíble! No has cambiado nada, sólo que estás bastante gordo.
_Sí, estoy consciente de que se me anduvo pasando la mano con tanto
coctel y ceremonias allá en Roma, y lo que no se comía mi jefe, me lo
comía yo, y la comida italiana… ¡uf, es una delicia! Pero dime ¿cómo
estás? Te noto triste, hace tiempo que no percibía en ti ese dejo de
aflicción que solías tener de cabro.

_ Christian estoy lleno de problemas. Se me está viniendo el mundo al


suelo y creo que comienzo a atravesar por una etapa muy dolorosa. Pasé
dieciocho años en una relativa paz, llevando una vida casi idílica, con mi
familia, con mi trabajo, demasiado tranquila, según yo creo. Traté por
años de hacerle el quite a la realidad que venía venir porque no quería
volver a caer en la depresión que me torturó durante gran parte de mi
juventud y que la tenía más controlada, aunque presente. Siempre ha
estado ahí, asechándome para que vuelva a caer…y la verdad es que ahora
mis fuerzas se han agotado y estoy sucumbiendo. ¿Por qué Dios permite
que sufra de esta manera? ¿Querrá verme nuevamente comportándome
como un loco desesperado ante la realidad que me es imposible cambiar?
Me lo había prometido a mí mismo hace muchos años, pero ahora ya no
puedo seguir engañándome. Me he dado cuenta de que he fracasado en
mi familia, en mi trabajo, y he comenzado a….a…perder la fe. Todo mi
entusiasmo juvenil respecto de los actos de piedad, respecto de la oración
y de la contemplación se han estado enfriando a medida que han pasado
los años. No he dejado la Misa, pero mi oración es casi nula, árida. Hay
días en los que ni siquiera rezo…imagínate Titian que aquello que me
sostenía ya no me sostiene. Ya no vibro, y a pesar de que sigo
defendiendo aquello en lo que he creído toda mi vida, a veces me siento
como un idiota cuando me digo a mí mismo: ¿qué estoy diciendo si ni yo
mismo me estoy creyendo ésto? Acabo de aconsejar a Ian diciéndole las
mismas cosas que he repetido durante años: que confíe en Dios, que rece,
y me siento como un fariseo que predica y no practica. Yo que era el
paladín de la oración, he perdido el fervor y la devoción de mis años de
juventud. Creí haber llevado una vida, pero me he engañado todos estos
28

años pensando en que estaba haciendo las cosas bien y no era así. Soy un
fracasado, un idiota, un dejado de Dios, un pésimo católico y peor padre y
esposo.

Ambos se habían sentado en la banca. Christian de frente a la


Virgen y Matthew de lado, había apoyado su frente en el hombro de su
hermano, y éste a su vez había puesto su mano sobre el hombro de
Matthew, quien se había largado a llorar amargamente al terminar de
hablar. Mientras tanto arriba Ian asomado por la ventana de su pieza, vio a
su padre llorar abrazado a su tío cura quien lo consolaba. Sintió lástima
por él y al mismo tiempo animadversión, pues ya no lo soportaba. Un
sentimiento de desprecio hacia su progenitor comenzó a anidarse en su
corazón. Cerró la cortina y recostándose en su cama, agarró su netbook y
se puso a navegar por la red.

_ Matthew…hermano por favor no pienses esas cosas. Es pecado grave


desconfiar así de Dios, dudar de su Providencia, y dejarse arrastrar por la
desesperanza. Te desconozco, tú sólo lo dices porque estás angustiado,
porque se te ha nublado nuevamente la mente y has de estar pasando por
una prueba tremenda. Tú llevas una vida impresa de una visión
sobrenatural, estás empapado de vida sobrenatural y no te das cuenta
porque es tan parte tuya que no lo percibes como tal. Desde que tengo
uso de razón que te he visto cuestionando tu relación con Dios y te das
vueltas y vueltas porque te gusta complicarte la vida. Dios te ha regalado
una familia hermosa, una profesión que más que profesión es una modo
de vida y por encima de todo te ha bendecido con la fe. Mira hermano,
durante mis años de sacerdote he escuchado a muchas personas y he
conocido gente que ha pasado por lo mismo que tú estás pasando y
comprendo lo que te ocurre. Tú no has perdido la fe, ni la vas a perder,
sólo se ha enfriado un poquito y yo sé porqué. Hay razones externas y
otras internas. Externas, porque las cosas como se están dando en nuestra
Iglesia están trayendo mucha confusión, mucho escándalo y sé que eso te
afecta. Pero no sólo te afecta a ti hermano, nos afecta a todos, lo que
ocurre es que cada uno reacciona de distinta manera. Internas, porque
llevas años y años luchando y luchando con un voluntarismo que es casi
enfermizo en ti. Yo te conozco, fuiste mi primer maestro, gracias a ti
descubrí mi vocación y no sabes lo agradecido que estoy de tenerte como
hermano. Estás pasando por una crisis, por una de tus clásicas crisis y en
29

ellas todo se ve involucrado. Lo ves todo negro, sin salida, pero tú sabes
que nuestro Padre nunca nos cierra las puertas, siempre hay salidas.
Como te lo decía recién, tú tienes una fuerte tendencia al voluntarismo, te
propones luchar y luchar con tus propias fuerzas y claro, como somos
creaturas débiles terminas agotado. No se puede luchar contra el mundo,
contra la carne y contra el demonio sin la Gracia que viene de Dios. Se
parte derrotado. Confía en Dios y que Él te ayudará. Sólo pide que te
entregues con una confianza ilimitada, como una guagüita en los brazos de
su mamá. Estás siendo probado en tu fe, estás pasando por una noche
oscura, estás atravesando por una tentación muy grande de querer
abandonarlo todo porque te sientes sin fuerza ya para luchar. Sólo vas a
salir adelante en la medida que le entregues a Dios todo esto que te
sucede y tú Mateo lo sabes porque siempre me lo decías.

_ Sé que es pecado grave dudar de Dios y de sus designios y no aceptarlos


tal como vienen, pero ¿Cuál es la receta entonces padre, cómo me entrego
así a Dios como tú dices? ¿Es necesario hacer algún tipo de oración
especial para superar esto? No soy de los que pasivamente se quedan
esperando a que las cosas se solucionen solas. Yo no me puedo quedar de
brazos cruzados esperando a que un milagro opere y me arregle la vida.
Me da miedo pensar en el futuro, estoy en verdad aterrado porque
vislumbro cosas horribles y me ahogo pensando en cómo solucionarlas y
¿qué logro? Que mi pecho se apriete como una roca, que me asfixie y que
ni siquiera quiera mirar al Cielo porque tengo terror a ser probado.
Prefiero permanecer oculto, en silencio frente a la mirada de Dios antes
de pedirle que quite de mis espaldas este yugo de problemas.

_ ¿Te estás creyendo que nuestro Señor anda como un águila esperando
dejarse caer sobre ti para probarte como un sádico? Él espera que te
acerques como un niño se acerca a su padre. Tu eres papá, ¿acaso si uno
de tus hijitos se te acerca para pedirte ayuda lo vas a rechazar y le vas a
poner una carga más grande? Piensa lo que estás diciendo. Cuando caes
en el voluntarismo, es como si cayeras en una moral kantiana, que hace lo
que tiene que hacer porque es un mero deber y no por amor a Dios.
Debes poner tu confianza en Dios, confianza absoluta.

_ ¿Cómo poder poner mi confianza en Dios? Ese ha sido mi drama


siempre. No es que dude de Dios, es mi propia debilidad la que me aleja
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de Él. Sí, está bien, confío en Dios, pero en la práctica vivo asustado
porque tengo miedo, miedo a las pruebas, miedo a que me arrebate lo
que me ha dado gratuitamente. Sé que en cualquier momento lo puedo
perder todo.

- Llega un punto en que ya no puedes hacer nada, absolutamente nada.


Esto se acabó, no me queda nada más que entregarme y listo, no hay nada
más que hacer. Soy un instrumento de la voluntad de mi Dios, que él me
muestre el camino, a través de las circunstancias, a través de mi prójimo.
Por lo demás Dios conoce nuestras necesidades antes que nosotros. Sabe
de nuestros miedos, de nuestras angustias, de nuestras penas, pero está
esperando que nosotros le pidamos lo que necesitamos y que se lo
pidamos con confianza. Hay tantas bellas oraciones que puedes rezar si a
ti no se te ocurre como dirigirte a Él. Al rezar no hace falta sentir nada, ni
un remezón en nuestra alma, ni elevaciones místicas, porque tal como me
lo enseñaste la fe no es un sentimiento, la fe no es un asunto de
emociones. ¿Acaso crees que en el momento de la elevación de la hostia
consagrada es necesario que “sientas” que Dios está presente en ella? No,
pues hombre, lo sabes por fe, por la fe en este santo misterio que
convierte el pan en el Cuerpo de nuestro Señor. Dile a Dios con
confianza: “Dios mío, Señor mío, te entrego mi dolor, te pido para que
aumentes mi fe y me infundas tu Gracia, ayúdame a serte fiel. Ayúdame a
ser perseverante, ayúdame a que vuelva a recuperar la confianza en la
oración, porque en el fondo sé que me escuchas y que no me vas a
abandonar a mi suerte. Diste tu vida por mí, y yo quiero corresponderte
siéndote fiel hasta el final, pero únicamente lo lograré si Tú me ayudas”.
O algo más sencillo aún: “Señor, aumenta mi fe, vuelve a ser mi amigo
que yo sin ti no vivo”. No te preocupes, la aridez va a pasar. Pero dime,
¿qué es aquello que temes perder?

- Me daría lo mismo si yo estuviera solo en el mundo. Me daría lo mismo


quedarme en la calle si estuviera solo, pero no lo estoy. Tengo una familia
que depende de mí. Mira lo que está pasando a nuestro alrededor, es
horrible, se nos viene la montaña encima y tengo mucho miedo, estoy
aterrado.

_ No temas, no hay que temerle a lo que viene, al contrario, demos gracias


a Dios porque los tiempos están llegando. Efectivamente, vienen grandes
31

tribulaciones, la gran prueba. No debes tener miedo, al contrario, mírame


a mí, yo estoy más feliz que nunca. Dios permite todo esto para hacer una
criba, es una prueba de fe muy grande para nosotros porque pareciera que
Dios estuviera dormido, como en la barca en aquel temporal. ¿Y qué le
dijo nuestro Señor a los apóstoles cuando le pedían que los rescatara?:
Hombres de poca fe. Por eso hoy más que nunca hay que estar atentos y
orar, sobre todo orar y velar como en la parábola de las vírgenes necias,
no vaya a ser que llegue el esposo y no nos encuentre preparados. Más
rato cuando estemos reunidos adentro, les voy a contar unas cuantas cosas
que deben saber sobre lo que está pasando en la Iglesia y sobre lo que
deberemos enfrentar, así que dejemos esta conversación pendiente... Con
respecto a lo de ser un mal esposo y padre, no lo dices en serio. Has sido
un buen esposo, tu Angelito te ama como a nadie en el mundo, tus hijos
también, y….- Matthew le interrumpió.

_ ¿Crees que mis hijos me aman?

_ Por supuesto, ¿por qué dices eso?

_ Porque siento que les arruiné la vida.

_ Por favor Mateo, por favor, está tremendo hoy día… ¿Arruinarles la
vida? ¿De dónde sacaste una tontera semejante? Tus primeros
admiradores son tus pollitos. Cuando me escriben e-mails hablan de su
padre con un cariño, con una devoción que ya la quisiera cualquier papá.
_ ¿Ian te escribe?

_ Solamente me escribe para saludarme por mi cumpleaños o por


navidad. Pero es que este sobrino mío no es de andar escribiéndose con el
tío cura.

_ Fracasé como padre con él, y me duele hasta lo más profundo de mi ser.
Acabo de tener una conversación muy tensa sobre varias cosas que no me
había dicho antes y llegué a la conclusión de que me odia.

_ ¿Crees que nuestros papás se sienten fracasados como padres porque


Thomas salió rebelde, se mandó a cambiar a Australia y por allá tiene sus
aventurillas? Nada que ver. Los padres son los encargados de formar a los
32

hijos, de entregarles cariño, educación, alimento, pero llega un punto en


que la libertad de los hijos se ejerce y los padres no pueden hacer nada
más, excepto aconsejar y orar. Nuestros padres están orgullosos de todos
nosotros, hasta del Tommy; al que aman con todo su corazón a pesar de
sus errores. Yo sé que nuestro hermano nos ama a todos, sé que está
agradecido de mis papás, pero su orgullo puede más. Cree que nosotros
lo juzgamos y esto no es cierto porque nosotros no somos así. En cada
misa que digo, pido por él, sobre todo por él porque es el que más lo
necesita, y el valor infinito de la misa tarde a temprano va a actuar sobre él
y lo va a traer de vuelta. Tu hijo Ian es muy parecido a Thomas, y sé que
siempre te acuerdas de nuestro hermano cuando estás con él y sufres
porque no quieres que le siga los pasos. Sigue aconsejándolo, sigue
amonestándolo, sigue amándolo como sangre de tu sangre y carne de tu
carne. Algún día se dará cuenta de que su papá tenía razón. Está en una
edad complicada, en tiempos caóticos, ponte en su lugar y trata de
entenderlo, no de justificarlo. Ya no es un niño chico al cual retas y lo
mandas castigado a su pieza. Él ya está grande y necesita otro tipo de
relación contigo y con Ángeles. Nadie le enseña a uno cómo educar a un
hijo adolescente. Te van a venir con miles de consejos, pero al final todo
depende del carácter y de la personalidad del muchacho.

_ ¿Y qué puedo hacer Titian? ¿Qué puedo hacer por él? Es mi hijo y yo
lo amo y sufro cuando veo que se está yendo por mal camino.

_ Vuelve a conversar con él, pero tranquilo. No vayas con la


predisposición de “yo soy tu padre, me las sé todas y sé lo que te
conviene”. Advierte, aconseja, corrige, hasta ahí llega tu responsabilidad.
Él puede optar, va a hacer uso de su libertad y allí él va a tener que dar
cuentas por lo que ha elegido.

Justo en el momento en que Titian terminaba la frase, la puerta de


reja de la casa de Matthew se abrió y tomados de las manos entraron
Manuel con Isabel quienes venían a saludar al hermano recién llegado.
Vieron a Matthew y a Christian sentados frente a la Virgen e Isabel corrió
a saludar a su hermano menor que se levantó presuroso a saludarla.
33

_ ¡Titian, Titian!, déjame abrazarte….oye padre estás bien salidito de carne


¡ah!, aquí te vamos a poner a dieta. Que felicidad tenerte en Chile de
nuevo. Manuel, ven a saludar a tu cuñado.

Manuel, el único amigo de Matthew desde su infancia, al verlo


inmediatamente lo notó afligido. Matthew se secó disimuladamente las
lágrimas sin moverse de su asiento. Manuel se acercó a su cuñado
sacerdote, lo abrazó y se volvió hacia donde estaba su amigo. Por su parte
Isabel, le dio un beso en la frente a Matthew y luego se entró a la casa del
brazo de Titian.

_ Matthew, hola viejo. ¿Me puedo sentar contigo? - Matthew asintió y


Manuel se sentó a su lado, permaneciendo en silencio por largo rato.- Si
necesitas conversar, soy todo oídos.

_ Manuel…estoy cansado, muy cansado y terriblemente desesperado, con


una angustia que me hace tiritar. Llevo años aguantándome, luchando por
estar alegre. He tratado de tomarme las cosas sin mayores complicaciones,
pero a esta altura del partido he reventado y estoy cayendo al foso de mi
depresión y de mi angustia. Se me vino encima todo un lote de
problemas, un manojo de contrariedades a las que me tengo que
enfrentar.

_ Oye amigo, has salido adelante muchas veces. ¿Te acuerdas cuando te
operaron del corazón? Todos nosotros pensábamos que íbamos a
perderte porque estabas muy débil, y sin embargo tú estabas feliz, como
tuna, cero preocupación, animándonos a todos porque decías que tu
cirugía era muy común, que te ibas a recuperar pronto e ibas a volver a
ser el pesado majadero de siempre. ¿Qué puede ser peor para ti? ¿Qué
problemas pueden ser tan grandes para tenerte bajoneado Mateo?

_ Quiero que entiendas que soy un agradecido de Dios por todo lo que
me ha dado. Cuando nació Matthew creo que fue el momento más feliz
de mi vida. Después fueron llegando mis niñitos y mis hijitas. Mi Angelito
es una bendición del cielo, y no tengo palabras para agradecerle a nuestro
Señor por mi familia. Pero el paraíso apacible no me iba a durar para
siempre. Me van a despedir de la universidad y me voy a quedar sin pega.
Tengo que terminar de pagar esta casa, la universidad de Matthew, los
34

tratamientos dentales de los niños, el auto, el minibús..., estoy hasta el


cogote con las deudas. Ian se me está escapando de las manos, y lo veo
perderse como Thomas, quien tuvo la desfachatez de decirme el día que
me casé que no se iba a perder, que se iba a portar bien, y ya ves, a las
palabras se las llevó el viento. Estoy preocupado porque no he firmado el
famoso contrato mundial, y no pienso hacerlo, y como no tengo el
número asignado, comienzo a tener problemas: no me quieren atender en
la clínica, no me reciben los pagos de los préstamos. La batería de mi
marcapasos dura diez años y ya los cumplí. Va a comenzar a fallarme en
cualquier momento. Si no firmo el contrato y me chipeo, no podré
encontrar trabajo en ninguna parte. Pero lo peor es que estoy perdiendo
la fe en la Iglesia y me siento como un huérfano sin madre a quien
aferrarse.

_ Para un poco, que así como lo planteas, hasta a mí se me produce una


sensación de vértigo. No te preocupes porque no estás solo compadre. Yo
te puedo ayudar con casi todo eso que me has dicho, salvo lo de tu fe en
la Iglesia, eso se lo dejo a Titian. No te angusties por lo del famoso y
demoníaco contrato mundial, ¿cómo dice el dicho? Hecha la ley, hecha la
trampa, o cómo sea que diga el dicho. Ya sabes como soy yo, soy astuto y
ya sé cómo burlar al diablo. Ni el mismo Papa este, heraldo del Anticristo
como le digo yo, nos puede obligar a firmar una ley inicua, no estamos
obligados a obedecerla. Confía en tu cuñado. Puedo ayudarte a terminar
de pagar la casa, a pagarle la universidad a mi ahijado…y sabes qué más,
no creo que te echen de la universidad. Le das prestigio al instituto y
saben que si te vas, muchos alumnos se van a ir contigo. De Ian no me
preocuparía, son cosas de la edad y está tentado por ingresar al orden
mundial. No le hagas caso, siempre ha sido así tu hijo, bueno para llevar la
contra.

_ ¿Qué sería de mi vida sin mi viejo amigo Manuel Etcharren? Siempre


tirándome para arriba. Gracias Manuel por tus ofrecimientos, pero no
tendría cara para soportar que me pagaras la casa, gracias, pero olvídate,
yo tendré que arreglármelas. Además, tú también tienes tus gastos, tus
hijos necesitan más que nunca que los apoyes. Exploté con Titian, qué
desubicado soy. Viene llegando y yo me pongo a llorar en sus brazos
como un niño chico. Oye Manuel, y a mis sobrinos, ¿no los trajeron?
35

_ Tus cuatro sobrinos están en una reunión general de su equipo de


Rugby y van a ir a la casa de tus papás más tarde para saludar al Titian.
Me da no sé qué llamarlo Titian si es un padre. De repente no sé cómo
tratarlo, si decirle Christian, o padre, o Titian. Las cosas de la vida
Matthew, nosotros ya éramos amigos cuando tu mamá lo tuvo. No me vas
a creer, pero me acuerdo como si fuera hoy cuando fuimos a la pieza de
tus papás y tú de seis años, lo sacaste de la cuna con un cuidado único y
recién nacido me lo pasaste para que lo tomara. El padre Titian, ¡quién lo
iba a decir! Oye, a propósito de tus hermanos, ¿supongo que Sean sabe
que se está acabando la pila del marcapasos? El mismo te lo puede
cambiar. Se ha hecho la media fama como cirujano cardíaco y te lo puede
hacer sin tener que andar firmando tonteras.

_ Se me había olvidado eso de la reunión de los cabros, Dominic y


Christian también fueron con sus primos. En cuanto a mi corazón, te voy
a contar lo que está pasando. Mi papá y Sean están trabajando en un
proyecto medio ilegal, medio de catacumbas. Tú sabes que trabajan
juntos: mi papá atiende a sus enfermos del corazón y si necesitan cirugía
se los deriva a Sean. Bueno, la cosa es que en la casa de mis papás están
instalando una especie de clínica para todos los que no han querido firmar
el contrato y ahí los atienden con un grupo de enfermeras y otros colegas
médicos de distintas especialidades que están por la misma causa. Esto no
lo sabe casi nadie, es un secreto, y la cosa está creciendo. Por eso mi
Matthew se fue a vivir a la casa de mis papás. Como está en primer año de
medicina, anda reclutando gente en su facultad, casi como un espía. Mi
mamá está tan feliz de tenerlo allá, me dice que es como volver a tenerme
a mí en mi pieza.

_ ¿En la casa de tus papás? ¿Y adonde? No hay ni huella de clínica


clandestina. O soy muy pájaro o están trabajando realmente bien.

_ En el subterráneo, viejo, y está quedando muy buena. Hablé con Sean y


está al tanto de mi problema con el marcapasos ya que él me hace
mensualmente un control para ver cómo funciona. Todavía le queda
batería, pero no me puede asegurar nada, y para comprar uno
nuevo…adivina, el famoso contrato. Tiene que conseguírselo en el
mercado negro y no sabemos cuánto se va a tardar. Mi corazón está tan
deteriorado que necesitan ponerme uno más complejo, con más
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funciones. Además están recién habilitando un pabellón en el subterráneo


que va a tener todo lo que se necesita para funcionar adecuadamente. Así
que por ahora, tengo que esperar no más y confiar en que la batería no
me va a fallar. Manuel, lo de la clínica es secreto. Imagínate que ni
siquiera tú lo sabías y es porque están empezando y no quieren que la
noticia se dispare y llegue a los oídos equivocados. Es una labor muy
peligrosa la que están haciendo mi papá y mi hermano, si los pillan…no
quiero ni pensar. Ya viejo, vámonos para la casa, por lo demás traje estas
cosillas del supermercado para servirnos de aperitivo.

Ambos amigos entraron a la casa y se dirigieron a la cocina donde se


encontraba Ángeles, Isabel y el padre Christian el cual tenía en sus rodillas
a la hija menor de Matthew. Ella nunca había estado con su tío cura y
tenía muchas ganas de conocerlo y corrió a sus brazos al verlo llegar.
Sentada en las rodillas de su tío había apoyado su cabeza contra el pecho
del cura que estaba encantado con su sobrina. El padre Mansfield es de
aquellas personas que irradian alegría, siempre sonriente y amable, cosa
que para un cura es muy importante porque es capaz de hacer que las
personas confíen en él y no lo vean como un hombre serio, frío y lejano.
Había sacado de su bolsillo unos santitos y se los había regalado a su
sobrina quien estaba fascinada viendo las imágenes. Ella al ver entrar a su
papá, dio un salto y corrió a saludarlo.

_ Papito, mi tío me regaló estos santitos, míralos, están súper lindos.

_ Hola mi Angelita chica, ¿le diste las gracias a tu tío Titian?

_ Sí papá, ¿puedo ir a jugar un rato al patio?

_ Claro mi niñita.- La niña salió corriendo y quedaron los adultos. María


de los Ángeles trabajaba afanosamente preparando las cosas para comer,
ayudada por su cuñada, mientras que los hombres se habían sentado a
conversar en la mesa de la cocina donde se reunía la familia a comer los
días de semana.

_ Llamé a Sean para que también venga con la Rosario, pero van venir
más tarde porque Sena tenía un montón de pacientes que atender en la
consulta. No se hagan ilusiones de comer un banquete, les estoy
37

preparando algo bien sencillo, así que caballeros les pediría que se fueran
a conversar al living y se lleven sus traguitos y las cosas para picar.
Matthew, ven, tienes los ojitos colorados, ¿estás bien?

_ Sí Angelito…un poco triste nada más, no te preocupes.-

Matthew la besó y se fue al living junto con su hermano y su cuñado.


Titian de inmediato fue a observar la maravillosa colección de libros de su
hermano que venía juntando desde muy joven, logrando una cantidad
considerable de volúmenes. Matthew se sentó en su sillón favorito,
mientras que Manuel no paraba de echarse maní a la boca.

_ Realmente Matthew tu biblioteca es buenísima, vas a tener que


prestarme algunos librillos. Bueno, bueno, me voy a sentar, estoy
agotado. Me bajé del avión y me vine de inmediato para Viña, y a mí los
viajes me fatigan mucho. La gente me miraba como si fuera un marciano
al verme con sotana. Cada día va a ser peor y no sé si pueda seguir
usándola en la calle, después de las advertencias que nos hizo el Papa la
última vez.- En eso entró al living Matthew Hugh que venía llegando.
Matthew H. es un muchacho apuesto, casi calcado a su madre, con un
rostro agraciado. Había decidido irse a vivir a la casa de sus abuelos, para
ayudarlos y acompañarlos más ahora que estaban en pleno trabajo con la
clínica que estaban armando.

_ Tío Titian, ¡qué gusto verlo!

_ ¿Cómo está el mayor de mis sobrinos? Veo que alcanzaste a tu padre en


altura. ¿Así que estás viviendo con mis papás?

_ Si padre, y ellos están fascinados. Dicen que tengo el carácter distinto a


mi viejo y me han contado hartas anécdotas de cuando ustedes eran
chicos. Hola tío Manuel…hola papá. – Matthew H. se acercó a su papá y
lo saludó con un beso. Su padre levantó la mirada y le quedó mirando
agradecido, sintiendo un estremecimiento de emoción en su cuerpo, el
cual fue percibido inmediatamente por su hijo.

_ ¿Estás bien papá? ¿Qué te pasa?


38

_ En una milésima de segundo volví al pasado en ti viendo lo parecido


que estás a tu madre y a mí. Cuando te veo hijo, me veo a mí mismo
cuando tenía tu edad y se me vienen a la cabeza un montón de recuerdos.
Tú no te pareces en nada a mí, en cuanto al modo de ser. Yo a tu edad
era un melancólico empedernido que vivía soñando y soñando sobre mi
futuro. Tienes el rostro, los ojos, el pelo de tu mamita, pero la fisonomía
la heredaste de mí, y por eso cada vez que te veo, me veo a mí mismo a tu
edad. – Matthew padre repentinamente se puso a reír. - ¿Saben lo más
gracioso de todo? Nunca pensé que mi infarto a los veintidós años me iba
a cambiar la vida. Tu hijo, viste las fotos que tengo de mi época deportiva.
Después de mi infarto no puede seguir corriendo como lo hacía antes de
enfermarme. Hice una vida relativamente normal, pero más calmada hasta
que me implantaron esta cosa que me ha servido para mantenerme con
vida. Mi calidad de vida no se ha visto mayormente alterada excepto por
detalles que son más bien anecdóticos. Cada vez que voy a un
supermercado tengo que hablar con los guardias para avisarles que no me
he robado nada cuando suena el pitito de los pórticos de seguridad. Es
todo un atado, llega a ser chistoso y no me queda otra que reírme de mí
mismo. Ni hablar de jugar fútbol, ni rugby ni cosas bruscas. Se acabaron
los juegos de peleas con mis hijos, porque me pueden pegar en el pecho
donde tengo el aparatito. Será de Dios que privándome de algunas cosas,
a lo mejor me entrega otras.

_ Lo importante hermano, es que estás bien. .- Repentinamente entró al


living Ian listo para salir.

_ ¿Vas a salir Ian?

_ Sí papá….hola tío Manuel.

_ Hola Ian.

_ Hola Matthew.

_ Hola hermano.

_ Oye viejo, tengo un compromiso y quiero saber si me puedes dar un


resto de plata para comprarme algo para comer y para la micro.
39

_ ¿Me estás pidiendo permiso o me estás informando que vas a salir? Y


supongo, además, que no me vas a decir hacia donde te diriges… ¿es muy
importante tu famoso compromiso? Preferiría que hoy te quedaras en la
casa aprovechando la visita de tu tío…Ian mírate ¡cómo vas vestido!, ¡qué
pareces niño! Vas todo desordenado y con esa ropa tan, no sé, tan poco
varonil. Andas con los pantalones que más parecen falda- pantalón y la
camisa… ¡Dios mío! Parece que no te voy a dejar más que te compres la
ropa tu solo.

_ Pero pucha papá, no seas aguafiestas. Ya me comprometí a ir.

_ Oye Ian, hay algunas cosas interesantes que les voy a relatar y creo que
necesitas conocerlas. ¿No te intriga saber por qué volví a Chile?

El adolescente clavó su mirada sobre su tío quien a su vez lo


contemplaba esperando una respuesta. Los penetrantes ojos azules del
padre Mansfield le hicieron comprender que no tenía escapatoria y que su
salida iba a tener que ser postergada. Se dejó caer en el suelo, junto a la
mesa de centro y siguiendo los pasos de su tío Manuel, comenzó a comer
de las cosas que su padre había comprado.
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Capítulo 2

“Si es verdad que los cristianos le han esperado


cuando no venía, el mundo no le esperará. Si es verdad que los cristianos
han creído discernir signos de su venida cuando no los había, es
igualmente cierto que el mundo no acertará a ver los signos de su venida
cuando los tenga ante sus ojos”

John Henry Newman

En ese instante aparecieron también los demás hijos de Matthew:


Dominic de 14, Annie de 12 ,Christian de 11, Teresita de 8 y Ángeles de
6 años, seguidos de su mamá, de Isabel y de los recién llegados: Sean
hermano menor de Matthew, quien a su vez se había casado con la
hermana menor de María de los Ángeles, Rosario, hacía unos años.

_ Vaya, vaya, parece que la cosa se armó. Vengan a saludar a su tío cura. –
Los niños se le abalanzaron y lo saludaron cariñosamente. Sean esperó a
que sus sobrinos dejaran libre a su hermano mayor y acercándose
lentamente, le besó la mano y luego lo abrazó.

_ Hola Sean, el cabro chico... ¿cuánto es que cumpliste?

_ ¿Por qué nunca te acuerdas qué edad tengo Christian? Ya cumplí los 31,
y tú a ver déjame sacar cuentas: Matthew 41, Isabel 39, Thomas 37, tú 35,
Peter 33, y yo 31. Estamos harto viejitos. ¿Han sabido algo de Peter?

_ Sigue en el sur y a pesar de que nos hablamos a diario, yo no sé que


está haciendo realmente. Algo está planeando. Se compró una parcela
perdida entre los fiordos de Aisén y yo no sé cómo su señora le aguanta el
hecho de haberse ido tan lejos. Pero bueno, le gusta la investigación
forestal y está haciendo un trabajo de conservación de especies autóctonas
y según tengo entendido está por abrir un logde que construyó él mismo.
Ahora yo desconozco quien se lo está financiando. No sé qué le pasa a
Peter que aparte de contarme un par de cosas no ha querido entrar en
detalles acerca de lo que está haciendo ni de dónde saca plata para vivir y
41

hacer todo lo que hace. Espero y confío en su buen criterio y que no esté
haciendo estupideces con gente del gobierno mundial - dijo Matthew.

El sacerdote se hundió en el sillón, acomodándose como para


contar una larga historia. Sus ojos azules escondidos tras sus inseparables
anteojos brillaban y estaban saltones por la ansiedad de relatarles a sus
familiares las noticias que traía desde Roma. Sus manos jugaban
nerviosamente con el rosario, enrollándolo una y otra vez en sus largos y
toscos dedos, haciendo con sus cuentas bollos que desenrollaba cuando ya
parecía que nunca iba a poder estirar.

_ Bueno, ya que estamos casi todos reunidos aquí, les voy a contar la
pequeña gran historia que me ha traído de vuelta a mi patria y a mi
familia. Como todos saben desde hace dos años que soy, más bien, era el
secretario personal del superior de mi congregación, La Comunidad de
los Padres de Trento, los Tridentinos, fundada hace más de veinte años.
Su fundación se realizó con el fin de rescatar la vida sacerdotal que
prácticamente está muriendo en la Iglesia. Seguimos, en parte, el espíritu
de la regla de San Benito y practicamos el estilo de vida de una
comunidad de sacerdotes que viven como semi-ermitaños que se dedican
al estudio, a la meditación y por sobre todo a la Misa Tradicional, junto a
la enseñanza y predicación de la doctrina, ayudando en esta tarea a los
párrocos que piden…o pedían, nuestra colaboración para la preparación
del catecismo de los niños de primera comunión y confirmación. En fin,
para qué les voy a relatar los detalles. Vivimos en comunidad, pero cada
uno en su ermita, como se dice en buen chileno, juntos, pero no
revueltos. Sólo me resta decir respecto a este punto que contábamos con
la aprobación canóniga y que todo se había desarrollado en perfecta
tolerancia con las autoridades vaticanas que hasta el momento no nos
habían puesto mayores trabas, ni exigido aquello que no deseábamos
firmar. ¿Cómo fue que llegué a formar parte de la comunidad? Después
que me ordené, me di cuenta de que en mi seminario se estaban viviendo
momentos bastante complicados y que no podía seguir perteneciendo a
estos padres, a los cuales aprecio mucho, pero que desviaron el rumbo.
Fue por esto que solicité entrar a esta comunidad que respondía a aquello
que yo buscaba y no existiendo aquí en Latino América ninguna casa en
esos años, tuve que partir a Manchester donde fui acogido fraternalmente
por ellos. Allí conocí a nuestro al superior, que con el paso del tiempo
42

me tomó especial cariño y él, el actual cardenal Alosyius Bright, me eligió


como su secretario por lo que me vi en la obligación de partir desde
Manchester donde estaba mi comunidad a Roma donde está la Rectoría
de nuestra orden. Yo acompañaba a todas las reuniones importantes a su
Eminencia; como su secretario tenía que llevar su agenda, organizar las
visitas a las distintas comunidades, todo lo que es típico de un secretario
de un cardenal y además superior de los padres Tridentinos. Pues bien,
un día en que nos encontrábamos visitando precisamente mi comunidad
en Manchester me llegó un e-mail donde se nos citaba urgentemente para
Roma. De más está decir que a causa de la Misa Tridentina estábamos
teniendo muchos problemas con el Vaticano y que hasta ese momento
sólo se nos toleraba ser tan “tradicionalistas” para que no causáramos más
“olitas” en la Iglesia. Siempre hemos sido vistos con recelo. Muchos, por
no decir la mayoría, de los obispos diocesanos se niegan a recibirnos por
lo mismo de la misa tradicional y hemos tenido muchos problemas al
fundar nuevas comunidades porque si bien en algunas partes éramos muy
bien recibidos, en otras ni siquiera se nos permitía pernoctar de pasada. A
pesar de tener una gran cantidad de jóvenes interesados en conocer
nuestra obra, los párrocos y los obispos de algunas diócesis simplemente
nos declaraban como personas non gratas y nos vimos obligados en
muchas oportunidades a sacudir nuestras sandalias e irnos. Nuestras
comunidades sacerdotales han crecido en algunas partes muy bien, sobre
todo en lugares apartados. Estamos en veinte países, la mayoría en
Europa, en pueblitos lejanos que no contaban con sacerdotes y
actualmente contamos con treinta comunidades, con alrededor de noventa
sacerdotes. Disculpen, me estoy alargando mucho, ya voy llegando al
punto.

Como les estaba contando, el cardenal Bright, que dicho sea de


paso, ya era cardenal cuando fundó a los Tridentinos, no se extrañó en lo
absoluto cuando le comuniqué que desde el Vaticano solicitaban nuestra
presencia para reunirnos con el Santo Padre.

_ ¿Estuviste con el papa?

_Sí Isa, y no sólo esa vez, muchas veces… a cada rato nos mandaba a
llamar y para puro retarnos. Llamaba constantemente a su Eminencia
para llamarle la atención y por eso les decía que al cardenal Bright no le
43

extrañó este llamado y me dijo: “Padre Mansfield, vámonos mañana a


primera hora, usted sabe cómo son estas reuniones con el Santo Padre. Sé
que a usted le afecta mucho, trate de relajarse, vaya a preparar todo para el
viaje y encomiéndese a Dios porque tengo el presentimiento de que esta
reunión será más complicada que las anteriores”. Mi querido superior me
conoce bien. En ocasiones anteriores él había notado que ante los
exabruptos del Papa y en su presencia, yo me había puesto rojo, pasando
al morado, y me había tenido que morder la lengua para no faltarle el
respeto y ponerlo en su lugar, sobre todo después de ver cómo trata a este
anciano y ejemplar cardenal que se ha desgastado por la causa de Cristo y
por la salvación de las almas.

_ A mí este papa me produce cierta sensación de desconfianza. Perdona


Christian, mi ignorancia y quizás falta de respeto, pero yo lo llamo el
propulsor del Anticristo. ¿Has visto cómo se codea con ese estúpido
masón- judío, Secretario General de la O.N.U que cree que se las sabe
todas y anda el muy lindo predicando la paz mundial, la unidad de los
hombres, y el mundo feliz? Y el papa, fascinado sacándose fotos con él,
recibiéndolo como si fuera el mismo Cristo…sorry, disculpen, se me pasa
la mano algunas veces, pero ¿creerá que todos somos castrados mentales?-
decía Manuel mientras saboreaba un exquisito pisco sour que Isabel había
preparado para él.

_ ¿Realmente crees que ese pobre y triste payaso sea el Anticristo? A mí


me parece un idiota. No me lo imagino siendo algo tan “importante”, y ha
hecho puras leseras de poca monta. De un día para otro sale de la nada y
cual Felsenburgh, se pasea por el mundo. Yo creo que lo “hicieron” para
ponerlo donde está, si el tipo es un don nadie. Dice puras idioteces nada
más, como otros tantos que han aparecido desde que formaron el grupo
de los Elders.

_ No creas Sean que Manuel anda tan equivocado, no te engañes.


Déjenme seguir con la historia que se pone buena. Al día siguiente
tomamos el primer vuelo desde Manchester a Roma, dejando a la
comunidad muy acongojada porque en el fondo, todos sabíamos que este
llamado del Papa nos costaría caro. Ese día el clima estaba raro en la
Ciudad Eterna. Parecía como si la naturaleza estuviera preparándose para
algo terrible. Recuerden ustedes las palabras de Cristo cuando decía que:
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Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia


de las gentes, etc, etc…, precisamente el día que llegamos a Roma el clima
parecía explotar. Se siente en el ambiente, ¿no lo perciben ustedes?

_ Todo el tiempo, a cada instante, sea de día, sea de noche, la presencia


del mal, del Príncipe de este mundo se palma más viva que nunca.- Dijo
Matthew con la voz sombría y la mirada fija, sin pestañar, mirando el
techo de su casa. A todos los dejó helados por un momento hasta que el
padre Mansfield continuó con su relato.

_ Había estado amenazando con llover toda la noche y el día estaba


oscuro. Fue un día triste muy húmedo y heladísimo, más de lo habitual.
Llegados a Roma y después de pasar a dejar nuestras cosas a la Rectoría
de los Tridentinos, nos dirigimos caminando al Vaticano, pasamos por la
guardia y nos adentramos en los aposentos del Papa. Ahí nos esperaba el
secretario de su Santidad y unos cuantos cardenales más, el Prefecto para
la Doctrina de la Fe, el de los institutos religiosos y todos los pesos
pesados que se puedan imaginar. Nos hicieron pasar inmediatamente
junto a todos los demás cardenales. Yo no entendía qué clase de reunión
era, si era algo personal con mi superior o una especie de reunión
informal de cardenales. Entramos y sentado en su escritorio estaba el
Papa, leyendo unos papeles. Nosotros nos acercamos hacia él con el
propósito de saludarle, besándole el anillo, pero él ni se inmutó. Con la
mano nos señaló que nos sentáramos frente a él y siguió leyendo. Ayudé
al cardenal Bright a sentarse y yo me coloqué detrás de él de pie con el
portafolio a mi lado, esperando a que por fin nos atendiera. Los demás
cardenales se sentaron también al frente suyo y después de un incómodo
silencio de unos cinco minutos, el Papa se sacó sus lentes, y nos miró a
todos examinándonos detenidamente. Posó su vista sobre mi superior y
luego me miró a mí e hiso una sonrisita burlesca que a mí me molestó
muchísimo porque su actitud era extrañísima. Fue entonces cuando,
echado hacia atrás de su silla, con las manos jugando con su cruz pectoral,
comenzó con el discurso. Dijo algo así: (tienen que imaginarse la
situación, sacó una vocecita triunfalista, media eufórica. Miraba a sus
cardenales más afines con un sesgo de complicidad porque ellos algo
sabían, excepto dos cardenales que son nuestros aliados y que se miraban
sorprendidos entre ellos sin entender lo que estaba pasando en ese
minuto):
45

_ Eminencia, Cardenal Bright yo lo he citado aquí hoy para comunicarle


ciertas novedades que creo que deberá conocer de primera fuente. No me
gustaría que conociera estas noticias a través de terceros ni en
conversaciones de pasillo. Necesito de su mayor colaboración y
obediencia en esta magna tarea a la cual nos abocaremos. Usted sabe que
desde un tiempo a la fecha la Iglesia ha venido atravesando por una crisis,
en todo sentido: vocacional, litúrgica, etc. Pues bien, considerando las
actuales circunstancias voy a convocar a un Tercer Concilio Vaticano. – La
cara del cardenal Bright se iluminó y yo me quedé atónito. Después de
escuchar que quería llamar a este concilio para solucionar los problemas
que efectivamente tenemos en la Iglesia, pensé qué bueno, por fin está
rectificando y enmendando un poco el rumbo, pero craso error. –
Necesitamos profundizar aún más las reformas del Concilio Vaticano II y
hacer de la Iglesia un referente mundial. Con mayor razón ahora que el
mundo se unifica por fin bajo el alero de un gobierno mundial que
soluciona día a día los grandes problemas que ha venido sufriendo la
humanidad desde su aparición.- nótese que dijo aparición y no creación. –
Entonces el cardenal Bright le dijo:

_ Santo Padre, ¿usted quiere volver por fin a la tradición dando un golpe
de timón? - Se lo preguntó directamente, y el papa, riendo, contestó:

_ De ningún modo, ¿cómo se le ocurre semejante disparate Alosyius?


No, lo pasado, pasado está. Hoy debemos abocarnos a construir un
mundo más tolerante. Nosotros hemos estado como aislados del mundo.
Nuestras creencias no pueden hacernos enemigos de los hombres ni
dividirnos entre ellos. Lo que divide y escandaliza será borrado. Los
dogmas han evolucionado y su estructura va a ser modificada haciéndola
apta para nuestros nuevos tiempos y otros definitivamente van a tener que
ser eliminados. No tenemos el derecho a imponer nada a los demás.
Dios le ha otorgado la libertad al hombre para que elija libremente como
quiere adorarlo: a uno en la Iglesia católica, a otros en el budismo, a otros
en el protestantismo. Nosotros somos una forma más de adorar a Dios.

Comprenderán que yo a esa altura del discurso estaba atragantado.


El pobre cardenal Bright estaba a punto de sufrir un colapso y de reojo
miraba al cardenal español, que es su amigo y éste tenía el rostro blanco.
Después de una pausa continuó:
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_ Aquí y ahora en la Iglesia daremos cabida a todos, incluso a Usted y a


sus curas tradicionalistas. Llegaremos a un ecumenismo 100% y nos
unificaremos formando un gran credo, tal como nos lo pidió Cristo: para
que sean uno. Contamos con todo el apoyo de Los Elders y del señor
Secretario de la O.N.U. Vamos de a poco escalando hasta llegar al punto
Omega, donde se manifestará a los hombres la misericordia infinita de
Dios, un Dios de amor y no de un odio fratricida que mata en nombre de
Él. Por fin se han dado las condiciones para seguir en esta senda de
progreso en la cual los hombres podrán adorar al mismo tiempo a Dios,
en la diversidad y en la unidad. Abriremos las puertas de las iglesias a los
diversos credos, de modo que cada forma de adoración tenga su espacio
en ella y de esta manera se eleve el alma a lo divino. Claro que habrá que
retirar ciertas “cosas” de ellas porque molestarán la sensibilidad de algunos
credos. Tendremos que trasladar las imágenes de la Virgen, de los santos
y de los ángeles a lugares que no sean vistos por estos buenos hombres
cuando vayan a hacer sus actos de culto. La misa, como la conocemos
hasta ahora, deberá ser completamente reestructurada y mientras
hacemos los cambios, queda suspendida…no habrá más misas ni nuevas
ni antiguas, quedan suspendidas hasta que tengamos listo el nuevo rito que
celebraran todas las religiones aportando cada una de ellas con su rito.
Será una cosa hermosa, un momento de oración y de paz. Solamente y de
modo excepcional, se podrá decir misa de manera privada, sin fieles, para
los sacerdotes que quieran seguir haciéndolo hasta que estemos listos con
el nuevo ritual, y para hacerlo deberán elevar una solicitud para obtener la
dispensa. Dentro de nuestra denominación o confesión cristiana, también
tendremos que introducir reformas. Lo primero será mudarnos a
Jerusalén, cuna de las tres principales religiones. Allí estaremos junto a
judíos y musulmanes adorando a un solo Dios. También y debido a que
cada día contamos con menos sacerdotes y que algunos no pueden
cumplir con sus votos de castidad, aceptaremos que los que así lo estimen,
puedan casarse. Con esto terminaremos de una vez con la discriminación
respecto de los orientales y los latinos podrán elegir casarse. Se terminaran
los casos de pedofilia y además podrán casarse con gente de su mismo
sexo, aquí no habrá más discriminación. La Iglesia abre generosa sus
brazos para acogerlos, regocijados en la unidad. Recuerden que el mismo
Pedro era casado. Y hablando de Pedro, revisaremos esto del primado de
Pedro, no puede seguir, constituye un acto enorme de soberbia el
pretender ser la única autoridad. Por lo demás en ninguna parte de las
47

Escrituras estás dicho: Que Pedro sea la cabeza de la Iglesia. Por la


misma falta de vocaciones, y dando un gran paso hacia la igualdad entre
los géneros, ordenaremos mujeres sacerdotes. También hemos pensado
autorizar a los sacerdotes a quitarse la sotana y vestir como más les
acomode y no escandalizando a la gente con esos deprimentes trajes
negros.

Después de haber escuchado todas estas barbaridades yo comencé a


pedirle perdón a nuestro Señor. Le pedí perdón a todos aquellos que
derramaron su sangre y se convirtieron en mártires por defender todo
aquello que este hombre estaba destruyendo con sus palabras e
intenciones. Mi superior miraba fijamente al Papa y muy sereno le dijo:
- Santo Padre usted está destruyendo a la Iglesia, todo lo que quiere hacer
ha sido condenado por sus predecesores, por los antiguos concilios. No
puedo creer que usted quiera hacer de la Iglesia un panteón romano
donde se dé cabida a cultos anticatólicos y menos puedo pensar que usted
quiera renunciar a su primado. Santo Padre, le advierto con todo el
respeto que me merece que desde el momento en que usted haga todo
eso que pretende, usted deja de ser papa.

Los demás cardenales dijeron ¡oh! al unísono. Y el Papa con el


rostro deformado por la ira, salta de su asiento y se planta frente a frente a
mi superior y lo encara:

- No me venga a tratar a mí de apóstata ni de hereje ni de anti-papa, ¿qué


se cree usted? ¿Quiere mi puesto? Se lo regalo. ¿Cree que es muy fácil ser
papa con gente como usted como “colaborador”? Yo le he facilitado todo,
le otorgué todas las licencias que quisiera para que llevara a cabo ese
fanático proyecto suyo, tan, tan…como llamarlo: fundamentalista. Sabe
que más, hoy día mismo le mando a Manchester un visitador papal, para
que observe por sus propios ojos y escuche con sus propios oídos como se
ataca al papa. Soy el papa y usted me debe obediencia: ubi Petro, ita
ecclesia, ¿no lo recuerda acaso?

Cuando le convino sacó esta consecuencia del primado de Pedro, y


que es la raíz de la unidad de la Iglesia, al cual sin embargo, estaba
renunciando. Yo no pude resistirme más y mientras el papa se secaba la
boca con un pañuelo, me dirigí a él. Sí, no me miren con esa cara, me
48

salió lo Matthew que llevo dentro.- Matthew movió la cabeza sonriendo.-


Le dije: “Santo Padre, no se le ha entregado la autoridad para hacer de la
Iglesia lo que se le ocurra y lo que quiera, sino que para conservarla,
guiarla y transmitir el depósito de la fe. Usted es un administrador y no un
inventor de doctrinas nuevas. Es como si un administrador de un campo
quisiera hacer las cosas a su gusto y no como se lo ordenó el dueño de la
propiedad que más encima, le ha dejado todo lo que debe hacer con
claras instrucciones. Recuerde lo que dice el Apóstol: Si alguno os predica
un Evangelio distinto del que recibisteis, sea anatema. Además, Santo
Padre, usted está faltando al primer mandamiento: No tendrás otros
dioses delante de Mí. No adoramos al mismo Dios musulmanes, católicos
y judíos, eso es un error, porque Dios en uno y trino, y ellos niegan la
Divinidad de Cristo.” Cuando terminé de hablar, me fulminó con la vista.
Mi superior se puso de pie, para interponerse entre el Papa y yo. Y él, el
Papa, le dijo al cardenal Bright:

_ No le dije yo como usted se ha encargado de lavarles el cerebro a sus


sacerdotes para ponerlos en mi contra.- Y luego se dirigió a mí:

_ Y usted padre Mansfield, salga de mi vista, váyase para afuera…y le


advierto que (Christian miró a Matthew quien seguía el relato con mucha
atención) sé que su hermano anda también sembrando la cizaña en la
universidad. Sí padre, su hermano ese…el filósofo… Matthew Mansfield y
sus últimos escritos.

_ ¿Yo, citado por el Papa? No lo puedo creer, ¿en serio dijo eso? Y yo
que pensaba que mi vida pasaba inadvertida. ¿Cuándo he andado
hablando mal del Papa? No es por nada, pero Su Santidad tiene un
peligroso delirio de persecución – Matthew quedó sorprendido con la
noticia, ¿qué tan importante podría ser un simple profesor universitario de
una universidad de cuarta categoría en un perdido país fin del mundo?
Algo estaba pasando y él sin quererlo estaba en medio de eso.

_ Oye Titian, ¿puede un papa arrancarse con los tarros de esa manera?
¿Hasta dónde se le obedece? Porque yo que soy bien ignorantón en lo
referente a cosas de disciplina eclesiástica, me parece que desde el
momento en que dice esas cosas que dijo, de introducir tantos cambios y
49

doctrinas nuevas, por sentido común no más, pierde su calidad de papa y


hay sedevacante, ¿o no?.

_ No es tan fácil declarar una sede vacante. Ha habido papas que han
dicho y hecho cosas aberrantes, incluso ha habido algunos herejes, pero
nunca se había pensado en deponerlo o en proclamar a un nuevo papa.
Nuestra actitud siempre fue la de resistir al error, nada más que eso. En
este caso lo grave radica en el hecho renunciar explícitamente a su
primado y considerarse un líder religioso más entre muchas religiones a
las que él considera igualmente válidas y verdaderas. Yo soy de la idea de
que algunas veces se ha producido algo que se llama papado formal y
papado material. Me imagino Matthew que tú estarás bien al tanto de la
distinción entre materia y forma.

_ Sí, por supuesto. En metafísica se hacen muchas distinciones en este


sentido referidas a lo formal y a lo material. Por ejemplo, en el caso del
hombre, la materia sería el cuerpo y la forma el alma. La materia es el
sustrato y la forma la sustancia. La materia es pura potencia y la forma la
actualiza, como un trozo de piedra al cual se le da una figura, o sea, una
forma. Me gustaría explicarles en términos más sencillos…a ver, para
Aristóteles la materia es aquello con que están hechas las cosas y la forma
es aquello que hace que esa cosa sea lo que es, o sea, la esencia. Pongo
nuevamente el caso del hombre: animal racional: la materia sería animal,
y la forma la daría lo racional. La esencia del hombre es su ser racional y
su materia es la animalidad, su ser físico. De modo que la esencia, lo que
es una cosa, da a esa cosa su sentido y finalidad.

_ Y por lo tanto cuando el papa falla en lo formal, aquello que lo hace ser
lo que es, por más material que sea su pontificado, o sea que por más que
haya sido y se halle instalado gracias a la transmisión ininterrumpida en la
sucesión apostólica y ocupe la sede. Si él abandona o traiciona aquello
para lo cual fue elegido, o sea la parte formal, deja de ser papa porque
pierde su fin y su sentido tal como lo dijo Matthew. Ocupa materialmente
el cargo, pero no tiene la autoridad porque la ha abandonado al no
cumplir la ley de la Iglesia, introduciendo nuevas doctrinas y apostatando
su fe. Cuando un hombre muere, deja de serlo porque su alma se separa
de su cuerpo. El hombre es cuerpo y alma, y de ahí que esperamos la
resurrección de los cuerpos, pero eso es harina de otro costal. Ahora bien,
50

si el papa es la máxima autoridad de la Iglesia, ¿quién puede juzgarlo en


caso de herejía? Porque el inferior no puede juzgar al superior, no lo
puede someter a juicio.

_ ¿Y un concilio universal? – Dijo Isabel - podría ser depuesto por los


mismos cardenales que lo eligieron, si está manifiestamente destruyendo
con sus actos a la Iglesia.

_ La Isa tiene razón, los mismos que lo han elegido, pueden destituirlo, o
como dice San Pablo, separarlo, ¿o no Christian? ¿Qué dicen los
estudiosos del tema? ¿Qué ha pensado hacer el cardenal Bright frente a
esto?

_ A ver Matthew y respondiéndote a ti Isabel. Para mí esto ha sido como


darse de cabezazos contra una roca y muy dura por cierto. No es muy
sencillo declarar al papa como hereje y sacarlo a patadas. No es llegar y
destituir a un papa elegido legítimamente. ¿Qué es lo que se debe hacer?
Es complejo porque un caso tan extremo como el que comenzamos a
vivir, jamás se había experimentado hasta ahora. La confusión es cada día
peor y los errores se multiplican como un virus que infecta un cuerpo por
todos lados atacando sus defensas hasta destruirle. Nosotros rechazamos a
quienes predican y quieren hacernos aceptar errores y herejías. Frente a
tamaña demostración de infidelidad que está llevando a los fieles al
relativismo religioso y en último caso al indiferentismo, mi superior y
algunos de los cardenales que se mantienen fieles a la Iglesia, van a
reunirse en una especie de concilio extraoficial para encontrar una
solución al problema que se nos viene encima. Indudablemente la Iglesia
oficial está cayendo en la apostasía, tal como lo profetizó nuestra Señora
en La Salette. El Papa ha apostatado pública y pertinazmente por lo tanto,
ha renunciado a su deber. Esto es lo que ocurre: creo que estamos a
punto de presenciar un cónclave secreto para elegir a un nuevo papa, en la
clandestinidad. No veo otra solución y es lo que ahora ha de estar
ocurriendo.

_ A ver si te entiendo bien Christian, ¿estás diciendo que en estos


momentos hay sedevacante? Yo creo que no es llegar y destituir a un
papa, porque desde el momento en que declaras que la sede de Pedro
está desierta, aceptas cualquier cosa después. A mi modo de ver, el asunto
51

no se reduce a una simple interpretación de palabras y términos


filosóficos. Dices que materialmente ocupa el cargo porque ha habido una
sucesión ininterrumpida de papas desde los tiempos apostólicos y este
papa fue elegido legalmente, pero a causa de sus dichos y de lo que
piensa hacer no lo es formalmente porque perdió su autoridad. Entonces
si esto es así, todo lo que haga no tiene validez, es decir, por ejemplo, sus
ordenaciones no serían válidas, sus decretos tampoco. Nada vale, ¿con
qué me quedo?, ¿desaparece la Iglesia? y siguiendo sus conceptos
filosóficos, ¿qué es una materia sin su forma? ¿Qué es un papa sin
autoridad ni gobierno? Ven, no es tan simple como quieres hacerlo
aparecer. A mí esto del sedevacantismo me descompone. ¿Quién tiene la
autoridad para deponer a un papa? El papa es el vicario de Cristo, no de
la Iglesia, Cristo es el único que lo puede remover y hasta que El venga o
se aparezca milagrosa y públicamente, nadie tiene la autoridad para
declarar la sedevacante. – dijo Ángeles que estaba bastante confundida y
perpleja con lo que había contado su cuñado.

_ Me quedo con un papa que ha dejado de serlo ipso facto desde el


momento que ha roto y ha abandonado la fe católica. Es cierto que a
nosotros no nos compete juzgarlo, pero él con lo que está haciendo está
apartándose de la fe, y con ello lleva al error a mucha gente que corre el
riesgo de la condenación eterna y por eso es tan grave su falta. Toda la
Iglesia y las condenaciones del pasado, especialmente las del Concilio de
Trento y las san Pio X, lo condenan. El juicio de sus predecesores lo
aparta y lo hace anatema, no sus inferiores. Dice San Roberto Belarmino
que en un caso de manifiesta herejía, puede llamarse a un concilio
imperfecto donde podrá dársele una cabeza a la Iglesia en reemplazo del
papa hereje que se mantiene en la pertinacia, como medida de excepción
hasta esperar que las cosas se depuren, es decir, por un estado de
necesidad a fin de que haya una cabeza que guíe. Esto, les repito, nunca
había ocurrido en la historia de la Iglesia. El papa es el vicario de Cristo,
eso es claro, no es el vicario de la iglesia, pero -y aquí viene el pero- : no
fue Cristo quien bajó del cielo personalmente para elegirlo, sino que lo
eligió a través de hombres, del Colegio Cardenalicio, por consiguiente,
ellos son los que con esa misma autoridad que los llevó a elegirlo, pueden
deponerlo por un estado de necesidad a fin de conservar la fe de la Iglesia
y de esta manera preservar a las almas del error y de la condenación
eterna. Que un papa tan abierta y públicamente, después de haber sido
52

amonestado y aconsejado por los cardenales, cometiera estas herejías: que


renuncie a su primado, que llame a formar una sola religión haciendo una
especie de sincretismo religioso; coloque a las falsas religiones al mismo
nivel de la única y verdadera religión y así podría seguir enumerando…
¡ah! y más encima que ha fornicado con el poder político, con el gobierno
mundial y todas sus indicaciones., digo: ¿qué se puede esperar? ¿Qué siga
sus insinuaciones diabólicas, se convierta en el Pseudo profeta y termine
destruyendo a la Iglesia? Escucharon de mi hace un rato que pretende
suprimir la misa y crear un nuevo culto sincrético, donde haya todo, y de
todo para todos los gustos.

_ ¿Dónde quedan las promesas de Cristo entonces sobre que las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella?

_ Quedan Sean, en un pequeño grupo que conservará la tradición, la


santidad, la unidad, la catolicidad y la universalidad de la iglesia, cuya
misión es llevar las almas al cielo y no la de construir el reino de los cielos
en la tierra sacando a Dios del camino para la realización pérfida de éste.
Este pequeño grupo de cardenales elegirá a un nuevo pontífice que guiará
a la Iglesia aunque sea desde las catacumbas. La Iglesia oficial ha renegado
y nosotros debemos serle fiel al Señor y apartarnos de ella. Se debe resistir
al papa cuando trata de destruir a la Iglesia y participando activamente de
actos apóstatas y sosteniendo reiterativamente actos heréticos.

_ ¿Y tú mi Titian, qué haces aquí? – le dijo Matthew poniéndose de pie


con su cara acongojada y su mirada fija en su hermano, quien le sonrió y
le miró con cariño. Matthew se quedó de pie junto al sillón en el que
había estado sentado.

_ Yo vengo a hacerme cargo de la Iglesia doméstica que comenzaremos a


armar para enfrentar bien el combate que deberemos dar. No te extrañe
lo que te digo. Para aclararlo terminaré con la historia que les estaba
contando. Después que el Papa me echó para fuera, los cardenales y sus
secretarios siguieron dentro conversando con él. Algunos, los más,
felicitándolo por sus medidas; otros, los menos, haciéndole ver que estaba
destruyendo la Iglesia y que debía echar pie atrás. Pasó algo más de una
hora. Yo afuera del despacho, me paseaba, miraba los cuadros, me
sentaba, estaba muy nervioso y muy preocupado por mi superior.
53

Finalmente terminó la reunión y el cardenal Bright salió en compañía del


cardenal español Isidro Ferrer, me hizo seña de seguirlo y nos fuimos
juntos. Lo que me llamó la atención fue que al parecer ambos cardenales
estaban al tanto desde hace un tiempo de las intenciones del papa y algo
ya habían organizado. Con el padre Santiago, secretario privado del
cardenal Ferrer, nos quedamos atrás para que ellos pudieran conversar
tranquilos. Iban hablando en voz baja, y con el padre Santiago nos
mirábamos extrañados. Oiga padre……- le dije- me parece que algo están
tramando nuestros jefes. Vaya que sí- me replicó- después de lo que
escuchamos allá adentro, creo que lo que sospeché va en serio.- ¿y qué
sospechó padre? – Que se nos viene un conclave secreto, ¿no lo cree
usted padre Mansfield?

Yo me quedé helado. Uno como que intuye las cosas, pero trata de
no pensar más de lo debido porque al final termina por hacernos pensar
cosas que no serán y que nos angustian, pero esta vez mis presentimientos
eran acertados. Llegados a la salida, ambos cardenales se despidieron, yo
me despedí del padre…..y partimos caminando con mi superior hacia la
rectoría. Llegados ahí nos fuimos directamente a su oficina y me hiso
cerrar la puerta. Tomó dos sillas, las colocó una frente a la otra y me
invitó a que me sentara frente a él. Yo lo miré expectante, me comían las
ganas de saber qué me iba a decir. Pero él se me quedó mirando
tiernamente, sus ojos azules penetrantes me observaban con dulzura, me
tomó las manos y me dijo:

_ Querido padre Mansfield, usted me ha servido durante dos años como


un buen secretario, un buen amigo, un buen sacerdote y un excelente hijo.
Le agradezco todas sus atenciones y su permanente preocupación por este
viejo cardenal. Ahora usted debe partir.

_ ¿Partir cardenal, partir a dónde si mi lugar es con usted?- le dije yo.

_ Hijo, se aproxima algo muy tenso y muy difícil. Hemos hablado con el
cardenal Ferrer acerca de lo que ocurrió hoy y tal como ya lo habíamos
anticipado va a ser necesario reunir a un grupo de cardenales fieles a
Cristo y a su Iglesia que esté dispuesto a participar de un cónclave secreto,
de un concilio imperfecto, a fin de elegir a un nuevo papa. Las actuales
circunstancias nos obligan a realizarlo por el bien de la Iglesia y de la
54

salvación de las almas. La Iglesia tendrá que volver a las catacumbas y tal
como una vez lo profetizó el cardenal Pie, la Iglesia está siendo reducida a
lo más mínimo y hasta diría con él, a una pequeña Iglesia doméstica. Su
misión conmigo ya ha terminado mi querido padre Christian. Vuelva a
Chile con su familia y forme su pequeña iglesia doméstica con ellos, salve
sus almas. Formaremos grupos similares al que usted formará en Chile
alrededor del mundo con todos aquellos que quieran seguir a la Iglesia de
Cristo, libre de apostasías, con su misa de siempre y sus sacramentos en
espera de la manifestación gloriosa de nuestro Señor. Permaneceremos en
contacto, siempre en contacto y todas las comunidades a lo largo y ancho
del mundo, sabrán cuando haya sido elegido el nuevo papa. Forme su
pequeño rebaño y sea su pastor. Se nos avecinan tiempos horrendos. Los
tiempos del Anticristo y de su Pseudo profeta parece que ya están
llegando. Parta tranquilo padre, hágase cargo de la capilla de los
Tridentinos que se encuentra cerrada desde hace un par de años allá en su
ciudad, en Viña del Mar, pero hágalo discretamente. He tenido
conocimiento que el obispo de la diócesis es un ferviente seguidor del
Antipapa y hará lo que sea para oponerse a su llegada y a la apertura de la
capilla. Sea prudente y no se muestre mucho, acoja en su capilla a su
familia y a los allegados de éstos. Cuídese se los espías del enemigo, hay
que ser astutos porque no vamos a permitir que nos destruyan. Vigile y
ore. Esté atento a las señales en el cielo y en la tierra. Estamos trabajando
desde hace tiempo y parece que no fue en vano. No se preocupe por mí,
estaremos siempre en contacto. El enemigo tiene sus redes, pero nosotros
también. Dios no nos va a abandonar, aunque a veces parecerá que sí. No
tenga miedo ni tampoco esté eufórico porque ya se acerca el fin,
simplemente espere y manténgase fiel, rece, rece mucho. Parta lo antes
posible, si quiere pase por Manchester a despedirse de los padres, sería
bueno que lo hiciera y coordinara ciertas cosas.

_ Cardenal Bright, yo no quiero dejarlo…por favor, permítame quedarme


con usted, me va a necesitar.- Yo insistí en quedarme con él, pero él
cerrando los ojos, movió la cabeza negativamente y me hiso callar
poniendo sus dedos en mis labios.

_ No Christian, ya le dije que no se preocupara por mí. Ahora necesito


otra clase de ayuda...
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Mientras conversábamos y yo seguía insistiendo llamaron a la puerta


y mi superior hiso pasar al visitante. Yo me quedé pasmado al ver entrar a
un personaje al que jamás había visto. Sin embargo, mi cardenal lo
conocía y hasta me pareció que reverenciaba a este extraño hombre que
después de besar el anillo de mi superior, me besó a mí la mano y me
quedó mirando.

– Le presento a Fray Elías, viene del desierto allá en Egipto y él va a


ocupar su puesto por un tiempo. Fray Elías, le presento al padre Christian
Mansfield, mi fiel secretario del cual ya le había hablado. Es chileno y
ahora mismo le estaba dando las gracias por su trabajo y le decía que se
preparara para partir a su país.

Si ustedes hubieran estado presentes, habrían notado que este


religioso era realmente un ejemplar sacado de los mejores tiempos de los
padres del desierto. Vestía una especie de túnica al estilo del padre
Foucauld hecha de lino y que lucía muy descuidada, con una gran cruz de
madera al pecho y en sus pies unas sandalias franciscanas más viejas que
las pirámides. Yo andaba con mi sotana nueva y con mis únicos zapatos
negros nuevos porque veníamos de ver al papa y hay que ir presentable;
así que el contraste con este pobre fraile me hiso sentir incómodo.
Indudablemente era de origen árabe o judío por el aspecto de su cara,
muy castigada por el sol y sus manos eran toscas, callosas y muy firmes.
Me miraba encantado, creo que le parecí gracioso o bonachón con mi
estado de incipiente obesidad, mis anteojos delgados y mis azules ojos
redondos. Yo soy bueno para mirar a los ojos a la gente y cortarla con la
mirada fija, pero este hombre me la ganó, apenas me miró me escaneó el
alma y yo bajé la vista. No tengo nada que ocultar, para que les quede
claro – todos rieron -, pero me perturbó enormemente, más todavía
después que sin que yo hubiera abierto la boca me dijo:

_ Padre Mansfield, usted tiene una contradicción muy grande en su


generoso corazón, noto en él sentimientos encontrados, quiere irse y no
quiere irse, ama a su superior y no quiere dejarlo, pero también ama a su
familia y quiere estar con ellos. No tema, vaya confiado en que la palabra
de su superior, es la voluntad de Dios y es allá donde lo quiere. Me
gustaría que antes de partir me dejara ser su acólito en su última misa aquí
en Roma, para mí sería un honor.
56

Yo me quedé de una pieza. ¿Qué clase de personaje era? Todo un


enigma. Y entonces el cardenal Bright tomó la palabra:

_ Padre Christian, encárguese se comprar sus pasajes para Chile, debe


partir lo antes posible, pero me gustaría que primero departiera un par de
días con Fray Elías para que usted le explique un poco como funcionamos
en la casa, los horarios, la correspondencia y todas esas cosas que usted
maneja tan bien. Me gustaría que aprendiera también de él y supiera
cómo es la vida de un ermitaño en el desierto.

La verdad es que yo soy… ¿cómo decirlo? Celoso de mi privacidad


y no me gusta que invadan mi mundito… ¡qué poco caritativo no!, pero
todos tenemos nuestros defectos. Si yo fuera de esos que son libros
abiertos y les encanta mostrarse no hubiera optado por entrar a una orden
semi contemplativa al estilo cartujo donde cada sacerdote vive en su
propia ermita. Ya me desvié del tema…como les decía, mi superior me
enganchó la compañía de este fraile en mi propia celda y con él tuve que
pasar cinco días, precisamente los cinco días antes de venirme. De
inmediato quiso ir conmigo a mi habitación y lo que me sorprendió es que
no traía equipaje, salvo una alforja con unas herramientas y unas ramas
como las de mimbre. Como alguna vez les he contado, nuestra casa en
Roma es muy chica y los espacios son enanos. Sólo hay dos habitaciones,
la mía y la del cardenal que él ocupa como su oficina privada; un living
que sirve de escritorio y biblioteca, la cocina, un baño y nada más. Fue así
entonces como recibí al fraile en mi propio dormitorio y como hay una
cama se la ofrecí:

_ Yo puedo dormir en el living si usted quiere, le dije y me respondió:


_ No se preocupe padre, yo siempre duermo en el suelo, traigo mi
esterilla y me duermo sin problemas. ¿Le importaría rezar conmigo el
oficio de completas? El Cardenal Bright me contó que tiene una hermosa
voz para cantar los salmos.

– Claro – le dije - no hay problemas, lo rezo a las diez.

Me tenía realmente nervioso porque me tenía una verdadera


veneración. Me trataba como si yo fuera un ángel o no sé qué santo. Para
ser breves, pasé unos cinco días maravillosos con él y al final cuando me
57

llevaron al aeropuerto no me resistí a preguntarle porque me tenía tanta


reverencia y me dijo que le extrañaba mi pregunta. No era que me tratara
a mí con reverencia por ser yo, Christian Mansfield. Él a todos los
sacerdotes los trataba de la misma manera.

_ Por supuesto, padre, porque hasta los ángeles se postran ante un


sacerdote cuando este hace venir a la tierra al Señor de los Señores, es
otro Cristo y es más digno que cualquier otro hombre. El poder que tiene
un sólo sacerdote católico sobre la tierra es mayor que el que tiene
cualquier poderoso rey de este mundo. Le ha sido dada la gracia de
participar del sacerdocio de Cristo ofreciéndole a Dios a su propio Hijo
en sacrificio. El sacerdote es un hombre consagrado a las cosas de Dios:
sacer-dote, dado a lo sagrado, no es igual a cualquiera de nosotros. Yo soy
un simple religioso que jamás va a poder llegar a ser sacerdote...El
sacerdote es un médico de almas que tiene la facultad de sanar a las almas
enfermas por el pecado, perdonándoselos y absolviéndolos en nombre del
mismo Cristo. Puede abrir o cerrar las puertas del cielo, ¿no le parece que
yo debiera postrarme ante semejante autoridad? Y de ahí también la
gravedad del pecado de éstos que conociendo las cosas sagradas y divinas
de mejor manera, las rechazan. Conociendo la verdad, la rechazan,
dándole la espalda a Dios, cometiendo actos abominables en contra de
inocentes, escandalizándolos para siempre. ¡Qué el Divino Maestro se
ampare de aquellos sacerdotes apóstatas, herejes y de vida licenciosa, que
con sus actos han escandalizado a sus pequeñas ovejas, que se han
amancebado, rechazando su ministerio y su vocación! Se han quedado
con su soberbia y sus concupiscencias. Un padre español decía: ¡No
conocen a Dios, no conocen a Dios! ¿Cómo lo iban a cambiar por una
mujer?

_ ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de él?

_ Varias cosas Isabel. De partida, trabajaba todos los días haciendo unas
cestas con las ramas que había traído, es muy hábil y tiene las manos
curtidas con tanto trabajo. Lleva una vida de oración permanente, tal es así
que me recordó al peregrino ruso, ¿recuerdan la historia? Orar sin cesar.
El hacía algo similar, repetía una letanía en un idioma desconocido para
mí, y que según me contó decía: Muéstranos Señor tu misericordia, y
danos tu salvación. Para él es todo un privilegio acolitar en la misa y me
58

ayudó en todas las que dije, incluso a modo de despedida en mi última


misa en Roma que fue cantada y muy solemne. Pero sin dudas me llevo la
impresión de que Dios lo colocó en el camino de mi superior para
enfrentar las próximas pruebas a las que nos enfrentaremos.

_ Padre Mansfield - me dijo después que rezamos el oficio de maitines el


día en que dejé la Ciudad Eterna - Dios va a permitir que ocurran muchas
cosas muy terribles para el mundo, cosas que no sólo afectarán a los
hombres, sino que también la naturaleza toda será perturbada y grandes y
terribles pruebas se aproximan. Las Escrituras y las profecías de los
últimos tiempos comienzan a cumplirse y el mundo permanece estático,
alucinado por esta paz falsa y por el aparente orden que el administrador
del gobierno mundial le ha dado al mundo. Nadie parece estar esperando
al Señor y los que lo esperan serán tildados de locos, de fanáticos y de
supersticiosos. Los hombres se han olvidado de Dios porque se creen
autosuficientes y poderosos. Usted está a punto de comenzar a contemplar
sucesos maravillosos, proezas materiales nunca antes vistas y ni siquiera
soñadas y muchos creerán en ellas y sucumbirán ante su poder. Pero estas
hazañas tecnológicas no son creación humana. Vienen desde ese poder
oculto y maligno que odia al hombre y que quiere verlo sucumbir y
postrarse ante él, como en su tiempo la Iglesia se postró ante Cristo. Los
que conocemos las profecías y las palabras de nuestro Señor tenemos que
permanecer atentos y no desfallecer. Parecerá como si Dios nos hubiera
abandonado, parecerá que no hay rincón del mundo a donde podamos
huir de la mirada del Hombre de la Iniquidad, correrá mucha sangre de
mártires. Algunos creerán que la religión católica, la única verdadera
religión, ha sido vencida. Sin embargo, tendremos el auxilio de Dios
porque El deja semillas para la fe, para que ella se preserve. Estas semillas
que nos ha dejado son la Tradición y las Sagradas Escrituras. Conserve y
cuide todos los libros y textos que tenga relativos a la fe y al Apocalipsis
como un tesoro porque pronto querrán destruirlos. Recuerde usted
querido padre Christian las palabras del profeta Isaías: Nisi Dominus
exercituum reliquisset nobis semen, quasi Sodoma fuissemus, et quasi
Gomorrha similes essemus… (Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera
dejado semillas, seríamos como Sodoma y semejantes a Gomorra) - Y
luego citó nuevamente a Isaías en el Capítulo 24, 6: Propter hoc
maledictio vorabit terram, et peccabunt habitatores ejus ; ideoque
insanient cultores ejus ,et relinquentur homines pauci. (Por eso la
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maldición devora a la tierra, y son culpables sus moradores, por eso serán
consumidos sus habitantes y quedarán pocos hombres.)

El pequeño resto hermanos, el pequeño resto. Estamos siendo


llamados a ser el pequeño resto. Estoy cansado, creo que ya les he dicho
suficiente, de todas formas las acontecimientos tienen su curso y éste se irá
develando de a poco, lo importante es que estemos muy atentos a lo que
ocurra a nivel mundial, nacional y en la Iglesia. Mi tarea aquí recién
empieza, ustedes son mi rebaño y yo espero guiarlos como un buen
pastor.

Una sensación extraña los invadió a los presentes. Era algo


inverosímil lo que el padre Mansfield había contado, más bien parecía el
plan de una novela a algo real. ¿Cómo era posible que a ellos, a ellos
precisamente les estuviera tocando vivir eso que siempre les había
parecido tan lejano? ¿Estaban realmente viviendo tiempos apocalípticos?
Christian Mansfield los descolocó a todos cuando súbitamente se puso de
pie y los sacó de su ensimismamiento:

_ Muy bien pues, ya han oído lo suficiente. Que les baste eso por hoy.
Matthew, ¿tendrías la amabilidad de llevarme a la casa de mis papás? Les
repito que estoy muy fatigado y quiero acostarme temprano, mañana me
espera, Dios mediante, mucho trabajo.

_ ¡Pero cómo Christian! Nos tiras una tremenda bomba de información,


nos dejas choqueados, luego te baja el apuro y te quieres ir. Espera un
poco, ¿realmente crees que esto esté pasando de veras? Me refiero a eso
de elegir a un papa en secreto. ¿No sería mejor primero llamar al actual y
destituirlo formalmente para llamar a un nuevo cónclave?

Mientras Sean preguntaba eso a su hermano, él se puso a comer de


pie lo que Ángeles había preparado. Lo hacía casi tragándose la comida,
como si se pronto un impulso lo hubiera empujado a irse. Dejó el plato en
la mesa de centro, tomó su birrete en señal de marcharse y le respondió a
su hermano que lo miraba atónito.

_ Sean, si los cardenales estuvieran todos de acuerdo en eso se podría,


pero la iglesia se encuentra ocupada por una gran cantidad de cardenales
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masones infiltrados y es imposible porque ellos quieren a toda costa


destruir la Iglesia. Créeme, al Papa se lo ha emplazado ya muchas veces
para que se abstenga de hacer lo que quiere hacer y no da muestras de
querer echar pie atrás. Por el contrario, diría que mientras más se le llama
al orden, más se empecina en hacer sus transformaciones. Tú ya no sabes
quién es quién y no te puedes fiar de nadie, porque lo que afirman en
privado, lo niegan en público y no están dispuestos a hacer nada por darle
un giro a las cosas. Es una lástima y nos duele tremendamente ver como la
Iglesia sucumbe al enemigo, pero si Dios lo permite es porque de estos
trágicos acontecimientos va a sacar un bien mayor.

_ A costa de mucha gente que va a perderse.

_ Lamentablemente es así Angeles, y es más triste aún como algunos se


condenarán sufriendo castigos eternos y privándose para siempre de la
visión y del amor de Dios, pero cada cual elige su futuro y a todos se nos
pedirá cuenta por lo que hemos hecho, por lo que dejamos de hacer y por
lo que dijimos o no dijimos cuando debimos. Bueno, por favor llévame
hermano. Muchas gracias a todos por su recibimiento, los he extrañado
mucho. Necesitaba verlos y abrazarlos. A este sacerdote le cuesta a veces
estar solo. De vez en cuando necesita de sus hermanos y de su hermanita
para que como antaño, le hagan cariño en su cabeza o lo estrechen contra
su pecho como cuando éramos niños. Voy a estar viviendo en la casa de
mis papás un par de días hasta que organice la capilla y la ermita. Tengo
mucho que hacer para echar a andar la capilla y al mismo tiempo entrar
en contacto con otros sacerdotes leales a Cristo. Tengo muchos encargos
de mi superior a fin de organizar la resistencia en Chile para de este modo
mantenernos unidos. Voy a bendecirlos, pónganse de rodillas: Benedicat
vos omnipotens Deus Pater, et Filius, et Spiritus Sanctus.

_ Amén.

El padre Mansfield se despidió de todos cariñosamente. Manuel


con Isabel ayudaron a Ángeles en la cocina, mientras que Sean y Rosario
se fueron a su casa. Los hijos de Matthew se quedaron conversando y
jugando cartas en el living.

_ ¿Te vas con nosotros Matthew H. a la casa de mis papás?


61

_ No papá, hoy día me voy a quedar en la casa, quiero conversar un rato


con Ian y aprovechar de juntar algunas cosas que me faltan para llevarme
a la casa de los abuelos. Anda tranquilo papá.

Matthew se subió al auto junto con Christian que estaba muy


contento por el reencuentro con sus hermanos y sobrinos. Pero a
Matthew el habla se le había ido para dentro. Estaba pensativo y en el
trayecto no le decía nada al sacerdote que preocupado por él, le buscaba
la conversación insistentemente:

_ Está muy bonita la recta Las Salinas. Qué buena idea la de haber puesto
esos cafés y heladerías en la playa….y los juegos infantiles y los artefactos
para hacer ejercicio. Veo que quedan pocos cañones en el museo… Que
ha cambiado esta parte. Me acuerdo cuando éramos chicos que esto era
un peladero, había una especie de fábrica más allá y nunca supe qué
fabricaban…y la pista de patinaje en los ochenta. Me di no sé cuántos
porrazos en el suelo y la gente te pasaba por encima, qué buenos tiempos
aquellos. Al lado de donde estaba el Sanatorio Marítimo había un avión
de verdad dado de baja, me encantaba verlo cuando pasábamos por
aquí….Oye Mateo, ¿estás aquí? No le dices nada al cura.

Matthew bruscamente frenó, y sorpresivamente entró a uno de los


estacionamientos que quedan frente a la playa. A esa hora y como estaban
en verano estaba bastante lleno. La gente debido a lo fuerte que estaban
los rayos solares y lo peligroso que era para la piel asolearse en el día,
acudía en masa a la playa al atardecer, a fin de capear el intenso calor que
desde hacía un tiempo había inundado a la ciudad bañándose en el mar
hasta muy entrada la noche. El clima desde ya unos años cambió de
mediterráneo a casi tropical, con lluvias en veranos que nunca antes se
habían visto. Las personas caminaban por el paseo costero casi desnudas,
sin ninguna clase de pudor. La música que salía de los automóviles y de la
misma playa era estridente, con el continuo martillar del ritmo de una
batería que era acompañada de guitarras eléctricas distorsionadas. Los
rostros de las personas lucían alegres, grandes risotadas se escuchaban por
doquier y no había en ellos ningún rastro de preocupación. Se veían pocos
niños y es que en realidad la tasa de natalidad había disminuido a cero,
prácticamente no estaban naciendo niños.
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El lugar se había transformado en un bonito paseo costero y la gente


que acudía parecía estar poseída por una alegría extraña. Una sensación
de triunfalismo corría por todos lados. La humanidad nunca antes se
había sentido tan libre, tan hermanable, tan unida. Los hombres
modernos aparentemente lograron con el humanismo lo que el
cristianismo no había logrado con Dios y estaban felices. Se les había
prometido la superación de la pobreza y ésta ya casi no existía; se les
había prometido libertad, y los hombres la alcanzaron: ya nada los
detenía, ya nada los ataba. El fanatismo religioso católico, los
“cartuchismos” no existían, eso había quedado atrás. Cada cual podía
hacer lo que quisiera, respetando el espacio del otro, todo estaba
permitido y los individualismos brotaban por doquier. El libertinaje sexual
aturdía las mentes de las personas llevándolas a cometer abominaciones
descontroladas. La realización personal, individual, profesional, lo que a
mí me gusta, el pasarlo bien, el no sentirme esclavizado por nadie,
dominaba la vida de todas esas pobres gentes que ya ni siquiera se casaban
ni menos pensaban tener hijos. Primero yo, segundo yo, tercero yo y así
sucesivamente. Excepciones las había, pero cada día eran menos, y estos
menos eran mirados como enemigos de la sociedad moderna. Eran una
especie en extinción, ya que el estado y sus leyes en nada los beneficiaba
cada día ponía más trabas para la consecución de, por ejemplo, una
familia católica bien constituida. Estaban como ovejas sin pastor, pastando
solas, buscando refugio y guía en su Iglesia, pero ésta, les cerraba las
puertas en las narices. Todo estaba en contra de aquellos que querían
seguir siendo verdaderos católicos, sitiados por doquier por los enemigos
de la fe, por los enemigos de Cristo.

_ ¿Qué pasa hombre? ¿Por qué te detuviste así? Casi nos chocan por
atrás. ¿Qué hacemos aquí?

_ Hay un lugar en esa heladería que es muy tranquilo. La música infernal


no se escucha y tiene una vista muy bonita al mar. Te invito un helado y
conversamos, ¿quieres mi Titian? Mira yo sé que lo único que quieres
ahora es rezar y acostarte, pero por favor, acepta, yo necesito conversar
contigo.- Matthew parecía estarle suplicando a su hermano y en sus ojos
ardían chispas de impaciencia.
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_ Oye, no querrás que me baje del auto con sotana en Sodoma y


Gomorra ¿no? Mira cómo andan..¿vestidos?....Ya, ya, qué digo, es aquí
donde más se necesita al médico. Vamos y me compras un gran helado y
un buen capuccino, como en los viejos tiempos.

El padre Mansfield se bajó del auto de Matthew e inmediatamente


todas las miradas recayeron en él. Un alto, fornido y bien parecido
sacerdote con sotana y birrete plantaba sus pies en el paseo costero de la
recta Las Salinas causando variadas reacciones. Unos lo miraron con
desprecio, murmurando imprecaciones y maldiciones como si el mismo
demonio hablara a través de ellos, pero eran los menos. Las demás
personas que circulaban por allí, los pocos niños que jugaban en los
columpios y los que se estaban ejercitando en las máquinas caminadoras,
lo miraron sorprendidos y en el instante en que Christian los saludó con
un gesto de cortesía sacándose el birrete, ellos le corrieron la mirada,
cabizbajos y en silencio continuaron en lo que estaban.

_ Siempre me pasa lo mismo cuando saludo a estas pobres almas, aquí, en


Roma , en Londres o donde sea, me miran, bajan la cabeza, y esconden la
mirada como avergonzados. No les gusta que se les recuerde que sus
almas están mal, desoladas, inertes porque se han alejado de la fuente de
la Vida y ellos lo saben, de lo contrario su reacción sería de indiferencia
para conmigo. Soy como un Pepe Grillo, y nada más que con mi sola
presencia, con mi sotana, ni siquiera les dirijo la palabra…Salvo una vez, te
lo cuento después que hagamos el pedido.

Ambos hermanos subieron las escaleras en forma de caracol de la


heladería y se sentaron en unos cómodos sillones que tenían vista al mar,
aislados del mundo y de sus insoportables ruidos. A lo lejos el sol
comenzaba a desaparecer tras el horizonte rojizo, y unas nubes se veían a
lo lejos indicando que al día siguiente estaría nublado, dándoles un
descanso a los pobres habitantes de Viña que vivían por esos días
refugiándose del sol y del calor.

_ Como te contaba Mateo, una vez fui por unos días a Londres de
vacaciones y pasé por fuera de una estación del metro, creo que era en
King‟s Cross. Ahí había un chiquillo de unos 18 a 20 años que me quedó
mirando como asqueado y al pasar yo delante de él, escupió el suelo. Yo
64

casi siempre ignoro este tipo de demostraciones porque no vale la pena


ponerse a discutir con gente que lo único que quiere es que pises el palito
y te pongas a pelear con ellos. Pero esa vez no me resistí y como no
andaba apurado me paré frente a él y amablemente le dije: Joven, se le
cayó un escupo al suelo.- Él encontró de los más chistosa mi broma, se
puso a reír y para qué te cuento, después de haberme despreciado,
terminamos conversando todo el día, lo invité a almorzar y adivina qué, le
partí el corazón. El muchacho era católico, había sido educado en un
colegio católico, su familia pertenecía a uno de esos abominables
movimientos neoconservadores, pero él había terminado no creyendo en
nada por culpa de una fe mal formada, por culpa de los malos ejemplos
de los mismos que se decían católicos y que no actuaban como tales. Muy
decepcionado y desilusionado se había rebelado contra todo lo que fuera
religión. Al final de la tarde cuando yo me tenía que ir al lugar donde me
estaba quedando y me estaba despidiendo de él, me abrazó con fuerza.
Me dio tanta lástima, que yo le acaricié su cabeza y lo consolé. En ese
instante me pidió que lo confesara. Fue conmovedor. Para mí estos casos
son una fuente de motivación y de tremenda alegría. Llevar a los pobres
pecadores de vuelta a la Iglesia y a Cristo es mi mayor felicidad. Que
vuelvan a reencontrarse con Dios y lo reciban sacramentalmente, que
vuelvan a estar en gracia y participen de la vida sobrenatural, es la razón de
mi vida. No sólo se confesó, sino que al día siguiente fue a escuchar mi
misa, comulgó de mis manos y hoy, pasados ya cuatro años, está en
nuestro seminario preparándose para el sacerdocio. ¿Te das cuenta lo que
puede significar para alguien tan necesitado de la Gracia unas palabras que
lo animen a buscarla nuevamente? Dios nos pone en el camino a personas
así para que las llevemos a Él. Porque hemos sido creados para participar
de la vida divina que no tiene nada que ver con esta vida miserable y que
la hacemos más miserable todavía cuando faltamos a la caridad para con
Dios, para con nosotros mismos y para con el prójimo. Si Dios nos ha
llamado a la existencia es porque quiere hacernos partícipes de su amor.
Como algo que me encanta y que quiero compartir contigo, te regalo la
vida porque quiero que la vivas conmigo. Siéntete Matthew privilegiado de
estar con vida porque Dios te ha pensado, te ha creado, te sigue amando y
tú podrás contemplarle para la eternidad si haces su voluntad. Disculpa,
pero no puedo dejar de hablar como si estuviera predicando. Tú ya sabes
todas estas cosas, perdóname por favor.
65

Matthew lo miraba y lo miraba satisfecho. Era su hermanito chico,


aquel que durante años estudió y analizó el Catecismo Romano, textos
filosóficos y libros de formación espiritual con él. Ahora él le estaba
hablando convertido en un experimentado sacerdote.

_ No te imaginas lo orgulloso que estoy de que seas mi hermano…no, no


te rías es en serio. Te miro Titian y me acuerdo cuando éramos chicos y
tú me tenías en un pedestal. Entrabas a mi pieza como quien entraba a un
santuario de un héroe y vaya…ahora es al revés.

_ Ya déjate de leseras. Sí, eras mi paradigma. Pregúntale a cualquiera que


tenga hermanos mayores si no son sus ídolos estos últimos. Claro que
cuando creces a veces los héroes se caen al suelo porque no son lo que
creíamos que eran…eso sí que no es tu caso obviamente.

_ Espero y rezo para que uno de mis hijos me salga cura. Tanta falta que
hace un buen sacerdote. No soy clericalista y a los curas actuales no les
tengo mucha confianza, pero alguien tiene que administrarnos los
sacramentos y recordarnos con sus buenos consejos lo que debemos hacer
para ir al cielo. Sobre esto mismo quería hablar contigo, de lo que nos
contaste en mi casa. Déjame avisarle a la Ángeles que me voy a retrasar un
poco, se preocupa mucho cuando no llego, por lo de mi corazón y me
hace el tremendo escándalo si no le aviso. Tiene razón en todo caso
porque a mí a veces se me olvida avisarle y la angustio mucho. Disfruta tu
helado mientras la llamo por celular.

Matthew llamó a su esposa para decirle que se iba a tomar un


helado con Christian y que después lo llevaría a la casa de sus papás para
posteriormente irse derecho a su casa. El sol se ocultó y las luces del local
fueron encendidas, dejando en vitrina a nuestros personajes e
impidiéndoles a ellos ver el mar. Matthew bajó las escaleras presuroso y le
solicitó al encargado del lugar que las luces de donde ellos estaban las
apagaran para poder contemplar el océano y poder hablar tranquilos.
Como no había mucha gente, el gerente de la heladería no tuvo reparos
en aceptar la petición de Matthew y ahí, a oscuras, alumbrados tan solo
por la luz de una luna llena y sentados en mullidos sillones se quedaron
los dos hermanos uno junto al lado del otro, contemplando el mar.
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_ Hace tiempo que no estábamos solos para conversar Matthew. Cuando


estaba en Roma pensaba mucho en ti. Me daban unas ganas locas de salir
a buscarte para comentarte los hechos del día, para pedirte consejo. Tú
estás cambiado hermano, te noto distante, apagado, callado.

_ La gente cambia padre.

_ Sí, cambia, pero tú no cambias conmigo.

_ Estoy más maduro. Por lo demás nunca he sido un payaso como


Thomas y ni dicharachero como Manuel.

_ Pero eso no tiene nada que ver. Me dijiste que querías conversar
conmigo y hasta ahora yo soy el único que ha hablado. ¿Ya no me tienes
confianza o te sientes intimidado por mi condición de sacerdote?
Conociéndote creo que me miras distinto. Soy sacerdote, pero también
soy tu hermano menor y no quiero que perdamos esa franqueza y esa
intimidad que teníamos como almas gemelas. Yo te necesito Matthew,
también tengo mis afectos.

_ ¡Ay mi Titian! Si supieras….yo te quiero mucho, más que nunca, pero


mi cabeza está más loca que antes. Perdona haberte hecho sentir mal. Ya,
dejémonos de darnos disculpas mutuas y vamos al grano. – Matthew se
echó para delante del sillón y se volteó hacia donde estaba el sacerdote y
mirándolo directamente a los ojos le preguntó seriamente- lo que nos
contaste en la casa, ¿es verdad?...es decir,¿ no es un exceso de celo y un
apresuramiento desmedido?. Pienso que si lo que dijiste es tal como
dices, la situación es verdaderamente delicada y estamos ante hechos muy
graves, pero tomar una determinación que trae consigo tamañas
consecuencias, me parece por decir lo menos, peligrosa. Se va a producir
un cisma tremendo y una ocasión de escándalo para los fieles que
terminarán perdiendo la fe.

_ Todo lo que les conté, y espero que quede entre nosotros, es la cruda
realidad. Lo siento, pero las cosas están así y me extraña que te hagas el
tonto, siendo un aficionado a la esjatología. Apuesto a que te quedaron
dudas acerca de la legitimidad y de la licitud de la elección de un nuevo
67

papa por parte de los cardenales. Los chilenos somos muy legalistas y eso
está bien, pero la ley no está por sobre el orden divino.

_ ¿Y dónde está entonces la frontera entre una cosa y la otra?. Porque


están provocando una crisis tremenda, un cisma y eso es escandaloso.

_ Créeme. Las medidas que se están tomando no se están haciendo por


un mero capricho de los cardenales, ni por querer pasar por sobre la
autoridad del papa. Se trata de salvar a la Iglesia, y por ende a las almas. Si
el que debe conducirla no quiere hacerlo porque pretende demolerla y
más encima desconoce su propia autoridad, no queda otra cosa que hacer.
Lo que está en juego es la vida eterna de millones de personas. Si
hubieras estado ahí…fue tan chocante. Fue chocante escuchar al Antipapa
hablar como un loco, echando espuma por la boca. Pobre hombre, me
dio mucha pena y no me gustaría estar en su lugar cuando tenga que darle
cuentas a Dios. Hace todo lo contrario a las palabras del Evangelio y eso
duele, duele cuando se pisotean las enseñanzas de los Padres, la doctrina,
la fe misma. Todo el magisterio infalible, todo el depósito de la fe lo tiene
en sus manos para destruirlo y hacerlo desaparecer. Lo que más me aterra
es el lenguaje que ocupa porque pone a Cristo como aval de lo que hace,
sosteniendo una y otra vez que nuestro Señor jamás dijo esto o aquello y
que lo que no está en los evangelios es invento de los apóstoles y creación
humana.

_ Supongo que el cardenal Bright le habrá hecho saber lo que me acabas


de decir.

_ Mil veces, pero no quiere escuchar. Dice que precisamente esa postura
ha hecho que la Iglesia se aísle del mundo y que la gente se arranque de
ella. Cristo – dice – predicaba el amor y no la división.

_ A mí me duele ver cómo está el mundo hoy, me duele ver como la


gente vive como los paganos. No esperan nada de la vida ni de la muerte.
Todo les da lo mismo mientras tengan para comer y divertirse. Ya no
necesitamos a Dios, sin él hemos construido la sociedad perfecta, llena de
tecnología, de bienes de consumo. Poco a poco hemos ido superando las
enfermedades y ahora tan sólo nos falta encontrar la inmortalidad. Hemos
hallado la paz que nunca nos dio el cristianismo: somos libres, hermanos e
68

iguales. ¡Pobres necios! ¿Se creerán realmente el cuento este que les han
metido en la cabeza desde que se comenzaron a dar los pasos para fundar
el Gobierno Mundial? No les importa que el mundo sea gobernado como
una mera empresa productiva al mando de un CEO o gerente general
corporativo que es nuestro “amado” Secretario General. Cuando estas
cosas comenzaron hace unos años en la Babel europea, yo me asusté.
Cuando Europa quiso desligarse y renegar de sus raíces cristianas y buscó
un laicismo total ignorando a Dios, creo que fue el principio del fin: fue
removido uno de los obstáculos porque metieron una cuña para
resquebrajar a la cristiandad que sostenía a Europa. Ya ves como todo
intento de oposición es inmediatamente callado, ignorado, humillado,
dejado en ridículo y somos tratados como locos fundamentalistas que se
oponen al progreso. Porque ahora la modita es llamar a todo progresismo,
avance de la humanidad, y yo me pregunto ¿avance hacia dónde? Hacia la
boca del demonio nada más, como animales anestesiados al matadero, así
los están llevando. ¿Qué ha pasado con las conciencias? Se han
endurecido y este endurecimiento se ha transmitido de padres a hijos
como una herencia, como parte de su genética. No quieren saber que se
les hable de pecado, de infierno, de vida sobrenatural. Para ellas Dios lo
perdona todo haga lo que haga. Bueno es así, pero primero tengo que
reconocerme como pecador, de lo contrario Dios no puede perdonarme.
Para qué hablar de la falta de autoridad, parece haber desaparecido y son
muy pocos los que están dispuestos a ejercerla.

Viendo este desolador panorama contemplamos que cada día se


cumplen las palabras del Apóstol cuando dice que al final de los tiempos
los hombres serán precisamente como son ahora: amadores de sí mismos,
del dinero, soberbios, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos,
amadores de los placeres, entre otras cosas. El mundo me produce
nauseas, me da asco y la gente me da pena. Me duele ver cómo las
personas están tan cegadas por un falso optimismo. Entre los mismos
católicos la caridad se ha enfriado. Cada uno parece vivir encerrado en su
propio universo. Nos vemos a la salida de la misa, nos saludamos: hola,
¿cómo has estado? ¿Bien? Qué bueno, chao. Y hasta ahí llegó la
conversación. No nos unimos para compartir nuestras alegrías ni nuestras
penas, ni para defender nuestra fe, ni para exigir que se nos den los
medios para recibir los sacramentos como corresponde. Nada, nada de la
nada. Cada uno por su lado. Pudiendo estar tan unidos, como los
69

primeros cristianos, estamos más separados que nunca. Vivimos con una
sensación de permanente soledad y de abandono. Ha desaparecido el
concepto de gran familia católica. ¿Entiendes a lo que me refiero? Yo lo
veo así: si por el bautismo fuimos incorporados a la Iglesia y nos hemos
hecho hijos de Dios somos hijos de un mismo Padre. Los bautizados
pertenecemos a esta gran familia que es la Iglesia. Ahora bien, en las
familias normales sus miembros se aman, porque Dios las amó primero.
Hay una necesidad básica de sentirse unidos, de participar de los mismos
afectos, de participar de los mismos ideales, de la misma fe. Todo esto no
lo percibo. Todo lo contrario. Noto que entre los mismos grupos más
tradicionalistas hay una cierto delirio de persecución que nos hace
desconfiar de los otros. Hay una obsesión de no querer que el otro se
meta en mi mundo, y al final cada uno transita por la vida como una isla.
Gracias a Dios nosotros los Mansfield somos una familia grande y unida.
Nos juntamos a menudo, tenemos a nuestros padres vivos, pero soy de la
idea que esta verdadera comunión de la Iglesia militante no debe quedar
reducida a nuestros familiares. Nuestra propia familia, por otra parte,
debe ser como un faro y alumbrar al mundo. Debemos mostrar que a
pesar de las dificultades y los problemas típicos de cada familia, es posible
construir y formar familias numerosas donde abunda la generosidad.

_ Tienes razón, pero lamentablemente las circunstancias no son propicias.


Es bastante utópico lo que propones. Una cosa que a mí siempre me
molestó de mi seminario es que nos metían en la cabeza que nosotros
como sacerdotes no teníamos que mostrar por ningún motivo ni
circunstancia sentimientos ni emociones. Estoy totalmente en desacuerdo
con esta postura. Nuestro Señor no era un sentimentalista, pero tenía
sentimientos y expresaba su amor a los hombres no sólo con palabras,
sino que también con gestos. Tengo esa imagen de Él recibiendo a los
niños con tanto afecto. Yo no me puedo dejar llevar por los
sentimentalismos baratos y superficiales. No se trata de eso, pero
imagínate que alguien viene a buscarme como para confesarse y se topa
con un cura frío, que no expresa emociones, que no acoge con cariño al
pecador ni reconoce en el al hijo pródigo que quiere volver a la casa del
padre, sino que pone una barrera haciéndolo sentir mal, como que lo está
molestando con sus problemas. A mí me revientan esos curas que retan a
los que vienen a confesarse y se escandalizan de los pecados que escuchan
haciendo sentir al pecador arrepentido como un sucio, como un
70

miserable. Lo único que consigue es que esa alma se sienta desamparada


y no vuelva más. No, no es la imagen del sacerdote que tengo y yo no
quería ser así. Recuerdo cuando leí el libro que me pasaste del padre Watt
sobre Monseñor Benson y cómo éste recibía a sus conversos, a sus
dirigidos haciendo suyos sus problemas, insistiendo en que fueran a verlo
para seguir con la dirección espiritual, ofreciendo cada misa por ellos para
que encontraran la luz que los guiara a encontrar una solución a sus
conflictos internos y a sus problemas del alma. Si el pecador no siente
confianza en el sacerdote al confesarse, se le aprieta el alma y se termina
tupiendo, alejándose aún más. El cardenal Bright me decía, padre
Mansfield, “usted se toma demasiado a pecho los problemas de sus
dirigidos”. Y yo le decía, cardenal me los tomo a pecho porque es la única
forma que tengo de encontrarles una solución o de encontrar un consejo
que les sirva verdaderamente. Y claro, a veces un buen director espiritual
también debe ponerse firme con sus dirigidos. Hay que hablarles con
claridad y bondad, pero firme. ¿Me encuentras razón?

_ Cien por ciento. Cuando murió el padre Antonio me quedé huérfano.


Hasta el día de hoy no he encontrado a ningún sacerdote con el cual
confesarme siempre, y para hacerlo tengo que recorrer y recorrer
parroquias. Finalmente cuando encuentro a un sacerdote y logro que me
confiese, después de que he contado todas mis miserias no me absuelve.
Me perdona, pero no me absuelven. Me dice: te perdono tus
pecados…oiga padre, momentito: Dios me los persona, pero usted tiene
que absolverme con la formula y las palabras que la Iglesia manda. Es
como si no me hubiera confesado porque no recibo la gracia ya que no
hacen lo que la Iglesia ordena con la materia y la forma debida. Se enojan
cuando se los hago saber y me echan del confesionario… Hay otra cosa
que me quedó dando vueltas. ¿Cuál de mis escritos leyó el papa?

_ ¡Ah!, mira tú Matthew, ¿te sientes importante o no?

_ No, no, te equivocas. Simplemente me llama la atención porque a mí no


me conoce nadie fuera de mi círculo en la universidad y tal vez un poco
en Oxford. Voy todos los años para allá, a las reuniones de los alumni,
pero no recuerdo haber escrito algún artículo donde se ataque al papa o
diga algo en su contra. ¿Supiste de qué pudo haberse tratado?
71

_ Le pregunté a mi superior si sabía algo al respecto porque a mí también


me llamó la atención ese comentario. Me dijo que según había sabido por
ahí, fue un artículo de la revista del instituto donde expones acerca de los
aires democráticos dentro de la Iglesia, a propósito del problema de la
crisis de la autoridad. Muy buen artículo por lo demás.

_ Claro, ahora recuerdo. Fue un artículo acerca del concepto de


autoridad y de la actual crisis que ésta experimenta en los distintos
estamentos de la vida: crisis de autoridad en la familia, en los colegios, en
las instituciones del estado y en la misma Iglesia. Parece entonces que se
sintió aludido. Pero es la pura verdad, ¿o no Christian? Antes el papa veía
un error o que algo andaba mal e inmediatamente sancionaba y corregía
porque por algo le fue dada su autoridad. Debe actuar del mismo modo
como lo hace un buen padre de familia al corregir a sus hijos. Corregir es
un acto de amor, un acto de caridad para con los hijos.

Nadie está por sobre papa en la Iglesia. Él es el Vicario de Cristo de


la única y verdadera Iglesia por El fundada, y por tanto, lo representa,
tiene la autoridad que el mismo Cristo le otorgó a san Pedro y a sus
sucesores. Sin embargo, por la corriente liberal que se metió en la Iglesia
ya no quiere ejercer su poder resolutivo y todo tiene que consultarlo con
la curia. Prácticamente le pide permiso a algunos teólogos trasnochados
para hacer ciertos actos. Lo peor de todo es que esta misma práctica se ha
extendido a todo nivel dentro de la Iglesia: el obispo ya no manda en su
diócesis, tiene que consultarlo con la conferencia episcopal; el párroco
tampoco porque tiene que consultar al consejo parroquial, ¿cuándo se
había visto una cosa así en la Iglesia por favor? Qué ridiculez más grande.
Actuar de esa manera, ¿los hace más simpáticos? ¿Más democráticos?
Oye padre si yo no he dicho ni he inventado nada nuevo al respecto. Lo
único que hice fue hacer un repaso de lo que siempre se ha entendido por
autoridad, la razón de la obediencia, el abandono deliberado de ésta y sus
consecuencias. ¿Te lo resumo?

_ Soy todo oídos, me encanta cuando haces cátedra.

_ No me las doy de nada Christian, pero estas temas me apasionan. Claro


que debo confesarte que así como me entusiasman, así también me
consumen y después de cada clase tengo que sentarme un rato en el
72

escritorio de la sala para que mi corazón se relaje y pueda tomar aire. Mi


ayudante, Rafael Latorre Tiare, me auxilia cuando termino muy mal. Es
un buen muchacho, después te detallo su vida.

_ Sigues mal del corazón, pensé que estabas mejor.

_ Estoy mejor, salvo que a veces me acelero mucho. Pero volvamos al


tema que nos convoca- Matthew se puso de pie y comenzó a caminar de
un lado a otro frente a su hermano que lo miraba encantado. Matthew
gesticulaba, se agachaba, volvía a levantarse, hablaba por momentos como
murmurando y luego alzaba la voz. Su dominio escénico era extravagante,
pero muy convincente y explicaba los temas intentando siempre ponerse
en el lugar de sus oyentes, pensando en que los que le escuchaban no
sabían nada acerca del tema y por tanto era preciso exponer en términos
sencillos y a la vez profundos, partiendo de los conceptos básicos y de esa
manera no dar nada por supuesto para poder construir sobre esos
mismos conceptos el edificio que se quería levantar.

_ Qué se entiende por autoridad, en qué se funda la autoridad y porqué


yo o cualquier persona debe someterse a ella. Todo lo que yo dije en ese
artículo, y te lo vuelvo a repetir, no lo inventé yo. Mis palabras provienen
de un sin número de autores, partiendo por Santo Tomás de Aquino. La
doctrina católica al respecto es muy clara: la autoridad es aquella facultad
que nos habilita para gobernar a los hombres, y ésta proviene siempre de
Dios. Tal como lo dice el Apóstol: no hay autoridad sino por Dios. Si esta
autoridad ya sea política, familiar, religiosa, etc., me manda algo en contra
del derecho divino o natural yo tengo el deber de desobedecerla. Nadie
nos puede mandar a hacer algo en contra de las leyes de Dios. Pero me
estoy adelantando. Para que una sociedad sobreviva es necesario que haya
una cabeza que mande y que se preocupe por conducir a sus individuos al
bien común. Si no existe esta cabeza es imposible que una sociedad
sobreviva. Nadie puede crecer ni desarrollarse física ni espiritualmente en
el caos y en la anarquía. Como el caos no puede permanecer en el tiempo
en una sociedad a ésta la terminan gobernando los tiranos y perdiendo los
más débiles.

Una familia donde no hay autoridad de los padres, donde cada hijo
hace lo que quiere, termina con esos mismos hijos envueltos en el
73

desamparo, con un sentimiento de vacío en sus vidas, hasta el punto de


hacerlos sentir como si nadie los amara. Fíjate Titian que a mí me ha
tocado escuchar comentarios de niños que dicen “mi papá no me quiere
porque no me reta, no le importo y por eso me deja hacer lo que quiero”
y la verdad es que tienen razón. Los niños necesitan que se les raye la
cancha porque se están formando, están aprendiendo hábitos. El exceso
de libertades los convierte en pequeños tiranos que ante cualquier
frustración de sus deseos, ante cualquier limitación en la obtención de su
bien particular, termina con una rebelión y en un odio hacia cualquiera
que intente interponerse. Si esto pasa a nivel doméstico cuando los padres
abandonan el ejercicio de la autoridad que les corresponde para conducir
a sus hijos al bien, imagínate cuando ocurre en el orden político del estado
o en la Iglesia. Esto es precisamente lo que le molestó al Antipapa, según
mi modesta opinión. Que le dijera que, siguiendo al liberalismo, está
abandonando su autoridad, delegándola en la colegialidad, introduciendo
la nefasta idea de la democratización en la Iglesia. La Iglesia jamás ha sido
democrática. Es una monarquía, con una cabeza, y lo es porque Cristo, su
fundador, así lo ha querido. No hay mejor gobierno que el gobierno de
uno, decía Santo Tomás. ¿Cuál es el fin de promover este tipo de
ideología? Demoler la Iglesia evidentemente, inducir confusión y conducir
al caos. Al introducir la revolución democrática en el seno de la Iglesia, se
debilita la autoridad del papa y pasa a ser una especie de presidente de la
asamblea de los obispos sin mayor potestad. Al mismo tiempo, casi como
una contradicción pasa lo que escuchaste en Roma, es decir, que se le
obedezca ciegamente. Y ahí tenemos a los papólatras.

Hay una pérdida de la autoridad papal al no velar por el bien


común de la Iglesia; y a la vez una confusión con respecto a su infabilidad.
Para algunos el hecho de ser papa ya lo constituye en santo y por tanto
todo lo que dice es infalible. Sabemos que no es así. Nuestro Antipapa
hace valer su primado cuando le conviene y para cosas que hasta van
contra las leyes de la Iglesia y de Dios. Ahora que el Papa se ha
transformado en un apóstata, los enemigos de la Iglesia nos obligan a
obedecerlo en todo y nos tildan de cismáticos, rebeldes y malos hijos de la
Iglesia cuando no lo hacemos. No lo hacemos, no por un capricho ni por
soberbia, sino porque hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
Yo obedezco al papa cuando él obedece lo que siempre ha sido creído
por la Iglesia; cuando transmite fielmente lo que ha recibido de los
74

concilios dogmáticos infalibles; lo que ha recibido a través de la verdadera


interpretación de las Sagradas Escrituras. Y lo desobedezco cuando él
desobedece a la Tradición y se aleja de ella introduciendo doctrinas
nuevas.

La primacía de la autoridad del papa le da unidad a la Iglesia, la


mantiene unida en la fe y apoyada sobre una roca firme. Es mandato
divino: un solo pastor, un solo rebaño, una sola fe. Los errores vienen
dándose desde hace ya varias décadas, pero el problema es que ahora se
han profundizado y ya nadie sabe quién manda. Lo que un obispo
particular dice, lo contradice y desautoriza la conferencia episcopal…esto
no es bueno, no es nada de bueno y tal como te lo decía, confunde a los
fieles. Este error se acentuó más cuando algunas conferencias episcopales
actuaron en contra de lo mandado por el papa. El papa tiene toda la
autoridad para poder tomar las resoluciones que quiera para conducir a la
Iglesia hacia la Verdad y llevar a las almas al cielo. No tiene que pedirle
permiso a nadie. Puede consultar, obviamente no es un ángel con visión
perfecta de todo. Tiene que informarse y preguntar cuando ignora ciertas
materias, pero él es el que resuelve libre y soberanamente porque tiene la
autoridad que le confiere su primado. Es cosa de darle una miradita al
Concilio de Florencia, donde claramente se expresa que el papa es el
sucesor de Pedro al cual le fue otorgada la potestad de gobernar y regir a
la Iglesia. Si estoy sosteniendo algo en contra de lo siempre enseñó la
Iglesia católica, te pido que me corrijas. Esto que te he dicho es un
resumen de lo que publiqué en ese artículo y si el Antipapa se molestó
conmigo que mejor se moleste con sus antecesores y con los concilios
porque te repito, yo no he inventado nada nuevo.

Matthew se sentó en el sillón y sacando un pañuelo se secó el sudor


que le corría por la frente. En su mente seguía dándole vueltas lo que le
había dicho su hermano acerca de la elección de un papa en secreto.
Tenía argumentos en contra y a favor de aquella decisión, y unos y otros
tenían validez.

_ No has dicho nada en contra de la ortodoxia Matthew, absolutamente


nada y estoy plenamente de acuerdo contigo. Ahora quédate tranquilo con
respecto a lo que está por venir. Si bien es cierto que por sobre la
autoridad del papa no hay nadie más, y que no se le puede juzgar, sus
75

propios actos lo desautorizan. Ha abandonado su primado, en otras


palabras, está renunciando a ser papa. Sigue ocupando la sede
materialmente, pero ha renunciado formalmente. Es doloroso ver el
actual panorama, imagínate a mí como sacerdote como me duele ver
como se intenta destruir a la Iglesia desde dentro. ¿Qué podemos hacer?
¿Qué puedes hacer tú como simple seglar? Seguir siendo católico fiel,
asiste a la Santa Misa, recibe los sacramentos, crece en la fe y reza, reza
mucho por la Iglesia. Hermano – Christian se levantó y colocó su mano
sobre uno de los hombros de Matthew- no puedes hacer nada, nada más
que seguir siéndole fiel a Cristo con tu familia y si es preciso, algún día dar
la vida por nuestro Señor. Mañana voy a ir a la capilla a abrirla y celebraré
mi primera misa en Chile después de no sé cuántos años, me gustaría que
me acolitaras. Voy a estar solo, tengo que organizar todo, partir de cero y
me gustaría que me ayudaras a hacerlo. Ahora te pido que por favor me
lleves a la casa de mis papás, estoy rendido. Además tengo insomnio y me
cuesta dormir. Mi pobre cabeza piensa muchas cosas al mismo tiempo y
descanso muy poco. Quizás esta noche en la que voy a dormir en mi pieza
de niño pueda descansar más.

Matthew se puso de pie, miró a Christian y acercándose a él, lo


abrazó con fuerza.

_ Gracias a Dios que estás de vuelta. ¡Qué bendición es para nuestra


familia tener a un sacerdote piadoso y fiel como tú entre nosotros!.
Vamos para que puedas descansar. No te preocupes, mañana te paso a
buscar… ¿a qué hora?

_ A las cinco y media de la mañana. Rezo maitines a las cinco en la casa


de mis papás y nos vamos después a la capilla. La misa la estaría diciendo,
Dios mediante, a las seis y media. Además es sábado, día dedicado a
nuestra Señora… ¿a cuántas almas que usan su escapulario del Carmen
sacará ese día del purgatorio? ¡Qué hermoso regalo nos ha dado Cristo
nuestro Señor! A su propia Madre. Después de misa nos tomamos una
tacita de té y unos panes y me conecto a la red para saber de mi superior y
seguir en contacto con mis amigos. Les recomendé que los confesara otro
padre tridentino. No puedo dejar a esas almas desamparadas, están
acostumbradas a mi manera de confesarlos, y creo que les va a costar
cambiar de confesor. Sabes Matthew, a veces soy muy duro con ellos y
76

aún así me persiguen para que los escuche…hay gente a la que le gusta que
las trapeen.
77

SEGUNDA PARTE

El Inicio del Destierro

“La iglesia, asistida por el Espíritu Santo, obstaculiza esa manifestación y la


reduce, apoyada en el orden humano que el Imperio Romano organizó
en cuerpo jurídico y político; pero llegará un día, que será el fin de esa
edad, en que desaparecerá el Obstáculo. El Espíritu Santo abandonará
quizá este cuerpo social histórico, llamado Cristiandad, arrebatando
consigo a la soledad más total a los suyos, dándoles dos alas de águila para
volar al desierto. Y entonces la estructura temporal de la Iglesia
existente será presa del Anticristo, fornicará con los reyes de la tierra
– al menos una parte ostensible de ella, como pasó ya en su historia-,
y la abominación de la desolación entrará en el lugar santo. “Cuando
veáis la desolación abominable entrar adonde no debe, entonces ya
es”.”

R.P.Leonardo Castellani
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Capítulo 1

Y en verdad todos los que quieren vivir piadosamente en


Cristo Jesús serán perseguidos.

II Timoteo, 3,12

Cerca de las diez de la noche los hermanos Mansfield Batagglia


decidieron dejar de jugar Carioca. Subieron a sus dormitorios para
acostarse. Ian y Matthew Hugh compartían el mismo dormitorio desde
niños y aunque los dos eran muy hermanables, en ocasiones sus
discusiones los llevaban a fuertes peleas.

Sin embargo, desde que Ian había comenzado a juntarse con unos
tipos afines al gobierno mundial, él había cambiado y ya no miraba a su
hermano mayor con el afecto que antes le tenía. Su relación se había
enfriado y casi no se hablaban. Matthew H. tenía atragantada su molestia
a propósito de lo mismo desde hacía meses y precisamente andaba
buscando la ocasión para poder conversar en serio con su hermano sobre
este tema.

Ambos subieron y entraron juntos a la habitación. En ella por


mutuo acuerdo cada uno tenía su lado. Matthew H. tenía su cama al lado
derecho y Ian al lado izquierdo y al medio separados por el velador
trazaron una línea imaginaria que dividía ambos sectores y que estaba
prohibido traspasar con cachureos y desordenes. Cada uno con su lado,
cada uno con su escritorio y repisa, closet y baúl. Ninguno se metía en el
lado del otro y de esa manera se conservaba la paz y la armonía entre
ambos. Pero Matthew H. sacaba de las casillas a su hermano porque era
bastante desordenado y su lado de la pieza permanecía casi siempre
sumergido en un caos de papeles, libros, partituras, platos con resto de
comida y calcetines sucios tirados. Ian por su parte había sacado la
pulcritud y manía por el orden de su papá y el lado que le tocaba en su
pieza estaba siempre pulcro y ordenado. Los libros los tenía hasta
catalogados en la estantería por autor; las hojas para imprimir las tenía en
un porta papeles; la ropa la guardaba colgada en su ropero en bolsas
nylon. En resumen, era la antítesis de su hermano mayor.
79

Matthew H. se había estado llevando sus cosas a la casa de sus


abuelos, pues quería instalarse allí al menos mientras estuviera estudiando
medicina y así no tener que estar viajando desde Con-Con hasta
Valparaíso todos los días. Actualmente como estaba de vacaciones
ayudaba a su abuelo en las cosas de la clínica. Como no se encontraba ya
viviendo en la casa de sus papás su lado de la pieza estaba algo más
ordenado y Ian estaba feliz no sólo por esto, sino que porque tenía para él
solo la pieza y gozaba de esta forma de más privacidad, especialmente a la
hora de chatear y estar conversando por horas con sus amigos por medio
de un programa de telefonía gratuito.

_ Me imagino Ian que ahora estarás feliz con la pieza para ti solito- dijo
Matthew H. mientras abría su cómoda para sacar un pijama- ya no tienes
quien te la desordene. – Matthew H. comenzó a desvestirse y después de
ponerse el pijama se tendió de espaldas sobre la cama mirando el techo.
Ian se sentó en su escritorio y encendió el computador y sin responderle
nada a su hermano se conectó nuevamente a la red.

_ ¿Será posible que por un instante dejes ese maldito computador y


conversemos? En serio que echo de menos nuestras conversaciones de
antes cuando éramos más chicos… ¡ya poh Ian! Córtala con la tontera del
computonto que te tiene todo el santo día metido con el aparatito del
individualismo exacerbado– Matthew se levantó de la cama y le
desenchufó el computador a Ian quien lo miró furioso.

_ ¡Te pasaste para prepotente Hugh! ¿Qué te pasa? Déjame tranquilo y


no te pongas pegote conmigo, ya tuve suficiente escuchando las
estupideces del cura allá abajo y que no me dejaran ir a donde mis
amigos.

_ ¿Estupideces del cura? No seas falto de respeto Ian, el tío Titian es un


padre y además es nuestro tío. Deberías sentirte orgulloso de tener un tío
como él. Es súper cariñoso. Me encanta conversar con él por chat. Es
genial el tío Titian. No creo que lo que haya dicho sean estupideces. Te
estás tomando las cosas muy a la liviana y lo que contó es escalofriante. Lo
encontré súper brígido. A mí me dejó un sensación amarga, además que
me perdí un poco en el hilo de la conversación cuando empezaron con
eso de la cosa formal y material…bien complicado el temita. ¡Ya poh Ian!
80

Recuéstate un rato en tu cama y conversemos… ¿qué has hecho en esta


semana que no nos hemos visto?

_ Nada, no he hecho nada especial. Lo que sí es que estoy yendo harto a


la casa del Matías. Su papá es re buena onda conmigo y me ha prestado
un montón de libros.

_ Ese idiota del Matías. No sé cómo te puedes juntar con un cabro chico
tan imbécil, yo no lo soporto. ¿Su papá te ha prestado libros? ¿Qué clase
de libros te puede prestar un masón, hermano? Ten cuidado con ese
viejo, es acérrimo del Secretario Todtschläger y yo creo que es uno de sus
agentes en Chile. Parece que vas demasiado para allá, la pinta que andas
trayendo. ¿Qué te bajó por andar vestido así?

_ ¿Qué te importa a ti? Problema mío, o vas a empezar a decirme las


misma tonterías de mi papá que está más pesado que nunca. Yo creo que
al viejo se le aflojó otro tornillo. Siempre tengo la imagen del Quijote con
mi papá, luchando contra molinos de viento imaginarios…y todas esas
cuestiones del fin del mundo, de la apostasía de la Iglesia, parece disco
rayado. Yo poco a poco lo he ido descubriendo y he llegado a la
conclusión de que es un cobarde y un inadaptado.

Matthew H. se levantó de su puesto y se paró con los brazos


cruzados junto a la ventana mirando muy serio a Ian que estaba
poniéndose el pijama

- Mi papá se me cayó hace tiempo del pedestal donde lo tenía cuando era
chico. Fue como hace diez años cuando le tuvieron que poner el marca
pasos. Me acuerdo que fui a despedirme de él para ir al colegio. Venía
recién recuperándose del síncope que había sufrido unos minutos antes
en su pieza. Mi mamá lo había subido no sé cómo a la cama y en ese
momento ella estaba llamando por teléfono al abuelo para que viniera a
examinarlo…Todavía tengo la imagen de cómo respiraba, le costaba
mucho y yo me quedé parado en el umbral de la puerta y no quise entrar.
Estaba pálido y ojeroso…tan débil. Con los ojos tristes…nunca le había
visto la mirada tan triste. Él se dio cuenta de que lo miraba desde el
umbral de la puerta y se volteó hacia donde yo estaba. Me sonrió afligido,
me hizo señas con la mano para que me acercara, pero yo no me atreví
81

porque estaba choqueado al verlo así. Entonces como yo no fui, él cerró


los ojos y bajó la cabeza. Estaba agotado, como muerto. Comprendí que
no era el héroe que yo creía que era. Se veía tan enclenque, tan
vulnerable, que me dio lástima y vergüenza. Desde ese día ya no tuve la
misma relación con él.

_ Parece que el que dice estupideces eres tú. ¿Cómo puedes sacar
conclusiones así? Mi papá está enfermo. Ha tenido que llevar ese
sufrimiento desde que era un poco mayor que nosotros y lo llamas
cobarde. No es culpa suya estar enfermo del corazón. No te entiendo, ¿te
gustaría que el papá del Matías fuera tu papá? ¿O te gustaría que mi papá
se muriera?– Ian encogió los hombros con indiferencia y se recostó sobre
la cama.

_ Mi papá tiene una foto sobre su escritorio en la oficina de la universidad


donde apareces con él cuando llegamos de Inglaterra en el aeropuerto y tú
sales abrazado a su cuello. Te agarraste de sus brazos porque estabas
muerto de susto al ver a tanta gente que te saludaba y que tú no conocías.
Mi mamá me cuenta que cada vez que te asustabas te colgabas de su
cuello y no había manera de sacarte; y ahora me sales con que ya poco
menos que no lo quieres y que te avergüenza ser su hijo. Después de todo
lo que te han enseñado nuestros papás acerca de la familia, de que
debemos querernos porque en la vida solamente contamos entre nosotros
para apoyarnos y amarnos, de todo lo que nos han enseñado sobre la
verdadera fe….

_ Ahí está el problema pues Matías….quiero decir, Mateo.

_ No te hagas el chistoso confundiéndome con él. No sé si seguir con esta


conversación contigo porque me da la impresión de que vamos a terminar
discutiendo firme y quiero dormir tranquilo.- En eso golpearon a la
puerta, era Dominic.

_ Hola, ¿han visto mi inhalador? Estoy ahogado.- El pobre Dominic sufría


desde chico de asma y cada vez que se angustiaba le venía el ataque y
debía inhalarse. Era muy tímido, sufría de melancolía y de depresiones
muy fuertes que trataba de llevar cristianamente.
82

_ Sobre mi escritorio Dominic.- le dijo Matthew H. amablemente ya que


lo quería mucho.- ¿Cómo has andado del bajón Dominic?

_ Trato de no hacerle caso, déjame inhalarme. Puf, puf…ahora sí, ¡qué


alivio! Ya no daba más. En fin, qué puedo hacer, cada uno con su rollo.
La melancolía es como un monstruo que no puedo controlar y es como si
me tomara las piernas y me arrastrara hacia abajo. Mi mamá me dice que
mi papá sufre de lo mismo y que cuando era joven y ella lo conoció
pasaba por crisis terribles, pero que siempre se encomendaba a Dios y
salía adelante con su ayuda: ayúdame Señor que sin ti no soy nada.
Cuando me viene el monstruo yo me pongo de rodillas, cierro los ojos y
rezo y rezo con toda mi alma, y me calmo un poco, claro que a costa de
una tremenda crisis de asma. Es como si nunca estuviera conforme con
nada y me digo a mi mismo qué injusto soy con Dios, lo tengo todo y aun
así siento como si me faltara algo. Es una sensación muy desagradable.
Hay gente que nació atormentada, y yo soy uno de ellos. ¿Sobre qué
hablaban?

_ Sobre nuestro papá.

_ ¿Qué pasó con mi papá?

_ En resumen, Ian dice que es un cobarde, un loco y un inadaptado.

_ Que injusto eres Ian, mi papá ha entregado su vida por nosotros. Yo veo
como son los papás de mis compañeros de curso y nada…ausentes totales,
filo con sus hijos. Mi papá trata de estar siempre en la casa. Hasta trae a
sus alumnos para los seminarios acá en el comedor. A mí me encanta
conversar con él, tiene un montón de historias de cuando era chico. Claro
que de repente se pone medio catete con el asunto religioso, pero viendo
lo que está pasando tiene razón.

_ Ves Ian, hasta nuestro hermano chico se da cuenta. Quédate un rato a


conversar con nosotros Domi. – Dominic se sentó en la cama de Matthew
H. que seguía de pie.

_ Yo creo que mi papá y mi tío Titian están exagerando. La Iglesia


Católica tal como la concibe mi papá ya no existe. Ha sido superada por
83

una Iglesia Católica nueva, renovada, joven, viva, abierta, que ha vuelto a
sus verdaderos orígenes. La Iglesia antigua era una Iglesia de derrotados y
de perdedores a los que nadie quiere. Comienza una nueva era en la que
todas las religiones serán una. Yo no veo nada malo en unir a los hombres
para trabajar juntos por la paz, eso es cristiano y no como lo quiere pintar
el tío Christian. A mí me pareció súper bueno lo que contó él acerca del
Santo Padre y me parece muy feo que hagan cosas por detrás.

_ No has entendido nada en toda tu vida entonces hermano. ¿Te das


cuenta como te ha envenenado el alma esa gente? Yo te sugiero que te
alejes y no vayas más a esa casa. Cuando vamos a misa ya ni comulgas ni te
he visto confesarte.
_ Yo me junto con quien quiero y no necesito de eso. Me basta rezar por
mi cuenta.

_ Me das pena Ian…me das pena. ¿Por qué te resistes a la Gracia de


Dios? Mira que Cristo te está esperando. Cuando vamos a misa y aparece
el confesor y se sienta en el confesionario a esperar nuestra confesión, te
apuesto lo que quieras a que tu conciencia te dice: anda a confesarte, anda
a confesarte, aprovecha que hoy hay un sacerdote, no lo dejes para otro
día, no sabes si tendrás nuevamente la oportunidad de confesarte de
nuevo, ve, ve. Y tú, ¿Qué haces?, te dices a ti mismo: qué lata, no, que
atroz, no tengo ganas, otro día será. Al negarte a ir estás rechazando a
Cristo que te llama a gritos a que te acerques y recibas su perdón. Cristo
suplicante llama a tu conciencia para que lo recibas nuevamente. Con
lágrimas en los ojos te pide que vayas y recibas la absolución y el perdón.
No pierdas la oportunidad porque no sabes si esa será la última.

Matthew H. se acercó a Ian y le puso su mano sobre la cabeza


apretándosela suavemente.

- Extraño cuando éramos más chicos y tú no estabas tan distante.


Jugábamos todo el día juntos hasta en la noche chacoteando y mi papá
venía con su correa a amenazarnos para que nos durmiéramos y nosotros
nos matábamos de la risa porque él hacía el puro show con la correa y nos
pegaba súper suave, ¿te acuerdas Ian?
84

Ian retiró la mano de su hermano con brusquedad y se tendió de


espaldas.

_ Uno no elige a la familia, pero sí a los amigos y si estás buscando ser mi


amigo ándate mejor con el Domi que es tu copia, pero en versión
deprimente.

_ Que antipático estás Ian, se te está pasando la mano. Tienes como odio
en contra de nosotros. Hoy día mismo Matthew H. a este idiota se le
atravesó la Annie y casi le pega por una cuestión sin importancia.

_ Métete en tus asuntos Dominic que yo no me meto en los tuyos…y


¿saben qué más? Quédense callados el par de tarados.

Matthew H. no dio más y se abalanzó sobre Ian y lo agarró del


cuello, mientras que Dominic intentaba separarlos. Justo en ese momento
entró en la habitación su padre. Venía subiendo la escalera para ir a
acostarse cuando sintió la pelea.

_ ¿Qué está pasando? Matthew H. suelta a Ian y tú sale de la pieza


Dominic. Ya estás ahogado de nuevo. A ver jóvenes, ¿qué les he dicho yo
sobre esto? Me duele el alma cuando los veo pelear así.

_ Papá si hubieras escuchado a este neo-masón. Dijo que eras un loco, un


inadaptado y un cobarde…Ya Ian, ahora dile eso mismo a mi papá en la
cara.

Matthew miró a Ian con lástima. Había notado un gran cambio en


su hijo y sabía que le estaban envenenando el alma para que perdiera la
paz, la fe y la alegría que lo había caracterizado siempre. Cuando estaba en
la casa parecía un muchacho triste, apagado, enrabiado con todos. Sólo lo
veía alegre y muchas veces eufórico cuando hablaba por teléfono con sus
amigos.

_ Matthew Hugh, tu hermano tiene toda la razón.- Matthew H. y Ian


miraron a su padre sorprendidos por su respuesta.- De partida Mateo no
necesitas andar pegándole a tu hermano para defenderme. Ian en realidad
soy todo eso que dices y mucho más: si soy cobarde por preferir que me
85

abofeteen antes de hacerle daño a alguien, entonces que así sea, llámalo
como quieras, pero yo siempre trato de conservar la paz y evitar los
conflictos. El último recurso es el enfrentamiento físico y éste debe ser
proporcional a la causa que lo motivó. Siempre hay que buscar la paz y no
dejarse llevar por apasionamientos o como se dice vulgarmente
“calentones” momentáneos que suelen terminar con un cargo de
conciencia insoportable por el dolor causado innecesariamente. Si soy
cobarde porque me asusta cuando me duele el corazón, entonces lo soy
porque de esa manera soy consciente que me puedo morir en cualquier
momento y debo estar preparado para encontrarme con Dios. A ti hijo, y
gracias a Dios, nunca te ha dolido el corazón como a mí me ha dolido y te
aseguro que la sensación de angustia que causa es horrenda. Tu instinto
lucha por vivir y al no poder hacerlo caes en un miedo irracional.

Dices que soy loco, y tienes toda la razón: estoy loco por amor a
Cristo y a su Iglesia. Loco, chalado y desfachatado a mucha honra y muy
agradecido de Dios porque yo siendo un pobre y triste cristiano he sido
bendecido por la fe católica, y porque a pesar de mis problemas sigo
creyendo que sólo en ella está la salvación, y quien no cree esto no cree en
que ella es obra de nuestro Señor que la ha fundado. Y también tienes
razón al decir que soy un inadaptado, siempre lo he sido, porque no soy
del mundo. Estoy en él, pero no le pertenezco. Nunca me he adaptado a
las modas, a los gustos y disgustos del mundo ni menos ahora. Seré
muchas cosas más de las que me dices, pero no soy un fariseo que
declama: ¡oh gracias Señor porque no soy como esos! Quien piensa así
no es digno de ser llamado amigo de Cristo. Yo no me escandalizo de los
pecados de nadie, ni me creo más santo para que te quede bien claro
hijito. Porque nuestro Señor se encarnó y dio su vida por los pecadores y
yo no soy nadie para considerarme mejor que otros. Cada uno sabe cuáles
son sus fallitas y que sólo Dios y su Gracia santificante pueden ayudarnos
a luchar contra ellas. Cuando venía para acá después de dejar a mi
hermano me topé con el famoso desfile gay, la gay parade. Me dio pena,
mucha pena, y le di gracias a Dios, no por no ser como ellos, sino que
porque Él ha tenido misericordia conmigo al mostrarme que con esas
cosas se ofende a Dios y que debo rechazarlas. Se rechaza la abominación
que ellos realizan, pero yo debo tener misericordia con ellos también y
pedirle a Dios que los ilumine y les haga ver que están cometiendo
pecados que al final los llevarán a perderse para siempre. Señor, le digo,
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ten compasión de esas pobres almas que están tan necesitadas de Ti, y no
te conocen. ¿Qué mérito he tenido yo Señor para que tú me hayas dado
la gracia de conocer tu doctrina? Ninguno, pura gratuidad divina, nada
más. Y porque mucho se me ha dado, mucho se me va a exigir y debo
permanecer fiel.

Llámame como quieras hijo, estoy lleno de defectos. Bendito sea


Dios por mis defectos, por mis golpes y sufrimientos, recuerda lo que
dice San Pablo: Y para que la grandeza de las revelaciones no me
envanezca, me ha sido dado el aguijón de mi carne….y luego dice: de
buena gana me gloriaré de mis flaquezas, para que more en mí la virtud de
Cristo. Ahora hijos, no peleen más. Ustedes se aman y sé que les duele
cuando se pelean así. Ya pues, quiero que los dos se den la mano y un
abrazo. Muy bien, así me gusta. Ian, cuida tus amistades, no te juntes con
gente que pretende separarte de tu familia y que te dice cosas en contra
nuestra y peor, en contra de la Iglesia y de la santa religión. No son
verdaderos amigos, no buscan tu bien. Ian, dale un beso a tu viejo
cobarde y no me acuerdo qué más.

Matthew se acercó a su hijo, pero él le corrió la cara y se acostó


refunfuñando. Entonces Matthew le besó la cabeza y después de
despedirse de su otro hijo salió de la habitación entristecido.

Una vez que cerró la puerta, Ian se volteó hacia donde su hermano
que también se había acostado y lo encaró.

_ Eres harto poco hombre Hugh, llega mi papá y se te cae al tiro el cd y


empiezas a acusarme. Escuchaste al viejo, ves que tengo razón.

_ Ya cállate Ian, no quiero seguir peleando contigo y además quiero rezar.


Hablar contigo es darse contra una roca. Duérmete de una vez.

Alrededor de la una de la mañana, Ian sin poder dormir, se levantó


de su cama y se sentó en la cama de su hermano y comenzó a despertarlo.

_ Hugh, Matthew Hugh, despierta…

_Déjame dormir Ian…


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_Quiero hablar contigo…escúchame por favor.- Matthew H. finalmente se


despertó y se sentó medio dormido en su cama a escuchar a su hermano.

_ No puedo dormir…tengo miles de imágenes en la cabeza que me están


volviendo loco…perdóname por haberte tratado mal…es que no ando
bien.

_ ¿Qué pasa Ian?

_ Tengo tantas dudas, tantas preguntas, mi conciencia me tironea de un


lado para otro y ya no sé en qué creer. Cuando escucho hablar a mi papá
me molesta, me siento incómodo, pero en cambio cuando escucho al
papá del Matías me siento como fascinado, dice cosas tan bonitas, tan
llenas de optimismo y de alegría. Me molesta el lenguaje que usa mi papá,
siempre el mismo discursito religioso, las mismas palabras, las mismas
ideas y el continuo autoflagelarse. Lo que dice el papá del Matías es el
polo opuesto a lo que dice mi papá y eso me tiene confundido. ¿Dónde
está la verdad? ¿Crees que exista la verdad o quizás estemos
imposibilitados de conocerla realmente y por eso hay tantas posturas
distintas frente a las cosas de la vida?

_ Las verdades esenciales existen y todos podemos llegar a conocerlas por


medio de nuestra inteligencia. Lo que debes hacer ahora es poner las
ideas en orden en tu mente y luego sopesarlas imparcialmente. Contempla
los hechos y observa a qué parte conducen las doctrinas que te enseña tu
amiguito y lo que has aprendido en la casa. Mira hermano, para que veas
cómo está el mundo. Te acuerdas para el terremoto del 2010 como salió
la gente a robar, a saquear; te acuerdas que en las campañas que se
sucedieron para ayudar a la gente que lo perdió todo, lo único que se
repetía era: fuerza Chile, vamos para arriba y un montón de consignas
parecidas, y nunca, pero nunca se habló de Dios y que el país sólo saldría
adelante cuando nos encomendáramos a Él y a su Santísima Madre; te
acuerdas que incluso la misma Iglesia chilena dijo que Dios no castigaba,
desconociendo con esa frase toda la teología del mal de pena y que Dios
permite que ocurran estos hechos para hacernos reaccionar y que lo
busquemos a El…ahora bien, ¿por qué te digo todo esto? Porque a pesar
de lo que ha ocurrido, de lo terrible y doloroso que fue el terremoto y el
maremoto seguimos igual y peor. ¿Y qué hemos conseguido apartando
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como sociedad a Dios de nuestra vida? El vacío, lo que sientes en tu alma


es un vacío inmenso porque te has dejado llevar por ideas que sabes que
están mal y no quieres escuchar tu conciencia, y nosotros los chilenos
también hemos hecho esto mismo que tú has hecho, como nación. Hay
una apariencia de bienestar, pero detrás de esa apariencia hay una caríe
podrida que está carcomiéndolo todo, devorándose a todos. Quien esté
en contra de este sistema va a sufrir las consecuencias. Si vieras a la pobre
gente que llega desesperada a atenderse al consultorio que está en la casa
de nuestros abuelos; si conocieras las historias que hay detrás de esas
personas que están luchando contra un sistema pérfido que quiere
hacernos sus esclavos.

Matthew H. tomó a Ian por la espalda y lo aproximó contra sí. Sabía


que en el fondo su hermano estaba atravesando por una lucha feroz en su
conciencia y que eso lo tenía en medio de una gran batalla. Matthew H.
tenía las cosas muy claras y con sus palabras trataba infructuosamente de
hacerle entender a Ian que estaba caminando por vías peligrosas y que
estaba exponiendo su alma a la perdición.

_ Cuando te escucho hablar es como escuchar a mi papá. Te juro Hugh


que no entiendo la razón de encapricharse viendo todas las cosas como si
fueran malas. Eso de andar buscándole la mala intención a todo, no es
cristiano.

_ No se trata de eso, sino de todo lo contrario. El gobierno mundial y su


aparente orden es un peligro para los católicos y para la humanidad en
general. Nos están convirtiendo en títeres a cambio de pan y circo, ¿no te
das cuenta? Después van a querer que apostatemos, te lo aseguro.
¡Reacciona Ian, reacciona! Las tinieblas se han apoderado del mundo, la
maldad abunda por doquier con apariencia de bondad y de fraternidad. A
la primera oportunidad sale a relucir su poder y ocasiona daño. Han
legalizado el aborto…el crimen de una criatura inocente por un “derecho”
reproductivo de la mujer; han legalizado las uniones homosexuales, se ha
exacerbado la libertad religiosa como si hubiera libertad para elegir el
error…¿tú crees que Dios va a seguir aguantando por más tiempo que se le
pisotee de esa manera? ¿Crees que el Cielo no clama justicia por la burla
permanente de los hombres impíos? ¿Crees que la Sangre de nuestro
Señor ha sido derramada para que los hombres sigan haciendo samba
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canuta con sus vidas ofendiéndolo como lo hacen? Acuérdate de las


palabras del Ángel de Fátima: penitencia, penitencia y mucha oración.

_ Pero si hasta el mismo Papa está a favor del gobierno mundial y ya ves
cómo le gusta salir en las fotos con Todtschläger. Hasta están trabajando
juntos. El papá del Matías me dice que por fin la Iglesia se ha reconciliado
con el mundo y con el hombre. Dice que los apóstoles mal interpretaron a
Cristo y que los papas anteriores a Juan XXIII no entendieron nada del
mensaje evangélico, condenando al infierno a medio mundo, por una cosa
de soberbia.

_ Si claro, te dice eso para confundirte y hacerte dudar. Todo lo que ha


enseñado la Iglesia es para nuestra salvación y cuando condena alguna
herejía lo hace para corregir errores que precisamente nos alejan de la
salvación eterna. Yo he estudiado harto por mi cuenta al respecto, aparte
de las conversaciones con mi papá y mi mamá. Tú actualmente pareces
sentir mucha simpatía por la masonería, ¿Sabes por qué la Iglesia
condena a la masonería?

_ Soy un cabro chico, ¡qué tengo yo que saber de esos temas!, además
que no entiendo nada cuando leo esas cuestiones…y tampoco me interesa
saber más, ¿para qué? Tratamos de construir un mundo más tolerante,
todos tienen derecho a expresarse y a decir lo que piensan. Mientras yo
no te haga daño, puedo pensar lo que quiera. Te insisto, ¿Qué hay de
malo en colaborar con la gente que quiere hacer un mundo más humano
que sea más fácil de sobrellevar? La pobreza, la miseria, el sufrimiento,
son cosas horrendas y todas estas personas están trabajando para
erradicarlas de la faz de la tierra. Los masones por ejemplo siempre están
participando en campañas solidarias, muchas veces anónimamente, y
también son luchadores de la libertad y de la dignidad humana, lo mismo
que la Iglesia, entonces ¿qué tiene de malo todo eso? Yo creo que se han
exagerado las condenas y lo que dice en contra de ellos, porque no los
conocen bien. La masonería que en un tiempo fue condenada por la
Iglesia, ya no es la misma, ha cambiado; y la Iglesia también lo ha hecho.
Ahora trabajan juntas.

_ Eres realmente ingenuo al pensar así Ian. Es justamente lo que dicen los
masones más astutos y los católicos liberales-progre. ¿Construir un mundo
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sin Dios nos va a llevar a la “felicidad”? No te equivoques, cuando el


hombre ha construido sin Dios, le han ocurrido grandes calamidades,
acuérdate nada más de la Torre de Babel. Pero no me saques del tema. Sé
que te aburre mi conversación y te molesta porque digo lo mismo que mi
papá. Te pido escuches un par de cuestiones y luego nos vamos a dormir.
Cuídate de los masones Ian…

_ Sé a dónde quieres ir…vas a empezar con la tontera de la conspiración.

_ Es en serio, muy en serio lo que te estoy diciendo. Es una batalla entre


dos ciudades, como dice San Agustín. Son dos fuerzas que están
combatiendo con todas sus armas. Hoy más que nunca porque al
Demonio se le acaba el tiempo y en su odio al hombre quiere que la
mayor cantidad de ellos se condene. Se vale los mismos hombres para
llevar a cabo su plan siniestro. La masonería es una de sus armas, porque
uno de sus fines es destruir la Iglesia, atacar a Dios y a nuestro Señor.
¿Has leído lo que los papas han dicho sobre la masonería?

_ No, qué voy a andar leyendo cosas que no entiendo. ¿No me digas que
tú sí? ¿Cómo te puede gustar estar encerrado en la casa el fin de semana
leyendo…encíclicas? Te fuiste al chancho Hugh.

_ Por supuesto, es mi obligación como católico estudiar mi fe, estudiar los


dogmas, la doctrina. Además, no te hagas el leso hermano que desde
chicos nuestros papás nos han hablado en contra de los masones. Yo te
voy a decir un par de cosas acerca de tus nuevos amigos y créele a tu
hermano que te quiere mucho aunque tú no lo creas. Me preocupas Ian,
me tienes muy preocupado. Tu todavía estás en el colegio y te mueves
entre cuatro paredes, pero yo que hace un año salí, he visto cosas
horribles que van por debajo. Pero vamos al grano: la masonería ha sido
siempre condenada por la Iglesia y si bien es cierto que en el Código de
derecho Canónico del 1983 se quitó la palabra masonería en el artículo
que la condenaba, tal como el papá del Matías te lo dice como una verdad
a medias, la condena no se ha suprimido. Los católicos que se adhieren a
ella quedan inmediatamente excomulgados. Ya, ya sé lo que me vas a
decir ahora…que el Papa ahora les ha levantado la excomunión. Claro que
lo ha hecho, pero ya escuchaste el tío Titian; ese Antipapa se ha
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excomulgado a sí mismo. Sus decretos no son válidos y con mayor razón


éste que contradice todo lo sostenido por sus antecesores.

Uno de los tantos errores cometidos por los que han gobernado la
Iglesia desde el año 1960 en adelante, fue dejar la puerta abierta a
discusiones que estaban selladas y muy claras. Con respecto a la fe y a lo
referente a la salvación eterna, no se pueden dejar cabos sueltos y
sostener ideas que se van a tomar para la confusión, es como decir:
sí…pero no: bueno, ¿en qué quedamos entonces?, ¿se puede o no se
puede? Aquí no caben los respectos…bajo cierto respecto, debe ser una
condena total y no a medias. No puede venir un cardenal o un obispo a
decir que bajo ciertos respectos es posible llegar a tratos o a
entendimientos con la masonería, porque es como una grieta en una
represa. Primero gotea un poquito, pero luego la grieta se va abriendo, va
pasando cada vez más agüita; y la agüita que era como una gotita termina
por destruir la represa entera provocando una avalancha. Nadie sabe
cuándo se nos puede escapar de las manos y con fuego no se juega y
menos cuando se pone en riesgo la salvación de las almas. Hay que ser
claros y taxativos: la masonería es anticristiana y no puede llegar a
colaborar con la Iglesia Católica bajo ningún respecto, punto y se acabó,
no hay nada que discutir. Los fines son distintos: tú dices que practican la
caridad, que ellos llaman la solidaridad, pero ¿por qué lo hacen? ¿Por el
amor a Dios al ver en el otro a Cristo que sufre o por una cosa de mera
fraternidad humana? Acuérdate lo que dice san Pablo Y si repartiese mi
hacienda toda, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, mas no tengo
caridad, nada me aprovecha.

_ A mí el tío Javier, el papá el Mati, me ha dicho que ellos son una


institución filantrópica, que viven como hermanos, que se ayudan
mundialmente entre ellos. Dice que buscan la verdad, el conocimiento,
donde tampoco se excluye la religión. Todos son acogidos como iguales y
como libres. Dice que la Iglesia Católica ha inventado una leyenda negra
con respecto a ellos. Me ha dicho también que ellos defienden la libertad
del hombre y llevan a cabo una gran cantidad de obras de beneficencia, al
igual que los católicos y que el mismo Papa ha llamado a colaborar con
todos aquellos que quieran ayudar a los más desposeídos. Ellos también
creen en Dios…es súper buena gente, a mí en su casa me han acogido
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como un hijo y no existe esa sensación de angustia permanente que yo


siento en esta casa.

_ Pobre hermano mío, parece que ya te tienen medio convencido. Los


masones no creen en el Dios cristiano, es más, su dios es una cosa etérea,
impersonal, que puede ser cualquier cosa, incluso el sol. Dicen que
aceptan cualquier religión y no excluyen a nadie, bueno eso es una
barbaridad que te arrastra hacia el indiferentismo religioso. Si hablan de
Dios, lo hacen para engañar porque odian al cristianismo y predican el
sincretismo religioso. Niegan todos los dogmas, de hecho para ellos los
dogmas simplemente no existen. Sus principios son inaceptables con la fe
católica. No creen en nada de lo que proclamamos. Quieren hacer
desaparecer a Dios de todos los ámbitos: de la política, de la educación,
de las costumbres, para vivir sin religión. Son anarquistas ya que rechazan
la autoridad. Endiosan la dignidad humana a costa de Dios. Es más, te voy
a decir las razones por las cuales la Iglesia los ha condenado siempre: sus
rituales, sus iniciaciones en sus distintos grados son blasfemos, paganos,
anticatólicos, inmorales y satánicos…

_ ¿De dónde sacas todas esas cosas si nunca has ido a una de sus
ceremonias? Es la propaganda de la Iglesia que siente como si ellos les
robaran a los fieles, están celosos porque les están acarreando las ovejas a
su corral – Matthew H. alejó a su hermano que estaba sentado a su lado y
lo miró preocupado.

_ ¿Crees que lo que los papas anteriores han dicho es cuento para
pelearse a los fieles como dos cadenas de supermercados que compiten
por la clientela? Acuérdate que lo primero es la salvación del alma y esta
gente pertenece a una secta demoníaca. Investiga en internet y lee todos
los testimonios que hay sobre gente que se ha salido con miedo a ser
asesinada. Si tú te retiras ellos te prometen la venganza y te hacen jurar
cosas espantosas. Amenazan de muerte a quienes les son infieles y han
tenido la osadía de revelar sus secretos. Todas estas sociedades secretas
son perversas y practican actos sacrílegos. Sus principales enemigos son
Dios, Cristo y su única iglesia. Obviamente que hay gente ingenua que se
mete en ellas pensando en servir al prójimo y tener buenos contactos y
cosas por el estilo, pero en sus grados más altos hay individuos siniestros
que conocen sus verdaderos fines, y según he investigado hay un jefe
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supremo que muchos de los mismos masones no conoce, es único y


dirige muchos poderes mundiales. Tiene un poder diabólico que usa para
llegar a establecer un solo gobierno, con una sola moneda, con un solo
dios abstracto, con un solo idioma, haciéndonos esclavos de unos pocos.
Piensa en esto del Contrato mundial y de sus cláusulas, son horrendas y
más encima lo del chip que se inserta en la piel y que tiene todos tus
datos y te acepta como “ciudadano del mundo”. Esta gente ya ha infiltrado
la Iglesia y están demoliendo la fe, proclamando doctrinas nuevas,
desconociendo la tradición, inventando una religión sincrética nueva.

Ian se puso de pie y se acostó en su cama pensativo. No le dijo nada


a Matthew H. que esperaba alguna reacción frente a su discurso. Sólo le
dio las gracias por escucharlo y volteándose se puso a dormir con la
cabeza confusa y afiebrada. Tenía una lucha interna de fuerzas que lo
tironeaban de un lado a otro perturbándole el alma. No podía creer lo
que su hermano le había dicho con tanta pasión y convencimiento, ya que
la impresión que él tenía de sus amigos no era para nada así, todo lo
contrario, era para él gente muy buena y alegre. La misma Iglesia en boca
de uno de sus últimos pontífices había llamado a los masones hijos de
Dios, de modo que ¿En qué Iglesia creía su familia? Tan soberbios y
orgullosos, se creían dueños y poseedores de la verdad, levantando contra
esas personas condenaciones que había sido suprimidas por esta nueva
Iglesia renovada y más cercana a la gente. ¿Cómo podía ser posible que
esas buenas gentes fueran a ojos de Matthew Hugh secuaces del demonio?
Alguien estaba equivocado porque dos posturas tan antagónicas se
excluían mutuamente y por tanto tendría que decidir a cuál de las dos
aceptar. Sabía que tenía que definirse de una buena vez para poder
recuperar la tranquilidad porque sin dudas esta situación lo estaba
trastornando emocionalmente.

Al día siguiente, temprano por la mañana Matthew se levantó en


silencio. Se duchó y después de despedirse cariñosamente de Ángeles,
tomó su auto y partió a buscar al padre Christian, quien ya lo esperaba
sentado en la mecedora que estaba en el porche de la casa de sus padres.
El joven sacerdote estaba terminando de rezar maitines y junto a él había
una enorme maleta, dos cajas de cartón llenas de cosas y una bolsa llena
de pequeños paquetes de regalos.
94

Matthew notó que su hermano no lo había visto, pues estaba muy


concentrado leyendo su breviario y se quedó sentado en el auto
mirándolo. Ahí estaba su querido Titian, pensaba, ¡cuántas veces de
adolescentes se sentaron los dos en esa misma mecedora a arreglar el
mundo con sus conversaciones! Y ahora allí estaba su hermanito
convertido en sacerdote, balanceándose en la mecedora con las piernas
estiradas, como un niño chico que no alcanza con los pies el suelo. Tenía
puesto el birrete y en sus pies calzaba unos viejos zapatones negros que ya
tenía una docena de reparaciones. Los anteojos eran los mismos que
usaba desde los dieciséis años y detrás de ellos sus ojitos azules saltones le
daban un aire juvenil y simpático a su rostro bonachón. Matthew lo
observaba con gusto. De pronto vio que Titian cerró los ojos, juntó sus
manos y se santiguó parsimoniosamente. Luego, levantó la vista y miró
hacia la entrada donde estaba Matthew en el auto y le hizo señas para que
lo ayudara a llevar las cosas al auto.

_ Hola mi Titian, ¿qué tantas cosas traes?

_ Casi son puras cosas para la capilla, los ornamentos, algunos libros, un
par de cálices, hasta hostias sin consagrar me traje porque no sé si las
monjitas acá querrán hacerme unas….También traje regalos para mis
sobrinos, y el muy cabeza de pollo no se los llevé ayer. Bueno, vámonos
pronto que tengo ansias de instalarme y decir mi misa.

Matthew hizo partir el auto y tomó dirección hacia la capilla de los


Padres Tridentinos que se ubicaba en un apartado sector de Viña del Mar
desde donde podía verse toda la bahía con sus buques. La capilla se había
cerrado unos años antes cuando el sacerdote que la atendía fue transferido
a otro país y no pudieron remplazarlo. Las cosas de la capilla estaban
guardadas en la ermita que estaba adosada a ésta. La ermita era una
modesta casita de madera y constituía la residencia del capellán. La
capilla y la residencia habían quedado al cuidado de un matrimonio de
ancianos que realizaban el aseo de ambos lugares y la mantención de un
hermoso jardín estilo inglés que estaba lleno de flores. Este matrimonio
vecino a la capilla esperaba con entusiasmo la vuelta de un padre
tridentino y su felicidad fue grande cuando desde Inglaterra recibieron el
llamado del padre Titian comunicándoles su llegada.
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La pequeña capilla estaba construida en piedra, en sus ventanales


uno veía hermosos vitrales con imágenes de santos y de Nuestra Señora.
Estaba ubicaba al fondo del jardín y estaba siendo atacada por una tupida
hiedra que crecía en sus muros haciéndola más hermosa. La tarea de
reabrirla iba a significar un gran trabajo para el padre Mansfield, pero por
ahora su único y gran deseo era realizar su misa. Después de saludar
efusivamente a sus cuidadores y de sacar con la ayuda de Matthew las
cosas necesarias para realizarla, la rezó con devoción, acolitado por un
Matthew que sentía en su alma un ardor y una conmoción enorme al
servir a su amado Titian en aquella misa a la cual sólo él y estos fieles
ancianos asistieron.

Desde su llegada al lugar, deshacer las maletas, abrir las cajas,


celebrar la misa y limpiar un poco la casa había transcurrido un buen rato.
Después de ordenar un poco la ermita ambos hermanos pudieron por fin
sentarse a tomar un atrasado desayuno facilitado por los cuidadores.

_ Doña Rita, le agradezco mucho que se haya molestado en darnos el


desayuno. Me da no sé qué llegar así de la nada y que ustedes nos hayan
preparado esto tan rico…hace tiempo que no me comía un buen pan
amasado con palta.

_ No se preocupe padrecito. Nosotros estamos felices de que por fin el


señor cardenal nos haya mandado a un sacerdote para que se haga cargo
de la capilla. A nosotros nos encanta cuidarla, pero una iglesia sin
sacerdote es como un florero sin flores y además que eso de tener que
andar buscando misa tradicional por aquí y por allá es una molestia. Y a
propósito de lo mismo padre Mansfield, ¿supo que el obispo ha
prohibido en la diócesis por orden de Roma todas las misas? ¿Qué va a
hacer usted al respecto padre Christian?

_ Parece que las cosas van más rápido de lo que pensé. ¿Cuándo supieron
ustedes que se prohibía la misa?

_ Ayer nada más nos llegó del obispado una circular donde decía que el
Papa la había abrogado por considerarla poco ecuménica y contraria a las
nuevas directrices de la Iglesia. Nosotros estamos muy confundidos y no
sabemos qué hacer. Las personas con las que conversamos nos dicen que
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todo está bien, que no hagamos caso a rumores y a gente que anda según
ellos, armando camorra entre los fieles y le demos para adelante, que es
mejor no saber el fondo del asunto y obedecer porque el que obedece no
yerra.

_ Escuche don Benito, la obediencia es una virtud. Pero primero se le


debe obediencia a Dios antes que a los hombres, y cuando esos hombres
quieren destruir la obra de Dios que es la Iglesia y pretenden cambiar el
Santo Sacrificio por una cosa monstruosa que no conocemos todavía,
nosotros estamos obligados a desobedecer a estos malos hombres de la
Iglesia. Usted sabe que las cosas no están bien, que la Iglesia atraviesa por
una crisis nunca antes vista y Dios la permite para purificarla y probar a
sus hijos fieles. Y en cuanto a que el mundo está bien, nosotros sabemos
que no. A usted en público, en la radio o en la televisión le van a decir que
todo está funcionando mejor que antes, que todos los hombres marchan
juntos hacia el progreso, que hay paz; pero la verdad es que no es así, y
cuando hablamos con las personas privadamente, todos se quejan de que
la cosa está mal, que no se puede confiar en nadie, que el clima está raro,
que la tierra no está produciendo como antes, que los mares están dando
cada vez menos peces. Las personas andan como con una risa nerviosa en
los labios, presintiendo algo malo, pero no se atreven a decírselo a nadie
para que no los tomen como locos o generen sospechas.

No se preocupen por lo de la misa. Gracias a Dios yo no dependo


del obispo porque somos una congregación independiente y mi superior
es el cardenal, y menos mal que fue el papa anterior el que nos dio esta
prerrogativa sin condiciones porque de lo contrario con el actual, no
existiríamos. Escúchenme, las cosas se van a poner peores con respecto a
los obispos y hasta que no se tenga claro quién es quién y dónde están los
que son fieles a la Iglesia y los que quieren su destrucción hay que andarse
con cuidado. Ustedes permanezcan conmigo, estoy aquí para organizar al
pequeño rebaño y soy su indigno pastor por la gracia de Dios. Yo diré mi
misa de siempre todos los días hasta el fin de mi vida porque ella es la
fuente desde donde se derraman todas las gracias. Ahora bien, cómo
habrán de ser las circunstancias en dónde y cómo la rezaré en el futuro,
no lo sé. Puesto que ya está prohibida por la Iglesia oficial tendré que
realizarla a escondidas y para un grupo bien selecto y eso es lo que tengo
que organizar porque no me quiero por ahora, exponer a que me hagan
97

daño ya que mi rebaño quedaría sin recibir sus sacramentos y sin


participación de la vida sobrenatural. Soy un instrumento de Dios, Él me
tendrá que cuidar y darme los medios para llevar a cabo mi misión.

El anciano matrimonio miraba extasiado al padre Mansfield al cual


le corrían lágrimas por los ojos. Súbitamente un enorme sentimiento de
pesar le invadió el corazón y todo el sufrimiento que llevaba en su pecho
contenido por meses hizo que la represa de su espíritu se viera superada y
recostando sus brazos sobre la mesa, lloró amargamente ante la mirada
atónita de los presentes. Le dolía la Iglesia, le dolía la traición de sus
sacerdotes, de sus obispos y hasta del mismo Papa quien ya no lo era,
porque tal como está dicho, no puede haber un papa hereje ya que desde
el momento en que lo es deja de ser papa. Matthew no había visto llorar a
su hermano desde hacía años y sólo atinó a abrazarlo consolándolo
amorosamente. Doña Rita y don Beno se pusieron de pie, besaron la
parte inferior de la sotana de Christian y salieron en silencio muy
impresionados por las palabras y los gestos del buen padrecito que sufría
como un hijo a quien se le afrenta su madre.

Al cabo de un rato, Christian se separó de su hermano, se puso de


pie y comenzó a caminar en círculos por la habitación. La ermita seguía el
modelo de construcción de todas las ermitas de los padres tridentinos.
Una pequeña casa de madera de dos habitaciones y un baño. Al entrar
uno se topaba con una especie de living-escritorio-comedor-cocina, era el
corazón de la casa y ahí la única mesa se transformaba en mesa de
comedor y de escritorio según la hora del día. Al fondo estaba el
dormitorio del padre, encontrándose en ella únicamente una cama y una
silla, y junto a éste estaba el baño. En las paredes había una gran cantidad
de íconos, que era lo único que había quedado aparte del humilde
mobiliario de la casa. Las estanterías estaban vacías. Tampoco había vajilla
ni cortinas. Gracias a los cuidadores la ermita estaba ordenada y limpia,
siempre a la espera del regreso de algún padre que se hiciera cargo de ella.
El padre iba a tener que armar su ermita prácticamente de la nada y los
recursos no eran muy abundantes.

Matthew con el fin de animarlo un poco y sacarlo de su pena,


comenzó a hablarse acerca de hacer una colecta entre los hermanos
98

Mansfield para equipar la casa y dejarla con todo lo necesario para que el
padre se sintiera cómodo y acompañado.

_ Hay hartas cosas por hacer Titian para que puedas empezar con tu
trabajo tranquilo y nosotros te podemos ayudar.- Pero la cabeza del padre
Mansfield estaba en otra parte e ignorando lo que su hermano mayor le
decía, de pronto se paró frente a éste último y mirándolo fijamente a los
ojos le dijo en tono muy serio:

_ Esta va a ser la última vez que me veas llorar por la Iglesia. Estoy dolido,
pero no me voy a quedar de brazos cruzados mirando cómo se pierden
las almas a las que me fue encomendado salvar. Aunque el mundo se esté
cayendo a pedazos tenemos que mantenernos firmes y confiando en que
Dios nos sostiene.

_ ¿A pesar de que parece habernos dejado a nuestra suerte a causa de


nuestros pecados y de la obstinación de creernos autosuficientes? ¿ No te
da la impresión de que el mal en estos momentos se muestra como
ganador, como si estuviera triunfando por sobre el bien arrastrando
consigo a una humanidad que está sorda y ciega, y que no quiere ver más
allá de sus narices importándole sólo tener para comer, tomar y pasarlo
bien? A mí me parece que es como si la Iglesia estuviera pasando por la
misma Pasión y muerte de nuestro Señor. El demonio pensaba que estaba
triunfando al ver a Cristo nuestro Señor crucificado en una cruz como un
derrotado, y sin embargo al tercer día resucitó. Nosotros estamos pasando
por la misma pasión del Señor, atravesamos por esas mismas tinieblas que
oscurecieron al mundo cuando nuestro Señor estaba por expirar. La
Iglesia está viviendo su Hora Santa, el aparente triunfo del Príncipe de
este mundo, y en el camino lamentablemente quedarán muchos varados
porque su fe se habrá enfriado con las pruebas y por el silencio de Dios.
La oscuridad y el mal cubren el mundo con un aparente triunfo, igual,
exactamente igual a las tinieblas que acompañaron a la muerte de nuestro
Señor. ¿Seré uno de esos que se está quedando en el camino porque la
Esperanza ya no habita en él?

_ No, mi Matthew, no…tú siempre me decías que cuando a Dios se le


piden los bienes espirituales nunca te los niega y si pides por la
perseverancia final tampoco se te negará. Debes rezar confiado, si no
99

confías en Dios, ¿en quién entonces? Eres un atormentado, pero no un


desesperanzado, ni menos un infiel. Concuerdo contigo en que la Iglesia
ha comenzado a vivir su propia Pasión, tiene que morir como el grano de
trigo para dar frutos. Ahora, el triunfo del mal es sólo como una ilusión
momentánea a fin de probarnos y para que sirva de colador para ir al
Cielo. Tienes razón…cuando uno mira para el lado no ve más que
descomposición, corrupción, pérdida del pudor, exaltación de la parte
más animal del hombre. Ya no puedes confiar ni en tu vecino, no hay
verdaderos amigos, el que en tu cara te dice que sí, al segundo después te
da vuelta la espalda y te desconoce. Para colmo ya no hay sentido de la
trascendencia. Pareciera que aquí acaba todo y que por lo mismo he de
gozar al máximo. Cuando uno habla acerca del pudor, de los bailes
indecentes, de la moda provocativa, te quedan mirando con una cara de
¿de dónde salió este moralista-cartucho? Como si fueras un ultramontano
inquisidor que anda condenando a medio mundo y pretenden hacerte
sentir mal, pero uno no quiere condenar a nadie ni juzgarle, sino que
abrirles los ojos para que dejen de ofender a Dios. Entonces te responden
¿cómo podría Dios sentirse ofendido si el cuerpo lo ha creado él? ¿Qué
tiene de malo mostrarlo? Y entonces te desgastas tratando de hacerles
entender que en el hombre hay deseos desordenados producto del
pecado original. Les dices que los pecados de la carne son los que más
gente lleva al infierno, y no lo digo yo, se lo dijo nuestra Señora de Fátima
a Jacinta…pero es como volver al punto de partida. ¿Quién le enseña a la
gente que tiene un alma inmortal y que su salvación se la está jugando aquí
y ahora? Nadie parece preocuparse por el alma de estas pobres gentes, y
es culpa nuestra. Si todos nosotros, los que pensamos que la Iglesia fue
fundada por nuestro Señor para llevar a las almas al Cielo nos uniéramos
e hiciéramos un clamor popular para que la Iglesia retomara su misión y
se dejara de hacer innovaciones y transformaciones que caen en la
herejía, te aseguro Matthew que el Antipapa la pensaría dos veces antes de
hacer las cosas que quiere hacer y que al parecer ya empezó a concretar
para nuestra desgracia. Se nos vienen días muy duros Mateo, muy duros y
seremos rechazados y perseguidos por el mundo, pero ya sabemos lo que
dice el apóstol Santiago, “Quien, pues, quiere ser amigo del mundo, se
constituye en enemigo de Dios”. Tenemos que pedir por la perseverancia,
para que seamos perseverantes hasta el final.
100

_ Yo le pido a Dios con toda mi alma en cada misa para que todo vuelva a
su curso y para que de una buena vez se manifieste en su Parusía y arregle
para siempre al mundo. Algunas personas bien intencionadas, pero para
mi gusto equivocadas piensan que haciendo determinadas campañas de
rosario y cosas por el estilo pueden frenar la confusión por un tiempo.
No estoy de acuerdo, creo que hay que rezar para que Dios vuelva de una
vez por todas. Sin embargo, me asalta la duda y me gustaría saber tu
opinión al respecto: ¿puedo con mi oración y con la de muchos, con el
clamor de muchas almas de buena voluntad hacer que Dios retrase
nuevamente su segunda venida? Y por qué te digo nuevamente, porque
hubo según mi parecer tiempos en que todas las circunstancias proféticas
estaban dadas para que la Parusía ocurriera, como fue en la Revolución
Francesa, cuando la humanidad atravesó por sucesos tremendos. Si todos
rogáramos a Dios con fervor para que la Iglesia retomara el curso,
retrasaría los castigos que han de venir al mundo. Es curioso cómo la
gente actualmente reza y hace cadenas de oraciones para que Dios ponga
fin a tanta calamidad y nadie parece ponerle término a las causas que
llevan a esas calamidades.

_ No estoy de acuerdo contigo en eso de que Dios al parecer y por la


oración de los hombres santos retrasó su venida, porque las actuales
circunstancias son mucho peores que en la época de la Revolución
Francesa o en la época de la Reforma. El problema actual es mucho
mayor porque antes la Gran Apostasía no había ocurrido, y ahora la
estamos viviendo porque estamos viendo la aparición de falsos profetas,
de falsos Cristos, de doctrinas novedosas que tienen como denominador
común el poner al hombre en el lugar de Dios y no esperar nada de Él
porque no lo necesitamos. Sentaremos en el lugar santo al hombre de la
iniquidad, la abominación de la desolación. Si tú examinas y estudias todo
lo que se ha escrito sobre el Apocalipsis, lo que está escrito en el profeta
Daniel, y en las profecías en general, te darás cuenta de que se están
cumpliendo una a una. Lamentablemente la gente no cree actualmente
en ellas, yo no sé, las toman como inventos humanos o como cosas
infantiles, cuentos de vieja, que ya están superados. Pero, y sé que no es tu
caso porque tu sí crees en las profecías, habría que leerles lo que dice San
Pedro en una de sus epístolas- Christian sacó de una de las maletas una
antigua y hermosa biblia y le leyó a su hermano: 2 Pedro, 1, 19-21: “Y
tenemos también, más segura aun, la palabra profética, a la cual bien
101

hacéis en ateneros – como a una lámpara que alumbra en un lugar oscuro


hasta que amanezca el día y el astro de la mañana se levante en vuestros
corazones – entendiendo esto ante todo: que ninguna profecía de la
Escritura es obra de propia iniciativa; porque jamás profecía alguna trajo
su origen de voluntad de hombre, sino que impulsados por el Espíritu
Santo hablaron hombres de parte de Dios”.

_ Te insisto en que puede que la humanidad se haya acercado muchas


veces al fin, pero gracias a hombres santos que llamaban a la conversión la
gente cambiaba y enmendaba su vida pecaminosa. Es decir, las personas
escuchaban a los santos cuando llamaban a la conversión para aplacar la
ira de Dios y gracias a eso se postergó el tiempo. Acuérdate que san Pablo
habla acerca de que ya está obrando el misterio de iniquidad, o sea que el
Maligno se viene preparando desde hace mucho. Desde hace mucho que
la gente ha venido viendo las señales que están en las profecías y se han
equivocado, pero qué más da. Hay una frase de Newman muy buena que
dice a propósito de esto mismo: Mejor es equivocarnos en nuestra vigilia
que no vigilar en absoluto. Es preferible esperar a Cristo preparados para
su segunda venida, que estarse pasando la vida como si ya se hubiera
olvidado que algún día va a venir a juzgarnos. Sin embargo vivimos en una
época en que ya nadie parece esperarlo y ya no se oyen las advertencias de
los santos como el padre Pío en su testamento espiritual ni tampoco a la
Virgen Santa que en Fátima anunció que si no se dejaba de ofender a Dios
comenzarían los castigos y éstos serían peores.

_ Habrá que rezar para que Dios abrevie nuestros días y se manifieste su
justicia, porque en verdad te digo Matthew que ya no queremos soluciones
de parche. Queremos que de una buena vez ponga fin a toda esta
inmundicia. El mundo está como un edificio terremoteado que ya no
tiene arreglo y hay que echarlo abajo. La situación interna de la Iglesia ya
no tiene vuelta, ha apostatado tal como estaba anunciado y no hay
voluntad de echar pie atrás y restaurar lo arruinado.

_ O sea que eres partidario de rezar más por su venida hic et nunc, más
que para que se corrija el rumbo del mundo y de la iglesia. Rezar para que
El venga pronto, para que el Reinado de nuestro Señor venga pronto…Yo
pido lo mismo.
102

_ Por supuesto, y por lo demás al decir el Pater Noster estamos pidiendo


siempre: adveniat regnum tuum, pedimos para que venga pronto su reino.
Están todas las cartas sobre la mesa…están cumpliéndose todas las
profecías, el Papa se está transformando consciente o inconscientemente
en el Pseudo Profeta. Pido por Su Venida gloriosa, pero para que también
aplaque su justicia y sea misericordioso con la humanidad, porque
muchos inocentes habrán de padecer, entonces no nos queda más que
suplicarle para que la purificación no dure mucho y no se pierdan tantas
almas en el camino.

_ No podemos juzgar el fuero interno de las almas y sus intenciones. Tal


como lo dices, los que permanezcan fieles a Cristo van a sufrir como
nunca nadie había sufrido por El en la tierra, ¿estás preparado para eso?
¿Piensas en todos los que van sufrir y cuántos se van a perder por temor a
ese sufrimiento? Pedimos su venida, pero su venida será como los dolores
del parto. Ya se nos está suprimiendo la misa, se nos negarán los
sacramentos y más encima se nos va a torturar físicamente. La Iglesia será
perseguida y sus fieles serán maldecidos y torturados por los hijos del
Anticristo….Deduzco entonces que la Consagración de Rusia al
Inmaculado Corazón de María ya no se ha realizado y que cuando se
haga será muy tarde.

_ Por supuesto, nuestra Señora dijo que sería tarde. En cuanto a las
intenciones del Antipapa, no las podemos juzgar, pero sus obras lo
delatan. Nadie puede saber qué está pasando por la mente de alguien. Eso
hay que dejárselo a Dios. No sé si él estará haciendo las cosas con el afán
deliberado de demoler la Iglesia, ¿será un infiltrado de la masonería?
Quién sabe, pero sus erróneas decisiones lo delatan. Prohibir la misa…no
puedo creerlo; que cada falsa religión tenga su espacio dentro de las
iglesias católicas para que oren a este “dios” etéreo…me duele, me duele.
Tendremos que esperar la decisión de los cardenales para saber qué
vamos a hacer.

_ Dicen que el camino al infierno está pavimentado de buenas


intenciones. Poniéndonos en la mejor de las situaciones pienso que por
tratar de volver a la humanidad su espíritu para que se aparte del
materialismo y el inmanentismo reinante, no se puede abrir las puertas a
religiones falsas y que terminan adorando qué se yo, al mismo diablo. Por
103

buscar un sincretismo, una civilización del amor, pero fuera de Cristo, ese
amor se va a transformar en un monstruo, en apatía e indiferentismo
religioso. ¿Qué nos separa de las otras religiones? Los
dogmas…saquémoslos, ¿qué más les molesta queridos hombres? Y vamos
arrancándole a la religión todo su sustento, como quien va desfoliando
una cebolla, llegas al centro y ya no te quedó nada. Bueno mi Titian, no
sigamos que a los dos nos hace mal y no solucionamos nada. Me voy a la
feria antes que Ángeles empiece a llamarme por celular porque no he
traído las cosas para el almuerzo. ¿Me quieres acompañar?

_ Ándate no más Matthew, mira que tengo mil cosas por hacer. Te
agradezco con todo mi corazón que me hayas acolitado y me hayas
acompañado. Mi mamá me va a hacer las compras del supermercado y
me va a traer las cosas y el almuerzo a la una. ¡No sé por dónde empezar!
Creo que voy a desempacar las maletas, terminar de ordenar la ermita y
luego en la tarde me encargo de la capilla. Mañana los espero en la misa a
las 10 en punto.

_ Ya padre, cuídate y no te vuelvas loco queriendo hacer todo en un solo


día. Chao, bendíceme.

El padre Mansfield bendijo a su hermano. Matthew partió a la feria


de los sábados en el Estero Marga-Marga, donde compraba cada semana
las frutas y verduras, alimentos que cada día estaban más escasos y caros, a
pesar de toda la tecnología que se usaba para producir más y de mejor
calidad. Cada vez que Matthew compraba las verduras para la semana se
acordaba de don Pedro, el capataz de la parcela de la familia Etcharren y
cómo éste humilde campesino con sus rústicos y a la vez simples métodos
producía una enorme y rica cantidad de frutas y verduras gracias al manejo
equilibrado de la tierra y de sus nutrientes, ocupando un magnífico humus
preparado por él mismo en su lombricultura y entregándole a la tierra en
forma natural todo lo necesario para que ésta diera buenos frutos,
respetando sus ciclos y sus procesos naturales. Jamás – le decía don Pedro
a Matthew – utilice esas cosas transgénicas y esos abonos sintéticos que
terminan matando la tierra. Prefiera siempre lo natural, aunque la
manzana le salga con gusanos o las frutas deformes, su sabor es
incomparable con respecto a esas frutas hibridas que aunque se producen
en mayor cantidad, no tienen sabor a nada.
104

Capítulo 2

“The bitter passion of Christ that He bore for our salvation is wrought out
in the Body which is His Church, and especially in those members, which,
like His sacred hands and feet, receive the nails into themselves. Happy
are those members that receive the nails; they are the more honorable; it
was on His feet that He went about to do good; and with His hands that
He healed and blessed and gave His precious body; and with His burning
heart that He loves us.”
Robert Hugh Benson

La tarde del sábado pasó en relativa calma. Matthew aprovechó el


tiempo y se dedicó a leer y a estudiar los argumentos que tenía
preparados para el consejo de profesores del próximo lunes en caso de
que fuera obligado a defenderse y no lo pillaran desprevenido. Sentado en
su escritorio miraba de vez en cuando a sus hijas que jugaban cartas en la
mesa de centro en el living. Más allá junto al piano estaba Ángeles
estudiando las partituras del Misericordias Domini de Mozart para la
Schola Cantorum de la universidad de la cual ella era la directora, oficio
de maestro de coros que aprendió en Oxford gracias a la beca que
Matthew le había conseguido. Matthew Hugh se había ido a la casa de los
abuelos, Dominic y Christian estaban conversando en sus dormitorios y el
único ausente era Ian que para variar estaba en la casa de Matías.

Matthew observaba a su familia y le daba gracias a Dios por tenerlos.


¿Qué pasaría con ellos si las cosas seguían empeorando? Lo único que
pedía era estar unidos y que nada los separase. De pronto Ángeles se puso
de pie, se acercó a él y tomándole su cabeza la apoyó contra su pecho.

_ Matthew, ¿te puedo preguntar algo bien en serio?

_ Por supuesto mi vida linda.

_ ¿Te parece que me veo como una…? No sé cómo decirlo, ¿Una especie
de quáquera? – Matthew dejó escapar una risotada – No, no te rías que te
lo digo bien en serio. Cuando iba al colegio a buscar a las niñitas, me
105

sentía súper fuera de foco porque las demás mamás andaban todas
“regias” y “sofisticadas” vestidas a la moda, con pantalones apretados,
maquilladas, con adornos y cosas de ese estilo...y con unos peinados de
peluquería. Y yo con mi faldita, mis zapatos sin taco, mi pelo largo suelto y
sin maquillaje…parecía que me miraban como si viniera del convento y
me siento muy incómoda. ¿Yo te sigo gustando? ¿Te gustaría que me
arreglara más y no anduviera tan al lote?

_ ¡Ay mi niña tontita qué cosas dices!. No tienes que andar agradando a
nadie más que a este pobre esposo tuyo que te ama desde…no desde la
primera vez que te vi.- Ángeles le tiró cariñosamente el pelo a Matthew.-
Todas esas mamás que van al colegio como quien va a un desfile de moda
no respetan su matrimonio y aunque suene fuerte y a mucha gente le
molesta cuando yo digo esto, es así. ¿Para quién se arreglan? ¿Para sus
maridos? ¿Para sentirse bien ellas? Es una vanidad de vanidades. Yo te
quiero así, sin ninguna de esas cosas cosméticas, tal como eres tú. Piensa
en nuestra Señora, tan sencilla y dedicada a su hogar en el silencio de
Nazareth. Yo te amo así como eres tú y lo demás que te importe un bledo.
Andas vestida decentemente, sencillamente, y a Dios le gusta que la mujer
sea así. – Matthew cogió la Biblia que estaba en su escritorio y le buscó
una cita a su esposa- Dice San Pedro para que veas que no andas mal:
“Que vuestro adorno no sea de afuera: el rizarse los cabellos, ornarse de
joyas de oro o ataviarse de vestidos, sino el adorno interior del corazón,
que consiste en la incorrupción de un espíritu manso y suave, precioso a
los ojos de Dios. Porque así también se ataviaban antiguamente las santas
mujeres que esperaban en Dios, viviendo sumisas a sus maridos”.
Quédate tranquila mi Angelito. Te dedicas a tu casa, a tu familia, de
repente haces tus clases, vas al coro, eso está muy bien, lo demás es
vanidad y hasta ridiculez. ¿Qué tiene que hacer una cuarentona vestida
como una lola de veinte años? Una soberana ridiculez, nada más que
eso…Y no faltan los maridos fanfarrones que se pavonean de sus
“conquistas” luciendo a sus señoras modelitos como si fueran un trofeo.
¡Qué poco amor por sus esposas! Porque ellas no son ningún premio de
caza ¿Se creerán más hombres? ¿Y cuando la señora se les ponga vieja la
van a cambiar? ¿O de tanto lucirla se le va a agarrar otro y va a perder “el
premio” por tarado? No, pues mi vida linda. No pienses que eres
anticuada, ni puritana, ni nada de eso. A mí me gustas así…¿y yo? Mira a
tu niño lindo, están comenzando a salirme canas, se me ha oscurecido un
106

poco el pelo, estoy como buen poseedor de genes ingleses harto arrugado,
pálido, ojeroso, igual de flaco y desguañangado, ¿ya no te gusto por viejo
acaso?

_ Yo te amo así tal cual eres aunque te pongas viejito. Quería salir de esa
duda…es que yo a veces me siento como en otra época, como que me
quedé en el pasado y como esas mamás se ven tan modernas con sus
pantalones apretados, sus botas y llenas de joyas.

_ Cuando a mí me tocaba ir a buscar a las niñitas y las veía me digo a mí


mismo: menos mal que mi Angelito no es así porque yo no hubiera
soportado que tú anduvieras preocupada de puro arreglarte y de andar
obsesionada por el culto al cuerpo, tan de moda hoy en día. La belleza
pasa, nos hacemos viejos, hasta nos cuesta movernos y hay que aceptar
que la vida es así. Hay que llevar nuestras arrugas y nuestros achaques con
la frente en alto, pues Dios ha permitido que vivamos cada día como un
don suyo.

La vida nos ha regalado un sinnúmero de experiencias, buenas y


malas, que han quedado incrustadas en nuestra alma. Estas experiencias
que nos da la vida, sirven para compartirlas con los más jóvenes, para que
ellos repitan por un lado, los logros y por otro, no cometan los mismos
errores. Es lo que trato de hacer en mis clases. No sólo llenándolos de
materia, que pueden encontrar en cualquier manual, sino que aportarles
con conocimientos que les sirvan para desenvolverse en la vida con altura
de miras y sentido de la trascendencia.

