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Productos Cosméticos para Bebes –Niños

DIAPOSITIVA DE LA DRA https://es.slideshare.net/eudervr/cosmeticos-clase-01


COSMÉTICOS PARA BEBÉS
https://elfarmaceutico.es/index.php/dermofarmacia/item/7160-cosmeticos-para-
bebes#.YBsNpehKjIU

La oferta de productos cosméticos en general, y la infantil en particular, se ha


disparado en los últimos años, y la cantidad de cosméticos empleados a diario
en el cuidado de los más pequeños ha aumentado considerablemente, más allá
de los fines higiénicos. En la actualidad, existen cosméticos infantiles tan
diversos como espumas de baño, champús, aceites, polvos de talco, cremas,
lociones, aguas de colonia, perfumes o fotoprotectores.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la población infantil, y sobre todo los niños
menores de 3 años, son más sensibles a padecer determinados efectos tóxicos (P-SC-
COS, 2012). Este riesgo toxicológico se debe principalmente a dos factores: por un
lado, la posibilidad de una ingestión accidental del producto (por ejemplo, chupar o
lamerse manos, brazos o pies), y por otro el riesgo de acumulación en aquellos
cosméticos que no se aclaran y se emplean varias veces al día.

En cualquier caso, la posible absorción del producto se da porque la piel del recién
nacido presenta ciertas diferencias con la del adulto, lo que hace que puedan verse
afectados algunos órganos y funciones fisiológicas vitales en esta fase del crecimiento
(Stamatas et al., 2011). La piel del recién nacido es más delgada y frágil, más
sensible, con un pH neutro, está menos protegida por el vello, presenta una unión más
débil entre la dermis y la epidermis y produce menos sudoración que la piel de los
adultos. La barrera epidérmica es inmadura y sufre más resecamiento, disminuyendo
la defensa contra la proliferación bacteriana y provocando mayor susceptibilidad al
trauma (golpes) y a los tóxicos. Por todo ello, no resulta válido cualquier producto
cosmético para niños menores de 3 años. Es más, la dermocosmética infantil tiene
que ser diferente de la que se emplea en adultos, tanto en lo referente a la
concentración de sustancias como en la duración de la aplicación sobre la piel.

Criterios de seguridad
En este sentido, en la monografía elaborada por el Comité de Expertos en Productos
Cosméticos (P-SC-COS, 2012) del Consejo de Europa, y trasladada a la legislación
española por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS),
se recopilan una serie de criterios de seguridad recomendados en relación con los
productos cosméticos en niños menores de 3 años:
• Los productos cosméticos deben ser seguros siempre que se utilicen en las
condiciones normales o razonablemente previsibles de uso, teniendo en cuenta las
características fisiológicas, la zona de aplicación y los hábitos de comportamiento de
los niños.
• La presentación de un producto cosmético para niños, y especialmente su forma,
olor, color, aspecto, envasado, etiquetado, volumen o tamaño, no debe poner en
peligro su salud ni su seguridad al poder ser confundido con un alimento.
• El envase exterior y el recipiente del producto deben proporcionar la adecuada
protección del producto cosmético, para garantizar su estabilidad fisicoquímica y evitar
la contaminación microbiológica durante su almacenamiento, distribución y uso. Los
materiales empleados deben ser inertes y no deben ceder sustancias tóxicas al
producto.
• Las instrucciones de uso y las advertencias deben quedar perfectamente reflejadas
en el etiquetado, para poder garantizar el consumo seguro del producto y evitar un mal
uso.
• La formulación cosmética tiene que cumplir con la legislación europea sobre
cosméticos (Reglamento [CE] n.º 1223/2009, y SCCS/1501/12).
• Los productos cosméticos no deben contener más ingredientes de los estrictamente
necesarios. Es decir, no deben incluir sustancias con propiedades carcinógenas,
mutágenas o tóxicas para la reproducción (CMR) ni con actividad disruptiva endocrina;
tampoco deben incluir sustancias que reúnan los criterios del anexo XIV del
Reglamento (CE) n.º 1907/2006 (REACH), o sustancias que sean alérgenos potentes.
Por otro lado, las sustancias que se empleen para sustituir a las anteriormente
señaladas deben cumplir los mismos criterios de seguridad. Algunas sustancias han
de cumplir los requisitos sobre la cantidad en la que deben ser usadas en niños
menores de 6 años, y algunos de los productos que las contienen deben estar
obligatoriamente etiquetados para uso en adultos solamente (por ejemplo, los fluoruros
que se utilizan en productos de higiene oral).
• Debe evaluarse la presencia accidental de impurezas o trazas procedentes de
materias primas, de materiales de envasado, del proceso de fabricación o de cambios
o interacciones químicas en el producto acabado.
• Debido a su posible potencial alergénico, los agentes conservantes y perfumantes
han de emplearse en las concentraciones mínimas necesarias para mantener la
eficacia del producto. En el caso de los terpenos, por ejemplo, no debe superarse la
concentración máxima permitida que se indica en la guía.
• En el caso de los alérgenos que se enumeran en el anexo III del Reglamento n.º
1223/2009[2], se exige que su presencia sea indicada en el etiquetado cuando su
concentración supere los límites establecidos en el citado anexo. La concentración de
estos alérgenos en perfumes o aceites naturales debería reducirse al mínimo en los
productos acabados para niños.

Características
Teniendo en cuenta dichas consideraciones, podemos establecer cómo deben ser los
cosméticos para niños y qué condiciones tienen que presentar:
• Ser productos de baja irritación.
• Contener activos adaptados al tipo de piel.
• Estar muy levemente perfumados y sin alérgenos.
• Sin colorantes.
• Con conservantes inocuos.
• No deben ser agresivos para la piel del bebé.
• Con el pH levemente ácido.

Todos estos condicionantes son ponderados por expertos toxicólogos en la evaluación


de seguridad, que es un requisito necesario para poder comercializar un producto
cosmético.

Productos que pueden emplearse


Ante tanta variedad de productos y opciones en el mercado, los padres o
consumidores en general pueden preguntarse qué productos deben emplear en la
higiene diaria del bebé. La respuesta es clara: los menos posibles. Siendo más
concretos, podemos establecer y detallar qué usar en cada momento del cuidado
diario de un recién nacido.

El baño del bebé


Según la Organización Mundial de la Salud, el primer baño de un recién nacido debe
darse 6 horas después del parto, con el fin de evitar la hipotermia, y ha de ser de corta
duración (unos 5 minutos) para evitar la maceración de la piel. A partir de este
momento, se recomienda que el baño no sea diario y que tenga una frecuencia de 2
veces por semana, si bien la frecuencia varía entre las regiones y países, dependiendo
de la cultura de cada lugar. Para los recién nacidos prematuros, se aconseja un baño
cada 4 días con una temperatura del agua próxima a la corporal (entre 37 y 37,5 ºC).

Después del baño, si la piel del recién nacido presenta signos de resecamiento, debe
aplicarse un emoliente adecuado que, además de tratar la piel seca, proteja la barrera
cutánea.

El cambio del pañal


Lo ideal es lavar al bebé con agua tibia y, si hiciese falta, con un jabón adecuado para
niños y que haya sido testado por dermatólogos y pediatras. Tras asearlo, la piel del
bebé debe quedar seca para evitar la aparición de hongos. Por eso es importante
secar bien entre los pliegues de la piel, así como la zona genital.

En caso de enrojecimiento de la piel, puede aplicarse una crema con óxido de zinc (en
la lista de ingredientes se encuentra bajo el nombre «zinc oxide»). La mayoría de las
cremas de tipo barrera o pasta al agua lo contienen. En cambio, se recomienda no
usar las que llevan petrolatum y paraffinum liquidum, pues estos ingredientes no dejan
que la piel respire. Este tipo de pastas son muy espesas y difíciles de extender, así
que pueden quedar restos de producto en la piel, por lo que hay que lavar esa zona y
retirar los restos que hayan podido quedar antes de poner más.