Matthew suspiró y volvió a apoyar su cabeza contra el pecho de


Ángeles que le acariciaba las mejillas. El desenvolvimiento de la
conversación lo hizo recordar sus clases y por ende, la situación en la que
se encontraba en la universidad. El lunes, en la última semana antes de
que los alumnos volvieran a clases después de sus vacaciones de verano,
sería el consejo extraordinario de profesores convocado para tratar el
“caso Mansfield”.

Esa misma tarde había recibido el llamado de su ayudante Rafael


Latorre, un muchachote venido de Isla de Pascua que cursaba el último
año y trabajaba con Matthew en su tesis de grado, para comunicarle que ya
107

había llegado a Valparaíso y que tenía muchas ganas de verlo y saludarlo.


Matthew en su oficina de la universidad le había instalado un escritorio
frente al suyo para que pudiera trabajar tranquilo. En esa oficina pasaban
horas discutiendo y debatiendo sobre filosofía, examinando la tesis en la
que el joven pascuense trabajaba. Latorre le contaba historias y anécdotas
de Isla de Pascua y Matthew de Oxford. Estas últimas fascinaban al joven
aspirante filósofo ya que su profesor las relataba con pasión y enamorado
de aquellos bellos recuerdos. No era la típica relación profesor-alumno, ya
que Matthew era casi un padre para Rafael. Todos los ayudantes que
Matthew había tenido eran como hijos para él. Los apoyaba, los guiaba y
aconsejaba, estaba encima de sus trabajos exigiéndoles para que cada uno
diera lo mejor de sí. Y Matthew no perdía el tiempo, también los
catequizaba y a varios los había preparado hasta para el bautismo. Siempre
decía: “yo los trato como a mí me trató don Ignacio, (su antiguo maestro) y
como debieran tratar todos los profesores a sus alumnos: con caridad.
Porque ellos esperan que uno les entregue lo mejor y cuando uno lo hace
se dan cuenta y lo agradecen. Un profesor no puede guardarse el
conocimiento para sí mismo... ¿qué sentido tiene saber si no quieres
trasmitirlo? ¿Nada más que para uno? Es un absurdo. Yo no entiendo a
esos profesores que viven como en el , en un lugar al cual
los alumnos no pueden entrar…¡manerita de enseñar! Adoptan una
postura de pedantería intelectual que pone un muro entre los alumnos y
ellos y ¿para qué? ¿Acaso con esa actitud demuestran que saben más o
que son más importantes? Debiera darles vergüenza que un don que les
ha sido dado gratuitamente lo utilicen para vanagloriarse y no para
ponerlo humildemente al servicio de los que están aprendiendo, para
acogerlos como lo haría un verdadero maestro y no para causar una
admiración absurda. Mis alumnos son mis hijos espirituales y a ellos les
entrego todo lo que sé y les enseño como a mí me hubiera gustado que
me enseñaran. Por eso es que yo he intentado hacer de mis clases un
análisis de los autores que hay que estudiar, un análisis comentado de sus
obras, para que se haga un debate, se muestren argumentos y se saquen
conclusiones, guiados lógicamente por mí, para encontrar la verdad y
depurar los errores.”

Matthew lo había invitado para que el domingo fuera a misa en la


capilla de su hermano, para posteriormente almorzar en la casa de sus
108

papás. Todos los domingos después de la misa se juntaban los Mansfield a


almorzar donde los padres de Matthew.

Y fue así que llegó el domingo y después de la misa partieron todos


a la casa de los padres de Matthew y allí, en una gran mesa compartieron
una agradable tarde entre anécdotas del padre Christian, risas y también,
porque no decirlo, preocupaciones. A Matthew le seguía dando vueltas el
asunto al que tenía que enfrentarse al día siguiente y sentado en el sofá del
living estaba absorto en un océano de elucubraciones.

_ Oye hijo – le dijo su padre sentándose a su lado - estás pensativo.

_ Si papá, es que mañana no sé a qué me voy a enfrentar y me estoy


poniendo en el peor de los casos. Hacía tiempo que no me sentaba en
este sofá a pensar. ¿Te acuerdas cuando me la pasaba horas
contemplando el fuego de la chimenea pensando y tocando el violín?

_ Si me recuerdo y me da pena no sólo porque esos días ya pasaron y los


extraño a ustedes en esta casa muchísimo, sino porque no comprendía tu
obsesión de torturarte la cabeza. Se me partía el alma cuando te veía, sin
que tú me vieras, tomar el violín con lágrimas en los ojos y tocabas de una
manera que a cualquiera que te oyera se le caerían las lágrimas. Buscabas
lo más melancólico que hubiera. Esas piezas barrocas… ¡pucha que tocas
bien hijo!

_ Aún lo hago, eso de la melancolía…y la Ángeles me reta. Pero mis


bajones ya no son tan atroces como antes porque la tengo a ella y en ella
me apoyo. Es verdad que sufrí mucho, pero ahora lo recuerdo con
nostalgia porque sufría por una cosa interna mía, por mis trancas y mi
soledad. Actualmente mis sufrimientos han aumentado su causa y están
motivados por razones un poco diferentes. No sólo sufro por mis
problemas internos, sino que además por la responsabilidad que me cabe
como padre. Me preocupa mi familia…si algo les llegara a pasar no sé si
sería capaz de soportarlo. Ellos me sostienen y al contemplar por ejemplo
a mis niñitas y viendo todo lo malo que ocurre en el mundo, se me
comprime el alma. Uno desearía tener a los hijos siempre al lado,
vigilándolos, cuidando que nada les pasara. Sólo me resta confiar en Dios
y pedirle que no me pruebe con ellos. Todos los días los consagro a los
109

siete y a la Ángeles al Inmaculado Corazón de María, ¿cómo me podría


fallar nuestra Señora? Y a los Santos Ángeles Custodios de cada uno…
¿qué más puedo hacer? Ahora lo comprendo papito cuando usted sufría
al verme tan bajoneado o cuando Thomas se ponía porfiado. Lo sufro en
carne propia con Ian que está dejándose conquistar por la atracción de lo
prohibido. De repente no sé qué hacer con él, obviamente no puedo
amarrarlo ni encerrarlo. Tampoco me escucha ni a la Ángeles y con
Matthew H. pasan discutiendo y me tienen harto. Estoy haciendo aguas
por todos lados.

_ Ya, ya mi Matthew chico, te estás ahogando en un vaso de agua. A Ian


déjalo que solito va a llegar. Se cree muy grande y maduro…está en la
edad en la que cuestionan lo que uno les ha enseñado y anda buscando
respuestas. A estos niños uno debe tratarlos con dulzura, con firmeza,
pero con cariño. Tarde o temprano llegan solitos.

_ Pero usted papá todavía espera al Tommy…eso es lo que yo no quiero


que le ocurra a Ian. Y a propósito de mi hermano, hace tiempo que no sé
nada de Thomas, no me ha mandado ni un solo e-mail desde hace por lo
menos dos meses, y hasta donde yo he sabido se está encumbrando
bastante en el Gobierno Mundial. Pobre tonto, le he advertido tanto que
se salga ahora que puede hacerlo y sigue ahí obnubilado.

_ Yo también le he advertido, pero con él parece que es peor cuando uno


le insiste mucho porque se encapricha más llevándote la contra. Habrá
que seguir rezando no más. Y hablando de otra cosa, qué bueno que
invitaste a Rafael a almorzar. Me cae muy bien y con Matthew H. hacen
muy buenas migas.

_ Pobre Rafael, me da pena, no dice nada, pero tiene muchos problemas


familiares, precisamente por haber optado por una carrera como la
nuestra y más encima por haber descubierto el tesoro de la fe. Eso es lo
que no le perdona su papá. Pero bueno, yo lo auxilio en todo lo que está a
mi alcance y como dice usted, con mi Matthew son muy buenos amigos.
Ya es tarde y quiero acostarme temprano para el consejo. Ayúdeme a
acarrear a las ovejas. Tengo que empezar a moverlos como una hora antes
porque entre la conversa y la conversa cuesta llevarlos al auto.
110

Llegados a la casa Matthew dejó todas sus cosas listas para el día
siguiente: su ropa ordenada, su maletín con sus notas y su notebook.
Percibiendo su nerviosismo, Ángeles le preparó una agüita de melisa y
trató de cambiarle el tema contándole que ya pronto estarían listos con sus
jóvenes alumnos del coro para cantar lo que habían estado preparando
durante el verano.

_ ¿Sabes una cosa mi Angelito? Tengo esta maldita maña de


obsesionarme con las cosas, con las personas y ahora con los problemas, y
son tantos los que tengo que no encuentro la paz y ando con una
sensación de desagrado, de molestia. ¿Podemos tocar algo? Necesito
relajarme.

_ No vas a cambiar nunca, desde que te conozco que eres así obcecado,
¿logras algo pensando tanto? Nada, no sacas nada más que andar molesto
contigo mismo y me lo traspasas a mí y a los niños. Como que nos pegas
el nerviosismo. Cálmate de una vez. ¿Qué te gustaría tocar? Algo alegre
supongo para bajar un poco la tensión.

_ El adaggio de Albinoni…aunque dicen que él no lo escribió.

_ Súper alegre tu elección, pero bueno.

Los esposos tocaron hermosamente. Matthew conocía esa pieza de


memoria y con los ojos cerrados interpretó cada nota del arreglo para
violín a la perfección, poniendo todo su ser en ella. Atraidas por el sonido
de la música al living donde estaban habían entrado Annie y Teresa a
escuchar a sus papás tocar, y sentadas en la alfombra los miraban con
admiración aplaudiendo efusivamente al final. Mientras aplaudían se
asomó por la puerta Ian, quien saludó haciendo un rápido gesto con la
cabeza, partiendo rápidamente a su pieza.

_ Ese chiquillo me tiene harto. Otros de mis problemas. Yo ya le advertí


que no fuera más a la casa del Matías.

_ Ten paciencia con él. A mí también me molesta como se está


comportando. De hecho creo que se pasó todo el verano yendo a la casa
de Matías y de ahí viene con esos gestos y como enojado de estar acá.
111

_ Estoy seguro de que me odia y que si fuera por él ya se hubiera ido de la


casa.

_ Papito- dijo Annie – no le haga caso al pesado de Ian. Nosotras con la


Tere y la Ángeles somos de su fan club y nunca lo vamos a dejar de
querer. - Annie y Teresa se acercaron a su papá, lo besaron y lo
abrazaron cariñosamente.

_ Gracias mis niñitas, yo también las quiero mucho. Recen mucho por su
hermano y traten de conversar con él. Dios hace milagros y muestra su
misericordia y su gloria de mejor manera cuando de estos casos difíciles
logra conversiones heroicas. Ian está para grandes cosas, yo lo sé y tal
como dice su mamá, tenemos que tener paciencia.

Al día siguiente, muy temprano, Matthew ya sin poder dormir, se


levantó, se duchó y afeitó y después de que Ángeles le hubo servido el
desayuno partió con el corazón apretado rumbo a la universidad.

Faltaba todavía una semana para que se iniciara un nuevo año


lectivo, pero ya se notaba la presencia de alumnos y el típico ajetreo pre-
clases de siempre. En la portería fue amablemente saludado por el
encargado del campus, quien a su vez le advirtió que algo raro pasaba en
el instituto porque había visto llegar a un montón de gente y a unos
agentes del estado.

Matthew se encomendó a Dios y a sus santos patronos y con paso


decidido entró al edificio que ocupaba el instituto, saludó a la secretaria,
que lo miró asustada y sin decir nada, se fue a su oficina. Estaba ubicada al
fondo del pasillo, tenía una hermosa vista y Matthew la había
transformado en un lugar acogedor, donde sus alumnos podían llegar
cuando quisieran, a conversar, a recibir algún consejo y hasta a compartir
un café. Tenía dos escritorios. Uno de madera, antiguo y grande para él, y
justo en frente el de su ayudante, algo más pequeño, pero muy cómodo.
Había traído una máquina para hacer café y tenía una mesita llena de
tazas, y junto a ésta una estantería repleta de libros y de revistas. Tenía en
la pared del fondo un cuadro con una especie de collage de imágenes de
sus autores favoritos. Un hermoso ícono de nuestra Señora cuidaba sus
espaldas y un crucifijo traído desde Oxford le cuidaba las espaldas a su
112

ayudante, que ya había llegado y estaba trabajando afanosamente en el


computador que Matthew le había facilitado.

_ ¿Qué tal Rafa? Llegaste temprano a ver cómo me descuartizan.

_ ¿Cómo está don Matthew? Llegué hace como media hora para
aprovechar el día. Ha habido mucho movimiento por estos lados. No sé
qué se trama…la secretaria está con los nervios desechos y cuando anda así
es mejor hacerle el quite… ¿le preparo un café profesor?

_ Gracias hijo, por favor. – Matthew se sentó junto a la ventana, apoyando


la frente contra el cristal, con los ojos cerrados, suspiraba como cuando
estaba nervioso, mientras Rafael le preparaba el café. El muchacho lo
miraba de reojo. Sufría al ver a su maestro tan abandonado por sus
colegas y sabía ya de la traición de uno de ellos. Un antiguo compañero de
curso que en conversaciones privadas con Matthew le había ofrecido su
total respaldo. Pero no había pasado ni un día cuando le dio la espalda
descaradamente firmando la queja de los profesores en su contra; queja
que suscitó el susodicho consejo próximo a realizarse. Rafael se le acercó
y poniendo su mano sobre el hombro de su maestro, le ofreció el café.

_ Profesor Mansfield, trate de relajarse, lo noto muy nervioso. Usted no


está solo y pase lo que pase yo lo estaré apoyando. Usted es un gran
maestro y un buen amigo y yo no lo voy a traicionar. – Matthew levantó la
vista hacia su discípulo y le sonrió agradecido.

_ Gracias Rafael, sé que cuento contigo. Tengo el presentimiento que este


es el principio del fin…tendremos que ver qué es lo que vamos a hacer
cuando acabe todo.

En ese momento golpearon a la puerta y apareció la secretaria


indicándole a Matthew que lo estaban esperando en la sala de profesores
para iniciar el consejo. Matthew se puso de pie, rezó frente a la imagen de
nuestra Señora, tomó el maletín, le dio la mano a Rafael y se encaminó a
la sala de profesores. Rafael, que se quedó mirándolo desde el umbral de
la puerta de la oficina vio como Matthew avanzaba lento, cabizbajo y
pensativo. No había nadie en el pasillo, todos lo esperaban ya dentro de la
sala y grande fue la sorpresa de Matthew al entrar en ella. No solamente
113

estaban sentados junto a la larga mesa de la sala todos los profesores del
instituto, sino que también estaba el rector y el gran canciller y un par de
funcionarios del ministerio de educación que permanecían de pie al fondo
de la sala. Le habían dejado la cabecera a Matthew y en su puesto había
una hoja con un lápiz pasta y un aparato parecido a esas pistolas que se
usan para vacunar.

_ Profesor Mansfield tome asiento.- le dijo el director del instituto. Gracias


por su asistencia a este consejo extraordinario. Como podrá ver contamos
con la presencia del señor rector y el gran canciller.

_ Buenos días sean para todos ustedes, señor rector, - Matthew al ver al
obispo se acercó y arrodillándose le besó el anillo.- Monseñor, buenos
días.

_ Por favor profesor Mansfield, ¿qué está haciendo? Levántese que yo soy
un hombre igual que usted, y deje eso de monseñor, llámeme padre
obispo.

_ Monseñor…usted es sacerdote y obispo, no es igual a mí porque….

_Oiga Matthew, no va a empezar con el mismo discurso que me da


siempre, sobre lo de la dignidad sacerdotal, no me diga nada porque no
vamos a ponernos nunca de acuerdo. Usted parece sacado de la Iglesia de
los años ‟50, déjelo ahí no más y tome asiento.

_ También han venido estos señores representantes del ministerio de


educación, espero que no le moleste.

_ No me molesta, pero no entiendo a qué han venido si esta es una


reunión de consejo de profesores….¿o es un tribunal?

_ No te alteres Mansfield – le dijo uno de sus colegas- simplemente se


trata de poner un poco de orden nada más.

_ No estoy alterado, pero ustedes tienen una pose como si fuera este un
tribunal. ¿De qué se trata todo este espectáculo? Sean sinceros y pongan
de una buena vez sus cartas sobre la mesa. Yo todo lo que he dicho y
114

hecho ha sido público, no he enseñado nada que antes no haya sido


enseñado aquí por años. Si bien he intentado innovar en el método de
enseñanza, haciendo a veces clases en mi casa, como los seminarios de
autores, no entiendo la razón por las cuales ustedes han firmado…-
Matthew sacó de su portafolios la carta con las quejas de sus colegas- este
falaz y sofista papelito que me acusa sin ningún argumento. Se me
descalifica ad hominen por nada.- Matthew comenzó a leer el
memorándum: “El profesor Mansfield Bradley insiste en atacar a sus
colegas frente a sus alumnos, haciendo bromas irónicas sobre el contenido
de sus asignaturas, llevándolos a la confusión….” Y más adelante: “Un
ejemplo de esto lo constituye el hecho de que el citado profesor hace una
apología de la pena de muerte desafiando las últimas enseñanzas del
magisterio de la Iglesia.” Señores yo solamente expongo lo que santos
como Santo Tomás de Aquino han dicho. En último término, la pena de
muerte no es un acto de venganza como lo han querido hacer ver. Es un
acto de piedad, aunque les suene escandaloso, porque el reo tiene la
oportunidad de arrepentirse, de morir con sus sacramentos y no
renegando de su existencia durante 40 o 50 años en una cárcel,
acumulando odio, volviéndose loco por el encierro, incluso atentando
contra su propia vida. Y sigue la carta diciendo que “Habla abiertamente
en contra de la diversidad sexual llamando a los homosexuales y lesbianas
como abominaciones, lo que está prohibido por los acuerdos
internacionales en contra de la discriminación sexual y bla, bla.” Non
enim vocavit nos Deus in immunditiam, sed in sanctificationem: in Christo
Jesu Domino nostro…

_ Basta Matthew, se está exponiendo a que estos señores se lo lleven


preso. Hablar en contra de las minorías sexuales tiene pena de cárcel y
usted lo sabe. Hemos sido muy indulgentes con usted y se está pasando de
la raya.

_ Monseñor…no diga nada más porque sus palabras le condenan a usted y


no a mí. Conoce lo que dicen las Escrituras acerca de estos
comportamientos…pero claro, como ahora las Escrituras son un libro de
cuentos más. Miren señores, ustedes que defienden tanto estas
depravaciones, ¿se han puesto a pensar en lo que hacen estos hombres y
estas mujeres entre ellos, lo imaginan, imaginan lo degenerado de su “acto
sexual”‟? Se les olvida lo que hacen y no me vengan con el discursito de
115

que ahí también hay amor, por favor, eso no es amor. Yo no rechazo a
aquel que tiene una desviación, no soy juez de nadie. Lo que yo no acepto
ni aceptaré es su pecado abominable. Y volviendo al punto anterior,
¿Quién se ha burlado de ustedes? Yo me he limitado a mostrar las falacias
con que se llenan la boca los modernistas y ustedes han tomado esto
como un ataque personal. Lo que a mí me interesa es desenmascarar la
mentira, el doble discurso y la insensatez de algunos pensadores
modernos…o más bien dicho, de unos charlatanes modernos que no
valdría la pena ni siquiera nombrarlos porque sus sistemas filosóficos no
conducen más que al nihilismo y al absurdo, y sin embargo se los
considera como lumbreras de la humanidad. ¿Qué han iluminado? Que
yo sepa nada, todo lo contrario han ensombrecido las mentes y las
conciencias de generaciones, apartándolas de Dios y ya ven ustedes el caos
por el que atraviesa ahora la humanidad…Pero para ustedes no es caos, es
la apoteosis de la libertad, la exaltación del humanismo. Creen que se les
está haciendo libres, cuando es exactamente lo contrario. Los están
acogotando para que acepten su orden, del mismo modo como lo
hicieron los totalitarismos marxistas, pero a diferencia de ellos los novus
ordo lo hacen sutilmente. ¿Llaman a eso libertad? No, no lo es. Ni
siquiera Dios nos obliga a aceptarlo. Quiere que lleguemos a El
libremente. Nos muestra el camino y nosotros tenemos la opción de
seguirle…y hasta de no seguirle.

El rector se puso de pie y apoyando sus nudillos en la mesa


comenzó a hablarle a Matthew quien lo miraba a los ojos fijamente.

_ Profesor Mansfield, usted no parece entender que las cosas en el mundo


han cambiado y que esos cambios son para nuestro bien, para el bien
común de la humanidad. Las viejas doctrinas que usted pregona a los
cuatro vientos y que introduce en las mentes de sus alumnos sólo logran
hacerlos dudar de sus convicciones y de sus ideales. Pero yo no vine a
tratar aquí asuntos filosóficos que por lo demás ignoro. Usted confunde
religión con filosofía y ambas no pegan. Vamos a ir de inmediato al punto
que nos convoca. Nadie le está pidiendo ninguna cosa de otro mundo,
sólo que se adapte.

_ Disculpe señor rector, ¿adaptarme a qué?


116

_ A los nuevos tiempos. – Continuó ahora el Gran Canciller- Los


contenidos que usted actualmente está enseñando se oponen a las
doctrinas del Santo Padre y debo comunicarle que desde Roma me han
mandado una carta para que usted sea amonestado por sus escritos y por
sus enseñanzas. Nadie cuestiona aquí sus capacidades intelectuales ni su
curriculum. Sabemos que en la Universidad de Oxford hizo un muy buen
trabajo, pero erróneo en sus orientaciones. Queremos que usted
recapacite y deje de lavarles el cerebro a los alumnos con doctrinas
oscurantistas.

Matthew estaba consternado. Durante toda su vida había estudiado


la doctrina de los Santos Padres, se había alimentado de la filosofía de
Santo Tomás, y ahora nada menos que un obispo de la Iglesia Católica le
decía que era un profesor oscurantista. Se sentía descolocado, fuera de
lugar y sabía que esa conversación no iba a llegar a ninguna parte.

_ ¿Así que soy un oscurantista medieval por enseñar filosofía cristiana?


¿San Agustín, Santo Tomás, San Anselmo son oscurantistas? ¿Y cómo es
eso de que la verdad filosófica es distinta de la verdad de fe? ¿Acaso un
rector de una universidad que se dice católica va a decir lo mismo que
Lutero acerca de que la razón se opone a la fe? ¿De que la filosofía es una
ramera que denigra a la teología? ¿Hay dos verdades? Por eso estamos
como estamos… ¿Y qué quieren que enseñe? Por favor díganme, ¿A
dónde quieren llegar?...Y tú Guillermo, me dijiste que me encontrabas
razón, que era una locura lo que estaban haciendo con el instituto... ¿no
dices nada y más encima firmaste este desdichado documento?

Matthew le hablaba y miraba dolido a su antiguo amigo que en


privado se quejaba continuamente de sus otros colegas, pero que ahora
públicamente lo negaba. Sin poder mirarlo a los ojos, el profesor aludido
se puso de pie y muerto de miedo por la inquisitiva actitud con la que los
funcionarios estatales lo miraron abandonó la sala tapándose la boca
conteniendo el vómito. El ambiente en la sala era agobiante, el aire estaba
enrarecido y los profesores parecían estar más asustados que el mismo
Matthew que colocó los codos en la mesa, y levantando sus manos se las
llevó a la cara. Las sospechas que tenía acerca de la reunión se
confirmaban. Los profesores más antiguos no se atrevían a mirarlo y
mantenían la mirada fija sobre la mesa.
117

- ¿Qué quieren que haga? Ustedes saben que yo me opongo al


modernismo, que me opongo al gobierno mundial (los funcionarios
estatales abrieron los ojos escandalizados al escucharlo hablar), saben que
me opongo al ecumenismo falso, y me he negado siempre a aceptar los
acuerdos que el estado de Chile está tomando con la ONU y con los
Elders que acompañan a Todtschläger. Pretender transformar al mundo
en un estado policíaco donde sólo lo oficial esté permitido incluso, donde
la sagrada religión católica se ponga al servicio de este poder oscuro.
Ustedes mis antiguos profesores, que un día fueron mis maestros por
conservar sus puestos han abandonado toda la defensa de la filosofía
católica dejando que este grupo de profesores nuevos venga a enseñar
puro modernismo, desprestigiando de paso al instituto. Para ustedes ya no
hay verdades eternas e inmutables, para ustedes la verdad ya no es la
adecuación del intelecto a las cosas, sino que es la adecuación al abstracto
concepto de “vida”. ¿Qué se puede conocer entonces? ¿Nada? No puede
ser…no puede ser. A mí no me van a mover de mi posición.

_ No se haga la víctima profesor Mansfield. Nadie lo está condenando a la


hoguera como lo hacían ustedes con los supuestos “herejes”. No voy a
entrar a discutir con usted su adhesión o su rechazo al Gobierno Mundial,
que sólo nos ha traído bendiciones. Mire vamos a ir al grano como quiere
usted. Para poder seguir ejerciendo como profesor de la universidad usted
deberá firmar esa carta que se encuentra a su lado, en donde se
compromete a re-estudiar los contenidos de sus asignaturas, a bajar el
tono de su discurso y a que en sus cátedras esté presente uno de los
señores del ministerio. Por otro lado tal como ya lo hemos hecho todos,
deberá implantarse el chip que viene a reemplazar al carnet de identidad.
Para eso han venido amablemente estos señores esta mañana.

_ ¿Están condicionando mi trabajo a la firma de este documento, a la


intervención de mis clases y a la implantación de esa cosa? Por ningún
motivo, ninguna de las tres cosas.

_ Recapacite Matthew – le dijo el obispo con aire paternal – usted tiene


una familia numerosa, tiene deudas…piense en ellos, ¿va a quedarse sin
trabajo por un capricho? Había escuchado que usted era porfiado, pero
no pensé que su porfía llegara a la insensatez.
118

_ La verdad no es un capricho, monseñor.

_ ¿Y usted se cree el poseedor absoluto de la verdad? - Le dijo el rector-


¿De qué verdad estamos hablando?- Matthew suspiró, movió la cabeza y
añadió:

_ Señores míos, ya no tengo nada que hacer aquí. Yo no voy a firmar


ningún documento que me obligue a renegar de mi fe. Si es preciso que
me vaya de la universidad por defender la verdad, me voy con la
conciencia tranquila de que no he fornicado con el mundo.

_ ¿Cómo puede decir eso Mansfield? No sea grosero, ¿qué lenguaje es


ese?

_ Como sea que sea mi lenguaje Sr. Rector. Lo único que les pido es que
me dejen terminar de guiar a mi ayudante en la tesis de grado que ya está a
punto de concluir. No les pido nada más, ni siquiera un peso.

_ ¿Está renunciando entonces?

_ Sí, si quieren imponerme esas condiciones absurdas para continuar,


consideren esta respuesta como renuncia.

_ Matthew, nadie lo está echando. No sea porfiado, es algo tan simple.


Usted siempre tan obstinado y cerrado, queriendo llevar la contra no sé
con que motivo.

_ No monseñor, antes de hacer lo que me piden, mejor me pegan un tiro


en el patíbulo. Yo no me vendo. Mi fe no está a la venta por un plato de
lentejas.

_ Sr. Mansfield – por fin habló el funcionario del ministerio de educación

– nos hemos enterado que usted ha sacado a sus hijos del colegio.

Matthew palideció y bajó la cabeza. Esperaba oír del funcionario la


consecución de la amenazaba de quitarle a sus hijos.
119

– Usted los sacó para educarlos en la casa ya que según cuentan en la


dirección del colegio no estaba de acuerdo con las materias de los planes
de estudio y tampoco lo estaba con los exámenes sicológicos que les
habían realizado a sus hijos, donde claramente se ve que ellos han sufrido
de su parte un lavado de cerebro para ser unos rebeldes reaccionarios e
inconformistas al sistema. Además de antisociales, retrógradas y
frustrados sexuales. Estamos en conocimiento de que en su casa usted y
sus familiares les están manipulando psicológicamente en contra del orden
mundial y le pido una vez más que reconsidere su decisión porque
nosotros comenzaremos a analizar la posibilidad de declararlo a usted y a
su esposa como incompetentes para educar a sus niños y el estado
deberá, en su reemplazo, proporcionales la debida educación.

_ ¿Está amenazando con quitarme a mis hijos?

_ Nosotros solamente le advertimos que vuelva a enviar a sus hijos al


colegio y que se abstenga de llenarlos de prejuicios.

_ No tengo nada más que decir señores. Yo no puedo seguir bajo estas
condiciones y menos aceptar este tipo de amenazas. Nadie tiene derecho a
venir a decirme cómo educo a mis hijos, ni menos un funcionario estatal.

Y dicho eso Matthew se puso de pie; los funcionarios estatales se le


acercaron y lo tomaron de los brazos con el fin de inyectarle el chip, pero
él logró soltarse e increpando a los presentes salió enfurecido.

Entró rápidamente en su oficina, con el sudor corriéndole por el


rostro. La tensión de la situación recién vivida hizo que se sintiera muy
mal del corazón. Se dejó caer en su silla, llevándose la mano al pecho.
Rafael asustado al verlo corrió a auxiliarlo. Matthew estaba ahogado, y por
sus ojos salían chispas de rabia, de pena, de impotencia ante semejante
injusticia. Levantó la cabeza y mirando con los ojos rojos a su alumno le
habló:

_ Chiquillo, tráeme un vaso con agua y saca de mi maletín mis pastillas


para el corazón… Acabo de renunciar porque no iba a permitir que se
pisoteara la verdad, no, no, jamás, jamás voy a renegar aunque sea el
mismísimo Antipapa el que me lo pida. ¿Sabes lo que está escrito en
120

Miqueas? Dice algo así como: “No confiéis en el amigo, ni os fiéis del
mejor compañero, guarda la puerta de tu boca ante aquella que duerme
en tu seno. Pues el hijo trata al padre como loco; la hija se rebela contra la
madre, la nuera contra la suegra; y los enemigos del hombre son los de su
misma casa”. Mi propio hijo cree que soy un loco y ahora los que
consideraba amigos me traicionan y se traicionan a sí mismos. La Ángeles
me va a matar…me va a matar cuando sepa que me echaron.

_ Tome sus remedios don Matthew..¿Lo echaron? ¿Está diciendo que lo


despidieron o usted renunció? ¿Cómo se siente del corazón? Está muy
pálido profesor. ¿Quiere que llame a su hermano o a su papá para que
vengan a examinarlo?

Matthew se tragó la pastilla y se recostó sobre el escritorio. No decía


nada. Sentía arder su alma y una sensación de vacío lo inundó todo,
cayendo en una especie de trance que lo dejó sin poder contestarle nada
más al muchacho que arrodillado a su lado había puesto su brazo sobre la
espalda de su profesor. Al cabo de un instante, Matthew se enderezó, se
quedó pensativo un buen rato hasta que poniéndose de pie, tomó su
maletín y se despidió de Rafael que seguía esperando una respuesta.

_ Te encargo la oficina Rafa. Trata de conseguirte unas cajas en la portería


con don Hugo y me embalas todo por favor. Aquí tienes plata para el
colectivo para que me lleves todo esto a mi casa, a ver, espera. Mejor
contrata un flete para que me lleven los escritorios y los demás muebles.
No te preocupes por lo de tu tesis, la vamos a terminar, pero creo que
acabas de perder tu trabajo de ayudante, discúlpame por eso. Después
hablaremos con más calma, necesito estar solo.

Latorre se quedó mudo, paralizado y Matthew tuvo que abrirle la


mano para pasarle el dinero y caminando lentamente, contempló por
última vez como docente aquel campus que le había visto llegar de
muchacho recién salido del colegio a estudiar su pre-grado y luego lo
había visto llegar como un flamante doctor de Oxford a hacerse cargo de
tres cátedras.

Se subió a su auto y sacó del maletín un aparato para tomarse el


pulso y la presión, porque se sentía muy mal. Y tal como lo sospechaba, la
121

arritmia había vuelto, acelerando su maltratado corazón. Se echó para


atrás por un instante cerrando los ojos, hasta que hizo partir el auto
guiándolo hasta un apartado sector del camino costero que une Reñaca
con Con-Con. Se estacionó frente a un roquerío mirando al mar. Sabía
que estaba cometiendo una estupidez al quedarse solo en ese estado, pero
a esa altura todo le daba lo mismo. “Qué ganas de mandar todo a la punta
del cerro. A veces me pregunto si no seré una ficción de alguien que me
imagina. Y sin embargo, respiro, me veo, me muevo y me palpo, estoy
vivo aunque no quisiera estarlo. Cómo me gustaría poder librarme de esta
vida, cómo me gustaría morirme ahora mismo y no saber más de
problemas, peleas, de infidelidades que me dejan perplejo. Ahora sí que
se me puso la pista pesada y creo que se me va a poner peor. No dudo de
que estoy en lo cierto, pero de repente cuando veo gente que está tan
involucrada con la Iglesia, cuando veo gente que es culta y bien preparada
siguiendo los errores por comodidad y por un falso concepto de
obediencia, por un enceguecimiento de la razón que prefiere esconder la
cabeza y darle para adelante…no lo sé, como que me entra el desconcierto
y comienzo a cuestionarme si no seré yo un soberbio. Yo veo todo tan
claro…como se están cumpliendo las profecías. Ese es el problema, que la
gente ya no cree en ellas ni en los mensajes de la Virgen”. Matthew abrió
la puerta del auto y se bajó. Su larga y delgada figura avanzó hasta la orilla
del precipicio y mirando el mar con las manos atrás de la espalda se
quedó pensando. Cuando se paraba así dejaba ver su distinguido talante.
Un hombre con cara aún de niño cuyo ceniciento mechón le caía sobre la
frente y lo hacía lucir muy bien parecido. Llevaba el pelo muy corto,
pero tenía en la frente ese mechón que pasaba llevándoselo para atrás con
la mano con un movimiento casi reflejo. “Dios mío, Señor mío ¿qué voy a
hacer? Me han arrojado a la calle con las manos vacías. ¿Con qué voy a
alimentar a mis hijos? Y la casa, ¿voy a perderla? ¿La universidad de
Matthew Hugh?….Nunca me has faltado, siempre me has guiado y ahora
no puedes abandonarme. ¡Qué locura! Esto me está comprimiendo el
pecho…” Cayó de rodillas y tomándose la cara lloró angustiado. “Qué
horrible sensación de abandono es la que me inunda. Necesito hablar con
alguien…Titian, mi Titian”. Rápidamente se puso de pie y partió a toda
velocidad hasta la ermita de su hermano. Tocó la campana que estaba
afuera en la calle, pero el padre Christian no salió. Se dirigió a la casa de
don Benito y golpeando la puerta como loco finalmente su dueño salió
asustado por los golpes.
122

_ ¡Don Matthew me asustó! Pensé que era de los funcionarios esos que
andan con la cosa del chip. ¿Qué le pasa? – Don Benito miró a Matthew
que tenía el rostro deformado, los ojos rojos, la respiración acelerada. Lo
desconoció completamente.

_ Don Beno….necesito hablar con mi hermano, es urgente. ¿Salió?

_ ¿Pasó algo don Matthew que está tan alterado?

_ Por favor dígame si Christian está. – Matthew a esa altura ya suplicaba.

_ Está en el techo de la capilla arreglando las tejas. Pase por mi casa y


tome la puerta que da a la capilla.

Matthew entró corriendo, atravesó el jardín de los viejitos y abrió la


puerta de madera que daba a la capilla. Miró hacia el techo de la capilla y
encontró a su hermano subido en la parte más alta. Encaramado en el
techo con la sotana arremangada, un cinto de carpintero en la cintura, un
casco de maestro en la cabeza, con el martillo en la mano y los clavos en la
boca, estaba fijando las tejas sueltas del techo. Christian era diestro con la
madera y era un excelente carpintero. Al ver a su hermano, le pidió que
subiera, pero Matthew le tenía vértigo a las alturas y era incapaz de
encumbrarse en un techo, por lo que Christian bajó para hablar con él.

_ Estaba arreglando el techo antes de que lleguen las lluvias y se me moje


el altar. ¿Por qué lloras Matthew? – Christian lo abrazó.

_ Ya cálmate, cálmate. Eres ya grandecito para andar lloriqueando como


un cabro chico.- El padre le tomó la cara con sus dos manos y lo
reprehendía con la mirada, al mismo tiempo que lo consolaba. – Déjame
que me saque el cinturón y nos vamos a tomar una buena taza de leche
con chocolate caliente. Mi mamá me compró medio supermercado y
tengo de todo. Ya, ya, ya que eres mi hermano mayor, da el ejemplo.

Ambos entraron en la casa. Matthew arrastraba los pies y se dirigió


hacia la cama del padre, donde se recostó en posición fetal.
123

_ ¿Mateo? ¿Mateo qué te pasa?- Christian dejó la bandeja con las tasas en
su velador y movió a su hermano que no daba señales de vida. .- Vaya
susto que me haces pasar, ¿te sientes mal?.- Matthew se volteó hacia él y
mirándolo con sus grandes ojos almendrados como en un estado de
embeleso le habló sin pestañar.

_ Me echaron de la universidad, me despidieron como un sucio traidor


mala clase. Me acabo de quedar en la calle, con siete hijos y una esposa
que mantener y no tengo nada más. Por dedicarme a una sola universidad
por fidelidad a mi cargo de jornada completa, me quedé sin nada. Pude
haber hecho clases en tres universidades más que me estaban tentando
desde que llegué de Inglaterra y para no hacer lo que mis profesores
hacían, eso de ser jornada completa sin serlo en lo real, abusando de la
confianza de la universidad haciendo clases en no sé cuantas partes siendo
que tenían un supuesto horario de dedicación plena a la universidad, me
quedo botado, traicionado por ser….un estúpido, un cretino, eso es lo que
soy. Estoy consumiendo oxígeno por las puras, ¿quién necesitaría a un
filósofo católico que predica desde su cátedra la belleza de la admiración
ante las obras majestuosas de Dios? ¿Quién, dime tú padre Titian, podrá
necesitar a un deslenguado como yo que despotrica cuando se le ataca su
fe? Nadie, verdad. Soy como un Quijote peleando contra molinos de
viento. Debiera hacer un hoyo en la tierra y yo mismo tirarme dentro y
taparme vivo.

_ ¡Qué cosas dices Mateo! – dijo el padre Christian riéndose y


acercándole la taza de leche. Hacía tiempo que no te escuchaba hablar
tanta lesera junta. No has cambiado en nada, sigues siendo muy niño en tu
corazón. Cuando yo estaba mal, corría hacia ti, y tú me escuchabas y me
consolabas, ahora tú corres a mí... Estás diciendo las mismas tonteras que
te escuchaba de chico cuando te encerrabas días y días en tu pieza a sentir
lástima de ti mismo. Bueno Matthew, te vas a calmar y me vas a contar
bien lo que te pasó. ¿Ángeles sabe que estás acá?- Matthew movió la
cabeza negativamente.- ¿Quieres que le avise para que no se asuste?
Querrá saber lo que pasó en la reunión, y creo que se va a sentir mucho
de que no hayas corrido a sus brazos a llorar tu despido.

_ Mi Angelito me va a colgar cuando sepa que me echaron.


124

_ La Angelito te apoya en todo, hasta en tus locuras.

_ Sólo dile que estoy aquí, y que después me voy para la casa. Que no se
preocupe por mí. – El padre Mansfield llamó a su cuñada, a la que
encontró preocupadísima por su esposo, ya que había estado llamándolo
por teléfono infructuosamente toda la mañana sin poder comunicarse con
él. Más tranquila quedó con el llamado del padre, pero iba a ir a buscar a
Matthew a la ermita en un rato más.

_ Bueno, dime que pasó en la reunión.

Matthew le contó al padre Christian todo el detalle de la junta, y él


lo escuchaba atento sin perderse detalle.

_ Eso fue lo que pasó. ¿Qué hubieras hecho tú?

_ Lo mismo que hiciste. Matthew las cosas son como tienen que ser y si es
la voluntad de Dios que te vayas de la universidad es porque quizás te
quiera en otro lugar.

_ ¿Y mientras tanto de qué vivo? Estoy tan cabreado, estoy hasta la corona
con todo. Quiéralo uno o no las cosas que pasan a tu alrededor te afectan,
y ahora más encima este problemita. Lo único que me falta es que me dé
otro infarto.

_ A propósito de lo mismo, tienes que cuidarte. Las rabias te hacen mal,


siempre le pasan la cuenta a tu corazón. A ver, mírame…hum, hum, sí…

_ ¿Qué pasa? ¿Te las das de lector de iris también?

_ No, nada que ver. Es que cuando a ti te empieza a fallar el corazón se te


nota no sé porque en los ojos, se te ponen como raras las pupilas y las
tienes raras. Pucha Matthew, cuídate. ¿Por qué no te tomas unas
vacaciones, sin salir, me refiero a unas vacaciones mentales. No pensar en
nada. Dedícate a leer, a escribir tus cuentos…

_ ¡Quién podría dedicarse a escribir trivialidades en estos momentos mi


Titian! Ya sabes cómo soy.
125

_ Vas a darte de golpes contra las paredes entonces tratando de solucionar


lo imposible. En serio Matthew. Piensa que nuestro Señor te da este
tiempo para ti mientras encuentras trabajo en otra parte.

_ No seas iluso padre Christian. No me van a dar trabajo en ninguna parte


porque no me quise inyectar el chip ni he firmado el famoso y mal
ponderado contrato de la estupidez masónica mundial. Estoy frito
laboralmente. He muerto al mundo, como dice San Hilario: “Más vale
morir en este siglo que corromper la castidad de la verdad”. ¿Qué va a
pasar con el mundo padrecito?

_ ¿Con este mundo apóstata que ha sacado a Dios de su vida? No lo sé.


Ambos sabemos que recién estamos comenzando los dolores de parto.
Señales nos ha mandado Dios por todas partes y los hombres siguen
ignorándolas. Cuando nosotros les gritamos en sus caras que pongan
atención, nos llenan de explicaciones científicas rebuscadas y absurdas
sobre los terremotos, las tormentas espantosas, los cambios en el clima, la
muerte de los animales, la aridez de la tierra, la escases de vida en el mar,
el aumento de las enfermedades virales que ya han arrasado poblaciones
enteras. Le hemos suplicado al que era Papa, ¡por favor Santo Padre
consagre Rusia antes que ella inicie una nueva guerra! Y él le dice al
mundo que el Sr. Todtschläger va a arreglar todo y que no corremos
ningún peligro. Rusia está tranquila…claro que está tranquila como un gato
parado frente a un pajarillo para saltarle encima en cualquier momento.
Pero es lo que tiene que pasar. Se consagrará Rusia, pero será demasiado
tarde.

Los hombres siguen pecando más gravemente y no les importa


porque dicen que Dios no castiga porque es un padre
misericordioso…¡qué pensarán que es nuestro Señor! ¿Un Dios soso que
no clama justicia por su Preciosa Sangre derramada por los pecadores
ingratos que continúan burlando sus leyes y su palabra?. Dios es
eternamente misericordioso, pero con aquellos que le temen, con aquellos
que temen ofenderle. Matthew, a pesar de todo lo que pasa te repito: no
pierdas la fe. Hay que esperar tranquilos a ver qué sucede con los
cardenales fieles y la elección de un nuevo Papa.
126

_ Desapareció el obstáculo, ¿verdad mi Titian? Cuando los sacramentos


dejaron de comunicar la gracia, cuando la Verdad de las dogmas se puso
en duda y se estableció que ellos “evolucionaban” y que ya no eran
verdades eternas reveladas por Dios; cuando esta verdad fue violentada y
puesta al nivel de verdades subjetivas, diciendo que ella se encuentra en
todos los credos y que todos son válidos, entonces la Verdad que
iluminaba con claridad, se obscureció tapada por la gran mentira. Reina la
ceguera, la confusión, el error y finalmente la apostasía y la negación de
Dios y de su Iglesia. Y ahora el enemigo tiene chipe libre para hacer con
la cristiandad lo que se le antoje. ¿Te das cuenta lo terrible que es saber
que millones de almas se van a perder por culpa de su ceguera, por culpa
de su tibieza? Qué Dios nuestro Señor nos cuente entre sus elegidos. Que
a pesar de mis temores y de mis faltas de fidelidad tenga piedad de mí y
me dé la perseverancia final. ¿Te das cuenta como los acontecimientos se
han ido hilando a lo largo de los últimos casi cincuenta años en vistas a la
destrucción de la Iglesia? Cuando la Iglesia dejó de ser guía y faro para el
mundo, porque quiso hacerse una con el mundo, fue cuando puso sobre
sí misma una crónica de una muerte anunciada. Sus enemigos se
infiltraron y quedaron agarrados como un parásito a ella para desde
dentro minarla. Lo más lamentable del caso es que a los fieles, a los
simples seglares, no les ha importado que estos usurpadores la estén
carcomiendo porque tienen metido en sus cabecitas locas e irracionales
que lo que dice el Papa es ley, siempre; que lo que dice un concilio falible
es ley, y no lo es. El último concilio fue falible porque el Papa de la época
lo quiso así y de hecho no se proclamó ni se condenó nada,
absolutamente nada. Los concilios de la Iglesia siempre eran convocados
para combatir herejías, proclamar dogmas, en el último no se hizo nada de
eso. Hay una confusión enorme con respecto al dogma de la infabilidad y
a la figura del Papa se la ha divinizado. Somos romanos, cuando el Santo
padre lo es y sigue fielmente lo que los otros Pedros han proclamado
infalible.

_ Exactamente Matthew, y veo que te siguió dando vueltas lo que


hablamos el otro día.

_ Sí, es que a mí me da mucha impotencia no poder gritarle al mundo


católico que están siendo conducidos por un ciego, y como la mayoría de
la gente lo está, terminamos con un ciego conduciendo a otros ciegos.
127

Reina un optimismo falso, desequilibrado que hace que las mentes vean
las cosas parcialmente. Antes de que prohibieran las misas me decían
cosas como que estábamos volviendo a la tradición; que las misas se
estaban haciendo más piadosamente y cosas por el estilo, y ¡qué lejos
estamos de volver a la verdadera tradición! ¡Lo hemos perdido todo!
Tuvimos un veranito de san Juan con la vuelta limitada y bien limitada de
la misa tradicional.

Siguen hablando de Cristo, de la nueva evangelización, pero como


dice el padre Castellani: la religión falsificada, fraseología cristiana vaciada
de contenido. Lo peor de todo es que estas cosas hacen que me venga la
tentación de perder la fe….

_ ¿Lo dices en serio? No hermano, tu problema no es que vayas a perder


la fe. No estarías lamentando haber perdido tu trabajo si estuvieras por
perder la fe. Ahora, en cuanto al cristianismo falsificado, no me extraña
que se esté dando de esa manera, porque sabes que está profetizado que
antes de que venga nuestro Señor tiene que venir la Abominación de la
desolación, que no es otra cosa que destronar a Dios del lugar sagrado. La
Iglesia oficial ya ha comenzado a transitar por esa vía que venía
preparándose desde hace ya un buen tiempo.

_ ¿Cómo te explicas entonces que hombres de Iglesia, teólogos, que se


supone conocen estas cosas mejor que uno, le hagan el juego y no se den
cuenta de que precisamente con lo que están haciendo pronto tendrán
instalado al Anticristo en el lugar de Dios? Ahora que citaste al padre
Castellani, en los Papeles de Benjamín Benavides, recuerdo que señalaba
que habría monstruos que ocuparían sedes y cátedras, que pasarán por
hombres píos y religiosos y hasta santos, adulterando el cristianismo.

_ Uno obviamente no debe juzgar intenciones, pero a mí no me vienen


con que son ingenuos y cándidos, y que no saben lo que hacen. Saben lo
que hacen, y lo que hacen es demoler la Iglesia. Debemos estar
preparados para la lucha contra esta gente perversa. Debemos pedir la
gracia, porque de lo contrario no vamos a poder ser capaces de resistir a la
persecución que se hará mas cruda que antes. Recuerda además, lo que
dijo nuestro Señor: cuando llegue el hijo del hombre, ¿encontrará acaso fe
sobre la tierra? A propósito de esto, para que veas lo unidos que estamos
128

en pensamientos, yo me he cuestionado acerca de cómo se han ido


dando las circunstancias y estoy escribiendo una especie de itinerario, un
recorrido de la capitulación de la Iglesia desde los años ‟60 hasta nuestros
días, y yo mismo cuando constato los hechos me asusto. Me da terror
comprobar objetivamente, con nada más que los hechos históricos y
documentos en la mano cómo fuerzas de distintas naturalezas se han ido
acoplando, armando y urdiendo para conseguir el único objetivo de
terminar con la iglesia. ¿Para qué? para que los hombres se pierdan y no
se salven, jugada maestra del Demonio que nos odia y quiere vernos
perdidos igual que él.

Sobre lo que anteriormente señalaste, lo más penoso es comprobar


que ha habido y sigue habiendo gente que actuando de buena voluntad,
pero muy ignorantemente les ha seguido el juego. Aparecen cosas
descabelladas y de cabezas perversas que por un lado te dicen que fuera
de la Iglesia no hay salvación y cuando te das vuelta la espalda te salen con
que el infierno existe, pero está vacío. ¿Entonces todos se salvan? ¿No es
necesario el bautismo? Después te predican el falso ecumenismo que le
hace un daño terrible a las almas. No importa que los hombres se
conviertan, sino que nos fusionemos en una especie de religión sincrética,
unificada, vaciada de dogmas, que termina adorando no a Dios, sino al
hombre, porque quiere transformar a Dios en una imagen de sí mismo.
Me pinto a mí mismo un modelo de Dios que satisfaga la idea de lo que
yo creo que puede ser Dios.

_ Me fabrico mi propio Dios y termino adorándome a mí mismo. En


resumidas cuentas, son hombres de Iglesia que no creen en ella, ni la
aman como Esposa de Cristo. Luego, se concibe todo un lenguaje nunca
antes usado por la Iglesia, y ya no es la Santa Misa el sacrificio incruento
propiciatorio de Cristo, sino que es la Cena del Señor como los
protestantes, donde el sacerdote preside la asamblea, y así, tantos
ejemplos. Los actos personales de piedad van desapareciendo al tiempo
que nos llenamos de “movimientos” que no creen en la eficacia de los
sacramentos que nos dan la Gracia, porque inventan rituales y
celebraciones sospechosas de invocar a no sé qué espíritu. Nuestra
amistad personal con Cristo nuestro Señor se diluye en unas ceremonias
carentes de sentido sagrado, más bien imponiendo un estilo profano lejos
del misterio de la divinidad. ¿Cómo podría llegar a escuchar en la bulla lo
129

que Cristo quiere decirme? ¿Cómo podría llegar a hacer un acto de


Adoración con todos mis sentidos concentrados en la presencia de Dios si
estoy saltando como mono tocando el pandero? Permitamos que Cristo
habite en nuestros corazones y no lo rechacemos como lo rechazaron los
hombres cuando El habitó entre ellos.

_ Sí Matthew, dices verdad. No es Él quien se aleja, somos nosotros los


que lo olvidamos de Él. Por eso cuando se deja de tener vida espiritual,
cuando dejamos de meditar, la vida se nos hace más pesada ya que nos
alejamos de la Fuente de la Gracia y de lo único que puede darnos
fortaleza y consuelo. Cristo nuestro Señor nos conoce mejor que nosotros
mismos, sabe de nuestros sufrimientos, de nuestra soledad y quiere que
acudamos a Él para compartirlos y nos sintamos consolados. Pero padre,
me han dicho en más de una oportunidad, ¿cómo podría llegar a sentirme
consolado por Dios si no lo vemos, si no lo escuchamos?. Bueno, en la
oración, cuando nos dejamos penetrar por El en el silencio de una buena
y entregada meditación. Le converso tal como lo hago con un amigo, al
mejor amigo que alguien puede tener. Y sobre todo a través de la
participación de sus Sagrados Misterios, donde en la comunión nos
hacemos uno con Él. Recibiendo los sacramentos instituidos por El
mismo en la Iglesia que Él fundó.

_ ¿Cómo voy a tener una amistad con Dios cuando yo mismo no quiero
escucharlo? Mi alma pone barreras. ¿Dónde lo escucho? En el silencio
del alma, en la meditación profunda de nuestra alma. Y como cualquiera
amistad exige fidelidad, ¿cómo podría habitar Dios en nuestra alma si no
lo invitamos? Cuando Dios no habita en nosotros, nuestro ser se siente
desamparado. Porque al final somos sólo El y nuestra alma, nada más. Lo
más real del mundo: Dios y nuestra alma, el resto no importa. – Matthew
se quedó callado al decir la última frase y no pudo dejar de sorprenderse
del hilo hacia donde la conversación había fluido - Oye Titian, parece que
nos estamos elevando demasiado en nuestra conversación y yo ya me
siento un poco más tranquilo. Dime una cosa hermano, ¿qué le echaste al
chocolate?

_ Malicia…un poco de whisky que me traje de Escocia. Un poquito nada


más. Yo no suelo tomar, pero me gusta mucho la leche con café y un
chorrito de whisky.
130

_ ¿Sabes que no puedo tomar nada de alcohol y me das whisky? Cura


loco, sigues haciendo las mismas payasadas que hacías cuando eras chico.-
y dicho eso Matthew lo empujó suavemente.

_ Pero al menos te animó un poco, hasta tienes mejor cara. Cuando


llegaste estabas blanco como muerto y ahora ya recuperaste tus colores.
Tienes que aprender a aceptar la voluntad de Dios, tiendes a desesperarte
y a no ver la salida por ninguna parte. Te hace falta confiar más en Dios.
Estas son pruebas que Dios permite para que nos unamos a Él en la cruz y
sepamos ofrecerle nuestro dolor por la salvación de tantas almas
necesitadas.

_ Me cuesta entregarme llana y completamente a los designios de la


Providencia. Soy como un católico teórico. Cuando me toca dar
testimonio se me viene todo el mundo al suelo. Llegada la prueba arrugo
como un cobarde. Pero es que es muy difícil aceptar como si no pasara
nada las contrariedades. – Matthew se puso de pie y se paró frente a la
ventana que tenía una hermosa vista al mar. – No sé qué hacer…estoy
confundido y perplejo.

_ ¿Logras algo acaso desesperándote y amargándote como lo estás?


Acepta las cosas como son. No puedes paralizarte, hay que seguir y
pedirle a Dios que nos sostenga. Si Él no nos ayuda, ¿quién?... Al menos
vas a tener tiempo para dedicarte a hacer esos proyectos que tenías
pendientes y si quieres, me puedes ayudar acá. Hay harto que hacer.

_ Para serte honesto, en estos momentos no tengo ganas de hacer nada.


Me quedaría echado en mi cama mirando el techo y viendo como avanza
la vida, pero no puedo, porque soy la cabeza de mi familia y ellos
dependen de mí. Será mejor que me vaya a la casa a dar la cara. Dime una
cosa Titian, ¿esto recién está comenzando para nosotros? ¿A qué otras
pruebas más nos someterá Dios?

_ Vamos a tener que sufrir mucho Matthew, eso está claro. Pero tenemos
la fe y las promesas de Cristo. Estamos en el equipo ganador porque
nuestro Señor ha vencido a la muerte. Aférrate a eso y no te tortures
pensando más.
131

Matthew muy agradecido se despidió de su hermano y se subió al


auto. Estuvo un rato ahí sentado frente al manubrio mirando a la
lontananza, armándose de valor para comunicarle la noticia de su despido
a Ángeles. Comenzaba una nueva vida para él y no sabía hacia dónde iría
a parar.
132

Capítulo 3

“Los Signos se han realizado. ¿Qué importa que los hombres no


lo vean? ¿Y por ventura eso mismo no está profetizado y no es otro Signo,
que los hombres no los verán? ¡Desdichados de los que no ven los Signos!
¡Y desdichado también del que los ve!
La lucha está llegando al desenlace. La corrupción del mundo está
tocando a la raíz. Todas las energías del diablo están concentradas hoy día
en corromper lo que es específicamente religioso. Al diablo ya no le
interesa matar; lo que le interesa es corromper, envenenar, falsificar”.
R.P. Leonardo Castellani.

Eran cerca de la una de la tarde cuando Matthew por fin, apareció


por su casa. Grande fue su sorpresa cuando vio que frente a ella estaba
un fletero bajando su escritorio de la universidad desde una camioneta
que había sido arrendada por Rafael. Pensó que su discípulo iba a
demorase más en hacer el traslado y que no se le adelantaría. Al ver la
mudanza imaginó que a esa altura su Angelito ya se había enterado de
todo, y que al menos no tendría que contar la historia de nuevo porque su
ayudante, suponía él, ya lo había hecho. Pero Rafael había llegado unos
minutos antes que él y no le había contado nada a Ángeles, quién parada
en la entrada de la casa, miraba con estupor la mudanza de todos los
muebles que Matthew tenía en su oficina de la universidad y al momento
comprendió que su esposo había sido despedido.

Latorre viéndola con aquella expresión se acercó a explicarle, pero


ella lo interrumpió al ver venir a Matthew a quien desde lejos se le veía
una mueca de tristeza en el rostro. Ella se dirigió hacia su esposo y
conociéndolo bien sabía que estaba profundamente dolido, avergonzado y
que sólo quería que ella lo abrazara; y eso fue lo que ella hizo. A Matthew
le corrían las lágrimas por el rostro cuando ella con un profundo amor lo
abrazó con todas sus fuerzas y le besaba su cara por todos lados. Al cabo
de un rato Ángeles le limpió el rostro y de la mano lo condujo hacia la
casa, al segundo piso donde estaba su dormitorio. Matthew se recostó de
lado y Ángeles se sentó en una silla que colocó junto a él.
133

_ Bueno mi niño lindo. Ahora que estás más tranquilo, ¿me puedes
contar qué fue lo que pasó en la universidad y por qué Rafael está
trayendo todas tus cosas para la casa?

_ ¿Qué crees tú que me puede haber pasado vida mía? Que me echaron.
Me desconocieron como un perro viejo y de dos patadas me sacaron para
fuera porque no quise aceptar las condiciones absurdas que me estaban
exigiendo para continuar. Fue una encerrona muy fea y la verdad es que
yo me temía algo así hace tiempo.

_ Y ¿cuáles fueron las condiciones que te exigieron?

_Firmar el contrato, el chip subcutáneo y un veedor en mis clases. Pero el


asunto va más allá de estas cosas formales, porque ellos conociéndome
sabían que yo no iba a permitir que se me impusieran esas cosas absurdas.
Estaban buscando la ocasión para echarme y la disculpa para deshacerse
de mí ya que mi presencia en el instituto constituía una amenaza para ellos
y para la universidad. Cualquier foco de resistencia al gobierno mundial y
a la nueva Iglesia por más diminuto que sea, como lo constituye mi
persona, debe ser eliminado, hay que hacerlo desaparecer. Tienen un
miedo atroz a quedar mal con el mundo…Es increíble, si hubieras visto
sus rostros cuando yo hablada en contra del gobierno mundial frente a los
funcionarios estatales…

_ ¿Funcionarios estatales?

_ Sí, dos del ministerio de educación. Además estaba el rector y el gran


canciller. ¿Estás muy enojada conmigo por esto? Me quedé cesante.

_ Te hicieron una argucia muy fea Matthew, muy fea. Los mismos que
una vez te recibieron con golpecitos en la espalda ahora te desconocen.
Cuando les serviste, te lucieron y ahora que te convertiste en un bicho
molestoso te aplastan como una mosca….Ay mi Matthew, mi niño lindo,
¿por qué sientes miedo de mí? Hace tiempo que dejé de retarte por decir
lo que piensas a quien sea, aunque eso nos lleve a...quedarte sin trabajo.

Matthew cerró sus ojos, le tomó la mano a Ángeles y se quedó en


silencio hasta que cansado por la tensión se durmió. Ángeles le besó la
134

frente y bajó a la cocina. Rafael estaba sentado esperando a su maestro en


el living y al ver que sólo venía Ángeles, se puso de pie y se acercó a ella
para preguntar por Matthew.

_ Se quedó dormido Rafa. Está muy afectado y yo creo que va a dormir


toda la tarde. Ya estoy sintiendo venir la depresión en la que va a caer. No
sé cómo voy a poder ayudarlo porque cuando cae en estos estados es
impenetrable y se pone una coraza encima y no hay modo de hacerle ver
las cosas de otra manera. ¿Quieres quedarte a almorzar? Matthew H. no
está, pero están Dominic, Christian, Annie, Angelita y la Tere, para variar
Ian no está.

Durante el almuerzo Ángeles les contó a sus hijos lo que había


ocurrido con su papá, pero no supo cómo darles una respuesta a sus
preguntas sobre su futuro laboral ya que no lo había alcanzado a conversar
con su esposo. Ella intentó mantener una aparente tranquilidad, pero al
igual que Matthew sabía que las cosas se irían complicando cada vez más y
que no le sería fácil encontrar un nuevo trabajo.

Los noticieros de esos días daban cuenta de una incontable cantidad


de información que parecía apuntar toda a un mismo fin. En el aire se
respiraba la resistencia de Oriente, especialmente de Rusia a la campaña
para darle mayores atribuciones a Todtschläger en la ONU...y en el
mundo. Quería controlar el poder político, jurídico y económico del
mundo y para eso estaba realizando un peregrinaje por todos las naciones
promoviendo su plan. Por una parte, pretendía que las leyes de cada país
se anularan y se tuviera un solo código penal y civil, cuyo supremo juez
sería el mismo Secretario General. Europa, Japón, Norte y Sur América se
habían puesto de acuerdo para crear una sola moneda y un solo banco
mundial que controlaría las economías de cada país. Era en el poder
político donde encontraba mayor resistencia, ya que Rusia veía como una
gran amenaza a sus intereses que un funcionario de origen judío
norteamericano estuviera al mando de todo, hasta de los cascos azules.
Pero no contento con esto, lo que más le preocupaba era controlar el
poder espiritual, haciendo una unificación religiosa. Para vergüenza de los
antiguos católicos el Antipapa se había convertido en su principal
promotor, ¿qué lo motivaba a vender a la Iglesia de esa manera? ¿Era
quizás, tal como lo sospechaban el padre Christian y Matthew un infiltrado
135

de la masonería? El mismo Antipapa autorizó a perseguir a aquellos que


se mantuvieron fieles y éstos eran tratados como subversivos, terroristas
enemigos de la humanidad y de la religión. Los signos hablaban por sí
solos. Esto que acabamos de describir querido lector, parece demasiado
evidente y con todo, había gente que aún se resistía a pensar en que eran
los últimos tiempos y que las profecías, para desgracia de unos y para
alegría de otros, se estaban cumpliendo. Porque muchos católicos ya no
creen en la Parusía y piensan que el Apocalípsis ya se ha cumplido y que
lo que ahora queda esperar es la llegada del hombre a un punto máximo:
a una unión y realización plena de la humanidad y no a la llegada del Hijo
de Dios a juzgar a vivos y muertos.

Daniel Todtschläger viajaba de un lado a otro mostrando su alba


sonrisa, hablando de paz, de progreso, de solidaridad, de reencuentro
entre los hombres. Su objetivo inmediato y principal era frenar el avance
de los rusos sobre Europa y Medio Oriente. Debía demostrarle al mundo
que era capaz de convencerlos y de frenar una posible guerra entre oriente
y occidente y para esto entablaba amistosos diálogos con los líderes de las
principales religiones: a un lado el papa católico y del otro el patriarca
ruso. Una vez contenida Rusia y puesta a su servicio – pensaba – sólo
restaba acabar de una vez para siempre con los fundamentalistas católicos
y terminar con la superstición. La superstición era nada menos que la
Santa Misa. El Antipapa le dio en el gusto al abrogarla para siempre hasta
inventar un nuevo rito sincrético, pero todavía quedaban algunos curas
fanáticos que seguían realizándola a escondidas. Quería su desaparición,
pero al mismo tiempo la necesitaba para sus fines perversos como lo
veremos más adelante. Es descabellado – les decía a sus colaboradores
que hipnotizados por algún misterioso hechizo lo miraban embelesados –
que esas personas sigan creyendo que mediante esas especies de palabras
mágicas o conjuros se haga presente Dios mismo, ¿no es una locura?
Pobres gentes, creer que Dios está presente en un pedazo de masa sin
levadura y en un poco de vino. Debemos desarraigar ese mito nefasto que
ha llevado a tanta gente a la locura de morir por él. La humanidad nos
exige que en su nombre se les reeduque. Hay que amarlos y una manera
de hacerlo es volviéndolos sanos mentalmente hablando. Este era el
discurso público, en lo privado sabía que Dios se hacía presente realmente
en la Eucaristía, tal como una vez le fue revelado por un demonio en una
sesión de espiritismo.
136

Lo que más preocupaba a Matthew era que la sociedad en general


no estaba en absoluto preocupada por los acontecimientos mundiales, por
Todtschläger y sus maniobras maquiavélicas, ni por las crisis religiosas y
morales. ¿De qué crisis me hablas?- Le decían siempre - si aquí no hay
ninguna crisis, ni nada. Todo marcha bien y cada vez mejor. Además el
Sr. Secretario va a arreglarlo todo. ¿Guerra? ¿Guerras? ¿De qué guerras
me hablas? El mundo disfruta por fin de paz, no hay nada que temer. La
desinformación y la confusión era la tónica y no había real interés en
comprender lo que estaba ocurriendo. Las masas ciegas estaban siendo
conducidas por este personaje siniestro que hábilmente se estaba
adueñando del mundo. Y aquellos que osaban levantar la voz eran
acallados rápidamente, desprestigiándolos y cerrándoles todas las puertas.
Los llamaban locos, fanáticos, fundamentalistas, exagerados. Perdían sus
trabajos, se los desterraba y se los ignoraba hasta que su voz se apagaba en
el desierto donde van a parar los “políticamente incorrectos”.

Matthew estaba en el horrible trance de caer en la depresión y por


su mente la lucha entre sus creencias religiosas y sus propios demonios
tormentosos, como él les llama, le impiden encontrar una salida.
Acurrucado en su cama, tapado hasta las orejas con el cubre cama,
pensaba y pensaba. La cabeza la sentía afiebrada por tantos malos
pensamientos que se le ocurrían y creyó volverse loco. Los combates
mentales suelen ser atroces en personas que como él, que no pueden
dejar su mente en blanco para no pensar en nada. ¿No hacerse problema?
Imposible, su vida es un continuo hacerse problemas por todo, desde lo
más insignificante hasta lo más trascendente. “Es cierto que todas estas
cosas tienen que pasar, pero no porque lo sepa va a dejar de doler y cómo
duele. La gente se queja de lo pervertida que está la sociedad, pero no
ponen nada de su parte para terminar con eso. Llevan años y años
alabando la libertad absoluta para el hombre, libertad para hacer lo que se
me antoje con mi vida y no se dan cuenta de que esa idea de libertad es
una caricatura falsa y absurda porque los hombres somos inclinados al mal
y no sabemos usar bien de nuestra libertad. La verdadera libertad no nos
tendría al borde del colapso porque sabría elegir el bien. Cuando opto por
el Bien es cuando hago un verdadero uso de ella. Desde el momento que
opto por algo, dejo de optar por lo otro. En consecuencia, hay un acto de
renuncia. Al abrazar la Fe, al consentir voluntariamente al llamado de
Cristo debo renunciar al mundo, a mis inclinaciones viciosas, a los
137

placeres inmediatos. Conlleva a un sinnúmero de sacrificios y no todos


están dispuestos a jugársela porque viven una vida inmanente que no
piensa en la vida eterna.

Desearía que estos dolores de parto por los que atraviesa el mundo
se terminaran de una buena vez. Esto recién empieza a manifestarse y ya
no quiero más guerra…No sé si seré capaz de seguir luchando y seguir
enfrentándome a estas pruebas tan dolorosas. ¡Podría acabarse todo altiro
sin tener que pasar por este doloroso calvario!

Más y más cosas se me vienen a la cabeza…me va a reventar el


cerebro. Pienso en mis pobres pájaros de alumnos que no tienen idea
dónde están parados. Alguien los puso en el mundo, según ellos, y ahora
no saben qué hacer con sus vidas. Instalados todo el santo día frente a una
pantalla de computador jugando, chateando, sin proyectarse para formar
una familia, para abrazar una vocación sacerdotal o religiosa, pierden el
tiempo y por cada día perdido tendrán que dar cuenta. ¿Cómo hacerles
entender que hay mucho que hacer y que no hay que perder el tiempo?
Pero viven como mónadas cerradas que sólo piensan en ellas. No se dan
cuenta de que la vida se les está yendo a pasos de gigante. No se dan
cuenta de que están enfermos, pero claro: ¿cómo van a reconocerse
enfermos si no saben que lo están? ¿Cómo se van a dar cuenta de sus
errores si no conocen la Verdad? ¿Con qué o con quién se comparan
para reconocerla? Están tan acostumbrados al error ya se hace parte de su
piel, y entonces me dicen, profesor Mansfield, ¿cuál es el problema?...No
entendemos porqué se hace problema por eso.

Tanta rabia y tanta impotencia que siento en mi espíritu…Todos los


escándalos que venimos viendo a cada rato y lo que más me duele es ver a
los sacerdotes metidos en pecados escandalosos llevando a la Iglesia a
oscurecerse más y más. Cómo me duele la Iglesia. ¡Dios mío perdona a
tus hijos! Sufro por no poder hacer nada, nada y nada. Tengo la cabeza
tan confundida que no se me ocurre ninguna salida. Me quedaría todo el
día tirado en esta cama con mis ojos cerrados y mi mente a miles de
kilómetros volando por un mundo imaginario”.

Matthew siguió y siguió rompiéndose la cabeza con miles de


pensamientos similares, de ideas sueltas que iba hilando y sacando
138

conclusiones que no siempre correspondían a la realidad sino más bien,


eran el resultado de la habitual ofuscación que sufría cuando caía en sus
estados depresivos. Se planteaba mil problemas y no era capaz de
encontrarles ninguna solución. En eso estaba cuando a su pieza entró
Teresa con un sobre en la mano.

_ ¿Papá? ¿Papito estás durmiendo? – Matthew abrió los ojos y se


encontró con su hija que arrodillada a su lado le hacia cariño en su cara.

_ No Teresita, estaba pensando y descansando un poco. ¿Almorzaste mi


niñita linda?

_ Sí papá, te echamos de menos a la hora de almuerzo. Mi mamá te lo


dejó servido, listo para calentarlo en el horno. ¿Por qué no bajaste a
almorzar? Se quedó el Rafa y mi mamá nos contó que ya no estás
trabajando en la universidad, ¿es verdad? – Matthew se incorporó en su
cama y se quedó sentado apoyando la cabeza y la espalda en un montón
de almohadas.

_ Tu papá piensa de si mismo que es un inútil que no sirve para nada.

_ Pero que lo piense no significa que lo sea. – Matthew la miró


sorprendido y un par de lágrimas le corrieron por el rosto, las cuales trató
de ocultar mirando para otro lado. – Papá no tengas pena, por favor, no te
pongas triste, porque cuando tu andas apenado nosotros sufrimos mucho.
Nos duele verte desanimado.

_ Tere, hay cosas que una niña de ocho añitos como tú no entiende mi
amor y ….- Matthew se tragó el llanto que se atragantó en el nudo de su
garganta y no pudo seguir hablando. – Por favor, déjame solo por un
momento.

_ Me voy al tiro, sólo vine a ver como estabas y a traerte esta carta que
recién trajo el cartero. Mi mamá salió a comprar porque en la tarde van a
venir los Etcharren, junto con los tíos Sean y Christian y también mis
abuelos. Quiere tener algo rico para la hora del té, así que me encargó
que se te la pasara..
139

Teresa le besó la mejilla y salió de la pieza. Matthew observó con


curiosidad el sobre ya que hace mucho tiempo no recibía una carta. Lo
único que recibía por correo normal eran cuentas. No tenía remitente,
pero sí una estampilla de Australia, un logo de la ONU y un timbre con
fecha del viernes último. De Australia solamente podrían llegarle cartas de
Thomas e intrigado abrió el sobre. Estaba escrito a mano y Matthew
sonrió al comprobar que la letra de su hermano no había cambiado en
nada desde el colegio y que seguía siendo muy estilizada y ordenada. La
carta decía así:

Querido Matthew:

¿Cómo has estado? ¿Cómo sigue tu corazón? ¿Ángeles está


embarazada de nuevo? La última vez que hablé con ella por teléfono
estaba por tener a tu séptima hija…veo que ha pasado mucho tiempo
desde esa ocasión. ¿Y mis sobrinos? Supongo que saben que existo o
¿les has ocultado a su tío el rebelde? Es sólo una broma, no te enojes
Mateo.

Matthew te tengo siempre presente en mis pensamientos. Sabes


que te quiero, quizás no entiendas la manera en la que te aprecio,
pero es cierto, tu hermano al que consideras un reaccionario traidor
de su palabra te ama.

Te estoy escribiendo desde un lujoso hotel en Sydney a donde he


venido por unos días en comisión de servicio. Hoy tengo toda la
tarde libre y por eso aprovecho para escribirte esta carta más
formal y no por e-mail , para de este modo explicarte y esclarecerte
ciertas cosas que no has comprendido aún. He recibido y leído todos
tus correos electrónicos y todos los archivos atachados que me
mandas por montones. Me doy la lata de ver y leer todos los
artículos que me envías, no porque me vayas a convencer de algo,
sino que más bien lo hago porque de alguna manera me parece que
viéndolos te me haces presente con tus continuas arengas, discursos
teológicos y morales y toda la verborrea religiosa que desde siempre
has predicado.

Ambos tenemos una forma de mirar la vida que es muy


diferente, y por eso frente a un mismo hecho tenemos una manera de
140

reaccionar absolutamente opuesta. Sé que te molesta mi modo de ser,


sé que te choca mi modo de vida, sé que te indigna que trabaje para
la ONU y para el gobierno mundial. Personalmente creo que estás
completa y absolutamente equivocado en todas tus conclusiones
acerca del Sr. Secretario General ya que lo ves como al Anticristo.
Pues bien, yo te pregunto Matthew, ¿en qué te basas para afirmar
que “todas las profecías apocalípticas se están cumpliendo”? ¿Tienes
algún tipo de revelación privada o un canal de comunicación
directa con Dios que te muestra con una claridad abismal que
estamos viviendo los últimos tiempos? Tus conclusiones al respecto
son equívocas y erráticas ya que las profecías y el relato del
Apocalipsis no son para nada claros y puedes concluir a partir de
ahí cualquier cosa. Ha habido tiempos en los cuales los
acontecimientos que se señalan en el Apocalipsis y en las profecías
parecen haberse realizando y sin embargo, aún seguimos aquí, más
vivitos y coleantes que nunca. Te repito: estás en un error y en un
muy grave error que te va a llevar a la ruina y lo peor es que no sólo
te llevará a la ruina a ti, sino que arrastrarás a toda tu familia, y a
Manuel (tu fiel escudero) con toda su familia; a Christian ya lo
corrompiste desde niño y ahora nos notifican que su superior ha sido
sancionado por Roma y está a punto de ser excomulgado junto a sus
curas fanáticos. Cuando me preguntan si soy hermano del cura
reaccionario que es secretario de Bright, yo les digo que a mi pobre
hermano le han lavado el cerebro, que es una buena persona, pero
que está medio loco.

Crecimos juntos, aprendimos lo mismo de nuestros papás, ahora


¿por qué tú saliste tan cerrado? Vivías criticando, vivías fuera del
mundo cuando es en el mundo donde uno se santifica. No hay que
alejarse y apartarse del mundo, hay que abrazarlo y amarlo. Uno se
santifica en la acción no en la contemplación. Más que rezar y
pasársela mirando al sagrario hay que actuar, hacer cosas por los
demás. Mientras yo salía cuando estaba en la universidad a hacer
obras solidarias, tú te quedabas con Christian estudiando el
catecismo… ¿No te das cuenta? A mí siempre me llamaba la
atención que nunca ayudabas en estas campañas y lo único que
hacías era ayudar al padre Antonio con esos catecismos, que nunca
actualizaste con el nuevo y me imagino que sigues enseñando al que
se le atraviesa por delante.
141

Me da pena pensar que vives como un viejo amargado que ve


todo oscuro y que no tiene confianza en la madurez de la
humanidad actual, que busca el bienestar material, por una parte y
también el espiritual por otra. Yo me enorgullezco de estar
trabajando para esta loable causa, que tú miras con recelo. Es una
lástima que pierdas el tiempo golpeándote el pecho y haciéndote
añicos la cabeza pensando en el juicio final, cuando estamos a miles
de años de eso, si es que ha de venir. Desde el punto de vista
material, ni te imaginas los progresos que estamos alcanzando y las
nuevas tecnologías que van saliendo como si nada. Yo me encuentro
trabajando para dotar de energía eléctrica eólica a un pueblito
súper abandonado en el sur de Australia y si vieras lo agradecidos
que están estos pobres infelices. Creían que era magia el hecho de
apretar un interruptor y que se encendieran las luces y funcionaran
los motores para sacar la poca agua que hay desde un pozo
construido por nosotros también en sólo un día y que tiene una
profundidad de 60 mts.. Todos mis conocimientos de ingeniería
eléctrica los he puesto al servicio de la organización donde trabajo
porque sé que desde mi modesto puesto puedo contribuir en algo a
que estas personas eleven su calidad de vida y superen la pobreza.
¿No te parece injusto que aún quede gente en el mundo con algún
grado de pobreza? La tecnología está llegando a las masas de manera
universal, sin condiciones de razas, ni de credos, ni de sexo, es para
todos y está alcance de todos.

¿Has visto por televisión o por internet el carisma que tiene el


Sr. Todtschläger? Estuve con él hace unos meses cuando vino a
inaugurar una central de energía geotérmica y es fantástico
conversar con él…y en el idioma que le hables. Sabe no sé cuántos
idiomas y es un gran conversador. Tiene un gran dominio de
cualquier tema que le plantees y puedo decir que quedé gratamente
impresionado. Domina muy bien el tema religioso y está muy
preocupado por la gente que insiste en ver en él al mismo diablo. Lo
único que él quiere es que trabajemos y entreguemos lo mejor de
nosotros mismos a la humanidad, a la paz, al progreso. Si para esto
se necesita aplacar la furia de los grupos fundamentalistas y
terroristas no le va a temblar la mano. Nadie tiene el derecho a
oponerse a lo que la gran mayoría de las personas a lo largo del
mundo quieren y gente como tú hermano, va a tener que adaptarse.
142

Aquí nadie les está arrebatando la fe, ni persiguiendo a Dios, ni


nada de eso. Cada cual que practique la religión que más le llena el
alma. Dios se manifiesta a los hombres de distintas maneras, según
la propia idiosincrasia de cada pueblo. Si tú decides ser católico,
bueno es problema tuyo, si siendo católico crees servir a Dios,
enhorabuena, pero no obligues a tu vecino a pensar igual a ti. En
temas de religión, y hasta el mismo Papa lo enseña, hay que respetar
la libertad de cada uno. Ahora claro está, que lo fantástico sería que
todos nos uniéramos en una oración común, que las religiones de la
tierra se unieran y esa es otra de las causas que animan al Sr.
Secretario: la unión de los credos, para eso vamos y ya verás lo
bueno que va a ser para todos. Aprovecho esta carta para
adelantarte que una vez que terminemos este trabajo aquí en
Australia voy a partir con mi gente a Israel para ayudar en la
construcción de un nuevo Vaticano, en Tierra Santa y junto al
Templo de Jerusalén, que ya se encuentra re-construido plenamente
y funcionando a toda marcha. Es para mí un honor que me hayan
elegido dentro de no sé cuantos ingenieros eléctricos para ir allá.

Quédate tranquilo Mateo y disfruta la vida que es corta. Tienes


una linda familia, un buen trabajo. Llevas una apacible vida de
profesor universitario y que eso te baste, ¿para qué hacerse caldo de
cabeza por nada si las cosas van bien? Quizás se nos ha pasado un
poco la mano en el orden moral, pero en la medida en que la gente se
eduque mejor aprenderá a que debe respetar al otro y que la medida
de su libertad es la libertad del otro. Cuando uno anda de fiesta a
veces se olvida de guardar ciertas normas, pero ya pasará un poco el
ambiente de fiesta y la gente volverá a estar menos eufórica.

Respecto a mi vida, bueno, acabo de terminar hace un mes mi


relación de varios años que llevaba con Clare, (supongo que te mandé
unas fotos de ella, no me acuerdo) y estoy viviendo solo. Me dolió
terminar con ella. Aunque en realidad, fue de mutuo acuerdo, estos
cinco años que pasamos juntos fueron muy lindos, lo pasamos muy
bien. Por ahora he congelado mi vida sentimental y estoy abocado de
lleno al trabajo para mi compañía que pertenece como ya sabes a la
ONU. Tengo un buen puesto, ni te imaginas lo bueno que es, y tengo
a mi cargo a unas doscientas personas entre ingenieros, técnicos y
143

obreros, que forman para mí una gran familia y creo sin


equivocarme que están felices con mi desempeño como jefe.

Bueno mi querido hermano mayor, ya me imagino tu cara al


leer estas líneas. Tendrás el rostro colorado, el sudor corriéndote por
la frente y espero que tu corazón no esté saltando como una
máquina loca. Perdona que haya sido tan sincero contigo, pero es
que siempre nos hemos dicho todo, lo que nos gusta y lo que nos
disgusta de cada uno. Piensa que a pesar de todo aún tengo la
confianza de decirte lo que pienso porque te quiero mucho Matthew
y no quiero que estas cosas nos separen. Más allá de nuestros
diametralmente opuestos puntos de vista, seguimos siendo hermanos
que se cuentan todo, tal como lo hacíamos en aquellos tiempos en que
yo me sentaba en tu cama y te contaba mi vida y tú me escuchabas
atento hasta de mis más extrañas locuras.

Cuida mucho ese corazón tuyo. Sean me escribió la otra vez,


hace como tres meses, que estaba preocupado por la batería de tu
marcapasos. Cualquier cosa que necesites y que no puedas conseguir
por lo del contrato que te niegas a firmar, por favor, pídemelo.
Tienes hijos chicos y una esposa que te adora y tienes que pensar en
ellos. No te hagas el mártir y vive por ellos.

Mándales muchos saludos a todos por allá. Rezo, aunque no lo


creas, por todos ustedes.

Un fuerte abrazo de tu hermano que te ama y te extraña,

Thomas Andrew

Matthew releyó la carta una y otra vez hasta casi sabérsela de


memoria. ¿Valía la pena contestarle o era mejor no perder el tiempo y tan
sólo mandarle un e-mail diciéndole que acusaba recibo? Tomó la carta y
la volvió a meter en el sobre. Cerró los ojos y con las manos en la nuca
comenzó a pensar en Thomas. Los años habían pasado y hacía ya mucho
que no se veían. Su hermano siempre había sido, por un lado un hombre
llevado de sus ideas y por otro muy ingenuo, fatal combinación
especialmente cuando se trataba de la fe. No tenía un carácter fuerte y
144

desde niños, a pesar de quererse mucho, siempre discutían mucho.


Thomas era una de sus permanentes preocupaciones.

“Thomas, Thomas, ¿qué voy a hacer contigo? ¿Valdrá la pena que


conteste a tus estupideces una por una? Creo que tal como tú dices, me
daré la lata de responder a tus argumentos. Pero lo que más me apena es
que dices que me amas, pero me tratas como a un idiota amargado. Me
gustaría tanto verte Tommy, eres el que más se parece a mí físicamente,
diría que somos como mellizos, ¿te acuerdas cuando nos confundían? Ha
pasado ya tanto tiempo desde eso. Será mejor que me ponga manos a la
obra, además me sirve un poco para distraerme”.

Matthew se levantó, bajó al primer piso y después de calentarse el


almuerzo y comer, se sentó en su escritorio con la carta de Thomas
abierta, para irla respondiendo párrafo a párrafo. Se encontraba abriendo
su computador cuando llegó de las compras Ángeles, la cual no pudo
dejar de sonreír cuando lo vio sentado animadamente en su lugar de
trabajo.

_ ¡Matthew! ¡Qué bueno verte ahí! Tenía tanto miedo a que te


derrumbaras y te deprimieras.

_ Esto es sólo un paréntesis Angelito. Estoy aquí para responderle a


Thomas. Era suya la carta. ¿Quieres leerla? Dice un montón de tonteras y
por eso voy a responderle aunque sé que lo que le diga le va a entrar por
un oído y le va a salir por el otro. Llevamos años discutiendo sobre lo
mismo y él no va a cambiar y a mí no me va a mover de mi postura
porque tengo la certeza de estar en la verdad.

_ Déjame leerla. – Ángeles la leyó en silencio de pie junto a Matthew que


buscaba en sus archivos afanosamente los textos que necesitaba para su
carta. Después que terminó de leerla Ángeles se la entregó a Matthew.- Yo
no sé qué tienen en común ustedes dos aparte del apellido y del parecido
físico. No parecen hermanos. Con tus demás hermanos tienen paridad de
criterio para casi todo, sobre todo en religión, pero con él creo que nada
los une. ¿Thomas convivía con esa niña?
145

_ Sí, convivió un tiempo con ella, para “probar” como dicen ahora.
Angelito yo sé que nunca has tragado mucho a Thomas porque es mi
antítesis, pero no seas dura con él. Sé que está equivocado en muchas
cosas, pero es porque mi hermano es un tontorrón ingenuo que le cree a
todo el mundo menos a nosotros, ¿por qué? no lo sé. En casi todas las
familias hay tipos que se arrancan con los tarros y terminan aprendiendo a
porrazos. Yo también estoy molesto con él, pero más que enojado estoy
dolido porque se ha ido descarriando día tras días, y yo quiero que se
salve. Reza por él, reza mucho. Daría mi vida por volver a verlo…

_ No digas eso, por favor, retira lo que acabas de decir.

_ Bueno Angelito, entonces daría cualquier cosa menos mi vida y la de mi


familia porque mi hermano volviera a Chile con nosotros, sentara cabeza,
formara una familia y regresara a la verdadera fe.

_ Siempre fuiste como su ángel guardián y parece que no puedes evitar


sentirte responsable por él.

_ Me he sentido siempre responsable por todos mis hermanos.

_ ¿Por qué? Yo no entiendo esa manía tuya de ser como su papá.

_ ¡Ay mi niña linda, ni yo lo sé!. Hay cosas que uno no se las explica
humanamente. Ahora ya todos están con su vida hecha y yo mismo los
tengo a ustedes, pero eso no significa que yo cuando uno de ellos anda
mal, no siga preocupándome, sobre todo desde el punto de vista
espiritual. Bueno, ¿a qué hora van a venir mis papás y los demás?

_ Como a las siete. Ya todos están enterados de tu situación y esta


pequeña reunión es para ver qué vamos a hacer.

_ Para saber que van a hacer con este cacho cesante.

_ Matthew, mi niño lindo, así como tú te preocupas por tus papás y por
tus hermanos, ellos también se preocupan por ti. Déjate querer mi amor.
146

_ Bueno, bueno, ahora déjame escribir antes de que se me vayan las ideas.
Ángeles, espera un poco… ¿realmente no estás enojada conmigo por
haber perdido el trabajo?

_ No Matthew, no estoy enojada contigo. Yo seguiré haciendo mis clases


de violín aquí en la casa que algo nos ayudan. No te apresures y
esperemos a ver que nos dice Manuel y tu papá. Estamos los dos en esto.
Ya nos hemos acostumbrado a sufrir contratiempos juntos y Dios no nos
abandona. Ahora más que nunca es cuando debemos confiar en sus
designios. A propósito, Rafael va a venir mañana a hablar contigo.

_ Pobre chiquillo, por culpa mía va a tener que dejar la ayudantía y quizás
cuantos problemas más se le van a venir encima. Tenemos que apoyarlo y
colaborar con él en todo lo que esté a nuestro alcance. Pienso que sería
bueno que se viniera a vivir con nosotros, después de lo que me contó
hace un tiempo sobre su familia, creo que le van a cortar la ayuda cuando
sepan que ya no tiene la ayudantía.

_ Por mí ningún problema, encantados lo recibimos. Ya mi niño lindo,


trabaja tranquilo.

Matthew colocó su cd de música favorita en su notebook, sacó de su


escritorio unas esquelas con el logo de su universidad y después de
encomendarse al Espíritu Santo, comenzó a redactarle la carta a Thomas.

Querido Thomas:

No sabes la alegría que me dio haber sabido de ti. Me alegra saber que estás
vivo y que aún te acuerdas de mí. Pensé que, como no me contestabas mis correos,
estabas enojado conmigo o algo así, pero parece que es otra de tus maña: la de
hacerte el desaparecido y de repente, cuando uno menos se lo espera, vuelves a
aparecer de la nada.
147

Voy a partir esta carta contándote que hoy tus amigos del Gobierno Mundial
lograron que renunciara a mi trabajo, al que amaba con todo mí ser y desde el cual
seguía haciendo propaganda católica como ya lo sabrás. La historia de mi despido te la
contaré al final de esta misiva.

He leído tu carta una y otra vez, y me parece que se hace necesario que te
responda punto por punto, párrafo por párrafo a las cosas que en ella dices. Te
contaré para empezar que mi Angelito no está embarazada. Y voy a decirte la razón:
no estamos en condiciones de tener más hijos. ¿Te acabo de escandalizar y estarás
pensando que Ángeles se ligó, o que yo uso preservativo o cualquiera de esos métodos
anticonceptivos artificiales? Pues bien, te equivocas. Los métodos anticonceptivos son
moralmente malos y están condenados por la Iglesia. Nunca los hemos usado y no
pensamos hacerlo. Te tendría que dar una clase sobre los fines del matrimonio, pero
no quiero alargarme. Lo único que te voy a decir es que si bien los hijos y su
educación son el fin primordial del matrimonio, no somos una fábrica imprudente de
hijos. Nos hemos abstenido naturalmente de tener más porque no puedo mantenerlos, no
gano lo suficiente como para alimentarlos y educarlos; Ángeles en su último parto tuvo
muchas complicaciones y si se embaraza nuevamente corre el riesgo de morir ella y su
guagua. No ha sido fácil, para ninguno de los dos. Te hablan de los métodos naturales,
de la abstinencia periódica, pero nadie te dice lo complicado y sacrificado que es para
un matrimonio que se ama como nos amamos nosotros. No soy célibe, estoy casado y no
estoy libre de experimentar una fuerte pasión por mi esposa…Ha sido complicado
llevar mensualmente un orden en la fechas para la abstinencia periódica. Lo hemos
decidido entre los dos. Nadie se ha metido a aconsejarnos, ni a imponernos métodos.
Pasar por célibe teniendo mujer durante veinte o veinticinco días al mes para asegurar
que no corra riegos de embarazos peligrosos ha sido muy sacrificado, especialmente
para mí. Pero si lo piensas, si tu voluntad puede más que tus pasiones y se lo ofreces
148

a Dios por amor a Él, la mortificación se hace un poquito más fácil. No somos como
aquellos “tradis” o como aquellos “neocons” que tienen hijos por una cuestión de deber
que no tiene prudencia ni sentido común. Dios no nos pide lo imposible. Es osado lo que
te voy a decir, pero para mí abstenerme en determinados momentos me ha significado
verdaderos actos heroicos que me obligan a vencerse una y otra vez.

Yo también te quiero Thomas y por eso me preocupas, me preocupa la vida loca


y desordenada que llevas. Me duele ver que te hayas dejado arrastrar por doctrinas
y visiones de la vida y del mundo que son contrarias a nuestra fe. Fe que no es un
invento humano, sino que nos ha sido revelada por Dios y que nos ha sido transmitida a
través de la Iglesia Católica. La fe y la doctrina no son algo que uno acomode a su
gusto. No podemos sacar lo que no nos parece o lo que no nos gusta o agregar lo que
más nos conviene. No tenemos derecho a desfigurar lo que Cristo enseñó y predicó, ni
tampoco lo que fue enseñado por los Apóstoles a través de la Sagradas Escrituras y
de la Tradición.

Todos tus sobrinos saben que existes, ¿me crees tan mezquino y tan ridículo
como para pensar que yo te iba a esconder? ¿Acaso no sabes que en mi casa abundan
en las paredes fotos mías con todos mis hermanos y en la mayoría aparecemos los dos
siempre sonriendo? Mi Angelita, la más chiquitita, siempre me pregunta por ti y me
dice porqué su tío no viene nunca a la casa como sus otros tíos. Cada noche, ellos junto
conmigo rezamos por ti especialmente y por tu conversión. En mi casa nadie te
rechaza ahora ni nunca porque eres mi hermano y si decides algún día volver,
encontrarás en ella un hogar para ti.

Tal como tú quisiste “aclararme” ciertas cosas que “yo no comprendo”, yo voy
a hacer contigo lo mismo porque el que no comprende nada de la nada eres tú Tommy y
149

no yo. No hay más ciego que el que no quiere ver ni más sordo que el que no quiere
oír. Tú crees que mis conversaciones se reducen a temas teológicos-filosóficos. Lo
encuentras tremendamente aburrido y hostigoso. Pero, ¿no crees que son los mejores
temas para conversar? ¿Acaso estaremos siempre hablando de deporte, de política de,
chismes y pelambres? Detesto las conversaciones huecas y soy enemigo de hablar por
hablar. La palabra tiene un gran poder y si no vas a decir algo que te haga mejor a
ti y a los que te escuchan, guarda silencio que ya hay suficiente necedad en el mundo
para agregar más .Cito a san Pedro: “Cada cual, según la gracia que recibió,
comuníquesela a los demás, como buenos dispensadores de la gracia de Dios, que es de
múltiples formas. Si alguno habla hágalo de modo que parezca que habla Dios por su
boca” .Para ti mi “verborrea religiosa” es una lata, bueno, mala suerte, te la vas a
tener que tragar una vez más. Nunca me ha gustado pasar la existencia como un
pajarito que no piensa nada más que en gozar la vida al máximo, cuando en realidad nos
debiera preocupar buscar tesoros para el cielo que es eterno: ETERNO Thomas,
nada menos. Te salvas eternamente o te condenas eternamente. Soy extremadamente
majadero respecto de esta verdad, y lo seguiré siendo hasta que me muera. Lo cual no
significa que me crea un santo mi mucho menos. Tengo crisis de fe, las he tenido
siempre o quizás debiera decir que más que crisis de fe mi problema es que mi oración
muchas veces es árida e infructífera. A veces esto me enloquece, porque es como si
nuestro Señor se escondiera y no me escuchara y me vuelvo loco y sufro, sufro
enormemente y en vez de rezar más y practicar más actos de piedad, me enojo con
Dios y dejo de rezar. Mas, como no puedo vivir sin su Gracia, sin su ayuda porque soy
débil, voy y como un niño amurrado te digo: “Señor y Dios mío, perdona que te haya
sido infiel en esta prueba por la que me has hecho pasar. En vez de haberla
aprovechado para mi santificación, la he desaprovechado para mi condenación.
Perdóname y recíbeme nuevamente.” Esta es la vida del cristiano, una permanente
lucha contra la carne, contra el mundo y contra el demonio, que no deja de
150

aprovecharse de nuestras debilidades para ponernos trampas y hacernos caer. Para


esa lucha, entonces Dios nos da armas, nos da sus sacramentos, su Gracia santificante
que nos hace participar de su vida divina. Otra arma también es el rosario. Reconozco
que el hábito que tenía de rezarlo de joven ya no lo tengo, y tendré que volver a
retomarlo. Nuestra Madre del Cielo pidió en sus apariciones encarecidamente que se
rezase mucho el rosario y yo me he portado muy mal no cumpliendo su pedido, y cuando
lo hago mi boca murmura las oraciones, mientras mi mente loca está en otra parte y
cuando me doy cuenta, me esfuerzo por volver a poner atención en lo que estoy
rezando…qué nuestra Señora tenga paciencia conmigo.

En el siguiente párrafo de tu carta dices que me choca tu modo de vida. Sí, es


cierto que me choca, aunque más bien dirá que me da pena que sabiendo lo mismo que yo
vivas como si nunca te lo hubieran enseñado. Ya te dije que me preocupa la salvación
de tu alma, nada más, no me escandalizo de ti diciendo: “¡oh! mi hermano es un pecador
público que convive con una mujer, y es bueno para tomar,¡ qué vergüenza!, menos mal
que no soy como él y ojalá mis hijos no se junten con él ni sepan que existe”. Conoces
a tu hermano mayor y sabes que jamás, jamás pensaría algo así de ti. No soy nadie
para juzgarte, no estoy en tu conciencia. Todas arrastramos pecados, todos tenemos
pecados recurrentes contra los cuales luchar; nadie salvo Dios puede juzgar lo que
hay en el interior de cada alma, de cada conciencia, pero, y aquí viene el pero: si yo
veo a mi prójimo estar en ocasión de pecado y de peligro para la salvación de su alma;
si veo que sus frutos no son buenos y que se alejan de lo que Dios quiere, estoy en el
deber de hacérselo saber y de practicar con él la corrección fraterna. Si yo no te
amara con todo mi corazón, me importaría un comino lo que hicieras con tu vida. No me
haría problema por ti y te daría golpecitos en la espalda diciéndote pásalo bien, date
un gustito, y disfruta de la vida. Sin embargo, sufro y de veras créeme que sufro por
tu estado.
151

Con respecto a tu respetado señor secretario general, no te engañes porque


esta gente nunca muestra su verdadera faz, si fuera así nadie los seguiría. Quieren
dar una apariencia de tolerancia, de amor fraternal, de paz y son los más
intransigentes egoístas. Manipulan a las masas a su arbitrio diciéndoles lo que ellas
quieren escuchar, pero haciendo lo contrario a lo que predican. Se llenan la boca con
palabras dulces, pero sus obras los delatan y en su momento son los más intolerantes
y anatematizadores que hay. Hablan de democracia para allá y para acá, pero es la
democracia de su movimiento universal único donde no hay cabida para los que piensan
distinto, ¿qué clase de participación ciudadana es esa? Democracia, sí, pero bajo mis
reglas, ¡vaya democracia! Enarbolan las banderas de la soberanía popular olvidándose
de que toda autoridad viene de Dios. Espera un poco a que tu querido jefe siga
apoderándose del mundo y verás cómo nos van a tener cada vez más esclavizados de su
sistema. De hecho ya lo están haciendo con la estandarización de la tecnología, de la
moneda, de la justicia, de la religión, de los medios de identificación personal. ¿Te
parece bueno que todos llevemos bajo la piel un chip con toda la información sobre
nuestras vidas, donde está todo, absolutamente todo lo que hacemos, lo que pensamos, lo
que creemos? ¿Y si no te sometes a su contrato no puedes hacer nada? Dentro de
poco ya ni siquiera podremos comprar en el supermercado. ¿Qué va a pasar con los que
no queremos someternos a esto? ¿Nos encarcelarán como subversivos y en nombre de
la humanidad, nos van a perseguir? Sí Thomas, eso es lo que nos espera a los
creyentes en el único Señor y en Su única Iglesia, por no someternos al poder del
Anticristo en el gobierno mundial y de su Pseudoprofeta en la nueva iglesia.

Tienes el descaro de decirme de dónde saco yo evidencia para decir que estamos
viviendo los últimos tiempos. ¿Qué tengo comunicación directa con Dios? Vaya que te
pusiste ofensivo e infame conmigo, no me quieras tanto entonces como me dices, porque
152

si no me quisieras, ¿cómo me tratarías? Déjame decirte que no hay que ser profeta ni
vidente para interpretar sin equivocarse las señales que nos da la Providencia. Me
voy a poner muy pesado contigo y a continuación te detallaré algunas profecías y
algunas interpretaciones del Apocalipsis. Estas dicen relación con lo que acontecerá
con el mundo y con la Iglesia. No voy a revisar todas las profecías, sino que las que
considero más claras y significativas, a modo de un muestrario nada más. No voy a
hacer un tratado al respecto ni tampoco te lo voy a dar en bandeja.

Partamos por las de la Virgen de la Salette. ¿Qué dijo nuestra Señora?


Habló especialmente sobre la pérdida de fe, de la corrupción de los sacerdotes que
serían cloacas de inmundicia y que Roma se transformaría en la sede del Anticristo.
Desde hace unos años observamos con dolor cómo los sacerdotes ya no saben lo que son
ni para qué están porque han abandonado su principal función que es la de ofrecer el
Santo Sacrificio de la Misa y se han dedicado a responsabilidades sociales, las que un
autor ha llamado en un buen libro, el cristianismo secundario. La misa pasó a ser algo
secundario. El sacerdocio se presentó como una carrera profesional más y no como un
llamado de Dios a trabajar por la salvación de las almas. Entonces los sacerdotes
abandonando su misión se entregaron al mundo contaminándose con él. Y cayeron en
muchas abominaciones como la homosexualidad y la pederastia, convirtiéndose tal como
lo dijo nuestra Señora, en cloacas de inmundicia que celebran los santos misterios
manchados con pecados abominables.

Hacia el final de los tiempos se habrá perdido la fe, ¿te has enterado de las
reformas que planea hacer el Antipapa? Definitivamente está ahí para destruir lo
que queda de Iglesia. Si sus predecesores introdujeron doctrinas nuevas, que habían
sido antes condenadas infaliblemente, como por ejemplo eso de darles la comunión a los
herejes protestantes, ahora ya esto es el acabose. Pero es necesario que todas estas
153

cosas pasen, y pasarán porque Dios lo permite. Recuerda lo que dice san Pablo: antes
que venga Cristo por segunda vez en gloria y majestad ha de venir primero la Gran
Apostasía. ¿No te parece que lo que ocurre en la Iglesia actual es una gran
apostasía? ¿Te has puesto a pensar la confusión reinante que hay en el seno de la
misma Iglesia? Unos se dicen católicos, y no hablo sólo de fieles comunes y corrientes
como nosotros sino que de obispos y sacerdotes, pero no creen en la divinidad de
Cristo, ni en Demonio ni en la existencia del infierno por poner algunos ejemplos. Y lo
más triste es que la autoridad que debe corregir, guiar, amonestar y cortar con los
errores de raíz no dice ni hace nada, absolutamente nada, dejando que las falsas
doctrinas sigan propagándose como una enfermedad en el interior de la iglesia. ¿Cuáles
son las consecuencias de esto? Confusión, relativismo religioso y finalmente pérdida de
la fe y apostasía. Los que vemos las señales comprendemos con dolor que no falta nada
para que se produzca la abominación de la desolación. Acaban de prohibir la Santa Misa
¿qué inventarán ahora? ¿Un culto ecuménico que adore al Enemigo en el lugar de
Dios? Sacrilegio máximo, para eso vamos, que no te quede la menor duda, y lo más
triste es que el Antipapa se está prestando para eso. Pronto, más pronto de lo que
esperamos vendrá la persecución infernal contra los que permaneceremos fieles a
Cristo. Por favor Thomas, lee el libro “Los papeles de Benjamín Benavides” del
padre Castellani, sobre todo la cuarta parte y el capítulo 2 donde habla sobre la
figura del Anticristo. Analiza cada párrafo y cotéjalo con la situación actual por la
que atravesamos: los judíos han terminado la reconstrucción de su templo, ¿para qué?
para recibir a su mesías, ¿quién? Al Anticristo, San Ireneo dice: “El adversario se
sentará en el Templo que está en Jerusalén, intentando mostrarse a sí mismo como el
Cristo”. ¿La iglesia nueva va a construir un nuevo vaticano ecuménico al ladito para
esperarlo juntos?
154

Tu jefe en la ONU es judío, se cree el salvador de la humanidad y la nueva


paloma de la paz. Intenta unificar las religiones, ¿para qué lo adoren a él y al que lo
envió? Y tu diosa tecnología, su mejor arma, con la cual hace portentos por todos
lados para dominar a las masas. ¿Cómo pudo el hombre crear tantas cosas asombrosas
en cuánto, un siglo? No estoy diciendo que toda la tecnología sea infernal, sino que
hay muchas cosas que parecen sacadas de verdadera magia y en muy poco tiempo. Hay,
por otra parte un uso pérfido de la tecnología, como es el caso de la manipulación
genética. ¿Querrán jugar a ser dioses?

Volviendo al tema de la Iglesia. Creo que el desorden que se produce desde


hace ya unos cincuenta años, fue una de las causas que han precipitado el derrumbe
que sufre la Iglesia desde su interior. Cada cual dice y hace lo que quiere. A nadie
le interesa ya mantener la doctrina pura y libre de errores, y a los que son más
tradicionalistas tampoco les interesa mientras tengan su misita en latín y sus ritos
antiguos. No importa que el Papa diga no sé cuántas herejías y errores mientras nos
deje a nosotros y a nuestro grupito tranquilo .Pero incluso a ellos se les acabó la
suerte. Se puso término a la misa, porque el papa ha publicado esta semana un motu
proprio donde prohíbe su celebración por considerarla excluyente y ofensiva para
nuestros “hermanos separados y para nuestros hermanos mayores, los judíos” .Eso,
hermano mío, no es querer a la Iglesia, porque si yo veo que estás pisoteando la
palabra de nuestro Señor y ofendiéndolo diciendo que en todas las religiones está Dios
o que puedes salvarte en cualquier religión, tengo el deber de levantarme y llamar la
atención de la autoridad que yerra.

Lee también al profeta Daniel en el capítulo 7, cuando habla sobre la cuarta


bestia, figura del Anticristo que hará la guerra contra los santos y los oprimirá,
pretenderá mudar los tiempos y las leyes. ¿No es acaso lo que está haciendo tu
155

querido secretario? Ha comenzado a tratar a los fieles católicos de fanáticos


revolucionarios a los que hay que suprimir y prácticamente ofrece recompensa por
nuestra cabeza. ¡En qué mundo vives Thomas que no ves sus verdaderas intenciones!
¿Acaso no escuchamos las mismas noticias? ¿Quieres justificarlo diciendo que él sólo
quiere que haya paz en el mundo y que la gente no pelee más entre ella en el nombre
de Dios? ¿Acaso no has visto cómo logró que el aborto se legalizara ya en todo el
mundo autorizando con esto un crimen horrendo y del cual el demonio se goza
plenamente? Dices que va a reprimir todo foco de sublevación y lo justificas…oye
Tommy, cuando me fusilen por defender mi fe, ¿lo vas a justificar diciendo que en
realidad tu hermano mayor es un peligro para la humanidad, para la paz? ¿Y de qué
paz me estás hablando? Hablan de paz mientras se arman hasta los dientes. Los cascos
azules son el mayor ejército que jamás ha contemplado la humanidad, tiene 200.000
millones de hombres. ¿Para qué? Supongo que conoces la cantidad de armamento y de
última tecnología que posee, es horripilantemente asombroso. Si hay tanta paz, ¿por
qué mantener y armar un ejército de esas características?

Me siento tan estúpido haciendo esta reseña o resumen hermenéutico de las


profecías, porque con la formación que tuvimos deberías saberlo. Y te advierto que
esta será la última carta que te enviaré sobre este tema. Doy por cerrado el tema
contigo ya que al parecer estás cegado por el mismo espíritu que en su tiempo cegó a
los fariseos que no quisieron reconocer en Cristo al Mesías. Las mentiras de la
propaganda anti católica han obnubilado tu inteligencia y han falseado el catolicismo que
profesabas. En fin, esta carta está saliendo muy larga así que voy a acortar un poco
el temita.

Voy a citarte por último, a una beata llamada Anne Catherine Emmerich que
fue estigmatizada y cuya vida fue asombrosa, un verdadero milagro. Vivió treinta y
156

seis años alimentándose nada más que con la Hostia consagrada. Ella tuvo varias
visiones, entre ellas sobre la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, y
también otras sobre el futuro de la Iglesia. Ella dictó estas visiones y de ellas
tenemos un libro que se titula Profecías sobre la Iglesia. Es conmovedor leerlo porque
te das cuenta que hace un relato de cómo la Iglesia va a sufrir una demolición por
dentro, es decir, por parte de sus propios miembros. Esa demolición comenzó a
hacerse palpable hace unos cincuenta años, cuando los masones infiltraron la Iglesia,
tal como ella lo relata. Pero antes de que continúes leyendo y como sé que me vas a
contra argumentar diciendo que no estamos obligados a creer en revelaciones privadas,
me permito aclararte lo siguiente. Efectivamente no estamos obligados a creer en
ellas y la Iglesia siempre ha sido muy cuidadosa con respecto a las visiones y
profecías de particulares. Mientras la profecía no contradiga la enseñanza de la
doctrina, yo puedo leer en ellas ciertos sucesos que a día veo cumplirse. Además, hay
que fijarse en quien las dice. En este caso puntual su autoridad proviene del hecho que
sea una beata. Aclarado este punto observa el siguiente texto “He visto personas de
la secta secreta minar sin descanso a la gran Iglesia.” El relato continua como si
fuera un verdadero apocalipsis de la Iglesia. Al final triunfa, pero primero ha de
pasar por esta pasión que al igual que a nuestro Señor, la hará entrar en la Gloria.
Estamos viviendo la gran apostasía anunciada por las escrituras. Y aquellos que
defiendan la Verdad tendrán que pasar por el martirio. Estoy consciente de ello, pero
no por eso dejo de temblar. Te voy a citar, para ir terminando, algunos textos de la
beata Emmerich para que los reflexiones y los compares con los actuales
acontecimientos. “Vi la iglesia de los apóstatas crecer grandemente. Vi las tinieblas
que partían de ella, repartirse alrededor y vi muchas personas abandonar a la Iglesia
legítima y dirigirse hacia la otra diciendo: ahí todo es más bonito, más natural y más
ordenado. Vi cosas deplorables: se jugaba, se bebía, se parloteaba, se seducía a las
mujeres en la iglesia, en una palabra se cometían allí todo tipo de abominaciones. Los
157

sacerdotes dejaban que se hiciera cualquier cosa y decían misa con mucha irreverencia.
Vi pocos que tuvieran todavía piedad y juzgasen sanamente las cosas. Todo eso me
afligió mucho. Entonces mi Esposo celeste me cogió por medio del cuerpo, como él
mismo había sido atado a la columna y me dijo: “Es así como la Iglesia será todavía
encadenada, es así como será estrechamente atada antes de que pueda revelarse”…“
Había en Roma, incluso entre los prelados, muchas personas de sentimientos poco
católicos que trabajaban para el éxito de este asunto (la fusión de las iglesias). Vi
también en Alemania a eclesiásticos mundanos y protestantes iluminados manifestar
deseos y formar un plan para la fusión de las confesiones religiosas y para la
supresión de la autoridad papal…¡y este plan tenía, en Roma misma, a sus promotores
entre los prelados! Ellos construían una gran Iglesia, extraña y extravagante; todo el
mundo tenía que entrar en ella para unirse y poseer allí los mismos derechos;
evangélicos, católicos, sectas de todo tipo: lo que debía ser una verdadera comunión de
los profanos donde no habría más que un pastor y un rebaño. Tenía que haber también
un Papa, pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de
antemano y muchas cosas estaban ya hechas: pero en el lugar del altar, no había más
que desolación y abominación….Sin el socorro de Dios, no se podrían contemplar tantas
miserias y abominaciones hacia esta caridad y esta misericordia, sin morir por ello de
dolor”

Bueno Thomas, podría seguir con las citas de esta gran Beata: sobre el
misterio de la iniquidad, la demolición y el oscurecimiento de la Iglesia, la apostasía, la
falsa iglesia, la anarquía de la iglesia y al final su gran triunfo. Por favor intenta
conseguirlas, son interesantes y te guiarán. Aparte de lo que te he citado, bastante
poco por lo demás, hay innumerables textos de santos de distintas épocas que siempre
apuntan a la mismo: antes de que se manifieste nuestro Señor en su segunda venida,
han de venir grandes pruebas para los creyentes, grandes calamidades para el mundo
158

y para la iglesia que atravesará por una gran noche oscura y que si no fuera por la
misericordia de Dios hasta los mismos elegidos perderían la fe.

Cuando leo esta clase de textos, mi alma sufre porque las estamos viviendo.
Lamentablemente nos tocó a nosotros. A veces pienso en que hubiera preferido nunca
haber existido para no tener que ver cómo se destruye la Iglesia y la figura de
nuestro Señor. Me duele el alma…me duele hasta el cuerpo. Estoy muy afectado y
no sé hasta cuanto seré capaz de soportar porque de veras te digo que me siento
enfermo.

Al comenzar esta carta tenía la intención de rebatir tus puntos de vista uno a
uno, pero con lo que ya te he dicho es suficiente. Estoy agotado y creo que me iré a
recostar un rato antes de que llegue toda nuestra familia a verme para analizar qué
voy a hacer con mi vida ahora que estoy cesante.

Sólo me resta decirte un par de cosas. No vayas a Israel, te lo suplico, no


trabajes en eso que pretenden. Tienes la oportunidad precisa en estos momentos para
librarte de ellos y regresar. Vuelve a Chile y búscate otro trabajo, yo sería el
hombre más feliz del mundo si te vinieras a vivir conmigo. Yo te amo hermano, con toda
mi alma y no quiero que seas confundido. ¿Qué debería hacer yo para convencerte de
regresar y cambiar de vida? Aquí en nuestro país hay también mucho que hacer y
puedes ayudar a las personas incluso de manera más provechosa que trabajando para el
Gobierno Mundial. Titian, al que según tú yo “pervertí desde niño” está de vuelta en
su ermita y tenemos la bendición de contar con él para que nos diga misa tradicional.
Nunca imaginé que tendría que contarle mis pecados en la confesión, pero dado el
estado en que se encuentran las cosas y que ya no dispongo de un sacerdote de
confianza, tendré que confesarme con mi hermanito chico y recibir de él la absolución.
159

No es lo recomendable, sin embargo Dios quiso que Christian regresara para


auxiliarnos espiritualmente. Es una gran cosa tener entre nosotros a un sacerdote
bueno como mi Titian, Dios se ha apiadado de nosotros. ¿Cuántos buenos y esforzados
católicos no cuentan ya con un sacerdote que les administre los sacramentos y los guíe
espiritualmente?

Me llama profundamente la atención que aún te creas eso de que hay que salir
a abrazar al mundo, que hay que amarlo y santificarse en él. ¿No será al revés la
cosa? Yo diría que hay que santificar al mundo, precisamente no siendo parte de él ni
de sus necedades, ni de sus modas blasfemas, ni de su materialismo, ni de su
inmanentismo, ni de sus ansias de progreso (¿a dónde? ¿Hacia dónde nos lleva el
progreso indefinido? ¿a sentirse que ya se es maduro y que no se necesita a Dios?).
De hecho este invento de santificarse en el mundo es un absurdo y contradice toda la
enseñanza tradicional de la Iglesia. Me explico: tres son los enemigos del alma: la
carne, el demonio y el mundo. ¿Por qué, sigo preguntándome, se les ha metido a los
católicos liberales como tú esta idea de que el mundo es bueno, que no hay que
rechazarlo, que hay que comprenderlo? Vaya mentira. Desde el mismo momento en que
comienzas a amar al mundo, dejas de amar a Dios, no te engañes: quien ama
apasionadamente al mundo, deja de amar a Dios. Desde siempre Dios ha sido celoso de
su amor por El, del amor para con él, por lo que exige exclusividad en el buen
sentido de la palabra; y, por lo demás, no se puede amar a dos señores. San Agustín
habla de las los Ciudades: “Dos amores fundaron dos ciudades, el amor a sí mismo
hasta el desprecio de Dios, funda la ciudad el Hombre; y el amor de Dios hasta el
desprecio de sí mismo funda la Ciudad de Dios.” No puedes fundar una sin despreciar
a la otra. No puedes amar locamente al mundo, sin dejar de despreciar a Dios. Si
amas a Dios despreciando al mundo, éste último sí podrá santificarte porque habrás
vuelto a la fuente desde donde todo procede instaurando todas las cosas en El. Dice
160

san Juan: “ No améis al mundo, ni a las cosas que están en el mundo. Si algún hombre
ama al mundo, el amor de mi Padre no está en él.” (1 Juan, 2, 15). El mundo
corrompe. Cristo siempre habla del Príncipe de este mundo, de que su Reino de no de
este mundo. Acuérdate de que para seguir a Cristo hay que abandonarlo todo, eso lo
han comprendido bien los grandes santos enamorados de Dios. Lo han dejado todo para
seguirlo y por eso su grado de santidad es más perfecto que el que podamos tener
nosotros. Abandonar familia, posición social, comodidades, lo que se te ocurra…tus
gustitos personales, implican la renuncia de ellos y por tanto lleva consigo una pérdida
y las pérdidas desde el punto de vista meramente humano, la mayoría de las veces son
dolorosas. Si estás dispuesto a perder todo eso que amas del mundo, ¿acaso no tiene un
mayor mérito delante de Dios que quedarse diciendo que en el mundo y en sus cosillas
también puedo ser santo? Lo que pierdes del mundo lo ganas de Dios, y El no te
dejará sin su recompensa. Siempre te lo he repetido una y otra vez: estamos en el
mundo, pero no somos del mundo.

Me dices que yo no practico la “solidaridad”. No la practico, claro está,


practico la caridad que es cosa bien distinta. Las obras de misericordia corporales son
importantes, ¡quién podría negarlo! Primero comes, después aprendes. Tal como lo dice
Aristóteles: “mejor es dotar al indigente que volverlo filósofo”. Sin embargo, las
obras de misericordia espirituales son superiores, porque según enseña Santo Tomás, se
está dando un bien espiritual que es más noble que el corporal; por otro lado esos
bienes espirituales que se otorgan van dirigidos a la parte superior del hombre que es
su alma. ¿Qué mayor bien le puedes hacer a un alma que enseñarle los medios de
salvación? ¿Cuántas personas necesitadas de alguien que las aconseje rectamente
andan solas por el mundo sin que nadie los escuche? Cada uno es dotado de carismas y
dones distintos. Yo no soy bueno con las ayudas corporales, soy mejor enseñando y no
me parece para nada bien que me juzgues diciendo que prácticamente no me interesa mi
161

prójimo, eso es totalmente falso y me calumnias innecesariamente. La corrección a la


que te llamo es un acto de misericordia espiritual.

Te señalé anteriormente que me había quedado sin trabajo. Espero algún día
contarte personalmente las detalles de la encerrona que me hicieron. Por ahora que
te baste saber que me despidieron por no querer someterme a sus condiciones, a saber,
ponerme el chip, dejar de hacer proselitismo católico en mis clases y firmar el
contrato. Yo no voy a ceder ni un ápice en esto, no me van a mover de mi rechazo al
gobierno mundial, no van a hacer que acepte nunca a esta nueva iglesia apóstata que se
avergüenza de la obra salvadora de su misión exclusivista, que a los ojos del mundo es
políticamente incorrecta. Al querer cambiarlo todo, nos cambian la fe, es otra fe, es
una fe falsificada y que termina negando a Dios y a Cristo.

Bueno Thomas Andrew, quisiera seguirte escribiendo, pero no puedo más.


Cuenta conmigo para lo que sea que pueda ayudarte. Mi casa está abierta para cuando
quieras volver, te lo vuelvo a repetir. Todavía no logro explicarme ni comprender
porqué Dios aún me mantiene con vida…me siento tan miserable, tan cansado, tan dolido
que la vida se me hace a ratos insoportable. He sido bendecido con muchas cosas: mi
Angeles, mis hijos, mis padres y ustedes mis hermanos, mis amigos…y sin embargo,
nada me consuela…¿por qué Thomas? ¿Por qué siempre he experimentado esta
sensación de inconformidad? Nunca en mis cuarenta y un años de vida he logrado estar
tranquilo espiritualmente, y para mi es tan doloroso como la enfermedad al corazón que
acarreo. Perdóname por desahogarme contigo…has de creer que soy un maldito
inconsecuente, y tal vez lo soy….¡qué mal me siento Thomas, qué abandonado me
siento! Mi Señor Jesús me prueba en el espíritu y en la carne una y otra
vez…deberá El mismo darme las armas para resistir, porque no puede…no puede
permitir que yo me condene por mi desesperación.
162

Gracias por acordarte de nosotros en tus oraciones. Espero que cambies de vida
por fin para que ellas sean más eficaces. Cuando perdemos la gracia de Dios, nuestros
rezos son viciados por la mala disposición en la que estamos. En un buen chileno, una
“patudez” para con Dios, ¿tenemos el descaro de pedirle cuando en nuestra vida con
nuestras acciones lo negamos? Dios siempre nos escucha, pero no puede otorgarnos las
cosas por la que pedimos si nosotros mismos nos negamos a escucharlo y a enmendar la
vida para hacer que finalmente El reine en nuestras almas.

Muy bien Thomas, es todo, presta atención a lo que ocurre y no te dejes


engañar. Un beso grande y un abrazo apretado de tu hermano mayor,

Matthew Francis
Matthew releyó la carta un par de veces y luego la echó en el sobre.
Había terminado agotado. Cada línea que escribía lo hacía con pasión,
con el alma entera, poniendo todo su ser en ello para finalmente acabar
exhausto. La carta la enviaría a primera hora al día siguiente y
supuestamente Thomas la estaría recibiendo en un par de días.

Se puso de pie y se fue a recostar a su pieza. A la hora convenida


llegaron sus hermanos y sus padres para tratar su asunto, sin embargo
Matthew no tenía ganas de hablar con nadie. Agradecía sus esfuerzos por
animarlo y apoyarlo, pero hubiera preferido que lo dejasen solo con sus
penas. Manuel que odiaba verlo sumido en la depresión y el desánimo
subió a su pieza para intentar sacarlo del ensimismamiento y lo encontró
enrollado en sus sábanas dejando sólo la nariz afuera, los ojos rojos y la
respiración fuerte y agitada.

_ Hola Mateo, ¿qué haces ahí durmiendo? Te vinimos a ver y te estamos


esperando abajo. ¿Por qué no te levantas de una vez y dejas de sentir por
un momento lástima de ti mismo?

_ ¿Ya vienes al rescate nuevamente Etcharren?


163

_ Sí pues, como siempre. Mira Mateo, hoy llegó un conteiner desde Asia,
creo que será el último que me llegue en forma legal, y por fin tengo esos
tés que te gustan tanto. Te traje una caja llena de mezclas exóticas y las
mejores hojas de Early Grey. Baja y te tomas una buena taza de té. –
Manuel lo miró moviendo la cabeza y pensando en voz alta siguió – Es
increíble la cantidad de té que te tomas en un día, yo diría…a ver: te tomas
una al desayudo, luego a las once de la mañana. Después de almuerzo
como bajativo y nuevamente a la hora del té, y en la noche antes de
acostarte… ¿unas 5 o 6? Pobre corazón tuyo, te hace mal tomar tanta
cafeína.

_ Ya cállate Manuel, estás hablando puras macanas. Yo no sé para qué se


molestaron en venir porque yo ya estoy frito y conmigo se fríe toda mi
familia. ¿Dónde podría trabajar si en todos lados me van a pedir el chip y
el contrato?

Manuel se acercó y con fuerza le tiró las sábanas y las frazadas,


destapándolo completamente. Matthew se acurrucó más y colocó sus
manos sobre la cabeza cubriéndosela.

_ Matthew, ya no estás en edad de amurrarte como un niño chico.


Ángeles te necesita. En vez de refugiarte en ella, vas y te sumerges en tu
mundito dramático, pensando en puras cosas bajoneantes, viendo todo el
panorama negro como si estuvieras solo. Date con una piedra en el pecho
de que nos tienes a nosotros. Tu mismo dices que la gente está egoísta,
que la caridad se ha enfriado, que ya mucha gente no puede confiar en
nadie, que cada cual anda por su lado sin que al otro le importe lo más
mínimo sus vidas, y tú un privilegiado por tener a esta familia tan
cohesionada, tan unida, andas como un lerdo idiotizado…el tonto
deprimido…me dan ganas de pegarte Matthew, no sé cómo la Ángeles te
aguanta y sigue soportando tus angustias melancólicas.- Manuel le tomó las
manos y lo sostuvo por las muñecas. – Ya, córtala y levántate.

_ Que complicada se pone la vida a medida que pasan los años. Peor aún
si te casas y tienes familia. Si por mi fuera me quedaría tirado en la cama
hasta morirme, pero no puedo…Mejor bajemos.
164

Matthew bajó las escaleras con Manuel y se sentó en el living


después de haberlos saludado a todos bastante fríamente. Se encontraba
molesto y ofuscado. Todos hablaban y hablaban dando cada cual una
opinión sobre lo que había pasado en la universidad. Las palabras
resonaban en su cabeza como un martillo insoportable. El murmullo de
sus familiares dando cada uno su opinión y solución al problema lo tenía
mareado, hasta sin poder soportarlo más se puso de pie y les gritó
angustiado:

_ ¡Cállense todos! ¡Ya basta, basta de una vez por todas! Van a hacer que
la cabeza me reviente… ¿Qué sacan con desparramar en contra de la
universidad si ya lo hecho, hecho está? ¿No es acaso lo que tenía que
pasar tarde o temprano? Lo que hoy me ha sucedido es el principio de las
desgracias que caerán sobre nuestras familias por no querer vivir
conforme al satánico orden mundial abalado por el pseudo profeta de la
nueva falsa iglesia. Ya no quiero escuchar más lamentaciones que no
sirven de nada. No quiero oír como ustedes me solucionan la vida como si
fuera lo más fácil del mundo…sólo quiero que me dejen solo. ¿Acaso es
mucho pedir?

Se produjo un gran silencio, interrumpido por la fuerte respiración


de Matthew que ante la atónita mirada de los presentes, se dejó caer
nuevamente en el sillón con su mano izquierda sobre la frente tapándole
la vista. Ángeles se acercó a él y sentándose sobre el brazo del sillón le
tomó la cabeza a su esposo y la atrajo contra sí.

_ Este niño mío no entiende que estamos aquí para apoyarlo, para decirle
que frente a todas las dificultades que comenzaremos a partir de este día a
vivir, cuenta con una familia unida y amorosa. Matthew, mi amor lindo,
escucha a tus hermanos y a tus papás, no te ofusques ni te guardes en una
concha de pensamientos negros. Por favor, hazlo por los niños y por mí.

_ Matthew, lo que te pasó hoy en la universidad nos irá pasando a todos,


eso ya lo sabemos. Pero mientras ello no ocurra vamos a seguir trabajando
como siempre. Mientras conservemos nuestros trabajos y nos
mantengamos unidos podremos superar estos obstáculos y ayudar al que
lo necesita, como tú lo necesitas ahora. No seas orgulloso y acepta nuestra
ayuda, lo hacemos con el mayor de los gustos. Siempre has sido tú el que
165

ha estado empujándonos a nosotros, quizás no económicamente, pero sí


espiritualmente. ¿Qué hubiera sido de los hermanos Mansfield Bradley si
nuestro querido Matthew no hubiera estado detrás nuestro, al lado
nuestro aconsejándonos, consolándonos, guiándonos?. Deja a tus
hermanos menores hacer algo por ti, déjanos practicar la caridad contigo.

_ Hijo, Isabel tiene razón. Mientras tengas fuerza e inteligencia vas a poder
seguir trabajando en lo que sea. Siempre, desde chiquitito te las has
arreglado por aquí y por allá para hacerte tus pesitos, y no veo porqué
ahora va a ser diferente. Te conozco Matthew y sé que no quieres que
nosotros te demos las cosas gratis, pero no es el caso. Aquí Manuel te
tiene una propuesta y por favor escúchala…no me pongas esa cara de niño
compungido hijito que ya estás grande.

Matthew había mirado a su madre que le decía esas palabras, con tal
cara de urgido que ella con severidad lo instaba a aceptarla. No estaba en
condiciones de ponerse exquisito con los trabajos a los cuales podía
acceder.

_ Mateo, yo sé que a ti te complica, pero créeme que es un buen trabajo el


que tengo pensado para ti.

_ ¿Tenerte de jefe, Manuel? Como amigo si, pero de jefe… Además que
yo de comercio exterior no tengo idea, de navieras menos y de estibadores
ni siquiera me imagino cómo puede ser su trabajo.

_ No tiene directa relación con lo propio de esas actividades. Me hace


falta un traductor – Matthew abrió sus pardos ojos almendrados de par en
par – Sí hombre, he tenido un montón de problemas con los embarques
porque mis empleados no saben muy bien el inglés y con alguien que
domina ese idioma como tú, creo que se me acabarían los problemas.

_ Bastante rebuscado tu ofrecimiento, ¿me crees tan ingenuo Manuel


Etcharren como para no darme cuenta de que acabas de inventarme un
cargo en tu naviera?

_ Bueno ya – dijo Manuel muy molesto poniéndose de pie y tomándole la


mano a Isabel con la intención de irse – yo ya cumplí con lo mío, si
166

quieres pensar mal de mí, allá tu. Siempre con la misma actitud negativa.
Me tienes harto Matthew Mansfield. Hablas de la Providencia de Dios y
cuando ella llama a tu puerta, se la cierras en la cara. Piénsalo si quieres y
si no te interesa, entonces no. Te crees tan macanudo profesor Mansfield,
con tus doctorados y títulos que no te sirven de nada.

_ No voy a aceptar a que me vengas a faltar el respeto en mi propia casa. –


dijo Matthew poniéndose de pie e increpando a Manuel plantándose al
frente suyo.

_ Ya está bien los dos ridículos dando espectáculo. Matthew termina y


Manuel cálmate. Por favor tomen asiento. Desde que tengo recuerdos los
he visto pelearse y volver a buscarse una y otra vez, ¿Cuándo van a
madurar? Así está bien…sucede que estamos todos muy tensos, el
ambiente está enrarecido no sólo con tu problema hermano, sino con
todo lo que se ha precipitado en esta semana, es horrendo, ¿vieron los
noticiarios de la tarde? Ni siquiera los locos fenómenos atmosféricos
hacen reaccionar a la humanidad. Pero bueno, ha sido un día muy triste
para ti Matthew, estás golpeado y dolido y no lo estás pasando bien. A ti
te hubiera gustado que nosotros no hubiésemos venido y que te
hubiéramos dejado solo pensando y pensando, dándote vueltas sobre lo
mismo. Pero yo te pregunto, ¿Qué sacas con eso? Absolutamente nada,
no consigues solucionar ninguno de tus problemas y para peor, te pones
idiota y mal genio afectando a Ángeles y a tus hijos. Yo te sugeriría que te
des unos días de descanso, te relajes y una vez que estés más tranquilo, vas
donde Manuel y aceptas su ofrecimiento.

Mientras el padre Christian terminaba de hablar, Matthew se levantó


del sillón y buscando el violín comenzó a tocar como un loco una
complicada partita de Bach, la n° 1. Tenía el rostro colorado, los ojos
apretados. Se sabía de memoria la partita y la terminó de tocar con el
sudor corriéndole por la cara. Era la mejor manera que tenía para estallar
y no causarle daño a nadie ni a él mismo. Con este arrebato de loca furia
apasionada había, sin querer, deleitado a su familia los que, una vez
finalizada la pieza, aplaudieron a Matthew. Matthew nunca dejaba el violín
inmediatamente después de tocarlo, sino que se quedaba con él en la
idéntica postura de la última nota, con los ojos cerrados. Decía que
después del último acorde, de la última nota, le tocaba el turno al silencio.
167

No podía ser que uno abandonara el instrumento sin dejar entrar al


silencio como parte final de la pieza. Luego, ceremoniosamente guardó en
su estuche el violín, bajo la atenta mirada de todos los presentes que
expectantes aguardaban el siguiente paso de Matthew. Se sentó en la silla
de su escritorio y cruzando los brazos sobre éste comenzó a hablar
nuevamente.

_ ¿Quieres Titian que no haga nada por unos días hasta que se me pase la
que tú consideras una idiotez? ¿Como si fuera un capricho mío no más,
un “enojito” porque se me ocurrió para amargar a mi familia?

_ Matthew, sé que estás aproblemado. Pero te propongo que te vayas unos


días, lo que resta de esta semana a Zapallar, te presto la casa para que te
quedes con todos los tuyos, ¿Qué te parece?

_ ¡Ay Señor! No sé…tus papás Manuel, ¿no van para allá esta semana?

_ No, andan viajando. Por favor acepta y nos harías a todos un gran favor.
Te sirve para pensar en mi propuesta.

_ Además Matthew nosotros con tu mamá nos vamos al sur por dos
semanas a visitar a Peter. Así Matthew Hugh no se quedaría solo al ir con
ustedes.

_ ¿Y tus pacientes de la clínica papá?

_ Ya están informados y por el momento no tengo a ninguno grave, ni a


nadie que necesite una atención inmediata.

_ Bueno, acepto.- Todos los presentes pusieron una cara de alivio al


escuchar la respuesta de Matthew, que había logrado calmarse un poco.

– Papá, me gustaría pedirle un favor. ¿Podría irse a vivir con ustedes


Rafael? Había pensado que se quedara acá en mi casa, pero no tenemos
mucho espacio y no creo que Ian lo acepte en la pieza con él. ¿Es
posible?
168

_ Por supuesto, tenemos tantas piezas vacías. Nosotros nos rejuvenecemos


cuando hay gente joven viniendo a la casa. No tengo ningún problema, ¿ya
hablaste con él?
_ No, mañana quedó de venir para hablar de lo que vamos a hacer a partir
de hoy. Creo que será mejor que dejemos el tema “Matthew cesante”. Voy
a intentar superar el problema. Perdonen que me haya puesto
porfiado…es que estoy tan dolido, tan decepcionado. Manuel…gracias
viejo, gracias por tu ofrecimiento, lo voy a pensar y perdona por lo que te
dije, ya me conoces…lo siento mucho. Oye Titian, ¿qué dijiste a propósito
del clima? ¿Dijeron algo en las noticias? He estado toda la tarde
dormitando y pensando y no he tenido la ocasión de oír los noticiarios.

_ Dijeron lo mismo que desde hace años estamos presenciando y que


cada día que pasa se agudiza más. Tormentas de lluvia y nieve en el norte
donde nunca antes llovía. Hay un huracán que se dirige a España,
Portugal e Inglaterra, ¡un huracán en Inglaterra!. Con esto de que el eje de
la tierra se corrió unos centímetros parece que el clima se volvió loco.
Parece que Dios sigue enviándonos mensajes y los hombres siguen
desoyéndolos. Esperemos que esta onda de calor agobiante que nos
inunda desaparezca luego. Yo soy muy malo para el calor y mi pobre
jardín ya no lo resiste. Por más agua que le hecho en la mañana y al
anochecer, nada parece saciar a mis plantitas que están todas mustias.

_ Don Peruco me llamó hoy desde la parcela para decirme que le


cortaron el agua del canal, por la sequía, y con el calor se nos secaron los
cultivos que estaban próximos a la cosecha. El pobre hombre estaba que
lloraba al teléfono. Tanto que cuesta sembrar y mantener limpias las
siembras y por una sequía horrenda se pierde todo…Bueno Matthew, ¿te
vas mañana para Zapallar entonces?

_ Ya que insistes tanto Manuel, me voy mañana con todos los niños.

Fue así como al día siguiente Matthew partió con todos sus hijos a
Zapallar, después de haber hablado con Rafael, quien tal como su maestro
lo sospechaba, no tenía donde quedarse porque sus padres al saber que
Matthew había sido despedido y por la negativa de su hijo a firmar el
contrato, lo habían castigado económicamente cortándole los fondos para
pagar la pensión donde se alojaba, la alimentación y la universidad. Si él
169

firmaba y aceptaba el chip, volvería a recibir toda la ayuda de sus padres,


de lo contrario nada. Y nada fue lo que Latorre recibió, excepto la ayuda
incondicional de Matthew.
_ Profesor Mansfield, no sé cómo pagarle el que sus papás me reciban en
su casa. Yo no sé qué decir…estoy tan agradecido. ¡Qué injusto es lo que
usted ha sufrido!

_ Tus papás te cortaron los medios económicos por culpa mía y es lo


mínimo que puedo hacer por ti chiquillo. ¿Supiste algo de tus
compañeros?

_ Ayer me dediqué a enviarles correos a todos y unos pocos me


respondieron. Los que respondieron dicen que están choqueados con la
noticia y le mandan todo su apoyo. Si por ellos fuera habrían hecho un
escándalo, pero saben que eso a usted le molestaría más. Me preguntaron
si va a dar algún curso o algún seminario particular aquí en su casa porque
quieren asistir. Son tres nada más, y no quieren perder la oportunidad de
seguir estudiando con usted.

_ Eso tendremos que verlo, a lo mejor, por último me serviría para no


pensar tanto en mí mismo…

Rafael al escuchar esa última frase lo miró extrañado. Podría haber


dicho: por último para entretenerme en algo, para no perder la práctica,
para mantener unido al grupo de alumnos afines, etc, etc; sin embargo eso
de “para no pensar tanto en mí mismo” no lo había dicho al pasar.
Matthew estaba plenamente consciente de que vivía a ratos demasiado
preocupado por él, demasiado pendiente de su propio mundito y sabía
que eso estaba mal. Vivir centrado en los problemas personales, en las
frustraciones sólo consigue arrebatarnos la paz. Por esa manía de estar
escarbando siempre en el subconsciente, en el pasado, en lo que hubiera
sucedido si hubiese hecho tal o cual cosa, o porqué hice tal o cual otra.
Para posteriormente terminar en ¿por qué Dios me hizo así con tantas
fallas, con tantos defectos? Está bien reflexionar sobre uno mismo para
corregir lo malo y para potenciar las virtudes, pero reflexionar sobre uno
mismo permanentemente sintiendo pena y lástima por lo miserable que se
es, bueno, eso deprime a cualquiera y más todavía si se tiene el defecto de
170

agrandarlo todo, con una personalidad extrema. Este era el caso de


Matthew para consigo mismo.

_ Rafael, necesito que mandes esta carta hoy mismo por correo rápido a
mi hermano Thomas que está en Australia. No se te vaya a olvidar. Mis
papás te van a estar esperando en la casa para darte las indicaciones ya que
ellos se van mañana al sur a visitar a mi hermano Peter. Cualquier cosa
que necesites me llamas a mi celular, cuídate mucho y nos estamos viendo
a la vuelta.

_ Gracias profesor, espero que disfrute estos días aunque dadas las
circunstancias…

_ Veremos que resulta de todo esto Latorre. Sólo se nos pide una sola
cosa: perseverar y ser fieles hasta el fin, para que cuando vuelva, nos pille
como a las vírgenes prudentes y no como a las necias.

La casa de los Etcharren en Zapallar era una mansión enorme que


se emplazaba justo al frente de la playa, a la cual tenía acceso directamente
a través de una pequeña puerta de fierro que conducía al paseo peatonal.

Matthew apenas dejó instalada a su familia en la casa, partió con


Ángeles de la mano a caminar por el sendero que rodea el roquerío al
final de la playa. Era curioso ver que aún quedando unos días de
vacaciones los turistas habían desaparecido. Quizás se debía a lo fuerte
que estaban los rayos solares. Pasar el día en la playa con ese sol
quemando la piel no era muy agradable. A las únicas horas en que uno
se podía aventurar a pasar un rato en la playa era al amanecer o al
atardecer. Precisamente a esa hora el matrimonio Mansfield-Battaglia se
sentaba sobre una roca a contemplar el mar en silencio. Ambos estaban
cansados, estresados y era tal su grado de compenetración que a veces
pasaban horas en silencio, no porque no tuvieran nada que decirse, sino
todo lo contrario. Cuando el grado de amistad entre los esposos llega a su
máximo esplendor, ellos no necesitan entramparse en conversaciones
estériles, sino que son capaces de acompañarse en silencio, que
únicamente se rompe cuando ambos necesitan compartir sus vivencias.

_ Sabes Angelito, cuando yo era joven pensé que me iba a quedar soltero.
171

_ “Cuando yo era joven”… ¡si te casaste conmigo a los veintitrés años! Yo


creo que cuando cumpliste dieciocho ya diste por perdida la batalla de
encontrar a alguien. Como eres tan absolutista para todo, si a los veinte
años no conocías a una niña para casarte, ya no te casarías… ¡ que
exagerado eres Matthew!…¿Te hubiera gustado quedarte soltero?

_ No, por ningún motivo. Me siento completo contigo, no sirvo para estar
solo. Pensaba que por mi modo de ver la vida, por mis gustos e
inclinaciones, nadie se iba a fijar en mí- Matthew abrazó a Ángeles y luego
clavó su vista en el horizonte en el momento en que el sol ya casi no se
veía - Me encanta este lugar, esta playa, las casas, lástima como está el
clima. El sol es insoportable, pareciera que nos estuviéramos asando vivos
en la tierra.

_ Es una suerte para nosotros que Manuel tenga esta casa y nosotros
poder aprovecharla de vez en cuando. Te noto más relajado, es increíble
lo que un cambio de aire y de paisaje le hacen a uno…Matthew, yo con el
único hombre que me podría haber casado es contigo, ¿lo sabes verdad?

_ Sí, lo sé, y lo mismo digo yo. No me veo con otra persona. Tú sabes que
me gustan los juegos mentales y siempre ando imaginándome cosas o
situaciones, sobre lo que pudo haber pasado, ¿lo haces tú también?

_ En realidad, no me gusta mucho eso de los jueguitos mentales como le


llamas tú. Creo que al fin y al cabo reflejan que no estás contento con tu
vida y que necesitas imaginarte viviendo otra vida. ¿Qué hubiera pasado si
tal o cual cosa?...no sé, no me gusta pensar así.

_ No es que esté arrepentido de lo que he hecho, ni de las decisiones que


he tomado, ni de los caminos que he seguido. Lo que debo reconocer eso
sí es que nunca estoy conforme conmigo mismo, como que nunca me
siento plenamente a gusto con nada. No soy del tipo de personas que se
sientan en un sillón satisfechos con la vida que llevan…

_ ¿Cómo si te faltara algo a pesar de todo lo que tienes? Dominic me dijo


lo mismo el otro día.
172

_ Justamente eso. Sería un mal nacido si no le agradeciera a Dios todo lo


que me ha dado. Mi problema es no saber qué es lo que me falta para
sentirme tranquilo conmigo mismo. Que un día pueda decir: que bien me
siento hoy, me siento completamente realizado…No, nunca me va a pasar
eso. Creo que Dios pone esta prueba en mi corazón y en mi mente para
que no me conforme y lo busque siempre, para que me acuerde de que
en esta vida mísera jamás me sentiré plenamente realizado y ponga mis
ojos en la esperanza de llegar algún día al Cielo. Hay días en la que esta
cosa que no sé cómo llamarla, me vuelve loco porque ni siquiera yo sé lo
que me pasa. Tú siempre me preguntas, ¿cómo estás hoy día? ¿Por qué
estás triste? Y yo no sé qué responderte exactamente porque ni yo mismo
sé lo que me pasa. Es para volverse loco.

_ Lo que debieras hacer es plantarte frente a esa cosa como la llamas e


intentar racionalizarla, es decir, esto es lo que siente mi alma…qué es, qué
puede ser, por qué me vienen estas sensaciones extrañas, este
obscurecimiento de mi espíritu que hace que ande intranquilo.

_ Es lo que te expliqué antes. Quizás estoy siendo contradictorio en los


términos. Trato de pensar lógicamente, pero yo mismo me enredo. El
asunto es el siguiente: no me acepto, no logro aceptar como soy, y por eso
me pasa lo que me pasa. El problema: intranquilidad de espíritu. Razón:
Dios pone esta desazón en mi alma para que mire al Cielo. Pero…pero,
ahí vienen los peros: aunque sé la respuesta igual me afecta. No porque yo
sepa la causa de mi enfermedad, ésta va a dejar de dolerme.

_ Lo que importa mi niño lindo es que eso que sientes no te paralice.


Puedes hacerte mil preguntas sobre ti mismo, pero esas preguntas son
parte de lo que llamas juegos mentales, nada más que eso y por lo tanto
no debes permitir que te abrumen al punto de angustiarte y dejarte
inmovilizado en tu quehacer diario. Por lo demás, es como darse contra
un muro por el puro gusto. Pero dime, ¿en qué cosas piensas cuando
haces ese ejercicio de qué hubiera pasado si…?

_ Pienso, por ejemplo, ¿qué hubiera sido de mi vida si C. hubiera


aceptado pololear conmigo y me hubiera casado con ella? ¿Cómo habría
sido mi vida? O, ¿qué hubiera sido de mí si la beca a Oxford no me
hubiera resultado? ¿Qué hubiera sido de mí si no me hubiese dado un
173

ataque al corazón? Y me imagino las respuestas y son miles las


posibilidades, de modo que el cuento que me invento siempre tiene una
historia nueva que contar…y la mayoría de las veces termina mal, porque
por algo no fue.

_ ¿Eso te deleita? Estoy sorprendida, nunca me lo habías contado.

_ No creas que pienso cosas morbosas o sucias, no. Me entretengo


creando estas historias, pero como una cosa anecdótica nada más. Soy de
los que no pueden estar sin pensar en algo. Mi cabeza loca funciona
siempre a mil por hora y las ideas se me agolpan en la mente. Ahora bien,
lo que concluyo de todos estos cuentos que me fabrico es que al fin y al
cabo, en cada instante que pasa nos estamos jugando el futuro. Nuestras
decisiones que pueden parecer muy triviales en su minuto, que no
parecen tener mayor importancia, se transforman con el tiempo en
decisiones que van cambiado el rumbo de nuestras vidas. Toda la vida
personal y la historia universal se va armando según los designios de la
Providencia, que nos coloca en un lugar y en un momento específico.
Nuestras determinaciones pueden ser buenas o malas, pero siempre Dios
va armando nuestra vida conforme a nuestras decisiones. Saca bien del
mal, de una mala resolución que hagamos Dios, sin embargo saca un bien,
aunque no nos demos cuenta. No es que Él quiera que nosotros elijamos
mal, sino que, ya que tomamos un mal camino, al menos que se saque de
ese camino errado algún bien, quizás no tanto para nosotros, sino que
para los demás.

Matthew cerró sus ojos. Estaba cansado. La tensión nerviosa por la


que pasó los últimos días lo tenía extenuado y lo único que ansiaba era
poder descansar su mente, su alma y su cuerpo.

Aprovecharía esos días para estar con sus hijos y conversar con cada
uno de ellos acerca de lo que se venía para la familia. Matthew conversaba
con ellos continuamente. No pasaba día en que entrando a los
dormitorios de sus hijos no se diera el tiempo para regalonearlos,
preguntarles por sus vida, por sus problemas y dudas. La paternidad se la
tomaba muy en serio y su más grande pena la constituía sin dudas su hijo
Ian, al cual veía alejarse de la familia y de Dios día tras día. No lograba
explicarse qué había hecho mal con respecto a su hijo para que acabara
174

pensando tan radicalmente distinto a todo lo que le había enseñado. No


era fácil hablar con Ian. Se arrancaba de Matthew y no quería toparse con
él, hasta que el último día, unas horas antes de abandonar Zapallar fue el
mismo Ian el que inesperadamente buscó a su padre para hablarle.

Matthew después del almuerzo, había tomado un libro y se fue solo


a sentarse en una banca en el paseo que está frente a la playa. Pero el libro
era la escusa para dormitar un poco bajo la sombra de un frondoso árbol.
Ahí estaba, con los lentes en la punta de la nariz, con su rubio mechón
cayéndole sobre la frente, los ojos cerrados, las largas y delgadas piernas
estiradas una encima de la otra y el libro a punto de caérsele al suelo si no
fuera por la rápida acción de Ian que al ver que estaba a punto de aterrizar
en la tierra corrió a sujetarlo al tiempo que eso hizo que su padre
despertara sobresaltado.

_ ¡Ian! Me asustaste hijo, ¿qué pasó?

_ Nada papá, se te estaba cayendo el libro y corrí para atajarlo…toma,


¿qué lees?

_ Shakespeare, hace tiempo que no me daba el tiempo para leer por


enésima vez Hamlet. Supongo que lo has leído.

_ Sí, al igual que a ti, me gusta Shakespeare. Creo que eres muy parecido
a Hamlet sabes.

_ ¡Ah sí! ¿En qué me parezco a Hamlet?

_ Ambos son como héroes trágicos… que terminan volviéndose locos –


Matthew no pudo evitar soltar una risotada. No dejaba de ser
sorprendente para él que un muchacho de dieciséis años le dijera algo así.

_ ¿Veo fantasmas que me advierten de enemigos y de complots?

_ Sí, creo que te tomas las cosas con demasiado pesimismo y no rescatas
lo bueno. Como que todo el mundo esté en proceso de unificación y que
por fin vamos a llegar a la hermandad universal.
175

_ Unificándose a costa de Dios. Sí, porque Dios es un obstáculo que hay


que arrojar a un rincón donde no pueda molestar mientras ponemos al
hombre en su lugar. Eres muy ingenuo Ian.

_ Soy realista papá y creo que el camino que estás optando y por el cual
nos llevas, no llega a ninguna parte.

_ Hijo, ¿tú me quieres?

Ian se quedó en silencio y sacando su teléfono celular, comenzó a


jugar con él.

_ ¿No quieres responderme Ian? No te atreves a decirme que no me


quieres porque tienes miedo de apenarme. En el fondo eso prueba que
algo sientes por mí, ya que de lo contrario te daría lo mismo hacerme
sentir mal. Te lo planteo de otra forma, si yo me muriera hoy o mañana,
¿sentirías pena por mi partida o te sentirías aliviado?

_ Termínala papá, ¿para qué te pones en esa situación? – Ian se puso de


pie y se plantó frente a Matthew que lo miraba adusto y severo. – Vine
para acá para hablar contigo porque desde hace días noté que me andabas
buscando para conversar conmigo. No quise hacerlo antes porque la
verdad es que me carga hablar contigo. Me carga escucharte repetir las
mismas cosas una y mil veces. Me revienta tener que vivir una vida llena
de tragedia, de pesimismo, de oscurantismo, estoy harto, estoy
decepcionado de toda mi familia. No quiero terminar siendo como tú
papá, como un Hamlet vuelto loco, con delirios de persecución. Lo más
terrible de todo esto es que no puedo librarme de ustedes porque soy un
menor de edad que aún depende de ti para subsistir, pero te prometo
papá, que a la primera oportunidad que tenga me voy a ir porque ya no
soporto vivir contigo.

_ Es una pena hijito, me da mucha pena por ti. Lamento que te hayan
hecho tamaño lavado de cerebro. Eres un mocoso que no sabe nada de la
vida y te dejas arrastrar por gente que lo único que quiere es destruirte y
que te alejes de tu familia. Nadie, absolutamente nadie te va a querer más
en este valle de lágrimas que tu mamá y yo, que te quede bien claro: si hay
alguien que daría la vida gustoso por ti mi niño, soy yo, pero al parecer no
176

lo sabes. Me acabas de enterrar un puñal en el corazón, no pensé que me


odiaras tanto.

En el transcurso de la vida uno tiene que jugárselas por aquello que


considera cierto, por la Verdad, y yo he optado por ella, te guste o no.
Llegarás a una edad en la que tendrás que tomar decisiones que marcarán
tu vida para siempre. Yo no puedo a partir de ese momento obligarte a
nada, cada uno sabe lo que hace, pero eso no quiere decir que deje de
aconsejarte y de señalarte cuando vas por mal camino. Acuérdate Ian, de
mis palabras, hay cabecitas duras como tú y como tu tío Thomas que para
cambiar el rumbo de sus vidas y enmendarse, van a tener que pasar por
pruebas terribles, y Dios permitirá que ellas pasen para finalmente traerte
de vuelta. No quisiera verte sufrir, pero a veces es necesario pasar por el
dolor para reaccionar: el dolor es el megáfono de Dios para despertar a
un mundo sordo decía C.S. Lewis.

_ Entonces, ¿ Tú quieres que yo sufra? Dímelo…quieres verme sufrir.

_ No, a ningún padre le gusta ver sufrir a sus hijos, pero si es necesario
para tu salvación, prefiero que sufras un poco acá en este mundo a verte
sufrir eternamente en el infierno. – Ian se encogió de hombros como
acostumbraba a hacer cuando algo le molestaba y trataba de que se notara
como indiferencia. Matthew detestaba ese gesto, era muy significativo,
despreciativo y ofensivo. Y retomó la palabra:

_ Dime una cosa Ian. ¿Te has puesto a pensar lo que significa en estos
tiempos tener una familia como la que tienes? No me refiero solamente al
aspecto material, que no deja de ser importante, sino que también desde
el punto de vista espiritual. Observa a los que fueron tus compañeros; sus
padres son de mi misma generación y la mayoría de ellos está divorciado,
vueltos a casar o simplemente conviven y se cambian de parejas como
quien cambia de camisa. No les interesa tener hijos, ¿para qué si el fin del
matrimonio ya no es la procreación y la educación cristiana de los hijos
con vistas a la salvación, sino que es la vida conyugal por no decir el sexo y
disfrutar al máximo de la vida? ¿Cómo son tus ex - compañeros? Unos
perfectos inútiles, enchufados todo el día al computador, egoístas, flojos,
afeminados. No saben hacer nada, no saben trabajar con sus manos. A
diferencia de ustedes que al menos son capaces de sembrar algo y
177

cosecharlo, ellos son unos perfectos inútiles, cómodos porque sus padres
los han educado así. Los dejan solos, que se las arreglen por si mismos.
Tienen plena libertad para hacer los que se les plazca, pero al mismo
tiempo están solos, solos en sus casas frente a sus televisores y
computadores de última tecnología. Nadie les hace cariño, nadie les hace
cosquillas ni juegan con ellos. No tienen a sus padres cerca para conversar,
sí hijo, para conversar de la vida, del futuro, de lo que les preocupa, de lo
que sienten. Tus amigos son unos individualistas cuyos padres suplen ese
cariño con regalos costosos, viajes, motos, autos, ¡qué sé yo!. ¿Crees que a
tu madre y a mí nos ha sido fácil educarlos a ustedes cuando desde todas
partes el bombardeo de slogans anticristianos y antivalóricos no nos dan
tregua? Las leyes que han aprobado sancionan a las familias como la
nuestra con impuestos, con trancas, sin ningún incentivo. Vestirlos,
alimentarlos, educarlos dignamente ha significado un esfuerzo titánico
porque todo está en contra nuestra y si no fuera por la Providencia de
Dios que nos ha acompañado desde siempre, dudo que hubiéramos sido
capaces de sobrevivir con un relativo buen estándar de vida y hasta ahora
no nos ha faltado nada. Valora lo que tienes porque no sabes hasta
cuando lo vas a tener. Dale gracias a Dios por tener a tus papás y a tus
hermanos; por tener unos tíos maternos y paternos que ayudan a tus
padres en todo lo que pueden. Conozco gente que tiene hermanos, pero
pareciera que nos los tuviera. No pueden contar con ellos para nada,
absolutamente para nada. Hermanos que de adultos no tienen nada que
decirse…Es tremendo, no comparten nada, nada los une. Son perfectos
desconocidos entre ellos. Hermanos que no se tienen confianza
comparten la sangre, pero no el corazón.

_ ¿Me estás sacando en cara lo que me has dado? Nadie te obligó a tener
tantos hijos. Por mi parte, preferiría que me dejaran solo a tener a una
tropa de hermanos asfixiándome. Yo no les he pedido nada, no necesito
nada de ellos. Matías es hijo único y nadie lo molesta, la casa siempre está
llena de sus amigos y no le hacen falta hermanos. Tiene todo lo que
necesita y por lo demás, creo que pintas un mundo demasiado extremo:
mis amigos no son tan inútiles cómo crees. Participo con ellos ayudando a
los pobres y solidarizando con la gente que sufre. Mis hermanos son todos
los hombres y a ellos me debo.
178

_ Yo no te estoy sacando en cara absolutamente nada. Sólo quiero que


abras los ojos y le tomes el peso al momento que estamos viviendo. Mira,
ahí viene Matthew H, Christian y Dominic, ¿por qué no vas a jugar un
rato a la pelota con ellos en la playa? Ya luego nos vamos a Viña. Ian,
¿qué te ha pasado hijito?

_ Nada papá, definitivamente nada. Creo que contigo no me voy a


entender nunca.

_Antes que te vayas, déjame hacerte un par de preguntas: ¿qué te hizo


cambiar? ¿Qué hizo que pasaras de ser un chiquillo alegre y piadoso a un
jovenzuelo triste y resentido?

_ No estoy triste ni soy un resentido. Estar con ustedes me pone triste y


deprimido porque eso es lo que son ustedes. Me cansé de ser un “tipo
raro”, un anticuado que vive como pietista cuando el mundo me está
llamando para hacer grandes cosas, ¿no se da cuenta papá del avance
hacia el progreso que hemos alcanzado, ¿es malo ser feliz? ¿Es malo
superar la pobreza? ¿Es malo disfrutar la vida?- Y dicho eso, Ian corrió
hacia donde sus hermanos que en la playa improvisaron una pichanga de
futbol.

Matthew se puso de pie y caminó hacia donde estaban sus hijos y se


puso a jugar con ellos. Había quedado helado con las respuestas que le
había dado Ian y en un momento en que ambos chocaron al intentar
tomar la pelota, Matthew lo tomó del brazo y lo atrajo hacia él
abrazándolo con fuerza al tiempo que lo susurró al oído:_ Yo te quiero, te
amo Ian, daría mi vida por ti. Sigues siendo mi hijito. Piensa mucho lo
que estás haciendo y no te dejes influenciar. No confundas el amor con
las ideas: puede que discrepemos en muchas cosas, pero eso no quita que
nos amemos igual. No mezcles las cosas Ian, no las mezcles.- Dicho esto
lo soltó, lo empujó bruscamente y tomando su libro se volvió a la casa
completamente apesadumbrado. Un volcán de indignación bullía en su
interior, estaba furioso.
179

Capítulo 4

Esa paz verdadera, a la cual aspiramos con pleno


conocimiento, no se refiere sólo a las relaciones de los hombres entre sí,
sino también a las que nos unen con Nuestro Hacedor, y precisamente en
este punto tan necesario es donde se echan en falta los esfuerzos del
mundo. En verdad, nada tiene de extraño que un mundo olvidado de
Dios haya olvidado a su vez esta cuestión esencial. Los hombres,
pervertidos por predicadores de falsas doctrinas, han llegado a creer que
la unión de las diversas naciones constituía el mayor de los bienes de esta
vida, olvidando las palabras de Nuestro Salvador, quien dijo que no vino a
traer la paz, sino una espada, y que el reino de Dios padece violencia, de
modo que sólo mediante muchas tribulaciones podremos entrar en Su
reino.

Robert Hugh Benson.

Pasaron los días, las semanas y cuatro meses transcurrieron desde


aquel día en que Matthew fue despedido inmisericordemente de su
trabajo en la universidad. Se encontraba trabajando con su cuñado en la
naviera y el panorama mundial cambiaba día a día, demasiado rápido. El
famoso secretario general tenía al mundo y a la Iglesia a sus pies.

Hagamos pues, un resumen de los acontecimientos mundiales para


situarnos en nuestra historia y luego echemos un vistazo a lo que acontecía
con Matthew y con su familia.

Partamos señalando que el contrato y el chip se habían hecho


obligatorios y que su uso era indispensable para realizar cualquier tipo de
trabajo. Quien osara no usarlo era considerado sospechoso de rebeldía.
Los rusos y los asiáticos por fin habían cedido a la presión de los Estados
Unidos y de los países Europeos de darle al secretario plenas atribuciones
y los aires de una posible guerra desaparecieron de momento. Se
reformuló entonces un nuevo gobierno para el mundo, donde cada
nación era ahora una especie de federación cuya cabeza principal era la
ONU. Las leyes de cada país estaban supeditadas a la de la organización
mundial y aquellas que la contradecían quedaban inmediatamente
180

abolidas. Por ahora la labor del ejército de la ONU era aplacar la ira y
controlar a los pequeños grupos de rebeldes anti-globalización, a los
anarquistas e inconformistas que se organizaban por aquí y por allá para
perpetuar protestas y desmanes. Sin embargo, para repeler a los “fanáticos
religiosos” se contrataron grupos mercenarios que tenían plenas facultades
para reprimir y aniquilar a los católicos que todavía permanecían fieles a
la prohibida misa.

Una de las situaciones más graves era el tema de la libertad. La


sociedad gozaba de una aparente y bulliciosa libertad, que era pregonada a
diestra y siniestra como el máximo logro que se había alcanzado. El
problema radicaba en que esa libertad sólo operaba para el mal y para el
error. Todo se aceptaba, todo se toleraba. El desenfreno de las pasiones
humanas más bajas llevado a su límite, transformando a las personas en
máquinas hedonistas, sensuales, sin freno. El desorden moral es pues, una
de las armas que utiliza el diabólico gobierno mundial para controlar a sus
masas. Cuando el ser humano es gobernado por su parte más irracional
sus actos comienzan a ser erráticos. La mente no puede pensar
juiciosamente porque pasa a estar dominada por la pasión. ¿Qué mejor
manera de dominar a los hombres que ésta? Vaciando los cerebros,
neutralizando su inteligencia para que ella no pueda tener dominio sobre
su voluntad. El gobierno central del mundo miraba con desprecio a estas
gentes estúpidas que buscaban como enajenadas el placer y la comodidad.
¿Qué pretendía el gobierno mundial subsidiando a estas hordas de gente
inútil que prácticamente no contribuía con nada? Sin duda, a la
autoeliminación. El mundo se estaba destruyendo a sí mismo día a día a
causa de la estulticia a la que estaban siendo llevados. Hablaban de
fraternidad universal, y sólo pensaban en destruir al hombre de la manera
más baja: haciéndolos esclavos de todos los pecados capitales.

En el ámbito público el secretario general era el hombre más


encantador que cualquiera haya conocido. Tomaba a los niños pequeños
en brazos, saludaba de beso a cada persona que se acercaba a saludarlo,
pero al final del día cuando se encontraba en la sola compañía de sus
fieles ayudantes se lavaba una y mil veces las manos, se cambiaba de ropa
y sometía todo a la más profunda desinfección. La repulsión que sentía
por la gente era enfermiza y demoníaca. “Las cosas que ha de hacer uno
para ganarse a estos tarados.” Era su frase recurrente. Despreciaba a las
181

mismas personas que lo llevaron a ocupar su cargo, pero nadie excepto los
más cercanos a él, conocían esta faceta. Toda su vida era una gran
mentira. Si la hipocresía y la falsedad tenían una cara visible, la suya era la
de Todtschläger. Odiaba a los hombres y sobre todo a los niños, no los
soportaba, y siendo consecuente con su manera de pensar, financiaba a las
principales clínicas abortivas del mundo. Fiel a esta campaña anti-niños
promulgó una ley que aumentaba los impuestos a las familias que tenían
más de un hijo, logrando con esto que las tasas de natalidad en el mundo
descendieran a tal punto que casi no se registraban nacimientos.

El lavado de cerebro era pan de cada día a través de los medios de


comunicación. El gobierno mundial, una mezcla desconcertantemente
contradictoria entre capitalismo y socialismo, dominaba no sólo las mentes
de los seres humanos sino que también sus cuerpos. Para poder tener
libertad absoluta, había que someterse al gobierno mundial y entonces
ellos lo daban todo: salud, educación (bajo sus términos), techo y
alimento. Si no se aceptaban sus obligaciones, existían escasas
posibilidades de sobrevivir, pues los costos de cada una de estas
necesidades básicas se habían incrementado enormemente a causa de la
falta de materias primas. La sequía que afectaba al mundo entero había
hecho subir los precios de los alimentos que además eran de mala calidad.
La materias primas igual. Quien no hubiera firmado el contrato estaba
prácticamente perdido.

A los grupos y organizaciones que denunciaban el abuso de poder


del gobierno mundial, nadie les daba cobertura en los medios de prensa.
Era como si no existieran. Eran como el grito de una pulga en una
bulliciosa avenida. Cuando podían hacer resonar su voz un poco más alto,
misteriosamente a los pocos días desaparecían, más bien dicho, se los
hacía desaparecer. Se les tachaba de enemigos del género humano,
inquisidores, obscurantistas, pesimistas, opuestos al progreso y a la libertad
del hombre.

Veamos ahora lo que ocurría en la Iglesia. El Antipapa finalmente


llamó a su concilio donde pretendía hacer cambios profundos para, según
él y la camarilla de modernistas y liberales que lo azuzaban, renovar la
Iglesia acorde al nuevo orden mundial. Unos días antes del gran anuncio,
un numeroso grupo de cardenales, obispos y superiores de órdenes
182

religiosas encabezados por su Eminencia el cardenal Ferrer en una


audiencia pública habían llamado al Antipapa a terminar con esta loca
idea de un nuevo concilio que traería consigo, confusión y apostasía. Con
una lista de todas las futuras reformas que quería iniciar, el cardenal Ferrer
se paró frente al Antipapa y lo increpó diciendo:

_ Santidad, le rogamos en nombre de Cristo nuestro Señor, que no siga


adelante con la idea de llamar a un concilio que pretende, entre otras
gravísimas materias que sus antecesores ya condenaron y anatematizaron
lo siguiente:
- Abrogar para siempre de modo solemne la Santa Misa.

- Negar el primado de Pedro y considerar a la Santa Iglesia Católica


como una denominación cristiana dentro de muchas otras más.

- Supeditar a la Iglesia al Gobierno Mundial, dejando en manos del


Secretario General la aprobación de la elección de los pontífices.

- Señalar que Cristo se hizo hombre para poder ser realmente Dios.
Para poder ser verdadero Dios, debía primero hacerse verdadero
hombre. Solamente con su muerte pudo hacerse Dios inmortal.

- Abolir todas las órdenes religiosas y entregar al gobierno mundial


todas las casas y conventos. Se suprimen los seminarios y se
reemplazaran por santuarios donde se les enseñen a los nuevos
ministros el nuevo culto sincrético.

- Haber ocultado que era masón, Gran Maestro del grado 33 antes de
ser elegido papa, con lo cual quedaba automáticamente
excomulgado.

No vamos a seguir con la enumeración de los errores y de las


manifiestas herejías que pretendía llevar a cabo, porque nos bastan sólo
las anteriormente citadas para darnos cuenta que ellas conducen a la
apostasía. Le rogamos, por caridad, que se retracte públicamente de
ellas ya que de lo contrario nos veremos en la obligación de declarar,
como Colegio Cardenalicio, la sede vacante por herejía.
183

Mientras el cardenal Ferrer hablaba el murmullo y los gritos de los


cardenales partidarios del Antipapa eran ensordecedores. Más de la
mitad del colegio cardenalicio, compuesta en su mayoría por masones
infiltrados como lo era el mismo Antipapa, intentó acallar al cardenal
español que con voz potente enfrentaba al papa. Terminado el discurso
el Antipapa se puso de pie, con una sonrisa de triunfo en sus labios y
levantando la mano para silenciar a la multitud se dirigió al cardenal
Ferrer:

_ Cardenal Ferrer acabas de firmar tu excomunión. Yo, con el poder


que me ha sido otorgado, te excomulgo a ti y a todos aquellos que han
tenido la osadía de tratar al Papa de hereje. Todos ustedes que se han
amotinado en mi contra quedan excomulgados. Llamaremos a un
nuevo concilio, después de haber convocado a un nuevo consistorio
para buscar a los reemplazantes de estos infieles hijos de la Iglesia.
Largaos de aquí y hasta que no pidan disculpas y se retracten de sus
dichos no vuelvan. Acaban de producir un cisma, que Dios los
perdone a ustedes y a sus fieles.

_ Nosotros sólo obedecemos a Dios, y no somos nosotros los que


hemos causado un cisma. Sus antecesores lo excomulgan…la sede de
Pedro ha quedado vacante…pero no lo será por mucho. Ustedes
tendrán los templos, la publicidad, los medios, pero nosotros tenemos
la fe. Aquí sólo hay un excomulgado y ese es usted.

Dicho eso el cardenal Ferrer avanzó hacia la salida sin despedirse


del Antipapa, seguido de los cardenales y obispos afines y junto a ellos
marchó la mitad de la guardia suiza. Algunos guardias leales al
Antipapa se flanquearon ante la puerta para impedirles el paso y
tomarlos detenidos. El cardenal Ferrer, sin embargo, con paternal
mirada se detuvo frente al guardia que con su lanza le impedía el paso,
colocó su mano sobre ella y la corrió. El guardia bajó la mirada sin
poder retenerlo.

No había mucho tiempo, las fuerzas del enemigo comenzarían a


moverse rápidamente para impedir que los sedevacantes se organizaran
y eligieran un nuevo Papa en la clandestinidad. El grupo tuvo que
separarse para no causar sospechas y guiados por la mano
184

misericordiosa de Dios volvieron a juntarse en Portugal, después de un


mes, en una remota aldea donde eligieron al cardenal Ferrer como
nuevo Papa. Al papa de las catacumbas que se llamó Pio XIII.

Mientras, en la casa de Matthew las cosas no iban para nada bien.


Las malas noticias y las calamidades no llegan solas y una cadena de
éstas tenía a la familia Mansfield en ascuas.

Matthew trataba de llevar una vida normal. Se levantaba temprano


como siempre para ir a trabajar como traductor y en otros pequeños
trabajos a la naviera de Manuel que también enfrentaba serios
problemas a causa del rígido control que había en el comercio
mundial. Manuel Etcharren era diestro con los negocios y sorteaba los
problemas como un espadachín, causando admiración en Matthew que
desconocía esa faceta de su mejor amigo. Con todo Manuel sabía que
eso no duraría mucho. Sus padres estaban a favor del orden mundial
por una obediencia ciega al Antipapa, que desde su cátedra alabada “la
unidad en la diversidad” y la falsa paz con vítores y cantos.

Los padres de Manuel estaban imbuidos en uno de esos


movimientos religiosos que les tenía dominada la voluntad y la
inteligencia manipulándolos a tal punto que todo lo consultaban con su
“director espiritual” que en realidad era un controlador. Si el director
les decía que hicieran tal cosa ellos la hacían; si el director les decía que
al Antipapa había que venerarlo y seguir a pies juntillas sus órdenes
ellos lo hacían, sin cuestionarse nada, aunque fueran absurdos y
descabellados los consejos del director. Manuel tenía muchas
discusiones con su padre que, aunque estaba retirado y le había
entregado a su hijo la gerencia de la empresa aún tenía un fuerte
control sobre ella. Don Manuel le insistía en que debía firmar el
contrato, que no podrían seguir con el negocio. En definitiva, Manuel
sabía que sus días en la naviera estaban contados. Su padre ya lo había
amenazado, incluso hasta con desheredarlo. Manuel le decía a su papá:
El cura que te dirige a ti y a mi mamá te ha hecho esclavo suyo y de su
movimiento. Papá, tú has cambiado tanto conmigo, con Isabel y los
niños. Te han alejado de mí y esto es lo que más siento. La empresa
me importa un bledo, puedo formar otra o encontrar algo más en qué
ganarme la vida, pero la familia papá, la familia no se puede
185

cambiar…Papá, no quiero perderlo, por favor abra los ojos y dese


cuenta cómo lo están manipulando, le han lavado el cerebro, le sacan
cada vez más plata para la Misión Divina, como le llaman esos falsos
Cristos. ¿Por qué ya no me escucha papá? Antes conversábamos tanto,
tomábamos las mismas decisiones, y ahora lo único que hacemos es
discutir. ¿Cree que la vida se nos va en firmar una porquería de
contrato que nos condiciona al gusto de ellos? Converse con cualquiera
y todos están en contra de esta tontera, pero en el momento de tomar
la decisión van a firmar y se pelean por hacerlo. ¿Qué pasaría si todos
nos negáramos y exigiéramos que eso se eliminara? ¿Qué pasaría si
dejáramos de ser gobernados por la minoría que vocifera y hace
escándalo para silenciarnos? Todo es un gran absurdo y yo no me
quiero hacer parte de él. Cuando el martirio proviene desde la propia
familia, es doblemente doloroso.

Mansfield trabajaba hasta la hora de almuerzo en la naviera y luego


partía a su casa en donde dictaba a pedido de sus antiguos alumnos,
pequeños cursos de sus autores preferidos. Se elegía un texto, se leía en
voz alta y luego se comentaba.

Pero Matthew no estaba bien. Tenía el alma comprimida y el


corazón maltratado. Sus hijos seguían siendo educados en casa, junto
a sus primos Etcharren los cuales también habían abandonado el
sistema. Claro que no se perdían de nada. Más que educación les
estaban entregando entrenamiento para hacer funcionar la tecnología y
tenían a los estudiantes convertidos en sobre-cultores del cuerpo
debido a la gran cantidad de horas que pasaban practicando deporte.
Las materias de lenguaje, historia, filosofía, música y las artes en
general, eran mal tratadas y prácticamente no se entregaban
contenidos, salvo aquellos que iban en la línea del gobierno mundial.
El punto estaba en hacer pensar lo mínimo a la gente, que no se
cuestionara, que no se admirara, sólo que ejecutara órdenes.

Al que hace el mal, éste se le devuelve. Así podría catalogarse la


historia del instituto donde Matthew habían entregado su vida y sus
conocimientos. Siguiendo el plan de terminar con las artes liberales y
las humanidades en general – no necesitamos gente pensante, sino
autómatas decía el Secretario General- el instituto fue intervenido al
186

poco tiempo de haberse marchado Matthew. Se realizó una reforma en


su plan de estudios, lo que trajo como consecuencia el abandono de
muchos alumnos desilusionados y por consiguiente se esperaba que al
año entrante el instituto se cerrara. A Rafael le fue negado su título, no
respetaron su palabra de que pudiera graduarse y el muchacho quedó
devastado. Matthew lo acogió entre los suyos y trabajaron juntos en
algunos proyectos aunque sabían que jamás podrían llevarlos a cabo.

Junto con el trabajo intelectual Matthew también dedicaba parte de


su tiempo una o dos veces por semana a ayudar a atender a los
pacientes que hacían turno para ser examinados por Sean en la casa de
sus padres. Los padres de Matthew no habían podido regresar del sur,
pues se les había prohibido movilizarse por avión, por bus y por
automóvil por no firmar. Prácticamente ya se habían hecho la idea de
no volver más a su Viña del Mar para quedarse con Peter y su familia
en las cercanías de Caleta Tortel. Su casa en Viña estaba al cuidado de
Matthew H. y de Rafael que mantenían todo en orden esperando
siempre confiados que sus dueños regresarían algún día. Matthew H.
aún asistía a la universidad, gracias a que un numeroso grupo de sus
jóvenes alumnos se resistían a firmar y por el momento se toleraba su
desobediencia aunque no se sabía hasta cuánto se les iba a tolerar.

Pero para Matthew su mayor dolor era ver a Ian completamente


alejado de la familia. Quiso regresar al colegio del cual lo había
retirado su padre, y le había pedido al padre de Matías que fuera su
apoderado. Matthew no pudo hacer nada, estaba con las manos atadas
con respecto a esto, ya que el estado tenía ahora el control sobre los
hijos en caso de que los padres figuraran como “renegados” como era
el caso de Matthew y de Ángeles y no podían poner en riesgo a sus
demás hijos porque podrían serles arrebatados. Matthew confiaba en
que Ian iba a reaccionar alguna vez y rezaba y ofrecía mortificaciones
para verlo de vuelta en la casa. Al menos Ian los visitaba dos veces a la
semana desde que se había ido a vivir a la casa de su amigo.

Había horas del día en las que Matthew se sentaba solo frente al
fuego de la estufa en el living de su casa, contemplando y meditando
por largo tiempo sobre la vida y sobre su buen Jesús.
187

_ Esta es la noche más oscura por la que he atravesado, es la noche


más oscura por la que ha atravesado el mundo. ¿Hacia dónde vamos?
Si Tu Señor mío, que eras el más inocente de todos quisiste pagar por
todos nuestros pecados, ¿qué somos nosotros para venir a enrostrarte
nuestro dolor? Señor, Dios mío, ¿Por qué ya no me siento
reconfortado por Ti?

En una de estas meditaciones estaba cuando apareció Manuel


temprano para que lo acompañase a Santiago por unos negocios que
pensaba abrir como independiente. Matthew estaba sentado aún en
pijama en su escritorio y en la casa sus hijos iban y venían preparando
las tutorías que les hacía Isabel, su tía que era profesora de educación
básica. Matthew H. había ido a ayudar a su mamá a conseguir que les
vendieran comestibles en el supermercado porque no contaban con el
permiso para comprar. Debían unirse a la fila de los renegados, y sólo
se les daba lo mínimo para subsistir para doblegar su voluntad por
medio del hambre.

_ Manuel voy a darme una ducha antes de que nos corten el agua
nuevamente. ¿Supiste que me llegó una carta de advertencia donde me
informan que si no estoy con mis documentos del contrato al día me
cortarán definitivamente el agua? No sé qué voy a hacer si me cortan el
agua.

_ Bueno, pero apúrate que quedé en juntarme a las 10 en punto,


vamos a ver si nos resulta algo.

Les habían cortado la energía eléctrica y el gas, de manera que la


casa funcionaba a medias y visto esto desde la modernidad parecían
estar viviendo en los años del 1900. Matthew siempre decía que uno de
sus únicos gustos burgueses era tomarse una buena ducha de agua
caliente, pues no soportaba el agua fría. Ahora había tenido que
aprender a soportar un chorro gélido de agua corriendo por su espalda.

Entró al baño, se desnudó y se metió en la ducha. De pronto


comenzó a sentirse mareado, las cosas parecían dar vueltas y vueltas
alrededor de él, y sintió que le faltaba el aire. Se apoyó en la pared, se
llevó la mano a la garganta porque la sensación de estarse ahogando era
188

insoportable, hasta que de pronto perdió el conocimiento y cayó en la


tina golpeándose fuertemente la cabeza haciéndose un profundo corte
en el cuero cabelludo desde donde comenzó a sangrar. El agua fría
seguía cayéndole sobre la espalda mezclándose con su sangre, dejando
la tina roja.

El golpe fue tan estruendoso que todos en el primer piso lo


sintieron. Ángeles, que justo regresaba con su hijo, subió las escaleras a
toda marcha seguida por Manuel, Matthew H. y los demás niños, que
lo encontraron tirado en la tina. Ángeles desesperada le tomó la
cabeza, mientras que Manuel cerraba el grifo y buscaba una toalla para
cubrirlo. Manuel con la ayuda de Matthew H. lo sacó de la tina y lo
acostó en la cama. Matthew H. lo auscultó con su estetoscopio,
mientras que Manuel le presionaba la herida de la cabeza con una gaza.
Ángeles intentaba ubicar con el celular de Manuel a Sean para que
viniera a suturarlo y a examinarle el corazón.

_ Está con una arritmia muy fuerte, pero creo que no es un infarto.
Creo que tuvo un síncope lo que le causó el desmayo y debe estar
además aturdido por el golpe…no sé cuánto tiempo tardará en
recuperar la conciencia.

Después de hablar con Sean, el cual partió raudo a la casa de su


hermano, el rostro de Ángeles comenzó a palidecer. No le salía el
habla e Isabel había tenido que abrazarla porque estaba a punto de
desmayarse. A Dominic le había dado un ataque de asma al ver a su
papá, y su hermano Christian tuvo que llevárselo a él y a sus hermanas
al primer piso para no molestar. Matthew H. seguía atento a los latidos
del corazón de su padre, que tras un buen rato comenzó a volver en sí,
a pesar de que su cabeza seguía sangrando y Sean demoraba más de la
cuenta.

_ ¿Qué me pasó?...me duele la cabeza –preguntó con voz trémula


levantando la mano para tocarse la cabeza donde tenía la herida.

_ Espera papá, no te toques la herida. Te desmayaste y te golpeaste la


cabeza.
189

_ Todavía estoy medio mareado. – En ese instante entró Sean con


todo su aparataje médico.

_ Hola Matthew… ¿qué te pasó hombre?

_ Hola Sean, todo comenzó a darme vueltas, y después no podía


respirar y de ahí no recuerdo nada.

_ Tío Sean, mi papá se golpeó la cabeza y aún sangra un poco. Va a


tener que ponerle unos puntos.

Manuel que estaba a punto de colapsar debido a su hemofobia, dejó


de apretarle la herida a Matthew y salió de la habitación pálido y sin
decir palabra. Solamente quedaron en ella Ángeles y Matthew H. que
observaba atentamente como su tío suturaba a su hermano.

_ Bueno, con eso solucionamos el primer problema. Bien profundo tu


corte Matthew. ¿Cuántas veces te has hecho heridas y cortes en esa
pobre cabezota? Hay que ver que tienes suerte o la cabeza muy re
dura, era para que te partieras el mate con el golpe. Ojalá tuviéramos
hielo para ponerte en la cabeza, pero como no hay
electricidad…Bueno, vamos a examinar tu corazón y el marcapasos. Me
da la impresión por los síntomas de que te falló la pila.

_ Ángeles…

_ ¿Qué mi niño lindo?

_ ¿Me pueden dejar a solas con Sean por favor? - Ángeles lo miró
desconcertada, y para no discutir con él salió con su hijo del dormitorio
dejando al médico y su hermano a solas.

_ ¿Por qué los echaste para afuera?

_ Porque no quiero que me examines….déjame así no más si yo ya sé


lo que tengo. Sé que ya mi marcapasos murió y no hay más por hacer.
Yo ya no tengo nada que me motive a seguir con vida y tampoco veo
que puedas hacer algo más por mí. No quiero seguir forzando algo que
190

hace años debió pasar. No quiero seguir dándole vueltas al elástico,


forzando la vida y viviendo por las puras. Todo está en contra nuestra
y estoy harto Sean.

_ Si claro, dile eso mismo a la Ángeles a ver que te dice. No seas


absurdo Matthew, tienes a tu familia, ¿quieres dejar a la Angelito sola
con todos los niños? Estás siendo muy egoísta. Por lo demás lo tuyo no
es complicado, se cambia la pila y listo, vuelves a hacer tu vida normal.
Como ahora te sientes mal, te cansas más de lo normal y te desmayas,
pero una vez que solucionemos el problema te vas a sentir mucho
mejor y lleno de ganas de hacer cosas.

_ Me voy a transformar en una carga más pesada para ella. ¿Qué


puedes hacer tú? Estás tan menesteroso como yo. ¿Te cortaron la luz
verdad? Ves, espérate que ya no nos dejen comprar bencina, y nos
corten el agua. ¿De dónde vas a sacar una pila nueva para mí?

_ A mí todavía no me han despedido del hospital porque saben que


soy un buen cirujano y se hacen los lesos cuando les conviene con el
asunto del chip y del contrato. Yo no te puedo prometer nada Mateo,
pero dame la oportunidad de hacer lo posible para conseguirte un
marcapasos nuevo, quizás usado, pero en buen estado. Por mis manos
pasan a diario esos marcapasos que ya no usan baterías, sino que se
cargan solos. Incluso el otro día un colega me trajo un corazón biónico,
como de película, ¡eso es lo que te hace falta! Te olvidarías de estos
aparatitos. Si me consigo un marcapasos nuevo, te puedo operar en la
casa de los papás, en la clínica, porque la intervención es mínima y no
requiero de muchas cosas. Ya hombre, déjame examinarte.