La limpieza del bebé


Los jabones tradicionales pueden destruir la capa superficial lipídica de la piel del bebé
y causar sequedad excesiva, por lo que es recomendable evitarlos. Los jabones de
glicerina pueden absorber agua en exceso por fuera de la piel, y causar más sequedad
e irritación cutánea.

Los jabones sin jabón (syndet) o detergentes sintéticos pueden ser una buena
elección, ya que ofrecen un buen efecto detergente, tienen un pH neutro o ligeramente
ácido, generan poca espuma y provocan escasa irritación.

En definitiva, los agentes de limpieza ideales deben ser líquidos, suaves, sin jabón, sin
perfume, con un pH neutro o poco ácido, que no irriten la piel ni los ojos y que no
alteren la capa ácida protectora de la superficie.

Respecto al champú, no existe una fórmula pediátrica estandarizada. Hay que tener en
cuenta los mismos aspectos que en los agentes de limpieza del baño: que sean
suaves, levemente detergentes y con un pH próximo al de las lágrimas, y no deben
alterar las raíces del cabello ni ser agresivos para el cuero cabelludo.
La mayoría de expertos no recomiendan el uso de toallitas de limpieza, debido al
riesgo de remover la capa lipídica de la piel y causar sensibilidad. Las toallitas
húmedas sólo son para cuando el bebé está fuera de casa, aunque resulten cómodas
y aunque su publicidad proponga utilizarlas a todas horas. Las mejores son las que no
tienen perfume y contienen emolientes; en cambio hay que evitar las que contengan
posibles alérgenos (limoneno, linalol, citronelol o eugenol).

LISTADO DE PRODUCTOS
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para-
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ext

DERMOFARMACIA

Los Cosméticos para bebés

Dra. Bertha Pareja

https://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/folia/vol8_n3/cosmeticos_para_bebes.
htm