Sean le abrió el pijama que le habían colocado a Matthew y se


quedó escuchando por un buen rato el corazón de su hermano, que
con los ojos cerrados esperaba el veredicto de Sean. Sean cargaba las
baterías de sus equipos todos los días en el hospital y gracias a eso logró
sacarle un electro a su hermano y revisar el marca pasos.

_ Ninguna novedad Matthew. Es el problema que acarreas con tus


frecuentes arritmias. Te bajó la frecuencia de los latidos y por eso te
desmayaste. Como el marcapasos no te funciona no había nada que te
191

mandara los impulsos eléctricos para que volviera a bombear la sangre


normalmente. Entonces, el corazón deja por unos segundos de latirte.
No es que el marcapasos esté por así decirlo, permanentemente
funcionando, sino que cuando detecta que bajaron los latidos, te
manda la descarga y por eso todos estos años habías andado
relativamente bien. Al fin y al cabo tú ya sabías que algo no andaba
funcionado bien porque ya te habías empezado a sentir extraño.
Debimos habernos apurado para tratar de conseguir uno nuevo.

_ Sí. Está bien, pero yo no tengo la culpa de que no me hayan querido


vender otro marcapasos. Desde hace casi un año que venimos
peleando por uno y todo está supeditado a esa porquería de contrato.
Si desde hace un año que estamos peleando por uno, ¿qué te hace
pensar que ahora sí lo vamos a conseguir? Sería un milagro.

_ Déjamelo a mí. Confía en tu hermano menor.

_Escúchame cabro chico que aunque seas todo un doctor y cirujano


cardíaco sigues siendo mi hermano menor. Te advierto: no hagas nada
que vaya en contra de mi actitud frente a esta esclavitud hipócrita. Si
llego a saber que hiciste algo o que transaste con los del gobierno
mundial te juro que no te lo perdonaría nunca y además, no te
permitiría que me tocaras ni me examinaras nunca más.

_ Quédate tranquilo Mateo. Y reposa. Es probable que te desmayes


nuevamente, así que te recomiendo que te quedes en cama. Intenta
relajarte, distraerte. El estrés te hace pésimo y achacarte también.
Confía en que Dios nos cuida… ¿cómo está Ian?

_ Se fue de la casa…y casi nunca viene. Si me ponía intransigente con él


y no permitía que se fuera, los del estado me iban a quitar a los otros
niños. Tuve que permitir que se saliera con la suya para salvaguardar a
sus hermanos.

_ Este asuntito es lo que te tiene más preocupado. Por culpa del


cabro leso. Yo que tú lo mando a la punta del cerro y que se quede con
su amigote y su familia.
192

_ ¿Harías eso con Arthur, Sean? Hablar no cuesta nada. Tendré que
seguir rezando y suplicándole a Dios para que reaccione pronto y
vuelva a donde pertenece.

Dicho eso Matthew se acomodó de lado y se quedó inmediatamente


dormido. Afuera en el primer piso la angustia reinaba en el ambiente.
Cuando vieron llegar a Sean con sus aparatos desde arriba después de
haber examinado a Matthew, se abalanzaron sobre él para obtener
información acerca de su estado de salud. Sean se dejó caer en el
sillón de Matthew y echando la cabeza para atrás suspiró apenado:

_ Manuel, me dijo Matthew que te vayas a Santiago no más y que va a


rezar para que te resulte el negocio.

_ Claro, seguro que me voy a ir como si nada después del susto que me
hace pasar una vez más. Estaba conmigo cuando se infartó por primera
vez hace ya no sé cuántos años. ¡Tener que volver a revivir
nuevamente la misma historia! Más encima me deja lleno de sangre y
yo que no resisto verla, ¿por qué mejor me dices cómo lo encontraste
para poder irme algo más tranquilo?

En el living había un silencio sepulcral. Los hijos de Matthew tenían


en sus rostros una expresión de angustia y miedo que no podían
disimular y permanecían juntos como queriendo apoyarse
mutuamente. Siempre su padre les había advertido que debido a su
enfermedad podía pasarle algo en cualquier momento y que tenían que
estar preparados para perderlo, pero una cosa es saberlo en teoría y
otra enfrentarse en la práctica con la posibilidad que ya no es una mera
posibilidad, sino una realidad que nos cuesta aceptar. Sus primos
Etcharren, que también se encontraban en la casa para asistir a las
clases que les daban su mamá y sus tíos, los miraban de reojo. Sufrían
con ellos, pues se querían mucho y a su tío Matthew le tenían un
entrañable afecto, especialmente Juan Manuel que era su ahijado.

Ángeles estaba desesperanzada. Su acostumbrado optimismo


sucumbió al ver a su amado Matthew tirado desnudo en la tina,
ensangrentado y sin dar señales de vida. Por un instante se vio a si
misma sola, completamente sola, con el mundo viniéndosele encima
193

como una ola gigante que la asfixiaba y le nublaba el horizonte. No


podía proyectar su vida sin Matthew. La compenetración entre ambos,
era tal que muchas veces se sorprendían cuando tras un largo silencio,
al comenzar a hablar siempre los dos al mismo tiempo, la frase la
empezaban igual y el tema era el mismo. ¿Qué iba a hacer ella con
Ian? Si a Matthew ya se le había escapado de las manos, ¿qué le
quedaba a ella? Ian siempre fue con ella bastante descariñado, por una
cosa de carácter. Ian era osco y no le gustaba mucho esto de los
abrazos, de las caricias y de las palabras de afecto. ¿Sería capaz de
proteger a Ángeles, a Teresa y a Annie de toda la persecución que
estaban comenzando a sufrir? Y Dominic, con sus frecuentes
depresiones y ataques de asma…y el pobrecito de Christian, tan
inocente y responsable. Gracias a Dios contaba con Matthew H., pero
en gran parte su hijo mayor era como era gracias a que sabía que tenía
a su padre detrás suyo para levantarlo. El panorama estaba oscuro,
nadie sabía qué iba a pasar ahora, más aún teniendo a los padres de
Matthew allá tan lejos y aislados sin poder volver.

Los padres de Ángeles a su vez también tenían su calvario. Gianluca


Battaglia, su padre, había jubilado recién de la universidad y pasaba las
mismas penurias que sus hijas: corte de la energía eléctrica,
racionamiento del agua y los llamados vales humanitarios con raciones
limitadas para poder comprar en el supermercado hasta no estar
sometidos al contrato. Los hermanos varones de Ángeles, Andrés y
Cristóbal vivían con sus padres y ambos habían terminado con sus
novias poco antes de casarse, pues ellas no estaban dispuestas a sufrir
por la negativa de sus prometidos a firmar y recibir el chip.

Sean se llevó las manos a la cara y denotaba cansancio. Tenía


bastantes problemas en el trabajo y sabía que no le iba a ser fácil
encontrar un marcapasos para su hermano mayor.

_ Escuchen, está relativamente bien, pero todo es cuestión de tiempo.


Necesita un recambio del marcapasos. He hecho lo imposible por
conseguirlo desde hace un año, sólo que ahora la cosa se precipitó y
voy a tener que mover más hilos por aquí y por allá entre mis colegas.
Casi todos son partidarios del contrato y debo ser cuidadoso al
194

momento de solicitar su ayuda. Tengo un amigo que es forense y que


tal vez me pueda ayudar con algunos datos.

_ ¿Cómo es eso Sean? ¿Un forense?

_ No te angusties Angelito. Ha ocurrido que ha muerto gente con


marcapasos casi nuevos – muertos no del corazón, sino en accidentes
por ejemplo – y mi amigo se contacta con la familia para pedirles que
donen el marcapasos para personas de escasos recursos. Le tengo
hecho el encargo, y confío plenamente en él porque es una buena
persona y no está de acuerdo con lo del contrato.

_ Lo dejo en tus manos Sean. Nuestras esperanzas dependen de ti.


Discúlpenme, pero voy a ir a ver a Matthew.

Ángeles salió de la habitación. El nerviosismo de sus gestos era


elocuente y la angustia se le veía en el rostro. En el living quedaron los
demás en silencio hasta que Isabel lo rompió:

_ Supongo que ya le avisaron a Titian, alguien tiene que ir a buscarlo. Y


a Ian, si es que en algo le interesa su padre.

_ Tía Isabel, yo voy a ir a la salida del colegio a avisarle a Ian


¿Juan Manuel puedes acompañarme? – Juan Manuel Etcharren
Mansfield era el mejor amigo de su primo Matthew H. Tenían casi un
año de diferencia y había heredado de su padre esa personalidad
impulsiva y sin pelos en la lengua que más de un problema le había
ocasionado. Alto y fornido, de pelo castaño y ojos azules vivía soñando
con grandes proyectos que en su loca cabeza cobraban vida, pero que
rara vez podía concretar causando la risa y las permanentes bromas de
Matthew H. que se la pasaba aterrizándolo a la realidad.

_ Yo te acompaño Mateo, pero primero vamos a avisarle al tío Titian.

Ambos primos partieron junto a Sean rumbo a Viña del Mar para
avisarle primero a su tío cura. Los demás miembros de la familia
intentaron seguir haciendo su rutina: Manuel partió a Santiago y los
demás niños quedaron bajo el cuidado de Isabel.
195

Pasaron cuatro angustiosos días a la espera de que Sean consiguiera


el famoso marcapasos. Matthew había permanecido siempre
acompañado, y su ánimo era bueno. Se sentía relativamente bien, a
pesar de la molestia que le causaban los mareos y ansiaba poder
levantarse para retomar sus actividades. Sin embargo, sabía que era
muy difícil que Sean lo autorizara ya que al más mínimo esfuerzo se
cansaba y mareaba ostensiblemente. La sola ida y vuelta al baño que
no quedaba a más de diez pasos de su cama, lo hacía sudar y ahogarse
como si hubiera corrido kilómetros y kilómetros.

Precisamente se encontraba en su cuarto día de reposo cuando un


sonriente Sean entró a su pieza mientras Matthew conversaba
animosamente con el suegro de ambos que a diario lo visitaba.

_ ¡Hola suegro! ¿Cómo está?

_ Hola Sean, aquí me tienes con tu hermano discutiendo para variar


sobre filosofía, ¿qué noticias nos traes hijo que te ves tan alegre?

_ Matthew te tengo dos buenas nuevas.

_ ¿Aún existen las buenas nuevas?

_ Sí hermano, Dios todavía se acuerda de sus hijos. La primera. Te


tengo listo el marcapasos, lo donó una familia de un joven fallecido en
un accidente de tránsito al que hace apenas un mes se le había
instalado uno. Son de los nuestros, es decir, tampoco han firmado el
contrato y a pasar del dolor de la pérdida supieron por mi amigo
forense de tu caso y a escondidas del sistema lograron sacárselo al
joven y mi amigo lo tiene listo para entregármelo para que mañana
mismo te cambie el antiguo y te coloque el nuevo que no tiene el chip
insertado y es mejor que el que actualmente usas. ¿Qué te parece?

Matthew tenía unas grandes ojeras y su rostro estaba demacrado. A


pesar de estar bastante recuperado, su físico denotaba el cansancio y el
esfuerzo que le significaba estar luchando por sobrevivir. Con la mirada
melancólica sólo le respondió a su hermano con una media sonrisa.
196

Sean estaba eufórico y no entendía que Matthew sólo le hubiera


sonreído triste frente a esta gran noticia.

_ ¿Y la otra buena noticia Sean cuál es? – Le dijo Matthew


recostándose de lado con la mano debajo de su mejilla izquierda,
mientras que con la otra mano le tomaba la suya a su hermano.

_ Esto sí que es un notición. Ha venido alguien de muy lejos a verte. –


Matthew lo miró extrañado.

_ ¿Quién podría venir a verme? ¿Quién querría ver a un miserable


como yo?

_ Déjate de hacerte el mísero…voy a llamarlo.

Sean soltó a Matthew y se acercó a la puerta de la habitación para


hacer entrar al misterioso visitante. Con la cara llena de alegría entró
primero Ángeles que se dirigió hacia donde su esposo, besándolo
tiernamente en los labios. Detrás de ella entró el padre Christian quien
después de saludar a don Gianluca, besó a Matthew en la frente y se
colocó al otro lado de la cama. Luego, vestido con uno de esos trajes
de alto funcionario del gobierno mundial, entró Thomas Mansfield, tan
parecido a Matthew que lo dejó a éste boquiabierto. Usaba el pelo
muy corto, y el mechón rubio sin canas que le caía sobre la frente lo
hacía parecer un gemelo de Matthew que todavía sin poder creerlo, se
enderezó en su cama, abriendo los brazos para recibir a su hermano al
que no veía en años. Ahí estaba en sus brazos su rebelde hermano que
no paraba de reír al volver a abrazar a Matthew que también se había
contagiado con las carcajadas de Thomas y reía como hacía tiempo no
lo hacía. Matthew lo separó de sí por un instante para contemplarlo.
Thomas traía puesto un elegante traje de funcionario del Gobierno
Mundial, con sus distintivos de comisario técnico y no político. Era de
color azul claro, parecido a una tenida masculina hindú, una kurta,
con camisa de seda de manga larga y cuello redondo abrochado con
finos botones dorados, y con una insignia de los ingenieros del
gobierno mundial en la solapa izquierda. Portaba otra insignia que
Matthew no conocía en el lado derecho. Ésta era la de un comisario,
197

es decir, de aquellos altos profesionales que tenían como misión


supervisar y dirigir los trabajos más importantes.

_ ¡Por Dios Santo y Misericordioso! ¿Qué clase de traje ridículo es el


que traes puesto Tommy? Pareces un clérigo de la religión del nuevo
orden mundial.

_ Vengo llegando y lo primero que te preocupas es de mi traje…


¿Cómo estás Mateo? Cuando llegué supe lo que te había pasado y me
dio mucha rabia, ¿sabes? Me dije a mí mismo, pensar que hace años
que no veo a Matthew y justo le falla el corazón.

_ No te hagas problema por mí, Sean ya me consiguió otro aparatito y


mañana me lo cambia. Me siento bien, un poco desanimado, ¿para
qué te voy a decir una cosa por otra? Pero tu llegada me ha alegrado un
poco la vida, Tommy. Cuéntame todo, por favor, qué te trajo hasta
aquí, por cuánto tiempo te quedas, cuándo llegaste…

_ Ya, ya, cálmate que te agitas mucho.

_ Discúlpenme, pero creo que estos hermanos tienen que conversar a


solas. ¿Hijita, me acompañas a la salida? ¿Mañana lo operas Sean?

_ Sí suegro, mañana sin falta si Dios lo quiere. Yo también me voy,


¿Christian te llevo a la ermita?

_ No, no te preocupes, me voy a quedar un rato a conversar con mis


dos hermanos mayores.

Don Gianluca se despidió de todos y tomado del brazo de su hija


salió de la habitación. En la pieza de Matthew quedaron junto con él,
Thomas y el padre Christian. Thomas traía consigo una bolsa desde
donde sacó unos chocolates que repartió a sus dos hermanos.

_ Estos chocolates son un lujo para nosotros Thomas y en verdad no sé


si recibírtelos ya que provienen de la venta de tu alma. – dijo Matthew
mientras lo miraba serio.
198

_ No hay para qué ponerse tan grave para decir las cosas hermano, por
favor acéptalo. Mira que ya Ángeles me dio un tremendo discurso allá
abajo y no les voy a traer más cosas. Además, si te pones muy
escrupuloso no podrás ni comer ni tomar agua porque todos los que
producen y fabrican lo que comemos ya han firmado para poder
vender.

_ Bueno, por ahora te lo acepto, está muy rico – dijo Matthew mientras
saboreaba un pedazo de chocolate bitter - No nos venden más que lo
básico para sobrevivir. Mi familia está viviendo de la caridad de
Manuel, de mi suegro, de unas clasecitas de violín que hace Ángeles y
de unos pesos que me gano como traductor. Tu gente nos ha tratado
muy mal y desconozco la razón por la cual parecen haberse ensañado
conmigo. Hasta me amenazaron del banco la semana pasada para que
firme el contrato y me inserte el chip porque de lo contrario voy a
perder la casa, a pesar de que ya pagué más de la mitad. Sé de algunas
personas que están en mi misma situación y no los han tratado tan mal.
Perdónenme los dos, pero me encantaría estar abajo, en el living
sentado frente a mis amigos. Llevo aquí unos días muy lúgubres y fríos.
Ha hecho un frío de locos y por más que me traen frazadas y guateros,
mis manos y mi nariz están siempre heladas. La luminosidad está muy
baja, no sé si lo han notado. Pasamos del verano más caluroso que yo
recuerde al más frío y los días están muy cortos. Claro que sí, Viña ya
no parece Viña, se parece a Estocolmo. El calor de la estufa allá abajo
no llega hasta mi dormitorio. Cómo quisiera ver a mis amigos, a mis
confidentes….

_ ¿Nosotros?

_ Los amigos que me miran desde las estanterías. Con ellos converso, a
ellos les rezo y les confío mis temores, mis amores, mis dolores…

_ Y los tiene, Thomas, a todos esos ingleses juntitos como en sus


mejores tiempos.

_ Los de siempre entonces Matthew.


199

_ Shakespeare, Moro, Newman, Lewis, Tolkien, Benson, Chesterton,


Belloc, Waugh, y a Knox. A un africano: San Agustín y a un argentino:
Castellani. Los demás libros ocupan un lugar secundario. ¡Ah!…por
supuesto Santo Tomás, indiscutido material de consulta.

_ Oye Matthew, nosotros te ayudamos a que te vistas y yo te bajo en


brazos al living para que sigamos conversando. Tengo tanto que
contarles. Te traje té, Prince of Wales, - Matthew suspiró y le sonrió
complacido – se lo entregué abajo a Ángeles, y a Christian le traje
tabaco para su pipa. Bajemos pues, gocemos del olor de la pipa del
cura y nos conversamos un té como en los viejos tiempos, cuando nos
encerrábamos en tu pieza Matthew a conversar por horas, ¿se
acuerdan?

_ Como podría olvidar las tardes de verano, cuando nos poníamos en


el techo del primer piso, afuera de mi pieza a comer sandía y a tirar las
pepitas al jardín…Hasta que la estulticia se apoderó de ti, ¿ o no
Thomas?.

_ Sí Matthew, pero eso ya pasó y es de lo que quiero hablarles. ¿Te


ayudamos a vestirte?

Con mucho cuidado Christian y Thomas ayudaron a Matthew a


vestirse con una camisa, un chaleco y unos gastados pantalones de
mezclilla, le calzaron sus pantuflas y un chal para cubrirse las piernas
cuando se sentara abajo. El sólo hecho de levantar los brazos y pararse
para que pudieran ponerle los pantalones lo dejó muy cansado.
Thomas lo tomo en sus brazos. Matthew estaba tan delgado que a su
hermano no le costó mucho esfuerzo, y bajó con él al living. Matthew
le pidió que lo dejara junto a sus libros y con peculiar gesto, una vez
que estuvo de pie frente a ellos, comenzó a pasar su mano por cada
uno de ellos, como acariciándolos y saludándolos con cariño, dejando
atónitos a sus dos hermanos.

_ No me miren así, que en tiempos donde los amigos escasean, ellos se


han convertido en mis mejores y más cercanos compinches. Cuando
uno se encuentra con sus amigos, los saluda como a cualquier persona.
200

Es lo que siempre hago cuando me paro frente a esta estantería.


Bueno, bueno, basta ya de tanta cháchara y déjenme sentarme.

En ese momento Ángeles entró al living extrañada al escuchar voces


en él y se encontró con una escena que casi la hace llorar: los tres
hermanos Mansfield: Matthew sentado en su sillón, con las manos en
la nuca mirando la estufa que ardía con una preciosa llama. Christian
sentado entre sus dos hermanos, intentando encender su pipa que
humeaba un olor dulcísimo y por último a Thomas con sus largas
piernas estiradas hacia la estufa y sus enormes manos entrelazadas
descansando sobre su pecho. Los tres hermanos se habían quedado
por un momento en silencio contemplando la llama del fuego de la
estufa y los tres tenían la misma mirada. Lo que más le alegró fue ver a
su esposo ahí sentado, con el rostro más rosado y no con esa palidez de
enfermo grave que tenía hace unos días cuando sufrió la
descompensación. Sobre su cabeza tenía un parche que le tapaba la
herida ya que aún conservaba la sutura. Los puntos quirúrgicos se los
iba a retirar Sean al día siguiente aprovechando la cirugía para
cambiarle el marcapasos. Matthew notó que lo miraban desde la puerta
y al ver a Ángeles la invitó a acercarse.

_ Dale un beso a tu esposo que está contento con la aparición de estos


dos hermanos a los que mucho extrañaba. – Ángeles besó a Matthew y
luego se colocó detrás de él abrazándolo por la espalda.

_ Pensaba llevarles el té que me trajo Thomas arriba, pero ahora que


los veo acá se los traigo enseguida. Se ven tan bien los tres ahí juntos.
Por lo menos una alegría en medio de tanta desgracia.

_ Así es, mi vida linda. Nos vamos a poner al día con Thomas, tráenos
el té y te nos unes a la conversación Angelito.

_ No, no puedo quedarme, tengo que apurarme con el aseo de la casa,


así que les traigo el té y me voy.

_ Bueno Thomas, somos todo oídos.

_ ¿Dónde están tus hijos Matthew?


201

_ Están en la casa de mis papás, fueron a ayudar a Rafael y a Matthew


H. con los quehaceres de la casa y a que les hicieran clases de Ciencias
Naturales. Van a llegar a eso de las cinco y media. Siempre andan
juntos, excepto Ian, que ni siquiera vino a verme cuando le avisaron lo
de mi desmayo. Estoy muy dolido con él, muy dolido, no le importo
en lo más mínimo.

_ Debería estar aquí para escuchar lo que les tengo que contar. Creo
que sería muy provechoso para él que fuera a verlo, a donde quiera
que esté, y supiera que las cosas no son lo que ingenuamente creíamos
que eran.

No quise anunciar mi llegada a nadie, quise que fuera una sorpresa y


apenas llegué me dirigí a la ermita de Christian. Yo sabía que estaba
viviendo ahí, gracias a tu última carta Matthew, y a la red de
informantes (que es alarmante) con la que cuenta la organización del
gobierno mundial. Ayer, a eso de las cinco de la tarde, toqué la
campana de la casa de don Beno, y el pobre viejito casi se desmaya al
verme porque pensó mil cosas: que era el fantasma de Matthew que
estaba vestido con un traje de la ONU y que venía a penarlo. No me
conocía, sólo de nombre y creo que todavía me mira con desconfianza.
Me presenté con él y una vez que hubo salido del espanto me condujo
a donde estaba Christian. Estaba en la solitaria y oscura capilla,
postrado en tierra con su tonsura sacerdotal brillándole a la luz de una
vela, adorando al Santísimo. No quise molestarte Christian y me quedé
en silencio a esperar a que terminaras…

_ Y vaya susto que me diste cuando al levantarme estabas detrás de mí.

_ Al verte rezando con tanta devoción, el peso de mi conciencia por


todo el daño que había causado hizo que me cayera de rodillas y….

_ Lloraste amargamente abrazado a mí. Pero no entremos en más


detalles. Volviste como un hijo pródigo y yo, el más alegre de todos
después de los ángeles del cielo, tuve la gracia de escuchar tu confesión
y de absolverte de tus pecados.
202

_ ¿Por qué sigues vestido así entonces? ¿Renunciaste o no al satánico


gobierno mundial?

_ Es por una razón de audacia y de estrategia frente al enemigo que


todavía conservo estas ropas. No te adelantes y antes de seguir con mi
historia… – Thomas se puso de pie, caminó hacia donde Matthew
estaba sentado con el chal cubriéndole las piernas, se arrodilló frente a
él y colocando sus manos sobre las delgadas piernas de su hermano
mayor, con lágrimas en los ojos continuó hablando – te ruego Matthew,
por favor perdóname, perdóname todo lo que te he hecho sufrir,
perdona todo lo que he hecho en contra tuya…no te imaginas el daño
que te he causado y lo que sufres ahora, el ensañamiento del que
hablabas ha sido mi culpa…por favor perdóname Matthew, he sido un
Judas, un Judas contigo, un desgraciado que no tiene perdón de Dios.

Matthew con ambas manos le levantó la cabeza de su hermano que


reposaba sobre sus rodillas. Thomas lloraba desconsolado, y Matthew
le secó las lágrimas cariñosamente. No le gustaba que Thomas se
humillara de esa forma para pedirle perdón porque consideraba que él
no era nadie y cualquiera cosa que hubiera hecho en su contra, Dios ya
se la había perdonado y sus pecados habían sido absueltos. Si hubiera
tenido la fuerza como antaño, se hubiera puesto de pie y habría
levantado a su hermano para abrazarlo y hacerle cosquillas, pero se
sentía tan débil físicamente que sólo atinó a atraer la cabeza de Thomas
contra su pecho y a pedirle que se levantara.

_ Oye Tommy, si te hace sentir mejor que yo te diga que perdono todo
lo que me hayas hecho o dicho, date por perdonado. Por favor
levántate que yo no soy más bueno ni menos pecador que tú. Los
pecados del espíritu son más graves que los de la carne, y si tu
estuvieras en mi pellejo, te sorprenderías de lo malo y desagradecido
que he sido con Dios, que todo me ha dado y en todo me ha
favorecido sin que yo en absoluto lo merezca. Me ha regalado y
bendecido con una familia grande con la que cuento para lo que sea.
Es aterrador encontrarse solo frente al mundo, frente a los numerosos
enemigos que nos rodean. Me admiro de aquellos hermanos nuestros
en la fe que sufren en soledad estos tiempos apocalípticos, y que al
igual que Santo Tomás Moro, siguen firmes en su torre fortalecidos
203

con la confianza de que Dios los asiste y que los recibirá en el Cielo
como mártires de los últimos tiempos. Las familias se encuentran
divididas, tal como lo anunció nuestro Señor, separadas a causa de su
nombre. Gracias a Dios Thomas Mansfield has llegado para cerrar
esta herida. Ahora solamente espero que mi hijito Ian llegue igual
como tú lo has hecho Tommy.

Asedio, asedio, persecución hipócrita es lo que nos espera en una


primera etapa; luego vendrá lo más grave, quizás tendremos que dar
testimonio cruento. No sé si me encuentre lo suficientemente
preparado para afrontar un posible martirio y no sé si sea justo que mi
esposa y mis hijos se vean obligados a sufrir este martirio por mi culpa.
Es cierto que nosotros merecemos sufrir a causa de todas las
abominaciones y pecados graves que hemos cometido como
humanidad. En realidad, los hombres hemos hecho cosas terribles en
los últimos siglos, cosas cada vez peores, ¿quién soy yo para reclamarle
algo a Dios? Sin embargo, me angustia como padre, tener que pensar
en ver sufrir a mis hijitos.

_ Llevar al martirio a la familia es una decisión muy dura. Pero la


familia actúa como bloque, y los hijos y cónyuges tienen que estar
preparados para sufrir porque los cristianos sabemos que cualquier
sufrimiento en esta tierra es temporal, mientras que el sufrimiento que
nos mereceríamos si llegamos a ser desleales con Dios, es eterno y la
apuesta no tiene comparación. Perder en esta vida a los amigos, a los
parientes, el trabajo y hasta los consuelos espirituales de la gracia al no
poder recibir los sacramentos, no son nada comparado a perder la
visión beatífica para siempre. Los santos y los mártires especialmente
han tenido una clara conciencia de esto. No solamente el miedo al
infierno es lo que los mueve, sino también el santo temor de ofender a
Dios. A los niños en el catecismo les enseñaba siempre, para que lo
entendieran gráficamente, que cuando hacemos algo malo, algo
contrario a las santas leyes de Dios, a Él le da mucha pena y el temor
de Dios es precisamente ese temor a causarle pena a Dios. Como
cuando notamos que a nuestras mamás les da pena cuando
cometemos una travesura nada inocentona: ¿qué te he hecho yo hijo
mío para que tú me trates de esa manera? Y el niño al caer en la cuenta
204

de lo que ha hecho, se siente horrorizado al ver sufrir por su culpa a su


madre, y se va corriendo a sus brazos a piderle perdón.

Tu decisión Matthew, como padre de familia, de renunciar al


mundo, de mantenerte fiel a la Iglesia, indudablemente arrastra
también a tu familia, pero para eso los has formado y ellos lo han
aceptado gustosos, es más creo que ni siquiera se han planteado otro
camino. La educación católica que les damos a nuestros niños vale en
la medida que nos lleva a poner los medios para alcanzar el Cielo. La
educación nos debe dar las herramientas necesarias para eso, y por lo
mismo lleva implícita la idea del martirio, tanto espiritual como físico.
Y a propósito de Moro – Christian se puso de pie y se acercó a la
estantería de Matthew desde donde extrajo un libro de Santo Tomás
Moro y comenzó pasar y pasar las páginas - Bla, bla, bla…¿a dónde es
que está la cita? Aquí, escuchen: “ (…)que entre todos los bienes
pongan a la virtud en primer lugar, y a la educación en segundo; y que
por encima de toda otra cosa estimen en sus estudios todo lo que les
enseñe piedad hacia Dios, caridad con todos, y modestia y humildad
cristiana consigo mismos. De esta manera, recibirán de Dios el premio
de una vida inocente, y verán la muerte sin espanto en la firme
esperanza de la vida por venir”. En esto radican nuestros esfuerzos y
sobre todo los de los padres de familia católicos, formar a sus hijos con
las armas que les permitan enfrentar bien aperados a la carne, al
mundo y al demonio. Matthew has hecho un buen trabajo hasta ahora,
y debieras sentirte tranquilo.

_ ¿ Y qué pasa con Ian, Titian?

_ Matthew, incluso con Ian Henry, que aunque está cegado algún día
va a abrir los ojos. Y si no los abre por la buena, será por la mala,
como pasa la mayor de las veces, ¿no es cierto Tommy?

_ Me lo dices a mí.

El rostro de Matthew volvió a apagarse y se quedó mirando el fuego


con la mirada lánguida, hasta que se acordó de lo que Thomas le había
dicho sobre el hecho de haberlo entregado. Dio vuelta la mirada hacia
donde se había vuelto a sentar Thomas y lo interrogó:
205

_ Tommy, ¿por qué dices que me entregaste? ¿Entregarme a mí? Un


pobre profesor casi invisible en el último confín del mundo. ¿Por qué
todo el mundo piensa que soy importante? Me siento como en una
novela de Kafka, donde el protagonista no tiene idea de a dónde va.
Qué curioso es esto, si yo no soy más que un grano de arena, perdido
en un país en el fin del mundo que no tiene ningún mando ni
autoridad sobre nadie. No entiendo nada, a esta altura de la vida este
mundo loco me tiene absolutamente confundido con sus
desproporciones.

_ Todo fue por un descuido mío al comentarle a un conocido, a un


colega, la carta que me enviaste el mismo día que te echaron. Me enojé
mucho contigo a causa de esa carta en la que me dejas muy mal
parado…y con razón. Como estaba alterado, dejé que este colega la
leyera y así se comenzó a echar a andar todo un operativo en tu contra
para presionarte y acorralarte.

_ Yo soy insignificante…no entiendo, no comprendo.

_ A ellos no les interesa si eres importante o no, la cosa es terminar


con la gente como tú. Gota a gota, individuo por individuo, irán
cayendo – según ellos- como caen las piezas de un dominó. Lo que
importa es infligir el mayor daño posible para terminar con los focos de
rebeldía sean las de un grupo o de una persona.

_ Esto fue hace unos cuatro meses, ¿qué te movió a cambiar si estabas
tan molesto conmigo?

_ Yo no sabía que este colega amigo era de la inteligencia de


Todtschläger y me dijo que él se haría cargo de ti y que de pasadita
había dado con mi reacción una clara señal de que yo era leal al
gobierno mundial y que se estaba apto para profundizar más en la
organización. Me propuso que lo acompañara a una especie de fiesta
que se iba a dar ese mismo día en un lugar de Sydney. Quedó en
pasarme a buscar al hotel y cuando ya el sol se ponía sobre el
horizonte, llamaron a mi puerta. Era él que venía a buscarme. Traía
puesto un traje que yo había visto en algunas personas que ocupaban
cargos muy altos y no sabía que él era de éstos. Nos fuimos en su auto y
206

llegamos a una mansión enorme que estaba construía en una isla,


rodeada de un lago que cruzamos por un puente elevadizo. Yo nunca
había visto esta casa, o más bien dicho, este castillo. Tenía unos
jardines espectaculares, con una muestra de árboles y plantas de
distintos países. Uno podía ir leyendo los nombres y el origen de las
plantas en cartelitos colocados al frente de cada uno. A mí me llamó
profundamente la atención que dada la sequía y el racionamiento de
agua, en aquel lugar había agua de sobra. La botaban, la botaban a
destajo, porque las llaves estaban casi todas mal cerradas. Le hice este
comentario a mi amigo y él me miró sonriente y me dio unos
golpecitos en la espalda. Me sentí como un extraño. Afuera de la casa
donde estacionamos el auto había una cantidad enorme de lujosos
vehículos, todos uno al lado del otro. Tenían hasta un par de valets
para estacionarlos y mi amigo le pasó la llave de su auto a uno de ellos
para que se lo llevara. Al bajar, observé la casa y quedé estupefacto. Era
un castillo construido totalmente en piedra y gruesos troncos de
madera. Estaba iluminado completamente, parecía estar de día. Le
pregunté a mi amigo de quién era la casa y porqué habían tantos
guardias, estaba lleno de agentes del gobierno mundial que te revisaban
cada vez que cambiabas de habitación. Mansfield, me dijo, tú nos has
dado muestras de mucha lealtad. Las dudas que teníamos de ti por tus
antecedentes familiares quedaron en el pasado. Te hemos estado
observando (eso quería decir que “me mandaron para espiarte”) y
estoy seguro que estás apto para pasar a una nueva etapa en el jerarquía
del orden mundial. El tono con que me hablaba era tan solemne que
por un momento me pareció hasta cómico, yo me quedé perplejo. “No
entiendo nada de lo que me estás diciendo”, le dije. “Escucha, esta casa
es del Sr. Todtschläger, es la mansión que él tiene acá en Australia. No
cualquiera entra aquí ni menos tiene un encuentro privado con él y sus
colaboradores. Nuestro Secretario hoy ha venido a celebrar su
investidura por parte del Papa como Secretario y Gobernador absoluto
del gobierno mundial. El papa hizo hoy una ceremonia en Israel, como
representante de la nueva religión única, para investir y reconocer a
nuestro amado secretario para que dirija a los pueblos hacia el
progreso, la hermandad y la igualdad. – ¿Estás diciendo que el Sr.
Secretario está aquí en esta casa, ahora en este momento? - le pregunté
- . Sí, es más, estamos invitados a un pequeño ágape, y nos va a contar
algunas cosas y tú serás iniciado en uno de sus círculos más cercanos,
207

pero deberás dar algunas pruebas más de tu lealtad.” Ustedes pensarán


que la casa estaba por dentro llena de cosas extravagantes, de símbolos
extraños, pero no, era una casa absolutamente normal, salvo por el
tamaño de sus salones que era como estar en el palacio de Versalles.
Todo impecable, las paredes enchapadas en madera, los muebles estilo
Tudor, cortinajes grandes de terciopelo en los ventanales, lleno de
mayordomos con bandejas ofreciendo de todo para comer y beber.
Todos los salones estaban abiertos, excepto dos: el escritorio privado
del secretario y otro más allá que además tenía en su puerta un par de
soldados del gobierno mundial apostados allí con cara de pocos
amigos, deduje que el dueño de casa se encontraba ahí porque no
estaba en ninguno de los salones. Todo era risas y conversación
animada. Había un dj que tocaba lo que le pedías en su mesa en un
salón; y el otro salón había una orquesta tocando música clásica. Ahí la
gente estaba sentada conversando y fumando. ¿Qué gente era? Había
de todo, conocidos y desconocidos. Yo a algunos los ubicaba por los
noticiarios, gente de la farándula internacional. Unos pocos eran
conocidos míos y se sorprenderán: había desde traficantes de drogas
de las más altas mafias americanas y europeas, sentados animadamente
conversando con traficantes de armas, hacedores de guerras pre-
fabricadas, con sus séquitos de milicos frustrados y dementes que se
pelean por conseguir sus contratos de seguridad; políticos de diestra y
siniestra dejando sus espectáculos de disputas que hacen frente a las
cámaras para juntarse a darse golpecitos en la espalda y reírse de sus
propios chistes; artistas de cine, cantantes famosos, dignatarios
eclesiásticos, que no podían faltar. El zoológico mundial completo. Era
perfecto, todos te saludaban amablemente… ¡qué bien me siento! –
Pensé - ¡qué gente más agradable, aquí verdaderamente se vive la
fraternidad! Mi amigo me presentó a muchas personas que estaban
realmente encantadas de conocerme y me saludaban amistosamente,
¿Es su primera vez aquí Sr. Mansfield? Entonces va a ser introducido
hoy, ¡qué bueno por usted! Está en las ligas mayores… Parecía que
estas personas estaban al tanto de cosas con respecto a mí, que yo
mismo no sabía y mi perplejidad iba en aumento al mismo tiempo que
un escalofrío comenzó a correr por mi espalda. Habían transcurrido
muchas horas, me había sido presentaba mucha gente y a eso de las
dos de la mañana, se me acercó mi amigo…
208

_ ¿Cómo se llama tu amigo Thomas?

_ Querrás decir mi ex – amigo, Atlante, sí, es verdad, es mormón y se


cree toda esa historia que cuentan ellos de que cuando se mueran cada
uno va a ser un dios con su planetita y sus mujercitas.

_ Tu historia es como un novela de suspenso Tommy, sigue por favor


que nos tienes intrigados.

_ Como les iba diciendo, se me acercó Atlante y me dice que es


necesario que me cambie para la ceremonia ya que seremos
conducidos con los demás iniciados donde el Sr. Secretario. ¿Qué
ceremonia? ¿Cambiarme la ropa? Comencé a sospechar que se trataba
de alguna cosa medio esotérica, medio espiritista, pero como la gente
se veía tan como si nada y tranquila seguí a Atlante hasta un vestidor.
Había mucha gente cambiándose, pero ahora sus rostros no estaban
sonrientes, sino que sus maneras eran graves, como las de un
sacerdote que en la sacristía, se prepara a decir su misa. Sobre sus
trajes similares a éste que llevo puesto, pero de color rojo, se ponían un
mandil lleno de unos dibujos misteriosos, como los masones y una
capa, y en la cintura un puñal envainado en una vaina con forma de
media luna. Atlante me pasó un traje rojo. De más está decirles que yo
uso el azul ahora porque es el de mi trabajo, el rojo se usa sólo en
ceremonias y lo puede ocupar sólo la gente de jerarquía más alta. Yo lo
miré extrañado y él se dio cuenta de que no estaba entendiendo nada:
Necesitas usar este traje ahora, no puedes asistir a una ceremonia de
tanta importancia vestido con traje azul de trabajo y además debes
ponerte el delantal de iniciación. Después te van a entregar el puñal.
No eres el único que va a ser admitido en un grado superior en el
gobierno mundial, mira, esos de allá también. Efectivamente, al lado de
donde estábamos había un grupo de unos diez hombres que estaban
cambiándose, lucían alegres, nerviosos y trataban de controlar su
euforia repasando el folleto que a mí también me dieron con el
programa de la ceremonia. Una vez que me vestí, comencé a leerlo, y
me pareció extravagante por no decir lo menos. No les voy a adelantar
lo que decía para que me vayan siguiendo conforme a la historia. Nos
formaron afuera del salón donde estaban los soldados, de acuerdo al
grado de iniciación, por lo que mi amigo me dejó atrás y él se fue
209

adelante…muy, pero muy adelante. Yo, como un colegial en su primer


día de clases, estaba muy nervioso, no sabía que iba a pasar y más
encima, de un momento a otro me tenían ahí haciendo una fila para
entrar a no sé qué diantres de ceremonia. Los rostros de las personas
estaban cambiados, todos muy serios y petrificados, las pupilas
dilatadas y los de adelante comenzaron a entonar una especie de
himno, pero no supe en qué idioma, después me dijeron que era
esperanto…

_ Para, para, oye Thomas, ¿no nos estás inventando nada supongo?
Esto es como un relato del Señor del Mundo, ¿cómo podría haber
tanta coincidencia? ¿Esperanto? No puede ser. Déjate de tomarnos el
pelo, si es así simplemente es dramático, ridículo…o tal vez todo se está
cumpliendo.

_ No estoy inventando nada Matthew, creo que tu amadísimo


monseñor Benson se queda corto a la hora de vivir lo que yo viví.
Entramos al famoso salón en procesión y yo me quedé de una pieza,
tuvieron que empujarme porque yo me paralicé. Las paredes estaban
cubiertas por gobelinos con la imagen del demonio como macho
cabrío, cruces invertidas, una representación blasfema de la Santísima
Virgen, una imagen obscena de San Miguel Arcángel y muchas cosas
más que mejor ni nombrar. La sala era como una parodia de una
iglesia católica. Había asientos de madera dispuestos a cada lado de
modo que uno quedaba mirando al de enfrente, como en el coro de un
monasterio. Al frente había una mesa de piedra con una cruz invertida
y justo detrás esperaba una especie de sacerdote vestido como los del
ku kus clan. Cada participante se iba ubicando en las graderías y yo,
que a esa altura estaba aterrado, desperté de mi horror cuando
súbitamente la gente dejó de cantar y se sintieron vítores y
aclamaciones. Desde mi ubicación no alcanzaba a ver mucho porque la
gente al estar de pie me tapaba la vista y sólo una vez que se callaron y
se sentaron vi que los vítores eran porque había entrado Todtschläger.
Estaba de pie, frente a esta especie de altar, vestido con el traje rojo con
dorado, una gran cadena que colgaba de su cuello con la estrella de
David o lo que a mí me pareció que era, una capa que le caía por la
espalda y una especie de mitra en su cabeza, y la mitra tenía la misma
imagen del demonio como macho cabrío. Estaba radiante, triunfante.
210

Y comenzó a hablar, no sé cómo lo hizo, pero no necesitó micrófonos


y la voz le salía como si estuviera hablando a través de parlantes: fuerte,
clara, envolvente, hipnotizante.

_ ¿A dónde te fuiste a meter Thomas, por Dios Santo? ¿Tan lejos


llegaste?

_ Nunca supe sino hasta ese momento hasta donde había llegado
Christian. ¿Saben a quién vi en las primeras filas abrazada a un tipo? A
Clare, ahí estaba tal como siempre la había visto: alegre, segura de sí
misma, radiante. Después de la ceremonia comprendí porqué nunca
quiso casarse conmigo ni tampoco tener hijos. Trabajaba para ellos y
no fue más que una espía…

_ Lo siento Thomas, ¿cómo te enteraste de eso?

_ Esa es otra historia que dejaremos para más adelante. Siempre hubo
algo en ella que me causaba inquietud, por llamarlo de alguna manera.
Yo la amaba con fuerza y con pasión, y había ciertas cosas de ella que
yo ignoraba pasándolas por alto para no echar a perder nuestra
relación. Una de estas cosas era el hecho de considerar la maternidad
como una carga innecesaria. Ni que le hablara de tener hijos, y debo
reconocer que me hubiera sentido tan dichoso si los hubiera tenido.

_ Todavía estás a tiempo para encontrar a una buena mujer y casarte.

_ No Matthew, ahora sí que es tarde y muy tarde, el tiempo ya se pasó


y los dados ya están echados. Continúo con la historia. Comenzó a
hablar más o menos lo siguiente: “Hermanos, hoy ha sido un día de
gozo para todos nosotros. El títere nos ha reconocido oficialmente y
nos ha encargado formalizar y establecer los estatutos y la codificación
de la nueva religión universal. Debo reconocer que antes al menos
nuestros adversarios eran oponentes dignos, hablaban claro y no
dejaban lugar a las dobles interpretaciones, condenaban y nos
condenaban alejando a la gente de nuestros dominios bajo penas de
excomunión y todas esas demás cosas del derecho canónigo. Sin
embargo, la Iglesia del Postconcilio ya no es un digno oponente.
Perdieron su dignidad cuando dejaron de creer en lo que son y así de
211

esta manera, nos entregan a la humanidad en bandeja para que


nosotros tomáramos a estos huérfanos de madre y nos hiciéramos
cargo de su sed y hambre espiritual. El Papa me produce nauseas.
(cuando dijo eso todos se rieron y comenzaron a lanzar burlas y
maldiciones en contra del Antipapa de Jerusalén) no tiene ni la más
mínima decencia y se arrastra hacia a mí como lo haría un perrito
frente a su amo”.

_ Desde hace un tiempo a mí me ha rondado la idea de que al menos


Lutero fue honesto y se desligó de la Iglesia, apartándose de ella, pero
este Antipapa y sus teólogos, que vienen desde hace unos ciento y
tantos años con su modernismo y liberalismo, no lo han hecho y se han
quedado dentro para poder destruirla, o como dicen por ahí,
autodemolerla y sin ningún escrúpulo. Por lo que nos cuentas, la iglesia
oficial ya dejó de serlo hace rato, y gracias a Dios tenemos al Santo
Padre trabajando en las catacumbas.

_ Así es Christian. Y volviendo al discurso, Todtschläger desprecia a


las mismas personas que lo llevaron a ocupar su cargo. Toda su vida ha
sido una maquinación de mentiras y sin dudas el ser humano que más
desprecia es al actual Antipapa de Jerusalén al que considera un
cobarde. Siguió diciendo varias noticias más: “ Tenemos el poder
político y ahora hemos conseguido el poder religioso que nos permitirá
dar el culto debido a nuestro padre, el Príncipe del Universo, Lucifer,
que nos ha guiado con su amable luz. Aquel que nos ha ayudado a
conquistar el mundo. Honrados estamos de servirlo para poder
arrebatarle a los hombres al Nazareno. Muchos de nuestros enemigos
piensan que trabajamos por separado, que no hay una inteligencia que
gobierna cada acción de destrucción de la moral y de la vida cristiana,
pero están totalmente equivocados. En unos cuantos siglos nuestras
acciones se precipitaron: los cismas, las herejías, especialmente la del
protestantismo, han sido nuestras aliadas; cuanto nos enorgullecemos
de haber visto a la Razón sentada en una iglesia por allá en los años de
la Revolución Francesa, el comunismo, el capitalismo. ¿Para qué me
voy a poner a recorrer la historia? Saben que esto no ha sido un azar,
sino que ha sido un derrotero. Nuestros objetivos se han ido
cumpliendo uno por uno. Ustedes sabían que no teníamos tiempo, que
no importaba para nosotros el tiempo que íbamos a tardar en llevar
212

nuestra misión a término, y estamos concluyendo. Tienen frente a


ustedes al hombre que ha sido elegido para llevar a cabo la última
batalla en contra del Hijo del Hombre. Sintámonos orgullosos de
poder ser testigos y partícipes de la culminación de todos los esfuerzos
para derrotar al Nazareno y a su Iglesia.

Por ahí, por ahí, anda un grupito, un pequeño rebaño como


autoproclaman, que son pastoreados por un impostor español que se
hace llamar Pio XIII. No se preocupen por ellos, ¿De qué podríamos
preocuparnos? Son una lacra, una pequeña garrapata que se niega a
morir. Pero una garrapata o una espinita en el cuerpo puede llegar a
ser muy odiosa, así que hemos organizado una milicia que se dedicará
exclusivamente a perseguir y aniquilar a estos bastardos. Esta milicia
estará conformada por los más feroces guerreros, porque frente a esta
clase de enemigo, la única forma de combatirlos es dándoles a beber
de su mismo veneno: el subversivo será combatido por el subversivo, lo
peor con lo peor. Mandaremos a aquellos que están en las cárceles a
cumplir sus condenas de otra manera: purgarán sus culpas formando
parte de este ejército de liberadores de la superstición.” De más está
decirles que la gente aplaudía y celebraba cada una de sus palabras. Yo
me comencé a sentir enfermo. Miraba las imágenes de los gobelinos,
horrendas caricaturas blasfemas de nuestra religión. Veía como
mientras el secretario hablaba algunos estaban teniendo relaciones
sexuales, ahí delante de todo el mundo, como si nada. Hombres con
mujeres, mujeres con mujeres, hombres con hombres, incluso habían
traído a niños…sí a niños no sé de donde ni en calidad de qué,
raptados, robados o lo que sea, para manosearlos e incluso…violarlos, y
todo con el beneplácito del secretario que se gozaba viendo esto
mientras hablaba y hablaba….- Thomas se agarró la cabeza, el padre
Christian colocó su mano sobre el hombro de su acongojado hermano
y lo animó a seguir con la historia, después de haber rezado para
suplicar por el perdón de Dios a causa de tantas ofensas – Era
asqueroso, las abominaciones más grandes que ustedes pueden
imaginar yo las presencié en ese momento. Una vez que hubo
terminado el discursito, comenzó la segunda parte. Sería el turno de
tomarles el juramento a los primeros iniciados. Se supone que yo era
de los segundos iniciados, así que todavía tenía que estar al fondo del
salón. A nosotros no nos tomarían este juramento todavía, para
213

nosotros tenían reservado otra sorpresita macabra, perversa. Cuando


comencé a escuchar el juramento caí en la cuenta de que debía huir de
ahí, ya no lo soportaba más, y busqué a mi amigo para decirle que me
sentía con ganas de vomitar porque algo de la comida me había caído
mal. Pero me estoy saltando lo del juramento. No me van a creer, pero
quise traerlo escrito. Primero partió con las palabras del secretario que
tras una ridícula ceremonia de vestiduras y adoraciones, se dirigió a
ellos en términos de: “Mis queridos hijos de la Luz” - tal como lo
escuchan. Todas esas historias que han escuchado acerca de esta secta
dentro de la masonería son ciertas y doy testimonio de ello. Ellos son
los que llevan las riendas de la organización compuesta en su mayoría
por judíos. Estos tipos habían alcanzado un grado muy superior en la
organización del gobierno mundial. Y el juramento es una sarta de
blasfemas y un elogio del satanismo. Voy a citarles solo algunos trozos
porque es abominable, está dirigido a Lucifer, nuestro querido padre,
como le llama Todtschläger - :

“Yo, fulano de tal, te acepto como el ser más elevado en donde te dedico
todos mis pensamientos y acciones. Tú tienes toda la supremacía del
universo, y todo lo que se mueve es tu creación. Los cielos y la tierra
pertenecen a ti, en donde se proclama tu gloria, que es la imagen de tu
grandeza y superioridad. Tú eres el protector de los enemigos de Cristo el
crucificado. En tu nombre, Yo maldigo a Dios, la Trinidad, la Virgen
María su madre, escucha, los que te siguen, y los que están contigo.
Nosotros en ti confiamos las revelaciones, en tu fe de todo lo creado, por
las cosas visibles e invisibles. Yo tengo el derecho de recibir lo que tú
conoces. Yo renuncio a la creencia de un solo Dios. Yo renuncio a la
Santísima Trinidad. Yo renuncio al sacrificio de la crucifixión de Cristo de
la Iglesia Católica. Yo le doy todos mis secretos no revelados al espíritu de
Satanás, también mis obras. Yo doy mi voluntad a él, todo mi ser, mis
acciones, y mis pensamientos. Yo lo invocaré para que el viva en mí, me
posea, y dirija mi vida. En nombre de Satanás Yo maldigo a Cristo, y a su
única verdadera Iglesia Católica, y sus sacramentos.” Esta asquerosidad se
puede encontrar en internet y es más largo, pero para qué pronunciar más
palabras blasfemas.

_ Dios se apiade de nosotros, en verdad, es que merecemos lo que nos


está pasando. Hasta el momento nuestro Señor ha estado una y otra vez
214

enviándonos señales para hacernos volver a Él: terremotos, sequías,


erupciones volcánicas, maremotos, cambios en el clima y hasta el cambio
del eje de la tierra, pero todo parece rebotarles a los hombres. Dicen que
todo tiene explicación científica, ¿tienen realmente explicación científica o
es lo que nos dicen para hacernos olvidar que detrás de cada hecho de la
naturaleza hay un ángel como alguien lo creyó una vez? - Dijo Christian
mientras se puso de pie para seguir fumando su pipa junto a la estufa.
Hacía mucho frio y ya estaba casi oscuro siendo que apenas eran las
cuatro de la tarde. Matthew se había colocado la manta sobre la espalda y
se calentaba las manos con la taza de té que humeaba un aroma exquisito.

_ No entiendo cómo puede haber gente que quiera estar del lado de los
perdedores. Por mucho que nosotros suframos y quizás vayamos a sufrir
más todavía, tendríamos que estar locos para seguir al más derrotado de
todos y que tiene asegurado su fracaso. No sé que se les mete en la cabeza
a estas pobres almas, ese odio a Dios, a Cristo, a su Santa Madre, a la
Iglesia. Me lo explico sólo a partir de un enceguecimiento de la razón. La
inteligencia se nubla ante algo que parece atractivo y una vez que te atrapa
ya no puedes salir de allí. Al perder la Gracia, al querer separarse de Dios,
el alma se nubla y no ven que son conducidos a la perdición. Entonces el
Demonio pasa a convertirse en un ser que no es tan malo. Para tenerlos y
para ser más atrayente para ellos, el Demonio los favorece con ciertas
cosas materiales, con conocimientos de la naturaleza, con cierto poder y
no les interesa nada más. Al persistir en la obcecación en el mal, quedas
cubierto por este manto que te tapa la luz y no te deja verla, cayendo cada
vez más bajo. Hace caer a los hombres en pasiones carnales abominables
como las que presenciaste. Llega un punto en que su voluntad está
dominada completamente por una única opción: el mal. Mal que por lo
demás no se ve así ante sus ojos. Como una vez oí, el Demonio no es tan
malo, es malito, ¡tamaña estupidez!

_ Yo había sido conducido hacia una reunión de los mal llamados hijos de
la Luz y estaban a punto de introducirme en una de sus etapas iniciales.
Yo trataba infructuosamente de buscar a Atlante, porque estaba muy
adelante y costaba abrirse paso entre tanta gente. Además me sentía
realmente mal y comencé a marearme a causa del olor a no sé qué cosa
asquerosa que inundaba el lugar, sin embargo, parece que era a mí no más
a quien le molestaba el olor porque nadie se quejaba de nada. Estaban
215

todos como en un estado de éxtasis o de euforia. Vino entonces la


segunda parte de la ceremonia y fue ahí cuando me desmayé y comenzó el
calvario que me trajo hasta aquí. Esta segunda parte era nada menos que
una misa negra, para de esta manera iniciarnos en los misterios de los
iluminati. Y tal como lo cuentan y como yo lo había escuchado, trajeron a
una mujer desnuda que gritaba como una loca pidiendo que la soltaran y
detrás de ella venía…

_ No necesitas entrar en detalles. Estamos al tanto – supongo que tú lo


estás Christian – de cómo son estas misas negras. Es monstruoso y
repugnante, ¿te quedaste a observar?

_ Como les decía, y no voy a entrar en detalles como me lo pides


Matthew, tan sólo les diré lo esencial. Entró esta mujer gritando y detrás
de ella venían unos como sacerdotes, vestidos como acólitos, pero en vez
de usar roquete blanco era negro. La pusieron sobre este altar donde
estaba el sacerdote principal y una vez que la amarraron, comenzó la
pesadilla. La violaron los sacerdotes, después de Todtschläger y yo al
contemplar la escena, no aguanté y me desmayé. Lo próximo que
recuerdo es haber despertado en mi cuarto del hotel y junto a mi cama, en
un sofá estaba Atlante esperando que yo despertara. ¿Cómo te sientes? Te
desmayaste en la parte más importante. Te perdiste lo mejor, cuando llegó
el cura católico apóstata y nos trajo una hostia consagrada. Me dijo
mientras yo me levanté a observar por la ventana, sintiéndome asqueado,
sucio por dentro, herido por haber actuado en contra de mi fe. “Necesito
vacaciones”, le dije. “Estoy muy estresado, hace años que no paro y parece
que mi cuerpo me está pasando la cuenta. Me he sentido cansado
últimamente y algo que comí en el cocktail me hizo mal, además el gentío
me asfixió”. Estuviste inconsciente por un largo rato y me asustaste. El
doctor que te examinó dijo que te bajó la presión y que por poco te
mueres, te dejó una licencia médica para que te tomes unas vacaciones.
Puedes irte cuando quieras y volver también cuando sientas que estás
recuperado. Yo había notado que te quedabas dormido cuando
estábamos en reunión del comité, estás con exceso de trabajo. Pero dime,
¿Qué te pareció la ceremonia? Dime que no es fantástico lo que está
pasando. No sabía qué pensar, ni qué hacer. Estaba completamente
confundido porque de un día para otro mi mundito se estaba
derrumbando. Por años me había refugiado en mi trabajo, me había
216

obsesionado con sacar adelante los proyectos que me habían sido


confiados, quizás en parte para olvidarme de otras cosas que a veces me
apremiaban…

_ Como tu vida espiritual y la relación que estabas teniendo con nosotros,


especialmente conmigo.

_ Sí Matthew. Yo sabía que estaba mal, pero no quería escucharme. Cada


vez que mi conciencia intentaba iluminarme, yo la tapaba con
justificaciones y pretextos, culpándolos a todos ustedes. Ahora me
encontraba ahí en un hotel, sin rumbo, con esas imágenes monstruosas de
lo que había presenciado y que me golpeaban la mente sin que a pesar de
todos mis esfuerzos pudieran dejarme. Y tenía a este hombre a mi lado
preguntándome qué me había parecido la ceremonia, ¿qué podría
contestarle? Yo estaba con una sensación de asco, de vergüenza. Me sentía
miserable y lo único que quería era arrancarme para Chile, abrazar a mis
papás, pedirles perdón por el dolor que les he causado. Lo único que
quería era estar en brazos de mi mamá, quería escucharte a ti Matthew
regañándome diciéndome: ¿no te dije yo que esa gente era satánica? ¿No
te advertí estabas perdiendo tu alma? A ti Titian…ni siquiera fui a la misa
de tu ordenación por estar metido trabajando para ellos. No se puede
volver atrás, no se puede recuperar el tiempo perdido con las personas a
las que amas. He vuelto precisamente para volver a recuperar mi fe, para
buscar mi salvación, para encontrarme con ustedes. Gracias a Dios, los
acontecimientos se fueron amoldando a mi favor para poder huir de ahí
sin que ellos se dieran cuenta. Si yo me enfrentaba a ellos y renunciaba
maldiciéndolos públicamente, los más perjudicados iban a ser ustedes y yo
no quería seguir exponiéndolos innecesariamente a más peligros. La
prudencia me indicó que debía actuar con cautela y sigilo para poder
zafarme de ellos sin causar sospechas. Atlante seguía esperando mi
respuesta mientras yo pensaba como eludirla sin tener que mentir. El me
seguía con la vista a lo largo de la habitación por donde yo caminaba
impaciente, esperando que le diera mi opinión acerca de la atrocidad
demoníaca que había presenciado. Mi respuesta no tenía que dar a
entender que yo estaba choqueado, molesto, escandalizado, ridiculizado y
burlado por estos tipos a los cuales serví durante años pensando en que
con ello estaba realizando un bien a la humanidad. De pronto me paré y
lo miré a los ojos. El estaba con esa postura que uno toma cuando está
217

ansioso por escuchar alguna novedad y le dije: En verdad amigo, creo que
fue algo fuera de lo común, pero me sentía tan cansado y tan enfermo del
estómago que no alcancé apreciar lo que ocurría. El Sr. Secretario tiene
un gran dominio escénico y lo he conocido en otra de sus facetas. Yo
pensaba para mis adentros: la faceta de ser el satanista número uno y un
violador descarado. Atlante se quedó tranquilo con la respuesta y notando
que yo estaba algo fastidiado e incomodado, me cambió de tema
preguntándome qué iba a hacer a partir de ese momento; si en definitiva
me tomaría las vacaciones. Yo ya tenía el panorama un poco más claro, y
lo primero que pensé fue: un año sabático, y se lo hice saber. ¿Y dónde
vas a pasar tu año libre? - Me preguntó – Me voy a Chile, quisiera pasar
algún tiempo en mi país con mis padres y olvidarme un poco del ajetreo
de los proyectos antes de irme a Israel. Él se puso de pie, me dio la mano
y me deseó buena suerte, pero antes me dijo: Ojalá que puedas hacer algo
con esos supersticiosos de tu familia, sería bueno que nos mantuvieras
informados acerca de sus movimientos. Creo además, que sería mejor
para ti, y te lo digo porque te tengo mucha estima, que no pases mucho
tiempo con ellos porque el Sr. Todtschläger ya inició la limpieza y creo
que una de las primeras misiones de los mercenarios va consistir en hacer
entrar en razón a gente como tus parientes que no entienden hacia dónde
va el mundo. Si no son capaces de obedecer algo tan simple por las
buenas, la única manera es por la fuerza. Ten cuidado Mansfield, que
estos tipos no hacen distinción y no creo que se dejen intimidar por tu
cargo, un muy alto cargo del gobierno mundial del cual debes sentirte
orgulloso.

El secretario volvió esa misma noche de la iniciación a Nueva York,


( ¿será quizás esta ciudad tan llena de comercio y de diplomacia hipócrita,
desde donde emanan todas las abominaciones actuales, la Babilonia de la
que habla el Apocalípsis?) para comenzar con la segunda etapa de su plan.
Yo no sé, pero este tipo tiene una energía y una fortaleza que no son de
este mundo. Prácticamente no duerme, anda todo el día viajando, en
reuniones. Ya sabemos de dónde viene todo su poder. Pero bueno, yo le
di un abrazo de despedida a Atlante, a pesar de todo, había sido un buen
amigo y aunque me espiaba, muchas veces me ayudó y eso se lo agradecí.

_ Entonces, ¿no has renunciado? ¿Qué vas a hacer después de que pase
el año que te dieron? ¿A dónde piensas vivir durante este tiempo?
218

_ Matthew..Matthew, yo quisiera que por un tiempo me recibieras en tu


casa. Yo no quiero incomodarte, ni a la Ángeles, pero en este momento
necesito…me siento como un niño que precisa a alguien en quien
apoyarse, porque estoy muy choqueado, toqué fondo y ahora espero que
me ayuden a salir a flote. Me duele llegar en este momento en que estás
tan enfermo. No quiero molestarte a ti Titian, porque sé que eres un semi
ermitaño. No necesitas a un hermano mayor que te esté sacando de tu
obra de Dios. Mis papás no están y eso es otra de las cosas que quiero
contarles, porque nos queda poco tiempo acá.

Matthew se puso de pie y se acercó lentamente hacia donde estaba


su hermano y plantándose con una sonrisa frente a él le habló con cariño.
_ Estoy dichoso de tenerte aquí, estoy feliz de que hayas tenido como
siempre la confianza para pedirme ayuda. Yo he estado esperándote por
años, y ahora te pido que me cobres la palabra sobre recibirte en mi casa.
Nunca me he sentido más bueno que tú. Nunca me he sentido mejor que
aquellos que aparentemente cometen más pecados que yo, porque soy tan
o más pecador y por esto es que cada día le pido a Dios que me perdone
y que a la hora de mi muerte no tenga presente mis miserias, sino que
apiadándose de mi me acepte como el más pequeño de todos. Si nos
creyéramos salvos por, qué se yo, ser tradicionalistas, entonces seríamos
como los fariseos: gracias por no ser como ellos, pero es todo lo
radicalmente contrario. Porque soy un gran pecador, necesito más de la
ayuda de la Gracia, y a ella la encuentro en los Sacramentos que Dios
nuestro Señor nos ha dejado. No por ser católico practicante y observante
tengo asegurada mi salvación ¡A Dios gracias que me hizo nacer en una
familia católica porque de lo contrario no tendría vuelta! Si con todo lo
que he estudiado sobre mi fe aún así me equivoco y peco de palabra, obra
y omisión,¿ qué sería de mí si Dios no me asistiera con su Gracia? Sería
como un sepulcro blanqueado como dice Cristo. Creo que saber y
conocer la Verdad nos obliga a actuar de mejor manera y al menos,
intentar vivir conforme a ella. Mucho se nos ha dado gratuitamente y
mucho se nos va a pedir por lo mismo. Yo te amo Thomas con toda mi
alma y estoy encantado de que te quedes con nosotros. Olvida lo que
pasó, nadie te juzga en esta casa, ya te lo he dicho muchas veces, ahora
todo depende de ti. Pasaste por una experiencia espantosa, y
conociéndote creo que estás molesto además porque te sentiste
absolutamente engañado. Es como cuando una mujer engaña a su marido
219

y éste es el último en enterarse. Ingenuamente pensaste que estabas


realizando una gran labor en favor de la humanidad, es también lo que
ellos quisieron que tu creyeras, y te volcaste con tus mayores energías a
trabajar. No te arrepientas del bien que hiciste a lo mejor a mucha gente, y
quédate tranquilo. Trata de sacar de tu mente esas imágenes atroces que
viste, el tiempo te ayudará a hacerlo.

_ En todo caso Thomas, yo no tengo problemas en que te quedes


conmigo, salvo que yo no te voy a hablar y cada uno en lo suyo. Por lo
demás me hace falta un acólito permanente. Don Beno no le pega mucho
a esto de acolitarme y tengo que estar permanentemente corrigiéndolo,
más encima como está viejito se pone duro de cabeza y me porfía.

_ Gracias a los dos, pero por unos días al menos quiero quedarme acá con
Matthew, Titian. He estado averiguando algunas cosas con respecto a la
familia y, no quiero asustarlos, pero sería conveniente que dejaras esta
casa, véndemela para yo vendérsela al banco y así podrás recuperar la
plata.

Matthew palideció un poco y tuvo que sentarse, una sombra de


pesar le cubrió el rostro. Sabía que las cosas se iban a poner mal, pero no
imaginaba que éstas fueran tan pronto. El banco lo estaba presionando
para que firmara y estaba con amenazas de los tribunales para ser
desalojado a causa de su negativa. Pero la conversación no pudo seguir su
curso porque en ese mismo instante sintieron en el pasillo que Ángeles
saludaba efusivamente a Ian que había por fin aparecido. Estaba vestido
de negro, como se visten los góticos, llevaba el pelo rapado y sobre la
manga de su largo abrigo llevaba un brazalete con el símbolo de la
juventud del Gobierno Mundial. Parecía un personaje sacado de la
juventud hitleriana. La parafernalia, los símbolos, los eslogan de
propaganda del Gobierno Mundial eran muy similares a los de un
totalitarismo nacionalista, una perversa mezcla entre aparato
comunicacional comunista y nacionalsocialista con esas imágenes que se
veían por los años ‟60, de muros pintados con trabajadores, mujeres,
niños, minorías sexuales y étnicas, abrazadas en torno al símbolo de la paz
mundial, al optimismo exorbitante y al progresismo ilimitado.
220

_ Tommy – le susurró de pronto Matthew antes de que Ian entrara en el


living – no le digas a Ian que te escapaste, síguele la corriente, no le digas
nada ni a favor ni en contra del gobierno mundial, ni de Todtschläger .
Está muy cambiado y creo que hasta lo tienen hipnotizado, anda como
zombi y es capaz de denunciarte si sabe que desertaste.

En eso entró Ian con su tenida negra y con una insignia en el


cuello de su camisa. Su mirada era extraña, no parecía un adolescente
alegre y lleno de vida. Sus ojos, las ventanas de su alma, no tenían ya ese
brillo y dulzura que lo habían caracterizado durante su infancia, sino que
parecían los ojos de un muchacho triste y sin vida. Como alguien que
arrastra la vida y que no sabe por qué está ahí. No se había dado ni por
enterado de que su papá estaba muy enfermo y tampoco sabía que lo iban
a operar al día siguiente. Al entrar miró con detenimiento cada rincón de
living, y al hacerlo se topó primero con la mirada de su tío Christian, que
se aprontaba a partir y que ya estaba tomando su gorro y su poncho.
Christian se despidió de Matthew y de Thomas y al dirigirse a la puerta
miró a su sobrino que le dio la mano para saludarlo.

_ ¿Cómo está tío Christian? ¿Ya se va?

_ Hola Ian, sí, ya me voy, tengo que rezar el oficio…Ian, ¿por qué no vas a
verme a la ermita un día de estos para conversar?

_ No creo que pueda, estoy muy ocupado.

_ Por supuesto…me imagino que estás tan ocupado que ya ni siquiera


tienes tiempo para visitar a tu papá ni menos para ir a conversar con un
cura proscrito por tus jefes.

Y sin decir más el padre Mansfield salió notoriamente disgustado


del living. Ian se quedó por un instante descolocado ante la actitud de su
tío cura, que no pudo ocultar la molestia que le causaba ver cómo su
sobrino se había hecho parte del gobierno mundial, dándole además la
espalda a su familia, especialmente a su papá. Después de salir de su
desconcierto, Ian se acercó a su tío Thomas al que saludó efusivamente,
admirando su vestimenta y mirando detenidamente sus insignias.
221

_ Tío Thomas, supe que había llegado de vacaciones y me vine al


tiro para acá. Usted es la primera persona del Gobierno que conozco con
un cargo tan importante. El papá de mi mejor amigo, Matías, dice que
usted ha hecho un tremendo trabajo en Australia y que hasta lo
promovieron. ¿Qué son esas insignias tío?

_ ¿No saludas a tu padre Ian? – Le dijo Thomas haciendo caso


omiso a todas las palabras de alago de su sobrino. Ian, miró hacia el sillón
y observó a Matthew que descansaba con los ojos cerrados. Tenía las
piernas espiradas y los pies cruzados. Los dedos de sus manos golpeaban
los brazos del sillón, marcando la melodía del Ombra mai fu que
tarareaba suavemente. El hecho de ver a su hijo vestido de esa manera le
había conmocionado enormemente y más todavía el que ni siquiera se
había dignado de saludarlo. Por su parte, por un leve momento, el alma
de Ian se sintió profundamente atraía hacia su padre. Al contemplarlo
sentado ahí solo, sintió un enorme deseo de abrazarlo, pero algo lo
detuvo. Ese algo que desde hacía un tiempo dominaba su voluntad y que
parecía haberse tomado su identidad, después de haber jugado
peligrosamente con lecturas de corrientes y tendencias absolutamente
contrarias a toda la formación espiritual que había recibido desde su más
tierna edad. La curiosidad por conocer creencias e ideologías que parecían
tan humanamente atractivas le tenían la cabeza completamente confusa.
Cada día era bombardeado con lecturas y conversaciones que lo único
que habían conseguido era que perdiera la fe y comenzara a creer en
cualquier cosa, y lo peor de todo es que se creía cualquier idiotez que le
decían sus amigos, especialmente aquel con el que vivía. “Ian, - le decía
Matías - nosotros te hemos acogido, pudiste seguir estudiando, puedes
obtener todo lo que te propongas y quieras lograr, y ¿qué ha hecho tu
familia? Han querido que seas un amargado y quisieron llevarte al
fanatismo religioso, son unos homofóbicos. Mira sus frutos, y mira los
nuestros, ¿quién tiene la razón?” Y el pobre muchacho cándido se
quedaba con la boca abierta pensando y pensando, escuchando como el
gusano del odio carcomía el amor por los suyos. Su mente luchaba cada
día por hacer caso omiso a los gritos que daba su conciencia para hacerlo
volver y la ahogaba con excusas diciéndose a sí mismo que su familia no
lo quería, que estaban locos, equivocados, que parecían unos
fundamentalistas, y de esta manera disipaba cualquier intento de
acercamiento y de vuelta atrás en su resoluciones.
222

Ante la insistencia de Thomas, Ian se acercó a Matthew, quien ni


siquiera se inmutó cuando Ian lo saludó con notable descortesía.

_Anda Ian, dale un beso a Matthew – le insistió Thomas - ¿qué ocurre


con ustedes? Parecen niños amurrados. – Matthew abrió los ojos y clavó
su penetrante mirada en los ojos azules de Ian, que se cortó
inmediatamente corriendo la vista hacia la ventana.

_ ¿Cómo estás Ian?

_ Bien señor, ¿y usted?

_ ¿Señor? Dios mío, ¿desde cuándo me tratas de señor por favor? Te


faltó decírmelo en inglés no más: Fine, sir…Rubbish!, rubbish!, – dijo para
callado Matthew muy enfadado - Yo estoy muy bien como sabrás y
podrás apreciar. Salvo por este golpe en mi cabeza con sus veinte puntos y
el cambio de marcapasos que me van a hacer mañana para que no me
muera tan luego, después que me vino una descompensación, la cual tu
pareces desconocer. Porque el aparatito que me mantiene contralada la
arritmia dejó de funcionar, pero aparte de eso, estoy muy bien, gracias…Y
además estoy muy contento porque Thomas se va a quedar a vivir unos
días con los renegados supersticiosos. Y tú Ian, ¿Qué ha sido de tu…?
¿cómo decirlo?, ¿ajetreada y atosigada vida? ¿Mucho trabajo solidario? -
Matthew solía ponerse sarcástico e irónico cuando estaba extremadamente
molesto, y su hijo, que lo conocía bien, no le dijo nada, sino que dándole
vuelta la espalda se acercó a Thomas para seguir conversando. Matthew se
levantó y avanzó lentamente hasta la salida del living, justo en el momento
en que Ángeles entraba con unas galletas y un vaso de leche para Ian.

_ ¿Le traes de lo poco y nada que comen mis hijos a éste? – Ángeles se
quedó boquiabierta por las duras palabras de Matthew que se sentó
agotado por el esfuerzo de la caminata desde el living a la escala en el
primer peldaño de la escalera. Ángeles después de darle a Ian la leche y
las galletas fue a sentarse con Matthew, mientras que Thomas conversaba
animadamente con su sobrino en el living.

_ Matthew ¿qué dices? Es Ian, es nuestro hijito.


223

_ El que está en el living mi niña linda, no es mi hijo Ian, es un


desconocido, un monstruo. Se ha dejado llevar por el mal y el mal le tiene
tomada el alma. ¿Viste su mirada? No es él, es otra persona. Pobre niño,
me da mucha pena y me duele, yo lo amo, sabes lo parecidos que somos,
pero yo no lo puedo forzar a nada, ni menos a que me quiera. Estoy
cansado, mi vida, han sido demasiadas emociones y estoy muerto. Voy a
tener que pedirle a Thomas que me suba, caminé un poco y ya no puedo
más… ¡qué impotencia! ¡Qué rabia me da! ¡Me siento tan inútil! Me carga
vivir sabiendo que soy un cacho para ustedes. No puedo hacer nada…ni te
imaginas el combate que llevo aquí dentro – Matthew se golpeó el pecho
con fuerza al decir esas palabras – para no reventar y tirarme de cabeza
por la ventana.

_ Mi Matthew tienes que estar tranquilo, mañana te operan y tu presión se


va a las nubes cuando empiezas a refunfuñar y a enojarte solo. ¿Crees que
sea bueno que Thomas se quede acá? ¿Estará siendo honesto con
nosotros? A mí me da miedo.

_ Confía en mí, yo le creo.

_ Y en cuanto a Ian, por favor, no seas tan rudo con él. Fuiste capaz de
recibir con los brazos abiertos a Thomas cuando él ni siquiera te había
dicho que había cambiado y no eres capaz de saludar y atender a tu
propio hijo. No le des mal ejemplo, su actitud y el modo en que está
conduciendo su vida está mal, pero sigue siendo nuestro hijo y
precisamente porque está mal, es cuanto más nos necesita. La caridad,
como dices, no debe enfriarse. Sé que nuestra situación actual con
respecto a él es sumamente peculiar, por llamarlo de alguna manera,
viviendo en otra casa, con un apoderado que lo representa en vez de que
lo hagas tú. No podemos hacer nada más para remediar esta situación, de
lo contrario estaríamos exponiéndonos a que nos quitaran a nuestros otros
hijos. A pesar de todo esto tan doloroso no debemos dejar de ser sus
padres y de seguir acogiéndolo y recibiéndolo cuantas veces él quiera
venir. Nunca le cerraré la puerta, nunca. Recuerda cuando en Inglaterra
en la época de la Reforma los visitadores de Cromwell entraban a los
conventos y monasterios para apoderarse de ellos. Los monjes, sin
embargo, los atendían como siempre, como si fuera el mismo Cristo el
que estaba allí. No debes olvidarte de practicar la caridad, nosotros no
224

somos mejores que los demás, pero debemos dar testimonio de la Verdad
y eso se hace amando a los que nos odian. – Matthew apoyó su cabeza
sobre el hombro de su esposa. Ella tenía razón. Se había dejado llevar por
un arrebato de rabia.

_ Tienes toda la razón Ángeles. Estoy tan presionado y nervioso que


termino actuando peor que un pagano… ¡Ian, hijo ven por favor!, -le gritó.
Ian apareció en la puerta del living seguido de Thomas – Ian, perdóname
por haber sido tan duro contigo. Me sentí herido por ti porque no me
viniste a ver cuando me enfermé y de puro picado me dio la furia. Sabes
lo sarcástico que me pongo a veces, ven y dame un abrazo. – Ian dudó por
un instante, pero al fin se acercó lentamente y estirando sus brazos abrazó
a Matthew de tal manera que cuando su padre quiso soltarlo, él no lo
dejó. Aquella sensación de rechazo que sintió cuando llegó, de un
momento a otro desapareció y se sintió absolutamente reconfortado en los
brazos de aquel hombre que parecía tan débil y desgastado físicamente.
Qué extraño fue para él volver a sentir esas manos acariciando su espalda
y su nuca. Qué reanimado se sintió al percibir ese agradable calorcito que
provenía del pecho de su padre, al volver a oler la fragancia de su loción
para después de afeitar. Tenía tantas ganas de decirle que le amaba, que lo
extrañaba, que lo perdonara. Matthew le susurró al oído: “Vuelve hijito,
vuelve a tu casa”. Y al escucharlo, en un lapsus de segundos un chispazo
de recelo y de desasosiego volvió a su mente. Salió de esta especie de
trance en el que se encontraba y de golpe cayó en la cruda realidad,
acordándose de que ya no pertenecía en espíritu a esa familia y dando un
salto de echó para atrás, completamente ruborizado, como si lo que
acabara de hacer con su padre hubiera sido una especie de traición a los
principios que ahora sustentaba. Había cometido un pecado contra la
nueva religión al congeniar con el enemigo y se sintió estúpido y fuera de
sí, le dio un beso a su madre, un apretón de manos a su tío Thomas,
recogió el abrigo negro y volviéndose a la puerta principal, la abrió, y antes
de partir se dirigió a su padre.

_ Buena suerte mañana papá con tu operación, otro día te paso a ver,
estoy apurado…tengo que irme ya.

El muchacho salió corriendo como si hubiera hecho algo malo.


Thomas y Ángeles se miraron desconcertados ante la insólita escena, y
225

miraron preocupados a Matthew que se había quedado observando la


puerta que Ian había cerrado suavemente.

_ Pobre chiquillo, estuvo a punto, a punto de volver. Es exactamente lo


que pensé. Hay algo que lo tironea hacia delante cuando él quiere volver a
atrás, y creo que ahora más que nunca debemos rezar con mayor fervor y
confianza por su alma. Angelito no te preocupes por él, hay que dejarle
los tiempos a Dios y El sabrá guiarlo aunque lo haga de manera dura. Mi
vida linda, ¿me puedes preparar los remedios mientras Thomas me
acuesta? Estoy rendido. Tommy, súbeme por favor…y mañana después
que Sean me opere me cuentas lo que sabes de la casa y de nosotros.
Ahora lo único que quiero es acostarme a dormir…se han demorado los
niños, espero que estén bien.

Thomas estaba feliz de poder ayudar a su hermano a meterse


nuevamente en su cama. La pieza permanecía alumbrada únicamente con
una vela que titilaba sin mayor energía sobre el velador de Matthew. Con
delicadeza le había sacado la ropa y le había colocado un pijama, mientras
Matthew con la respiración fatigosa, tenía su cabeza inclinada hacia un
costado apoyándola sobre el hombro. En ese preciso instante entró
sorpresiva y violentamente a la habitación de Matthew, Manuel que al
enterarse que Thomas había vuelto había partido desde su casa furioso,
sin que ni siquiera Isabel pudiera retenerlo para calmar su rabia.

Matthew al sentir a Manuel levantó la mirada hacia la puerta y luego


la volvió a bajar. Thomas también notó que Manuel había entrado y vio
que se dirigía hacia él preso de indignación.

_ ¿Qué hace este desgraciado hijo de perra en esta casa? ¿Qué haces con
Matthew? ¿Quién te dijo que podías entrar acá vestido como funcionario
de los que quieren matarnos de hambre?

Sin pensarlo se abalanzó sobre Thomas que no alcanzó a esquivar


un fuerte puñetazo que Manuel certeramente le dio en el rostro,
lanzándolo sobre la cama de Matthew, el cual desesperado tratando de
proteger a Thomas al ver venir a Manuel decidido a matarlo a golpes,
cubrió el cuerpo de su hermano colocándose sobre éste, de modo que
Thomas quedó debajo de los brazos de Matthew quien debido al esfuerzo
226

no podía después moverse. El celo con que Manuel cuidaba a Matthew


rayaba en veneración, ya que lo consideraba poco menos que como un
santo. Manuel se quedó de pie al lado de la cama resoplando como un
toro. Thomas logró sacarse a Matthew de encima y lo empujó con
cuidado hacia atrás de la cama, quedando apoyado en uno de sus
almohadones. Matthew se llevó la mano al pecho e intentando calmarse
sacó la voz a duras penas. Thomas seguía sentado en la cama
acariciándose la cara y mirando a Manuel y a Matthew alternativamente
sin decir nada.

_ ¿Qué haces Manolo….qué haces con mi hermano? ¿Por qué le pegaste?


Anda dime, ¿por qué le pegaste? ¿Quieres matarme de susto?...¡Ay Dios
mío qué mal me siento! Manuel…Manuel acércate no me hagas hablarte
fuerte….

Manuel se acercó a la cama de Matthew y agarró a Thomas del


cuello levantándolo con fuerza y empujándolo lejos. Thomas no hizo nada
por defenderse. Se quedó de pie, con la cabeza agachada y los ojos
mirando el suelo. Su mejilla izquierda se había inflamado y le punzaba
fuerte. Sabía que tal vez se merecía ese golpe. Matthew nunca le habría
pegado, pero también sabía que a éste ganas no le habían faltado. Alguien
iba a darle algún día el golpe que merecía y sin dudas ese alguien iba a ser
Manuel Etcharren.

_ Matthew, viejo, ¿qué hace este tipo aquí en tu casa? ¿Vino a decirte que
te va a entregar a sus amigotes? No tiene ningún derecho a sentarse en tu
cama ni menos a cuidarte, ¿cómo es que dejas que te toque el Judas?–
Matthew levantó su mano y la colocó sobre la mano de Manuel.

_ Thomas ha venido a mi casa a disculparse conmigo y con mi familia. Ha


confesado sus pecados y ahora va a quedarse a vivir conmigo para
ayudarme….Perdónalo como yo lo perdoné, y si está aún usando ese traje
es porque no quiere levantar sospechas. Dense la mano y vuelta a foja
cero que más que nunca los necesito a los dos. Quién sabe si mañana
estaré vivo, me estoy apagando…

Matthew cerró y apretó los ojos y se quedó dormido. Después de la


agitada escena vivida, en la habitación reinó una extraña calma y un
227

profundo silencio interrumpido solamente por la fatigosa respiración de


Matthew. Manuel le tomó la mano que Matthew tenía sobre la suya y se la
colocó sobre su pecho. Luego se tomó la cabeza con ambas manos y se
quedó ahí en silencio sin moverse intentando calmarse. Thomas se acercó
a él y estirando su mano se la ofreció a Manuel.

_ Hola Manuel, ¿cómo has estado cuñado?

Manuel levantó lentamente la cabeza y lo quedó mirando de arriba


abajo con desprecio. Fue en ese momento en que notó el extraordinario
parecido físico que Thomas tenía con Matthew. Era la otra cara de la
misma moneda. Ahí estaba este buen hombre sufriendo con su corazón
herido por una enfermedad que lo tenía al borde de la muerte, lleno de
problemas internos y externos, luciendo más viejo de lo que era, con el
rosto enjuto, consumido por el esfuerzo de salir siempre adelante,
conservando la fe intacta. Recordaba con nostalgia los días en que los dos
salían a correr junto a la orilla del mar y terminaban tirados en la arena
con las olas mojando sus pies. Lo veía en su pieza en la casa de sus padres
encerrado leyendo y estudiando en su dormitorio, con el codo izquierdo
colocado sobre una cima de libros al mismo tiempo que con su mano
derecha jugueteaba con su infaltable lápiz grafito. Mientras que él
dormitaba detrás suyo en la cama de Matthew interrumpiéndolo de vez en
cuando para contarle las últimas novedades del colegio y después de la
universidad. Cómo añoraba los tiempos en que juntos tocaban a dúo, él
en el piano y Matthew en el violín apasionadas y encendidas piezas que
los trasladaban a otro mundo, sorprendiéndose al final mutuamente
llorando a causa de la excitación que producía en sus almas el sonido de la
música. Esas fuertes y toscas manos de Matthew, ahora estaban
delgadísimas y pálidas.

Parado frente a él estaba este cuñado suyo, alto, fuerte, con su pelo
sin ni una sola cana, sus ojos grises y las manos grandes y fuertes, usando
descaradamente el uniforme de esa asociación que poco a poco estaba
sometiendo al mundo sin encontrar demasiada resistencia. Ahí estaba
parado este hombre que siempre había sentido envidia de él a causa de la
amistad con Matthew. ¡Qué injusta es la vida! ¡Cómo deseaba Manuel que
las cosas fueran al revés! Pero en su interior la conciencia lo llevó
228

inmediatamente a hacer desaparecer ese deseo. Manuel bajó la vista y le


estiró la mano a Thomas sin mirarlo.

_ Hola Thomas…lo siento, perdóname por favor.

_ Me merecía el puñete.

_ Mira Thomas no trates de hacerte la víctima ni el simpático conmigo, no


tengo nada que hablar contigo. Tú no me tragas y yo tampoco te trago a ti.
Dejemos las cosas como están. No me interesa ser tu amigo y si tenemos
que conversar de algo, creo que es de Matthew y de su operación de
mañana. Ya que estás aquí te pediría que me ayudaras a llevarlo temprano
a la casa de mis suegros. Tenemos que estar muy temprano para
prepararlo. – Manuel se llevó las manos a la cara, estaba tremendamente
cansado y angustiado – Dios quiera que salga todo bien. Tu hermano no
merece todo esto que le está pasando, no lo merece. Una tras de otras las
fatalidades parecen perseguirlo. ¿Te vas a quedar a vivir acá? ¿Cómo
tienes cara para vivir bajo el techo de esta familia después de todo el dolor
que le has causado a Matthew? – En ese mismo instante entró Ángeles
con un vaso de agua para darle la pastilla para el corazón a Matthew y de
inmediato se dio cuenta de que algo raro reinaba en el ambiente. Vio a
Thomas parado enfrente de Manuel, que seguía sentado al lado de
Matthew en la cama.

_ ¿Qué pasa niños?... ¿¡Thomas qué te pasó en la cara!?...No me digas


Manuel que le pegaste a Thomas delante de Matthew… ¡qué tienen en la
cabeza ustedes dos! ¿Lo quieren matar acaso? ¿No saben que sufre
viéndolos a los dos pelear como niños chicos?- Ángeles se plantó frente a
Thomas moviendo la cabeza.- No sé si este regreso tuyo sea bueno para
nosotros...- Thomas intentó hablar, pero Ángeles se lo impidió levantando
su mano para hacerlo callar y él agachó la cabeza.

_ ¿Quieres que me vaya Ángeles? Es tu casa y sé que me odias…

_ Yo no te odio, no podría odiarte. Eres tan parecido a él físicamente…es


increíble. Escucha Thomas: lo que pasa es que estamos ya con suficientes
problemas para agregar uno más. Ya te aclaré abajo la opinión que tengo
acerca de ti y, perdona que sea tan franca, pero el que nace chicharra,
229

muere cantando. ¿Cómo podemos estar seguros de que tus intenciones


son honestas y que no vienes para espiarnos y darles más argumentos a
aquellos que quieren vernos sometidos a su poder?

_ Si Matthew confió en mí, debes creer en él. Matthew no se equivoca


con las personas. Todo lo que han escuchado de mi boca es la verdad.
Pero si quieres puedo irme. Es bueno que seas sincera conmigo porque
no se puede estar viviendo con alguien que detestas y que te quita la paz.
_ Si yo te pidiera que te fueras, Matthew no me lo perdonaría nunca. He
de creer en tu palabra y además he de aprender a convivir contigo.
Manuel, mañana antes de que se vayan va a venir el padre Titian a
confesar a Matthew y a traerle el viático. Ahora salgan los dos que quiero
estar a solas con él y acostarme. Thomas te dejé lista la pieza de Matthew
H. y de Ian, puedes elegir cualquiera de las dos camas porque ninguno de
los dos está. En el velador hay unos fósforos y una vela para que puedas
ver.

_ Lo de la electricidad puedo arreglarlo mañana mismo y conseguir que


vuelva.

_ Por ningún motivo, olvídate de usar tus influencias, no queremos nada


de ellos, absolutamente nada. Nos las hemos arreglado muy bien así y ya
nos acostumbramos. Los niños acaban de llegar y están comiendo en la
cocina, aprovecha de ir a saludarlos y a ver si te animas y rezas con ellos
las oraciones de la noche.

Ángeles antes de acostarse dejó preparada una mesita con un mantel


blanco y las velas junto a la ventana para la ceremonia del día siguiente.
Despertó a Matthew para darle su pastilla y después de besarlo con
ternura ambos se durmieron.

Cerca de las tres de la mañana Matthew despertó dando un grito


desesperado de pánico, el sudor le corría por la frente y sus manos
tiritaban. Semidormido llamaba a Ian, una y otra vez hasta que Ángeles
muy asustada al verlo así lo abrazó y lo sacó del sueño.

_ ¿Qué te pasa mi niño lindo? Estás aterrado.


230

_ ¿Dónde está Ian, dónde está?

_ Está en la casa de Matías, ¿estabas soñando con él?

_ Ian no está bien…tengo miedo, estoy asustado. – Matthew tiritaba de


miedo. - No quiero morirme todavía Angelito, no me quiero morir, tengo
miedo… tengo que traer a Ian a la casa.- Matthew hizo ademán de
levantarse, pero Ángeles lo tomó del brazo y lo retuvo.

_ Cálmate, no pasa nada, Ian está bien.

_ No, Ángeles, Ian no está bien, su alma está en peligro.

_ ¿Qué estabas soñando que te despertarte así? Intenta calmarte, no te


hace bien estar tan alterado.

_ Soñé que Ian me llamaba: “Papá, papá, ayúdame”, mientras que alguien
lo tironeaba como hacia un pozo o un acantilado y yo no podía hacer
nada porque no me podía mover del lugar donde estaba. Intentaba
arrastrarme, pero mis piernas las tenía pesadísimas y sólo lograba avanzar
unos metros. De pronto, desde ese abismo, salió una persona que me
miró como burlándose de mí y tomando a Ian del cuello lo arrastró al
hoyo, lo tiró y salto ágilmente en él sobre Ian. Qué terrible, Señor mío,
cuida a mi hijito y protégeme a mí para que pueda traerlo de regreso a Ti
y a mi casa. – Matthew se acurrucó junto a Ángeles y tomados de las
manos se quedaron dormidos nuevamente.
231

Capítulo 5

En aquel momento en que


nos hayamos arrojado a los brazos del mundo, y le hayamos entregado
nuestra independencia y nuestra fuerza, y dependamos de él para nuestra
seguridad, podrá entonces arrojarse furioso sobre nosotros en la medida
en que Dios se lo permita. Entonces súbitamente el Imperio romano
podrá quebrarse, y el Anticristo aparecerá como un perseguidor y las
naciones bárbaras se lanzarán al asalto.

John Henry Newman

Matthew se encontraba mirando sigilosamente la lúgubre y desierta


calle por la ventana de su antiguo dormitorio en la casa de sus padres,
sosteniendo en sus manos una carta que acababa de leer. Le había llegado
desde Oxford y era de su amigo Charles Wood contándole acerca de los
gravísimos y terribles problemas por los que atravesaban, que en nada
distaban de los vividos por la familia Mansfield.

Había transcurrido un mes desde que fuera operado y su salud


estaba completamente recuperada. Se sentía fuerte, lleno de energía y
hasta había logrado trotar suavemente unas cuadras en la noche. Las cosas
seguían poniéndose difíciles y los cambios se precipitaban cada día con
mayor rapidez. Siguiendo el consejo de Thomas (que aún seguía
engañando al Gobierno Mundial usando el uniforme, el chip y haciendo
periódicas reseñas de sus actividades en pequeños boletines que enviaba a
sus jefes) Matthew aceptó el dinero que éste le facilitó para terminar de
pagar la casa. De este modo Matthew quedó sin la deuda, pero como no
había firmado el contrato aún, ni tampoco tenía el chip, no podía
habitarla. Entonces Thomas se la compró y éste se la vendió al banco.
Resulta bastante enredosa la maniobra, pero había sido muy ingeniosa
aunque Matthew la aceptó a regañadientes. Se resistía a cualquier intento
de hacer tratos con los tipos del gobierno mundial y se encontraba en un
gran dilema moral al ver cómo Thomas usaba sus influencias para, entre
232

otras cosas conseguir agua y electricidad para la casa de sus padres,


aunque él vivía en un hotel.

Matthew dejó con pesar el sueño de su casa propia y debió irse a


vivir, bastante apretados, a la casa de su juventud. Allí se encontraban
viviendo los Mansfield Battaglia, a excepción de Ian. También estaban en
aquella enorme casa Sean con su esposa y su hijito, ya que tuvo que dejar
la casa que había comprado, por las mismas razones de su hermano
mayor.

Gracias a Thomas, la familia de Matthew estaba un poco más


protegida. Creían los funcionarios del gobierno mundial, que Thomas los
estaba adoctrinando y que prácticamente los tenía a punto de hacer firmar.
Esto, tal como ya se dijo, tenía a Matthew al borde del colapso moral: no
estaba en absoluto de acuerdo con la idea de estar viviendo a costas de un
resquicio. Porque era de convicciones bastantes absolutistas: todo o nada,
pero debido al estado de necesidad no le quedó más que aceptar porque
se trataba de la sobrevivencia. Aceptaba sólo lo mínimo y lo insalvable,
hasta que pudieran encontrar una salida mejor. “¿Qué tengo que hacer? –
se preguntaba con frecuencia. “¿Decirles que no voy a firmar y que me
lleven a mí y a mi familia prisioneros y que a la fuerza me introduzcan el
maldito chip? Claro que no, tengo que optar por el mal menor, y el mal
menor es tolerar que Thomas nos facilite por el momento algunas cosas
como la vivienda, la electricidad, algo más de comida, el agua y el gas.
Nada más, no aceptaré vivir a costa de su sacrificio espiritual y apenas se
nos aclare el panorama lo obligaré a sacarse el chip y tendrá que vivir
como un desertor. Thomas no va a quedarse solo, por ningún motivo,
vamos todos a la pelea, o más bien, al destierro. Daría mi vida por
Thomas, feliz la daría.”

No salían mucho, pasaban los días encerrados. Los controles de


identidad en las calles eran insoportables y si no se llevaba el chip se
conducía al rebelde inmediatamente al cuartel policial donde tras unos
días de arresto, se obligaba al reo a inyectarse el chip a la fuerza. Los
alumnos de violín de Ángeles ya no iban a sus clases por prohibición de
sus padres y el coro que dirigía se había disuelto, ante la negativa de sus
integrantes a dejar de cantar piezas litúrgicas católicas y al verse obligados a
interpretar los nuevos himnos litúrgicos propuestos por el Antipapa.
233

El padre Mansfield tampoco salía de su ermita y de su capilla.


Seguía celebrando su misa a hurtadillas y había dejado crecer la maleza y
las enredaderas en la reja que daba a la calle para hacer aparecer el lugar
como abandonado. La capilla desde fuera no se veía y menos su ermita
por lo que las plantas y la selva que crecía a su alrededor eran su mejor
guardia.

En cuanto a Manuel e Isabel, su situación no era mejor. Manuel ya


no trabajaba en la naviera ya que su padre lo había despedido a causa de
su negativa a firmar. Seguía siendo socio accionista de la empresa y
recibía algunas ganancias, pero no eran muchas. Al verse privado de su
trabajo Manuel andaba trastornado sin saber qué hacer. Partía todos los
días antes de que las patrullas fiscalizadoras salieran a controlar a las
personas que se dirigían a su trabajo, con su esposa y sus hijos a conversar
con Matthew y a ponerle malas caras a Thomas, lo que causaba la risa de
Matthew por lo infantil de su actitud. El Sr. Etcharren, padre de Manuel,
no entendió nunca la porfía de su hijo al no querer firmar y prácticamente
lo había desheredado:

_ No me importa que me desheredes. Tengo la inteligencia y los


conocimientos suficientes para levantar cualquier negocio que me
proponga. No entiendo cómo puedes obedecer tan ciegamente a ese cura
director tuyo que te tiene esclavo de sus decisiones. Es un manipulador y
está haciendo que finalmente te pelees con tu único hijo y que pierdas la
oportunidad de gozar a tus nietos.

_ Eres un rebelde y un proscrito Manuel y yo no puedo tenerte trabajando


en la empresa ni menos como gerente general. Tampoco entiendo cómo
puedes estar en esa posición tan intransigente cuando todo el mundo está
feliz con los cambios, con la renovación de la Iglesia. ¿No percibes el
optimismo reinante en el ambiente?

_ Yo lo único que percibo papá es la esclavitud, el estado policíaco, la


permanente descalificación. A los viejos católicos se nos trata como a
delincuentes de la peor calaña. Se llenan la boca con la libertad, pero en la
práctica no existe. Hay una ficción de libertad. A ti papá te tienen lavado
el cerebro. Te han metido en la cabeza que si no aceptas lo que dice tu
director eres una mala persona, un rebelde. Tienes que aceptarlo todo sin
234

cuestionamientos porque el director sabe mejor que tú lo que te conviene,


y que si pones en duda sus consejos estás faltando a la virtud de la
obediencia. Te hacen sentir como un pecador, como un orgulloso, como
un miembro putrefacto de su movimiento religioso. Pero para que usted
sepa, la obediencia no es ciega. La obediencia ciega se transforma, como
dice Chesterton, en una virtud loca. Se descontrola y deja de ser virtud. Si
su director le dice que el Antipapa actual….

_ ¡¿Cómo te atreves Manuel?! Yo ya sé quién te ha puesto todas esas ideas


en la cabeza. Yo le tenía mucho aprecio a Matthew, pero ahora me ha
defraudado…y tu esposa.

_ ¿Vas a decir algo en contra de ella? Porque si es así, me largo y no me


vuelves a ver nunca más.

_ ¿Qué más vas a decirme? ¿Vamos a caer en discusiones religiosas


nuevamente? Porque al final, todo en la vida se reduce a eso, ¿o no?

_ Sí, tienes razón, al final lo único que importa en la vida verdaderamente


es la religión y la salvación del alma, y yo no voy a perderla por culpa de
un cura amigo suyo que se autoproclama como tu director y guía y que
sólo te ha conducido a la apostasía. Me va a salir ahora con que todo el
mundo sigue al supuesto Papa en Jerusalén, que si no fuera verdad los
fieles de todo el mundo habrían saltado y hecho oír su voz…pero la
realidad es que lamentablemente no es así y los fieles se han dejado
arrastrar como ovejas al matadero. ¿Sabes la razón por la cual ha
ocurrido? Para mí, que no soy teólogo ni filósofo como mi mejor y más
entrañable amigo al que le debo mi alma y mi vida, la causa es simple y se
reduce a la ignorancia. Durante años, los obispos, sacerdotes y catequistas
han tenido a los fieles en la más completa ignorancia de su fe. Los
católicos no saben nada, no conocen su fe porque les metieron en la
cabeza que basta creer a ciegas, sin estudiar, sin prepararse y al primer giro
de timón van para donde los conducen. ¿Cómo puedo resistir al error si
no sé dónde está ni en qué radica? Viene entonces el Antipapa y les dice
una sarta de idioteces y de herejías. Descaradamente proclaman que lo
dijo el papa y el papa no se equivoca porque es infalible. ¡Qué carajos! No
tienen idea de lo que es la infabilidad, y son tan oligofrénicos que tampoco
saben discernir cuando algo va en contra de la razón y cuando no. Y si por
235

casualidad algo en su reducida conciencia, en su cerebrito atrofiado y


cabecita de pollo les dice que eso que sostiene el Papa está mal, lo tapan al
tiro diciendo que el Papa es el Papa y al Papa se le obedece, no se le
cuestiona aunque actúe contra la razón y la ley natural, contra la tradición
y la doctrina inmutable como lo está haciendo. ¿Acaso el director de su
movimiento laical que tan cerca del Antipapa está, ¿acepta que esté
bendiciendo los matrimonios entre homosexuales porque dice que ahí
también hay “amor”?

_ Hay cosas que no comprendo, pero eso es porque yo…

_ Porque usted ¿qué? ¿Qué es usted el que está equivocado por su


supuesta ignorancia? ¿No se atreve a pensar por usted mismo papá? Abra
los ojos de una buena vez. Usted está en una secta y una secta católica es
lo más peligroso que hay en el mundo. Sálgase de ahí. Ni siquiera quiso
leer el libro de cuentos históricos de Matthew, que son bellísimos, porque
su director no lo dejó porque no le gustaba la doctrina que proponía
Matthew. Tuvo que llevárselo primero a él para que le diera el nihil
obstat. ¡Córtela papá de una vez! Exaltan la libertad de conciencia, darían
según ellos, la vida por ella y a la primera de cambio, le prohíben hacer
uso de ella leyendo lo que se le plazca, ¿no le parece curioso?

_ Lo hacen por un afán de defensa, para que no perdamos la fe leyendo


cosas peligrosas.

_ No me haga reír… ¿va a perder la fe por leer a Mansfield? Es el chiste


más bueno que le he escuchado en mi vida.

_ Está bueno Manuel, ya está bueno. Ándate…terminemos con esto. Aquí


tienes la auditoria del mes y los porcentajes de las ganancias proporcional
de los socios. No te quiero volver a ver en la empresa hasta que cambies
de actitud y te sometas a la autoridad. Me has desafiado y lo siento por tus
hijos, pero yo no puedo seguir tolerando tu rebeldía. Te dejo para que
puedas hacer algo con tu vida, el “Albatros” a ver si con un buquecito de
transporte te las arreglas haciendo algún flete sin que te pidan mayores
documentos. Está a nombre de la empresa, pero te lo doy en comodato.
Me duele tener que llegar a hacer esto contigo porque llevaste a la
236

empresa a un muy buen nivel, pero tu obstinación nos iba a conducir a la


ruina.

Dejamos hace un momento a Matthew escondido detrás de la


ventana pensando sobre la enorme cantidad de cambios que sus vidas han
sufrido en poco tiempo. Su desazón aumentó más al leer la carta de
Charles. Tomó nuevamente sus anteojos para leer y colocándoselos
comenzó a releer la carta de su amigo nuevamente:

Mi Querido Matthew:

Por fin consigo que alguien te lleve esta carta directamente. Ayer
tuvimos la oportunidad de traer al agregado naval de Chile en Gran
Bretaña, aquí a Oxford. Logramos ubicarlo para invitarle a asistir a una
misa clandestina en mi casa. Sabíamos que él andaba preguntando
dónde podía ir a la misa de siempre a algunos conocidos en común y
gracias a Dios pudimos contactarlo. Durante la misa estuvimos un poco
asustados porque podrían descubrirnos debido a que vino mucha
gente. Pienso en lo riesgoso que fue lo que hicimos al traer a tantas
personas y si nos hubieran atrapado quizás qué cosas horrendas
hubieran hecho con nosotros. La misa la dijo el padre Lawrence, de los
tridentinos. El Papa, quiero decir, el Antipapa, excomulgó a los padres
tridentinos y los obligó a dejar Manchester, y ha puesto precio a la
cabeza del cardenal Bright y del Papa Pio XIII. Gracias a Dios todo salió
bien y este querido oficial de tu país se encargará personalmente de que
mi carta te llegue sin novedad.

Extraño tanto los tiempos que pasamos juntos con nuestras


familias. Estamos viviendo una situación que me hace recordar a la
Inglaterra de la reforma porque vivimos acorralados. He sido un
estudioso de aquel negro y fatídico periodo en la historia de mi
hermosa patria y estoy permanentemente comparando nuestros días
actuales con los de aquella época y no deja de llamarme la atención lo
parecidos que son.

Hay mucha bulla por todos lados, Londres y Oxford parecen un


circo, sin ofender a los de este gremio, me parece que las gentes andan
felices con toda la fiesta permanente que se ha hecho para celebrar la
unificación mundial. En la vereda opuesta donde nos encontramos, las
237

amenazas contra los viejos católicos son espeluznantes. A Jane la


despidieron de Oxford y ella está muy dolida porque amaba sus clases,
a sus alumnos…¡Pobre universidad!. Desde más o menos la época en
que estudiabas acá, y un poco antes en verdad, la vida universitaria se
estaban poniendo mediocre. Los contenidos de la enseñanza
comenzaron a declinar debido en gran parte a que los alumnos que
llegaban a estudiar carecían de la formación clásica que antes se daba
en los colegios, (quizás con la excepción que se da especialmente en
pocos exclusivos colegios que aún van quedando) Los college tuvieron
que ir bajando el nivel de sus alumnos poco a poco hasta donde
estamos. La investigación y el estudio, el amor a la verdad, a la
búsqueda del saber que antes nos llenaba de orgullo, las tertulias y
todo eso pasó a la historia. La carrera de economía pasó a ser la más
importante en la universidad, y la filosofía y la teología quedaron
relegadas a un segundo o tercer lugar después de las tecnológicas. Nos
hemos convertido en una fábrica de tecnócratas que lo menos que les
interesa es encontrar la Verdad y transmitirla. Sólo quieren que les
regale un título. Y qué decir del adoctrinamiento amoral de los fellow y
profesores: todo gira en torno al sexo, es horrible. No sólo es el
problema que acarrean los pecados del cuerpo, lo peor está en que han
perdido el alma y se han lanzado de lleno en la búsqueda de todo lo que
tenga que ver con el oscurantismo, la brujería y los espiritismos. Nos
hemos visto invadidos con cátedras que bajo nombres de psicología y
filosofía “mística”, enseñan todo lo relacionado con temas ocultistas y
nuestros jóvenes están transitando por veredas muy peligrosas. Se
están dando con escalofriante frecuencia suicidios horrendos entre los
estudiantes, con una estadística de al menos 3 o 4 a la semana. Muchos
de ellos lo han hecho después de haber asistido a sesiones espiritistas
o a iniciaciones satánicas. Ha habido una proliferación de infestaciones
diabólicas y de poseídos. Pero lo más triste es que no hay sacerdotes
que puedan exorcizarlos. Los tridentinos no pueden abarcarlo todo y
para colmo, los exorcismos están prohibidos por la iglesia oficial.
¡Prohibieron los exorcismos! Estamos viendo tantas gentes
endemoniadas como en la época de Cristo nuestro Señor. Ruego a Dios
por sus almas, pobrecitos niños, la mayoría de ellos en su primer año
en Oxford.

Antiguos anglicanos de la High Church viendo el escándalo en


su iglesia han querido hacerse católicos, pero al ver que nosotros
238

estamos en las mismas, andan perdidos como ovejas sin pastor y están
defraudados de la religión. Los escándalos que presenciamos en el
clero católico hacen perder la fe a cualquiera que se encuentre
desprevenido; porque ¿puede ser de Dios una Iglesia donde sus
sacerdotes son homosexuales, pedófilos, mujeriegos, etc.? Da asco
pensar en lo bajo que han llegado los curas…cloacas de impurezas que
deberán dar cuenta a Dios de sus asquerosidades.

A muchos anglicanos a quienes he considerado sinceros y que


me han demostrado su real interés por la salvación de sus almas y que
sufren por su Iglesia, poco a poco los he ido atrayendo. Les he
prestado libros de apologética cristiana, los hago leer a Newman, a
Knox y a Benson entre otros, y luego de un largo proceso los invito a la
misa tradicional y he visto con mis propios ojos como descubren en ella
la verdadera fe y el culto más agradable a Dios y ya varios se han
convertido y han sido recibidos en la Iglesia por los Padres Tridentinos
que han tenido que salir de Manchester, tal como te lo indiqué arriba.
Han abandonado el seminario y sus ermitas para reubicarse entre sus
fieles tal como tu hermano, el padre Christian lo ha hecho con ustedes.
Nosotros vivimos con el padre Laurie, que fue compañero de tu
hermano en el oratorio de Manchester y que es nacido y criado en
Oxford. Su familia entera apostató de su fe y se han quedado con el
Antipapa cerrándole las puertas a este pobre sacerdote que cada día
sufre al ver a su familia.

James está a punto de ordenarse y esperamos nada más a que el


cardenal Bright nos avise para partir lo más pronto posible. Está
haciendo sus últimos estudios con el padre Laurie y ya ha recibido las
órdenes menores hasta llegar al diaconado. James siempre se acuerda
mucho de ti, lo mismo que Benjamin que se encuentra en Londres, y las
niñas que junto a sus maridos están instaladas en Irlanda alejados de
este bullicio y de sus escándalos. Londres, te repito, arde en
concupiscencia y en brujerías, lleno de secuaces que pululan ahora por
todas parte intentando atraer (¿u obligar?) a los incautos a la Nueva
Religión.

¿Qué podría decirte mi buen amigo? Hay días en los que ni


siquiera me dan ganas de asomarme por la ventana a mirar el parque
que se encuentra por lo demás, muy abandonado, es una pena. No
239

queda ni rastro de lo que conociste cuando llegaste de Chile. Tenemos


que estar encerrados, mirando por la ventana todo el día, para ver si
nos vienen a buscar. La cosa se puso fea Matthew, muy fea.

No tengo tiempo para escribirte más largo. Me están esperando


para llevar la carta. Tan sólo me resta decir que reces mucho por
nosotros que no sabemos hasta donde nos va a llevar la resistencia.
Hemos perdido mucho de lo terreno, y quizás esto nos ayude a ganar lo
mucho del Cielo, que Dios tenga compasión de nosotros. No nos
moveremos de Oxfordshire, tenemos a algunos estudiantes que cuidar,
ellos nos necesitan y somos como sus familias.

Matthew, no te preocupes por responderme, es peligroso para


ambos. Te escribí esta carta con la idea de que sepas algo de nosotros.
Para que al menos sepas que aún estamos vivos y juntos.

Dale nuestros cariños a Ángeles y a tus niños, un especial


saludo a mi ahijadita Annie, que sepa que tiene un padrino y una
madrina británicos que rezan mucho por ella.

Y ya que parece que no nos veremos más en este mundo, espero


juntarme contigo en el Paraíso, por la Gracia de Dios, para conversar y
reírnos de lo que en estos momentos nos asfixia, tal como lo decía
Shakespeare: and all these woes shall serve
For sweet discourses in our time to come. Reza por mi perseverancia,
que yo también rezaré por la tuya y la de tu familia.

Fue para mí un honor haberte conocido y haber entablado esta


amistad sincera y desinteresada. Cuídate mucho Matthew Francis, se
despide afectuosamente tu amigo,

Charles Wood

Matthew terminó de leer y guardó la carta dentro del sobre. Le


pareció como si Charles se estuviera despidiendo de él para siempre y lo
más angustiante era que no podía responderle.

Abajo en el primer piso podía oírse a Manuel tocando en el piano


una pieza de Bach como sólo él sabía hacerlo, y cada nota golpeaba con
240

pasión en los oídos de Matthew. Se había sentado en su antiguo escritorio


con las manos sobre su cabeza y su cara roja de rabia.

Algo extraño pasó por la mente de Matthew en ese momento. Se


sintió invadido por una ola de malos pensamientos contra Dios y contra
Cristo y en su lucha contra ellos comenzó a repetir en voz baja:

_ Déjame en paz, maldito perdedor, no te vas a salir con la tuya. Déjame


en paz, maldito perdedor, deja en paz a Ian, deja en paz a mi familia, deja
en paz a Charles. Déjame en paz maldito perdedor. Quis sicut Deus?
Quis sicut Deus? Crux sancta sit mihi lux, non Draco sit mihi dux, vade
retro Satana, nunquam suade mihi vana, sunt mala quae libas, ipse venena
bibas!.

Una y otra vez repitió la misma oración con la cruz de San Benito
agarrada en su mano con tal fuerza que se le marcó completamente en la
palma. De pronto y en medio del combate espiritual sintió que alguien le
golpeaba la cara de una bofetada.

_ Lo siento Matthew, pero tuve que hacerlo. Me asustaste. Llevo dos


minutos llamándote, te he gritado en el oído, te tomé las manos de la
cabeza y seguías así. ¡Dios mío estás blanco!, ¿qué te pasó cuñado?

Era Rosario, la esposa de Sean y hermana de Ángeles, que había


entrado a la pieza para hablar con él y lo había encontrado, moviéndose
de adelante para atrás en la silla, como un autista, tomándose la cabeza
con ambas manos y repitiendo la frase en forma rápida una y otra vez.

Matthew estaba exhausto, por su frente corría el sudor, su mano


derecha tenía marcada la figura de la medalla de San Benito a causa de la
presión ejercida sobre ésta.

_ No le digas a nadie lo que acabas de ver- Matthew se acercó a ella con


estrépito y le agarró las manos con inusitada fuerza - dame tu palabra
Charo que no le vas a decir a nadie lo que viste recién….- La mirada de
Matthew era aterradora y dejó a Rosario más asustada aún.
241

_ Matthew, Mateito, está bien, está bien…oye córtala, mira que me estás
asustando, tienes la cara deformada y me están doliendo las manos. –
Matthew la soltó abruptamente, y se acercó a la ventana, la abrió y sacó la
mitad de su cuerpo para afuera, exhalando una bocanada de aire. Su
cuñada seguía de pie junto al escritorio contemplándolo en silencio con
curiosidad.

Desde niña había mirado a Matthew con tal respeto que rallaba
en la admiración, cosa que molestaba a su cuñado enormemente.
Matthew, a pesar de sentirse incomodado cuando Rosario le miraba con la
boca abierta cuando conversaban, gustaba de pasar largos momentos en
amena charla con ella, mientras Ángeles tejía junto a él. Rosario era muy
culta y gozaba hablar con Matthew sobre literatura, habiendo ella misma
publicado unos cuantos cuentos y una novela antes de que comenzaran los
problemas.

Sorpresivamente Matthew entró, cerró la ventana y se quedó


mirando a Rosario con un rostro que no tenía nada que ver con aquel que
había abierto la ventana hacía un rato. Con una sonrisa amable y unos ojos
de mirada cariñosa observaba a su cuñada que no lograba comprender
qué le pasaba. Pensaba que a Matthew realmente le estaba fallando algo
en la cabeza tal como a diario se lo escuchaba decir a Manuel, medio en
broma, medio en serio.

_ Parece Matthew que de verdad estás medio trastornado como dice


Manuel, y debes buscar ayuda…si te hubieras visto hace un rato, temí que
me pegaras. – Dijo Rosario, dejándose caer sentada al borde de la cama
de soltero de Matthew, con cara de esperar una respuesta. Matthew tomó
la silla de su escritorio y la dio vuelta, sentándose de modo que el respaldo
le sirvió para poner sus manos quedando frente a frente a Rosario y
comenzó a hablarle suave y pausadamente.

_ Charito, Charito, mi hermanita chica, perdóname, no quise hacerte


daño ni asustarte. Soy incapaz de levantarle la mano a alguna mujer, por
favor, no pienses mal de mí. Me conoces…
242

_ Y porque te conozco desde chica es que creo que tú estás muy


cambiado y que andas como... ¿cómo te dijera? Como un alma en pena, y
ahora con esto de hace un rato…

_ Es que…ya sabes. No he andado muy bien conmigo mismo. Mi vida se


puso patas arriba y acabo de recibir una carta desde Oxford de mi amigo y
compadre, Charles Wood, el que me recibió y me consiguió la beca
cuando me fui a estudiar a Oxford que me dejó muy preocupado y
entristecido. Tengo miedo por él, de que le pase algo. Le tengo mucho
cariño. Con mi Angelito somos muy buenos amigos de él y de su familia, y
yo estoy aquí sin poder hacer nada más que rezar. Tienes razón al decir
que ando como alma en pena, y discúlpame, tiendo a rumiar los
problemas en mi mente y eso me tiene más callado. – Matthew hablaba
tan dulcemente que Rosario se sintió nuevamente tranquila. Puso sus
manos sobre los dedos de Matthew que estaban apoyados sobre el
respaldo de la silla.

_ No te preocupes, está bien, ya pasó. A lo mejor cometí el error de


sacarte de algún tipo de experiencia…

_ No, no, nada que ver. ¿De éxtasis ibas a decir? - Rosario asintió – No,
¡válgame Dios! Estás igual que Manuel. Lo único que le falta a este pedazo
de bruto es traerme velitas y flores para venerarme como si fuera
santo…¡cómo detesto esos estúpidos comentarios de Manuel cuando
Thomas me sale con alguna broma! Además que me cuida como si yo no
pudiera cuidarme solo. Me hace sentir pésimo, ¡si yo soy el más pecador
de la casa! Ustedes no lo entienden porque no están en mi cabeza y se
imaginan que soy poco menos que un místico por las cosas que hablo. Sí,
claro, hablo muy bonito de religión y teología, y de meditaciones
espirituales, pero tú no sabes lo duro que es para mí ser consecuente con
lo que predico. Es muy difícil ser Matthew Mansfield, te lo aseguro mi
Charito.

_ No conozco a nadie que sea cien por ciento consecuente con lo que
dice.

_ Sí, nadie lo es plenamente, pero a lo mejor yo debería hablar menos y


rezar más… – Matthew iba a decir algo más, pero se quedó por un instante
243

pensando. Miró fijamente a Rosario, que a su vez clavó su vista en


Matthew quien le preguntó:

_ Dime una cosa Charo, con sinceridad. ¿Soy de esos mojigatos que
andan todo el día hablando de Dios, del Espíritu Santo, de los
“hermanitos”?

_ Para nada, no, nunca he pensado algo así de ti. Sé a lo que te refieres.
Son esas personas que viven en las parroquias, en los grupos parroquiales
y andan hablando de los hermanos, de Dios y se llenan la boca con
palabritas lisonjeras y caritas estúpidas. Forman verdaderos ghetos en
torno a las parroquias. Son grupos muy cerrados que llegan a tener hasta
más autoridad en la toma de decisiones sobre lo que hay que hacer en las
parroquias que los mismos párrocos. He conocido a muchas de esas
personas y siempre les hago el quite, porque son muy temperamentales y
pueden que te estén hablando del amor, de la paz, de la devoción tal o
cual y cuando tú osas decirles algo que les molesta, saltan como conejos,
se enojan y te gritonean. Hasta ahí no más les llegó el amor. Da para hacer
todo un estudio psicológico de estas personas. Hay algunas que viven de
esto. Se la pasan en las iglesias y no le trabajan un día a nadie.
Generalmente tienen problemas familiares, o son solteros sin mayores
responsabilidades que andan buscando compañía. O también lo hacen
para acallar sus propios problemas internos y externos ya que de alguna
manera esto los ayuda a escapar de sí mismos. Pero en tu caso, no te
aproximas ni un centímetro a como son estas gentes. Yo que te conozco
Matthew de toda la vida y porque te quiero tanto como a mis hermanos,
te lo digo con franqueza. Cuando hablas de religión lo haces generalmente
por una necesidad de aclarar dudas de ciertos aspectos de la fe; o para
discutir algún tema teológico, o para aconsejar a un alma necesitada. Pero
en mi vida te he visto llenándote la boca con Dios y el amor y todas esas
cosas que muchas veces no son más que meras palabras. Beatería pura y
falsa piedad. Eres un padre de familia amoroso, un esposo dedicado, un
profesor comprensivo y cuando hay que decir las cosas, las dices, nada
más que eso. A mí me ataca esa gente que por un lado, se despiden con
frasecitas de En Jesús y María, o Paz en el Señor, En Cristo Rey, y por
otro se llenan la boquita con groserías y pelambres.
244

_ Gracias, me dejas más tranquilo. A mí también me carga esta gente. No


los juzgo, pero siempre digo que hay que estarse muy calladito cuando nos
decimos católicos...calladito no más, que muchas veces las palabras sobran
y la caridad falta. No podemos ser tan inconsecuentes. Eso de andar
llenándose la boca, como tú dices, con la religión y actuar en el plano
laboral o social como si no existieran…los fanáticos de las devociones. Yo
no estoy en contra de las devociones, muy por el contrario, yo también las
tengo. Pero de ahí a dejar botado los deberes de estado para puro seguir la
devoción, hay un gran trecho. Es mucho más fácil y hasta diría que más
entretenido dejar la casa botada, el trabajo, los deberes para con los
familiares y mandarse a cambiar a la parroquia para seguir con el grupo
parroquial la devoción. Las devociones son buenas; la meditaciones de las
Sagradas Escrituras, los rosarios, las coronillas, etc., son cosas que le
ayudan a uno en la práctica de la piedad, pero se transforman en algo
malo cuando yo abandono mis deberes por practicarlas: dejo de cuidar a
un enfermo, por ejemplo, y me voy a la parroquia a rezar. Tengo un caso
conocido, para que veas que de verdad esto pasa, pero no te lo voy a
contar para no caer en cahuines. Hay que ser muy prudentes, muy sobrios
y la mejor prédica es el ejemplo, practicar la caridad, ahí se prueba la fe,
no en la palabrería barata, que puede sonar muy bonito, pero muere ahí.
Pero volviendo a nuestro tema. No sabes lo árida que es mi oración, es
tan árida que por poco me lleva a perder la fe. Todo lo que se me ocurre
y digo acerca de los bienes espirituales, acerca de Dios y de la Santa
Religión, son chispazos de inspiración divina. Da lo mismo que lo diga yo
o Perico de los palotes, pero si en un momento de la discusión o de la
duda, yo puedo decir algo, lo digo, no me puedo dejar la Verdad para mí.
Pero eso no significa que yo sea un santo. Podré a veces, tener buenas
salidas y algunas ocurrencias, pero por dentro…no le deseo a nadie estar
en el pellejo ni en el alma de Matthew Mansfield. Lo que viste recién, y te
suplico no se lo cuentes a nadie, fue una de esas luchas de las que siempre
hablo. Nadie hasta el día de hoy me había visto hacerlo. Lo hago desde
niño. Aunque no siempre el combate es como lo acabas de ver. Cuando
la tentación es muy fuerte tengo que entrar en esta arena y pelear con
todas mis fuerzas para esperar a que pase y me deje tranquilo.

_ ¿En serio? ¿Ni la Ángeles te ha visto?


245

_ Ni siquiera ella…Yo no tengo secretos con ella, ninguno, nos contamos


todo, pero sé que sufriría mucho si me viera en esa tribulación enorme.
Tengo que entrar en aquellas partes de la mente que no usamos mucho
para luchar y es tremendo, ya me viste. Yo me aíslo del mundo, no siento
mi cuerpo, por eso no te escuchaba, ni te sentí cuando me tomaste las
manos. Sólo salí de mi “minuto de alma suspendida” como le digo yo,
cuando me golpeaste la cara. Es un ejercicio de concentración muy grande
el que hago para no sucumbir a la tentación, eso es en el fondo, nada más.
Pero te repito, es sólo cuando las voces de la tentación se agolpan con
demasiada fuerza para que me rebele contra Dios.

_ Dios mío, es atroz, ¿tan fuerte es tu tentación?

_ Sí, muy fuerte, y a veces me gana.

_ Ahora comprendo porque te enfermaste del corazón. Esto te está


matando, yo te vi, vi como estabas…pobrecito de ti Matthew. Necesitas
ayuda, no puedes luchar de esa manera, tú solo frente a quien sabe qué
demonio.

_ Son pruebas que Dios permite. Desearía que no lo hiciera,


pero...¿quién soy yo para ponerle trabas y exigencias a Él? Permite que
sufra tentaciones fuertes para agacharme el moño y que no me infle la
soberbia. No hay peor cosa en el mundo que un intelectual inflado de
soberbia por saber más que los otros, y Tatita Dios sabe lo que hace
conmigo cuando permite que las tentaciones del enemigo me vengan a la
mente. Si no contara con la ayuda de la Gracia, de mi Ángel Custodio, de
San Miguel, de San Mateo, de Nuestra Señora y de mis santos regalones
no podría resistir. Sin embargo, como te lo dije antes, a veces me dejo
vencer, especialmente cuando mi cerebro y mi cuerpo están muy cansados
y golpeados. Uno no quiere más guerra y el Demonio que nos conoce
bien, sabe de nuestras debilidades y ataca cuando las defensas están mal.

_ La carne es débil…

_ Sí, y la imaginación es como dice Santa Teresa, la loca de la casa, que si


no la controlas te lleva a pensar y maquinar estupideces que te arrastran a
ti y de pasadita a los que te rodean.
246

_ ¿Qué clase de pensamientos se te vienen a la cabeza Matthew? Si es que


se puede saber… ¡Qué intrusa me estoy poniendo!

_ No eres para nada intrusa Charito. Me enojo con Dios, me pongo


mañoso con Él y le achaco todo lo que pasa, y empiezo a murmurar
contra su misericordia. ¿Qué te traes contra nosotros Señor que no te
hemos hecho nada y nos quitas todo? Esas ideas locas y poco afortunadas
se me pasan por la cabeza. A veces me llega la tontera de hasta blasfemar
y otras me ataca la parte sensual y se vienen a la cabeza imágenes y cosas
muy feas, que ni te imaginas….

_ No te imagino en ese estado de tentaciones de tipo sexual… - Matthew se


ruborizó completamente.

_ Pareciera que me estuviera confesando contigo, pero es bueno que lo


sepas, no por ser yo quien te las dice, sino para que sepas que nadie es
bueno y puro en esta vida, ni siquiera aquel que a ojos de la gente
pareciera ser impecable. Todos estamos sometidos a diversos géneros de
pruebas, día tras día y la vida del cristiano que quiere agradar a Dios y
salvar su alma, tiene la oportunidad mediante estas pruebas de probar la
virtud y merecer el Cielo. El Cielo hay que ganárselo, la Gracia nos ayuda,
pero tenemos que aportar con nuestros méritos también. Somos tentados
permanentemente, pero otra cosa es darle consentimiento y la mayoría de
las veces en este tipo de tentaciones carnales salgo airoso porque las aparto
casi instantáneamente de mi mente. Son las tentaciones contra la
esperanza y la confianza en Dios las que me cuestan superar más. Antes
cuando era más joven me sentía permanentemente tentado por la
desesperanza y el abatimiento y me daban ganas de matarme, de hacerme
daño, de hecho, muchas veces me encontré golpeándome la cabeza contra
las paredes. Tenía que correr para no pensar en eso, y hacía este tipo de
ejercicio anti tentación que me viste hacer. Hoy en día también me pasa
esto, pero los problemas que me llevan a caer en esos estados nos son los
mismos de mi juventud. Mi mayor pecado es siempre el desesperar de
Dios y cuando le doy consentimiento, después me siento pésimo, me doy
vergüenza, me doy asco, me siento miserable, repugnante, así como
sintieron vergüenza nuestros primeros padres cuando se vieron desnudos
después del pecado original. Si no fuera por la Confesión…uf, estaría
muerto, sin dudas, me habría suicidado como Judas.
247

Todo esto me tiene consumido, muy debilitado y tal como me lo


dijiste ha sido una de las causas de mi problema al corazón. Termino
muy cansado física y espiritualmente, y hay veces en que la angustia me
toma de tal manera el alma que siento, aquí muy dentro, algo como un
vacío espantoso. La sensación de angustia es horrible Charito, horrible,
me hace tiritar entero. Pero tu esposo me dejó como nuevo…No temas
por mí, no tengas pena por mi Charito, estoy bien. Disculpa el susto que
te hice pasar niñita linda. Mi hermano debe sentirse orgulloso y
privilegiado de tenerte como esposa. Es un buen chiquillo este Sean…tiene
un carácter tan dócil y siempre alegre, tan entero, tan circunspecto…que
envidia, yo vivo achacado por todo.

Rosario tenía mucha curiosidad por lo que Matthew le había


contado. Estaba intrigada y quería saber más y siguió preguntándole a su
cuñado, que habiendo sacado sus manos de la silla, ahora tenía apoyado
su mentón, manteniendo sus ojos cerrados. Se veía tan bien. Tenía la cara
rosada, estaba un poco más gordo, y ya no se cansaba como antes.

_ ¿No te afectó que te sacara de tu concentración? Quizás cometí un


error. He sabido de gente que tiene estas experiencias de desdoblarse
como le dicen y a lo mejor tú estabas en eso ¿Cómo sales de ese estado
naturalmente?

_ ¿De dónde sacaste loquilla, que yo estaba desdoblado? Nada que ver, te
vuelvo a insistir, me meto en un rincón de la mente, y comienzo a repetir
la oración de la medalla de San Benito una y otra vez, para alejar los
malos pensamientos de mi cabeza. Eso es todo, no te pases películas, por
favor…desdoblarse. ¿Crees que soy como el protagonista de The
Necromancers? No niñita linda, por favor. ¿Qué cómo salgo de esto?
Cuando ya mi mente entra en tal grado de concentración y
compenetración con la oración que ya no escucho más voces ni se me
vienen más pensamientos locos a la cabeza. Buen golpe el que me diste
Charito, casi me matas del susto, por eso reaccioné así contigo. ¿Me
perdonas?

_ ¿Perdonarte qué Matthew? – dijo Sean que justo en ese momento había
llegado alcanzando a escuchar la última frase de su hermano.
248

_ Un buen susto que le hice pasar a tu señora hermanito.

_ Hace rato que los estamos esperando allá abajo. Thomas llegó muy
nervioso con Christian y traen, según dicen, malas noticias. ¿Bajamos?

_ Espéranos abajo un momento Sean, préstame a tu señora por un


minuto más que quiero preguntarle algo. – Sean lo miró extrañado, pero
no le dio mayor importancia y los dejó solos.

_ Charito, tu viniste a hablar conmigo acerca de algo en particular,


¿verdad?

_ Nos quedamos en lo tuyo y se me olvidó completamente a lo que venía.


Sabes que todos los que vivimos en esta casa nos queremos mucho y
estamos felices de estar juntos, pero a veces la convivencia se hace un
poco difícil porque a excepción de ti, no somos santos.

_ Ya, ya, ¿tú también? Déjate de bromas…eres ladina, Rosarito, por eso
me gusta tanto conversar con mi hermanita chica.

_ Es una bromita Mateo. El punto es que hay ciertas cosas de mi hermana


que me molestan y que no sé cómo decírselas, sin que se sienta, ni se
enoje conmigo.

_ ¿Qué es lo que te molesta?

_ Es que…yo.

_ Ya, dilo de una vez.

_ Es un tanto mandona, ¿entiendes? Yo trato de hacer todo lo que ella me


dice, pero la Ángeles a veces se pone porfiada y llevada de sus ideas y si tú
no haces las cosas al gusto de ella, me reta y yo ya no soy una cabra chica.
Tengo a mi guagua y a mi Sean y somos otra familia, en la misma casa,
pero otra familia. Le gusta que lave los platos de determinada manera, que
cuelgue la ropa de otra, y yo sé que lo hace por mejor, pero me tiene con
los nervios desechos porque en mi casa yo tenía otra forma de hacer las
cosas.
249

_ Tiene un carácter fuerte porque ha tenido que soportarme por muchos


años y criar a niños que llegaban y llegaban cada dos años. Es cierto lo que
me cuentas, pero tienes que decírselo tú misma, o ¿ya no se tienen
confianza? Tuviste la confianza para hablar conmigo, con mayor razón
debes tenerla con Ángeles.

_ No es que no confíe en ella, yo siempre he sido su regalona, pero es


que ella anda tan nerviosa, tan preocupada por ti, por los niños, por Ian,
que está más saltona y quizás si tú me ayudas a allanar el camino, yo
encuentre a mi hermana más dócil.

_ Bueno, está bien. A lo mejor sería bueno que las dos tuvieran sus
espacios, en la cocina, en el lavadero, para hacer el aseo, para que no se
toparan. Quédate tranquila Charo que yo voy a conversar con ella.

_ Eres tan dulce Matthew. Gracias – Rosario se levantó de la cama y le dio


un beso a Matthew en la mejilla – Bajemos, que nos están esperando.

En el living estaban todos. Los más jóvenes sentados en el suelo,


los mayores en los sillones y sofá. Manuel estaba en el piano con sus
brazos tendidos sobre la tapa del mismo, con cara de embeleso, la que
siempre ponía cuando entraba en shock. Isabel estaba a su lado
acariciándole la espalda. Matthew comprendió de inmediato que algo
andaba mal. Thomas le cedió su puesto y Matthew se sentó al lado de
Ángeles. El padre Christian, (vestido de seglar, ya no podía usar la sotana
en la calle no porque tuviera miedo de que lo arrestaran, sino que para no
poner en peligro a su familia, había optado por usarla sólo en la ermita y
no al salir a la casa de Matthew) tomó la palabra.

_ Matthew, ya algo les he contado a nuestros hermanos, cuñados, hijos,


sobrinos y a nuestro amigo Rafael, sobre las últimas noticias que hemos
conocido hoy con Thomas.

_ ¿Pueden explicarme lo que ocurre? Tienen cara de funeral…oye


Manuel, oye, ¿Qué te pasa viejo? ¡Qué pareces tirado sobre el piano con
cara de imbécil!
250

_ No es para menos que Manuel esté así Matthew. Esto se acabó para
nosotros, nos tenemos que ir. – En eso sonó el timbre. Era don Gianluca,
con doña Lucía, los padres de Ángeles y Rosario junto a Andrés y
Cristóbal Battaglia, los hermanos de ambas.

_ ¿Alguien tiene la amabilidad de explicarme qué cosa está pasando? Para


variar soy el último en enterarme. – dijo Matthew mientras saludaba a los
recién llegados.

_ La persecución que estábamos esperando finalmente llegó y debemos


irnos al sur, donde están los papás y Peter. Hoy recibí un informe
confidencial, que creo que se les filtró equivocadamente a mi mail, que
incluye una relación de las familias y personas que deben ser llevadas sí o
sí a los cuarteles de la policía para ser “chipeados”, y podrán imaginar
quienes encabezaban la lista. Se acabó la marcha blanca con lo del chip, es
sí o sí, y no hay contemplación para con nadie. Si no nos vamos ahora
luego vendrán cosas peores y en esta casa ninguno está dispuesto a
permitir que se nos esclavice. Además está pronto a salir un decreto por el
cual tendremos que renunciar explícitamente a nuestra religión y aceptar
la nueva religión, firmando también una abjuración de la fe católica. Yo a
estos del gobierno mundial los he mantenidos ilusionados con que ustedes
van a cambiar…no he mentido, no, ni para conservar el pellejo, pero hay
cosas que se pueden decir ambivalentemente y en eso he estado. A mí me
siguen creyendo, desconozco la causa, creo que la Providencia de Dios me
ha dado más que una manito en esto. Ya ven que en la casa ustedes han
estado relativamente tranquilos y nadie nos ha molestado. Fue una buena
idea la de irme a vivir solo y hacer como que vengo a convencerlos.
_ Y nuestros tíos y primos, ellos tampoco han firmado. Mi tía Agnes…es
mi madrina, no podemos irnos sin ellos.- Matthew comenzó a procesar
una serie de detalles en la cabeza y estaba a punto de estallar. Su familia
era muy numerosa, tanto por parte de padre como de madre y no podía
permitir que en su huida sólo pensaran en ellos.

_ Sé que te preocupan, a mí también, pero ellos estarán bien, puesto que


ya me encargué de avisarles: a todos los que contacté ya se están
moviendo. Cada uno de ellos nos deseó lo mejor y que se las arreglarían
tal como lo haremos nosotros. La tía Agnes para tu tranquilidad Matthew
partirá mañana con todos los primos hacia el norte, al desierto.
251

_ ¿Cuándo te enteraste de estas noticias?

_ Hace cinco días…pero no quise decirles antes para poder planificar


algo. Por eso no había venido. Además Christian recibió una inesperada
visita que vino a reafirmar lo que les he contado.

Ante la atónita mirada de los presentes, el padre Mansfield


comenzó a relatar el extraño suceso que había ocurrido en su ermita el día
anterior. Se encontraba trabajando en el jardín, sembrando unas semillas
de verduras, cuando en eso llegó don Benito corriendo para avisarle que
nada menos que el obispo de la diócesis lo estaba buscando para hablar
con él urgentemente. El padre Mansfield sintió en ese momento una
fuerte conmoción, porque nunca fue a presentarse ante el obispo al llegar
y no sabía que él estaba al tanto de su permanencia en la ermita. ¿Estaría
ofendido? El pertenecía a otra Iglesia. El obispo, hasta donde él sabía, era
un acérrimo del Antipapa de Jerusalén. “Estoy atrapado” – pensó, y en
eso vio que se acercaba a él, el obispo vestido con las nuevas ropas de la
religión mundial. Estaba notoriamente demacrado. Se plantó frente al
sacerdote y le dio la mano. El padre Christian estaba confundido, no sabía
besar su anillo o tan sólo saludarlo como un laico más. Pensó: “es un
obispo legítimamente ordenado, pero que ha apostado de su fe”. No
encontró mejor salida que la de inclinarse cortésmente e invitarlo a pasar a
su ermita sin darle mayor importancia a lo del saludo. El padre Mansfield
le acercó su silla de trabajo, le trajo una taza de té y se sentó al frente,
ansioso por saber qué lo traía por esos lados. El obispo estaba callado,
suspiraba y miraba con interés los íconos y la ermita. Su sencillez y su
calidez, un perfecto refugio para el alma. Junto a la cama del padre estaba
el reclinatorio, con el breviario. Al frente la mesa de trabajo manual con
unos tallados de madera en los cuales trabajaba el sacerdote. Los libros
ordenados meticulosamente en una estantería hecha por él mismo, en
reemplazo de las que había antes, apolilladas. Al centro de la habitación,
la mesa donde estaban, junto a un par de sillas y pegada a la ventana la
cocinilla a gas y el lavaplatos. Tapado por un biombo de veía el inodoro y
la ducha al lado contrario. Eso era todo. Nada más que lo indispensable
para vivir, sin lujos ni comodidades. El sacerdote mantenía su vista baja,
mirando sus manos que jugueteaban con el rosario. Finalmente el obispo
se largó a hablar y lo hizo con gran desazón, compungido y temeroso.
Cualquier sonido del exterior significaba una pausa obligada para poner
252

atención a qué tipo de ruido era. El obispo muy afectado comenzó en


primer lugar, pidiéndole disculpas por no haber defendido a Matthew en
la universidad y haber permitido que lo despidieran sin ningún tipo de
consideración. Luego, realizó un pequeño recuento de lo que estaba
pasando y que en realidad, él se había dado cuenta demasiado tarde de
que la iglesia oficial a la que pertenecía se había transformado en la sede
del Anticristo, ante el asombro del padre Mansfield, al que se le cayó el
rosario al suelo de la pura impresión al escuchar estas palabras dichas con
tanta amargura. Decía haber actuado de buena fe, creía en que podía
haberse logrado la paz entre los hombres, y reconocía que había olvidado
que esa paz nunca se alcanzará en este mundo mientras Cristo no vuelva
nuevamente en su Parusía. Intentó explicarle su antigua idea de lo que
pensaba ser el fin de los tiempos, que en realidad para él, no era el fin de
los tiempos sino el principio de una nueva era. Con un hombre avanzando
hacia el progreso, hasta alcanzar el Absoluto, de modo que ya no era
Cristo el que volvía, sino que era el hombre quien se hacía Cristo y se
hacía uno con el Absoluto. Por medio de la tecnología y de la purificación
de la religión, el hombre iba a dominar tanto su cuerpo como su alma. La
religión se purificaría desprendiéndose de todo dogma, de todo
rigorismo y los credos se abrazarían unos a otros formando una nueva
religión. Esta idea del eterno devenir y la dialéctica del absoluto era lo
que dominaba en el ambiente de la nueva iglesia que se encontraba en
marcha para llevarlo adelante, lo más pronto posible, facilitado por la
figura unificadora de Todtschläger. Muchos católicos entre obispos,
sacerdotes y fieles estaban actuando de buena fe, errónea buena fe,
creyéndose todos estos cuentos sin profundizar ni cuestionarse
mayormente. Lo que nunca imaginó fue que la persecución contra los que
no estaban de acuerdo con esto fuera tan feroz. Chocante había sido para
el obispo ver a las huestes de hombres malvados conduciendo a los
católicos renegados a los cuarteles de la policía para ser “chipeados”. Estos
hechos lo habrían marcado profundamente iniciando una reflexión y un
estudio profundo de la historia, de la Iglesia, del evangelio, de las
profecías, llegando a la conclusión de que su visión estaba errada y que
lamentablemente el daño ya estaba hecho, por tanto esperaba poder con
esa visita enmendar en algo el perjuicio ocasionado. El padre Christian se
puso de pie y se colocó al lado del obispo. Le dio lástima, ¿qué iba a
decirle? El obispo le pidió que se sentara nuevamente para continuar el
relato. Su visita ahí era para dos cosas: le fue informado que debía tener a
253

mano una lista con todos los católicos renegados de la diócesis para ser
puesta a disposición de los mercenarios a fin de, mediante un “acto de
amor”, ponerlos en regla. Si esos católicos se oponían, serían confinados y
obligados a “chipearse” perdiendo por su porfía, los beneficios del
gobierno mundial y serían ubicados en distintos puestos de trabajo en
cualquier parte del mundo, separando a las familias. Él tenía la convicción,
conociendo a Matthew, que se opondría fieramente y no permitiría que lo
convirtieran en un esclavo del gobierno mundial y por eso su familia
corría el riesgo de ser separada. El obispo estaba al tanto de que Thomas
estaba con Matthew en su casa, pero que las autoridades del nuevo orden
sabían que era leal y que estaba tratando de convencer a su hermano.
También sabían de la existencia de esa eremita y que otra de las razones
por la que estaba ahí era para avisarle que huyera lo antes posible, a
donde fuera, a donde pudiera, porque al ser de los tridentinos el Antipapa
les había puesto precio a sus cabezas y tenía órdenes de entregarlo a la
sede de la nunciatura apostólica para ser deportado a Israel. Este decreto
de deportación le había llegado ese mismo día y por ahora el obispo era el
único que sabía de su existencia.

El padre Mansfield palideció. El obispo notando que desde que


llegó no había dicho nada, puso su mano sobre la rodilla del mudo
sacerdote y lo alentó a huir. Tendría que unirse a Matthew y a sus demás
hermanos y partir lo antes posible. Fue entonces cuando al padre
Christian se le vino a la mente la suerte del mismo obispo, ¿qué sería de
él? ¿Seguiría con la farsa de estar sirviendo a este poder perverso o
también huiría? Ante esta consulta el obispo bajó la cabeza, no sabía qué
responder. Luego al cabo de unos segundos le pidió consejo al sacerdote.
Christian se puso nuevamente de pie y se acercó a la ventana. Afuera su
jardín se veía hermoso, la casita que le había construido a unos gorriones
estaba habitada por estas aves que entraban y salían en busca de alimento.
El techo de la capilla estaba siendo alcanzado por la hiedra que crecía
milagrosamente tapando y mimetizando su presencia. La maleza se
entremezclaba con las hierbas aromáticas que había sembrado y un poco
más lejos estaba su huerta. ¿Qué consejo podría darle él a un obispo?
Nada menos que un obispo que se mostraba tan dolido y engañado, un
obispo que se sentía tan miserable y burlado. Él era un simple sacerdote
eremita, con su capillita, su misa y sus devociones. No quería dar un mal
consejo. Christian se sentó nuevamente a su lado y poniendo sus codos
254

sobre la mesa y las manos en la cara, comenzó a manifestarle al obispo lo


que pensaba de su situación Lo más fácil para el obispo hubiera sido que
siguiera como estaba, como que nada hubiese pasado, pero que en secreto
siguiera celebrando la Santa Misa y administrando los sacramentos… O
podría huir con ellos, ¿por qué ellos iban a huir y el obispo no? No, no,
tenía que dar testimonio. No era un simple cura de familia, como
Christian, era un obispo y tenía que velar por las ovejas que le habían sido
encomendadas. El padre Mansfield le habló con el alma, era el consejo
más duro que había dado. Tenía que adjurar públicamente de sus errores,
llamar a sus fieles a convertirse, a hacer penitencia, a volver a la fe. Lo cual
iba a significar que lo deportaran, que lo torturaran, y finalmente le
costaría la vida. El padre Christian sabía que su caso no era el único. Se
escuchaba a menudo de obispos que viendo la situación como estaba y los
errores que se estaban cometiendo habían vuelto a la verdadera fe y los
habían ajusticiado. La misma iglesia apóstata los había entregado al poder
del gobierno mundial para que los “encausara” lo cual significaba al final,
la muerte. El obispo le confidenció que su conciencia le había sugerido el
mismo consejo que él le estaba dando, y que su respuesta simplemente
confirmaba su resolución. Fue entonces que el obispo le pidió que lo
confesara. Ante la nueva sorpresa mayúscula, el padre Mansfield tomó la
estola morada que tenía sobre la mesa. El obispo se arrodilló a su lado y
después de haber confesado sus pecados, recibió la absolución del
sacerdote.

El obispo miró su reloj y se puso de pie. El padre Mansfield


también se puso de pie, se sacó la estola y acercándose hacia el obispo, se
arrodilló ante él y le pidió su bendición. El obispo colocó sus manos sobre
la cabeza del sacerdote bendiciéndolo, luego lo ayudó a pararse y dándose
un fuerte abrazo se despidió de él, instándolo nuevamente a huir, no
debía permanecer ni un día más en Viña.

_ Entonces tenemos que irnos– dijo Matthew tranquilamente – estaremos


mucho mejor alejados de la urbe yéndonos lo más lejos posible, donde
Peter y mis papás. El asunto ahora es ¿cómo haremos para irnos sin que
nos pillen? La vigilancia está siendo cada vez más intensa. Los he visto y
son unos descarados los pacos. Como si nada te llevan detenido y las
demás personas que presencian como te suben al carro celular no se dan
255

ni por enteradas. Pasan de largo y más encima te miran como si hubieras


hecho un crimen atroz, como un asesino o un violador.

Ha llegado a tanto la manipulación de la información que a los


viejos católicos nadie los defiende porque dicen que son unos locos que lo
único que buscan es alterar el orden público y que al detenerlos se le está
haciendo un favor a la humanidad que quiere seguir avanzando con sus
leyes, con su orden, con su progreso tecnológico. ¿A quién le importan
unos locos que viven de cuentos como esas ceremonias donde levantan un
pedacito de pan y de vino y luego se arrodillan ante ellos? Nos llaman los
tragahostias, blasfemos de porquería…La meta religión, la súper religión
unificadora de cultos es lo que ahora vale, no esa cosa llena de dogmas y
de reglas imposibles de cumplir. Estamos tan bien con nuestras cositas,
con nuestro computador, con nuestra música estridente y sensual, con
nuestras leyes tan, pero tan abiertas. Seamos felices como
hermanos….bah, ¿qué le pasó a le gente? ¿Ustedes no se lo preguntan
alguna vez? ¿Qué le pasó a la gente? Fueron seducidas y luego atrapadas
por el mundo. Se complican por todo porque se acostumbraron a ser
cada día más cómodos. Por eso no se casan, no tienen hijos. No quieren
renunciar a lo que les gusta porque sus vidas son demasiados cómodas
para tener que enredarse con mayores responsabilidades. Han perdido la
sencillez, han perdido el gusto por las cosas más simples de la vida y se
desesperan, por ejemplo, con el silencio porque los hace escucharse ahí
muy adentro donde una pequeña cosa llamada conciencia está siendo
ahogada para que no grite. No hay cosa más molesta para estos hombres
modernos que la soledad y el silencio de un lugar tranquilo como el
campo. ¿Dónde están sus conciencias? Están en el lugar más anquilosado
de su alma. Aparentemente todo está en orden. El mundo sigue
avanzando como si nada pasara. Las cosas, nos dicen, funcionan mejor
que nunca. Tienen sus oficinitas, la consultoría para empresas, el buen
negocio, la vida tranquila y llena de sofisticaciones tecnológicas. Todo
camina como un reloj suizo. Y nos topamos con los católicos calvinistas,
que se creen salvados porque sus riquezas y su prestigio social los hace
sentirse elegidos y favorecidos por Dios. ¿Dios? ¿Dios? Sí está muy bien
lo de Dios, pero la vida diaria con sus ajetreos y búsqueda de la felicidad
no tiene nada que ver con Dios. Una cosa es mi vida y otra la religión, y
ellas caminan por vías diferentes que no llegan a juntarse, y si se juntan hay
que hacer lo posible por separarlas. Así como está la cosita en mi
256

cabecita que me grita de vez en cuando para que despierte de mi letargo,


también está la noción de Dios. Y por eso necesito de vez en cuando
entrar en el estado religioso que forma parte de mis necesidades
espirituales. Voy a mi ceremonia pseudo religiosa el domingo o el sábado,
donde me encuentro con otra gente que también tienen las mismas
necesidades espirituales. En esa reunión religiosa, en el templo todo el
mundo está feliz con sus cantitos sentimentaloides y llenos de humanismo
que me dan ganas de vomitar. Participan en el fondo de una religión
llevada por la inercia de una tradición que se encuentra en el corazón de
todo hombre. Nada más que eso y, para colmo de bienes, esta nueva
religión les llena completamente con su sincretismo.

El orden del que las les he hablado, es aparente, y como tienen la


inteligencia agarrotada y adormecida no ven lo que de verdad ocurre a su
alrededor. No ven las cosas como son en realidad, sino como quieren que
sean para ellos mismos. Se crean su propio mundo y no ven más allá. Si
les dicen que hay plena tolerancia religiosa y política permanentemente,
repitiéndoselos una y otra vez majaderamente, si no han hecho un
esfuerzo intelectual por analizar y captar en profundidad lo que esas
palabras que suenan tan lindas, realmente significan terminan creyéndose
el discursito de la tolerancia, siendo que es absolutamente falso. Entonces
uno que ha profundizado un poquito más y que no se ha quedado con la
propaganda barata, va y le dice a esa gente: oye amigo, mira a tu
alrededor, ¿es tan así la cosa como quieren hacernos creer? Tu conocido
te queda mirando con cara de espanto y te dice: a lo mejor es lo que tú
dices, pero yo prefiero quedarme donde estoy y no complicarme la vida.
Mientras el sistema me funcione todo está bien. A lo cual uno pregunta
nuevamente: ¿Pero tú no defiendes nada? ¿Tu religión, tus principios, no
te importa que se pisoteen los valores cristianos con leyes perversas, que
ponen en riesgo la salvación eterna de no sé cuántas almas? El amigo se
encoge de hombros y finalmente te responde diciendo que: las cosas han
cambiado para mejor. Los que reclaman por sentirse pisoteados y
ofendidos, deberán por la buena o por la mala, entender que están
reaccionando como inadaptados e inconformistas y terminarán viviendo
como animales. Si la humanidad en su conjunto está sintiéndose
plenamente realizada con la nueva religión y con el nuevo orden mundial,
¿por qué no se unen y se deben de fregar. Nos preguntan entonces, ¿A
quién sirven ustedes? A lo que respondo: A Dios nuestro Señor, que se
257

encarnó y dio su vida por nosotros. ¿Acaso su preciosa sangre se habrá


derramado en vano porque el demonio quiere arrastrar al mayor número
de hombres consigo al infierno eterno y para eso deduce con sus mentiras
a estos hombres perversos para que trabajen para él? Y viene a
continuación la respuesta ya al borde del escándalo: ¿¡De qué infierno me
hablas?!. Si Dios es bueno y misericordioso, no discrimina, no manda a
nadie al infierno…

Matthew de improviso se quedó callado al ver que su discurso,


bastante febril, se había salido de tema. En la sala nadie decía nada. El
sonido del enorme reloj de péndulo era lo único que se oía. Los más
pequeños miraban a los adultos esperando una respuesta y a su vez los
adultos tenían la vista perdida, como procesando en sus cerebros las
noticias que acababan de escuchar y el escalofriante análisis que Matthew
había hecho. En vista de que nadie se pronunciaba con ideas Thomas
tomó nuevamente la palabra. Había ya ideado un plan meticulosamente e
iba a necesitar de la ayuda de todos para poder moverse rápido. Se paró al
lado del piano donde estaba Manuel con su cara de estupefacto y habló
con ese tomo de ingeniero jefe que sabe lo que hace:

_ Bueno Matthew, nos has dado un gran discurso, pero no nos solucionas
nada en concreto. Manuel, despabílate de una buena vez. – Manuel
sacudió la cabeza y se le quedó mirando. – ¿Tienes al “Albatros” en el
puerto?

_ Sí, está a la gira al frente del puerto. No nos han salido fletes y está
parado desde hace ya no sé cuánto tiempo. ¿Por qué?

_ Porque el “Albatros” se va a convertir en una verdadera Arca de Noé.


¿Cuál es la capacidad del buque?

_ El Albatros tiene una eslora de 100 mts. y una manga de 17 mts., con
3.000 toneladas de desplazamiento, alberga una bodega de 1500 mts3.

Manuel parecía estar dando una clase sobre el Albatros y Thomas


tuvo que hacerlo callar para que no siguiera. Había dejado sobre la mesa
de centro un portafolio desde donde sacó una hoja con toda la
planificación hecha por él para la huida.
258

Thomas estaba enterado de los mismos temores que el obispo y


sabía que la persecución ya se había puesto en marcha. Una marcha lenta,
pero iba a acentuarse sin lugar a dudas. El plan para escapar debía por
tanto ser muy astuto para poder burlar los controles y la mejor manera de
hacerlo era viajar por barco. La Armada de Chile tenía entre sus filas a
hombres que estaban en contra del gobierno mundial y desde sus puestos
hacían lo posible para ayudar a quienes se oponían a él. Muchos eran
fieles católicos que en secreto seguían asistiendo a misa y eran leales a Pio
XIII. Thomas contaba con algunos oficiales que habían sido compañeros
suyos en el colegio. Ellos iban a ser los encargados se facilitar el escape
por mar.

El plan ideado por Thomas era el siguiente: se realizaría una


mudanza de los bienes indispensables que serían llevados al Albatros por
él. Se diría, si los controlaban, que Thomas se estaba cambiando de casa y
que para ello estaba sacando las cosas que le correspondían de la herencia
de sus padres y de aquellas cosas que le habían sido “regaladas” por sus
hermanos sediciosos. Iniciaría una etapa de descanso en algún lugar del
sur y se estaba llevando estas cosas en el buque de su cuñado. ¿Qué cosas
llevar? ¿Qué era lo indispensable? Esa iba a ser una tarea dura. Lo
primero que pasó por la mete de Matthew fueron sus libros y el piano. El
famoso piano de cola de sus abuelos. ¿Cabía una cosa tan grande en el
Albatros? Era, por lo demás, una huida, no una mudanza cualquiera.

Pero no había que preocuparse. La capacidad del Albatros, era


grande. Este buque que un día perteneció a la Armada fue comprado
por don Manuel Etcharren una vez que fue dado de baja. Construido en
Chile prestó servicio como transporte y actualmente Manuel lo utilizaba
para hacer viajes tanto turísticos como de transporte de carga al
Archipiélago de Juan Fernández, a Isla de Pascua, y también a Chiloé y
a los Fiordos del sur. Estaba en perfectas condiciones. De eso se había
encargado personalmente Manuel en sus tiempos de ocio, esperando por
días y días que le llegara algún cliente para realizar un viaje. Mantenía todo
impecable: la pintura exterior, el barniz de los pasamanos, los motores
aceitados y sincronizados. Su sistema de navegación satelital le fue
arrancado de cuajo por Manuel para que no fuera detectado y navegaba al
modo antiguo y sin mayores tecnologías.
259

Los padres de Ángeles recién llegados estaban parados con cara


de desconcertados. Pero no eran los únicos. Las miradas de los adultos
estaban perdidas y nadie se atrevía a decir algo. Sus mentes estaban en
blanco a causa de la conmoción. Huir en barco de un día para otro sin
saber a dónde ni por cuanto tiempo los tenía con el espíritu turbado. Era
una situación completamente inverosímil.

_ ¿Saben qué? No sacamos nada con estar con esas caras largas. Tenemos
que enfrentar el futuro de la mejor manera posible sin dejarnos arrastrar
por la auto compasión. De nada sirve que nos quedemos pensando y
pensando, lamentándonos que nos toque pasar por estas pruebas.
Matthew Hugh, agarra el cello; Juan Manuel busca tu flauta; Annie, tu
violín; Ángeles mamá tu viola…y tu Manuel, al piano, que vamos a tocar
algo para avivarnos y relajarnos. Si alguno quiere tocar algún otro
instrumento, por favor no lo dude más y comencemos… ¿Andrés o
Cristóbal, se animan? Después que nos relajemos un rato veremos qué
decisión tomamos. ¿Está bien Thomas? Muy bien….quiero que toquemos
algo para tomar oxígeno…Scarborough Fair y el que se la sepa, la canta.

Matthew dirigió esta pequeña orquesta, que improvisó ese aire inglés
con pasión. Tocaba con el alma. Con los ojos cerrados se dejó llevar por
la música y nadie hubiera pensado que venía saliendo de una operación al
corazón. Los rostros de los presentes fueron cambiando a medida que los
músicos contagiados por la frenética interpretación de Matthew, que
recorría la sala moviéndose al compás de la música que salía de su violín,
tocaban más y más apasionadamente. Christian el sacerdote, Christian el
hijo de Matthew, Dominic Mansfield, Ignacio, Santiago y Agustín
Etcharren Mansfield también se contagiaron y cantaron a voz fuerte esta
antigua canción inglesa del siglo doce que les había sido enseñada por su
madre cuando eran muy pequeños, formando un coro que resultó
bellísimo a los sones de la canción que fue como un catalizador de
tensiones para todos:

“Are you going to Scarborough Fair? Parsley, sage, rosemary and thyme,
Remember me to one who lives there, For she once was a true love of
mine” (…)“If you say that you can't, then I shall reply, Parsley, sage,
rosemary and thyme. Oh, Let me know that at least you will try. Or you'll
never be a true love of mine.”
260

Siguieron y siguieron cantando la canción hasta el final y volvieron a


repetirla una vez más. Los ánimos se elevaron bastante. La música
siempre había estado presente en esta gran familia, en las buenas y en las
malas. El canto improvisado era una cuestión común entre ellos y dada la
cantidad de músicos aficionados la algarabía era sublime. Sin embargo, en
un rincón del living con su pequeño hijo Arthur en brazos, estaba Sean
Mansfield mirando desconcertado el espectáculo de su hermano mayor
danzando como un loco con el violín en su cuello y el arco moviéndose
de un lado para otro. Nunca lo había visto reaccionar de esa manera
frente a una situación tan al límite. ¿Qué tenía que ver una canción
medieval romántica en ese momento? ¿Cómo podía estar tocando el
violín de esa manera? Parecía que estuviera celebrando algo. ¿Celebrando
qué? Entonces cuando Matthew pasó frente a él, le tomó el brazo y le
quedó mirando como si estuviera reprendiéndolo. Sin embargo, Matthew
sólo le miró y le sonrió. Sabía lo que su hermano menor estaba pensando,
que era un arrebato de alegría por nada. ¿Qué quieres que haga? Le dijo
con los ojos. Ese era el punto. ¿Ponerse a llorar y seguir lamentándose
cuando los acontecimientos ya no tenían vuelta? La lucha ya se dio, era
momento de resistir hasta que Dios mismo interviniera, y si tenían que
resistir lo harían no llorando y agregando más dolor, sino que
esperanzados.

Matthew sabía que su reacción escapaba a la regla de cómo era él.


Sin embargo, por esto mismo y pensando en todos los que estaban ahí,
especialmente en los más jóvenes, se había escapado de la norma. La
noticia de la partida le había calado hasta los huesos con un temor
irracional que intentaba disimular por amor a sus suyos. Esta loca reacción
suya no era más que una mezcla de histeria masculina con euforia
asustadiza. Como esos ataques de risa que uno tiene cuando presencia o
sufre algo grave. La procesión la llevaba por dentro; procesión que le
causaba sentimientos encontrados. Por una parte poder escapar al
encierro y a la incertidumbre de verse arrestado en cualquier momento.
Aquello lo motivaba a estar feliz con la idea de partir. Pero, por otra, el
viaje era peligroso, incierto y no sabrían qué sorpresa les iba a deparar. Su
mayor preocupación era Ian. No iba a partir por ningún motivo sin él. Fue
entonces que su mente comenzó a funcionar para planificar el rescate de
su hijo.
261

Finalmente, Thomas distribuyó las tareas y los grupos se armaron.


Nadie se iba a quedar afuera sin ayudar y el plazo para partir era de sólo
dos días, así que había que moverse rápido, sin dejar cabos sueltos. A
través de la radio de cuarenta metros las comunicaciones se establecerían
con Peter y el papá Mansfield para que les dijeran como llegar y qué
llevar.

Una vez finalizada la reunión Matthew partió raudo a encerrarse al


escritorio de su padre. Se sentó colocando sus brazos sobre la mesa,
tomándose la cabeza con ambas manos. Parecía muy nervioso y estaba
terriblemente pálido. Escuchó que alguien tocaba la puerta y antes de que
pudiera decir algo apareció Sean.

_ ¿Qué pasó contigo allá en el living? Tú no eres así…estás


completamente turbado. ¿Te sientes mal? – Sean se acercó a su hermano
y se sentó a su lado. Matthew no decía nada, seguía con sus manos en la
cara. Sean volvió a insistir. – Jamás te vi tomarte la vida de esa manera. A
ti te pasa algo raro y creo que es mejor que me cuentes lo que te ocurre
antes de que hagas algo más loco de lo que acabas de hacer. Primero te
pones a hablar como hiperventilado, despotricando contra todo el mundo,
saliéndote completamente del asunto y luego agarras el violín y te pones a
tocar una canción de penas de amor, con tomillo incluido. ¿Tendrías la
delicadeza de responderle a tu hermano menor?- Sean pasó su brazo por
la detrás de la espalda de Matthew y lo apretó fuertemente contra sí.

_ Tengo miedo…creo que nunca en mi perra vida había experimentado


un miedo tan grande. Sé que hice el loco…traté de comportarme de una
forma que mi miedo no se notara y que mi histeria tampoco. Sean…estoy
aterrado…dime que esto no está pasando y que lo estoy imaginando.

_ No lo estás imaginando, ¿tienes miedo a irte?

_ Oye viejo, ¿no te das cuenta que lo que vamos a hacer es una
chifladura? Es jugársela todo por el todo. Sí, tengo temor a irnos hacia
algo desconocido sin saber qué vamos a hacer por allá, y por cuánto
tiempo. Y si después se arreglan las cosas y nos tenemos que volver, ¿qué
haremos? Thomas ya tiene esta casa a la venta…no lo sé.
262

_ ¿Crees Mateo, crees de verdad que esto tiene vuelta y que se van a
componer las cosas? Tienen tomado el mundo. El mundo se ha rendido a
los pies de Todtschläger y de sus comparsas los Elders animados todos
por el estúpido Antipapa que gobierna la supra iglesia. Quizá estemos más
tranquilos lejos de la bulla y de toda esta euforia triunfalista que quiere
hacernos creer que somos casi dioses.

_ Por ese lado me conformo, pero es un miedo al vacío, tengo un nudo en


el estómago como de vértigo que me frena, no puedo ni siquiera
moverme. Es el temor a la incertidumbre, a exponernos a algo de lo que
después podamos arrepentirnos.

_ El coraje se muestra no en la falta de miedo, sino en vencerlo.

_ Lo sé, y es lo que estoy tratando de hacer. ¿Disimulé bien mi ataque de


nervios verdad?

_ Creo que sobreactuaste, pero los dejaste tranquilos. Yo que sé cuándo


algo te afecta, me di cuenta de inmediato que ibas a reventar. Menos mal
que ya se pusieron a trabajar. Yo tengo que embalar la clínica y tú también
debieras empezar a guardar tus libros…Confía en Dios, Mateo. Todo va a
salir bien.

_ Gracias Sean, déjame un ratito solo que necesito pensar. Gracias por
preocuparte por mí. Sólo me resta armarme de coraje.- Lo que Matthew
no le dijo a Sean era que estaba armando un plan para traer a Ian de
vuelta.

Trataremos de avanzar un poco en nuestra historia. No entraremos


aquí a detallar la organización de la mudanza, simplemente diremos que
Manuel salió de su estado catatónico y que movió sus piezas de manera
perfecta, embarcando todas las cosas de manera notable. En dos días
tenían casi la totalidad de la casa de los Mansfield Bradley en el buque:
libros, piano, algunos muebles, la clínica entera, herramientas de todo
tipo, un generador, muchas pilas, el laboratorio eléctrico de Thomas y sus
inventos para generar energía alternativa; y la totalidad de los
instrumentos musicales. Las despedidas a los parientes que no quisieron
unirse a ellos fue lo más doloroso, especialmente para Manuel. Sus padres
263

escandalizados por lo que estaban haciendo quedaron totalmente


descompuestos con la noticia. Veían partir a su hijo y a sus nietos en un
viaje que era para ellos una locura innecesaria. Manuel no quiso discutir
más. Ya se habían dicho todo, y un fuerte abrazo fue lo último que pudo
darles. Se despidió con lágrimas en los ojos. Lo más probable era que
nunca más en este mundo fuera a verlos.

Matthew por su parte pensaba en su segundo hijo y en como traerlo


para que se fuera con ellos. El mismo día de la partida, por la mañana
muy temprano, mandó a Matthew H. con Dominic a que fueran a
buscarlo a la casa de Matías para que viniera a hablar con él. A
regañadientes aceptó y al llegar Ian a la casa de sus abuelos se encontró
con la sorpresa de que no había ningún mueble, todo estaba vacío. Su
padre estaba esperándolo sentado en la escalera que subía al segundo
piso. Todos los demás se habían embarcado ya en el buque para partir al
anochecer. En la casa permanecían solamente Thomas y Ángeles
esperando a Matthew, y los hermanos que venían de buscar a Ian.

Ian no entendía lo que estaba pasando. Matthew H. y Dominic no le


habían dicho nada acerca de la partida y ver la casa vacía le produjo
extrañeza. Matthew al verlo entrar se puso de pie y le indicó que lo
siguiera al escritorio de su padre que se encontraba justo detrás de la
escalera, camino a la cocina. También estaba vacío. Salvo por un par de
sillas viejas y unos vetustos libros de medicina que nadie quiso embarcar.
Matthew le pidió a Ian que se sentara. Su hijo rechazó el ofrecimiento y se
acercó a la ventana, y se apoyó en la saliente del marco. Su padre se sentó
en la silla vieja, abrió sus piernas y coloco sus brazos sobre los muslos,
cruzando delante de él las manos. Mantuvo por un momento la mirada
fija en su hijo quien seguía con la vista la marca que habían dejado en las
paredes las estanterías que fueron vaciadas de libros y sacadas, y que
yacían amontonadas unas sobre las otras en un rincón de la pieza. El
silencio entre ambos duró un buen rato, hasta que Ian en vista de que
Matthew no le decía nada, movió la cabeza negativamente y avanzó hacia
la puerta:

_ ¿A dónde crees que vas Ian Henry? ¿Crees que te mandé a buscar por
nada poniendo en riesgo a tus hermanos? Vuelve a donde estabas y esta
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vez me vas a tener que escuchar y obedecer. Estoy harto de tus rebeldías
estúpidas.

_ No tengo porque escuchar tus insultos…me voy.

Matthew se puso rápidamente de pie y lo tomó por los hombros,


sentándolo con fuerza en la silla que hasta hace unos segundos él ocupaba.
Ian se asustó con la violencia con que su padre estaba actuando y con el
ceño fruncido se le quedó mirando con los ojos llenos de rabia.

_ Nos vamos Ian, nos vamos todos al sur, donde tus abuelos y tu tío Peter.
Es peligroso para nosotros seguir en Viña y esta misma noche zarparemos
en el buque de Manuel. Necesito que te vengas con nosotros. Si te quedas
acá, lo más probable es que nunca más nos volvamos a ver y te quedarás
solo, sin tu familia. No sabes hasta cuando esos amigos tuyos te sigan
ayudando y corres el riesgo de quedarte a la deriva, solo, sin nadie que te
reciba y sin los cariños y los cuidados de tu familia. Ven con nosotros. –
Ian se puso de pie y como enloquecido daba vueltas a la pieza,
comenzando a dar imprecaciones mientras golpeaba los polvorientos
muros.

_ Imposible, imposible, ustedes están locos, ¿a qué le temen? No me cabe


en la cabeza que gente culta, preparada y seria haga este tipo de cosas.
Están arrancándose por nada. Es un infantilismo tuyo, y esa maldita maña
que tienes de hacerte la víctima. Nosotros no perseguimos a ningún ser
humano por más equivocada que sea su postura. Lo único que nos
interesa es llevar un orden. ¿Qué dice mi tío Thomas? Supongo que los
habrá tratado de convencer para que no hagan esta estupidez.

Por un instante Matthew titubeo respecto a decirle la verdad sobre


Thomas. Su hijo estaba tan metido en el sistema que era capaz de
denunciarlo como desertor, y con eso estaría poniendo en peligro no sólo
a él, sino a toda la familia. Tras pensarlo por un momento resolvió
contarle toda la historia a Ian, pero se guardó para sí lo que el padre
Christian había relatado acerca del obispo. Le relató toda la historia que le
había dicho Thomas y su experiencia en Australia y de lo que estaba por
fraguarse en contra de los católicos, pero el muchacho se resistía a creerle.
265

_ Espero y confío en tu buen criterio y que no vas a denunciar a Thomas


después de todo lo que te he contado. Si tienes dudas y desconfías de lo
que te he dicho, le digo que venga y que te cuente con sus propias
palabras lo que vio y lo que escuchó.

_ Mentiras papá. Quieres que me vaya contigo en este viaje que nos va a
conducir a la ruina. Se te soltó el último tornillo que te daba algo de
cordura. Me voy…, y creo que además debo actuar como tú me enseñaste
y cumplir con mi deber, ¿o acaso cuando no te conviene y te perjudica
hay que hacer caso omiso?

_ ¿A qué te refieres?

_ A que yo debiera denunciar esta locura y denunciar al tío Thomas por


traidor.

_ ¿Realmente estás dispuesto a denunciarnos a todos? Por favor hijo,


¿entregarías a los leones a tu propio padrino? ¿a tu propia madre?

_ Por la única razón por la que no los denunciaré es por mi mamá, que ha
sido siempre una víctima de tus locuras y arrebatos religiosos. Quédate
tranquilo que no les diré nada, aunque esto va en contra de mis principios.
No quiero permanecer más tiempo aquí, no hay nada más que decir, así
que adiós papá. - Matthew lo tomó del brazo cuando Ian puso su mano
sobre la perilla de la puerta. Era tanta la desesperación de Matthew que se
dejó caer al suelo y de rodillas con lágrimas en los ojos le suplicó a Ian
que se fuera con ellos. El chiquillo lo quedó mirando horrorizado y
avergonzado. Ver a su padre tomándole las manos y besándoselas,
suplicándole para que recapacitara y que se quedara con él lo molestó
aún más y soltándose a duras penas, salió corriendo de la casa, sin
despedirse de nadie. Corrió y corrió por las calles de Viña como un loco
hasta llegar a la orilla del mar. Se tiró de espaldas en la arena de la playa
mirando el cielo. A su mente llegaban las imágenes y las palabras recién
escuchadas, y luego de calmar un poco la rabia, cayó en la cuenta de que
no volvería a ver a su madre, a sus hermanos, a sus tíos y a su atribulado
padre. Se largó a llorar descontroladamente. Esto era demasiado duro
para un muchacho tan joven que comienza recién a salir del cascarón. No
podía dar crédito a que su tío Thomas, aquel alto funcionario del
266

gobierno mundial por el que sentía tanta admiración hubiera traicionado a


la mano que le daba que comer, cayendo en el círculo de su padre y de
todos los rebeldes de su familia. Estaba completamente choqueado. Tenía
muchos sentimientos encontrados con respecto a esto. Por una parte, una
tremenda angustia que le causaba la idea de no ver a su familia, tal vez
nunca más en su vida. Recordaba a su madre, sus caricias. Todavía podía
sentir la mano de ella acariciándole su pelo en la noche cuando pasaba a
darles un beso antes de dormir. Hasta el último día en que él vivió junto a
sus padres, Ángeles había pasado como siempre a desearle las buenas
noches, como si nada pasara a pesar de que sabía que era la última noche
de su hijo en la casa. Le veía aún con los ojos llenos de perplejidad aquella
vez que había ido a saludar a su recién llegado tío Thomas, ahí sentada
junto a su padre en la escalera, cuando salió rápidamente después de
haber abrazado a su papá. Estaba bien donde se encontraba viviendo. Lo
tenían muy bien atendido, pero no era lo mismo que estar en su casa y eso
a veces le dolía. Echaba de menos a sus hermanos, especialmente a
Matthew H. Sus conversaciones, sus discusiones, sus cariños, tocar el
violín junto al cello de Matthew H…Todo eso formaba parte de un pasado
que ya no se recuperaría jamás, ni menos ahora. Por otro lado era el
precio que tenía que pagar por defender lo que él consideraba ser la
verdad. El hecho de no irse con su familia era muestra de la lealtad que
tenía para con aquellos que le estaban dando grandes oportunidades, tanto
a nivel educativo como a nivel del desarrollo de sus amplias capacidades
organizativas ya que lo tenían a cargo de un grupo de formación para el
gobierno mundial que daba pequeñas charlas informativas sobre esto
especialmente a escolares de segundo a cuarto básico. Estaría solo, tendría
que adaptarse o morir.

Mientras tanto en la casa de los Mansfield, Matthew había quedado


en el suelo de rodillas llorando. Seguía aferrado con una mano en la
perilla y la otra la tenía en la cara tapando sus ojos. ¡Qué niño más
orgulloso y porfiado! – pensaba. Debido al estrépito con que Ian salió,
Ángeles se apresuró a ver qué había pasado y se encontró con el triste
espectáculo de ver a su esposo en tan lastimoso estado. Lo ayudó a
levantarse y luego de limpiar y secar sus lágrimas. Matthew se sentó junto a
ella en el suelo y le comunicó la decisión que pretendía llevar a cabo.

_ Yo mi niña linda, no me voy a ir sin Ian…


267

_ Pero Matthew…

_ Escúchame bien. ¿Quieres que lo deje botado acá en Viña? ¿Y si se


arrepiente y nosotros ya nos fuimos? Ni siquiera yo sé exactamente el
lugar al cual vamos, no tengo idea donde queda. Por Caleta Tortel o la
Isla Merino Jarpa…tan al sur, tanta nieve, tanto glaciar derritiéndose, con
un clima al que no estamos acostumbrados, inhóspito, desolado…desolada
como mi alma en estos momentos en que tendré que quedarme mientras
ustedes parten para traer de vuelta a la oveja perdida. – Ángeles se largó a
llorar en los brazos de Matthew como nunca lo había hecho en su vida.
Nadie les aseguraba que iban a volver a verse. Ella sabía que Matthew
estaba haciendo lo correcto, el pastor deja botadas a las noventa y nueve
ovejas para ir en busca de la oveja perdida. Ángeles lo acarició y lo besó, le
tomaba las manos y se las besaba. Matthew la abrazó contra su pecho
peinándole el cabello. Hasta hace unos minutos ella se había visto tan
feliz de partir a construir un hogar en un lugar maravilloso. Soñaba con
una vida tranquila allá en el sur, oculto de problemas y cuando vio llegar a
Ian pensó que se reuniría con ellos. Pero la realidad era otra: Ian se fue
indignado, más molesto que antes, sin siquiera decirle una palabra, y más
encima Matthew pensaba quedarse para esperar a que recapacitara.
Tendría que irse sola con la incertidumbre de perder a Matthew y a Ian.
Inesperadamente se puso de pie con tan rapidez que Matthew casi se cae.

_ Nos quedamos todos a esperar a Ian.

_ No, no mi vida linda. Ustedes tienen que irse. – En eso entró Thomas
acompañado de sus sobrinos que estaban muy impacientes por
marcharse.

_ Thomas – dijo Matthew – tendrás que irte con Ángeles y estos


chiquillos.

_ ¿Qué estás diciendo Matthew? – Matthew H. y Dominic miraban


indistintamente a uno y otro lado sin comprender qué había querido decir
Matthew con eso de quedarse.

_ No puedo partir sin Ian, voy a esperarlo.


268

_ No papá, déjelo, no va a cambiar.

_ ¿Lo dices en serio Dominic? ¿Realmente quieres dejar a tu hermano


solo? Yo no puedo. Por favor váyanse tranquilos, estaré bien. Me buscaré
alguna parte para vivir y estaré pendiente de lo que hace Ian. – Dominic se
acercó a la ventana y se largó a llorar, lo que le causó un nuevo ataque de
asma solucionado gracias a su inseparable inhalador que sacó del bolsillo
de su pantalón. Su padre se acercó al muchacho y volteándolo con
suavidad lo abrazó fuertemente.

_ Dominic, es lo que debo hacer. Tienes que cuidar a tus hermanas y a


Christian. No tengas pena hijito. Vas a tener que madurar mucho a costa
del sufrimiento. Yo lo único que te pido es que reces mucho por mí y
por…

Dominic en una violenta reacción comenzó a vociferar una serie de


peroratas en contra de Ian, como si éstas hubieran estado hace tiempo en
su mente reprimidas. Ninguno de los presentes le objetó algo porque era
una manera suya de desahogarse y cuando se está muy molesto se dicen
cosas que si bien son ciertas son engrandecidas producto de la ira. Su cara
dulce se volvió deforme y si su madre no lo hubiera tomado y abrazado se
hubiera quebrado la mano por el golpe que le iba a dar a la pared. Ahí en
los brazos de su madre siguió llorando desconsolado mientras su
hermano, algo más controlado permanecía con la vista perdida en el
suelo, donde se había sentado sin decir nada.

_ Matthew Hugh…quedas a cargo de tu mamá y de tus hermanos.


Lamento tener que pedírtelo porque es una responsabilidad enorme para
un jovencito como tú, pero sé que eres un hombre juicioso y que podrás
reemplazarme por un tiempo. – Matthew H. levantó la mirada lentamente
con la boca abierta y los ojitos verdes llorosos y suplicantes.

_ Papá no me pidas eso, por favor, papá, ya es suficiente con dejar mi vida
aquí en Viña donde estudiaba, donde tenía mi mundo. ¿Se da cuenta de
que hasta mi polola me dejó? Me pides que me haga cargo de mi mamá y
de mis hermanos, si yo apenas doy conmigo mismo. He tratado de
tomarme esta salida de la mejor manera posible, mentalizándome para no
sufrir tanto. Si hubieras visto a mi Macarena, si la hubieras visto llorar
269

agarrada a mi cuello suplicándome para que me quedara y yo


suplicándole, a su vez, para que se casara conmigo y se nos uniera.
Entonces, aquí me tienes, con el alma rota, solo, con una mujer a la que
le rompí el corazón, y que me cree un exagerado. Estoy cierto de que lo
más probable es que nunca llegue a formar una familia, que nunca te dé
nietos, que nunca me titule de médico y que quizás me muera luego sin
haber hecho nada que quede como testimonio de mi paso por esta vida.
Por eso…te suplico papito: ándate con nosotros. O mejor todavía, déjeme
a mí aquí para esperar a Ian. Yo tampoco sería capaz de irme sin él y no
tengo nada que perder si me quedo. A pesar de todo lo que me separa de
Ian, yo sigo amándolo, lo quiero mucho, lo echo de menos. Déjame a mí,
por favor.

_ No hijo. Estoy consciente de todos tus sufrimientos y de todos tus


esfuerzos por tratar de hacer lo correcto. Perdóname por hacerte pasar
por esta responsabilidad, pero sabes que no estamos locos y que es
nuestra última oportunidad antes de que no podamos ni movernos con
relativa tranquilidad por las calles. Lamento lo de la Maca. No te enojes
con lo que voy a decir, pero si te hubiera amado como te dijo que te
amaba, te habría seguido hasta el fin del mundo, como tu madre me
siguió y me sigue a mí. Tu pololeo con ella siempre fue conflictivo. Yo sé
que tú la amas y por un tiempo te estarás preguntando si estuvo bien lo
que hiciste al dejarla, pero ten presente también que ella en materia
religiosa andaba bastante lejos de ti. Pertenecer a esa secta católica, la
misma de los papás de Manuel, le está haciendo el flaco favor de hacerle
perder la fe, falsificándosela. Te lo dije una y mil veces, quisiste cambiarla,
pero veo que no pudiste. No te lamentes por lo que no vas a poder llegar
a hacer. Nadie conoce el futuro y Dios quizás te tenga para cosas mayores
que sacar un título profesional o incluso casarte. Mas, esta tarea de traer a
tu hermano de vuelta tengo que hacerla yo. Soy su papá, él es menor de
edad y soy responsable por su vida. Ustedes cuatro, escúchenme, ¿No
confían en mí? ¿Me creen tan estúpido para no saber desenvolverme
solo?

_ No es eso Matthew…nadie te cree estúpido, pero sí loco, así que yo me


voy a quedar para ayudarte en esta locura.

_ Thomas…
270

_ Me vas a necesitar, no puedes circular así como así por la calle y no


tienes donde vivir. Yo me voy a quedar contigo, de alguna manera me
siento identificado con Ian, además soy su padrino.

El silencio inundó el vacío escritorio por un buen rato. Ya no eran


necesarias más palabras. Para Ángeles significó un gran alivio que Thomas
decidiera quedarse con Matthew para cuidarlo y acompañarlo.

Thomas salió del escritorio para dejarlos a solas y Matthew


aprovechó para despedirse de su Angelito y de sus hijos. Era hora de ir a
dejarlos al molo de abrigo donde estaba atracado el buque. Sería un viaje
muy arriesgado y con una escala en el reconstruido puerto de
Constitución. Ahí se encontrarían con don Pedro Vicencio, su señora y
sus dos hijos. Este hombre era el capataz del fundo de los Etcharren que a
instancias de Matthew y de Manuel se les había unido. Llevaba de todo:
un par de vacas, gallinas, ovejas, patos, semillas, almácigos de un buen
número de plantas y por supuesto todos sus conocimientos sobre el
funcionamiento del campo y del autoabastecimiento que iba a ser
primordial para este aislamiento. No sería fácil embarcar todo esto, de
noche y utilizando un bote del Albatros, pero Manuel y sus hijos estaban
capacitados para cualquier labor marítima y en los días que duraría la
navegación sus primos y tíos serían entrenados como marineros a presión.