Folia Dermatológica Peruana - Vol. 8  Nº.3 setiembre 1997

Durante los últimos años ha aumentado en forma significativa el consumo y


comercialización de las preparaciones para bebés debido a factores como el gran
aumento poblacional, la mejora en los servicios de salud, factores educacionales, así
como del aumento de la natalidad.
Entre los productos de mayor consumo están los polvos (talcos), las lociones, las
cremas (emulsiones), shampoos, aceites, y otros como torundas de algodón, tohallitas
para el baño, cepillos, peines y pañales descartables, cuyo empleo aumenta
constantemente en todos los estratos sociales(3).
Si bien desde el punto de vista tecnológico, la producción de los preparados para
bebés sigue las mismas pautas de calidad establecidas para las preparaciones
farmacéuticas y cosméticas para adultos, desde el punto de
vista biofarmacéutico necesitan consideraciones especiales debido a que la
estructura histológica y fisiológica de la piel del neonato, el bebé y el niño, tienen
características muy particulares.
La Biofarmacia considera como neonato, al recién nacido hasta las dos semanas de
edad, bebé ó infante desde las dos semanas hasta el año de vida, y niño de 1 a 4
años de edad. En estas etapas la piel tiene características muy diferentes a las del
adulto. Un neonato, un bebé y un niño, presentan una piel delgada, menos cornificada
y con menos pelo. El análisis químico demuestra que la producción de agua es mayor,
así como los minerales extracelulares. El estrato córneo es muy delgado y flexible
debido a que las estructuras histológicas están solamente parcialmente desarrolladas.
Durante las primeras semanas de vida la piel presenta tendencia a descamarse y
pelarse. Después del desprendimiento, desintegración o eliminación de la vernix
caseosa que es la membrana que recubre al recién nacido y que está formada por la
descomposición lipídica de las células epidermales; la piel es rosada, sedosa, suave y
de textura muy delicada, es más permeable para todas las sustancias con las que
entra en contacto(4).
Todas estas diferencias estructurales posiblemente influencian la incidencia de ciertos
tipos de dermatosis durante los primeros meses de vida.
De otro lado, las glándulas sebáceas en el recién nacido son prominentes en la nariz,
las mejillas y la barbilla. Las glándulas sudoríparas están completamente desarrolladas
y empiezan a funcionar muy temprano, posiblemente pocos días después del
nacimiento; más o menos a los tres años todas las estructuras de la piel comienzan a
hacerse más parecidas a las del adulto, sin embargo antes de la pubertad se observan
diferencias en la secresión sudoral, la cual es más escasa.
La piel de los bebés en general y la de los recién nacidos en particular es muy
susceptible a la irritación y a las infecciones, debido a que las funciones inmunológicas
están poco desarrolladas. Autores como Potter y Abel (1) opinan que algunos bebés al
nacer presentan la piel estéril, aunque la mayoría muestra cierto grado de
contaminación de manera especial con microorganismos patógenos como
el Micrococus piogenes, (var albus) y el Scherischa coli. Otros autores como
Osborne(2), en contraste con los anteriores, opinan que la piel de los neonatos es
estéril hasta después de los cuatro o cinco días después del nacimiento, tiempo
después del cual los microorganismos empiezan a aparecer. Sin embargo es un hecho
conocido que la flora normal de la piel es escencialmente saprofítica, incluyendo
patógenos facultativos y que las enfermedades de la piel se producen cuando los
mecanismos de defensa son alterados de algún modo o la piel es dañada. A pesar de
estos riesgos , la piel está protegida por varios factores importantes como la marcada
acidez de su superficie (ph 4-6), la armadura física constituída por la capa córnea, sus
funciones excretorias y la continua descamación producida como consecuencia del
proceso de keratinización que realiza una eliminación mecánica de los
microorganismos y finalmente, la superficie, que mientras está seca impide el
crecimiento bacteriano por su manto lipídico.
Los dermatólogos y los pediatras tienen opiniones divergentes acerca de los cuidados
y la higiene del recién nacido, de manera particular en lo referente al baño, la limpieza
con soluciones antisépticas, el empleo de aceites, jabones y emulsiones y por último
de las llamadas técnicas secas, las que consisten en no bañar al neonato hasta el
sétimo día. Todas estas prácticas están en función de lo establecido en las clínicas y
hospitales y de los criterios de los pediatras y dermatólogos de acuerdo a su
experiencia.
 

PREPARACIONES PARA BEBE


ACEITES
Entre las más utilizadas tenemos los aceites que están destinados a la limpieza del
área del pañal, ya sea después de lavado con agua o una solución antiséptica o sin
ella, su propósito es eliminar residuos fecales y lubricar el área. La composición de los
aceites es muy variada, algunos consisten de vaselina ligera estéril, mezclas de
aceites vegetales con alto contenido de poliinsaturados como los de maní, césamo,
semilla de algodón, olivo y varios otros(3). No deben perfumarse y siempre deben ser
estériles; se emplean para la limpieza de partes del cuerpo que presenten pliegues. Al
presente se prefieren las emulsiones conteniendo antisépticos catiónicos,
medianamente ácidas y fáciles de aplicar y eliminar(3).

LOCIONES
Considerando que los aceites presentan ciertos inconvenientes, se han popularizado
las lociones, las que, en estudios comparativos han demostrado ventajas sobre éstos.
Las emulsiones de aceite en agua formuladas con aceite mineral ligero, lanolina, un
emulsificante noionico y un antiséptico como la 8 - hidroxiquinolina u otros igualmente
compatibles con los ingredientes de la fórmula, han demostrado que desde el punto de
vista fisiológico presentan ventajas debido a que la película que dejan sobre la piel no
interfiere con la función respiratoria de la misma. De otro lado la evaporación de la
fase acuosa del sistema da una sensación de frescura y alivio cuando la piel está
irritada.
Otros antisépticos empleados en emulsiones para el aseo del bebé son el
exaclorofeno que puede reemplazar a la hidroxiquinolina, el cual ha demostrado que
su efectividad es comparable a la del sulfamidado. En lo referente al pH de las
lociones, contrariamente a las ventajas del pH ácido generalmente aceptado, se ha
demostrado que la piel tolera bien valores ligeramente alcalinos, lo que presenta
ligeras ventajas en el tratamiento de algunos procesos patológicos frecuentes como el
impétigo.
Desde el advenimiento de los emulsificantes catiónicos, el número de lociones ha
aumentado significativamente debido a que éstas son compatibles con antisépticos
modernos tales como los derivados de amonio cuaternario , los compuestos de
piridium como el cloruro de cetyl-piridium, los cuales formulados en emulsiones tipo
aceite en agua se emplean en el tratamiento de varias afecciones.

POLVOS PARA BEBES


Entre éstos posiblemente los talcos son los de mayor empleo. El talco presenta
características especiales en lo referente a sus propiedades fisicoquímicas que lo
hacen insustituible para el aseo del bebé. En comparación con otros polvos de origen
minero o vegetal, presenta varias ventajas, así por ejemplo no ocluye los poros por la
naturaleza característica de sus partículas, tiene exelentes propiedades de
extensibilidad y dispersión, son buenos lubricantes no grasos para áreas con pliegues
como el cuello, las axilas u otros. De manera general se les aplica después del baño.
Durante los meses de verano su empleo es mayor ya que acelera la evaporación del
sudor; son repelentes del agua y evitan las escaldaduras. En algunas formulaciones se
les añade 3 % de ácido bórico en polvo para neutralizar la ligera acidez del talco
cuando éste está mojado, así como para mantener el pH ácido de la piel,
neutralizando los productos amoniacales en los pañales.

CREMAS PARA BEBES


Estas no son tan populares como las lociones, y se caracterizan por tener una relación
aceite-agua mayor en las lociones por lo que tienen un mayor grado de emoliencia y
lubricación por unidad de peso del producto. Se utilizan casi exclusivamente para el
area del pañal aplicándolas después del baño o de una limpieza con agua y jabón para
restaurar la película grasa normal, mantener la flexibilidad y proteger la piel de la
fricción constante que podría producir irritación del área, así como para proteger la piel
de los cambios climáticos y mantener la humedad(5).
Desde el punto de vista de la formulación, las lociones son siempre emulsiones del
tipo aceite en agua, mientras que las cremas pueden ser de ambos tipos, es decir
agua en aceite o aceite en agua. Estas cremas pueden contener aditivos tales como
óxido de zinc, fungicidas, antibióticos, vitaminas, antipruríticos, anestésicos,
protectores solares y filtros, así como tambien triglicéridos, ácidos grasos
poliinsaturados, así como antisépticos como el exaclorofeno y algunos repelentes de
insectos en las mismas concentraciones que en las lociones.

En lo referente a preparaciones para la higiene y cuidado del cabello del bebé, se