El Albatros estaba atracado entre dos buques de la armada,


perfectamente camuflado, gracias a los favores realizados por una
oficialidad que continuamente ayudaba a los católicos que huían de las
grandes ciudades para refugiarse en la soledad. Durante años la Armada
se había consagrado una y otra vez al Inmaculado Corazón de María y la
limpieza interna de masones que habían realizado algunos almirantes
estaba dando sus frutos y de entre todas las instituciones de la República,
o de lo que quedaba de ella antes de que fuera tragada por el gobierno
mundial, era la más confiable para los verdaderos fieles.

Era ya de noche y las olas mecían suavemente la embarcación que


permanecía con sus luces apagadas, pero con sus motores encendidos
para partir. La luna estaba brillante y no era necesario encender luces para
ver. No iba a ser fácil. Un remolcador los arrastraría para sacarlos del
molo en una maniobra muy delicada para no levantar más sospechas,
271

tirando al buque sin mover mayormente a sus vecinos. Esto porque


estaban atracados entre una fragata, la cual estaba a su vez atracada al molo
de abrigo; y una barcaza, de modo que el Albatros estaba entre estos dos
enormes buques. La mudanza y el embarque de las cosas lo habían
realizado durante dos noches seguidas utilizando a la fragata como
pontón. Las guardias de los demás buques habían sido cambiadas por el
comandante en jefe de la escuadra, amigo del don Matthew Mansfield, el
padre de Matthew, de modo que quedaran nada más que aquellos
hombres de confianza, que vieron como en el transcurso de un par de
noches este buque pintado de gris con azul se acoplaba a la fragata. En un
rápido ir y venir un grupo de jóvenes adolescentes y sus padres, había
cargado bultos y muebles, utilizando la grúa del Albatros, en la enorme
panza del buque que era su bodega.

A eso de la una de la madrugada comenzaron las maniobras de


desamarre de las espigas que sujetaban al Albatros con la enorme fragata
de la armada. En ella estaba parado Matthew con Thomas presenciando
el zarpe. La familia completa estaba en la cubierta del Albatros, mientras
que Manuel en el timón maniobraba diestramente para ayudar al
remolcador a sacarlos de ahí. Ángeles con sus hijos no paraban de llorar al
ver Matthew parado al lado de su hermano. Matthew simulaba una
sonrisa, trataba de irradiar confianza, pero su corazón estaba desgarrado y
oprimido a causa de la pena que le daba separarse de los suyos. Cuando
ya el remolcador soltó al Albatros en medio de la poza de abrigo y ya que
apenas se veía la silueta del buque, Matthew agarró a su hermano del
brazo sosteniéndose con dificultad. Las piernas le temblaban y colocando
su otra mano sobre su rostro se sintió invadido por el dolor. Por un dolor
tan grande que por poco pierde el equilibrio.

El toque de la campana del Albatros en la distancia les indicó a


ambos hermanos que todo había salido bien y que emprendían el rumbo.
Uno de los subtenientes de guardia, rechoncho de cara colorada y con su
boina de servicio sobre su cabeza, se acercó a los hermanos y les avisó que
debían desembarcar de inmediato ya que algunos marineros estaban
sospechando de una maniobra fuera de lo común y estaban preguntando
qué era lo que ocurría. El comandante de la fragata que en esos
momentos estaba en el puente de mando, les mandaba sus saludos y les
deseaba la mejor de las suertes, rezaría por ellos y les pedía a ellos que
272

también rezaran por él, por la familia naval y por la patria. Thomas le
agradeció al subteniente y le envió a través suyo especiales saludos y
agradecimientos al comandante de la fragata que había sido compañero
suyo en el colegio. Miró hacia arriba y sus ojos se encontraron con los del
comandante que desde el puente los saludó militarmente a lo que ambos
respondieron de igual forma.

Siguieron al subteniente hasta la cubierta y luego llegaron al


portalón para poder así desembarcar. Miraron hacia popa para saludar a
la bandera nacional, pero se encontraron con la triste noticia de que junto
al tricolor nacional estaba la bandera del Gobierno Mundial. El
subteniente de cara redonda levantó los hombros y movió la cabeza como
lamentándose y al mismo tiempo pidiendo disculpas por el desagravio que
se hacía hacia el emblema patrio, pero no era su culpa. Ellos hacían lo que
les correspondía. Algún día esto iba a acabarse y la bandera nacional
flamearía junto a las banderas gloriosas de la Iglesia en la Patria Celestial.

Matthew y Thomas caminaron por el molo. Las siluetas de los


buques de la armada se reflejaban en el pavimento del molo, que seguía
en un sepulcral silencio que de vez en cuando se rompía cuando un
silbido de alguna alarma sonaba. Llegaron a la guardia y se les dejó pasar
como si no los hubieran visto.

_ ¿Quieres acompañarme un rato a la Playa San Mateo, Thomas? Bonito


nombre para una playa. Me encantaría tirarme un rato en la arena a ver la
luna y a ver si podemos divisar al Albatros cuando tome rumbo al sur.

_ Es un poco tarde y tengo sueño Mateo, pero bueno, ya que mañana


podemos levantarnos más tarde, te acompaño.

La Playa San Mateo queda a un costado del molo de abrigo, junto a


los roqueríos que antiguamente alojaron a la batería de defensa
Esmeralda. La playa estaba desierta y la marea baja. Matthew se sentó en
la arena amarilla intentando distinguir la silueta del Albatros, pero no se
veía nada. Manuel se había adentrado inmediatamente mar adentro
tratando de evitar ser descubierto frente a los acantilados que conducían a
Laguna Verde.
273

En vista de no poder ver nada, Matthew se dejó caer de espaldas en


la arena, cerró los ojos y suspiró con fuerza. Thomas sacó un cigarro y se
sentó a su lado, mirando el horizonte.

_ Finalmente nos quedamos los dos solos Matthew. Al menos podremos


recuperar la compañía de los años perdidos. ¿Cómo te sientes?

_ ¿Cómo crees que me siento Tommy?

_ No sé, eso sólo lo sabes tú, por algo te lo pregunto.

_ Estoy triste y me siento solo, viviendo en una pesadilla de la cual parece


que nunca podré despertar; estoy a punto de quebrarme, pero no quiero
dejarme arrastrar por el desánimo. Mi Angelito…se me fue mi Angelito.
¿Qué es este pobre cristiano sin su compañera? Sabes Tommy, llega un
punto en la vida en que ya es tanto el dolor, tanta la pena, la desolación y
desesperanza que lo único que resta por hacer es reírse de la miseria
humana que somos. No aprendemos nunca…no aprendimos nunca y ya
se nos pasó el tiempo.

_Bueno, como dice Santo Tomás Moro: “No permitas que me preocupe
demasiado por esta cosa embarazosa que soy yo”.

_ Exactamente, me encanta esa oración de Moro…Dame Señor.

_ Estás escaso de palabras… ¿no quieres conversar? ¿Te molesta que te


hable?

_ No, háblame no más Tommy. Gracias por estar conmigo. Te repito que
me estoy aguantando, racionalizando la separación de la familia y no
dejando que la imaginación y la angustia por el futuro me dominen.
Déjame llevarte al plano práctico, para no seguir pensando en esta cosa
terrible que me está….- Matthew no aguantó más. La mandíbula le tiritaba
y los labios le temblaban hasta que no pudo reprimir más el llanto.
Thomas se puso de pie y caminó hasta la orilla para que tuviera más
privacidad en su desahogo. Estaba esperando el llanto de su hermano
desde que había visto al Albatros partir y comprendía que para Matthew
dejar a su esposa e hijos era una puñalada directa al corazón y que la única
274

forma que tenía de aliviarlo era llorando a mares. Matthew era


extremadamente sensible y con frecuencia cuando algo le emocionaba
mucho sus lágrimas se asomaban solas, lo cual le desagradaba
profundamente. Cuando Thomas notó que su hermano estaba más
tranquilo, restregándose los ojos con fuerza volvió a donde estaba y se
quedó por un momento contemplando al pobre Matthew. Los años
habían pasado y a pesar de los golpes de la vida su rostro seguía teniendo
un dejo infantil, de inocentona mirada, aunque sobre su piel las arrugas ya
le surcaban abundantemente. Su fisonomía no había cambiado en nada.
Seguía delgado y atlético en su contextura. Las canas le daban un aire de
nobleza a su cabellera que tenía el mismo corte de pelo desde que se
había casado.

_ ¿Estás más calmado Mateo?

_ ¿Por qué diantres tengo que pasármela llorando como mujercita?

_ No me des explicaciones hombre, si llorar no está mal. Te sirve para


descomprimir el alma y quedas más relajado. No hay nada más perjudicial
que guardarse las cosas para dentro de uno porque tarde o temprano
explotas con la gente que no debes y queda la embarrada. Eres sensible,
así es tu carácter, y que bueno que eres así porque te hace más humano y
no una piedra casi psicópata. Bueno Matthew, pero hace un rato me
dijiste que querías tratar un tema más práctico…

_ Hace frío Tommy, estoy congelado. Estamos en pleno invierno y venir a


la playa a esta hora parece que no fue muy buena idea. En fin, ¿A dónde
vamos a vivir? ¿Cómo me voy a mover para observar los pasos de Ian? Si
este tonto hijo mío decide irse con nosotros algún día, ¿cómo vamos a
hacer para marcharnos al sur? Estoy con la cabeza dándome vueltas como
trompo con tantas interrogantes y cuando esto me pasa, me paralizo. Se
me bloquea el cerebro y no pienso bien. ¿Qué has pensado hacer tú?

Thomas encendió otro cigarro y se largó con una tentativa de plan


que Matthew escuchó con atención aportando también de pasada con sus
propias ideas, pues él algo ya tenía también planeado.
275

La casa de los Mansfield estaba a punto de ser vendida para ser


demolida y en su lugar se construiría un edificio. Otra pena más para
Matthew era esta de ver la casa que lo vio nacer y crecer lista para ser
derribada como otras tantas casas antiguas del plan de Viña del Mar. Ya
no volverían a ella. Lo mejor era quedarse en un hotel boutique de algún
conocido que no hiciera mayores preguntas. Allí tenía hechas las reservas
Thomas y podían llegar esa misma noche. Durante el día Matthew tendría
que quedarse ahí y si salía tendría que mantenerse oculto en el auto de
Thomas. Ian no debía saber que ellos dos estaban en Viña. Había que
hacerle creer que se encontraba solo y esto iba a ser difícil porque
Thomas tenía que dejarse ver y seguir su rutina de hombre importante de
vacaciones, con sus permanentes informes a sus jefes. ¿Cómo iban a
poder hacerlo sin que Ian supiera que él permanecía en Viña? Este era un
problema gordo y verían en la marcha como solucionarlo.

En cuanto al mismo Ian lo que quedaba por hacer era seguirlo la


mayor parte del tiempo. Matthew estaba seguro que él ya estaba con sus
primeras dudas y contradicciones con respecto al gobierno mundial y que
a pesar de estar siempre buscándole justificación a lo que este pérfido
gobierno hacía, Ian en el fondo de su corazón intuía que las cosas no eran
cómo se las querían hacer ver. Todo era cuestión de tiempo y de rezos. El
mismo hecho de enterarse que Thomas había desertado del gobierno,
sabiendo que con esto perdería toda su posición, privilegios y hasta la vida,
lo habían remecido y algunas cosas le estaban chocando más de lo que le
hubiera gustado para seguir con su vida tranquila de “buen” ciudadano
mundial.

Una vez que Thomas se hubo fumado su enésimo cigarro, a pesar


de los reclamos de Matthew, ambos tomaron rumbo al hotel de sus
amigos que se ubicaba en Con-Con, frente al mar en el camino costero y
en un lugar más bien apartado, lo que facilitaba sus movimientos. Estaban
cansados y Matthew no podía dejar de pensar en sus hijos, en sus niñas
que lo adoraban. Nadie tocaba a su papá, de eso podían estar seguros.
Teresa, Annie y Ángeles eran un bloque cuando se trataba de defender a
su padre y estos pensamientos le tenían el alma entristecida. Sin embargo,
el apoyo y la fortaleza que necesitaba vino de quien menos se lo iba él a
esperar.
276

Al llegar al buque unas horas antes de partir se habían reunido todos


en la amplia sala de estar del mismo, donde se ubicaba el bar y unas
mesas para leer, estudiar o jugar a las cartas. Allí Matthew les había
comunicado su intención de quedarse para recuperar a Ian. La noticia no
les cayó nada de bien y una sola voz de protestas se elevó, esgrimiendo a
la vez otro tipo de solución para cuando Ian decidiera volver con su
familia. Pero ninguna de estas posibles soluciones era tan buena como la
que pensaba llevar a cabo Matthew quien, de pie junto a Ángeles soportó
estoicamente los reclamos de sus familiares, hasta que desde el fondo del
salón Manuel se puso de pie y con su vozarrón los hizo callar a todos.

_ ¡Ya está bueno! Parecen gallinas cacareando. Así no solucionamos nada


y nos ponemos más nerviosos. Matthew, es lo menos que esperaba de ti, y
conociéndote como te conozco ya me lo estaba temiendo. El buen pastor
deja botadas a las noventa y nueve ovejas por ir en busca de la que se
perdió. Yo te apoyo, una vez más me has demostrado que tu buen juicio
es el que gobierna tus arrojos. Va a ser un trabajo difícil el que te espera y
de mucha paciencia, virtud de la cual careces. Eres un hombre
extremadamente inquieto e impaciente, al que le gustan los resultados y
los frutos sin prórroga ni demora. Así que amigo, ten en cuenta que en su
mayor parte esta espera va a depender mucho de nuestras oraciones y de
que te armes de paciencia, para no meter la pata. Quédate tranquilo que
yo cuidaré a Ángeles y a tus hijos como si fueran míos. Deja en manos de
este capitán al resto de tu familia que yo me preocuparé por ellos como si
fueran la mía propia, y tú sabes que en el fondo somos una sola gran
familia. Todo está pensado para este viaje, no te preocupes. Contamos
con amigos a lo largo de toda la costa y además es el momento adecuado
para huir antes de que los controles se hagan insostenibles. Todavía puedo
navegar este barquito sin que se sospeche mucho de sus fines y en este
sentido no debes preocuparte. Thomas nos ha facilitado enormemente los
papeleos y viajamos como empleados suyos y con sus cosas. Claro que se
nos olvidó mencionar que no sólo son sus cosas, sino que también es toda
su familia – Manuel sacó risas y aplausos con esta última frase - y termino
mi perorata diciéndoles que para mí será un honor viajar con todos
ustedes hacia una vida que espero sea mejor que la actual. Cada uno de
nosotros ha dejado muchas cosas en tierra: recuerdos, amores, proyectos,
pero es hora de que los dejemos definitivamente en tierra y nos hagamos a
277

la mar confiados en que Cristo y su Santísima Madre Stella Maris,


alumbrarán el rumbo de nuestra navegación: Duc in altum!.

Nunca antes Matthew había escuchado hablar así a Manuel. El de


los discursos y sermones siempre era él. Manuel se limitaba a escuchar y
a lanzar una broma pícara al final de sus discursos. Sus palabras trajeron
algo más de tranquilidad para su atribulado corazón.

Acostado en su cama del hotel, y mientras Thomas roncaba en


forma feroz, él no podía dormir pensando en Ian: en cómo y dónde
estaría. Ian estaba en conocimiento que el buque partía esa noche y por
tanto, en esos precisos momentos quizás estaría pensando en que su
familia ya no estaba y que no los volvería a ver. “Pobre niño, debe estar
tratando de auto convencerse que todo está bien y que no nos necesita”.

Matthew logró quedarse dormido por un par de horas, pero a las


seis ya no pudo seguir. Se levantó en silencio para no despertar a su
hermano y salió para ir a subirse a unas rocas que estaban frente al hotel.
En una peligrosa maniobra saltó la barrera de seguridad y ágilmente se
trepó a la roca, donde con cuidado se acomodó. Le encantaba mirar el
mar y ahí de alguna manera se sentía más cerca de ellos imaginando en
dónde se encontrarían a esa altura del viaje. Las olas iban y venían
golpeando la roca donde estaba con furia, empapándolo de pasada con
una ráfaga de pequeñas gotitas que terminaron mojándolo entero.

Thomas bastante somnoliento se despertó y al no ver a Matthew


pensó que estaría tomando desayuno en el comedor, pero grande fue el
susto que pasó cuando al abrir las cortinas de su pieza vio justo en frente
suyo a Matthew agarrado a la roca en el instante en que una ola reventaba
con energía a los pies de su hermano. Fue aterrador ver como la ola
siguiente le pasó por encima mientras Thomas se vestía como un
enajenado tratando de apresurarse para ir a rescatar a su hermano mayor,
que como buen conocedor de los roqueríos costeros viñamarinos ya se
encontraba escalando el muro que lo conducía a la calle y ahí se encontró
con Thomas.

_ ¿Qué estupidez estabas haciendo Mateo por Dios Santo? Mira como
vienes entero mojado. Si te viera la Ángeles…me mataría a mí por no
278

cuidarte– Matthew le sonrió como un niño al que lo pillan haciendo


maldades.

_ Estaba contemplando el mar, reflexionando y quería también poder


bañarme… acuérdate que siempre me ha gustado mojarme en las olas.
Hace tiempo que quería hacerlo. A pesar de estar enfermo, aún me
siento con ganas de subir cerros, de caminar kilómetros y kilómetros
contemplando el paisaje, y no puedo. El físico no me acompaña, Tommy.
Me he tenido que cuidar mucho, demasiado diría yo, y mojarme un
poquito no me va a matar.

_ Es muy bueno tomar un baño de mar, pero en la playa y no en un


roquerío a las siete de la mañana con este oleaje y frio polar. Vi cómo te
pasó la ola por encima y pensé que te había sacado y tirado al fondo. No
hagas temeridades así, por favor, no vuelvas a hacer una tontería, pudiste
haberte matado. Estás entero empapado…y el corazón Matthew, ¿qué
tienes en la cabeza? Tienes que cambiarte. Tomamos el desayuno en la
habitación, después de revisar mi correo será bueno que salga y averigüe
en qué pasos anda tu hijo, pero te suplico que te controles, que domines
tus impulsos y te quedes tranquilito en el hotel leyendo, o viendo
televisión sin salir.

_ ¿Me vas a tener encerrado todo este tiempo? Ni a cañones, yo soy un


tipo que tiene que estarse moviendo, caminando, si no me enfermo, me
viene la depresión espantosa y la angustia. No puedes dejarme encerrado
de brazos cruzados. No fue la idea. Puedo ocultarme en el asiento trasero
de tu auto, y además pensaba cambiar de apariencia. Me voy a dejar barba
y me dejaré crecer el pelo. Quizás si me disfrazara de mendigo podría
pasar desapercibido. Nadie pone atención a un atorrante y no creo que
me paren para pedirme documentos. Podré vigilar los pasos de Ian más
de cerca.

Fue así como el pulcro Matthew Mansfield se transformó poco a


poco en un mendigo harapiento, barbudo y sucio que disfrazado se
plantaba todos los días cerca de la casa donde paraba Ian a observarlo.
Este comportamiento a Thomas lo tenía trastornado y temía que lo
descubriesen en cualquier momento. De hecho, habían pasado casi un
mes desde que esta aventura había comenzado cuando un día Matthew
279

tendido bajo el árbol donde siempre se ponía a mendigar se encontró cara


a cara con Ian que le ofreció una moneda. Matthew estaba irreconocible
con sus harapos, un gorro chilote inmundo, y su barba color ceniza, pero
aún así notó que el muchacho lo miró extrañado. Matthew no quiso ni
siquiera mirarlo, pero el chiquillo le comenzó a conversarle y él sólo
respondía con monosílabos.

_ Usted tiene algo que me es familiar. – Matthew se puso rojo y hundió la


cabeza dentro de su asqueroso sobretodo. – Usted debiera irse a uno de
esos asilos que hay para los necesitados y no estar en la calle pasando frio
y hambre. Si lo pescan los carabineros se lo van a llevar al calabozo y ni le
cuento lo que le pasaría. Me imagino que tampoco tiene el chip ni ha
firmado, en ese caso, si quiere yo puedo conseguirle un lugar en el hogar.

– Ian trataba de buscarle la mirada, pero fue imposible. Al cabo de un rato


no encontró nada mejor que: ¡sentarse al lado del mendigo! Matthew
sentía que su corazón se le iba a salir de puro nervio y lo sentía latir en sus
oídos punzándole fuerte. Levantó la vista hacia donde sabía que se
estacionaba Thomas y vio cómo su hermano le movía la cabeza
negativamente y le hacía señas para que se levantara y se fuera. Pero
Matthew estaba tan nervioso que a lo único que atinó fue a hundirse más y
más dentro del abrigo hasta las orejas.

_ Han estado muy cortos los días…oscurece tan temprano que el día no
cunde nada. ¿Le molesta que le converse? Yo vivo en esa casa con unos
amigos…mi familia no está y me quedé solo. A veces los de la casa tienen
que conversar cosas familiares y yo como que me siento siendo un intruso
y salgo un rato para fuera. Como lo vi a usted hace días sentado por aquí
cerca tenía curiosidad por saber quién era, y le insisto en que tiene usted
un aire como de alguien que conozco. ¿Usted tiene familia? – Matthew
asintió, pero no dijo nada. Tuvo que contenerse para no abrazar y besar a
Ian. El pobre muchacho se sentía solo, de eso no cabía duda y lo más
probable es que estuviera muy arrepentido de no haberse ido con su
familia. - ¿Cómo se llama caballero? – Matthew movió la cabeza
negativamente muy nervioso - ¿No me quiere decir? Bueno, a lo mejor no
confía en un miembro joven del gobierno mundial, con este uniforme y
mis insignias…en realidad me he encumbrado bastante. Mi papá y mi
mamá tampoco confían en ellos y por eso se fueron todos y me dejaron
280

aquí solo. No los culpo, a decir verdad, me comporté como un imbécil,


pero ¿qué podría haber hecho? Yo les dije que actualmente se respetan
todos los credos y que no hay problema en practicar la religión como
crean correcto, pero aún así se niegan a firmar, ¿cómo no pueden
entender algo tan simple? Nada más que una mísera firma y hacen todo
un atado con ilusas persecuciones. Yo creo que andan buscando que los
persigan en su imaginación para sentirse mártires de los últimos tiempos o
qué se yo. – Ian suspiró lacónicamente – Bueno caballero, le dejo estas
monedas. Le repito que puedo ubicarlo en un hogar, es peligroso para los
mendigos andar por ahí. Nadie quiere ver pobres en las calles y los
vecinos están comenzando a murmurar. Los únicos mendigos que quedan
son los que se niegan a quedarse en las casas de acogida donde voy a
diario. A lo mejor sería bueno que se cambiara de barrio antes de que lo
pesquen…Buenas tardes.

Matthew quedó helado y dedujo varias cosas. En primer lugar, que


Ian se sentía muy solo; segundo, que sus ideas eran contradictorias porque
por un lado decía no culparlos por haberlo dejado, lo cual quería decir
que sospechaba, sí, que sospechaba que podía estar en el error; y por otro,
seguía a su vez insistiendo en que había libertad para poder seguir
cualquier religión, lo cual era falso ya que la única religión válida y
reconocida por los estados era la religión universal con sede en Jerusalén.

Una vez que se hubo marchado Thomas encendió el motor del auto
y raudamente se acercó hacia donde estaba Matthew y estacionándose a su
lado lo apuró para que se subiera y le contara todo.

_ Después de lo que me has contado yo creo que está a punto de colapsar


y creo también que tú debieras de dejar este show de ponerte todo el día a
esperarlo. Te va a terminar descubriendo y no me extrañaría que mañana
te fuera a conversar de nuevo y hasta te lleve a una de las casas de acogida.
Será mejor cambiar de plan, no puedes seguir con lo del mendigo, se está
poniendo muy peligroso.

_ Déjame seguir con mi actuación hasta el fin de semana, y cambiamos de


plan. Tuve que contenerme para no abrazarlo y besarlo y contarle que era
yo. Mi niñito, es buen chiquillo eso es lo que más lástima me da. Está
281

lleno de ilusiones, lleno de planes, lleno de vida y no sabe qué diantres


hacer con ella. Por favor Thomas, dame solo un par de días más.

Antes de entrar al hotel, Matthew todos los días se cambiaba en el


auto de Thomas, quedando convertido nuevamente en el respetable
profesor Mansfield. Pasaban a cenar al comedor del hotel y ese día al
sentarse en su reservado notaron que en la mesa había un enorme sobre
con el membrete de la Armada que estaba a nombre de Matthew. Con las
manos temblándoles por la ansiedad Matthew abrió el sobre que su vez
traía en su interior varios sobres más pequeños y una pequeña nota:
“Estimado profesor Mansfield: Tal vez usted no me recuerde, soy
Francisco García, teniente segundo, que hace unos años fue su alumno en
un seminario que usted dictó en la Escuela Naval. Yo me recuerdo muy
bien de usted porque sus conferencias me marcaron y me han servido
mucho en mi vida. Actualmente estoy cumpliendo una destinación en
Chiloé, en la capitanía de puerto y tuve el privilegio de conocer a su
familia, quien por intermedio mío le manda esta pequeña nota de su
señora, doña Ángeles, para comunicarle que todo ha resultado conforme
a lo planeado. Nosotros estamos en contacto permanente con ellos y
constantemente verificamos sus necesidades. Quisiera también decirle que
cuando usted emprenda viaje al sur, deberá coordinarse conmigo para que
yo a su vez le informe vía radio a don Manuel para que vaya a buscarlo a
Castro o a las cercanías de Quellón. No debe acercarse ni por si acaso a
Puerto Montt porque hay demasiada vigilancia. Este sobre lo lleva a Viña
un compañero mío que anda por un asunto oficial, quien le dejará su
número de celular para que me llame cuando esté listo para partir al sur.
Si quiere contestarle a su familia esta correspondencia, llámelo y él se
encargará de que su carta me llegue a mí para yo entregársela
personalmente a don Manuel. No se contacte directamente conmigo, sino
a través de mi compañero Ricardo Iturra quien navega permanentemente
entre Valparaíso y Puerto Montt. Atentamente, Francisco García, Tte.
2°.”

Matthew una vez que leyó la nota del teniente abrió el otro sobre
que tenía la inconfundible letra de Ángeles y otros sobres con la letra de
cada uno de sus hijos. Una sensación de felicidad le inundó al contemplar
la carta de su esposa y antes de leerla se la llevó a las narices para intentar
rescatar del papel el aroma de azahares del perfume que Ángeles usaba
282

en las grandes ocasiones y que especialmente se echaba cuando le escribía


algo a su esposo de manera que el perfume quedara impregnado en la
hoja. Y efectivamente, la esquela de papel venía impregnada con el aroma
del cítrico y así con el papel pegado a sus fosas nasales se quedó Matthew
con los ojos cerrados intentando recrear con la imaginación la voz de su
amada. Luego sacó los anteojos de su chaqueta y comenzó a leer la carta.
En algún lugar de la Reserva Nacional Katalalixar
Querido Matthew:

¿Cómo está mi niño lindo de carita triste? Te extraño mucho mi vida.


Te extraño a tal punto que siento que ando como alma en pena. Me siento
tan rara sin ti y todavía no me acostumbro a esta separación. Pero a pesar
de toda esta pena que siento por no tenerte aquí conmigo, estoy tranquila
porque sé que estás bien y que estás haciendo lo correcto para traer a nuestro
hijo de vuelta a su casa, a su familia y principalmente a su fe.

Déjame contarte algunas cosas acerca de nuestra travesía y de lo que


estamos haciendo actualmente. La navegación estuvo muy tranquila y sin
mayores inconvenientes. Nos tocó buen clima y viento a favor. Gracias a las
pericias de Manuel nos mantuvimos navegando a una velocidad constante.
La verdad mi amor es que Manuel me ha sorprendido porque desconocía
completamente esta faceta suya de capitán de buque. Se sentaba todo el día
en su silla en el puente cuando no estába mirando las cartas de navegación
en una especie de cabina al lado del puente de mando, y pobre el que tuviera
la osadía de entrar cuando estaba estudiando las cartas. Me fascinaba ver
cuando se ponía su gorra y salía al alerón de estribor a cotejar el rumbo con
un compás. Es otro Manuel. Cumplía dos funciones: la de comandante del
buque y la de oficial de navegación, aunque dejaba a Juan Manuel y a
Rafael a cargo de la navegación algunas veces. Es increíble el
profesionalismo con que se tomó el mando de la nave y cómo logró que cada
uno tuviera su misión en el buque de modo que todos colaboramos y nadie
anduvo de ocioso., que por lo demás no es posible ya que había que estar
vigilando los motores en la sala de máquinas, y el curso del buque en el
puente. Manuel manejaba un lenguaje náutico para dirigir el buque, del
cual me declaro completamente ignorante. En todo caso me encantaba subir
al puente y escuchar cómo le decía a uno de sus hijos (que también dominan
el idioma náutico): timonel, navega rumbo tal y cual, y el chiquillo en el
timón, ya sea Juan Manuel o Ignacio le responden: ay, ay mi capitán,
timonel navega con rumbo tal y cual. Siempre tiene el timonel que repetir
la orden que le da Manuel, casi siempre en inglés en términos bastante
peculiares. Te hubiera encantado ver cómo se tomaban las cosas estos
hombres. A las mujeres nos asignaron todo lo que tiene que ver con las
mismas labores domésticas que hacemos en nuestras casas: “cocinar el
283

rancho”, limpiar los camarotes, mantener el cubierta limpia, lavar la ropa y


todas estas cosas.

Nuestra única parada antes de llegar a Quellón y luego cruzar por el


Golfo de Penas hasta el canal donde nos metimos y desembarcarnos, fue
Constitución. No sé qué maniobra extraña habrá hecho Manuel, pero
conseguimos cambiar el plan inicial de embarcar a don Peruco y familia por
botes, a atracar directamente en el rebozado puerto. ¿Cómo pudimos
atracar en un puerto gobernado por un estado vendido al gobierno mundial
con todo el riesgo que ello implicaba? Mi respuesta a esta pregunta es que
estos tipos, los bandos medio y algunos altos cargos porque no decirlo
también, son tan inmorales que se dejan sobornar (deduce lo que hizo
Manuel bajo la desaprobación total del padre Christian y de la mía) y no les
importa en lo más mínimo. Son unos cara dura, ni se arrugan y no logro
explicarme cómo puede este gran aparataje mundial funcionar a pesar de
toda la corrupción que hay en sus miembros. Gobiernan en el caos y sin
embargo, en el caos les funciona, ¿Cómo? Gracias a un poder oculto que
aunque todo esté corroído sigue guiando a sus fuerzas al mismo objetivo
común del poder unitario y tiránico.

Era un día tan raro, con un sol que picaba la piel siendo que estamos
en invierno y al final de la tarde cuando ya nos íbamos, una lluvia
tormentosa que me hace pensar en que el clima nos está tocando la voz de
alerta una vez más y que nadie hace caso. Mira los volcanes, ¿cómo es posible
que hayan siete volcanes al mismo tiempo en erupción solamente en Chile y
nadie, absolutamente nadie relaciona estas voces de alarma con el caos
moral y religioso al que nos vemos enfrentados? ¿Qué más señales quieren del
Cielo? Si vieras este clima horroroso, con días de un calor que derrite los
hielos del glaciar que nos mira de lejos y al día siguiente un frío polar que
te cala hasta los huesos. Las erupciones de estos volcanes tienen a gran parte
del sur cubierto de cenizas y humo. El bello sur está irreconocible. Menos mal
que en la zona donde estamos viviendo la cosa está más despejada y a la
distancia se aprecia la nube gris.

Matthew, mi Matthew, estoy tratando de escribirte de un modo ameno


en medio de esta desolación. Gracias a Dios estamos alejados de todo, pero
aun así uno se entera de cosas, de las cosas atroces que pasan en el mundo.
Todo parece estar patas para arriba y yo realmente no sé qué pensar de los
hombres. Ven a su alrededor los crímenes, las injusticias, las inmoralidades y
nadie reacciona. Es más fácil hacerse el desentendido, hacerse el ciego y no
mirar la realidad, “total mientras a mí no me afecte”, pero lo que no saben
es que tarde o temprano sí los va a afectar y entonces será tarde. Para qué te
cuento esto mi niño lindo si tú ya lo sabes.

Como te contaba más arriba, don Pedro subió al Albatros una


verdadera arca de Noé: una vaca con su toro, un par de caballos, gallinas,
patos, unas lombrices para su lombricultura, sacos con semillas y almácigos.
284

Yo desde la cubierta, veía que subía y subía cosas y pensaba dónde iba a
cultivar todo eso en estos parajes tan boscosos y fríos, pero al llegar a donde
estamos me di cuenta de que el clima ha cambiado mucho y es perfectamente
posible poder cultivar hasta lechugas sin que sea necesario mucho cuidado.
Don Pedro se embarcó con su señora y sus dos hijos. Yo no podía creer que
Roberto Vicencio, aquel chiquillo al que iniciaste en el violín estuviera
embarcándose con nosotros. Es un maestro del violín, y me produce
sentimientos encontrados. Estaba en el pick de su carrera. Tenía toda la
agenda copada para lo que resta del año, pero sin embargo prefirió seguir a
sus padres en este exilio. Nos ha contado cosas espantosas de la vida que
están llevando los catalanes de Barcelona, donde él residía en España, y
asqueado del liberalismo sexual, de toda la persecución contra el
catolicismo verdadero, de la vidas vacías y egocéntricas, con total desprecio
a la familia, llena de sectas ocultistas que realizan actos aberrantes; que se
tomó un avión y se vino para su tierra. Creo que fue él el que convenció a su
familia de la propuesta de Manuel y tuya de acompañarnos. Me encanta
como toca el violín. Me ha invitado a tocar con él en los momentos libres,
pero me es imposible concentrarme. Te extraño tanto, tanto mi amor que ni
siquiera puedo tomar la viola sin que las lágrimas se me caigan por las
mejillas recordando todo lo que tocábamos juntos. No hay cosa en este
mundo que me guste más que sentarme al frente tuyo con las luces bajas a
tocar nuestros instrumentos en una intimidad tan grande que es como si los
dos en ese momento fuéramos unas sola voz.

Esta carta me está saliendo muy desordenada y no te he contado nada


sobre como es el lugar donde estamos viviendo. Tengo demasiadas cosas que
contarte y a mi cabeza se me vienen muchas ideas, así que te pido que tengas
paciencia con este caos de carta.

Voy a terminar de relatar un par de cosas sobre nuestra experiencia en


el Albatros. Los detalles acerca del viaje mismo, de sus paisajes y maravillas te
los contaré personalmente cuando estés conmigo y yo acaricie nuevamente
tu pelito mientras tú descansas en mi regazo. Hubo en la travesía dos hechos
que a mí me partieron el corazón y que me tienen muy preocupada. Íbamos
navegando a la altura de Concepción, y estaba comenzando a oscurecer. Yo
siempre ando buscando a las niñas para que no se metan en problemas y
hagan tonterías, ya sabes lo intrusas que son, (especialmente Teresa con
Ángeles, Annie se encierra en su camarote a escuchar música y a leer y no
me da mayores problemas, está tan linda.) En esto estaba cuando llegué a la
cubierta que antes servía de helipuerto. Es un espacio muy grande que ahora
los chiquillos usan para chutear un rato a la pelota (ya se les han caído
unas cuantas al mar). Vi sobre la cubierta cuatro bultos, tirados en el suelo
de espaldas y eran Matthew H, Juan Manuel, Dominic y Rafael que estaban
conversando en murmullos. Intenté acercarme sin que me vieran para poder
escucharlos – algo que sé que está mal, pero…-. El diálogo era sobre lo
absurdo de la vida, sobre el dolor y contrariamente a lo que esperaba,
Matthew H. estaba muy ofuscado defendiendo una postura completamente
285

fatídica. Juan Manuel estaba más cuerdo y trataba de calmarlo. Dominic


permanecía en silencio, pero de vez en cuando, agregaba alguna frase
patética y pesimista en apoyo al tenor de la conversación que guiaba su
hermano mayor. Rafael no duró mucho porque no resistió la actitud de
Matthew H, además que debía presentarse en el puente para tomar la
guardia nocturna. Dicho sea de paso, menos mal que Rafael como buen
pascuense es un buen navegante, conocedor del mar y es el brazo derecho de
Manuel, lo reemplazaba en la noche.

Matthew H. me tiene preocupada. Ya no es el mismo. Anda siempre


callado, si no lo está, anda discutiendo y con un mal genio que jamás le
había visto. Déjame seguir con la historia: de repente ante algo que le dijo su
primo, Matthew H. se puso de pie, furioso, despotricando contra todo, contra
Juan Manuel, diciendo que estaba cansado de la vida, que lo que estábamos
viviendo era un castigo por algo que él no sabía, no sabía por qué lo estaban
castigando. “Estúpido Ian, idiota de Ian! Dejar a mi papá por allá lejos por
su culpa, que se pudra el muy tarado y que se vayan todos y me dejen
tranquilo…” dijo tu hijo y tomó el cello que tenía a su lado y lo abrazó con
fuerza. Colocó el arco en el cello y comenzó a tocar como jamás lo había
escuchado. Se parece a ti en esto: cuando te baja la rabia tomas el violín y
tocas como nunca y tu hijo hace lo mismo. Juan Manuel se paró y se acercó a
la baranda de popa para mirar al mar y no seguir con esta discusión
absurda. Dominic que conoce tan bien a su hermano mayor se puso a su
lado, - esto fue increíble y tuve que irme porque no di más de pena – le tomó
el arco mientras tocaba e interrumpiéndolo apartó el cello del cuello de
Matthew H. y tomando la cabeza de su hermano la colocó en su pecho.
Matthew H, rompió en llanto abrazado a su hermano de 14 años. Dominic le
dijo: “a ver si ahora entiendes como me siento cuando me viene el bajón”.

Matthew H. no está bien, y me preocupa que haga una locura. Estaba


entusiasmado con el viaje hasta que le dijiste que te quedabas y fue en ese
momento que tomó conciencia de todo lo que dejaba atrás y que no volvería
a recuperar y el mundo se le vino abajo, sumado a la negativa de esa niñita
Macarena de no querer casarse con él…¡nuestro pobre hijo está sufriendo
mucho Matthew! Sé que ama a su hermano Ian y que de pura rabia que le da
dice esas cosas. He tratado de pasar más tiempo con él, de regalonearlo. A los
demás niños el comportamiento de Matthew H. también los ha afectado
porque él no es así y lo desconocen. Andan nerviosos, callados, ensimismados,
sumado a que te extrañan mucho y están preocupados por Ian. Me preocupa
sobre manera Dominic ya que Matthew H. es una especie de ídolo para él y no
está acostumbrado a verlo deprimido. Christian como es más chiquitito no se
hace mucho problema porque siempre anda en su mundo con sus historias y
juegos de creerse superhéroe y el lugar lo tiene extasiado de felicidad, es lo
que le gusta y no se le despega a su tío agrónomo y de don Pedro, que están
encantados con él. Nuestros hijos son nuestro tesoro. Los hemos criados para
que sean uno y el hecho de que Ian se haya quedado lejos y haya tomado esa
actitud completamente contraria a lo que somos como familia, los tiene
286

perplejos y a mí también. ¿Qué error cometimos mi niño lindo? ¿Seremos


nosotros culpables por no habernos dado cuenta antes de que Ian se nos
estaba escapando de las manos hacia un mundo y hacia una idiosincrasia
que no conocía y que lo atrajo ciegamente? A diario me hago esta pregunta y
repaso cada etapa de su vida buscando la respuesta que me lleve a explicar
su actitud.

Tu papá ha intentado conversarle tal como lo hacía contigo, lo mismo


que el mío, pero Matthew H. es muy reservado y aunque quiere mucho a sus
abuelos no es de los que anda desparramando sus problemas. Anoche estuve
conversando un rato con él. Estaba un poquito más tranquilo, pero extraño,
molesto, enrabiado consigo mismo. Para mí fue incómodo porque era como si
yo, con mi personalidad, de un día para otro hubiera adquirido la tuya, y
esta mezcla es terrorífica, un pequeño monstruo depresivo donde nunca lo
hubo. Me dijo: “Mamá, ¿qué pasa con Dios? ¿Irá a intervenir algún día para
terminar con este mundo enfermo? ¿Cómo puede tolerar lo que tolera? ¿Cómo
puede permitir que se le burle con una religión falsificada y demoníaca?
¿Cómo puede permitir que los que tratamos de mantenernos fieles sigamos
sufriendo de esta manera? ¿Qué nos sostiene mamá? ¿Por qué tiene que ser
tan duro ser fiel a Cristo, a la Iglesia y a su doctrina? ¿Por qué creer en esto?
¿Por qué creemos en esto? ¿Dónde radica nuestra certeza de que a pesar de
todo seguimos creyendo mientras el mundo se nubla en el mal y este parece
triunfar? Como Mordor…cuando Mordor avanzaba por la Comarca. No tengo
ganas de hacer nada, mamita, nada, sólo dejarme arrastrar para donde me
lleven. Si me dices que haga algo lo haré, como un zombi, pero mi espíritu
está abatido, completamente deshecho. Me siento todos los días a la orilla
del rio a no hacer nada, a mirar como corre el agua, y dejo correr el tiempo.
No me interesa hacer nada, absolutamente nada, salvo pasar
contemplándome a mí mismo, sintiendo lástima por mí. No tengo a
nadie…tú tienes a mi papá, que aunque esté lejos, sabes que existe una
persona en el mundo que es tu otra mitad y que va a estar siempre al menos,
espiritualmente, contigo. Yo no tengo futuro, no tengo proyección, no
formaré una familia, tendré que acostumbrarme a vivir en este permanente
exilio que quizás me dure toda la vida. Sólo una cosa le pido a Dios y es que
acorte mis días porque no tengo ninguna razón para seguir respirando en
este mundo abarrotado de sombras”.

Matthew, si puedes contestar esta carta y darme un consejo para saber


que decirle a nuestro hijito, por favor, no tardes en enviarme algo. He
hablado con Titian, pero él es el otro caso del que te quería hablar. Un día
antes de llegar a Quellón, después de misa, me quedé un largo rato en la
capillita del buque. Estaba meditando y terminando de rezar las oraciones
para después de la comunión, y en eso de la sacristía salió Titian con su
breviario para rezar lo que siempre rezan los sacerdotes tras celebrar la
Santa Misa. Venía tan concentrado que no se dio cuenta de que yo estaba
atrás y se dejó caer de rodillas frente al sagrario. Siempre hace lo mismo, lo
he visto varias veces, pero yo que no le saqué la vista de encima desde que
287

llegó, noté que movía los hombros y la cabeza como cuando uno llora.
Seguidamente vi que levantaba la mano y se la llevaba a la cara y le oí
llorar a mares. ¡Matthew que pena me dio! Los ánimos de nuestras familias
no son de los mejores y tenemos que levantarnos los unos a los otros
continuamente. Gracias a Dios nos apoyamos, de lo contrario no sé qué sería
de nosotros. No sabía qué hacer y al final me paré y me arrodillé a su lado,
pasé mi brazo por su espalda y le hice cariño. Titian me miró tan apenado y
no le salía el habla. Nos pusimos de pie y nos sentamos en una de las bancas
a conversar. Me contaba que a veces se siente solo. Nos ve a nosotros con hijos,
a tus papás, a sus hermanos y siente que le faltan los afectos humanos. No es
un sentimentalista, pero echa de menos a su superior, a sus compañeros y
amigos sacerdotes a los cuales no ha podido – no había podido hasta ese día
– volver a establecer contacto con el cardenal Bright y con el Santo Padre.
“Perdóname por haberme visto quebrarme, no sabía que estabas aquí.
Gracias por consolar a este pobre cura…te lo agradezco tanto Angelito.
Desearía que tu esposo estuviera aquí para poder conversar con él, para
tirarnos para arriba mutuamente. He dicho mis misas con el mayor fervor y
devoción, ofreciéndolas por todos nosotros y de manera especial por Ian,
Matthew y Thomas, para que regresen pronto y sin novedad. Angelito, yo
tengo mis malos momentos como todo el mundo, pero trato de encausar mis
penas y mis vacíos, para no dejarme llevar por la desesperanza, porque a
pesar de todo nuestro sufrimiento no debemos dejarnos llevar por la desazón.
Con todo, a veces reviento, como lo acabas de presenciar. Es difícil conservar
la esperanza en medio de este caos donde reina la maldad y el desenfreno.
Es un desenfreno plenamente consciente que hace que los hombres deseen y
acepten sus desviaciones y lo hagan de un modo natural y sin ningún
remordimiento. No se arrepienten de nada…es horrible Ángeles, no quieren
arrepentirse del mal que hacen y ¿cómo podría Dios perdonarlos si en su
conciencia no existe el pedirle perdón? Y te dicen “yo no me arrepiento de
nada, no tengo nada por lo cual arrepentirme. A mí me gusta pasarlo bien y
disfrutar de la vida, ¿qué hay de malo en ello?” No es que en la vida todo sea
sufrimiento y que no disfrutemos de las cosas buenas que Dios nos da. De
hecho los momentos apacibles, los lugares silenciosos y tranquilos que aún
quedan en medio de este bullicio, son regalos que Dios nos entrega para
hacernos recordar el Cielo, y que ahí eso será infinitamente mejor. A lo que
voy es a la incontinencia de las pasiones que muchos ven actualmente, no
como tal, sino como algo natural: yo tengo derecho a hacer lo que quiero
con mi vida, con mi cuerpo. Eso es lo que a mí me duele. Es como si tú
estuvieras en un cerro y vieras que a lo lejos se acerca un buque y que si
sigue navegando en esa dirección va a chocar con el acantilado. Tú lo ves,
les haces señas para que se detengan, que se van a estrellar, que van a
reventar y ¿cómo te responden? A mí me gusta navegar en esa dirección y no
tienes derecho a privarme de hacer lo que me plazca.

Soy sacerdote, mi misión es llevar a las almas al Cielo y ver cómo estas
ovejitas se pierden para siempre, me produce una impotencia y un dolor
enorme. Ni te imaginas lo que sufro al pensar en estas almas y por eso le
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ruego a Dios por ellos, que al menos mi oración, mis misas sirvan para salvar
a un pecador.” El padre Titian cerró los ojos y me dio la mano, y nos
quedamos sentados en esa banca contemplando el sagrario por tanto tiempo
que no nos dimos cuenta de que pasaron dos horas…estuvimos dos horas
sentados contemplando en silencio, haciendo una retrospección de nuestras
vidas y agradeciéndole a Dios por la oportunidad que nos estaba dando de
poder huir para conservar la fe…y la vida. He visto que su comportamiento
no es el mismo de antes, está apagado, y no sé qué hacer para ayudarlo. Le
preocupa la situación del Santo Padre y que en cualquier momento lo
descubran. Hemos sabido que viaja oculto de un país a otro junto con el
cardenal Bright, un sacerdote tridentino y un par de frailes. Ha consagrado
secretamente a algunos obispos y según tengo entendido va a aparecer por
Chile en cualquier momento. Christian me contó que están trabajando en el
Desierto de Atacama, bajo la tierra construyendo un refugio y es ahí donde
tus tíos y primos han huido. ¿Hubiera sido mejor haber partido hacia allá
con ellos? Quien sabe, mejor es tenernos repartidos por si nos descubren, de
ese modo no nos exterminarán a todos reunidos. “Hay que extirparlos, hay
que exterminarlos porque de lo contrario se reproducirán como una plaga
de garrapatas. Son peligrosos y constituyen una secta terrorista enemiga del
género humano” Supongo que viste y escuchaste en las noticias este
comentario de Todtschläger secundado por sus secuaces Elders, acerca de los
viejos católicos: somos una plaga, una plaga chica a la que temen. ¿Por qué
nos temen si todos nos odian? ¿Qué peligro podríamos representar para el
Gobierno mundial y su nueva religión? Es un odio irracional que sólo puede
entenderse a la luz de lo que dicen las Escrituras y el hecho de que se
levantarán para hacerle la guerra a los fieles desatándose una persecución
enorme: ¿es lo que estamos viviendo Matthew? ¿Estaremos en presencia de
aquellos tiempos? Yo creo que sí, nunca antes había sido tan manifiesto.
Fíjate como se han organizado para controlar a las masas. Con la escases de
agua y del hecho que les den todo, absolutamente todo lo que necesitan
para no preocuparse por su supervivencia, las gentes han llegado a firmar y
a someterse sin ningún tipo de obstáculo al Gobierno Mundial. Les controlan
la vida por medio del estómago y del corazón, por medio de la sed y del
hambre, por medio de los placeres lascivos para que no miren en su interior,
para que no busquen en sus conciencias. No lo ven como malo, y su vida
espiritual se reduce a actos emotivos, de sentir con el corazón y no de aceptar
la Verdad con la luz de la inteligencia.

Extraño nuestras conversaciones. ¿Te has puesto a pensar todo lo que


hablamos mi niño lindo? Pasamos horas y horas hablando de la vida, de la
fe, de la muerte, de nuestros miedos, de nuestros hijos, de la naturaleza, ¡Qué
alegría para mí es saber que puedo contar contigo para conversar! y supongo
que tú sientes lo mismo que yo.

Ahora déjame contarte algo sobre nuestro nuevo hogar. Oficialmente


la casa de Peter, que dicho sea de paso, tu hermano está pareciéndose
también mucho a Titian. Le pones lentes y una sotana y te queda un gemelo
289

de tu hermano cura. No me acordaba de lo cantor que es. En medio del


almuerzo se pone a cantar esas canciones irlandesas que hacen que me
ponga más melancólica, y él notando que me pongo triste al pensar en que
no estás, me empuja con su manota y me obliga a cantar con él en medio de
las risas. Peter es un encanto, como todos tus hermanos, un hombre alegre,
sin complicaciones, querendón. Le ha dado por cantar Jerusalem...”And did
those feet in ancient time, walk upon England’s mountains green: and was
the holy Lamb of God, on England´s pleasant pastures seen!”, y entonces al
final del poema vienen los varones Mansfield en pleno y con sus vasos llenos
de cerveza y terminan en coro: nor shall my Sword sleep in my hand: till we
have built Jerusalem, In England’s green and pleasant Land…, como si los
jarros de cerveza fueran sus espadas los juntas al centro, en alto y luego a
brindar…. es todo un espectáculo. Todavía guardan el sentido del humor y se
emocionan con estas canciones. No sé cómo pueden mantener ese sentido del
humor tan chispeante en medio de este destierro, un exilio en un lugar
hermoso, pero sigue siendo destierro.

Yo no sabía nada de lo que Pete estaba haciendo en el sur y me di


cuenta de que ha hecho maravillas. Es como si durante estos años se hubiese
estado preparando para recibirnos y construyó con sus propias manos y su
enorme creatividad una enorme casa en medio del bosque, de este bosque
frío y húmedo que nos protege con su follaje. La casa no se ve ni desde el aire
y ni desde cerca. Vienes caminando por un sendero en medio de la
naturaleza y te topas con esta cosa medio rara que parece un árbol. Una
casa que está en varios niveles hasta las profundidades de la tierra donde se
encuentra la capilla. Creo que Peter nos oculta secretos con respecto a la
construcción de la casa y espero que nos lo cuente todo. No nos ha dicho
todavía quién es su mecenas y cuando se lo preguntamos lo único que hace es
sonrojarse hasta las orejas y sonreír con malicia: “ya les voy a contar, ya les
voy a contar”…y no nos cuenta nunca. Nos hemos adaptado bien,
organizándonos según nuestras propias capacidades y gustos: unos en la
huerta, otros en la cocina, en la generación de energía, en la clínica, en el
aseo, en el cuidado de los animales, en la guardia, en la pesca, etc. Creo que
cuando estés acá vas a querer trabajar con don Peruco en la huerta y en la
leña. Tratamos de vivir según la regla de San Benito sin ser monjes. Se nos ha
servido naturalmente como un buen método de convivencia. La electricidad
se produce gracias a la energía hidroeléctrica que sacamos del rio que trae
un fuerte torrente. ¡Bendita agua! Gracias a Dios tenemos bastante lluvia
aunque no llueve como antes. No quiero contarte más cosas de este lugar
porque quiero que las veas en persona y hago votos para que pronto estés aquí
conmigo y con todos tus hijos.

Te extraño mi amor lindo, mi vida entera, te estaré esperando, no


tardes,
Te ama,
Ángeles
290

p.s: Dale un fuerte abrazo de mi parte a Tommy, dile que le agradezco con
todo mi corazón que se haya quedado contigo. Rezo por él. Dile que lo quiero
mucho, que no haga tonteras y que se cuide.

Matthew releyó la carta un par de veces, mientras Thomas estaba


impaciente por saber qué contaba Ángeles. Matthew no decía nada, estaba
absorto mirando la letra de su esposa y su hermano sin poder soportar
más su silencio, le anunció que esa noche saldría a dar unas vueltas por
Viña y que llegaría tarde así que no lo esperara.

_ No llegues muy tarde y no te expongas haciendo imprudencias. Yo me


voy a ir a la pieza, para poder leer las cartas de los niños. ¡Qué ganas de
tocar algo en el violín! Me comen las manos…necesito tirar la rabia y la
pena. Lástima que el violín se me fue en el Albatros. Oye Tommy,
Ángeles dice que te quiere mucho, te manda un abrazo y que te cuides.

_ Gracias y no te preocupes por mí. No te enrolles mucho con tu cabeza


Mateo…ya me imagino como habrás de estar por dentro con esas cartas.

Thomas se fue en su auto, mientras que Matthew se sentó en su


cama del hotel a leer las cartas de sus hijos. Empezó por la de los más
chicos. La de Angelito incluía un dibujo del Albatros entrando por los
canales y le contaba todas las cosas que hacían con sus mamá en esta casita
de cuentos que había construido su tío Peter. Teresa también incluyó un
dibujo, pero sus palabras no denotaban la misma alegría que su hermana
menor. Le confesaba a su padre que estaba asustada porque veía a los
adultos con la cara siempre compungida, preocupados y no lograba
adaptarse al clima y por encima de todo extrañaba a su papá: “¿cuándo
vas a volver papito? ¿Cuándo vas a regresar con Ian?”. La carta repetía
estas palabras una y otra vez. La carta de Christian contaba lo feliz que se
sentía haciendo el trabajo de campo, lo que la mayoría de las veces lo
liberaba de la hora de estudio. Acolitaba a su tío Titian en cada misa y
decía sentirse orgulloso de llamarse igual que su tío favorito, que además
era sacerdote. Estaban organizando el coro en compañía de los primos
Etcharren y lo estaban esperando para recibirlos con una presentación de
las canciones favoritas de Matthew. Annie, ella era una pequeña intelectual
que se la pasaba leyendo los libros de su papá y era ella la que estaba
organizando y clasificando la biblioteca en un espacio que había destinado
291

Peter como escritorio para su hermano. Annie aún no lograba asimilar lo


que les estaba ocurriendo y siguiendo los consejos de su madre, de sus tíos
y abuelos le señalaba a Matthew que trataba día a día de no cuestionarse
mayormente y seguir haciendo la voluntad de Dios con alegría aunque el
mundo se estuviera cayendo. La carta de Dominic estaba llena de
contradicciones y se notaba que aún tenía mucha rabia por Ian, al que
clasificaba de Judas y que aunque lo quería, tenía al mismo tiempo una
sensación de rechazo por lo que representaba. Ian era parte del gobierno
mundial y por este orden mundial ellos habían tenido que huir. “Camino
por los bosques solo, pensando en que podría estar haciéndolo contigo
papá y esto hace que mi corazón se comprima porque te quiero y te
extraño. Ambos nos entendemos y nos confortamos, eres mi mejor amigo
papá y eres el único a quien le cuento mi intimidad. No te escandalizas
cuando te planteo mis dudas y mis teorías que quizás son medias locas,
porque aún soy un niño que está recién aprendiendo a ver y a
comprender el mundo con una mirada más de adulto…A veces desearía
estar muerto para no seguir especulando sobre mi vida, sobre el mundo,
sobre los misterios de la fe. Me gustaría que de una buena vez todo se
develara y de esta manera poder ver con mis propios ojos lo que
actualmente vemos en sombras, sombras que obscurecen todo,
completamente todo.”

Después de leer la carta de Dominic, Matthew se levantó de su


cama y se paró frente a la ventana, corrió las cortinas y apoyó sus manos y
su frente en el helado vidrio a través del cual podía verse el mar con total
nitidez gracias a una enorme luna llena que justo en esos momentos
pasaba frente a sus ojos. Pensaba en Dominic, en lo parecido que era a él
cuando se ponía a reflexionar en medio de una crisis de angustia. Podía
imaginarlo mientras caminaba por el bosque, medio encorvado, con la
mirada triste y el ceño fruncido. ¿Cuánto tiempo más esperaría a Ian?
“Señor, por favor, mueve el corazón de mi hijo para que podamos
marcharnos tranquilos. ¿Qué tendrá que pasar Dios mío para que mi Ian
reaccione?…no se da cuenta de lo que está haciendo: está dividiendo a la
familia, nos está separando…no permitas Señor que nos separemos. Dios
mío, no permitas que yo también me extravíe. Mi fe está tambaleándose
en un hilito demasiado fino que en cualquier momento se cortará si Tú no
lo sostienes con firmeza . Estoy rendido, la vida me agobia cada día más y
no tengo el carácter ni la fortaleza de un santo para soportarla.”
292

Se tiró en la cama de espaldas y cogió el último sobre que contenía


la carta de Matthew H. Se encontró con que, en medio de la esquela, con
una letra grande y estilizada, había puesto sólo dos palabras: “¿Por qué?”.
Eso era todo el contenido de la hoja por esa cara, al reverso había
marcado el contorno de su mano en el centro de la página y dentro de ella
nuevamente otra pregunta: “¿Para qué?”. “Que excentricidad era esta” –
pensó- Matthew H. siempre ha sido medio artista y bueno para el dibujo,
pero esto simplemente es una rareza”. En cada dedo del dibujo de su
mano estaba escrito un texto con una letra minúscula. Partía en el
meñique y continuaba hasta el pulgar.

Dedo meñique: “Papá, ¿cómo te sientes? ¿Hiciste lo correcto? ¿Dejarnos


botados por un estúpido? Papá, ¿por qué?

Dedo anular: ¿Por qué me he puesto así? Por favor perdóname, perdona
a tu hijo Matthew Hugh por decir estas cosas. Sabes que quiero a
Ian…pero estoy tan molesto con él.

Dedo del medio: ¿Qué me está pasando papá? Me desconozco a mí


mismo cada día que pasa y no me soporto. Qué escabroso se ha puesto el
camino, demasiado empinado, con una carga demasiado pesada.

Dedo índice: Papá, ¿perdí la fe? ¿No soporté la prueba? No soporté la


carga…renunciar a todo, a todo lo que amaba…renunciar a la que amaba y
la que a mí me amaba…El dolor es insoportable y la carga que me impone
la fe me está hundiendo en el fango sin que nadie, ni siquiera El , me dé
una mano para salir. ¿Qué voy a hacer papito? ¿A ti te pasa lo mismo? Yo
sé que a ti te pasa lo mismo que a mí, lo sé porque te he visto llorar en
silencio cuando tú no me veías y te he escuchado rezar y suplicar para que
Dios te aumente la fe. Sé que me vas a responder con una con un enorme
discurso teológico, me citarás a una serie de tus compañeros de la
estantería, partiendo por aquel a quien le debo mi segundo nombre:
Hugh. ¿Hasta qué punto te crees lo que citas? Eso sólo lo conoce tu
conciencia. Te lo repito papá, no para exasperarte, sino para que me
contestes con la verdad: ¿realmente te crees el cuento? A esta altura de los
acontecimientos yo ya no sé qué creer. Si la pateadura de la Maca me dejó
con el alma rasgada, la quebrazón de nuestra familia terminó por derribar
el edificio de mi espíritu. Y ando dando botes, cuestionándome, y termino
293

siempre diciéndome que esto se parece al sueño de un demente que nos


ha cargado con sufrimientos, con abandono, con una religión que es una
carga insoportable y que ante la primera falla, nos tira al infierno. Sí, nos
tiramos nosotros solitos. Él no lo hace, pero Él nos ha puesto estas reglas
que son durísimas de llevar. Cumplir con todo lo que se nos manda,
conservar la fe y la alegría con todos los problemas que tenemos, con el
exilio, con la persecución, es un peso muy grande y no me siento ya capaz
de llevarlo. Lo siento papá, estoy desilusionado, estoy cansado de mi vida,
estoy cansado de mi soledad. No hay nada ni nadie que me consuele. No
hay nadie que esté en mi cabeza para entender realmente lo que me pasa
ni para comprender mi sufrimiento.

Dedo pulgar: Sé que todos mis hermanos, mis primos, el bueno de


Rafael, mi mamá, mis abuelos y mis tíos están haciendo lo que pueden
para ayudarme, pero en ellos también veo desazón y el miedo. El miedo
se palpa a cada instante, en cada ruido en el cielo con el pasar de aviones y
helicópteros, en el mar con las bocinas de los buques. El movimiento es
enorme en el canal. Andan todos buscando agua y parece que las masas se
vendrán para acá. ¿Nos descubrirán? No lo sé, estamos bien ocultos, no
es fácil llegar hasta acá. Sin embargo, nadie dice nada y nadie quiere
reconocer que estamos temblando. El terror a ser descubiertos penetra
por cada fibra de nuestra piel y late con fuerza. Miedo y dolor ¡qué linda
combinación! ¿Estaremos locos? ¿Nos habremos adelantado? ¿Leímos
bien los signos? A veces me siento como esos yanquis de sectas medios
dementes que se encerraban en sus campos a esperar a los extraterrestres
o el fin del mundo. Me vas a decir que eso no es así porque nosotros
huimos de la persecución de la que fuimos advertidos, ¿quién sabe? De
todas formas, este sitio es una cárcel de oro, muy bonito todo, pero cárcel
al fin y el cabo. Papá, todas estas cosas te las cuento con la entera
confianza de un hijo que te ama y te echa de menos. Daría lo que fuera
para que estuvieras con el idiota de mi hermano aquí con nosotros. Soy
indigno de pedirle algo a Dios, soy un cristiano muy infiel, pero yo tan
sólo quisiera que me concediera la gracia de tenerte nuevamente conmigo,
para que juntos lloremos nuestras penas y toquemos algo para hacernos
uno a través de las notas. El sonido de mi cello es lo único que me
acompaña en estos momentos. Te ama tu hijo que lleva con orgullo y con
privilegio tú mismo nombre, Matthew Hugh.”
294

Matthew terminó de leer las últimas palabras con los ojos


atiborrados de lágrimas de pena. Estaba profundamente desconsolado y
las palabras de su hijo mayor lo representaban completamente porque
atravesaba por la misma crisis y no sabía qué podría responderle. Era muy
tarde y estaba tremendamente asqueado. No tenía cabeza para ponerse a
escribir, ni menos a escribir cosas tan profundas.

Estaba releyendo la carta de su hijo mayor cuando sintió afuera en el


pasillo a alguien que venía haciendo un tremendo escándalo. Cantaba con
toda su voz:

“ ‟Tis the last rose of summer left blooming alone, all her lovely
companions are faded and gone no flower of her kindred, no rosebud is
nigh to reflect back her blushes and give sigh for sigh….”

Reconoció de inmediato la voz de Thomas que venía


completamente borracho. Se limpió la cara, de un salto se levantó para
asomarse por el pasillo. Y se encontró con una escena a la cual no estaba
acostumbrado. Ver a su hermano caminando abrazado a una joven
mujer, fumando un cigarro y cantando con su vozarrón de tenor aquella
hermosa canción.

_ Mire mijita, ahí está mi hermano mayor…San Mateo, que se ha dejado


una barba que lo hace irreconocible. Él es un hombre muy, pero muy
religioso, y que nadie se atreva a escandalizarlo…es un hombre puro y no
como este papito al que le gustan las mamitas ricas. Mateo te presento a
esta hermosa dama que me trajo amablemente para acá para
acompañarme esta nochecita, así que mi hermanito… tendrás que irte a
otra pieza a pasar la noche.

_ Tommy… ¿qué hiciste? Estás completamente borracho. Mejor te


despides de esta señorita y te entras a la pieza a esperar que se te pase la
borrachera. ¿Qué traes allá atrás? - Thomas tenía en su espalda cruzado
como un bolso un estuche de violín que se sacó inmediatamente
ofreciéndoselo a su hermano.

_ Toma maese Mateo, ya que tu amigo Stradivarius se te quedó por allá


lejos, ordené que me abrieran la tienda de los instrumentos en el
295

centro…para algo que sirvan estos galones…soy un hombre importante, sí,


sí, muy importante. ¿Vio mi cosita rica como corría el cristiano ese dueño
de la tienda cuando lo amenacé si no me la abría el muy carajo?…al día
siguiente iba a tener clausurado el sucucho – Thomas se balanceaba de
un lado a otro completamente mareado, la lengua se le enredada en el
paladar, pero aun así persistía en hablar y hablar estupideces. Mantenía
abrazada a la mujer de la cual se afirmaba. Matthew le recibió el violín y
tomándolo del brazo con fuerza lo despegó de la mujer, a la cual despidió
después de haberle dados unos billetes que sacó del pantalón de su
hermano.

_ Gracias por haber traído a mi hermano, pero por favor váyase.

_ Oye, oye, párala, no me quites la diversión – Thomas lo manoteó


tratando de sacarlo del medio, pero Matthew logró esquivar el golpe, lo
agarró con fuerza y lo empujó al dormitorio, cerró la puerta y lo llevó al
baño. Thomas se sentó en el inodoro con la cabeza caída, balbuceando
una serie de palabrotas contra Matthew, mientras que éste preparó la
ducha fría, le sacó la mayor cantidad de ropa que pudo y lo metió debajo
del fuerte chorro de agua helada. Thomas intentaba golpearlo, pero estaba
tan borracho que terminó sentándose en el piso de la tina con el agua
cayéndole en la cabeza. Al cabo de un rato Matthew lo sacó de la tina y lo
condujo a la cama donde lo sentó. Le preparó un café cargado y lo ayudó
a ponerse el pijama. Terminado esto Thomas estaba más tranquilo, pero
seguía hablando groserías hasta que de pronto se quedó callado, miró a
Matthew que se encontraba parado frente a la ventana contemplando el
mar con una pena mayor y el alma partida al ver a su hermano en
semejante estado. Thomas era de esos borrachos que se ponían
sentimentales y bastante melosos y Matthew temía que en cualquier
momento se le tirara al cuello para decirle que lo admiraba, que lo amaba
y que lo disculpara por llegar curado, pero que esa era una de sus
debilidades y que iba a costar que dejara de tomar porque llevaba años en
eso. Desde la época en que Thomas iba a la universidad tomaba más de
la cuenta y su hermano mayor siempre le había ayudado cuando llegaba a
la casa borracho, cantando las canciones más queridas por los Mansfield, y
¡vaya que las cantaba bien !. Lo metía a la casa sin que sus padres se
dieran cuenta, lo cambiaba y lo calmaba para que no hiciera más
escándalos. Sin embargo, pensaba que quizás protegerlo del regaño de sus
296

padres había sido un error y que tenía merecida una buena pateadura y un
corte de la mesada que sábado a sábado les daban sus papás para los
gastos de movilización, fotocopias y comida, y que Thomas se gastaba en
cigarros y cervezas.

Matthew se volteó a mirarlo en el mismo momento en que Thomas


se puso de pie e hizo lo que su hermano temía: fue y lo abrazó
apretándolo sin que Matthew pudiera zafarse de aquellos robustos brazos.

_ Matthew, Matthew, yo te amo tanto…mi hermano mayor.

_ Tommy por favor suéltame, ya está bueno, me estás apretando el


marcapasos. Sí ya sé que me amas, que me extrañabas y todos tus
melodramas. Déjame tranquilo. No me obligues a aplicarte un correctivo.
¿Por qué no te acuestas y tratas de dormir? Yo también tengo mis penas y
no me siento nada bien. ¿Puedes soltarme? – Thomas lo soltó y se
balanceó hasta alcanzar el violín, ofreciéndoselo nuevamente.

_ Tócame algo, algo que nos guste a los dos y yo te voy a decir unas
cositas que te van a dejar intranquilo, sí mi Mateo. Nunca me llamaste mi
Tommy como al cura: mi Titian, mi Titian, mi Titian para arriba y mi
Titian para abajo, cuidando al pollito Christian Arthur. Ándate para allá
con el cura ermitaño…

_ Cuando estás borracho hablas puras cabezas de pescado, y yo ya estoy


harto, así que me voy a acostar y sería bueno que tú también lo hicieras.
Es muy tarde y mañana tengo que estar temprano en la calle de Ian.

_ Anda, tócame algo en el violín. ¿Cómo era que se llamaba esa canción?
“Mi mancherai”, tócamela, y yo te cuento después las novedades que te
tengo sobre tu hijito Ian y sus planes para mañana…el tarado de tu
hijo…no parece hijo tuyo, tú tan pulcro, tan santo…

_ Ya cállate Tommy: me estás cansando y estoy que te pego, no me


busques el odio. Me carga verte curado, te pones llenador y muy
desagradable, hasta me das miedo, hombre. – Matthew abrió el estuche
del violín y se encontró con una maravilla. El magnífico violín de un
prestigioso luthier italiano, que durante años le había estado giñando el ojo
297

desde la vitrina de esa tienda estaba ahí frente a sus ojos y ahora era suyo –
Este violín vale una fortuna…¿te volviste loco?

_ Para el mejor violinista, el mejor violín hecho con la mejor madera. Para
eso tengo plata, una pequeña fortuna en el banco del gobierno
mundial...tengo mucha plata Matthew, si supieras la cantidad de platita
que tengo guardada. ¡Los tengo convencidos de que eres prácticamente mi
sirviente, ja, ja, son tan idiotas…vamos tócame Mi mancherai con los ojos
cerrados como lo hacías cuando llorabas solo en tu pieza porque nadie te
pescaba de puro tonto santurrón que eres. A mí me llovían las mujeres,
con esta pinta de gringo…

_ ¡Por favor quieres callarte! Te voy a tocar lo que me pides, me cuentas


las novedades que me tienes de Ian y nos ponemos a dormir. ¡Qué tipo
más desagradable! Más encima pasado a trago, ¿con qué te curaste? Para
fastidiarme me traes a esa mujer, ¡qué mujer!, era una muchacha de
cuánto, ¿18 o 20 años? Deberías sentirte avergonzado.

_ ¿Quién te quiere fastidiar a ti compadre? ¿Crees que todo se centra en


ti? Mira que yo también tengo mis necesidades, no soy monje, y hace
tiempo que...bueno tú sabes….no satisfago mis pasiones; y además ella se
ofreció cuando le pedí al bar man una señorita para pasar el rato. Con
estos atuendos y esta facha pintosa de tu hermano, soy irresistible: pelito
rubio, ojitos grises, alto y musculoso…Tú también te las traes maese
Matthew con tus cosas por algo la Ángeles se enamoró de ti….Ya, ya, para
qué me pegas. Yo ahora ya no tomo cosas baratas, me curo con whiskey,
con un viejo whiskey escocés, ¿qué te crees tú?

_ Por piedad Tommy, por piedad cállate de una vez antes que te mate o
me mate yo.

Por un instante Matthew sintió la necesidad de salir de la pieza y


dejarlo solo. La paciencia ya la tenía colmada y en su cabeza comenzó a
experimentar una horrible sensación de aplastamiento, como si alguien le
estuviera comprimiendo con un torniquete. Los problemas empezaron a
aparecer como una lluvia en su mente, uno tras otro, escuchando su voz,
la voz de Ángeles, la de Thomas, todos en un momento hablándole
juntos y al mismo tiempo, gritándole sus angustias. Contempló una vez
298

más el mar y la luna, pensando en que ahí estaba la naturaleza


impertérrita a todo lo que le ocurría. El mundo seguía girando, los astros
seguían titilando, las olas seguían golpeando las rocas ignorando lo que le
ocurría en su interior. No había compasión en ninguna parte, nadie sufría
como él estaba sufriendo, a nadie le importaba nada, absolutamente nada
que hubiese un hombre con un corazón abrumado y abatido. Se tomó la
cabeza, estaba completamente desesperado. Por un segundo la idea de
tirarse por la ventana se le cruzó por la mente. Tomó el violín, le aplicó
fez de castilla al arco nuevo y poniéndoselo al cuello comenzó a tocar
maravillosamente como lo sabe hacer un hombre que descarga toda su
rabia y su pena a través de la música. Terminó de tocar quedándose por
unos segundos suspendido en el tiempo, con la mente disparada a
cualquier parte. Abrió los ojos y miró a Thomas quien estaba asomado
por la ventana con medio cuerpo afuera, con el puño hacia el cielo
diciendo más bravatas y vanagloriándose de cómo estaba engañando al
gobierno mundial. Matthew dejó el violín sobre su cama y de un tirón
agarró a su hermano de la cintura y lo arrojó al suelo de espaldas. Se le
tiró encima con el puño cerrado dispuesto a golpearlo en la cara. Le
colmó la paciencia y simplemente ya no lo soportaba, sumado a las cartas
que le daban vueltas en la cabeza y el problema con Ian. Le dieron ganas
de destruirle a golpes la cara a su hermano. Thomas lo miró desafiante y
al cabo de un minuto, ante la indecisión de Matthew de pegarle, se largó a
reír.

_ Ja, Ja, ja, esto es de lo más ridículo. ¿Quieres pegarme? Pégame


Matthew, aquí está mi rostro…pégale al borracho, desquítate, larga toda la
furia y la rabia contenida. Eres patético Matthew. Te contienes mucho,
siempre te contienes y eso te mata por dentro. Estás cada día peor, esa
cosa monstruosa te está carcomiendo por dentro y vas a terminar
haciendo lo que siempre has condenado: te vas a pegar un tiro. Tú tan
caballerito, tan compuestito, tan católico de la vieja escuela, y por dentro
vives un infierno. Claro Mateo, te conozco, te he observado siempre y me
das pena…me das lástima, no sé si por lo cobarde o por lo idiota.
Despliega las alas alguna vez, libérate de todo la coraza moralista que
tienes puesta encima y diviértete un poco, bébete una buena copa de vino,
échate una canita al aire… Vives como un hombre medieval y no como un
hombre moderno que disfruta de lo bueno de la vida. Y lo más triste es
que a tus hijos los has educado para que sean un espejo tuyo y viven tan
299

inconexos de la realidad que dan lástima, son como los puritanos. Tu


debiste haber nacido en la Inglaterra victoriana o antes, en la georgiana, y
haber sido compañero de Newman en Oxford…Eres un paisano
lúgubre…mírate Mansfield, no te atreves ni a pegarme. No sabes lo que es
la vida. Eres el hombre con la adrenalina más baja que he conocido,
insípido, desabrido, rutinario y formal, lleno de principios, respetuoso con
todo el mundo… el honor, el honor, tan delicado, tan educadito y gentil
para tratar a la gente….me llega a dar asco, ¡puah!, vomitivamente
perfectito mi compadre. – Matthew bajó el puño. Seguía sentado sobre el
estómago de Thomas y se quedó inmóvil como una piedra con la mirada
fija en los ojos de su hermano. No pestañaba y parecía que ni siquiera
estaba respirando. Thomas se lo sacó de encima y Matthew se quedó
sentado en el suelo en silencio hasta que decidió hablar, y habló en
murmullos, como haciéndolo consigo mismo.

_ Mi vida es un infierno…ya no puedo soportarlo más...me estoy


trastornando. Estoy cansado…estoy cansado. Tienes razón, toda la razón
Thomas. No conozco curado que no diga la verdad…estoy reventado. La
presión es demasiado fuerte y estoy completamente sobrepasado. Mañana
me voy a entregar…ya que no tengo el valor para acabar conmigo mismo
yo sólo, le dejaré la tarea a tus superiores. – De un salto se puso de pie y
plantó frente Thomas que se había metido en la cama. - ¿Es lo más sano
para todos no lo crees Tommy? Desearía tanto estar muerto, estoy tan
cansado de la vida, es como estar soportando un condena sin término….
_ No sabes lo que estás diciendo Mateito, no sabes lo que estás diciendo.
No conoces estas cárceles, yo sé cómo son…ay Dios mío, creo que voy al
baño.- Thomas fue al baño y volvió más repuesto.- Yo he estado en ellas y
te dejan encerrado en un cuarto oscuro, sin ropa, desnudo. Tan solo te
pasan una manta y nada más, y te mandan comida cuando ellos se
acuerdan de que te tienen encerrado. No lo hagas…tienes a tu Angelito
esperándote. Si a ti te pasa algo, ella se muere, no la hagas sufrir
inútilmente.

_ Thomas, ¿si te pido algo ahora que estás medio ido te acordarás
después cuando estés sobrio?
300

_ No es la primera vez que me emborracho….siempre sé lo que hago,


pero lo que pierdo es el pudor, ja,ja,,ja el pudor compadre y se me suelta
la lengua, pero soy un hombre bueno…no le hago daño a nadie.

_ O.K, cállate y escúchame. Si a mí me pasa algo, si por cualquier motivo


yo no estoy más con mi familia, prométeme solemnemente que tú te harás
cargo de la Ángeles y de mis hijos como si fueran tu propia esposa y tus
propios hijos, te lo suplico, prométemelo.

_ ¿Me lo dices en serio? Pídeselo a Manuel… ¿no son tan unidos? La


parejita explosiva…a veces pienso si no serán gays ustedes dos tan
amiguitos, ja, ja, ja,

_ Cierra el hocico o te quiebro un diente, no digas eso ni en broma,


¿oíste? Ni en broma. No conoces el significado de la verdadera amistad,
no la has tenido nunca y por eso te burlas de mí. Ya no existen en el
mundo amistades como la que tengo con Manuel. Manuel es mi mejor
amigo, es cierto, lo quiero con toda mi alma, pero él tiene su familia, y
por eso te lo pido a ti Tommy, que eres mi hermano y llevas mi sangre.
Confío en ti plenamente, a pesar de que eres medio extravagante, por
decirlo suave. Te lo estoy pidiendo en serio, muy en serio, no es ninguna
broma. Estamos expuestos a demasiados peligros y tengo que saber que
ellos no van a quedarse solos, sino que contarán con que los cuidarás y
protegerás como tu propia sangre, porque lo son.

_ ¿Me quieres hacer llorar? Te gusta toda esta cosa solemne, ¿por qué
tienes que ser para todo tan formal? Matthew, Matthew, es un honor para
mí lo que me pides. Cuidar el tesoro de un hombre que es su familia. Yo
te doy mi palabra de hombre que si tú te ausentas yo los cuidaré con mi
propia vida. Los Mansfield cuidan a los Mansfield donde quieran que
estén. Por ahora te pido que te olvides de eso de entregarte, creo que es
un gran disparate, una gran burrada de tu parte porque estás mal y muy
nervioso lo que aumenta tu natural estado pesimista. Mateo, no le hagas
caso a esa cosa monstruosa que te viene. Me duele verte así y siento por
haberme emborrachado….aún no supero esto y mi debilidad por las
mujeres, son tan ricas las minitas…

_ ¿Qué me ibas a decir de Ian? ¿Supiste algo Tommy?


301

_ Prepárame otro café que me estoy cayendo de sueño. – Matthew lo


acomodó lo mejor que pudo en la cama y le trajo café y para él preparó
una taza de su infaltable té. – Cuando me fui de aquí para que pudieras
leer tus cartas tranquilo, me dirigí a observar la casa donde vive Ian.
Estaba haciendo mi punto fijo, cuando lo vi salir con su amigote, unos dos
amigos más y cuatro niñas, muy arreglados todos. Día viernes, día de fiesta
y de destape, no hay límite de edad, ni de sexo, ni de nada: chipe libre.
En fin, los seguí hasta un pub y conseguí que dentro de él me tuvieran un
privado desde donde podía observarlo y hasta escuchar lo que hablaban
sin que me vieran. Me pedí unos whiskies y me conseguí a esa buena y
bonita compañía que además conocía a tu hijo…Oye Mateo, no sé si
contarte estas cosas…

_ ¿Por qué? ¿Crees que me podría escandalizar al saber en qué pasos


anda Ian Henry? Me duele el alma, pero desde el momento en que los
hijos crecen sabes que corres el riesgo que hagan mal uso de su libertad y
que no puedes forzar ni violentar la voluntad. Claro que me duele, por
supuesto que me duele, habiéndolo criado, educado en la fe, él sabiendo
el riesgo que corre su alma si la muerte lo pilla mal. No creo que exista
ningún padre que quiera ver a sus hijos condenarse, pero qué más puedo
hacer, dime, qué más puedo hacer aparte de rezar y de esperarlo. Tendría
que raptarlo, y capaz que termine haciéndolo.

_ Le pregunté a mi señorita si lo conocía porque yo vi que ella lo saludó


efusivamente al entrar…efusivamente ¿sabes? Llegué a pensar que era su
novia o algo por el estilo. Esta faceta de Ian la desconocía totalmente. Es
todo un hombre y como buen Mansfield, el cabrito tiene buena pinta.

_ Y dele con lo mismo. La belleza física pasa y los anglosajones, los


descendientes de anglosajones nos arrugamos como pasas y la belleza
queda en el olvido. ¡Eres muy vanidoso! Por lo demás ya no eres un
cabrito y los años de fiestas y trasnochadas ya se te notan en el cuerpo.

_ Ella se quedó un rato conversando con el grupo de Ian y luego se acercó


a la barra desde donde me la mandaron tal como yo lo había pedido. A
ella le habían mandado por e-mail mi solicitud y mi foto, y no se pudo
negar…
302

_ ¿Qué clase de mujer es ella Tommy?

_ Una dama de compañía, claro que depende del cliente.

_ Esto es asqueroso…no puedo creer que sigas con lo mismo, pensé que
habías cambiado y te habías olvidado de los burdeles.

_ Una canita al aire, es una excepción…Mi vicio son las mujeres…no soy
como tú, me cuesta dejarlas y no voy a cambiar de un día para otro .Por
otra parte, yo te dije que no te iba a gustar en qué andaba Ian.

_ Sigue, quiero saberlo todo.

_ Mateo estás pálido, mejor mañana te cuento, estoy que reviento de


sueño y tengo un dolor de cabeza salvaje.

_ Necesito que me lo cuentes todo, todo absolutamente todo.

_ Ella entró al privado y se sentó a mi lado, me dijo su nombre y


comenzamos a conversar. Yo me presenté también, pero sólo como
Tomás, un alto funcionario del gobierno mundial de vacaciones por estos
pagos. Le pregunté si conocía a los chiquillos esos que estaban del otro
lado del vidrio polarizado donde estábamos y me dijo que sí, que eran
clientes habituales del pub y del… ¿cómo decirlo para que tus oídos
vírgenes no se ofendan? – Thomas le colocó sus manos en ambas orejas,
como tapándoselas para que no oyera. Matthew lo corrió con violencia.

_ No me mortifiques más, termina con la ironía. ¿Qué te imaginas que


soy? ¿Un hombre puro, inmaculado? Déjate de molestarme y sigue por
favor.

_ Los chiquillos son clientes habituales del sauna más exclusivo de Viña,
donde trabajan solamente niñas de “buena familia”, universitarias que se
pagan la carrera como damas de compañía. Es un V.I.P muy caro, ¡eh! ,
muy caro y exclusivo para gente importante. No vas a encontrar en el
diario ningún avisito del burdel porque la visita es por recomendación de
altas alcurnias. Yo me quedé helado porque se me pasó por la mente la
cara que hubieras puesto si la hubieras escuchado cuando dijo que Ian y
303

compañía eran habitúes del antro. Tomé el vaso de whisky y me lo tomé


al seco, para poder soltar la lengua. Poco a poco le fui sacando
información sin que se notara mucho. Ella los conocía muy bien, y
entonces con el dedo le apunté si ubicaba a Ian, y me dijo que por
supuesto, que le encantaba conversar con él porque era como distinto a
los demás jóvenes. Muchas veces había ido al sauna acompañando a sus
amigotes y me contó la historia de que ella quedó muy sorprendida de la
primera vez que Ian fue para allá. Lo habían llevado engañado y que
cuando supo a donde lo habían traído, quiso irse y mandó al demonio al
Matías. Pero ella se le acercó y le dijo que podía esperar a su amigo con
ella conversando. Ian se quedó casi dos horas en el recibidor del sauna
conversando con esta chiquilla, acerca de la vida, de que su “trabajo” era
algo malo, y las cosas que tú les has enseñado. Total que la regenta casi lo
echa para afuera por estar sublevándoles a las niñas que terminaron
llamándolo “el pastor”. Me contó que todas las semanas van al sauna y
que para tener mayor tranquilidad ella se encierra con Ian en una de las
piezas y él es un caballero. Se toman un trago y conversan, lloran las penas
juntos. Dice que se ha transformado en su mejor amigo, que siempre la
aconseja y ella me decía que Ian es muy idealista y demasiado bien
intencionado, un ingenuo y que anda como desenchufado con toda esa
gente con la que se junta, que ella se da cuenta de que no tiene nada que
ver con esa gente porque tiene otra educación y formación y que piensa
que él va para allá porque necesita que alguien lo escuche y lo regalonee
porque extraña a su familia. Me decía que a Matías lo tiene en la
incertidumbre de saber si se ha metido con ella, porque no le ha dicho ni
que sí ni que no, y ella tampoco ha querido decir que no ha pasado nada
entre ellos. Está maravillada con Ian ya que les tiene un tremendo respeto
a las mujeres y que él sería incapaz de tocarla sin la bendición de Dios y
que ella se ha limitado a acariciarle el pelo mientras él descansa en su
regazo lamentándose por haber perdido a su familia…

_ Mi Ian… - ¿Qué está esperando para volver? ¿Qué hace ahí con esos
extraños? Cada palabra que me dices ha sido para mí como la punta de
una lanza que me atraviesa el corazón.

_ ¿Depongamos esta conversación Matthew? No te hace bien recibir estas


emociones y si te pasa algo yo en mi estado no sé qué hacer, apenas
puedo con el sueño y el hachazo. ¿Te tomaste las pastillas?
304

_ Sí, ya me las tomé. Estoy bien, estoy contento porque la doctrina


penetró en la cabeza de Ian como algo vivo, como algo que no sólo hay
que saber, sino que como algo que se lleva a la práctica. No podía ser de
otra manera porque cuando amas algo, cuando de verdad lo amas eres
siempre fiel cualquiera sea la circunstancia. Se ama lo que se conoce y si
se conoce se es fiel. Por un tiempo pensé que había desechado todo lo
que le había enseñado como una manera de rebelarse. Me hablaba como
si estuviera enojado con la Iglesia y con su propia Fe. Gracias a Dios al
perecer sólo fueron arrebatos de furia y no algo en serio. No pueden
haber católicos teóricos, no basta con saber todo acerca de la fe si no lo
pones en práctica y si no tienes corazón para ver en el otro al mismo
Cristo a pesar de los innumerables pecados que el otro puede tener. Si
queremos que Dios sea misericordioso con nosotros, tenemos que ser
misericordiosos con los demás, especialmente con aquellos que más lo
necesitan. ¿Qué más te dijo esta niña? – Matthew por un momento se
quedó como pensando - ¡Mira que idiota he sido! ¡Me trajiste a la mejor
amiga de mi hijo y yo la he echado casi a patadas! Si supiera ella que yo
soy el padre de su mejor amigo. A lo mejor ella podría haberle dicho que
le estoy esperando….

_ ¡Qué ironía de la vida!: la mejor amiga de mi beato hermano es una


chiquilla de la calle... ¡qué chiste!…¡Úfale!, Qué cosas que te digo
Matthew Francis, perdóname. Pero no, no te adelantes. Estás muy ansioso
y eso hecha a perder los planes. Este mocoso tiene que tocar fondo para
que de una buena vez se dé cuenta de la clase de gente que gobierna el
mundo actualmente. Si no es así, y vas a rescatarlo en estos momentos, va
a quedarse siempre con la espinita de que a lo mejor no eran tan
perversos. Para terminar con la historia. Al cabo de un rato, yo estaba
más alegre y me puse más cariñoso con ella…pero no te diré lo mío sino
lo de tu hijito, el pastor. Ella estaba preocupada por él porque sabe que
sigue siendo católico aunque diga lo contrario y me contó que este sábado
Ian va a asistir a una ceremonia de la nueva religión y que lo iniciarán en
lo mismo que me iban a iniciar a mí.

_ ¿Va a ir a una misa negra?

_ Bueno…no sé si llamarla misa negra, es parte de la nueva religión


sincrética. Es que son dos cosas, primero la ceremonia ecuménica-
305

antropocéntrica medio rara que se han inventado estos locos y luego más
en privado para los más adelantados y aquellos con un conocimiento
mayor del Gobierno, viene esta ceremonia donde le revestirán de un traje
de más importancia y al parecer, repito, al parecer, a hacer el rito este
horrendo del que fui testigo. Pero no estoy seguro porque no sé si ella se
habrá expresado bien con respecto a lo que le contó Ian. Oye hermanito,
pongamos fin a esta conversación. Te propongo lo siguiente: nos
instalamos afuera del templo de la nueva religión, ex – parroquia de………,
y lo esperamos, a ver qué pasa. Si él se da cuenta de que está participando
de un culto demoníaco, saldrá y entonces lo agarramos, lo metemos en el
auto y podrás besarlo y abrazarlo hasta que no te quede más aire. La cosa
se va a realizar en el horario que ellos denominan sagrado: a las tres de la
mañana, ¡son muy fallados los mierdas! ¡Están reventados de la cabeza!
Una parodia de la hora que murió nuestro Señor…¡Señor mío,
perdóname por emborracharme y por decir palabrotas! -dicho eso
Thomas cayó totalmente vencido por el sueño.
306

Capítulo 6

Así, poco a poco, transcurre nuestra vida, en medio de cientos de


infidelidades y miles de errores, de desafíos patentes y pecados ocultos.
Pero seguimos, como siguió Pedro, entre la mirada de fuego del sumo
sacerdote y el dolor del arrepentimiento ante el que brillarán los ojos de
Cristo. Y vamos así cegados por la pena hasta el éxtasis del gozo,
pensando en encontrarle muerto y esperando vivir de un recuerdo, en
lugar de confiar en que está vivo, y mirando hacia el “hoy”, en el que vive
aún más que en el ayer. Y, poco a poco, descubrimos que no hay jardín
por el que Él no pasee, ni puerta que Él no pueda abrir, ni camino por el
que no puedan arder nuestros corazones en su compañía

Robert Hugh Benson

Matthew no pudo pegar los ojos en lo que quedaba de noche.


Tampoco tuvo cabeza como para levantarse y contestar las cartas de
Ángeles y de sus hijos. El único pensamiento que por ahora tenía en su
mente era cómo iba a reaccionar Ian cuando se viera envuelto en esa
ceremonia de iniciación satánica. Las palabras dichas por Thomas le
daban vueltas y vueltas en la cabeza, e imaginaba a su hijo metido en
medio de aquel burdel, conversando encerrado con una prostituta que a
su vez era su mejor amiga. Una joven que a simple vista lo menos que
tenía era esa imagen típica que se tiene de estas mujeres. Parecía como
cualquier hija de vecino, como cualquiera de sus antiguas alumnas de la
universidad. El corazón se le llenó de lástima y de compasión por ella,
lamentándose haberla tratado tan mal.

Acostado de espaldas en la cama hizo todo un repaso de cómo las


costumbres habían cambiado desde que era un niño hasta ese día. Todo
estaba permitido. Aquel dicho de los años ‟60 y ‟70 de “prohibido
prohibir” por fin se había concretado como lo anhelaban los fanáticos del
liberalismo. Los padres ya no podían controlar ni detener a sus hijos, ni
siquiera de niños. Podían participar en todo lo que quisieran: bailes,
fiestas, orgías y cuanta cosa se pueda imaginar, pasando por el aborto y la
promiscuidad sexual que ya no era vista como tal. A los bares y discotecas
307

podía entrar cualquiera y la única restricción era la de mantener el orden y


no hacer escándalos que importunaran a los demás.

La humanidad caminaba con pasos de gigante al progreso definitivo,


pero esta decadencia moral iba a terminar por afectar este progreso, ya
que sabido es que cuando la cabeza se llena de pasiones descontroladas,
no puede pensar bien y tarde o temprano el desorden invade también la
vida laboral de las personas. No era extraño encontrarse con menores de
edad, como Ian y sus amigos, en bares y en prostíbulos, en lugares de
apuesta y en espectáculos que antes estaban prohibidos. La vulgarización y
una estética abominable gobernaba la publicidad y las calles con la
intención de por un lado, causar escándalo en las almas que aún querían
permanecer fieles y por otra inculcar a las generaciones jóvenes que de
tales cosas no había que escandalizarse porque era lo normal, una
expresión más de arte y libertad.

Al amanecer se levantó y bajó en silencio a tomar desayuno al


comedor del hotel. La ansiedad lo tenía completamente turbado y
nervioso y el encierro en el hotel no le ayudaba mucho a calmarse. Subió
nuevamente a su cuarto y se sentó en el suelo, con las manos abrazando
sus rodillas y la cabeza apoyada sobre ésta. A su mente llegaba una y otra
vez la imagen de su Angelito acariciándole su cabeza, ¡qué no daría por
estar con ella! El estómago le subía y la bajaba con vértigo al emocionarse
con su recuerdo.

Se quedó en esa posición en el suelo por un par de horas hasta que


Thomas por fin despertó con un tremendo hachazo en la cabeza. Miró
hacia la cama de su hermano y no lo vio. Supuso que andaba dando
vueltas en el hotel. Se levantó y casi se muere del susto al ver a Matthew
sentado en el suelo en un rincón, con la barba metida entre las rodillas,
llorando en silencio, pero convulsivamente.

_ ¿Hombre qué te pasa? ¿Hace cuánto que estás ahí? Ya son las 11 y yo
todavía acostado.

Matthew levantó la mirada. Tenía los ojos rojos. Volvió a bajar la


vista y no le respondió nada a Thomas que se dejó caer a su lado. Lo
308

tomó del hombro y lo abrazó. Con aquel gesto e cariño Matthew más se
acongojó y se sintió más miserable todavía.

_ Ya basta Matthew, déjate de llorar. Te la pasas llorando. Yo creo que tú


tienes un problema psicológico grandote, eres demasiado sensible,
aprehensivo y para cualquiera que esté contigo esta actitud tuya cansa. Es
siempre lo mismo, si no te quisiera como te quiero te habría mandado a la
punta del cerro con tus depresiones. Estás un día bien, contento y luego te
pasas al estado sombrío, y te dura una eternidad. Yo comprendo que estés
pasando por un momento difícil, pero hay que darle para adelante, seguir
luchando y luchando confiados en que esto tarde o temprano se va a
acabar; y para que acabe bien para nosotros hay que hacer las cosas con
alegría y esperanza.

_ ¿En qué mundo vives Thomas? La vida es una porquería y es más


porquería que antes. Se nos embarca en un velerito sin que queramos, un
velerito llamado vida y se nos lanza al mar con apenas una vela y esa vela
se nos suelta a cada rato y hemos de luchar y luchar para mantenerla
plegada…Yo me aburrí de que la vela se me caiga y me he sentado a
esperar en la popa, sin agarrar el timón, a que las olas del tiempo me
lleven a la deriva para terminar finalmente chocando con una enorme roca
que terminará por destruir lo que queda de velero. ¿Acaso no te pasa que
sientes como si una espada fría te partiera por dentro el alma cuando ves
que todo se derrumba a tu alrededor? Somos demasiado frágiles,
demasiado vulnerables y estamos expuestos a peligros constantes, a
impredecibles desconcertantes. Anhelas con todo tu ser llevar una vida
tranquila en paz, pero es imposible. Todo se nos escapa de las manos,
absolutamente todo y ni te imaginas lo que siente mi alma cuando la
tristeza me aprieta contra ella estrangulándome con un malestar de miedo,
de un miedo horrible y paralizante. Me dan ganas de huir…pero ¿a
dónde? No me puedo escapar de la vida, no puedo, ya no puedo volver al
pasado, ya está todo hecho. No me puedo escapar de la novela de mi vida
donde el Autor ya me designó un papel. ¡Ojalá no me hubiera casado!
¡Ojalá no hubiera tenido hijos ni nada y me hubiera quedado solo! Mi
familia me angustia, me angustia que les pase algo, que sufran y yo sin
poder hacer nada como un perfecto inútil. Me siento aplastado por la
vida, ella me tiene tomado de la garganta y me está asfixiando… “O, that
this too too solid flesh would melt. Thaw and resolve itself into a dew! Or
309

that the Everlasting had not fix'd His canon 'gainst self-slaughter! O God!
God! How weary, stale, flat and unprofitable, seem to me all the uses of
this world!” 1

_ Supongo que estas citando a uno de tus amigotes de la estantería… ¿Por


qué me suena tanto eso que dices?

_ Hamlet…

_ Claro ¿Quién más podría escribir de esa manera sino Shakespeare? No


hables de suicidio hermano por favor. Dices esas cosas sin sentido porque
estás nervioso y preocupado. ¿Me has visto triste y angustiado? No,
decepcionado y enfurecido, sí, pero no desesperado. Tú estás
completamente desesperado y el temita de la angustia ya se puso más
que trillado. No puede ser que un cristiano que sabe que Dios no lo
abandona esté así como tú lo estás. Yo no te entiendo, en serio que nunca
te he entendido eso de vivir mortificado, como achacado por todo como
el eterno atormentado. La cosa está mal, el mundo se cae a pedazos, ¿y
qué? ¿Soluciono algo torturándome, sintiéndome miserable? Que te
quieres morir, que todo es una mierda, que soy malo, pecador, que no
tengo salida, ¡ya termina con la depresión! Acuérdate que todos esos
estados tuyos nacen nada más que de tu cabezota loca que se niega a mirar
la verdad y la realidad tal cual es. Es peor todavía para ti lo que haces
tirándote al suelo a sentir lástima de ti mismo….tu mañita de siempre
agarrándote la cabeza en el suelo durante horas, odiándote por ser tú. Yo
tengo que seguir viviendo, seguir caminando especialmente por los que de
mí dependen. La vida es así, es dura, más de lo que quisiéramos, llena de
dolores, de penas, de dudas y de inseguridades, pero ya estamos
embarcados en este bote y hay que seguir navegando teniendo como norte
la esperanza en una vida eterna. Yo sé que a ti te gustaría de una vez por
todas salir de la incertidumbre y encontrarte cara a cara con Dios. Saber
de una vez por todas si aprobaste el examen de la vida, pero no te
corresponde a ti saber el cuándo y el cómo. Por lo que te resta de vida,
tienes que seguir remando, con todo el peso que tiene tu vida, con todas
tus fallas, con todas tus caídas. Te levantas como lo trato de hacer yo, y
1
“¡Oh! ¡Que esta solida, excesivamente solida, carne pudiera derretirse, deshacerse y disolverse en rocío!...
¡O que no fuese fijado el Eterno su ley contra el suicidio!...¡Oh Dios! ¡Dios!...¡Qué fastidiosas, rancias
vanas e inútiles me parecen las practicas todas de este mundo!” Hamlet, Acto 1, Escena 2.
310

vives cada día como algo nuevo, como un don que te da Dios para que
durante el transcurso de ese día lo glorifiques y te ganes el cielo con tus
obras y sacrificios.

¿Ves entonces hermanito? Aquí me tienes recuperándome de la


borrachera, nuevamente se me pasó la mano y gracias por no dejar que
pasara la noche con esa pobre niñita. Perdóname si te dije cosas que te
hirieron, no fue mi intención y no las pienso tampoco realmente, digo
cosas desagradables de puro envidioso que soy. ¿Crees que no envidio lo
que has construido con tu familia? Quiero confesarte algo, pero tranquilo
que eso fue nada más que por un tiempo muy corto: cuando conocí a
Ángeles en la casa, la primera vez que ella fue con Manuel a tocar la viola,
yo quedé prendado de ella y no podía sacármela de la cabeza. Yo la amé
por un tiempo con pasión en el silencio de mi corazón. Estaba vuelto loco
por ella. – Matthew lo miró sorprendido, quedándose con la boca abierta
ya que Thomas jamás le había dicho eso. Escuchar que a Thomas le
hubiera gustado su esposa era tan raro como si ella se hubiera enamorado
de Manuel.- Nunca te dije nada porque te me adelantaste y le pediste
pololeo antes que yo me decidiera a hacerlo, pero fue providencial porque
yo creo que ella de partida no me hubiera aceptado y tampoco
hubiéramos congeniado. No me hubiera aguantado ni un día. Para qué te
lo iba a decir si, conociendo como eres, te hubiera afectado y capaz que
hasta hubieras terminado con ella de pololear para que se fuera conmigo,
así eres de generoso y no quería hacerte sufrir. Habías encontrado a tu
mitad, alguien que compartía y comparte todos tus gustos y convicciones, y
créeme, que en estos tiempos no deja de ser un algo muy escaso de hallar.
Doña Ángeles nació para casarse contigo, créeme, son tal para cual, como
nuestros papás. Todo lo que hemos logrado se lo debemos a ellos dos,
aunque yo me porté muy mal y los desafié. En el fondo siempre supe que
estaba haciendo algo malo. ¡Qué alegría debiera significar para ti haber
encontrado a la mujer que te ama como ella te ama hermano! Si algo te
ocurre, y Dios no lo quiera, ten confianza en que la cuidaré, como si
fueras tú mismo y a tus hijos, a tus hermosos y maravillosos pollos los voy
a cuidar como si fueran míos. Sé que yo no le agrado a Ángeles; sé que
apenas me soporta y que me recibe porque tú me amas, pero aun así yo
estaré ahí para ver que no le falte nada. Yo la quiero mucho. Es como el
paradigma de la mujer que me hubiera gustado amar para siempre. Le
faltará tu cariño y tu compañía, eso es irremplazable, pero todo lo que yo
311

pueda hacer y que esté a mi alcance lo haré por amor a ti y por


admiración y aprecio hacia ella.

Sé que tu mejor amigo es Manuel, pero te pido que seas no


solamente mi hermano, sino que seas también mi amigo si tú lo deseas.
Los amigos se levantan el uno al otro, se perfeccionan, se tienen confianza
para compartir esos pensamientos tan íntimos que sólo se los contarías a
tu almohada si no tuvieras a aquel que te escucha con amor queriendo tu
bien. Eres profesor de antropología filosófica y conoces estos temas mejor
que yo, pero no sólo es conocimiento teórico. Puedo escribir un tratado
sobre la amistad y no tener ni un solo amigo del alma. Yo no lo
tengo…quiero que tú lo seas. Si estás abatido, yo te ayudaré a que te
levantes, si me ves caer, ayúdame tú a levantarme. No para que estemos
de acuerdo en todo, pero al menos, para que podamos conversar y
discutir sin llegar a perder el afecto y la dicha de tener quien comparta la
vida con uno. Y lo de ayer, fue una vergüenza, me dejé llevar y estoy muy
arrepentido. Ojalá tuviera a Christian para confesarme, por ahora sólo me
resta hacer un buen acto de contrición. Eres un hombre bueno, amable,
íntegro, un caballero a la antigua, un quizás demasiado generoso. Es una
virtud que seas así, no un defecto como creo que te dije anoche. Te lo
digo en serio, y los borrachos contrariamente a lo que dices, no siempre
hablan con la verdad. Tienes defectos como todo el mundo, de lo
contrario todos seríamos santos sin esfuerzo. Vamos, vamos Matthew,
anímate, Ian va a volver, te lo aseguro. Me tienes a mí a tu lado por ahora
y yo te amo con todo mi ser. Me voy a duchar y luego salimos a caminar a
algún rinconcito apartado para que te despejes un poco y a mí también me
sirve para pasar la mona.

Matthew quedó impresionado con las palabras de su hermano.


Ambos se pusieron de pie y se abrazaron.

_ Thomas…Tommy, durante años pensé que no te importaba mi


amistad. Nuestros temperamentos son tan diferentes que jamás creí que
desearas tener no solamente el afecto que nos debemos como hermanos,
sino que quisieras también tener el aprecio y el cariño de un amigo.
Somos doblemente afortunados entonces: hermanos y amigos.
312

Pasaron el día sábado en la playa de Ritoque, caminando entre los


médanos sintiendo el viento y las olas de modo que ambos quedaron
reanimados por el contacto con la naturaleza. Matthew se había mostrado
exageradamente silencioso y ensimismado, sin dejar de ser atento con su
hermano que a cada instante lo animaba y le contaba historias de sus viajes
y de los lugares que había visitado. También habían planificado la
excursión nocturna que darían al templo de la nueva religión para traer a
Ian. Matthew estaba para adentro precisamente porque le preocupaba la
reacción que pudiera tener su hijo y el sistema nervioso lo tenía
alteradísimo. Pensaba: “¿y si se deja llevar por una posible fascinación del
rito satánico y cae en sus manos? Uno nunca sabe cómo puede ser la
reacción de una persona frente a un determinado acontecimiento y
muchas veces nos encontramos con sorpresas tanto para bien como para
mal. Es imposible predecir la conducta de alguien, a pesar de los
parámetros y de los patrones de comportamiento. La mente humana es
muy compleja y en una situación concreta puede reaccionar y decidir lo
impensado causando más de una conmoción.”

Thomas y Matthew se dirigieron al hotel al atardecer. Thomas se


fue a cenar, mientras que Matthew partió a la pieza a caracterizarse de
mendigo. Iba a plantarse afuera de la ex – parroquia, ¡la misma en la que
él se había casado con Ángeles!, como un mendigo sabiendo que corría
tantos riesgos como si se presentara como él mismo, pero se la jugaría de
ese modo. Estaba tan nervioso que ya la voz no le salía y la saliva se le
atragantaba cuando intentaba decir algo. Thomas lo percibió muy alterado
y nervioso y desistió de seguir con el tema de Ian. Ambos se quedaron
tendidos en sus camas en silencio hasta las doce de la noche, hora en que
partieron a su misión.

Llegados a la parroquia Matthew se ubicó detrás de una de las


enormes puertas de acceso para pasar lo más inadvertido. Thomas
aprovechó de mostrarse a los ojos de algunos funcionarios que siempre
andaban pendientes de sus pasos y con ellos estuvo conversando hasta que
a lo lejos divisó a Ian que venía acompañado de Matías y de sus padres, de
modo que se apresuró a esconderse detrás de la multitud que pujaba por
entrar. La familia de Matías se notaba radiante, como quien va a una
premiación, con sus trajes elegantes y sus sonrisas de oreja a oreja. Ian,
por el contrario, venía apagado y casi arrastrando los pies. Lucía muy
313

delgado y su mirada estaba sorprendentemente triste. Matías le hablaba y


le hablaba sobre la ceremonia que seguiría al culto ecuménico y en la cual
participarían ellos por primera vez. Matthew los vio entrar e Ian a su vez,
lo divisó limosneando a la salida de la iglesia. Intentó acercarse para
saludar a su amigo pordiosero, pero era tanto el gentío que únicamente
pudo saludarlo desde lejos con la mano, saludo que fue respondido por su
padre al que le saltó el corazón de emoción cuando observó la cara de
felicidad con que Ian miró al mendigo, como si su cara fuera la de un
viejo conocido.

La celebración pseudo religiosa duró cerca de una hora y media, y


luego desde la iglesia la gente se lanzó a la calle con rumbo a sus casas, a
excepción de los que serían iniciados en los ritos mayores, como osaban
llamar a la misa negra. Matthew observaba desde la puerta el despliegue
de gente con atavíos extraños que se movían dentro de la iglesia, y le daba
terror ver los rostros de los que organizaban todo. Una mezcla de góticos
con vampiros y que iban y venían con sus maquillajes y ropajes negros.
Pero no pudo seguir observando porque uno de los “sacristanes” lo
empujó y lo amenazó con llamar a la policía si no se iba de allí. Se ubicó
afuera de las rejas que están junto a la vereda y parapetado en un
rinconcito esperó a que se realizara el sacrilegio, con la vívida esperanza
de ver salir a Ian en cualquier momento. Thomas había traído el auto y lo
había estacionado al frente de la iglesia y desde ahí seguía los pasos de su
hermano. Le hizo un par de cambios de luces para indicarle que estaba
esperándolo y a su vez Matthew le respondió con el pulgar en alto.

A un par de horas antes del amanecer hacía mucho frío y Matthew


estaba sumergido en su abrigo roñoso con el gorro chilote que le tapaba
hasta las cejas. Aun así tiritaba de frío y tiritaba también al escuchar los
gritos demoníacos que salían de la otrora parroquia católica. La hora
avanzaba y no había ningún movimiento. Nadie salía, nadie entraba. De
vez en cuando alzaba la vista para mirar a su hermano que seguía en el
auto. Levantó Matthew los hombros como preguntándole a Thomas, que
no le sacaba la vista de encima, “¿Qué hacemos? ¿Hasta cuándo
esperamos?”, cuando en ese preciso momento se abrió una puerta lateral
desde donde salieron Ian y Matías. Thomas le hizo cambio de luces a
Matthew para que se volteara y al hacerlo observó cómo Matías empujaba
a Ian para luego abofetearlo y finalmente empujarlo contra la pared,
314

oprimiéndolo y asfixiándolo del cuello con ira llamándolo cobarde y


traidor.

_ No te quiero volver a ver Ian. Saca tus cosas de mi casa y olvídate de mí


y de mis padres. ¿Con esa moneda pagas lo que hemos hecho por ti? Será
mejor que te vayas antes de que te denuncie. No tienes derecho a venir a
arruinarme esta ceremonia con tus disparates cristianos. ¿Acaso recién te
das cuenta de que nosotros tenemos un solo padre? ¿Quién quiere al
Nazareno? Los débiles como tú y tu familia. Maldita sea tu familia y
maldito seas tú por siempre, cristiano loco, que caigan sobre ti todas las
pestes, que tu alma se pierda en la ruina y en las calamidades…vete, vete,
antes de que te mate. – Matías lo escupió y entró nuevamente a la iglesia
dejándolo solo.

Ian cayó al suelo sin aire. Comenzó a escupir a causa del impacto
que le produjo ver lo que habían hecho adentro y por la fuerza con que
Matías lo había estrangulando. Temblaba de espanto y de miedo
enrollándose en posición fetal en el suelo, muerto de susto. Matthew se
levantó del suelo y corrió a su lado. Ian se sobresaltó al ver que alguien lo
tomaba y lo abrazaba contra su pecho. Reconoció al indigente. Y el
mendigo se sacó el gorro, y le habló. Mas Ian estaba completamente
ofuscado y se tomaba la cabeza tapándose el rostro con las manos. No
quería mirar a Matthew y éste tuvo que tomarle el mentón para que de
una vez lo mirara a los ojos. Estaba oscuro y la cara de Matthew apenas se
distinguía entre las sombras y su barba, haciendo que a Ian le costara más
trabajo reconocerlo.

_ Ian..hijito Ian, soy yo, tu papá, soy Matthew…hijo, hijo.

_ ¿Papá? No es cierto, quieres confundirme. Tú no eres mi padre, mi


papá no usa barba, mi papá no es un pordiosero, mi papá me odia y se
fue por eso…tú no eres mi padre, ¡eres mi amigo el mendigo! Déjame,
déjame, me estás volviendo loco – En eso llegó Thomas, se agachó y le
quedó mirando sin decir nada. - ¡Tío Thomas! ¿Qué hace aquí?..¿Papá? –
Matthew le habló en inglés, lo hizo ver su marcapasos y entonces Ian
preso de alivio, de alegría y de impresión, se desmayó en los brazos de
Matthew quien con ayuda de Thomas lo llevó al auto. Le registraron los
bolsillos y encontraron las llaves de la casa de Matías. Hasta ahí llegaron
315

después de partir a toda prisa de la iglesia. Matthew se bajó, abrió la casa,


la alarma comenzó a sonar estrepitosamente. Con rapidez buscó la pieza
de Ian, sacó sus cosas, las más que pudo: su ropa, su notebook, algunos
libros y raudo volvió a subirse al auto. Thomas aceleró al máximo y
emprendió el viaje rumbo al hotel. En el auto Matthew iba con Ian
recostado en sus piernas, todavía sin recuperar la conciencia. Lo acariciaba
y lo besaba una y otra vez. A mitad de camino Ian despertó de a poco, y
sus ojos se clavaron en los emocionados ojos de Matthew que comenzó a
hablarme amorosamente.

_ ¿Cómo está mi corderito? ¿Pensaste que me iba a ir sin ti niño de mis


ojos? ¿Pensaste que iba a dejar a un pedazo de mi carne en medio de los
lobos? Aquí me tienes, al viejo pordiosero que te cuidaba desde la calle
sin que me descubrieras, aunque alguna vez estuviste a punto de hacerlo.

_ Eras tú todo este tiempo y no te reconocí. Algo había en ti, algo tan
familiar y obvio; y por lo obvio se me pasó el detalle. Es que te ves tan
distinto con tu barba papito. Nunca te había visto con barba y sucio, con
las manos con esos guantes sin dedos y los dedos llenos de suciedad.
Papá…papá...perdóname, tenías razón, tenías toda la razón. ¿Puedes
perdonar a este hijo pródigo? ¿Podrá Dios perdonarme todo el daño que
te he causado, que le he causado a toda la familia? ¿En dónde me metí
papá? ¡Oh papá! Me encanta decirte papá, papá y mil y una vez papá,
papá te amo, te amo con todo mi ser, perdóname, por favor perdóname.

_ Ya Ian, está bien, ya pasó. Yo te perdono, olvidemos esto. Ahora


estamos los dos…los tres. Thomas, Ian despertó.

_ Hola ahijado. Tu padre es un gran tipo, un tipo que se la jugó por


entero por ti.

_ Hola tío, ustedes juntos en esto. ¿Dónde está mi mamá y mis


hermanos? ¡Matthew Hugh! ¿Hugh no está con ustedes? (Ian la mayor
parte de las veces llamaba a su hermano por su segundo nombre. Odiaba
llamarlo Matthew H, esto de H, no le gustaba). Tenemos mucho de qué
hablar, pero tengo sueño y aún estoy aterrado con lo que vi adentro de la
parroquia. No pensé nunca que hubiera seres humanos tan malvados…
¿cómo pude hacerme parte de eso? Fui un idiota, un idiota bien
316

intencionado y engañado, pero idiota al fin y al cabo. El último en darse


cuenta de que lo estaban engañando con el discurso del progreso y del
humanismo…Ellos me utilizaron por mi modo de ser. Vieron en mí a un
gallo leal que se pone la camiseta por la causa y nunca me dijeron sus
verdaderas intenciones hasta hoy. Esperen, ¿a dónde vamos?

_ Nos estamos quedando en un hotel chiquitito que queda en el camino


costero en Con-Con. El martes nos vamos al sur. El lunes nos tomamos el
día para descansar. Ha sido una espera muy tensa para tu papá Ian y debe
descansar.

_ ¿Cómo te has sentido del corazón papá?

_ Muy bien, increíblemente bien. No me han vuelto los mareos. Hasta he


nadado en el mar así no más, con este frío y nada, muy bien. Ahora me
siento feliz…estoy dichoso de poder abrazarte. Ian hace tanto tiempo que
no conversaba contigo sin discutir. Habías tomado una postura para
conmigo, como si yo fuera tu peor enemigo y no es cierto eso de que te
odio. ¿Cómo se te puede ocurrir semejante disparate? Soy tu papá tontito,
eres carne de mi carne. Lo que pasa es que igual me diste rabia, te veía y
era como ver a un desconocido. Debo confesarte que me daban ganas de
darte una buena pateadura.

_ Lo sé papá, lo sé y tal vez debiste habérmela dado como una vez me la


dio Hugh. Me voló de una patada en el traste… ¡tengo tantas ganas de
hablar con Hugh! Tengo muchas cosas que contarle…Alto tío, detente,
por favor. Antonia, tenemos que traer a la Antonia…por favor, vamos a
buscarla, debe estar con nosotros.

_ ¿Quién es Antonia?

_ Matthew, es la chiquilla del v.i.p…se llama Antonia.

Thomas siguió rumbo al hotel a pesar de las protestas de Ian y en el


trayecto le contaron lo que sabían de la historia de Antonia. Ian estaba
impaciente con respecto a ir a buscarla, pero sabía que a esa hora no
conseguirían nada y además Matthew se notaba extenuado. Llegaron al
hotel un poco antes del amanecer. Ian estaba sorprendido de que sus
317

cosas estuvieran en el auto, precisamente las cosas que más quería y le


contaron la historia del rescate que se perdió a causa de su desmayo.

Entraron al dormitorio. Pidieron otra cama y mientras esperaban a


que la trajeran, Matthew a pesar del cansancio quiso afeitarse la barba, sin
que antes Ian le sacara una foto. Fue una foto muy especial. Matthew no
era de gustar sacarse fotos y Ian tuvo que rogarle para que se la sacara
porque quería que su mamá tuviera una idea de cómo se veía con tamaña
y desordenada barba, vestido con ropas roñosas y la cara y las manos
sucias. Matthew se sentó en la punta de la mesa que les servía de
escritorio, con una pierna colgándole y la otra con el pie apoyado en el
suelo. El rostro serio, como siempre, con una pequeña elevación del labio
como si una sonrisa fuera a aparecer en cualquier momento. Una mano
apoyada en la mesa y la otra descansando sobre una de sus piernas. La
mirada cansada y profunda, pero con el brillo inconfundible de sus ojos
pardos que no parecían los de un hombre de casi cuarenta y dos años,
sino que los de un muchacho de veinte y tantos. El pelo más largo de lo
que siempre acostumbraba a usar y sin peinar, bastante desordenado. Con
toda esta inusual facha, no perdía su gallardía y su estampa de un hombre
por naturaleza dotado de hidalguía y presencia. Thomas al verlo así tan
grave y circunspecto, corrió a buscar su cámara y ante las protestas de
Matthew le sacó una enorme cantidad de fotos.

Trajeron la cama para Ian y Matthew se fue a bañar y afeitar,


quedando totalmente cambiado. La barba le molestaba y no hallaba a
hora de quitársela y muy aliviado se acostó a dormir, agotado, pero
tremendamente feliz. El martes comenzaría el viaje que lo llevaría hacia su
Angelito y donde el resto de sus hijos y de su familia.

Aquel lunes el sol parecía brillar más que nunca y la habitación del
hotel se iluminó con sus rayos. Ian se levantó presuroso. Miró a su padre y
éste dormía profundamente agotado por tantas y tantas preocupaciones.
Se sentó a su lado y lo contempló pensando en cuanto lo había hecho
sufrir. Reconoció en su interior que había estado furioso con él a causa de
su incomprensión y porque Matthew no le llevaba el amén cuando
hablaba a favor del gobierno mundial y de la nueva religión. Siempre
buscó hacer partícipe de sus ideas a su padre y nunca lo logró porque
Matthew tenía muy claro todo con respecto a aquello. Era impensable
318

seguir llamándose católico con semejantes ideas cuyo único fin era
destruir lo que quedaba de la cristiandad, y nada mejor para hacerlo que
utilizar el mismo lenguaje de la fe, pero desfigurado, con un propósito
completamente opuesto a lo que Cristo había querido al fundar la Iglesia:
salvar las almas. El objetivo de la nueva religión era hacer apostatar a los
fieles de manera tan sutil, que muchos de ellos ignorantes de su fe, caían
en sus redes sin darse cuenta.

Ian le tomó una de las manos a Matthew la cual colgaba hacia el


suelo, y la colocó a su lado, poniendo una de las suyas sobre ésta. Las
manos de Matthew seguían como siempre: tibias y suaves; enormes y
delgadas. Se sentía tan orgulloso de su papá y sin dejar de observarlo en
silencio se decía a sí mismo: “Ojalá que yo tuviera una pizca del valor que
tienes papá, ojalá yo tuviera una pizca de la fe y del amor con que haces
todo. La carga se te hace pesada, pero es el amor lo que te ayuda a
sobrellevarla: el amor a Dios, el amor a mi mamá, el amor a nosotros, a tu
familia, a tus amigos. A pesar de tus enfermedades, una física y la otra del
alma, sigues levantándote cada mañana por nosotros. Pienso en cuánto te
costó dejar nuestra casa, la casa que habías soñado tener desde que
llegamos de Oxford. Dejar la universidad y a tus alumnos, todo lo que te
llenaba…Papá quisiera poder aliviar un poco tu sufrimiento, porque sé
que sufres. Sé que estas son cosas materiales, cosas que así como vienen
de Dios, Él también nos las quita…para nuestro bien. Pero aunque
sabiendo esto, sé que duele, especialmente cuando han costado tantos y
tantos sacrificios. Dejarlas para ser consecuente con la fe, dejarlas por
amor a la Verdad. Papá, Dios sabe lo que estás haciendo por El y no te
dejará sin recompensa. Qué bueno que estás conmigo…me siento tan
seguro contigo a mi lado papito. Desperdicié mucho tiempo enojado
contigo. Vi cosas horrendas, comprobé en carne propia las
maquinaciones, los ultrajes, las vejaciones que comenten estos hombres
perversos con sus semejantes, y créeme papá, créeme que nunca me hice
parte de eso. Y con respecto a mi amiga: nunca toqué a la Antonia y si una
vez la besé con efusión en los labios fue porque en ese momento me sentí
desesperado y solo, perdido entre gente que cada día me sorprendía más y
más con sus engaños. Sin embargo, no me dejé llevar por mi
apasionamiento y logré dominarme y me sentí orgulloso de mí mismo al
hacerlo y ella se sintió orgulloso de mi porque los dos nos queremos, no
como si fuésemos amantes o pololos, nos queremos como buenos amigos,
319

de los mejores amigos. Disculpa si te he escandalizado por tenerla como


amiga, es una mujer mal vista, pero nuestro Señor también tuvo como
amiga a Magdalena y ella se convirtió por El. En palabras de Cristo:
mucho se le ha perdonado porque mucho ha amado. Si nuestro Señor la
hubiera rechazado por pecadora, ella no se habría convertido y hubiera
seguido con su mala vida. Dios nuestro Señor vino por los pecadores, por
los débiles como tu hijo y no por los que no lo necesitan. Espero haber
sido una pequeña luz para con ella y espero que nuestras conversaciones,
muchas de las cuales eran las mismas que teníamos los dos papito, la
ayuden a dar el paso para cambiar.”

_ No despiertes a Matthew, Ian, deja que descanse. Lleva días durmiendo


poco y mal. Ven para la terraza, pedí que nos trajeran el desayuno y
conversamos hasta que se despierte. – dijo Thomas hablando muy suave y
tomando a su sobrino del brazo.

La habitación tenía una pequeña terraza con vista al mar que estaba
amueblada con una mesa y un par de sillas de ratán. Era un espacio muy
agradable y sobre la mesa Thomas había dejado la bandeja con el
desayuno y las cartas que le habían llegado a Matthew.

_ Estos desayunos son cada día más malos. El pan está incomible, la
mermelada parece jarabe para la tos. El pobre dueño del hotel hace
maravillas para conseguir los ingredientes, pero con esto de la sequía y del
racionamiento no se puede hacer nada mejor. Demos gracias a Dios
porque todavía tenemos algo para echarle al buche.

_ En la casa de Matías se comía de lo mejor, las mejores carnes, el mejor


pan, las mejores verduras. Para ellos no hay restricción, ni hambre, lo
tienen todo, todo lo humano, han vendido sus almas, pero eso no les
importa, ni siquiera se lo cuestionan. Sin embargo en el último tiempo a
mí se me había quitado el apetito. Tenía atragantada la pena porque
pensaba que ustedes de verdad se habían ido y la comida simplemente no
me entraba. Más encima el papá de Matías se jactaba de lo que estaban
haciendo con los católicos antiguos y yo no lo podía creer…Pensaba en mi
mamá y la pena era tan grande que cada vez que lo hacía me ponía a llorar
cuando estaba solo en mi pieza.
320

_ Bueno Ian, pero eso ya forma parte de una historia vieja. Yo sé a lo que
te refieres. Tu papá quedó muy mal después de leer las cartas de tus
hermanos…

_ ¿Mis hermanos están mal? No me lo perdonaría nunca, nunca tío.

_ Matthew ayer me dijo que si tú volvías quería que leyeras las cartas y
aquí están para que reflexiones un poco. Ian, Matthew está nuevamente
atravesando por una crisis de angustia.

_ El trata de que no se note. Me recuerdo cuando era niño y él hacía lo


posible para que no lo viéramos triste ni llorando, y nosotros en realidad
no nos dábamos cuenta. Yo creo que la Ángeles y Christian todavía como
que no entienden lo que le pasa cuando se pone melancólico, pero
nosotros con Hugh, Annie y Dominic ya nos damos cuenta. Nos damos
cuenta cuando el trata de que no se le note y es para peor porque mi
pobre padre se angustia más. Hay que tirarlo para arriba….- Justo al
terminar de decir esto apareció Matthew ya bañado y vestido, trajo otra
silla y se sentó al lado de Ian.

_ Hola hermano, pensé que dormías.

_ Me he acostumbrado a dormir cada vez menos. Yo que dormía como


un tronco cuando era cabro, ahora me cuesta un mundo dormirme y
pasar la noche sin desvelarme. Estoy muerto de sueño y no puedo dormir
porque en mi cabeza dan vueltas y vueltas muchas cosas y es insoportable
no poder controlar la mente. Ian, ¿cómo dormiste?

_ Bien papá, gracias, hacía tiempo que no dormía tan bien. Quisiera
pedirles a los dos un gran favor: vayamos a buscar a la Antonia, tiene que
venirse con nosotros. – Matthew miró a Thomas de reojo y no dijo nada.
Thomas a su vez levantó la mirada hacia el horizonte, se volvió a quejar de
la mala calidad del café y del pan, sacó un cigarro y se puso a fumar.

_ ¿Por qué no me dicen nada? – Ian se paró enojado y se acercó a la


baranda en la cual apoyó sus manos. Esperó unos minutos mirando el
mar y luego se volteó para recriminarlos.
321

_ No puede ser que no me digan nada y que les dé lo mismo mi amiga.


Ustedes la juzgan. Tío Thomas tú la besaste y estuviste a punto de….si mi
papá no la hubiera alejado y ahora que nos necesita para salir del mundo
donde está se quedan callados de brazos cruzados. - Thomas se metió la
mano al bolsillo, sacó su celular y lo puso en la mesa frente a Ian.

_ Llámala y dile que venga.

_ Pero, pero yo.

_ ¿Pero qué Ian? ¿No querías que fuéramos por ella? Mejor que ella
venga para acá para que conversemos más tranquilos ¿Quieres que
Matthew se ande paseando por el centro de Viña como si nada
exponiéndose a que se lo lleven detenido? Si realmente te interesa, dile a
ella que venga a hablar con nosotros y lo más probable es que te lleves una
nueva desilusión. Ella dice odiar ese mundo, pero no hace nada para salir
de él, porque parece que no lo odia como señala. “No, pero bueno
ya”…eso no es tener la voluntad de querer abandonar algo. Vamos niño,
llámala y dile que venga.

_ Ian, ¿puedes mostrarme tu brazo?

_ ¿Para qué papá? – Ian se pudo muy nervioso y colocó sus manos atrás.

_ Quiero ver si tienes el chip. – Lentamente Ian se desabrochó el botón


de la manga de su camisa, la echó para atrás y ahí estaba el chip debajo de
su piel. – Es increíble que lo hayas hecho…no lo puedo creer, si tú eres
menor de edad, ¿por qué lo tienes?

_ Porque era de la elite de la juventud para el gobierno mundial y el chip


es una de sus prerrogativas. Ya lo hice. ¿Qué más quieres que te diga?
¿Vas a seguir torturándome por mis errores? ¿Me perdonaste en serio o
no? ¿Crees que no me dan ganas de arrancármelo? Ellos saben todo de
mí con esto y más encima saben dónde estoy.

_ No sacamos nada con seguir dándole vueltas a lo mismo Matthew. Yo


también lo tengo todavía y hasta que estemos seguros lo seguiré usando
porque nos va a facilitar la huida al sur. Cuando lleguemos allá, le decimos
322

a Sean que nos lo saque con una pequeña y dolorosa cirugía y ya está, se
acabó el problema. Ian hizo muchas estupideces al igual que yo, pero eso
ya pasó. Ya pues niño, llama a Antonia y dile que venga, que es urgente.
Ella sabe dónde está el hotel porque me trajo para acá el otro día, yo no
podía manejar.

Ian tomó el teléfono y marcó el número. La muchacha le contestó


afirmativamente y vendría después de almuerzo. También llamaron al
subteniente para que se pusiera en contacto con su compañero en Castro;
el cual a su vez avisaría por radio a Manuel que fuera a buscarlos porque
si todo resultaba bien en tres días más estarían en Puerto Montt. La idea
era viajar de noche cuando los controles son más escasos y hay menos
movimiento.

Ese día lo iban a ocupar para descansar y dormir en la tarde.


Matthew le leyó las cartas a Ian, las de Ángeles y las de sus hermanos. Ian
estaba enmudecido, sintiendo el peso de la culpa sobre sus espaldas. Al
final con la carta de Matthew H. quedó hastiado y no podía creer que su
hermano estuviera diciendo tales cosas ya que siempre había combatido
dichas ideas. Era exactamente lo que su madre decía, un monstruo, una
especie de muñeco malévolo que decía cosas inconexas. ¿Realmente era
verdad lo que decía o era una manera de rebelarse frente a la situación
ocurrida? Es sabido que con rabia se habla más de la cuenta. Y lo que
decía acerca de él, a Ian lo dejó perplejo: “¿Piensas en serio eso de mí
Hugh? Tiene razón al decir que soy un idiota, pero lo demás… ¿qué le
pasa por la cabeza? Debe sentirse muy abandonado para estar pensando
de esa manera o quizás al momento de escribir la carta estaba mal, espero
que sea eso.”

Ian levantó la mirada para observar a su padre que se encontraba


del otro lado del escritorio. Frente a él tenía unas hojas en blanco y la
pluma que utilizaba para escribir encima de ellas. La vista la tenía fija
sobre estas hojas y parecía tener la mente en otra parte, y la verdad era
que no podía escribir y eso lo desesperaba. Hubo un tiempo en que las
ideas y los buenos consejos fluían con facilidad y las teclas de su notebook
zumbaban con el rápido movimiento de sus dedos. O cuando escribía
utilizando la pluma a tinta era lo mismo, sus dedos pulgar e índice
quedaban adoloridos y acalambrados de tanto rasgar el papel con frases y
323

párrafos iluminados. Mas, desde hacía unos meses la musa inspiradora se


había ocultado dejándolo solo. No se le ocurría nada, no sabía por dónde
empezar ni qué decir. Sabía que Ángeles esperaba su respuesta y que
Matthew H. necesitaba urgentemente de un consejo en materia espiritual,
pero nada salía de su mente. Miró a Ian al darse cuenta de que éste le
miraba y le sonrió por un segundo para luego colocar sus codos sobre la
mesa y las manos en las mejillas, suspirando con los anteojos casi
cayéndose de sus narices.. “Si tuviera en mis manos uno de mis libros
regalones quizás al leer una frase me inspiraría. ¡Qué rabia me da! Tengo
a Ian delante de mí, debiera estar más relajado y sigo igual de bloqueado.
No se me ocurre nada, ¿cómo puede ser que no se me ocurra algo? Mi
vida es escribir, y no puedo hacerlo. Debe ser por el encierro y la tensión.
El hotel es hermoso, la vista maravillosa y a pesar de todo no logro sacar
una línea. Si me vida dependiera de una página escrita, tendría lista la soga
al cuello. Cuando era joven y me sentaba en el escritorio de mi dormitorio
escuchando música y leyendo a mis amigos, las ideas me llovían. Parece
que con los años me he ido secando…qué viejo estoy…qué viejo me
siento. He pasado por tantas y tantas cosas raras, ¿por qué no tener la vida
del funcionario de banco que marca su tarjeta, trabaja sus ocho horas y de
vuelta para la casa? No, yo tenía que llevar una vida rara, no quiero decir
loca, porque no lo es, sino que es extraña: me casé joven con mi primera y
única polola tan rápido que fue realmente largarse a una aventura sin
ponderar las consecuencias y gracias a Dios aquella hazaña nos resultó
bien.

Observo a estas generaciones actuales como la de Matthew H. y las


inmediatamente anteriores a él y me sorprende su individualismo y su
excesiva sensualidad. Es como si sus vidas giraran en torno a satisfacer sus
apetitos carnales, sus manías sexuales, la búsqueda del placer permanente
y permanentemente insatisfecho. No se casan, no se proyectan, no les
interesa tener hijos porque ellos constituyen un obstáculo para sus
“desarrollos profesionales”. Generaciones sin esperanza, sin objetivos
claros ni trascendencia. Divertirse al máximo, realizarse profesionalmente,
y al cabo de los años, miran hacia atrás y se dan cuenta de que se les pasó
la vida, de que ya no tienen tiempo y que finalmente se quedaron sin
nada: ni familia, ni amigos, ni esperanzas. ¡Qué vidas más miserables! Esas
sí que son vidas miserables, la mía lo es…pero por un problema de mi
324

cabeza, por una falla llamada depresión que hace que todo se me nuble,
como un parásito que se me mete en la mente y me la va corroyendo.
Al día siguiente de mi matrimonio por la Iglesia, me fui al
extranjero donde hice de todo para ganarme la vida para sacar el
doctorado en los cuatro años. Luego tuvimos que volver: la universidad,
los congresos, los debates, ¡qué manera de enfrentarme a disputas
teológicas! Fue ahí donde cavé mi propia tumba: usted es un intransigente,
profesor Mansfield, un fundamentalista, y toda la verborrea modernista-
liberal de los católicos zurdos y la de los neocons aliados en contra del vil
tradicionalista, nazi, fascista, monárquico, clasista, fundamentalista…¡que
tíos estos!

Poco a poco fueron llegando mis niñitos, los clones como les dicen.
Ves a un Mansfield Battaglia, y los ves a todos, son como calcados, pero
para mí cada uno de ellos, desde Matthew hasta mi Angelita son tan
distintos en carácter, en talentos, en personalidades que son una maravilla
y la delicia de mi vida. Mi extraña vida y qué más extraño que estar a
punto de partir a un lugar tan hermoso, pero tan lejano, quizás ya nunca
más vuelva a mi Viña del Mar. La suerte ya está echada y lo único que
nos queda por hacer es resistir, conservar la fe y confiar en que Dios nos
asistirá material y espiritualmente. El que no ha sido capaz de ver los
signos está ciego. No estamos equivocados, de eso tengo la más absoluta
certeza. Los signos hablan por sí solos…No despreciéis las profecías, dice
san Pablo, y éstas se cumplen actualmente. Huimos, no sabemos por
cuánto. Puede ser que Dios gire el timón, por así decirlo, y por nuestras
oraciones y por nuestras penitencias demore los últimos arañazos del
Maligno y esto haya sido un ensayo. Me recuerdo al padre Lacunza
cuando ponía como al Anticristo al filosofismo del siglo XVIII y su
abominable Revolución Francesa, y aquí estamos, cuando por aquellos
años ya todo parecía perdido. No nos compete a nosotros saber los
tiempos, pero sí estar atentos para refugiarse y tomar las medidas
necesarias. Yo estoy aquí sentado frente a un lote de hojas blancas,
gentileza del hotel. Tengo que escribir y no se me ocurre nada.”

Ian en ese instante sacó del estuche el violín que Thomas le trajo de
regalo a Matthew y comenzó a tocar. No tenía todavía la pericia de un
maestro, no había sido un alumno muy aventajado cuando su madre le
enseñaba a tocarlo, más bien por pereza que por capacidad, pero a pesar
325

de esto tocaba relativamente bien. Matthew le pidió que interpretara algo y


al sonido del violín comenzó a escribir su primera carta y la única que
alcanzaría a escribir antes de partir.

En Con-Con antes de partir.-

Querido Matthew Hugh:

Debiera estar respondiéndole a tu madre las hermosas palabras que me dirigió en su


carta y que guardo con especial aprecio junto a la de tus hermanos y la tuya en mi pecho. Sin
embargo, dado que tengo poco tiempo, decidí responder únicamente la tuya y confío en Dios que
te llegará sin contratiempos.

Primeramente debo decirte que la espera valió la pena y que tu hermano está aquí
conmigo en el hotel tocando un violín maravilloso que tu tío Thomas en un ataque de locura me
regaló porque el mío, mi viejo y desastrado violín está contigo. Tu hermano ha sufrido mucho y
tú también. Sé que lo amas, ambos son muy unidos y él te extraña muchísimo. Los detalles de
nuestra odisea son bien largos y espero relatártelos personalmente, pero te adelantaré una
cosa: lo primero que Ian hizo cuando nos reencontramos fue preguntar por ti. Así que Matthew,
quédate tranquilo por esa parte que Ian está muy bien y muy cambiado. Sus ojos son los de
siempre, aquellos luceros chispeantes llenos de ideas y de buenas intenciones. Perdónalo, cometió
un error, error que fue necesario para que por su propia experiencia se diera cuenta de que
estaba equivocado. Todo aquello que a lo largo de los años fue aprendiendo del Catecismo penetró
en su piel y la doctrina hizo nido en su corazón y en su mente, y por más que trató de juntar
las ideologías humanas con la verdadera doctrina de la Iglesia, no logró formar el engendro
monstruoso porque la Verdad repele al error y a la mentira, mentiras que abundan en el
liberalismo y en el modernismo. Yo siempre les dije: no basta decir que hay que creer en Dios,
hay que conocer según nuestras limitaciones quién es El, y lo conocemos precisamente a través
de lo que El mismo nos ha revelado, para que podamos amarlo y de esa manera amar a nuestros
prójimos. Sólo se ama lo que se conoce. Nuestro fin en la vida es amar, conocer y servir a
Dios para alcanzar el Cielo: amar y conocer hijito, si conocemos lo necesario para nuestra
326

salvación los frutos vendrán solos porque son producto del amor. Yo sé que te he repetido estas
cosas hasta el cansancio. Sé que tal vez tú no creas que yo las creo, por como enfrento la vida
a veces. No soy un tipo que ande alegre por la vida, ni muerto de la risa, sino más bien, todo lo
contrario. Estad alegres en el Señor, dice san Pablo, pero yo por carácter y personalidad no
soy un hombre que mire la vida con mucho optimismo. Pero mi vida sería aún peor si no tuviera
Esperanza y en ella reposa mi tristeza. Evelyn Waugh decía que si no fuera católico, sin la
ayuda sobrenatural de la gracia, hubiera sido un monstruo, algo apenas reconocible como ser
humano, y yo también lo seria. Puedo estar calmado( por decir estar alegre, que es a lo
máximo que puedo llegar) porque tengo la certeza de que Dios se hizo Hombre y murió para
darme el Cielo. Tengo esperanza porque sé que en esta vida estamos de paso, que es tan
breve, que si hago lo que debo con la gracia de Dios y mis propios méritos podré alcanzar la
Salvación. Con mis rabias, mis tristezas, mis desazones, mis dolores, mis frustraciones, con todo
eso y a pesar de todo eso conservo la esperanza, de lo contrario, ¿para qué seguir viviendo en
esta pesadilla que es mi propia existencia? No me soporto, no me entiendo, me enfurezco conmigo
mismo, me dan unas ganas atroces de reventarme la cabeza de un golpe contra las rocas, y que
más encima que no haya nada después o que simplemente me condene…¡Ah Dios mío! Si fuera
así, mejor no haber nacido nunca: pasarlo mal aquí y allá…que vida más absurda. Tendrías que
estar en mi mente para comprender lo difícil que es para una persona enferma de la angustia
como lo es tu papá, seguir al pie del cañón sin caer en la desesperación a la que el Enemigo
quiere conducirme porque conoce mis puntos débiles y a esos dirige su ataque día tras día. Y así
como el maldito condenado quiere mi perdición atacándome en mis flaquezas, Dios no me deja sin
armas y me manda a sus Ángeles a pelar contra él: a mi ángel custodio y a San
Miguel…defiéndenos en la batalla: la batalla es la vida misma, el día a día al que hay
enfrentar como uno nuevo y distinto. Y para que Dios te auxilie es necesario que le pidas que lo
haga. Tendríamos que ser unos rematados estúpidos si nos quedáramos de brazos cruzados sin
pedirle ayuda a Dios mientras el Enemigo nos golpea una y otra vez.

La Verdad es algo objetivo que capto con mi inteligencia y debo dejar a un lado mis
trancas y mis enredos personales. Y yo estoy dispuesto y daría mi vida por ella. Mis
conflictos internos, mi depresión, mi melancolía son factores internos que si bien me hacen
327

flaquear no me hacen dudar…hacen que me cuestione, pero no que deje de creer en Ella. Me
resulta extraordinariamente complicado explicarte esto sin que me mal entiendas y pongas en mis
palabras cosas que no pienso. Cuando me invade la angustia por mi cabeza pasan una cantidad de
cuestionamientos y de conflictos que son insoportables, y entonces empiezo con la tonterita: ¿por
qué creo en esto tan “loco”, tan “humanamente irracional”?... No quiero seguir profundizando
mis problemas internos contigo. Lo cito nada más que para decirte que cuando estamos pasándola
mal, algunos reaccionamos equivocada y erráticamente, y entonces el mundo se nos viene encima.
Lo que estás pasando Matthew es una prueba, y tómatela como tal. No le des mayor importancia
de la que tiene y reza, reza mucho hijo mío de mi corazón. Una cosa útil y práctica que debes
tener siempre presente a lo largo de tu vida es el pensamiento en las postrimerías, de nuestra
propia muerte. Vamos a morir, en cualquier momento Dios nos va a llamar y tenemos que estar
preparados para enfrentar su juicio. Pensar en mi muerte me ha ayudado mucho a dejar en
parte mis pensamientos agobiantes, mi pecado de desesperación, porque me digo: ¿qué pasa si Dios
me llama ahora, me moriré maldiciendo mi vida y mi manera de ser, maldiciendo por haberme
creado? ¿Quién soy yo para arrogarme semejante idea? Entonces el rebelde que soy yo se
vuelve hacia su Señor y le suplica que no lo castigue conforme a sus pecados, sino que tenga
misericordia de él. Pídele a Cristo nuestro Señor que te dé la fortaleza necesaria para
enfrentar estos momentos tan duros, y para ti que eres un muchacho joven que recién comienza a
proyectar su vida, será más difícil. Busca tu consuelo en la oración, busca tu consuelo no en
hombres, como tú miserable y débil padre que te ama con toda su alma, sino que en Cristo, en el
Cristo sufriente de la Cruz y en su Madre, la Virgen Santísima. Debiéramos sentirnos
consolados por el hecho de saber que estamos padeciendo esta persecución por amor a Cristo y a
su Iglesia. Perseguidos por la fe…y nada menos que por el mismo maldito condenado, espero que
algo de mérito tenga ante los ojos del Cordero. Pídele a Dios que te ayude a sobrellevar este
dolor grandísimo que tienes. Cuando toco fondo, le digo en la noche antes de dormir algo más o
menos así: “Señor, yo ya no puedo más, me siento miserable y lo único que se me viene a la
cabeza es querer morir. Ten piedad de mí, acuérdate de mi pena y de mi dolor y como un amigo
ven a mi alma y consuélame para que mañana amanezca mejor y me sienta un poquito más
reconfortado. Perdona mis faltas de confianza en Ti, perdóname por haberte dado la espalda y
328

recíbeme nuevamente ya que sólo en Ti puedo encontrar la paz. Yo no puedo levantarme solo, no
tengo fuerza para hacerlo, levántame Tú.”

Recuerda hijo que la vida espiritual no es pareja, que pasamos por altos y bajos. No
dejes que esos momentos de aridez espiritual y de desesperación te hagan pecar contra Dios y
su Voluntad. Sé que la tentación es muy fuerte, me refiero a la tentación de darle cabida al
rechazo a Dios y a sus designios y volverte contra El culpándolo por nuestros malos momentos.
Pide y pide una y otra vez hasta el cansancio para que Él te aumente la fe y seas capaz de ver
en los acontecimientos actuales su mano providente. ¿Te recuerdas de la secuencia que se canta
en Pentecostés? Consuelo en el llanto se le pide la Espíritu Santo, se le pide su ayuda porque
no hay en el hombre nada que sea inocente. No somos buenos, ninguno, todos somos malos a causa
del desorden que produje el pecado; necesitamos de la ayuda de Dios para poder salvarnos.
Debes entender que nosotros vemos todos los acontecimientos de nuestras vidas y las del mundo
entero con una visión sobrenatural: todo ocurre por algo, por un algo que nosotros creaturas
temporales y espaciales no logramos entender y que sólo en la medida que pasa el tiempo se
hacen más claras.

Yendo al plano personal, te diría lo siguiente: ya que Dios permitió que yo fuera
depresivo y melancólico, y que estas cosas fueran parte de mí mismo como lo son mis ojos y mis
manos, no le pido que me libere de ellas, sino que me dé la fortaleza para sobrellevarlas y
padecerlas con paciencia y con fe, confiando en que probablemente si no fuera así como soy,
quizás me habría inflado la soberbia y sería un orgulloso y un insoportable que no necesita de
nadie ni menos de Dios. Todo, todo es para nuestro bien. Tienes que verlo siempre así Matthew,
por favor. Piensa: si la Maca se hubiera casado contigo, tan niñita ella aún, y al tiempo de
haberte ido y con todos los problemas y renuncias que implica nuestra huida ella se hubiera
arrepentido. ¿En qué habría terminado tu matrimonio?

¿Qué pasaría si de un día para otro te dijeran que estás enfermo y que te vas a morir?
¿Qué pasaría si te dijeran que tienes que abandonarlo todo, que tendrás que dejar todo a medias
y que tus proyectos se irán al tacho de la basura? Eso es en parte lo que nos está pasando.
329

Estamos muriendo, un morir al mundo para estar más cerca de Dios. Porque abandonar la vida
que llevamos es como morir un poco y tienes que acostumbrarte a eso, no te queda otra. Así he
visto yo la vida desde que me enfermé del corazón: prepárate para morir en cualquier momento.
Oye hijo, cuando a uno le dicen que te quedan tres meses de vida es la más maravillosa
oportunidad que Dios te da para morir preparado .Ahora nos están dando la oportunidad de vivir
un poco más tranquilos lejos del mundo para prepararnos para el combate final. Fue necesaria
esta huida, para poder seguir siendo fieles a Cristo en un mundo que le ha declarado la guerra
abiertamente. Citaste a Tolkien: estamos preparándonos para el Retorno del Rey y eso
requiere sacrificio.

Apoya a tu mamá y a tus hermanos. No te pido que aparentes ser un hombre fuerte y
lleno de alegría y felicidad. Nunca te pediría algo así. Lo que te pido es que no sigas dándole
vuelta a lo que pudo haber sido, al porqué de todo intentando buscar una explicación humana a
esta situación porque no la vas a encontrar. Trata de llevar una rutina: estudia con tu abuelo y
con Sean algunas nociones de medicina; aprende sobre la fe con Titian y ayúdalo con el coro;
trabaja con tus manos en la tierra que hace muy bien para el espíritu; escribe todo lo que se te
pase por la cabeza, y sé un buen hijo y un buen hermano. Apoya a Rafael que está solo,
nosotros somos ahora su familia y necesita de un hermano como tú para perseverar. Confía en la
Providencia y encuentra en el Corazón de Jesús un refugio amoroso donde pueda descansar tu
cabeza de esta carga que se te hace tan pesada. Solos no es posible llevarla, necesitamos de la
Gracia para poder subir la cuesta de nuestras vidas. Sé un hombre valiente y enfrenta tus
miedos con la razón y no con la imaginación. No sigas pensando en el mundo, y créeme que los
triunfos del mundo no van a durar mucho. Todo lo del mundo es apariencia y vanidad, apariencia
de éxitos que no conducen a nada. Algunos han dejado de esperar a Cristo, nosotros no paramos
de esperarlo porque sabemos que se acerca Su día, es cosa de ver la gran tribulación que nos
está afectando y la abominación de la desolación en el lugar sagrado.

Te ama y te extraña

Tu papá, Matthew F.
330

Justo en el instante en que Matthew terminaba de guardar la carta en


un sobre, llamaron a la puerta. Uno de los mozos del hotel venía a
anunciarles que abajo en el recibidor los esperaba un oficial de la armada
y una joven. Thomas se levantó de la cama donde descansaba y bajó a
buscar a la joven y a darle la carta de Matthew al subteniente, al mismo
tiempo que le informaba que esa noche partirían para que le avisara a su
compañero en Castro.

Ian estaba muy tenso. La muchacha a su vez no entendía nada ya


que había sido Ian el que la llamó y no este caballero que según había
dicho se llamaba Tomás, que además tenía un hermano bastante extraño
que se hospedaba con él en aquel hotel. Acostumbrada a no preguntar
más de la cuenta lo acompañó en silencio hasta la habitación. Ian la
esperaba en el umbral de la puerta con una enorme sonrisa y corrió a
abrazarla cuando ya faltaban unos pasos para llegar a la habitación. Ella
quedó más perpleja todavía. Entraron a la pieza y encontraron a Matthew
afuera en la terraza mirando el mar con el rostro serio, como
preparándose para una pelea. Antonia apenas lo reconoció como el
hombre que la había sacado intempestivamente el otro día, y menos pudo
creer que fuera el mismísimo padre de Ian y aquel otro hombre su tío.

Sentados afuera Thomas e Ian le relataron toda la historia y todos


aquellos acontecimientos que ocurrieron la noche anterior. Matthew se
limitó a saludarla cortés, pero imperturbablemente, permaneciendo en
silencio sin despegar la vista del mar. Ella lo miraba con curiosidad y
respeto, sabiendo que tenía frente a sus ojos a aquel hombre del que tanto
hablaba su amigo Ian. Matthew apenas si ponía atención a lo que
conversaban. Su cabeza estaba con Ángeles, ¡cómo la extrañaba! Corría
por su cuerpo un cosquilleo electrizante cada vez que se acordaba de ella y
trataba de imaginarla cuando ella acariciaba sus manos y su rostro. Luego,
se le venían a la mente sus hijos y cayó en la cuenta de que su vida sería
más miserable todavía si Dios no se los hubiera regalado. Ian lo miraba a
cada rato con la intención de que dijera algo, de que le dijera algo a
Antonia y en su desesperación lo incitó a hablar.

_ Papá, ¿podrías por favor aterrizar un rato y decirnos qué opinas de lo


que hemos estado hablando? - Matthew se despabiló un poco agitando la
331

cabeza y tomando un vaso de agua. Se quedó mirando fijamente a


Antonia que tuvo que bajar la vista ante penetrantes y profundos ojos que
la escaneaban sin compasión, pero no con mala intención.

_ Ian, disculpa a tu padre, pero mi mente no estaba en este lugar y en


verdad no puse mucha atención a su conversación. Pero
independientemente de eso, tengo algo de curiosidad por saber ciertos
aspectos que tienen relación con usted, señorita.- La muchacha levantó la
vista y tímidamente sacó la voz. Matthew la hacía ponerse nerviosa, era
como si su conciencia se hubiese materializado de algún modo tomando
la forma de este gentil hombre que la observaba inquisitivamente.

_ ¿Conmigo don Matthew?

_ Sí, mi querida Antonia, con usted hijita.- Estas palabras dichas tan
dulcemente hicieron que la muchacha se sintiera más cómoda y lo miró
más relajada.

_ ¿Por qué, dígame, por qué siendo una niña con una buena educación,
de una familia de clase media a alta, que no tienen necesidades ni
penurias económicas recurre a la prostitución para pagarse los estudios
universitarios?

El combo lo lanzó Matthew directamente al pecho de la joven que


se movía inquieta en la silla. Ian se puso colorado y Thomas no pudo
evitar disimular una carcajada que le salió en forma espontánea.- No se lo
pregunto con la intención de herirla ni por ser un moralista que se
escandaliza por los pecados ajenos. Es una simple curiosidad y me
encantaría saber su respuesta porque de verdad es sorprendente que no le
importe o al menos así me lo parece a mí, respetarse a sí misma cuidando
de su cuerpo y de su alma, porque con lo que usted hace no sólo mina su
cuerpo, sino que destruye su alma y le aquilata la conciencia.- El segundo
golpe fue más fuerte, pero la voz de Matthew , la suavidad y la delicadeza
de su tono aplacaba de alguna manera lo brusco y directo de sus palabras.-
Permíteme que te trate de tú: Tu cuerpo ha sido creado por Dios para ser
madre, para dar vida y no para que lo vendas como una mercancía al
mejor postor, siendo que ni siquiera tienes la necesidad monetaria de
hacerlo. Ni aunque así fuera, pero eso es harina de otro costal. Por eso es
332

que me llama la atención que te dediques a esto. Mírate, pareces una


niñita del más tradicional colegio católico, y sin embargo llevas una doble
vida. – Antonia se puso de pie ya que no resistió más y miró a Ian que
estaba al borde del colapso.

_ Ian, me voy. No sé para qué me llamaste.

Matthew se levantó de su puesto y tomándola del brazo la invitó a


sentarse nuevamente.

_ Por favor hijita, nadie te juzga, ¿qué ser humano podría arrogarse el
derecho a juzgar el interior de un alma? Vuelve a tu puesto y perdóname
si te ofendí. Tan sólo quiero que busques en tu corazón las razones que te
llevaron al comercio sexual sin tener necesidad. Me gustaría que al menos
hicieras ese ejercicio, y si no quieres responderme yo lo entiendo, pero
trata de responderte honestamente a ti misma. ¿Qué esperas de la vida?
¿Vas a seguir con esto permanentemente? Tienes que terminar con eso
que haces y debes hacerlo pronto. Terminarás tus estudios y encontrarás
otra excusa para seguir vendiendo tu cuerpo porque ya te habrás
acostumbrado.

_ Está bueno papá, la estás haciendo llorar. – Ian la atrajo contra sí y


consolaba el amargo llanto de la muchacha que se encontraba contra la
espada y la pared ante el encierro de Matthew.

_ Alguien tiene que decirle la verdad Ian. Las personas hablan y hablan a
espaldas de los involucrados y nunca les dicen la verdad. Es como el
cuento de Las ropas nuevas del emperador. Estaba desnudo por el engaño
de los sastres y nadie se lo decía. O como en la novela de Benson, el
Triunfo del rey, donde nadie se le enfrentaba a la madre de los
protagonistas para no hacerla sentir mal, cuando en el fondo le estaban
haciendo más daño todavía consintiéndola. La verdad hay que decirla
siempre y más todavía a aquellas personas por las cuales sentimos un
afecto especial…- Antonia con los ojos bañados en lágrimas miró de reojo
a Matthew que seguía hablando con un tono paternal. - Sí mi niña, porque
acogiste a mi hijo cuando él estaba solo. Hubiera preferido que su amistad
hubiera crecido en torno a una buena taza de té en nuestra casa y no en
un burdel v.i.p, o como sea que se llame. Pero ahora dime, ¿qué piensas
333

acerca de lo que te acabo de preguntar? Porque me imagino que te lo


habrás preguntado alguna vez. – La muchacha ya más calmada, se había
puesto de pie y se encontraba asomada del balcón mirando el mar. Ian se
había colocado a su lado y la abrazaba por la espalda. Para Matthew la
escena era de lo más extraña ya que nunca había imaginado a su hijo en
una situación semejante y estaba algo incómodo. Al cabo de un rato, ella
se volteó y se plantó frente a frente de Matthew que a su vez permanecía
con sus ojos cerrados y las manos cruzadas sobre el pecho relajadamente
descansando. El tiempo pasaba y lo único que quería era partir lo antes
posible. Thomas se había levantado y se encontraba haciendo los trámites
para abandonar el hotel.

_ Don Matthew, a mí me gusta lo que hago y no lo veo como usted, como


algo malo, sino que como cualquier trabajo. Puede que a usted esto le
parezca chocante y repugnante, pero yo he conocido a mucha gente en
este trabajo, como a su hijo que es mi mejor amigo. Ian me ha dicho casi
lo mismo que usted y yo le he respondido de esta misma forma. Hay
gente que viene en busca de compañía, de alguien que los escuche y otros
también buscando placer. Las personas tienen distintas necesidades y a mí
me complace satisfacerlas. Ian quiere que me marche con él…Ian tu no
entiendes que esto es lo que a mí me llena, me abre un mundo de
posibilidades, de conocer gente importante…- Ian la interrumpió
abruptamente.

_ Pensé que estabas cansada de esa vida y que querías cambiar…¿acaso no


lo conversamos tantas veces? Antonia por favor, es la oportunidad que
tienes para terminar con esta actividad tan peligrosa. Vente con nosotros,
descubrirás lo maravilloso que es la vida familiar, encontrarás la fe, tu vida
podrá ser más ordenada…

_ Ian, Ian yo te quiero, pero yo soy feliz en este mundo que a ti te repulsa
porque es lo único que conozco y no me interesa conocer otros…Eres un
niño tan inocente, el más inocente adolescente que he conocido en mi
vida y créeme amigo, que tu camino es otro, un camino que tú ni siquiera
sospechas. Jamás conocí a alguien que me tratara con la delicadeza y la
caballerosidad con la cual tú me has tratado a pesar de ser lo que soy.
334

_ ¿A qué te refieres con eso de que mi camino es otro? – Ian le preguntó


y Matthew abrió sus ojos sorprendido a la espera de la respuesta de la
niña.

_ A que yo debo dejarte partir para que cumplas con lo que tus creencias
o tu Dios tienen contemplado para ti…Chao Ian, te amo Ian, nunca te
olvidaré…y gracias por haber estado conmigo. Cuídate y que tengan buen
viaje. – Y dicho eso la muchacha agarró su bolso y salió corriendo
escaleras abajo perseguida por un perplejo Ian que le suplicaba que se
quedara con él. La situación vivida les dejó un sabor amargo y muchos
cabos sueltos. La conversación sin lugar a dudas había dejado más
interrogantes que respuestas y la reacción de Antonia escapó
completamente a lo que Ian y su padre esperaban.

Para ellos se cerraba una etapa y comenzaba el retorno hacia sus


seres queridos que angustiados, pero al mismo tiempo esperanzados los
aguardaban en medio de bosques, de ríos y de la continua amenaza de los
buscadores de agua del gobierno mundial quienes ya le habían echado el
ojo al sur chileno para poder establecer una de sus asentamientos
privilegiados, tal como ya lo había hecho en la Patagonia Argentina.
335

Capítulo 7

No temas lo que vas a padecer. He aquí que el


diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel; es para que seáis
probados; y tendréis una tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y
Yo te daré la corona de la vida.

Apocalipsis, 2, 10.

Matthew, su hijo y su hermano pasaron una tarde tranquila, leyendo,


jugando a las cartas, aunque un tanto sobresaltada a causa de la ansiedad
por partir. Ian no podía sacar de su cabeza la imagen de Antonia
corriendo escaleras abajo mientras él la perseguía desesperado intentando
retenerla. Estaba triste, desilusionado y decepcionado de sí mismo por no
haber sido capaz de convencerla, y hasta dudaba de que lo que ella le
había confesado sobre su vida fuera cierto. Estaba cansada de llevar esa
vida, pero no hacía ningún esfuerzo por terminar con ella y buscar otra
manera de ganarse los pesos. ¿O acaso tendría miedo y se sentiría
presionada por algo o por alguien? Lo mejor era no seguir especulando y
tal como lo había dicho Matthew, nadie en este mundo tenía derecho a
juzgar el interior de su alma. Los secretos y las intimidades del espíritu son
entre cada uno y Dios, que bien los conoce y hasta mejor que nosotros
mismos. Por ahora le restaba sólo rezar por ella. Nunca más la iba a ver y
esas palabras dichas acerca de su futuro constituían otro enigma. Ella
había visto en Ian algo que no él mismo lograba distinguir y le rogaba a
Dios para que los acontecimientos le fueran develando su destino y su
vocación en este mundo.

Habían tomado la decisión de partir apenas oscureciera y ya a las


ocho tenían todo listo. La partida creaba en Matthew una fuerte sensación
de contradicción. Estaba dejando tal vez para siempre la ciudad que lo vio
nacer, crecer, enamorar, trabajar y que sentía como parte de su esencia.
Pero partía para reencontrarse con los suyos…¡qué cosa más rara es esta
vida! Nunca se puede tener todo, si se nos da una cosa, se nos priva de la
otra.

Al atardecer partieron una vez cargado el auto con una gran


cantidad de bultos y maletas. ¿Volvería a ver a su amada Viña del Mar
336

nuevamente? Se preguntaba Matthew mientras subían por la variante Agua


Santa rumbo a Santiago. Desde ahí se obtenía una vista panorámica
completa de la ciudad y de parte de Valparaíso. No pudo evitar que las
lágrimas se le vinieran como nada a los ojos al observar el titileo de las
luces de la ciudad, que parecían estar despidiéndose de este hijo suyo que
la abandonaba con un corazón lleno de recuerdos, como aquel de esos
años de colegio cuando en noviembre se iniciaba el mes de María y él, a
eso de las siete de la mañana se encontraba en la capilla esperando en
oración la misa. Durante ese tiempo había disfrutado de días hermosos,
con unas mañanas frescas de aire puro e impregnado de olor a flores. Una
parte de su ser quedaba ahí y esperaba volver algún día, aunque sabía que
era muy difícil. Viña por lo demás ya no era la misma de su infancia y
juventud. Era una ciudad más loca, con una vida nocturna sobreexplotada
y poco amigable de la vida familiar gracias a la política gubernamental de
sistemática destrucción de la familia promovida desde el gobierno
mundial.

Thomas que iba manejando, se dio cuenta de que Matthew estaba


pegado a la ventana del auto para no dejar escapar ningún detalle de su
última vista a la ciudad.

_ ¿Quieres que me detenga para sacar unas fotos Matthew? Oye, ¿no me
digas que estás llorando de nuevo? Viñamarino de corazón…yo sé cuánto
te está costando dejar Viña, pero Viña no es el mundo y nos vamos a un
lugar hermoso donde…

_ Ya Thomas no necesito discursos. Claro que me da pena dejarla. Toda


mi vida la he vivido aquí y a pesar de que ya no es la misma en muchos
aspectos, son los recuerdos de las vivencias acaecidas lo que me llena los
ojos nuevamente de lágrimas. No soy un insensible y las despedidas
siempre me causan pena. Ojalá que las cosas no me tocaran tanto, pero
dejaría de tener una mente relativamente sana si así fuera. Hay personas
que se bloquean y no se afectan con nada porque se autoimponen una
coraza impenetrable que termina por convertirlos en unos verdaderos
psicópatas a escala reducida incapaces de conmoverse por nada, y si algo
los conmueve es exclusivamente cuando pierden algo que es demasiado
valioso y querido para sí. Gracias a Dios yo no soy así, y si al escuchar a
Bach me corren las lágrimas mala suerte para el que le moleste ver a un
337

hombre apasionarse por lo que le gusta y por lo que le toca las fibras del
alma. Puedes parar en el mirador y tú, Ian, me sacas un par de fotos para
llevarle a tu mamá.

Se bajaron por un momento a contemplar la vista maravillosa de la


bahía del Gran Valparaíso y luego retomaron el viaje. Esta vez Matthew se
sentó atrás y junto a Thomas se sentó Ian para reemplazar a su tío frente
al volante unas horas después. Ian aunque era menor de edad tenía
licencia por una de sus prerrogativas juveniles mundialistas; asunto que
indignaba a su padre quien refunfuñando se acurrucó a dormir. Iba a ser
imposible que él pudiera turnarse con los dos choferes ya que corría el
riesgo de ser controlado.

Thomas había colocado en el parabrisas de su automóvil una


insignia que le aseguraba el libre tránsito al ser un alto funcionario.
Matthew cuestionaba una y otra vez la moralidad de dicho acto que
consideraba completamente maquiavélico. No era posible estar utilizando
el pase que daba el enemigo para huir como si nada desde sus propias
narices. Sin embargo, era la única manera de atravesar medio Chile sin
causar sospechas. Había un fin superior que guiaba esta actuación y por lo
demás, Thomas seguía siendo parte del Gobierno Mundial, con año
sabático, pero todavía funcionario.

Durante el trayecto entre Santiago y Rancagua se encontraron con


bastantes controles que eludieron gracias a las credenciales y todo iba
tranquilo. Rezaban, cantaban y Matthew les leía para hacer más placentero
el viaje. Ian tomó el volante en Rancagua y manejó sin inconvenientes
hasta que pasó lo que tenía que pasar cuando llegaron al control de San
Fernando. Thomas iba durmiendo en el asiento del copiloto y Matthew
estaba recostado en el asiento trasero. El puesto de control estaba
completamente iluminado y un ajetreo inusual se notaba de lejos. Un
malhumorado carabinero se acercó al vehículo y le dio un vistazo a la
placa que estaba en el parabrisas. Hizo un gesto de desprecio y le pidió a
Ian que bajara el vidrio y le mostrara sus documentos y de los que
viajaban con él. El muchacho protestó por el trato aduciendo que llevaba a
una autoridad importante y que la placa les daba rompe filas de controles.
Pero al carabinero mal agestado no le importó, increpándolo duramente a
identificarse. Con la bulla y la discusión Thomas se despertó, causando un
338

nuevo altercado con el carabinero al que no le importó nada que Thomas


fuera un funcionario técnico de alto rango. Matthew permaneció
agazapado en su asiento, rezando para que no lo descubrieran. Thomas
pidió hablar con el oficial a cargo. Un teniente con el genio peor que su
subalterno también hizo caso omiso de la protestas de Thomas y no sólo
los obligó a identificarse poniendo sus brazos para que el lector el chip los
escaneara, sino que les interrogó sobre los motivos del viaje y hacia dónde
se dirigían. El cabo de carabineros que los había detenido comenzó a
iluminar al interior del auto en busca de más pasajeros y ahí se encontró
con Matthew que estaba hecho un bollo en el asiento. Abrió la puerta y
ante la mirada perpleja de Thomas que seguía discutiendo con el oficial,
lo sacó de un tirón, colocándolo al frente del auto. Obligaron a Matthew a
apoyar las manos sobre el capó del auto y a permanecer con las piernas
separadas y la cabeza baja al modo de cómo lo haría con un delincuente
peligroso. Matthew no abrió la boca y se mantuvo obediente y dócil frente
a un exasperado cabo que lo revisó por entero.

_ Usted señor Mansfield no dijo nada acerca de un tercer pasajero, ¿quién


es este señor?

_ Es mi hermano y el papá del muchacho….

_ Oiga mi teniente, el caballero no tiene el chip y lleva estos amuletos


católicos. – El teniente sonrió con una sonrisita picara, como gozándose
del haber “cazado” a uno de los rebeldes.

_ Lo siento don Thomas. Usted y su sobrino están en orden, pero su


hermano está en la lista negra y tenemos que detenerlo. Ha sido una
buena cacería la de esta noche y me extraña que usted siendo un
funcionario tan importante haya omitido con su hermano. Ahora
tendremos que llevárnoslo a donde ponemos a estos rebeldes hasta que
recapaciten y se dejen chipear.

Ian estaba desesperado y se agarró de una pierna de Matthew


obligando al cabo a pegarle con el bastón retráctil en las manos para que
lo soltara. Thomas seguía alegando y pidiendo hablar con el encargado y
la respuesta que oyó fue que el único que podía liberarlo era el
339

gobernador que en ese momento se encontraba en el extranjero, en Israel,


en una visita oficial y que volvería en unas tres semanas si es que no más.

A Matthew se lo esposó y se le despojó de su argolla, de su


escapulario, de la medalla de San Benito que tenía al cuello, de las placas
identificadoras y de su reloj que fueron entregadas a Thomas. Además, le
cubrieron la cabeza completamente con una capucha y antes de que lo
subieran al furgón como un delincuente Thomas pidió hablar con él.

_ Yo te voy a sacar de este lio Mateo, no te preocupes. Esto no va a


quedarse así. ¡Qué se han creído estos pacos! No me han respetado el
rango.

_ Thomas, ándate con Ian al sur y déjame solo.

_ ¡Estás loco!…no seas ridículo. Estas cárceles son horribles. Voy a pedir
que te coloquen en algún sitio más amable por lo de tu corazón.
Matthew…Matthew, mira hermano sé que te va a molestar lo que te voy a
pedir: déjate chipear…no lo compliques, después te lo sacas y listo. Por
favor, hazlo por nosotros…Ian está destruido.

_ Tendrán que matarme antes de chipearme, jamás Tommy, jamás le


venderé mi alma al gobierno mundial. ¿Todavía no lo entiendes?

_ Te van a torturar psicológica y físicamente…por favor Mateo.

_Reza por tu hermano mayor no más Tommy. Reza para que conserve la
fe y resista con fortaleza porque soy un hombre muy cobarde y muy débil.
Cuídame a Ian; si puedes sácame de aquí y avísale de alguna manera a
Manuel para que él le avise a mi Ángeles. Thomas, no lo hago por
dármelas de héroe, ni de mártir. Tengo mucho miedo, pero es que si
hiciera lo contrario a lo que mi conciencia me dicta estaría yendo en
contra de lo que creo y de lo que he sido siempre... ¿me entiendes un
poco que sea? – Pero la conversación no pudo seguir ya que tomaron con
fuerza a Matthew y empujándolo lo metieron en el furgón, sin que el
prisionero antes se las arreglara para despedirse de Ian: Ian…hazle caso a
tu tío y reza por mí, ya voy a salir hijito, reza por mí.
340

Ian estaba desecho en lágrimas y llantos, echándose la culpa por lo


ocurrido. Thomas siguió reclamándole al oficial, llenándolo de
instrucciones sobre cómo debía ser tratado su hermano en la cárcel,
mientras veían partir raudo al furgón hacia el cuartel de gendarmería hasta
donde llevaban a los ilegales.

Eran cerca de las tres de la madrugada y tío y sobrino quedaron


botados en la carretera dentro del auto con el alma partida, viendo como
la neblina los cubría haciendo que la noche pareciera más triste y fría.

_ Tendremos que organizarnos chiquillo. Cálmate que no es culpa de


nadie. Esto simplemente se nos escapó de las manos y de alguna manera
vamos a arreglarlo.

_ Es mi culpa tío Thomas, ¿por qué lo trataron como a un delincuente? Y


mi papá no hizo nada, no puso ningún tipo de resistencia…

_ Matthew se quedó para dentro, tan perplejo como nosotros dos y más
encima choqueado. Tu papá nunca va a reaccionar violentamente porque
es un académico que no tiene idea de peleas ni de boches con la policía.
Yo hablé con el energúmeno del teniente y me dio su palabra, si es que la
tiene, que iba a cuidar a tu papá, ya que se trata de un enfermo cardíaco.
Por ahora vamos a buscar una residencial o una pensión donde quedarnos
en San Fernando y trataremos de descansar para poder pensar mejor.
Quisiera saber quién es el gobernador, pero en la mañana nos ponemos a
trabajar para sacar a Matthew de la cárcel. Mientras tanto guarda tú sus
cosas hasta que se las entregues…ten confianza. Matthew es más fuerte de
lo que él mismo cree y haremos las cosas más inteligentemente que ellos
porque con su burocracia cometen errores y de esos tenemos que sacar
partido.

Ian se quedó en silencio. Sabía que si Matthew no se hubiera


quedado en Viña a esperarlo ya estaría en el sur con su madre, y que este
riesgo siempre estuvo rondando como fantasma. Habían tenido mucha
suerte hasta ese momento… ¿Suerte? No se podía hablar de suerte. La
Providencia de Dios los había cuidado, facilitando su camino de un modo
sorprendente Lo que estaba pasando con su padre tenía que tener algún
sentido sobrenatural, como él mismo diría, y sin dudas Dios estaba
341

queriéndole pedir algo especial. Estaba golpeando la puerta de su alma


desde hacía mucho y ya era tiempo de abrirla y dejar entrar en ella la voz
de Dios que lo llamaba para él y ya no podía seguir negándose. Si
Matthew salía de esta, tendría que decírselo, pero por ahora iba a enfocar
todos sus ruegos y mortificaciones para que recuperara la libertad y
pudieran reencontrarse todos en una nueva vida en el sur.

Matthew estaba completamente desorientado dentro del furgón que


daba una y mil vueltas alrededor de la ciudad. Llevaba las manos
esposadas en la espalda y el capuchón le tapaba toda la cabeza dejando tan
sólo una abertura pequeña en la boca para que pudiera respirar. Estaba
tiritando de frío y de miedo, y para poder calmarse cerró los ojos y realizó
ejercicios de respiración hasta que sintió que el vehículo se detenía.
Escuchó voces que gritaban en todas direcciones anunciando que traían a
un nuevo prisionero. La puerta trasera se abrió y Matthew fue tomado
violentamente y lanzado al suelo cayendo de lado gracias a su innata
agilidad. Un gendarme fustigó rudamente al carabinero por haberlo
arrojado de esa manera y ayudando a Matthew a levantarse lo condujo
dentro del edificio.

El edificio prisión había sido construido especialmente para este


tipo de prisioneros, según un modelo internacional que las hacía a todas
iguales. No eran muy grandes, ya que no era mucha la gente que caía y
permanecía en ellas. Cada ciudad poseía una y estaban a cargo de
gendarmería que trataba de hacer un trabajo digno para los prisioneros
que en su mayoría era gente sencilla y corriente, y cuyo único crimen era
no haber firmado el susodicho contrato y no haberse chipeado. De vez en
cuando llegaba algún anarquista y los anti gobierno mundial, y esos eran
bastante complicados siendo recluidos en lugares especiales dentro de la
misma prisión.

El joven gendarme condujo a Matthew por un largo pasillo hasta lo


que parecía la recepción y ahí le esperaba otro gendarme que le sacó la
capucha. La primera impresión de Matthew después de que se
desencandiló fue la de estar en la recepción de un centro médico con el
típico mesón de la secretaria que hay que mirar hacia abajo para poder
verla. Habían plantas en maceteros, en la pared de enfrente al mesón un
mural con una paloma de la paz con la clásica consigna debajo: “Paz en el
342

nuevo orden”. El mural estaba al medio y a los lados se abrían un par de


pasillos que conducían a las celdas que parecían piezas una al lado de la
otra, sin las clásicas rejas, sino que cerradas con unas puertas
aparentemente de madera. El gendarme que le había sacado la capucha se
sentó en la recepción a ingresar a Matthew al sistema, mientras tanto el
otro le quitaba las esposas. El recepcionista parecía bastante grosero y mal
presentado. Miraba con repulsa al prisionero que permanecía con sus ojos
asustados, pero amables. El otro gendarme, casi un muchacho de la edad
de Matthew H. era más condescendiente y trataba al prisionero con toda
cortesía.

_ A ver, a ver qué tenemos por aquí – dijo el de la recepción que a pesar
de ser más viejo que su compañero tenía el mismo grado – un rebelde…
¿para qué „ñor si basta una firmita? ¿Por qué no la hacemos corta y se
chipea y listo? – Pero Matthew sólo le sonrió y no contestó, lo cual
enfureció al gendarme que se puso de pie y le abofeteó violentamente
arrojando a Matthew a los brazos del otro gendarme.

_ Oye Muñoz, ya te ha dicho el gobernador que no hay que pegarles a los


detenidos, termina con el procedimiento de una vez. Me dijeron además
que está enfermo del corazón y que tiene un hermano con un puesto
importante y que es mejor que lo tratemos bien.

_ Me paso por ahí mismo a los puestos importantes. Nombre completo,


nacionalidad, rut, fecha de nacimiento, domicilio actual, profesión y
estado civil.

_ Matthew Francis Mansfield Bradley, chileno, rut……, 21 de Septiembre,


filósofo, profesor universitario, casado, no tengo domicilio, lo perdí…

_ Por huevón lo perdiste, hijo de perra. ¿Tiene el carnet mejor? Ese


nombre parece búlgaro.

_ Yo tengo el carnet del prisionero, toma.

_ Bueno, para que sepa acá están hasta cuando ustedes quieran, se van
cuando firman tranquilamente, así que depende de usted no más. Por lo
mismo, y como esto no es un hotel, la ropa se la saca, toda y queda
343

desnudo. Se le va a dar una manta y la comida se le va a dar de lo que


sobre de la Penitenciaría. Pueden pasar varios días sin comer por lo que
si usted quiere se va, pero ya sabe cómo. Llévalo no más a su suite
Antonino y que se saque todo, revísalo pelo por pelo y llena el inventario.

Antonino el gendarme más joven, llevó a Matthew a su celda. Abrió


la puerta que parecía de madera, como Matthew pensaba, pero era de
fierro y entraron al lúgubre, frío y asqueroso lugar. No tenía luz y el
gendarme dejó la puerta abierta para poder ver. Matthew pudo darse
cuenta de la mazmorra horrible que le había tocado. No tenía más que
una rendija de diez centímetros por donde entraba un poco de luz natural
y aire del exterior. El suelo de tierra estaba lleno de excrementos secos de
origen indeterminado, unos trapos manchados esparcidos junto a una
pared, una especie de cama de cemento adosada a la misma donde estaba
la rendija y al centro una canaleta por donde corría un hilo de agua
asquerosa que era nada menos que el inodoro que tendría que utilizar. No
había nada más, ni siquiera una mesa y una silla. El olor a encierro,
humedad y putrefacción era nauseabundo y Matthew se tapó las narices
apenas sintió la bocanada hedionda cuando el guardia abrió la celda. Pudo
ver que alguien había dibujado una cruz en la pared donde estaba la
rendija de luz, y bajo la cruz escrito con carbón un texto que reconfortó su
alma: “La cárcel es tenebrosa, pero vosotros sois luz; en la cárcel se os
aherroja con cadenas, pero vosotros tenéis el espíritu libre y desatado;
exhala olor repugnante la cárcel, pero vosotros sois aroma y olor de
suavidad” Tertuliano. Trató de memorizar donde estaban las cosas más
asquerosas para no tener que toparse con ellas y la ubicación de la cama
de cemento donde pensaba pasar agazapado cuanto fuera necesario. No
sabía si iba a poder acostumbrarse al olor y a la humedad.

_ Muy bien don Matthew, primeramente disculpe a mi compañero, es un


poco violento y mal genio así que no le busque el odio y hágale caso. La
guardia la hacemos siempre juntos, si tiene algún problema con él
llámeme a mí no más. Bueno, tal como él le dijo va a tener que
desnudarse.

_ ¿Pero después que me revise me vuelvo a vestir?


344

_ No señor, debe quedarse desnudo…son las reglas, para el frío le


pasamos esta manta de polar, con ella puede cubrirse, pero cuando venga
alguien de nosotros o alguna autoridad, debe quedarse de pie y desnudo.
– Para Matthew esto fue tremendo. Cuidaba su pudor como una joya y
sabía que se hacía ex profeso para torturar el espíritu de los católicos. Le
daba lo mismo el frío, lo que le importaba era perder la intimidad, el
recato y el pudor. Comenzó a desnudarse y por cada prenda le pedía
perdón a Dios: “¿Señor, debería estarme negando a hacer esto? ¿Debo
obedecerlos? Perdóname por mi cobardía, pero no sé qué hacer. Estar
enfrentado a una experiencia de cárcel es algo totalmente nuevo para mí.
Verlo en una película o leerlo en un libro no tienen comparación a estarlo
viviendo en carne propia.”

Se sacó la ropa y quedó en ropa interior. El gendarme se encogió


de hombros y con la mano le indicó que se sacara absolutamente todo.
Quedó desnudo ante los ojos del guardia que lo revisó entero para
detectar cualquier cosa fuera de lo normal.

_ ¿Qué es eso que tiene ahí?

_ Mi marcapasos, se me nota mucho a diferencia de otras personas. Debe


ser por mi tipo de piel…por favor ya que terminó de revisarme, deje que
me cubra con la manta, me es muy incómodo estar desnudo.

_ Cúbrase, no tengo problema. ¿Y esa otra marca en su cuello? Supongo


que no será sadomasoquista…

_ No, por supuesto que no. Es por el violín. Llevo más de treinta años
tocándolo a diario y con fuerza. La marca se debe a que es donde lo
apoyo al tocar.

_ Está bien, ahora voy a buscar la máquina para cortarle el pelo, se me


olvidaba decirle que acá rapamos a los prisioneros. Me llevo su ropa para
guardarla. Todas sus pertenencias quedan guardadas en bolsas al vacío.

_ No se preocupe, haga su trabajo. – El joven gendarme volvió casi


enseguida y hábilmente rapó a Matthew. Sus claros cabellos fueron
cayendo al suelo dejando un montoncito que el guardia tiró a la canaleta
345

por donde corría el agua. Se veía extraño completamente calvo, sin su


mechón clásico, y se acordó de su Angelito, ¿qué diría si lo viera pelado
de esa manera?

_ De más está decirle que si necesita ir al baño, sólo debe agacharse sobre
la acequia y limpiarse con esta misma agua. El estado no gasta ni un solo
peso más en gente como usted, y no se toma ninguna molestia para su
confort en esta prisión. Hasta los asesinos y violadores están mejor que
ustedes.

_ Discúlpeme, ¿puedo llamarlo por su nombre? – El muchacho lo miró


admirado ya que Matthew seguía siendo extremadamente cortés a pesar
de la situación desagradable, y estaba seguro que si hubiese estado su
compañero le habría pateado la boca. No soportaba que la gente no
desesperara por encontrarse viviendo esta kafkiana circunstancia.

_ Sí, me llamo Antonino.

_ Antonino, ¿hay alguien más que esté preso en esta cárcel?

_ Usted es el único…y cada día son menos. Cada gobernación provincial


tiene su pequeña centro de reclusión para poder poner al día a los
ciudadanos con sus deberes mundiales. El último que estuvo aquí fue un
sacerdote bastante desconfiado quien fue el que escribió eso en la pared.
Sabía muchas cosas de memoria, se la pasaba rezando, postrado, y yo creo
que eso fue lo que le hizo mal.

_ ¿Qué pasó con él?

_ Falleció aquí mismo de ese virus que da fiebre alta. No duró mucho
enfermo, un par de días, como que quería morirse. Además ya tenía sus
años. Lo único que nos suplicaba era que lo dejáramos hacer misa, a la
antigua… ¡Imagínese! Lo íbamos a dejar hacer algo ilegal…nos cuesta la
pega y hasta la vida.

_ ¿Cómo se llamaba el padre?


346

_ Agustín y era el capellán de una familia adinerada que tenía una capilla
en su fundo en Santa Cruz, unos tipos con apellido viñatero. Ellos se
arrancaron y los andan buscando. El padre Agustín no quiso irse con ellos
y prefirió que lo encarcelaran, lo cual es muy raro, ya ve como son las
celdas y esta es la más limpiecita. Nadie resiste ni un solo día y cuando
saben que los van a traer para acá, se chipean al tiro. Es patético como
ruegan para que los dejen libres, y cuando nos topamos con gente como
usted, mi compañero se desquita. Por eso le decía que tuviera cuidado
con él.

_ ¿Puedo tener lápiz y papel, me los puede facilitar?

_ Está prohibido. Se trata de reventar a los presos, presionándolos para


firmar y por eso se los aísla y se les prohíbe absolutamente todo: leer,
escribir y recibir visitas. Es una burla y una contradicción, porque por un
lado quieren que firmen voluntariamente, por esto de la libertad absoluta;
y por otro lado los coaccionan con estas cárceles… Pero a pesar de todo
usted es un afortunado porque creo que es esta la única cárcel donde no
se tortura con violencia física a los reos. Por orden del gobernador nos
está prohibido golpear para hacerles entrar en razón. En otras partes he
escuchado que hasta les han cortado dedos y quemado con fierros
calientes para que firmen y se chipeen. Me tengo que ir, no le prometo
nada, pero haré lo posible y….

_ ¿Sí?

_ Quisiera poder conversar algunas cosas con usted, como es profesor.

_ Claro, cuando quiera.

_ Adiós.

Antonino cerró la puerta y la oscuridad invadió la celda. El


amanecer aún no llegaba y Matthew tanteando llegó hasta la cama, sin
antes meter sus pies en el agua asquerosa haciéndolo sentir
completamente humillado. Se recostó tiritando de frío en el duro y helado
cemento tapándose con la manta hasta las orejas. Cerró los ojos y
habiéndose aguantado mucho comenzó a llorar amargamente, al tiempo
347

que se golpeaba el pecho una y otra vez desesperado, aturdido y por sobre
todo asqueado por el lugar indigno que le había sido asignado. Comenzó
entre sollozos un soliloquio que finalmente lo tumbó de sueño y de
cansancio, al tiempo que repetía una letanía pidiendo por su
perseverancia. “Qué fácil resulta estar sentando en el living de tu casa, o
en tu flamante y acogedora oficina de profesor en la universidad rodeado
de tus alumnos que te siguen como a su ídolo, hablando y especulando
sobre la fe y la doctrina católica, sobre los mártires de los primeros
tiempos con un capuccino en la mano; o leyendo a Tomás Moro y sus
tormentos en la torre de Londres escuchando una agradable partita de
piano de Bach, con los pies estirados al hogar y tu esposa y tus hijos
rodeándote mientras hacen sus tareas. Fui un católico de escritorio y de
salón, y ahora mi Señor y mi Dios me toma de una oreja y me trae a
padecer por El para probar mi fe, para reparación por mis pecados y para
hacer méritos para el cielo. Y yo que me llenaba la boca con su nombre
no sé si tenga la fortaleza para seguir proclamándolo. No busqué esto,
nunca quise que se me probara de esta manera, y sin embargo aquí estoy,
muerto de miedo, tratando de parecer sereno y amable con estos diablos
que me cuidan. ¿Qué le ha pasado a la humanidad que no nos defiende?
¡Qué estoy diciendo! ¿Acaso debiera esperar algo de esta humanidad que
ha sacado de raíz a Dios de su vida y que ahora sólo quiere construir el
cielo en la tierra entregando para conseguirlo su alma al demonio? ¿Por
qué permitimos que el mundo llegara a esta situación en la que a cada cual
sólo le importa construir un mundo feliz sin convicciones donde todo da
exactamente lo mismo? El mundo no vale nada y se equivocaron aquellos
que abrazándolo y haciéndose uno con él podían cambiarlo. Nuestro
Señor nunca habló de amar al mundo, sino todo lo contrario. El día a día
con sus trabajos y sus sabores, con sus risas y placeres no es nada
comparado con lo que realmente importa: la salvación de nuestras almas
y su encuentro con Dios. ¿Piensan alguna vez en el día los hombres en
que tendrán que darle cuentas a Dios de su vida o están creídos que hagan
lo que haga Dios los perdona igual como si fuera un padre insulso y
estúpido?. Toda la obra redentora de Cristo sería un mero espectáculo,
¿para qué morir por los pecadores si ellos hagan lo que hagan igual están
salvados? ¿Qué clase de justicia sería esa en detrimento de aquellas almas
que cada día luchan por cumplir con lo que nuestro Señor nos ha
pedido?.
348

Aquí estoy en este lugar aterrador, oscuro como la boca de un lobo


y frío como el hielo. Me doy pena… ¡qué miserable me siento! Como una
rata atrapada en una caja esperando a que lo degüellen en cualquier
momento. Un frío de terror me recorre mi espalda y no hay nada que me
quite el miedo que siento. No soy un héroe, ni un mártir, soy Matthew,
soy Matthew Mansfield, un pobre y triste tipo que se la ha pasado toda su
vida sintiendo lástima de sí mismo….y ahora sí que doy pena…miseria,
¡qué miseria de vida!... y sin embargo, a pesar de cómo me siento es por
algo que estoy aquí. Padre Agustín, no lo conocí, pero estoy atravesando
su misma suerte, ruegue por este hijo para que pueda mantenerse fiel a su
Señor. Que esta prueba me sirva para ser más humilde y para que de una
buena vez me deje acunar por Dios quien es el único que puede
confortarme. Mi Angelito, ¡no sabes cuánto te extraño! Te necesito tanto,
tanto mi amor. Nunca nos habíamos separado por mucho tiempo y esta
ausencia tuya me está matando y me siento como un huérfano. Mis hijitos,
extraño sus risas, los momentos en que discutíamos por tonterías en la
mesa, los buenos partidos de futbol, las caricias de mis niñitas….¡qué
tortura! Si sigo pensando en eso me volveré loco y perderé la compostura.
¡Oh Señor Dios!, te pido que este suplicio sea para mi bien y no para que
sirva de ocasión para que peque más. Si va a ser así, por favor líbrame de
este encierro y si es para mejor dame la paciencia y la resignación para que
aproveche para el bien de mi propia alma y la de mis seres amados. Santa
María, ruega por nosotros, San José, ruega por nosotros, San Mateo, ruega
por nosotros, Santo Tomás Moro, ruega por nosotros, San Agustín ruega
por nosotros…..”

Matthew no pudo más con el sueño y rezando se durmió por un par


de horas cuando fue violentamente despertado por un nuevo gendarme
que había tomado recién la guardia y venía a revisar al prisionero que a
duras penas pudo abrir los ojos encandilado por la luz de la linterna del
guardia. Hizo que Matthew se parara desnudo en posición firme para
volver a revisarlo, sin decirle nada. Le echó un vistazo a la celda para ver
que todo estuviera igual y luego le indicó a Matthew que volviera a
cubrirse. El preso le buscó la mirada para saber si podía dirigirle la
palabra, pero antes que dijera nada el guardia le habló diciéndole que
siguiera durmiendo tranquilo y que cuando estuviera listo lo llamara para
firmar.
349

_ Yo no voy a firmar nada.

_ A ver si al cabo de unos días sigue diciendo lo mismo. Hoy no hay


comida para usted, no les sobró nada en la Penitenciaría. Nadie ha salido
vivo de aquí sin antes firmar. Usted tiene cerrada la puerta por dentro. – Y
dicho eso cerró la celda de un fuerte portazo.

“Cerrada la puerta por dentro – pensó Matthew – como en el


infierno. Nadie quiere salir de ahí, pero yo sí quiero salir de esta porquería
inmunda y oscura, pero no bajo sus reglas. ¿Qué pensarán? Yo lo sé
exactamente: que yo no sería ningún traidor a mi fe si firmo y me chipeo,
y que mi postura frente a esto es la de un exagerado, que nada tiene que
ver con mi religión y que si quiero practicar “la superstición” en privado
no hay problemas mientras no atente contra la “libertad de nadie”. Si no
es para tanto, me dicen y me miran como si estuviera loco. Es que el
problema no es una simple firmita ni un rastreador digital, sino que es
todo el sistema que trabaja ordenadamente para la destrucción de la
Iglesia y para el reinado del Anticristo. Es eso lo que está detrás.
Obviamente que la humanidad anda caminando feliz por la vida con su
embobamiento tecnológico, con su vitrina de la vida privada a cualquiera
que desee subirla a la red, anulando completamente la reserva y la
intimidad; con sus bailoteos impúdicos y la promiscuidad que llega a
niveles exponenciales, y para qué hablar de la decadencia de la educación,
especialmente la universitaria. Parece un negocio más, un negocio muy
lucrativo donde cualquier pelafustán saca un título. Es lo que hay, yo me
mantuve al margen y traté de que mis alumnos no cayeran en este
tobogán que les vacía el alma. Es horroroso lo que han hecho con el
hombre….Quiera Dios ampararnos de nosotros mismos.”

Cansado y con hambre cerró los ojos e intentó dormir, pero le fue
imposible. Como ya estaba algo más claro y un diminuto rayo de sol
penetraba por la rendija se puso de pie y se encaramó hacia donde venía
la luz poniendo sus ojos pegados a la rejilla a fin de que estos recibieran
algo de brillo y no estuvieran permanentemente expuestos a la oscuridad.
Se sentía con fatiga y sabía que tendría que aprender a soportar el hambre.
Tratarían de doblegarlo por el estómago y debía de ahorrar energías.
Tendría que dormir y rezar, mantener la mente fría y no desesperar, en
definitiva, dejar que Dios lo cuidara.
350

En San Fernando, Thomas encontró una residencial en el centro


cerca de la gobernación. Tío y sobrino llegaron al lugar de madrugada y
después de un sueño reparador y de un desayuno holgado partieron a
primera hora a la gobernación para pedir una cita con el gobernador.
Fueron atendidos por la secretaria del gobernador la que les confirmó que
andaba de viaje oficial en el extranjero y que llegaría en unos doce días.
Thomas desesperado le rogó que lo ubicara por teleconferencia para que
diera su visto bueno, pero la mujer se mantuvo impertérrita aduciendo
que su jefe había pedido que no se le molestara ni se le importunara
durante su viaje salvo que fuera algo muy urgente. Ni los ruegos ni las
lágrimas de Ian la movieron ni un centímetro. Lo que le llamó la atención
a Thomas fue el nombre del gobernador: Carlos Leví, que le trajo a la
mente inmediatamente el rostro de un antiguo amigo de Matthew, de
origen judío y que debía ser el mismo con quien su hermano tocaba en el
conjunto que tenían con Manuel cuando eran jóvenes, siendo Levi el
cellista del grupo. Recabó más información sobre el gobernador y
efectivamente era el amigo de Matthew. ¡El mundo es un pañuelo! Volvió
a la carga con la secretaria que ya estaba a punto de llamar a la policía para
que se llevaran a este loco y al sobrino que agotadas las lágrimas estaba
sentado en una silla en un extraño estado de estupefacción con la mirada
perdida en la nada y quieto como una estatua con sus manos sobre las
rodillas.

_ Escúcheme señora: Carlos Leví es uno de los mejores amigos de mi


hermano… ¿lo ha escuchado tocar el cello? ¿Toca bien verdad? Mi
hermano tocaba de joven el violín con él en la casa de mis padres cuando
yo era un escolar. Se conocen de chico. Si Carlos supiera que Matthew
está en su cárcel lo pondría de inmediato en libertad. Hace años que no se
ven, pero siguen siendo amigos. Por favor, mi hermano está enfermo…

_ Comisario Mansfield, yo he oído mucho de usted y no comprendo


cómo es que su hermano está preso siendo usted quien es, pero le vuelvo
a repetir que el único que puede sacarlo es mi jefe. Usted es un técnico,
no un oficial político y su competencia aquí no sirve. Además ya me han
venido varios con el cuento ese de que son amigos de mi jefe, de la
infancia, y me salen con lo del cello. Todo el mundo sabe que don Carlos
toca el cello como pasatiempo. No venga más acá que no saca nada. Yo le
aviso cuando llegue el gobernador, y no se preocupe por su hermano que
351

va a estar bien atendido. No intente contactar a mi jefe por e- mail ni


ningún otro canal porque él está completamente desenchufado y sólo me
atiende a mí para casos de verdadera necesidad. (La secretaria hizo
hincapié en la palabra “verdadera necesidad” para que Thomas no
siguiera insistiendo) No puede recibir visitas, pero si va al centro de
detención le informaran de su estado. Puede ir a preguntar por él cuantas
veces quiera, ya que no dan información por teléfono.

Vueltos a la residencial Thomas realizó un par de llamadas a sus


amigos importantes, pero le dieron la misma respuesta: que no se puede,
que está prohibido, que debiera olvidarse de este hermano rebelde, etc,
etc. La desazón le llenó el alma y veía como Ian abría sus ojos cuando
hablaba con sus amigos influyentes y cómo bajaba la vista desconcertado
cuando su tío colgaba con la cara larga. De nada servían sus influencias en
un mundo diabólicamente burocrático y nadie entendía cómo a pesar de
esto el sistema funcionaba.

Ian estaba completamente ensimismado y trataba de hacer el


esfuerzo de pensar lo que su padre le estaría diciendo en esos momentos
para que se lo tomara como un prueba. Por más terrible que pudiera
parecer sabía que Matthew estaba pensando en que la voluntad de Dios es
siempre para un bien que nosotros no vemos. Había visto en esa
ceremonia asquerosa en la parroquia el odio a Dios y a la religión, y tenía
decidido lo que iba a hacer con su vida, rogándole a Dios para que le
diera la oportunidad de comunicárselo a su padre. Matthew siempre le
decía: “Pídele a Dios para que te vaya mostrando el camino que debes
seguir para ganarte el cielo. Hay cosas muy malas que nos afectan, cosas
malas que vienen algunas veces desde nosotros mismos y otras desde el
mundo, y sin embargo Dios se sirve de esas maldades para sacar algún
bien. Sólo pídele para que efectivamente le saques partido a ese aparente
mal y no para que te sirva de condenación, que es preferible privarse de
ciertas cosas o de ciertas personas antes de que ellas te hagan perder la fe
conduciéndote a un mal camino. ¿Te acuerdas de la vez que íbamos a
misa y pinchamos el neumático? Tuve que bajarme a cambiarlo, no tenía
las herramientas, maldije y maldije por un par de horas desesperado por
no poder arreglar la rueda y ustedes que estaban bien chicos lo único que
hacía era preguntar y preguntar: ¿Cuánto falta? Papá, tenemos sed,
tenemos hambre. Finalmente nos quedamos sin ir a la misa de Titian. ¿Y
352

te acuerdas qué paso? Que a la misma hora que nos quedamos botados
en el camino polvoriento y caluroso que nos llevaba a la capillita rural a
donde iba a decir la misa mi hermano, un tremendo choque se produjo a
unos kilómetros más adelante: si no se nos hubiese pinchado el
neumático, nos habríamos matado. ¿Recuerdas cuanto reclamé y grité,
echando espuma por la boca por no poder ir a misa, y cómo me tuve que
tragar las palabrotas y bajar la cabeza humildemente pidiéndole perdón a
Dios y a ustedes por mi ceguera, cuando ya arreglado el percance pasamos
contemplando pasmados lo terrible que fue el accidente y como quedaron
los vehículos? Así es nuestra vida y no sabemos nada acerca del futuro
excepto que vamos a morir y que en ese momento comprenderemos todo
lo que en nuestra ciega vida no pudimos ver.”

El muchacho había madurado en una semana lo que le habría


costado unos diez años. Su cara tenía una estampa completamente nueva
que saltaba a la vista impresionantemente. Thomas se dio cuenta de eso
cuando, colgando el teléfono por última vez, miró a Ian. Era como
retroceder en el tiempo y ver a Matthew nuevamente convertido en un
adolescente. Su cara estaba seria, serena, expectante y los ojos tenían una
mirada aguda y al mismo tiempo joven.

_ ¿Estás bien Ian? – le preguntó Thomas al notarlo tan extraño. De un


momento a otro el llanto permanente se había ido y parecía estar
sumergido en pensamientos profundos.

_ Estoy más tranquilo tío. Simplemente….simplemente pensaba.

_ ¿Puedo saber en qué?

_ En que mi papá quiere que esté sereno y con la mente despejada, que
me encomiende a Dios y que haga lo que tengo que hacer para poder
sacarlo de ahí. Si yo estoy llorando como un mocoso chico no lo ayudo en
nada. Tengo mucha pena por lo que está pasando, por TODO lo que está
pasando no sólo con mi papá y mi familia que ha tenido que huir para no
apostatar. Pero la pena no puede paralizarme sabiendo que mi papá
necesita que esté con la mente fría buscando una salida.
353

_ Así se habla chiquillo. Vamos a la cárcel para ver si podemos hacer algo
más, si podemos llevarle comida o alguna nota. No falta el guardia que
anda corto de plata….

Se encaminaron en el auto hacia la prisión que quedaba en las


afueras de la ciudad. Era un edificio pequeño, que podría pasar
perfectamente por un consultorio o un cuartel de carabineros, excepto por
las rejas que lo rodeaban y la nula presencia de ventanas salvo en la
entrada.

De pie en la entrada estaba haciendo guardia un gendarme que


parecía despreocupado y que se extrañó mucho cuando Thomas se le
acercó. Era el mismo gendarme que había revisado a Matthew en la
mañana y quedó sorprendido por el parecido físico de ambos hermanos.

_ No me diga nada – le dijo anteponiéndose en la puerta bloqueando la


entrada – usted es hermano del prisionero.

_ Buenos días, sí soy su hermano y el muchacho es su hijo. ¿Será posible


que visitemos a mi hermano por un instante? Está enfermo y estamos muy
preocupados. Le trajimos algo de comer y un libro….

_ Caballero, ¿qué se cree que es esto? ¿Un hotel? Nadie puede visitar al
prisionero, ni menos traerle cosas.

_Por favor, llévele esto si no nos permite verlo, al menos que tenga estas
cosas.

_ No señor, es imposible.

_ Dígame, ¿cómo está?.

_ Yo mismo lo revisé en la mañana y está bien. Se ve tranquilo, resignado


y sigue siendo un porfiado. Se niega a firmar.

_ Mi hermano no va a firmar, eso se lo doy garantizado.

_ Vamos a ver, el hambre doblega voluntades, hasta las más tercas.


354

_ Eso significa que no ha comido.

_ No, y no sabemos para cuándo pueda comer porque no nos han traído
nada para el preso.

_ Por eso le decía que le entregue esto para que coma…

El gendarme aburrido por la charla y la insistencia de Thomas dio


media vuelta y cerró la reja, haciéndoles ademanes a los visitantes para
que se fueran. Thomas agarró de un brazo a su sobrino que se había
quedado mirando al gendarme. Comenzó a rodear la prisión en busca de
alguna ventanilla por donde pudiera gritarle a Matthew. Sólo se veían unas
pequeñas rendijas y podía estar en cualquiera de ellas, tal vez aislado del
ruido. De todas formas comenzó a hacer un tremendo escándalo
gritándole a Matthew para que supiera que estaban afuera y que no lo iban
a abandonar.

Matthew, que yacía cubierto completamente abrigado con su manta


escuchó los gritos de Thomas y poniéndose de pie de un salto se trepó a
la rendija, pero era imposible ver algo. Sin embargo, la voz de Thomas
diciéndole que estaban afuera, que lo sacarían de ahí a como diera lugar,
que se quedara tranquilo ya que ellos estaban bien, hizo que lejos de
sentirse aliviado, su alma se comprimiera más de dolor y embargado por
un profundo choque emocional se dejó caer arrastrándose por la pared
hasta el asqueroso pavimento donde permaneció llorando hasta que el
hambre y la pena hicieron sucumbir su cuerpo y se volvió a dormir.

Al día siguiente se presentó nuevamente Antonino para revisarlo y


traerle por iniciativa propia, un tazón de sopa. En la penitenciaría se
habían olvidado de mandarle una vianda y la fatiga se manifestaba en
Matthew con fuerza, sumado a la humedad y al frio que lo obligaba a estar
enrollado sin apenas moverse.

_ Don Matthew, despierte, le traigo una sopita. - El gendarme se


mostraba sospechosamente amable con él y esto le producía desconfianza.
Abrió los ojos y miró al muchacho que le sonreía al mismo tiempo que le
alargaba la taza para que bebiera el caldo que humeaba un agradable olor
a comida casera. Matthew volvió a cerrar los ojos y se dio media vuelta,
355

refunfuñando una perorata en inglés que el guardia no entendió. – Oiga


profesor, no entiendo lo que dice, pero usted no parece confiar en mí.
Esta sopa me la preparó mi abuela porque la comida que nos dan acá es
malísima, y ella que sabe que soy mañoso me prepara todos los días el
almuerzo para que me lo traiga para al trabajo. Como yo sé que no le han
dado nada para comer le convido una parte de mi comida. Confíe en mí,
soy un amigo. Que trabaje para ellos no significa que no sepa el significado
de la palabra compasión…aproveche de comer mientras Muñoz anda en
trámites. Usted abusa de mi tolerancia…- Matthew inmediatamente se
destapó, se puso de pie y se quedó en posición firme esperando a que el
gendarme hiciera su rutina de revisión. – Vamos, don Matthew, no tiene
que hacer ese espectáculo. Yo no soy como los demás y me da lo mismo
que se ponga de pie o no cuando entro.

_ El señor gendarme me va a disculpar que me haya olvidado de


levantarme al entrar usted. ¿Puedo entonces sentarme?

_ Déjese de joder y siéntese a comer algo…- Sin poder permanecer por


más tiempo de pie desnudo, Matthew tomó su manta y cubriéndose con
ella recibió la taza de manos de Antonino y dándole gracias a él y a Dios
se tragó la sopa de un sorbo.

_ Gracias chiquillo…muchas gracias. – El guardia dejó la puerta abierta


para que entrara algo de luz y se sentó relajadamente junto al preso que
seguía saboreando el raspado de la sopa.

_ Ve que le hizo provecho. Es una maldad que lo tengan sin comer, pero
el sistema es así…una maldad - Matthew terminó su sopa y se recostó de
espaldas en su piedra-cama con las manos detrás de la nuca mirando a su
custodio intrigado por lo que con él estaba haciendo. Le había llamado
profundamente la atención que hubiese utilizado el término “compasión”.
A él no se le escapaba el uso de las palabras. A veces tal vez, le daba
demasiada importancia, y el término usado por el guardia le quedó dando
vueltas en la cabeza. “Las palabras – les decía siempre a sus hijos y a sus
alumnos – y en definitiva, el leguaje delatan lo que tenemos en nuestras
cabezas. Una palabrita más y una menos no dan lo mismo, y no hay que
tomárselas a la ligera porque cambiar una sola letra es cambiar
completamente el sentido de lo que queremos expresar. El lenguaje es el
356

que delata cómo somos, y tal como dice el dicho: dime cómo hablas y de
qué hablas y te diré quién eres. Las palabras trasmiten realidades. Si no se
cumplen esas realidades las palabras son meras irrealidades que no
significan absolutamente nada, son vacuas, inútiles y hacen sufrir”.

No le quitaba la vista de encima, y escudriñó con la mirada cada


gesto del joven guardián que no disimulaba su deseo de estar con el
prisionero. La gentil figura de Matthew, que aunque completamente
rapado y tapado con esa horrible manta le atraía como teniendo la
intuición de encontrase con uno de esos personajes que irradian una
peculiar paz aunque por dentro su vida sea un tormento permanente
como el caso de Matthew.

_ Dime una cosa Antonino – le dijo mientras cerró los ojos suspirando -
¿qué diantres haces aquí? Es decir, no que me estés acompañando, sino
que ¿qué te llevó a ser gendarme? ¿Por qué actúas de una forma tan
distinta a tus colegas? Ellos parecen odiarme y me ha parecido que
quisieran eliminarme lo más pronto posible. Tú, por el contrario, me traes
de comer, me tratas de don Matthew, te sientas a mi lado a conversar,
dejas la puerta de la celda abierta, pudiendo yo fugarme; buscas mi
compañía….me descolocas y me confundes, no sé si eres sincero o me
estás tendiendo una trampa para que me chipee. Cuando llegué el primer
día me hablaste del padre Agustín diciendo que jamás permitirían que
hiciera una misa aquí ya que era ilegal y los ponía en peligro de ser
despedidos y ahora me sales con esto…es una vulgar trampa.

_ No, profesor, no es una trampa ni un engaño para que firme. –


Antonino se puso de pie y avanzó hasta el umbral de la puerta. Miró por
el pasillo para cerciorarse de que su compañero no lo escuchara. Dobló
una pierna y la apoyó en el marco de la puerta, cruzó los brazos y contestó
calmadamente cada una de las preguntas de su prisionero. – Soy
gendarme por vocación familiar. Mi papá y mi abuelo lo fueron, bueno mi
papá aún lo es, pero está en un cargo administrativo. Me gusta lo que
hago. Los prisioneros son gente que hay que cuidar, en todo sentido:
cuidar de que no se escapen, cuidar de que a pesar de ser reos, tengan su
comida, su ropa, etc. Alguien tiene que encargarse de ellos y como me
gusta lo que hago trato de hacerlo bien, y no sentirme como muchos de
mis compañeros, metidos en este trabajo porque les gusta el poder y
357

sentirse con el derecho a hacer con los detenidos lo que se les antoje. Este
centro de detención es mi primera destinación y hasta el momento sólo he
tenido buenas experiencias con los reos. Lo que me molesta del sistema es
que se les presione de una manera tan inhumana para hacerlos firmar…

_ Ellos perdieron la humanidad de la que tanto alardean hace mucho


tiempo si es que alguna vez la tuvieron.

_ El padre Agustín me marcó mucho… - Antonino volvió a asomarse por


la puerta para comprobar que su compañero no hubiese llegado. Parecía
nervioso y con ganas de confesarle algo a Matthew que lo captó
inmediatamente, se sentó en la cama y miró expectante al guardia que
volvió a sentarse a su lado para hablarle suavemente al oído. – Estaba
preparándome para bautizarme…pero murió antes de que lo hiciera. –
Matthew quedó para dentro absolutamente desconcertado. La curiosidad
por saber más de la historia del gendarme hizo que Matthew se
acomodara más al lado de él, olvidando por un instante dónde estaba,
cómo estaba y el tiempo que llevaban conversando.

Antonino le contó que siempre había tenido una inquietud religiosa,


especialmente por la religión católica que en su hogar estaba
absolutamente prohibía ya que en su familia todos pertenecían a una secta
que ni siquiera podía considerarse cristiana. El odio que en su casa se
profesaba contra la Iglesia de Cristo era obstinadamente perverso y
precisamente por eso sintió de adolescente gran curiosidad por conocer el
credo católico. La realidad vivida en casa de Antonino era el común de las
“familias” en Chile: padres que nunca se casaron, desde luego, tras un
tiempo de convivencia, se separaron formando una nueva “familia” con
otra pareja. Sin Dios y sin ley cada cual hace su vida, sin molestarse
mayormente. Yo por mi lado, tú por el tuyo, de vez en cuando
compartimos un poco, pero no me meto en tu vida ni tú en la mía. Se
vivía un verdadero neo paganismo. Ahora bien, Antonino con sus
inquietudes religiosas, trató por cuenta propia de acercarse a la Iglesia,
mas tuvo malas experiencias en lo que se refiere a las parroquias donde
muchas veces entró para ver que hacían adentro. Los sacerdotes más
preocupados de tareas ajenas a su apostolado no lo habían considerado, y
hasta algunos le habían aconsejado que siguiera en su “religión” y que
tratara de ser un buen devoto de ella. “Quédese mejor donde está”, le
358

decían, causando un gran escándalo en el joven que al cabo de unos años


desechó la tarea de seguir indagando, y el tema religioso quedó
abandonado hasta que un día llegó a la cárcel el padre Agustín, con el que
sostuvo innumerables conversaciones. Juntos leían el Evangelio que
Antonino había conseguido clandestinamente. Al mismo tiempo el padre
comenzó a enseñarle el catecismo y se había transformado en un
catecúmeno a la espera del bautismo. Sin embargo, la salud del padre
Agustín comenzó a resentirse a causa de las condiciones extremas y al final
de sus días no tenía fuerza para nada y no podía ya hablar, quedando
Antonino a medio camino de su preparación al bautismo.

_ Yo encontré la Verdad, la busqué durante muchos años. Dios de


alguna y otra manera me atraía hacia El poniendo en mi mente y en mi
corazón un ardiente deseo de buscarlo. Las cosas que se hablan en mi
casa, lo mundano, todas esas cosas me chocaban y no entendía porqué.
¿Por qué Dios quiso acarrearme a su rebaño? A todos nos llama en algún
momento de la vida, y no sé porqué gracia tuve mis oídos atentos a
escucharlo. No lo sé…, muchos se hacen los sordos y terminan por
endurecer sus corazones y sus conciencias. Bueno, el asunto es que
estando a punto de bautizarme el padre fallece y quedé a la deriva. No he
encontrado ni un solo sacerdote católico que no esté corrompido por la
nueva religión, y tengo miedo de acercarme a uno de ellos porque estoy
seguro de que me delatarían.

_ Hay en una epístola de San Pablo algo de lo que dices: Nadie sabe
porqué Dios elige a unos. ¡Cuán insondables son sus juicios e
inescrutables sus caminos! Señala el Apóstol: misterio de Dios. Y dices
verdad acerca de que Dios siempre en algún momento de nuestras vidas
nos llama. Te contaré una historia que no deja hasta el día de hoy de
conmover mi corazón: a la universidad llegó a primer año a estudiar un
muchacho cuando yo cursaba mi tercer año y me hice muy amigo de él.
Yo acababa de pelearme con mi mejor amigo, (mi cuñado actualmente,
casado con mi única hermana) y me sentía muy solo. Además arrastraba
una enorme desilusión amorosa. Los dos no teníamos nada en común:
ni religión, ni política, ni cosmovisión, ni nada, excepto nuestro amor por
la música y las decepciones amorosas de mujeres que habían jugado con
nosotros. A la mayoría de sus compañeros y de los demás alumnos del
instituto les caía mal porque era en verdad un poco pesado y creído. Pero
359

lo era más bien por una coraza impuesta a causa de su temor a ser
descubierto en su verdadera personalidad: la de un sensible muchacho
amante de la poesía que se creía un rebelde…demasiado rebelde. Años
después comprendí leyendo sus poesías que lo que le había marcado y
hecho enojar con el mundo tenía que ver con un desengaño amoroso, un
amor apasionado y desmedido que terminó truncando su vida para
siempre cuando tan sólo era un adolescente. Buscó refugio en donde
menos debió buscarlo. Siendo un tipo lleno de talento, se dejó llevar por
la desesperanza y su vida ya yo tuvo sentido. El leía persistentemente a
Nietzsche, le gustaban ciertos grupos de rock que a mí no me gustaban y
tenía una fuerte tendencia a simpatizar con el lado oscuro, ver al demonio
como un ser no tan malo, como un ser atrayente. Yo por mi parte,
discutía amigablemente con él para mostrarle que estaba equivocado y que
seguir al maligno lo iba a llevar a la perdición. Intenté mostrarle que con
eso no se jugaba porque el demonio es más astuto que nosotros y se
aprovecha de nuestra ignorancia, de nuestra curiosidad y de nuestra
debilidad; y especialmente se aprovecha de ésta última cuando estamos de
capa caída y dejamos la puerta de nuestra alma abierta para que se nos
cuelen los malos pensamientos. Pasábamos horas y horas conversando de
lo mismo, y él se sumergía cada día que pasaba en una depresión y en una
desilusión de la vida. Pero a diferencia de mis depresiones, las suyas eran
depresiones sin esperanza. Yo siempre he visto mi tendencia a la
depresión como algo que viene y que va, y que no puedo caer en la
desesperación porque hay un Dios que me cuida. Tengo que considerar a
la melancolía y a la angustia como un freno que me protege de creerme lo
que no soy. Pero mi amigo no tenía el alegre consuelo que nos da la fe.
Fue cayendo poco a poco en el abandono de la carrera, ya no iba a clases
y finalmente se retiró. Nos vimos un par de veces después de que se fue.
Se quedó a alojar una vez en mi casa y luego se marchó y no volví a verlo.
Él estaba confundido vocacionalmente y llegó a eludirme. No quería
escucharme más, detestaba que yo lo llamara. Yo lo hacía porque quería
ayudarlo, pero no quiso y me cerró la puerta.

Cuando estábamos estudiando me hacía leer las poseías que


escribía. Pero en ese momento no me percaté del mensaje que me estaba
transmitiendo a través de su poesía y mi falta de visión le hizo comprender
que con mi amistad no sacaba provecho. Yo no logré ver lo que me estaba
pidiendo a gritos: quería que yo lo desenmascarara en su faceta más
360

profunda, en el dolor que acarreaba por la pérdida de la mujer amada. Yo


me quedé con el lado estético de la poesía y no lo pude ayudar a curar su
duelo amoroso porque no entendí el mensaje. Me estaba pidiendo que le
aconsejara, que le diera ánimos para encontrar a una mujer que le quisiera
tal como era y el muy tonto no lo comprendí. Cuando hablábamos por
teléfono, las escasas veces que logré ubicarlo, me hablaba de sus nuevas
amistades, de su trabajo y de que no sabía que iba a hacer con su vida, que
deseaba morirse a los veintisiete años. Para mí fue un buen amigo que
supo escucharme cuando yo necesitaba urgentemente que alguien que no
fuera de mi familia oyese mis penas…pero el problema era que él también
tenía las suyas y parecíamos como el ciego que guía a otro ciego. Tengo en
mi memoria un poema suyo que de alguna manera refleja el estado de
nuestras almas en esos años. Se titula Pasión y dice así:

“Existencia, fatalidad de ayer


que me acosas,
creencia, conciencia de hoy
que me sumes en arduo dolor,
¿No te das cuenta que sufro?
que mi llanto añejo
ya no crea el valor de acercarse
a las llamaradas de fuego,
que surgen desde el fondo de tus ojos,
y ellos ya no son los mismos.
Estoy solo, más solitario que nunca
y la compañía ya no me acompaña
como antes,
la soledad crece como la hierba
en medio de la azalea,
creciendo siempre
361

En desmedro de la flor nueva2.”

El tipo tenía un gran talento para escribir, mejor que el mío, muy
superior. No supe más de él hasta que varios años después, un día
navegando por internet coloqué su nombre para ver si salía algo y lo que
me salió fue el obituario con su nombre en un importante diario
capitalino que databa de siete años antes. Me impresionó mucho la noticia
de su fallecimiento. No supe de qué murió, ni cuándo. Desconozco si fue
en un accidente, o de alguna enfermedad, o asesinado, o por drogas, pero
creo tener la intuición de que se suicidó, (ojalá que me equivoque) ya que
no quería llegar a viejo, no quería envejecer y a sus treinta años
desapareció de la tierra para dejar como me decía él mismo, un cuerpo
joven, para que lo recordaran con una estampa de juventud. Tenía esa
obsesión de querer morirse joven. Espero que no haya fallecido de esa
manera, y que por la misericordia de Dios se haya salvado.

Esta triste historia que te he contado es para que veas que en


determinados momentos de la vida, nuestro Señor se encarga de ponerte
en el camino a tipos como yo que remueven conciencias, y que El en su
infinita bondad utiliza a los peores y más miserables como instrumentos
para atraer a las ovejas perdidas. Algunos acogen el llamado, otros lo
ignoran y lo rechazan cerrándose definitivamente a la acción de la gracia.
Él, mi amigo, se cerró y no tenía tampoco la voluntad de querer abrirse ni
cambiar. Además que yo tampoco fui muy convincente y es por ello que
me siento a veces con un grado de cargo de conciencia porque no supe
como mostrarle mejor la fe. Yo atravesaba en esos momentos por una
crisis enorme y mi mundo espiritual tambaleaba a causa de la depresión
que me provocaba la soledad. El mal ejemplo de los católicos hace que
muchos se alejen de la fe. Siento que no fui lo suficientemente persuasivo
para mostrar que la fe en Dios y su Amor por nosotros es lo que nos
permite enfrentar sin desfallecer la vida. No se puede convertir a nadie
cuando uno pretende por uno mismo hacerlo, sino que primero hay que
rezar y dejar que la gracia actúe a través nuestro. Uno puede servir de
instrumento, pero hay que dejárselo a Dios, hay que dar a conocer la

2
Versos escritos por don Cristián E. Montecinos Demarchi (r.i.p) amigo fugaz de tiempos remotos que ya no
está entre nosotros.
362

Verdad, eso es indudable, pero primero tenemos que ser conscientes de


que al final no depende de nosotros, sino que de Dios y de quien nos
escucha. Dios respeta la libertad de estas almas incluso para rechazarlo
porque quiere que nuestras acciones tengan carácter meritorio. Desde que
me enteré que había muerto, me propuse rezar por su salvación eterna
por el resto de mis días y lo he hecho sin cesar…como en Dios no hay
tiempo puede ser que por las dolidas oraciones de este amigo él se haya
salvado. Nadie sabe quién se salva y quien se condena por eso siempre
hay que rezar por nuestros deudos, por los pecadores, por los más
empedernidos pecadores, nadie sabe, nadie sabe… En ese presente ya
pasado puede ser que Dios haya tenido en consideración la futura oración
acongojada de un pobre hijo suyo que se apenaría mucho si supiera que
un amigo se ha condenado eternamente. No lo sé…lo sabré solamente
cuando yo muera.

_ Es una historia triste y lamento lo de su amigo. Yo he atendido al


llamado de Dios, no me he cerrado y le doy gracias por poner en mí un
corazón humilde para escuchar su voz. En mi casa nadie sabe que quiero
ser católico, lo llevo como un secreto amadísimo en mi corazón y si Dios
lo puso a usted en mi camino ahora es porque quiere que usted don
Matthew me bautice…usted, un instrumento de Dios

_ Hijo, yo no soy sacerdote.

_ Pero usted sabe que cualquiera puede bautizar…

_ En caso de necesidad Antonino.

_ ¿Y acaso este no es un caso de necesidad?...Mire lo que queda de


Iglesia. Me vengo a convertir a la Iglesia católica cuando casi ya no quedan
rastros de ella. Cristo prometió que no abandonaría a los suyos, pero no
dijo cuántos de los suyos quedarían y somos cada vez menos y más
ocultos. Dudo que pueda encontrar a un sacerdote que quiera bautizarme.
¿No le parece que la Providencia me toma como un hijo predilecto al
poner este deseo ardiente de sentirme cerca de Cristo al ponerlo a usted
en medio de este camino para que me conceda esta alegría?

_ Existe el bautismo de deseo.


363

_ Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo…

_ Veo que te has preparado bien. Antonino yo soy bien formal para mis
cosas y no es que quiera negarte el bautismo de agua. En tu corazón ya has
recibido el bautismo de deseo, eres un catecúmeno y si mueres en ese
estado Dios que conoce nuestras almas sabe que tu deseas ardientemente
recibir el bautismo de agua… – el gendarme bajó la cabeza y suspiró
lamentándose y Matthew pensándolo mejor puso su mano sobre la cabeza
de su custodio - Sabes chiquillo, tienes razón, estamos en caso de
necesidad: yo te voy a bautizar, pero tendremos que repasar un poquito el
catecismo y por supuesto tendrás que conseguirme agua y si esa agua
estuviera bendita y exorcizada…pero es mucho pedir.

La cara del joven Antonino se iluminó y abrazando a Matthew salió


contento de la celda ya que justo en ese momento llegó su compañero
reclamando porque estaba todo de par en par abierto.

Pasaron tres semanas. Thomas no había podido localizar a Carlos


Leví. Cada día iba al centro de detención y le gritaba a Matthew desde la
calle las noticias que tenía, todo en clave. Sabía que su hermano podía
escucharlo ya que Antonino se había acercado a él y lo había visitado
furtivamente en la residencial un par de veces. Para que no hubiera dudas
con respecto a su favoritismo con el prisionero, el trato que tenía con
Matthew era el mismo que se le daba a cualquier reo, excepto por las
conversaciones largas que tenían en las noches que quedaba de guardia.

Matthew apenas había comido en esas tres semanas y medias, y


estaba muy débil. Se agarró un fuerte resfriado que le tenía tosiendo una y
otra vez acompañado de algo de fiebre, pero su ánimo
relativamenteestaba bien. Las charlas sobre el catecismo que le daba a
Antonino no sólo habían preparado al muchacho, sino que le sirvieron a
él mismo para reafirmar su fe y para sentirse privilegiado de estar
padeciendo por su Señor y por su Iglesia. Los tormentos que este mundo
le da no tienen comparación con los que podría recibir en el lugar de los
tormentos eternos. Su prisión y sus sufrimientos en este mundo tenían que
purificar su alma y sumarse a la Pasión de nuestro Señor. Estaba alegre
además porque furtivamente había recibido una carta de Ángeles que
guardaba debajo de unos harapos para que no la descubrieran. La carta le
364

había llenado de esperanza, pues en ella contaba que Matthew H. estaba


mucho más tranquilo y contento de que su hermano hubiera vuelto, pero
a veces andaba un poco taciturno. En general todos en el sur estaban ya
acostumbrados a su nueva vida, a tal punto que Sean y Rosario esperaban
un nuevo hijo.

Llegó el día de su cumpleaños, el número cuarenta y dos, y


Antonino había ido a verlo temprano para felicitarle y traerle los saludos
de su hijo y de su hermano. Iban a aprovechar ese día para bautizar a
Antonino cuando Muñoz saliera a hacer sus habituales trámites y el
muchacho estaba impaciente. Matthew se notaba alegre, se sentía mal
físicamente, pero su alma había crecido y a pesar del miedo que
constantemente lo embargaba, pedía a Dios postrado en tierra frente a la
cruz de la pared que le diera fortaleza y perseverancia para no desfallecer
y traicionarlo.

Sin embargo el cabo Muñoz algo se tenía entre manos para humillar
al prisionero y la ocasión ocurrió trágicamente ese mismo día. Le había
tocado asistir a una redada para atrapar a los rebeldes en medio de una
Santa Misa que clandestinamente había dicho un sacerdote en un campo
a un pequeño grupo de fieles que al verse rodeado por los mercenarios al
que pertenecía Muñoz en sus ratos libres, arrancó en todas direcciones
perdiéndose en medio de los viñedos que rodeaban al pequeño altar
improvisado. El descaro de los mercenarios fue tal, que esperaron hasta
que la misa estuviera terminando para lanzarse sobre las gentes y atrapar al
sacerdote que desesperadamente trató de proteger del sacrilegio las
formas consagradas comiéndolas apresuradamente lo que le valió un tiro
en el pecho que lo mató inmediatamente. Muñoz de una patada lo volteó
en el suelo y le arrebató la última hostia que le quedaba al sacerdote en su
mano y se la guardó en el bolsillo dentro de un pañuelo.

Ese día llegó más alegre que nunca. No le hizo ningún comentario
desagradable a Antonino ni le contó lo que había sucedido en su día libre,
limitándose a decir que lo había pasado muy bien. Le pidió a Antonino
que fuera a hacer un par de tareas menores al jardín y él se dirigió a la
celda donde Matthew trataba de dormir a pesar de la fatiga y de la
persistente tos que lo despertaba a cada instante.
365

El guardia abrió la celda y entró en ella con estrépito. Matthew se


levantó apenas de su cama y desnudo en posición firme se quedó
esperando a que lo revisaran tal como era la rutina. El pelo le había
crecido y lucía unas pelusitas en su cabeza, pero estaba desfigurado y casi
famélico. Si Ángeles lo hubiera visto en ese momento no lo habría
reconocido y si lo hubiera hecho se habría largado a llorar por el estado
de miseria en que se encontraba su amado.

_ Mansfield, Mansfield…¡qué porfiado es usted! – le decía mientras se


paseaba alrededor de Matthew, quien le pidió que por favor lo dejara
sentarse ya que se sentía enfermo – No señor, nada de sentarse, sea
consecuente hasta el final. Le tengo una sorpresita…Ayer en la tarde a la
hora que usted llama vísperas fuimos a cazar rebeldes y nos encontramos
con un cura… - Matthew levantó la cabeza y le quedó mirando con
atención – un cura idiota al que rematamos después de que hiciera su acto
de traición a la nueva religión haciendo una vez más el cuentecito
histriónico de su misa. Y yo me acordé de usted y le traje un bocadito. –
Muñoz sacó de su bolsillo un pañuelo blanco y desde él extrajo la Sagrada
Forma consagrada la que tomó con desprecio. - Mire…un pancito.

_ ¿Está consagrada? – pregunto Matthew sin sacar los ojos de la hostia que
el guardia agitaba en el aire como un pequeño abanico.

_ Claro que está consagrada, a ver si me la quita de las manos y se la echa


a la boca el supersticioso tragahostias.

Matthew cayó de rodillas con sus manos juntas en adoración al


Santísimo Sacramento que le visitaba de una manera absolutamente
inusual y extraordinaria, valiéndose por un lado del sacrificio de un
sacerdote y por otro de la maldad de un hombre cuyo odio a la religión
brotaba de sus ojos ostensiblemente. Esta actitud suya de golpearse el
pecho diciendo una y otra vez: Domine, non sum dignus ut intres sub
tectum meum, sed tantum dic verbo, et sanabitur anima mea, sirvió para
que el guardia se enfureciera y arrojara la Santa Forma al suelo y en el
momento en que iba a pisotearla Matthew con una fuerza y agilidad que
saco desde lo más profundo de su ser, se lanzó al suelo y con la lengua
tomó la hostia quedando de rodillas después de haber comulgado. Muñoz
desesperado por haber perdido la oportunidad de profanarla agarró a
366

Matthew y lo sacudió abofeteándolo para que la escupiera, pero el preso


estaba absorto en su rezo, en acción de gracias. Muñoz lo lanzó al suelo en
vista a que era imposible abrirle la boca y sacando su bastón retráctil del
cinturón, lo golpeó en la cara haciendo que se le produjera un corte
profundo que le abrió una de sus mejillas comenzando a sangrar
copiosamente. Matthew se revolcó de dolor en el suelo; el cabo comenzó
a golpearlo con rabia una y otra vez con el bastón en la espalda, sin que
Matthew siquiera gritara. Solamente se cubrió con sus brazos en la cabeza
en posición fetal tratando de esquivar los golpes, pero el guardia se
ensañaba más y más gritándole que iba a matarlo. Finalmente Matthew no
pudo resistir la dureza de los golpes, y se desmayó, quedando tendido de
boca junto a la acequia en el preciso momento en que Antonino alarmado
por el sonido de los golpes y por los gritos de su compañero llegó para
detener la golpiza. Corrió hacia donde se encontraba el cuerpo inerte de
Matthew. Parecía estar muerto. Lo volteó y lo atrajo hacia su pecho,
colocó su mano sobre la herida que seguía sangrando y con los ojos llenos
de ira le recriminó a su compañero lo que había hecho.

_ ¡Lo mataste Muñoz! ¡Lo mataste! ¡Mataste al prisionero! ¿Qué has


hecho pedazo de cretino? Lárgate, lárgate. ¿Qué vamos a hacer ahora?
¿Por qué lo mataste? Mira como lo dejaste… ¿qué puedo hacer?...Don
Matthew, don Matthew por favor, responda, don Matthew… ¡Oh Dios
mío, sálvalo…!

Antonino tomó a Matthew y lo acostó en la cama de cemento. Le


tomó el pulso y a pesar de toda la horrible golpiza seguía con vida y con su
corazón latiendo agitado, pero normal. Corrió a buscar agua y un equipo
de primeros auxilios y logró controlar la hemorragia de la cara con una
sutura plástica. La espalda la tenía llena de hematomas y seguía
inconsciente. Los dedos de las manos estaban muy mal heridos también.
Una vez que lo hubo curado y lavado, le sacó fotos con su celular a la
espalda y a la cara que se le había hinchado a tal punto que estaba
desfigurada. Debía denunciar a su compañero al gobernador. Les estaba
prohibido golpear a los prisioneros y Muñoz se había ensañado con él.
Las fotos además, debía mostrárselas a Thomas y a Ian, no podía
ocultarles lo sucedido y les servirían para apresurar la causa de la libertad
de Matthew. No les había querido en todo ese tiempo mostrar el estado
en que se encontraba su pariente a fin de no angustiarlos más, pero esto
367

era el colmo y debían conocer la valentía y la paciencia con que este


familiar suyo soportaba el sufrimiento y la humillación. Se tenían noticias
de que Leví volvía en un par de días y confiaba que su prisionero no
moriría y que se recuperaría.

El agresor no volvió por la celda en todo el día, y Antonino se


quedó esa tarde cuidando a Matthew. Pasaron varias horas antes de que
recuperara algo la conciencia, pero no despertó lúcido. La temperatura le
había subido y la fiebre se había apoderado de su cuerpo.

_ Ángeles, Ángeles, abrázame mi vida linda…Ángeles,


ayúdame…ayúdame. – Llamaba una y otra vez a su mujer con los ojos
abiertos moviéndolos para un lado y para el otro descontrolados sin poder
fijar su vista en nada diciendo incoherencias de recuerdos pasados.

_ Don Matthew soy yo, Nino….

_ Dominic, Dominguito, Dominic…no seas como yo, no seas como yo…-


Antonino no sabía qué hacer. El cuerpo de Matthew ardía de fiebre y se
notaba que estaba tremendamente incómodo a causa de la golpiza en la
espalda que tenía completamente morada. El muchacho le tomó una de
sus manos para calmar la desesperación del herido y con la otra sostenía
una toalla empapada con agua fría en la frente, intentando bajar su
temperatura. No podía llamar a ningún médico. Estos presos estaban
destinados a firmar o a desaparecer y sabía que necesitaba antibióticos y
antiinflamatorios. Si seguía sin atención corría el riesgo de morir y no iba a
permitir que eso pasara. El padre Agustín había muerto en ese mismo
lugar en condiciones similares y esta vez no iba a omitir. Llamó desde la
celda sin dejar a Matthew, quien deliraba y se quejaba penosamente, a su
madre para que le consiguiera los medicamentos a como diera lugar en el
consultorio donde ella trabajaba. Ella no entendía esta obsesión de su hijo
por este prisionero y para no hacerlo sufrir por lo angustiado que se oía al
teléfono envió a una enfermera a la cárcel con los medicamentos que
Matthew necesitaba. Le fue aplicado un verdadero cocktail de drogas que
le ayudaron a calmar el dolor, a bajar la fiebre y a deshinchar su cara y su
espalda. El turno de Antonio terminaba a las ocho, pero quiso quedarse a
cuidar a Matthew en su celda. Trajo una silla y se quedó parte de la noche
a su lado.
368

A medianoche Matthew despertó bastante más recuperado. La


fiebre comenzaba a ceder, pero él aún estaba choqueado. Vio que a su
lado estaba el muchacho dormitando, la puerta estaba abierta y la luz del
pasillo alumbrada relativamente bien su celda. Se tocó la cara y se palpó la
herida, su rostro estaba inflamado y la dureza de la piedra donde estaba
recostado hacía que los moretones de la espalda dolieran más. Comenzó a
quejarse y esto despertó a Antonino que se arrodilló a su lado tomando su
mano.

_ Profesor Mansfield, ¿cómo se siente?

_ Nino…perdóname, no pude bautizarte, estoy enfermo.

_ Don Matthew, ¡qué dice! No me pida disculpas, mi compañero lo dejó


en mal estado, pero esto no se va a quedar así. – Matthew suspiró y
apretándole la mano a su custodio cerró los ojos y recitó un salmo en
latín.

_ Fac mecum signum in bonum, ut videant qui oderunt me et


confundantur: quoniam tu, Domine, adjuvisti me et consolatus es me.

_ No le entiendo, no sé en qué idioma me habla profesor…¿podría


traducirme lo que dijo? Suena hermoso.

_ Es latín… El latín es el idioma de la Iglesia, de los grandes padres de la


Iglesia, de las más bellas oraciones; el idioma de Cicerón y de Virgilio y
ahora el idioma más odiado del gobierno mundial. Lo que acabo de rezar
es un salmo que siempre rezo antes de la misa y dice algo así como:
Muéstrame alguna señal de tu favor, para que viéndola los que me odian,
queden avergonzados; por cuanto Tú, Señor, me has ayudado y me has
consolado. El Señor me ha visitado con su Presencia Real para escándalo
de tu compañero; me ha mostrado la señal de que está conmigo y que no
me ha abandonado…Las circunstancias fueron dolorosas: El arrojado al
suelo como un pedazo de pan para ser profanado y yo que no soy digno
de tomarlo con mis manos, lo tomé del suelo con mi lengua para evitar
que fuera pisoteado como una basura. Y a pesar de que no alcancé a
hacer una acción de gracias bien rezada debido a que me estaban
golpeando fue el mejor regalo que nuestro Señor me envió para mi
369

cumpleaños: a El mismo. Yo no estoy seguro de poder corresponderle a


causa de mis debilidades y de mi inmensa cobardía…O salutaris hostia,
quaes caeli pandis ostium bella premunt hostilia, da robur, fer
auxilium….¡Oh Hostia de salvación que abres la puerta del cielo! Las
guerras arrecian hostiles; danos fortaleza, préstanos auxilio…. Mi guerra
interna, la guerra externa; rodeado por mis propias tentaciones y sitiado
por el enemigo que me asfixia físicamente. Soy un traidor Nino, buen
muchacho, soy un traidor que teniendo a Cristo en mis entrañas voy y me
dejo vencer por el miedo a los golpes.

_ ¿Se puede saber de qué me está hablando don Matthew? O soy muy
ignorante o me perdí de algo.

_ Cuando tu compañero me estaba golpeando, le dije que ya no me


golpeara, que iba a firmar y a chipearme. Sentí que me moría… y me llené
de pánico Me dolió el corazón y cuando me duele así me desespero
porque escapa a mi control, produciéndome una angustia aterradora. La
angustia que produce un infarto es…es lo más terrorífico que te puede
pasar. Creí que me estaba infartando nuevamente. Contemplé a Muñoz
con sus ojos llenos de odio, no había ni una gota de compasión, ni una
pizca de amor. El odio era su motor y disfrutó haciéndome sufrir. Nunca
en mi vida había contemplado al mal físicamente, no como un concepto
abstracto, sino que como mal presente materialmente. Y entonces me
llené de miedo porque pensé que iba a matarme y no me encuentro
preparado. Pero entiéndeme bien, mi temor no es a la muerte, sino a su
trance. Mi mejor amigo una vez me dijo que le daba miedo precisamente
ese momento. Yo no lo entendí y me parecía extraño que lo dijera, sin
embargo habiendo estado tan cerca de la muerte tantas veces lo
comprendí. Soy un cobarde, un maldito caído.

_ Es mentira, me está mintiendo, él no lo hubiera seguido golpeando y lo


habría chipeado, y ya estaría libre.

_ Entonces no me escuchó…¡ay Dios me siento un traidor miserable,


indigno de haber sido visitado por El, porque le he traicionado!

_ Yo creo que usted lo pensó, pero no lo dijo. Estaba en medio de una


golpiza feroz, con fiebre, con frio y hambre, y se le pasó por la mente la
370

idea de ceder, pero no lo dijo ni lo hizo. La comunión que recibió le


sirvió para a través de sus gracias, obtener la gracia de que su boca no
dijera lo que pensaba porque Dios conoce nuestras debilidades y nos
blinda, por así decirlo, en los momentos en que no actuamos como
nosotros mismos para protegernos de hacer el mal que no queremos de
verdad hacer.

_ Cuando es violentada la voluntad…cuando la voluntad es coartada por la


fuerza de la violencia no hay ejercicio de la libertad. Pero aun así me
siento culpable y me doy pena y asco. ¿Qué hubiera pasado si me hubiera
escuchado? No quiero ni pensarlo. Todo lo que he defendido y creído,
todo lo que he amado y que me ha conducido hasta aquí se habría ido por
la borda…Fui probado con el dolor físico y me llené de pánico. Creía que
toleraba bien el dolor y no es así, no es así, soy un cobarde…. –Matthew se
agitó y se sentó recordando que debía bautizar al gendarme - Antonino,
quiero que me traigas agua, para bautizarte inmediatamente. No sé si
pueda sobrevivir. Siento que me estoy muriendo. Es una buena hora ya
que no hay ruidos ni movimiento. Soy un canalla, pero de todas formas
Dios se ha servido del más indigno para conferirte el bautismo. ¿Estás
consciente de lo que me pides? ¿Crees realmente todo lo que profesa la fe
católica, apostólica y romana? ¿Quieres recibir libremente el bautismo?
¿Lo quieres Antonino, de verdad lo quieres? – Matthew le tomó las
manos juntas al muchacho y se las llevó a sus labios, besándoselas con
cariño y agradecimiento por todo lo que había hecho por él durante lo
que llevaba encerrado. Antonino respondió afirmativamente y lleno de
emoción a las preguntas de Matthew que también estaba embargado de
una extraña mezcla de sentimientos y emociones contrapuestas, al sentirse
alegre por el muchacho y la fe con que recibía el bautismo en esas
condiciones tan especiales, y por otro lado la de sentirse en el abismo sin
tener razón.

No había dicho nada cuando lo estaban golpeando. Seguía


encerrado en esa cárcel. Lo que pasó por su mente fue una tentación,
nada más que una tentación que nunca llegó a consumarse. Sin embargo,
dada la tendencia de Matthew a los escrúpulos se le vino literalmente el
mundo abajo, solamente por el hecho de tener la idea de ceder a lo que
querían obligarlo. No se perdonaba a sí mismo ni siquiera el hecho de
haberle pasado por la cabeza la idea de firmar y la frustración que sentía
371

era enorme. Equivocado estaba este hombre al creer que su voluntarismo


y su convicción de sentirse fuerte en la fe era lo que lo protegía. Si bien
repetía una y otra vez: “Señor sin ti no soy nada y no puedo hacer nada”,
también se llenaba de presunción al creerse lo suficientemente fuerte para
sobrepasar cualquier dificultad que se le pusiera por delante, y cuando se
veía sobrepasado y caído, el bochorno interno le nublaba la mente.

Antonino trajo un recipiente lleno de agua y uno vacío para recibir


el agua de su cabeza. Ayudó a Matthew a sentarse, y se arrodilló enfrente
de él. Afuera en la calle sólo se sentían pasar los vehículos que venía de
regreso de las largas vacaciones de fiestas patrias y el viento que soplaba
desde el sur. Matthew se cubrió con la manta lo mejor que pudo para
tapar su desnudez arropando hasta su cabeza de modo que sólo se le veía
el rostro. Estaba adolorido por todos lados, su cara seguía hinchada y la
herida le abarcaba gran parte del rosto. Iba a quedar con una enorme
cicatriz, como si le hubiesen cortado con un sable. La fiebre había cedido,
pero seguía con una tos seca que no le dejaba descansar.

_ Desconozco el ritual de bautismo de los catecúmenos y el agua no está


exorcizada, pero dadas las circunstancias y tu gran fe vamos a proceder.
De todas formas no soy sacerdote y no me compete repetir las rúbricas,
simplemente te bautizaré al modo que lo podría hacer cualquier mortal en
este especial escenario. Antonino, yo te bautizo en el nombre del Padre –
dejó caer un chorrito de agua en la cabeza de Antonino corriéndole por la
frente– del Hijo – otro chorrito – y del Espíritu Santo – el último hilito de
agua cayó en la fuente que el muchacho tenía en sus manos que le
temblaban nerviosamente. Se produjo un silencio sepulcral y la celda se
llenó de una misteriosa paz que hasta ese día nunca Antonino había
experimentado. – Felicitaciones Nino, ahora eres un católico romano que
ha borrado su pecado original y participarás de la vida divina. Si tienes la
ocasión y consigues contactarte con un sacerdote, cuéntale lo que
acabamos de hacer y dile que te complete la ceremonia, especialmente
con los exorcismos…Ayúdame a recostarme. No sé cómo ponerme para
que no me duela la espalda. Vete a tu casa, necesitas descansar. Yo voy a
estar bien, no te preocupes…déjame a solas hijo que lo necesito.
372

_ ¿Está seguro que quiere que lo deje solo? Lo noto medio decaído.
Quédese tranquilo y contento por lo que acaba de hacer por mí. Podría
atropellarme un camión ahora…

_ No digas tonteras chiquillo, vete en paz, y felicitaciones. Pídele a Dios


que te conserve siempre tan limpio de pecado como lo estás ahora. Los
demonios nos tientan a cada rato y la gracia sólo puede actuar si la
pedimos. Si yo no pido a Dios que me sostenga en la batalla, Él no va a
hacerlo porque quiere que nosotros se lo pidamos. Por eso es que
siempre hay que estar pidiendo y pidiendo como el amigo inoportuno, la
gracia para resistir el combate. Hijito tienes que estar atento, no descuidar
la oración. Escuché cierta vez que el que ora se salva. El mundo será una
permanente tentación y ya que no puedes apartarte de él por las
circunstancias en las que te encuentras: por tu trabajo, que podrás realizar
como un magnífico medio para practicar la caridad; por tu familia y tus
deberes para con ella; deberás estar siempre en alerta velando para que el
mundo, el demonio y la carne no te cojan y te arrastren. La vigila va
acompañada de la oración, de la meditación. Cultiva el espíritu con el
poco de material que tienes, lee el Evangelio y medita sus enseñanzas:
¿me estoy asimilando a Cristo en lo que hago? Eso debes tenerlo siempre
presente. Orad sin cesar dice el Apóstol como aquel peregrino ruso, cuya
historia te relaté hace unos días: Señor ten piedad de mí que soy un
pecador. Esa simple oración hazla viva en ti para que no sea sólo una
mera frase, sino para que se transforme en un modo de vida por todo lo
que ella significa: ya que yo no soy nada sin ti mi Dios y Señor, ya que soy
un gusano pecador que se arrastra en medio de la lucha entre el bien y el
mal, Tú ayúdame porque de lo contrario mis debilidades y mis tendencias
me arrojarán a la gehena eterna. En la medida en que te fundas en la
dulce faz de Cristo y te asimiles a Él, entonces los embates del mundo
serán más llevaderos y rebotarán contra el blindaje que nos da la oración.
Velad y orad, velad y orad. Somos débiles, demasiado débiles y solos no
podemos, ya ves lo que ha pasado con este cobarde que se creyó que se la
podía sólo, y me he quedado abatido, se hunde mi alma y se derriba mi
cuerpo.

Matthew santiguó en la frente a Nino del mismo modo como lo


hacía con sus hijos cuando estos se acostaban a dormir, y le hizo luego un
gesto para que se fuera, mientras se tapaba hasta las orejas con la manta.
373

El gendarme lo miró preocupado porque Matthew estaba actuando de un


modo anómalo, pero lo que desconocía era que su prisionero estaba
cayendo en una de sus infaltables desazones y que quería estar a solas
consigo mismo para hacer su acostumbrada “caída en picada”, o sea, “si
me tengo que deprimir a causa de mi estupidez, debo deprimirme y
angustiarme hasta que me duela y mis lágrimas corran para que libre de
mi propia persona deje actuar al Único que puede consolar mi alma y
puede comprender lo que sufro porque me conoce mejor de lo que yo
mismo me conozco”.

¿Quién puede comprender lo que pasa por la mente de un hombre


que siente que ha traicionado lo más sagrado que tiene en su alma?
Matthew se sentía traidor y su alma estaba completamente compungida.
Sin el consuelo de su amada Ángeles que lo comprendía y levantaba
cuando experimentaba estos pesares; sin poder recurrir al confesionario
en busca del perdón y del consejo de su hermano sacerdote advertía que
sus fuerzas lo habían abandonado. Estaba desanimado y se sentía
completamente incapaz de continuar luchando.

Pudo dormir un par de horas y a eso de las cinco de la mañana


agobiado se levantó y arrastrándose hasta un rincón se dejó caer en el
suelo. Estiró sus piernas y se apoyó suavemente en la pared, afirmando su
cabeza en la muralla contraria. Abrió los ojos, pero todo estaba en
penumbras a excepción de un rayito de luz que se colaba por la diminuta
ventana de la puerta que era utilizada para observar a los presos desde
fuera. Estaba harto de estar ahí, estaba harto de sentirse miserable, sucio y
traidor. No podía dejar de pensar en lo indigno que se sentía. Colocó su
mano sobre el marcapasos y se lo apretó hasta que le dolió. Luego le dio
duros golpes a la pared con su cabeza.

“Sigo aquí sufriendo este oprobio por causa de Cristo. ¿Seré yo


acaso digno de siquiera pensar que estoy sufriendo por Él? Dios castiga a
quien ama, si Cristo sufrió en la cruz por nuestros pecados, siendo
inocente, ¿de qué me quejo yo? Le he dicho a Nino que debe procurar
asimilarse al rostro de Cristo, al sufriente rostro de Cristo debí
decirle…pero yo no me siento digno de padecer por Él. Creo que soy más
que bueno para hablar de las cosas profundas que para padecer por ellas.
Muy bueno para predicar sobre le fe a quien quiera escuchar, con
374

palabras que pueden ser muy bonitas, muy enaltecedoras que sin
embargo, carecen de sustancia cuando el que las habla no es capaz de
ponerlas en práctica. Maldito traidor. Me asusta pensar a lo que puedo
llegar por evitar sufrir. ¿Y si esto me pasa de nuevo? Mis labios no se
abrieron a causa de una gracia especial que Cristo con su presencia me
otorgó, pero si no, voy a entregarme, a suplicar que dejen de pegarme
para salvar mi pellejo, estas carnes que algún día van a pudrirse de todas
formas. No tengo ánimo para nada, lo único que me queda es quedarme
aquí tirado, ¿qué más podría hacer ahora? Me encantaría poder romper el
muro con la cabeza y hacerla saltar en pedazos para acabar con esta
historia de una buena vez, pero no puedo…soy incapaz de atentar contra
mi propia vida. Porque – a pesar de todo – prefiero soportar mi incómoda
e cargante persona antes de arder en el infierno por un acto de
desesperación. No he dicho nada que me condene, objetivamente
hablando, pero el sólo hecho de haberlo pensado me tiene asustado,
asustado de mí mismo. ¡Qué fácil resulta hablar cuando no se está con la
soga al cuello! No puedo cumplir mis propios consejos. Mi debilidad me
da miedo y sólo me resta apoyar mi cabeza en el pecho de mi Señor.
Señor Jesús, ten piedad de mí que estoy tan necesitado de tu consuelo, de
tu gracia, de tu compañía. Muero cada día un poco más en esta cárcel,
alejado de lo que más amo en este mundo: mi Ángeles que ha de estar
sufriendo enormemente. Como lo estaría yo si supiera que ella está
pasando por esto. Estaría vuelto loco, tiritando con el alma en vilo sin
poder hacer nada más que encomendarme a Su misericordia.

Hablo y hablo y me lleno la boca, y no soy capaz de poner en


práctica lo que predico y sin embargo….no, no, me estoy volviendo loco,
sin embargo mi conciencia no me acusa de nada…no hice nada, pero,
¿por qué me siento tan mal? Menos mal que no seré mi juez y que será
mi Señor quien me juzgue, de lo contrario no sabría para dónde tirar esta
alma tan inútil. ¿Qué irá a ser de mí ahora? Uno de mis custodios, mi
agresor ya no se atreve a verme, puso en peligro su trabajo. Y me cuenta
Nino que el gobernador es nada menos que mi viejo Carlitos. ¿Querrá
sacarme de aquí después de esa triste discusión que tuvimos hace ya unos
doce años y que casi apaga nuestra amistad de toda una vida? Tengo
mucho dolor en la espalda y la mejilla me arde. Creo estar irreconocible y
el sueño me está venciendo nuevamente.”
375

Matthew se quedó dormido con su cabeza apoyada en la pared. A


mediodía se sintió en el pasillo un fuerte bullicio, una discusión y el golpe
de tacos de botas militares en posición firme que evidenciaban la
presencia de una autoridad en el recinto. De pronto la puerta de la celda
de Matthew se abrió y se escuchó la estruendosa voz de uno de los
gendarmes ordenándole ponerse de pie. Pero el prisionero estaba tan
rendido que no escuchó nada.

_ Déjelo, déjelo Garrido, yo me acercaré a él. - Era nada menos que


Carlos Leví y detrás de él Antonino que venía a ver a su amigo. Leví
colocó su mano sobre su nariz para tapar un poco el hedor que provenía
de la asquerosa acequia. En el fondo de la celda, en la esquina seguía
dormitando el hombre que no se había percatado de todo el bullicio.

El gobernador era un cargo de grandísima importancia. Ya no tenía


que ver con la supervisión de los municipios ni con otras tareas que
constitucionalmente se les encargaba, sino que era un representante del
Gobierno Mundial en cada provincia para controlar que los acuerdos que
el gobierno nacional había firmado se cumplieran a cabalidad, y una de
estas misiones era la de estar a cargo de las cárceles habilitadas para todos
aquellos que se negaban a firmar. Leví siempre había desempeñado su
cargo con ecuanimidad, y lo que más detestaba era supervisar la cárcel.
No tenía estómago para eso y ver a su antiguo amigo en esas condiciones
lo conmovió completamente. Matthew, el siempre pulcro y gentil hombre,
tan educado, de buenas maneras, formal e impecable en su vestir, aunque
siempre con sus mismas antiguas pero cuidadas ropas estaba ahí tendido
en un suelo mugriento, tapado con una manta igual de sucia, desnutrido,
con su barba descuidada y el rostro sucio, hinchado y con una herida que
le atravesaba desde la boca hasta la oreja. Uno de los mejores violinistas
que había escuchado en su vida, estaba con sus dedos tullidos y morados
por el frío y por los golpes del bastón.

Leví dobló una de sus rodillas y se hincó a su lado. Matthew


respiraba hondo y se le sentía el pecho lleno de flemas. Carlos levantó la
cabeza y miró a Nino moviéndola en señal de desaprobación.
376

_ Ustedes saben que no les pueden pegar a los prisioneros. Está en muy
malas condiciones…Matthew – le dijo moviéndolo con suavidad –
Matthew despierta, soy yo Carlos Leví.
Matthew abrió los ojos y le quedó mirando con los ojos aún medios
somnolientos. Le costó fijar la vista ya que estaba muy encandilado. Leví
le tomó una mano y se la apretó.

_ Voy a sacarte de aquí amigo, no es posible tolerar lo que te han hecho y


yo ya estoy harto de todo esto. La Ángeles no me perdonaría nunca si no
te sacara de aquí, y a tu señora no hay que hacerla enojar…

Matthew le miró con tristeza, luego levantó la vista y vio a Antonino


que traía su ropa en una bolsa transparente. Mansfield bajó la cabeza,
puso su mano sobre la de Leví y le habló pausadamente.

_ Carlitos, me habían dicho que eras tú el gobernador. Gracias, gracias


por tomarte le tiempo y preocuparte por mí, pero tú trabajas para ellos y
eres parte de su mundo. Te conozco desde hace treinta años y nunca nos
hemos puesto de acuerdo con respecto a la simpatía que tienes por el
gobierno mundial y el sionismo, y creo que jamás lo haremos…

_ No lo creas, y no me juzgues por lo que he sido. Tú sabes que siempre


te he tenido un gran aprecio, y si nos distanciamos un poco fue porque no
nos entendíamos y estábamos hablando un lenguaje que ninguno de los
dos comprendía, un diálogo de sordos. Tu obsesión por convertirme.

_ Yo no hablaría de una obsesión, yo no puedo obligarte a creer porque


además es un don de Dios. Pero cuando uno ha visto la Verdad, quiere
transmitirla. No podía quedarme callado…ahora sí es tiempo de callar
para mí. Había algo en mi cabeza, en mi corazón que ardía de pasión por
transmitir lo que yo había visto...lo que yo había conocido, lo que se me
había confiado como un tesoro. No podía callar, no podía dejar de
entregar lo que a mí gratuitamente y sin mérito alguno me había sido
revelado. He dicho lo que debía decir y ya mi tiempo ha pasado. Para mí
ha llegado el momento de plantarme frente a Dios y tratar de contemplar
sus misterios. Ya pasó el momento de hacer apologías, ha llegado el
momento de la Iglesia doméstica, de la reflexión interna y de la
preparación del juicio. No tengo fuerza para caminar, apenas puedo
377

respirar, mi corazón está exhausto y dada mi cobardía es mejor que me


quede aquí esperando a que Dios se ampare de mí y me lleve con Él.
_ Sigues igual, con esa terrible cosa de querer morirte. Nunca te has
adaptado a la vida, y ese ha sido tu martirio. Pero mira, Dios te da otra
oportunidad, te pide que des testimonio con tu vida eso que has
predicado siempre. Podrás dedicarte a contemplar, pero decididamente
este sitio no es el lugar adecuado. Dame el ejemplo, y levántate. Ponte de
pie Mansfield que yo te voy a sacar de aquí.

_ ¿Qué querrá Carlos, la Divina Providencia de mí? ¿Cómo es que a


pesar de todo lo que me ha pasado sigo con vida? Estoy enfermo del
corazón, me han apaleado, me la paso enfermo de una cosa o de otra, es
para que me hubiera muerto qué rato y sigo como un gato de siete
vidas…sabiendo que detesto este mundo y que sólo quiero
descansar…¿qué más me falta? Lo he perdido casi todo, excepto a mi
familia. Me despojaron de mi trabajo, de mi casa, de mi apacible vida
hogareña…. Sólo Dios lo sabe y es lo que importa. Debo aprender a
asimilar esa verdad. En cuanto a lo que pase conmigo, Carlos, no te
expongas por mí.

Dicho eso y colmando la paciencia del gobernador, éste tomó a


Matthew de ambos brazos y lo puso de pie, ante las quejas de su amigo
que se sacudía de dolor. Antonino lo ayudó a caminar hasta el baño de los
gendarmes. El encierro de casi un mes había hecho merma en Matthew
que estaba tullido, encorvado y la vista le dolía con la luz. Se metió en la
ducha caliente y se quedó quieto, con sus ojos cerrados sintiendo el agua
correr por su cuerpo. Una sensación de bienestar recorrió su maltratado
cuerpo, como dándole una tregua al dolor…y se largó a llorar bajo el agua
agradecido con Dios por concederle la libertad.

Antonino le trajo los utensilios para afeitarse, cosa que le costó


bastante por la herida. Se puso sus ropas con las cuales fue detenido, pero
ésta le quedaba suelta. La mirada de Matthew estaba completamente
cambiada. Era una mirada sufrida, más penetrante que antes, llena de
compasión, de introspección que cortaba a cualquiera que lo mirara
detenidamente. Matthew estaba en el mundo, pero su alma estaba deseosa
de salir de él. Ya nada, ningún amor humano era capaz de llenar el vacío
que sentía en su alma. Buscaba y buscaba a Dios una y otra vez: Jesús,
378

dulce Jesús mío, tu todo lo puedes, en ti confío, era la plegaria que repetía
una y otra vez en su interior, pero debía afrontar todavía más pruebas. Y la
gran prueba que le esperaba era la de experimentar la sequedad y la
agonía de verse abandonado por Dios en tiempos turbulentos donde
abundaba la oscuridad.

En el mundo a pesar de vivir en un permanente estado de fiesta y de


jolgorio, se percibía un ambiente sofocado creado por una paz impuesta y
aparente. Nadie se atrevía a hablar acerca de esto y se prefería seguir
dándole para adelante como si nada ocurriese con las persecuciones
disfrazadas a los fieles cristianos. Muchos habían apostatado temiendo ser
aniquilados. Habían fuertes rumores de levantamientos provenientes del
mundo musulmán, que no aceptaban que se le impusiera esta nueva
religión que tenía por cabeza a un apóstata antipapa católico. Los ruidos
de sables rugían en Europa. La conquista por el vientre que se había
proyectado por parte del islam daba frutos y faltaba tan sólo el zarpazo
final que traería aparejada una gran guerra religiosa y que serviría de
excusa para que del oriente vinieran invasiones de hordas que terminarían
subyugando a Europa y con ella al mundo entero. Pensar así era una
locura. Nadie daba crédito a estas profecías que decía procedían de
mentes afiebradas del fanatismo religioso. Todtschläger desmentía todos
estos rumores, arguyendo que él iba a cuidar al mundo de una nueva
guerra porque buscaba el bien de la humanidad. Lo que ignoraban era
que su famoso líder estaba detrás de todas las maquinaciones que se
pudieran pensar poniendo a unos en contra de otros con una hipocresía
abismante, armando conflictos donde podía. Tenía detrás de sí un
poderoso respaldo económico que venía de las logias y del sionismo que
se habían conjurado para destruir a la humanidad y a la religión.

El mismo día en que Carlos había llegado de Israel, Thomas que lo


esperaba en la gobernación día tras día, lo encaró apenas lo vio llegar
suplicándole que antes de hacer cualquier otra cosa fuera a sacar a su
hermano de la cárcel ya que se encontraba muy enfermo y temía que
muriera tras las rejas sin haber cometido otro crimen más que negarse a
chipear. Carlos estaba sorprendido y le fue muy grato el encuentro con
Thomas en el cual aprovecho de volver a encontrarse con Ian, al que no
veía desde que era niño. Hacía varios años que no veía a los Mansfield y el
recuerdo de lejanas alegrías pasó por su mente. Les tenía en gran estima,
379

especialmente a Matthew, pero no soportaba que éste estuviera una y otra


vez con el tema religioso que significó al final el quiebre entre los dos.
Estaba impresionado con el parecido de Ian con Matthew y vislumbró en
este encuentro casual y fortuito una señal sobre las decisiones que durante
semanas había estado rumiando en su mente al contemplar con estupor lo
que en Israel acontecía: un Todtschläger convertido en un semi dios y un
Antipapa utilizado como un bufón. Puso en orden algunas cosas en su
oficina y partió de inmediato a la cárcel, enviando a Ian y a Thomas a que
se instalaran en su propia casa y dejaran la pensión. Ahí esperarían a
Matthew para pasar unos días descansando y dándole el tiempo necesario
a Matthew para que se recuperase de sus heridas.

Una vez que Matthew estuvo listo se le condujo con cuidado hasta la
recepción de la cárcel donde estaba el cabo Muñoz en su acostumbrado
puesto detrás del mesón, ensimismando chateando con gente de su
pandilla. Se puso de pie al ver al gobernador que traía consigo el bastón
de mando del gobierno mundial (a estos señores les gusta mucho el
ritualismo de los símbolos y los jefes llevan siempre sus insignias que
denotan su poder y su autoridad). Le temían al cargo y más le temían a
Leví que era justo, pero extremadamente severo y no toleraba el abuso de
poder por parte de sus subordinados. Leví le miró con altivez y le llamó la
atención fuertemente, recriminándolo por lo que había hecho con
Matthew. Muñoz le quedó mirando estupefacto al ver como se llevaba a
Matthew sin firmar ni chipeado. Matthew por su parte, todavía con algo de
fiebre y bastante debilitado, le miró con sus ojos melancólicos, le hizo una
inclinación de cabeza como queriéndole decir que lo había perdonado y
avanzó lentamente hasta el auto de Carlos. Venía tomado del brazo de
Antonino, el cual estaba luchando para que las lágrimas no se le escaparan
de los ojos. Probablemente no lo vería más en su vida y después de abrir
la puerta del vehículo le abrazó como si se estuviera despidiendo de su
propio padre.

_ Por favor, cuídese mucho…no decaiga, usted es un hombre fuerte,


contrariamente a lo que cree.

_ Vente conmigo Nino, ven con mi familia, deja atrás todo este infierno.
Estarás más tranquilo y podrás llevar la vida espiritual que es necesaria
tener en estos tiempos.
380

_ No puedo don Matthew, no puedo abandonar a mis presos. Si yo no me


preocupo por ellos aquí nadie lo hará. No es mi momento de huir
aún…nada me gustaría más en el mundo que irme con usted, pero la
voluntad de Dios es que me quede algún tiempo más. Más adelante las
cosas se irán dando y contemplando las señales sabré cuando sea mi
momento de partir.

_ Haces bien por los que habrán de venir a ser martirizados por negarse a
hacer lo que su conciencia manda. Recuerda hijo mío que a veces sentirás
que la religión cristiana aparece como una carga, demasiadas renuncias,
demasiado peso para nuestras débiles espaldas que apenas pueden
caminar en este valle de lágrimas. Pero hay que llevarla para subir al cielo.
Tienes que dar gracias a Dios que te ha dado la oportunidad de conocer
el camino que lleva a la vida eterna. Miles son llamados, pero no todos
aceptan el llamado. Dios nos busca y nos llama una y otra vez. Nos
muestra la verdad que se contiene en sus palabras y promesas, y nos dice:
“si tú me amas, harás mi voluntad y obtendrás la vida eterna junto a mi
lado en una morada que tengo preparada para ti. Yo te daré las
herramientas y la fuerza para que puedas llevar a cabo esta tarea. Tú
pídeme, pídeme que te ayude una y otra vez, pero debes saber que
tendrás que estar dispuesto a darlo todo, lo exijo todo, pero lo doy todo.”
Parecemos fracasados ante el mundo que nos persigue y nos acosa cada
día más y de modo feroz, pero no estamos muertos, estamos resistiendo a
la espera del Rey. El abandono por parte de Dios es sólo aparente, y
muchas almas sufrirán tormentos espirituales enormes que son necesarios
para purificarlos y purificar al mundo. Farewell and adieu, muchacho, que
Dios te bendiga y nos dé la gracia de reencontrarnos pronto en la Patria
Eterna.

Los ojos de ambos estaban llenos de lágrimas. El vehículo se puso


en marcha y Matthew siguió con la vista a Nino que permaneciendo de
pie junto a la reja le hacía señas de adiós con la mano. Leví conecto su
mp4 a la radio y desde ésta comenzó a sonar el cello del aria de Bach.

_ ¿Quieres matarme de la emoción con esa música que hace que se me


paren los pelos Carlitos?
381

_ ¿Qué tal el cellista? Soy yo mismo con un grupo de amigos aficionados


a la verdadera música, y no a esta detestable porquería que se escucha en
las radios. Supe que tu hijo Ian también toca el violín, ¿te animas a que
uno de estos días nos recordemos de tiempos lejanos y toquemos esto
mismo que tan bien nos salía?

_ Bueno, bueno, me hará bien, pero deja que me reponga. La golpiza me


ha dejado muy mal, muy mal externa e internamente y necesito estar en
paz para recuperar mi cuerpo y mi alma. Carlos, necesito estar
solo…perdóname que no te converse mucho, no tengo ánimo y parte de
mi ser está ido.

_ Estás demasiado débil, se te nota. Supongo que no te habrán dado


comida y agua ...el sistema de presión es así, los coaccionamos por el
estómago.

_ Oficialmente me trajeron una vianda siete veces en un mes, lo cual me


habría matado si no fuese por Antonino que a diario me traía un pancito o
una sopa. No podía traerme más porque lo hubieran notado y lo habrían
sancionado…. ¿Cuánto falta para llegar Carlitos? Tengo sueño y lo único
que quiero es dormir.

_ Faltan unas pocas cuadras, pero antes de que duermas te va a revisar mi


médico personal. Es de fiar, somos muy amigos y además toca el violín en
mi conjunto. En mi casa están esperándote tu hijo y Thomas. Van a
quedarse en mi casa hasta que partan, y eso será sólo cuando el médico lo
autorice. Aquí es donde vivo Matthew, tremenda casa y solo,
acompañado de un perro y de un gato, con un mayordomo, una cocinera
y un chofer entrometido al que hoy le otorgué el día libre.

La casa de Leví era enorme. Seguía el estilo de las casas de los


líderes del gobierno mundial, con una gran reja en rodeaba un jardín
repleto de plantas, árboles y flores. Frente a la entrada principal había una
hermosa fuente de agua que servía además para que los autos que
entraban dieran la vuelta a su alrededor para entrar o salir. Matthew estaba
sorprendido por lo lujosa que era y por el derroche que habían en el
jardín lo que le hizo recordar la historia que Thomas le contó sobre los
jardines en la residencia australiana del Señor del mundo, como Matthew
382

le llamaba a Todtschläger. El portón se abrió automáticamente y se volvió


a cerrar una vez que el auto hubo entrado. Carlos se paró al frente de la
casa y en la entrada, esperando estaban Ian y Thomas que corrieron al
auto a recibir a Matthew que venía a esa altura dormitando.

Ian le abrió la puerta y dejó escapar una exclamación de dolor al ver


el estado calamitoso en que su padre venía y echándose en su regazo,
antes que Matthew pudiera pararse de su asiento, le pedía una y otra vez
perdón. Ian acarició el rostro de Matthew examinando detenidamente la
herida, y luego le pasó la mano por su rasurada cabeza que estaba suave y
tibia. Matthew le tomó la cabeza con cariño y acariciando su pelo le
suplicó que no siguiera culpándose y que lo llevase a donde pudiera
descansar.

Thomas percibió el cambio interno en su hermano apenas éste lo


miró con esos ojos tristes y a su vez llenos de agradecimiento. Pero
comprendió que el trauma sufrido lo tenía choqueado y no quiso darle
mayor importancia. Notaba que estaba absolutamente apático y
desmotivado, pues sus acostumbrados fogosos abrazos y besos, habían
sido reemplazados por un apagado beso para él y para Ian.

En el segundo piso de la residencia los había instalado el


mayordomo, disponiendo de una habitación para Thomas y otra para
Matthew y su hijo. Matthew subió con dificultad la escala, tosiendo una y
otra vez, descansando en cada peldaño hasta que finalmente llegó a la
pieza que era muy acogedora. Un par de camas separadas por el velador,
un enorme ventanal por donde se colaban agradables rayos de sol, un
escritorio, una estantería llena de libros, una estufa a leña, un sillón y dos
sillas constituían el mobiliario del lugar. Las paredes estaban tapizadas con
un florido papel mural como antaño y el ambiente había sido
cuidadosamente preparado para acoger al visitante de manera que
disfrutara su estancia en aquel lugar. Todo era lujo, el que contrastaba
con las humildes casas que el estado asignaba a las familias más pobres y
que rodeaban la casa de Leví. La pobreza se había tapado como quien
esconde la basura debajo de la alfombra para mantener a las masas
relativamente tranquilas otorgándoles ciertos beneficios. Mientras más era
el compromiso de estas personas con el gobierno mundial, más regalías se
le daban obnubilando sus inteligencias, tapando sus conciencias. En su
383

casa recibía Leví importante visitas venidas de muchas partes del mundo.
Algunas venían de vacaciones y otras a trabajar para coordinar la labor de
“reglamentación” del mundo.

Ian se sentó junto a su padre en la cama. Matthew colocó su cabeza


sobre una muelle almohada que le hizo recordar el molesto e inútil
pedazo de cemento que sobresalía de su cama a modo de almohada en la
cárcel. Suspiró de alivio al recostar su cuerpo herido en la cama y sólo
anhelaba que lo dejasen dormir.

_ Papá, ¿necesitas algo?

_ No, Ian, necesito descansar y dormir un poco…se me están cerrando


solos los ojos y me duelen un poco los pulmones al toser. Acompáñame si
quieres a mi lado. – Antes que Matthew se quedara dormido abrió los ojos
y con su cara llena de angustia preguntó por Ángeles.

_ Nos comunicamos por radio ayer y no sabe todavía que te soltaron. A la


noche tal vez podamos comunicarnos con mi tío Manuel y quizás esté mi
mamá para que hables con ella. Parece que llegó el doctor papito, deja
que te examine y luego duermes. Te ves raro así tan pelado y esa herida…
¿te irá a quedar la cicatriz?

_ Lo que menos me preocupa es la cicatriz corderito mío. Lo único que


quiero es hablar con tu mamá, quiero escuchar su voz, tan sólo escucharla.
Mi niña linda ha de estar sufriendo por mi culpa. Es mi mejor amiga, la
única que ha sido mi verdadera amiga y que me ha soportado todos esos
años de depresiones y angustias que forman parte de mi esencia y que se
irán cuando me muera. No necesito que ningún galeno me examine.

_ Papá no sea porfiado. Dios le ha puesto pruebas, pero le ha enviado


gente que lo ha ayudado como a Antonino y al tío Carlos. Si mi mamá
estuviera acá lo obligaría a hacerse revisar. Tiene el pecho lleno de flemas
y la herida de la cara la tiene roja como si estuviera infectada.

La conversación quedó interrumpida al entrar en la habitación


Carlos con Thomas y el médico que traía en su mano un típico maletín de
doctor. Era amigo de Carlos y un fanático del Antipapa al que alababa
384

sobremanera por su sincretismo y miraba con recelo a estos viejos


católicos que – según él decía – dividían a la humanidad impidiendo la
fraternidad entre los hombres. Había “militado” toda su juventud en uno
de estos movimientos surgidos en la Iglesia y tenía el típico carisma de
ellos: profesional exitoso, papólatra, obediencia ciega a lo que su
“Santidad” dijera aunque se desdijera una y otra vez causando un caos y
una confusión enorme entre sus fieles. Vivía para la construcción del
reino de Dios en este mundo, pero no al modo de los socialistas, sino que
llevando a un extremo el capitalismo individualista. Éxito en este mundo
era para ellos (contrariamente a lo enseñado por el Evangelio) una imagen
anticipada de su salvación porque significaba que se estaban haciendo
bien las cosas ante los ojos de Dios y por eso Él los favorecía con el
bienestar material. Aquel médico nunca se había topado de cerca con un
católico viejo, jamás había asistido a una misa tradicional y la curiosidad
por conocer a este espécimen, lo llevó a no poner óbices para atenderlo.
Llevaba en la solapa una insignia de su movimiento laical y Matthew al
verla se sonrió y movió la cabeza negativamente, pero el médico no lo
notó. Éste estaba absorto mirándolo de arriba para abajo como si no fuese
un ser humano. Un renegado que ha sido liberado de la cárcel sin haber
firmado ni estar chipeado era un fenómeno que no se veía todos los días.

Matthew permaneció en silencio todo el rato que el médico lo


examinó y respondía sí o no a las preguntas que le hacía sobre su estado
de salud. Matthew fue dócil y amable, obedeciendo cada instrucción, pero
sin decir absolutamente nada por más que el médico tratara
indirectamente de hacerlo hablar de religión. Matthew ya lo había dicho.
Su tiempo de hablar había pasado, era el tiempo de la resistencia
silenciosa en la trinchera de la Iglesia doméstica. Cuando ya no hay nada
más que se pueda hacer, lo único que resta por realizar es rezar para que
Dios intervenga ya que los acontecimientos, las decisiones humanas que
han estado guiadas por la fuerza de la iniquidad, han superado a los que
luchan en esta tierra por la Verdad. Es entonces cuando el católico debe
confiar en que el tiempo ha llegado y debe aguantar esperando. No se
puede luchar más contra este tipo de fuerza porque están más allá de lo
humano. El católico debe resistir en su trinchera esperando, debe morir
en su puesto de combate, con la cruz en alto, con los ojos al Cielo sin un
arma en su mano. No queda otra salida, no queda nada más por hacer.
385

Luego de haberlo revisado, Matthew se colocó el pijama y se quedó


recostado de lado escuchando las instrucciones del médico, con alguna
molestia en el rostro ya que le había hecho una curación bastante dolorosa
a la herida que estaba un poco infectada. Le había diagnosticado una
neumonía y le cambió los antibióticos prescribiéndole uno más fuerte que
además le serviría para la desinfección de la cara. Matthew le miraba de
reojo y desconfiado, y sin poder contenerse cuando el médico ya partía al
darle la mano para despedirse le dijo:

_ Alguna vez leí no recuerdo donde, que en los últimos tiempos algunos
crédulos pensarán que le hacen un favor a Dios y a su Iglesia
persiguiendo, torturando y matando a quienes siguen la tradición y no se
venden a sincretismos religiosos por una supuesta paz mundana, que
jamás obtendrán en este mundo…hágame un favor estimado doctor y
piense si no se ha convertido usted en un títere acéfalo más del Anticristo.
– El médico de echó para atrás y casi asustado por el enfático tomo en que
Matthew le había dicho esa estremecedora frase, le respondió con la voz
trémula.

_ Ustedes tienen esa grandísima obsesión apocalíptica que los hace ver en
todas partes señales del fin del mundo, asemejándose a esas sectas que
antaño se encerraban a esperar un cataclismo o una invasión espacial. Y
hasta tienen a su Papa falso que los guía como un fanático religioso.
Nosotros no le hacemos mal a nadie y si hay víctimas es lo natural que
siempre ha realizado la sociedad cuando tiene que protegerse a sí misma
de los facinerosos que pretenden socavarla.

_ ¿O sea mi doctor que usted no cree en la Parusía?

_ ¿Qué es eso? – Matthew se rió para dentro y no quiso seguir con el


diálogo. Un pseudo católico más que ni siquiera sabe el significado de la
palabra más esperanzadora para los fieles: la Segunda Venida de Cristo.
Estaba muy cansado y cerrando los ojos se quedó profundamente
dormido hasta la mañana siguiente.

Pasaron unos días y Matthew fue lentamente recuperándose. Lo


habían alimentado bien, tomaba puntualmente sus remedios y podía ya
caminar por la casa sin mayores complicaciones. Había hablado por radio
386

con Ángeles y al escuchar su voz se emocionó hasta las lágrimas. No


puedo decirle mucho, no le salía la voz a causa de sentimientos
encontrados de pena y de alegría. Tenía tantas ganas de besarla, de tenerla
entre sus brazos, de dejarse querer y ansiaba partir para reencontrase con
ella y con sus hijos. Alegría también le causó el haber hablado
primeramente con Manuel, quien con su acostumbrado humor intentaba
que se tomara las cosas no tan a pecho y siguiera siendo el mismo a pesar
de todas las contrariedades. Manuel le había contado que le tenía un
regalo sorpresa y que se lo iba a dar cuando fueran a buscarlo a Chiloé.

Otra de las actividades que había podido volver a hacer era tocar a
diario el violín con Carlos en el cello, cosa que le llenaba de alegría ya que
desde jóvenes lo venían haciendo juntos y se entendían muy bien.
Precisamente ese día aprovechando que Carlos llegó un poco antes desde
su trabajo le pidió que tocasen algo afuera, pues ya podía salir al jardín, en
el pequeño bosque de tilos que estaba detrás de la casa. En el jardín
trasero se encontraban cinco enormes ejemplares de este hermoso árbol
que en esa época de primavera estaba lleno de flores amarillo-verdosas
impregnando el ambiente de un agradable olor. Sentados bajo estos
árboles se instalaron los dos amigos junto a Thomas que quería escuchar
tan bello repertorio. Comenzaron a tocar el Gymnopédie n° 1 de Satie,
en un arreglo para cuerdas que habían hecho de jóvenes, en pleno apogeo
de su conjunto musical y que Carlos conservaba entre sus partituras
favoritas. Era una música completamente distinta a la que siempre
interpretaban que era la música barroca. El compositor era la antítesis de
lo que ellos tocaban, pero esta pieza les llenaba de satisfacción. De las
pocas cosas modernas que tocaban, era una de sus favoritas. Cuando
Matthew tocaba su compenetración con la música era tal que parecía estar
metido en otro universo. Y junto con experimentar un goce exorbitante
también sentía al mismo tiempo cierta fruición que le causaba dolor. Es
extraño explicar lo que pasa dentro de un alma que siente en cada fibra de
su ser la música tan magistralmente compuesta. Matthew se preguntaba si
eso mismo que experimentaba era similar a lo que sentían los santos
cuando caían en éxtasis: dolor y placer al mismo tiempo, pero con una
guarda de las proporciones en el ejemplo lógicamente.

Improvisaron un par de cosas más, pero Matthew no pudo seguir.


Tocar le cansaba enormemente, más ahora que para tocar tenía que
387

apoyar el violín en el pecho, a la antigua usanza, y no en la mejilla a causa


de su herida. Dejó el violín en su muslo, mientras lo sostenía con su mano
fuertemente, entablando una amena conversación con su viejo amigo y su
hermano bajo la sombra agradable de aquel tilo que les hizo olvidar por
un rato los terribles días que habían vivido.

Mientras tanto, en la casa Ian se había quedado dormido leyendo en


su pieza hasta que sintió a lo lejos los acordes de la música que venían del
patio trasero. La ventana de la pieza de alojados donde se encontraba
daba justamente a este patio. Ian se levantó y se asomó por la ventana.
Ahí vio a su padre, a Carlos y de espaldas a Thomas que estaba estirado
cuan largo era en una silla plegable. Justo en ese instante habían dejado de
tocar y sintiéndose observado Matthew levantó la vista y contempló a Ian
apoyado en el marco de la ventana sonriéndole con los ojos llenos de
satisfacción. Matthew a su vez le saludó con la mano. Era el momento que
Ian estaba esperando para contarle una gran noticia que tenía guardada en
su corazón y que no podía seguir teniendo ese secreto en su alma;
convencido de esto, bajó las escaleras pausadamente para tratar de
controlar la fuerte emoción que sentía.

Salió al patio. Thomas se había quedado dormido profundamente


con un cigarro a medio fumar en la boca, y que su sobrino retiró antes de
que se quemara los labios. Carlos estaba de pie apoyado en el tronco del
árbol, hablando por celular y Matthew seguía sentado en la banca
jugueteando con el violín, haciendo pizzicatos con él.

_ Voy a tener que volverme a la oficina...¡qué lata!. Estaba tan agradable


la tarde. Me encanta venir a tocar afuera después del té. No me esperen a
comer, cenen tranquilos porque voy a llegar tarde.

_ No te preocupes por nosotros Carlos. Te tenemos tomada la casa. ¿No


has tenido problemas por nuestra culpa, supongo?

_ No Matthew, ninguno. Imagínate que lo único que saben es que tu


hermano, el muy bien posicionado Thomas Mansfield se aloja en mi casa.
Los dejo, que pasen una buena tarde.
388

_ Chao Carlitos. Siéntate conmigo Ian que está realmente agradable esta
tarde. Al menos el sol hoy día nos ha dado una tregua. ¡Qué clima
insoportable! Más encima con la sequía…bueno, sequía para algunos
porque la cantidad de agua que ocupan para regar este parque es un
crimen cuando los agricultores hacen malabares para poder regar sus
campos. Por fin se dieron cuenta que debían racionalizar el agua en las
ciudades y ahora andan como locos con esto que les dan agua por algunas
horas. Sí, digo locos, pero locos idiotas que se tragan lo que les dicen los
del gobierno mundial y se quedan de lo más tranquilos cuando los están
manipulando con este vital elemento. Estás callado hijo, ¿estás triste? ¿Te
preocupa algo? Sé que estás ansioso por partir al igual que yo. Estoy muy
bien y según me dijo Carlos, el doctor me daría el alta entre mañana y
pasado, y cuando esto ocurra nos vamos al tiro. Extraño a tu mamá, no te
imaginas cuanto la extraño. ¿No dices nada niño? Sé que he andado
callado estos días...me has preguntado por lo de la cárcel, no entiendo qué
es lo que quieres saber. No hay nada especial que contar, salvo que yo ya
no volveré a ser el mismo . Trataré de llevar esta cruz sin dañar a nadie,
pero es difícil, tan difícil vivir ahora, es tan duro enfrentarse a estas cosas a
las cuales no estábamos acostumbrados. Lo veíamos venir, pero la
imaginación dista mucho de la realidad y esta realidad es horrenda. Es
como si de repente todo se hubiese precipitado y los únicos que nos
damos cuenta de eso somos nosotros y a causa de aquello sufrimos
espiritual y físicamente. De la mente de los hombres actuales desapareció
toda noción de pecado y se han vuelto amorales, gozadores, desquiciados,
inmisericordes e individualistas. Ya ni siquiera los mueve superarse, sino
que gozar al máximo de este mundo, como si la vida terminara aquí, como
si Dios perdonara todo con su gran misericordia sin que nadie se
arrepienta. ¿De qué se van a arrepentir si no hay pecado? Les han
mutilado el cerebro y son culpables, no tienen excusas. Han querido
cauterizar la conciencia y lo han logrado: no hay remordimiento. ¿Cómo
es posible que nadie haga nada cuando ven que nos detienen, nos torturan
y nos matan? Nos miran como delincuentes, nos odian porque les
recordamos que están yendo por vías equivocadas. Nos tienen miedo,
somos la voz de la conciencia y por eso también nos odian. ¡Tenía que
nacer en esta época maldita! Pero a pesar de todo, la Providencia nos
mantiene siguiendo el ritmo de este peregrinaje. ¡Cómo iba a ser tanta la
coincidencia de que fuera Carlos el gobernador y me librera del
389

cautiverio! Dios parece estarnos guiando con cuidado hacia el sur para
esperar en la trinchera. Ian, no me dices nada…

_ Parece papá que el aire fresco, tocar con tu viejo amigo el violín y el olor
de estas flores te soltó la lengua. Largas para afuera lo que primero se te
viene a la mente. Es verdad que ya no eres el mismo. Lo capté desde que
llegaste en tu modo de caminar, de comer, de rezar, de hablar. Sé que
pasaste por un trauma enorme, que nunca imaginaste que pasarías y
comprendo que esto te va a durar su resto, pero no importa, a mí no me
importa. Lo único que en verdad interesa, es que estás vivo y con
nosotros. Quería aprovechar para hablar contigo acerca de algo muy
importante y que he venido madurando desde que nos pusimos en
marcha, desde que me rescataste de la vida que estaba llevando y que
anteriormente me lo había planteado sin querer aceptarlo como una
realidad posible. Necesito decírtelo, quiero que me des tu opinión.

_ Déjate de andar con rodeos y preámbulos, me tienes absolutamente


intrigado Ian.

_ Quiero ser sacerdote…voy a ser sacerdote.

Matthew se puso de pie y le quedó mirando fijo. Ian estaba con sus
ojos puestos en la expresión de seriedad de su padre que se quedó
completamente callado. Luego puso su mano sobre el hombro de su hijo
apretándoselo suavemente.

_ No querrás complacerme diciendo aquello. Es imposible que de la


noche a la mañana tengas vocación. Estás tan traumado como yo y tomar
una determinación así ahora es más sentimentalismo que otra cosa. No
debes dejarte llevar por las emociones de este momento. Hijo, déjate de
imaginarte siendo un súper héroe. Siempre has vivido en un permanente
mundo fantástico donde triunfas como un súper héroe…súper Ian Henry.
Soy duro contigo, pero es que lo necesitas muchachito, necesitas que te
golpeen y te hagan aterrizar…Ser sacerdote...no sabes lo que estás
diciendo. Si quieres agradarme comienza por practicar lo que te enseñó tu
madre al violín y déjate de pasarte películas que la realidad es muy
distinta. Tú no tienes vocación y si es que la tienes, tendrás que pasar por
muchas pruebas.
390

Sin decir más, Matthew se entró a la casa, pasándole antes el violín a


Ian, obligándolo a practicar. Ian se quedó de una pieza. Nunca esperó que
la reacción de Matthew fuera a ser de esa manera y un par de lágrimas se
le cayeron desde sus apesadumbrados ojos que miraban cómo Thomas
roncaba sin percatarse de lo que acaba de suceder. Las palabras de
Matthew poniendo en dudas su vocación, le golpeaban la mente una y otra
vez y casi desvanecido se recostó sobre la banca dejando descansar al
violín sobre su pecho. Pensó que su padre se alegraría con la noticia, que
le abrazaría y le dedicaría uno de sus discursos emotivos, pero su reacción
fue opuesta, absolutamente desconcertante. Nada, nada parecida a lo que
le habían contado de la vez en que Christian Mansfield le había dicho a
su hermano que iba a ser sacerdote. Su padre le había contado que
cuando su hermano le confesó que iba a entrar en el seminario, él le había
abrazado y besado y hasta le había pedido que lo bendijera.

Él realmente quería ser sacerdote. Desde niño llevaba en su corazón


esta llamaba y durante años la había acallado, le había ignorado. Se sentía
indigno, falto de fe. Y, ¿Quién es digno de tomar a Jesús Sacramentado
en las manos? Ningún hombre, todos somos pecadores, pero Dios lo
quiso de esa manera. Quiso que un hombre común y corriente y no un
ángel tuviera el poder para traerlo a la tierra a través de las palabras de la
consagración. Ian pensaba hasta hace poco tiempo a atrás: “que si tuviera
una pizca de la fe que tiene Hugh, quizás lo sería, pero yo…imposible
¿Por qué querría ser cura?” Era imposible, sus intereses estaban en otras
cosas. Esto de ser sacerdote eran las aspiraciones de sus padres, de querer
tener un hijo sacerdote. Los había escuchado rezar en la noche, cuando
ellos los hacían durmiendo, por la vocación sagrada para sus hijos. Nunca
les habían dicho nada al respecto. Nunca les habían oído decirles ni a él ni
a Matthew H.: yo quiero que tú seas sacerdote. Pero él sabía que sus
padres querían que uno de sus hijos se entregara al sacerdocio. Durante
los primeros años de la adolescencia había tirado sobre su conciencia una
capa de tierra que se fue endureciendo hasta formar una costra que había
tapado la voz que le llamaba una y otra vez hacia Él. Y las amistades y
falsos amigos lo apartaron más y más de lo que amaba, hasta caer en
aquel ritual que le resquebrajó la coraza abriéndole los ojos.

Comenzó a recordar la experiencia que tuvo aquella vez que fue


conducido al ritual de iniciación. Se vio envuelto en una abominación
391

espantosa que ya no era cosa de hombres, sino que de demonios: el


sadismo, la crueldad, el odio, la risa demente de los que estaban allí y la
misma misa negra hecha sobre el cuerpo desnudo de esa pobre mujer
que lloraba y gritaba para que la salvaran le dejó asqueado y la culpa por
haber sido un desleal con Dios, le hizo abrir la boca. Tomó del brazo a su
amigo y lo llevó a la galería que estaba junto a la nave central, por fuera de
ésta y lo increpó diciéndole que esto era un rito satánico y que él siendo
católico no se iba a ser parte de él porque era un pecado gravísimo y ya
tenía a su haber demasiados pecados y cargos de conciencia para añadir
una felonía inmensa como esa que ofendía a Dios. Tales palabras le
costaron que fuera arrojado de la iglesia y de la casa de su amigo como ya
lo relatamos. Cuando de sus ojos cayó la venda que lo cegaba con falsas
ilusiones comprendió que iba a purgar por sus graves pecados sufriendo y
viendo sufrir a quienes amaba, padeciendo en carne propia el silencio de
Dios que parecía estar dormido sobre la barca mientras su Iglesia y sus
hijos estaban por sucumbir. Pensó en la frase que le había dicho su amiga
Antonia cuando se despidió en el hotel para siempre de él: “debes
cumplir con lo que Dios tiene contemplado para ti” Ella se había dado
cuenta de la vocación que tenía a pesar de que él jamás le dijo que en el
fondo de su corazón sabía que Dios le estaba llamando. Y ahora su padre
parecía no conocerlo: no se tiene vocación de la noche a la mañana, o sea,
que nunca se dio cuenta de que en el fondo de su alma Ian estaba llamado
al sacerdocio. ¿O era que acaso lo estaba probando? Ian estaba confuso.
Había creído desde siempre que su papá lo conocía mejor que lo que él
mismo se conocía a sí mismo. ¿Nunca había notado que tenía esta
tendencia fuerte hacia las cosas espirituales? ¡Qué desconcierto enorme!

_ ¿Qué te pasa Ian que sollozas?- le dijo Thomas que se paró junto a él.
Tenía una expresión de cariño en el rostro y esa expresión de su tío le
infundió confianza a Ian para levantarse y abrazarlo con fuerza. Hubiera
deseado hacer eso con su padre, pero no pudo. Estaba choqueado con la
respuesta que éste le había dado.

_ Tranquilo niño, ¿qué te pasa hombre? Nunca me habías abrazado así.


¿Le pasó algo a Matthew mientras me dormí? Desde hace algún tiempo
estamos tan tremendamente sentimentales…ha de ser por la huida, por
todo este desastre. Abandonar nuestras casas, nuestras vidas ya hechas y
todo lo construido. Cuéntame niño, ¿qué te ocurre?
392

_ ¿Qué le pasa a mi papá tío Thomas? ¿Qué mierda le pasa que anda tan
raro?

_ Bueno yo creo que está choqueado, acarrea no sé cuántas trancas


mentales y echa de menos a tu mamá y a tus hermanos. Matthew sin tu
madre es como una mesa coja, y cojea mucho a decir verdad.
¿Discutieron?

_ A veces quisiera que tú fueras mi padre…

_ No digas eso Ian, me alagas, pero es horrible lo que estás diciendo.


Chiquillo leso, tu papá es el mejor hombre que he conocido jamás, y yo
he conocido mucha gente, en muchas partes del mundo y no te voy a
aguantar que digas una cosa así. Mira a Matthew, tiene el rostro con una
cicatriz horrible que le va a cambiar la cara completamente, ha sufrido
mucho y lo ha hecho por ti, porque te quiere. Te reconozco que a veces
se pone difícil y es complicado entablar una conversación racional con él
porque se cierra y no escucha razones, pero ten presente que te ama y que
quiere lo mejor para ti, y lo mejor a veces no es lo más fácil, sino lo más
peliagudo, que exige hasta la muerte…la renuncia, el aniquilamiento de la
propia voluntad. Pero no me has dicho nada acerca de lo que les acaba
de pasar.

_ Le conté que quiero...que he decidido…ya no sé ni cómo decirlo…creo


tener vocación para el sacerdocio, y él me dijo que era una cosa
sentimental del momento. Yo pensé que me iba a abrazar, que estaría
saltando de alegría, felicitándome y me da con la puerta en las narices.

_ Matthew es muy realista y aterrizado, y si te dijo eso es para que no te lo


tomes a la ligera. No te deprimas por lo que te dijo, sino todo lo contrario,
medita más tu decisión, que por lo demás me parece hermosa sobre todo
por los difíciles tiempos que estamos viviendo. ¿Conversaste alguna vez
con tu tío Christian sobre esto o es cosa que asumiste en estos días?

_ Nunca se le había dicho nadie, aunque siempre estuvo en mi la


inquietud. Lo he guardado por años en lo más secreto de mi alma, si ni
siquiera a Hugh le he dicho.
393

_ Entonces mi querido Ian…Juan Enrique Mansfield… ¿sabes por qué de


tu nombre verdad?...

_ Por supuesto, por Newman.

_ Bueno, como iba diciendo, Ian, apenas lleguemos al sur hablas con mi
hermano el cura que tiene buen ojo para discernir candidatos al
sacerdocio y por ahora te quedas tranquilo, no pienses más y no le
busques el odio a Matthew. Tómate las cosas con relajo y sigue como si no
te hubiese dicho nada. Es más Ian, acuérdate de la regla de San Benito,
cuando los postulantes van una y otra vez a golpear la puerta del
monasterio para que los reciban y los monjes les dan con la puerta en la
cara. Lo vocación requiere ser probada y se prueba muchas veces en la
humillación, humillación que es por amor a Dios. Si realmente le amas y
quieres servirle como sacerdote para llevar almas al cielo, entonces
deberás sepultar tu orgullo y convertirte en el más pobre de los pobres de
espíritu y dejárselo todo a Dios. Si perseveras, lo lograrás. Estoy hablando
como Matthew…parece que se me está contagiando lo serio. Entremos y
vamos a conversar con el viejo atormentado.

La mañana siguiente amaneció nublada y helada. Los árboles del


jardín estaban cubiertos por una espesa bruma que no permitía ver más
allá de unos cuantos metros. En la habitación de Matthew, Ian dormía
tranquilamente. Siguió los consejos de su tío y en la tarde del día anterior
no cruzó más palabra sobre el asunto en cuestión con su padre y sólo le
sonrió amablemente y le pidió que rezaran juntos las oraciones nocturnas.
De esta manera su corazón se calmó y logró alcanzar cierta paz en medio
de una tormenta interna que le tenía los nervios tomados. Matthew por su
parte tampoco le había vuelto a tocar el tema y se limitó a seguirle la
cuerda a su hijo.

Mientras Ian dormía Matthew se levantó el silencio. Acostumbraba a


madrugar y a ser el primero en aparecer en la cocina para preparase el
desayuno. La cocinera de Carlos que ya a esa hora estaba en la cocina le
mandó de vuelta al comedor, para ser ella quien le preparara el desayuno,
insistiendo que a su cocina no entraba nadie, ni siquiera el dueño de casa
y que esperara tranquilo. Le llevó el diario y Matthew se sentó en la
cabecera del comedor a leer mientras esperaba. Leía sin poner mayor
394

atención a las estupideces banales del diario que no informaban


verdaderamente sobre lo que acontecía en el mundo, sino más bien sobre
aquello que la gente quería escuchar. Le daba vueltas en la cabeza lo que
Ian le había confesado y no salía de su asombro. Lo que le había
respondido al chiquillo era lo que pensaba realmente y no lo había hecho
para probarlo. Simplemente no creía que fuera algo serio, sino más bien
algo motivado por los acontecimientos y lo horrendo que significó para él
contemplar un ritual macabro. Si bien Ian siempre había sido un niño
bastante espiritual para sus cosas, con inquietudes que sus hermanos no
tenían mayormente, él no creía que tuviese vocación y no insistiría más en
eso.

Dejó el diario a un lado y con su desayuno ya servido frente a él,


contempló detenidamente el lugar donde estaba. El judío tenía buen
gusto, pensó, justamente es el tipo de mobiliario que a él le agradaba: sillas
Viena, mesa de caoba, aparadores antiguos, un par de cuadros de marinas,
que Matthew adoraba y que recordaba de joven cuando visitaba la casa de
los padres de Carlos, fallecidos trágicamente unos años atrás. El techo
tenía vigas a la vista y por el ventanal se tenía una visión panorámica
privilegiada del jardín delantero con su fuente de agua funcionando día y
noche. Pensaba en el contraste de todo ese lujo con su propia realidad. La
tranquila vida de profesor universitario en su sencilla, pero bien decorada
casa, con sus hijos revoloteando en el jardín con sus primos Etcharren.
Todo eso había quedado en el recuerdo de unos pocos años de relativa
paz. Y digo relativa porque no faltaban los problemas en la universidad.
Continuamente se le hacía ver que en la nueva modalidad de universidad
sus métodos y sus fines ya no servían para lo que ellos querían. Se trataba
de transformar a la universidad en una fábrica de profesionales, con
acreditaciones superfluas que medían logros económicos en su mayoría y
no la transmisión de la búsqueda de la verdad a través de la investigación y
del diálogo constructivo entre alumnos y profesores. No necesitaban
profesores con grandes títulos, ni con doctorados, sino que tuvieran
carisma, don de habla y una fuerte atracción sobre sus alumnos para
poder “vender” el producto, esto es, un título. Todo era eminentemente
pragmático, se entregaban contenidos para poder crear profesionales con
buenas herramientas, pero con cero capacidad de admiración y de
reflexión profunda. Se titulaban buenos abogados, médicos, ingenieros,
muy prácticos todos ellos, pero incapaces de salir de sus ámbitos. Casi
395

robots que no se cuestionaban porque no les parecía ser útil para la vida.
Es bueno educarse para obtener un título profesional, pero no basta con
eso. Debe entregarse una formación moral que garantice que esos
profesionales no se transformarán en potenciales delincuentes con terno y
corbata, que son capaces de estafar, mentir, cometer abortos, y miles de
actos poco éticos sin que sientan la menor cuota de remordimiento
porque no consideran que eso que hacen es malo o injusto. Las carreras
del ámbito humanista, como filosofía y literatura sucumbían acogotadas
por sus mismas universidades que las consideraban un gasto para la
misma y que ya no tenían sentido. Matthew había tenido que dar una dura
y larga lucha para poder seguir su novedoso sistema de enseñanza que
estaba unido a un tratamiento hacia el alumno no como un cliente
estúpido al que hay que humillar como lo hacían muchos de sus colegas:
“¿usted es tonto que no sabe?, ¿para qué preguntas estupideces?”; y cosas
por el estilo que convertían al profesor en un semi dios, inalcanzable, que
no tiene tiempo para recibir a sus alumnos y que se deleita humillándolos.
Matthew era la antítesis de todo esto y no porque quisiera ser popular
entre sus alumnos ni que le tuvieran en estima, sino que desde sus
tiempos de ayudante de cátedra se lo había propuesto. Además le servía
como plataforma de evangelización y ya unos cuantos se habían
convertido gracias a sus enseñanzas y sobre todo por su ejemplo.
“Debemos – decía – acoger al converso, debemos saltar de alegría cuando
uno de los hijos de la Iglesia que andaba perdido vuelve al redil, ¿por qué
hemos de ser indiferentes? No, no podemos ser indiferentes y habrían
muchas más conversiones si nosotros los católicos fuéramos más
acogedores y menos fríos, como si nos diera exactamente lo mismo.
¿Cuántos de nuestros conversos se han desilusionado al entrar en la
Iglesia por culpa de nosotros mismos los católicos?”

Estaba pensando en estas cosas de sus tiempos universitarios, en la


búsqueda del saber y de la verdad, cuando entró al comedor aún en
pijama con una bata de levantarse Carlos. Había llegado muy tarde por la
noche y pasado un mal sueño. Traía unas ojeras enormes y su perfil de
origen israelí se le notaba más todavía. La verdad es que Carlos desde
hacía ya varios años que no dormía bien, y pasaba noches enteras sin
poder conciliar el sueño y cuando finalmente dormía sufría de pesadillas
horribles.
396

Durante unos años se había distanciado de Matthew ya que ambos


no lograban ponerse de acuerdo con respecto a la religión y sobre cuál era
el fin del pueblo judío. La última conversación que tuvieron terminó con
la lacónica frase de Matthew: “es imposible que un católico tenga como
amigo a un sionista como tú y creo que lo mejor será que dejemos las
cosas hasta aquí como están, para no echar a perder los años que hemos
sido amigos. Debo reconocer, sin embargo, que a pesar de nuestras
diferencias nunca te he visto escupir frente a una iglesia católica ni me has
prohibido entrar a tu casa usando mi escapulario, lo cual habla bien de tus
modales”. El encuentro en la cárcel los había vuelto a unir y esta unión los
iba a llevar donde ninguno de los dos pensó jamás. Todo comenzó,
precisamente a esa hora del desayuno, oportunidad que Carlos aprovechó
para conversar en privado con Matthew que disfrutaba de cada bocado del
desayuno como si fuera su última comida.

_ ¡Qué bueno es verte comer con apetito Mateo! Te ves muy bien hoy.

_ Gracias, sí, estoy muy bien. Desde que nos restringieron la comida un
poco tiempo antes de partir valoro cada migaja de pan, y en tu casa amigo
se come como en los viejos tiempos. Tu cocinera es fantástica y nos tiene
muy regalones. Llegaste tarde anoche Carlos, ni siquiera te sentí.

_ Reuniones, reuniones, redadas y más redadas y siempre se nos escapan.


Matthew, ahora que estamos solos quisiera que me escucharas y que me
dieras tu opinión. Necesito que me apoyes en lo que voy a hacer. La
verdad es que este encuentro contigo hizo que yo me decidiera porque me
pareció ser una señal de Dios, de otra manera no me lo explico….Esa
cicatriz que tienes te hundió la mejilla como un sablazo, me haces
recordar a Skorzeny.

_ Sí, es fea, muy fea y me cambió la cara. Espero que a Ángeles no le dé


un ataque cuando me vea. Pero ¿qué pasa contigo Carlitos que andas
como misterioso? Estás casi hablando en susurros en tu propia casa, diría
que me vas a confesar algo importante. _ Carlos se puso de pie y se sentó
junto a Matthew de tal manera que sus rodillas se topaban.

_ No quiero que esto salga de aquí porque es peligroso. Nadie sospecha


de mí, todo lo contrario, me temen. Cuando voy al centro de detención
397

donde estuviste los gendarmes tiemblan, mis subalternos corren cuando


me ven llegar. Soy un gobernador del gobierno mundial y además judío,
¿entiendes? Eso me da más poder y de hecho lo tengo. Tengo el poder de
liberar y condenar a quien se me antoje…no soy solamente el gobernador
de San Fernando, tengo más poder del que pudieras imaginar y por eso
estuve tantos días en Israel, ayudando a construir el reino de mil años que
por fin se está consolidando. – Matthew bajó la cabeza y la movió
negativamente. – Espera amigo, no te adelantes a pensar que yo quiero
eso. Me volví a Chile cuando nadie pensaba que me volvería y muchos
quedaron sorprendidos con mi decisión, pues antes de irme a esas lejanas
tierras había tomado la decisión de no volver más a Chile.

Déjame contarte algunas cosas que sirven para que entiendas lo que
se ha forjado en mí este último tiempo. Fui un convencido de que
Todtschläger estaba produciendo un cambio en la sociedad. Nos estaba
llevando hacia la unificación, hacia la fraternidad universal unida a un
progreso material nunca antes visto gracias a su voluntad férrea y a que no
le temblaba la mano cuando tenía que tomar una resolución que podría
escandalizar a algunos. A pesar de toda libertad de que gozamos, igual
necesitamos una mano firme que nos guie y que cree nuevas leyes para
esta nueva sociedad unificada. Todo lo que estaba haciendo era por un
bien mayor y no valía la pena pensar en sus posibles víctimas ya que eran
necesarias por el objetivo mayor. Pero lo mejor de todo era que estaba
llevando al pueblo judío a su mayor apogeo, devolviéndole el lugar que le
había sido arrebatado cumpliendo de este modo las profecías y la palabra
de Dios de conservarlo como su pueblo elegido. Por fin iba a gobernar
por sobre las naciones y por sobre cualquier otra religión, la religión de
nuestros antepasados. Volvíamos a nuestra tierra y volvíamos como
dueños del mundo gracias a este hombre que acarreo a Israel hasta a los
católicos para someterlos a su dominio, sin encontrar mayores obstáculos.
¿Es nuestro Mesías tan esperado? Muchos lo han creído así ya que nunca
se había visto que todos los hombres más poderosos del mundo, dueños
de la riqueza, de las comunicaciones, de las agencias informativas, del
cine, de tantos ámbitos, estuvieran unidos bajo la supremacía de este
hombre. Durante años se había trabajado mancomunadamente entre
todos para precisamente esperar a que llegara aquel que haría de cabeza.
Porque esos hombres poderosos son todos judíos, todo y cada uno ha
aportado algo en sus esferas de trabajo para que esto ocurra. Levantamos
398

el Templo, y desde ahí comienza a gobernar una nueva era, la de los mil
años prometidos en la cual el pueblo judío impera. ¿Cómo gobierna?
Bueno, después de haber visto lo que vi en Israel me di cuenta de que
efectivamente las profecías relativas a mi pueblo se cumplían, poniendo
fin a aquel grito desgarrador del salmo que dice: “Junto a los ríos de
Babilonia, allí nos sentábamos y llorábamos, acordándonos de Sión. En
los sauces de aquella tierra colgábamos nuestras cítaras; porque allí
nuestros raptores nos pedían cánticos, y nuestros atormentadores alegría:
Cantadnos de los cantares de Sión.” Así cantaba mi pueblo hasta que les
fue devuelta su tierra. Añorábamos poder regresar a la tierra que nos fue
arrebatada y ahora nos han sido otorgadas, además el poder para someter
al extranjero y al impío destruyendo su más preciado tesoro: su tradición
religiosa para imponer nuestra tradición religiosa mesiánica. Los judíos
tienen el dominio del mundo en este momento Matthew, total, completo.

_ ¿Tan así Carlos? ¿Completamente? Una cosa es dominar las finanzas y


los medios de comunicación, y otra conquistar el mundo. Por lo demás
esas paranoias y teorías de la conspiración siempre me causaron
contradicción interna…por un lado si, por otro no…aunque autores como
Benson y el mismo Castellani hayan vislumbrado que la cosa vendría del
lado de los masones y de los judíos.

_ Sí, así es, y se ha venido dando por etapas. Hemos estado siempre a la
cabeza de las revoluciones, de destruir las bases donde se asienta el orden
para darle un nuevo orden y una nueva tradición, la nuestra. Estamos
detrás de la tecnología y del hedonismo, y los hombres han caído rendidos
ante ellas. Hemos aniquilado su entendimiento cubriéndolo de sombras.

_ ¿Por qué de repente me hablas como si compartieses esto y luego hablas


de ellos? ¿De qué lado estás viejo? Mira que no entiendo tu discurso.

_ Calma, calma que ya te lo explico con más detalle. De partida


Todtschläger es un perfecto idiota…un idiota entrador, no se puede
desconocer que atrae. Mariconcito simpático, de esos que se ríen todo el
tiempo y que no dicen mucho, sino que se dedican a observarte. Te
cautiva, te seduce y luego cuando te tiene en la mano y te ha usado para
sus fines te desconoce como perro viejo. Te dice a todo que sí con su
carita de simpaticón, pero luego, no hace nada, es más todo lo contrario.
399

Un idiota o al menos lo era hasta antes de que fuera puesto por los Elders
en la ONU para dirigir al mundo. Los Elders son caso aparte y ahora ellos
han pasado a ser lo idiotas del jueguito de conquistar el mundo. Hubo
entre ellos algunos, digamos, ingenuos que pensaban en alcanzar la paz y
todo lindo, pero se equivocaron rotundamente dejándose seducir por este
líder que parecía tener la mejor intención. No sé si estarán arrepentidos,
pero que se sienten pasados a llevar…vaya que no.

El pueblo judío se dedicó, gracias a los mismos cristianos que tenían


prohibida la usura, a ganar dinero, a invertir, a prestar y nos hicimos de
fortunas hasta tal punto que llegamos a gobernalo todo: energía,
telecomunicaciones, armamento, tecnología, salud, la educación, la
enseñanza de la historia, tergiversada con el lavado de cerebros…la
legislación de los países se ha adaptado a la nuestra a través de los miles de
tratados jurídicos internacionales que ha suprimido la legislación interna
de cada país. Llegamos a hablar de tolerancia como valor supremo, pero
nos hemos vuelto los más intolerantes que jamás se hayan visto…todo es
un engaño, se engaña a las masas que se han vuelto un rebaño acéfalo.
Hemos desacralizado a la sociedad haciendo que no les importe su futuro
espiritual porque viven el día pensando en gozar al máximo. Ese ha sido
uno de nuestros mayores logros: erotizar a la sociedad para idiotizarla
como animales en leva para hacerlos más manipulables, ha sido un golpe
maestro, mejor dicho, golpes unos tras otros. Nos metimos en todo y falta
solamente el golpe final. Se preparan para dar el gran paso y crear el caos
para aniquilar a los gentiles. Mientras tanto hacemos auto atentados,
generamos confusión entre la gente para atemorizarla y decimos
descaradamente que vamos a combatir el terrorismo ya que todos quieren
vivir en paz y progresar … son los renegados que no dejan que cumplamos
con este sueño. Son ustedes los terroristas…ustedes que no tienen ni
donde caerse muertos…y la gente les cree, porque los medios desvirtúan
de tal manera la información que los hacen parecer a ustedes como los
que cometen los actos terroristas para justificar el estado policíaco.

_ Era de esperarse. Comienza lo que ellos piensan que es el milenarismo


judío sin resistencia porque las gentes no encuentran que haya algo por lo
cual resistir. Tienen a toda la humanidad comiendo de su mano sin que
ella se percate que en cualquier momento van a cerrar el puño para
asfixiarla.
400

_ No lo pude haber dicho mejor. ¿Tú crees que es normal que se


produzcan terremotos a cada rato o que haya huracanes donde nunca los
hubo? ¿Crees que es normal que el clima esté patas para arriba y donde
había bosques ahora comiencen a aparecer desiertos y que en los desiertos
con el calor prácticamente se derritan las piedras? El famoso proyecto
Haarp es una niñería al lado de lo que hemos construido en Israel. Eso
me asustó y me llenó de miedo, de pánico. Podemos dominar el clima y
los movimientos de la tierra, hasta inclinarla completamente si queremos.
Esto no es solamente el sincretismo religioso, no. Eso es para la gente
crédula. Es la espera del Mesías nada menos y para eso hemos construido
un templo que no es ni remotamente lo que era el de Salomón. Mira,
estas cosas que te digo se me están mezclando y creo que estoy medio
enredado para explicártelas.

Los que estamos más cercanos a Todtschläger le hemos oído decir


que él es el Mesías que viene de parte de Aquel que nos dará la victoria.
Pero antes necesita que la humanidad se convierta a la nueva religión.
Que le rinda culto, y para que le rinda verdadero culto necesita de los
sacerdotes apostatas católicos que pueden consagrar la hostia y darles el
material para la celebración. Y de entre los sacerdotes, el más importante:
el Papa que se ha convertido en un ser capaz de hacer milagros…sí,
Matthew, tiene unos poderes que nunca nadie vio y verá porque está
reservado solamente para los que viven en el templo. Todtschläger es
enemigo del género humano, odia a los hombres, especialmente a los
niños por quienes siente una repugnancia espantosa, y quiere hacerla
desaparecer para dejar a algunos pocos...no sé para qué, pero supongo
que será para asegurar para sí mismo fieles y seguidores que no lo
traicionarán. En otras palabras, una vez convertida la humanidad a su
religión, los aniquila como moscas y se ríe de su condenación eterna por
apóstatas.

_ ¿Cómo sabes de esto? ¡En que te habías metido Leví!

_ No me lo preguntes…todos mis hermanos, los tres que tengo están


metidos hasta el cuello con el plan, del cual yo no quiero hacerme
participe. Yo no espero a este Mesías…no es el verdadero Mesías, es el
Demonio mismo y quieren que le rinda culto…yo no puedo…no puedo.
Soy un judío honesto, que ama a Dios y que busca servirle. No soy un
401

criminal conspirador que odia a los gentiles. ¿Comprendes en el peligro


que estoy si me descubren? Si saben que me vine para no participar de
esta matanza que se prepara, me matan a mí, el primero de todos, porque
soy del pueblo elegido. No conozco a nadie que piense como yo.
Absolutamente nadie con los que conversé se opone a este exterminio sin
saber que tal vez ellos mismo estén en la lista. Están tan contentos de que
por fin el pueblo de Israel va a dominar al mundo, que esperan con ansias
que empiece la guerra. Para que te digo del caso de los católicos que
andan corriendo encantados con el Papa de Israel, maravillados. No saben
que se están poniendo la soga al cuello ellos mismos porque serán los
primeros en ser exterminados…por idiotas, por ciegos, por querer quedar
bien con los judíos. Algunos ortodoxos rusos están dando la voz de alerta
sobre lo que se está preparando, pero los creen locos y Todtschläger les
tiene la vista puesta encima, como también a ciertos pequeños grupos
católicos que meten un poco de bulla, pero son pocos muy pocos. Tu
familia y un par de familias más en el mundo y nada más, ustedes son una
excepción, una excepción. – Repitió Carlos esta expresión un par de
veces. Por su rostro caían gotas de sudor y estaba lleno de pánico. Miraba
una y otra vez en dirección de la cocina para asegurarse de que nadie le
estuviese oyendo y estaba pegado al lado de Matthew que estaba mudo
por la propuesta que esperaba escuchar de su amigo.

_ ¿Cómo sé que eres sincero Carlos? ¿En quién puedes confiar


actualmente?

_ Sospechas lo que te voy a pedir, ¿verdad? Tienes que confiar en


mi...por favor Mateo, hemos sido amigos desde chicos, nos conocemos
todas las mañas y sabemos cuándo el otro miente. ¡Cómo me gustaría que
Etcharren estuviera aquí! Él sabía siempre cuando yo mentía, ¿te
acuerdas? Vamos Mansfield, por favor, déjenme partir con ustedes. Yo les
puedo facilitar el viaje, podremos llegar a Puerto Montt en un dos por tres
sin que nadie nos detenga.

_ Sabía que me ibas a pedir eso, lo sabía…pero quisiera que te explayaras


un poco más sobre la situación en Israel y de las calaminares que tenemos
que esperar. Cuéntame sobre la clase de tecnología que tienen para llevar
a cabo su plan.
402

_ Ellos planean junto con sus hermanos masones, muerte, destrucción,


violaciones, saqueos, ultrajes, lo más bajo que conozcas de la revolución
bolchevique, de la guerra civil española, de lo que se te ocurra más
perverso están planeando, ¿para qué entrar en detalles? Quieren crucificar
a los católicos, martirizarlos, pero sobre todo hacer que apostaten. Y al
planeta. como detestan la naturaleza y la belleza de la creación, la
destruirán, partiendo por los bosques, exterminarán animales de tal
manera que parezca una catástrofe natural cuando serán ellos los que
estén detrás y nadie se opondrá y lo verán como algo que tenía que pasar
por el calentamiento global, o por lo que se les ocurra en el momento.
Mentirán diciéndole al mundo que ellos aman la naturaleza y buscarán a
quien culpar. Dirán que construirán nuevamente y que todo será mejor
que antes porque será obra del hombre. Lo peor de todo es que las masas
se tragarán el cuento y les ayudaran con su esfuerzo, con su tiempo, con
sus vidas para hacerles el trabajo que ellos dijeron que harían. Durante
siglos se han preparado para la destrucción esperando el mejor momento
y ensayando como hacerlo en las distintas revoluciones que han habido,
especialmente en las últimas que han sido desgarradoras. Les mueve el
odio, el odio a Dios, al hombre, a la naturaleza, a la creación en general.
Son cosas horribles que no pueden provenir únicamente del
hombre…tanta maldad no es natural y propia en un hombre por muy
perverso que sea. No quiero ser parte de eso. Me obligarían y yo no estoy
dispuesto a hacerlo, por ningún motivo.

¿La tecnología? Usan lo último en energía de ondas


electromagnéticas, en radiación nuclear, están ocupando también la óptica
con grandes lentes que captan la radiación nada menos que del sol…son
cosas técnicas que yo no entiendo mucho.

_ ¿Cómo sé que no me estás usando para aniquilar a toda mi familia? Te


llevo hacia donde ellos están, y te dejas caer y nos eliminas a todos.

_ ¿Me crees capaz de asesinar a Ángeles, a Manuel, a Peter, a Sean, a


Isabel, a tus hijos, a tus padres? ¿Qué estás diciendo Matthew? Por favor,
créeme. He dejado a mis hermanos para no verlos nunca más. He dejado
mi puesto de trabajo en Israel desde donde literalmente hui despavorido.
Quiero estar tranquilo con mi conciencia, conciencia que me tira y me tira
a dejar hasta mi propia religión. Me vine desde Israel pensando es escapar
403

a un pueblo solitario, en el Altiplano o en la Patagonia, donde vivir como


un ermitaño después que un cirujano me arranque esta cosa horrible que
me tiene controlado como un collar gps de un perro. Llegué a Chile y me
encuentro con Thomas e Ian en mi oficina desesperados porque te
encuentras preso en mi cárcel por tiempo indefinido hasta que te mueras
o firmes. ¿No crees que es mucha la coincidencia? ¿No crees que Dios
cruzó nuestros caminos por algo? Te lo suplico Matthew, mi mundo, mi
religión, aquello que me sostenía en la vida, aquello que siempre animó
mi camino ahora se cae a pedazos y me está volviendo loco. Hace meses
que no puedo dormir, tengo pesadillas horrendas. Veo los rostros de los
niños que son obligados a participar en los cultos donde se le rinde
adoración al demonio en persona. Se los mataba en mi presencia con
sufrimientos horribles y se bebían la sangre muertos de la risa como quien
se toma una copa de vino…es asqueroso, no es de Dios…no es de Dios.
Yo mismo permití que mis presos en el centro de detención murieran o
apostataran de su fe…y me gocé de aquello, y en las noches los veo sufrir
por mi culpa y me lo reprochan. Siempre sueño con el padre Agustín que
me sonríe y me estira los brazos para abrazarme y yo me arranco de él.
Me llama una y otra vez, me busca y me dice que Él, tu Cristo, me está
esperando y yo corro despavorido…el farsante, como le decimos los
judíos, no puede ser…no puede ser que sea cierto… Veo como se juega
con la humanidad como quien ve un programa de reality en la televisión.
Todo lo ven en Israel, tienen el centro de todas las cámaras de seguridad
del mundo y de todos los chips de la gente que los usa, y a su vez saben
cuándo alguien no lo tiene. Esto es solamente el comienzo de lo que
viene y no quiero ser parte de esas atrocidades futuras. Estoy confundido y
la presión que experimento me está matando.

Matthew se levantó de su asiento dejando a Carlos con los brazos


recostados sobre la mesa, casi al borde de las lágrimas. Los tiempos que
corrían eran angustiosos para todos lo que aún pensaban y se sentía en el
ambiente un aire asfixiante que oprimía el alma como jamás lo había
conocido la humanidad.

El testimonio de Carlos era aparentemente cierto y no cabía duda de


su sinceridad. Dios había ido armando este singular grupo para hacerlos
huir a donde podían resistir desde la soledad y el silencio. Matthew
pensaba que él no era nadie para negarle a su viejo amigo la oportunidad
404

de partir con ellos, contando con que además no tendrían que enfrentar
más controles y tendrían el camino expedito para llegar a Puerto Montt,
ubicar a Manuel y llegar finalmente al refugio en medio de los glaciares y
de los bosques. Pero, ¿y si se equivocaba y lo estaba manipulando?
Comenzó a caminar por el comedor alrededor de la mesa con sus manos
atrás pensando y poniéndose en distintos escenarios vislumbrando una
posible respuesta, pero estaba temeroso de cometer un error garrafal al
aceptar a Carlos en el grupo.

_ Carlos, no estoy seguro de querer que sigas con nosotros y te lo digo


francamente. Me cuesta creer que de un día para otro hayas cambiado tan
radicalmente. Si no hace mucho defendías a brazo partido lo que en estos
momentos reniegas. ¿Acaso se te han borrado de la cabeza nuestras
acaloradas discusiones sobre religión y sobre la unificación mundial que
teníamos hace años atrás? Solías decirme que por una buena causa han de
utilizase todos los medios hasta lo que nos parecen éticamente deplorables
al más puro estilo de que el fin justifica los medios. Continuamente me
tratabas de goyim sabiendo lo que eso significa y lo ofensivo que es: bestia
de carga con alma para poder servirse de ella. En ese entonces éramos
buenos amigos y con todo, siempre se te salía eso de goyim, “Tu Matthew
eres un goyim, pero uno bueno y noble y por eso me gusta compartir
contigo.” Te mofabas de Cristo, en mi propia casa y varias veces tuvimos
que pararte el carro con casi segura certeza de no querer verte más.
Manuel una vez tuvo entre sus manos tu cello para rompértelo en la cara y
tuve que frenarlo porque estaba decidido a hacerlo. Mira como vives
actualmente, el cargo que tienes. Para llegar a tener lo que tienes habrás
de haber hecho cosas muy valiosas para ellos….te conozco y sé que el lujo
y el confort te gustan y disfrutas del poder. Me cuesta creer que quieras
abandonar este paraíso terrenal para unirte a un grupo de católicos…nada
menos, de católicos que huyen para poder mantener su fe y servir a Dios
en el destierro. Huimos para no apostatar, huimos para poder vivir
cristianamente lejos del mundo que odia a Dios.

_ No me crees y lo comprendo. Es cierto lo que dices, pero uno aprende


a golpes. Las cosas que vi son horrendas y no quiero hacerme participe
de ellas. Solo quiero vivir en paz y si no quieres que los acompañe
emprenderé mi propio camino hacia el norte como pensaba hacerlo. Si es
así, no te culpo ni guardaré rencor. Pensé que dado que no estoy
405

acostumbrado a estar solo podría aprovechar la oportunidad de irme con


un viejo amigo. En Israel ya había comenzado a hacer ciertos arreglos que
me iban a permitir arrancarme del sistema sin que se dieran cuenta.
Tengo por ejemplo, firmado el permiso para las vacaciones que voy a
tomarme. Vacaciones permanentes que me alejaran para siempre de esta
cosa espantosa que no me deja dormir en paz. Quiero apartarme y no
saber más del gobierno mundial, ni de planificaciones maléficas.

Escucha Matthew, piénsalo durante el día. Voy a estar todo el día


haciendo trámites para dejar mi oficina funcionando ya que hoy en la
tarde viene el tipo que me va a reemplazar durante mis vacaciones. Lo que
él no sabe es que va a tener que darme por desaparecido cuando en unas
semanas más yo no llegue a mi puesto. Amigo...créeme, por favor, dame
la oportunidad y si decides que no, bueno, lo aceptaré, no sin dolor, pero
comprendiendo que lo haces por proteger a tu familia. Si hubiera querido
hacerte daño, no te hubiera sacado de la cárcel ni menos te tendría en mi
casa. A Thomas ya se lo hubieran llevado detenido y te aseguro que
estaría bien muerto por traidor y a Ian se lo hubieran llevado a un
sanatorio para reformarlo. Se habría dado una alerta para encontrar a tu
familia y estarían muertos. Los mercenarios no se miden y cuando actúan
es peor que si te atacara una jauría de perros rabiosos. No te estoy
tendiendo ninguna trampa. Nos vemos en la noche. Descansa, aprovecha
de leer y de escuchar música, y de salir al jardín porque hoy no va a haber
nadie, sólo la cocinera.

Carlos abandonó el comedor con la cabeza gacha sin mirar a


Matthew que estaba de espaldas mirando por la ventana con la vista
perdida en la nada. Era difícil tomar una decisión él solo y subió a la
habitación de Thomas que tomaba su desayuno en la cama, recostado
entre almohadones viendo televisión.

_ Que desagradable Thomas, ¿Cómo puedes estar echado en la cama


tomando desayuno, fumando y viendo la caja idiota?

_ Déjame darme un gustito antes de partir a la jungla incivilizada donde


tendré que hacerme añicos las manos, dormir en un catre duro y
quedarme sin la que tu llamas la caja idiota. Dan puras macanas, pero me
sirven de distracción…soy un hombre soltero y solo…nadie me espera, no
406

tengo una mujer que esté sufriendo por mi ausencia, ni hijos que
reclamen a su padre y cuando pienso en lo botado que estoy, me doy
pena y la tele me sirve para sentirme acompañado. Además la señora
Alicia se ha portado un siete conmigo y ella se ofreció a traérmelo a la
cama. – Matthew le quedó mirando con cariño. No se había puesto a
pensar que su hermano efectivamente estaba falto de afecto femenino y
que si a él lo que le motivaba en gran parte era tener a Ángeles y a sus
niños, Thomas no tenía aquel apoyo que él consideraba su tesoro. Verdad
era que su hermano contaba con él, con sus padres y demás hermanos,
pero no era lo mismo. Thomas había elegido esa vida, pero a veces esa
vida solitaria le pasaba la cuenta y lo hacía pensar en que ya era tarde y las
oportunidades despreciadas ya no volverían.

Matthew se sentó a su lado robándole de pasada una tostada y le


contó lo que Carlos le había dicho. Thomas impertérrito miraba la
televisión sin decir nada por unos minutos que a Matthew se le hicieron
eternos.

_ El judío es buena tela. Me acuerdo que ustedes dos eran bien amigos y
que se agarraban de vez en cuando por tu culpa, cuando sacabas el temita
religioso sabiendo que el otro es judío de línea medio dura. Pero siempre
volvía a la casa acarreando el cello como si nada hubiese pasado. Como
masoquista el pobre diablo o es que tú tienes un tremendo imán con la
gente complicada; más encima te perdonaba tus insultos, porque a veces te
ponías bien pesado.

_ Nunca lo he insultado. No le falto el respeto a nadie para exponer mis


argumentos, eso sería una falacia. Yo no odio a los judíos…pero están
equivocados y suelen ponerse bastante cerrados y complicados. Dicen que
los vascos son porfiados, pero yo creo que los judíos les ganan por lejos.
Recuerda cuando decía que él no era chileno, que era israelí y que apenas
pudiera se iba a ir a Israel; que Chile era una mierda y vaya a quien le fue
a decir que Chile era una porquería…eso sí que es ser mal agradecido y
falto de respeto con el país donde has nacido, donde te alimentas y donde
eres libre de circular por donde se te ocurra. Yo amo a mi país y no me
vengan a llamar poca cosa a mi Chile. Estos judíos no tienen patria y
utilizan los países donde viven para estrujarles el tuétano y después
mandarse cambiar y enriquecer a la Sinagoga. Por eso a mí me daba rabia.
407

Y a cada rato lo de goyim, despreciándonos. Yo no tengo nada contra el


pueblo judío de buena voluntad, que trabaja como todos por el país
donde viven. El problema surge cuando te empiezan a decir disparates y
atacan al cristianismo. Yo rezo por el pueblo judío para que se convierta.
Nosotros venimos de ahí, Cristo era judío. Carlos me buscaba el odio
ofendiendo a la cristiandad y a Chile. Yo le respondía harto picado que
los pobres y tristes israelíes le habían tenido que quitar la tierra a los
palestinos mediante la ONU porque solos no podían y entonces se
enojaba conmigo.

_ Y le decías a Carlos a cada rato que eran unos deicidas…muchachito de


dieciocho años eras en ese entonces…me acuerdo como si fuera hoy
cuando te desubicabas. No me explico cómo no te trató de nazi.

_ Porque Carlos comprendía que era una cosa de religión y no de raza ni


mucho menos. Quería hacerle ver que Cristo es el Mesías que ellos
esperaban, y que le habían dado muerte y que esa muerte seguía
penándoles hasta el presente.

_ Nada menos…eres bien desubicado Mateo a decir verdad. Uno puede


decir lo mismo, pero con palabras más suaves y no tan confrontacional.

_ No soy confrontacional, pero no vengan a darme argumentos hechos a


base de mentiras y de lavado de cerebros, y todas esas cosas horrendas y
blasfemas de las que habla el Talmud. Bueno, en fin, seguimos siendo
amigos, a pesar de todo. Yo no voy a dejar de decirle lo que pienso en
materia religiosa y si se convierte me alegraría mucho, porque le estimo y
me importa la salvación de su alma. Podrá ser una buena persona, un
buen ciudadano, pero como dice monseñor Knox a propósito de lo
mismo: “Todas las tarjetas de identidad están selladas en el cielo con las
iniciales C.R., Católico Romano”. Extra Ecclesiam nulla salus.

_ Siempre me ha parecido una frase extremadamente dura y excluyente, y


se me hace difícil creer que Dios a aquellos que no han recibido la fe los
tire al infierno.

_ Le preguntaron a Cristo si eran pocos los que se salvan y Él les dijo que
lo que era imposible para los hombres es posible para Dios. A nosotros
408

no nos compete jugar a ser Dios y andar por ahí mandando gente al
infierno. Sólo Dios sabe quién se condena y quién se salva. Lo que sí es
claro es que las reglas son claras y fuera de la Iglesia no hay salvación. El
que rechaza esta arca, querida y hecha por Dios mismo al fundarla está en
el fondo condenándose a sí mismo porque es finalmente rechazar el único
medio de salvación que Dios pone para que todos puedan llegar al cielo.
Dios mismo fijó las reglas y los límites, y hemos de ser suficientemente
humildes para aceptar estas verdades y el que no quiera, bueno aténgase a
las consecuencias. No es un invento humano, es voluntad de Dios que sea
así… ¡Ay – dicen- es que a mí me parece injusto, exagerado y no me gusta!
Bueno, las cosas no dependen de mi voluntad, ni de mis gustos
personales. Por más que no me guste que dos más dos sean cuatro va a
seguir siendo así ad aeternum. Con mayor razón las leyes de Dios.

_ La salvación es universal, siempre lo ha enseñado la Iglesia.

_ Sí, pero hay ser claros con eso porque se entiende mal: no es que todos
los hombres se vayan al cielo, porque de hecho eso no corresponde a la
realidad y muchos van al infierno. La universalidad de la salvación radica
en que todos están de alguna u otra manera llamados a ser santos, en sus
estados, donde están plantados y para llegar a serlo hay que hacer lo que
Dios manda: si tú me amas cumplirás mis mandamientos. Se salvará el
que quiera salvarse, porque para desear querer salvarse hay que hacer lo
que Dios pide que hagamos, nada más que eso. Es tan claro como el agua.
Si quiero salvarme pondré todo mi ser para lograr hacerlo y Dios tendrá
que darme los medios porque así lo ha prometido, y El cumple su
palabra. Por eso es tan grave el pecado que tiene la Iglesia apóstata de
ahora con el Anti papa en Israel porque no se ha preocupado por las
almas y ni de su salvación, sino que todo lo contrario. No les interesa
salvar almas porque ya no creen ni el Cielo, ni en Infierno, ni en el juicio
ni en nada. En lo único que creen es en la construcción del reino
mesiánico falsificado en este maldito mundo. Cuando el Antipapa
consagra, porque ni siquiera es una misa, es para utilizar la forma
consagrada para profanarla en la misa negra…O sea Thomas, ellos creen
en la presencia real y hacen las cosas adrede de pura maldad… ¡Que
paciencia es la que Dios tiene con los hombres!.... Volviendo al tema de
Carlos, ¿Qué opinas tu Tommy?
409

_ Yo conozco a estos tipos del novus ordo mundial y estoy seguro de que
Leví es sincero, porque no se arrepienten de esa manera y se les nota en
los ojos cuando están planeando algo. No me parece que quiera hacernos
mal. Me fijé bien en él cuando le rogué que te sacara de la cárcel y como
que se le iluminó el rostro. Si hasta la pérfida esa que tiene de secretaria le
quedó mirando extraño porque nunca lo había visto tan decidido y rápido
para tramitar personalmente la liberación de un detenido…algo que jamás
había hecho por lo demás. Capaz que termines convirtiendo al judío
Matthew.

_ Está más dócil eso sí, ya no me discute como antes y se queda pensando
en silencio. Entonces, le digo que se venga con nosotros y se acabó el
asunto.

_ Eres pillo Matthew porque vienes a pedirme consejo para que yo te


apoye y si te equivocas digas que yo también estuve de acuerdo con lo de
Carlos y que no se te puede cargar a ti solamente la mano. Alivias tu
conciencia pasándome parte de la carga a mí.

_ Obvio, yo no puedo decidir por ti, y si tú no estás de acuerdo me lo


tienes que decir para buscar una solución. Aliviar mi conciencia…eres bien
mal pensado Thomas. Yo confío en Carlos, pero quería ratificarlo
contigo. Pasando a otra cosa, ¿Qué te contó ayer en la tarde Ian después
de que habló conmigo?

Thomas le sonrió y le explicó que no quería inmiscuirse en algo tan


delicado. Matthew insistió y su hermano le relató la conversación que
habían tenido y el consejo que le había dado, suplicándole que fuera con
su hijo más comprensivo y abierto porque tal vez era completamente
posible que tuviera vocación para el sacerdocio.

Matthew frunció el ceño y le contestó a su hermano que era algo


demasiado extraño y presionado por las circunstancias ya que hace unos
meses atrás Ian pensaba radicalmente distinto. Veía la fe como una cosa
atroz que cumplir, que los curas eran unos embusteros hipócritas, que la
religión estaba de más y que todo daba lo mismo. Con respecto a los
sacerdotes modernos Matthew no distaba mucho de la opinión de Ian.
Porque efectivamente hasta los más tradicionalistas pecaban de soberbia,
410

de falta de caridad y de falta de celo apostólico, de modo que en gran


parte la crisis que estaba sufriendo el mundo se debía a su negligencia
respecto de su ministerio y del nulo interés en preocuparse por sus ovejas
que andaban solas en medio de los lobos buscando pastores para que las
guiaran y las cuidaran. Antes de que Christian Mansfield Bradley llegara a
Chile, la familia de Matthew había sufrido mucho por causa de la falta de
un sacerdote. Ninguno estaba dispuesto a jugárselas por la misa tradicional
y los que lo hacían esperaban que los seglares les tuvieran todo
preparado, esto es, ornamentos, altar, feligresía. Nada de salir a atraer a
los fieles la iglesia, eso no. “Si quieren que vengan solitos, porque yo los
voy a estar esperando, pero no voy a ir a buscarlos. Si los fieles quieren
misa tradicional que ellos se encarguen de todo y yo sólo se las digo”.
Estos sacerdotes se sentían prácticamente como haciéndoles un favor a los
fieles por decir la misa tradicional. Y no es un favor, es un deber porque
para eso están…o estaban.

Los curas se habían transformado con el paso del tiempo es una


fuente permanente de escándalos. Los seminarios diocesanos eran
verdaderos antros de homosexuales y la autoridad que debía frenar estas
conductas e imponer disciplina no lo hacía, sino que por el contrario, lo
favorecida y lo miraba con ojos propicios. No se pudo frenar el avance de
la abominación y aquellos jóvenes que querían entrar al seminario para
servir a Dios y a las almas se encontraban con auténticas trampas que les
tendían para probar si estaban dispuestos a ser de ellos. Trampas que se
manifestaban en juegos y en tocasiones indiscretas: si el joven las
rechazaba lo más probable era que no durara mucho tiempo en el
seminario; si las aceptaba, era bienvenido al circo. La crisis era
generalizada y la autoridad competente lo había permitido.

Un tiempo antes de que llegara el Antipapa al poder, poco a poco se


fueron dando a conocer casos y más casos de curas pedófilos y de curas
homosexuales, y de otros que simplemente se amancebaban con mujeres.
Los católicos fueron perdiendo de este modo la confianza y la credibilidad
en los curas. Gran parte de la sociedad comenzó a mirar con recelo y a
desconfiar de la Iglesia. Pasó de ser la institución con mayor credibilidad a
la más cuestionada. Y como salida el Antipapa no había encontrado nada
mejor que aceptar pública y canónicamente la homosexualidad sacerdotal
y el matrimonio para los que quisieran, y de esa manera para hacerles más
411

liviana la carga. Ya no era pecado. El Antipapa quería además con esto


“limpiar” la mala fama de la Iglesia. En vez de corregir, de sancionar, de
cortar con el miembro putrefacto, se le aceptaba. Pero siendo un
Antipapa, no era la Iglesia verdadera la que hacía todo aquello, aunque el
mundo la tomara como la única y verdadera.

¿Dónde estaban actualmente los sacerdotes? Unos habían colgado


la sotana… el clery man o la crucecita de la solapa…otros se habían
arrojado con todo a seguir al nuevo Papa apóstata acogiendo con
entusiasmo las reformas. Se casaban, no tenían que rezar el breviario, no
decían misa. ¿Qué hacían? Una vez al día realizaban el famoso ritual
sincrético y el resto del día vagaban predicando la llegada de la paz
perfecta a la humanidad. Los menos se habían mantenido fieles y se
ocultaban en casas de familia, donde realizaban la misa a escondidas y se
contactaban mediante una red secreta con los obispos que les habían sido
asignados y a los cuales estaban sujetos.

Dejemos un poco de lado el tema clerical y pasemos al caso de Ian.


Matthew tenía muchas dudas sobre la seriedad de su decisión y prefería
dejárselo a Titian que habiendo sido maestro de novicios por un tiempo,
sabía de verdaderas vocaciones mejor que él. No quería interferir para que
Ian no se sintiera presionado, ni que sus palabras le desanimaran.
Matthew lo iba a apoyar en lo que fuera que hiciera para el bien de su
alma, pero no quería influenciarlo ni para que abandonara la idea ni para
que entusiasmara ciegamente sin antes conversarlo con Christian. Querer
ser sacerdote en esos tiempos neopaganos y diabólicos que estaban
viviendo era una cosa de locos, de hombres muy valientes llenos de fe, de
amor a Dios y de compasión por sus hijos espirituales.

Los Mansfield pasaron la tarde cada uno por su lado encontrándose


nada más que para comer. Instintivamente Ian y Matthew no querían
toparse mucho para no volver a tocar el tema del sacerdocio y cada uno
anduvo haciendo distintas labores en sitios aparte. Matthew se puso al día
con su diario y arreglando su testamento espiritual que venía trabajando
desde que le habían colocado el marcapasos. No era que tuviera
pretensiones intelectuales, ni literarias, sino que escribía una especie de
autobiografía, de sus problemas internos y de cómo trataba de superarlos
día a día, lo cual le generaba un desgaste terrible que comprometía su
412

alma y su cuerpo. La vida para que valga pena debe ser una lucha contra
uno mismo, un continuo renunciar a miles de cosas que nos esclavizan si
les damos cabida, si las dejamos entrar en nuestro espíritu.
Afortunadamente su cuerpo estaba respondiendo al tratamiento y el
médico que lo había visitado después de almuerzo le dio el alta. Encontró
su corazón en muy buen estado, funcionando como un corazón sano y
fuerte que trajo un gran alivio a nuestro personaje que vivía
permanentemente preocupado de su pulso.

Serían cerca de la ocho de la noche cuando llegó Carlos cargando


una caja llena con las cosas que traía de la oficina y de inmediato después
de dejarla en su pieza, bajó al living donde estaban los Mansfield en pleno.
Matthew tocando Loch Lomond en el violín, Thomas leyendo e Ian con
los ojos cerrados echado en el suelo de espaldas escuchando a su padre.

_ ¿Y bueno amigos?…

_ Parece que mi pobre hijo Matthew Hugh va a tener competencia con el


cello y volveremos a tocar los tres juntos, ¿o no Carlitos? Tendré que
confiar en tu palabra…lo de los sueños que has tenido, espero que no me
los hayas contado para tocar mi lado más débil porque para mí sería un
triunfo de Cristo, quizás el más grande que me ha tocado ver, de un judío
recalcitrante convertido por susto a la epifanía de la verdad, al
catolicismo…los obreros de la ultima hora.

El rostro de Carlos pasó de la angustia a la alegría casi infantil. Reía


solo, agarró a Matthew de los hombros y lo zamarreaba entero,
provocándole un ataque de risa, como hacía tiempo no tenía. Estaba
gozando de este descanso y la esperanza volvió a brillar en los ojos de
Matthew que aguardaba con ansias poder volver a reunirse con su esposa y
a sus hijos.

Carlos se encontraba preparando su partida desde hacía un tiempo


con mucho sigilo para que nadie se diera cuenta de que planeaba
desaparecer. Seguía su rutina diaria, sus redadas continuaban y las visitas a
la cárcel eran más seguidas, aunque no se hallase en ella por el momento
ningún prisionero. Concurría a ella para intentar persuadir a Antonino
que lo acompañara, pero el muchacho se negaba ya que estaba
413

convencido de que su deber se encontraba ahí, junto a sus detenidos, de


lo contrario nadie iba a velar por ellos. Fue imposible convencerlo y el
último día de su visita, Carlos le llevó una carta de Matthew
agradeciéndole nuevamente sus cuidados y dándole una serie de consejos
espirituales que Antonino llevó en su corazón hasta su muerte unos meses
después al ser sorprendido en una misa clandestina, siendo su ejecutor su
mismo compañero de labores que ya hace algún tiempo había sospechado
de las andanzas de su colega. Nadie reclamó su cuerpo, ni siquiera su
madre y sus hermanos, los que al enterarse de su fallecimiento en esas
circunstancias, acolitando en una misa de los renegados, no quisieron
saber nada de él. Unos días después unos anónimos fieles católicos
reclamaron su cuerpo y en medio de las catacumbas, oficiaron una misa
de réquiem enterrando al joven Antonino en un mausoleo natural hecho
de rocas a los pies de la Cordillera de los Andes. Cuando Matthew supo
de su martirio se sintió honrado de haber sido nada menos que él quien lo
bautizara y le rogaba a este joven mártir para que intercediera por los
suyos y por él mismo ante Dios.
414
415

Tercera Parte
La persecución final

“Se dice él saldrá de los escondrijos del odio y se lanzará en


descarada persecución. Ésta será la última persecución, a las puertas del
juicio definitivo, que la Santa Iglesia tendrá que soportar en toda la redondez
de la Tierra: la ciudad entera de Cristo, perseguida por la entera ciudad del
diablo, sin que haya un rincón de paz en ambas sobre toda su extensión”

San Agustín de Hipona


416

Capítulo 1

A veces el solitario
encuentra gracia para sí
en la misericordia del Señor.
Aunque, con el corazón apesadumbrado,
debe continuar remando
por mucho tiempo,
por largos ríos
y helados mares,
caminando los senderos del exilio.
¡Las cosas siempre suceden como deben ser!
Poema anglosajón del siglo XI, titulado The Wanderer, tomado del
blog del mismo nombre.

Partieron hacia Puerto Montt a primera hora del día subsiguiente,


después de haber dejado todo arreglado. La van polarizada corría sin
obstáculos por la vigilada carretera sin que fuera atajada por los
carabineros en ningún punto del camino, es más, les abrían el camino al
reconocer al típico auto fiscal del gobierno mundial que era entregado
para el uso personal del gobernador. Carlos se había despedido de su
cocinera, de su chofer y de su mayordomo como si fuera a volver pronto,
pero con el corazón apretado ya que les estimaba mucho. Lo único que
les extrañó fue que les regalara tantas cosas de la casa y que dijera que se
iría de excursión a la Patagonia, sabiendo que a Carlos le cargaba acampar
y prefería un buen hotel para pasar las vacaciones, pero como andaba con
los Mansfield pensaron que lo habían convencido de hacer algo distinto y
se quedaron tranquilos.

Se demoraron pues, ocho horas en llegar a Puerto Montt, e


inmediatamente se encontraron con el personal confiable de la Armada
para que se contactaran con Manuel. Debían cruzar a Chiloé y esperar a
Manuel en Quellón.
417

Con el corazón compungido y con algunas dudas Manuel tuvo que


vender deshuesado el Albatros para comprarse tres lanchas chilotas a vela
que ocupaba para ir y venir entre Quellón ( en donde iban a abastecerse y
a hacer trueque de productos) y la isla donde vivían. Los viajes eran
peligrosos y largos demorándose varios días a merced de ser descubiertos
o de ser azotados por los fuertes vientos y olas del Golfo de Penas, así que
sus viajes no eran muy recurrentes.

Los Mansfield y Carlos cruzaron el Canal Chacao a bordo de una


transbordador y recorrieron en la van la isla hasta llegar a Quellón donde
los esperaba un oficial de la Armada quien era el oficial de enlace entre
Manuel y ellos. Por radio se les informó que Manuel había zarpado de la
isla y que se encontraba navegando a toda vela sacándole casi 20 nudos a
la lancha donde podía hacerlo. Tardaría entre un día y medio a dos.
Matthew estaba ansioso, más de lo que hubiera querido y la espera era
insoportable. No podía siquiera disfrutar del paisaje ya que debía estar
guardado en el hotel donde se alojaron, mientras sus tres acompañantes
salían a caminar con toda tranquilidad por la ciudad. Desde su habitación
veía el muelle y el continuo ir y venir de los transbordadores. Carlos le
había comprado un poncho y se sentaba junto a la ventana sobre un arcón
con el poncho cubriéndole las piernas a pensar y repasar su reencuentro
con Ángeles una y mil veces soñando despierto sin que se diera cuenta
del tiempo que pasaba. ¿Cómo estarían sus hijos? ¿Cómo luciría su
querido hermano Peter al que hace tanto tiempo no veía? ¿Qué habría
estado haciendo tan lejos durante todo esos años? Peter Mansfield, Pete,
era un misterio para Matthew ya que no hablaba mucho, pero era un tipo
encantador, acogedor y con una sonrisa eterna. Era de esas personas que
no pueden dejar de caerle bien a uno. Sin embargo, era tan tímido que
costaba entrar en su mente y solía estar calladito y mirando al suelo al ser
incapaz de sostenerle la mirada a alguien. Matthew le amaba con ternura y
lo consideraba un genio pragmático, capaz de encontrar la solución a
cualquier problema mecánico - agrícola. Perdía la timidez y la vergüenza
cuando se le pasaba una guitarra o una mandolina y tocaba y cantaba con
una voz fuerte y hermosa. Todo el futuro de la gran familia Mansfield
estaba en manos del trabajo de este hombre que había construido una
cosa extraña que se mimetizaba ejemplarmente con los bosques de la isla
que estaban habitando.
418

Los caminantes llegaron de su paseo agotados de tanto comprar y


comprar cosas que pensaban les serviría en su nueva vida. Cargaban bultos
y bultos, y su única preocupación era si cabrían en la lancha chilota.
Dejaron caer las cosas con tal estruendo que Matthew llegó a saltar de
susto. Ian comenzó a ordenar inmediatamente y a clasificar las cosas en
cajas plásticas, mientras Carlos y Thomas asaltaban el frigo bar. Desde la
conversación que había tenido con Matthew, Ian se había comportado
completamente cambiado. Andaba sumiso y su hosquedad se había
esfumado. En vez de enojarse por el rechazo aparente que le había dado
su padre, había optado por tomarlo como una prueba y se estaba
probando a sí mismo en la humildad, como nunca lo había hecho antes.

Y ciertamente, Ian se comportó desde su salida de San Fernando


de un modo tan dulce y obediente que había despertado en Matthew un
deseo incontrolable de abrazarlo y levantándose de su asiento fue y le
abrazo besándole la frente y ambas mejillas mientras le decía que le amaba
y que estaba feliz de haber hecho toda esa odisea para traerlo de vuelta.
Volvió a decirle que apenas llegaran a la isla hablara con Christian acerca
de su vocación, que él por su parte no pondría obstáculos de ningún tipo y
que todo lo dejaba en manos de Dios.

_ Sé que me amas papá y que quieres que yo haga la voluntad de Dios. Si


es Su voluntad que yo sea sacerdote lo seré, y daré lo mejor de mí para mi
santificación y la de quienes me serán encomendados. Mi corazón está
tranquilo y alegre porque los signos son cada vez más claros y nuestro
Señor está cerca. Quizás no llegue a concretar mi ordenación por esta
causa, pero nosotros no conocemos los tiempos. Estoy tan contento papá
de que nos vayamos a reencontrar con la familia y que nos vamos a ir
navegando en una lancha. Siempre he querido navegar a vela. ¿Con quién
vendrá mi tío Manuel?

Matthew trataba de tomarse la partida del modo más relajado


posible, y comprendía que sus compañeros de viaje también; porque no
eran unas agradables vacaciones por el sur de Chile rodeados de paisajes
maravillosos. Era una huida. Se estaban autoexiliando y nadie tenía la
certeza acerca de cómo iban a resultar las cosas y si había sido una buena
decisión marcharse al sur en vez de ir al norte donde habían huido la
mayoría de los católicos rebeldes.
419

Carlos les había interrogado, mientras conducía hacia Puerto Montt,


por esta la idea de mandarse a cambiar de Viña de forma tan apremiante.
¿Cómo fue que de un día para otros agarraron sus cosas y se fueron?
Thomas le explicó con detalles lo que le había pasado a él en Australia
cuando lo invitaron a unirse a los Illuminati, y lo que había escuchado
acerca de que no dejarían piedra sobre piedra sin buscar hasta dar con el
último católico fiel a Cristo y a la verdadera Iglesia. Thomas le indicó que
había quedado escandalizado por el juramento y se preguntó a sí mismo la
razón de tanto odio y de tanto ensañamiento contra un grupo tan reducido
que tenía cero influencia en un mundo que estaba deslumbrado con el Sr.
Secretario General. Los trataban de terroristas, de enemigos de la paz y
del progreso. Pues bien, estaba profetizado que esto iba a pasar porque
era el último tiempo que le quedaba al Demonio para destruir a la Iglesia;
y los hombres ciegos y sordos, cómodos y egoístas, sensuales y
materialistas maravillados por la tecnología le hacían el favor. El mundo
estaba rendido a las modas ridículas y pasajeras que se renovaban día a día
haciendo que las gentes llegaran al colmo de la estulticia, y sin embargo se
sentían felices…sí, se sentían disfrutando de la vida aunque no paraban de
estar inconformes, con la cabeza llena de deseos insatisfechos que les
quitaban el sueño: quiero esto, quiero lo otro, si no lo tengo me muero, y
la sed por las riquezas y el materialismo les consumía la vida. El mundo
vivía envuelto en una bulla permanente: música estridente, ruido de
celulares, gente con sus orejas cubiertas de aparatos para escuchar música,
como si cada uno viviera en una isla que se niega a escuchar y a hablar con
su prójimo. Era el triunfo del yo.

El impedimento había sido removido y ahora el Príncipe de este


mundo se largaba con todas sus armas a la caza de los hijos de Dios. No
había tiempo que perder y la huida debía hacerse en ese momento ya que
las medidas tomadas para atraparlos estaban recién comenzando a
funcionar y más tarde sería imposible escapar. Por otra parte, también el
obispo que habló con Christian le había dicho exactamente lo mismo, y
no se podía obviar el consejo porque provenía de una fuente confiable.

La gente de la isla grande de Chiloé estaba un poco menos


contaminada con el espíritu del mundo imperante, pero aun así existían
los mismos cuidados que tomar como si estuvieran en cualquier ciudad
del mundo. Manuel había ido desde su llegada a la isla donde vivían, un
420

par de veces a Chiloé en busca de provisiones y se movía con suma


prudencia. Tenía una persona de relativa confianza que lo abastecida con
lo estrictamente necesario. Era un almacenero desvergonzado, a quien le
daba lo mismo venderle a un fanático del gobierno mundial o a un
renegado y no se hacía problema por ello. Lo que le importaba era
enriquecerse y que lo dejaran trabajar tranquilo. Sin embargo, Manuel
estaba consciente de que el tipo se vendería a cualquiera que le ofreciera
más por saber los movimientos de la gente de la zona y por ello le pagaba
puntualmente con los productos que intercambiaban. Nuestros exiliados
no manejaban dinero…la moneda del novus ordo, y el comerciante en
cuestión era el único que le toleraba este sistema de trueque en la Isla
Grande.

Al día siguiente a su llegada a Quellón, temprano un poco antes del


amanecer fueron despertados por un subteniente de la Armada quien les
avisó que Manuel había atracado recién en el muelle y que se apuraran
para embarcar antes de que clareara. La ansiedad se apodero de los
viajeros y entre que se les caían los bultos y se gritoneaban entre ellos
subieron las cosas a la van. A la salida del hotel Carlos le pasó las llaves
de la van al subteniente y se la encargó:

_ Llévela al otro lado de la isla, a Cucao y me la tira al mar.

_ ¿Disculpe gobernador…?

_ Subteniente yo no voy a volver y quiero desaparecer. Cumpla esta última


orden e ingénieselas para tirarla al mar. Usted nunca me ha visto, hágame
este favor. – Carlos puso las llaves en la mano de este impresionado oficial
que salido de su sorpresa, se puso en posición firme y le saludo
militarmente diciendo que se haría como pedía. El mismo condujo la van
de Carlos al muelle ahí los dejo en la entrada del embarcadero que no
presentaba mayor movimiento. El muelle estaba iluminado con sus focos
todos encendidos y el suelo humedecido por la neblina y las gotas de mar
cuyas olas golpeaban incesantemente contra los pilares del embarcadero.

A lejos se divisaba a Manuel terminando de amarrar las espigas de


la hermosa lancha chilota construida con nobles maderas de la zona. Se
encontraba al final y la lancha apena de veía ya que la marea estaba baja.
421

Sólo alcanzaba a divisarse el mástil. Manuel vestía un chaleco azul marino


punto ingles sin charreteras, un pantalón térmico y unos negros bototos de
trabajo y sobre su cabeza una gorra marinera de patrón de yate. Matthew
al verlo no pudo dejar de sonreír mientras sentía su corazón latir a mil por
hora. Manuel, que no se había percatado que sus pasajeros se
aproximaban, le gritaba algunas órdenes a su tripulación que se
encontraba todavía en la embarcación guardando las cuerdas y recogiendo
la vela. Sus marineros eran Matthew Hugh, Rafael Latorre, Juan Manuel e
Ignacio Etcharren que afanosamente recogían la vela y las cuerdas.
Mientras estaban en pleno trabajo Matthew H. levantó la vista y vio
acercarse al grupo de pasajeros caminando rápidamente por el muelle y
dejando el trabajo subió la escalinata y corrió a abrazar a su padre.

_ Papá…papá, gracias a Dios. ¿Qué le paso a tu cara? ¿Esto fue lo que te


hicieron por culpa de Ian?

_ Matthew, hijo, no sigas, ya córtala. Lo hecho, hecho está y vámonos de


una vez a la casa. Quiero que más tarde nos sentemos a conversar, quiero
que me cuentes si las cosas en tu alma se han arreglado algo, pero ya
hablaremos con calma. Te dejaste crecer barba, hijo, te ves muy bien.
Anda, saluda a tu hermano. – Ian estaba cabizbajo y no sabía qué hacer en
ese momento, si pedirles perdón a todos ellos o hacer como si nada
hubiese pasado y saludar lo más naturalmente posible, subirse a la lancha
y quedarse calladito en la cubierta. Matthew Hugh se acercó a Ian y lo
miró de arriba a abajo moviendo la cabeza negativamente. Tampoco sabía
qué hacer. Estaba contento de verlo, lo notaba diferente. Algo en él
parecía haber cambiado y su fisonomía entera hablaba de una mutación
interna. Finalmente se acercó y le tendió la mano. Ian le correspondió el
saludo y además le beso sus mejillas, iba a ponerse de rodillas para
disculparse con su hermano mayor, pero Matthew H. no se lo permitió.

_ No, no, nada de escenitas tipo hijo pródigo por favor. Vamos a tener
que hablar largo rato los dos, Ian…los errores no se olvidan así de la nada,
ni menos el daño que nos causaste.

El ambiente estaba tenso. Todos observaban a los hermanos


Mansfield que seguían contemplándose a los ojos, manteniendo la mirada
firme y el ceño fruncido como si estuvieran hablándose con los ojos.
422

Entonces Manuel vino al rescate de la incómoda situación. Terminó de


amarrar la lancha y junto con Rafael y sus hijos se aproximó al grupo,
seguido de un gracioso cachorrito de pastor alemán que saltaba de un lado
a otro. Con los brazos abiertos saludó a Thomas y a Carlos a quien hace
tanto tiempo no veía y por último a Matthew, a quien quedó mirando
inquisitivamente y se limitó a darle la mano, no quiso abrazarlo. Es que
estos dos amigos eran muy especiales y tenían sus códigos, y a Manuel que
era un tipo histriónico y escandaloso Matthew lo tenía advertido con
respecto a las escenitas emotivas.

_ Ni se te ocurra abrazarme Manuel.

_ No pensaba hacerlo profesor cara cortada.

_ Muy chistoso mi capitán.

_ Ya Matthew, hablando en serio ¿Cómo estás viejo? Me da tanto gusto


verte con Ian y con Carlitos, ¡una tamaña sorpresa! Gracias a Dios
Thomas te acompañó, así que por mi parte tiene todas sus embarradas
pasadas perdonadas…bueno, pero dime, ¿Cómo estás? Lamento tanto no
haber estado contigo cuando estuviste preso.

_ Estoy bien, pero terriblemente ansioso. ¿Qué tienes ahí Etcharren?

_ Esta es la sorpresa que te tenía. Hace tiempo que buscabas un perro


pastor alemán fino, de buena línea y yo por ahí y por allá te conseguí a
este cachorrito. Mira sus manos, son grandes…va a ser muy bonito. Negro
con señas rojas y amarillas. Es tuyo, con todo mi aprecio y mi afecto, para
que te acompañe a caminar en tus horas melancólicas por la isla. Tu hijo
Christian ya le puso nombre y creo que te va a gustar: Rufus. Rufus te
presento a tu dueño el profesor Matthew Mansfield, el nuevo
Kierkegäard.

_ No puedo creer que lo hayas conseguido, es precioso, del tipo de pastor


que me gusta. Muchas gracias…que alegría, me encantan estos perros.
Christiancito le puso el nombre que yo le había dicho que le íbamos a
poner cuando nos compráramos uno…Mira como me quiere, entramos
en sintonía al tiro.
423

Matthew amaba a estos animales e inmediatamente se puso a jugar


con su perrito haciéndole cosquillas en el estómago y detrás de la oreja. El
perro de unos cinco meses se entregó totalmente al afecto de Matthew que
estaba enternecido con el animal

_ ¿A qué hora partimos?

_ Matthew, apenas suban sus cosas y después que haga unas diligencias en
el pueblo. Hay que aprovechar que aún está un poco oscuro y con la
marea baja para que no se vea mucho la lancha. Quiero cruzar el Golfo
de Penas en la noche y si nos apuramos podremos disfrutar del cruce por
el Canal Moraleda, el Errázuriz y los demás que hay que atravesar para
salir al Pacífico nuevamente a la altura de Isla Chonos y luego volver a
meternos por los canales después de cruzar el movido golfo. Lo único
malo es que los canales en general están llenos de basura, de las
salmoneras y de las forestales, que están haciendo añicos los bosques.
Pasados los primeros canales estamos ya en casa por fin. Va a ser una
buena travesía porque el tiempo nos acompaña y la Providencia sopla
nuestra vela con generosidad para que estemos todos juntos de una vez
por todas. – Manuel miró a Matthew con lástima y este último notando
que lo hacía, le dio un puñetazo en el pecho y le encajó una tremenda
caja de ropa en el estómago para que se la llevara.

_ Déjate de mirarme con esa cara de lástima. Yo estoy bien, me siento con
más ganas que nunca y lo de mi cara, bueno, tendrás que acostumbrarte a
verme con el rostro cortado. Total, que tanto, me sirve de recordatorio.

Después de los saludos y presentaciones pertinentes, entre todos


subieron las cosas a la lancha y quedaron bastante apretados. Bajo cubierta
no había camas ni literas, sino que dormían en unos sacos de dormir.
Había una cocinilla y el resto de la cabina estaba destinado a la bodega
donde guardaron los bultos y la leña. Era una lancha con espacio bastante
reducido e iban a tener que compartir ese día y esa noche de navegación
muy apretujados, turnándose para poder dormir.

Habían traído desde la isla unos productos para intercambiar con el


comerciante del almacén antes de zarpar. Una vez que hubieron cargado
424

todo el equipaje Manuel tomó unas cajas y con ayuda de sus hijos las fue
subiendo al muelle.

_ ¿Qué es lo que vas a hacer Etcharren con todas esas cosas?

_ Mateo, estas son las cosas que producimos: miel orgánica de murta y
un poco de queso artesanal.

_ ¿Ya están produciendo cosas para vender? ¿Y les da para tanto?

_ Claro que sí, no nos queda otra. Producimos para sobrevivir. No hay
supermercado, ni feria de los sábados, ni almacén de la esquina, ni
panadería. Todo lo que comemos lo producimos nosotros…o lo cazamos
o lo pescamos. Es cosa de aprender y al final te acostumbras. No es tan
terrible. Tú eras de la idea de producir los alimentos uno mismo lo más
posible y gracias a esos tus hijos han ayudado mucho porque sabían cómo
hacerlo. Las temporadas en el campo de mis papas terminaron por darnos
de comer. Claro que sí, todo tiene su razón de ser y siempre, siempre es
por algo. ¿Quién iba a imaginar que todos nuestros rudimentarios
conocimientos de agricultura nos iban a servir para mantenernos con vida
y en buen estado? Hay trabajo, pero que no te quepa la menor duda que
Dios nos está dando una mano muy grande y a veces me sorprendo de
cómo nos resultan las cosas casi imposibles que hacemos. Estos productos
que traje las cambio por harina, papel higiénico, fósforos, pilas y alguna
golosina a un tipo que me acepta que le pague de esta forma…pero es un
mafioso y vendería a su madre para conseguir hacerse más rico. Vengo
tarde mal y nunca por lo riesgoso que es andar por los canales y por el
pueblo mismo, y aprovechando este viaje me traje estas mercancías, que
no es mucho pero al menos de algo nos sirve. Tenemos que hacer el pan
y también las hostias que Christian necesita para la misa y por eso es
importante la harina. En Quellón no hay tanto control, pero de todas
formas nos vamos con cuidado y rapidez. Yo voy a la casa del tipo, que es
donde tiene su negocio también, le golpeo la ventana de su dormitorio. Él
sabe que soy yo y me abre antes que amanezca para recibirme. Juan
Manuel y Nacho, acompáñenme.

_ Voy contigo Manuel.


425

_ No creo que sea conveniente Matthew…

_ Deja que vaya contigo Manuel, mientras nosotros con Carlos y estos
cabros ordenamos los bultos bien para hacer más espacio, mira que el
cello del judío ocupa demasiado espacio y hay que reacomodar. – dijo
Thomas jugando a agarrar de una oreja a Matthew H.

Manuel, Matthew con su Rufus, Juan Manuel e Ignacio se fueron


caminando a grandes zancadas al negocio de don Claudio, un
descendiente de españoles avaro y ambicioso. Caminaban llevando un par
de cajas y en absoluto silencio moviéndose como sombras a la hora de la
fría aurora chilota. El negocito era una casa de dos pisos enteramente de
madera. La planta baja era el almacén y el piso superior era la casa que
don Claudio compartía con su “pareja”. Manuel tomó una piedrecita del
suelo y se la tiró a la ventana del dormitorio, pero no pasó nada. Insistió
un par de veces más hasta que finalmente el tipo se asomó por la ventana
envuelto en chales y mantas.

_ ¡A qué horas vienes amigo, mira que son recién las 6 de la mañana!
¿Qué te traes ahí Manolo?

_ Buenos días don Claudio. Vine a hacer unas diligencias y aproveché de


traerle miel y queso a ver si me los cambia por lo de siempre.

_ Ya lo creo hombre, que me han pedido de esa miel que es un manjar,


con ese toque de murta. No sé cómo la hacen, pero es la mejor que he
probado. ¡Qué bueno que viniste! En seguida bajo y me acompañas con
un desayuno bien abundante.

_ No se preocupe, vengo apurado y quiero partir lo antes posible.

_ Me voy a vestir y bajo enseguida. – El comerciante cerró la ventana y


Manuel no pudo evitar decir un garabato y escupir en suelo cuando el
viejo despareció de su vista.

_ Pensé que te agradaba el tipo. Fuiste muy amable con él.


426

_ Matthew, el viejo es un cínico…y yo también. Hay que tenerlo de buenas


y por eso le sigo la corriente. Es el único que ha querido venderme sin
estar en el sistema y te recomiendo que no le converses mucho porque es
bueno para sacarte información que después se te puede devolver como
un boomerang. Mientras más lejitos mejor y ni te cuento además lo
otro… está abriendo.

El negocio era como esos almacenes antiguos donde vendían de


todo un poco y de muy buena calidad. Era una tienda al estilo gourmet.
Tenía enormes quesos parmesanos, jamón serrano, fiambres que cortaba
con una maquina antigua, chocolates importados, especias en canastos de
madera y otros con distintas mezclas de té; del techo colgaban ajos, ajíes y
calabazas. Matthew se acercó entusiasmado a olfatear las diferentes clases
de té, llamando la atención de don Claudio que no le incluía en su listado
de los conocidos de Manuel.

_ Y este joven, ¿viene contigo Manolo?

_ Sí.

_ Pero no me dices nada más. ¿Son parientes?

_ Es mi cuñado, el hermano mayor de mi mujer.