pueden emplear jabones sobreengrasados, shampoos neutros preparados a base de
aceites sulfonados como el de olivo asociados a diferentes aditivos para dotarlos de
características especiales. Lo más importante en estos productos es que sean neutros,
que no produzcan irritación a los ojos, por lo que se formulan de tal manera que su pH
varíe entre 7.2 y 7.4. A este respecto, hay opiniones divergentes, así por ej. en lo
refernte al pH del fluido lacrimal, se dice que éste no es igual al de la sangre, sinó que
es de 8.2, lo que haría pensar que los ojos pueden tolerar pH que varía entre 4.5 y 8.5
dando un mayor margen de tolerancia en la formulación. De todos modos durante la
formulación en la etapa del control de calidad y la evaluación de los preparados que
van a entrar en contacto con los ojos, éstos son sometidos a ensayos especiales que
dan información acerca de los límites del pH de la fórmula.
Por último los requisitos de la materia prima y el cuidado de los procesos de
manipulación, almacenamiento y distribución de los preparados para los bebés y los
niños están ampliamente descritos en los tratados de cosmiatría así como en las
farmacopeas.
CLASIFICACIÓN DE PRODUCTOS COSMÉTICOS Y PRODUCTOS DE
HIGIENE PERSONAL
http://www.digemid.minsa.gob.pe/UpLoad/UpLoaded/PDF/Ccosmetico.pdf
A.- PRODUCTOS COSMÉTICOS PARA BEBES-NIÑOS
1. Champúes
2. Reacondicionadores
3. Lociones
4. Aceites
5. Cremas
6. Talcos
7. Otros Productos Para Bebes-Niños

PRODUCTOS PARA BEBES – NIÑOS


https://www.serpadres.es/3-6-anos/guia-compras-infantil/fotos/los-mejores-
productos-100-organicos-para-los-peques/3

https://sevilla.abc.es/estilo/bulevarsur/noticias/belleza/cosmetica-para-bebes-
que-productos-usar/

https://www.telva.com/belleza/2019/05/13/5cd52ae701a2f1a56b8b4571.html

PDF Cosméticos seguros para niños pequeños

https://www.aemps.gob.es/publicaciones/publica/docs/cosmeticos_seguros-
para_ninos_peque.pdf?x42633

Ingredientes tóxicos en los


cosméticos infantiles
https://soycomocomo.es/especialista/gu-
planet/ingredientes-toxicos-en-los-cosmeticos-infantiles
Muchos padres y madres cuidan mucho la nutrición de sus hijos y
evitan alimentos con ingredientes artificiales o potencialmente dañinos
porque consideran que pueden repercutir posteriormente en la salud
de toda su vida. Sin embargo, la mayoría de estos padres no son
conscientes de que sus hijos están expuestos continuamente a
ingredientes nocivos que ’ingieren’ por la piel a través de cosméticos
convencionales como jabones, geles, aceites, champús, cremas,
toallitas, pañales… Estos productos, que suelen contener ingredientes
sintéticos y sobretodo derivados de la industria petroquímica, han
levantado la alarma por su supuesto impacto sobre la salud de las
personas.

Como padres, tendemos a pensar que los productos destinados a bebés y


niños son muy seguros: están etiquetados, testados dermatológicamente,
cumplen unos criterios de calidad y han pasado controles sanitarios. Sin
embargo, en los estudios no hay unanimidad: unos países prohíben algunas
sustancias por considerarlas peligrosas, mientras que otros las siguen
permitiendo porque consideran que en pequeñas cantidades el producto no es
dañino.

Mientras tanto, organismos internacionales como el Grupo de Trabajo


Ambiental (EWG) se muestran muy críticos con la cantidad de sustancias
tóxicas que contienen los productos de higiene infantil y alertan que pueden
causar desequilibrio hormonal, trastornos del sistema nervioso e inmunitario, y
afectar al desarrollo del bebé. Recientemente, este organismo reveló que los
niños están expuestos diariamente a casi 27 ingredientes químicos, pero que
estos ingredientes jamás han sido evaluados en cuanto a su seguridad.

El peligro de los tóxicos en los bebés

Lo cierto es que tanto los bebés como los niños son mucho más vulnerables a
los efectos de los productos químicos tóxicos que los adultos. Su sistema
inmunitario y el sistema nervioso central aún se están desarrollando, lo que
significa que sus cuerpos son generalmente menos capaces de eliminar las
toxinas. Además, los niños tienen casi el doble de la superficie de la piel que
los adultos por unidad de peso corporal, por lo que un niño puede absorber
proporcionalmente más productos químicos.