_ ¿Anda de paseo por Chiloé? Parece que anduvo metido en una


camorra. Mira como le quedado el rostro al hombre. – Matthew levantó la
vista y le hizo una venia con la cabeza. Lo miró de reojo e inmediatamente
no le dio buena impresión. El almacenero era de baja estatura, de unos
sesenta años, de piel colorada y pelo negro con una prominente calvicie
en la mollera, disimulada por un mechón de muy mal gusto; ojos negros
saltones y usaba una boina vasca como la de Manuel. Era chileno, pero
hablaba como español, sonsonete aprendido de su padre y conservado
por mañoso y por figurón. Se movía de un modo grotesco y sus modales
eran delicados y afeminados, y cada vez que miraba a Matthew lo hacía
con una sonrisita estúpida y abobada. Fue una situación muy desagradable
para Matthew que le rehuía todo el tiempo, desplazándose de un lado
para otro en la tienda mientras intentaba revisar las mercaderías. El
comerciante no pudo seguir preguntando cosas sobre Matthew ya que
427

Manuel lo estaba apurando y tenía ya todo lo que quería elegido y restaba


nada más que sacar la cuenta y las equivalencias.

_ Ya don Claudio. Tengo listo lo que necesito. Usted dirá si está bien.

_ Todo bien Manolito, todo bien…- decía sin despegarle la vista a Matthew
que tuvo que salir finalmente de la tienda por el acoso que estaba
sufriendo con la mirada del viejo.

_ Oiga jefe, si no ha visto lo que llevo ni lo que le traje.

_ Manolo eres buen cliente y yo confío en tu honestidad…se fue para


fuera tu cuñado. ¿Cómo se llama? ¡Qué alto es! – Manuel coloco su
sonrisita de malicia en la cara y comprendió la rápida huida de Mansfield
para fuera. – Se llama Mateo don Claudio y déjelo ahí no más, no le
busque conversación mire que el hombre ha sufrido mucho y está para
dentro. Chaito, cuídese y gracias. ¿Me regala unos chocolates?

_ Claro, los que quieras y despídeme de Mateo.

Los Etcharren salieron del almacén muertos de la risa, disfrutando


de un par de chocolates que el viejo les había dado. Matthew había
cruzado la calle y estaba muy molesto sentado en la vereda acariciando al
perro.

_ ¿Qué le pasa conmigo a la burda imitación de coño?

_ Matthew, le gustaste a don Claudio, al de Locomía, y por poco te


acaricia la herida de la cara para consolarte. Ja, ja, ja, ji, ji, ji, no puedo más
de la risa, Mansfield. – Manuel estaba morado de la risa y se sentó en la
acera con sus paquetes abrazados a su pecho. No podía controlarse y sus
hijos, que le tenían un respeto enorme a su tío tuvieron que darle la
espalda para no causarle más enojo con sus carcajadas.

_ No me parece chistoso Manuel…para nada, y ustedes dos tampoco se


rían. ¿Qué se ha creído el muy maricón? A ver si te estarías riendo si te
lo hubieran hecho a ti. Me podrán hacer muchas cosas, pero que me mire
un maricón así como lo hizo este tipo casi desnudándome con la mirada.
428

¿Te fijaste como me miraba de la cintura para abajo? Me tuve que salir
del antro para no pegarle y meterme en más problemas.

_ No me hagas reír más Mateo por favor, ay, ay, no doy más de la
risa…oye Juan Manuel y Nacho ya tenemos con que molestar a su tío en
el viaje, ji,ji, ji. Vámonos, vámonos, antes que salga de la tienda y te dé un
agarrón el viejo fleto. Y menos mal que no vino Thomas que es y se ve
más joven que tú, porque a ese se le tira encima. _ Se puso de pie y tomó
a Matthew del brazo para empujarlo a que volvieran a retomar su camino
hacia el muelle.

_ Eso sí que no se lo perdono. Me sigue mirando. ¿Quiere que le


pegue? Yo me lo aforro de un solo golpe – Matthew hizo el gesto de
querer cruzar la calle con la idea de quitarle al comerciante la sonrisa de
la cara que desde la vitrina continuaba observándolo con lasciva mirada. _
¿Por qué no me dijiste que era gay?

_ Yo te lo advertí, te dije que mejor no vinieras porque yo sabía que le


ibas a gustar al maraco de don Claudio que aparte de tacaño es fleto. Vive
con otro fleto, mucho más joven que él. ¿Por qué crees que no vino
Matthew H…? A don Claudio le gustan los altos, de ojos claros o
rubiecitos, y con fenotipo gringo, mejor si eres del prototipo inglés o
francés. Una vez que vine con tu hijo mayor, casi le da un agarrón y desde
entonces no ha venido más y se queda en el embarcadero cuidando la
lancha. Matthew H. estaba tan alborotado por verte que se le olvidó
decirte que mejor no vinieras. Lo habíamos conversado en el trayecto,
mientras cruzábamos los canales. Ja, ja, ja, me muero de la risa,
disculpa…todavía rompes corazones, gua, ja, ja. A la hora que te ve con tu
toga de Oxford…ay, ay, no puedo más Matthew, que me va a dar un
ataque….Yo le dije a Matthew Hugh, oye hijo, mejor que tu papá no vaya
donde el viejo porque si lo ve se va a flechar…ja, ja, ja, y yo tenía toda la
razón…Estaba tan derretido contigo que hasta me regaló chocolates para
todos…nunca me había dado algo y nunca había dejado de mirar lo que le
cambio. Siempre tenemos problemas con el regateo y hoy…hoy se
enamoró de Mateo Mansfield, y todo lo demás se fue a las pailas, ja,ja, ja…

¬_ Ya termina Manuel, todo tiene un límite. Te estás sobrepasando y


abusas de mi paciencia, no sea que se me acabe y terminemos peleando, y
429

no quiero pelear. Eres un miserable Manuel Etcharren y esta vez se te


pasó la mano. No quiero más conflictos, por favor. Lo último que me
faltaba: ahora le gusto a un maraco… ¿Qué se ha imaginado que soy el
viejo de mierda? ¿Por qué le vendes a él? Acaso, ¿no hay nadie más al
que le interese lo que le llevas? No me da buena espina, estos gays son
gays para todo. Búscate otra parte, ¿Qué necesidad hay de venir a
Quellón? Hay otras partes, Caleta Tortel o Cochrane, ¿no les queda cerca
de donde están? – Manuel algo más calmado, pero con sus ojos
inundados de lágrimas por la risa, tuvo que quedarse un rato en silencio
antes de poder contestarle a Matthew que caminaba con la cabeza gacha,
herido por lo ocurrido, lleno de vergüenza y de pena. La rabia inicial
había dado paso a un estado de congoja al caer en la cuenta de la cruda
realidad que le golpeaba nuevamente en la cara con toda su fuerza. La
promiscuidad y las relaciones anti naturaleza y anti Dios estaban por todas
partes y este rincón del mundo alejado de las grandes urbes no era ajeno
al desplome moral que se alentaba desde todos los estamentos de la
corrompida sociedad. Es necesario pasar por el desplome de lo normal
para que lo anormal nos gobierne y termine creando monstruos
sobrehumanos fáciles de gobernar y de acarrear como ganado hacia el
barranco de la perdición sin encontrar en ellos el más mínimo rechazo.
Tienen libertad para todo, excepto para el orden y para oponerse a lo
anómalo. Lo cual era necesario para que la Gran Tribulación llegara a los
que queriendo permanecer fieles a Cristo sufrieran por todos aquellos que
no quieren volver a la fuente de la verdadera Vida. Su sufrimiento se unirá
a los sufrimientos de Cristo en la Cruz y en atención a ellos muchos se
salvarán, por la penitencia y la oración de los que consideraban sus
enemigos.

_ Disculpe a mi papá tío Matthew, y perdónenos a nosotros también. No


fue nuestra intención causarle un mal rato ni faltarle el respeto.

_ Más allá del rato desagradable Juan Manuel, es que estos percances
dejan mi alma alterada y me da mucha pena, muchísima pena. Tu papá
no ha cambiado con respecto a este tipo de bromas que él considera
como travesuras, y en verdad no es para la risa, es un asunto grave.
Quizás yo sea un hombre demasiado serio, más de lo que podría
considerarse sano, y tal vez por esa razón me siento tan incómodo con
estos incidentes. Pienso en todas estas personas que ven las relaciones
430

homosexuales como una forma más de amor y no lo es. Lo peor es que


no tienen conciencia o no quieren tenerla de lo grave que es su pecado y
que cuando mueran, si no se arrepienten, pagaran el precio con
sufrimientos horrendos precisamente en aquello en lo que pecaron. Si
pudiéramos contemplar por un segundo el infierno se acabarían las
abominaciones y nuestros pequeñitos pecados de todos los días.

_ Perdona Matthew, pero lo encontré jocoso. Debí haberte advertido más


explícitamente donde te estaba llevando…- Manuel miraba a Ignacio con
complicidad para hacerle reír mientras caminaban por el muelle, pero el
muchacho no le hizo caso y corrió a la lancha para no seguir ofendiendo a
su tío.

_ Manuel, déjame en paz y asunto olvidado. No quiero que sigan


torturándome con sus miradas ni con comentarios al respecto. Lo único
que quiero es llegar a casa a abrazar a mi Ángeles, besarla, escuchar su
voz, perdernos juntos en el bosque y recuperar el tiempo perdido. Vamos
compañeros, “¡Al mar, al Mar! Claman las gaviotas blancas. El viento
sopla y la espuma blanca vuela. Lejos al Oeste se pone el Sol redondo…”

_ “Navío gris, navío gris ¿no escuchas la llamada, las voces de los míos que
antes que yo partieron? Partiré, dejaré los bosques donde vi la luz;
nuestros días se acaban, nuestros años declinan. Surcaré siempre solo las
grandes aguas. Largas son las olas que se estrellan en la playa última,
dulces son las voces que llaman desde la Isla Perdida”.

_ Bien Matthew Hugh, hijo mío, ¡qué bueno que me acompañas en mis
citas!, porque ambos compartimos el amor por el Retorno del Rey, el de
aquel libro y el del Verdadero Rey que ya está cerca.

_ Y de verdad nos vamos a la Isla Perdida don Matthew.

_ Es cierto lo que dice Rafael. No estamos en la Isla Merino Jarpa. Tiene


demasiado tráfico de buques y lanchas por el canal. Estamos metidos
entre varias islas y el acceso es complicado. No nos aparecemos por
Caleta Tortel ni por Cochrane porque es una cueva de ladrones del
gobierno mundial que andan en busca de agua y se están adueñando de
los terrenos y como los Campos de Hielo se derriten a la velocidad del
431

rayo tienen sus intereses cerca para controlar el agua. Peter eligió bien el
lugar, aunque la idea de venirse no fue suya, sino que lo enviaron a
hacerlo.

_ ¿Quién lo envió Manuel?

_ El mismísimo cardenal Bright.

_ No te creo.

_ Bright se adelantó a lo que está ocurriendo y como Pete es un tipo


reservadísimo, de pocas palabras y mucha sonrisa bonachona, el cardenal
confió en él para salvar a Christian y a su familia. Titian ha estado en
peligro desde hace años por su fidelidad al cardenal y él quiso hacer algo
para retribuir su cariño y lealtad. Le confió la misión a Pete, la de buscar
una isla deshabitada y alejada de toda urbe para instalar en ella a tu
hermano, de modo que se convirtiera en un foco de resistencia silenciosa,
siguiera diciéndose la misa tradicional y continuara como una reserva del
catolicismo…como somos una familia numerosa. Donde quede un
católico en el mundo, ahí va a estar la Iglesia. Eso es lo que cardenal tenía
en mente y espero que no se haya equivocado al elegir este lugar. Te va a
encantar Matthew y podrás retomar tus estudios, tus lecturas y la escritura,
aunque tenemos mucho trabajo y el día se nos hace corto. Suelta las
amarras Rafael, y vamos Duc in Altum!

La pequeña embarcación con su motor de 35 hp salió de la bahía de


Quellón enfilando rápidamente por el Canal Yelcho para dirigirse
posteriormente a toda vela, al Golfo Corcovado y entrar sigilosamente por
el Canal Moraleda. Matthew estaba fascinado con el paisaje de los
Canales, donde los árboles parecían que se venían encima, y las raíces
tocaban el agua. Había algunas pequeñas cascadas y otras se habían
secado. Era fascinante escuchar cuando los buques más grandes les
saludaban tocando sus fuertes sirenas. Una vez que Manuel dejó el timón
en manos de Rafael, le entregó un buzo azul a Matthew para que se lo
pusiera sobre su ropa.

_ Manuel, este buzo es de Armada.


432

_ Tengo mis contactos y me regalan los que han salido con algunas fallitas.
Es muy cómodo para navegar y ponte esta boina...Humm, tenemos buen
viento, pero en la noche habrá mal tiempo en el Golfo de Penas y vas a
tener que agarrarte de donde sea. Menos mal que los marinos tienen
señales y faros por todo el trayecto porque, a pesar de que me sé el
camino al revés y al derecho uno nunca sabe lo impredecible que se pone
la mar en una tormenta. Oye Nacho, enséñale a Ian a cocinar el rancho en
una lancha con una cocina a leña y que te ayude con eso. ¿Te mareas al
navegar Matthew?

_ No, me encanta.

_ ¿Y tú Thomas?

_ Me mareo como tagua.

_ Entonces aprovecha de descansar y dormir un rato porque a la noche no


vas a poder. Abajo hay unos sacos de dormir, te tiras en el suelo y el
mismo vaivén te sirve como una mecedora – Matthew bajó a la cabina y
desde allí trajo el violín y a su hijo Matthew H. con el cello de Carlos para
tocar algo mientras cruzaban el canal navegando plácida y tranquilamente.

_ Quiero que Carlos escuche como toca el cello mi hijo mayor. ¿Qué
quieres tocar Matthew H.? – Matthew terminó la pregunta y ante la
sorpresa de los navegantes comenzó a sonar un celular. _ ¿A quién están
llamando?

_ Es mi celular Manuel, tiene buena señal. Es la última tecnología y…-


Manuel no dejó a Carlos terminar de enseñarles su teléfono móvil y
arrebatándoselo de las manos lo examinó con desprecio. Después ante el
asombro de los presentes, sin ningún asco lo tiró al mar ahogando para
siempre el melodioso ringtone que Carlos le había puesto..

_ ¡Me tiraste mi celular al agua! ¡Vale una fortuna!

_ Nada de tecnología inútil, ¿No ibas a desaparecer del todo? No te vas a


un resort de vacaciones y olvídate de los celulares y de todas esas macanas
de tecnología diabólica. O acaso, ¿te tiene que llamar alguien? Ja, ja,
433

ja…hace tiempo que no me reía tanto. Ustedes han despertado mi lado


más jocoso, ¿Me tienen otra sorpresita? Venir con un celular, hay que ser
bien atado de pelotas. Llevo en mi barca a tres chiperos y más encima
uno con celular. De casualidad, ¿no trajeron en sus maletas una antena
satelital para comunicarse con Israel y con la sede del Anticristo?

_ Parece que te has vuelto más hiperventilado que antes Manuel o el estar
aislado hizo que se te soltara otro tornillo.

_ Mira quien lo dice, Matthew. Estoy más alegre que es muy


diferente…estoy alegre porque cada día que pasa, cada bochorno y cada
aquelarre que escucho en la radio, me confirma que estamos más cerca
del fin y no hallo la hora que esta porquería de mundo pase a mejor vida.
Así somos los filo-apocalípticos por la Gracia de Dios. Y si tiene que
pasar, que pase de una buena vez y que separe pronto nuestro Señor a los
corderos de las cabras y nos vayamos toditos al Cielo a tomarnos una
buena copa del mejor mosto con los santos, los Ángeles, nuestra Señora y
la Trinidad. Y por supuesto a bajar cada cierto tiempo a navegar por esta
belleza de canal sin que nos estén mirando los espías del Gobierno
Mundial.

_ Yo soy milenista…por lo tanto primero tiene que venir la Parusía, luego


el Reinado de Cristo por un largo tiempo en la tierra, de modo espiritual
con sus santos resucitados yendo y viniendo entre cielo y tierra para
ayudar a los que queden. Pasado este largo tiempo el demonio será
desatado nuevamente, y cuando todo comience nuevamente a decaer
vendrá el Juicio Final y si no de esta manera, me equivoqué. En fin, sea
como sea el término del Tiempo, que sea de una buena vez, Etcharren y
que Dios nos ayude a no bajar la guardia y a ser perseverantes – dijo
Matthew.

_ Brindemos por eso – se le escuchó decir a Juan Manuel mientras subía


desde la cabina trayendo unos vasos plásticos con una mistela chilota. –
Vamos a tomarnos unos tragos para pasar las penas, ¿Qué importa que
sean las diez de la mañana? ¿O no papá?

_ Bien Etcharren chico y para brindar por nuestro reencuentro. Para darle
gracias a Dios…pónganse de rodillas todos los giles, tú también rabino.
434

Matthew, ¿puedes dar tú las gracias a Dios? Nacho e Ian, dejen un rato la
cocina y vengan acá a tomarse una copa de la mistela de frambuesa que
nos preparó su granny Annie.

_ Señor Jesús, te damos las gracias por esta mistela que nos vamos a
servir. Te agradezco que nos hayas conducido hasta aquí junto a nuestros
familiares y amigos, y te pedimos para que en lo que nos queda de
trayecto nos guíes y nos ayudes un poco con la naturaleza para que la mar
nos sea favorable y el viento nos conduzca hacia nuestros seres amados.
Amén y salud a todos. – El sonido de las olas fue lo único que se escuchó
cuando Matthew acabó la oración y luego brindaron. Por unos minutos el
silencio abordó la nave y sus tripulantes sentados unos junto a otros en la
reducida bañera de popa contemplaban como el viento inflaba la vela, y
los movía raudamente en medio del canal. Thomas se había perdido del
brindis porque estaba durmiendo y sus ronquidos se sentían hasta arriba.
Rafael como un soñador estaba sentado al fondo de la popa y con sus
manos sostenía la cuerda que guiaba el timón, con la mirada perdida en la
lontananza; Ian e Ignacio bajaron después de unos minutos a su labor en
la cocina y en la cubierta quedaron los dos Matthew, padre e hijo, Carlos,
Juan Manuel y Manuel que prendió su pipa y vigilaba la vela con aires de
capitán de buque.

_ Quiero escuchar a tu hijo Matthew. Vamos a tener dos cellos en el


conjunto y eso va a sonar muy bien.

_ Te pregunté que querías tocar y nos interrumpió el celular de última


tecnología de Carlos…Carlos, ¿hace cuánto que no veías a Matthew H.?

_ Creo que tenía como diez años la última vez que nos vimos y debo
decirte que eres el retrato de tu madre. El parecido con Ángeles es
extraordinario: el mismo color de pelo, los ojos, la boca y la nariz Si no
fuera por tu altura y tu fisonomía mansfieldsiana, diría que eres la copia
masculina de tu madre.

_ Si, don Carlos, me lo han dicho muchas veces.

_ Por favor Matthew H, no me digas don, dime Carlos y tutéame que no


soy tan viejo.
435

_ Está bien Carlos… ¿Por qué no tocamos The Wandering Kind, papa?
Nos hace falta el piano, pero con violín y cello suena bien de todas
formas. ¿Sabes Carlos? Este vals moderno, tan lleno de alegría lo
tocábamos siempre en mi casa: mi mamá dejaba la viola y agarraba el
bandoneón, Juan Manuel la guitarra, mi papá el violín, el tío Manuel al
piano, yo al cello y sonábamos espectacular. Literalmente nos
pegábamos la volada. Era lo que siempre tocábamos antes de ponernos a
estudiar alguna partitura juntos. ¡Qué tiempos más lindos! En ese entonces
no los supe apreciar como hoy.

Padre e hijo comenzaron la bella interpretación del preludio que,


hasta hace unos meses como decía Matthew H. , tocaban todos juntos en
la casa de Matthew con Manuel sentado al piano con un cigarro a medio
fumar en los labios – cosa que enervaba a Ángeles – y los dedos corriendo
ágilmente por el teclado.

El sonido del cello y del violín hacían eco al interior del canal y era
como estar en medio de una película, cuando la cámara muestra hermosas
y magnificas escenas de paisajes naturales con música de fondo. Al
terminar se sentaron a conversar en la bañera de popa, alegres por lo
plácido que estaba resultando la travesía.

_ Fantástico Matthew padre e hijo, muy lindo. De verdad que tocas muy
bien Matthew chico, y creo que no extrañarás los tiempos en tu casa
cuando estemos instalados en la isla. Somos muchos intérpretes y
tendremos una buena orquesta de cámara.

_ ¿De qué te ríes Matthew? – dijo Manuel tirando humo de su pipa por
las narices.

_ Ya sé a quién te pareces con tu pipa y tu gorra de capitán, Manuel.

_ ¿A quién?

_ Al capitán Haddock, lo único que te falta es la barba, porque el carácter


también lo tienes, rabiando y maldiciendo a medio mundo y con ataques
de histeria de vez en cuando...ja,ja,ja, ¿No te gusta molestar Etcharren?
436

_ Y tú serías Tintín en ese caso…

_Claro, por supuesto, el intrépido periodista al que le pasan mil cosas y


nunca muere. A propósito Manuel, no me devolviste las Aventuras de
Tintín que te presté.

_ Nunca me las pediste…Es curioso que no nos hayas preguntado nada


acerca de nuestra vida por ella lejos entre islas, ventisqueros y escondites.

_ Quiero contemplarlo con mis propios ojos… ¿Mi Ángeles está igual de
linda?

_ Si, papá, y hasta diría que más linda, aunque en sus ojos se nota la
tristeza de tu ausencia. La he pillado llorando en la capilla, pero era poco
lo que podía hacer por ella ya que como sabes no he andado bien…

_ A propósito de lo mismo, tienes que hablar con Ian más ratito para
dejar atrás el pasado. ¡Qué paisaje más lindo! Oye Rafa, ¿en qué piensas
que estás con la mirada perdida en el tiempo?

_ Pensaba don Matthew en lo extraño que me resulta estar navegando,


tirando de esta cuerda guiando el timón, en las condiciones y
circunstancias como las actuales. Es como si un ángel nos cuidara y
creerán que estoy loco, pero en verdad que lo percibo así. He escuchado
cosas atroces, ilógicas, irracionales en la radio y me sorprende que a
nosotros no nos esté tocando tan dura la cosa. Ni siquiera nos han
detectado con sus satélites o si lo han hecho, se están haciendo los tontos.
Me preocupa el exceso de tranquilidad y sospecho que se trata de la calma
antes de la tempestad.

_ Yo no logro entender como a la gente le han vendido el cuento de la


libertad siendo que es lo que menos experimentan. Nos echan la culpa a
nosotros para tener todo vigilado y controlado como si fuésemos un
peligro peor que los terroristas islámicos. Es la pura chiva para
aplastarnos. Es una soberana tomadura de pelo para hacer lo que se les
plazca y me temo que somos los únicos que nos damos cuenta, o al menos
tenemos la mente con la conciencia abierta para saber que la cosa se pone
cada vez peor. Todo el orden que nos dio la Cristiandad parece estar
437

convertido en una gran ruina y estamos parados sobre ellas intentando


comprender que es lo que tiene que venir. No me convenzo de que
seamos los únicos que veamos el derrumbamiento de la civilización
cristiana. Finalmente los años y los siglos de demolición hicieron su
trabajo. Somos hijos de la postmodernidad que le envenenó el cerebro a
la gente desgarrando su espiritualidad para lanzarla hacia el materialismo-
hedonista como única y grandiosa religión. Construyeron el paraíso en la
tierra para lo que fornican con ellos, pero es un paraíso de apariencias con
fecha de término.

_ Lo que pasa Manuel es que la mayoría de las personas e incluyo a la


mayoría de los católicos, están demasiados cómodos en el mundo como
para querer darse cuenta de que la humanidad va en picada a su
perdición siguiendo el derrotero del orden mundial. Nosotros no
necesitamos a Dios ni menos a un Cristo que venga a reinar. Si estamos re
bien, con nuestros estómagos bien llenitos aunque para ello hayamos
hipotecado nuestra alma, total, aquí se acaba la vida y si creo en la
inmortalidad del alma, bueno, todos estamos salvados. Hay que gozar de
la vida porque hemos venido a ser felices. No quieren ver las señales y tal
como ocurrió en los tiempos del nacimiento de Cristo cuando tampoco
las vieron, muchos no quieren creer que nos estemos acercando a la
Parusía. El mundo está muy cool viejo, demasiado entretenido, lleno de
adelantos tecnológicos que los tienen embobados, como zombis. Ellos
están alegres, nosotros sufrimos, pero sufrimos con esperanza porque
sabemos por estas mismas señales que Él está cerca. Porque vendrá
cuando estén en plena fiesta disfrutando de su preciosa libertad. Lo más
lamentable es la cantidad de almas que se van a perder – espero que
nosotros no – y lo mal que en estos días les pilla la muerte haciendo cosas
asquerosas, abominaciones sexuales por montones…pobrecitas almas…
¿Quién se preocupa por ellas?

_ No te aflijas Matthew, no sufras.

_ Hay una parte de mi Manuel que sufre, pero al mismo tiempo (y ruego
que me entiendan que no se trata de sentimientos de venganza), otra que
pide justicia. Dios a cada cual, en algún momento de la vida y durante
toda la vida en verdad, los llama una y otra vez. Pero la gente se hace la
tonta y no quiere escuchar. Dios quiere salvarnos a todos, pero no fuerza
438

voluntades y algunos deciden darle la espalda. Dios les molesta, les hace
sentirse observados y no quieren saber nada más con El. Además, como
dicen ellos mismos para seguir autojustificando sus galimatías, es tan
misericordioso que lo perdona todo, al modo de Lutero, peca fortiter…

_ Como si Dios fuera un padre soso y bobo…que no es tu caso papá.

_Gracias Matthew H, por lo no ser soso y bobo, aunque me considero el


más miserable y cobarde de todos los padres del mundo, por no decir de
todos los hombres. – Matthew bajó la cabeza y suspiró. Manuel
comprendió con ese gesto inmediatamente que la nube negra había
llegado nuevamente a cubrir el espíritu de su amigo. El súbito recuerdo de
lo que había sufrido en la cárcel y de las imágenes y voces que había
contemplado y oído en la universidad llegaron como un balazo a la
cabeza, y el estado de turbación y ensimismamiento apagó la llama de
alegría que le llenó el alma al reencontrarse con una parte sus familiares.

_ Matthew, ¿quieres llevar el timón un rato? – Manuel se puso de pie


colocando su mano en la cabeza de su amigo. – Sería bueno que
aprendieras a timonear, uno nunca sabe si le va a servir alguna vez en la
vida. Se está cubriendo. Mejor bajen a la cabina mientras yo traigo unos
trajes de goma para Matthew y para mí.

Rafael soltó el timón una vez que Manuel hubo subido con los
trajes. Le dio la cuerda a Matthew quien al principio se complicó un resto
ya que pensaba que era más fácil. Con la ayuda de Manuel logró
finalmente estabilizar la nave y los dos tiraban dirigiendo el timón con el
rumbo calculado a la antigua por Manuel. Rufus se había acurrucado
entre las piernas de Matthew y detrás de ellas se calentaban mutuamente.

El cielo se puso oscuro. Nubes negras amenazaban con lluvia, pero


con todo no caía ni una gota. Una leve brisa bastaba para hinchar la vela y
hacer que la barca avanzara silenciosamente por el canal cerca de una de
las orillas. El tiempo se puso muy frio y tétrico, y ambos amigos estaban
tapados enteros con los trajes de goma, botas y guantes. Matthew se
pronto se puso a cantar suavemente.
439

_ ¿Qué cantas? – pregunto Manuel y Matthew elevó un poco su ronca


voz mientras entonaba un himno mirando a las olas golpear el casco.

_ Vexilla Regis proderunt: Fulget crucis mysterium… canta conmigo


Manuel.

Matthew comenzó a sollozar mientras que con una mano buscaba


en su pecho la medalla con la cruz de San Benito, manteniéndola luego
apretada en su palma.

– Qua via mortem…vamos amigo canta conmigo que me embarga la


pena.

_ No conozco ese himno Matthew, ni la letra ni la melodía. No empieces


Matthew que te hace mal. Venías tan contento y te viene el corto circuito.
No le hagas caso, ignora a la angustia. Piensa en que vas a iniciar una
nueva vida donde estaremos todos juntos, en un lugar precioso. Podrás
hacer las cosas que te gustan y vivir casi como monje como siempre
soñaste.

_ Pertulit, et morte vitam prolulit…amen.

_ Basta Matthew, termina con la cosa fea. Estás completamente desecho.

Matthew soltó la medalla y con su mano libre se tapó los ojos y se


deshizo en un mar de lágrimas causando una enorme incomodidad a
Manuel que no atinaba a hacer nada más que abrazarlo por detrás de la
espalda con una mano, mientras que con la otra sostenía el timón.

_ ¿Ves el cielo como se ha cubierto de espesas nubes? Así tal cual está mi
alma… ¿Por qué nos ha tocado sufrir los dolores de parto a nosotros?
¿Por qué nosotros si somos los hijos de la comodidad? No estamos
acostumbrados a sufrir de esta manera como lo estaban las generaciones
pasadas. ¿Estamos realmente preparados para soportar lo que se nos
viene encima? Creo que no…Yo, yo… me he tragado este llanto durante
mucho tiempo y soy incapaz de resistir. ¿Quién lleva ahora la bandera del
Rey? ¿Dónde están los demás como nosotros? Es más, ¿Quedará alguien
como nosotros? ¿Qué más hay que esperar Etcharren? ¿Por qué no me
440

parte un maldito rayo y se acabó el cobarde? ¿Cuándo dejaré que mi


alma salga de la etapa purgativa y se allane mi corazón para elevarse por
sobre mis propias miserias? ¿Cuándo podré por fin contemplar el rostro
de Dios?

_ Mateo, deja de auto flagelarte. Salir de la etapa purgativa en gran parte


está en ti porque no confías en Dios realmente, déjate amar por Dios y
subirás, El mismo te elevará. Si lo hicieras ya te habrías elevado al estado
contemplativo y tus resquemores morales y psicológicos se habrían
esfumado. Déjate acunar por Dios, deja de sentir pena de ti mismo. Eres
un hombre generoso y sencillo, un gallo noble, un tipo de buen corazón, y
te atormentas solo, por nada. Si amaras la voluntad de Dios y la aceptaras
y te aceptaras a ti mismo, podrías por fin salir de la purgativa y te aseguro
que llegarías la etapa de contemplación de un modo sencillo, como los
niños cuando rezan. A lo mejor Dios permite que no des el paso porque
cuando lo des pasarás inmediatamente de la contemplación a la visión
amorosa de Dios…cosa que sería muy buena para ti, pero nos dejarías, y
ninguno de nosotros quiere que te mueras todavía. Toma tus angustias y
melancolías como parte de tu crecimiento espiritual y cuando te decidas a
dar el paso, serás otro y te sentirás feliz a pesar de todo el dolor, pero no
ha llegado aún tu hora. ¿Te acuerdas del libro que me hiciste leer de
Benson, Richard Raynal, solitary? Bueno, ahí está la clave, en un periodo
de tiempo tan corto, este personaje pasa por las tres etapas de la noche
oscura antes de morir y llegar a la contemplación plena de Dios. A ti te
falta un largo camino dentro de esa noche oscura y te lo digo con cariño y
aprecio. Primero hay que pasar por el sufrimiento… (Me va a caer el
escupo al cielo encima, espero poder ser capaz de soportarlo), no se
puede ser más que el Maestro, nuestro Señor: si nuestro Señor eligió
sufrir por nosotros para merecernos el cielo, con mayor razón nosotros
vamos a tener que hacer muchos méritos para ganarlo y tu enfermedad
del espíritu es parte de ese sufrimiento que Dios permite en ti, como un
alma privilegiada. Eres un alma privilegiada por más que me lo niegues y
te lo niegues a ti mismo. Yo te veo desde fuera y veo lo grande que eres
camarada Mansfield. Pero por mientras, hay que darle para adelante no
más. Debes cargar con la cruz de tus padecimientos mentales y físicos con
paciencia si no puedes con alegría.
441

Y lo menos probable es que te caiga un rayo, porque aunque veas el


cielo nublado y amenazante, ni las guifas que llueve. Hace tres semanas
que no llueve, imagínate, en esta parte del mundo no llueve…Que te
quieres morir, que todo es negro te lo vengo escuchando desde los quince
años y antes incluso, ya está bueno que la cortes con las macanas y aceptes
de una vez que estás vivo y lleno de dones y bendiciones. Mira Matthew,
no soy un teólogo y quizás mis palabras son puro chamullo, pero lo intuyo
así, es tan… ¿cómo decirlo?, lógico. Hay un camino en las etapas de la
perfección de la vida cristiana que son como evidentes…las intuyo, ¿estoy
errado?

_ Soy ignorante al respecto, y al igual que tú lo intuyo, intuyo que es una


verdad al modo de como la dices. En la cárcel estuve a punto de matarme
verdaderamente por primera vez en mi vida…estuve a tres segundos de
golpearme la cabeza contra la pared, de apretarme el marcapasos y
romperlo por dentro… En fin, pensé en las mil formas de terminar
conmigo. Había traicionado a mi Señor, pensé en ese momento. Estaba
mal, muy mal. Todo se me juntó. Todo vino a mi cabeza como una
cascada de ideas agobiantes imposible de resistir. Eso de desnudarme
frente a mis custodios y permanecer de pie así, en cueros, me dejó
abatido…sumado al hambre, a mis angustias, al temor de dejar a la
Ángeles para siempre sola…Perdí toda esperanza después que me
enfermé y me golpearon, sumergido en la hediondez de aquel lugar
lúgubre, lleno de sanguijuelas, las tenía por todo el cuerpo, muerto de frio,
muerto de miedo. Llevaba no mucho tiempo en la cárcel, pero ya no
daba más en ese lugar. No podía soportar ni un solo día más. Para colmo
de males, creyéndome que en la golpiza había suplicado que me dejaran
firmar. Todo esto ocurrió unas horas antes que llegara Carlos y me sacara
del infierno. No quise que mi amigo guardia supiera lo que había
intentado hacer, se habría desilusionado de mí por lo que no se lo conté.
– Manuel cambio la expresión de su cara al oír las últimas palabras de
Matthew, y mirándolo con cara adusta a los ojos, se negaba a creer lo que
recién había escuchado

- No te creo, es…imposible. A lo mejor lo imaginaste y como estabas con


tanta presión pensaste en matarte. Tú y tu enferma fijación con la muerte
y el suicidio que es patológica. Sinceramente creo que necesitas un
antidepresivo con urgencia. ¿De veras pensaste en matarte? Mira, una
442

cosa es sentir la tentación y otra darle cabida. Tú que conoces mejor que
yo las epístolas de San Pablo, recordarás cuando dice que Dios no
permitirá que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas y que de ellas
se sirve para que les saquemos provecho.

_ Si muy bien, pero antes de eso dice que el que piensa estar firme, que se
cuide de no caer…Creí estar firme, pero no sé hasta qué punto en
definitiva, lo estuve, lo estoy y lo estaré. Lo que casi hice amigo, fue real,
muy real; y lo que me frenó fue el miedo a irme al Infierno, estaba
desesperado y solo…no tenía quien me contuviera...no tenía a mi Angelito,
ni a mis hermanos, ni a ti. Antonino, el joven guardia que me ayudó era
mi única compañía y gracias a él estoy vivo. Yo no soy el mismo Manuel,
nunca más lo seré. No sé si he comenzado a dudar de lo que hemos
hecho; no sé si mi fe se tambalea nuevamente y comienzo a caminar por
la senda de la desesperación. Si hay algo en esta vida a lo que temo con
horror es a esa sequedad del alma porque no hay nada ni nadie que
puedan consolarme. Sigo purgando, no sé hasta cuándo y no sé si seré
capaz de resistir. La cabeza la siento reventar. – Matthew levanto la vista y
contempló la vela hinchada por el viento. Sus ojos estaban rojos y la
mirada triste.

_ Lo único que te puedo aconsejar es que intentes racionalizar lo que te


pasa y te olvides un poco de ti mismo, porque vives demasiado centrado
en lo que te pasa cerrándote a ver las cosas como son. Te dejas arrastrar
por la ola del sentimentalismo y un tipo que ha estudiado como tú la
filosofía cristiana, no puede dejarse arrastrar por las turbulencias del
espíritu. Estás tan metido con tus dramas internos que no miras más allá
de eso. Mira Mateo, yo te quiero con toda mi alma, eres mi mejor amigo,
pero mi lenguaje se ha agotado y ya no sé cómo aconsejarte. Es siempre lo
mismo y se transforma en un diálogo de sordos. Asume que eres un tipo
con una enfermedad que se llama depresión y que no es tu culpa.

_ ¡Es mi culpa, es mi culpa, es mi aborrecible e intolerable culpa! Di lo


que quieras; no intentes convencerme de que soy inocente porque le doy
consentimiento y debiera poner más de mi parte para frenarlo cuando la
veo venir. Es un demonio interno que me susurra al oído cosas horribles
sobre mí mismo. Me grita que soy un fracasado, un bueno para nada. Me
dice que todo lo que he hecho es malo, que soy una aberración, un
443

desastre. Quiere hacer aflorar dentro de mí, mi personalidad más


siniestra; quiere que me transforme en un demonio para verme hundido
en el mal. Esta es mi lucha, es mi lucha contra este demonio que se cuelga
a mi angustia para meter en mi cabeza pensamientos que me hagan ver
como una monstruosidad. Te lo repito: esta es mi lucha…mi desgraciada
lucha contra este demonio. No quiero dejarlo salir y me asusta que yo
pueda llegar a hacerlo salir. Es una tentación muy fuerte y un combate
terrible, especialmente cuando tienes a alguien detrás empujándote para
que te mates. Yo he me resistido a hacerlo y llevo haciéndolo gran parte
de mi vida porque no quiero que el mal triunfe en mí. No puedo permitir
que me domine el mal. Hay gente que ha sido dotada de un temple
anímico que es admirable y sale adelante en la vida pase lo que pase. Yo
no, a mí me cuesta, soy un atormentado y me atormento por cosas
insignificantes a los ojos de cualquiera. Trato de esforzarme para no darle
importancia. Lamentablemente no siempre salgo adelante y por eso soy
culpable…

_ ¿Ves cómo te cierras? No hay culpabilidad, es una cosa bioquímica en


tu cerebro que nunca quisiste tratar médicamente.

_ No, no, no entiendes nada Manuel – Matthew dejó de mirar la vela y


clavó sus lagrimosos ojos en Manuel. Estaba alterado, extremadamente
nervioso y los ojos parecían estar como enajenados. - Lo que pienso
cuando me deprimo es lo que hace que peque: te lo repito, es lo que
pienso cuando me viene…Además, este cuerpo es lo que me limita…

_ ¿Acaso no eras aristotélico y te me vienes en platónico?

_ Es que es cierto, es cierto. – Matthew soltó el timón y se puso de pie de


un salto, como si le hubieran clavado un aguijón. Rufus se levantó con él y
se quedó a su lado mirándolo en busca de una caricia que Matthew no le
negó. Manuel rápidamente agarró la cuerda y con un poco de dificultad
volvió a enderezar la nave. Después de acariciar a su perro, Matthew puso
los puños de sus manos sobre el techo de la cabina, cargando su cuerpo
sobre estos, con la cabeza agachada hasta casi apoyar el mentón contra su
pecho, moviéndose para adelante y para atrás como un autista; hablando
como para sí dándole la espalda a Manuel quien contemplaba con
expectación lo que iba a decirle- ¿Sabes cuándo mejor me siento?
444

Cuando cierro los ojos y me vuelo imaginando mis cuentos; cuando


imagino a mis personajes me dan unas ganas locas de materializarlos y
tocarlos, de meterme dentro del cuento y que sin que me vean escucharlos
hablar, conocer sus rostros, ver como caminan. He creado verdaderos
seres vivos que viven dentro de mi cabeza con su mundo propio, entes de
razón con mundo propio, verdaderos hijos espirituales que me enternecen
hasta las lágrimas y a quienes nunca, nunca, jamás Manuel, jamás podré
abrazar. Soy feliz cuando al cerrar mis ojos me siento como elevándome
con el pensamiento, imaginándome lo que me hubiera gustado ser y
luego, de pronto, súbitamente, algo me hace volver, abro los ojos y la
pestilencia de la realidad me da contra las narices y me veo con este
cuerpo enfermo, cansado, agotado al dar unos pasos, acabado a mis
cuarenta y tantos. Vivo achacado, vivo frustrado, enrabiado conmigo
mismo y cuando mi martirio se hace insostenible me caigo de rodillas
frente a Dios y le imploro con lágrimas en los ojos que me comprenda,
que no me rechace, que me abrace contra su pecho y que me bendiga con
mi muerte. Más encima con todo lo que nos está tocando vivir. Son
tiempos locos, tiempos malignos. La gente está mala, muy mala y no
puedes confiar en nadie: no hay amigos (no lo digo por ti viejo), no hay
capacidad de diálogo porque te descalifican enseguida. Te traicionan
descaradamente negando lo que afirmaron en tu presencia,
desconociéndote totalmente. La mentira se ha institucionalizado a tal
punto que vale el que mejor sabe hacerlo sin que se den cuenta, te
mienten en la cara, caras duras,... “por efecto de los excesos de la
iniquidad, la caridad de los más se enfriará” como dice Nuestro Señor… ¡a
la re cresta con la gente Manuel, que yo no la soporto!

_ Imaginar y soñar no es otra cosa que un escape de lo cotidiano, de la


rutina, de lo que nos cansa, de lo fastidiosa y latosa que se nos pone la
vida de repente…es una evasión de la realidad. No poder materializar a los
personajes es el drama de los escritores: no son dioses y parece que ese
pequeño detalle de les olvida. Dios nos piensa y nos crea, nos da el soplo
de la vida. Nosotros podemos nada más que pensar en los personajes en
nuestra cabeza. Es como cuando Miguel Ángel terminó el Moisés, le
manda el picotón al mármol y le dice ¡parla!. Debe ser frustrante para ti
no poder contemplar con tus ojos a tus creaciones imaginaras, pero tienes
creaciones humanas, tus hijos que son maravillosos. En la isla vas a estar
más tranquilo y se te va a componer el genio. Ven a sentarte a mi lado y
445

ayúdame con el timón. Pareces un actor como te mueves y gesticulas. El


lenguaje corporal que usas es fantástico para describir lo que te pasa, pero
hay que laburar. Apotríncate para acá que necesito que me ayudes.-
Matthew volvió a su puesto junto a timón, seguido del perro que al
sentarse Matthew a tirar la cuerda le puso una pata sobre la rodilla.

_ ¿Estás más calmado?

_ Este Rufus me sigue donde quiera que me muevo…un perrito tan


tontito, que buen cachorrito eres Rufus. ¿Qué ha sido de tu vida Manuel
Etcharren en estos meses?

_ Mateo, ¿estás más calmado? No me cambies el tema. Te desquitas y te


descargas conmigo (y en todo caso agradezco tu confianza), me dejas
preocupado, y al final cambias diametralmente de tema. Te lo vuelvo a
preguntar, ¿estás más calmado?

_ No lo sé, ni siquiera estoy consciente de hacia dónde vamos, como si no


me interesara, me da lo mismo que me lleven a cualquier parte. Quería
partir y llegar lo antes posible, pero ahora no estoy tan seguro acerca de lo
que quiero.

_ ¿No te mueres por ver a la Ángeles?- Matthew no respondió – El que


calla otorga. Que no se entere tu mujer de que no quieres verla y que ya
no la amas.

_ No he dicho eso Manuel. No pongas en mi boca palabras que yo no he


dicho.

_ ¿La amas?

_ La amo, la necesito, más que nunca la necesito. El problema soy yo, ella
se va a dar cuenta inmediatamente cuando me vea que ya no soy el mismo
y que le cambiaron al marido. No me hagas hablar sobre eso Manuel por
favor…quisiera saber cómo voy a reaccionar cuando la vea. ¿Cuánto
tiempo ha pasado? Estamos en Octubre y no la veo desde Marzo. Desde
que nos conocimos nunca habíamos estado tanto tiempo separados.
Tengo unas ganas de besarla, de acariciarla. Ha sido tan largo y sufrido el
446

viaje que sus manitos suaves y delicadas serán como un bálsamo para mí.
Nunca me había sentido tan humillado y denigrado. Pero estas cosas
humillantes partieron en la universidad, el último año específicamente,
cuando ya me tenían en la mira porque hablé durante años en contra de
los dogmas de la modernidad y la sentencia la tenía escrita sobre mi pecho
hacía tiempo. Hay libertad para decir todo lo que quieras mientras no
digas algo en contra de los dogmas modernos porque hasta ahí no más
llega la libertad. Se alzan y se tiran en contra tuya como si hubieras
blasfemado en contra de lo más sagrado. Decían entre otras cosas que yo
tenía a Ángeles prácticamente prisionera en mi casa, y que ella estaba
esclavizada conmigo porque yo siempre decía que las mujeres deben estar
con sus hijos en la casa porque el cariño y el cuidado de una madre es
fundamental para la formación física, intelectual y espiritual de ellos. La
mujer ha ser madre ante todo, y ello obviamente va a significar renuncia a
muchas cosas, pero es una renuncia por amor. No digo que no estudie ni
sea culta, sino todo lo contrario. Una mujer inteligente y culta es un tesoro
y los hijos van a recibir esa enseñanza. Imagínate que Ángeles les ha
enseñado música a todos, a cocinar, a trabajar con las manos. A los más
grandes les hacía aprender latín y les ha enseñado a analizar textos, y
textos complicados. ¿Qué mejor que tu propia madre te enseñe sobre la
vida? A ella, a mi Angelito le encantaba estar en la casa y ser la dueña – de
– la - casa, disponiendo de todo, manejando el hogar para que nunca
faltara algo. Ella es mi soporte y nos complementamos tan bien Manuel,
tan bien.

Me tildaban de exagerado, de machista, de fanático religioso, de


extremista político, de fascista, de monárquico y de cuanta cosa se te
pueda ocurrir. Todo partió cuando un día en la sala de profesores
mientras nos tomábamos un café durante el recreo, salió el tema de la
legalización de los gays. Yo les dije que la única intención de darles
reconocimiento legal era para destruir la familia. La familia como núcleo
básico de la sociedad, la familia como medio de santificación y de escuela
de la fe. Les dije que todas estas leyes perversas estaban siendo
deliberadamente ordenadas desde un poder superior, llamado novus
ordo, para someter a la humanidad destruyéndola a partir de la base. Yo
hablaba con plena libertad frente a ellos, porque los consideraba amigos,
conocidos de toda una vida universitaria desde que éramos compañeros
de pre-grado, y sin embargo, se las traían. Siempre sospeché que eran
447

infiltrados, pero también pensé que podían ser mis aprehensiones medio
paranoicas. No era entonces, y lo comprendí después, un paranoico.
Tenía razón, se habían metido para destruir desde dentro al instituto,
sacar de cuajo la enseñanza de la filosofía cristiana e introducir a los
autores modernistas. Destruyendo la plataforma donde se afirmaba la
universidad, como son los estudios humanísticos, destruyeron todo.
Comenzaron a atacarme sutilmente, diciéndome que moderara el
discurso, que yo me había quedado en el pasado, que hasta los últimos
papas habían sacado encíclicas llamando a trabajar por un poder central
que nos traería la paz y el progreso. El ambiente se hizo cada día más
tenso y los alumnos no podían quedarse atrás. Yo siempre tuve una gran
confianza en la juventud. A algunos muchachos buenos que llegaban los
acogía, les daba lo mejor de mí y ellos a su vez me respondían porque
notaban mi esfuerzo. Eran pocos, pero los había, como mi buen Rafael,
pero los demás parecían animales y aunque los trataba de acoger para
mostrarles algo de luz, preferían quedarse en la oscuridad… ¡Cómo se
comportaban en mis clases negándose a rezar al iniciarlas! Antes cuando
yo era alumno y nos hacían rezar al comenzar las clases, todos se paraban,
hasta los comunistas, por último por respeto y buena educación. No
rezaban, pero al menos se comportaban. En las nuevas generaciones
abundan los mal educados, los prepotentes, los irrespetuosos y me decían
que ellos no se paraban porque no creían en mi Dios y que no tenía
derecho a obligarlos a rezar “esas ramonadas”. Yo me quedaba helado,
me dolía en el alma el desprecio a la fe, a la religión. Cuando pasaba por
los pasillos del campus y escuchaba su lenguaje, tanto de hombres como
de mujeres, era sin pudor y las palabrotas iban y venían, y ni hablar de lo
que hablaban. Dios mío, pensaba, ¿qué les pasa a estos pobres
chiquillos?, ¿no podrán hablar de otra cosa que no sea del carrete, del
“perreo”, de las drogas, de con quien se acostaron la última noche? Sufría
entonces y sufro actualmente por los que se dejan arrastrar por la droga.
Conocí tantos casos de buenos muchachos que se metían con ella y
terminaban como unos locos, en la cárcel como los peores delincuentes
capaces de matar a sus padres con tal de conseguir dinero para seguir en el
vicio. Con sus cerebros trastornados comportándose como demonios en
las cárceles, en riñas, en quitadas de drogas, gritándose como condenados,
viviendo, en definitiva, un infierno anticipado. La cosa está podrida por
dentro como un diente cariado. Hay olor a podredumbre, pero no se
448

animan a ponerle cura para arreglarlo…no les interesa. Esta sociedad, este
mundo tiene que caer más y más y va a seguir cayendo.

Había en la universidad los que yo llamaba “ muchachos doble


discurso”: hacen sus campañas “solidarias”, construyen media aguas, salen
en la noche a tapar con una frazada a los mendigos, pero al que tienen en
su casa, al amigo necesitado, con el salen a carretear, a ese, cuando le falta
algo, cuando necesita algo y está mal, lo desechan como un perro viejo.
Extraño concepto de amor al prójimo que tienen…extraño y perverso a
decir verdad. Ayudan a los necesitados para sentirse ellos bien consigo
mismos, hago el bien porque me siento bien haciéndolo. No lo sé, dime si
estoy equivocado, pero me parece que es una soberana estupidez egoísta.
Es como el que dice: hoy amanecí con ganas de ir a hacer algo por lo
abuelitos del hogar de ancianos, ¿Dónde quedó, pues el espíritu de
renuncia, de sacrificio, de hacer las cosas que me cargan y molestan por
amor a Dios y no porque tenga ganas o me hacen sentir bien conmigo
mismo? No estoy diciendo con esto que todos los que participan en las
obras “solidarias” tengan esa motivación, pero sí, una gran mayoría.

_ Desviación del fin.

_ Exacto.

_ Como cuando algo que es bueno para una cosa se transforma en mala
para otra.

_ Sí, es verdad Manuel, tienes toda la razón y ejemplos hay miles. Es algo
básico en moral: el fin bueno + mala la intención = moralmente
inaceptable. Mira, que te voy a poner un ejemplo mío, quizás una tontera,
pero me pasa siempre. Comienzo a rezar el rosario, cosa que me cuesta
muchísimo precisamente por lo que te voy a contar; y mientras rezo mi
mente se va a la estratósfera pensando en mis cuentos, en mis personajes y
de repente me doy cuenta de que sigo moviendo los labios con el Ave
María, pero mi cabeza no está en la oración. La creación literaria es
buena, pero no cuando estás rezando el rosario. Creo que casi todas las
acciones humanas están contaminadas de la misma manera y eso se debe
a que somos naturaleza caída y nos cuesta conservar el rumbo. Otro
ejemplo, pero es espantoso: los hijos. Querer tener hijos es bueno, pero
449

¿Cómo se les tiene? Hombre, hay que ver la manipulación perversa de la


vida. Arriendo de vientres para que las parejas homosexuales o par que
los solteros o para al que se le ocurra pueda tener una mascota llamada
hijo. ¿Te has puesto a pensar en la inmoralidad del acto y en la fatalidad
de sus consecuencias? ¡Podre criaturas concebidas de ese modo, como un
ratón de laboratorio para satisfacer las necesidades de los dementes de
sus…¡¿padres?! Ni siquiera me atrevo a llamarlos padres o madres. Y esas
mujeres que se prestan para donar óvulos, y otras para recibirlos
fecundados por un hombre…me dan nauseas de solo pensarlo: un
triángulo pro genitivo. Me compadezco de todas estas gentes. Muchos por
ignorancia hacen estas atrocidades. Ignorancia porque no tienen quien les
haga ver que están errados.

Duele ver como se ha apagado la fe y en gran parte es culpa de los


curas que perdieron el celo por la salvación de las almas. Me acuerdo de
la primera encíclica de san Pio X donde hace un fuerte llamado a predicar
la doctrina con caridad, con paciencia a estas gentes que odian a la Iglesia
y a Cristo, claro que más por ignorancia que por maldad. Cuando yo era
cabro me calentaba la cabeza y despotricaba, me peleaba con los que
atacaban la fe, pero a medida que fui creciendo y especialmente en
Oxford, me di cuenta que se puede corregir el error y enseñar al que no
sabe de manera más eficaz que con gritos y enojos, con un corazón
paciente y generoso, con dulzura y con mansedumbre, especialmente
cuando encuentras el camino llano para exponer tu verdad. No sé si habré
sido un buen apologista o un buen enseñante y ruego a Dios que me
perdone si en alguna ocasión me convertí ocasión de escándalo para los
que me veían o me escuchaban. Sin caridad no se puede hablar de la
Verdad, no puedes ponerte a condenar y a despotricar con arrebatos de
inquisidor fanático…no, no se puede porque causas más escándalo y
haces más daño confundiendo a las almas. Hay que ser firmes al exponer
la fe, pero sin faltar a la caridad. Así es pues, Manuel Etcharren si
pudiéramos perseverar en lo que atañe a nuestra salvación eterna, pero
nos descarrilamos una y otra vez.

_ Hay que rezar harto no más y encomendarse a Dios, que si fuera por
nosotros únicamente creo que nadie podría salvarse. Yo soy tan
arrebatado Matthew, tan apasionado que esto me enceguece…tan
inconstante en mis propósitos. Para la cuaresma que pasamos, (como nos
450

tocó todo este asunto del traslado a lo mejor se me disculpa) me había


propuesto como sacrificio, no fumar cigarros y la pipa…

_ Eso para un fumador como tú es casi imposible de cumplir.

_ Y no pude, no me duró ni diez días el propósito. Anduve desesperado,


me comí las uñas, me comía todo lo que encontraba a mi paso y para
colmo, anduve con el genio atravesado importunando a todos. Manerita
de hacer penitencia.

_ Las mortificaciones y sacrificios de cuaresma…de eso también se


burlaban en la universidad mis colegas cuando me veían abstenerme de
comer ciertas comidas, lo encontraban absurdo y me decían que nunca
Cristo enseñó ese tipo de cosas. A decir verdad, yo era un blanco de
burlas permanentes por todo lo católico que había en mí. Lo que me dolía
profundamente era cuando hacían referencias burlescas acerca de cómo
estaba educando a mis hijos, sobretodo en el tema del pudor. Cuando la
Annie llegaba a verme a mi oficina con algunas cosas medio provocativas,
sin serlo plenamente, pero que dejaban ver algunas veces más de lo
prudente, y yo le llamaba la atención paternalmente sobre la decencia al
vestirse y ellos me escuchaban al paso, se metían en mi llamado de
atención y me desautorizaban frente a mi hija, diciéndome que no fuera
cartucho y que una niña tan linda como mi Annie debía mostrar sus
atributos. Ella abría los ojos verdes así de grandes y para dejarlos picados
se tapaba bien tapada y se encerraba en mi oficina. Mi Annie…siempre tan
madura para sus cosas, mi niña, me perdí su cumpleaños número trece.

_ ¿Supiste la última de nuestro Todtschläger?

_ No quise ver noticias estos días, ¿para qué? Ya sabemos a dónde nos
conducen los Elders, el Antipapa y el Anticristo.

_ Resulta que ha armado un ejército de millones, utilizando los ejércitos


de cada país los cuales renunciando a su soberanía, se han agrupado en un
nuevo frente común. Los cascos azules ahora son millones, hasta los
chinos se los unieron. Compadre, es una locura ver a los
norteamericanos con los chinos unidos por una misma causa.
451

_ ¿Acaso no hay tanta paz y fraternidad en el mundito rosa que han


armado con el payaso del Antipapa? ¿Para qué quiere un ejército tan
grande? Algo me adelantó Carlos hace unos días…no es novedad.

_ Para serte franco Mansfield la cosa es de lo más rara porque la gente en


general no anda preocupada de esto, lo ven como una guerrita más, local,
insignificante y siguen en sus jolgorios, animados además por la
tranquilidad con que el Secretario les “des-informa” a través de la
televisión; a excepción de la gente más perceptiva que ve con temor lo que
se aproxima. Resulta que a los islámicos de Europa y Medio Oriente no
les gustó nada la idea de hacer una pan-religión. Eso de estar bajo los
dominios judíos los tiene con la sangre hirviendo; a su vez los rusos
islámicos se les han unido, amenazando que se van a tirar sobre Europa si
los fuerzan a aceptar las leyes que obligan a aceptar mundialmente la
nueva religión.

_Nuevamente los rusos. Pensé que el Secretario General les había


vendido la pomada de la paz para dejarlos tranquilos. Pero dime, porque
es complicado el asunto, ¿una parte de Rusia está con los islámicos?

_ ¡Sí poh hombre! ¿No te dije que los rusos islámicos se les unieron? Yo
los llamo rusos, pero en realidad son una serie de repúblicas chicas que
quedaron después de la caída de la URSS que hace rato que vienen
tratando de independizarse del poder central ruso. Los ortodoxos,
especialmente los ucranianos y cosacos están a su vez combatiendo a los
rusos pro-islámicos, y dentro de la misma Rusia hay focos cristianos de
resistencia. Tienen la media escoba allá con esta guerra civil religiosa. Los
rusos, en especial los antiguos cosacos cristianos, y los ucranianos uniatas
están muy bien organizados y dispuestos a todo con tal de frenar a los
musulmanes y a los del novus ordo; y mientras ellos se atacan y se tiran
de las mechas en territorio ruso, los chinos vienen y se unen a los cascos
azules para tirarse sobre la Rusia cristiana y sobre los islámicos, porque
constituyen un peligro permanente para el novus ordo. Lo que es el resto
de Europa, está completamente entregada a Israel y su nuevo culto
aterrados por el avance musulmán que los tiene arrinconados gracias a su
negligencia por no controlar la conquista por el vientre y dejar que
Europa se llenara de musulmanes y se vaciara de cristianos.
452

_ Tremendo enredo: católicos romanos, uniatas católicos y ortodoxos


rusos contra islámicos y novus ordo; y a su vez los islámicos contra los
cristianos y los novus ordo, y los novus ordo contra ambos. Al medio
nosotros, los del fin del mundo, dispersos por todas lados, contra
musulmanes y novus ordo y a pesar de que somos minoría absoluta y
desarmada, nos temen. Nos espera una guerra religiosa nuevamente…y
será la última te lo aseguro.

_ Lamento que los ucranianos y los cosacos cristianos luchen como David
contra Golliat arrinconados por dos frentes. Por más que algunas gentes
de Europa occidental se les hayan unido creo que es crónica de una
muerte anunciada, a no ser de que ocurra un milagro. El ejército de la
ONU es inconmensurable y es una guerra perdida. Se los van a comer y
serán exterminados. Poseen algo de armamento, pero los otros les lanzan
una bomba nuclear y se acabó de una vez cualquier resistencia. Los
chinos únicamente son millones y los musulmanes llevan años fabricando
bombas atómicas.

_ Le tengo depositada mucha confianza a los rusos cristianos, me caen


bien los tipos. Después de haber leído tanto a Dostoievski, a Krassnov, a
Soloiev, concluyo que, a pesar de los años de comunismo, conservaron la
fe cristiana arraigada en el corazón del pueblo sencillo, del campesino, al
que trataron de eliminar; en los cánticos, en los íconos, en sus ritos. Tengo
puestas mis esperanzas en ellos y por algo la Virgen Santísima pidió su
Consagración, así darán el paso que falta y se convertirán a la verdadera fe
dejando la herejía provocando el triunfo final de María. Si el papa Pio
XIII consagrara Rusia ahora ellos podrían vencer a ambos ejércitos y
puede que hasta el reinado del Anticristo llegase a su fin. Son meras
especulaciones, puede que pase de verdad todo esto que hablamos, pero
por ahora son meras suposiciones.

_ Pero tus antepasados ingleses traicionaron a los pobres rusos en varias


ocasiones. Al pobre padrecito Zar, como le llamaban cariñosamente sus
súbditos, le dieron la espalda y luego vino la masacre de Lienz.

_ ¿Y eso que tiene que ver conmigo si yo soy chileno no inglés?


453

_ Mírate la cara: con una jeta gruesa y de un rojo intenso que contrasta
con la palidez rosada de tu cara de hacha inglesa acompañada de una
larga, puntiaguda y también inglesa narizota. Las mejillas hundidas por el
hambre y tus enfermedades; ojos pardos de mirada triste y melancólica,
siempre con ojeras marcadas hasta dar pena, con esas cejas cenicientas
delineadas y las pestañas que casi no se te notan. La frente amplia y
despejada, señal de una cabeza inteligente, pero medio loca. Diría que
eres un engendro entre Newman, Benson y Knox, algo típicamente
british, very british ; y lee tus apellidos: Mansfield – Bradley. ¿Desde
cuándo tanto amor por los rusos, sir Mansfield?

_ ¿Cómo que sir? Lord Mansfield…¿Qué te crees? Ja,ja,ja…Vaya


descripción monstruosa que das de mi rostro Manuel. No creí verme tan
mal. Un poco chupado de cara y narizotas, pero no soy tan feo…creo.
Digamos que siento una inclinación, llamémosla misericordiosa con
aquellos pueblos que han sufrido mucho por causa de su fe. Y es cierto
que los ingleses se portaron muy mal con los rusos, pero no hay que
generalizar. En todas partes, en todos los pueblos hay gente buena y mala,
y muchos oficiales ingleses sufrieron enormemente por lo ocurrido a los
cosacos de Lienz. Pero no tiene nada que ver eso ahora, ni menos
conmigo.

_ Es que me causa sorpresa tu aprecio por los eslavos, siendo que creías
que la restauración o, mejor dicho, que la cristiandad triunfante luego de
la Gran guerra que se nos viene, vendría encabezada con la conversión
de Inglaterra partiendo por la monarquía y no por el lado de los rusos.

_ Me equivoqué, la sangre de mis antepasados me tiró, con todo lo que


además venía ocurriendo con el renacimiento católico en la Gran
Bretaña…soñaba con una Inglaterra católica y para que sepas, todavía no
pierdo las esperanzas. Quizás deberá purgar más sus pecados la Pérfida
Albión… expresión que detesto y me duele, pero que no deja de ser cierta
cuando se piensa en las atrocidades cometidas contra los católicos y en la
desastrosa decadencia moral en la que viven, con sus leyes execrables
desde hace décadas. Tantos y tantos mártires que ha tenido la tierra de
San Eduardo confesor y de San Patricio. No habrán derramado su sangre
en vano y ruegan a Dios por su país natal.
454

_ ¿Todavía rezas por la conversión de Inglaterra?

_ Por supuesto, aunque parezca imposible que ocurra. Soy un anglófilo y


descendiente de ingleses y lo menos que puedo hacer es rezar por la
salvación de todas aquellas almas que tanto lo necesitan. Uno tiene su
corazón puesto en aquello que ama, y después de mi país, está el de mis
antepasados. Me marcó para siempre mi paso por Oxford e hice muy
buenas amistades en Inglaterra.

Hace tanto frio que me tomaría otra mistela para entrar en calor.
Qué alivio y que gratificante es para mí poder volver a conversar contigo
Manuel, Deo gratias.

_ Lo mismo digo aunque sea para que vuelvas a enrollarme la cabeza con
tus cuestionamientos y complicaciones. Retomo mis labores de paño de
lágrimas de Matthew Mansfield. Si seguimos así a esta velocidad en la
noche estaremos cruzando el Golfo de Penas, ojalá no nos toque
movernos mucho porque esta barca es una cascara de nuez.

La tarde después del almuerzo pasó tranquila. Conversaron todos


reunidos en la cubierta sentados unos sobre el techo de la cabina y otros
en la bañera de popa acerca de los pormenores de la vida en la isla, del
estado físico y emocional de todos los que ahí vivían, de las anécdotas que
habían ocurrido y de los miedos que cada cual sufría al sentir pasar los
helicópteros y aviones de la ONU sobre la isla. Hablaron sobre la
situación del papa Pio XIII y de su peregrinaje oculto por el mundo
consagrando obispos y dirigiendo la Iglesia desde las catacumbas. Se
esperaba que pasara también por Argentina y por Chile y que
probablemente este encuentro fuera en la frontera de ambos países para
aprovechar el viaje y consagrar unos pocos obispos de ambas
nacionalidades. Se rumoreaba que el padre Mansfield iba a ser nombrado
obispo, pero lo veían como algo muy difícil, pues no sería fácil para él
concurrir a este encuentro en la orillas del Lago Nahuelhuapi. Pero aún
no había fecha y todo se planeaba en el más absoluto secreto.

Matthew extrañado por la información que poseían acerca de los


actuales acontecimientos, preguntó sobre las fuentes desde donde
obtenían todas las noticias. Su sorpresa fue grande cuando se enteró de
455

que el papa Pio XIII había aprobado la constitución de una nueva orden
de hombres consagrados que tenía por misión recorrer el mundo
informando a las pequeñas comunidades dispersas acerca de la situación
de la Iglesia y del mundo. Estaba conformada por sacerdotes y religiosos
que, antes de consagrarse al sacerdocio y a la vida religiosa, habían sido
analistas y ex agentes de inteligencia de distintos países. Entregados en
cuerpo y alma a la causa del Santo Padre habían abandonado el mundo
para consagrarse a tan importante misión. Los Palomos, les decían, y en
su mayoría eran veteranos de las fuerzas armadas, una especie de cruzados
modernos de la información. A cada comunidad se le asignaba un palomo
que les visitaba periódicamente para darles cuenta del acontecer del Papa
y del mundo; llevar las bendiciones apostólicas, dar nuevos bríos a la causa
de Cristo y por sobre todo poder tenerlos unidos, sintiéndose amparados
por el mismo pastor. Como eran en su mayoría sacerdotes asistían
espiritualmente a las comunidades que no contaban con cura permanente.
Se hacían cargo de las misas y de las confesiones permaneciendo por más
tiempo con ellos para satisfacer las necesidades espirituales de aquellos
pobres desamparados católicos. Cuando la comunidad que visitaban
contaba con un sacerdote permanente, la visita duraba no más de una
semana. Poseía ya entre sus miembros a mártires que habían sido
descubiertos y asesinados de la manera más horripilante usando su sangre
para los cultos satánicos. Se les perseguía como a los peores terroristas.

Las relaciones entre Ian y Matthew H. seguían un tanto distanciadas


y solamente habían cruzado unas cuantas palabras en orden a labores
domésticas de abordo. Ninguno de los dos se atrevía a comenzar una
conversación más profunda para esclarecer lo pasado y dejarlo atrás. La
confianza que Matthew H. tenía en su hermano estaba un tanto socavada
por el mismo Ian que lo defraudó con su adhesión al gobierno mundial y
a la nueva religión.

Estaban ya por salir al Pacífico y el mar estaba un poco más bravo.


En la cubierta se quedaron Manuel con su hijo mayor y Rafael para
controlar la barca y en la cabina el resto de los tripulantes. Thomas estaba
completamente mareado y era asistido por Matthew que ansiaba con toda
el alma poder subir a la cubierta a disfrutar del movimiento. Thomas
estaba aferrado con garras y dientes a Matthew y no lo dejaba moverse.
Quien los hubiese visto pensaría que Thomas estaba sufriendo de algún
456

ataque de terror incontrolable. Era la única manera de sentirse firme.


Junto a ellos el perro Rufus durmiendo con su cabeza apoyada en el
muslo de Matthew.

Ignacio intentaba dormir tirado en el suelo envuelto en un saco de


dormir cerca de la estufa que ocupaban para cocinar completamente
acostumbrado al vaivén. Matthew H. estaba sentado en un cajón y
cuidaba de echar leña a la estufa para mantenerla encendida mientras leía
uno de los libros de la biblioteca de su padre. Ian estaba sentado enfrente
de su hermano en el suelo de madera de la barca y le miraba sin sacarle la
vista de encima esperando que su hermano se sintiera observado para
iniciar una conversación que se negaba a florecer. Matthew H. hacía
esfuerzos para concentrarse en la lectura y para no caer en la trampa de
Ian, pues se sentía observado por él. Pero la curiosidad del hermano
mayor pudo más y levantó la vista mirándolo por un segundo, el cual fue
suficiente para que Ian captara el vistazo.

_ ¿A quién lees Hugh?

_ A Jane Austen.

_ ¿Qué novela?

_ Mansfield Park…me intrigó por lo del apellido, y como nunca la había


leído por mis prejuicios sobre las novelas románticas, me tincó hacerlo
ahora como lectura relajante y liviana. Agarré el libro para matar el
tiempo, y luego el libro me agarró a mí. Disculpa no quiero ser grosero
contigo, pero quiero seguir leyendo.

_ ¡Qué manera de decirme que te deje leer! Se te pegó el estilo de la


novela…no quiero ser grosero…déjate de payasadas Hugh.

_ Es la manera de tratar con los extraños para no ser mal educados.

_ Estás empeñado en herirme o en castigarme por mis errores. Por favor


hermano, perdóname…
457

_ No exageres Ian, y no lo transformes en una teleserie. Simplemente no


tengo ganas de conversar contigo.

_ ¿En qué parte de la novela vas? Yo también la leí hace un tiempo y me


encantó. – Ian buscaba infructuosamente sacarle conversación a su
hermano que estaba cada vez más molesto.

_ ¿La leíste? ¿Leíste una novela romántica de Jane Austen? Ja, ja,ja. Esta
sí que no me la esperaba. Pensé que tus amigos te habían quitado el gusto
por la lectura, porque aparte de andar de ociosos, jugar video juegos y ver
televisión, pasárselas en orgias y bailetones desde la seis de la tarde hasta
las seis de la mañana, no hacen nada más. Bueno, estoy casi
terminando…Hay una frase que nos viene de perilla. Para que la
reflexiones, a ver si te sientes identificado o es exactamente lo contrario de
lo que nos ocurre, así podrás quedarte callado y me dejarás terminar la
novela. Dice a propósito de las hijas de sir Thomas Bertram, si las
recuerdas como eran de huecas: “Se las instruyó en la teoría de la religión,
pero sin acostumbrarlas a practicarla en la vida cotidiana” Es lo que te
pasó a ti Ian Henry, mucho catecismo, mucha doctrina, pero te falló el
espíritu de la práctica; y no fueron nuestros papás los que erraron en
cómo hacer de la religión más que un compendio de dogmas y
mandamientos, sino que fue tu falta de apreciación de los mismos lo que
te llevó a ser influenciado y removido hasta rechazar tu formación, ya que
de ella te quedaste con la cascara, sin probar el contenido, y el contenido
no es otra cosa que hacer las cosas por amor a Dios y a sus criaturas.

_ ¿Me odias?

_ Al parecer vas a seguir con la comedia. Está bien – Matthew H. cerró el


libro y lo colocó en el piso, abrió la estufa y metió un par de leños para
luego cerrarla de un fuerte portazo – como no tengo escapatoria en este
bote y no puedo arrancarme de tus miradas ni de ti, conversemos con las
cartitas sobre la mesa, como dijo mi papá, para que las cosas entre
nosotros queden bien claras y dejes de molestarme, Ian Mansfield
Battaglia.
458

_ Cuando llegamos con mi papá, dijiste que íbamos a tener una


conversación larga y no has hecho más que hacerme el quite como a un
leproso.

_ Tengo muchos problemas y no quiero agregar uno más a ellos


discutiendo contigo. – Matthew Hugh le quedó mirando fijo con el ceño
fruncido. Fue tan profunda su expresión de molestia que Ian captó
inmediatamente que algo no andaba bien en su hermano y que lo estaba
atormentando de verdad con la conversación.

_ Hugh yo me he vuelto muy intuitivo gracias a las montoneras de cosas


locas y malignas que me pasaron, y he aprendido a reconocer ciertos
patrones de conducta en las personas.

_ ¿Y eso que tiene que ver conmigo?

_ Mucho porque estás más cambiado que yo y también sé cuáles son tus
razones.

_ ¿Ah sí?, pues mira tú que interesante; y se puede saber ¿en qué he
cambiado y cuáles son las razones? – Matthew H. estiró las piernas y
cruzó sus brazos sobre el estómago moviendo los pulgares, con gesto de
curiosidad y hablando con un tono burlesco e incrédulo. Miró a su
hermano con una sonrisa sarcástica.

_ De partida, te dejaste crecer la barba y debo decirte que te hace ver muy
bien y algo mayor; tu manera de caminar, tus gestos, tu modo de hablar es
distinto.

_ Lo de la barba es por el frio y porque no es llegar y afeitarse cuando no


tienes con que hacerlo… ¿No me digas que ahora te convertiste en
psicólogo?

_ ¿Puedes escucharme sin burlarte de mí? Gracias…Dos cosas son las que
hicieron que tú cambiaras o más bien, tendría que decir que reventaras.
Todos tus gestos y tu lenguaje hablan de un profundo dolor causado por
la pérdida de tu polola y por lo sucedido con mi papá y conmigo. _
Matthew Hugh no dijo nada, pero bajó la cabeza apoyando su mentón
459

sobre el pecho y colocó sus manos sobre los muslos arrastrándolas


nerviosamente una y otra vez como molesto y alterado... – Lo de la Maca
tendrás que superarlo e intentar vivir tu vida. Si ella no quiso seguirte al fin
del mundo es porque en el fondo no te quería como tú pensabas. Prefirió
quedarse en el mundo cómodo a dejarlo por ti, y bien tonta tu ex porque
se perdió a un gran hombre, dudo que pueda encontrar a alguien como tú
Hugh y no te lo digo por agradarte ni para que creas que te estoy
chupando las medias para que me perdones. Estoy siendo lo más sincero
posible contigo y créeme que lo que digo es verdad. Según lo que me
habías contado cuando estábamos en Viña y recién te habías puesto a
pololear con ella, estabas completa y absolutamente enamorado,
idiotizado por ella. Habías encontrado a la mujer de tu vida y por eso
entiendo tus rabias y tu pena. Todavía estás enamorado de ella…

_ ¡Cállate!, ¡cállate y no digas más! ¡No quiero saber, no quiero saber! Y


que ni se te ocurra hablar mal de ella.

_ No te alteres, no quiero herirte, sino que conversemos y larguemos las


cosas para afuera. No podemos seguir con estas espinas metidas en
nuestra alma y en nuestro corazón. No me estoy burlando de tus penas
amorosas ni quiero sacar provecho emocional de ellas – Matthew H. se
puso de pie, agarró su poncho chilote y un grueso gorro de lana, unos
guantes de cuero y parándose frente a su hermano que le miraba desde el
suelo le invitó a salir a conversar afuera, bajo el viento y las olas que
mecían la barca como un barquito de papel.

_ Si quieres conversar como hombre, vamos para afuera, sobre la cabina,


en la proa enfrentado al mar. Mi papá no deja de mirarnos y quiere
meterse en nuestra conversación y ésta es una conversación entre
hermanos…¿o le tienes miedo al mar? – Matthew H. miraba a Ian con
altanería y circunspecto. Ian se levantó del suelo y se colocó su parka,
gorro, bufanda y guantes y siempre sonriendo colocó sus manos sobre los
hombros de su hermano respondiendo afirmativamente a su invitación.

El viento soplaba con furia y la embarcación navegaba escorada


hacia estribor en medio de grandes olas que sin embargo, surcaba con
facilidad. Manuel observó cómo los dos muchachos se agarraban de las
cuerdas para cruzar hasta la proa, pero no les llamó la atención ni les
460

prohibió instalarse en la pequeña cubierta de proa con sus pies colgando


hacia el mar, aferrados el uno con el otro y amarrados con cuerdas a la
nave.

_ Ian, agárrate bien de mí, ¿puedes escucharme?

_ Fuerte y claro a pesar del ruido. Es igual que ir a Fantasilandia. Menos


mal que el tío Manuel no nos atajó y nos dejó pasar. Pensará que estamos
locos. Esta súper oscuro, ¿Cuánto falta para salir al Golfo de Penas?

_ Unas tres horas creo, depende del viento y de la fuerza de las olas. No
tengas miedo hermano, mi tío Manuel es un buen timonel y con Rafael y
Juan Manuel al lado no hay de qué preocuparse.

_ ¿Por qué quisiste traerme para acá? Igual da su resto de susto…ya estoy
entero mojado.

_ Me gusta ver las olas golpear el casco y sentir las gotitas de agua
mojándome…dime si no es fascinante. – Matthew H. permanecía con los
ojos cerrados con la cara levantada y recibiendo todo el rocío de las olas
sobre su rostro que estaba empapado. Ian le contemplaba con cariño y
admiración. El rostro de su hermano se había puesto en estos meses más
cetrino y taciturno. La vida dura en la isla ya le había pasado la cuenta
sumado a sus estados espirituales de profundo dolor y soledad interna. En
unos pocos meses se transformó en un hombre gracias a la experiencia del
sufrimiento que le había obligado a crecer y a dejar atrás al muchacho
juguetón y encendido que había sido. Si había en este mundo alguien a
quien admirara Ian, aunque no siempre lo reconocía, era a su hermano
mayor. Ian había notado un gran cambio en él y fue diciéndoselo pausada
y caritativamente. Así gracias a este trato amoroso de Ian el tono mordaz
de Matthew H. cambió, se relajó y soltó un poco más.

_ Las cosas de la vida se me complicaron súbitamente siendo yo aún un


niño Ian. Comprendo tu preocupación, pero a pesar de que me ves
abatido no lo estoy tanto como para llegar a desesperar. Estoy golpeado,
pero pretendo recuperarme. Lo de la Maca fue tremendamente duro para
mí, y sí, sigo enamorado de ella. Por las noches me interno en el bosque,
solo con la luna por luz y compañera, y mirándola le converso como si
461

fuera mi Maca...le hablo de mis cosas, de lo que hago en el día, de cuanto


la extraño y que lamento no haber podido formar una familia con ella. Yo
lo único que quería y se lo decía todos los días era tener un hijo suyo, un
Mansfield chico corriendo por ahí…. Yo la amaba con toda mi alma, la
sigo amando, pero ya no es lo mismo y estoy dolido… ¿Por qué duelen
tanto las penas de amor? ¿Por qué me siento como uno de esos
románticos antiguos que hasta llegaban a matarse por el amor imposible?
Si Dios quiere servirse de esta renuncia espantosa por la que me ha hecho
pasar para mi salvación eterna, créeme que me ha costado muchísimo y
no lo supero. Lo trato de llevar con estoicismo, con altura de miras para
no torturarme. Me gusta estar solo en medio de la naturaleza y me siento
al lado del riachuelo que corre cerca de la casa a escuchar el sonido del
agua y de los pájaros cantar. Me gusta estar solo para ir a leer. He leído
muchísimo estos meses y me he enviciado con la lectura acordándome
por supuesto de mi papá y su teoría de que leemos para sentirnos
acompañados sin que nadie te discuta, sin que nadie quiera imponerte lo
que piensa. Si no te gustó el libro simplemente lo cierras.

_ Estoy medio mareado con el movimiento Hugh – El pobre Ian estaba


agarrado de Matthew H. por la cintura y su cabeza apoyada en el brazo de
este como un chiquillo asustado. – No sé cómo puedes seguir hablando
como si estuviéramos en nuestra pieza en Viña… ¿podemos entrarnos?
Está demasiado buena la conversación para perderse detalle por culpa del
zarandeo.

_ Bueno, está bien, se está poniendo muy brava la mar.

Ambos muchachos agarrados de las cuerdas caminaron con


dificultad por el angosto pasillo de proa hasta la bañera de popa y luego
entraron en la cabina donde todo seguía igual: Manuel con su hijo mayor y
Rafael en el timón, Nacho durmiendo profundamente y Matthew
sosteniendo medio dormido a Thomas que a esa altura estaba verde y el
perro con su cabeza ahora apoyada en las piernas de Thomas. Volvieron a
sentarse cerca de la estufa afirmándose de lo que podían. Matthew H.
estaba más relajado y su rostro se transformó con la misma simpatía y
dulzura de siempre.
462

_ ¡Ian, Ian, lo siento, me comporté como un imbécil contigo! A veces me


vienen cosas malas a la cabeza y me pongo idiota. No es tu culpa, es el
drama de este exilio al que no logro acostumbrarme el que me tiene mal.

_ Me alegra verte nuevamente como el Hugh de siempre. Supongo


entonces que me habrás perdonado…

_ Claro que sí, ¿Quién soy yo para no perdonar a mi propio hermano?


Tendrás que contarme después con calma todas tus peripecias por el lado
oscuro de la fuerza.

_ Quiero ser sacerdote Hugh.

_ I beg your pardon?

_ Escuchaste bien, quiero que mi tío Christian me prepare para el


sacerdocio, o como decían los viejos antes, entrar en religión – Matthew
H. se quedó en silencio contemplando el fuego sin decirle nada por un
espacio de tiempo que a Ian se le hizo eterno. Pensó que su hermano le
diría algo similar a lo dicho por su padre.

_ Una vez cuando éramos más chicos y estabas acolitando en una misa
conmigo, te miré de reojo para darte una indicación…para que no te
olvidaras de cambiar de lado el Evangelio y tú estabas con los ojos
cerrados y las manos juntas y fue en ese segundo, porque ni siquiera fue
por un minuto, te repito, en ese segundo tuve un destello de intuición y
me dije: Ian va a ser sacerdote y no yo. Después cuando caíste al lado
equivocado pensé que había errado en mi corazonada. Pero según veo no
fallé. Me alegro mucho Ian, de verdad, ¡qué cambio! ¿No? De la juventud
del gobierno mundial apóstata a sacerdote del pequeño rebaño. De todas
maneras creo que sería bueno que el tío Christian te guardara unos días
en retiro vocacional para discernir bien, y que no sea un engaño del
entusiasmo momentáneo. ¿Le contaste a alguien más?

_ A mi papá y al tío Thomas. Mi papá me dejo plantado.

_ ¿Por qué?
463

_ Porque cree que no es una verdadera vocación, sino que un entusiasmo


momentáneo como bien dices. Yo no lo palpo así, es un llamado muy
fuerte…como que me quieren para algo grande y estoy asustado. No le
digas a nadie esto último, porque te lo cuento nada más que a ti, ¿o.k?
Tengo miedo de esa misión, que no conozco tampoco, únicamente la
intuyo; y tengo a su vez miedo de decirle a Dios que no porque le tengo
miedo a lo otro, a la misión ¿me explico?

_ Ian, quédate tranquilo. Tienes que confiar en la Providencia, déjale todo


a Dios. Hace lo que tienes que hacer confiado y sin miedo. La vida se va
desarrollando paso a paso, desenvolviéndose como una flor, hasta llegar a
su plenitud para luego morir. Tienes que tomarte el tiempo cada día para
rezar y meditar sobre tu vocación, por ahora nada más que eso; y no pasar
el día pensando en que vas a hacer, que porque Dios quiere que seas cura
y cuanta cosa se te viene a la cabeza.

Cuando yo empiezo en la soledad de mi conciencia a pensar


mucho y a darme vueltas una y otra vez sobre lo mismo es cuando me
convierto en un monstruo insoportable. Pasé unos meses terribles,
frenéticos, febriles, perdí la fe en todo y en todos, y recién estoy
comenzando a recuperarme. Mi carácter y mi personalidad no son los de
una persona depresiva ni triste, sino lo contrario. Soy un tipo alegre, se
me ocurren cosas, me gusta renovarme cada mañana cuando me levanto;
y cuando pasé por la crisis sentía que era otra persona. Aún me quedan
resabios de lo que viví a causa de la partida y de mi término con la Maca,
pero estoy saliendo a flote y tu llegada me ha dado nuevos bríos para
seguir adelante. Te extrañé Ian, te extrañé mucho zopenco idiota del
gobierno mundial. Nuestros papás nos criaron para ser unidos y
separarnos de esa manera tan trágica y triste fue desgarrador para todos los
Mansfield Battaglia. A todos nuestros hermanos les ha afectado de una u
otra manera. Dominic todavía no se adapta y anda callado, detesta el clima
húmedo porque le hace pésimo para el asma y anda el pobrecito todo
pálido y ojeroso, lleno de alergias. De repente cuando lo ves de lejos es
como el fantasma de mi papá, está igual el hombre, e igual a ti por ende,
pero más famélico. Las niñas...uf, tu sabes cómo idolatran a mi papá, pues
bueno, ahí andan las comadres persiguiendo a mi mamá todo el día como
pollas, o si no a las abuelas. Christian es un pajarito que no sabe dónde
está parado y se ha convertido en la cola del tío Peter y de don Peruco. Te
464

va a gustar el lugar, es muy lindo y la casa…no te contaré nada porque se te


va a caer la hocico cuando la veas. Pero no creas que he andado tan solo.
A decir verdad, ando la mayor parte del tiempo solitario, pero cuando
estoy de regular a bien de ánimo nos escapamos con Juan Manuel y con el
Rafa a patiperrear por la isla y hemos descubierto pequeños rincones
donde nos quedamos a tomar choca o a fumarnos un pucho.

_ ¿Y desde cuándo fumas Hugh?

_ A bordo del Albatros me inicié en el vicio para pasar las penas. Pero
fumo lo mínimo, nada más que cuando nos vamos a nuestro escondite,
además que no hay mucha provisión de cigarros. Yo conozco de
fumadores lo suficiente para saber que hace pésimo, pero total uno cada
cierto tiempo qué más da. Es un buen amigo Juan Manuel…muy buen
amigo, me ha apoyado una y otra vez.

_ Siempre ha sido tu mejor amigo y además es un Mansfield por donde se


lo mire.

_ Sí, ahora es cuando se les necesita más a los amigos, a los cómplices, a
los que son capaces de escuchar y compadecer contigo. Los tiempos son
durísimos y las noticias que nos llegan por la radio son cada vez más
preocupantes. – Matthew H. suspiró tan profundamente que se remeció
por completo, como si de pronto se hubiese acordado de algo.

_ ¿Por qué suspiras hermano?

_ No puedo olvidarla por más que lo intente…

_ ¿Estás enamorado hasta las patas?

_ Toda mi caída ha sido por estar todavía vuelto loco por ella. Pensé que
lo iba a superar. De hecho cuando le dije que yo me iba igual con ella o
sin ella, al principio del cuento, no me sentí tan dolido. En ese momento
me dolió mucho más que mi papá y que tú se fueran a quedar en Viña,
con toda la incertidumbre que esa espera significaba; pero pasado mi
autobloqueo para protegerme de su ausencia, mi corazón fue
doblegándose a su recuerdo y su recuerdo me duele. ¡Cómo me duele
465

haberla perdido, Ian! No te imaginas cuanto, cuanto puede llegar a dolerte


una pena de amor. Me reía de las canciones cebollas y de los dramas de
las novelas, de los poetas despechados, pero ahora lo estoy sufriendo en
carne propia. La amo demasiado.

Yo tenía muchas amigas. Algunas, y lo digo con verdadera modestia,


andaban descaradamente detrás mío, persiguiéndome donde estuviera,
llamándome por teléfono para invitarme a donde se te ocurra. Me
enviaban mensajes de textos, fotos…me acosaban, y algunas hasta se me
ofrecían. Yo no soy ningún mino por lo demás, soy demasiado alto y con
estas orejotas de duende, pero bueno, ellas quizás buscaban algo que en
otros no veían. Siempre me comporté como me enseñaron y como no los
crían ahora a los cabros, con la cabeza llena de mierda y sin respeto por
nada ni por nadie. Son hombres que han perdido la delicadeza con las
mujeres porque las mujeres han perdido su femineidad. Las mujeres nos
exigen, pero ellas no ayudan con sus igualdades ficticias: no somos iguales.
Parecieran querer ser iguales a nosotros, pero nosotros no buscamos
iguales, sino complementos. Basta ver como se visten…como llegaste a
vestirte tu Ian, me daba vergüenza que me vieran salir contigo, parecías un
maraco a mi lado….pero es tiempo pasado. Nunca cambié mi apariencia,
a pesar de todas las burlas y menosprecios que me hacían en la facultad
por seguir pareciendo un hombre: pelo corto, rasurada la cara, pantalones,
camisa, bototos de trabajo, como siempre con punta de acero en su
interior. A las mujeres yo las trataba con consideración, con delicadeza y
eso era lo que a ellas las atraía...pero no vayas a creer que yo me
comportaba así por conquistarlas ni por dármelas de don Juan, sino que
porque me nace naturalmente. Tal como reconozco mis defectos, también
agradezco mis virtudes y una de ellas es haberme comportado con mis
amigas como un caballero. Por lo demás, tú eres igual que yo en esto y no
tengo que estarte explicando nada. Las hubiera podido tener comiendo de
mi mano, pero ninguna, te lo prometo, ninguna de ellas me tocó el
corazón como Macarena. ¡Qué tonto soy! Perdí a mi único gran amor,
pero ella no fue capaz de acompañarme, y si no fue así es porque ella no
me amaba como yo sí a ella…No, no puedo decir una cosa como esa, ella
en verdad me amaba – Matthew H. se tomó la cara con las manos y se
balanceaba de un lado al otro incómodo. - Por favor mi amor, le dije,
sígueme, acompáñame, quédate conmigo, cásate conmigo…ella lloraba,
me besaba las manos, la frente, mis párpados…mis labios, como
466

desesperada, apasionada, frenética…fue horrendo despedirme de ella


sabiendo que tal vez no nos íbamos a ver nunca más. Me preguntaba
entre llantos: “¿Te veré de nuevo? ¿Te veré de nuevo? Matthew, estás
loco, loco pero igual te amo, y lo hare siempre. Nunca volveré a encontrar
a un hombre como tú…nunca.”. ¿Por qué estoy loco? - le dije mientras
tomaba su cara y la besaba una y otra vez. Y me respondió que estaba loco
porque cría que el fin del mundo está cerca y por creerle a un Papa falso
como Pio XIII. “Matthew, - me insistió - nuestro Santo Padre nos ha
hablado más que nunca de Cristo, del amor de Cristo, de su realización
plena en esta sociedad. Ha reconciliado a la Iglesia con el Mundo…no
puedes desobedecerle, no te creí jamás capaz de llegar a ser un rebelde.”
Y yo no supe que más decirle, porque de esto habíamos hablado miles de
veces y ella se negaba a entender, entre otras cosas, que la obediencia
ciega es servil y que al error no se le obedece. Yo le decía: Maca, el error
no es sujeto de obediencia, únicamente a la Verdad se le obedece. Ese
director espiritual que tenía parecía querer estar manipulándole la vida. Le
había aconsejado que terminara conmigo porque yo la ponía en contra de
la nueva Iglesia y de su movimiento…yo le decía a ella que no debía dejar
que nadie entrara en su conciencia y que las decisiones en la vida no
dependen de un director, ni de un profesor, ni siquiera de nuestros
padres, sino que de nuestra conciencia, de nuestra recta y sana conciencia.
Nadie se puede meter ahí, nadie tiene el derecho a violentarla.

Pero como te contaba Ian, después que me dijo que estaba loco yo
sólo atiné a sacarme mi escapulario y se lo puse en su cuello. No tenía
nada que quisiera más en este mundo que ese escapulario bordado con
hilo de oro y bendecido por el cardenal Bright y se lo regalé para que me
recuerde siempre y para que la Virgen la cuide por mí. Se aferró a mis
piernas y no me soltaba, lloraba desconsolada. Yo me agaché para
levantarla y al hacerlo me topé nuevamente con sus labios y me puse a
besarla como un desquiciado. Si nos hubieras visto besarnos, estábamos
como chiflados…se me partió el alma, fue desgarrador, y ni siquiera me
acuerdo como me pude ir sin que ella me siguiera gritando por la calle.
No me acuerdo como fue que llegué a nuestra casa, me bloqué
totalmente. Supongo que mi mente quiso hacer desaparecer esos minutos,
porque te juro que no sé cómo aparecí en la casa.
467

No quiso venirse conmigo, decía que me amaba, lloraba


suplicándome su perdón, que la perdonara por ser una cobarde y por no
seguirme. Me dijo que no podría volver querer a nadie como me había
querido a mí y que yo era la razón de su existencia…¡oh por Dios!, fue
espantoso. Cuando nos embarcamos y estábamos en pleno océano, tomé
conciencia de mi situación, del estado en que quedaba mi vida y por eso le
envié esa carta tan rara a mi papá. Estaba desesperado, con el alma
muerta. Ahora trato de valorar lo que me queda, de sonreírle un poco al
mal tiempo porque se acerca nuestra redención y eso me hace olvidar mis
tormentos. Sin embrago a veces, mejor dicho, las más de las veces, pienso
en ella…¡la necesito Ian, la amo con toda mi alma! ¿Cómo estará? ¿Estará
con otro? ¿Estará sufriendo por mí como yo sufro por ella? Otras veces
se me pasa por la mente pensar que…nunca nos acostamos y…

_ ¿Y qué? ¿Te lamentas por no haberte acostado con ella? Hugh…es


normal lo que sientes, pero tenemos las cosas más que claras con respecto
al sexo. Habrías arrojado por la borda una parte importante de lo que más
aprecias y valoras en esta vida y el peso del cargo de conciencia te habría
herido el alma hasta quizás qué punto. Hiciste lo correcto. ¿Ibas a caer en
aquello que tanto criticamos que hacen nuestros amigos metiéndose a la
primera con cuanta mina se les cruza por el camino, como perros en
celos? O sea, la inconsecuencia misma por unos minutos de placer, y a
cambio el remordimiento y la ofensa gratuita a la mujer que dices amar
con toda el alma. Es aquí donde se demuestra la hombría hermano: te
domina la pasión o tú la dominas a ella. Es el respeto por uno mismo;
llevar a concho la virtud de la castidad, para que, como dice mi papá, sea
la parte superior del hombre la que gobierna la nave, y no el piloto loco
de las pasiones que termina por llevar el barco al fondo del mar. Por lo
demás si algo hubiese pasado entre los dos, tu visión de ella después de,
habría sido muy diferente; porque así como se metió contigo podría
meterse con cualquiera y se acabó la confianza de un paraguazo. Si esta
mujer fue capaz de entregarse a mí y no de guardarse y confiar su
virginidad para cuando Dios lo haya bendecido, entonces no me merece
confianza. La educación que nos dieron nuestros papás dista mucho de
ser ese puritanismo farisaico de sepulcros blanqueados que detesto,
porque lo que ellos nos han enseñado es que evitamos hacer el mal para
no ofender a Dios y no por el que dirán de mí, si soy tan bueno ante los
ojos de los hombres.
468

_ Lo sé, lo sé Ian…es sólo una tentación. Supe someter mi pasión a


nuestro amor, que iba más allá de un momento de excitación. Te lo
repito: tuve que reprimir mis pasiones un montón de veces. Me decía a mí
mismo que Dios tendría que considerar este combate, esta lucha por
controlar la sangre que me hervía como mérito para mi salvación y la de
ella. Además todo el ambiente libertino que nos rodea…tarde o temprano
igual la mugre te salpica y te mancha aunque no quieras. Es un
bombardeo permanente, a donde vayas; y a nuestra edad, estamos más
expuestos a ser atraídos por lo que parece más fácil. En un mundo
completamente erotizado es difícil mantenerse incólume. Cuando iba a la
universidad, el último tiempo ya se me había hecho desagradable y
doloroso. Encontraba que todo estaba tan rasca, tan ordinario, tan
efímero, todo hecho con fealdad: la ropa, los edificios, las salas, la
biblioteca, todo feo. La gallada con sus tatuajes horrendos por todo el
cuerpo, los piercing. Al parecer yo era el freak y no ellos, porque la
mayoría los usaba. Teniendo sexo en donde fuera: en el gimnasio, en los
baños, hasta en las salas de clases desocupadas. Todos con todos, sin
distinción de género…asqueroso, repugnante. Te encontrabas con ellos o
ellas y les daba lo mismo que tú pasaras por el lado. Decadencia moral y
estética, sin alma, sin nada trascendente. Hablaba con mis compañeros y
eran unos frustrados, asqueados de la vida, sin proyectos para futuro, sin
planes… ¿Cómo sobrevivían? Tapando el sol con el dedo, entregándose a
los vicios, al carrete desenfrenado. Me daba una lástima los pobres porque
en parte estaban pagando por la dejación de los padres, por sus malos
ejemplos. Yo no he vivido mucho, pero basta tener dos dedos de frente
para darse cuenta de la decadencia en la que estábamos viviendo. Las
modas de mis amigos…de mis supuestos amigos… feo, feo como lo más
chocante. Se burlaban de mi todo el tiempo, insultándome porque les
decía las cosas en la cara: que sus fiestas eran orgias, que sus bailes eran
abominables y rascas, rascas y ordinarios, cero gusto, cero estética. Lo más
bajo, ni siquiera los animales llegan a hacer cosas tan bajas como las que
hacían frente a todo el mundo. Me daba asco verlos moverse como
culebras, casi apareándose en la mitad del patio cuando ponían música. A
cada rato me provocaban para que tuviera relaciones con la Maca y ella no
comprendía mi negativa, porque decía que todos lo hacían, que no era
malo porque nos amábamos, que era lo normal en cualquier pololeo.
Llegó a decirme cosas que otro en mi lugar no le hubiera aguantado: que
469

era poco hombre, que era un cobarde, que no la amaba de verdad, hasta
que no me la podía, etc., etc. Yo la convencía que no, pero a los días
estaba nuevamente provocándome y…no quiero ni acordarme, terminaba
muerto a causa del tira y afloja. Tenía que llegar a la casa a ducharme con
agua fría para calmarme. Me dejaba con la sangre hirviendo.

_ No hay que lamentarse por el bien, sino por el mal que se hace. Hiciste
un acto de renuncia a ti mismo, así que no te arrepientas por no haberte
acostado con ella, sino que todo lo contrario, tómalo como algo que hace
valer más todavía el amor que se tuvieron…o que se tienen.

_ Tal vez ella ya me olvidó…No, yo sé que no, estaba completamente feliz


conmigo, éramos tan iguales y tan distintos, nos complementábamos tan
bien. Mi pobre niña. Lo más probable es que esté arrepentida…y ya es
tarde.

_ ¿Estás arrepentido por no haberte quedado a esperarla?

_ Ian, Ian Henry, ¡Qué pregunta me haces! Es tan difícil para mí poder
responderte. No lo sé, son tantas las variables. Quizás debí haber hecho
una operación comando con Juan Manuel y Rafael y haberla raptado. En
serio, hermano, en serio que te lo digo, no es un chiste. El cambio de
rumbo me pilló tan mal parado en ese momento que tuve que tomar una
decisión rápida y de haberme venido no estoy arrepentido, es lo que tenía
que hacer. Pero de lo que sí estoy arrepentido es de haberla dejado atrás,
sola, con el corazón destruido y no habérmela traído. Me faltó fuerza pata
hacerlo, me falto decisión. Soy demasiado respetuoso de las reglas y
sacarla de su casa, en contra de la voluntad de sus padres y de quizás de su
propia voluntad no me pareció lo correcto. ¡Condenadas reglas!…están
arraigadas en mi interior que no fui capaz de quebrantarlas para tratarle
conmigo…es lo que Dios quiso, sin dudas…parezco un loco
contradiciéndome en lo que hablo a cada rato. Dios quiso que no la
trajera, yo quería, pero algo me retenía a hacerlo. Ni a mi papá ni a mi
mamá les agradaba mucho mi Maquita porque la consideraban neocon y
ya sabes la opinión que ambos tienen de los neocon, pero yo…yo...la amo
igual. Le estaba mostrando la Fe sin apellido, la Fe en la que crecimos, de
la que nos alimentamos espiritualmente, pero se cerraba. El cerebro tras
años de adoctrinamiento espiritual para que no pensara por sí misma y
470

aboliera su voluntad estaba anquilosado. Quizás mi partida haya hecho


una grieta en esta cerradura y comprenda que le han hecho un daño
inmenso al hacerle tragar ese catolicismo momificado en el director
espiritual de turno o en la “beatísima” opinión del “fundador” que corre
detrás del Antipapa para decir que son miles y que por tanto no pueden
estar errados.

_ Entonces fue lo mejor para ti y para ella. Además es tan jovencita, un


poco mayor que yo…Y tú Hugh también eres un cabro, faltan unos pocos
días para que recién cumplas 19 años…Dudo que se hubiera adaptado a
una cosa tan inhóspita y sin las comodidades a las que ella está
acostumbrada. Aunque te hubiese amado con todo su ser, no es para
cualquiera venirse a vivir en un ambiente tan hostil desde el punto de vista
climático y de supervivencia mental y física.

_ “Cómo puede ser


Cómo puede ser,
Que me esté muriendo
Por una mujer.

Vete amor tremendo,


Que será mejor.
Yo nada comprendo
De muerte ni amor.

Ya el amor se ha ido
Para no volver.
Tarde ha comprendido
Cómo puede ser.”

Matthew H. recitó estos versos pausadamente, sin sacar sus manos


de su rostro, tirándose con los dedos sus cabellos castaños del flequillo
que le caía a la frente desordenadamente.

_ Te convertiste en poeta Hugh, otra novedad. Nunca antes te escuché


recitar poemas.
471

_ No son míos los versos, sino de Lugones. Como te he dicho, me he


vuelto un gran lector y cuando algo me gusta lo memorizo. Me encanta
este poema, me identifica plenamente y se lo digo a ella desde mi rincón
selvático cuando me voy ahí solo. Otras veces guardo el cello en el
estuche, me lo cruzo por la espalda y me voy con él a llorar las penas y a
tocarlo en la noche. Me abrazo a él y lloro mis penas de amor sin que
nadie me vea llorar como animal herido. Me deja como nuevo hacer esto
Ian, es loco, es raro, pero me sirve para desahogarme sin molestar.

Matthew H. retiró sus manos de la cara y encorvándose hacia donde


estaba su hermano mirando el fuego que ardía en la sacudida lancha, puso
su mano sobre el hombro de este último, susurrándole al oído. - Creo que
me estoy trastornando de tanto pensar en ella…me está volviendo loco, y
no sé cómo evitarlo. Es como un efecto narcótico. Pensar en ella es igual
que una droga y eso me tiene mal, me asusta. ¿Qué crees que puedo
hacer? Juan Manuel me dice que no le dé tanta importancia, y que es
lógico que me sienta así porque el cambio de vida ha sido muy grande y
mi cerebro intenta conservar algo de lo pasado y por eso me tranquiliza y
me aísla del mundo pensar y soñar con ella… la ansiedad me está
matando, vivo sumido en la ansiedad y me muevo de un lado para otro
como un mono en una jaula. A veces sufro crisis horrendas de ansiedad y
su pensamiento me calma…es tan fuerte su recuerdo que hasta siento su
presencia y me parece estarla acariciando y luego cuando la tengo presente
con mis ojos cerrados en mi mente y en mi corazón comienzo a rezar y
rezo horas. Me la paso horas con los ojos cerrados hablando con Dios. Es
uno de los consuelos que me da estar tan apartados y con una rutina
diaria: me queda mucho tiempo para hablar con nuestro Señor y El me
calma y vuelvo a ser el mismo, pero también este ejercicio me agota. ¿Qué
me dices? ¿Debiera olvidarla y sacarla de una buena vez de mi vida?
_ No, no luches por arrancarla de tu vida. Sigue amándola, recuérdala en
tus oraciones, y mientras no se transforme en una obsesión perversa, sigue
hablando con ella, sigue recordando los buenos momentos que vivieron.
No creo que sea malo recordar, al contrario, nos anima. No va a ser puro
drama esta espera y todos estos recuerdos nos ayudan a luchar… Quién
sabe si algún día se reencuentren y comiencen algo juntos…las vueltas de
la vida como dice mi mamá. Gracias por contarme tus problemas. Parece
que recuperé tu confianza.
_ Absolutamente Ian, bienvenido a casa.
472

Capítulo 2

Nadie podrá librar a los hombres del dolor; pero mucho le


será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo

Selma Lagerlöf

El cruce por el Golfo de Penas había sido tranquilo a pesar de los


vientos y del fuerte oleaje que alzaba la nave sobre las olas haciéndola
descender bruscamente, causando con ello que Thomas se hubiera
mantenido sin conocimiento durante ese trayecto volviendo loco a
Matthew que muy angustiado trataba de despertarlo. Pero aparte del
desvanecimiento de Thomas todo fue dentro de lo esperado y ahora se
encontraban atracando en la isla.

Amanecía sobre la isla, cuyo rocoso embarcadero parecía estar


mimetizado con la naturaleza que lo rodeaba. Peter lo construyó cuando
se trasladó a vivir a ese lugar. Las otras dos lanchas de Manuel estaban
cubiertas con vegetación atracadas juntas meciéndose con el suave
movimiento de las olas. Matthew contemplaba admirado el maravilloso
paisaje que se veía por doquier. No se percibía presencia humana en
ninguna parte y los ruidos de barcos y maquinaria pesada que había
escuchado mientras cruzaban el último canal hacía tiempo que ya no los
oía. Era la isla más apartada del archipiélago y estaba cubierta por una
cantidad enorme de vegetación que incluía especies de árboles como
alerce, ciprés, coihue de Chiloé, mañío, maderas nobles con las cuales se
construían casas y embarcaciones. Del árbol muerto naturalmente, se
aprovechaba la madera para leña. Junto a los grandes árboles nativos había
muchos matorrales que hacían espesa y cerrada la selva protegiendo de
esta manera a nuestros habitantes. En cuanto a la fauna, el lugar era rico
en aves marinas, patos, pingüinos y chucaos. Sin embargo, por la rigidez
del clima, la humedad, los fuertes vientos, las precipitaciones constantes y
abundantes como en ninguna otra parte de Chile y sobretodo el frio,
tenían convertida a la isla en un lugar casi inhabitable, una verdadera tierra
de nadie; y por su abandono fue elegida por Peter para iniciar el refugio.
No era fácil vivir y acostumbrase a ese clima, y más todavía para quienes
473

viniendo de una región como la de Valparaíso con un clima templado,


ideal para el desarrollo humano. “Clima de miércale” - decía siempre
Peter cuando éste les imposibilitaba realizar alguna faena, cosa que ocurría
la mayor parte del tiempo. Con todo, sin embargo, en alguna parte de la
isla, quizás por encontrarse más protegida por los cerros, se podía
desarrollar cierta agricultura y de hecho lo habían logrado, cultivando
incluso frutas como la frutilla y también unas pocas verduras bajo plásticos
que les daban calor.

El embarcadero distaba unos cinco kilómetros de la casa y el


trayecto debía hacerse a pie en medio de los arbustos, troncos y árboles
que ocultaban el sendero haciéndolo difícil además, porque había que ir
en subida. Manuel estaba temeroso de que a Matthew el recorrido le
significara un esfuerzo mayor para su corazón, así que no quedaba otra
que hacerlo muy despacio, dejándolo libre de llevar bultos y cargas.

Todos estaban listos para iniciar la caminata con sus bolsos y


mochilas en la espalda, cargadísimos de paquetes, excepto Matthew que se
daba vueltas y vueltas adentro en la lancha con alguna excusa para no
partir. Indignado por la demora Manuel subió nuevamente a la
embarcación que no se notaba, pues ya estaba cubierta con ramas y
plantas mimetizada absolutamente con el entorno.

_ Ya pues master Mansfield, ¿hasta cuándo te vamos a estar esperando?

Matthew estaba sentado sobre la estufa con las piernas colgando


balanceándolas y con sus manos metidas bajo los muslos entre estos y la
estufa. Manuel le había pasado una camisa, unos pantalones y un chaleco
nuevo que Ángeles le había entregado para que Matthew se los pusiera al
llegar. Sus hijos le habían obligado a afeitarse y a acicalarse un poco
porque estaba muy desarreglado y querían que Ángeles lo viera como
siempre: impecable. Se veía encantador con su ropa nueva, sus bototos de
caña larga y la boina de marino que le regaló Manuel. Parecía un niño de
kínder negándose a entrar en la sala de clases por primera vez. Y Matthew
se sentía así, como un niño asustado, que tiene miedo y no sabe a qué le
teme. No tenía voluntad para moverse.
474

_ Ni siquiera cuando di el examen de grado en Oxford me sentí tan


nervioso. – Manuel se rió y se sentó en el suelo frente a él. Tenía una dura
misión de sacarlo del ataque de parálisis e iba a tener que usar de todos
los trucos y mañas sofísticas a las que recurría siempre para sacar a su
compinche del trance y tirarlo a tierra acarreándolo por el sendero.

_ Te está esperando tu Angelito y no quieres ir. A esta hora deben de


estar en la misa que tu hermano dice a las 8 de la mañana todos los días.
Vámonos de una vez.
_ Espera un poco, podemos esperar un poquito más…

_ ¿Esperar qué?

_ A que se me pase el miedo y la pena.

_ ¿Miedo, pena o ansiedad?

_ Las tres cosas, la ansiedad me conlleva al miedo y el miedo a la pena.

_ ¿Pena de qué por favor Mateo?

_ No lo sé.

_ ¿Tienes pena y no sabes por qué? Otro de tus ataques de pánico.


¿Quieres conversar sobre el miedo, la pena y la ansiedad o nos vamos no
más y los dejamos a los tres comadreando en la lancha? El miedo paraliza
y no deja ver lo bueno que tienes: llegamos bien, estamos reconstruyendo
nuestras vidas más tranquilos, en fin, tantas cosas buenas que nos da Dios
gratuitamente.

_ Yo sé que tú no me entiendes cuando a mí me vienen estos


cortocircuitos internos que son parte de mi esencia, como la bufonada
permanente es parte de la tuya. Tengo una pena enorme que sobrepasa
una explicación racional, ¿Por qué tengo pena? No lo sé. Pasa que se me
agolpan en la cabeza una serie de cosas, como una revoltura de ideas que
si las juntas, armas un batahola. Quizás me pongo triste al contemplar el
cúmulo de errores que confunde a la humanidad sin que nadie quiera
enmendar el rumbo; quizás sea por el dolor que me causa contemplar a
475

mi Iglesia sumergida en las catacumbas mientras que la falsa se levanta


sobre el mundo llevándose consigo a muchas almas que terminaran
perdiéndose. Serán quizás los propios problemas que me acosan desde
toda la eternidad. Mis momentos de alegría duran segundos, son intensos
eso sí, muy intensos, llego a vibrar, pero se desvanecen enseguida,
acompañados de una profunda sensación de angustia y de soledad
agobiante, ¿Por qué? A lo mejor espero mucho de la gente y eso me
defrauda. Me creo falsas expectativas con respecto a las personas y cuando
me fallan o yo pienso que me están fallando el mundo se me viene abajo.

_ Eres el espécimen más imbécil que he conocido...

_ ¿Se puede saber por qué soy el espécimen más imbécil que hayas
conocido?

_ Porque tienes lo que muchos no tienen: una familia y un buen amigo.

_ ¿O sea a ti? La modestia nunca ha sido tu fuerte Manuel.

_ No lo digo por mi persona en particular…bueno soy yo, es cierto, pero


mira a tu alrededor y la amistad, tal como la entendemos y la llevamos
entre los dos, ha desparecido del mapa. Esto mismo que estamos
haciendo, conversando sobre tus problemas, hay gente que no tiene con
quien hacerlo. Gente que realmente ha esperado más de otras personas
que consideraba amigos y que al final no eran lo que creían. ¿Por qué
crees que nació toda esa cuestión de facebook y las redes sociales por
internet? Porque la gente necesita de los amigos, pero amigos light.

_ Esas redes sociales son como un placebo de la amistad, porque es una


amistad impersonal, virtual, para pasar un ratito. No te puedes tomar una
cerveza tirando tallas groseras como las tuyas en un computador, no
puedes pegarle en el hombro a tu compadre, no puedes ver los gestos ni
el lenguaje corporal que por muchas cámaras que tengas no detectas a
través de ellas. Mirar a los ojos en vivo y en directo, consolar con un
abrazo, no se puede hacer de modo virtual
_ Sin embargo, las personas utilizan estos medios para sentirse
acompañados.
476

_ Frente a eso, prefiero los libros.

_ Claro, lo dice el que tiene una familia de lujo y un…

_ Amigo del alma – le interrumpió Matthew.

_ Por supuesto. Déjate de pavadas como dicen los argentinos. Hay


personas que no tienen a nadie a quien contarle sus problemas, sus
miedos, sus penas y sus angustias; ni sus alegrías, ni sus logros, no pueden
compartir eso con nadie y si tienen a alguien, a ese alguien no le interesa
lo que tengan que decirles, y en vez de escuchar al otro no paran de hablar
y de hablar, oyéndose a sí mismos, mientras que nuestros pobres amigos
bajan la cabeza y se limitan a escuchar y a escuchar idioteces de cabezas
huecas. Tenemos increíblemente muchos medios para poder
comunicarnos, pero estamos más incomunicados que nunca porque cada
cual vive, como bien dices, encerrado en su propia entidad, en mi
mundito para disfrutar de la vida y para hacerme “amigos” por
conveniencia….Humm, espera un segundo.- Manuel se asomó por la
borda y le gritó a Rafael que se fueran sin ellos dos, que ya les darían
alcance. Que le dijeran a la familia que esperaran allá tranquilos sin
molestarse en bajar a recibirlos porque llegarían enseguida. Y los
muchachos junto con Carlos partieron, raudos a reencontrarse con sus
familias, dejando a Matthew y a Manuel conversando, una vez más sobre
la amistad.

_ Dijiste que alguien te había defraudado, ¿se puede saber a quién de


nosotros te refieres? Porque somos tu círculo cercano, y fuera de este no
hay más contactos.

_ Ninguno de ustedes. No tengo ninguna queja para con ustedes, son lo


mejor de mi vida.

_ ¿Entonces?

_ Me vas a volver a retar y por tanto no te lo voy a decir.


_ No me dejes con la copucha, no te voy a retar.
477

_ A veces durante el día, cuando estoy solo o cuando realizo alguna


actividad manual comienzo a recordar algunos sucesos de mi vida y al
entrar en esos cajones olvidados de mi memoria, me encuentro con
ciertos episodios que me dolieron en su momento y que al traerlos
nuevamente a flote, reviven; y con ellos vuelven consiguientemente mis
dolores. La mayoría de estos episodios son con gente a la cual creí
importarle y no era tal la cosa.

_ Vaya, vaya, no hay caso contigo, ¿y para qué te acuerdas de cosas tristes
que ya pasaron? Te encanta torturarte gratuitamente.

_ Me doy lastima a mí mismo, me siento como un idiota…

_ Ya me llenaste la cuota de paciencia, vámonos de una vez y anda a darle


un beso a tu mujer, uno bien apretado.

_ Aguarda un poco. Por favor, no creas que no quiero ver a mi


Angelito…soy muy inmaduro y me cuesta superar mi timidez. Cuando
alguien iba a la casa yo me moría de no sé qué tipo de bochorno
vergonzoso y me daba vueltas por el segundo piso haciéndole el quite al
saludo de la visita. Estoy con esa misma sensación. Soy ridículo, no creas
que no estoy consciente de eso, pero te suplico, viejo, por favor dame
cinco minutos. La ansiedad me carcome y no quiero llegar todo tenso a
reencontrarme con mi Angelito. ¿Me veo bien?

_ Muy bien, un poquito desgastado por lo de la cárcel y la neumonía, pero


bien. Sígueme contando lo que me decías acerca de tus recuerdos
dolorosos.

Matthew frunció el ceño, se bajó de la estufa y anduvo hasta una de


las ventanitas que daban al canal donde se hallaba el muelle. Con las
manos detrás de la espalda, siempre con ese tic nervioso de balancearse
sobre las puntas de sus pies hacia delante y hacia atrás, parecía querer
sacar de su cabeza esos malos pensamientos, pero el aturdimiento que le
provocaba su recuerdo no le dejaba contemplar lo que tenía por delante.
Sabía que anclarse en el pasado no era bueno y que mucho de sus
recuerdos no hacían otra cosa que avivar el resentimiento en su corazón.
Pero el profesor Mansfield era así, siempre había sido así, por su carácter
478

dado a la introspección permanente. ¿Arrepentido de sus acciones,


omisiones y palabras pasadas? Si, arrepentido de mucho, pero no se podía
cambiar, y debía vivir con la mochila del recuerdo de los errores
cometidos, errores que también le habían enseñado a ser: más prudente,
más reflexivo, más caritativo menos creído, menos fariseo.
Lamentablemente, todavía no aprendía a no esperar tanto de la gente y las
desilusiones, aunque en menor cantidad, las seguían y las seguiría
teniendo.

_ Me choca lo insensible y mal educada que puede llegar a ser la gente, y


es mal educada precisamente porque su mala educación consiste en hacer
sentir mal a los que les rodean y a aquellos con los cuales entablan algún
tipo de relación. Tengo unos parientes políticos, unos familiares de
Ángeles a los cuales yo siempre les mandaba regalos, tarjetas de navidad.
Los recibía en mi casa a alojar porque eran del sur y ninguna, ninguna de
esas atenciones que yo hacía gratuita y desinteresadamente me fue
correspondida con unas gracias o con una respuesta. Yo no esperaba que
me alabaran, ni que me rindieran pleitesía, ni que me encontraran bueno,
pero al menos saber que les había gustado lo que envié, que valoraran el
esfuerzo y el amor con que uno hace esos regalos dando las gracias. Una
vez para una navidad cuando Matthew H. e Ian eran chicos y Ángeles
esperaba a Dominic, así con una tremenda panza, se la pasó toda una
tarde haciendo y decorando galletas de jengibre para enviárselas a estos
susodichos parientes y cuando les llegó la encomienda ni un gracia, ni
siquiera para avisar que la recibieron. Ella se puso muy triste y nunca más
mandó regalos ni una tarjeta a nadie, se acabó. A mí también me dio
pena. De las veinte tarjetas que mandábamos sólo nos llegaban dos en
respuesta. Ni tarjeta de navidad de vuelta, ni respuesta a mis mails…y no
fueron los únicos. Con varias personas me pasó lo mismo. Yo les escribía
con toda el alma, para poder entablar una diálogo, compartir ideas, como
lo hago contigo y no contestaban ni siquiera una línea. Son pocas,
contadas con los dedos de una mano, las personas que me han
correspondido.

_ Es que yo soy único.

_ ¡Uf, que modestia!: como ser modesto cuando uno es el mejor. Te voy a
juntar con Thomas, el tipo más vanidoso y pretencioso que conozco, si
479

fuera mujer sería una coqueta horrenda. Se cree rico, distinguido, a mí me


llegan a dar nauseas cuando empieza con la estupidez de que es rubiecito,
ojitos grises y toda la verborrea. El punto es que duele cuando a uno lo
dejan esperando, cuando uno espera algo más y no recibe nada más que
ingratitud a cambio. No debiera ser así, pero lamentablemente las
personas se han vuelto egoístas y a cada cual le interesa salvar el propio
pellejo y pasar por encima de los otros. Gana el que te pone la pata
encima. No puedes confiar en nadie, no puedes esperar nada de nadie.
Los mal agradecidos abundan por doquier.

_ Bueno, bueno, eso ya lo sabemos, pero no es nuestro caso, déjate de


andar cabizbajo con el caracho largo y melancólico y vamos a buscar a
nuestras mujeres. El mundo siempre ha sido ingrato y en estos tiempos es
peor y yo, al igual que tú, me harté del mundo hace rato. No le
pertenezco, me es incómodo, me siento extraño y es una buena señal
porque nuestro Rey tampoco es de este mundo. Mira lo que le pasó a la
Iglesia cuando se quiso agarrar al mundo, se mezcló con él y se perdió en
él. Quisieron convertirlo siendo como él, mimetizándose con él para,
según ellos, llegar más a la gente, pero les salió el tiro por la culata y el
mundo terminó convirtiendo a la Iglesia. El mundo le mostró a la Iglesia,
tal cual una de las tentaciones a las que fue sometido Cristo, que podía
construir un paraíso aquí en la tierra, sin Dios, adorando a la tierra y a su
Ángel; ¿para qué queremos a Dios si estamos tan cómodos? Superamos
la pobreza, en apariencia, alargamos la vida, somos felices. Se ha cumplido
el apocalipsis, hemos llegado al porvenir. El progreso indefinido será
nuestra salvación…Todos esos dogmas católicos, todos esos preceptos y
mandamientos pasados de moda que no han sabido evolucionar no sirven
de nada. Para lo único que están es para oprimirnos y para controlarnos,
para tenernos subyugados y ser sus esclavos…abajo con ellos que ahora
somos libres...sí, claro, pamplinas, macanas y barbaridades dichas sin
sentido. No esperes de la gente más de lo que son: miserables. Ya me
puse Matthew Mansfield para hablar…lo tuyo es contagioso. No
convertiste al mundo, pero a los que te rodean sí.

_ Yo no soy un apóstol, no convierto a nadie. Apenas si doy abasto


conmigo mismo. Es verdad, es verdad Manuel que el mundo es una
alcantarilla, la gente lo ha querido de esta manera y Dios lo ha permitido
así para que seamos probados y nos merezcamos el cielo si rechazamos el
480

llamado de esta sirena disfrazada de humanidad que se llama mundo.


Gracias por escucharme, por tener la paciencia de esperarme y por tus
consejos. “Un amigo fiel es poderoso protector; el que lo encuentra halla
un tesoro. Nada vale tanto como un amigo fiel; su precio es incalculable”
dice el Eclesiástico. Dios te ha puesto en mi camino, y me ha puesto a mí
en el tuyo. Si he abusado de tu amistad te pido perdón, quizás tú me has
ayudado a mi más de lo que yo te he ayudado a ti. Soy un hombre
complicado, lleno de mañas y de obsesiones; maniaco en estupideces.
Trato de vencerme, pero me cuesta trabajo y no siempre lo consigo. A
pesar de que eres medio chiflado y sobre acelerado, eres una bendición
de amigo. Ya, estoy listo, vámonos Manuel que no hay que hacer esperar
a la patrona.

Manuel y Matthew bajaron de la lancha y se encaminaron por el


sendero que ondulaba entre árboles y matorrales siempre en subida. Los
rayos de sol comenzaban a filtrarse por entre el follaje y como auspicio de
una buena bienvenida la lluvia que se había dejado caer en la madrugada
había cesado dando paso a un día claro y muy frio.

Manuel estaba cargado hasta más no poder de bultos. Era un


hombre fuerte, casi tan alto como Matthew, pero con una contextura más
gruesa y fortachona de espaldas anchas. No quiso darle a Matthew
ninguna cosa para que cargase lo que provocó la ira de este último porque
le cargaba sentirse inútil, pero al poco andar comprendió que su cuñado
tenía razón, pues el corazón con la subida se le aceleró, y faltando un par
de kilómetros para llegar a la casa, tuvo que sentarse sobre una roca a
descansar por unos minutos. Estaba agotado y el sudor le corría por el
rostro. Mientras esperaba a que su cuñado se repusiera para poder
continuar, Manuel sacó su pipa y mientras intentaba encenderla clavo sus
ojos en el final del sendero y vio que alguien se acercaba. Matthew estaba
con las manos en el rostro descansando de la caminata y no se percató de
que aquella figura que venía desde la casa era Ángeles que sin poder
esperar más había bajado corriendo en busca de su esposo.

_ Matthew, Matthew, mira, es Ángeles que viene a buscarte. – Matthew se


levantó de la roca y miró hacia donde venía su esposa. Estaba igual, su
pelo largo suelto y la infaltable falda larga con sus botas, el chaleco, un
gorrito y una enorme bufanda que le daba mil vueltas al cuello. Matthew
481

se limpió los pantalones, pasó su mano por la cabeza para arreglar un


poco el cabello que algo le había crecido. Se quedó paralizado al verla y
en vez de correr a buscarla, se mantuvo junto a la roca de pie sin sacarle la
vista de encima.

_ ¡Hola Manuel! Gracias, gracias por traérmelo de vuelta. – Manuel se


había adelantado un poco con los bultos para dejarlos solos. Ángeles lo
abrazó con fuerza con bultos y todo.

_ ¿Cómo no iba a ir a buscar a mi hermano? Ahí está parado como lerdo


agarrotado y no sabe qué hacer. Está muerto de vergüenza. Además se
agotó con la caminata y la subida…dice que no es el mismo, pero yo
encuentro que está igual. Los dejo a solas, Isabel me debe estar
preocupada esperando. Me llevo al perro para que no los moleste .-
Manuel le giñó el ojo con picardía y llamó a Rufus para que lo siguiera.

_ Todos te esperan. Yo me lo voy a raptar un rato, necesitamos estar


solos. Gracias Manuel, gracias de todo corazón.

Ángeles caminó lentamente, como queriendo alargar el encuentro.


Cuando ya estaba más cerca se detuvo de golpe a unos cuantos pasos de
su esposo y con dolorosa sorpresa contempló el herido rostro de aquel
que ya no pudiendo aguantar más, salió a su encuentro con los brazos
abiertos y la risa en los labios.

_ Niño mío, ¿Qué te hicieron? ¿Qué le hicieron a tu carita?

_ Angelito no llores. Estoy bien, muy bien, y lo de la cara se lo ofrezco a


Dios. Es horrible la cicatriz, pero ¿tú no me vas a dejar de querer por eso
verdad?- Ángeles seguía abrazada a él, prácticamente colgada de su cuello,
besándole la cara una y otra vez envuelta en risas y llantos. _ Vamos
Angelito dime, ¿me vas a seguir queriendo aunque tenga la cara fea?

_ ¿Pero cómo me dices una cosa así Matthew? Tu cara es lo más hermoso
que he visto…eres tan lindo, tan lindo mi vida. ¡Ay mi Matthew! ¡Cuánto
falta me haces! Déjame que te abrace para nunca más soltarte. Estaba tan
cansada ya de no poder abrazarte, de dormir sola, de estar siempre con
miedo a no verte nunca más. Siempre te voy a amar, eres mi otra mitad;
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tan sólo me da tristeza ver que hayas sufrido y te hayan maltratado siendo
un hombre bueno.

_ Epa, epa, Angelito, que de bueno no tengo nada.

_ Para mí sí, déjame mirarte…estás muy delgado, demasiado flaco, se te


hundieron las mejillas…pobrecito mi amor. ¿Crees que no me llena de
orgullo ver esa cicatriz en tu rostro? Me enorgullece porque es el
testimonio del amor a tu hijo, el testimonio de tu fidelidad a Cristo. Te
vas a recuperar, vas a volver a ser fuerte. Nos alimentamos sanamente, con
puras cosas que sacamos de la isla y hasta he bajado de peso y ahora me
siento mejor.

_ Estas muy linda en verdad, te noto más… ¿Cómo decirlo?...despejada tu


carita, más lozana.

_ Debe ser por el agua, tan pura…y fría…Ven, ven conmigo tengo algo que
mostrarte. Estás ansioso por ver a los niños, pero necesito que veas esto
conmigo y nos perdamos un poco en el bosque. H estado esperando por
mucho tiempo este momento para pasarlo contigo, los dos solos.

Ángeles tomó de la mano a Matthew y saliéndose del camino se


introdujo en el bosque. Los matorrales cubrían todo, pero ella,
acostumbrada a los meses de caminar por entre plantas, líquenes y
malezas levantaba su falsa y los atravesaba sin soltarle la mano a su esposo.
Matthew no cabía en sí de alegría y su corazón latía orgulloso al ver a esta
mujer suya conduciéndolo por esos hermosos parajes. Las aves los
recibían con sus cantos y a lo lejos Matthew comenzó a escuchar el sonido
del agua. Estaban llegando a un riachuelo y para su asombro, después de
salir de la espesura, asomados por una quebrada, contemplaron una
pequeña cascada que caía a una especie de tazón donde se acumulaba el
agua para luego seguir escurriendo rio abajo. Salía vapor de esta taza y
Ángeles lo tironeó para que bajaran. Los pies de Matthew se quedaban
atrás enganchados en las raíces y en los helechos que crecían en la
quebrada y al llegar abajo junto al tazón de piedra Ángeles comenzó a
sacarle la ropa.
_ ¿Qué haces mujer con este frio?
483

_ Quiero que te metas en este tazón, el agua es termal y está calentita. Del
fondo de la tierra el agua sale hirviendo, pero como le cae agua fría que
viene del arroyo toma la temperatura perfecta. Yo vengo casi todos los
días a bañarme en sus aguas porque no tenemos agua caliente para
bañarnos en la casa y yo, al igual que a tu, nunca he tolerado bañarme
con agua fría. Por favor ni niño lindo, te hará sentir renovado, déjame
regalonearte ahora que vienes recién llegando. Mira, tengo una hierbas
que crecen acá que te dejan perfumadito y con la piel exfoliada.

_ Pareces hablarme como una cosmetóloga.

_ Sí, sí, que locura, es verdad. Es que yo estoy fascinada con estas aguas.
Son un don de Dios, queda tan poco agua dulce en el mundo y nosotros
contamos con esta tan bendita. – Al sacarle la camisa, Ángeles vio que en
la espalda todavía tenía las marcas de los golpes y de los moretones que
no habían desaparecido completamente. Quedó espantada.

_ Nos les bastó con abrirte la cara, sino que también te dejaron la espalda
hecha añicos. Matthew, Matthew, amor mío abrázame.

Matthew la abrazó. Ella dejó su cara descansando sobre el pecho


desnudo de su esposo y con una mano acariciaba su espalda. Matthew se
sentía en el paraíso. Desde la punta de sus cabellos hasta la punta de sus
pies sintió como una sensación de bienestar y goce lo inundaba todo.
Cada célula de su cuerpo se fue llenando de gozo y de placer. Había
soñado tantas veces en su cautiverio con esa escena: con ella haciéndole
cariño y consolándolo

- Déjame verte a los ojos Matthew, déjame ver por qué Manuel me dijo
que tú pensabas que ya no eras el mismo. Al ver tus ojos lo sabré de
inmediato.

Ángeles le bajó la cabeza agarrándole el mentón y empinándose un


poco, fijó su vista en los ojos de Matthew.

– Tienes la mirada un poco más triste que antes… ¿estás triste Matthew?
484

_ He visto y oído cosas terribles, y ahora estoy más para dentro, eso es
todo. Se dicen muchas cosas sobre la maldad, pero cuando le tienes
frente a tus ojos no puedes llegar a creer lo infernal que es…lo perverso
que alguien puede llegar a ponerse cuando se deja llevar por el mal. El
dolor a uno lo va moldeando y te hace comprender la nada que eres en el
universo. Ando más callado…nuestro mundo interior es enorme y hay
mucho aprender dentro de uno... No creas que te quiero menos, te amo,
te amo con todo lo que soy, pero…pero ni siquiera puedo explicarme con
palabras. ¿Por qué no entras conmigo en el agua? ¡Cómo voy a estar yo
metido en las termas y tu mirándome?

_ Déjame buscar esas hierbas de las que te hablé y te acompaño.

Ángeles trajo su famoso atadito con las hierbas, y después de


desnudarse se metió en el agua con Matthew. Le daba pena verlo
delgado, maltrecho por los golpes, envuelto en miles de suspiros que
emitía una y otra vez, sin la alegría de antes. Ángeles comprendió que la
experiencia del mal le había quitado la alegría que, aunque nunca de
manera muy efusiva, sin embargo ella se manifestaba en Matthew. Una
alegría inocentona, sin escándalos, sin ruidos, sino la que cualquier
cristiano bien nacido lleva en su interior al sentirse hijo de Dios y participe
de su Iglesia. La alegría que da saberse amado de Dios, esa alegría se
había apagado en Matthew y era eso lo que él no lograba explicarle a su
esposa.

_ Es maravilloso estar nuevamente contigo en casa Ángeles. Habrá que


ver si ahora me vuelve el alma al cuerpo. Llevo meses sin poder relajarme,
he estado todo tenso, apretado, angustiado más que lo de costumbre.
Estoy durmiendo pésimo. Tengo pesadillas terroríficas que me hacen
despertar temblando de pánico. Que aliviado me siento con tus masajes….
¿crees que esto se acabe pronto o Dios permitirá que se llegue hasta el
punto de quiebre, cuando estemos a punto de saltar al precipicio, para
poder manifestarse? Recuerdo el salmo que dice: “Levántate, Señor, y
juzga tu causa: acuérdate del oprobio de tus siervos…” ¿Se habrá olvidado
de nosotros nuestro Señor?

_ Todavía falta que se cumplan algunas profecías y además somos unos


enanos que no alcanzamos a ver lo que la historia nos va dejando, sino
485

que mucho después de que las cosas han pasado. Yo trato Matthew, de no
vivir pendiente de las noticias, ni de las tragedias que me cuenta Manuel.
Me he refugiado en el quehacer diario. Trato de vivir cada día como si
fuera el último, sacándole provecho a estar con los niños, con mis
hermanos, con mis papás, con tus papás, con mis maravillosos cuñados
que se han portado un siete conmigo y con mis sobrinos. Han sabido
reemplazarte, no es lo mismo, pero me han servido como un gran
consuelo. Además ustedes los Mansfield son tan parecidos en
personalidad y físico que con todo lo que te echamos de menos, ellos
representaban un parte tuya y a través de ellos te nos hacías presente.

Pero te lo vuelvo a decir: no pienses más, reza, hace lo que debes,


goza a tu familia, da gracias a Dios por estar en este lugar maravilloso,
inhóspito, húmedo, con un clima insoportable, pero un refugio rodeado
de naturaleza virgen. Matthew, tengo una corazonada terrible y mis
intuiciones no fallan mucho. Estoy segura de que ellos ya saben que
estamos aquí, pero se han hecho los lesos. No sé por qué no nos atacan y
sospecho que están planeando hace tiempo algo muy malo contra
nosotros. Por eso mi niño lindo, carpe diem, aprovecha el día, vive el cada
día. Lucha contra esos demonios que te llenan la cabeza de miedos y de
desesperanza. Alégrate, sé que es mucho pedírtelo después de lo que has
vivido en estos meses, pero el mal no te puede arrebatar la alegría. No es
posible que el mal nos gane y ocupe el lugar de la alegría marchitando
nuestras almas. No es de Dios, a Dios no le agrada que andes siempre con
la cara larga, con miedo, amargado. – Matthew sintió por un momento un
fuerte rechazo a las palabras que su esposa le estaba diciendo. “¿Cómo
puede estarme pidiendo que esté alegre? ¿Acaso ella se olvidó de cómo
soy? ¿Acaso no se da cuenta de lo complicada que es nuestra vida actual?
¿Debo estar con la carita llena de risitas bobas?”

_ No me dices nada mi niño, ¿te molesta que te hable?

_ No me pidas lo que no puedo dar.

_ Perdóname si te molestó lo que te dije…me va a costar una enormidad


recuperarte Matthew, ¿Dónde se quedó mi esposo? – Ella dejó de
masajearlo y se sentó a su lado en el agua con la cabeza apoyada en el
hombro de Matthew. – Al menos hace el esfuerzo de vivir el día y no
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seguir dándole vueltas y más vueltas a los problemas en la cabeza. Nada


más te pido. – Matthew giró su rostro, le besó la cabeza y le tomo la mano.
El agua les llegaba hasta el cuello y de ellos solamente se veía la cabeza.

_ Tu esposo está aquí, y ya no se va a mover de tu lado. Voy a hacer el


intento de cumplir lo que me pides, pero no me pidas alegría, al menos
por un tiempo; no me la pidas porque lo que mis oídos han escuchado y
lo que mis ojos han visto ha sido un preámbulo del infierno y a cualquiera,
a cualquiera que haya vivido lo que yo viví, la sonrisa se le va de los
labios. La sombra del mal se ha esparcido por la tierra oscureciendo la
mente de la gente engañándola con promesas de paraísos terrenales
aunque una mega guerra se está preparando frente a sus ojos. La
imbecilidad abunda por todas partes y pareciera que a la gente, que se
cree más inteligente por la tecnología que tienen, la han puesto más tonta,
porque no quieren pensar para no complicarse la existencia. Y se fijan en
cosas insignificantes pasando por alto lo de fondo. Son como los fariseos y
que Dios me libre de caer en fariseísmos. Estoy feliz de estar contigo, de
haber llegado sin novedad, pero me siento aplastado. No es de Dios estar
triste…lo sé, lo sé, concuerdo contigo en que está mal, pero es un
problema que debo superar y El sabrá cómo ayudarme. ¿Cómo
mantenerme a flote sin que me trague la tristeza? Se lo ofrezco a Dios, El
me conoce mejor de lo que yo me conozco a mí mismo. No puedo ser mi
propio juez, si así fuera, si por mí fuera, ya estaría condenado. El tendrá
que tener presente mis debilidades, mi falta de fortaleza espiritual y
deberá darme los medios para que me levante y me fortalezca. Ten
paciencia conmigo Angelito, ten paciencia con este hombre golpeado por
la vida. ¿Cómo han estado mis papás?

_ Imagínate, con el alma en vilo. Con tu mamá nos íbamos a rezar el


rosario por las tardes a la capilla mientras los demás duermen siesta y yo
notaba que con todo el buen humor que siempre tiene, con todo ese
entusiasmo que tiene cuando organiza las actividades a sus nietos, estaba
como con una puntada en el corazón. Eres su niño y estaba sufriendo para
dentro. Creo que no ha dejado de mirarte como si fueras una guagua
Matthew… Entraba a nuestra pieza y se sentaba en el lado que te
corresponde (la cama es de plaza y media, vamos a tener que dormir
apretaditos) y se quedaba mirando una de tus fotos por un buen rato.
Pensó que ya no te vería jamás…me imagino el dolor que debió significar
487

para ella como mamá esta espera, la misma que yo sufrí. Cuando hace un
momento vio llegar a los chiquillos, a Ian y a Carlos, magnífica sorpresa, el
alma le volvió al cuerpo. Está ansiosa por verte y quería venir conmigo a
recibirte, pero le rogué que me diera un tiempo a solas para pasar contigo.
Tu padre, lo mismo que tu mamá. Cada vez que conversábamos me
contaba historias de cuando eras niño. ¡Qué hombre más orgulloso de ti!

_ ¿De qué puede estar orgullos mi papá? ¿De mí? Por favor…Mírame
amiga, soy un desastre. Si no he hecho más que torturarlo con mi
personalidad y con mi temperamento. Me pintan como si yo fuera un
ángel…eso pasa cuando la gente no está, como a los muertos, no hay
muerto malo.

_ No seas injusto, te tienen cariño, eres su hijo mayor. De todas formas,


no lo has hecho tan mal: sacaste tu carrera, te doctoraste, tienes a tu
esposa que te ama, a tus hijos que son preciosos, eres un buen esposo y
padre de familia, te preocupas de agradar a Dios, quizás no lo logres
siempre, pero al menos tienes el propósito de no ofenderlo…Oye
Matthew Mansfield, ¿Cuándo vas a aceptarte a pesar de tus defectos?

_ Yo creo que nunca. Dijo Matthew riendo – el día que lo haga me voy a
morir. Bueno, creo que ya basta de remojarme en el agua. Quiero ver a la
familia. Pero antes déjame que te abrace, déjame que te bese porque
cuando estaba en la cárcel lo único que quería era tenerte conmigo. Voy a
contarte todo lo que viví. Ian ha cambiado mucho, dice que quiere ser
cura. Habrá que esperar lo que le diga Titian. – Matthew se quedó con su
mujer un rato más. Tenían que aprovechar para estar solos para ponerse
al día en varios asuntos. Renovados se encaminaron luego al refugio

Matthew estaba sorprendido, intentaba encontrar algún indicio de


presencia humana, pero no se veía nada. Ni casa, ni huellas, como si se los
hubiera tragado la tierra. Lo único extraño era la limpieza de ramas y
matorrales que había en el lugar. De pronto Ángeles le dijo: aquí es.
Matthew miró para todos lados y no encontraba nada hasta que mirando a
su derecha vio como desde una especie de tronco salían corriendo y
saludando sus familiares.
Detengámonos entonces unos párrafos para describir el
asentamiento Mansfield y Cía., y el lugar en general. Ruego a mis
488

pacientes lectores considerar que cuando se trata de descripciones de


lugares y paisajes mis palabras quedan truncas y es una de las cosas que
más me cuestan. Trataré de mostrar en líneas generales como es esta
pequeña colonia de exiliados religiosos. Pero primeramente nos
pondremos emotivos y haremos un somero relato del recibimiento de
nuestro profesor.

Las hijas de Matthew corrieron a sus brazos, las niñas estaban


alborotadas y todas miraron con desconcierto la cara de su padre.
Matthew las besaba, las tomaba en sus brazos y de ellos quedó colgada su
Angelito, la más pequeña mientras su padre era saludado. No se soltó la
pequeña del cuello de su padre y le daba besos y más besos en la herida.
Los padres de Matthew fueron los siguientes en saludarle, con un poco de
dificultad ya que las niñas no dejaban a nadie acercarse. Fue ahí que
Matthew se anduvo quebrando al ver a sus padres llorar de emoción
cuando le abrazaron los dos juntos. Matthew notó que se habían
envejecido bastante. El duro trabajo diario y las preocupaciones les habían
pasado la cuenta especialmente al doctor Mansfield que estaba un poco
encorvado y había perdido cabello. Detrás de sus padres aparecieron
Dominic y Christian. Dominic se había alargado en unos meses y estaba a
punto de alcanzar a Matthew en altura. Estaba flaco y ojeroso, y se dejó
caer en los brazos de Matthew que apenas pudieron contenerlo cuando se
largó a llorar. Con dificultad se lo despegó para poder saludar a Christian,
su hijo menor, que estaba igual, con su carita rosada, los ojos iguales a los
de Matthew, pardos y almendrados y dichoso no paraba de reír. Luego de
saludar a don Peruco y a su familia, pudo por fin saludar a Peter
Mansfield. Casi no le reconoce. Un gigante de un metro ochenta y ocho,
grueso, de tez colorada, pelo castaño, que luego de haber dejado a
Ángeles chica en el suelo, tomó a Matthew y le levantó causando la
algarabía de todos. Peter era una extraña mezcla de alegría thomistica con
dulzura y equilibrios matthewnescos. Venía acompañado de su esposa,
Catalina y de sus hijos Sofía, Peter, y Lucas todos pequeños que habían
visto a su tío Matthew sólo una vez. Matthew apenas su hermano lo dejó
en el suelo tomó en sus brazos a sus sobrinos. Tenía una afinidad natural
con los niños en general que sabiéndose queridos por él, le amaban de la
misma manera. Isabel fue la siguiente. Su única hermana, permaneció por
unos segundos frente a él contemplándolo. Matthew era su hermano
regalón, al cual se sentía más unido. Se tomó la cara por la impresión al
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verle el rostro y sin poder contenerse más se largó a los brazos de su


hermano, besándole la cara, llorando de alegría al verle de vuelta.
Matthew con todos estos saludos y recibimientos comenzó a sentirse
incómodo, y se reía nerviosamente. Jamás esperó un recibimiento tal.
Sabía que le amaban, pero nunca pensó que fuera a ser recibido casi
como héroe.

Los hijos de Manuel le saludaron mirándolo embobados como a un


ídolo, y Matthew no tuvo más alternativa que darles una palmada en el
trasero para que se lo tomaran con menos parsimonia, y nuevamente se
armó la chacota. Tras los Etcharren chicos llegaron los hermanos de
Ángeles y sus padres. Don Gianluca no pudo ocultar la emoción y como
buen descendiente de italiano aleteaba y gesticulaba hablándole de mil
cosas a la vez a Matthew que se limitaba a escucharlo con la sonrisa en los
labios y los ojos grandes. Su suegra, doña Lucía no pudo abrir la boca por
la impresión y se limitó a abrazarlo y a besarle la frente. Le quería mucho.
Finalmente apareció con su hijo Arthur en los brazos Sean, con Rosario
que ya presentaba un embarazo notorio de cinco meses. Ella le tomo las
manos y comenzó a darle vueltas, muerta de la risa, como una niña chica
haciendo una ronda. Cuando niña, de unos diez años, le decía a un
Matthew de veintiséis años que cuando ella cumpliera los dieciocho se iba
a casar con él y se lo iba a quitar a Ángeles, causando en ese entonces la
risotada de Matthew que veía en Rosario una hermanita encantadora.
Rosario no se casó con Matthew, pero sí con el hermano, con Sean, a
quien amaba como a nadie en el mundo. Sean sonreía satisfecho viendo a
su hermano de vuelta y le abrazó con niño y todo en los brazos. Arthur
quiso que Matthew lo tomara y rodeado de niños saltando y gritando junto
a él, se dio cuenta de que faltaba Christian, el cura. ¿Dónde estaba
Christian? Preguntó Matthew buscándolo por entre la gente. ¿Dónde está
mi Titian? Justo en ese momento salió de la casa el cura con Ian. Lo había
estado confesando y además hablaron sobre su vocación. Christian se
había adelgazado considerablemente, obligando a su madre a adaptarle la
vieja sotana. El rostro estaba delgado y fino, como cuando era un
muchacho y la tonsura la tenía grande, notándose desde lejos. Se acercó a
Matthew y antes de que este le besara la mano, Christian le abrazó y le
besó las mejillas, acariciando su cabeza.
_ Bendito sea Nuestro Señor que te ha traído de vuelta Matthew, mi
querido Matthew. He rezado mucho por ti hermano. Te he
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encomendado en cada una de mis misas y ahora te veo aquí, algo


maltrecho, pero vivo. Y para mayor alegría con Ian, que me ha contado
una gran noticia. ¿Cómo estás Matthew?

_ No saben, ni se imaginan lo contento que me pone este recibimiento


lleno de entusiasmo. Estoy bien, muy bien. Me conocen y saben que no
soy un tipo que ande muerto de la risa por la vida. Mi temperamento, mi
forma de ser y de moverme en el mundo van más por el lado melancólico
y negativo, pero este recibimiento de ustedes me llena de alegría y no sé
qué decirles porque no lo merezco. Me alegra saber que soy un hombre
querido, muy querido por toda esta gran familia, y le doy gracias a Dios
por cada uno de ustedes. Me están recibiendo como a un héroe de guerra
y yo no he luchado más que contra mí mismo. Solamente hice lo que
tenía que hacer; lo que cualquier padre bien nacido y amante de sus hijos
hubiera hecho y gracias a Dios todo nos resultó bien. No hubiera podido
hacerlo si Thomas no hubiera ido conmigo. Thomas, hermano, gracias de
nuevo, muchas e infinitas gracias. Nada más puedo ofrecerte por la
molestia y por el peligro al que te expusiste al quedarte conmigo. Tan solo
puedo ofrecerte mis oraciones y mi afecto fraternal, porque no tengo nada
más para darte, hermano y amigo. Basta de discursos, ya me puse grave
de nuevo. ¿Por qué no me muestran la casa? ¿Esa cosa es la casa?

Entre los altos alerces se levantaba una estructura que se mimetizaba


completamente con su entorno. La curiosa construcción tenía forma
piramidal y estaba hecha de pilares de acero forrados en maderas y las
paredes se habían revestido por una montaña de plancas treta –pak y de
aislapol; la cual se cubrió con una placa de concreto y sobre éste se
colocó una cubierta de tierra vegetal y mallas que sostenían las plantas que
le daban la apariencia de un árbol envuelto en helechos con una gran
variedad de musgos. Las ventanitas apenas se notaban y la puerta de la
entraba principal parecía salir de un tronco para introducir a sus
habitantes dentro de este enorme árbol. Peter lo había diseñado y
construido enteramente por él mismo, ayudado únicamente por dos
chilotes, por dos fiscales que tenían bajo su cuidado un par de iglesias en
Chiloé. Buenos carpinteros y buenos amigos, le prometieron a Peter
mantener su secreto y juraron morir antes de delatarlo. Peter tomó del
brazo a Matthew, quien asombrado contemplaba la construcción. No
podía creer que lo hubiese hecho solo, con tan poco ayuda.
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_ No puedo dejar de mirar esta maravilla arquitectónica que construiste


Pete. ¡Eres muy talentoso hermanito!

_ Me gusta lo que hago y me gusta hacerlo bien. Me encanta hacer este


tipo de trabajo y no fue para mí ninguna cuestión complicada. Modestia
aparte, de todos modos tú sabes que siempre me ha gustado la carpintería,
la construcción y el trabajo manual en general.

_ ¿Qué altura tiene?

_ Desde la planta hasta la última ventana de la buhardilla son 8 metros y


hacia abajo, al subterráneo donde está la capilla y los cimientos hay 5
metros más. Fue un trabajo duro, me llevó unos cuantos años, pero valió
la pena completamente.

_ Es hermosa…realmente hermosa, como una casita de cuentos. Tenía


tantas ganas de verte. Siempre te las traes con algo y no nos cuentas nada
acerca de tus proyectos

_ Tienes que entrar y verla por dentro. Me siento un gordo enorme al


lado tuyo...Matthew, estas delgadísimo. Pero no te preocupes que aquí vas
a engordar y te vas a volver un hombre musculoso. Hay mucho que hacer,
mucho trabajo físico, eso te va a ayudar. No te imaginas el gusto que me
da volver a verte, te he extrañado mucho Mateo. Esto de estar todos
nuevamente juntos, incluso con nuestras propias familias es lo único
bueno que ha traído consigo el gobierno mundial y su persecución.

Peter siguió contándole a Matthew los pormenores que le llevaron a


la construcción. En un comienzo tenía la intención de construir un
pequeño hotel, un logde, algo para iniciar un negocio que le diera
independencia laboral. Cuando estaba en plena fase de fundaciones, dos
años y medio atrás, le llega un mail con un aviso del cardenal Bright
solicitándole que se reúna con un enviado suyo que en esos momentos ya
se encontraba en caleta Tortel como parte de un grupo de turistas
europeos. Sin esperar más partió con su esposa al día siguiente
dirigiéndose a la dirección que le habían dado y tras cruzar una serie de
puentes de madera logro dar con el pequeño hostal donde se encontraba
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un hombre joven, luso, padre tridentino que andaba de incógnito. Le


explicó que el cardenal temía que en unos años más se desatara una
persecución jamás vista en contra de la Iglesia y que era necesario contar
con algunos refugios a fin de guarnecer a los católicos fieles. Le solicitaba
entonces su ayuda para realizar uno de estos refugios donde él estaba
construyendo su hotel. Sabido era de todo el mundo que el cardenal
Bright provenía de una noble y rica familia católica que poseía tierras muy
valiosas en Inglaterra y que tenía destinada para ese pedido, una buena
suma de dinero por lo que Peter podía contar con estos ingresos sin
ningún tipo de pudor ni de medida. El cardenal estaba dispuesto a que le
pidiera lo que fuera necesario para llevar a buen término el proyecto. Le
suplicaba que no tuviera reparos con los gastos y que todo corriera por
cuenta suya. Peter al principio dijo no entender nada. Pensaba que era
una de las bromas que solían hacerse entre el padre Christian y él, pero el
padre que vestía de turista estaba tan serio y expectante por la respuesta
que tras unos momentos de completa consternación aceptó más por la
inercia y por la cara de angustia del sacerdote que esperaba la respuesta,
que por convicción propia. De inmediato se había puesto a trabajar. Sin
embargo, aunque dudaba que algún día fuera ocupada para el fin que le
había sido pedido, de un día para otro la duda se esfumó y se hizo
realidad el sueño; recibiendo ya no a un grupo de desconocidos, sino a su
propia familia, lo cual le llenaba de satisfacción y de orgullo.

Matthew entró a la casa con Peter a la casa. Si lo exterior había sido


una sorpresa, el interior era aún más extraordinario. La casa árbol, con su
forma piramidal exterior por dentro simulaba un tronco de modo que sus
habitaciones eran circulares, no muy grandes. Eran tantas las habitaciones
que debían recibir a este contingente familiar que Peter se las había
arreglado para diseñar cuartos pequeños, pero donde todos tuvieran su
espacio. Cada familia tenía una sección separada de la otra para evitar
conflictos. Los que habitaban la casa no eran santos ni seres angelicales
que no tenían roces. Entre hombres, y más encima familiares, los
conflictos están siempre presentes. La casa estaba dividida en cuatro
pisos. El primer piso estaba destinado a espacios comunes: cocina, estar,
comedor, un baño, una pequeño escritorio con gran parte de los libros de
la colección de Matthew. A duras penas les había cabido el piano, que
ocupaba casi toda la sala de estar. Además el piano en el living había una
enorme estufa a leña con un intrincado sistema de salida del humo, para
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que no se notara la fumarola. El humo pasaba por una gran cantidad de


tubos y filtros que al salir al exterior parecía vapor. Para poder subir a los
siguientes pisos la edificación contaba con una escalera de caracol, para
desdicha de Matthew cuyo vértigo a este tipo de escalas le hacía subir casi
de rodillas, apoyándose con las manos en cada escalón. En el segundo
piso comenzaban a ser distribuidos los cuartos de acuerdo a cada familia.
Los primos mayores quisieron quedarse juntos: Juan Manuel, Matthew
H., Rafael, Dominic e Ian compartían una pieza, mientras que los demás
estaban separados por familia. No vamos a detallar la distribución para no
cansar al lector. Resta tan sólo decir que a Matthew se le había dejado una
habitación en el último piso, donde dormiría con Ángeles y a su lado la
pieza de las niñas. Junto a esta habitación estaba la de Christian, el hijo de
Matthew que la compartía con sus primos Santiago, Ignacio y Agustín
Etcharren Mansfield. A Carlos Leví se le improvisó un cuarto pequeñito
dividiendo la pieza de las niñas, y de esta manera estaba en el mismo piso
de Matthew. Las habitaciones circulares siguiendo la forma del tronco,
daban todas sus puertas a un pequeño estar en el centro, también
redondo. Muchas veces los niños se quedaban jugando en este lugar
cuando el clima les imposibilitaba salir a jugar. Era un buen lugar para
tirarse al suelo y conversar relajadamente con todas las puertas abiertas de
las habitaciones dejando entrar la luz natural.

En el subterráneo estaba la capilla. Estaba revestida en madera y


poco a poco la habían ido completando con imágenes y con el vía crucis
regalado por el cardenal Bright. Era pequeña y apenas cabían, pero no por
eso era menos acogedora. Las bancas y los reclinatorios los habían
construido los carpinteros de Chiloé. El altar lo habían rescatado de la
destrucción de una iglesia, antes de que fuera vendido para leña. Llamaba
la atención una hermosa figura de porcelana, de unos cincuenta
centímetros. Era el Niño Jesús con sus bracitos abiertos y su carita
angelical que estaba parado sobre una nube y en ella estaba escrito: “Yo
reinaré”. Era la imagen preferida de Matthew y le dio mucho gusto ver
que tenía su altarcito en la capilla.

Inmediatamente al lado de la capilla estaba la bodega con los


alimentos, herramientas, motores y las baterías que eran cargadas con la
energía hidroeléctrica que obtenían del arroyo. Esta electricidad que
producían era limitada y les alcanzaba solamente para algunas horas.
494

Thomas se encargaría de optimizar el sistema. Instaló junto a la bodega, al


lado contrario de la capilla su laboratorio de electrónica y en él hacia
experimentos para el deleite de sus sobrinos. Thomas era especialista en
sistemas alternativos de producción de energía eléctrica. Uno de sus
mayores aportes fue el haber logrado que Matthew tuviera una motosierra
a baterías cargadas con energía solar que resultó fundamental ya que no
tenían mucha bencina y el trabajo con el hacha era lento. Fue el regalo de
navidad que recibió Matthew por parte de su hermano en la primera
Noche Buena que pasaron en su nuevo hogar. Se le encomendó a
Matthew hacerse cargo del abastecimiento de leña y contaba para su
traslado desde un lejano lugar de la isla con la colaboración de los
hermanos Etcharren, de Rafael y de Matthew H, quienes hacían una
cadena humana para ir llevando la madera al cobertizo de la leña donde
Annie y Ángeles hija, iban ordenando en forma casi matemática los leños
cortados por su padre. Una vez a la semana se dedicaba a este
fundamental trabajo que iba en beneficio de toda la familia. La leña era un
bien de primera necesidad porque con ella cocinaban y se mantenía la
casa calefaccionada.

El lugar le pareció a Matthew precioso, a pesar del clima extremo y


de la persistente humedad. Poco a poco se fue adaptando a su nueva vida.
El orden, la rutina y las excursiones le llenaron de vida y su organismo se
fortaleció haciendo desaparecer sus enfermedades.

En unos meses había engordado. Su cara ya no presentaba esos


pómulos hundidos y sus manos que una vez estuvieron huesudas y
pálidas, pronto tomaron la fuerza de su juventud. Con ellas trabajaba
afanosamente en el huerto que dirigía don Peruco, y en la corta de leña
para la cocina y la gigantesca chimenea que calentaba toda la casa.
Matthew pasaba horas en el huerto. Todos los días cuando el clima lo
dejaba se quedaba mañanas completas desde muy temprano, abrigado
hasta las orejas, desmalezando y plantando los almácigos que don Peruco
preparaba en el invernadero. Juntos trabajaban también con Dominic que
descubrió una vocación natural como horticultor.

En los ratos de descanso que se daban a mitad del trabajo se


sentaban en medio del huerto los tres a conversar, y don Peruco les
contaba historias del campo y de los últimos meses que pasó trabajando
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en la administración de la parcela de los Etcharren. El hombre no podía


dejar de llorar cuando se acordaba de su casa, del campo de don Manuel,
donde trabajó desde jovencito, primero como simple peón, hasta llegar a
ser el capataz. Durante ese largo periodo de tiempo las costumbres de la
vida campesina cambiaron, y en los últimos años ya nadie quería trabajar
como obrero agrícola. Todos querían irse a la ciudad a trabajar a los
centros comerciales y malls, y la mano de obra se encareció
considerablemente. Los que se quedaron a trabajar en los campos era la
peor gente, de muy mala calidad tanto moral como laboralmente
hablando, los cuales querían ganar lo máximo haciendo lo mínimo. Era
imposible dejarlos solos haciendo lo que se les mandaba porque o no lo
hacían o lo hacían mal. Tal como le decía don Pedro a Matthew y a
Dominic, llegaba a trabajar al campo lo que botó la ola, los más nefasto y
en último caso, delincuentes que aprovechándose de la confianza que se
les daba robaban a destajo frutos, herramientas, fertilizantes, y plantaban
mariguana. Negocio muy lucrativo y con mayor razón actualmente porque
está permitido consumirla. Todo lo que don Pedro ordenaba no lo hacían
si no estaba encima de ellos. Y cuando les llamaba la atención por su
negligencia, o los echaba por incompetentes, se vengaban. Una vez le
habían prendido fuego al bosque de peumos que con tanto esfuerzo había
plantado don Manuel. Ahí Matthew había pasado días enteros en su
juventud, meditando y escribiendo y fue un duro golpe enterarse que esos
vándalos lo habían destruido. No soportaban que se les amonestara. Para
colmo de males la envidia los gobernaba y no toleraban que alguien
pudiera tener algo hermoso, un bosque bonito para disfrutar de la
naturaleza y sin compasión le habían incendiado.

Otro problema que se originó en el campo fue el tema de las


semillas de las hortalizas y las variedades de frutales. Estaban todas
patentadas de modo que si alguno quería sembrar por ejemplo zanahorias,
no sólo tenía que comprar la semilla, sino que pagar por su registro, pagar
por la patente. Lograron mediante este subterfugio de las patentes
intervenir los sembradíos, autorizar o desautorizar la siembra y así
controlar la cantidad de hectáreas plantadas para poder tener el dominio
sobre la producción mundial de alimentos. Era sorprendente que a la
gente en general le importara nada este asunto. Con tal de tener el
estómago lleno les daba lo mismo lo que tuvieran que comer. Quien
plantaba sin pagar la patente era inmediatamente detenido, la siembra
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destruida, y el campo pasaba a ser administrado por el estado. Acallaron a


cualquiera que pudiera oponerse y los intentos de los agricultores por
oponerse a este sistema no fueron escuchados, se les ignoró y se les trató
como comerciantes del hambre.

Todas las semillas de hortalizas, legumbres y cereales eran


transgénicas, mutantes vegetales, bellos y perfectos por fuera, pero
desabridos e insípidos, adaptados para desarrollarse y crecer en cualquier
clima, bajo cualquier condición edáfica. Los productos transgénicos iban a
saciar el hambre de la humanidad…y fue así, pero con la venta del alma.
La naturaleza herida por el manejo genético daba gritos de furia y a pesar
de las mutaciones y perfeccionismos, la fruta producida era además de lo
antes señalado baja en vitaminas y ácidos. Pasaba lo mismo con la tierra
donde se cultivaban productos transgénicos: mataba el sustrato, dejando la
tierra estéril, transformándola en un pequeño desierto y ya no se podía
volver a plantar por unos años. Don Pedro estuvo a punto de ser llevado
preso por sembrar papas sin las patentes, pero las influencias de don
Manuel Etcharren padre lograron sacarlo del aprieto. Esa fue la gota que
rebalsó el vaso y aceptó la invitación que Manuel y Matthew le hicieron
para que se fuera con ellos a la isla, donde podría administrar los cultivos
como se le antojara. Poseía una gran cantidad de semillas, de almácigos,
de animales de granja y con todo eso se embarcó. Era el sustento que les
mantenía con vida y hasta el momento su alimentación estaba asegurada.

Otra de las medidas urgentes fue la de quitarles el chip a Carlos, a


Thomas y a Ian. No podían ser destruidos sin que el control central que
los seguía no se diera cuenta. Había que hacerlos desparecer de alguna
manera y a Andrés Battaglia se le ocurrió la genial idea de cazar unos
jabalíes que abundaban en la isla e insertarles a ellos los chips, subirlos a la
lancha y dejarlos a su suerte en el continente, en tres lugares distintos. Era
algo bastante gracioso, pero muy práctico. La intervención quirúrgica les
resultó dolorosa porque no tenían mucha anestesia. Pero Sean que era un
buen cirujano se las arregló para importunar lo mínimo a sus pacientes
logrando arrancarles el dispositivo sin mayor complicación y dolor, salvo
por el desmayo de Thomas al ver como su hermano menor le metía el
bisturí en el brazo. Ian resistió impertérrito con sus ojos cerrados tomado
de la mano de su madre, mientras que Carlos se dedicó a conversar y a
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conversar con Matthew de lo que primero se le venía a la cabeza, sin mirar


lo que Sean estaba haciendo con su brazo.

Una vez adquiridos los hábitos y las rutinas Matthew estaba


adaptado completamente a la vida en la isla. Sin embargo, la vida
espiritual seguía seca y la noche oscura lejos de disiparse se acrecentaba
con los días provocando en su ánimo un constante mal genio. Consciente
de aquello, trataba de pasar la mayor parte del tiempo metido en trabajos
físicos e intelectuales, acompañado únicamente por Rufus que lo seguía a
donde fuera y que hasta se había asimilado a su amo en carácter. Ambos
se adentraban en el bosque a bajonerase juntos: el perro con su cabeza
reposando sobre los muslos de Matthew y éste a su vez apoyado en un
árbol. Se sabía insoportable y el bosque lluvioso junto con su perro gigante
eran su escape.

Durante las jornadas que pasaba con su familia se dedicaba a


observar a sus hijos, a sus hermanos, a sus padres y a los demás cuando
después de almuerzo o de la cena se sentaban a conversar y a tocar sus
instrumentos en el living. Los hermanos Battaglia, Cristóbal y Andrés
congeniaron muy bien con Carlos, con los hijos de don Peruco; y con
Rafael, y hacían grupo aparte jugando al truco en la mesa del comedor
fumando y tomando hasta tarde todas las noches. Al final de la partida se
les unía Thomas y Manuel que eran buenos conversadores y bebedores, y
la mayoría de las veladas concluía con estos dos bastante borrachos y les
daba por cantar y reírse hasta que el doctor Mansfield los mandaba a
acostar como niños chicos ya entrada la madrugada.

Estas borracheras exasperaban a Matthew y no le perdonaba a


Manuel que en ellas incluyera a su hijo Matthew H. y a Juan Manuel.
Matthew encontraba la actitud de Manuel muy indecorosa sabiendo que
no estaba ahí para divertirse, sino que estaban huyendo de ser
masacrados. Lo mínimo era conservar el recato y la abstinencia de
conductas libertinas. Era una exageración, pensarán, y tal vez sí. No hay
nada de malo en tomarse unas copas al final de la tarde y pasar un rato
distendido, pero Matthew se lo tomaba muy mal. No podía contar mucho
con Titian para conversar porque el sacerdote se lo pasaba en la ermita en
sus trabajos manuales, en sus estudios y en la oración en la capilla,
tratando de seguir con su espiritualidad tridentina y no pretendía
498

transformarse en consejero espiritual de nadie en esa casa, sino tan solo en


su confesor. El padre Mansfield les había aclarado desde el primer
instante que él no se iba a transformar en un mediador de conflictos
familiares, ni en un intercesor matrimonial, porque su función no era esa.
Era un hermano Mansfield más y deseaba que lo trataran como siempre,
que conversaran con él como lo habían hecho toda la vida. No quería que
su condición de capellán afectara la relación entre los que ahí vivían.

Matthew casi no hablaba, si bien era cariñoso y servicial porque su


carácter y su educación le impedían tratar mal a las demás personas. Lo de
las borracheras había afectado su relación de amistad con Manuel y ésta
comenzó a resentirse. Christian, que se había dado cuenta de las continuas
discusiones entre Manuel y Matthew por cosas ínfimas de convivencia, les
había llamado por separado a que pusieran término a sus peleas
innecesarias que asustaban a los niños más pequeños.

Un día después de misa, estando Matthew sacándose la sotana y el


roquete con que había acolitado, se quedó a solas con Titian mientras éste
terminaba de rezar las oraciones de acción de gracias sentado en la
sacristía.

_ Matthew, terminé.

_ Yo también Titian. Te dejé todo listo para la misa de mañana y voy a


encargarme de lavar el roquete porque está manchado con cera de vela.

_ Gracias…espera Matthew, espera un momento. Quiero conversar


contigo, ¿me acompañas a caminar y a tomarnos un termo de mate al lado
del río?

_ ¿Mate?

_ Me he hecho fanático…

_ Bueno, pero para mí el mate es un poco fuerte así que me conformo


con un té, si es que queda un raspado en el tarro. Manuel se fue en la
noche con los Battaglia Brothers, con Juan Manuel, Matthew H. y Rafael a
Quellón nuevamente a buscar algunas provisiones. Cada vez que
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emprende viaje con uno de mis hijos quedo con el alma destrozada y la
preocupación me mantiene los nervios tomados hasta que los veo llegar.

_ Es rutina para ellos, no debes angustiarte. Vamos antes que se nuble y se


largue a llover nuevamente.

Ambos hermanos caminaron en silencio hasta el lugar favorito de


Matthew donde se sentaba junto a la orilla del río a leer, a contemplar, a
escuchar el sonido del agua entre las piedras, a tocar el violín, a dejarse
querer por Ángeles que siempre le apoyaba con sus palabras y hasta con
sus silencios regalándole sonrisas cuando él estaba ofuscado en sus
problemas existenciales. Era su rinconcito de soledad y de intimidada con
su mujer.

_ Es muy hermoso este lugar que escogiste para venir a hacer tus cosas.
Dan ganas de quedarse todo el día. ¿Cómo lo descubriste?

_ Con mi Angelito salimos siempre a pasear para tener mayor privacidad


y un día nos adentramos río arriba siguiendo su curso y encontramos esta
especie de caleta con arena suave, un bosque de ciprés a nuestras espaldas
y el sol que alumbra de manera que nunca te molesta cuando te sientas en
el suelo con la cabeza apoyada en estos troncos. A veces llegan algunas
aves y si te quedas quieto ellas no se van, se limitan a mirarte con cara de
desconcierto y siguen haciendo lo que mejor saben hacer que es cantar y
comer. Cuando me pongo a tocar el violín – pude haberlo traído para
tocarte algo, que olvidadizo soy - me acompañan, es curioso porque les
atrae el sonido, especialmente cuando toco algunas cosas que parecen
gustarles más que otras. Al Rufus le fascina que le toque el violín. Este
perro me sorprende, pareciera que entendiera todo lo que le digo y todo
lo que pasa a mi alrededor y dentro mío. Tiene alma…no me cabe la
menor duda. Alma perruna, pero espíritu al fin y al cabo. Me gusta la tesis
de Lewis sobre la resurrección de nuestras mascotas. No me imagino el
mundo lleno de gente resucitada sin animales y sobre todo sin nuestros
animales más queridos que nos han acompañado cuando nos sentimos
afligidos… ¿Verdad Rufus? Buen perrito, buen compañero…Le he
enseñado algunos trucos. Mira Titian: Rufus…seat…sentado, eso es. Ahora
hop, salta el tronco Rufus, hop….muy bien.
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_ Este perro está igual a ti…dicen que los animales terminan pareciéndose
a sus dueños y es la pura verdad. Ven Rufus, siéntate conmigo para
hacerte cariño. – El perro era juguetón y se acurrucó junto a Christian
para que le hiciera cariño.

_ Lástima que el suelo y las rocas todavía sigan un poco cubiertas por la
ceniza de los volcanes. Si hubieras visto el río cuando comenzó a caer la
primera oleada de ceniza, y mira el suelo, es una verdadera pasta gris,
pero gracias a Dios es poca en comparación a otras partes.

_ ¿Cómo te has sentido físicamente? ¿Qué tal el corazón?

_ Estoy totalmente repuesto, mi corazón se ha recuperado. En estos


meses ni siquiera me he resfriado. Mírame Titian, mira mis manos, están
fuertes, gruesas como antes y hasta estoy mucho más gordo. Se me
rellenaron las mejillas. Pero lo que sigue mal es mi alma…

Christian sacó tabaco del bolsillo de su sotana y le echó una buena


cantidad a la pipa. Estaba en silencio afanado por encenderla. Matthew le
sirvió un mate y para él un té. Hacía tiempo que no estaban a solas.
Christian evitaba romper sus obligaciones de ermitaño y raramente,
cuando era indispensable conversaba con alguno de los habitantes de
nuestra colonia. Por lo mismo Matthew sospechaba que este pedido para
hablar con él se debía a la preocupación del cura al verlo tan ensimismado
y apático. Matthew se tendió en el suelo apoyando la nuca en el tronco y
las piernas hacia la orilla del riachuelo. Vestía siempre de la misma
manera: buzo de trabajo verde oliva con algunas franjas fosforescentes, los
bototos negros, guantes de lana para el frio, la boina y una desgastada y
mil veces parchada parka azul cuando no el Montgomery verde.

La mañana estaba radiante y hacía calor. Las nubes amenazantes del


amanecer se disiparon dando lugar a un sol de otoño que iluminaba
magníficamente, aunque de lejos ya se venía venir la nube de cenizas de
los volcanes que habiendo dado la vuelta al mundo volvía a Chile para
seguir derramando sus asfixiantes cenizas sobre el maltratado país.

_ Sospecho, Titian, que no me llamaste para contemplar el paisaje. No se


te ve mucho por la casa. Te la has pasado o encerrado en tu pieza o
501

trabajando en el taller de carpintería. Cuando nos pides conversar contigo


es generalmente para llamarnos la atención. ¿Qué tenías que decirme
padrecito?

_ ¿Supongo que no estás enojado conmigo porque te hago el quite a ti y a


los demás? Son una tentación muy grande para mí cuando los veo, porque
me encanta conversar con mi familia y no quiero que eso me distraiga de
mis deberes para con mi Patrón. Por lo demás, el tiempo lo tengo tan
lleno de actividades que si me pusiera a conversar con cada uno de
ustedes no haría a nada en todo el día. Me gusta tenerlos cerca, pero
también me gusta estar solo, ¡qué quieres que le haga! Solo con
Dios…Llega un punto en el cultivo de la vida interior que ya no soportas
salir de ese estado casi continuo de conversación íntima con Dios.

_ El starets Mansfield.

_ Si claro, ¿Dónde la viste Matthew? Soy un pobre cura ermitaño, no un


gurú espiritual ni nada que se le asemeje. Pero bueno, no te traje hasta acá
para hablar de mi vida espiritual. Dijiste hace un instante que si bien
estabas físicamente repuesto, tu alma no lo estaba, lo cual se nota.

_ ¿Se me nota qué Christian? ¿En lo mismo que llevo como una costra
desde toda mi existencia?

_ Ves que andas alterado. Todo te enoja. Las veces que te he visto por
ejemplo con Manuel, están puro peleando y discutiendo por leseras. Los
gritos de ustedes se sienten hasta en el continente. Discutes con mi papá,
con tu suegro, con Sean. El Mateo que yo conozco no es así.

_ El dulce Matthew no puede discutir y dar a conocer sus puntos de vista,


tiene que sonreír y hacerse el buenito…bloody hell!

_ No maldigas por algo tan tonto, Matthew. No se trata de estar con la


risita boba en la cara. A ver, pongamos las cosas en su justa medida:
reconozco que haces lo que debes siempre solícitamente y tratando de
molestar lo mínimo. Haces tu trabajo con la leña y con la huerta muy
bien, no te atrasas con los horarios, juegas con tus hijos, les instruyes,
ensayan con los otros músicos, pero…
502

_ But, what?

_ Como no te soportas, estallas a la primera objeción, a la primera crítica,


a la primera corrección. Andas en otras palabras, insoportable. Y me
encantaría saber la razón y si hubiera algo que pudiera hacer para
ayudarte.

Matthew se tomó con sus manos las rodillas y se quedó sentado en


silencio con el mentón afirmado en ellas.

_ Para ustedes hubiera sido mejor que me muriera en la cárcel….no, no


digas nada, déjame terminar. Es un disparate lo que acabo de decir. No
me hagas caso, no quiero escuchar que me digas: te estás haciendo la
víctima, porque siempre me lo dicen, y ya estoy hasta la coronillla de que
me lo digan y no me crean que lo digo de todo corazón sin ese afán de
hacerme el mártir…No, espérate, déjame terminar. Hay cosas que me
molestan y sabes que no es fácil vivir en comunidad. Nunca en mi perra
vida pensé que iba a terminar viviendo en comunidad, como los hippies,
con mis hermanos, a quienes amo de todo corazón, pero cada uno en su
casa, como dicen por ahí: juntos, pero no revueltos…Deja de
interrumpirme padre porque si sigues me paro y me voy… - Cada vez que
Christian intentaba decir algo, Matthew levantaba su mano y lo hacía
callar. Tenía guardado en su corazón una serie de resquemores y se daba
en esos momentos la ocasión para largarlos afuera y no quería que le
interrumpieran. – Una de esas cosas que me molestan es la liviandad con
que algunos se están tomando nuestra situación acá y las razones que nos
han llevado a refugiarnos en el trasero del mundo. Mientras la Iglesia
oficial se entrega al mundo perdiendo la fe y cayendo en la apostasía, para
no dar más testimonio de Cristo; la verdadera, la que le quitó la Corona,
sufre en las catacumbas. No es posible dejar de sentir y de sufrir por y con
la Iglesia fiel, y por esta razón yo no concibo que la chacota y la
borrachera se tome el comedor todas las noches. Al mismo tiempo que
estos se emborrachan, en otras colonias los están masacrando…eso yo no
lo tolero. No estamos de vacaciones y deberíamos estar velando al Esposo
en vez de estar haciendo como que no pasa nada y estamos tranquilitos
en las termas pasando el rato.
503

_ ¿Te irrita que Manuel y Thomas se pongan a tomar? ¿Se los has hecho
saber de buena manera y no llevado por un ataque de furia?

_ Todos los días trato de arruinarles la fiesta, pero en vez de eso se burlan
y no me pescan. No es nada fácil vivir juntos, no creí que fuera tan difícil.
Por todo el cariño que les tengo a ambos, a Manuel y a Thomas, es que
me duele aún más que me hagan eso, arrastrando además a nuestros hijos
mayores y a Rafael en la tomatera. El otro día Matthew Hugh terminó
vomitando muerto de la risa afuera en el antejardín. Estaba
completamente borracho. Lo que nunca hizo cuando estaba en la
universidad y lo obligaban ir a las fiestas, lo viene a hacer acá. ¿No te
parece indignante y humillante? Emborrachado con sus tíos, su primo y
sus amigos. Lo agarré del brazo, le saqué la ropa, lo dejé completamente
desnudo y a la intemperie lo mojé con baldes de agua fría y luego le di un
par de patadas en el trasero castigado para su pieza. Llegaba a tiritar y la
risita se le quitó al tiro. Isabel también está sufriendo por lo mismo, pero
lo tolera.

_ Es que eso es pues Matthew, tú lo has dicho: lo tolera y yo también lo


tolero porque entiendo que no es por maldad, sino que por escape,
porque aunque te parezca difícil de creer ellos sienten lo mismo que tú y
su manera de aliviar un poco la tensión que produce esta especie de
espera de algo grande, es pasando un rato alegres, nada más que eso. No
hay una mala intención, aunque te reconozco que se les pasó la mano con
Hugh y los demás. No sabía que habían llegado tan lejos, pero fue una
sola vez y te aseguro que la Ángeles no va a permitir que su hijo mayor les
dé mal ejemplo a los más chicos, especialmente a Dominic. Claro que es
complicado vivir con otras familias aunque sean tus hermanos y es porque
todos tenemos nuestras costumbres, nuestros hábitos y mañas. Debemos
hacer lo posible por no toparnos para no generar conflictos innecesarios,
pero estas cosas hay que conversarlas con calma y con sinceridad. Si a mí
me molesta algo que tú haces voy a ir y te lo voy a decir con franqueza.
Puede que me entiendas y cambies, pero también puede que no y ¿Qué
más se puede hacer? Evitarnos cuando eso que nos molesta se interponga
en nuestra relación. Poner de nuestra parte para que el exilio no se nos
haga más duro todavía. Habla con ellos Matthew, explícales que es lo que
te pasa y que traten de moderarse un poco.
504

_ Estás hablando como mi papá. Es tan de sentido común lo que dices,


pero cuando tienes que hacerlo se torna bastante más difícil.

_ Sí, sobretodo porque el demonio siempre mete los cachos y la cola,


especialmente contra aquellos que más odia. No debemos permitir que
nos separe la discordia, obra del demonio que quiere meterse en nuestros
corazones para romper la amistad, amor que detesta. No debemos
permitir que la caridad entre nosotros se enfríe por nimiedades, por
pequeñeces insignificantes. ¿Te acuerdas de las Cartas al diablo a su
sobrino, de Lewis? Me parece que algo de eso trata ahí.

_ Cuando los gestos y las voces de las personas con quienes vivimos
comienzan a hacérsenos insufribles e irritantes...Escrutopo, el diablo
mayor recomienda a su sobrino que exaspere al muchacho soplándole al
oído los defectos de su madre para que le resulten insoportables y de esa
forma termine detestándola.

Matthew cerró sus ojos y se mantuvo en silencio pensando la última


frase que el mismo había dicho. Le afligió haberle hecho caso a su
intransigencia ya que con ella estaba logrando quedar enemistado con la
mitad de la casa. Se puso rojo de vergüenza cuando se acordó de lo
ridículo que parecía cuando les llamaba la atención y en lo patético que
lucía cuando andaba idiotizado.

Pero esto no era lo único que le tenía hosco. No era solamente un


problema externo a él. No era únicamente que le molestaran las
borracheras de sus familiares; existía un problema interno, una procesión
interna del alma que estaba sofocada por la ausencia de consuelo divino.
El estar molesto consigo mismo de alguna manera traspasaba su conducta
externa convirtiéndolo en un viejo casca rabias. Sin embargo, no quería
que su hermano escuchase una confesión acerca de la aridez que duraba
ya demasiado tiempo y que le hacía estar mal humorado e irritado.
_ Matthew, te quedaste callado. ¿No hay algo que quieras decir a tu favor?
¿Hay algo que te esté molestando particularmente y que me quieras
contar? ¿Qué piensas hacer a propósito de lo que conversamos?

_ Haces demasiadas preguntas a la vez. Por ahora, lo único que espero


poder hacer es bajarle un poco el perfil a esta desagradable situación, ser
505

más comprensivo con ellos, y mejorar un poco el mal genio. Soy


consciente de que estoy muy quisquilloso y pesado, y haré un esfuerzo,
aunque no hay garantías de que me resulte.

_ Excelente, al menos tienes conciencia de tu error y el propósito de


enmendarlo. – Christian le despeinó el cabello y le tiró una oreja. - ¿No
hay nada más que quieras contarme?

_ Por ahora no Titian, por ahora no…no quiero, discúlpame, pero no


quiero contarlo. ¿Cómo va Ian con su preparación? Me lo tienes
secuestrado en tu ermita.

Ian se preparaba para el sacerdocio y para eso había abandonado el


cuarto de los hombres para irse a vivir con Christian en una pequeña pieza
al lado de la capilla junto a la bodega. Era su dormitorio, sacristía y sala de
estudio. Se había tomado muy en serio su retiro y salvo para la misa no se
le veía. Almorzaba solo en su dormitorio con su tío, leyendo vidas de
santos y estudiando lo que le enseñaba el cura.

_ Es un chiquillo muy vivaracho, y a veces se me pone medio porfiado,


pero va muy bien. Ha estado estudiando mucho y tiene buena voluntad.
Pobre, a veces lo veo tan melancólico, así como tú, y me dan ganas de
mandarlo a que les visite porque los extraña. Los mira de reojo en misa y
le comen las ganas de ir a saludarlos. Es complicada su situación porque
no es como estar en un verdadero seminario ya que igual los ve a ustedes
y eso lo distrae. Quizás esta semana le dé unos días libre. Es muy joven,
recién tiene 17 años y le han ocurrido cosas bien tremendas. Antes de
partir le voy a dar unos días de permiso.

_ ¿Partir hacia donde mi Titian?

_ ¡Qué cabeza de pollo que tengo! Era otra de las cosas que quería
conversar contigo. Manuel antes de irse logró comunicarse por radio con
la comunidad de Argentina y habló con uno de los palomos. Le dijo que
tendría que irme a encontrarme con el cardenal Bright a la frontera.

_ ¡Cómo no me lo cuentas antes cura volado! ¿Cuándo te tienes que ir?


506

_ En tres días más, y me voy con Ian, Matthew, para la toma de sotanas.

Matthew se estremeció completamente por la notica. Deseaba


acompañarlo a tan importante momento. Vería por fin a su hijo con su
sotana de seminarista. La noticia lo pilló tan desprevenido que se mareó
con cosas que se le venían a la mente.

Durante meses habían pensado que vendría Pio XIII, pero no fue
posible y en su lugar llegó el Cardenal Bright. Su visita era muy puntual y
no podía quedarse por más de dos días. Era agotadora para el anciano
cardenal su misión, pero la hacía con cariño, con entrega, con un amor
infinito a Dios. En esta visita apostólica estaba además muy motivado ya
que vería a su antiguo secretario. Y a su vez Christian estaba nervioso, por
eso se le había olvidado informarle a su hermano la noticia.