Según el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG) disminuir la exposición de los


niños a los productos químicos desde el primer día, e incluso en el útero,
podría significar un menor riesgo de alergias y sensibilidades químicas, y un
menor riesgo de cáncer y otras enfermedades.

Cosméticos ecológicos: la alternativa saludable y segura

Para evitar que todos estos ingredientes dañinos entren en contacto con la piel
del bebé, es aconsejable optar por productos naturales y ecológicos, libres de
tóxicos y, a poder ser, con certificación ecológica. Las certificaciones
ecológicas más internacionalmente valoradas son Icea Ecobio Cosmetics,
Ecocert, Cosmebio, BDIH o Natrue. El sello ecológico indica que su
composición proviene de un sistema de producción medioambientalmente
respetuoso y que, además, no ha sufrido alteraciones genéticas. Además,
pasan estrictos controles que garantizan la ausencia de componentes químicos
e ingredientes internacionalmente reconocidos como nocivos. Así, los
productos ecológicos ayudan a prevenir rojeces, irritaciones y alergias incluso
en las pieles más sensibles. Cada vez hay más oferta de cosméticos para
bebés ‘libres’ de sustancias tóxicas, incluso se pueden encontrar opciones con
precios más asequibles porque no tienen intermediarios.

¿Cómo sé qué productos pueden ser potencialmente dañinos?

El primer paso para proteger la piel del bebé es evitar todos los productos que
contengan ingredientes que ya han sido considerados como potencialmente
peligrosos y/o dudosos por los organismos internacionales. Entre ellos, cabe
destacar los siguientes: los PEG, los parabenos, el phenoxyethanol, los
SLS/SLES, los DEA, TEA, y MEA, y la palabra fragancia o perfume. Es posible
comprobar ahora mismo si las cremas, jabones y champús que usáis
actualmente contienen estas sustancias. Para detectarlos, hay que leer bien las
etiquetas y fijarse sobre todo en el INCI –el listado de ingredientes–. No
debemos caer en trampas publicitarias que utilizan algunas marcas al incluir
términos como natural, más suave, sano, etc.; hay que guiarse por la lista de
ingredientes para descartar sustancias sospechosas. Si el producto es
ecológico, buscad el sello que lo certifica y así os aseguraréis que ya ha
pasado controles previos de calidad.

Para saber valorar el contenido del producto, hay que saber que en el INCI los
componentes aparecen ordenados por la proporción en la que están presentes;
así, el producto contendrá más cantidad de los que están escritos en primer
lugar, y mucha menos de los que se encuentran al final de la lista. De entrada,
deberíamos evitar los productos que entre los primeros ingredientes se
incluyan perfumes y derivados del petróleo, además de las sustancias
mencionadas. Como ayuda, al final de este texto, hay una lista de sustancias
que aconsejamos evitar y la explicación de lo que significan y por qué están
consideradas potencialmente nocivas.

En el caso de las toallitas, hay que tener especial cuidado, ya que según un


análisis del EGW, el 95% de toallitas de bebé podría estar potencialmente
contaminado con productos químicos peligrosos y alertan de que hay muchos
ingredientes que no salen en el listado pero que están allí. Los que son
considerados más peligrosos son el óxido de etileno y 1,4-dioxano, el
formaldehído, los ftalatos y ciertos conservantes. En este enlace os contamos
dónde se suelen esconder estos componentes. En este caso, recomendamos
firmemente usar toallitas 100% naturales, porque pueden ser útiles hasta los
tres años de edad. Muchas marcas han hecho cambios en sus composiciones
y han sacado componentes que se han prohibido recientemente, pero siguen
incluyendo sustancias que se consideran dañinas para la salud de los recién
nacidos.