Matthew se puso de pie y caminó a la orilla donde se puso en


cunclillas a tomar agua y ahí permaneció jugando con unas piedrecitas
tratando de ordenar la cabeza. Le hizo saber a su hermano que él iba a ir
si o sí. No quería perderse la toma se sotana de Ian por ningún motivo.
Christian le insistió en que el palomo le había pedido encarecidamente
que viniera tan solo acompañado de su sobrino porque no querían ser
muy notorios poniendo en riesgo al cardenal y a las demás personas que
irían de Chile y de Argentina. Lamentaba mucho que fuera a perderse una
ceremonia tan significativa. Los padres acompañaban a sus hijos en esta
ceremonia desde siempre, pero los tiempos no eran los mismos y se les
pedía a cambio un gran sacrificio.

A Ángeles no le quedó otra alternativa que conformarse con ver


partir a su esposo y a su hijo dos días después. Christian iba de civil junto
con el muchacho, con Manuel y con Matthew que iba tan solo a dejarlos
en el continente debiendo devolverse con su cuñado una vez llegados y
desembarcados Christian e Ian en las cercanías de Caleta Tortel. Allí los
estaría esperando un palomo para ir por tierra hasta la frontera. El
encuentro iba a ser en la orillas del Lago Buenos Aires, bastante más al
sur de lo planeado anteriormente. El camino era peligroso a causa de los
controles, pero los palomos sabían moverse bien, tenían sus contactos y
también una ayuda muy importante del Cielo.
507

Corría ya el mes de junio y aunque habían caído algunas nevadas, el


calor había derretido la nieve para luego dejarse caer por sobre el
continente un frío seco que calaba hasta los huesos. El clima a nivel
mundial estaba tan cambiante que en una semana en cualquier parte del
planeta se vivían todas las estaciones del año: un día de lluvias y frío, otro
con nieve, luego un sol primaveral, pero frío y finalmente un pequeño
verano. La gente se veía afectada en sus ánimos a causa del clima y para
poder sobrellevar la carga negativa que imponía el tiempo, se daban
rienda suelta a cuanta cosa loca se le ocurrirá a los de la televisión, con
fiestas permanentes, juegos, competencias, ignorando además el latente
estado de guerra atómica. Los pobres rusos y sus aliados que se habían
levantado en contra del gobierno mundial poco a poco iban cediendo a
causa del miedo. Los católicos que resistían y podían enfrentar al gobierno
mundial en forma más agresiva y que contaban con armamento eran cada
vez menos. Sin embargo, su poder de resistencia era maximizado por sus
enemigos a fin de justificar sus incursiones bélicas en nombre de la paz.
Ser acusado de católico era la peor injuria y a muchas personas se las
acusaba de serlo, sin serlo, para poder masacrarla, para poder justificar su
matanza. Era tanto el odio hacia los hombres por parte de Todtschläger
que mandaba asesinar en nombre de la humanidad ¡cómo es posible una
contradicción semejante! Los nuevos gobernantes mundiales eran víctimas
de los católicos que se oponían al progreso y a la paz…sic, así tal cual, y
por tanto debían eliminarse por el peligro que encerraba su fe. Una
víctima debía de defenderse de su agresor, no importaba que fueran un
par de pobres diablos los católicos que quedaran, daba lo mismo. Había
que echarles la culpa y de pasada meterlos en un mismo saco a cuantos se
nos cruzaran por el camino. En otras palabras, el gobierno mundial era
como un parásito de un árbol que injertado en éste va chupándole la
sabia hasta aniquilarlo y para únicamente quedar él. Nadie les iba a
arrebatar el triunfo de haber dominado todo el universo para luego darse
otro gusto al derribarlo. Como cuando un niño construye una torre de
cubitos y tras darse el placer de observarla, va y le da una patada para verla
caer. Y la chiva para hacerla caer eran los fieles del pequeño rebaño.
Matarían a todo el mundo, a todas las gentes incluso a quienes les
ayudaron a concretar su sueño. Ellos se meterían en sus poderosos
refugios para una vez aniquilada la humanidad gentil, quedar ellos como
únicos habitantes de la tierra. El logro supremo del pueblo judío. Hacer
508

pelear a los hombres para quedarse ellos con la victoria. A río revuelto,
ganancia de pescadores.

No les costó mucho llegar en la lancha a las cercanías de Tortel.


Matthew tenía sentimientos encontrados: por un lado felicidad por el
acontecimiento y por otro, una extrema preocupación. Finalmente, al
bajar a tierra para despedirse de ambos y saludar al palomo, (un curtido
religioso argentino) llevó a su hijo aparte para despedirse de él.

_ Ian, cuídate mucho. Permanece siempre atento a la gente. Cuida a mi


hermano que suele ser muy ingenuo y confiado. Vive en una ermita y se
olvida que hay gente muy mala que busca dañar. Han pasado los meses
hijo, desde que tú y yo llegamos con tu tío Thomas… son nueve
meses...¿te das cuenta? La Rosario tuvo su guagua y pareciera que todo
nos estuviera saliendo de lo más tranquilo y relajado, pero no hay que
dejar de estar vigilantes. Esto es sólo una tregua que nos da el enemigo
porque Dios lo ha permitido. Tengo un regocijo enorme al verte partir y
estaré contando los segundos para poder venir a buscarte.

_ Papa, quédate tranquilo que vamos a estar bien. Voy a cuidar a mi tío
Titian, no te preocupes. No sé qué más decirte aparte de que te quiero
mucho y estoy orgulloso de que seas mi papá. Me costó entenderte, pero
ahora te comprendo, comprendo tus miedos y tus angustias– Ian le miró
enternecido y Matthew no pudo evitar abrazarlo con todas sus fuerzas. –
Cuida a mi mamá, papá y a mis hermanos. No deje que las malas vibras le
nublen la cabeza y no ande peleando con mi tío Manuel.

Se despidieron con un abrazo apretado y con el corazón contrito.


Nadie les podía asegurar que el viaje hacia Argentina fuera a resultar sin
contratiempos ni que el futuro viaje de vuelta estuviera libre de percances.
El palomo, fray Mariano, estaba tranquilo y dicharachero conversando
con un asombrado padre Christian que le miraba fascinado como
gesticulaba y se reía de sus propios chistes. Acostumbrado a los viajes por
toda América latina llevando correos a las distintas comunidades lo habían
convertido en un viajero experimentado y con muchos contactos. De
hecho para poder llegar a la frontera contrató a un lugareño que por una
buena suma de dinero los iba a llevar en su camioneta por un paso ilegal.
509

El regreso estaba presupuestado para dentro de una semana si todo


resultaba según lo planeado.
510

Capítulo 3

Llevamos un tesoro en vasos de barro para que


todos reconozcan la fuerza de Dios y no parezca cosa nuestra. Nos vienen
pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos. Andamos con graves
preocupaciones, pero no desesperados; perseguidos, pero no
abandonados; derribados, pero no aplastados. Por todas partes llevamos
en nuestra persona la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús
se manifieste en nuestra persona.

2 Corintios 4, 7-11.

Manuel y Matthew emprendieron el viaje de vuelta a la isla en


medio de un paisaje maravilloso, pero a la vez lúgubre.

_ Es una lástima que naveguemos por el Baker en estas coyunturas.


Podríamos haber estado felices disfrutando de unas vacaciones por estos
pagos y no como miserables perseguidos. ¡Ay!, ¡Ay!, ¡Ay!, que clima más
cabrón. Nosotros al menos estamos a salvo de este insoportable olor a
azufre…guarda con el tempano Matthew que le va a pegar a estribor.

Mientras Manuel sostenía la cuerda del timón Matthew, junto con


Rufus, iba en la proa con una vara con una punta metálica corriendo los
pedazos de hielo que colapsaban el canal Baker y que provenían de los
campos de hielo norte y sur que se derretían aceleradamente. El tempano
que Matthew corrió con la vara era bastante grande y como todos los
demás estaba cubierto de cenizas. Por un instante tuvo la tentación de
subirse en él, pero Manuel dándose cuenta de sus intenciones le obligó a
permanecer en la lancha por el riesgo innecesario que corría ya que podía
resbalarse y caer en las gélidas aguas.

_ ¿Qué intentas hacer? ¿Te volviste loco? Saltar a un iceberg. Pon


atención en correr los hielos que nos pueden partir el casco y nos
hundimos igual que el Titanic.

Matthew se quedó parado en la proa apoyado en la vara atento a los


hielos. Desde que habían zarpado de las cercanías de Tortel no había
cruzado palabra con Manuel. Se limitaba a obedecer al patrón de la nave,
511

pero no le decía nada. Rumiaba pensamientos que iban y venían


construyendo verdaderos castillos mentales con ideas que se
entrecruzaban permanentemente. Si llegaba a conclusiones verdaderas ni
el mismo podía asegurarlo. Examinaba en su interior sobre la cosa esa que
era el mismo. Su propia persona era a quien no toleraba y a veces se
sentía como si dentro de él hubiese una pelea. No podía dejar de pensar y
pensar en la nada miserable que era y encontraba que todo lo que había
hecho en su vida era una pura y soberana basura. Ese carácter
melancólico, con la tentación permanente de querer quitarse la vida; esa
personalidad que amaba el deber hasta torturarle al no poder cumplir a
veces con lo que tenía que realizar; eso de experimentar una sequedad
más allá de lo saludable en su oración, lo tenía desesperado.

A la hora del almuerzo Manuel condujo la lancha hasta un


fondeadero que conocía muy bien y que además tenía la gracia de estar
fuera del alcance de la vista de las embarcaciones que recorrían el canal.
Podían comer y conversar tranquilos sin tener que preocuparse por los
cuidados de la navegación. Desde hace varias semanas que Manuel
andaba buscando la oportunidad para hablar tranquilamente y sin
interrupciones con Matthew. Fue así que tras preparar un sobrio plato de
papas cocidas con un pedazo de pescado, se sentaron en la cabina sobre
un par de cajones en el suelo para comer con el perro al que le encantaba
salir a navegar.

_ ¿Y a ti que te pasa que andas tan re callado? ¿Todavía sigues enojado


conmigo por lo de las cartas y lo de la mistela?
_ Por lo de los vicios querrás decir.
_ Pareces canuto…por lo de los vicios… Escandalizarse por unos
hombrones que se toman un par de copas es de fariseos estúpidos. Ya
oye, conversemos un rato que me carga estar navegando con un mueble.
Si no voy a tener que hablarle al Rufus, aunque como es tan leal a ti dudo
que me preste atención.
_ El paisaje es maravilloso. Estoy extasiado con los canales, con los hielos,
con la vegetación y con el canto de los pájaros. Es muy bonito ir
navegando entre los hielos sintiendo el ruido de la barca al pasar por
entre medio de los témpanos. Trato de imaginarme este lugar cuando no
estaba todo cubierto de ceniza, ni con olor a infierno, y a pesar de que
parece un lugar tétrico, sigue siendo bello. Ya llegará el día en que todo
512

este hermoso, pero malogrado país recupere su belleza y vuelva a ser el


jardín del Edén: “Salva Señora a Chile, mira que es tu nación…” Me gusta
contemplar en silencio Manuel. Disfruto la travesía y trato de relajarme
porque me he quedado muy preocupado por los dos que dejamos hace
un rato.

_ Ellos van a estar bien. Fray Mariano es capo, muy capo para moverse.
Le he escuchado decir a uno de los palomos que nos visitó antes de que
llegaras que es el más hábil. Están en buenas manos. Debes de estar
orgulloso de Ian…

_ Es una gran responsabilidad para él, creo que todavía no está


completamente consciente de la enorme cruz que se está poniendo sobre
los hombros y le pido a Dios para que ayude a mi corderito. ¿Crees que
estamos seguros donde anclaste la lancha? He visto pasar varias
embarcaciones y nos han quedado mirando extrañados.

_ ¿Y acaso no te has fijado como los saludo cuando pasan? Me gusta tocar
la bocina, gritarles los buenos días, hacer escándalo para que no
sospechen. Y se van felices… ¿Quién puede sospechar de un loco que los
saluda de esa manera? Cambia la cara Mansfield. Yo estoy súper relajado.

_ Tu siempre estas súper relajado…

_ Y te molesta. ¿Todavía enojado?

_ Sí, claro que estoy sentido contigo. En vez de estar más unidos en el
destierro, nos hemos ido enfriando. ¡Qué paradójico! De alguna manera
el enemigo nos ha dividido. Discúlpame si he sido duro contigo. Nos
hemos gritoneado como nunca lo habíamos hecho en la vida. Me desquito
con los que más quiero. Yo no quiero pelear contigo ni con nadie, pero
hay algo aquí muy dentro que no se controla, estoy confuso y mal
conmigo mismo. ¿Cambiemos de tema mejor?

_ Matthew, compadre yo sé lo que te pasa. – Manuel se puso de pie


bruscamente y le repitió una porción de pescado tirándosela al plato
hábilmente. Manuel se quedó de pie junto a la cocina dispuesto a
desenmascarar a Matthew que estaba cabizbajo porque le cargaba que le
513

descubrieran y conociendo a su cuñado tenía la certeza de que realmente


sabía lo que le pasaba. – Tu espíritu se debate en un mar de oscuridad y
te sientes como aplastado por el peso de seguir en el mundo como
esperando que por fin se acabe todo. Te enerva estar en ese estado de
expectación permanente y por eso andas con el genio atravesado. Es como
cuando te dicen que van a ir a verte a tal hora y mientras esperas que
lleguen como que no puedes hacer nada más porque tu espíritu está
completamente inquieto, ansioso, y ves que pasa la hora, y no llegan y más
te achacas y más rabia te da porque sientes que estás perdiendo el tiempo.
Las cosas hay que seguirlas aguantando, no nos queda otra y la verdad es
que estamos en una situación difícil, incierta y lo peor es que no sabemos
hasta cuándo va durar, y si nos vamos a tener que pasar toda la vida
ocultos. Tomamos la decisión de venirnos sin nada planificado para el
futuro y por el momento lo único que nos resta hacer es vivir el día; y es lo
que yo hago y si me has visto por las noches un poco pasadito de copas es
porque yo siento el mismo peso infernal que tú en mi cabeza y el rato que
estamos jugando cartas, bebiendo unos tragos y echando la talla me sirve
de relajo y de distracción. No hay nada más para distraerse en esa isla. Yo
no soy un contemplativo como mi compadre maese Mansfield que se la
puede pasar horas mirando un cerro o un bosque. Soy hijo de la
modernidad, de la tecnología y como acá no tengo ni juegos de video, ni
computadora con internet, ni mall donde salir a pasear y a comprar cosas
inútiles, entonces me distraigo echando la talla con los hombrones
jugando cartas. Eso es todo. Se nos pasó el otro día la mano con Matthew
H., Juan Manuel, Rafael y los Battaglia. No nos dimos cuenta de la
cantidad de vasos que nos tomamos. Como los chiquillos no están
acostumbrados a tomar a los tres vasos de mistela ya estaban copeteados.
Fue chistoso verlos hablar…

_ Claro, si claro que fue chistoso…para ti lo fue. Una vergüenza. ¿Por qué
no buscan una manera más sana de recrearse, organizar un campeonato
de dominó, o de atletismo o hasta una pichanga y un partido de rugby?
Hasta yo mismo puedo jugar a la pelota unos minutos.

_ Creo que le estás poniendo mucho. ¿Quién no se ha sobrepasado con


unas copitas?... Me parece por otro lado muy buena tu idea de organizar
un campeonato de alguna cosa…y me estás cambiando de tema.
514

Estábamos hablando de ti, de tu comportamiento actual. ¿Tengo o no


razón? ¿Recuerdas mi argumento?

_ ¿Deduces que, por mi manera de comportarme estos últimos meses


vivo sumido en la incertidumbre? ¿Como si estuviera a la espera de algo
que ni siquiera estoy seguro de que lo vaya a contemplar pronto? Es una
de las aristas de mi tormento Manuel, pero hay algo más profundo que
eso y no pretendo compartirlo contigo ni con nadie. Te pido mil disculpas
por no querer contártelo. Te he contado siempre todo lo que me pasa y
nuevamente agradezco que tengas la buena disposición de escucharme y
de aconsejarme, pero esta vez viejo amigo, esta vez, paso. Estoy achacado,
cansado, y perdido, absolutamente achacado del alma, envuelto en un
rollo de autocomplicaciones, difícil y hasta imposible de explicar. Es un
problema del alma muy serio y hasta que no lo resuelva, si es que puedo
resolverlo, te pido que no vuelvas a interrogarme para no tener que
negarte la respuesta. Mi alma está enferma porque está alejada de Aquel
que le da la salud. Y como mi alma está enferma hace que actué como
tal, de modo que no es posible pedirme más de lo que puede dar un
enfermo cuando está a punto de agonizar. El médico no ha llegado aún
porque yo mismo me arranco de Él y hasta que no me ocurra algo que me
haga quitarme el miedo a sus cuidados no voy a ser el que fui alguna vez.

Manuel se quedó para dentro ante la respuesta que Matthew con


tono tan parsimonioso le daba. No sabía si largarse a reír porque le estaba
tomando el pelo o si en realidad estaba diciendo lo que le pasaba en su
interior. Era la primera vez en treinta y ocho años de amistad que
Matthew se negaba a contarle. Manuel le observó detenidamente sin
despegarle la vista de encima para encontrase con los ojos de Matthew
quien enderezó la cabeza hacia donde estaba Manuel. Matthew levantó
las cejas e hizo un gesto con la boca como diciendo eso es todo, así está la
cosa, no hay nada más que agregar.

_ Si no quieres contarme no te puedo obligar, pero no vaya a ser cosa que


hagas alguna barbaridad por estar guardándote esos pensamientos.
Necesitas conversar para que no te domine la angustia y cuando no lo
haces comienzas a hundirte. Pero bueno, yo no puedo forzar tu voluntad y
deseo que arregles pronto tus rollos internos para que puedas estar en paz
contigo mismo y con nosotros.
515

_ Gracias, no lo tomes como que he perdido la confianza en ti. Necesito


tiempo y oraciones, así que si quieres ayudarme, reza más que nunca por
mí, por favor.

_ Dalo por hecho. ¿Quieres tomar alguna cosa caliente?

_ Convídame un café, si tienes, si no nada. Oye viejo, cuando ya no hay


nada más que podamos hacer, lo único que efectivamente nos queda por
realizar es rezar para que Dios intervenga por nosotros, ya que los
acontecimientos, las decisiones humanas que han estado guiadas por las
fuerzas de la iniquidad, nos han superado. Debemos esperar. Hacer lo
que debemos, cumplir con nuestros deberes, pero estando alertas en
espera. No podemos luchar contra este tipo de fuerzas, porque están más
allá de lo humano. Debemos continuar resistiendo y debemos esperar
morir con la cruz en alto y los ojos puestos en el cielo…no hay nada más
que podamos hacer, estamos como vencidos, parecemos derrotados.
Nuestros enemigos nos juraron odio y su único objetivo ha sido derrotar
(derrota para ellos) a Cristo por segunda vez asesinando cristianos y
haciendo desparecer de la tierra todo vestigio del cristianismo. Ahora
creen que ha llegado su milenio y pobrecitos de ellos cuando en medio de
su fiesta llegue el dueño de la viña, va a quedar la arrancadera de giles. Y
de Cristo, de Él, no se van a poder arrancar y tendrán que reconocerlo,
deberán dar cuenta de su maldad. Nosotros por ahora tenemos que
esperar.
_ ¿Quiénes son nuestros enemigos, concretamente hablando y no como
un término abstracto?

_ Todtschläger representa la culmine del poder judío - masónico sobre la


humanidad que se ha rendido a sus promesas paradisíacas. Es como la
síntesis del logro de estos judíos. Ellos han estado esperando por siglos y
centurias lo que Dios les prometió y que ellos se lo han tomado en sentido
corporal: van a dominar al mundo y un judío los va a conducir a lograrlo
sirviéndose de la cristiandad derrotada. Y detrás de todo este aparataje que
funciona siempre en la misma dirección está el Adversario, que con sus
artimañas susurra en el oído de estos hombres la perfidia y el error, y ellos
le hacen caso, que es lo más grave. Han bloqueado sus corazones a la
Verdad. Por eso es tan grave la omisión de los que debieran haber guiado
516

a la Iglesia a la Evangelización de las naciones. Es horrible lo que dejaron


de hacer desobedeciendo lo que se les ordenó hacer. Muchas almas van a
ir al infierno por su culpa y ahí se encontrarán cara a cara con aquellos
que no les mostraron ni enseñaron los medios para salvarse. Y ellos se
encargaran de echarles en cara su odio por considerarlos en parte
culpables de su desgracia: “yo sabía que era malo, pero si tú me lo
hubieras predicado cuan malo era, yo no estaría aquí…era mi deber
informarme, era mi deber saber y conocer mi religión, pero tú no hiciste
nada para ayudarme en esto”. ¡Qué atroz escuchar esa queja por toda la
eternidad!

_ Horrible es la palabra. Mejor ni siquiera imaginar lo aterrador que


resulta contemplar a estas almas echándose en cara sus omisiones por
toda la eternidad.

_ Este mundo amigo no vale nada. Qué es esta vida con sus trabajos, con
sus penas, con sus alegrías y sus sinsabores; con sus risas y placeres…no es
nada comparado con lo que realmente importa: nuestra salvación eterna.
Somos miserables pecadores Manuel y a pesar de eso Dios tuvo
misericordia para con nosotros y se hizo uno de nosotros…Y a propósito
de nada que ver con este tema: no te parece raro añorar algo que nunca
has tenido, de lo cual nunca participaste. Yo siempre me pregunto
porque tengo en mi mente nostalgias por algunas cosas que ni siquiera
debería extrañar como perdidas.

_ Como cuando añorábamos la liturgia tradicional sin que nos la


hubiésemos conocido…como un bichito que yace en tu subconsciente
sabiendo que le perteneces.

_Si, me pasó con la misa tradicional, y cuando por fin la tuvimos como
que llegamos a casa. También me pasa con respecto a los clásicos, a la
lectura de los clásicos griegos, latinos. Tuve el deseo desde chico de
estudiarlos, de analizarlos y ni siquiera lo he podido hacer hasta el día de
hoy. Mi latín y mi griego son deficientes. Me tenía que quemar las
pestañas en Oxford para poder alcanzar a mis compañeros, algunos que
venían nada menos que de Eton. Sufrí por mi ignorancia, me sentía tan
tonto. Me apabullaban con sus conocimientos y me sentía como pájaro en
corral ajeno. Lo único que me salvó del fracaso fue mi orgullo y mi fuerza
517

de voluntad: no iba a dejar mal parado a Chile, yo representaba a mi


amado país y frente a ellos no iba a quedar mal. Sufría, sufrí intensamente
a causa de mi ignorancia. Me desesperaba cuando no entendía y me sentía
como si me estuvieran hablando chino. Titularme cum laudes fue un gran
logro de Ángeles y mío.

_ Pero no es tu culpa, sino la del sistema educativo que no te dio las armas
para defenderte bien. No puedes echarte la culpa de algo que no te
enseñaron. Si no te dan lo mínimo para construir, ¿Cómo lo vas a hacer
bien? Uno es un cabro chico que no tiene idea ni siquiera para qué cresta
le están enseñando la gramática y la sintaxis y todas esas cosas que
creíamos inútiles. Y el tema pasa además por los profesores. Hay algunos
a los cuales les interesa pasar y pasar la mayor cantidad de materia y les
importa un carajo que algunos se vayan quedando rezagados. ¿Soy un
buen maestro porque paso harta materia? ¡A las huifas Matthew Francis
Mansfield! El buen maestro se preocupa que su pupilo aprenda y si ve que
alguno se queda atrás lo levanta, lo empuja, no lo deja botado que es lo
más fácil de hacer. El buen profesor busca y rebusca, se las ingenia con
métodos didácticos para enseñarles a sus alumnos. ¿Querías leer a
Cicerón y vienes a aprender latín a los dieciocho o diecinueve años en la
universidad? Olvídate viejo, que si no eres un genio muy difícil va a ser
que logres ponerte al mismo nivel de un cabro que desde chico le vienen
enseñando…ni menos con alumnos de Eton, ¡qué nivel que tenían esos
hombres! Esos tipos están a años luz de nosotros, tienen tradición. La
ignorancia en el estudio de los clásicos no es culpa tuya, sino del maldito
sistema educativo que nos tocó cuando éramos chicos que los arrancó de
cuajo. A nuestros hijos… les va peor todavía. En el colegio no les hacían
leer siquiera a Homero, Cervantes, a Shakespeare, ni a ninguno de los
autores clásicos modernos. Puros cuentecitos de gente que nadie conoce y
a esos autores de ahora que escriben puras macanas erotizantes, o de los
derechos humaidoes, o de la “dictadura”, ¡puah!, me llegan a dar asco.

_ A mí en la universidad me retaban cuando les enseñaba las materias con


más prolijidad y profundidad. El director del instituto me llamó varias
veces la atención porque según decía no estaba dejando tópicos para el
doctorado…como la universidad es un negocio tenía que enseñar lo
mínimo a los de pre-grado para que se vieran obligados a tomar luego el
magister y después el doctorado para entender y saber algo más. Negocio
518

redondo, me hago de eternos estudiantes entregándoles conocimientos de


a poco. ¡Qué perverso sistema!

Matthew, todo el sistema es perverso, los negocios son mafias…y te


lo digo con conocimiento de causa porque tuve que enfrentarme con los
grandes señores y exitosos empresarios, es decir, con los delincuentes de
camisa y corbata. Ellos crearon un monstruo que se devora a todo el que
cae en sus manos. Les crea necesidades que no tienen, para que una vez
tentados y caídos en su compra te metan en el mundito de la tarjeta de
plástico y luego te comienzan a chupar la sangre. Para lo único que ha
servido es para enriquecer a un grupo que supo hacerla cuando tuvo la
oportunidad. Son ellos los que gobiernan las finanzas, la economía, y por
ende la vida de los que se meten en sus redes. El único remedio que
teníamos contra ellos cuando estábamos por allá metidos en la urbe, era
estar fuera el maldito sistema: cero préstamos, cero tarjetas de crédito,
cero llenar encuetas. Pagaba todo lo que podía al día y en efectivo.

_ Yo también. Si no tenía plata para comprarme algo, simplemente no me


lo compraba. Bueno, fui siempre así desde chico de modo que no me
costó dominar mis antojos. Es el maldito sistema capitalista de
acumulación de riquezas. Está lleno de usureros que aprietan a la gente y
la hace más pobre mientras ellos son cada vez más ricos.

Después de sorber el café hirviendo que Manuel le había dado se


sentó en el suelo con el perro al lado de su amigo que con los ojos
cerrados disfrutaba su pipa. Estas tertulias fraternales eran una costumbre
desde la época en que iban al colegio: Largas y largas conversaciones en
torno a la vida. Para Matthew especialmente era una dicha tener a este
amigo que le escuchaba y aunque no tenían la misma formación, (Manuel
por el área científico- práctico y Matthew por el lado filosófico-teológico)
se complementaban a la perfección, materializando de alguna forma el
ideal de amistad aristotélica en su más alto grado.

_ Hemos tenido mucha suerte, somos privilegiados Manuel. Pudimos


huir y estamos juntos, otros no lo han podido hacer porque no tienen los
medios y están solos, como islas en medio del monstruo que quiere
devorarlos. Antes de partir me vi envuelto en una terrible crisis de
vértigo…un miedo irracional que me nubló la inteligencia, pero pasado el
519

primer susto y analizando las cosas con la mente más fría, me encontré
que estábamos en una situación excepcional con respecto a católicos
fieles que han tenido que quedarse allá en las ciudades. Supe de familias
enteras: mamá, papá e hijos, que eran rechazados por sus otros parientes y
que no tenían amigos…no tenían a nadie y fieles a su postura y ante la
imposibilidad de huir se han tenido que quedar allá, refugiados quien
sabe donde, pasando hambre, sufriendo una situación de despojo material
al cual no estaban acostumbrados…¡es terrible! ¡Pobre gente! Ni siquiera
gozan de socorro espiritual ya que no tienen quien les administre los
sacramentos. Ellos sí que son verdaderos mártires…los que se han
quedado en la ciudad, entre lobos, completamente solos, arreglándoselas
para poder comer algo, porque no han querido entregar su alma y su
cuerpo al pérfido gobierno judío mundial. Para nosotros si bien fue difícil
abandonar nuestra comodidad y dejarlo todo atrás, no ha sido tan
trágico…

_ Si tu comparas nuestra epopeya con la de esa gente que sigue en medio


de los lobos, es claro que no ha sido un cambio tan brusco…estamos
protegidos, estamos juntos, pero yo todavía no me acostumbro. El que
anda feliz de la vida es el judío. Parece niño chico como anda haciéndole
clases de dibujo a mi Agustín y a tu Angelita… ¿Crees que se convierta? -
Matthew se sonrió como sabiendo algo que Manuel desconocía.

_ ¿Acaso no sabes que Carlos ha pedido preparase para el bautismo? –


Manuel se atoró con el humo de la pipa debido a la impresión. Matthew
se rió de buena gana al ver a Manuel atragantado con el humo y con la
noticia. Le pidió que le contara todo al respecto y las razones para no
contárselo al menos a él. No entendía como una noticia tan importante no
se la hubieran contado a nadie más en la casa.

_ Mejor zarpemos y te lo cuento arriba, en la cubierta. Aprovechemos que


hay buen viento y no hay señales de que se ponga a llover nuevamente.

Ambos amigos se sentaron en la proa, después de haber surcado


por entre los pequeños pedazos de hielo que quedaban en la canal, para
terminar su travesía durante el transcurso de aquel día. Matthew le relató
la historia de la conversión del judío y confiaba en que no se lo diría a
nadie hasta que el mismo Carlos lo hiciera.
520

Leví a pesar de ser un judío recalcitrante en su juventud, nunca


había sido como sus hermanos mayores que odiaban a los cristianos. Para
estos judíos los católicos eran los culpables de todos sus males y se sentían
superiores a ellos porque eran el pueblo que Dios había elegido.
Esperaban con ansias la oportunidad que el mundo les daría para poder al
fin cumplir las promesas de Dios para con ellos; promesas que ellos creían
ser la de fundar una civilización que dominaría el mundo. A tal grado era
el fanatismo de los hermanos Leví que decían que a Hitler lo habían
puesto ellos mismos en el poder. Decían que todo lo ocurrido con los
ganadores de la guerra como con los perdedores había sido maquinado
por ellos. La tesis era que una vez que hicieran caer al nazismo ellos se
mostrarían como los mártires de esta ideología, y luego el mundo se
vería obligado a compensarlos por el sufrimiento causado. Hitler habría
sido para ellos la un títere perfecto para volcar a la humanidad en favor
suyo mediante la falacia ad misericordiam. Buena estrategia porque de
desterrados y perseguidos pasaron a ser los intocables perseguidores de
cualquiera que tuviera la osadía de negar el holocausto o de darle su justa
medida.

Carlos Leví era un judío de buena voluntad que si bien estaba


convencido de su superioridad por ser parte del pueblo elegido, con
Matthew su relación había sido siempre de mucha fraternidad y de mutuo
aprecio, a pesar de sus manifiestas diferencias. Le tenía respeto y afecto, y
a través suyo conoció en su juventud la otra cara del catolicismo, no de ese
catolicismo caricaturizado por sus hermanos que se burlaban de la figura
de Cristo de manera aberrante y despiadada. Carlos a medida que había
ido metiéndose en su trabajo con el sionismo y le tocó trabajar más de
cerca con los fundamentalistas judíos, fue dándose cuenta de que su
religión, que él practicaba de buena fe, la de un judío común y corriente
que cumple con la ley mosaica y espera al mesías, no tenía nada que ver
con la de estos que eran mayoría. Poco a poco la duda comenzó a
anidarse en su corazón. La duda y el miedo de estar haciendo algo en
contra de los deseos divinos. -“Esto no es de Dios” – se decía cuando
contemplaba con horror los planes de sus correligionarios para someter a
la humanidad. Quería vivir alejado de todo eso y tal como ya lo hemos
señalado más arriba, su idea al volver de Israel, era instalarse en el desierto
y vivir como ermitaño. Sin embargo, sus planes se truncaron al
521

encontrarse con los Mansfield y se fue con ellos, sin saber que Dios tenía
para él un llamado especial. Compartía con esta gran familia, escuchaba
sus rezos y aprendía más del catolicismo casi por accidente al encontrase
en medio de conversaciones doctrinales entre los hermanos Mansfield. La
razón por la cual él estaba con ellos no era la misma que la de sus amigos.
Ellos esperaban a Cristo; el sólo quería vivir en paz hasta que las cosas se
arreglaran y ocurriera algo que sacara a la humanidad de su estado
errático. Veía como el mundo se conducía a una guerra religiosa feroz que
iba a acabar con gran parte de la humanidad, sin que las gentes se
preocuparan de eso. Todo esto daba vueltas y vueltas en su cabeza:
soñaba en la noche lo que los Mansfield conversaban acerca del
Apocalipsis durante el día, Dios había permitido en él: “un espíritu de
aturdimiento, ojos para no ver, y oídos para no oír, hasta el día de hoy”
(Rom. 11, 8)”Cayó por un golpe de la Gracia que quitó el velo de sus
ojos, y los tapones de sus oídos. Entró pues, un día a la capilla. Nunca lo
había hecho, hasta ese día en que furtivamente llevado por la curiosidad
de lo que allí hacían sus amigos, entró justo en el momento en que
Matthew, vestido de acolito leía en español un pasaje de las Sagradas
Escrituras. No era costumbre del padre Mansfield predicar en la misa
rezada de la semana, pero ese día lo había hecho y le había pedido a su
hermano mayor que leyera una cita a propósito de la conversión final del
pueblo judío.

El padre Christian estaba en el ambón y Matthew se ubicó a su lado


para leer este pasaje que el cura le pidió. Al fondo de la capilla mirando
con curiosidad estaba Carlos, tratando de pasar inadvertido. Sin embargo
Matthew que miraba hacia los fieles, le vio entrar y en el momento que le
tocó leer, alzó la voz para que su amigo recién llegado escuchara. Carlos
que al oír la voz de Matthew sonar fuerte y clara en la capilla puso
atención dejando por un momento de observar la imagen del Niño Dios
con la cual estaba maravillado.

_ Dice Oseas en el capítulo 3, 4-5: “Porque mucho tiempo han de estar


los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificios, sin mesabah, sin
efod y sin terafines. Pero después se convertirán los hijos de Israel, y
buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey: y con temblor acudirán a
Yahvé y a su bondad al fin de los tiempos.” Hasta ahí la cita, padre.
522

_ Muchas gracias Matthew por leer el pasaje, toma siento por favor. –
Christian comenzó su sermón con los ojos cerrados, muy inspirado y no
se dio cuenta de todo el asunto de Carlos.

Matthew contempló desde su puesto el rostro del judío que estaba


paralizado con la boca abierta, como si alguien le hubiera dado una noticia
importante. Había leído muchas veces ese pasaje de Oseas, pero hasta ese
día nunca le había tomado el peso y la significación que tenía. Miró a
Matthew desconcertado y sintió como en su cabeza algo se desplomaba y
cayó de rodillas en el suelo, golpeándose el pecho con sus manos,
adorando al Dios hecho Hombre que había rechazado toda su vida. Se
quedó de hinojos, postrado en el reclinatorio de la última banca mirando
con sus ojos llenos de lágrimas el sagrario iluminado por las velas y la cruz
que estaba sobre el altar.

Matthew escudriñaba desde su puesto junto al altar los movimientos


de Carlos, que al iniciar Christian el ofertorio salió corriendo de la capilla,
exaltado y nervioso. Matthew estuvo todo el resto de la misa inquieto, con
ansias de saber lo que le había ocurrido a Carlos y tras dejar la sacristía al
final de la misa, partió junto con Rufus en su búsqueda. Los demás no
notaron lo ocurrido a Carlos durante la misa y quedaron extrañados por
el apuro y la necesidad apremiante que tenía Matthew de encontrar a
Carlos, a quien no divisaba por ninguna parte. Recorrió toda la casa, las
bodegas, la cabaña de la radio, la carpintería, el huerto…no lo encontraba.
Decidió ir al embarcadero bajo una lluvia intensa. Llegó hasta donde
estaban las tres lanchas ocultas bajo un tupido follaje. Apenas se
escuchaba como le gritaba a Carlos debido al fuerte ruido del aguacero
que se transformó en granizos gigantes. Matthew buscó refugio en la
primera lancha y para sorpresa suya ahí estaba Carlos en un rincón,
enrollado como un ovillo en el suelo, estremeciéndose por el frío,
asustado y perplejo. Como había leña seca junto a la cocina, Matthew se
puso a prenderla para paliar un poco el gélido aire que entraba por todos
lados. Carlos se incorporó al sentir a Rufus lengüeteándole la cara. No le
salía la voz, pero para él fue un alivio encontrarse con Matthew y no con
algún otro miembro de la colonia.
523

_ ¿Qué te paso allá en la capilla Carlos? Vi que caíste de rodillas y


después te fuiste corriendo. Te he estado buscando durante al menos una
hora.

_ No sé cómo explicártelo…algo…mi ceguera mi sordera se han curado


con un golpe tan fuerte dentro de mi alma que estoy aturdido. Lo que
leíste de Oseas…

_ Dímelo de una vez, quiero escucharlo de tu boca. - Matthew captó de


inmediato lo experimentado por Carlos en la capilla y estaba deseoso de
oír su confesión.

_ Ese Niñito con sus bracitos abiertos, como recibiéndome…

_ El Niño Dios que vendrá a Reinar con Gloria y Majestad al fin de los
Tiempos, como está profetizado al igual que la conversión de tu pueblo:
lo reconoceréis. La apostasía de los gentiles hará volver a los judíos, tal
como un día la obstinación de tu pueblo llevó la fe a los gentiles; y la
rama natural será injertada en el olivo bueno para dar frutos de vida eterna
por la misericordia de Dios.

_ He caído a los pies del Mesías y me siento avergonzado por no haber


comprendido las Escrituras antes…Ahora todo está claro. El velo se ha
corrido y le he visto…estoy asustado y todavía estoy perplejo… ¿estaré
soñando?

_ La Gracia de Dios te ha abierto los ojos, como lo hizo Cristo cuando


curaba a los ciegos. Effeta…Cristo abría los oídos a los sordos y
escuchaban su dulce voz.

_ ¿Por qué tanto tiempo anduve perdido? ¿Por qué permitió que
estuviera alejado de Él?

_ Los tiempos de Dios no son los nuestros. Te ha guiado hacia Él, te ha


hecho caminar por un sendero apacible para que fueras tú mismo el que
te dejaras acariciar por Su Gracia. La conversión es meritoria ¿Habías
entrado antes a la capilla?
524

_ No, es la primera vez que entro a una iglesia católica. Nunca me atreví
porque presentía que algo como lo que me ocurrió ahora podía pasar.
Teníamos prohibido entrar…es más debíamos escupir el suelo al pasar
frente a un templo católico.

_ Es decir, ¿no estabas seguro de tu religión y por respeto a no sé qué


tradición sionista-judaizante no diste el paso antes?

_ No me atrevo ser tan tajante respecto de la fe en mi religión. Estaba con


dudas desde hacía un tiempo, pero tampoco quería abandonar mi
religión. Había escuchado de conversiones fulminantes y yo no quería
que me pasara porque me daba miedo abandonar la comodidad de mi
vida como judío.

_ ¡Qué raro eres! ¡Es una locura lo que me estás diciendo! Hace un
minuto me dijiste que Dios no te había llamado antes y me estás diciendo
que eras tú el que no quería oírlo. ¿Si hubieses entrado antes a una misa te
habrías convertido?

_ Es raro, claro que es raro, pero uno debe sentirse al menos preparado
para recibir algo fuerte, y únicamente en estos momentos yo me he
sentido preparado. Por eso me animé a entrar sabiendo a lo que me
exponía. Mi entrada a la capilla fue nada más que para confirmar lo que
desde hace tiempo se venía batiendo en mi espíritu. No sé si al entrar
antes a una iglesia me hubiera…cristianizado. Creo que no, me faltaba
madurar. ¿Cómo podría saberlo? No quería arriesgarme.
Matthew estaba anonadado con la insólita respuesta de Carlos.
Según deducía el llamado divino estuvo siempre en la cabeza de Carlos,
pero nunca quiso dar el paso por temor a perder su nombre, sus
comodidades, a su familia, a en definitiva, perderlo todo por amor a la
Verdad.

_ ¿Por eso no podías dormir? ¿Por eso tenías pesadillas? Tu conciencia te


estaba estrangulando, pero preferiste quedarte en lo tuyo por un tiempo.
Bien judío para tus cosas Carlitos: diabólicamente persistente y obstinado
en los errores. Hay un poema del cardenal Newman sobre lo difícil que
es dar el paso y como le pide a Dios que le perdone por no haberlo dado
antes…¿Quieres escucharlo?
525

_ Por supuesto.

_ Te lo voy a decir en inglés y luego te lo traduzco. Voy a citarte la


segunda estrofa. Hay un himno con esta poseía, pero no te lo voy a cantar.
Manuel se lo sabe, le vamos a decir al barítono que lo cante después, dice
así, se llama Lead, Kindly Light: “I was note ever thrus, nor play‟d that
Thou shouldst lead me on. I love to choose and see my path, but now
Lead Thou me on! I love the garish day, and, spite of fears, pride ruled
my will: remember not past years” Es un poema hermoso, Guíame Luz
Amable… ¿ te lo traduzco?

_ ¡Qué bien que pronuncias el inglés Mansfield! Da gusto escucharte…si,


tradúcemelo por favor.

_ “No siempre fui así, y jamás rogué para que Tú me guiaras. Amé seguir
y ver mi senda, pero ahora Guíame Tú. Amé los días adornados, y a pesar
de los temores, el orgullo gobernó mi voluntad: no recuerdes los días
pasados” Carlos, no sabes lo feliz que estoy por ti. ¿Quieres prepararte
para ser admitido en la Iglesia mediante el bautismo?

_ Sí, quiero Matthew. No sé nada acerca de la fe, solamente que Cristo es


el verdadero Mesías esperado por mi pueblo…y rechazado por gran parte
de él. Quiero instruirme y aprender.

Esperaron a que pasara la granizada para poder abandonar la lancha


e ir a hablar con Titian. Sin embargo, Carlos le suplicó a Matthew que se
guardase la noticia y que no se la contara a nadie hasta no haberla el
mismo asimilado bien. Quería guardarse el goce de haber sido
literalmente sorprendido por la alegría para el solo por un tiempo, hasta
que estabilizara a su espíritu del entusiasmo.

_ Esa es la historia de nuestro neófito Carlos, Etcharren. Por favor no se


lo digas a nadie, de lo contrario el judío me mata.

_ ¿Cuándo ocurrió?
526

_ Hace tres semanas. De hecho Carlos va a misa todos los días, pero se
queda escondió atrás y sale como salían antes los catecúmenos, después
del Credo cuando toca rezarlo y cuando no hay credo, después del
Evangelio. Se lo está tomando muy en serio. ¡Ah!, el otro que sabe es Ian,
porque está estudiando el catecismo con él y con Titian en la ermita de mi
hermano.

_ Y todo frente a mis narices sin que lo note. Buena la cosa. Por eso es
que anda tan animado y no lo he visto más rezar los sábados donde se
ponía antes. ¡Qué bueno por Carlitos! Yo también soy un converso y sé lo
que debe estar sintiendo por dentro.

La semana transcurrió tensa para Matthew y para Ángeles que


esperaban nerviosos la vuelta de Ian y de Titian sanos y salvos. A medida
que los días transcurrían la ansiedad los iba dominando. Para distraer un
poco la mente organizaron un campeonato de baby futbol para el día y
uno de Veintiuno Real con cartas en la noche, lo cual fue un éxito,
especialmente entre los jóvenes y niños que participaron con fervor. Los
sacó a todos de la rutina y fue una semana de vacaciones para los niños y
para sus tutores.

En la cabaña de la radio siempre a toda hora del día y de la noche


había alguien de guardia por si alguna otra comunidad quería
comunicarse, pero en la noche era cuando más se hablaba por un asunto
de seguridad. En una de estas guardias se encontraba Cristóbal Battaglia,
aburrido y echando pericos porque se estaba perdiendo el juego de cartas
que además tenía la particularidad de ser con apuestas, simbólicas
apuestas, como penitencias: hacerle la cama al contrincante ganado,
lavarle los platos, la ropa y Cristóbal lo único que quería era ganar para
dejar de hacer sus labores domésticas, que odiaba, al menos por una
semana. Intentaba entretenerse jugando al solitario iluminado por una vela
que apenas alumbraba el oscuro lugar. A eso de las dos de la mañana y
medio dormido, sintió que llamaban por la radio. Era nada menos que
Ian al que le habían dado permiso para hablar por la radio para
comunicar que en dos días iban a estar en las cercanías de Puerto Yungay,
un poco más al sur del lugar donde Manuel los había dejado. Ian estaba
eufórico, pero no quiso adelantarle ninguna de la novedades a su tío que
una vez terminada la conservación con Ian, corrió a despertar a Manuel
527

para que se pusiera de inmediato en camino para asegurarse llegar a


tiempo. Pero Manuel estaba enfermo. En la tarde le había subido la
temperatura y se encontraba con fiebre. Nada de temer, pero debía
guardar cama. Manuel no era de los que se levantan con fiebre aunque el
mundo se esté cayendo a su alrededor y verlo enfermo, terminaba
enfermando a los que lo acompañaban. Era un mal enfermo, lleno de
quejas, de lastimosas exclamaciones incapaces de quedarse durmiendo
tranquilo para que le bajara la fiebre.

_ Nosotros podemos navegar solos. Conocemos de sobra la ruta. – Dijo


Juan Manuel muy seguro de sí mismo, mientras su padre le miraba con
los ojos caídos y desganados.

_ ¿Quiénes son “nosotros”? – pregunto Matthew muy preocupado porque


sin Manuel la navegación no iba a ser la misma.

_ Bueno, creo hablar por Matthew H., Rafael, Mauricio Vicencio (el hijo
mayor de don Pedro) y yo. Con nosotros cuatro tenemos una tripulación
más que aceptable. Si quiere tío Matthew, usted también nos acompaña.

_ Me encantaría, pero no puedo dejar de nuevo sola a mi Angelito.


Lástima que Thomas sea un perfecto inútil como marino. Se marea hasta
en la tina del baño…cuando la teníamos. No estoy seguro, pero alguien
tiene que ir a buscarlos… ¿Qué me dices Manuel?

_ ¡Pobre de mí con esta fiebre! La cabeza me va a reventar y más encima


me despiertan por nada, porque estos jóvenes están capacitados para dar
la vuelta al mundo en una lancha. Váyanse ya, váyanse que hay buen
tiempo y se me cuidan los pájaros. ¡Ay Isabel!, tráeme un poco de agua
que me estoy muriendo mujer.

Todos los que se encontraban presentes en la habitación de Manuel


estallaron en risa al escucharle. Era realmente patético y muy poco digno
verlo en ese estado por tan poca cosa.

Los muchachos se fueron cuando comenzaba a amanecer. La


travesía resultó placida y salvo por un aguacero de los mil demonios que
tuvieron en la mitad del viaje, llegaron sin novedad a juntarse con Ian y
528

con el padre Mansfield. Sabían los navegantes perfectamente bien dónde


encontrarlos ya que conocían la zona a la perfección, y no les fue difícil
vislumbrar una pequeña fogata que tenían encendida para que les vieran.
Fue Ian el que primero divisó la lancha y despertó a su tío que dormía a
su lado en un saco de dormir.

Christian se levantó presuroso y junto con Ian comenzaron a


hacerle señas a la lancha. En pocos minutos fueron recogidos y subidos
con abrazos y besos. Sin embargo, los recién llegados tenían una conducta
sospechosa, y con ganas de contarles cosas, pero se las guardaron para
cuando llegaron a la isla.

_ ¿Pero nos pueden adelantar algo? – preguntó Mauricio y el cura tomó


la palabra.

_ Al llegar al muelle se darán cuenta. El cardenal Bright les mandó su


bendición y reza todos los días por nosotros ofreciendo cada misa por
nuestro bienestar físico y espiritual. Se le ve desgastado, pero confiado en
que pronto se acabaran estas atrocidades. Nos contó cosas horrendas y
como al Antipapa de Jerusalén lo usan como un monigote para que firme
cosas que ni lee. Decretos que niegan todo lo creído por la Iglesia. Se
acabaron los dogmas, se acabó la doctrina. Tienen listo y funcionando este
engendro de ritual sincrético abominable para el vulgo que se la ha
tragado toda. Es increíble a lo que puede llegar la mente humana cuando
deja de razonar y se deja arrastrar por un grupo de personas que les
hablan de cosas tan lindas, de “ideales” tan, como dicen, “puros”, cuando
en el fondo les están metiendo la cuchufleta más grande. Saben por la
experiencia que les dejó la persecución religiosa comunista, que no deben
manifestarse abiertamente anti-religiosos. No quieren mártires públicos, ni
milagrosos, ni nada. (excepto perseguirnos y liquidarnos a nosotros ) En
el hombre existe por naturaleza esta virtud de la religión que es imposible
de desarraigar y por eso les han inventado este rito para tenerlos saciados
con un cierto tipo de vida religiosa que al parecer colma sus necesidades
espirituales. Entonces, vienen estos perversos y les dicen a estas gentes que
nosotros creamos en una religión falsa, que odia al hombre; que somos
unos inadaptados, que falseamos el cristianismo porque predicamos un
anti evangelio de guerra en vez de paz, de odio en vez de fraternidad, de
clasismo en vez de igualdad y de tiranía en vez de democracia. Somos
529

peligrosos para el progreso de la religión y de la humanidad. Somos cuatro


pajarracos en el mundo, pero aun así somos peligrosos. ¡Válgame Dios!

Nos contaba el cardenal Bright que esto del nuevo rito es para el
común de los mortales, para la masa. Para la clase gobernante, para los
iniciados y las altas alcurnias se hace la misa negra, utilizando las formas
consagradas que son facilitadas por el clero colaboracionista que tiene
autorización para seguir celebrando la misa, pero para que ellos puedan
después profanar y cometer el sacrilegio. De solo pensarlo se me hace un
nudo en el estómago por lo ofendido y dolido que ha de estar Nuestro
Señor por el magno sacrilegio que se comete todos los días contra su
Presencia Real. No quisiera estar en el pellejo de esos curas que permiten
ese crimen…más les valdría no haber nacido porque su pecado es tan
grave como el de Judas. Hasta el Antipapa hace la misa antigua para darle
a Todtschläger la hostia consagrada. Saben lo que hacen, creen en la
Presencia Real y al mundo le dicen que es un cuento para que no se diga
nunca más la misa. Se reservan para ellos la hostia consagrada para
después cometer el sacrilegio.

Los jóvenes miraban a su tío cura con los ojos fijos en él y con la
boca abierta, impresionados por el relato.

_ Nosotros debiéramos hacer algo en vez de quedarnos como cobardes en


la isla, como ratones arrinconados por estos gatos salvajes y posesos del
demonio. Yo estoy harto de quedarme sin luchar cuando es sabido que
hay algunos de los nuestros que al menos les hacen un poco la vida
imposible a estos pérfidos del gobierno mundial No es posible que
Nuestro Señor esté siendo profanado de esa manera y nosotros con los
brazos cruzados, sin hacer nada, esperando…

_ ¿Esperando a quien, Juan Manuel? – le dijo el cura con la voz seria.

_ Esperando a que Cristo aparezca en gloria y majestad y arregle el


mundo de una vez. El punto tío es que algo se debe hacer mientras tanto.
¿Con que cara me voy a presentar ante Cristo al morir y Él me diga qué
hice por El, como no defendí con mi vida Su nombre y Su presencia en el
altar? Estaría bueno ya que Él se hiciera presente y los volara por los aires
con un solo soplido de su boca. ¡Malditos hijos del demonio!
530

_ O sea Juan Manuel que eres partidario de que nos convirtamos en unos
guerrilleros, en unos nuevos cristeros con fusil en mano. – Los demás
estaban sumamente interesados en esta pequeña controversia entre el cura
y su sobrino, que al igual que su padre era hombre de acción más que de
esperas y su ansiedad se había ido incrementando conforme pasaban los
días. Matthew H. le escuchaba con suma atención porque en su cabeza
también pasaba a veces la idea de poder hacer algo más, aunque era más
moderado que su primo.

_ ¿Por qué no, padre? No seríamos los únicos. En otros lugares les hacen
la vida imposible a los novus. Imagínese lo que hacen los católicos
ucranianos con sus guerrillas echándoles abajo las antenas satelitales,
destruyendo con explosivos caseros sus edificios: el mundo les ha
declarado la guerra y ellos, siguen con los dientes apretados. Nosotros, por
el contrario, escondiditos en una isla matando el tiempo con borracheras.

_ No, pues sobrino, porque la hora del combate ya pasó para nosotros.
Me refiero al combate físico. Si nosotros nos ponemos a combatirles con
armas y guerrillas, con todo el poder que tienen, que llega hasta la magia,
magia diabólica con armas jamás pensadas, la Iglesia que combate
espiritualmente se terminaría, seriamos masacrados y las promesas de
Cristo de que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella no se
cumplirían. Sería un suicidio innecesario. La historia se escribe al modo
de cómo Dios la guía y no como nosotros queramos torcerle la mano.
Dicen los Proverbios: “El corazón del hombre proyecta sus caminos, pero
Dios dirige sus pasos” Debo confesarte que entre nosotros mismos, entre
los viejos católicos aún hay gente que piensa que esto que le está pasando
a la humanidad puede arreglarse al modo humano, con cierta tolerancia,
con ciertas concesiones como trabajando junto con los islámicos.
Colaboremos con los musulmanes para derrotar al gobierno mundial y a
Todtschläger con su Antipapa; después, dicen ellos, veremos cómo nos
sacamos a los musulmanes de encima. No entienden nada de lo que está
anunciado y no son capaces de interpretar los hechos recientes. El mundo
le declaró la guerra al cristianismo desde su inicio y ahora está cierto y
seguro de derrotarlo definitivamente. Debemos seguir esperando y
haciendo lo que el Santo Padre y el cardenal Bright esperan de nosotros
desde la trinchera de la iglesia doméstica. Mis superiores tienen un
531

derrotero definido muy distinto al que pasa por tu cabecita de joven lleno
de pasión Etcharren chico. Ten paciencia y esperanza, aunque pereciera
que desesperamos y que no sabemos para cuánto tiempo más tenemos.
Nada escapa a la Visión de Dios, nadie podrá burlar su justicia, tal como
lo profetizo Isaías: “Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que
se rebelaron contra Mí; cuyo gusano nunca morirá, y cuyo fuego nunca se
apagará; y serán objeto de horror para todos los hombres” Ninguna de
estas abominaciones, ninguna quedará sin recibir su merecido si no se
convierten y se arrepienten. Como lo más probable es que no se
arrepientan porque sus corazones se han endurecido es realmente
doloroso imaginar siquiera lo que deberán sufrir por el resto de la
eternidad. Ruego a Dios por todos nosotros para que nos mantengamos
en su Gracia; que nos dé la virtud de la fortaleza para resistir, y la caridad
para amarnos y pedir por nuestros enemigos.

_ ¿Nos quedamos de brazos cruzados entonces? ¿Hasta cuándo?

_ Eres duro de cabeza igual que tu padre Juan Manuel. Hace lo que
debes: estudia, trabaja, juega, y por sobre todo vigila y reza; pon atención a
las señales de los tiempos, a las noticias que nos llegan, a los fenómenos
de la naturaleza: lee el Apocalipsis, lee a Daniel: “Proferirá palabras contra
el Altísimo, oprimirá a los santos del Altísimo y pretenderá mudar los
tiempos y la Ley; y ellos serán entregados en su mano hasta un tiempo,
tiempos y la mitad de un tiempo”. Entonces, según lo anunciado,
estaríamos en el tiempo y nos faltan uno más y la mitad…¿entiendes lo
que digo, verdad Juan Manuel?

_ Desde que llegué al mundo que he escuchado ese pasaje en mi casa y en


la de mi tío Matthew…Pero, ¿cómo estar seguros de que ahora sea
efectivamente el tiempo y que nos falta algo así como un año y medio?
Han habido en la historia tantas épocas parecidas y nadie conoce ni el día
ni la hora.

_ Pero nunca ha habido una época como la nuestra, con la universalidad


de abominaciones, con el poder del mal para oprimir a los santos del
Altísimo. Nadie conoce el día final, pero si las profecías y tenemos
inteligencia suficiente como para poder escudriñarlas y sacar conclusiones
en limpio. Supongo que siguen asistiendo a las charlas que da Matthew
532

sobre los últimos tiempos, pongan atención a lo que les enseña porque ha
estudiado muy bien el tema. Lean los apuntes que les pasa y verán que
todo se está cumpliendo. Sabrás, cuando llegue la hora, lo que debes
hacer. Pero tu hijo mío, quieres pelea, quieres enfrentamiento, lo leo en
tus ojos. ¿Por qué no le dicen a Mauricio….? Oye Vicencio, ¿tú eres
cinturón cuarto dan de kung-fu verdad?

_ Si, padre. ¿Por qué?

_ ¿Por qué no entrenas a este terrorista para que tire la rabia para fuera
sanamente? – Todos se rieron excepto Matthew H. y por supuesto Juan
Manuel. - ¿Qué dices sobrino? ¿Te animas a aprender Kung-fu? No
entiendo como no se les ocurrió antes.

_ Si Mauricio quiere, yo encantado… ¿y tú Hugh?

_ Todos podríamos…quiero decir, los hombres del clan.

_ Y las niñas también que deben aprender a defenderse.- dijo el cura con
ganas de descansar y sin más, se estiró el saco de dormir y se acurrucó
junto a la estufa a dormir.

No tuvieron inconvenientes durante la navegación de vuelta y


estando por atracar Ian se levantó de su asiento acercándose a su tío con
reverencia y ante la sorpresa de todos le habló según ambos lo habían
planeado cuando salieron de Argentina.

_ Monseñor, es hora de que nos cambiemos.

_ ¿Monseñor? – Dijo un sorprendido Matthew H, que acababa de entrar


a la cabina para avisarles que en diez minutos atracarían al muelle-
¿Cómo que monseñor tío Titian? ¿Lo nombraron obispo?

_ El cardenal Bright ha nombrado a nuestro tío Obispo para todas las


comunidades que han de formar parte de su “diócesis” a partir de su
consagración; y también para que pueda ordenarme sacerdote de aquí a
un año, si es que no antes dadas las especiales circunstancias en que nos
533

encontramos. Queremos llegar a nuestro hogar revestidos con nuestras


sotanas.

Matthew H. se emocionó y abrazó a su hermano y besó el nuevo


anillo de monseñor Mansfield que éste acababa de sacar de su bolsillo.
Después de las felicitaciones Matthew H. ayudó a su tío a ponerse su
nueva sotana violeta, el solideo del mismo color y sobre aquel un bonete
romano morado. En la maleta llevaba una mitra también nueva, los
guantes de obispo y los demás ornamentos. Todo le fue regalado por el
cardenal Bright con inmensa alegría y cariño. De las tres ordenaciones
episcopales que había hecho en la frontera ese día, sin dudas que la del
padre Mansfield fue la que más felicidad le otorgó. Le quería como a un
hijo y comprendía la difícil misión que le estaba entregando al ordenarlo
como un sucesor de los apóstoles. Debía custodiar como un buen pastor a
este pequeño rebaño familiar que a ratos sentía el peso del exilio y la
angustia les bajaba el ánimo hasta suplicar morir.

_ El báculo voy a tener que hacerlo yo mismo en el taller con una vara de
madera noble… ¿Cómo me veo, hijo? Me estoy poniendo vanidoso en
lugar de pensar en la carguita que me estoy echando al hombro con estas
ropas.

_ Muy bien monseñor…a mi papá se le va a caer la cara cuando lo vea tío.


El rumor se hizo cierto.

_ Y yo, ¿cómo me veo Hugh? – Matthew H. se dio vuelta a mirar a su


hermano que se había colocado su sotana de seminarista. El porte de Ian
y la larga sotana negra le sentaban muy bien. Estaba delgadísimo y el pelo
se lo habían cortado en la frontera al estilo militar, de modo que parecía
un capellán de ejército.

_ Magnífico, hermano. Pareces capellán militar. ¿Quién te viera y quien te


vio Mansfield? Creo a mi papá no sólo se le va a hacer la cara, sino que se
van a infartar.

Monseñor Mansfield no permitió que ninguno de los jóvenes le


llevara sus cosas y llevando su enorme y vieja maleta-reliquia se encaminó
534

por el sendero con paso rápido una vez que dejaron la lancha bien
amarrada y cubierta en el embarcadero.

Al bajar de la lancha se postró en tierra y la beso dando gracias a


Dios por haber llegados sanos y salvos a su isla. Se enfrentaba a una etapa
complicada ya que como obispo debía visitar además a un par de
comunidades que vivían un poco más al norte refugiados en cuevas. No
tenía ni la más remota idea de la existencia de esos dos grupos y se
sorprendió cuando el cardenal Bright le presentó a dos padres de familia
que venían en representación de cada una de ellas. De ahí que
conociendo el peligro que implicaba salir de la isla para estas visitas
apostólicas estaba presuroso por ordenar a Ian lo antes posible para que le
reemplazara si fuera necesario. Quizás en el transcurso de unos meses,
incluso pensaba en la posibilidad de hacerlo para la fiesta de la
Inmaculada en Diciembre. Ian sabía lo suficiente para ordenarse a pesar
de su edad, pero faltaban algunas cosas de carácter práctico especialmente
lo referido a la disciplina de los sacramentos que a pesar de ser época de
excepción, la tradición canóniga no podía perderse.

Llegaron al frontis de la casa, pero no había nadie esperándolos


porque se demoraron menos de lo pensado y calculaban que les quedaba
al menos medio día más de viaje. Lo más probable era que estuvieran en
el comedor tomando desayuno y hacia allá se dirigieron. Entró
primeramente Matthew H. con Mauricio y al verles todos se pusieron de
pie para saludar. La cara de Matthew reflejó inmediatamente alivio y su
hijo mayor notó como elevó la mirada al cielo y decía en silencio: Deo
Gratias.

_ Les tenemos una sorpresa en el living. – dijo Matthew H. invitándolos a


salir a la habitación contigua y al entrar se encontraron con monseñor y
con Ian con sus respectivas sotanas. Hubo júbilo, felicitaciones y todo lo
que el lector pueda imaginar en una situación similar. Tras las
congratulaciones se sentaron frente al fuego de la chimenea del living y
ahí terminaron de desayunar al mismo tiempo que el flamante monseñor,
les relataba las últimas noticias que traía, sin agregar muchas cosas a lo que
ya contamos.
535

Al cabo de una hora la conversación había terminado. Monseñor los


bendijo a todos y le pidió a su hermano Matthew que le ayudara a bajar
los bultos, excusa para conversar con él.

_ Me han dado una enorme cruz que desconozco si seré capaz de cargar.
Soy un mísero cura ermitaño.

_ Trataremos de ayudarte en lo que sea Titian. Es un sueño para mi verte


convertido en obispo y a mi Ian con sotana…Me hubiera gustado que esto
se hubiese dado en otro contexto y no en medio de la persecución. Se nos
está poniendo peligrosa la estadía en la isla y han andado merodeadores
por los canales con prismáticos mirando hacia dentro. Tuvimos que
instalar un puesto de vigilancia estos días en la parte más alta de la isla,
para que el que esté de guardia nos avise sobre cualquier movimiento
extraño. Hoy le tocó estar de guardia a don Peruco. Solamente los
hombres estamos encargados del puesto, es peligroso.

_ Matthew…Matthew estoy tremendamente emocionado y si estoy vestido


de obispo es gracias a ti.

_ ¿A mí? ¿Por qué Christian?

_ Me formaste filosófica y teológicamente desde los trece años. Después


de mis papás eres el ser humano que más quiero en este mundo hermano
mayor. Que Dios te dé una larga vida Matthew y te lleve al Cielo al morir.

_ Creo que exageras mi Titian…mis lecturas contigo cuando éramos


jóvenes me deleitaban…lo hacía por gusto y para practicar como profesor.
Además que me gusta compartir lo que sé y tu estabas siempre dispuesto a
aprender.

_ De todas formas te lo agradezco. Quería contarte en privado algo que


me dijo el cardenal Bright, una noticia trágica.

_ Las únicas noticias que recibimos son tragedias…


536

_ Lo sé, y va a ser cada vez peor…El gran canciller de tu universidad, el


obispo diocesano que me visitó en Viña y que me previno de que huyera
y..

_ Lo conozco bien, una veleta. El polilla le decíamos porque iba donde


calentaba la ampolleta. Era patético verlo como vendía a Cristo con sus
actos y lo que hizo contigo fue una peladura de uno de sus cables…no le
creo ni lo que reza. Tiene tan mala fama. Si hubieras visto como
transformó al seminario diocesano en un antro de homosexuales. Los
seminaristas entre ellos se tratan de “mi perrita”, “mi chanchita”. Me da
asco. Les decían en el seminario que era normal que los curas se
enamoraran de hombres, pero que si lo hacían de una mujer era un
pecado…Los buenos muchachos que entraban: o terminaban perdiendo la
fe, o nos los ordenaban porque no se hacían parte del jueguito o se
pervertían y se transformaban en curas maricones. Y todo con la anuencia
del obispo. Conmigo discutía cada vez que nos encontrábamos en la casa
central de la universidad. Ahora…yo no sé si cuando habló contigo habrá
cambiado, no creo. Está demasiado involucrado en escándalos como para
de un día para otro…

_ No seas tan falto de caridad Matthew. El obispo se suicidó.

_ ¿En serio? – Matthew se ruborizó completamente y se sintió muy


apenado por los comentarios que había dicho.

_ Lo que dijiste de él, es completamente cierto, y en último término su


modo de ser y sus temores le costaron la vida. No estás lejos con tus
cometarios, que aunque poco caritativos, exponen los rasgos
característicos de su personalidad. Después que habló conmigo y se
confesó, como que le entró el miedo a quedar mal con las autoridades, a
perder su puesto, sus comodidades y se desesperó. Nadie supo que había
venido a verme, ni que en su interior quería cambiar; nadie imaginó
siquiera que se volviera viejo católico, pero a él le vino como una especie
de crisis de pánico y andaba como con delirios de persecución. Pensó que
el gobierno seguía sus pasos, que le espiaban, que sospechaban de su
persona y se volvió medio loco. Lo jubilaron, como si un obispo pudiera
jubilarse, y en la casa de retiro donde se había ido a vivir se pegó un tipo
537

en la cabeza. Una vez que te entra en el alma la desesperación ella te


puede conducir a hacer locuras. Ella es la madre del suicidio.

_ No estaba plenamente convencido de querer convertirse cuando te fue a


ver. Si la ambición no le hubiera dominado…

_ Y el gusto por la buena mesa, por los honores, por el halago del mundo.
Cuando vio que lo iba a perder para transformarse en un paria a los ojos
este mundo sin Dios, lo dominó el pánico y se volvió loco. Pobre hombre.
Desesperó como Judas. Habrá que rezar por él.

Los meses que siguieron fueron de una tremenda angustia, ya que el


cielo se había cubierto nuevamente de cenizas y estas caían sin cesar en
todas partes haciendo además imposible la visibilidad de largo alcance,
sofocando el ambiente con olor a azufre. Sumado a lo anterior las noticias
que les llegaban daban cuenta de la masacre sufrida por los católicos
europeos en manos de los musulmanes y ahora Europa estaba sumida en
la catástrofe de ver destruida, no solamente la vida de los que habían
resistido luchando admirablemente con la consigna de “Viva Cristo Rey”,
sino también se destruyó toda la cultura que había tardado tantos
esfuerzos y siglos en construir: iglesias, monasterios, palacios,
universidades…todo, todo lo que tuviera que ver con la fe cristiana fue
destruido a vista y paciencia del nuevo orden mundial que hizo la vista
gorda para que los islámicos hicieran de las suyas en Europa desde el
Reino Unido hasta Rusia. A los del gobierno mundial no les importó la
amenaza que el islam les habían hecho. La amenaza de conquistar
Europa. Era exactamente lo que el nuevo orden mundial deseaba: que la
dominaran para luego tirarse con todo sobre los islámicos y arrebatarles
lo ganado. Fue una buena estrategia y los musulmanes cayeron derechito
en la trampa.

Los musulmanes pensaron que con su amenaza sobre Europa el


gobierno mundial les iba a otorgar lo que pedían, esto es, libertad para su
culto y la no imposición de la nueva religión para ellos. Pero
Todtschläger los engañó movilizando tropas, millones de hombres desde
China y Estados Unidos, desde América Latina y África para hacer como
que iban a atacarlos, en un supuesta ayuda a los europeos, pero no
disparó ni un solo tiro. Se quedó con su ejército de millones apostado en
538

Asia y en África, mirando como las bombas atómicas destruían Europa


sin mover un dedo, disfrutando del espectáculo. Una vez que los
musulmanes gastaron todas sus bombitas atómicas sobre Europa,
Todtschläger se lanzó a la caza del musulmán para exterminarlo y
conquistar la paz, la paz del novus ordo que todos anhelaban. En
resumen, los musulmanes se encargaron de limpiar a Europa de los
últimos católicos y de la última resistencia cristiana en general. Hicieron el
trabajo sucio. Luego el gobierno mundial se dejó caer para quitarles el
premio: una Europa destruida, libre de cristianismo y como materia prima
para imponer la nueva religión y el novus ordo mundial a los pocos que
quedaron con vida. En este proceso estaba el mundo, mientras que a
causa de las explosiones atómicas europeas el clima que ya venía loco, se
volvió más loco. Hubieron terremotos donde nunca los había habido y lo
que no destruyó la onda nuclear lo destruyeron los maremotos y los
terremotos. El papa Pio XIII vivía oculto viajando de un conteniente a
otro sumergido en el mar en un submarino viejísimo. La ultima explosión
nuclear que había destruido el Vaticano lo había pillado navegando en las
aguas australianas.

Monseñor Mansfield ya había realizado un par de visitas apostólicas


a sus otras dos comunidades que flaqueaban y estaban a punto de
abandonar la lucha.

Corría ya el mes de Octubre. Matthew en Septiembre celebró su


cumpleaños número cuarenta y tres envuelto en un lúgubre ambiente que
desolaba el alma de todos los habitantes de la isla. Titian los animaba: “era
lo que tenía que pasar, les decía – estamos cerca, falta poco, seamos
perseverantes y confiemos en que Dios pronto nos dará la victoria.
Quedan los últimos metros para llegar a la meta y ese tramo es el más
difícil”. El ambiente familiar tampoco andaba muy bien a causa del estrés,
y de la permanente sensación de miedo. La radiación nuclear iba a caer
pronto sobre América del Sur y sus consecuencias todavía no podían
estimarse con certeza.

Cierto día a fines de Octubre, Matthew iba pasando por fuera de la


pieza de los muchachos cuando sin querer escuchó cómo Matthew H. y
Juan Manuel le contaban algo a Dominic que causó la ira de Matthew. Se
divertían contándole a Dominic como había sido su último viaje a Quellón
539

Como coincidentemente les había tocado en los días que Matthew H.


estuvo de cumpleaños, su tío Manuel quiso celebrar el cumpleaños a su
ahijado de un modo especial haciéndolo parte de una aventura que desde
sus últimas visitas a la Isla de Chiloé él venía realizando a solas sin que sus
sobrinos ni hijos se enteraran hasta ese día. Quiso que tuvieran el honor
de acompañarle a una excursión de combate, como le llamaba. Manuel,
que estaba hasta la coronilla de estar de brazos cruzados, al igual que su
hijo mayor. Cada vez que iba a Chiloé hacía atentados a algún edificio o
vehículo del gobierno. En esa ocasión se le había ocurrido echar abajo el
monumento recién inaugurado en honor a Todtschläger que habían
colocado en la plaza de armas de Quellón.

Puntualicemos diciendo que América Latina un par de años antes


se había rendido incondicionalmente al Sr. Secretario General y que cada
país por este lado del mundo lo consideraba como un supra presidente
nacional. Ahora Sudamérica era una Federación de países que había
surgido después de las revoluciones que habían estallado pidiendo un sin
número de reivindicaciones sociales y políticas haciendo ingobernables
estos países. Y como por arte de magia, cuando la guerra civil estaba a
punto de estallar en estas naciones llegó el mismísimo Todtschläger a
proponer las soluciones para cada uno de los problemas. De un día para
otro se acabaron las revoluciones y él se hizo proclamar como Presidente
Supra Nacional. No hay que ser adivino para saber que siempre estuvo
detrás de los boches y tontos útiles hay en todas partes.

De ahí el famoso monumento en cada pueblo, en cada ciudad, hasta


en la más perdida. Manuel quería derribarlo, para darse un gustito; y para
ésto había fabricado con unos explosivos que guardaba Thomas en su
taller, una bomba casera con la suficiente potencia como para derribar el
horrendo monumento erigido en honor al Sr. Secretario General en quien
el mundo tenía puesta todas sus esperanzas de paz, como rezaba la placa
instalada en la base el monumento. El gobierno títere chileno siempre
queriendo figurar, postulaba desde hacía un tiempo al secretario general
para el Nobel de la Paz. Un chiste que los chilenos daban al mundo, pero
no como tal, sino como algo muy serio, y el mundo había aceptado la
propuesta. Ese año Todtschläger lo había ganado.
540

Protegidos por la oscuridad de la noche y de la ceniza que caía


como una lluvia fina, se agazaparon junto a la estatua y colocaron el
explosivo. Juan Manuel y Matthew H. eran los únicos acompañantes de
Manuel y en aquel momento la emoción y las ganas de hacer algo
peligroso y prohibido les hizo subir la adrenalina al máximo, llenándose
de valor y dispuestos a todo por la causa de Cristo y de la Iglesia en este
acto tan sencillo, pero tan significativo para ellos. Instalaron la bomba y
corrieron a refugiarse detrás de un paradero de buses. Al cabo de cinco
minutos la bomba no explotó, y los muchachos decidieron ir a echar un
vistazo. Manuel los conminó a quedarse, no importaba que no explorara,
era peligroso acercarse, pero no le hicieron caso y al avanzar escasos dos
metros la dichosa bomba explotó arrojando a los dos jóvenes al suelo por
la onda expansiva. El monumento voló en pedazos, las alarmas de los
autos se encendieron y lo vidrios de las casas y edificios cercanos volaron
en pedazos, transformando la plaza en una batahola de ruidos y de gente
que salía de sus casas para ver lo que había pasado. Los muchachos
estaban todavía tirados en el suelo contemplando lo que habían hecho,
afortunadamente sin salir heridos, cuando fueron levantados de un tirón
en la espalda por Manuel que con los ojos aterrorizados les gritaba que
debían huir porque los tenían identificados por las cámaras de vigilancia y
se escuchaba como los carabineros los buscaban en la plaza. Cubiertos de
ceniza y del polvo que quedó de la estatua corrieron como fugitivos hasta
el muelle donde se embarcaron. Manuel les hizo jurar que no le contarían
nada ni a Ángeles ni a Matthew sobre la aventura de esa noche y además
los felicitó por el arrojo y la sangre fría con la que habían actuado.

Matthew sin poder aguantarse más abrió la puerta que estaba junta y
se paró con la cara roja en el umbral. Los muchachos le miraron asustados
al verse pillados en el secreto. Matthew H. no recordaba haber visto a su
padre con tal cara de indignación, ni siquiera cuando se enteró de los
pasos en los que andaba Ian.

_ Así que se salieron con la suya el par de cretinos, pero el más cretino de
todos es Manuel. Matthew Hugh estás castigado. No vas a ir más a
Quellón ni a ninguna otra parte con tu tío. Que seas mayor de edad no te
da derecho a andar exponiendo a tu familia ni a ti mismo con tamaña
imprudencia – Matthew intentaba reprimir un ataque de ira. Quería
gritarles y abofetearles, pero era un hombre muy controlado y poco dado
541

a los escándalos. Lo único que atinó a hacer fue acercarse a su hijo, lo


levantó de la cama agarrándolo del cuello del polerón. Le miro con
desprecio y furia; era tanto lo que tenía que decirle que las palabras se le
aglutinaban en la cabeza…Finalmente no pudo hablar, lo empujó a la
cama nuevamente con violencia y dio un grito de furia que se escuchó en
toda la casa.

_ ¡Es el colmo Hugh, el colmo! Me dan ganas de…vamos a terminar con


estas cosas. Confiaba en tu buen juicio, en tu prudencia. Me has
defraudado. Te expusiste y al mismo tiempo nos has expuesto a todos.
¿Crees que se van a quedar tranquilos sabiendo que hay gente que está en
contra suya por estos lados? Comenzaran a buscarnos…que el diablo se
los lleve a todos, idiotas no más. Etcharren, ¿Dónde está tu padre? – El
pobre Juan Manuel nunca había visto a su tío Matthew tan enojado,
parecía un energúmeno y carraspeó un poco antes de que le saliera la voz.

_ Fue a pescar al río con Agustín y Santiago.

Matthew abandonó la pieza de los muchachos dando un portazo


que casi saca de las bisagras la puerta y bajó corriendo las escaleras para
dirigirse al río. Ángeles que estaba limpiando el living le llamó al verlo salir
tan ofuscado, pero él ni siquiera la miró. Ella subió las escaleras y les
preguntó qué había pasado. Matthew H. se limitó a decirle que su padre
estaba enojado con ellos y con Manuel por algo que hicieron y que se
había ido a buscarle al río.

Ángeles preocupada fue en su búsqueda y al llegar corriendo hacia


el lugar donde sabía que iba a pescar Manuel los peces para el almuerzo
se encontró a los dos amigos envueltos en una discusión frenética. Manuel
seguía pescando sin dejar de gritonearle a Matthew, mientras que este
último, que se había metido al río junto a él, gesticulaba y alzaba los
brazos, empujando de vez en cuando a su cuñado dándole golpes en el
brazo y en el pecho que Manuel intentaba ignorar, pero que le estaban
doliendo ya bastante porque eran cada vez más fuertes. Matthew andaba
buscándole el odio y quería pelear a golpes. En medio de la acalorada
discusión, Matthew se agachó y desde abajo sacó a relucir su mejor gancho
queriendo darle a Manuel en el rostro, pero el otro acostumbrado a
pelear, lo esquivó y de pasada le dio una fuerte palmada a Matthew en la
542

espalda cayendo de boca al agua con estrépito ante el espanto de


Ángeles. Manuel intentó ayudarlo para que se levantara, pero Matthew
completamente humillado lo agarró de la mano y en vez de pararse lo tiró
al agua con él. Manuel se puso de pie de inmediato, de un salto, y estuvo a
punto de pegarle un golpe a Matthew, que seguía en el agua, si no fuera
porque Ángeles había llegado a su lado, para atajarlo y recordarle que
Matthew tenía marcapasos y no podía pelear.

_ ¡Basta, basta por el amor de Dios! Me dan vergüenza los dos tontos.
Mírense…delante de tus hijos menores Manuel Etcharren. Y tú Matthew,
¿Qué intentas probar? Que patético. Los dos están estilando. – Matthew
logró ponerse de pie y rugía como un toro con el agua corriéndole por la
frente, la cara roja y la ropa empapada.

_ Si supieras lo que hizo este zopenco, atado de pelotas. Espera a que te


cuente…y yo confiando en él.

_ Ándate a la cresta Mansfield. Estás enfermo del mate. – fueron las


últimas palabras que Manuel le dirigió a Matthew en mucho tiempo.

Manuel les hizo señas a sus dos hijos, que miraban asombrados el
espectáculo de los dos adultos peleando como niños, y se adentró más en
el río. Ángeles ayudó a su esposo a salir del agua y luego de amonestarlo,
Matthew pasó a explicarle lo que ocurrió en la última visita a Quellón.

Las cosas entre Manuel y Matthew no se arreglaban. Esto le agregó a


Matthew otra cosa por la cual angustiarse, pero el orgullo podía más y al
cabo de tres semanas seguían sin hablarse.

Monseñor Mansfield realizaba periódicas visitas a sus dos


comunidades y venía por esos días, de regreso de una de ellas
acompañado de un palomo de origen hindú que había pasado recién por
Inglaterra para obtener noticias de las comunidades que lograron
sobrevivir al ataque musulmán y del gobierno mundial, y traía un carta de
Benjamin Wood directamente desde Irlanda para Matthew. Quería tener
el goce de leer a solas y se fue a su lugar favorito junto al río, llevando
además consigo el violín y un termo con té y a su inseparable perro.
543

Abrió el sobre y reconoció inmediatamente la apretada letra de


Benjamin y comenzó a leer la carta con ansiedad:

Donegal, Greencastle, Octubre.


Querido Matthew:

Amigo mío, hubiera querido que esta carta llevara noticias


agradables, como las que compartíamos en los viejos tiempos
en que estuviste viviendo con nosotros en Oxfordshire, pero lo
que tengo que contarte está muy lejos de ser una noticia
placentera. Te estoy escribiendo desde Donegal, en la ciudad de
Greencastle en el norte, muy al norte de Irlanda. Vivimos
escondidos debajo de un enorme faro. Estamos seguros aquí y
hemos sobrevivido a la destrucción y al pillaje que ha caído
sobre la pobre Europa y de la cual ni siquiera los irlandeses se
han librado.

Me estoy yendo por las ramas porque no sé cómo contarte


esto. Tú estás consciente del aprecio y del cariño que mis
padres sentían por los estudiantes de Oxford. No quisieron dejar
la ciudad y junto con mi hermano se quedaron en casa para
ocultar a algunos estudiantes católicos que estaban siendo
buscados por la policía por negarse a firmar. James fue
ordenado y el cardenal Bright lo dejó como capellán de los
estudiantes católicos de la universidad. Tengo entendido que mi
padre te contó en una misiva anterior que con ellos estaba
viviendo el padre Lawrence. Bueno, una vez que mi hermano fue
ordenado el padre Laurie fue enviado a los Estados Unidos y no
hemos tenido noticias suyas, espero que se encuentre bien.

¡Ay amigo!, me cuesta seguir escribiéndote la relación de


los hechos, pero debo hacerlo. Mis padres eran sospechosos de
alta traición y mandaban permanentemente espías para
pillarlos infraganti. Ellos lo sabían, mi hermano lo sabía, pero
insistían en quedarse por los estudiantes, muchos de ellos de
otros países imposibilitados de volver a su patria. Eran
alrededor de quince, todos ellos varones, de pre y post grado
que se alojaban en nuestra casa. Ocurrió que llegó el fatídico
día del 15 de Agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra Señora y
544

James decía misa en el subterráneo como todos los días, pero


ese día como solemnidad de la Virgen estaba celebrando una
misa cantada, muy solemne, con dos diáconos que vinieron
especialmente para la ocasión. James acababa de decir el canon
y estaba cantando el Pater Noster cuando de pronto un ruido
los alertó a todos y supieron de inmediato que los habían
descubierto. De nada servía huir, estaban atrapados. Mi
hermano les dio la comunión a todos inmediatamente y
comenzaron a rezar la acción de gracias, cuando la puerta se
abrió bruscamente y comenzó el tiroteo. Entraron los
mercenarios, unos 5, vestidos con ropas militares, cargados de
equipos y armas. Mataron a todos los estudiantes, excepto a
uno que me dio el testimonio que ahora te relato y que se
encuentra viviendo con nosotros. Mis padres, mis amados
padres fallecieron juntos tomados de las manos dándole gracias
a Dios por privilegiarlos con el martirio. A los dos diáconos
antes de matarlos los torturaron para que apostataran,
mientras que a los dos niños que oficiaban de monaguillos los
violaron y luego los mataron con sus cuchillos laser,
apuñalándoles cientos de veces. Al maestro de ceremonias, le
dispararon en la cabeza y lo desnudaron para dejar su cuerpo
colgando de una viga. Todo esto ocurrió a vista y paciencia de
James. Lo dejaron para el final. Lo que le hicieron mi
hermanito, querido Matthew, me cuesta escribirlo, pero al
mismo tiempo estoy orgulloso de tenerlo como mártir de Cristo
en el cielo pidiendo por todos nosotros.

El muchacho que sobrevivió lo hizo gracias a que supo


hacerse el muerto y aunque estaba muy mal herido, hizo el
esfuerzo por ver y recordar todo para que nos enteráramos de
cómo habían muerto mis padres y mi hermano menor. James
miró con estupor lo que le hacían a los demás. Lo tenían
esposado con esas cosas plásticas y una vez que hubieron
terminado con el maestro de ceremonias se abalanzaron sobre
él. Lo desnudaron y cada ornamento litúrgico que tenía puesto
lo rompían: la casulla, el amito, el alba, la estola, el cíngulo…el
manipulo no lo pudieron romper porque es algo grueso y gracias
a el sobreviviente lo conservo como una preciada reliquia,
porque además esta empapada con su sangre. Una vez desnudo
545

comenzaron a hacerle cortes con la daga laser para que


apostatara. Mi hermano bajó la mirada y repetía una serie de
letanías. Siguieron golpeándolo hasta que rendido cayó al suelo.
Lo obligaron a pararse y en vistas de que no sacaban nada le
hicieron un corte en el pecho y le arrancaron el
corazón…Matthew, ¡ le arrancaron el corazón! Mi hermano cayó
muerto y ellos trajeron una especie de botella que llenaron con
su sangre. Después me enteré que utilizan la sangre de los
sacerdotes muertos para sus misas negras y para darles a los
judíos para sus ceremonias. James está en el cielo, es un mártir
de los últimos tiempos y yo sigo aquí esperando. Después de
realizado todo esto, le prendieron fuego a mi casa…a la casa de
mi infancia, donde nací y ahí quedaron mis padres y mi
hermano, hechos ceniza. Ni siquiera pude volver para darles
sepultura.

Lo que te he relatado me ha costado mucho porque el dolor


me nubla la mente. Disculpa mi mala redacción, todavía no
logro superarlo. James tenía 26 años…yo acabo de cumplir los
28 y siento como si llevara viviendo una eternidad. ¿Hasta
cuándo Matthew? ¿Cuánto falta para que el número de los
elegidos se complete? Así como van las cosas, ¿Encontrara
Cristo fe sobre la tierra cuando vuelva?

Como te decía anteriormente, estoy en Irlanda con mis dos


hermanas, sus hijos, mis cuñados, mi esposa y mis dos niñas,
junto a este valeroso estudiante de la que fue la universidad de
Oxford que hoy yace destruida y sus agujas transformadas en
minaretes musulmanes. No contamos con la ayuda espiritual de
ningún sacerdote. Afuera en la superficie el aire es irrespirable.
Nos alimentamos mal, pescamos algunos peces, pero el mar
está contaminado…todo está contaminado y estamos pasando
mucho hambre y frío. Me hubiese gustado haber estado en
Oxford aquel día…me hubiera encantado haber muerto con
toda mi familia. Nuestra situación es desesperante y gracias a
Dios, desde ayer nos visita este palomo hindú, el padre Xavier,
quien te llevará esta carta. Parte mañana a Sudamérica, con
gran pesar nuestro.
546

Querido amigo, cuídate mucho. Los tenemos presentes en


nuestras oraciones…no se olviden de nosotros. Mi padre te
guardó siempre un gran cariño, y también a María de los
Ángeles y a tus hijos. Disfrutamos mucho su estancia en mi
país y aquellos bellos recuerdos nunca los borraremos, es más,
nos sirven para paliar un poco el dolor.

Recibe todo mi afecto y espero encontrarte pronto en la


Patria Eterna, Maranatha!
Benjamin Wood

Las lágrimas corrían solas por el rostro de Matthew que se llevó las
manos a la cara y lloró conmovido al enterarse de la manera en que sus
amigos habían muerto. Conoció a James cuando era un niño de siete
años. Ángeles la había enseñado violín y además le recordada como
corista del coro de la iglesia de los oratorianos donde iban a misa en
Oxford. Lamentaba y sufría de todo corazón por la muerte de Charles
Wood y de su mujer, aunque ya en la carta que Charles le había mandado
unos meses atrás estaba claro que sospechaba que le quedaba poco. El no
querer salir de Oxford por amor a los estudiantes católicos que
permanecían fieles lo había hecho perder su vida: no hay amor más
grande que dar la vida por los amigos. Matthew se encomendó a los
nuevos mártires y se puso en marcha para devolverse a la casa para
enseñarle la carta a Ángeles.

Estaba mareado con todas las experiencias que estaba sufriendo: sus
problemas internos, su mal genio, sus angustias, y sobre todo la sequía
espiritual le estaba matando. Todo este torbellino de problemas lo llevaba
a estar casi siempre ensimismado y alejado incluso de Ángeles que sufría
con su comportamiento.

_ Ángeles…el padre Xavier me entregó esta carta…es de Benjamin Wood.

_ ¿De Benjamin? ¡Qué bueno!, ¿la leíste?

_ Si, léela. Están pasándola muy mal…Charles, James y Jane han muerto.
547

Ángeles quedó espantada con la noticia. Se sentó junto a Matthew a


leer la carta y tras hacerlo los dos se quedaron en silencio, tomados de las
manos, contemplando el huerto.

Matthew anduvo como un zombi durante una semana. Semana


durante la cual no pudo sacar de su mente las palabras de Benjamin.
Aburrido y enrabiado por su propia existencia, salió de la casa con Rufus
en dirección al bosque para cortar leña y despejar su cabeza trabajando en
algo útil.
548

Capítulo 4

I waited for the Lord a Little space,


So little! In whose sight as yesterday
Passes a thousand years: - I cried for grace,
Impatient of delay
He waited for me – ah so long! For He
Sees in one single day a loss or gain
That bears a fruit through all eternity : -
My soul, did He complain?
Robert Hugh Benson

Matthew se dirigió vestido con su buzo de trabajo y la moto sierra en


la carretilla hacia el bosque desde donde extraían la leña para el refugio.
Junto a él caminaba el perro que intentaba alegrar a su amo con idas y
venidas corriendo hacia él y luego alejándose para volver a toda velocidad
a su encuentro. Matthew Sentía la necesidad de alejarse de los suyos para
poder descargar la pena y la rabia que sentía ante la espantosa muerte de
su amigo y su familia.

Llegó al fondo del bosque donde cortaba los árboles que ya se


habían caído de viejos. La madera estaba seca y era ideal para usarla como
leña. El silencio en medio de la espesura era sobrecogedor escuchándose
tan sólo el canto de los chucaos que tenían sus nidos entre los árboles.
Matthew dejó la máquina en la tierra y se sentó en un enorme tronco de
alerce. Se tomó la cara y se largó a llorar. Comenzaba a caer en un estado
de desesperación y de angustia terrible.

Las noticias acerca de lo que les estaba ocurriendo a los católicos a


lo largo y ancho del mundo hacían que sintiera náuseas y se sentía mal por
no estar ahí, en el frente poniéndole el pecho a las balas. La Providencia
lo había conducido a él y a sus seres queridos a este rincón del mundo a la
espera de que la tormenta pasara y la grandeza de Dios se manifestara de
una vez al mundo, porque era necesario que mientras un grupo de fieles
sufría el martirio de sangre, otros debían sufrir el martirio espiritual que
significa estar solos, ignorados por el mundo, y debían sobrevivir como
Noé en su arca.
549

El haber recibido esta carta de James Wood había sido un


verdadero milagro, mas el contenido le había roto el alma y su alma se
llenó de miedo. De un miedo que se vuelve irracional, que nos llena con
la sensación de querer huir sin saber dónde y sin saber de quién huir.
Parecía sentir en ese momento el abandono absoluto del Creador y con
los puños golpeaba el tronco hasta hacerse pedazos los nudillos. Rufus
comprendió la pena que Matthew tenía y se le acercó, puso su pata sobre
la pierna de su amo y Matthew le abrazó llorando con el corazón
desgarrado por la pena. De repentinamente se levantó de su improvisada
silla y encendiendo la máquina comenzó a cortar y a cortar madera como
un enajenado y en esto estuvo durante dos horas seguidas deteniéndose
únicamente para cargar la motosierra con aceite de cadena. Buscaba
respuestas a las innumerables preguntas que se cruzaban por su
enardecida mente.

“¿Por qué tuve que nacer en estos tiempos? ¿Qué quieres Señor de
mí? ¿Sería yo capaz de dar un testimonio de sangre por ti mi Dios así
como lo hizo Charles, Jane y Jimmy o arrugaré a último instante y echaré
por tierra todo aquello por lo que he luchado y que me ha traído hasta
acá? ¿Qué necesidad tienes del martirio? ¿Por qué nos exiges estas
pruebas? ¿Hasta cuándo, hasta cuando te harás el dormido en la barca
dejándonos solos y abandonados? Está bueno ya que te vayas
compadeciendo de nosotros. Ya basta Dios, ya basta Dios mío de tanta
sangre inocente correr como ríos”

Dejó de cortar la leña, apagó la moto sierra y cayó de rodillas en el


suelo. Intentó calmar la ansiedad. Juntó sus manos, cerró los ojos y
arrodillado como estaba comenzó a rezar, a la vez que dialogaba consigo
mismo.

“Si estas cosas siguen pasando, ni tus elegidos podrán continuar.


Has prometido que por tus hijos predilectos abreviarás nuestros días,
porque esto ya no puede seguir. El mundo entero se ha trasformado en
nuestra prisión, ya no hay sitio a donde podamos huir y si nosotros, si tu
pequeño resto desaparece…Pero eres fiel a tus promesas y no lo
permitirás. Sabemos que como en una película, cuando ya los soldados
están perdidos y sin esperanza llegan los refuerzos. ¿Para qué seguir con
esto? El martirio… ¿para qué? ¿Sería yo capaz de exigirle a un hijo mío
550

que diera su vida por mí, para demostrarme que me ama? No te molestes
conmigo Señor por hacerme estas preguntas, sólo intento contestarlas,
necesito responderme a mí mismo porque es muy fácil dar miles de
argumentos teóricos, pero otra cosa es experimentarlo, y ahora lo estamos
experimentando.

Cosechas donde no has sembrado…no sé si tenga que ver, pero me


parece que va con lo que tengo que decir. El martirio que exiges es sí o sí,
porque aunque soy libre de aceptarlo, aunque puedo huir y rechazarlo,
aunque tenga la libertad para negarte y y me salve de los hombres, de Ti
no me salvo y tu condena me perseguirá siempre: y me dirás “así como
me negaste yo te niego, caído, lapsi”. Es duro, muy duro y sólo se le puede
exigir esto a almas que han sido fortalecidas con tu gracia. Por mí mismo,
por mi propia voluntad sería imposible, porque es una locura. ¿Cantar en
el coliseo mientras me rodea un grupo de feroces leones sabiendo que me
van a devorar? ¿Agradecerle a mis verdugos porque me van a cortar la
cabeza? ¡Estos cristianos son unos dementes! ¿Acaso no le temen a la
muerte? ¿Acaso no le temen al dolor de ser destrozados por los dientes
de estos animales, muriendo descuartizados? ¿Qué fuerza hay detrás de
esta insania actitud? Así piensan, así creen los que no creen en Ti Señor.
Y no nos comprenden, nunca nos han comprendido, los incrédulos
piensan que estamos locos: dar la vida por alguien que no vemos, ¿vale la
pena, vale el esfuerzo? Perder no sólo la vida...mírame a mi Señor,
mírame por favor, - Matthew levantó su mirada al cielo con una mano en
el pecho y la otra empuñada a lo alto envuelto en un llanto lastimoso -
¿no te doy lástima? ¿Por qué no apagas de una buena vez la vida terrestre
de este hombre débil? He perdido todo lo que el mundo me había dado:
mi reputación, mi trabajo, mi salud, mi casa, me han encarcelado, estuve a
punto de que me golpearan hasta matarme, casi pierdo a mi hijo Ian, te lo
he dado todo, absolutamente todo excepto a mi familia y por ella te
entrego mi vida. Tómame la palabra, ahora Señor, no permitas que ellos
caigan, no permitas que todo esto que hemos alcanzado se pierda a causa
de tu silencio. Sé que mi vida no vale ni un céntimo, pero aun así tómala.
Toma mi vida…yo ya no sé qué hacer con ella y si algo vale acéptala como
ofrenda por los míos. No hay nada más que pueda darte porque ya te lo
he dado todo. Llegada la hora que se aproxima en la deberán dar
testimonio, ten presente que te he ofrendado mi vida para que los cuides
de negarte.
551

Matthew siguió con la vista hacia el cielo con los brazos extendidos
buscando el abrazo de Dios hasta que rendido por la emoción volvió a
sentarse en el tronco.

“Creo estar listo para lo que viene, estoy preparado. Mi fe ha


madurado, la fe que me lleva a dar este testimonio. Porque al final de
cuentas el martirio no es otra cosa que un testimonio, el testimonio de la
Verdad. Un testimonio que desborda a la vida misma porque frente a la
Verdad, la vida ya no significa nada. La fe, la confianza…corro el riesgo
porque sé que esto es un pequeño paso, y que el premio merece este
sacrificio. Me he de ganar el cielo…la salvación se merece, se entra por la
puerta angosta. Si llegáramos a ser conscientes, si le tomáramos el peso de
lo que significa ir al Cielo y lo que nos espera, estoy seguro que nos
dejaríamos martirizar mil veces si fuese necesario con tal de alcanzarlo. Si
por otra parte tuviéramos conciencia de lo que significa perderse para
siempre en el infierno y que ahí ya no hay descanso, (porque por lo
menos aquí podemos dormir, allá no, es un eterno tormento) estoy seguro
que también aceptaríamos y hasta pediríamos sufrir para librarlos de él;
pero se nos olvida y nos da pavor sufrir en esta vida terrestre. Si
tuviéramos conciencia de lo horrible que es el pecado, si lo viéramos y
contempláramos lo asqueroso que es y cómo pudre nuestras almas y nos
aleja de Ti, Padre, pensaríamos dos o tres o más veces las cosas antes de
cometer un solo pecado.

Dios mío, en este rato he pasado por toda la gama de emociones:


pena, rabia, desesperanza y sin embargo, ahora en este preciso instante lo
he comprendido todo. ¡Oh Dios mío! Así como un día descubrí que
amaba con toda mi alma a mi Angelito y que debía en ese instante
decírselo y comenzar una vida juntos, así veo que todo tiene sentido. ¡Pero
qué bruto he sido! Dejé que mi mente se me llenara de dudas, de
cuestionamientos y de malos pensamientos. Estuve a punto de mandar
todo al hoyo… y yo no sé qué me ha ocurrido. ¿Por qué de un momento a
otro me siento tan alegre? ¿Ha pasado Señor la noche oscura? ¿Has
venido a mi corazón Señor o será que por fin he dejado entrar al médico
para que cure mis heridas? Señor...Señor…por fin Señor estoy contigo…tu
siervo Mateo por fin tiene su corazón en paz y colmado con tu presencia.
552

Dime Señor, ¿por qué me hiciste pasar por ese camino tan oscuro e
inseguro?

Ahora arraigo en mi alma las verdades que me han sido enseñadas y


las veo con claridad; han penetrado en mi corazón y contemplo con una
inusitada e intensa alegría que Tú, mi Señor y mi Dios te acercas para
hacer nuevas todas las cosas. Soy un nada, recíbeme Señor que sin ti no
puedo continuar. Tómame en tus brazos como a un soldado herido y cura
mis heridas. Mírame Señor, aquí tienes a Matthew Mansfield, el experto
en esjatología que estaba lleno de terror por tener que llegar algún día a
sufrir la persecución del Anticristo, que no es más que un hombre al igual
que yo, pero es un hombre nacido para perder la batalla. He resistido
para no caer, con temor, sí, con mucho temor, pero aquí me tienes. Lo
he vencido y me he fortalecido: no te he negado y sigo esperando
confiado, porque si Dios está con nosotros, ¿quién en contra? ¿Acaso no
vale la pena perderlo todo en este miserable mundo para llegar a
contemplar a Dios cara a cara? Ahora entiendo a mi Titian…a cada
instante me decía que no perdiera la esperanza, que faltaba poco, ¡que
idiota más grande soy! Debiendo llevar un testimonio de esperanza que
convertí en un hombre perplejo, al cual ni su esposa entendía. Siento mi
corazón rebosante de alegría ante la Verdad… ¡Oh, sí Señor!, hasta me
dan ganas de bailar tocando mi violín. ¿Podrá esta alegría traspasarse?
¿Podré hacer partícipe de ella a mi familia?

No he buscado el sufrimiento, ni el martirio, sin embargo éste me


ha perseguido y me ha abrazado. Sería un temerario si hubiese buscado el
martirio, pero me llegó y daré testimonio. A mi testimonio lo mueve el
amor. Claro que le pediría a un hijo dar la vida, pero no por mí, sino por
Dios porque su premio y su corona serían mi dicha y su salvación. El
cristianismo exige la cruz, para cada uno según su vocación.

No es que Tú necesites el martirio y la mortificación de los


hombres. Somos nosotros los que necesitamos purificarnos a través de él.
A nosotros nos tocaron estos tiempos perversos, Dios lo quiso así, bendita
sea su voluntad”.

Al cabo de muchas horas de meditación y de intenso trabajo


cortando leña, Matthew tomó sus cosas y se marchó triunfalmente alegre
553

al refugio. Venía por el camino rodeado de árboles jugueteando con Rufus


y cantando una antigua canción que había aprendido en sus tiempos en
Inglaterra, cuando de pronto y casi llegando al bosquecito que se situaba
frente a la casa comenzó a sentirse pésimo. Su corazón comenzó con una
taquicardia. Tiró la carretilla donde venía la moto sierra y sus
herramientas, arrastró los pies como pudo unos metros antes de
apoyarse en un árbol. El dolor en el pecho y el brazo izquierdo se le hizo
insoportable. Sentía que el corazón estaba a punto de reventar, y en su
cabeza inmediatamente se cruzó la idea de que Dios le había tomado la
palabra muy pronto. Con una angina espantosa y mortal, sonrió al pensar
en esto: “Ves Jesús mío que tenía razón mi cardenal Newman cuando
decía que había que medir bien las palabras cuando se tomaba la decisión
de seguirte y de ofrecerte la vida. No te vas con chicas Señor, lo pides
todo. No puede haber cristianismo a medias tintas. Tomaste en serio la
realidad de mis palabras. No he hablado sólo por hablar y por decirte
cosas bonitas sin tener conciencia de lo que te estaba ofreciendo, es más,
he hablado con pleno conocimiento acerca de lo que te estaba ofreciendo,
y no lo dije sólo por decirlo sin entender y cuantificar las consecuencias.
Querido patrono, San Mateo tú escribiste las palabras del Señor que dijo:
Por vuestras palabras seréis justificados, y por vuestras palabras seréis
condenados, ayúdame a ser fiel a mis promesas hasta el final… Señor, ten
piedad de mí que soy un pecador…,¡Cuánto duele, Señor! Siento que se
me va a estallar el corazón. Señor mío Jesucristo, Dios y…” En acto de
contrición le quedó inconcluso, no pudo seguir, le fue imposible pensar.
Colocó su frente en el tronco, hasta que no soportando más el dolor del
pecho y de la cara sus rodillas se doblaron y deslizándose lentamente por
la añosa madera se desplomó en el suelo mientras seguía con sus brazos
abrazados a su pecho. Rufus desesperado comenzó a ladrar y a
lengüetearle la cara a Matthew para despertarlo.

Sentado en el pasto a unos metros de la entrada de la casa estaba


Peter descansado junto a su mujer mientras sus dos hijos jugaban con
unos autitos. Catalina había visto acercarse a Matthew con la carretilla
desde el camino y no le había quitado la vista de encima porque venía
cantando muy alegre. Pero de pronto lo vio botar la carretilla y apoyarse
en el árbol con una mano en el corazón. Él, que también la había visto le
había lanzado una mirada suplicante, como pidiéndole ayuda cuando se
acercó al árbol. Matthew había intentado llamar a Peter cuando comenzó
554

a sentirse mal, pero la voz no le salió, quedando con su nombre en los


labios.

_ Pete, algo le pasa a tu hermano. – Peter estaba recostado en el suelo


quedándose dormido.

_ ¿A cuál de todos Cata? Dijo medio somnoliento.

_ ¡Matthew! Por Dios santo, Pete, Matthew se desplomó.

Peter se paró de un salto y contempló a su hermano que yacía


recostado junto al árbol, con su mejilla derecha apoyada en él y con sus
manos agarrándose el pecho. Los labios los tenía entreabiertos y los ojos
apretadamente cerrados. Su cara denotaba un sufrimiento enorme. El
perro seguía ladrándole y mordisqueándole la ropa al ver que no
despertaba. Peter no atinaba a moverse. No sabía si estaba muerto o sólo
desmayado. Catalina tuvo que gritarle para que fuera auxiliar a su
hermano.

_ ¡Anda a ayudarlo Peter! Voy a buscar a tu papá y a Sean…espero que no


sea lo que estoy pensando.

Peter corrió al lado de su hermano, colocó los dedos sobre la


yugular de Matthew, pero no tenía pulso o estaba tan débil que era
imposible palparlo con los dedos. Tampoco respiraba. Con cuidado lo
tomó en sus brazos, estaba lacio e inconsciente. Lo recostó en el suelo, le
abrió el buzo de trabajo, rompió la polera que traía, le desabrochó el jeans
que tenía dejado del buzo y colocando sus manos sobre el pecho de su
hermano comenzó con las maniobras de reanimación. Peter pensó que
estaba muerto.
_ ¿No estás muerto verdad Matthew? No, no lo estás, porque no puede
ser que lo estés…Aguanta Matthew, aguanta hermanito….no es la primera
vez que te infartas. No te me vayas...Señor Jesús, no te lo lleves todavía.
¿Por qué se tardan tanto?.... ¿Qué pasó con la porquería de marcapasos
que tienes? ¿Qué estuviste haciendo en el bosque? ¡Tonto irresponsable!
¿Cómo se te ocurre ir a trabajar de esa manera sabiendo que no puedes
hacer tanto esfuerzo físico? ¿Crees que no escuchamos como cortaste leña
toda la tarde? - Peter continuaba haciéndole masaje cardíaco y dándole
555

respiración boca a boca, hasta que al fin aparecieron ambos médicos con
los rostros llenos de aflicción.

_ ¿Hace cuánto rato que se desmayó? Preguntó Sean mientras que con su
padre examinaban a Matthew.

_ Unos tres o dos minutos…no lo sé…¿qué le pasa?

_Llama a Titian…no sé si logremos sacarlo de ésta, está sufriendo una


fibrilación ventricular. Su corazón latió tan rápido que la sangre no está
saliendo Peter. Vamos a usar el desfibrilador portátil. - Peter se levantó y
raudo corrió a la capilla donde estaba el padre ensayando con el coro que
formaban con un grupo de sus sobrinos.

_Christian….pasó algo terrible…. Matthew sufrió un nuevo infarto y está


agonizando, necesita que le administres los sacramentos. Apúrate Titian
antes de que muera sin tu asistencia.

Monseñor tuvo que sostenerse de la banca a causa de la impresión.


Le costó reaccionar y al cabo de un instante tomó lo necesario y partió
corriendo seguido de sus sobrinos que estaban aterrados por la noticia.

Mientras procedían con el desfibrilador una y otra vez, llegaron


todos: sus hijos, sus hermanos, su mamá y Ángeles que del brazo de Isabel
veía como a su esposo le saltaba el pecho con cada carga de la máquina.
Titian procedió a administrarle la extremaunción, ante la mirada atónita
de todos los presentes que no podían creer lo que estaba pasando.

Ya cuando todos habían perdido las esperanzas, el corazón de


Matthew reaccionó y recuperó débilmente su función, latiendo
nuevamente con poca fuerza, pero con la suficiente como para
mantenerlo vivo. Justo en el momento en que lograron resucitarlo Manuel
llegó corriendo desde la cabaña donde se encontraba la radio. Atónito
ante los hechos se acercó hacia donde estaba Matthew, el cual ya había
sido estabilizado. Se arrodilló junto a su mejor amigo, puso la boca junto a
su oído y acariciando su cabeza le susurró unas palabras:
556

– Mateo, Mateo, amigo escúchame: no te dejes morir, vuelve, vuelve


Matthew, dame otra oportunidad…sé que estamos peleados, pero es una
pelea de cabros chicos. Matthew por favor no te vayas sin antes ponernos
en la buena. No me perdonaría nunca, nunca, jamás a mí mismo que te
fueras sin perdonarnos. ¿Terminar una amistad de casi cuarenta años
peleados por una estupidez sin poder reconciliarnos? No sería justo. Dios
no puede permitirlo. La vida no es justa ni menos para los que tratan de
vivir cristianamente…pero por esta vez quisiera que me regalara un acto de
justicia. No puede ser que las últimas palabras que hayas escuchado salir
de mi boca sean: “ándate a la cresta y estás fallado de la cabeza”… ¿Cómo
me podría haber imaginado que te iba a volver a dar un infarto? No, no
me lo perdonaría nunca. Lo dije porque estaba caliente, estaba furioso, no
porque lo creyera en verdad. Ambos tenemos nuestro carácter, pero yo te
quiero con toda mi alma; yo sé que tú también me quieres y que te duele
estar así peleado conmigo. Llevamos toda una vida juntos, somos
hermanos del alma. Lucha, por favor lucha y no te eches a morir. Estarás
tentado a dejar la lucha, pero te lo pido como un gran favor: resiste al
menos para que podamos despedirnos reconciliados y en paz.

Y dicho esto se levantó y miró a Ángeles que estaba a su lado y le


tenía tomada la mano a Matthew que había sido entubado para que
pudiera respirar.

Monseñor Mansfield había terminado de darle el sacramento de la


extremaunción, ungiéndolo con oleo en sus ojos, orejas, narices, boca,
manos y pies. Christian estaba muy afectado y le costó hacerlo. Sus manos
tiritaban cada vez que con su dedo pulgar tocaba a Matthew con los óleos.
Al término de la ceremonia colocó la estola morada sobre los labios de
Matthew y se le partió el alma al verlo agonizar tan súbitamente. Estaba
preocupado por su alma porque Matthew no se había confesado desde
hacía tres semanas, tampoco había comulgado durante ese tiempo, y
había llevado durante esos días una actitud huraña y arisca. Pero confiaba
en el dicho que decía siempre su moribundo hermano: así como has
vivido, así vas a morir. Matthew había vivido pensando siempre en agradar
a Dios y en ser un buen cristiano, por lo tanto Dios no iba a dejar que
partiera de este mundo sin su auxilio, reconciliado con El y con los suyos.
557

Lo tomaron con cuidado e improvisando una camilla lo condujeron


hasta su pequeña habitación donde lo instalaron para que estuviera lo más
cómodamente posible dentro de su desesperada situación. El padre de
Matthew los reunió a todos y les habló con la verdad:

_ Deben saber que Matthew está muy mal….no tenemos muchas


esperanzas de que pueda seguir con vida y sólo nos queda rezar. No
contamos con los medios para ayudarlo y si está vivo es sólo por un
milagro y sólo un milagro podrá alargarle la vida. No hay mucho que
nosotros humanamente podamos hacer…su corazón sufrió una fibrilación
ventricular, es un taquicardia gravísima que hace que su corazón lata
irregularmente hasta 250 veces por minuto. Es muy doloroso y
angustiante para el paciente sufrir este tipo de infartos. ¡Pobre hijito, mi
Matthew chico! ¡Ay Dios mío! Puede que además haya perdido algunas
funciones neurológicas y si llegara a despertar desconozco bajo qué
condiciones y por cuánto tiempo.

Inmediatamente se organizaron para cuidarlo, ya que de día y


noche debía permanecer con alguien que estuviera atento a su evolución.
Al mismo tiempo, formaron grupos de oración que estarían
permanentemente velando en la capilla para pedir por su recuperación y
por la salvación de su alma. El primer turno le correspondió a Matthew
Hugh quien cogió el libro que estaba leyendo su padre y sentado junto a
éste, comenzó a leerle. Matthew permanecía en un coma profundo. Su
cara estaba pálida, los párpados algo morados, quizás un poco más de lo
normal, pero al mismo tiempo lucía un rostro plácido que no denotaba la
gravedad de su estado.

El doctor Mansfield dejó instalado a su hijo con los suministros


médicos que requería Matthew y luego se sentó junto su nuera que le tenía
tomada una mano a Matthew. Ángeles estaba muy afectada.

_ Angelito, hijita, debes prepararte junto con tus niños para enfrentar la
muerte de Matthew. No puedo decírtelo de otra manera más sutil, ni
tampoco puedo ocultarte lo grave que está. Ten presente que estamos
todos contigo y pase lo que pase no estarás sola. Pueden pasar horas o
días en coma, no más que eso porque estos ataques son mortales. Vamos
a acompañar a mi hijo con la oración confiada en Dios, porque no pierdo
558

las esperanzas, incluso con este pésimo pronóstico. Matthew es joven, es


fuerte, siempre ha luchado por salir adelante. Que se haga la voluntad de
Dios, y si la voluntad de Dios es que le pidamos para que se recupere
nosotros estaremos día y noche haciéndolo. Al menos podemos contar
con el monitor que nos avisará de cualquier cosa; suero, tenemos lo
suficiente para un buen tiempo y sólo me preocupa el oxígeno porque
tenemos muy poco, quizás para una semana. - Sin dejar de mirar a su
esposo, Ángeles le habló a su suegro que amorosamente acariciaba el
pelo de su hijo, mientras su nieto había dejado de leer para escuchar a su
abuelo y a su madre.

_ Tío Matthew, yo… Tengo la cabeza como abochornada. Ha sido


horrible y tan de improviso que estoy tiritando. El miedo, el susto, la
impresión, todo esto me ha dejado para dentro, estoy descompuesta.
Estaba tan sano. Se había recuperado del todo. Salía a caminar, a trotar, a
trabajar…Matthew….mi Matthew…tantas veces hablamos de la posibilidad
de que sufriera un infarto más grave. Él me decía que debía estar
preparada para perderlo, creí estarlo..., pero parece que no. Lo veía como
una posibilidad tan lejana, como en un sueño. Tío Matthew ¿qué voy a
hacer ahora? No me veo sin él. ¿Por qué siempre ha tenido que estar
sufriendo? ¿Por qué su vida ha sido un continuo sufrir y sufrir, por una
cosa o la otra? No creo haber conocido a nadie más bueno que él. Tan
inocente, tan niño para sus cosas. Quizás no debiera decirlo porque soy su
esposa, pero sigue siendo tan dulce, tan exageradamente íntegro, con esa
constate preocupación por estar haciendo las cosas bien. ¿Sabe tío?
Matthew se me había ido espiritualmente hace tiempo. - El Dr. Mansfield
la miró extrañado.

_ ¿A qué te refieres con eso Angelito? Es cierto que anda muy callado,
pero sigue siendo el mismo chiquillo servicial y cariñoso, al menos
conmigo. Quizás algo mal genio, pero es lo normal porque andamos
todos nerviosos.
_ Desde que a Matthew lo encarcelaron su espíritu quedó sumergido en
un estado de ensimismamiento, en un estado permanente de turbación
espiritual. Quizás ustedes no lo notaron, porque Matthew es muy bueno
para disimular y aparentar estar bien para no incomodar a los demás ni
para que le pregunten por su estado cuando no quiere que nadie se entere
de él. Pero yo, sí lo percibo. Mi esposo vive con un pie en la tierra y el
559

otro en el cielo, está conmigo, pero al mismo tiempo no lo está y no


porque sea un mal esposo, que haya dejado de amarme ni mucho menos,
no, por el contrario.

Yo no entendía lo que le estaba pasando hasta que un día decidí


seguirlo en su caminata del amanecer. Todos los días Matthew se
levantaba a las cinco y media de la mañana, se vestía en silencio y partía al
bosque con el Rufus. Pues bien, yo no sabía a qué iba para allá y por eso
lo seguí sin que él se diera cuenta. En la espesura de la selva, Matthew
con sus propias manos ha construido un calvario, con una gran cruz hecha
con un tronco tallado con la moto sierra. Ese día tal como lo venía
haciendo, llegó a los pies de ésta, y se arrodilló frente a ella. Se sacó la
parka, el chaleco, la camisa, el gorro y los guantes quedó con el dorso
desnudo, con este frío infernal, y tiritando, se abrazó a la cruz y se
golpeaba la cabeza contra ella envuelto en un mar de lágrimas. Yo, que lo
mirada escondida a unos cuantos metros, me quedé de una pieza, con
unas ganas enormes de ir a abrazarlo, de ir a consolarlo y a besarlo. No
sabía por qué lo estaba haciendo. ¿Qué podía estar pasando por su cabeza
para llegar a ese punto?. ¿Qué esperaba de Dios haciendo eso? No lo
supe en ese momento, pensé que era una especie de penitencia
autoimpuesta, precisamente por amor a Cristo. Después de un rato ya no
pude resistir verlo así y me acerqué hasta donde estaba. Lo abracé por la
espalda apretándolo contra mi pecho y le besé una y otra vez la nuca y el
cuello. Él se asustó, no me había sentido llegar y se sintió incómodo al ser
descubierto en su intimidad. Siguió abrazado a la cruz y mantenía la
cabeza apoyada en ésta. Sin moverse y entre sollozos me habló:

_ ¿Por qué me seguiste?

_ Estaba preocupada por ti mi niño lindo. Sales todos los días a esta hora
tan temprano, con este frío de locos, oscuro y no me dices a dónde vas.
Ya casi no me hablas, andas como taciturno desde hace meses y me da
pena que no tengas la confianza en mí como para decirme qué te pasa. Te
siento tan distante, ya no eres el mismo, incluso he llegado a pensar que ya
no me amas y que estás más pendiente de tus dramas internos que de tu
familia.- Reconozco que fui muy dura con él al decirle estas palabras, pero
usted sabe tío que a Matthew hay que hablarle así para hacerlo reaccionar.
Se volteó hacia mí, me miró con su carita tan triste; luego tomó su ropa y
560

ahí mismo apoyado de espaldas en la cruz comenzó a vestirse en silencio.


Estaba morado de frío. Yo comencé a inquietarme porque no decía nada.
Lentamente se vistió y una vez terminado, me tomó las manos, me senté
junto a él y sin soltarnos comenzó a abrirse y a explicarme lo que le
pasaba.

_ Lamento que me hayas visto en esta situación, pero necesito hacerlo.


Monseñor Benson decía que: it is in silence that God is know. Necesito
encontrar a Dios aquí, necesito que cada fibra de mi cuerpo, que cada
fibra de mi alma encuentre a Dios en este silencio con este frío que me
llega hasta los huesos. ¿Por qué lo hago? No pido que me entiendas, soy
muy extraño algunas veces, pero esto lo hago porque me siento
desamparado….mi oración es árida, no recibo ningún consuelo del Cielo
desde hace tiempo y siento como si Dios me hubiera abandonado como
un perro enfermo. Me está probando, lo sé. La fidelidad se prueba en el
dolor, pero he llegado a un punto en que se me ha hecho insoportable y
esto me está volviendo loco, verdaderamente loco y miles de imágenes y
tonteras se me vienen a la mente distrayéndome de lo que debo hacer,
perturbando mi oración, mi infecunda oración. Creo estar atravesando
por un principio de locura…me doy perfectamente cuenta que me estoy
trastornando y me estoy enfermando mentalmente. Me he pasado toda mi
vida buscando la respuesta a mi existencia, preguntándome a mí mismo
qué es lo que quiere Dios de mí. Llevo demasiados años luchando contra
mis propios demonios que me acarrean al abatimiento espiritual y físico
porque mi Señor no parece querer que yo me sienta en esta vida aliviado,
sino que ha permitido esta lucha sin consuelo para que a través de ella yo
me santifique y dé un testimonio de fe, pero es duro, demasiado duro y
no puedo resistirlo más. ¡Ángeles…no doy más, no puedo más conmigo
mismo! No hay creatura humana en este mundo que pueda paliar o suplir
esta necesidad de sentirme amado por Dios. Necesito de su amistad. Al
final de nuestras vida…y cada día que pasa en verdad, somos nosotros
solos frente a Dios, nadie más. Todo amor humano pasa, pero el amor de
Dios es por siempre y cuando muramos ahí estaremos cara a cara con El.
Piensa un poco, los afectos son tan efímeros, tan dependientes de la
materia, tan sólo el amor de Dios lo llena todo, absolutamente todo. No
sé si me entiendes, es muy difícil para mí explicártelo. Necesito sentirme
querido por Dios y Dios me prueba precisamente negándome a que
sienta este amor.
561

_ Hablas de sentir, de percibir, ¿acaso a Dios se le siente como algo


físico?

_ Sería mucho pedir para mí y para cualquiera que Dios me acariciara la


cabeza, no, por supuesto que no es un sentir físico. Me refiero a sentirme
reconfortado. Frente a todo lo que pasa a mí alrededor, frente a todas mis
luchas internas, necesito consuelo, algo que me llene el alma y no que mi
alma se quede como un desgraciado, como alguien a quien la gracia de
Dios no llega. Mientras más trato de vivir conforme a la que creo, a lo que
amo; mientras más trato de ser consecuente con mi fe, más intranquila y
más desagradable se siente mi alma. Objetivamente sé que hago lo
correcto, me esfuerzo cada día en llevar a la práctica la doctrina, y a pesar
de esto tengo una sensación de contrariedad y de ansiedad, que toma todo
mi ser y por eso le pido a Dios que me dé al menos un poco de luz, un
poco de paz en mi espíritu, para no perder la fe, para no perder la
esperanza. El caminante en el desierto daría lo que fuera por una gota de
agua…daría lo que fuera si por una vez mi alma estuviera sin ese estado
permanente de congoja, de desconsuelo, de abandono. Ni siquiera he
podido confesarme porque no estoy seguro de tener la voluntad suficiente
para dejar que todo este torbellino me domine y mi propósito de no
volver a hacerlo quede truncado.

_ Uno no se confiesa pensando en que nunca más va a cometer el mismo


pecado. Está la intención de no volver a hacerlo, el firme propósito; sin
embargo, nuestros pecados son siempre los mismos y habremos de volver
a cometerlos muchas veces. Aunque tengamos la mejor intención de no
volver a caer. Siempre nos estamos confesando de las mismas cosas
porque somos hombres, con el firme propósito de hombres y no de
ángeles. Nadie puede decir que nunca más va a cometer el mismo pecado.
Siempre caemos en lo mismo y, sin embargo, una y otra vez Dios nos
perdona en el confesionario. Él lo sabe y por algo dijo que había que
perdonar setenta veces siete, ya que conoce muy bien la fragilidad de la
naturaleza humana. Con lo anterior, no quiero decir que la gracia quede
anulada en la fragilidad humana, evidentemente si Dios así lo dispone, y
de hecho lo hace, existen hombres santos que cometen pecados muy
leves, pero son sólo la excepción de la regla. No nos olvidemos que somos
naturaleza caída, no nos olvidemos de las injerencias del demonio que nos
562

tienta día y noche, a eso hay que sumarle los defectos personales y el
resultado es muy incierto para que el alma se pueda salvar.

Sin fe, sin esperanza y sin caridad, el cielo es prácticamente


imposible de ser alcanzado, debemos tener siempre confianza en que
Dios nos quiere salvar, debemos aprender a ser sus humildes hijos que
estamos dispuestos a ofrecerle nuestras miserias para que Él, y sólo Él, las
transforme en virtudes. Hay que tener confianza en el mando, no
debemos ser hipócritas, ni puritanos, la Divina Providencia dispondrá
todos los medios para que nos salvemos. Hay que pedir siempre la gracia
de la Buena Muerte, para que el triunfo sea siempre de Dios y no nuestro.
Finalmente, hay que confesarse y punto, lo demás vendrá de parte de
Dios, el acto de buena voluntad nuestro va a estar siempre en
arrodillarnos en el confesionario, y pedirle perdón a Dios a través del
sacerdote. Y si el sacerdote nos da un mal consejo, o nos hace sentir como
miserables, que pena por él, por no haber entendido éste maravilloso
sacramento en donde se derrama la misericordia amorosa de Dios. Ni
voluntarismo, ni libre examen, la clave está en la confianza de la gracia en
el sacramento de la confesión. Hay que ponerle obstáculos al pecado,
pero sin la gracia, esto es imposible. Sin Dios, ¿quién se salva?

_ Eres una mujer sabia mi niña hermosa. Tienes razón, pero me cuesta.
Le pido a Dios que me tenga un poquito de paciencia y que cuando esté
un poco mejor voy a confesarme. Espero que la muerte no me pille en
este estado. De todas formas todos los días y a cada rato hago un acto de
contrición…no es lo mismo, pero… ¡Ay Dios! Suplica para que me soporte
un poco más. Quiero prepararme bien para la confesión, para dejar toda
la basura y quede tranquilo con mi conciencia. Luego tendré que salir de
la crisis. Yo te amo, te amo con todo mí ser, con toda mi alma, con todo
mi cuerpo, con todos mis defectos y mis virtudes. Todo lo mío es tuyo,
pero quiero que me entiendas: estoy pasando por una situación muy
dolorosa y por eso busco la soledad y el silencio. Logro un poco de paz
abrazándome a esta cruz que representa mi vida. A través de ella mi
espíritu se eleva un poco al cielo, se eleva llevando todas mis miserias,
todo mi sufrimiento. Se lo entrego todo, completamente todo a Él.
Cuando vengo para acá mi vida permanece como en un paréntesis. Hay
un antes, cuando salgo de la casa pensando en lo que está ocurriendo en
el mundo y en lo que queda de Iglesia; y luego está el después, cuando
563

tengo que volver a reencontrarme con todos los problemas que tenemos.
Venir para acá es un alivio para mí, lloro a destajo mis miserias sin que
nadie me mire, sin que nadie me pregunte nada. Abrázame mi amor,
abrázame, y te pido perdón si te he tratado mal, si te he hecho sentir sola.
Te casaste con un tipo raro. ¿Sabes lo que pienso a veces, y por favor no
me lo tomes a mal?

_ ¿Qué cosa Matthew?

_ Pienso que tal vez, nunca debí casarme. A veces se me pasa por la
mente que Dios me llamó una y otra vez para el sacerdocio y yo me hice
el sordo. En definitiva, erré mi vocación – Cuando Matthew me dijo eso
pensé que él había tocado fondo y que estaba realmente muy mal y
necesitaba ayuda espiritual urgentemente. Después de casi veinte años de
casados me dice que se equivocó de vocación. Me sentí muy triste, me
sentí muy dolida. -

_ ¿Entonces estás arrepentido de haberte casado conmigo? Después de


todo este tiempo, de haber tenido siete hijos, de haber pasado por
momentos tan hermosos, me dices como si nada que te equivocaste de
vocación. ¿Cuántas veces cuando estábamos pololeando te lo pregunté?
Siempre me contestabas que no, que no te veías a ti mismo en una
parroquia atendiendo gente; que no te veías sin formar una familia y ahora
me sales con ésta. Perdóname si te alejé de tu vocación entonces.

_ Por favor mi amor no me malentiendas. He sido feliz contigo, me siento


tan realizado y tan lleno cuando estamos juntos…y los niños, mis hijos son
mi tesoro, creo que son lo único bueno que he hecho en mi vida. Lo que
pasa es que viendo las cosas desde acá, ya transcurrido el tiempo y
mirando para atrás, considerando todo lo que está sucediendo, yo debí
haber optado por el sacerdocio para ser un soldado de Cristo de tiempo
completo. Vista la crisis, vista esta feroz apostasía y persecución yo
sabiendo que esto venía desde muy joven, debí haber renunciado a mis
gustos, a mis inclinaciones naturales y haberme entregado completamente
a Dios, combatiendo en el frente de batalla. Mira a mi hermano, se ha
entregado a la causa de Dios y de la Iglesia en cuerpo y alma. Yo sé que
Christian sufre mucho, muchísimo, pero no se le nota. Lo veo decir su
564

misa con tanta devoción con tanto amor que siento envidia de él que
puede ofrecer sacrificio tan santo a Dios.

_Matthew, tú estás mal, ya basta, basta. Yo te necesito, tus hijos te


necesitan, no eres un solitario ni un ermitaño, no eres un sacerdote.
Tienes responsabilidades que cumplir y no puedes estar viviendo como
un taciturno que se lamenta por no ser lo que pudo haber sido. Acepta
que dentro de lo tuyo, de tu vocación como padre de familia, como
profesor, has luchado por lo mismo que Christian ha luchado, pero cada
uno según su estado. Acéptate de una vez. Todo lo que has hecho lo has
elegido tú mismo, nadie te ha obligado a nada, y no te arrepientas por
nada de lo bueno que realizaste a lo largo de tu vida. Por favor, vuelve
conmigo, tu espíritu está tan lejos de nosotros. Te extraño tanto Matthew,
no te imaginas cuánto te extraño. Que felices fueron los días que pasamos
en Oxford, te veías como en tu medio, tan realizado y ahora…estás como
amargado por dentro.

_ Yo no estoy amargado, nunca he sido un amargado, pero no me pidas


que las cosas no me afecten. Nunca me has entendido en este sentido.
Estoy triste por las razones que ya te comenté. Además mira nuestra
situación: tuvimos que dejarlo todo para venirnos a estos lados muy
bonitos, pero muy rudos. La lluvia, el frío, el calor agobiante cuando hay
sol, el aislamiento, el permanente estado de alerta por si nos descubren,
me tiene harto y súmale mis conflictos internos, ¿quieres que ande feliz
por la vida como si nada pasara?- Matthew me soltó la mano al decir esto,
se puso de pie y comenzó a caminar en círculos de un lado para otro,
estaba muy alterado. Ha cambiado mucho. Cuando yo lo conocí uno le
podía decir cosas duras, cosas que uno sabía que le iban a molestar, pero
no perdía los estribos, ni se enojaba al punto de ponerse ofensivo. Pero
actualmente, reacciona mal, muy nervioso, y después de murmurar un par
de cosas ininteligibles se va al bosque y ahí se queda por horas solo con
Rufus. Seguí insistiendo con él al respecto y se lo hice saber:

_ No te enojes conmigo de esa manera. Pareciera que ya no puedo decirte


nada sin que te lo tomes a mal. Matthew entiende de una buena vez:
valora lo que tienes y valórate a ti mismo. ¿Acaso no logras ver lo
maravilloso que eres? Estás lleno de talentos. Siempre me hablas de la
verdad objetiva y parece que no la aplicas a ti mismo. La verdad objetiva
565

debe hacerte comprender que: 1° estás vivo, 2° no vives solo, 3° Dios ha


permitido que estemos aquí por una razón, 4° si vas a dar testimonio, dalo
con alegría, 5° que sabiendo todo lo que sabes y que estamos llegando a la
manifestación de los últimos tiempos, trabaja y hace lo que debes sin darle
mayores vueltas que a lo único que te lleva es a morderte la cola, porque
llegas siempre al inicio, como un círculo vicioso. Es necesario que estas
cosas pasen para que El venga. Tenemos victoria asegurada. Sabemos de
antemano como va a terminar esta película que se llama vida. Nuestra
Señora lo ha dicho: mi Inmaculado Corazón triunfará y aplastará la cabeza
de la serpiente.

_ ¿Siempre tienes que ser tan pragmática para todo? – me dijo sin dejar
de caminar mirándome de reojo.

_ Dime una cosa Angelito, ¿hace cuánto tiempo que tuvieron esta
conversación? – preguntó el padre de Matthew fascinado por la historia.

_ Hace una semana tío, justo un poco antes de que llegara la carta de
Benjamin acerca de lo que le había pasado a su familia. Esa carta fue la
gota que rebalsó el vaso. Matthew quedó desconcertado y enfurecido.
Evidentemente sabe que Charles, Jane y su hijo se convirtieron en
mártires y que están gozando de la felicidad eterna, pero los afectos
humanos, el cariño que sentía por Charles y el hecho de saber que no se
verán más; el hecho de saber que a James lo habían torturado hasta la
muerte por haber celebrado la Santa Misa a escondidas lo dejó
tremendamente perturbado. Yo creo que todas estas cosas le afectaron el
corazón. Además de la pelea con Manuel…no se han hablado y Matthew
sufre por estar enemistado con él. Yo le dije que se disculpara con él y
que le perdonara lo de la “incursión subversiva” en Quellón, pero me
movía la cabeza negativamente y me decía que era Manuel el que tenía
que disculparse con él. También hablé con Manuel y me dijo lo mismo:
que era Matthew el que tenía que disculparse con él. Par de cretinos les
decía yo. Los dos están sufriendo, pero son tan orgullosos…Manuel debe
estar pasándola muy mal ahora porque ve que mi Mateo se está muriendo
y quizás nunca puedan personarse. Hace un mes que Matthew no
comulgaba…es grave. Pobre Matthew… ¿irá a despertar?
566

_ No lo sé, espero que sí. Trataremos de mantenerlo lo más cómodo y


confortable posible. Al menos tiene el oxígeno, el suero y algunos
medicamentos para su arritmia, no podemos hacer más. Pero dime, ¿en
qué terminó la conversación entre ustedes dos en el calvario?

_ Cuando me preguntó acerca de mi pragmatismo yo tuve que


contenerme para no pararme, irme y dejarlo solo. Me molestó sobre todo
por el tono en que me formuló la pregunta, un tanto agresivo. Como sabía
que no íbamos a llegar a ninguna parte si le seguía el juego, decidí no
contestarle. Me puse de pie y me acerqué a él, lo abracé con todas mis
fuerzas, lo besé en los labios, en los ojos, en la frente… pero él
permaneció impertérrito con los brazos detrás de la espalda y siguió
hablándome con ese desagradable tonito oxiniense que le sale cuando está
molesto.

_ ¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y yo? La diferencia radica en que tú


no le das la importancia a las cosas como yo. Yo sólo te pido que tengas
paciencia conmigo. Tendré que encontrar la paz porque nuestro Señor no
me va a abandonar…no me p-u-e-d-e abandonar. Si permitió que no me
muriera en la cárcel, si permitió que se dieran todas las circunstancias
favorables para que yo me salvara y estuviera aquí es porque tiene un
sentido que yo lo logro vislumbrar todavía. No sientas que eres un
obstáculo para mi vida interior, no, por el contrario, si no te tuviera a ti, si
no supiera que estás ahí siempre y que puedo contar contigo para lo que
sea, estaría sumido en una depresión y en un desconsuelo aún mayor. Sin
embargo te insisto: ten paciencia conmigo, y prepárate porque esto que
me pasa no se me va a quitar y creo que sólo la muerte aliviará mi congoja,
mi pena y mi noche oscura. Sólo me resta pedirle a Dios que abrevie
nuestros días, que se manifieste pronto antes que lo que queda de su
rebaño sea entregado al poder de los perversos. Estamos dispersos por
todo el mundo en grupos similares al nuestro y a algunos los han atrapado
y tengo miedo, no por mí, ¡qué me importa lo que me pase! Me importan
ustedes, mi familia y mis amigos: si nos descubren, ¿seremos capaces de
dar testimonio o arrugaremos y le negaremos? Esto es lo que más me
preocupa, no tanto el hecho de sufrir físicamente, sino que por miedo a
ese sufrimiento apostatemos y lo neguemos. Obviamente que no podría
ver sufrir a mis hijos, me produce vértigo el sólo hecho de pensarlo; pero
más me dolería verlos a ellos negar a Cristo y ver que se condenen para
567

siempre. Nos hemos preparado para dar testimonio, pero llegado el


momento, cuando te toca en serio sufrir, ¿seremos capaces? ¿Te fijas por
qué estoy tan angustiado, te das cuenta porque vivo en ese estado
permanente de preocupación y ando callado, o como tú lo llamas
taciturno? Suma todo lo que te he contado y analiza mi estado interior, a
ver si me vas a decir nuevamente que ande lleno de optimismo por la
vida. Yo nunca lo he hecho, por lo demás; pero tampoco ando lleno de
temor y terror, soy realista y analizo mi situación y la de mi entorno
objetivamente. - Yo seguía abrazada a él cuando me dio todo el discurso.
Yo pienso lo mismo que él con respecto a qué haremos si nos descubren,
pero a diferencia suya, yo trato de no darle vueltas y vueltas en mi cabeza
porque no logro nada, solo angustiarme más. Cuando a diario Manuel nos
lee las noticias que logra captar con la radio, cuando de repente nos llegan
cartas de nuestros amigos que están en nuestra misma situación, cuando
Monseñor Titian se va por unos días para atender al llamado de sus fieles
y quedamos en la incertidumbre de no saber si va a volver, yo quedo muy
mal, tan mal como Matthew, pero lucho por no dejarme hundir porque
tengo niños chicos que cuidar y ellos son muy perceptivos y se dan cuenta
de inmediato cuando uno está mal e indudablemente esto los afecta. Mi
consuelo son las promesas de nuestro Señor y me quedo más tranquila
pensando en que todo esto se va a acabar algún día porque no puede ser
eterno. Así mismo como se lo estoy diciendo a usted, se lo dije a Matthew,
quien había apartado mis brazos de su espalda y nerviosamente caminaba
de un lado para otro sin poder controlar la presión a la que estaba
sometido. Se tomó la cabeza y volvió a la carga, pero de un momento a
otro su actitud cambió ostensiblemente:

_ ¿Y mientras tanto qué? ¿Pierdo la fe?... parece como si lleváramos toda


una vida en este lugar. Viña quedó atrás hace ¿décadas? ¿Un siglo? Me
siento tan desgastado, un estropajo de la peor calaña.- Dicho eso Matthew
se acercó se paró frente a mí y con los ojos llenos de lágrimas me tomó las
manos y se las llevó a sus labios, me las besó tiernamente y luego me
abrazó con fuerza y volvió a hablarme entre sollozos: He vivido mi vida
tratando de que cada una de mis acciones sean para ofrecérselas a Él para
su mayor gloria. He luchado por ser un hombre de bien, por serlo y por
parecerlo. Hasta mis actos más sencillos, las cosas que hasta podrían
parecer insignificantes se las he regalado, porque además no las habría
podido hacer si no me hubiese El ayudado a realizarlas. Mi miserable vida
568

se la he dado, y sin embargo, pareciera que esto no basta. Es como si Dios


me rechazara, y yo le digo en mi agónica desesperación: ¡por favor Señor
no me apartes de tu lado, no me abandones! ¿Por qué me abandonas?
¿Por qué no me escuchas? Desde hace un tiempo ya no me siento
acariciado con el bálsamo de sus consuelos. ¿Es que acaso su Gracia ya no
actúa en mí? Entonces me pregunto también si toda mi vida ha sido un
engaño. Me he engañado pensando en que hacía todo por amor a Él,
cuando en el fondo lo que hacía era para satisfacer mi propia vanidad y
enaltecer mi orgullo. Y por esto El me rechaza y me corre de su vista: allá
tú con tu amor propio. Pero, ¿he sido realmente orgulloso? ¿Me ha
inflado la ciencia? Y a mí mismo me respondo desde la más sincera
reflexión, ateniéndome al juicio más franco respecto de mí mismo: no, no
ha sido jamás mi intención ni se me ha pasado jamás por la mente vivir
para el orgullo. Pero al parecer Dios no lo ve de la misma forma y me
castiga con su indiferencia. Si nuestro Señor me niega, lo pierdo todo,
nada de lo que haga vale…nada…nada. – Matthew cayó de rodillas y
abrazado a mis piernas lloraba como jamás lo vi llorar. Se me partió el
alma. Nunca había visto a nadie con tal grado de noche oscura. Y me
acordé precisamente de San Juan de la Cruz y de que para llegar a la
contemplación plena de Dios es necesario pasar precisamente por esta
gran prueba a fin de que el alma una vez prácticamente aniquilada de su
soberbia o de cualquier cosa que la ate a este mundo, se vea libre y se
abrace a Dios. Lo que le ha sucedido ahora es producto - y estoy segura
de ello - de que encontró lo que buscaba de Dios y un alma así está lista
para abrazar al Esposo. Me duele perderlo, es mi Matthew, ¡Oh Dios mío!
Cuán celosa estoy de Ti porque te lo llevas- Ángeles estaba desecha, su
hijo la abrazó al mismo tiempo que su suegro le acarició su pelo.

_Ya está bien mamá no siga por favor.

_ No hijo, tengo que terminar la historia. Matthew - le dije mientras yo


también me arrodillé a su lado sosteniéndolo como a un niño asustado-
¿tan mal te sientes? ¿No te das cuenta de que has llegado a un paso de la
contemplación de Dios? - Él se estremeció cuando le dije eso. – Soy
indigno de eso Angelito, por favor mi vida, no digas esas cosas, eso es
privilegio de algunos santos y yo no lo soy, mírame, ¿te parezco digno de
tal don? - Y le dije entonces: escucha dentro de ti mi vida y no te dejes
abatir por la agonía de nuestras actuales circunstancias. Abandónate más a
569

Él y no sigas tratando de racionalizar tu amor por El. Déjate acariciar por


Dios que es Padre y sabe tal como nuestro Señor nos dijo, lo que
necesitamos y no nos abandonará en la Gran Prueba. Estás tan cegado
buscando a Dios y lo tienes como siempre a tu lado. Nos ha conservado
juntos, ¿no te das cuenta que actualmente es un privilegio demasiado
valioso? Tenemos la fortuna de contar con nada menos que un obispo
para que nos administre los sacramentos y nos enseñe la doctrina y los
medios de salvación. Tenemos nuestra Santa Misa de siempre todos los
días, siendo que en el mundo está prohibida y suprimida por la pseudo
apóstata iglesia oficial, ¿qué más quieres? ¿Qué se te aparezca nuestro
Señor?- Matthew ya se había calmado, se había sentado con sus brazos
abrazándose las piernas y había colocado su cabeza sobre ellos, como
siempre se pone cuando piensa. En eso comenzó a llover y poniéndose de
pie, me tendió la mano, me sonrió como hacía tiempo no lo hacía, me
ayudó a pararme y quedándose tímidamente de pie frente a mí me dijo:

_ Ya mi vida, ya, tienes razón, voy a calmarme, no puedo seguir auto


aniquilándome el espíritu. Perdóname, me he enceguecido con mi propio
egoísmo, no quise hacerte daño, no quise dejarte sola. Yo no me di cuenta
de que me sentías tan distante. No me has perdido, estoy aquí, lo único
que te pido es que trates de entenderme. Yo te amo, te amo con mi vida,
no me dejes nunca, nunca, eres lo mejor que Dios me ha dado. – Matthew
me quedó mirando con una sonrisa tan dulce, con sus ojos suplicantes de
perdón y de cariño, como la vez en que me dijo que pololeara con él. E
hizo lo mismo que en aquella oportunidad, me atrajo hacia él, me
estrechó la cara con suavidad, puso sus manos en mis mejillas y luego me
besó en los labios con todo su ser. Nos quedamos abrazados, fundidos de
pie hasta la hora en que tuvimos que correr para no llegar tarde a misa.
Cuando tu padre, Matthew Hugh, quiere ser un hombre galante y
romántico, no hay quien le iguale hijo, no hay quien lo iguale.

Ángeles terminó su relato. Estaba agotada y su suegro notando que


la estaba incomodando, se despidió de ella y de Matthew hijo y los dejó
solos.
Durante cuatro días los turnos se sucedieron, uno tras otro para
acompañar a Matthew que seguía igual. No había empeorado, pero
tampoco daba señales de mejoría. Sin embargo, sin que nadie se lo
esperara, el primer domingo de adviento mientras los demás se
570

encontraban en misa a eso de las 8 de la mañana, comenzó a despertar.


Junto a él se encontraba en ese momento Andrés, quien se dio cuenta de
que su cuñado había abierto levemente uno de sus ojos, al mismo tiempo
que con su mano buscaba algo en donde apoyarse para levantar un poco
su cuerpo. Andrés se acercó inmediatamente a su lado con gran alegría al
verlo despertar de profundo sueño en que estaba.

_ Matthew, ¿Cómo estás? - Pero Matthew se encontraba entubado por lo


que no podía responder. Con dificultad logró mostrarle con la mano a su
cuñado que quería que le sacaran el tubo de la boca y que quería hablar.
Ante esto Andrés partió corriendo a la capilla para avisarles a todos la
buena noticia. La misa estaba ya terminando y una vez finalizada se dirigió
al ambón donde les comunicó que Matthew había despertado. La alegría
fue inmensa, se armó un tremendo alboroto y todos fueron a verle. Su
papá con cuidado le sacó el tubo y le colocó el oxígeno en las narices.

Tal como lo había anticipado el Dr. Mansfield, Matthew había


sufrido un daño irreparable. Había perdido la visión y estaba
completamente ciego. Le costaba un esfuerzo tremendo poder hablar y lo
hacía pausada y suavemente.

_ Papá… ¿dónde está mi Angelito?

_ Estoy aquí mi niño lindo… ¿cómo te sientes?

_ Muy débil, me siento pésimo y no logro verte…¿qué me ha pasado?


¿Por qué estoy ciego?

_ Sufriste un infarto muy grave. Matthew…eres muy fuerte. ¿No puedes


ver nada?

_ ¿Un infarto? ¿De nuevo un infarto? Yo estaba bien…estaba bien… Fue


horrendo, no recuerdo casi nada, excepto el dolor. No veo más que
sombras, no distingo nada, todo está en penumbras, ¿es de noche acaso?
¿Me estoy muriendo verdad? Me siento terriblemente mal y estoy
asustado - Ángeles no pudo responderle, ¿acaso iba a decirle a su esposo:
sí te estás muriendo, pero quédate tranquilo?.- Angelito, yo lo sé…sabes
amor, no te preocupes por mí. Estoy asustado, pero tranquilo. Dios por
571

fin me ha consolado, estoy en paz. Lo único que me duele es que te estoy


haciendo sufrir. Desearía no tener que causarte tanta pena, porque si tú
me amas como yo te amo a ti, yo en tu lugar estaría desbastado y
tremendamente apenado. Por favor vida mía, perdóname…no quiero
dejarte sola…mi vida, mi Ángeles. ¿Qué día es? ¿Qué hora es? ¿Dónde
están los niños?

_ Es día domingo, primer domingo de adviento, temprano por la


mañana…Estamos todos aquí, algunos están en la puerta y otros afuera en
el pasillo. Estamos pendientes de ti. Las niñas te han decorado la pieza
con algunas hojitas de los árboles y adornos de navidad. Han colocado un
altarcito con un pesebre. Mi Matthew, ni niño, no te angusties, es verdad
que tengo mucha pena y me duele verte así. No sabes lo que daría por
estar en tu lugar y no tener que verte sufrir... Yo estoy contigo, al menos
el dolor lo llevamos juntos hasta el final.

_ ¿Te acuerdas lo mal que estaba espiritualmente hace unos días?

_ Sí mi vida, ¿cómo estás ahora?

_ He encontrado al que buscaba…Añoro el Cielo, me invade el


pensamiento de saber que no pertenezco a este mundo. Me siento como
un extranjero viviendo en una patria ajena. Soy un extraño en el mundo,
porque mi verdadera patria está en el Cielo y ahora sólo quiero partir.
Estoy presto a dejarlo todo, ya estoy listo, lo único que quiero ahora es ver
a Dios, deseo tanto conocer a nuestro Señor…No te molestes conmigo,
pero estoy hastiado del exilio en esta tierra extranjera…´¿compartes esta
idea conmigo mi vida?

_ Te entiendo Matthew, yo también palpo esa sensación de estar viviendo


en un exilio de nuestra verdadera patria. Me da mucha pena….pero, tienes
razón. La muerte es algo doloroso por una parte, pero es el inicio de la
verdadera vida para los que confiados en Dios se salvan. ¿Necesitas algo
para estar más cómodo? ¿Cómo te podemos ayudar?

_ Quisiera confesarme, recibir la Extremaunción y el Santo Viático.


572

_ Christian ya te administró la Extremaunción cuando te desmayaste.


Pensamos que ya no ibas a despertar. Enseguida viene tu hermano. Trata
de estar lo más tranquilo posible, relájate. ¿Estás consciente de tu estado
mi amor?

_ Sí, sé que me queda poco, muy poco. Me siento exhausto, voy a tratar
de descansar un poco, no puedo más. No veo, sólo distingo sombras, ¿se
me pasará esto de no ver? Angelito abrázame, abrázame, no me dejes,
tengo miedo Ángeles, estoy aterrado. Abro mis ojos y no veo, no puedo
verte mi amor… Despertar de esta manera desde la nada…quédate
conmigo. No me dejes solito en esta penumbra. – A Matthew la horrible
sensación de despertar totalmente ciego y con mucho dolor le llenó de
espanto.

Matthew volvió a dormirse abrazado a Ángeles. Era necesario que


Monseñor se quedara junto a él hasta que despertara y pudiera confesarse
y recibir el viático tal como era su deseo. Manuel estaba histérico, quería
que primero lo escuchara disculparse.

_ Si despierta no me voy a demorar más de dos minutos en hablar con él,


por favor, Titian, necesito arreglar cierto asuntito. Este hombre no
necesita confesarse, ¿de qué se va a confesar? Ya ha sufrido suficiente y
todos sus pecados están expiados, ¿o no Monseñor?

_ Si mi hermano quiere confesarse es por algo Manuel. Reza para que


Dios nos dé la oportunidad de decirle todo lo que queremos decirle.
Pídele a Dios para que le dé la oportunidad de despedirse de nosotros y
de recibir sus sacramentos. Escúchenme bien, la muerte de un hombre
que parte recibiendo la asistencia espiritual necesaria para su salvación es
una alegría para los cristianos. Es lógico que nos dé pena que se nos vaya,
¡cuánto vamos a extrañarlo!.. Claro, porque se trata de Matthew…de
nuestro Mateo, pero confío en Dios que él se ha ganado el cielo. Voy a
confesarlo si Dios quiere, va a recibir el Santo Viático, ¿qué más puede
pedir un católico que morir como tal?

Monseñor cerró los ojos, en verdad, sentía mucha pena, pero por él,
porque extrañaría a su hermano como nadie en el mundo. Le debía su
vocación, había sido su mejor amigo, era su confidente y ahora lo vería
573

partir. Acercó una silla a la cama de su hermano y se sentó a rezar el


rosario. La respiración de Matthew era fuerte, cada respiro le significaba
un esfuerzo supremo y tenía el típico sonido de los moribundos. Ángeles
se sentó a su lado y los demás iban y venían esperando a que Matthew
despertara nuevamente. Al cabo de un par de horas Matthew volvió a
despertar.

_ Hola hermanito, soy Christian. ¿Puedes confesarte ahora?

_ Monseñor…- Matthew buscó la mano de su hermano, se la llevó a los


labios, y le besó el anillo con cariño- mi Titian, mi padrecito. Sí, sí puedo,
ayúdame, guíame en la confesión, tengo la cabeza mala. – Todos salieron
de la habitación y a solas quedaron los dos hermanos. Christian se sentó a
su lado, se colocó la estola morada y Matthew comenzó su confesión.

_ Padre, yo me acuso de haber sido durante toda mi vida un desesperado


de Dios, un mal agradecido, un orgulloso y un mal cristiano. Padre…yo…
ayúdame, pregúntame el examen de conciencia, me cuesta pensar, estoy
muy confundido.- Matthew con la guía de su hermano realizó una
confesión general. Recibida la absolución, Monseñor Mansfield llamó a
Ian para que lo ayudase con la ceremonia del viático, colocando las velas y
trayendo en procesión al Santísimo Sacramento desde la capilla. Procedió
a administrarle el Santo Viático bajo la atenta mirada de Ian que sentía
como su corazón saltaba de emoción al ver a su padre comulgar por
última vez con gran devoción y amor al Santísimo.

Una vez que Matthew hubo recibido el santo viático, Monseñor


acordándose de Manuel le preguntó a Matthew si estaba en condiciones
de recibirlo ya que esperaba ansioso poder hablar con él.

_ Dile que venga que yo también quiero hablar con él…espera Christian,
oye hermano, quiero pedirte un gran favor. Ian hijito, déjame un poco a
solas con tu tío, quiero conversar con todos tus hermanos más ratito,
cuando no me sienta tan cansado. – Ian salió de la habitación y Christian
se sentó junto a su hermano.

_ Dime Matthew, ¿en qué te puedo ayudar?


574

_ Un par de cosas. Primero: no sé por qué estoy vivo y hasta cuándo me


dure la cuerda, y si la cuerda se corta, que es lo más probable porqué yo
sé que no tengo mayor vuelta; si me infarto nuevamente no quiero que me
resuciten con el desfibrilador y además sería completamente innecesario.
Mi corazón está quebrado por dentro.

_ Lo sé Matthew. Mi papá ya nos lo advirtió, necesitarías un


trasplante…déjalo así y no sigas pensando, vive lo que te está regalando
Dios en estos momentos con el alma confortada por haber dado lo mejor
de ti para Él y para los tuyos. Agradécele esta posibilidad que te da de
despedirte de nosotros, es extraordinario que estés despierto hermanito.

_ Lo segundo es que quiero que me sepulten a los pies de la cruz que tallé
en el bosque.

_ Pensaba sepultarte en la capilla, en la roca viva, como los primeros


cristianos en las catacumbas.

_ No, no, es demasiado para mí que me entierres como un mártir, porque


no lo soy. Yo quiero que me entierres afuera, en mi lugar de oración y
además quiero que me sepultes como hombre de Oxford.

_ ¿Cómo es eso?

_ Vísteme con mi toga de doctor de filosofía, tengo ese traje guardado en


uno de los baúles para esta ocasión. Me traje dos de estos vestidos, uno
para dejarlo de recuerdo a mis niños y el otro para mi entierro. Es una
tontera, algo tan humano, pero me encantaría que así fuera. Y en mis
manos coloca mi rosario y el crucifijo que me hizo Ian. Si pueden hagan
una lápida que diga: Hic jacet Matthaeus F. Mansfield B. Feciste nos ad te
et inquietum est cor nostrum donec requiescat in te. Es el resumen de mi
vida, de haber sido siempre un hombre al cual nada de este mundo lo
llenaba, ni el amor humano ni las cosas del mundo y por eso me la pasé
angustiado, con un corazón que anhelaba descansar de sí mismo en el
pecho de mi Señor Jesús…
_ No te preocupes Matthew, yo me encargaré de que tu última voluntad se
cumpla. Elegiste un hermosa frase de San Agustín como epitafio: nos has
hecho para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en
575

Ti. Rezaremos para que Dios te otorgue la corona del que ha triunfado
para la vida eterna.

_ ¿Crees que estaré salvado Christian? Dios me ha concedido esta gran


oportunidad de no morir súbitamente, pero aun así tengo temor. He
rezado mucho por mi perseverancia…ruego a Dios para que me la
confiera– Matthew le hizo la pregunta con un aire de angustia.

_Matthew, no lo sé, pero hay alguien que dijo una vez que se salva quien
quiere ser salvado. Acabas de recibir los sacramentos y a nuestro Señor.
Cuando llegue ese momento, el tan esperado momento de tu juicio, Dios
se acordará de todo lo bueno y lo malo, y tu vida pasará delante de tus
ojos. Yo sólo puedo decirte que estés tranquilo y que esperes a la muerte
confiado, confiado en tus actos de contrición, confiado en cada Ave María
que rezaste en tu vida, confiado en San José al que le rezaste durante toda
tu vida por la gracia de tu buena muerte, confiado en cada misa que
ofreciste por tu perseverancia final… ¿qué más quieres? Al menos estás,
según yo creo, más entre el Cielo y el Purgatorio que entre el Infierno y el
Purgatorio. ¿Tienes mucho miedo?

_ Miedo a enfrentar a lo desconocido. Es como estar esperando el


resultado de un examen en la universidad. Cuando después del examen
oral te mandaban afuera de la sala mientras la comisión examinadora
decidía y la espera era impaciente…sí, eso es, estoy impaciente por saber si
aprobé el examen de mi vida. No sé porque aún estoy vivo y más encima
hablando, esto es muy extraño. Con lo grave que fue el infarto debiera
estar muerto y bien muerto ya…no comprendo qué más quiere Dios de
mí. Pero le doy gracias por la ocasión no sólo de haber recibido los
sacramentos, sino que también, tal como lo has dicho, por la oportunidad
de poder despedirme de ustedes.

_ Si hubieses estado consciente viendo cómo nos peleábamos por cuidarte


cuando estabas en coma. A Manuel había que obligarlo bajo amenaza de
no entrar más a tu pieza para les que diera la posibilidad de cuidarte a tus
hijos y a nosotros. Parece que temía que te fueras sin que lo perdonaras
por haberte empujado en el río. Terminamos cuidándote de a tres, así se
acabaron las peleas. Justo cuando despertaste estábamos en misa y Andrés
se ofreció para que pudieran ir.
576

_ Estoy muy agradecido por todas sus atenciones. No merezco ser la causa
de sus desvelos… ¿Cómo podría recompensar tanto cariño? Hago deudor
a Dios de lo que les debo para que Él los tenga en consideración a
ustedes por todo el amor que me dan y que yo no puedo retribuir más
que con mis oraciones. Christian, hay una cosa más que quiero pedirte.

_ ¿Qué cosa?

_ Rafael se vino para acá siguiéndome. Ha sido un discípulo muy fiel y lo


considero como un hijo al que aprecio mucho. Por favor, que nunca le
falte nada, especialmente el afecto. Somos su familia ahora y espero que él
continúe recibiendo el amor de ustedes aunque yo no esté.

_ No hay nadie en esta casa que no lo tenga en cuenta. Matthew H, Ian y


Juan Manuel le estiman como si fuera su hermano y mis papás y Ángeles
lo miman a cada rato con atenciones…Bueno, bueno, ahora voy a buscar a
Manuel.

Christian salió y en la puerta estaba Etcharren, con su cara llena de


ansiedad.

– Ya Manuel, entra, Matthew te está esperando. - Manuel entró. Matthew


permanecía sentado, con los ojos cerrados y con sus manos juntas sobre
su pecho terminando de rezar. Manuel se acercó a él y se sentó junto a su
lado mirándolo de frente en la cama.

_ ¿Eres tú Manuel? - preguntó Matthew sintiéndose un poco más


recuperado.

_ Hola Matthew, ¿no te importa que me siente en tu cama? – Manuel


estaba profundamente conmovido al ver nuevamente despierto a su mejor
amigo en semejante estado de gravedad. El enfermo movió la cabeza
negativamente y cogiendo la mano de Manuel lo saludó cordialmente y
tomó la palabra.
_ ¿¡Hombre, cómo me va a molestar!? Me siento extraño sin ver… ¡Qué
lástima que no pueda hacerlo! Desearía poder ver a mis hijos, a mi
Angelito, a mis padres, a todos ustedes, a ti amigo, mi único amigo de toda
577

la vida… Mira Etcharren, tu sabes que a mí me cargan las cosas cursis, y


aunque me esté muriendo no quiero que te sientas incómodo por mí. Yo
ya no puedo resistir más. Me he pasado la vida luchando y he llegado a un
punto en que mis fuerzas se han ido. Quiero partir si es la voluntad de
Dios, quiero dejar de sentirme exiliado. Estoy en extremo exhausto.

_ Matthew conmigo está Rufus. Yo sé que a ti no te gusta que los animales


anden dentro de la casa, pero….

_ ¿Rufus? Mi perrito…ven Rufus, hop, hop aquí conmigo.

El perro dio un brinco sobre la cama y sin importarle las mangueras


con el suero y el oxígeno comenzó a lamer a Matthew en la cara,
ladrándole de alegría.

_ Este perro ha estado muy raro estos cuatro días. No ha comido casi
nada y se la ha pasado echado en su casa. Te extraña y está deprimido.
Ahora le ha vuelto el alma al cuerpo.

_ Qué bueno que me lo trajiste. Aunque me cargan los animales sueltos


dentro de la casa no podía dejar de despedirme de él…ha sido tan noble y
fiel conmigo. Me ha acompañado en la soledad y en mi tristeza. Déjalo
que se quede conmigo hasta cuando él quiera. Rufus, échate a mis pies.
Rufus sabe que me estoy muriendo. Los animales intuyen cuando las
cosas andan mal con la gente sobretodo si son tan querendones de sus
amos.

El perro obedeció de inmediato y se fue a echar a los pies de la


cama de Matthew y no fue posible después moverlo de allí.

_ Matthew, viejo… yo necesito que me perdones.- Manuel le apretó la


mano con fuerza.- Yo no me voy a quedar tranquilo si no me dices algo
acerca de lo que pasó en el río.

_Soy yo el que debiera disculparse contigo, actué mal, me excedí en el


celo con el que discutí contigo. Oye viejo, lo que pasa y lo que siempre
nos ha pasado es que ambos tenemos una manera distinta de enfrentar las
cosas. Tú eres más arrebatado, te gusta el combate físico, eres un
578

aguerrido e intrépido guerrero para todo, para los negocios, para la vida
en general; yo no, soy un hombre de toga, un intelectualoide cualquiera.
Por eso es que me indignó saber que te llevaste a Matthew Hugh a poner
bombas… ¡qué idiota eres Manuel! ¿Cómo tan tonto? ¿Qué estabas
pensando?

Matthew suspiró y se quedó un momento en silencio descansando.


A Manuel le pareció que se veía demasiado bien para lo grave que estaba
y rápidamente pasó por su mente la idea de que estaba viviendo la mejoría
de la muerte. Hizo una extraña mueca, como sollozando y sonriéndose a
la vez, al mismo tiempo que Matthew abrió los ojos y continuó con la frase
que había interrumpido para poder tomar aire. Para Manuel fue
sumamente extraño ver mover sus pupilas como lo hacen los ciegos. De
un lado para otro sin saber a dónde dirigir los ojos para fijar la vista.

- Tú crees que vas a cambiar al mundo por la fuerza de la espada, yo creo


que sólo Dios puede cambiar al mundo y que nosotros debemos pedirle
con más fervor para que de una buena intervenga y lo haga. El día parece
estar cerca, se siente en el aire como dice Castellani, como cuando viene
la tormenta. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven a salvarnos! ¡Con cuanta alegría
debemos esperarlo Manuel! El mundo se volvió insoportable cuando se
volvió contra Dios, contra el Creador. Hay veces que para evitar un
conflicto mayor es necesario quedarse callado y no reaccionar, yo opté por
eso, ahora estoy en la trinchera esperando los refuerzos. Yo luché cuando
tuve que hacerlo contra fuerzas perversas, y creo que en algo ayudé, ahora
debo hacerme a un lado.

_ Salvaste a mucha gente Mateo, a mucha gente partiendo por mí.

_ No seas ridículo, no digas estupideces. Yo no he salvado a nadie


Manuel. ¡Como dices una cosa tan desatinada! Tamquam bruta
animalia…Sólo he dicho lo que sé y he hablado según la Verdad. Si esto
ha servido a alguien, eso sólo lo sabe Dios. Nunca fue mi intención andar
convirtiendo gente, no soy un apóstol ni un misionero, ni nada. A lo más
traté de acercar la fe a los que me rodeaban. Lo único que hice fue
intentar mostrar el Bien, porque dentro de mí ardía un deseo de querer
dar a conocer lo que a mí me había sido revelado como a cualquier hijo
de la Iglesia. Llevaba en mí un deseo ardiente de enseñar a Cristo, y que
579

algunos hayan abierto los ojos con mis palabras, no es mi obra, sino la de
Aquel que se sirve de sus hijos para atraer a las ovejas que andan en otros
rediles. Ahora bien, para nuestra tranquilidad espiritual y para darle la
formalidad que precisan tus disculpas: Perdóname si fui un mal amigo, si
te fui desleal, si te hice daño. Perdóname por no haberte hablado por….

_ Un mes…

_ Por un mes que ya no podremos recuperar. Yo por mi lado te perdono


cualquier cosa que a lo largo de estos treinta y ocho años me hayas hecho.
No hay ninguna deuda entre los dos, todo está saldado.

_ Gracias, estamos a mano… ¡qué alivio! ¿Necesitas algo?

_ Manuel….

_ ¿Sí?

_ Disculpa, estoy tan perdido y desenchufado que se me olvidó lo que iba


a decirte. Tengo enormes lagunas mentales, se me van las ideas, creo que
el infarto me mató algunas neuronas. Al menos no me quedó la boca
chueca y puedo hablar relativamente normal.

_ ¿Quieres agua?

_ Claro, es era lo que iba a pedirte. ¿Puedes mojar mis labios con un poco
de agua? Tengo la boca seca.- Manuel se acercó a la mesita que Matthew
tenía junto a su cama y metiendo una mota de algodón en un vaso, la
estrujó y con cuidado humedeció los partidos y morados labios de
Matthew y mientras hacía esto su cabeza se llenó de recuerdos y
contemplando a su amigo no pudo evitar que las lágrimas se le vinieran a
los ojos como un torrente. No lo pudo aguantar más y abrazó a Matthew
envuelto en un mar de dolorosas lágrimas.

_ ¡Matthew!… ¡Matthew!…amigo.

_ ¡Por Dios hombre! ¿Qué te pasa Manuel? Ya, ya déjame por favor. –
Matthew quería soltarlo para no emocionarse y ponerse a llorar, pero no
580

podía, deseaba reconciliarse con su amigo de toda la vida y lo abrazó con


todas sus fuerzas.

_ ¿Qué quieres que haga Matthew? ¿Quieres que el verte así no me


afecte? Saber que te estás muriendo…Perdóname, ¿qué te estoy diciendo?
Metiendo el dedo en la llaga ¿Crees que no me duele verte ciego? Tú
que leías tanto, tú que tenías esa mirada inocentona que leía con los ojos
a las almas de quienes te miraban, ¿quieres que me dé lo mismo? ¿Por
qué esta agonía tan larga? ¡Mejórate de una vez y listo!.

_ Cálmate Manuel por favor. Sé que me estoy muriendo, no hay nada


terrible en eso, es hacia donde todos debemos ir. Estoy contento y por
primera vez en mi vida en paz conmigo mismo y con Dios. No he muerto
de golpe, sino que se me está dando la gracia de despedirme de ustedes y
de morir cristianamente como lo soñé y pedí toda mi vida o acaso,
¿Hubieras preferido que hubiera parado las patas al tiro?

_ ¿No puedes dejar de reírte de ti mismo por un instante? ¿Te molesta


que te abrace como quien abraza a un hermano tan querido que se está
yendo para siempre?

_ Ya te pusiste cursi, ¿viste? Yo sabía que ibas a terminar abrazando al


muerto y diciéndome frasecitas cebollas. Lo más bien que casi me pegaste
la última vez que nos peleamos.

_ Y si no hubieras tenido el marca pasos hubiera sido una buena pelea.-


Manuel se rió y mientras secaba las lágrimas de su rostro una enorme
sensación de paz lo inundó. Veía a Matthew tan sereno y alegre que toda
esa tristeza que había sentido unos momentos atrás se había esfumado en
un dos por tres. Matthew irradiaba algo extraño, una fuerza y una calma
que llenaba todo el lugar y los corazones de aquellos que le visitaban.
Pensaba que eso no era una mera sensación y estaba seguro que se
encontraba presenciando la agonía de un hombre bueno.

_ ¿Te acuerdas Etcharren de la vez que nos agarramos a puñetes en el


Sporting? Dimos un buen espectáculo justo un día viernes cuando había
carreras de caballos. Si no nos hubiesen separado, ¿quién habría ganado?
581

_ Lo más seguro es que te hubiera ganado, nunca fuiste bueno para los
combos. Te esquivé un buen gancho la otra vez y te fuiste de hocico al
agua.

_ A mis hermanos siempre les ganaba, y creo no me hubieras ganado


fácilmente, me faltaba técnica, eso sí. Claro que tú Manuel eres muy
visceral. ¿O me equivoco?

_ Soy apasionado más que visceral. Cuando algo me molesta o me parece


injusto…

_ Y eso te ha traído más de un problema.

_ Es parte de mi identidad. ¿Estás cansado? – Matthew estaba


comenzando a sentirse mal nuevamente. Su pecho empezó a sonar
extraño.

_ Desde hace algún tiempo vivo con una permanente sensación de


cansancio. - Matthew bajó la cabeza y colocó el mentón sobre su pecho.-
Pero no te vayas…convérsame un poco más, eso me distrae y hace que
deje de concentrarme en esta punzada que me atraviesa el pecho.

_ ¿No quieres estar con tus hijos?

_ No quiero que ellos se queden con esta imagen de su padre: ciego,


escuálido y ahogado…

_ Pero eso no lo puedes juzgar tú. Quieren estar contigo. ¿Cómo no vas a
querer estar con ellos?

_ Es que es mucho lo que tengo que decirles, a cada uno y no sé si pueda


hacerlo. Está bien, diles que vengan, después seguimos conversando.
Bueno, bueno amigo, en la noche cuando te toque cuidarme, hablamos
más. Me cuesta descansar y me despierto a cada rato. Hace pasar a mi
familia.

Fue un momento muy especial para Matthew ya que estuvo a solas


con sus siete hijos y su Angelito. Almorzaron con él, tratando de revivir de
582

alguna manera los tiempos de los almuerzos familiares en la tranquilidad


del hogar en Viña del Mar. Matthew estuvo abrazado con sus hijos que
por turno iban y venían, escuchando de su padre buenos consejos,
recuerdos de su niñez y de su juventud. Tenían la certeza que ese
momento iba a ser único e iba a marcar sus vidas en adelante. Tuvieron la
gracia de estar con él y de aprovecharlo hasta el final.

Carlos pidió expresamente poder conversar a solas con Matthew,


pero lamentablemente justo en ese momento Matthew sufrió un colapso
en su mente que lo dejó en blanco. Su organismo estaba funcionando a
medias y a ratos no lograba pensar con lucidez. Carlos entró a la
habitación en silencio y contempló con atención a Matthew que
descansaba con los ojos abiertos y con su cabeza levemente caída hacia un
lado sentado lleno de cojines apoyándole la espalda para que pudiera
respirar mejor. Se acercó a él y atrajo una silla para sentase junto a la
cama.

_ Mateo, amigo, me dejaron verte un ratito a solas y traje el cello para


tocarte lo que quieras escuchar.

_ ¿Quién me habla? – dijo el enfermo palpando con su mano el rostro de


Carlos quien se había acercado a darle la mano y pensó le estaba jugando
una broma.

_ Soy yo, Carlos…

_ ¿Carlos? ¿Carlos? ¿Por qué no puedo recordarte…?

_ Matthew, ¿me lo dices en serio? – Matthew se llevó la mano a la frente y


trataba de recordar…pero nada, en un minuto se olvidó de todo y
comenzó a sentirse terriblemente angustiado por no poder ordenar su
cabeza.

_ No recuerdo nada…estoy en blanco…

_Tranquilito amigo…tranquilo, cierra tus ojos. Eso es, respira profundo.


Tuviste un infarto y estas cosas suelen ocurrir. Tu sangre no circula bien y
tu pobre cerebro sufre también por la falta de irrigación. Soy yo, el viejo
583

judío Carlos que viene a acompañarte un poquito. Voy a conversarte y así


te vas relajando. Aunque no recuerdes quién soy, déjame decirte que en
toda mi vida nunca había sido tan feliz, nunca me había sentido tan pleno
desde el punto de vista espiritual, a pesar de todas las incomodidades, del
miedo de ser descubierto, del duro trabajo que nos toca para poder tener
algo para comer; me siento en paz y ahora que soy catecúmeno y puedo
participar de la primera parte de la Santa Misa…es un anticipo del cielo y
te lo debo a ti, que me aceptaste, que me acarreaste, que me mostraste el
rostro amable de Cristo.

_ ¿De qué hablas? No entiendo lo que me dices…yo no he hecho nada,


nada en mi vida que valga la pena…Carlos…Carlos, ¿tú eres el que toca el
cello en la casa de mis papás?

_ Si, y tú me acompañas con el violín. Nos juntábamos en la casa de tus


papás a tocar con Manuel en el piano hace mucho tiempo. Pero en estos
momentos estamos viviendo en el sur, en una isla…

_ ¿En una Isla? ¿No estamos en Viña?

_ No Matthew, hace un año que vives en esta isla.

_ Yo toco muy bien el violín, ¿verdad? Y me da vergüenza cantar porque


tengo voz de bajo… ¿Quién necesita un bajo? Conozco perfectamente el
concierto de Beethoven de memoria… ¿o lo estoy imaginando? ¿Qué
hago acostado si me tengo que levantar a practicar? Quiero
tocar…¿puedes darme mi violín?. Necesito tocar, necesito escuchar mi
propia música… ¡que bella es la buena música!, ¡que regalo más grande de
Dios poder crear melodías tan hermosas que me electrizan los pelos y me
elevan el alma hacia la belleza, la Belleza así con mayúsculas!

_ Si, Matthew tocas como un grande y el concierto de Beethoven lo


estabas estudiando con Roberto e iban en el primer movimiento, pero
estás enfermo y tienes que descansar para recuperarte. No puedes tocar
ahora, además que estas con todas esas mangueras en tus brazos y los
electrodos en tu pecho, y la sonda...– Carlos estaba a punto de largarse a
llorar al ver los ojos brillosos de Matthew que pasado en parte el bloqueo
mental, estaba volviendo a recuperar la memoria, pero hablaba y hablaba
584

sin hilar bien, diciendo lo que primero se le venía a la cabeza. Se veía tan
débil y demacrado que daba pena mirarlo, pero a su vez era como ver a
un hombre completo, espiritualmente sereno a pesar de todo lo que
sufría. .- ¿Puedes recordar más cosas?

_ No sé qué me pasó que por unos minutos no podía…no podía…Ay


Dios, se me olvida todo.

_ ¿Quieres que te interprete algo con el cello? ¿Algo de Bach?

_ No podía hilar lo que quería decir, una palabra por allá y otra por acá y
no las agarro para unirlas… ¿Cómo puedo llegar a ser tan estúpido? Por
favor perdóname, no quise hacerte sentir mal…yo, yo no puedo controlar
mi cabeza…Tú eres mi amigo Carlos, el que vivía en el Cerro Castillo, en
Viña cerca del Palacio Presidencial y que tenía tres hermanos mayores que
me molestaban cuando iba a tu casa diciéndome: “Goyim, goyim de los
ojos pardos vestido como un perrito burgués” porque tus hermanos eran
anárquicos y marxistas, y les molestaba mi presencia y mi cara de niño de
coro inglés.

_ Muy bien, muy bien.

_ Acércate amigo…dame tu mano – Matthew le tomó la mano a Carlos y


se la apretó suavemente - He sido un mal amigo contigo, te he tratado
mal, perdóname, soy un estúpido cretino.

_ No Matthew, nunca me has tratado mal…discutíamos y te picabas, y yo


también, pero eso quedó atrás. Voy a tocarte algo de Bach, pero no te
emociones mucho que te hace mal. ¿Estás cómodo? ¿Quieres que te suba
un poquito más?

_ Estoy cómodo, gracias. No te imaginas lo que estoy sufriendo por estar


causándoles este dolor de verme enfermo...es lo que en estos momentos
me tiene más triste. Sí...sí Carlos…comienza a aclararse la mente…claro,
por supuesto si estamos en el sur…Elgar…

_ ¿Elgar? , ¡Ya entiendo! ¿Quieres que toque la parte del solo de cello, el
primer movimiento del concierto de Elgar que tanto disfrutas? – Matthew
585

asintió con la cabeza. – Parece que te volvió la memoria completamente,


¡Cuánto me alegro! ¡Qué cosa más loca amigo! Hace un rato no sabías
quien era y ahora me pides que te toque nada menos que a Elgar. Pobre
amigo…si pudiera hacer algo más por ti que acompañarte con música. Me
encantaría poder ayudarte.

_ Reza Carlos, reza por mi salvación que temo no ser digno del cielo. No
valgo nada…soy un pobre hombre agonizante que no tiene ninguna
cebollita que darle a nadie. ¿Cómo voy a presentarme frente al tribunal de
Dios con las manos vacías?

_ ¿Cebollitas? Dostoievski, ¿no? Como te gustan los Kamarasovi y esa


historia de la cebolla, de los méritos que hay que tener para entrar en los
cielos.

_ Reza por mi Ángeles, para que acepte mi partida por amor a Dios; reza
por mis hijos, por mis padres, por mis hermanos, por mi cuñado y por
mis cuñadas, por Rafael, por los Vicencio, por la Iglesia sufriente para que
resista que falta poco, reza por la almas de nuestros enemigos para que se
conviertan…reza por ti mismo y yo te prometo que si me salvo le pediré
por ti a Dios con toda mi alma para que te vayas derechito al cielo, para
que no pierdas la fe cuando te llegue el martirio. Vas a sufrir, pero será
por muy poco, no va durar mucho… Estoy enfermo…me estoy muriendo.
Sí, es lo que pasa, por eso hablo incoherencias. Estoy como
emborrachado. Estoy llegando a la meta…he corrido durante mi vida para
llegar a la meta en esta pista que es dura y llena de vallas. Me he
preparado día tras día para mi muerte y ella está ahí parada en la puerta…
¿la ves Carlos?- Matthew se inclinó en dirección a la puerta y parecía
realmente estar viendo lo que decía ver. Sus ojos se movían de un lado
para el otro, saltaban como cuando a un niño se le entrega un regalo de
navidad. Por un momento Carlos se sintió aterrado al verlo como
conversando con la muerte, sonriéndole y hasta estirándole los brazos
para que se lo llevara - Es hermosa…no es como la pintan. Acércate amiga
muerte, acércate y llévame donde mi Amo. ¿Por qué no vienes a
buscarme? Estás parada ahí mirándome con tu sonrisa pulcra y agraciada,
es una señora elegante con su traje de noche dispuesta a sacarme a bailar y
luego darme el último beso en mis labios… llévame donde mi Dueño,
dispensadora de la verdadera Vida. Carlos, mírala, conoce a nuestra
586

hermana…es bella, pero de una belleza incomprensible. Ella me tomará


de la mano y me llevará donde el dueño de la viña para que me pague
según mi trabajo. He trabajado a medias…soy un mal obrero que se sienta
a descansar debajo de las parras en horario laboral, pero El me ve…se me
acerca y le pido que perdone mi negligencia. Carlos…mi Amo me toma de
la mano, me levanta y me abraza aceptando mi arrepentimiento
sincero…porque traté de hacer las cosas como El me las pedía, pero no
siempre pude cumplirle fielmente y me dejé llevar por mis debilidades,
por mis pasiones, por mi soberbia, por mi orgullo de niño mimado a
quien todo se le ha dado y ha sido un ingrato. Mira Carlos, ahí frente a la
ventana… que cosa más linda, es el coro del Magdalen, el de mi college.
¡Qué bien cantan! Yo iba a donde los anglicanos para puro escucharlos
cantar…me quedaba calladito atrás sin que nadie me viera y escuchaba a
los niños con la túnica roja y el roquete blanco del college. Oye Carlos,
¿Por qué no me llevas afuera? Quiero tomar aire, me estoy asfixiando.
Quiero sentir el bosque, quiero tirarme en el musgo y entre los líquenes.
Por favor, acompáñame y me tocas el cello afuera junto al río donde me
siento a leer y a pololear con mi Ángeles…- Matthew se llevó las manos al
corazón y bajando la cabeza recitó un salmo - “Las tribulaciones de mi
corazón se han multiplicado, sácame de mis necesidades, Señor. Mira mi
abatimiento y mi trabajo; y perdona todos mis pecados” …llévame para
fuera Carlos…por favor llévame al bosque…necesito aire fresco, el pecho
se me comprime cada vez más.

_ Amigo…ese salmo, ¿recuerdas tan bien ese salmo? Es increíble la


mente humana y los vaivenes que estás sufriendo. Escucha: no puedo
llevarte afuera Matthew, estás muy débil. Quisiera sacarte y llevarte donde
me pides para que contemples la naturaleza con los ojos de tu alma, pero
es imposible.

_ Bueno, entonces tendré que conformarme con lo que me queda de


imaginación para recrear el bosque en mi mente. Dime una cosa… ¿te
convertiste?
_ Me estoy preparando para el bautismo…tú me llevaste donde Titian
para contarle la noticia y para que me preparara, ¿tampoco recuerdas?

_ Sí, sí lo recuerdo. Es que pensé que lo había soñado. Se me confunden


las cosas Carlitos…Judío converso, ¿Cuántos más se habrán convertido al
587

ver las abominaciones de Todtschläger? Estoy seguro que no eres el


único.

_ Yo espero lo mismo… “¿Cuánto más ellos, que son las ramas naturales,
serán injertados en el propio olivo?” _ Matthew le sonrió al escuchar la
epístola de San Pablo referida a la conversión final de los judíos.

_ Déjame decirte uno de mis últimos anhelos. Soy uno más en esta casa
Carlos, no lo olvides. No quiero que me idealicen, ni que pongan en un
altar y hagan cultos a una personalidad que no es nada.

_ Todos en la casa lo tienen claro. Eres el primero de nosotros en irse,


por eso el alboroto, pero quédate tranquilo porque nadie ha pensado en
ponerte en un pedestal. Tus familiares te aman, tus amigos también, pero
se están tomando tu partida como algo natural y de lo único que
realmente se preocupan es de rezar por tu salvación. No te vamos a
olvidar jamás, y siempre estarás presente en nuestras oraciones, nada más
que eso. Recordarte con cariño, recordar tus palabras y sus obras no es
elevarte a un pedestal. Es natural que te acuerdes de alguien que te ha
marcado en la vida.

_ Gracias, gracias, no soporto pensar en esas cosas horrendas de santificar


al muerto y crear toda una mitología de la bondad de éste cuando ya no
está. Eso es algo nuevo que se han inventado los católicos modernos, y ahí
los tenemos con sus discursitos zalameros y sentimentaloides en vez de
rezar por el finado. Gracias por venir este ratito a acompañarme con tu
cello, muchas gracias…han sido todos tan buenos conmigo, siendo que no
lo merezco.

Una vez que Matthew se hubo quedado callado, Carlos comenzó a


tocar lo que le había pedido, sin dejar de observar de reojo a Matthew con
temor, ya que los ojos de su amigo parecían estar viendo lo que le estaba
contando sobre la muerte y sobre Cristo; sobre el coro de la capilla del
Magdalen; sobre el bosque y el río. Sus pupilas estaban dilatadas y
chispeantes hasta que de pronto volvió a cerrar los ojos. Jadeaba para
poder respirar y estaba muy inquieto. Carlos comprendía que todo era
producto del infarto y que esas imágenes estaban en su mente y que
hablaba en sueños. ¿Estaba profetizando o eran cosas de su mente que
588

deliraba y andaba perdida? ¿Sufrir el martirio? Carlos quedó para dentro,


pero no quiso seguir especulando. Tocó apasionadamente el cello,
mientras Matthew caía rendido por el cansancio nuevamente.

_ Adiós Matthew…adiós. Que Dios te acompañe en estas horas tan


dolorosas para ti y para los tuyos. Ha sido un honor y un privilegio ser
parte de tu círculo más cercano. Yo soy un converso, un trabajador de la
última hora que se ha colgado del trabajo de ustedes, que se la han
pasado luchando toda la vida. Gracias por dejarme acompañarte este rato
tan corto, pero tan intenso. Nunca olvidaré este momento. Me he llenado
de esperanza al estar contigo, me has llenado de paz Matthew. Perdóname
por haberte tratado tantos años con el despreciativo nombre de
goyim…me duele habértelo dicho siendo que era yo el burro de carga
ciego y orgulloso. Adiós Mateo, buen amigo, duerme tranquilo.

Las horas se sucedieron y todos querían acompañarlo. Se turnaban


en grupos para estar con él en silencio en la habitación. Los que no
podían entrar permanecían en el pasillo o en la capilla en oración. Cerca
de las cuatro de la tarde habían quedado de reunirse en la pieza del
enfermo. Desde hacía un tiempo y antes de que Matthew se enfermera
habían estado preparando la llegada del Adviento con villancicos y lecturas
para cada una de las cuatro semanas. Pues bien, ese primer domingo
estrenarían lo que habían preparado, pero dadas las circunstancias, se
había modificado el programa.

_ Hola Matthew, te tenemos una sorpresa.

_ Hola mi Monseñor, ¿qué sorpresa me tienes hermano? – dijo Matthew


incorporándose en la cama con la ayuda de Ángeles. Parecía estar
consumido por la enfermedad. La mejoría que Manuel había percibido en
la mañana se había esfumado en un par de horas y ahora estaba peor. Sin
embargo, luchaba por aparecer bien y no causar lástima. Quiso que
nuevamente lo sentaran lo más derecho posible colocándole un
almohadón en la espalda. Esto le ayudó a respirar mejor. Solicitó a su
padre que le apagara el monitor:

_ ¿Qué saca papito con tenerme el monitor puesto? Quiero irme sin tener
que escuchar ese pitito infernal, sáqueme esto, es insoportable. Además
589

cuando pase, se darán cuenta de inmediato. – Todos se quedaron


callados. Hablaba con tanta naturalidad acerca del momento de su
muerte que no despertaba miedo, ni incertidumbre. Se tomaba la muerte
como algo más de la vida, como quien está a punto de emprender un viaje
y nada más que eso. Tenía razón por lo demás, escuchar
permanentemente ese sonido encrespaba los pelos a cualquiera. Un
momento de incomodidad se vivió mientras el Dr. Mansfield retiraba del
brazo de Matthew el aparato para tomarle la presión y los electrodos del
pecho. Su mismo papá fue el primero en romper el silencio:

_ Hijo, aquí está don Peruco con su familia que quieren verte, por favor
acérquese don Pedro.- Don Pedro que no había tenido la oportunidad de
ver a Matthew desde que había caído enfermo, tímidamente se acercó
con su mujer y sus dos hijos a la cama del moribundo. Estaba muy
emocionado y su mujer tenía lágrimas en los ojos al contemplar a este
buen amigo que tanto los había ayudado, al que conocían desde que tenía
cinco años que lucía tan desgastado y agobiado.

_ Don Mateo… ¿cómo está usted?

_ Don Pedro, aquí me tiene…parece que ya no voy a poder seguir con la


pega que me pidió y el huerto de frutillas va a quedar medio botado.- Al
decir esto don Pedro se largó a llorar.- Pero don Peruco, ¿ por qué llora
hombre? Ya, si no pasa nada, oiga, ya córtela no ve que a mí también me
da pena…- Don Pedro le dio la mano.

_ Don Mateo… patroncito, es que estamos muy agradecidos con mi


familia por todo lo que hizo por nosotros. Gracias a usted mi Robertito es
profesional. Si usted no hubiera llegado con su violín hace ya tanto tiempo
a mi casa, él nunca hubiera desarrollado ese talento, ni hubiera estudiado
violín, ni tendría la fama que tiene.

_ Fue un acierto, eso es verdad, pero ahora va a tener que olvidarse un


poquito de la fama hasta que pase lo malo y llegue el Rey. Roberto va
tocarle a su Majestad el violín como sólo su hijo lo sabe hacer.

_ Oiga patrón, hice un esfuerzo y…y…aprendí a decir bien su nombre.-


Don Pedro nunca había podido pronunciar bien el nombre de Matthew y
590

poniendo la lengua entre los dientes pronunció la doble t y la h del


nombre en un perfecto inglés que hizo sonreír a Matthew.

_ Muy bien, muy bien, por fin después de tantos años. – Don Pedro notó
que Matthew parecía estar peor. Tenía el rostro demacrado, se veía sin
fuerzas, extremadamente débil, respiraba por la boca y con dificultad por
lo que se despidió cariñosamente junto con su esposa y sus hijos que
miraban con agradecimiento a este hombre al que tanto admiraban.
Monseñor Mansfield tomó la palabra nuevamente:

_ Como te decía Matthew… ¿puedes seguir o quieres descansar?

_ Continua por favor Christian que me ayuda a distraerme.

_ Bueno, en este primer domingo de adviento hemos modificado un


poquito el programa que teníamos preparado e incluimos algunos
villancicos que a ti te encantan y además me tomé la libertad de
acompañarlos con una de las meditaciones que escribiste para cada
domingo de adviento.- Matthew le había entregado a Christian los
manuscritos que tenía guardados en su oficina de la universidad. Nunca
los publicó y se los había regalado a su hermano. Eran las “Meditaciones
para el Tiempo de Adviento”. Ninguno de los presentes sabía que
Matthew las había escrito y él mismo se sorprendió al escuchar que
Monseñor se las iba a leer.- Tienen mi “nihil obstat” y debo reconocer
que, a pesar de su brevedad, son muy lindas. Son sencillos pensamientos
que nos harán meditar un poco. Perdona si me arranqué con los tarros,
pero lo bueno está para comunicarse y no para quedar abandonado
guardado en un cajón. El programa que tenemos se divide en dos partes.
Le entregaré el programa a la Angelito para que te lo lea. Lo hizo a mano
Teresita y está muy hermoso, ¿puedes leerlo Ángeles por favor?

A cada uno de los presentes se le entregó el tríptico que había


confeccionado Teresa Mansfield. Estaba decorado con ilustraciones del
Niño Jesús hechas por Dominic. Ángeles tomó el programa y se lo leyó a
Matthew quien estaba gratamente sorprendido por el esfuerzo que
pusieron para hacerlo sentir mejor.

_ Niño mío el tríptico dice así:


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“Esperando al Niñito Jesús en familia”:

Programa para el Primer Domingo de Adviento.

Primera parte: Instrumental: participan:

Matthew Hugh Mansfield Batagglia, violoncelo

Carlos Leví Péres, violoncelo

Ian Henry Mansfield Batagglia., violín (tocará con el violín de Matthew


Mansfield Bradley).- Matthew soltó un suspiro de emoción al saber que
su hijo iba a tocar con su violín.

Roberto Vicencio Pérez, violín

Annie Mansfield Batagglia, violín

María de los Ángeles Batagglia Abreu, viola

Juan Manuel Etcharren Mansfield, flauta

Peter Mansfield Bradley, mandolina

Obras: Noche de paz; Campanas de Belén, Adeste Fideles, The Little


Drummer Boy.

Segunda parte: Meditaciones para el primer Domingo de Adviento, del


Dr. Matthew Mansfield Bradley, D.Ph. Oxford University, leías por Rafael
Latorre Tiare.
Tercera Parte: Coral. Villancicos ingleses. Participan: The Traditional
Christmas Choir, dirigidos por Monseñor Christian Mansfield Bradley,
P.Tr. Obras: What‟s child is this? (Ian Mansfield B., violin, Peter
Mansfield B., guitarra; Matthew H. Mansfield B, cello; Manuel Etcharren
Uribe, barítono); The conventry carol; The seven joys of Mary; The Holly
and the Ivy; Away in a manger y Walking in the Air.
592

Sin lugar a dudas el programa se eligió pensando en que eran los


villancicos favoritos de Matthew. Los músicos se ubicaron en sus puestos y
bajo la dirección de Roberto comenzaron a tocar. Matthew se sintió
transportado a la época en que con sus padres y hermanos pasaban las
navidades en su casa de Viña del Mar, sin mayores preocupaciones,
disfrutando la calidez del hogar y de una buena cena. ¡Qué hermosos
recuerdos y qué nostalgia sentía de aquellos días! Parecían tan lejanos,
como si un siglo hubiera pasado.

El programa continuó con la lectura de sus meditaciones. Rafael se


colocó sobre una improvisada tarima y sobre uno de los atriles de los
músicos puso el manuscrito que comenzó a leer con voz profunda y
pausada. Para él el hecho de que Monseñor lo hubiera elegido para leer
los últimos escritos de su maestro era un honor. La admiración y el cariño
que sentía por su profesor habían crecido durante estos meses y se sentía
como parte de la familia.

“Meditaciones para el Primer Domingo de Adviento”

Ha terminado el año litúrgico y hoy hemos comenzado el Adviento. El tiempo


de Adviento es un periodo que la Iglesia ha destinado para preparar nuestros corazones
para recibir a Cristo Nuestro Señor. Y para ello, nos preparamos del mismo modo en
que preparamos nuestro espíritu para el tiempo de Cuaresma, es decir, con penitencia,
con oración y con el corazón llano a escuchar la Palabra de Dios y ponerla en
práctica. Las lecturas de los Evangelios de Adviento nos hablan de estar atentos
porque ya está cerca su venida, y debemos entender su significado pensando y haciendo
un paralelo entre Su Primera y Su Segunda Venida.
Nos centraremos en la lectura de este primer domingo y en las oraciones de
la misa. En el salmo del Introito ( Salmo 24) el salmista le ruega a Dios para no
ser avergonzado y apabullado por sus enemigos. Le ruega a Dios para que sea con él
misericordioso y vea pronto cumplidas sus palabras. En los tiempos apocalípticos que
comenzamos a vivir nuestros enemigos se han hecho más feroces, han mostrado sus
593

garras e intenciones y pareciera que su triunfo final sobre los fieles está cerca. Se
nos hace un llamado a confiar en Dios y a depositar nuestras vidas en su misericordia
Pero confiar ciegamente en Dios, al que no vemos, al que no sentimos, no es tarea
fácil, ni menos cuando vemos que se nos persigue y se nos quiere someter al mundo. Si
no tuviéramos las profecías y si el mismo Cristo no nos hubiera enseñado y anticipado
que a causa de El padeceríamos nuestra fe se habría apagado. Cristo nos lo advirtió y
nos previno de innumerables males para que estuviéramos atentos y no vaciláramos.
“Señor Jesús, tú ya lo anunciaste. Nos dijiste que seríamos perseguidos a causa de tu
nombre, nos advertiste que nos echarían de los templos, que pasaríamos hambre,
ignominias, desprecios. Y junto con eso, nos diste la esperanza. La esperanza de saber
que es lo que tiene que pasar antes de tu segunda venida.” Si Cristo no nos hubiese
revelado que íbamos a estar sometidos por su causa al sufrimiento y si no nos hubiese
dicho que por causa de este sufrimiento entraríamos al Cielo con nuestros vestidos
blancos, ¿Podríamos resistir? No lo sé, pero creo que no. Ni el sufrimiento espiritual
y el físico podría ser soportados con paciencia y amor, si no tuviéramos la certeza de
que Dios por ser Dios no nos engaña.

Debemos confiar aunque parezca imposible. Debemos creer que Dios no nos ha
abandonado, pero con una fe convencida que de esto es cierto y no una confianza a
medias, por si resulta. Sufrir como sufrimos y sufriremos es una locura ante el
mundo si no confiáramos de verdad en las palabras del Señor. Porque acaso puede
alguien en su sano juicio querer sufrir por nada. A nadie le gusta sufrir, pero con
gusto y por la fuerza de la convicción y de la fe, se le acepta. Estamos convencidos
de que nuestros dolores no son en vano porque tenemos la certeza de que Dios está con
nosotros.
594

La Epístola de San Pablo (Rom. 13, 11-14) nos habla de despertar porque
nuestra salvación está cerca. No podemos esperar al Señor durmiendo, sino que
despiertos siendo luz para los hombres que viven envueltos en tinieblas. Los hijos de
las tinieblas producen oscuridad, confusión, desánimo porque son hombres que viven
desesperanzados volcándose sobre las cosas de este mundo para encontrar la luz. Pero
a ella no la hallarán en el mundo, sino que revistiéndose con las luminosas ropas de
Cristo que traspasan la oscuridad llenándonos de esperanza. En tiempos malditos debe
brillar la luz que es nuestra esperanza. El mundo pasará con todas sus vanidades, con
sus mezquindades, con sus mentiras y apariencias de hermandad.

Tener esperanza, confiar en Dios…lo cual no implica moverse por el mundo


con una alegría boba como fue la de la primavera post Vaticano II. Una alegría falsa,
superficial, incapaz de sacrificio. Debemos vivir con una alegría sobria porque nuestra
salvación le costó la vida a un Dios. Fuimos comprados a un alto precio. El pecado está
siempre presente en el alma del hombre y por esto hay que estar atentos para no
caer. Pero ya que por nuestra naturaleza pecadora sabemos que caemos una y otra
vez, para levantarnos una y otra vez más, nuestra alegría debe ser sana y no una
alegría superficial.

Llegamos finalmente al Evangelio. La lectura del Evangelio de San Lucas,


(21, 25-33) se centra en las señales que precederán a la segunda venida de
Nuestro Señor y es El mismo el que se encarga de decírnoslas. Es claro y preciso.
Llama a cada cosa por su nombre: de fenómenos naturales como terremotos y
maremotos. Nos habla de visiones inusuales en los cielos, en la luna y en las estrellas
.¿Por qué no hemos de entenderlas tal cual? Dios se sirve de la naturaleza para
llamar la atención a los hombres. Los llama a la conversión. ¿Podemos negar que
muchos se acuerdan de Dios cuando hay un terremoto? Pues bien, han pretendido
595

decirnos que no deben entenderse en su sentido real, sino que como una explicación que
daba nuestro Señor a gente rudimentaria que podía entenderle mejor mediante el uso de
ejemplos tomados de la naturaleza. “No debe usted señor entenderlo en sentido
literal”, y yo me pregunto ¿y por qué no? ¿Acaso debo entender todo en sentido
alegórico? Dice el cardenal Newman:· “Afirmo, por tanto, que aunque los cristianos
puedan errar y confundirse sobre los signos de la venida de Cristo, no se equivocan en
su estar atentos a la llegada del Señor” (…)“Prefiero ser la persona que, por amor
a Cristo y falta de ciencia, piensa que una extraña señal en el cielo, una cometa o
meteoro, son signos de su venida, a ser el hombre que por mucha ciencia y por falta
de amor se burla de mi equivocación” . Podemos equivocarnos en los signos, pero
debemos estar seguros de que nuestro Señor volverá. Y volverá cuando ya todo
parezca ante nuestros ojos como perdido. La ciencia ha estado buscando y sigue
buscando mil explicaciones a todos los extraños y desconcertantes signos que nos manda
la naturaleza. Pero nosotros los vemos como señales de la Providencia y por más que
se burlen de nosotros, los tomamos en su sentido divino porque nada hay en la creación
que escape a los designios de Dios. Nuestra mirada a la realidad en su totalidad debe
ser una mirada sobrenatural. Todo en la vida tiene una razón de ser que camina hacia
un determinado fin. Nada es por azar. La naturaleza que se encuentra herida a causa
del pecado del hombre, clama y grita una y otra vez por la vuelta al orden; y
gritará con dolores de parto cada vez más fuerte según se vaya acercando nuestra
redención final.

No podemos despreciar los signos que Dios nos ha revelado. Y así como los
cristianos de Jerusalén supieron interpretar las profecías de nuestro Señor y
abandonaron la ciudad antes de que fuera destruida, nosotros deberemos abandonar
nuestras ciudades a fin de esperar la venida de nuestro Señor en un ambiente que nos
permita la oración y la espera atenta. Así sea.”
596

Después de la lectura de la meditaciones y una vez que todos


abandonaron la pieza, la Sra. Annie fue a quedarse con su hijo, mientras
Ángeles aprovechaba ese instante para descansar ya que no se había
despegado del lado de su esposo. Quedaron, pues, solos Matthew y su
madre que sentada en la cama de su hijo, le acariciaba el rostro. Hacía
memoria de los años en que Matthew siendo un niño tan pequeño se
comportaba como un jovencito responsable y maduro.

Matthew incapaz de encontrar comodidad para descansar, no podía


dormir. Decidió colocarse de lado. Su madre lo ayudó y con gran
dificultad finalmente quedó recostado sobre su lado derecho, con la
diestra bajo su mejilla, y los ojos abiertos. Ojos que permanecían fijos y
opacos.

_ Me he convertido en una pesadilla para usted mamita, perdóneme por


hacerla sufrir. Me siento tan culpable de estar molestándolos a todos en la
casa con mi agonía.

_ Hijito, no digas eso. No te niego que me duele verte así, eres mi niñito,
mi chiquitito que se convirtió en todo un hombre.

_ Mamá, me lee por favor el Evangelio…me gustaría escuchar la parábola


del tesoro escondido…está en San Mateo.

_ Aquí está, ¿por qué justo esa parábola y no otra Matthew?

_ Léame y después le explico mamá.

_ “ El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un


campo; un hombre, habiéndolo descubierto, lo volvió a esconder, y en su
gozo fue y vendió todo lo que tenía y compró aquel campo.

También, el reino de los cielos es semejante a un mercader en busca


de perlas finas. Habiendo encontrado una de gran valor, fue y vendió todo
lo que tenía, y la compró”.- Matthew la interrumpió.
597

_Hasta ahí, mamá, gracias.- Su mamá cerró la Biblia y se quedó


contemplando a Matthew, esperando a que le explicara la razón de
porqué había elegido justamente esa parábola.

_ Es la razón por la cual estamos acá mamá. Cuando se descubre el tesoro


de la fe, se abandona todo lo demás y se da la vida incluso por ella. La fe,
y siempre lo he dicho y lo sigo sosteniendo, la fe que nos ha sido
transmitida es este tesoro por el cual todo se entrega. Y por eso mamita,
yo le agradezco ahora, en mis últimos momentos, el que me la haya
mostrado y enseñado. Le agradezco a Dios haber nacido en una familia
católica tradicional porque gracias a eso estoy aquí y no en el mundo que
sin darse cuenta está arrastrándose a la perdición. ¡Qué alegría me da
saber que si Dios lo permite podré estar contemplando su rostro dentro
de poco! Perdóneme que se lo diga, pero mamá, usted más que nadie me
entiende. ¿Cómo no he de estar agradecido de nuestro Señor que nos ha
subido a esta nueva Arca de Noé? Sí mamá, la fe es un tesoro que hay
que cuidar. Una vez hallada las cosas del mundo no valen nada: ni la plata,
ni la fama, ni la posición social, ni la belleza física, ni el poder, ni el
conocimiento de las cosas humanas, ni la ciencia, nada, todo eso es paja,
paja que se quema como tal. El amor de Cristo nuestro Señor, su amistad
vale cualquier sacrificio. He perdido mucho, pero a cambio lo he ganado
Todo. La fe nos alumbra en este peregrinar hacia aquello que es siempre
y que no se muda. Es un don gratuito que Dios nos otorga. Nosotros
simplemente no lo merecemos, y sin embargo se nos da, ¿por qué a
algunos? Podríamos preguntarnos, pero la verdad es que de alguna u otra
manera se nos da a todos los hombres, pero de distinta forma. Dios pone
en nuestra alma las luces que permiten descubrirlo. A unos obviamente
les da la gracia de conocerlo, por decirlo así, con mayor profundidad,
como a nosotros. Ahora bien, por lo mismo nuestra responsabilidad es
más grande porque se nos ha dado el don de conocer la fe más
ampliamente, por medio de la iglesia, de su catecismo, de sus
sacramentos, de su Santa Misa, y por lo tanto no se nos puede juzgar del
mismo modo en que se juzgaría a alguien que apenas tiene los rudimentos
de la fe. Nuestra responsabilidad es muy grande y por tanto es un deber
indeclinable transmitir esta fe de la que se alimentó nuestra vida espiritual
como de una fuente de aguas limpias y regeneradoras. Y debemos
transmitirla igual como la hemos recibido sin quitar ni agregar nada.
598

¿Vale la pena todo esto que hemos pasado y que seguirá pasando
hasta que se manifieste la Gloria de Dios? Claro que vale. Esto no es nada
en comparación al premio que recibiremos si somos fieles precisamente a
esa fe que gratuitamente se nos ha dado. Mamá, cuide su fe, le pido
encarecidamente que hasta que Dios le dé vida se preocupe de la fe y de
la formación de mis hijos, sobretodo de los más chicos, ayude en esta
tarea a la Ángeles ya que yo no podré seguir haciéndolo.- La Sra. Annie se
llevó las manos a la cara y comenzó a llorar.- No llore mamá, no llore. Yo
estoy muy tranquilo, porque di una buena batalla y ahora voy por la
corona. Voy a confidenciarle algo que ni siquiera a mi Angelito le he
dicho y espero que no se lo cuente a nadie hasta un buen tiempo más: le
ofrecí mi vida a Dios por ellos. No quiero que se condenen apostatando
en la prueba. Preferiría verme muerto a perder para siempre a uno de mis
hijos y a Ángeles, y Dios en su misericordia me ha tomado la palabra.
Puede que haya sido una mera coincidencia y que este corazón mío que
siempre me ha sido traidor, me haya fallado por una casualidad, pero
tratándose de ofrecimientos verdaderos, Dios no se hace el leso. - Su
mamá lo miró perpleja y después atravesar por un minuto de
aturdimiento, colocó su mano sobre la mejilla de Matthew y
acariciándosela le habló con dulzura.

_ No podía esperar otra cosa de ti mi niño. Sí, Dios te tomó la palabra y te


dará lo que le pediste, porque así ha sido tu vida, desde chiquitito y así
debías terminarla: con un corazón que se parte a causa del amor que llevas
dentro, ese amor que te ha movido a sacrificarte por Cristo y por tus seres
queridos. Dios te ha guiado hasta aquí como a uno de sus hijos predilectos
y yo he tenido el privilegio de haberte parido, de haber tenido a un hijo
bueno. Me duele verte enfermo, y daría mi vida por estar en tu lugar, pero
la voluntad de Dios ha sido otra y tengo que aceptarlo. La fe mueve
montañas, dice el dicho, y efectivamente mueve a dar la vida por lo que se
cree y por lo que se ama. ¿Cómo te sientes Matthew?

_ Mamá me siento muy mal, no ha parado de dolerme el pecho, cada


vez que inhalo es como si una aguja me penetrara el pulmón. Lo siento
latir tan débil, como si no tuviera la fuerza para bombear mi sangre. Una
parte de mi corazón esta inutilizable, y me está afectando a los pulmones-
Matthew suspiró y cerró los ojos.- ¡Ay Dios mío!, ¿cuánto rato más tendré
que soportar esta agonía? ¡Señor, ampárate de mí porque mi corazón ya
599

no resiste más! ¿Por qué se alarga tanto mamita? Tengo mucho


dolor…no estoy hecho para sufrir tanto mamá. Que Dios me perdone,
todo esto se lo ofrezco a Él, pero de todas formas soy humano demasiado
humano…y me quejo, no debiera, pero…ya ves. Mamá, mamá, contéstame
con honestidad ¿realmente piensas que he sido un buen hijo? Dime que
no te he defraudado…Dime mamá. ¿Cómo está mi papá? Ha estado tan
silencioso conmigo. Cuando me viene a ver lo único que me hace es
cariño en mi cabeza y me acaricia el rostro, como si no tuviera nada más
que decirme. Yo le he hablado, le he dado las gracias por todo, le he
dicho que le amo, pero no me dice nada más y me responde con besos y
caricias.

_ Hijito no sufras, has sido un buen niño. Trata de dormir hijo, no


pienses más y no hables. Cada vez que hablas te desgastas. Quédate
tranquilito, intenta respirar inhalando y exhalando con calma, botando
todo el aire y haciendo el esfuerzo de respirar lo más profundamente que
puedas. Eres un niño muy valiente y fortachón. Tu papá está con mucha
pena, sabes cuánto te ama. Eres su Matthew chico y para no quebrarse no
quiere hablar, compréndelo, hubiera deseado curarte. Está luchando por
aceptar que te va a perder y eso a los papás nos cuesta. Es un Mansfield y
la sensibilidad la tiene a flor de piel. No quiere que lo sientas llorar.
Después a las nueve va a venir Ian a quedarse contigo y luego Manuel, y
en la noche también va a estar tu Titian y todos estaremos en vigilia afuera
en el pasillo y en la capilla. Todos queremos estar contigo.

_ Dígale a mi papá que no esté triste. Le aseguro que si un hijo mío


estuviera en la condición que yo estoy me sentiría terriblemente impotente
por no poder hacer nada y que mi único consuelo sería la de volver a
encontrarnos en el cielo, donde espero llegar. Mamá, mamá linda, qué
bueno mamá que me estén acompañando, me siento muy amparado por
todos…Mamá ¿por qué Sean no ha venido a verme?

_ Viene cuando duermes, siempre te está controlando.

_ Quiero oírlo…quiero hablar con él, quiero despedirme de Sean.

_ Matthew, la verdad es que Sean se siente muy frustrado por lo que te ha


pasado y siente mucha impotencia al ver que teniendo los conocimientos y
600

la capacidad para sanarte no tiene los medios materiales para hacerlo.


Dice que tuvo la oportunidad de poder arreglar definitivamente tu
corazón, con el corazón biónico que tantas veces pasó por sus manos en
otros pacientes, pero que tú siendo completamente consecuente con tu
posición te negaste a aceptarlo. Siente vergüenza de sí mismo por dejarte
morir…

_ Por Dios Santo…¡qué dice Sean!, ¿Cree que podemos escaparnos de la


muerte y alargar la vida artificialmente por unos años más como
verdaderos señores de la vida y de la muerte? Es la voluntad de Dios nada
más el hecho que yo esté así y no su falta de pericia…Pobre niño tonto,
dile que quiero verlo y abrazarlo, tirarle sus orejotas por una última
vez…por favor mamá, dile que venga, necesito hablar con él.

_ Ya hijito, yo lo diré que venga.

_ Gracias mamá, muchas gracias. Lamento que no esté en estos


momentos en condiciones de hablar con cada uno de los que vivimos
aquí. Me hubiera gustado haber podido hablar largamente con todos, pero
no tengo la fuerza para hacerlo. Fue muy hermoso haber compartido la
tarde con nuestra familia y los amigos, pero siento que me faltó hablar más
con cada uno. A todos diles que los quiero y que los aprecio…mi
Dominic, pobre chiquillo, sufre de lo mismo que yo, le bajan esos ataques
de melancolía, apóyenlo, a las niñitas, mis niñitas cuídenlas. Por favor te
pido mamá que nunca abandonen a Rafael, se vino con nosotros
siguiéndome a mí. Me he convertido en su papá y ahora se va a sentir muy
solo. A Christian y a Matthew diles que estoy muy orgulloso de ellos, son
muy buenos hijos y a Ian, mi tesoro, jamás imaginé que podría cambiar
tanto, ¡qué Dios lo guarde! Dile al tío Gianluca que me perdone por tener
que dejar a mi Ángeles. Pete estuvo conmigo temprano en la mañana
intentando hacerme reír con sus cuentos chilotes, pero terminamos los
dos abrazados llorando…pobre Peter, lamento que no nos hayamos
juntado como hubiera querido cuando tenía mi casa en Con – Con, pero
él tenía que buscar los medios para formar su familia y todo está tan
copado en la región de Valparaíso, que con dolor lo vimos partir al sur.
Mientras tanto, voy a tratar de dormir mamita…me siento cada vez peor.
Quiero morir con dignidad y no dando lástima, suplicando y llorando
601

como un cobarde… – Matthew abrió los ojos y levantó la vista, diciendo


con toda su alma: Jesu, Jesu, Esto mihi Jesu!

La señora Annie fue a buscar a Sean. Ángeles quería entrar


nuevamente, pero su suegra le rogó que le diera unos minutos a Sean
porque Matthew necesitaba conversar con él. Entonces con la excusa de
que fuera a examinarlo buscó a su hijo menor y le pidió que fuera a
controlar a Matthew, que permanecía sin poder dormir.

Sean se asomó por la puerta llamando despacito a Matthew para


asegurarse de que estuviera durmiendo, mas, Matthew estaba con sus ojos
cerrados, pero sin dormir. En vistas de que no le respondió Sean entró en
silencio, se acercó a su hermano y le escuchó los pulmones y el corazón
con el estetoscopio, y una vez que hubo constatado que todo seguía igual
se dispuso a retirarse. Pero con una mano Matthew lo agarró del brazo,
sorprendiéndolo ya que le retuvo tomándole de la manga.

_ Sean, espera.

_ Te hacía durmiendo, mejor descansa que estás muy pálido y no hay


mejoría. Para más remate tienes bastante líquido en los pulmones y te va a
costar cada vez más respirar. Se eso que tienes se le llama edema
pulmonar y es producto de tu infarto, de modo que si no te mueres de
otro infarto, te va a matar el edema, y es espantoso morir ahogado. Será
mejor que te calles y no sigas hablando, de hecho, no entiendo cómo
puedes seguir haciéndolo. – Sean se mostraba extremadamente frío e
insensible al hablar y le soltó la mano a Matthew bruscamente
poniéndosela sobre su pecho. Matthew no se asustó por lo que le dijo
acerca de su estado porque estaba absolutamente consciente de su
gravedad.

_ ¿Cómo está la Rosarito?

_ Bien, como siempre.

_ Entonces, ¿Por qué cuando estuvo conmigo en la mañana estaba tan


triste?
602

_ Porque te quiere y tiene pena de verte tan gravemente enfermo.

_ No, hermano, no es por eso y ella me lo dijo.

_ ¿Para variar siendo confidente de mi señora?

_ ¿Por qué sientes celos de mí, Sean a esta altura de la vida? Sabes que a
ella la quiero como a mi hermana menor al igual que a ti. No seas tonto,
escúchame: ella está triste no por lo que me sucede, sino por ti. ¿Estás
enojado Sean?, ¿estás furioso conmigo? – Nuevamente a Matthew le vino
una puntada en el corazón cuando hablaba con su hermano quien
rápidamente le asistió.

_ Ya córtala de hablar, eres tan tozudo. Yo hago lo que puedo, pero tú no


ayudas y sigues recibiendo gente y hablando con todos. Desde que
despertaste del coma no has parado de hablar, ya lo hiciste con todos
nosotros, con tus hijos, con el inoportuno de Manuel. La única que se
preocupa por ti parece que es Ángeles quien te hace callar y no deja que
hables. No tengo nada más para darte Matthew, casi no te queda
oxígeno…no tengo más calmantes. Yo me largo…no puedo permitir que
sigas agotándote.

_ Sean…por favor detente. – Matthew resoplaba y volvió a atajar a su


hermano, quedando extenuado. Sean no tuvo más remedio que sentarse a
su lado para calmarlo. – No me apures, espera un poco a que me oxigene
nuevamente. - Sean le tomó la mano y se quedó con él unos minutos en
silencio esperando que retomara la conversación.– Bueno, bueno, ya que
ahora me sale la voz, déjame nada más decirte un par de cosas doctor. La
Charo está triste porque andas enojado con la vida y ya no eres el tipo
alegre que solías. Estás siempre molesto contigo como “pateando la
perra”, como lo estaba yo hasta hace unos días. Te estás pareciendo
mucho a mí y eso no es bueno. – Sean seguía con la actitud de frialdad,
como queriendo ponerse una coraza para no flaquear. Miraba al techo,
movía los pies nerviosamente y se mordía la uñas de una mano. - ¿Por
qué te percibo tan nervioso? ¿A qué le temes?

_ Yo no le temo a nada. – dijo Sean irritado y seguro de sí mismo.


603

_ Sean, Sean, no hables así. ¿Qué quieres aparentar conmigo? Te has


comportado tan distante; tú, sabiendo mi estado mejor que nadie en esta
casa no te has acercado a conversar ni una palabra conmigo. No lo digo
para que pienses que eres tú el que se lo pierde, no creo aportar ya nada
más a tu conocimiento, sino que soy yo el que necesita estar con cada uno
de ustedes, especialmente con mis hijos y con mis hermanos. No te veré
más por un tiempo, y quizás, nunca más…quien sabe, sólo Dios, aunque
confío en que por su misericordia sí. Sabes que soy de afectos, de piel, y
en definitiva déjame despedirme de ti teniendo algo que decirnos por
última vez.

_ ¿Quieres que te sea franco Matthew? Pues bien, yo…yo…

_ ¿Yo qué? Te estás reprimiendo internamente, deja salir la pena para


fuera, bota la frustración que no hay peor cosa para la tranquilidad del
alma que quedarse con la pena dentro de uno. Bota todo para afuera de
una vez… ¿Sabes qué? Yo sé lo que te pasa: quieres arreglar el mundo y
como no puedes eso te defrauda. Lo mío y entiéndeme bien: lo mío no es
cul – pa – tu – ya. Golpeadito te lo digo: no – es – cul – pa – tu –ya.

_ Y yo te digo Mateo: sí que lo es.

_ No hombre, dime sinceramente, ¿Qué podrías haber hecho?

_ Haber agotado los medios para conseguirte un corazón biónico. Tenerte


ahí sin poder hacer nada más…ni siquiera nos queda oxígeno para aliviarte
en algo. Matthew, yo soy un médico joven, llevo pocos años de práctica,
pero nunca, jamás vi a un paciente que, con un ataque como el tuyo,
tuviera una fortaleza como la que tienes, es increíble que estés vivo. Debí
haberte instalado el corazón…debí haberte drogado y a la fuerza ponerte
el condenado aparato.

_ Claro hermano, mi bendición del cielo, con la tecnología del Anticristo


me ibas a instalar un corazón de plástico con cables. – Sean se encogió de
hombros y golpeó la lengua contra el paladar – Bueno, te repito que no
es tu culpa y se acabó, lo demás es darse vueltas buscando culpables
donde no los hay. Supéralo ¿quieres? Hazlo por mí, por lo que me
quieres, supéralo y no desperdicies tu vida junto a tu familia achacándote
604

culpas inexistentes. No voy a entrar a darte un discurso sobre el


significado de la muerte para un cristiano porque lo sabes de sobra. Lo
único que te pido es que no dejes que mi muerte – al decir eso a Sean le
comenzó a tiritar el labio inferior – te mate a ti también porque no es justo
para la Charito ni para tus hijitos. Y si quieres llorar, llora no más, como
yo, que soy un llorón de mierda. De todos nosotros eres el más flemático,
el más british, el más compuesto y a veces, demasiado lógico, al que le
cargan las zalamerías de sus otros hermanos – Sean se rió, entre sollozos
que reprimía con todas sus fuerzas. – Ya, Sean Mansfield, dame un abrazo
y un beso. – Sean entre risas y sollozos escondidos lo abrazó con todas
sus fuerzas y besó a su hermano en ambas mejillas y en la frente. Parecía
estar más conforme consigo mismo, pero no se perdonaba del todo el no
haber podido salvarlo – Ya, ándate porquería enana, ándate tranquilo y
contento que tu hermano está en paz con la vida y con el Cielo. Ve con tu
mujer, dale un abrazo fuerte y dile que tu hermano mayor te hizo
reaccionar…anda, vete, vete y dile a Ángeles que venga a hacerme cariño.

_ Sigues tratándome como un cabro chico sabiendo que ya tengo treinta y


tres años, Matthew.

_ Los hermanos chicos son lo que son: chicos, y hay que tratarlos como
tal…llama a mi Ángeles, Sean y gracias por cuidarme con tanta dedicación,
Dios sabrá recompensarte por tus desvelos.

Matthew se quedó dormido hasta que dieron las diez y media de la


noche. Manuel ya había llegado y estaba expectante a que Matthew
despertara.

_ ¿Ángeles? ¿Mamá? ¿Ian? ¿Quién me cuida? ¿Qué hora es? - dijo


Matthew en un susurro casi inaudible.-

_ Soy Manuel, Matthew, tu mamá se fue hace un rato e Ian estuvo una
hora hasta que lo venció el sueño. Son las diez y media, ¿pudiste
descansar?

_ Manuel…volviste, ¡qué bueno! ¿Puedes ayudarme a cambiar de postura?


No tengo fuerza para voltearme, necesito que me levantes un poco y me
dejes derecho para poder ayudarme a respirar, pensé que estando un
605

poco de lado iba a respirar mejor y fue todo lo contrario...- Manuel colocó
una de sus manos sobre el pecho de Matthew y la otra en su espalda y lo
levantó con cuidado. Al poner su mano sobre el pecho de su amigo, palpó
que éste estaba con los pulmones colapsados.

_ Está bien Manuel, ya puedes soltarme.- Pero Manuel seguía con la mano
apretándole el pecho, impresionado por el estado en que se encontraba.
“No puedo creer que siga vivo en estas condiciones. Esto es
absolutamente aterrador. ¡Como tiene el pecho con ese ruido espantoso!
Quien iba a pensar que mi compadre tan atlético, tan esbelto, con esas
manos fuertes, terminaría así de mal, y siendo joven. Pobre Matthew,
como me gustaría volver a los viejos tiempos, cuando salíamos a correr
juntos a la Avenida Perú y echábamos carreras y tú con tus zancadas
siempre me ganabas y te matabas de la risa cuando yo llegaba jadeando a
causa de fumar tanto y míranos ahora. Tú te estás muriendo y yo que
jamás me cuidé, estoy más vivo que nunca. ¿Por qué no aceptaste el
corazón? No, eso es imposible, ni siquiera de pensar. “¿No entiendes
nada Manuel? Si en esta vida estamos de paso no más, y qué, ¿voy a
perder la vida eterna por unos años más en la tierra? No seas necio”, me
dirías- Pensó y lo soltó desconcertado. Matthew volvió a dormirse hasta
que media hora después despertó de golpe, abrió los ojos y le habló a
Manuel, que dormitaba en la silla junto a él:

_ ¿Sabes qué me gustaría ahora viejo?

_ ¿Ah, ah? Dime Matthew, ¿te pasa algo? Me quedé dormido, que
enfermero más negligente.

_ Daría lo que fuera por escuchar nuevamente las campanas de Oxford.

_ ¿Las campanas de Oxford?

_ Sí, sí, las de la Christ Church, hay que ver cómo me gustaba escucharlas.
No se podía ni hablar cuando empezaban a sonar, si estabas cerca tenías
que taparte los oídos porque era ensordecedor. Realmente daban ganas de
ponerse a rezar el oficio ahí mismo. Todo un deleite para mis oídos y para
mi espíritu. Cerraba los ojos y me quedaba parado en medio de la calle
imaginando que estaba en la Cristiandad medieval. Las escucho en mi
606

cabeza…que hermoso suenan Manuel. Me pregunto si todavía


funcionarán o si las habrán acallado por ser demasiado “cristianas”.
Deben haberlas arrancado y tirado a la fundición. Benjamin me escribió
que ahora hay puros minaretes musulmanes. ¿Te conté de la vez que fui a
Cambridge?

_ Me los has contado mil veces amigo, me sé la historia de memoria.

_ ¿Puedo contártela de nuevo?

_ Por supuesto - Manuel lo miró con compasión.

_ Estaba en mi departamento, cuidando a Matthew que tenía un año y un


poco más porque mi Angelito...¿dónde está la Ángeles? ¿Ángeles,
Angelorum, dónde estás mi niña?

_ Está acompañando un rato a tus hijos más chicos que están con Annie
afuera de la pieza, va a venir enseguida. Matthew Hugh e Ian están
durmiendo aquí en el suelo así que hablemos bajito para no despertarlos.

_ Pobrecita…mi niña hermosa, mi Angelito, mi Angelorum, y estos pobres


niños durmiendo en el suelo acompañándome, ¡que dicha más grande
poder tenerlos a todos tan cerca! ¿En qué iba? ¡ah sí!. Mi Ángeles estaba
en clases en el conservatorio, cuando llegó a visitarme Charles Wood, y
me dice: Oye Mansfield, ¿tienes el día libre mañana? Sí, le dije- .
Entonces nos vamos a “la Otra”, hay un concierto del coro del King‟s en
su capilla y podemos pasar por Hare Street House de camino. Yo no
podía creer lo que estaba escuchando. ¿Iba a conocer el King‟s College de
Cambrigde y más encima la casa de Monseñor Benson? No teníamos
muchos medios para poder movernos fuera de Oxford y nos
contentábamos por conocer en bicicleta los alrededores, así que salir un
poco más lejos de Oxfordshire fue emocionante. ¡Era un sueño hecho
realidad! Wood había pedido permiso al obispado de Westminster para
pasar un rato a la casa de Monseñor Benson y mi corazón iba a estallar.
Partimos temprano al día siguiente con Charles y Jane, Ángeles y mi
Matthew. Primero visitamos Hare Street House, recorrimos la casa, le
saqué miles de fotos a los gobelinos del padre, a los jardines y a la capilla.
607

Ahí estaban sus restos. Entré con gran recogimiento y me arrodillé frente a
su tumba y vi la loza que decía:

Hic jacet Robertus Hugo Benson, sacerdos catholicae et romanae


ecclesiae, pecator expectans ad revelationem filiorum Dei.

Me quedé rezando por él y pidiendo su intersección ante Dios por todos


nosotros no sé por cuanto rato. Estaba tan concentrado rezando que no
me di cuenta del paso de la hora, ni de los ruidos ambientales, ni de los
llantos de Matthew hasta que Ángeles tuvo que golpearme para sacarme
del estado concentración mental experimenté allí. Fue algo extraordinario,
nunca más volví a vivir una experiencia de meditación y de oración así. Y
luego la visita al King‟s. Nos sentamos lo más adelante que podíamos, y
yo alucinado contemplaba la enorme bóveda del techo con forma de
abanico, y el estilo gótico de su arquitectura. La capilla es maravillosa, la
acústica es perfecta y yo me decía a mí mismo, ¿pensar que estoy aquí
escuchando al mejor coro del mundo en esta capilla sobrecogedora?
Simplemente irreproducible. Casi se me sale el corazón cuando esos
chiquillos de pre-grado y los niños del colegio del King´s comenzaron a
cantar el Miserere de Allegri, y luego la Misa del papa Marcello de
Palestrina para finalizar con If ye love me, de Tallis. Tantas veces los había
escuchado en cd y ahora los escuchaba en vivo. Lo que no te he contado
es lo que me sucedió al día siguiente.- Matthew lanzó un quejido y esto
preocupó a Manuel.

_ ¿Qué pasa Mansfield ¿Te está doliendo el corazón? – Manuel a asustó


al ver a mano llevarse la mano nuevamente al pecho y cerrar los ojos hasta
que le brotó una lágrima.

_ Hace tiempo que no me llamabas por el apellido Etcharren. – Matthew


apenas hablaba en un susurro casi inaudible que obligó a Manuel a
colocar su oído prácticamente en la boca del enfermo.

_ Déjate de bromas, mírate cómo estás, te están corriendo lágrimas, por


favor dime qué te pasa. ¿Es la angina?

_ Sí, la dichosa angina…es esta punzada que me está matando…otro


chistecito, como si no supieras que de verdad me estoy muriendo.
608

_ ¿Te parece chistoso? ¡Qué sentido del humor más negro es el que
tienes! Voy a llamar a tu papá, que te dé algo para el dolor, no puedes
estar así, estás llorando.

_ Yo no estoy llorando…se me caen solas las lágrimas y deja a mi papá


tranquilo que ya no le queda más por darme. No lo angusties. Tan sólo
me gustaría que esta cosa me dejara al menos un rato y no me siguiera
doliendo tanto al respirar. Cuando me vine, es como si la vida me
estuviera dejando….la vida se me va de entre las manos como agua y es
angustiante cuando tu instinto te hace desear agarrarte a este hilito de vida
que todavía te queda….Ay Dios, es desesperante luchar para que la vida
no se te escurra…por más que me quiera morir, igual la vida me clama.
Como decía el padre Castellani: no es lo mismo decir “quiero morir” que
morir.

_ Matthew, toma mi brazo…eso es, apriétalo tan fuerte como puedas


cuando te venga la puntada. Déjame que te seque los ojos…tienes los
parpados de color violeta. – Manuel le secó los ojos con cuidado y luego
le pasó un paño seco por la cara ya que estaba completamente mojado
con sudor… Le daba no sé qué estar ahí sin poder aliviarle de otra
manera, pero Matthew estaba complacido con sus cuidados y era un
consuelo para Manuel saber que en algo le era útil.

_ Me siento mal…me duele mucho amigo…Ahora sí que tengo ganas de


llorar Manuel…tengo mucha pena por dejar sola a la Ángeles, va a sufrir y
me apena ser el causante de su dolor. No sé qué me pasa por la cabeza
que en estos momentos siento una pena enorme y un dolor insufrible en
el pecho. - Matthew suspiró y le tiritaba la voz.
_ No temas por tu esposa que la cuidaremos. Fui yo el que te la presentó
cuando al igual que ahora yacías enfermo en la clínica después de haber
sufrido tu primer infarto. ¡Ha pasado tanto tiempo! Entonces llora con
ganas no más cuñado. No te avergüences, te he visto llorar miles de veces.

Matthew se llevó una mano a la cara y tapándose los ojos lloró


lastimosamente estremeciéndose entero. Manuel le seguía sosteniendo su
otra mano, limitándose a eso. Nada de palabritas, ni cariños en la espalda,
ni consuelos extras. Comprendía que el momento por el que estaba
609

pasando su amigo era sumamente difícil y a veces uno necesita que le


dejen tranquilo descargar el dolor. El llanto hizo que se le comprimiera
más el pecho y comenzó a toser botando flemas llenas de sangre ante el
horror del Manuel que no sabía qué hacer ante la feroz ataque de tos.
Matthew se puso entero colorado al toser.

_ Dime qué puedo hacer… ¿llamo a Sean? Estas botando sangre. Por
favor trata de calmarte y serénate que no te hace bien angustiarte. –
Manuel lo atrajo hacia él y le afirmó la espalda para que pudiera botar los
esputos con mayor facilidad. Después de un buen rato, pasado el susto y
la tos, un Matthew fatigado y agonizante volvió a hablar.

_ No…no Manuel…es por el edema, hace que escupa sangre…no te


asustes…no te asustes, está dentro de mi cuadro. Me siento mal por
causarte preocupación…Gracias Manuel, eres muy amable conmigo,
¿Alguna vez pensaste que ibas a asistirme en mi lecho de muerte?

_ No me digas eso, quieres, por favor. Gozas diciéndome cosas por el


estilo. Disfrutas viéndome sufrir por ti…eres malvado Mansfield, eres un
bellaco canalla.

_ No pienses mal de mí. Lo digo porque hace veinte o treinta años atrás
nunca lo hubiéramos pensado. Nos imaginábamos siendo amigos hasta
llegar a viejos usando pañales y babeando como los idiotas que hemos
sido, pero no pudo ser. No creo que como sigo pase de esta noche, y está
bien que así sea Manuel. Quiero descansar por un momento…me siento
tan débil, es una sensación de agotamiento enorme…no te vayas de mi
lado, mira que de repente me baja un miedo atroz…tengo miedo Manuel,
tengo mucho miedo. ¿Será normal que sienta tanto miedo? ¿Es malo para
un cristiano sentir miedo de morir? ¿Por qué temo si me he preparado
toda mi vida para este momento? Debiera sentirme jubiloso, es la hora de
mi verdadero nacimiento, pero tengo temor…temor a lo desconocido,
como una mujer que está por dar a luz. Manuel…Manuel tengo mucho
sueño y no puedo dormir…dame un tiempo para recuperarme un poco, el
dolor me deja agotado… no te vayas…no te vayas…tengo que terminar de
contarle lo que falta.
610

Matthew cerró los ojos y respiraba con mucha dificultad agotado por
el dolor y el miedo que sentía cada vez que le venían estas punzadas en el
pecho. Sabía que en cualquier momento una de éstas mismas punzadas le
iba a arrebatar la vida y quien diga que no siente miedo a ese trance, por
más que quiera morir es un mentiroso. Manuel no se movió de su lado y
de vez en cuando sentía como Matthew le apretaba el brazo levemente
cuando sentía mucho dolor. Sufría al ver a Matthew en ese estado y veía
como a cada minuto y hora que pasaba se le acortaba la vida. Era como
ver a un potrillo herido que se negaba a morir. Si sus fuerzas ya no
aguantaban, al menos moriría con la hidalguía del deber cumplido. Al
cabo de cuarenta minutos volvió a abrir los ojos algo más aliviado.

_ Me siento un poco mejor aunque no pude dormir nada…Quiero que


me escuches. Necesito contártelo, fue muy raro lo que me pasó después
de que volvimos a Oxford. Al día siguiente de la visita a estos lugares, fui a
la Bodleiana a buscar unos libros y a preparar de antemano uno de los
exámenes que me tocaba dar luego. Sin embargo, estaba tan cansado por
la emoción del viaje, del coro, de haber estado en la casa y en la capilla de
Benson que me quedé dormido en una de las mesas. A esa hora no había
mucha gente y a nadie pareció importarle que un alumno de doctorado se
quedara dormido envuelto en su toga encima de un grueso volumen de
metafísica del año del Jauja, afirmando la cabeza en la pared que da a una
ventana. ¿Y sabes que soñé? Soñé que estaba de espaldas tirado en una
pradera cubierta de pasto muy verde y muy blando, parecía una alfombra,
y miraba el cielo que estaba de color azul muy intenso. Estaba agarrado
con todas mis fuerzas al césped porque el cielo daba vueltas a mí
alrededor. El suelo se me movía como cuando uno está mareado. Todo
era pasto verde, sin árboles, ni plantas ni pajaritos. Estaba vestido con ropa
como de principios de 1900, ropa de estudiante de Oxford, con toga y
todo y con esos sombreros que estaban de moda por aquella época, los de
paja. Poco a poco se me fue pasando la sensación de mareo, al igual que
una pirinola cuando deja de girar y de pronto sentí a lo lejos una voz que
me llamaba: Master Mansfield!, Master Mansfield!. Con curiosidad me
puse de pie y a lo lejos divisé una colina, o más bien, una lomita suave,
también cubierta del mismo césped y sobre ella una figura humana que
me hacía señas para que me acercara. El sol estaba detrás de la figura por
lo que no podía distinguir bien el rostro de aquella persona pues estaba
encandilado. Pero a medida que me fui acercando, me di cuenta de que
611

era un hombre vestido con una sotana de color carmesí, bastante mal
tratada y al llegar a él le vi el rostro. ¿Adivina quién era? Monseñor
Benson en persona quien me alargó los brazos para recibirme y
abrazarme, y yo paralizado, con el corazón dando botes de alegría me caí
de rodillas a sus pies, le tomé la mano y se la besé. Después me abracé
como un niño a sus piernas y le rogué que me diera su bendición. Mas, él
levantándome con cuidado, puso su mano sobre mi cabeza y me dijo:
Don‟t be afraid, y a continuación una frase que yo había leído en una de
sus biografías y que sabía que él la repetía con frecuencia, me dijo en
inglés: Nothing matters in this world, dear child, except the doing of
God´s will. En el mismo instante en que dijo esto, yo me desperté
sobresaltado. Miré para ambos lados y no había nadie. Me quedé toda la
tarde como soñando despierto en la biblioteca sin estudiar nada. Mi
mente daba vueltas y vueltas en torno al extraño sueño que tuve,
intentando revivirlo y tratando de comprender por qué monseñor me
había dicho precisamente eso y no otra cosa, como bien pudo haber sido.
No tengas miedo, nada importa en este mundo excepto la acción de la
voluntad de Dios…¿debo buscar siempre hacer la voluntad de Dios?
Claramente que sí, pero ¿cómo me doy cuenta de que efectivamente lo
que estoy haciendo es la voluntad de Dios y no mi propio deseo? ¿ Cómo
descubrir cuál es la voluntad de Dios en cada uno? Y me acordé de un
trabajo que había hecho cuando estaba en pre-grado en la universidad
sobre el Beata Vita de San Agustín, y que él decía que la felicidad consiste
en hacer la voluntad de Dios, hacer lo que Dios quiere. Y comencé a hilar
una serie de pensamientos en torno a esta idea, porque una cosa se une a
la otra, ¿me vas siguiendo Manuel?

_ Basta Matthew, por favor, deja de hablar. Estás cada vez más
demacrado, si te vieras el rostro, tienes color de muerte Mateo, por favor
no hables más... así no te vas a recuperar.
_ ¿Recuperar Manuel Etcharren? Yo no voy a salir vivo de ésta…no te
hagas ilusiones, y por eso estoy apremiado. El tiempo corre en mi contra y
hay cosas que debo decirte antes de partir. Es muy incómodo para mi
seguir hablando, incómodo y agotador, pero mientras me quede un tiro
para disparar lo voy a hacer y aún ese tiro me queda. Desearía poder
descansar tranquilo, pero no puedo… debo terminar de hablar contigo. Y
además déjame decirte y pedirte una cosa: cuando llegue mi pascua no
hagas escándalo porque te conozco…no quiero que nadie haga dramas,
612

sino que muy por el contrario se alegren por este miserable que deja, si
Dios quiere, de sufrir en este mundo. ¿Me oíste bien? Ya lo sabes, nada
de lloriqueos ni de sentir lástima, mira que los cristianos hemos de
conservar siempre la serenidad aunque sea duro. Sé de antemano como
vas a reaccionar tirándote al suelo, arrancándote los pelos, gritando como
una vieja histérica; y no quiero que te dejes llevar por la histeria y la
alharaca que armas cuando te pones nervioso. Comprendo que me vas a
echar de menos, yo también te extrañaría a ti porque eres como mi alma
gemela, pero por favor piensa en que es lo que Dios quiere para el bien
de ambos. Por ahora sólo me resta terminar la idea. En nuestra vida hacer
la voluntad de Dios significa dejarse guiar por la mano amorosa de Dios
hacia aquello para lo cual él nos ha creado, la felicidad. Pero no una
felicidad humana, porque en este mundo nunca vamos a ser plenamente
felices. Hemos de buscar la felicidad en las cosas del cielo, en el cielo.
Debemos guiar nuestra vida hacia el bien, a cumplir lo que Dios pide a
cada uno. Servirle con alegría, sufrir la adversidad por amor a Él. Cumplir
lo que nos ha pedido, cumplir sus mandatos, llevar en definitiva una vida
santa y ser ejemplo para el mundo, para que viendo nuestras buenas obras
reconozcan la mano de Dios y se conviertan. No he sido muy bueno
haciendo esto. Ya te podrás imaginar lo difícil que resulta este combate
por las cosas de Dios y por hacer su santa voluntad, pero no estamos
solos. Para hacerlo nos ha proporcionado la gracia que se obtiene por
medio de sus sacramentos. Sin ellos no podemos combatir bien y somos
presa fácil del enemigo. Como ahora a los católicos del gobierno mundial
se los ha despojado de los sacramentos no pueden combatir y están
desarmados. No tienen por lo demás, conciencia de que no están
recibiendo la gracia. Además nunca tuvieron el ánimo de pedir que se le
administraran lo sacramentos como corresponde, con la intención debida.
Y todo se derrumbó desde dentro y la apostasía llegó sin nada que la
atajara y sin que nadie se opusiera, a sentarse en el trono de Roma.
Porque para mí, y te repito, es una hermenéutica personal, uno de los
Katejones es la gracia de los sacramentos, cuando a ellos se los despojó de
su eficacia, el Anticristo pudo hacer su obra.

Sin embargo, está presente este pequeño rebaño que anda disperso
por aquí y por allá intentando conservar y mantener intacta la fe, la
doctrina y la tradición. Por eso dice nuestro Señor que las puertas del
infierno no prevalecerán contra ella, ya que el nuevo papa elegido en la
613

clandestinidad, sus cardenales proscritos por la iglesia oficial y sus


renegados sacerdotes, la siguen manteniendo y transmitiendo hasta el fin
de los tiempos. - Y dicho esto Matthew cerró los ojos y agotado se durmió
ante la mirada atónita de Manuel que no salía del asombro frente a esta
demostración de ardiente celo y amor por las cosas de Dios.

A las doce de la noche llegó Isabel para reemplazar a Manuel.


Matthew no había despertado.

_ ¿Cómo ha estado mi hermano, amor?

_ Estuvimos conversando un rato, pero la conversación lo dejó exhausto.


Me parece que está peor. Se ha quejado dormido de que le duele el
pecho y se le está haciendo cada vez más difícil respirar. El silbido del
pulmón es insoportable y ha botado mucho esputo sanguinolento…Yo no
sé, me desespera verlo así y no poder hacer nada por él. ¿Hasta cuándo
Isa? Desearía que esto no estuviera ocurriendo, que él amaneciera bien, se
levantara y se fuera a trabajar con su motosierra. Es como una película en
mi mente… esta situación me parece sub realista. Isabel, no quiero que tu
hermano se muera, ¿Podemos evitar que eso ocurra, verdad mi amor?
¿Puedo seguir esperando un milagro? Dios puede hacer un milagro con
Matthew, si tenemos fe… ¿acaso Él no lo dijo?

_ Manuel, ya ha sido un verdadero milagro que esté aún con vida. Mi


papá no se explica que en sus condiciones siga vivo y más encima tenga la
energía para hablar, y las capacidades intelectuales casi intactas, si no
fuese por esos lapsus en que queda en blanco y no se acuerda de nada.
Pero al rato retoma lo dicho… La vida de mi hermano ha sido un regalo
de Dios y es por eso que te pido Manuel que te calmes y mires a Matthew
no con ese temor horrendo a la muerte, eso no es cristiano. No te digo
que estés alegre ni eufórico, pero si confiando en que Matthew se ha
preparado con todos sus sacramentos para morir en la paz de Dios y que
es no un fin, sino un el principio de su vida eterna si Dios quiere, en el
cielo. Parece que despierta… ¿Matthew?

_ ¿Isabel? – Matthew estaba lacio y apenas podía hablar.

_ Si, Matthew, mi rucio lindo.


614

_ Me duele el pecho, me duele el pecho, me falta el aire, estoy tan


desgastado Isa, tan extenuado, no puedo seguir resistiéndome a la muerte,
no puedo, no quiero desesperar, no quiero morir desesperado, ¡que Dios
se apiade de su siervo! Me están asechando…me asechan hasta último
minuto para que pierda mi alma, estos asquerosos y malditos demonios
que se me meten en la cabeza. ¡Ay Dios mío, date prisa en socorrerme!
Tengo una pena tan grande como de muerte…como mi Señor en
Getsemaní. Quisiera que me ayudaran a sentirme menos incómodo, pero
no pueden hacer nada más…. - Matthew estaba muy molesto no sólo a
causa del dolor, sino por las miles de imágenes y pensamientos morbosos
que se le venían a la mente. Le era difícil encontrar una posición para
poder descansar.

_ No soporto verlo así…me voy a descansar. La Ángeles llegó a las once y


se quedó dormida, pobrecita, está súper estresada. Matthew, voy a
descansar un ratito afuera, estoy muerto de sueño. Voy a tirarme en el
pasillo para cargar las pilas. Más tarde nos vemos.

_ ¿Te vas Etcharren? ¿Por qué te arrancas? ¿No te atreves a verme


morir? - dijo Matthew de pronto ante el asombro de Manuel que ante esa
afirmación dejó escapar un silbido.- Ya, está bien, vete tranquilo y no
temas por mí amigo. Mi enfermedad Manuel es la oportunidad que Dios
me dio para purgar mis culpas, tengo mucho por lo que hacer penitencia.
Chao Manuel, amigo, hasta siempre viejo y…gracias por haberme regalado
tu amistad, una de las cosas buenas que me entregó Dios en esta vida,
espero no haberte defraudado mucho…espero no haberme convertido en
una situación de escándalo para tu fe, con mis crisis…con mis angustias,
con mi mal ejemplo.
_ ¿Por qué me dices eso Mateo? ¿Acaso te estás despidiendo para
siempre de tu amigo? Y si me tocara verte morir…verte partir al cielo para
mí sería un privilegio- Manuel se acercó nuevamente a él y en un
inusitado gesto de cariño, le besó la frente - Pero, mañana vas a estar
mejor porque la mala hierba nunca muere.

_ ¿Soy mala hierba entonces?…Manuel…estoy molido por dentro…tengo


el corazón apaleado… a pesar de todo lo mal que me siento, de la pena
que me da dejarlos, estoy feliz… porque llegué Manuel, llegué, pasé la
615

purgativa…Adieu Manuel, adiós hermano.- dijo Matthew sonriendo y


cerrando los ojos trató de descansar.

_ ¡Matthew!…¡Matthew! ¿Qué es lo que acabas de decir? ¿Qué hiciste?,


¿Por qué lo hiciste? ¿Viste algo? Yo te lo advertí una vez. Ibas a dar el
paso y luego todo se te aclararía, y al hacerlo nos ibas a dejar botados.
¡Matthew!

_ Déjame en paz Manuel…

_ Espera, espera, vamos – Manuel sin pensarlo mayormente remeció con


sus brazos a Matthew intentando despertarlo olvidando el estado
lamentable en que se encontraba.

_ Manuel, ten cuidado, ¿qué estás haciendo con mi hermano? _ Dijo


Isabel, reteniendo a Manuel que estaba desesperado por despertar a
Matthew.

_ Por favor Mateo, ¿viste algo?

_ ¡Ay Manolo!, amigo, no me sacudas… ¡Ay Dios!

_ Te lo suplico Matthew, por favor.

_ Amigo, por caridad...no hice nada extraño, no vi nada, no soy un


místico, ni soy santo Tomás, soy tan solo yo: Mateo el depresivo, que se
ha entregado radical y completamente a Dios. Porque por fin logró
aceptarse para luego darse por completo a Cristo…no vi nada, nada más
que a mí mismo, como un niño…paradojalmente no fue la depresión la
que terminó matándome, sino el exceso de alegría por haberle
encontrado, ¡Qué ironía! Nunca terminaremos de conocernos a nosotros
mismos, somos una caja de sorpresas... Y el dolor que ahora experimento
en mi cuerpo no me va a arrebatar la alegría que encontré, no me la va a
quitar…nunca más. Lamento haberme pasado la vida sintiendo lástima de
mí mismo, pero era lo que tenía que ser. Se me dio todo para que
construyera, lo hice, pero pude haberlo hecho mejor y lo que me faltó por
mis pecados deberé pagarlo al morir. Es necesario sufrir, es necesario
purgar nuestras culpas para poder entrar con la túnica blanca al Reino de
616

los Cielos. Quédate tranquilo por mí que si no fuera por el dolor que
siento en mi pecho podría seguir, pero ya no me dan las fuerzas.

_ ¿Por qué no me lo contaste cuando hablamos en la tarde?

_ Porque es mi secreto Manuel, entre Él y yo…por favor, compadécete de


mí, me siento muy mal…estoy ahogándome…quiero descansar de una vez
Manuel, quiero por fin descansar… Manuel, no te olvides de rezar por mi
alma. – Matthew cerró los ojos. Lucía cada vez peor. Su rostro estaba
sintiendo la falta de oxigenación, y sus pulmones estaban cada vez más
colapsados según pasaban las horas.

_ Matthew…Matthew… ¿Por qué viejo? ¿Por qué terminar tan pronto la


vida cuando todavía te queda trabajo por hacer en el mundo? ¿Será
posible que…?- Manuel no tuvo la osadía para decirle que siguiera
luchando por vivir y que le pidiera a Dios otra oportunidad. No era justo
para con su amigo sabiendo que sus fuerzas no daban para otra lucha. Era
más bien un capricho infantil de su propio egoísmo.

Manuel se quedó por un instante sin moverse de su lado


contemplándolo al mismo tiempo con pena y con rabia. Rabia porque
sabía que le quedaba poco y no le vería más en este mundo y tras haberle
escuchado su confesión final, ya no tenía esperanzas de verlo recuperado;
para él, Matthew había optado por el camino más extremo, y no podía ser
de otro modo porque quería salvar a su familia y porque la plenitud de la
presencia de Dios había sido en extremo gozosa para un corazón que ya
estaba enfermo y que no era capaz de soportarlo terrenalmente. Le
arregló cariñosamente su pijama abrochándole los botones que dejaban
ver su pecho, le acomodó las sábanas y las frazadas, dejándole sus manos
juntas sobre el estómago para finalmente besárselas con reverencia.
Reverencia por el hombre que estaba pronto a abandonar este mundo en
medio del dolor. La proximidad de la muerte lo transformaba ante sus
ojos en un sujeto digno del más amoroso respeto. Se levantó y le habló
por última vez para después abrazar a su esposa que estaba conmovida
por la escena.

_ Matthew, perdóname por haberte zamarreado, me dejé llevar por la


curiosidad. Descansa tranquilo...
617

Manuel salió de la habitación completamente turbado y acongojado,


con la intuición interna que le decía que aquella conversación con
Matthew había sido la última y que por última vez le había abrazado vivo.
Se tiró en el suelo y agarrándose la cara, se largó a llorar
desconsoladamente.

Isabel se sentó en la silla junto a la cama del enfermo. Tomó el


rosario de Matthew que estaba en el velador y comenzó a rezarlo. Junto a
Matthew dormía Ángeles, que estaba muy cansada. Al otro lado de la
habitación estaba Monseñor Mansfield, dormitando.

Cerca de las dos de la mañana, Isabel no sintió a Matthew respirar.


Había estado muy alterado a causa de la angina y hasta hacía un rato su
respiración había sido fuerte y agitada, pero de un momento a otro ya no
se escuchaba. Estaba más pálido aún, sus labios estaban descoloridos y sus
párpados del violeta habían pasado al blanco. Isabel colocó sus dedos en
la muñeca de su hermano para tomar su pulso y estaba muy débil e
irregular. Isabel le habló al oído.

_ Matthew, Matthew, ¿me escuchas?...- Matthew no reaccionó en un


primer momento e Isabel siguió insistiendo – Hermanito…Mateo,
¿puedes escucharme?- Matthew abrió los ojos y movió los labios
intentando hablar, pero no se le oía nada. Frustrado por no poder decir
algo, levantó levemente y con dificultad su dedo índice, dejándolo caer
inmediatamente. – Está bien, no te esfuerces. Sólo quería saber que
podías escucharme.- Isabel colocó su frente sobre la frente de Matthew.
Quería sentir de cerca el calor de su frente por última vez porque sabía
que estaba llegando a su fin.- Matthew…hermanito, te quiero mucho. Te
amo con todo mi corazón, te voy a extrañar tanto mi rucio lindo. Tu vida
ha sido un regalo de Dios para mí, para Manuel, para Ángeles, para
nuestros papás y hermanos, para tus sobrinos, para tus hijos que han de
estar orgullosos de ser hijos de Matthew Mansfield Bradley. ¡Quién diría
que iba a estar contigo en este momento tan especial! ¿Te acuerdas
cuando nos quedábamos conversando por horas y horas en la noche en tu
pieza? Nos pillaba el amanecer conversando. ¡Cuántos secretos nos
confidenciamos entre los dos! ¿Recuerdas la primera vez que te conté que
estaba enamorada de Manuel? ¿Y de la vez que me dijiste que te habías
618

puesto a pololear con Ángeles? Te pusiste rojo de vergüenza…tan


inocentón que eras cuando cabro. Parece que fue ayer... y han pasado
veinte años. Tantas y tantas confesiones y sueños que nos dijimos de
jóvenes llenos de proyectos. Siempre te he admirado Matthew, eres un
gran hombre, aunque sé que te carga que te lo diga y estarás pensando:
¡Ya Isa, déjate de embromarme, no me digas que soy bueno porque soy el
peor de todos, un atormentado por sus propias manías! No me importa,
te lo digo igual: eres un buen hombre. Te voy a necesitar como nunca, y
por eso quiero pedirte dos favores: cuando ya no estés en este mundo y si
Dios así lo quiere, te encuentres en la compañía de sus santos, acuérdate
de nosotros, especialmente de Manuel y de mí. Pídele a Dios por
nosotros. Te encargo que sigas cuidando a mi Manolito porque cuando tú
no estés se va a volver loco. Creo que va a ser como si le hubieran cortado
un brazo. Se le va el compadre, el camarada, el compañero de mil
batallas, de miles de horas de conversación, con el que peleaba, con el que
tocaba el piano, su mejor amigo…y no sé si seré capaz de apoyarlo porque
también me harás falta a mí, Mateito. ¡Estás tan lindo hermanito, estás tan
hermoso! – Matthew no podía decir nada, pero escuchaba todo lo que
Isabel le decía. Ella se echó un poco para atrás para poder contemplarlo
detenidamente y poder así memorizar cada último gesto de su adorado
hermano mayor. Matthew insinuó una sonrisa y arrastró su mano para
buscar la de su hermana, se la tomó, y luego dejó caer su cabeza sobre el
pecho, mientras un par de lágrimas le corrieron por el rostro. Después de
unos minutos, levantó nuevamente la cabeza. Estaba alterado, como si de
pronto se hubiera acordado de algo y desesperado movía la boca
respirando fuerte y entrecortado. Isabel se acercó a su boca para escuchar
lo que trataba de decir.

_ ¡Tom! ¡Tom!
_ ¿Quieres que venga Thomas?- Matthew asintió. Isabel fue presurosa a
buscar a Thomas a la capilla donde se encontraba en adoración nocturna
suplicando por Matthew. Corrió a toda velocidad y se sentó junto a su
hermano.

_ Hola Mateo, soy Thomas, ¿me escuchas? - Matthew buscó angustiado


las manos de Thomas, se las tomó y las apretó lo más fuerte que sus
débiles músculos podían hacerlo. No podía hablar y en su desesperación
sólo atinaba a llamar una y otra vez a Thomas.
619

_ Mi Tommy… mi...Tommy…

_ Relájate quieres, yo estoy a tu lado. No te angusties. Sé exactamente por


qué me llamaste. No te preocupes, cumpliré mi promesa. Yo te cuido a tu
familia. Están en buenas manos y voy a dar mi vida por ellos. Intenta no
pensar en nada y descansar…Puedes recuperarte, sé que puedes. He
rezado mucho y te tengo encomendado a tus santos regalones. No pierdo
las esperanzas de verte sano nuevamente. Por mi parte no te voy a fallar,
pase lo que pase cuenta conmigo. Matthew…¿Por qué tenías que
enfermarte? Tú estabas bien, hace tiempo que no te veía tan fortalecido.
Caminabas kilómetros todos los días…no lo entiendo, ¿qué te pasó
entonces? ¿Qué hiciste para que te fallara el corazón de nuevo? ¿Sabes
qué Matthew? Pensándolo bien yo creo que tú no quieres recuperarte.
Creo entrever que ya diste por concluida tu misión en este mundo:
simplemente te estás dejando llevar por tu enfermedad. Así que una vez
más te saliste con la tuya…niñito consentido y caprichoso. Te saliste con
la tuya Mateo, querías morirte joven y Dios te escuchó, ¿no te parece un
poco egoísta de tu parte? Pero claro, Él te está llamando, te quiere consigo
y a nosotros nos deja huérfanos sin tu compañía… Parece que no es bueno
amar mucho…porque me hace sentir muy triste saber que te nos vas.
Mejor es no querer tanto para no sufrir demasiado cuando pierdes a
alguien al que quieres con toda tu alma. - Thomas trataba de que su
hermano no notara que estaba llorando. Verlo así tan mal lo tenía
destruido. Tantos años perdidos, lejos de él y ahora se le estaba yendo
para siempre. Se acercó más al enfermo y tomándolo por sus hombros lo
atrajo hacia él y abrazó el debilitado cuerpo de su hermano mayor.
Matthew levantó su mano con gran esfuerzo y la colocó sobre la mejilla de
Thomas acariciando su rostro y secando sus acongojadas lágrimas. No
puedo corresponder al abrazo de Thomas por su agotamiento, y dejando
caer los brazos, volvió a dormirse totalmente entregado apoyando su
frente sobre el hombro de su hermano.

Un par de horas antes del amanecer Ángeles se despertó


sobresaltada. Se había quedado dormida en un sillón junto a la cama de
Matthew. Se levantó y se paró frente a su esposo. Matthew la estaba
llamando susurrando su nombre. Thomas e Isabel se habían quedado
dormidos en un sillón al otro lado de la cama, agotados por tan
620

extenuante y estresante jornada. Ángeles puso su oído sobre la boca de su


esposo.

_ Ángeles…amor, ayúdame…no puedo….respirar.- Ángeles se sentó a su


lado y con cuidado lo tomó en sus brazos colocando la espalda del
enfermo sobre el pecho de ella, para poder estirarlo un poco y que de
esta manera el aire pudiera entrar a sus pulmones con mayor facilidad.
Estaba desolada, pero entera. Solamente una mujer con el temple y el
carácter de ella podía tomar a su moribundo esposo entre sus brazos y
calmarlo tiernamente, intentado confortarlo con los pocos medios que
disponían. Feliz hubiese tomado el lugar de su esposo y cerrando los ojos,
se puso a hablarle suavemente al oído acerca de lo lindo que estaba el
huerto, de sus hijos y de sus avances en música, de lo bien que estaba
acolitando Christian. Muchas cosas de la vida rutinaria para que con esto
ambos se distrajeran. Matthew seguía de vez en cuando emitiendo
gemidos con el cual expresaba la desesperación por el ahogo y el dolor,
para luego volver a perder el conocimiento. Llegó un momento en que la
agonía final se hizo evidente. Estaba muy mal y esta fue la señal para que
Thomas fuera a buscar a los demás miembros de la familia. Christian se
despertó también y al ver el estado de Matthew y comenzó a rezar la
recomendación del alma.

Matthew giró la cabeza hacia el rostro de Ángeles y le sonrió


agradecido y consolado por sus cariños. Escuchaba la voz de su Angelito
que le decía que ya no se resistiera más, que ella sólo quería su bien y que
Dios le estaba esperando. Que no sufriera por ella y por los niños, y que
dejara su vida en manos de Dios. Afuera se había largado a llover y el
viento resoplaba fuerte moviendo las ramitas de los helechos que crecían
afuera en el muro de la casa golpeando la ventana de la pieza. Matthew
levantó levemente la cabeza en dirección a ésta y se sonrió cuando
escuchó caer la lluvia. Uno de sus sueños era morir en un día de lluvia en
su tierra, en su Chile, emulando el clima de Oxford, recordando las tardes
lluviosas de Viña del Mar junto a la playa. Y el clima le concedía un
pequeño regalo. Amaba la lluvia, amaba el viento sobre los árboles
cuando hacía crujir los troncos; amaba el viento sobre las montañas
nevadas de la cordillera levantando polvo blanco, amaba el sonido del
arroyo deslindándose por las piedras. Dejó caer su cabeza nuevamente en
los brazos de Ángeles. Deseaba que le cantaran las viejas canciones
621

familiares, pero no podía hablar. Tenía tantas ganas de escuchar la voz de


Manuel a dúo con Thomas y Peter cantando y compitiendo por quien lo
hacía mejor.

Matthew cayó en ese instante en un extraño estado de trance entre la


vida y la muerte. Ya no tenía casi ningún dominio sobre su cuerpo, pero
con una peculiar claridad mental a pesar de estar viviendo sus últimos
momentos con sus ojos cerrados, comenzó a orar: “Estoy muriendo,
Señor mío, me estoy muriendo y mi cabeza está lúcida. Veo todo
claro….no sé qué me pasa. Siento como si flotara, estoy como… ¿cómo
decirlo? Anestesiado, es…es tan extraño. Puedo verme, ¿por qué puedo
verme a mí mismo recostado aquí y a los demás no los veo?... ¿Qué me
está pasando? Quisiera hablar y no me sale la voz. Estoy suspendido entre
la vida y la muerte, estoy en la frontera…. ¡Cómo me gustaría poder
decirles lo que me está sucediendo! ¡Qué ganas de compartir este
momento con ellos y hacerlos partícipes de mi pascua…de mi propia
pascua! Mi cuerpo no me responde, tengo esta punzada dolorosa en el
corazón, me cuesta respirar, pero mi alma está completamente despejada,
serena, esperando Su llamado. Escucho las voces de mis familiares
rezando por mi alma… ¡Qué bellas oraciones!: “Egredere, anima
christiana. Sal, alma cristiana, de este mundo…”. Falta poco…ya me falta
poco. Escucho a mi Angelito diciéndome que me ama y que quiere
verme feliz, que siente pena que me vaya, pero que más pena le da verme
sufrir en este estado. ¡Qué mal me veo! Mi amor, esto ya no depende de
mí, nunca ha dependido de mí y menos ahora. Pero… ¡qué extraño es
esto! No puedo abrir la boca, no puedo hablar, ni consolarlos, ¡qué ganas
me dan de calmarlos, de decirles que estoy bien! Estoy a un paso de salir
de las dudas, de salir de toda la incertidumbre que he experimentado en
mi vida por saber qué es lo que pasa cuando el alma se separa del cuerpo.
¿Por qué no cantan alegres? ¿Por qué si son buenos cantores? Todos,
todos los Mansfield somos buenos cantores. Pero no pueden
oírme…vamos, vamos por favor, cantemos juntos…Isabel, por favor
mírame, no sigas llorando hermana, y cántame Amazing grace como lo
hacíamos juntos: la contralto con el bajo… ¡qué bien nos sale Isa, que
bien…! ¿Te acuerdas Isa cuando hace años atrás obligaste a Juan Manuel y
a Ignacio a cantar Caresse Sur l‟ Oceán y ellos estaban furiosos y muertos
de vergüenza en la presentación musical que hacían los primos Mansfield
a final de año? Ian y Matthew H. empezaron riéndose de ellos y
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terminaron con la boca abierta como jetones por lo bello que cantaban tus
hijos. Oye Isabel, me hiciste llorar hace un rato. Eres malula, me llenaste
la cabeza de recuerdos y luego me dices que soy un hombre bueno. Yo te
voy a cuidar al pesado de tu esposo y a tus hijos.

¡Qué hermosa muerte me has enviado Señor en tu infinita


misericordia! Mi verdadero nacimiento por fin se acerca. Naceré a la vida
eterna, y ya nunca más volveré a morir ni a sentir el peso asfixiante de la
vida presente. Una muerte llena de confianza, rodeado de mis hijos,
abrazado a mi esposa, a mi amada esposa, con mis cuentas saldadas
contigo gracias a mi hermano cura que me ha preparado para este
momento. Con lluvia, con viento, pareciera estar arreciando un temporal
de esos grandes. Qué enorme bendición del Cielo: mientras el mundo
deja de recibir los bienes celestiales, como son los sacramentos, y muere
solo, perdido en la apostasía, prendido de odio hacia todo lo sagrado;
mientras tantos cristianos, buenos cristianos no tienen quién los asista y
mueren como perros bajo la risotada de hombres malvados yo sin
embargo, muero con un sacerdote a mis pies, rezando por mí,
asistiéndome con el Viático y la Extremaunción. Monseñor Mansfield, mi
Titian…no me sale la voz, pero si pudiera te diría que has sido un regalo
para mí y mi familia, mi hermano chico, no sientas pena por mí. Christian,
yo en este instante me encomiendo a la misericordia de Dios, es mi única
esperanza. ¿Qué rezas mi Titian? Acabas de decirle a Dios: “Recibe,
Señor, a tu siervo en el lugar que debe esperar de tu misericordia”
Amen…amén…Christian…No puedo decirlo en voz alta, pero estoy
siguiendo todo lo que rezas…sigue, por favor no pares de rezar. Mira
Señor, le diré, este soy yo, me conoces mejor de lo que yo mismo pude
llegar a conocerme, si tuviera que juzgarme a mí mismo créeme mi Señor
que estaría condenado…Oh Señor, recíbeme por favor, eres mi única
Esperanza…Christian, una de las cosas que lamento es que no veré como
ordenarás a mi hijo Ian como sacerdote de Cristo.

¡Oh dulce muerte por mi esperada desde hace tanto! Qué buena
muerte tendré, yo un mísero hombre lleno de defectos, muero como un
viejo soldado católico luchando por el Reino de Cristo. Tantos años
rezando a San José por este momento y al parecer mis oraciones han sido
escuchadas. Muero en el mes de noviembre en que las flores alegran con
sus colores el mes dedicado a tu Buena Madre, esperando por su fiesta
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Inmaculada y más encima un lunes después del primer domingo de


Adviento. Señor…qué más podría yo pedir, me siento tan privilegiado. .
¿Y qué te diré Señor cuando me pidas cuentas? Quizás muchos de mis
actos, de mis omisiones, de mis palabras no tengan justificación, pero
como Tú me conoces, sabrás que en gran parte no fueron con dolo. Te
pido que lo tengas en cuenta y no me juzgues con dureza. Cuanto desearía
Señor decirte que he tratado de serte fiel frente a toda infidelidad, que he
tratado de amarte frente a todo el desamor que el mundo te tiene. Qué
ganas Dios mío de escucharte decir: ven siervo bueno y fiel, porque
permaneciste leal a mí en un mundo que me odia; ven a mi siervo fiel
porque abandonaste todo por mí.

Señor, no estaré vivo para ver aquel día que ya está próximo. Te
pido que le des fuerza a mi familia, a mis hijos, a mi esposita para que no
tengan miedo y confíen en que es lo que tiene que venir. Para esperar ese
día nos hemos venido para acá, al sur de mi hermoso país, en un rincón
del mundo, apartado de todo y protegido por tus ángeles, por el manto
maternal de nuestra Señora y por nuestros santos patronos; para ese día
nos hemos venido preparando. Haz que no desfallezcan, que no se
asusten, sino que al contrario, hagan oración, que permanezcan juntos
como hasta ahora lo ha hecho este pequeño rebaño. En esta agónica
oración te pido por mi esposa…cuánto me duele dejarla. Mi Angelito, qué
feliz he sido contigo. Cuando ya había perdido toda esperanza de
encontrar a alguien que me amara, tú apareciste y nos completamos
mutuamente. Perdona a tu esposo si te ha hecho sufrir, perdóname por
dejarte, pero siempre te lo dije, tú sabías que tarde o temprano mi corazón
iba a fallarme y aun así me quisiste y elegiste estar conmigo. Acompáñala
Señor durante este tiempo en que permaneceremos separados. Hazle
saber que yo estaré a su lado. Soy su mejor amigo…no solo su esposo, soy
su mejor amigo. Permíteme Señor que me salve para estar junto a ella. Lo
mismo te pido para mis hijos…mis pollitos, que permanezcan fieles a Ti,
siempre unidos, que se amen, que se protejan entre ellos, para que ayuden
a su mamá ahora que va a quedarse sola. Te pido por mis padres…oh
Dios mis pobres padres. Espero haber sido un buen hijo. Les he dado
alegrías, pero también muchas tristezas. Esta es sin duda la peor tragedia
que les puede ocurrir porque ningún padre está lo suficientemente
preparado para enterrar a un hijo, por muy entrado en años que ese hijo
sea. Dales fortaleza, anímalos con esa fe que ellos mismos me
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transmitieron y que se selló en mi corazón como una preciosa joya que


atesoro como el regalo más grande que me han dado. A mis amados
hermanos, a mis cuñados, a ellos mantenlos en la unidad, que mi muerte
los una más y que junto a mis sobrinos y a todos los que aquí están y que
se nos han unido formen una familia grande en torno a ti, que así sea”.

Terminada la oración, frente a él comenzaron a aparecer una serie


de imágenes del pasado, las veía pasar como una película completamente
real. “¿Será que ya me fui, o que me estoy volviendo más loco, o
simplemente es otro síntoma más de que me estoy yendo para el otro
lado? Tenía entendido que uno cuando se está muriendo ve su vida pasar,
pero yo sólo veo momentos hermosos, recuerdos gratos. Reconozco
Señor, que me has bendecido con una vida maravillosa. De que a pesar de
mi depresión, de esta melancolía que me ha acompañado toda mi vida y
que hacía que viera todo negro, sin salida, con una pena entrañable; a
pesar de mi cardiopatía, todo lo que me regalaste Señor mío, fue bueno y
yo fui un malagradecido. Pero ahora me das la oportunidad de
agradecerte por todo: gracias Dios mío por haberme regalado la vida”.

Se vio a sí mismo en su colegio, cuando cursaba cuarto medio


sentado en las graderías que daban al patio central, junto a Manuel, a
Vicente y a Juan Pablo, sus compañeros de entonces conversando
animadamente mientras el sol de diciembre golpeaba sus caras. Se habían
sacado la corbata del colegio y con las camisas arremangadas a causa del
calor, hablaban sobre su futuro…Las imágenes fueron pasando, su
reencuentro con Manuel en el Muelle Vergara; cuando conoció a Ángeles
en la clínica, su matrimonio, todos los momentos que había pasado junto
a su esposa, el nacimiento de cada uno de sus hijos, su visita a Hare Street
House, su graduación en Oxford; sentado en el escritorio de su casa
tratando de corregir pruebas mientras Manuel le hablaba y le contaba
chistes picantes que le hacían enrojecer el rostro y las orejas. Por unos
instantes estuvo en su pieza de soltero, en la casa de sus padres y
contempló como gozaba al tocar ahí encerrado su violín. Luego se sucedió
otra escena donde vio a sus alumnos, a sus queridos alumnos a quienes
había tenido que abandonar, y con tantas visiones y recuerdos estos
hicieron que unas cuantas lágrimas rodaran por sus mejillas.
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Pasó una hora de dolorosa agonía. Ángeles lo tenía apoyado sobre


su pecho, y le acariciaba la cabeza. Matthew sostenía el crucifijo con una
mano puesta sobre su pecho, y con la otra santiguaba de vez en cuando,
repitiendo con voz suave y calma un par de jaculatorias. Cuando podía
levantar un poco más la voz les decía una y otra vez: “Perdonadme por
hacerles sufrir, perdonad al pobre Matthew.” Sucumbiendo nuevamente
en medio del ahogo que le producía las expectoraciones que invadían sus
pulmones.

Escuchaba cómo sus familiares rezaban una y otra vez por él


aquellas hermosas oraciones finales para que el alma pudiera volar hacia
Dios. Comenzó a sentir frío, mucho frío y se acurrucó más apretado con
Ángeles. Su vida se apagaba como una vela a la que no le queda más cera
y la mecha comienza poco a poco a dejar de brillar. No pudo siquiera
despegar los párpados de sus ojos ¡Cómo le hubiera gustado haberle
echado una última mirada a su Angelito y a sus hijos! Casi al final, el
dolor despareció y se llenó de tranquilidad. La guerra estaba llegando a su
fin y los estertores de la muerte habían detenido su lanza, para dejarlo en
sus últimos minutos descansar en paz para poder despedirse. Sus demás
hermanos, sus cuñados, sus sobrinos, sus suegros, y los amigos que con
ellos vivían miraban con ternura a este pobre cristiano que al final moría
con la ayuda de Dios sereno, tranquilo, sin dar muestras de desesperación
ni de angustia. Matthew haciendo un último gran esfuerzo logró
nuevamente sacar la voz y se dirigió en primer lugar a Monseñor
Mansfield que seguía rezando y le habló:

_ Titian…gracias: De profundis clamávi ad te, Domine: Domine, exaudi


vocem meam….

_ Fiant aures tuae intendentes: in vocem deprecationis meae…- dijo


Monseñor y continúo rezando de su libro, mientras los ojos se le llenaban
de lágrimas. Matthew le apretó suavemente la mano a su esposa y se
despidió de ella.

_ Angelito, niña de mis ojos: cor unum, anima una… - Matthew abrió su
boca intentando llenar sus pulmones con un poco de aire e impulsándolo
fuera casi como un grito ahogado dijo con todo lo que quedaba de sus
fuerzas: ¡Oh dulce Jesús mío!
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Y sin decir más, Matthew apretó con energía el crucifijo contra su


pecho soportando la última y más fuerte descarga de dolor que le atravesó
el corazón. La fisura de sus labios quedó entreabierta esbozando una
sonrisa, y al instante se durmió para siempre con el rostro encendido. Se
le soltó la mano con que tenía tomada la de Ángeles y ella sintió como se
desvanecía en sus brazos. El sonido desgarrador de su pecho cesó
bruscamente; entonces ella supo que había partido y que el combate
había llegado a su fin.

_ Descansa mi amor…descansa mi niño lindo.

El llanto ahogó sus palabras. El padre Christian al ver expirar a su


hermano comenzó a cantar en gregoriano el Subvenite: “¡Venid en su
ayuda, Santos de Dios!; ¡Salidle al encuentro Ángeles del Señor! Recibid
su alma, y ofrecedla a la presencia del Altísimo....” Las lágrimas le
nublaban la vista. Sentía más pena por no verlo más en este mundo, que
por otra cosa porque tenía la seguridad que Matthew había muerto
cristianamente. Como hombre sentía al igual que Cristo frente a la muerte
de Lázaro, una tristeza inconmensurable. Manuel que contemplaba la
escena a los pies de la cama de su amigo, no pudo contenerse y poniendo
sus manos sobre su boca, salió corriendo en dirección al baño, donde
vomitó con violencia. Rufus el perro que no se había movido de la cama
de Matthew dio un brinco y siguió a Manuel. Isabel también lo había
seguido al notar la cara de angustia que había puesto al ver morir a
Matthew y acercándose a él lo abrazó:

_ Bien por él, pero mal por nosotros que ya no lo tendremos aquí. No
puedo evitarlo, dijo que me pondría como loco y tenía razón…
_ Lo sé Manuel, tengo mucha pena, pero al mismo tiempo me inunda
una sensación de satisfacción al verlo morir de esa manera. ¿No crees que
fue hermoso verlo partir tan sosegado? Matthew siempre soñó morir de
esa manera, rodeado de nosotros y con sus sacramentos. ¡Qué muerte
más linda ha tenido mi hermano!

_ Te repito: bien por Matthew, mal por mí. ¡Maldita sea!, ¡maldita sea
toda esta porquería que estamos viviendo! Si no fuera por esta pesadilla,
Matthew estaría vivo. ¿Cómo hacerme a la idea que no lo voy a ver más?
627

No puedo creerlo, no puede ser, ¿Matthew está muerto? ¡Qué extraño me


resulta decirlo! Matthew está muerto…muerto. Matthew está muerto y bien
muerto, acaba de morir frente a mis ojos…y hace un rato estábamos
conversando, como siempre lo hacíamos, ¡Oh Matthew, amigo! ¿Por qué
te fuiste viejo?, ¿por qué? Maldita sea… ¡La Ángeles! Pobre Angelito…su
Matthew ya no estará- Manuel se soltó de su esposa y caminaba dándose
vueltas como un loco por el baño.- Llevamos toda una vida juntos, desde
los cincos años que somos amigos. Crecimos juntos, como hermanos,
siempre juntos. Cierro los ojos y le veo siendo un niño, con su seriedad de
siempre causando las burlas de nuestros compañeros, pero a Matthew le
daba lo mismo que lo vieran como un viejo chico. Se reían mucho de él
cuando chico…Se ponía rojo de vergüenza cuando yo le hablaba sobre
cosas cochinas de mujeres a los catorce años, y rechaza mis invitaciones a
ver chiquillas en las revistas porno. Yo le decía que era un fleto al que no
le gustaba ver mujeres piluchas y él me respondía que pensara lo que
quisiera de él porque le importaba un pepino mi opinión cuando sabía
que no era verdad lo que yo decía de él. Decía que estaba tranquilo con su
conciencia y no tenía que darle explicaciones a nadie. Y que por lo demás
simplemente no lo iba a hacer porque era malo, porque no quería que en
su cabeza se despertaran pasiones que le iban desordenar más la mente
porque ya le bastaba con sus tormentos existenciales… ¡y tenía catorce
años! ¡Solamente catorce años y ya decía cosas de ese estilo! Yo…yo lo voy
a extrañar mucho Isa… muchísimo. Vas a decirme que está más presente
que nunca, que tal vez la misericordia de Dios lo ha conducido hacia El
directamente y va a estar rogándole a Dios por nosotros; que estaba
cansado, que estaba sufriendo mucho y etc, etc y todo lo que con justa
razón se dice cuando alguien muere, pero eso no quita que no me duela
su pérdida. Va a ser tan raro hacerse a la idea de que Matthew no va a
andar por ahí fregando la pita con sus discursos teológicos, acarreando su
violín, sonriéndome; que ya no lo voy a escuchar más, que ya no me
aconsejará más y… ya no nos pelearemos más. Mi hermanito, mi único
hermano… ¡Qué dolor más grande es el que siente mi alma Isabel, que
dolor más horrible! Pobre Matthew…sus últimas horas fueron
terriblemente dolorosas, tanto físicas como espiritualmente…para
purificarme - me dijo - para entrar limpiecito al cielo. Hubiera dado lo
que sea para poder aliviarle un poco. Perdóname Matthew, no puedo
evitarlo, soy un hombre de poca fe y de apegos humanos demasiado
fuertes. “Tú siempre me levantas, siempre me empujas”, me decía
628

agradecido hasta las lágrimas, pero en el fondo era él el que lo hacía, era él
el que me levantaba con su ejemplo. ¡Qué lucha más grande en esa alma
para no perderse eternamente, qué desgaste, qué fatal desgaste! – Manuel
cayó de rodillas en el suelo llorando amargamente. El perro de Matthew
se le acercó y le lamió las manos que tenía en la cara. Manuel abrazó al
perro espontáneamente como si hubiera sido enviado por su amigo
fallecido para consolarlo. Desde ese momento Rufus nunca más se
despegó de Manuel - Mi mejor amigo, mi único verdadero amigo, al que
ya no oiré más, descansa en paz hermanito, descansa en paz.

Mientras tanto en el dormitorio Ángeles seguía abrazada a su esposo


tratando de rezar al mismo tiempo las oraciones que Christian decía con
profunda emoción. El papá de Matthew tras unos segundos de perplejidad
y de enorme pena se acercó al cuerpo de su hijo para certificar su muerte
tomándole el pulso. Thomas se acercó a Ángeles. Dobló una rodilla junto
a su cuñada y tomándole una mano le dijo al oído:

_ Angelito…suéltalo...por favor. – Ángeles lo seguía abrazando con fuerza,


como si con ello lograra que su cuerpo no se separara nunca más de ella.-
Angelito todos queremos despedirnos de mi hermanito. Tus hijos te
necesitan, dales a ellos la oportunidad de abrazar y de besar a su papá por
última vez.

_ Thomas, déjame abrazar a mi esposo mientras aún está tibio.- Ángeles le


respondió apenas ya que la voz no le salía e inmediatamente le habló al
oído a su Matthew que yacía lánguido en sus brazos: “¿Qué voy a hacer
ahora yo sola mi niño? ¿Por qué tuviste que dejarme tan luego? Nuestros
hijos son aún unos niños…Tienes dibujada una sonrisa en tus labios, tienes
el rostro tan pálido, pero tan lozano, te ves muy hermoso mi niño
lindo…demasiado hermoso para estar muerto. Tus pestañas se ven largas
y amarillitas igual que siempre cuando duermes profundamente, pero tus
parpados ya no se mueven. Te acabas de presentar ante el tribunal de
Dios, por fin saliste de la incertidumbre y confío en que nuestro Señor te
está recibiendo en estos momentos con sus brazos abiertos…a ti, a mi niño
de carita dulce. ¡Qué pena que siento! ¡Esto es terrible Dios mío! Siento
como si me estuvieran arrancando el corazón. Mi Matthew… que raro es
abrazarte y no sentir tu respiración, ni tu corazón. Qué raro es tomarte tus
manos y sentirlas apagadas. Ya no me sonreirás nunca más, ni veré la
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chispa de tus pardos ojos. La muerte ha venido a doblegar tu cuerpo y no


pudiste resistir más la agonía y el combate en este mundo. Me pongo a
pensar en el futuro y no veo nada. Esta pena es demasiado grande para mí
y no creo poder resistirla. Siento como si el alma se me estuviera
desgarrando…., me duele, me duele tu muerte hasta el último de mis
cabellos. Dependo mucho de ti, mi vida dependía de ti…Mi cuerpo está
temblando, creo que si me levanto de tu cama, me voy a caer al suelo. La
desolación de tu pérdida avanza por mi alma como una ola después de un
maremoto. La siento subir por mis pies hasta mi cabeza y me estoy
ahogando de pena. Mañana…mañana cuando nuevamente amanezca y me
despierte ya no estarás a mi lado, no estarás más, no te voy a ver, no te
voy a escuchar, no te podré acariciar, no te volveré a oler, no te volveré a
besar, no volveré a sentir tus risas ni tus llantos. No me volverás a decir
que me amas, no volveremos a rezar juntos. Tendré que esperar a que la
muerte vuelva a unirnos si Dios quiere en la Patria Eterna, ¿Qué porvenir
puede existir para mí si tú no estás junto a mí? Un solo corazón, una sola
alma…eso es lo que somos.”

Ángeles soltó con suavidad el cuerpo sin vida de Matthew y lo


acomodó de espaldas sobre la cama, dejándolo recto con su cabeza
apoyada en una almohada. Le tomó las manos y le sacó del antebrazo la
cánula con el suero. Luego, le retiró el anillo de matrimonio, y se lo puso
ella; del cuello de Matthew sacó las placas metálicas identificadoras que
él usaba desde su primer viaje a Oxford y la medalla de San Benito las
cuales se colocó ella en su cuello; con cuidado le sacó los tubos del
oxígeno de las narices. Le arregló el escapulario del Carmen que tenía
enrollado dejándose estirado sobre el esternón; le volvió a tomar las
manos y se las cruzó sobre la boca del estómago. En ellas colocó el rosario
de Matthew y el crucifijo con el que había fallecido. Amorosamente le
peinó su cabello y luego le cortó con unas tijeras un mechoncito de pelo y
lo guardó en un pañuelo. Después tomó la esponja con la que cada día de
los que él había permanecido enfermo, lo limpiaba, y empapándola con
agua le lavó el rostro. Toda esta especie de ritual lo llevó a cabo en el más
absoluto silencio y con mucho cariño, bajo la atenta mirada de todos los
allí presentes que expectantes contemplaban como Ángeles llevaba a cabo
cada uno de estos actos. Matthew H. había atraído a sus hermanos hacia
él y los tenía cobijados bajo sus brazos. Lloraba en silencio a su padre y no
le sacaba la vista de encima. Una vez que Ángeles hubo terminado de
630

arreglar a su esposo, le besó la frente, los labios y las mejillas, y luego se


puso de pie. Sus piernas tiritaban y sentía que se iba a desplomar en
cualquier momento. Thomas le tomó una mano y la ayudó a sentarse en
la silla que estaba junto a la cama. Ian se arrodilló junto a la cama, estiró
los brazos y abrazó las piernas inertes de su padre.

Sus hijos pudieron acercase y cada uno abrazó y besó a su padre.

_ Mamita, - le dijo la más pequeña- pareciera como si mi papá estuviera


durmiendo, hasta está sonriéndonos. ¿De verdad está muerto?

Ángeles sólo atinó a abrazar a su niñita.


631

EPILOGO

¡Oh Señor! Dios de los Ángeles y de los Arcángeles, nuestra resurrección


y precio de nuestro pecado, rector de todo el universo y amparo de los
justos: gracias te doy porque me has tenido por digno de padecer martirio
por ti, para que de este modo perciba mi corona y comience el martirio
por Jesucristo en unidad del Espíritu Santo; y así, acabado hoy mi
sacrificio, veas cumplidas tus promesas. Seas, pues bendito y eternamente
glorificado por Jesucristo Pontífice omnipotente y eterno, y todo os sea
dado con él y el Espíritu Santo, por todos los siglos y siglos, Amen
.
San Policarpo de Esmirna.
632

Luego de la muerte de nuestro protagonista ocurrió lo que tenía


que pasar, justo a un año de los acontecimientos antes relatados.
Habremos pues de finalizar con el resumen de lo acontecido a nuestros
queridos personajes.

Cansados, sucios y tristes llegaron los sobrevivientes junto al


palomo italiano que viajaba con ellos a encontrarse con los vestigios de la
verdadera Iglesia de Jesucristo en su nuevo hogar. El encuentro tendría
lugar, según se les había indicado por los canales de comunicación
secretos, en las profundidades del desierto de Atacama, en la túneles que
se estaban construyendo como refugio para los fieles cristianos. El calor
era sofocante, el sol picaba la piel que ardía al entrar en contacto con los
rayos solares.

Un hermano benedictino los había salido a buscar al punto en


donde se había acordado. El monje vestido completamente de negro, con
su capucha puesta los recibió fraternalmente y los condujo hacia una
planicie donde tras levantar una tapa que estaba en el suelo, los invitó a
pasar entrando por un agujero. Bajaron por una débil escala de madera de
algarrobo unos veinte metros hasta llegar a un gran túnel que era
alumbrado por cirios hechos con cera de abeja. La temperatura era muy
agradable y después de caminar en silencio unos cincuenta metros,
llegaron a una amplia cámara donde había más gente que se encontraba
como en una plaza. Unos leían, otros conversaban, había niños jugando y
al verlos entrar se quedaron en silencio y tras un instante de expectación
corrieron a recibirlos con besos y abrazos. Muchos se arrodillaron ante el
padre Ian para pedirle su bendición, en cuyo rostro se reflejaba un intenso
sufrimiento, pero a la vez una gran resignación.

_ El Santo Padre y el cardenal Bright los están esperando y quieren


verlo de inmediato a usted padre Mansfield para que les lea las actas que
le fueron solicitadas. Sus hermanas, sus primitos y sus tíos pueden ir a
bañarse y a comer mientras tanto. Deben estar agotados, pero usted
tendrá que esperar. Su Santidad está ansioso por conocerle.
_ ¿Podría hermano lavarme al menos la cara y las manos y tomar un poco
de agua? Estoy muy sucio, tengo mucha sed y quiero ponerme mi sotana.
No he podido usarla desde que huimos del sur. Me hubiera gustado dar
testimonio usándola en el viaje hasta acá, pero no sólo me abrían
633

martirizado a mí, sino que también a mis hermanas y a mis primitos. Y si


nuestro Señor permitió que nos salváramos del martirio aquella vez es
porque debíamos permanecer con vida para entregar la noticia de nuestra
familia muerta por Cristo y su Iglesia; ahora quiero presentarme con su
santidad como corresponde.- Efectivamente Ian vestía un roído traje de
seglar: unos pantalones de mezclilla, una camisa y calzaba unos bototos
viejos.

_ Vamos por aquí padre. De su familia se encargará don Guillermo, que


es el administrador de nuestro refugio. Él les mostrará las habitaciones
que hemos preparado para ustedes y les enseñará un poco el lugar. Estas
catacumbas son muy grandes y hemos encontrado bajo la superficie del
desierto más árido del mundo, un río subterráneo, de aguas puras y
limpias. Nuestro Señor se ha apiadado de nosotros y sigue auxiliando a su
pueblo en medio del mal.

En el camino el religioso entró a un baño con un lavamanos y un


surtidor de agua. Ahí pudo por fin el joven sacerdote lavarse la cara, las
manos, tomar abundante agua y luego sacó de la mochila su sotana, su
birrete y el fajín y se vistió con ellos. Luego el benedictino lo codujo por
un laberinto de túneles que estaba tapizado por imágenes de santos y de
episodios de los Evangelios en los muros excavados en la roca. Entre cada
fresco habían puertas que de vez en cuando se abrían y desde donde
emergían rostros de todas las razas de la tierra que sonrientes saludaban a
Ian con cortesía y admiración, siguiéndolos con la mirada hasta que se
perdían en el enredo de pasillos. Todos los que vivían en las catacumbas
sabían de la familia Mansfield y de su martirio y esperaron durante mucho
tiempo conocer a los sobrevivientes de la espantosa masacre.

– El santo padre- continuó el fraile- tiene sus aposentos al final junto a la


capilla. Ya llegamos…bueno padre, aquí lo dejo. Qué bueno que pudo
llegar y créame que siento mucho lo de su familia, pero usted sabe que
ellos han entrado en la Gloria dando su sangre por el Cordero.
Ian se paró frente a una puerta en cuyo frontis estaban dibujados
los emblemas pontificios. Suavemente golpeó la puerta y de inmediato
sintió los pasos de alguien que se dirigía hacia ella y al instante el amable
rostro de un fraile vestido de lino blanco apareció frente a él, invitándolo a
pasar. La habitación del Santo Padre era grande y acogedora. La máxima
634

autoridad de la Iglesia Católica tenía ahí sus aposentos en aquella


catacumba y en el ambiente el poder de su autoridad se notaba. Había
algo en aquella habitación que hacía encrespar los pelos a cualquiera que
entrara. La santidad de aquel espacio parecía un anticipo del cielo y una
fecunda paz inundaba los corazones de quienes podían entrar. En el
fondo de la habitación se podía ver a un grupo de personas que rodeaban
a un hombre vestido con una sotana blanca que sentado en un sillón
conversaba animadamente con ellos.

_ Pase padre Ian, el Santo Padre lo espera desde hace días. – Ian se
acercó lentamente hasta el grupo y ahí pudo distinguir los rostros de
aquellas gentes: el cardenal Bright, Fray Elías, un sacerdote tridentino y al
otro fraile que le había abierto la puerta, el cual se había colocado junto al
santo padre.

_ Acérquese padre, acérquese.- Le dijo el Santo Padre y prendado de una


gran emoción Ian se acercó a Su Santidad. Le besó el anillo del pescador
y sin poder reprimirse más, abrazó al Santo Padre y comenzó a llorar
profusamente en el pecho de aquel que con mucho cariño acarició el
cabello del joven y bien parecido sacerdote.

_ Bueno hijito, desahóguese. Ha sido muy valiente padre Ian, muy


valiente. Déjeme mirarlo. - El Santo Padre lo despegó de su pecho y
poniendo sus manos sobre los hombros del muchacho lo examinó con la
mirada. Ian había madurado de golpe y a pesar de sus cortos años, sus
rasgos parecían mayores. El parecido con su padre ahora era mayor. Su
rostro estaba adusto y serio a causa de todo el dolor. – Muy bien padre,
ahora siéntese, coma un poco de fruta y léanos sus actas. Pero mientras
usted come permítame presentarles a estos señores.- El Santo Padre se
puso de pie, le acercó una silla para que se sentara y le pasó una fuente
con frutas que ellos cultivaban en el fondo de la tierra. - Bueno usted
conoce al Cardenal Bright.- El cardenal se acercó a saludar al sacerdote
que al hacer amago de pararse para saludarlo, fue invitado a quedarse
donde estaba.

_ Padre Mansfield…en otros tiempos llamaba así a su tío. Estoy tan


dichoso de haberle tenido como secretario y ahora él estará en el Cielo
635

vestido con el traje del mártir, rezando por todos nosotros. Usted no se
imagina cuánto lo quise.-

Ian extrajo de su mochila una bolsa y comenzó a vaciar su


contenido, sacando con sumo cuidado las pertenencias de Monseñor
Mansfield, besándolas con afecto a medida que iban saliendo.

_ Cardenal, quizás usted quiera conservar para los Tridentinos estas cosas
que eran de mi tío. Su anillo, su solideo, su fajín. Lo sepultamos vestido
de obispo, con su mitra y su báculo, así que esos objetos quedaron allá
con él en su tumba. Yo me he guardado para mi familia sus lentes, su
devocionario y su vieja sotana sacerdotal. También tengo guardada en otra
mochila el alba con la que fue martirizado y que está manchada con su
preciosa sangre. La casulla que usaba en su última misa fue destruida por
sus martirizadores y de ella únicamente tengo algunos trozos también
manchados con su sangre…ah cardenal Bright, me alegra tanto estar aquí y
volver a verle. Dios nos ha guiado hasta acá y nos ha guardado de todo
peligro en un viaje que era humanamente hablando imposible. La llegaba
de fray Paolo fue providencial y estoy seguro de que sin él no hubiéramos
logrado. Me traje todos los ornamentos y vasos sagrados que eran de
nuestra capilla. Ellos los dejaron tirados en el suelo. Las sagradas formas
consagradas por Monseñor Mansfield en la que fue su última misa las
recuperé del suelo donde las habían tirado y pisoteado y las llevo en la
bolsa donde se guarda el corporal, adosada a mi pecho, amarradas con un
cordel.- Ian se desabrochó la sotana y efectivamente ahí en su pecho
estaba la bolsa con el corporal y dentro de ella las hostias consagradas algo
sucias, pero intactas.- Me he convertido en un sagrario vivo y las llevo…las
llevaba para poder usarlas como viático en caso de necesidad y para
alimentarnos espiritualmente a diario de sus partículas. No podía decir
misa, no tenía pan ni vino.- Ian se desató la cuerda y abrió el corporal y en
ese mismo instante todos se arrodillaron para adorar a nuestro Señor
presente en esas maltratadas hostias. El Santo Padre tomó el corporal y
colocó las formas sagradas en un cáliz que fue llevado por su ayudante, un
joven sacerdote tridentino, al sagrario personal del papa.- Antes de
proceder a leerles las actas con el recuento de los hecho que llevaron a mi
familia a sufrir el martirio, me gustaría decir algunas palabras sobre mi
padre, Matthew Mansfield Bradley quien falleció hace un año y medio.
636

_ Por favor querido padre Ian, háblenos sobre su padre, lo estamos


escuchando atentamente- le dijo el Santo Padre.

_ Mi papá, que en paz descanse, fue el artífice de mi vocación y fue quien


ofreció su vida por nosotros, por su familia, para que llegado el momento
de dar testimonio, no apostatáramos. Mi papá tenía mucho miedo de que
fuésemos a negar a Cristo si nos tocaba ser torturados por El y por eso un
poco antes de morir y según me lo contó mi abuela, él le suplicó a Dios
que tomase su vida a cambio de la Gracia de hacernos permanecer fieles.
Sin la ayuda de esta gracia dada por Dios, mis amados familiares no
habrían tenido la fortaleza de morir como murieron. Es imposible dar la
vida así si no se tiene la asistencia de Dios en ese momento y si no se tiene
la fe suficiente para ello, porque a nadie le gusta sufrir y nuestros instintos
a veces nos juegan una mala pasada. Mi papá ya había sido torturado por
Cristo en la cárcel cuando por mi culpa lo tomaron prisionero. Hubiera
sido mucho más fácil y menos doloroso para él haber cedido. Pudo
haberse operado del corazón recibiendo un corazón biónico cuya
invención parece ser verdaderamente diabólica. Pero no quiso, prefirió
padecer y tal como lo dice San Pablo: sufrir en su carne lo que falta a la
Pasión de Cristo. El sufrió otro tipo de martirio, no tan sangriento, pero
de un sufrimiento interior, que válgame Dios que hay que tener una vida
interior y de intimidad con Cristo muy fuerte para poder soportarlo. Esto
que les digo él jamás lo demostró ni lo hizo público. Yo lo sé porque
tengo sus diarios y los he leído. Sin embargo, hubo un tiempo en que yo
lo odié con toda el alma – el pobre padre Mansfield puso sus manos en su
cara y se largó a llorar. El cardenal Bright que estaba sentado a su lado, lo
atrajo hacia él y lo abrazó.

_ Padre Mansfield, no se torture. Usted está choqueado, estresado y con


mucha pena. No siga, mejor vaya a descansar y más tarde cuando esté
mejor nos lee las actas. No sufra hijo, no sufra más. – Ian sacó un pañuelo
de su manga y se limpió el rostro.

_ Disculpe Santo Padre, cardenal…es que extraño tanto a mi viejo, a mi


mamá, a mis hermanos…Sé que están el cielo, estoy seguro y perdóneme
Santo Padre que los santifique, pero yo lo vi en sus rostros. El rostro de
mi padre muerto…si lo hubiesen ustedes visto, era el rostro de un niño
sonriente. Mi papá tenía cuarenta y tres años al morir, pero su cara era la
637

de un muchacho como yo. La muerte le borró la marca de dolor que


llevaba desde hacía un tiempo. Contemplarlo muerto era como ver a un
hombre dormir tranquilamente una siesta. Realmente no parecía estar
muerto. Tuve el honor y la dicha de poder acompañarlo durante los cinco
días que pasó en agonía. Estuvimos con mis hermanos siempre pendiente
de él, a su lado. No pudimos hablar mucho al final porque tenía un
edema pulmonar que le ahogaba, sin embargo las últimas palabras que
intercambié con él nunca las podré olvidar…como todo lo que me decía.
Su enfermedad tuvo un carácter heroico Santo Padre, y se transformó en
un héroe y un modelo para mí.

Quiero seguir con el relato. Estoy bien, son mis apegos humanos
los que a veces me traicionan y paso del júbilo por saber que mi familia
está el cielo, al dolor por haberlos perdido. Estoy tranquilo, muy cansado
por todo el viaje, pero resignado y en paz con mi espíritu. He tratado de
traspasar esa resignación a mis hermanas y a mis primitos que, aunque son
chiquititos se dan cuenta. Perdieron a sus papás y a sus hermanos
menores y no entienden por qué no están con ellos. Mi tío Thomas es un
misterio para mí porque no me dice nada, anda como taciturno, creo que
está en shock y no se ha podido quitar de la cabeza la imagen del
encuentro en la capilla. Es el último de los hermanos Mansfield Bradley
que queda con vida y eso le duele porque se culpa de estar vivo. Se culpa
además por haber trabajado para el enemigo durante mucho tiempo, por
haberse alejado de la familia y por haber malgastando tantos años. Más
encima mi papá le pidió a él que se encargara de mi mamá y de nosotros y
cree que le falló a su hermano.

Mi tío Manuel…Mi pobre tío Manuel Etcharren fue el mejor amigo


de mi padre, un hermano para él y estaba casado con mi tía Isabel. Cuenta
una historia en la que dice que mi papá se le apareció a las pocas semanas
de haber muerto. Está convencido de que no fue en sueños y que vio su
espectro una noche. Era muy tarde y no podía dormir. Llevaba días sin
poder hacerlo a causa de la muerte de mi papá, porque lo echaba mucho
de menos y porque no podía olvidar la imagen de su muerte. Se levantó y
bajó a la cocina del refugio a prepararse una taza de leche acompañado
del perro que había sido de mi padre, Rufus. Desde que mi papá murió el
perro no ha abandonado jamás a mi tío Manuel. Se sentó al lado de la
estufa a leña a tomar la leche. La estufa en ese momento estaba apagada y
638

en la cocina hacía mucho frío. Por un instante cerró los ojos hasta que de
pronto sintió como un calorcito bueno en la habitación acompañado de
una fragancia muy agradable como de rosas, la flor favorita de mi papá. El
perro comenzó a mover la cola y a meter ruidos extraños. Mi tío dice que
abrió los ojos y que junto a él, en otra silla vio sentado a mi papá, como en
los viejos tiempos. Sin canas, esbelto, como en sus mejores tiempos de
deportista, muy joven, tal como él lo recordaba cuando tenía unos veinte a
veinticinco años. Cuenta que se quedó helado, se le erizaron los pelos de
miedo y de emoción y que el habla se le fue para dentro hasta que mi
papá le habló:

_ Hola Manuel, no tengas miedo…soy yo. – Le dijo mi padre mientras


movió la cabeza riéndose. Ese gesto de mover la cabeza y reírse bajito
siempre lo hacía cuando estaba vivo. Era característico en él.

_ ¿Matthew? ¿Eres tú Mateo?

_ Sí viejo, Dios nuestro Señor ha permitido para contigo esta gracia


especial para que yo venga a verte por un ratito para calmar tu corazón.
Son tiempos difíciles y Dios te da este regalo a través de mi persona para
que te sientas confortado. No sigas pensando más en mí como lo haces
porque no me dejas descansar en paz amigo mío. Tu alma está tan afligida
que me perturbas a mí también porque yo te quiero tanto como tú me
quieres a mí y no me gusta cómo te has tomado mi partida. Yo estoy
bien, mírame…como cuando entrenábamos en la pista.

_ ¿Estás en el cielo Matthew?

_ Sí, lo estoy, pero primero tuve que pasar unos días purgando mis penas.
Nuestra Señora bajó el sábado y me rescató del purgatorio, por lo del
escapulario. Si ella no hubiera venido…es tremendo el purgatorio Manuel.
Ni el más doloroso sufrimiento en la tierra se le compara a pasar un
minuto en ese lugar santo y es santo porque sabemos que aunque
sufrimos esa pena, estamos salvados. Manuel, Manuel, el Apóstol habló
con total justicia y certeza cuando escribió: “Obrad la salvación con temor
y temblor”. Si estando vivos tuviéramos conciencia de lo que ganamos y
de lo que perdemos cuando ofendemos a Dios…si pudieras ver un solo
pecado, aunque fuera venial te morirías de espanto. - Mi tío Manuel
639

cuenta que cuando mi papá le dijo eso, él comenzó a buscar su


escapulario en el pecho porque pensó que se lo había sacado, pero lo
tenía puesto. –

_ Oye Matthew, si tú que fuiste un hombre tan bueno, tan de Dios,


tuviste que pasar por el purgatorio, ¿qué me queda a mí? - Y mi papá se
rió nuevamente…-

_ Para que veas Manuel: lo que es imposible para los hombres, es posible
para Dios y quizás tú te encuentres más cerca del Cielo que yo cuando me
morí.- Mi tío le preguntó a mi papá sobre el momento de la muerte, pero
mi padre puso sus dedos sobre su boca invitándolo a callarse:

_ Eso no me compete a mí decírtelo, lo único que te puedo decir es que


el juicio particular es inmediato, y que el libro de tu vida se abre
mostrándola completamente. Todo detalle de tu vida, tal como están
contados tus cabellos en el cielo, queda escrito y no puedes negar nada,
absolutamente nada de lo que hiciste o dejaste de hacer, de lo que dijiste o
dejaste de decir. Vine a despedirme momentáneamente de ti Manuel, y
espero reencontrarme contigo pronto, aunque no sé cuándo. Reza mucho,
recibe a nuestro Señor sacramentado, confiésate, procura estar en gracia
de Dios y prepara tu corazón porque vas a sufrir mucho. Deberás pagar
un precio muy alto para merecer tu propia salvación y por la de muchos
pecadores. Debes confiar en Dios y aceptar su voluntad porque la vida
empieza después de la muerte. Piensa que los años en la tierra son un
grano de arena comparados con la eternidad. Sí, Manolito, con la
eternidad, ¿no lo mesuras acaso? ¿Le estás tomando el peso a lo que te
digo? Si durante nuestras vidas terrenas tuviéramos conciencia de que ahí
y en ese momento y a cada instante uno se está jugando el pellejo. Si
tuviéramos verdaderamente asimilado que este tiempo terreno pasa y que
lo que pase será sellado para siempre, creo que los hombres la pensarían
dos veces antes de ofender a Dios con sus pecados. Aquí, en esta tierra es
donde nos jugamos la vida eterna. Hay que tenerlo presente siempre,
sobre todo a la hora de la tentación. Hemos de jugárnoslo todo en esta
vida por la otra, sabiendo que la recompensa es inconmensurable: “Lo
que ojo no vio, ni oído oyó, ni entró en pensamiento humano, esto tiene
Dios preparado para los que le aman” dice San Pablo y yo doy testimonio
de esta verdad. Por eso es que hay que renunciar al mundo, y a lo que éste
640

nos promete. Fiarnos de la palabra de Dios nos basta para correr el riesgo
de abandonarlo todo. El riesgo de abandonar al mundo por la fe en un
Dios que es fiel a sus promesas con quienes le han sido fieles. No
pierdas la fe, se avecinan más y más pruebas, pero confía en que detrás de
ti están legiones de santos rezando por todos ustedes. Yo también me uno
a ellos para rogarle a Dios por sus almas, pero como te digo, confía y no
dudes, confía ciegamente a pesar de todo lo que malo que veas, Dios lo
quiere y punto. Dios lo permite por un bien superior y no te cuestiones
más. La comunión entre la Iglesia triunfante, la Iglesia purgante y la Iglesia
militante es ahora más cercana que nunca. La triunfante se complace en
ustedes que han de enfrentarse con la mayor persecución que haya
conocido, y por eso ustedes, los mártires del fin de los tiempos estarán en
un lugar privilegiado frente al Cordero Inmaculado. Les serán otorgadas
gracias especiales porque Dios no los va a abandonar aunque pareciera
que todo estuviera perdido. Mi presencia en este momento contigo es
prueba de ello. Viene mi hermana, se acaba de levantar a buscarte, y debo
dejarte, quédate tranquilo Manuel. Te quiero mucho Manuel Etcharren,
te quiero mucho amigo, cuídate y no pierdas el ánimo ni la confianza en
Dios. Prepara tu alma, prepárala para el combate espiritual con oración y
penitencia, no dejes de confiar en Dios por duro que parezca tu situación.
Yo estaré rogando a Dios por ti. Gracias por visitarme todos los días en mi
tumba. Siempre escucho lo que me dices y de alguna manera misteriosa
estoy presente en tu corazón. Eres un amigo fiel, más allá de la muerte lo
somos los dos. El amor que nos tiene unidos ahora es todavía más fuerte
que el que teníamos cuando yo vivía en esta tierra. No lo comprendes y
no lo percibes porque no me ves, pero es así, y debes creerme. Dile a
Ángeles que la amo y que me enorgullece su fe en mí, es una gran mujer.
Dile que no dejo de acompañarla. Los amo a todos, a todos ustedes los
estoy esperando. Rufus te va a proteger, y tú cuídalo a él por mí.- Mi tío
se puso de pie y trató de moverse, pero no pudo porque algo lo retenía en
la silla.

- Matthew no te vayas…por favor, quédate con nosotros…amigo no te


vayas. - Mi padre le sonrió y desapareció al instante en que mi tía Isabel
entró y encontró a mi tío Manuel tocando la silla donde mi padre había
estado. Ella le preguntó qué estaba haciendo al notarlo tan alterado
acariciando la silla y él le contó la misma historia que yo les acabo de
contar. Mi tía le dijo que quizás lo había soñado, pero él insiste hasta el
641

día de hoy en que fue tan real como el sol y que jura y re jura que mi
padre estuvo en esa cocina hablando en forma distendida con él. Como
decía, mi tío perdió a toda su familia y está muy mal. Es como un alma en
pena. He tenido que levantarles el espíritu a estos dos hombres adultos
que arrastran culpabilidades que no tienen. “Somos los conversos de
Matthew y Dios no quiere premiarnos con el martirio porque hemos sido
malos cuando más jóvenes”. Es lo que me dicen cuando trato de
levantarles el ánimo, pero el dolor los ciega y la pena los hace sordos a mis
palabras.

_ Padre Mansfield, ¿está en condiciones de seguir?

_ Sí Eminencia, me siento reconfortado al estar aquí.

_ No le he presentado a los otros personajes aquí presentes. Nos pusimos


a hablar de su papá y me olvidé que estaba presentándoselos. Él es fray
Elías, su tío compartió unos días con él antes de venirse.

_ Mucho gusto Fray Elías. Mi tío nos habló mucho de usted.

_ Y él es Fray Enoc, que viene también de medio oriente.- Ian abrió sus
ojos sorprendido al escuchar el nombre del otro religioso, ¿era
coincidencia o era que ya estaban cerca del fin? ¿Serían ellos los famosos
Elías y Enoc de los que hablan las Sagradas Escrituras? Pero no quiso
preguntar y atentamente saludó al religioso que tenía un rostro amable y
curtido por el sol.- Y este joven sacerdote es el padre Martin Sheffield de
los padres tridentinos y mi fiel ayudante- le dijo el Papa.

_ Querido padre Ian no sé si su tío le habló de mí, soy un converso suyo y


le debo mi vida y mi sacerdocio.

_ ¿Usted es el muchacho de King´s Cross?


_ Sí padre, soy yo - dijo el sacerdote sonriéndole- veo que conoce mi
historia.

_ Por supuesto, mi tío Titian habló de usted padre con mucho cariño. He
estado escribiendo estas actas desde que acontecieron los hechos hace ya
642

seis meses. Seis meses que llevamos viajando desde el sur para poder por
fin llegar hasta aquí.

Tal como es de su conocimiento, yo tuve el privilegio de ser


ordenado por mi amado tío Monseñor Christian Arthur Mansfield
Bradley con apenas dieciocho años y tras un año de seminario. Todo por
un justificado estado de necesidad y gracias a eso los sobrevivientes de mi
familia han contado con un sacerdote para que los alimente con el Cuerpo
de nuestro Señor y reciban sus Gracias. Soy muy joven Santo Padre, pero
he vivido en tres años una vida entera. Pasé de ser un ciudadano del
satánico gobierno mundial, adorador del Secretario y sus perfidias a un
sacerdote de Cristo y de la Iglesia verdadera de la cual usted es su cabeza.
Lo que me llevó a cambiar no creo que sea motivo de interés para ustedes
por ahora y no viene al caso. Sólo me resta decir que mi papá nos
preparó para sufrir la persecución y el martirio porque él sabía que
vendría. Los años de enseñanza de la fe, la continua oración en familia, la
insistencia casi majadera con que nos urgía a recibir los sacramentos de la
comunión y de la confesión para estar siempre en gracia de Dios, la
lectura de textos espirituales y de vida de santos, y especialmente la lectura
de las Actas de los primeros cristianos a las que él nos obligaba, preparó a
mi familia para sufrir el martirio con alegría y con esperanza. Si no
hubiesen contado con la asistencia permanente de Dios, presente en la
Sagrada Eucaristía; si no se hubiesen dejado arrullar por nuestro Señor,
dudo que por la sola convicción humana se habrían entregado como
corderitos al matadero, perdonando a sus asesinos y pidiendo al cielo por
su salvación. Quiero con el permiso de su Santidad, pasar a hacer el relato
de los acontecimientos que llevaron a mi familia a sufrir el martirio.

_ Continúe padre, mientras tanto se nos sirve la cena.

_ Actas del martirio: Hace exactamente seis meses que ocurrieron los
hechos, un día domingo al final de la misa. Ese día yo había dicho misa
rezada para los más pequeños, temprano por la mañana a las ocho en
punto. Concurrieron a ella mis hermanas: Annie, Teresa y Ángeles, junto
con mis primos Arthur Mansfield Batagglia, el hijo mayor de mis tíos Sean
y Rosario, de 4 años; Peter y Lucas Mansfield Monasterio, hijos de mis
tíos Peter y Catalina, de 4 y 2 años respectivamente. También
concurrieron mis tíos Manuel Etcharren y Thomas Mansfield, ya que me
643

habían invitado a cazar después de misa al bosque. Nuestras raciones de


carne se estaban acabando y necesitábamos la carne para el almuerzo,
además creyeron que me serviría como distracción ya que por esos días
había estado personalmente muy tenso. Efectivamente partimos los tres.
Mis primos Etcharren querían ir con nosotros, pero mi tío no los dejó
porque consideró que era muy arriesgado y no quería que dejaran de ir a
misa…nunca se imaginó que si los hubiera llevado los habría salvado.
Salimos del refugio a las nueve y media con la idea de llegar antes de las
doce. De camino pasamos a rezar ante la tumba de mi padre, para pedir
su intercesión y para que nos acompañara espiritualmente. Sin embargo,
a las diez y media, escuchamos a lo lejos ruidos de helicópteros que nos
obligaron a escondernos en una cueva para no ser vistos. Estábamos
acostumbrados al paso de estos artefactos, así que no nos llamó
mayormente la atención que pasaran tan bajo. Pero de pronto escuchamos
a lo lejos disparos, pero ningún grito y como el sonido provenía del
refugio, pensando lo peor corrimos en dirección a él. Estábamos como a
unos treinta minutos de la casa y mientras nuestras piernas se nos hacían
cortas para correr, vimos pasar nuevamente a los helicópteros con
dirección al norte, volando tan bajo que vimos a sus ocupantes y parecían
venir de un festín. Al llegar a la casa, recorrimos el lugar y no había ni se
sentía nada, pero una sensación extraña invadía el lugar. Nos dirigimos
entonces a la capilla y... (Ian suspiró y bebió un sorbo de agua) nos
encontramos con la escena más desgarradora que ustedes se puedan
imaginar. El olor a sangre era penetrante, como una carnicería. El perro
de mi padre, llamado Rufus que andaba con nosotros comenzó a actuar
extraño y se negaba a entrar a la capilla. Subió las escaleras y se fue a
meter a su casita.

Quisiera antes de continuar, describirles la capilla: al entrar a la


izquierda había un gran crucifijo de madera y a su lado un platito de greda
donde se encontraba el agua bendita. Junto al crucifijo también había una
imagen de Nuestra Señora de Fátima que mi papá embarcó cuando nos
fuimos al sur y que estaba en mi casa, en Viña del Mar. A la derecha
estaba la imagen del niño Jesús: Yo reinaré, la favorita de mi padre. En las
paredes estaban las estaciones del vía crucis, imágenes preciosas regalo de
su Eminencia Cardenal Bright para mi familia y que mi tío Titian trajo
desde Roma. Al lado del altar había una imagen del Sagrado Corazón y al
otro lado una del Arcángel San Miguel aplastando la cabeza del demonio
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y contra esas imágenes estos hijos del Anticristo se ensañaron, haciéndolas


trizas. El altar y el aras eran preciosos y lo destruyeron con un combo de
fierro. Al costado de la imagen del Sagrado Corazón estaba el armonio
que sonaba en cada misa acompañando al canto llano. La capilla se
ubicaba en el subterráneo de la casa, por lo que era un poco helada y para
hacerla más acogedora se habían revestido las paredes con madera, y
sobre el reclinatorio para la comunión había una enorme viga de madera
sobre la cual habían pequeñas estatuillas de santos: san Benito, San
Mateo, san Pedro, Santo Tomás Moro. Sobre esta viga, colgaron de
cabeza con los pies atados y su cuello degollado por el cuchillo laser a mi
tío Titian, Monseñor Mansfield, cuya sangre aún escurría hacia el suelo
cuando llegamos, dejando un inmenso charco. Le habían rasgado la
casulla, le sacaron el alba y lo dejaron en ropa interior. Lo colgaron como
se hace con los cerdos…esa imagen querían dar. Ustedes saben que ellos,
nuestros enemigos, conocen hasta mejor que los mismos fieles la doctrina,
y saben lo que es un sacerdote, alter Christus, y por tanto dejar colgado
como un cerdo a un sacerdote es burlarse de la crucifixión de nuestro
Señor haciendo una parodia blasfema de su sacrificio. A su lado…a su
lado izquierdo y también colgado, pero con los brazos extendidos en cruz
y degollado, sin estar de cabeza vestido con sus ropas acolitales estaba mi
hermano Dominic al que además le habían arrancado los ojos, y al otro
lado de la misma manera estaba mi hermano Christian. Mis dos hermanos
menores murieron acolitando a mi tío en su última misa. Benditos ellos
mis hermanitos Dominic y Christian que ahora gozan del premio eterno.
Murieron junto a un sacerdote católico fiel, tal como el buen ladrón en el
calvario.

Al entrar mi tío Manuel corrió a ver mi tía Isabel y a mis cuatro


primos, pero no había nada que hacer. Los habían acribillado en sus
puestos y quedaron arrodillados con sus rostros mirando al Santísimo en
el Tabernáculo. Los nombres de mis primos son: Juan Manuel, Ignacio,
Agustín y Santiago. Mi tío Manuel lloraba desconsolado abrazado a mi tía
y a mis primos. Lloró hasta quedar agotado y sin reaccionar se quedó
paralizado en el suelo junto a sus muertos durante todo el rato que
estuvimos con mi tío Thomas contabilizando a los caídos. En la capilla
estaban, junto con los que ya señalé las siguientes personas, las cuales
fallecieron de la misma manera: acribillados. Debo hacer notar que
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ninguno de los que están en este listado tenía en sus rostros una mirada de
miedo o de odio, sino que estaban como dormidos tranquilamente.

En primer lugar quiero nombrar a mi mamita, doña María de los


Ángeles Battaglia Abreu, quien estaba sentada sola en la primera banca.
Mis abuelos paternos y maternos: Annie Bradley, Matthew Mansfield,
Lucía Abreu y Gianluca Battaglia.

Mis tíos paternos, sus esposas y algunos de sus hijos: Peter


Mansfield y Catalina Monasterio junto a la hijita de ambos Sofía de 5
años; Sean Mansfield y Rosario Battaglia junto a Esteban, el hijito de
ambos de un año y unos meses.

Mis tíos maternos: Andrés y Cristóbal, ambos solteros.

Rafael Latorre Tiare, ayudante de cátedra de mi papá. Rafael fue un fiel


alumno y amigo, venido de Isla de Pascua, lo consideramos siempre como
a un hermano más.

Don Pedro Vicencio, capataz del fundo de mi tío Manuel. Optó por
venirse con nosotros convencido por mi papá y por mi tío, a los cuales
quería como a sus hijos. Entró en la Gloria de Dios revestido con blancas
vestiduras acompañado de su esposa, doña Carmen Pérez y de sus hijos
Roberto, excelente violinista y Mauricio.

Por último, Carlos Leví Peres, un judío converso en la última hora, cuya
historia bien merece un capítulo aparte. Se vino con mi padre después de
haberle salvado la vida en la cárcel. Fue bautizado por mi tío Titian una
semana antes de sufrir el martirio y su padrino fue mi hermano Matthew
Hugh. Carlos era uno de los mejores amigos de mi papá.

Después que contabilizamos a estos mártires nos dimos cuenta de


que faltaba mi hermano mayor Matthew Hugh, y comenzamos con mi tío
Thomas a buscarlo en la capilla y lo encontramos tirado detrás del
armonio, pues él lo tocaba en cada misa, aún con vida, pero agonizante.
Las balas le habían atravesado las piernas, la cadera y un brazo, no podía
moverse. Yacía de costado sobre una poza de su propia sangre.
Inmediatamente lo tomé entre mis brazos y le revisé sus heridas. Estaba
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desangrándose y su rostro estaba muy pálido. Yo sabía que no podía hacer


nada más para ayudarlo, sus heridas eran gravísimas. Como pude intenté
frenar su hemorragia, pero su sangre no paraba de manar de sus heridas
dejándome completamente manchado con ella. Esta fue más o menos la
conversación que tuvimos entre los dos:

_ Ian, Ian, ¡Bendición de Dios estás vivo hermanito!

_ Matthew Hugh, voy a administrarte la extremaunción. ¿Comulgaste


recién? – Mi hermano asintió con la cabeza. Apenas podía hablar, pero
tuvo la fortaleza y la claridad mental suficiente para responder a todas mis
preguntas hasta el final. Yo saqué del bolsillo interior de mi sotana los
Santos Óleos que siempre traigo conmigo junto con el ritual de las
oraciones y le administré el sacramento. Una vez terminado, volví a
tomarlo entre mis brazos, lo abracé con fuerza contra mi pecho mientras
trataba de apretar con un paño la herida más profunda para que no
siguiera desangrándose. Sabía que era inútil hacer esto, pero siempre está
la esperanza y la posibilidad de poder aliviarlo. Comencé a preguntarle
por lo sucedido, mientras mi tío Thomas buscaba una escalera para poder
bajar a mis hermanitos y a mi tío. - Hermano, ¿puedes contarme lo que
pasó?

_ Padre Ian, yo…yo…soy tan indigno… (mi pobre hermano mayor estaba
tranquilo, diría que hasta feliz) que mi Señor Jesús me otorgue la gracia
del martirio, que me dé la gracia de morir con su bendito nombre en mis
labios, que me dé la gracia de morir con casi toda mi familia, en esta
capillita en los brazos de mi hermano sacerdote. Es mucho para un
miserable como yo…bendito sea El, bendito sea, es mucho para mí,
mucho…. Ni siquiera siento dolor, salvo si me muevo.

_ Hugh, por favor, necesito saber cómo murieron. (Matthew dirigió la


vista hacia donde estaban los acólitos y el obispo y levantando su mano los
señaló con su dedo, luego cerró su mano y la dejó caer en el suelo.
Después yo diría que a causa del trauma y de la pérdida de sangre,
comenzó a balbucear una estrofa de un poema del padre Castellani que
mi papá siempre decía:
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_ “Llegó, por fin, el fin de mi agria suerte. Mañana tarde moriré. Estoy
cierto. Hoy ya he sentido el ala de la muerte y ya me siento casi olor de
muerto.” ( Matthew suspiró, cerró por un instante los ojos y luego volvió a
abrirlos y continuó con su relato). Ellos- dijo por los que colgaban -
fueron torturados después que nos dispararon a todos. Estos hijos del
Anticristo, alrededor de diez, llegaron gritando y blasfemando y te
confieso Ian que la maldad que había en sus rostros sobrepasa cualquier
maldad humana. Los hombres son malos, pero cuando se llega al nivel de
maldad y de crueldad que yo vi hoy, eso ya no es humano, es insinuación
y acción diabólica. Mi tío Titian se encontraba al final de la misa,
habíamos comulgado recién y Christian le estaba vertiendo el vino y el
agua en las manos. Fue tan extraño…como si mi tío los hubiese estado
esperando. Todos se voltearon al sentir los gritos, la puerta fue derribada,
entraron botando las imágenes escupiendo sobre ellas y orinándolas….fue
doloroso ver todo el sacrilegio. Sin embargo, ninguno de nosotros se
movió de sus puestos. Intuyendo lo que venía y sabiendo que no
podíamos hacer nada para frenar el sacrilegio, pues igual íbamos a morir,
nos arrodillamos y comenzamos a cantar el Credo, mientras ellos gritaban
y nos golpeaban empujándonos sobres las bancas. Pero no nos movimos.
Monseñor levantó su mano y nos bendijo, tomó el cáliz con las Sagradas
Formas consagradas y lo abrazó contra su pecho y les dio la espalda,
quedando arrodillado en el reclinatorio que usaba para rezar las oraciones
después de la misa. Dominic y Christian, angelitos de Dios, se arrodillaron
junto a él y le pidieron a mi tío Titian la extramaunción breve: Por esta
santa unción, perdónate Dios cuanto faltaste. Amén. Monseñor se las dio,
nosotros seguíamos cantando, mientras que aquí en la capilla el escándalo
era ensordecedor. Se burlaban de la Santísima Virgen, se burlaban de las
imágenes de los santos y comenzaron a hacer esos rallados horrorosos en
las paredes. Uno de nuestros verdugos, indignado porque no encontró
resistencia ni pánico, le disparó a mi mamá primero en el estómago. Ella
cayó al suelo, y con su rostro en tierra hacia donde yo estaba mi miró
sonriente. Me miró y pude leer en sus labios que me decía: te amo hijo, te
amo Matthew Hugh, y después dijo unas palabras que le alcancé a oír:
“Te dejé partir a la eternidad, ahora tú amado mío Matthew, ven a buscar
a tu esposa. Dulce Jesús mío…” y dicho esto murió mi mamita repitiendo
las mismas palabras que mi papá dijo al morir…. (Mi hermano, cerró los
ojos, apretó los labios y tras una pausa siguió con el relato lentamente).
Ahí está nuestra mamita Ian. Debes preocuparte de que reciba sepultura
648

junto a nuestro papá. Deben esperar la resurrección de los muertos


juntos…siempre juntos. Pese a lo ocurrido con ella ninguno se movió y
seguimos cantando, ahora el Te Deum. Esta actitud simplemente los
terminó de colmar y sacando sus ametralladoras, dispararon en ráfagas a
los que estaban en sus bancas y a mí. No tuvieron misericordia ni siquiera
con Sofía y Esteban que lloraban asustados. A mí me salvó el armonio, ya
que me sirvió de escudo…pero igual me penetraron unas balas aquí.
Monseñor tomó por los hombros a nuestros hermanos y los acurrucó con
él, después que terminaron con la carnicería. Yo no pude seguir sentado
en la silla del armonio y me caí al suelo en la postura que me encontraste.
Ellos pensaron que estaba muerto. Vi todo lo que les hicieron….

_ Descansa Hugh. El tío Thomas fue a buscar una escalera para bajarlos.
Mi tío Manuel está desecho, no creo que pueda ayudarnos. Tendremos
que juntarlos a todos para darles sepultura…nunca he dicho una misa de
réquiem… (Mi hermano se estaba poniendo cada vez peor, pero él quería
contármelo todo, era el único testigo y no quería irse sin haber dejado su
testimonio) Si no tuviera fe, este panorama sería desolador…y lo es, salvo
que esta matanza no me produce miedo, ni siento odio, estoy en presencia
de los cuerpos de mis familiares y de mis amigos que ahora están en el
cielo. Mira a nuestra mamá Hugh, se durmió como nuestro papá,
sonriendo y por fin está con él, ¡qué alegría para los dos volver a estar
juntos para siempre con nuestro Señor! Y nuestros abuelos, toda una larga
vida juntos y juntos se van al cielo, los cuatro. (Matthew me tomó la mano
y se la llevó a su pecho…estaba muy mal)

_ ¿Sabes lo que hicieron después con Monseñor? Se acercaron a él, le


arrebataron el cáliz, tiraron las Hostias Consagradas al suelo, lo separaron
de nuestros hermanos y le sujetaron las manos por la espalda. Para
hacerlo sufrir más comenzaron a desnudarlo y a abofetearlo, mientras que
lo obligaron a ver como torturaron a nuestros hermanitos. Nuestros
hermanos permanecieron en silencio, miraban a mi mamita muerta frente
a ellos, a los abuelos, a los tíos, estaban muy afectados, pero íntegros. El
único que habló fue Dominic, cuando tomaron a Christian. Les dijo a los
verdugos: no le hagan daño a mi hermano, háganmelo a mí. Estaba muy
ahogado por lo del asma de modo que cuando dijo eso su pecho sonaba
fuerte y uno de ellos fue y le dijo: así que te las dai de choro cabrito, vas a
ver lo que te va a pasar tragahostias por dártelas de macanudo. Con una
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rapidez sorprenderte, tomó a Dominic del cuello y con el cuchillo láser


le arrancó los ojos. (Matthew se largó a llorar en ese momento, había
presenciado todo y no pudo hacer nada por ellos porque no podía
caminar. Cuando se hubo calmado continuó). Dominic dio un grito
ahogado y se desmayó. Mi tío Christian intentaba zafarse de sus captores
que se reían a carcajadas al ver al que le había arrancado los ojitos a
Dominic tirarlos al suelo y pisotearlos hasta molerlos. Luego el mismo
tipo lo levantó y lo apuñaló en el corazón para después degollarlo con el
cuchillo. Christian se desmayó por la impresión. Vino otro lo tomó del
pelo, lo despertó a cachetadas y una vez que lo hubo despertado, le
disparó al corazón y lo degolló al igual que a Dominic. A mi tío Titian le
corrían lágrimas por las mejillas. Forcejeando con su captor logró zafarse
de una mano y con ella bendijo a nuestros hermanos mártires de lejos. Lo
volvieron a tomar, le sacaron sus lentes arrojándolos ahí junto al cáliz, y lo
obligaron a arrodillarse y a blasfemar, le dijeron que escupiera sobre las
Hostias Consagradas y él cerró los ojos y dijo: Pater, dimitte illis: non
enim sciunt quid faciunt. Y al decir esto, gritaron como endemoniados y le
golpearon el rosto con un bastón retráctil. Monseñor quedó con su rostro
marcado por el bastón, igual que como quedó mi papá. Levantó la cabeza
y les dijo: Hijos, ¿Por qué odiáis tanto Al que ha de venir? ¿No le teméis a
su Venida, no le teméis a su juicio? El los espera, espera de ustedes su
arrepentimiento porque por los pecadores como ustedes y como yo dio su
vida. Vais a matarme y me convertiréis en mártir tal como lo habéis hecho
con mis sobrinos y mis familiares. Nos haréis entrar en los cielos vestidos
con el alba del martirio, pero tendréis que pagar por el pecado que estáis
cometiendo. El Señor vengará la sangre de los justos. Arrepentiros
mientras podáis que sólo hay un pecado que no se perdona y es el del
impenitente. Yo por mi parte les perdono a nombre de todos nosotros. Y
el que aparentemente era el líder, se ríe, lo escupe y le dice: Nosotros sólo
tenemos un señor y al que sirves lo despreciamos al igual que a ti. Y en
ese momento le apuñaló en reiteradas veces el corazón y después lo
degolló. La risotada era infernal. Sacaron unas especies de botellas de
vidrio y echaron en ella la sangre de mi tío que escurría a borbotones de
su cuello. La guardaron junto con algunas hostias consagradas que se
llevaron. Tomaron los cuerpos de nuestros hermanos y los subieron a la
viga colgándolos en cruz. Después tomaron a mi tío Titian, lo voltearon, le
amarraron los pies, y lo dejaron como lo ves….Ian, tengo sueño…me
siento sin fuerzas.
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_ Matthew Hugh, tu testimonio va a servirle a muchos. Gracias por tu


esfuerzo. Nuestras hermanas y los otros niños, ¿no estaban aquí con
ustedes? ¿Están escondidos o se los llevaron?

_ No lo sé…sólo sé que no estaban aquí y que iban a ir a arreglar el


Calvario y poner algunas flores después que ustedes se fueron. Tienes que
buscarlos, deben estar bien… (Mi hermano de pronto me quedó mirando
fijamente, estaba muy débil, colocó su mano en mi cara y me hizo cariño,
luego comenzó a tiritar y a tener unas fuertes convulsiones, pero a pesar
de eso, seguía intentando hablar…discúlpenme pero cada vez que me
acuerdo de esa escena me pongo a llorar…lo hecho tanto de menos a
Hugh, Santidad, me hace tanta falta mi hermano Matthew, a Dominic…al
chiquitín de Christian) – Ian tuvo que detener un momento el relato para
poder calmarse y seguir.

_ Ian - me dijo después - nunca pensé que me iba a morir en tus brazos,
¿te acuerdas cuando discutíamos y tú te enojabas conmigo porque te
desordenaba tu lado de nuestra pieza? Te quiero mucho padre Ian. Ian
abrázame más fuerte que tengo susto…Ian reza por mi Macarena, a lo
mejor ella está bien y puede que se encuentre en alguna de las
comunidades…yo la voy a cuidar desde el cielo y ahí la estaré
esperando…la amo, la amo más que nunca. ¿Juan Manuel está muerto?

_ Si Hugh, junto con sus hermanos y mi tía Isabel.

_ Antes de que lo mataran, mientras asaltaran la capilla, me gritó desde su


puesto: “nos vemos más rato, en el Cielo Matthew Hugh…nos vemos más
rato” Mi mejor amigo me la ganó...se fue un poquito antes que yo…me
están esperando todos allá arriba Ian y vas a tener que quedarte solito,
pero yo te voy a estar cuidando como siempre porque te
amo…Ian..Ian…me siento muy débil, estoy muy cerca… ¿Quieres cantar
conmigo padre Ian?

_ Yo también te amo Hugh, con toda mi alma. ¿Qué te gustaría cantar - le


dije acariciándole su cabecita.
651

_ Nunc dimittis servum tuum Domine (comenzó mi hermano a cantar el


Cántico de Simeón en gregoriano y yo le seguí)

_ Secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei, salutáre tuum
– y mientras yo seguí cantando mi hermano mayor al que tanto amé y que
ahora me cuida desde el cielo dice:

_ Jesús, José y María con vos descanse en paz el alma mía- y expiró,
mirándome a los ojos. Tenía 21 años. Le cerré los ojos suavemente, canté
el Subvenite y me quedé por un momento abrazando su cuerpo con todas
mis fuerzas, dándole gracias a Dios por haberlo acompañado y haberlo
asistido. Me invadió la pena por un momento, pero al mismo tiempo
pensé: mi hermano mayor yace muerto en mis brazos y ahora su alma ha
entrado al Cielo: ruega por mi Matthew Hugh para que al igual que tú, dé
con mi vida testimonio de la Verdad, ruega para que jamás me olvide de
que mis pecados han costado la vida de un Dios que se humilló y padeció
para salvarme.

En ese mismo instante apareció mi tío Thomas con la escalera. La


dejó en el suelo y se me acercó para saber de mi hermano.

_ ¿Cómo está Matthew, Ian?

_ Se nos fue recién tío Thomas.- Mi tío se arrodilló, le tomó la mano a mi


hermano y se la besó- Se ha ido el último Matthew Mansfield de nuestra
familia, descansa en paz Matthew Hugh, hijo mayor de mi querido
hermano. Ruega por nosotros- Mi tío cerró los ojos y juntó sus manos y
estuvo un instante rezando en silencio.

- Ahora Ian ayúdame a bajar a mi hermano y a los tuyos. Manuel está


tirado en el suelo y no quiero molestarlo. Después que los bajemos de la
viga quiero que los pongamos a todos juntos frente al altar, empezando
por mis padres.

Mi tío Thomas mantuvo una calma y un temple anímico


extraordinario que me ayudó a mí también para realizar la dura tarea de
bajar los cuerpos, ponerlos junto a los demás para luego prepararlos para
la misa y el entierro. Una vez que los bajamos, los bendije, cubrimos a mi
652

tío Christian y lo vestimos con su alba, aquella misma que tienen ustedes
aquí.

Fuimos colocando uno al lado del otro con mucha delicadeza y


cariño a los mártires frente al altar, con sus manos sobre el pecho. Sin
embargo mi gran preocupación eran mis hermanas y mis primos. No
sabíamos qué había pasado con ellos y después de hablarlo con mi tío
Thomas, decidimos dejar por mientras los cuerpos tal cual en orden, y
salir a buscar a mis familiares, para luego volver a preparar todo para sus
funerales. Nos esperaba mucho trabajo y lo sabíamos. Entre los tres
tendríamos que limpiarlos, vestirlos, y trasladarlos después de la misa de
réquiem a sus tumbas, que debíamos cavar junto al Calvario donde yace el
cuerpo de mi papá. Después que ordenamos a mis familiares y nuestros
amigos, los únicos que faltaban eran los cuerpos de los Etcharren-
Mansfield. Mi tío Manuel no quería despegarse de ellos y tuvimos que
obligarlo a que los soltara y hacerlo reaccionar.

_ Ya basta Manuel…ya pasó, al menos estamos nosotros. Mira, esto es


muy duro, pero consuélate sabiendo que tienes a toda tu familia
esperándote en el Cielo. Yo también tengo mucha pena, estoy
conteniéndomela, y también me estoy guardado la rabia y el odio.
Mataron a mis padres y a mis hermanos, me he quedado sin Peter…sin
Sean...sin Isabel, sin Christian: ¡Soy el último de los hermanos Mansfield
Bradley que queda con vida! ¡El peor de todos ha quedado vivo!

_ ¡Ay Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué nos castigas así? ¿Cuál ha sido
nuestro pecado para que te olvides de tus fieles? Primero me alejas de mis
padres para siempre, luego te llevas a Matthew y ahora a mi Isabel y a mis
niñitos…¡Oh Dios mío! ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me dejas a mí con
vida y te llevas a mis hijitos?- Mi tío Manuel lloraba desconsolado, gritaba
y gritaba imprecaciones, se arañaba la cara y se golpeaba el pecho.

_ Ian – dijo mi tío Thomas- yo no tengo paciencia. Manuel está


trastornado. Pobre Manuel. Quédate con él mientras yo voy a buscar a tus
hermanas y a mis demás sobrinos. Me voy a llevar al Rufus para que me
ayude a buscarlos. Reza y suplícale a Dios para que los encuentre. Voy a ir
primero al calvario. – Mi tío Thomas se fue y me dejó con mi tío Manuel
que no soltaba a mi tía Isabel y a sus hijos. Yo me senté junto a él y de a
653

poco le fui soltando los dedos desde los cadáveres hasta que él quedó con
la vista perdida y en silencio tomado de mi mano.

_ Tío Manuel…ayúdeme a llevarlos con los demás frente al altar. ¿Se


acuerda lo que le dijo mi papá cuando se le apareció, que iba a sufrir
mucho? Bueno, parece que se refería a ésto. Debe ser fuerte y entregarse
a Dios, que sólo Él le dará verdadero consuelo.

_ Tú, padre Ian, nunca creíste que tu papá se me apareció y ahora me


vienes con eso.- Y dicho esto, me soltó la mano, tomó a mi tía en brazos y
la dejó frente al altar, a los pies de Monseñor. Luego hizo lo mismo con
Juan Manuel, Santiago, Agustín e Ignacio. No me dejó ayudarlo. Creo que
estaba aguantando una presión enorme de furia y de odio dentro de él, y
por eso me alejó para no desquitarse conmigo…ni con Dios. Después se
acercó a mí, me tomó del brazo y me llevó hasta una banca donde nos
sentamos a ver a nuestros seres queridos.

_ Míralos, ¿por qué tienen que ser así las cosas? Como si no bastara con
haberlo dejado todo para sobrevivir, ahora ya no hay razón para
continuar. Todo está perdido…todo, no tengo a nadie. Yo vivía para mi
familia, respiraba por ellos, reía para ellos. Cada mañana al levantarme y
al acostarme le daba gracias a Dios por tenerlos conmigo. Soy un hombre
solo, no tengo nada más que hacer en este mundo.

_ No piense esas cosas malas tío, no las piense. La vida es tan efímera, tan
corta, se va tan rápido. No debe dejarse arrastrar por esas tentaciones de
querer terminar con todo. Yo también los he perdido: a mi mamá... a mi
mamita tío Manuel. Me he quedado sin padres…. a mis abuelos, a mis
hermanos, a mis primos, a mis tíos, a mis amigos, pero ahora yo sé que
ellos han comenzado a vivir aquello para lo cual fueron creados. A
nosotros ya nos llegará la hora de partir, es nada más que una cuestión de
tiempo, de un tiempo que nosotros no decidimos y que debe pillarnos
bien, como las vírgenes prudentes que esperaron al novio velando. ¿No
percibe usted aquí una atmósfera de paz increíble? Estamos rodeados de
nuestros familiares muertos por serles fieles a Cristo nuestro Señor, y ellos
desde lo alto nos cuidan y rezan por nosotros.
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Estábamos rezando con mi tío Manuel cuando llegó mi tío


Thomas con mis hermanas y mis primos chicos. Rufus se atrevió a entrar
esta vez a la capilla y fue directo a encontrarse con mi tío Manuel. Era
como si quisiera consolarlo. Me sentí tan aliviado al verlos llegar…las había
encontrado ocultas detrás de la cruz del calvario protegiendo a mis primos
chicos, acurrucadas, inmóviles porque habían sentido lo disparos y no se
atrevían a moverse.

Cuando estábamos cavando las tumbas junto a la de mi padre,


antes de decir la misa de réquiem llegó fray Paolo y nos encontró sumidos
en esta dolorosa tarea. No sabíamos que íbamos hacer después de los
funerales: si quedarnos en la isla o irnos. Estábamos tan confundidos y tan
golpeados que nuestras mentes no estaban pensando bien. Fray Paolo nos
dio esperanzas con la noticia de que usted Santo Padre deseaba que nos
fuéramos al norte. Tardamos unos pocos días en dejar todo en orden,
hacer un inventario de lo que quedaba y de discernir lo que era
importante llevar en el viaje. No pude dejar abandonado el violín de mi
padre y con él he viajado desde el sur, recorrido los casi 4000 kilómetros
que nos separan desde nuestra isla hasta el desierto. Dejamos todas las
cosas que no pudimos traer escondidas en el subterráneo, con la
esperanza de volver algún día después de Su Gloriosa llegada. Si no somos
nosotros, serán las futuras generaciones quienes se encarguen de
recuperar estos tesoros sentimentales, especialmente los libros y los
instrumentos.

Recé la misa para mis familiares y después los sepultamos.


Lloramos a nuestros muertos, a mi madre…a mi querida mamita, a mis
hermanos, a mis abuelos, a mis primos, a mis tíos, y a mis amigos. Ellos
quedaron allá, reunidos en un improvisado, pero digno cementerio junto
al calvario haciéndole compañía a mi padre, esperando la resurrección de
los muertos.

Nosotros debimos partir y el viaje no fue fácil. Llevamos seis meses


recorriendo el país, huyendo de los peligros. En una primera etapa
navegamos hasta Quellón y en ese lugar nos enteramos de cómo mi
familia había sido traicionada y me di cuenta una vez más que mi papá
tenía razón al decirnos que no confiáramos en el almacenero homosexual
que nos compraba nuestros productos. Voy a permitirme hacer un
655

pequeño relato de lo ocurrido. La última vez que mi tío Manuel fue al


almacén tuvo un fuerte intercambio de palabras con el dueño, don
Claudio ya que le insistía en preguntar por mi papá. Mi tío le dijo que él
había fallecido de un ataque al corazón y de un edema pulmonar severo y
el almacenero se puso muy triste, le afectó mucho la noticia ya que…me
repugna decirlo, pero le gustaba mi padre. Se deshacía en condolencias,
hartando a mi tío Manuel. Después pasó a preguntarle por mi hermano
Matthew H. y mi tío dijo que no vendría más porque se incomodaba con
su presencia. Le señaló que en definitiva no venía porque no toleraba que
se le insinuara porque él era bien hombrecito y le cargaban los fletos.
Entonces, el almacenero empezó a darle un discurso sobre la no
discriminación, que no podía negarle el “derecho” a ver a Hugh y que
prácticamente nos iba a denunciar por faltar a las leyes internacionales y
etc, etc. Como mi tío es bastante alterado y tiene poco aguante a que le
estén insistiendo e insistiendo majaderamente, menos aún si se trata de
gays, lo agarró del cuello – y voy a hacer notar que mi tío Manuel es un
tipo robusto que tiene mucha y sobrada fuerza – y por poco lo estrangula,
si no fuera por su hijo Juan Manuel que logró separarlos. Don Claudio
dijo que no lo quería ver en su negocio y lo más grave fue que lo amenazó
con denunciarlo porque ubicaba perfectamente donde quedaba el lugar
donde teníamos el refugio. Mi tío no le dio importancia a esto último, más
bien se lamentó porque ya no tenía quien le hiciera el trueque y se marchó
a la isla con las manos vacías.

Pasaron solamente dos semanas y los mercenarios se dejaron caer


en la casa. Luego, al llegar a Quellón nos enteramos por los diarios
locales de que don Claudio cumplió con su amenaza y nos había
denunciado. La noticia de la masacre fue tomada como un acto heroico
de los mercenarios y el diario mentía escandalosamente al decir que mis
familiares los habían atacado con armas prohibidas, que eran unos brujos
de una peligrosa banda de renegados y a los asesinos los convirtieron en
héroes. Al enterarse mi tío Manuel de todas las mentiras y de que había
sido su casero el soplón, se volvió loco y con su pistola automática se
dirigió al almacén con la intención de matarlo. Nosotros estábamos
durmiendo en la lancha, fondeados en la oscuridad y no lo sentimos salir.
Eran las cinco de la mañana. Como mi tío Thomas se levanta a rezar
maitines a las cinco y cuarto, al contabilizarnos no encontró ni al tío
Manuel ni a Rufus, y se preocupó. Mi tío Manuel desde que perdió a su
656

familia se ha volcado sobre sí mismo, está huraño. A mí ya no me llama


Ian, sino que me dice Matthew. Está medio trastornado por el trauma
emocional que sufrió, y me confunde, o al menos quiere creer que soy mi
papá, quizás como me estoy pareciendo tanto físicamente a él, intenta
bloquear el dolor y me conversa cuando anda de mejor ánimo, como lo
hacía con mi papá cuando hablaban por horas sobre los más variados
temas.

Mi tío Thomas lo había visto limpiar el arma cuando navegábamos


por los canales en dirección a Chiloé y creía que mi tío Manuel se había
ido de la lancha para matarse. Pero al salir a cubierta se encontró con una
nota que mi tío había dejado en el puente donde decía que iba a cobrar
una deuda, y que volvería cuando saldara lo que le debían. Obviamente
mi tío Thomas concluyó que iba donde don Claudio. Era la única parte
donde negociaba y sin pensarlo dos veces corrió hacia el lugar. Tal como
era su sospecha se encontró con un vidrio roto en el almacén y con una
pelea en el interior de la casa, en el segundo piso donde el comerciante
vivía. No habían llamado a los carabineros todavía. Al entrar en la pieza
desde donde venían los gritos descubrió que mi tío había amarrado a una
silla, espalda con espalda, al comerciante y al otro hombre que era su
pareja. Los tenía amordazados y desnudos y les estaba apuntado a la
cabeza, mientras Rufus les mostraba los dientes ferozmente con la
intención de lanzarse sobre ellos a la primera orden de mi tío. Les gritaba
que habían matado a su familia, que por su culpa estaba solo y que
después de matarlos, él se iba a matar. En eso irrumpió mi tío Thomas,
ante el asombro de don Claudio que pensó que era mi papá porque
nunca lo había visto.

_ Manuel, baja el arma y vámonos. No vale la pena que pierdas tu vida y


tu alma por este par de maracos traidores. Piensa en Ian, en Annie, en
Angelito y en Teresita; tenemos a Arthur, Peter y a Lucas que son unas
guaguas todavía…por favor Manuel, ¿Qué diría Matthew si te viera
haciendo eso? ¿Cómo crees que estará Isabel en el cielo viendo que estás
a punto de condenar tu alma? Vamos amigo, por favor, dame el arma.- Mi
tío Thomas intentó disuadirlo, pero mi tío Manuel tenía la cara
deformada y estaba muy excitado. Puso la pistola en la sien de don
Claudio y mi tío Thomas pensó que le iba a disparar. El tío Manuel
comenzó a comprimir cada vez más el cañón de la pistola en la cabeza del
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comerciante. Éste se quejaba de dolor, y en un rápido movimiento, con la


culata, le pegó en la mandíbula y por el ruido el tío Thomas deduce que
se la quebró. Cayeron los emparejados al suelo producto del golpe y como
si nada, con toda la tranquilidad el tío Manuel se guardó el arma en el
cinturón y tomó del brazo al tío Thomas, le silbó a Rufus y se echaron a
correr hacia la lancha, sin dejar de darle una fuerte patada a la pareja de
don Claudio en la cara.

Fue una situación extraña, de tipo policial que mis tíos arreglaron
en privado con calma después del incidente. El tío Manuel le prometió a
al tío Thomas que no volvería a hacerlo. Le dijo que cuando salió de la
lancha llevaba la profunda convicción de llevar a cabo su plan, pero que al
ver al tío Thomas hablar como lo habría hecho mi papá, algo le hizo
reaccionar. Cree que fue su ángel custodio el que le impidió tirar del
gatillo. Se vio en el infierno y tuvo una imagen de Cristo sufriendo en
vano por él en la cruz. Ante aquel panorama toda venganza quedaba a la
espera de que Dios en su tribunal hiciera justicia.

El tío Manuel con nosotros los más grandes no habla mucho, pero
con mis hermanas y con Arthur, Peter y Lucas le cambia la cara y es su
protector. Cuando está con ellos se anima un poco. Lo único que le da
algo de alegría y consuelo es jugar con mis primos, pero al rato se acuerda
de sus hijos y se va a llorar solo en algún rincón. Vive haciendo
penitencias, exigentes penitencias. Le he dicho que no sea tan severo
consigo mismo, pero me dice que es por su culpa que los mataron. Ha
sido muy dramático…para todos lo ha sido, pero para él lo ha sido más.

Hemos pasado estos meses navegando, caminando por las


montañas, tragando polvo, ceniza, muertos de frio y de calor, con la
radiación solar quemándonos la piel. Lo hemos hecho con un hambre
que nos sacaba el llanto cuando no teníamos qué darles a los niños.
Estamos desnutridos...los niños igual que los adultos, famélicos, insolados,
con las manos partidas y la piel curtida por el sol y por la nieve por la que
tuvimos que transitar. La única manera de viajar sin ser descubiertos fue
bordeando la Cordillera de los Andes desde Puerto Montt hasta acá.
Encontramos a muy poca gente, y ellos nos miraron asustados y con odio.
Sabían que huíamos, nuestra miseria nos delataba. Algunos pocos,
especialmente la gente más humilde nos ayudaba dándonos comida y
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acarreándonos en sus camionetas o camiones chicos. Al enterarse de que


yo era sacerdote, me pedían mi bendición y algunos, unos poquitos,
pidieron que les bautizara a los hijos y los confesara. Esta poca gente me
dio esperanza y yo se las di a ellos. Les hablé de lo que debían hacer
cuando llegara el Día y les di unos trocitos de velas de la candelaria para
que tuvieran si fuese necesario usarlas pronto.

Tal como se los he contado, dejamos en la isla nuestras posesiones


materiales: los libros, los muebles, los instrumentos, todo completamente
oculto bajo el sótano con la esperanza de volver a recuperarlos cuando
llegue el día. Si es la voluntad de Dios y le sobrevivimos al siglo,
volveremos al sur para construir nuevamente bajo el imperio de un
milenio gobernado por Nuestro Señor.

Dios quiso que me salvara, que se salvasen mis tíos, tres de mis
primos, mis hermanitas. No permitió que nuestra familia desapareciera y
confiamos en que no desaparecerá. Mis primos si la vida continúa para
ellos y llegan a adultos y se casan podrán perpetuar nuestro querido
apellido: Mansfield. Pero por ahora dependemos de lo que usted Santo
Padre tenga pensado para nosotros. ¿Qué es lo que debemos hacer Santo
Padre? ¿Dónde debemos quedarnos?

_ Padre Mansfield, sus palabras me llenan de esperanza y de valor. Yo no


he venido a refugiarme en el desierto. Estoy de paso. Vine a traer a
algunos fieles para que se queden y formen una colonia numerosa. Usted
será parte de esta comunidad que esperará aquí en las catacumbas nuevas
y buenas noticias. Se hará cargo de la vida espiritual de la colonia como
su capellán. Usted es capaz a pesar de lo jovencito que es. Voy a contarle
mis planes y lo que esperan todas las comunidades. Esta noche partiré a
Portugal en un jet que nos hemos conseguido y ahí consagraré Rusia al
Inmaculado Corazón en conjunto con todos los obispos que he ordenado
y con aquellos que han permanecido fieles a la Iglesia. Los ucranianos, los
cosacos y los supervivientes católicos europeos, africanos,
norteamericanos me han pedido que de una vez lo haga. Es la única
esperanza que tenemos y la Virgen Santísima podrá por fin cumplir con su
promesa de triunfar. La humanidad se ha entregado a Todtschläger
fascinados por su carisma, por sus aparentes logros de paz, pero lo que no
sabe es que ha estado jugando con ella todo este tiempo. Nos hemos
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enterado del plan que tiene de encerrase en unos días más en su refugio
antinuclear, con un centenar de personas elegidas a dedo por él, para
lanzar por todo el mundo un ataque nuclear que prácticamente destruirá
la tierra para quedar solamente ellos. No nos queda más que hacer un
último llamado al mundo para que se convierta y salve su alma y por esta
razón Fray Elías y Fray Enoc viajarán a Israel para públicamente anunciar
el triunfo del Inmaculado Corazón de María y pedir por la conversión de
la humanidad. Estamos seguros que no los escucharán y puede que les
den muerte, pero debe hacerse aunque sea para salvar el alma de un solo
hombre. Mientras tanto haré con todos los obispos y sacerdotes del
mundo la consagración. A la misma hora, en todas las comunidades, los
sacerdotes también la harán. Habremos hecho nuestro trabajo, lo que
venga, se lo dejamos a Dios. No sabemos a ciencia cierta lo que puede
pasar, pero esperamos que Cristo despierte de su sueño en la barca y salve
a su Iglesia según sus propias promesas.

Encomiéndenos en sus misas y en sus oraciones. Deberá quedarse


oculto bajo tierra hasta que reciba noticias. No salga para fuera por ningún
motivo. Vendrán unos días horrendos de purificación…

_ El testamento espiritual del padre Pio – pensó Ian en voz alta.

_ Eso suponemos, tal vez erremos, no tenemos certeza de nada. No se


preocupe por cómo se enterará de lo que vaya a suceder, de algún modo
lo sabrá. La comunidad de atacama es bastante numerosa, son alrededor
de 300 almas que provienen de todas las partes del mundo…

_ ¿Cuántas comunidades quedan? ¿Tienen alguna estimación de la


cantidad de fieles que quedan?

_ No más de doscientas mil almas.

_ Ciento cuarenta y cuatro mil…- volvió a pensar Ian.

_ No lo sabemos con certeza y no estamos inquietos por la cantidad. Le


repito padre Ian, usted queda a cargo de la vida sacramental de estos
fieles. La convivencia, la administración de justicia y todo el gobierno
quedará en manos de un antiguo abogado chileno, un juez que siempre ha
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sido recto en sus juicios. La gente debe estar tranquila velando en oración.
Es preciso que el Santísimo esté expuesto día y noche y siempre en
Adoración; no se olvide de las velas de la candelaria encendidas y ni se le
ocurra asomar la cabeza para la superficie hasta que no reciba la señal.

Padre Ian, le tengo buenas noticias y es que algunos familiares de


su padre están también aquí. Creo que son algunas tías y dos tíos de su
padre que están con sus hijos. Vaya a verles, cuénteles lo ocurrido con los
mártires. He firmado el decreto que los declara Santos Mártires de los
Últimos Tiempos – Ian sintió que su corazón saltaba de gozo – y pueden
ser venerados por la Iglesia Universal. Encomiéndese a ellos, a su papá y a
su mamá que están en cielo y no tema porque ellos lo están protegiendo.
Esté alegre porque falta poco. Vaya con Dios y reciba mi bendición.

Ian se arrodilló frente al Papa y recibió su bendición y la del


cardenal Bright que saldría esa noche con el Santo Padre rumbo a
Portugal. El padre Mansfield salió de la habitación completamente
renovado. Su alma estaba llena de ansias y de inquietante espera.
Caminaba cabizbajo recorriendo el mismo camino por los laberintos que
lo había traído al despacho de Pio XIII. Pensaba en la gran
responsabilidad que se le dio al asignarle la cura de trescientas almas. A un
muchacho tan joven… ¿no habría nadie que pudiera hacerlo por él? ¿Por
qué lo habían elegido a él? De pronto algo lo sacó de sus pensamientos
cuando escuchó que alguien detrás suyo lo llamaba.

_ Ian…Ian Mansfield, espera.

Ian se detuvo y se dio vuelta para ver quien le llamaba tuteándolo,


como si le conociera. Caminando en la penumbra venía una pareja: un
hombre de unos treinta años y una pobre muchacha que estaba envuelta
en un pañuelo tapando su rostro, agarrada del brazo del hombre que la
sostenía amorosamente. Ian trató infructuosamente de reconocer sujeto,
pero su rostro no le era familiar.

_ Ian Mansfield…es un milagro… ¿No te acuerdas de mí? – Ian le pidió


disculpas diciéndole que su cara no le era conocida y que le perdonara
por no saber quién era.
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_ Soy Felipe Benavente…el hermano de Macarena, la ex de tu hermano.

_ ¡Dios mío por supuesto! Discúlpame Felipe. No te reconocí. Ha pasado


tanto tiempo y he visto tanta gente que me confundo. Además soy mal
fisonomista y siempre paso vergüenza por no acordarme de las caras de
las personas… ¡Qué bueno verte en el refugio! ¿Cómo es que estás acá?

_ Es una larga historia Ian...padre Mansfield. Pero por ahora me interesa


contarte otra historia…la de mi hermana. – Felipe le indicó a Ian que la
joven que le acompañaba era Macarena, la ex polola de Matthew H. Ian
no lo podía creer y por un buen momento estuvo a punto de marearse
por el impacto que le causó la coincidencia del encuentro. Se sentaron en
una banca que había a mitad del laberinto. La muchacha seguía abrazada a
su hermano, como si quisiera que no la vieran, agazapada sin emitir
ningún ruido. Ian intentó saludarla, pero lo único que consiguió fue que
ella se escondiera detrás de su hermano.

Felipe le relató la penosa historia de lo sucedido con su hermana


menor después de que Matthew Hugh terminó con ella. Desolada y
despechada se largó a buscar a un hombre que pudiera reemplazar a su
novio y que en lo posible fuera tan caballero y tan querible como
Matthew Hugh lo había sido con ella. Amplió su círculo de amistades
intentado buscar al pololo ideal y rápidamente fue dejándose seducir por
falsos amigos que deshicieron todo el camino espiritual que Matthew
Hugh le había enseñado. Se arrojó a los placeres sensuales, a las fiestas
desenfrenadas, a las drogas duras y a ser parte de los rituales más
avanzados de la nueva religión. El resultado de todas estas andanzas la
llevaron a perder el juicio y un día su hermano, que venía llegando de su
trabajo, la encontró tirada en la vereda de su casa, borracha y drogada y
con claros signos de haber sido abusada sexualmente.

Ian sintió una tremenda pena al escuchar la historia, especialmente


al acordarse del amor que su hermano tuvo hasta el final por esta
muchacha. Quería tomarle la mano y acariciarle la espalda para
consolarla, pero ella seguía rehuyendo cualquier contacto físico con Ian.

Felipe, dolido al ver a su hermana tirada en la calle en semejante


estado, la tomó en brazos, la introdujo en la casa. La desnudó, la bañó, la
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vistió y la acostó en su cama y permaneció sentado junto a ella hasta que


se quedó profundamente dormida. Al día siguiente algo más repuesta ella
le contó, en medio de la confusión interna y del hachazo por las drogas y
el alcohol de la noche anterior, que todo había ocurrido en una de las
acostumbradas fiestas a las que iba. Le dijo que lo único que quería en ese
momento era morir y con esa idea consumió un coctel de drogas y licores
que la enajenaron de tal manera que se desinhibió de todo pudor y
desnudándose en medio de la sala donde estaban celebrando, ofreció su
cuerpo para el que quisiera tomar de él, y al menos diez hombres la
habían violado aprovechándose vilmente de la debilidad de la pobre
mujer... La historia era repulsiva, y para Ian fue especialmente chocante
cuando pensaba en la pureza del amor que su hermano Matthew sentía
por ella y cuánto había suspirado imaginando formar una familia con ella.
Pero no le correspondía entrar a juzgarla ni menos si por el abandono de
Matthew Hugh ella se había vuelto loca.

El hermano de Macarena era piloto comercial de una línea área y


en sus frecuentes viajes había tomado contacto con los palomos a quienes
transportaba en sus aviones vestidos de incognito, haciéndose pasar por
hombres de negocios o por deportistas. Poco a poco se había
interiorizado de la doctrina de los viejos católicos y poco a poco también
fue dejándose seducir por el bálsamo de la verdadera fe hasta sufrir un
quiebre que le había llevado a militar en la primera línea de los últimos
fieles, piloteando el furtivo avión del cardenal Bright o de cualquier
miembro de la verdadera Iglesia católica que requiera de sus servicios. Ya
militaba en los palomos como miembro auxiliar cuando encontró a su
hermana y decidió hacerse cargo de ella, buscando el apoyo necesario
para rehabilitarla en la medida de lo posible.

Se encontraba pues, precisamente en el refugio de Atacama


porque llevaba en su avión a los frailes Elías y Enoc. Debía partir al día
siguiente a Israel y no iba a poder llevar a su hermana como en ocasiones
anteriores y estaba muy angustiado por no saber con quién dejarla.
_ Nos enteramos que ustedes llegaron y no lo podía creer. Tu hermana
Annie y fray Paolo nos contaron la historia hace un rato en el hall central.
No estoy seguro si ella escuchó lo que le ocurrió a Matthew Hugh, y
quería pedirte un gran favor, un enorme favor, como la última voluntad de
un hombre que sabe que va a la muerte. Mi viaje no tiene retorno
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asegurado y es probable que no pueda volver a Chile y necesito que


alguien cuide de Macarena. Estamos los dos solos en el mundo. Mis
padres nos echaron de la casa, con vergüenza por pertenecer a la
verdadera Iglesia. Mis otros hermanos me juraron la muerte si volvíamos y
ella solamente me tiene a mí. En su estado actual no puedo encargársela a
alguien desconocido. Ella está traumatizada, no habla, apenas come, no se
quiere bañar ni cambiarse la ropa. Está como un animalito huraño…

_ Espera Felipe – le interrumpió Ian con una enorme sonrisa en sus labios
y apretando suavemente el hombro de Felipe le pidió que lo dejara
hablar con Macarena- Maca…Maca… ¿te acuerdas de mí? Mírame niñita,
mírame, soy Ian Henry Mansfield Battaglia… ¿te suena mi nombre?
Vamos chiquilla mira a este pobre cura…- La muchacha levantó un poco
la vista y sus ojos tristes se veían a través del pañuelo inmundo que
ocultaba su rostro. – Soy uno de los hermanos de Matthew Hugh...de tu
Matthew. ¿Te acuerdas que yo venía después de él? ¿Te acuerdas cuando
salíamos los tres al cine? – La muchacha se llevó las manos a la cara y se
largó a llorar desconsolada al escuchar el nombre de su ex en boca de Ian.
Estaba avergonzada y se sentía sucia y abominable. Ian aprovechó el
lapsus y acercó a la muchacha a su pecho, donde ella apoyó su cabeza y
donde el llanto se hizo más dramático todavía.

_ Llora hijita, llora mi niña, no estás sola. Nosotros con mis hermanas
vamos a cuidar de ti mientras Felipe anda de viaje. Serás parte de nuestra
familia tal como lo quiso siempre Hugh. ¿Sabes mi niña? Matthew murió
en mis brazos como un mártir y ahora está en el cielo y le ha pedido al
Buen Dios que yo te cuide… ¿ves como no te ha abandonado? Matthew
siempre te amó y murió diciéndomelo. Sus últimas palabras fueron para
ti, para que te dijera que te amaba. Me dijo que te buscara en alguna de las
comunidades. Me suplicó que si te encontraba te dijera que él siempre te
va a amar y te va a cuidar y mira como no ha dejado de cumplir su
palabra. Matthew sufrió mucho al dejarte. Proyectaba su vida formando
una familia contigo, pero no se pudo dar. Me hablaba siempre de ti y
rezaba con fervor todos los días por tu salvación eterna. Quisiera poder
expresarte lo que me decía, pero sus tiernas y fogosas palabras no suenan
tan bien en mis labios. No te culpes por nada de lo ocurrido en el pasado,
eso ya forma parte de la historia. Somos pecadores, todos somos
pecadores y lo importante es que ahora hayas enmendado tu vida y te
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entregues a la misericordia de Dios. Mira – Ian sacó de su pecho un


pequeño trozo de género, manchado con sangre que ya estaba café, y que
ocupaba como escapulario – este trocito de género es del roquete que
estaba usando Matthew Hugh al momento que estando en el armonio, fue
martirizado. Yo corté varios pedacitos de la ropa de todos mis familiares y
amigos que fallecieron ese día para tenerlos como reliquias y los que ando
trayendo siempre en el cuello es el de Matthew, el de mi mamá y los de
mis hermanos Dominic y Christian. Éste tiene su sangre, su bendita sangre
y ahora es tuyo. Por favor, déjame que te lo coloque en el cuello. Una
parte suya te acompañará de ahora en adelante.

La muchacha le arrebató de las manos el trocito de género a Ian y


lo puso sobre sus labios. Lo besó una y otra vez con sus ojos cerrados.
Luego se lo pasó por sus mejillas, acariciándolo como si fueran las manos
de Matthew H. Volvió a besarlo y mirando a Ian ella misma se lo colocó
en su cuello. Abrió su manchada y sucia blusa y metiendo su mano en el
sostén sacó algo y se lo entregó a Ian, quien se sorprendió al ver el viejo
escapulario del Carmen que su hermano le había regalado a ella el día que
se despidió.

_ ¡El escapulario de Matthew Hugh! – Ian se mostró sorprendido de que


Macarena lo conservara a pesar de todas las desventuras. Ella le tomó las
manos a Ian y se las besó. Luego se las llevó a su cara y las apoyó en una
de sus mejillas. De repente, le sonrió y comenzó a hablarle suavemente.

_ El escapulario de Matthew me ha salvado la vida. Yo no he podido


superar su pérdida y me volví loca cuando se fue…Ahora lo he perdido
para siempre…pero yo le siento conmigo espiritualmente. Le percibo tan
presente que cualquier cosa que me saque de su presencia me atormenta.
Hace unos meses estaba sola en mi pieza y de pronto algo me conmovió y
me puse a llorar acostada en mi cama sin saber por qué lo estaba
haciendo, no tenía ninguna razón para ponerme triste de improviso y
después de llorar amargamente me quedé dormida. Al cabo de una hora
me desperté sobresaltada y al sentarme en la cama sentí una alegría, una
sensación de bienestar tan grande como nunca la he sentido y creo que no
volveré a sentir. Hace un rato escuché a tu hermana Annie y ella señaló la
fecha y la hora en que mi Matthew había fallecido, fue el mismo día en
que yo experimenté lo que te acabo de contar. Su agonía duró una hora,
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una hora que yo viví el sufrimiento más grande que te puedas imaginar,
desconociendo el motivo, y luego, cuando partió al cielo, mi corazón
sintió que estaba en paz y que llegaba con su presencia a consolar mi
alma. Esto fue después de mi tragedia y cuando ya estaba viviendo en casa
de Felipe. Gracias por querer cuidarme, yo no estoy bien. Padre Ian…que
alegría me da verte, eres un pedacito terrenal de Matthew Hugh, tienes su
mirada, pero estás tan flaquito…tus manos están huesudas y tu rostro,
padrecito está enjuto y quemado por el sol. Tienes que comer.

Annie se había transformado en esos meses en una verdadera


madre para todos los pequeños y para sus propias hermanas; y para Ian en
un consuelo a su soledad. Su precoz madurez intelectual y moral la había
convertido en una mujer fuerte como su mamá y no le fue difícil
prácticamente adoptar a la que habría sido su cuñada. La acogieron con
cariño y la recibieron como parte de la familia en los aposentos que les
fueron designados.

Tal como Pio XIII les hubo dicho, al día siguiente partió a
consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María. Fray Enoc y Elías
partieron con Felipe a Jerusalén, donde les tuvieron por locos y les
mataron. Para espanto de los pertinaces y contumaces judíos presentes en
su ejecución, dos días después estaban vivos, resucitados, mientras que el
mundo se sumía en un caos y en las tinieblas. Tres días pasaron en que el
mundo se oscureció. Las estrellas parecían caer, el mar se enloqueció. La
gente corría despavorida por las lujosas ciudades asiáticas y
norteamericanas cayendo muertas de golpe en medio de sus abominables
pecados carnales. La noche era total y en el refugio atacameño se velaba
día y noche al Santísimo. Todos velaban, nadie quería dejar de hacerlo y
ninguno salía a la superficie como se les había ordenado. No tenían
comunicación con el exterior. Al tercer día Ian oficiaba su misa en la
madrugada cuando un gran terremoto abrió la superficie y el sol entró en
la capilla subterránea. Ninguno de los presentes resultó herido y ante su
asombro y regocijo vieron venir a sus muertos bajando a su encuentro.
Pudieron ver al Cordero venir como Rey del Universo en una
visión que abarco a todo el mundo, y con Él, al Arcángel que terminó a
una orden suya con el Anticristo y con su Pseudoprofeta, arrojándolos al
infierno con el Demonio para que este maldito fuera atado. La familia
volvió a reunirse: Matthew, Ángeles y sus hijos mártires se reencontraron
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con sus hijos que siguieron vivos en esta tierra. El buen Manuel Etcharren
no pudo dejar de llorar y reír al contemplar a Isabel y a sus hermosos hijos
venir a su encuentro. Ellos, los mártires de los últimos tiempos
resucitaron primero, porque los mártires anteriores se enfrentaron contra
hombres perversos y dieron testimonio; los de los últimos siglos
enfrentaron al mismo Príncipe de este Mundo y a su Anticristo.

- FIN -

Hijuelas, Septiembre 2009 – Julio 2011.-


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