Otro producto que deberíamos vigilar son los pañales, y evitar los que
contengan colorantes, fragancias sintéticas o plástico en la parte que está en
contacto directo con la piel. Según el sistema de blanqueado que utilizan
pueden liberar dioxinas, un conocido carcinógeno. Un estudio publicado en la
revista Archives of Environmental Health encontró que los pañales desechables
liberan químicos orgánicos volátiles (COV), que pueden causar irritación de
ojos, nariz y garganta, daños en hígado, riñones y el sistema nervioso central.
También hay que evitar que contengan derivados del petróleo como las
parafinas, ya que taponan la piel e impiden que respire correctamente.

Lista de ingredientes a evitar

La siguiente lista os ayudará a descubrir qué es lo que se esconde tras los


nombres más habituales que componen los productos de higiene infantiles y
por qué es aconsejable evitarlos:

 Parabenos: son utilizados como conservantes y su función es impedir el


crecimiento de microbios en los productos. Algunos estudios indican que estos
compuestos pueden alterar la función hormonal, un efecto que está vinculado a un
mayor riesgo de cáncer de mama y a problemas reproductivos. Dado que el sistema
hormonal de un bebé aún no está maduro, los parabenos pueden causar daños en su
sistema endocrino en desarrollo. ¿Cómo detectarlos? Los parabenos se pueden
encontrar bajo los siguientes nombres: etilparabeno, butilparabeno, metilparabeno,
propilparabeno y otros ingredientes que termina en –paraben.

 Perfume o fragancia: Aunque estas palabras puedan parecer inofensivas,


detrás de ellas se pueden esconder hasta 12.500 ingredientes diferentes, la mayoría
químicos sintéticos. Lamentablemente, las marcas no están obligadas a especificar
cuáles, porque la fragancia se considera un secreto comercial. Sin embargo, el cóctel
químico que integra suele ser muy irritante para la piel del bebé. Muchas madres
escogen los productos en función del olor, sin tener en cuenta que justamente es ese
‘buen olor’ el que puede causar problemas dermatológicos. Es aconsejable evitar
cualquier producto que contenga perfume o fragancia, y optar por los que contengan
esencias naturales de plantas.

 Ftalatos: Existen una gran cantidad de investigaciones científicas que asocian


sustancias de este grupo a problemas de salud fundamentalmente por sus efectos
como disruptores hormonales: causan daños en el ADN de la reproducción masculina,
así como malformaciones en el feto. De hecho, el Departamento de Salud y Servicios
Humanos (DHHS), así como numerosas organizaciones internacionales, han
determinado que los ftalatos son ingredientes tóxicos cancerígenos en los seres
humanos, y la UE prohibió su uso en chupetes, tetinas y mordedores infantiles, pero
no se han adoptado medidas restrictivas para otros muchos usos. De hecho, se ha
relacionado el uso de productos de cuidado infantil aplicados por vía dérmica con
concentraciones de metabolitos de ftalato en la orina infantil, así que está muy
presente en nuestra vida cotidiana. Lamentablemente, ésta es una de las sustancias
más complicadas de detectar a la hora de comprar un producto, porque suele ser un
componente de una fragancia, así que no se menciona en la lista de ingredientes.
Para evitarlos, es mejor escoger productos que sean “libres de ftalatos” o “libres de
fragancia”. De todas maneras, algunas nomenclaturas con las que se pueden
encontrarlos en las etiquetas son: DEHP, BBP, DBP, BDP, DUB, etc.

 SLS y SLES: En realidad estamos hablando de lauril (éter) sulfato de sodio 4,


una sustancia sintética que se utiliza en productos de higiene (sobre todo champús)
por su capacidad emulsionante y de creación de espuma. Sin embargo, los SLS /
SLES pueden causar irritación en los ojos, erupciones en la piel, pérdida del cabello, y
reacciones alérgicas. Para detectarlo, hay que buscar en la etiqueta SLS, SLES,
dodecilsulfato de sodio o PEG lauril sulfato de sodio.

 Aceite mineral: se trata de un derivado del petróleo y se usa en muchos


productos de higiene para el bebé como cremas hidratantes, las cremas para el pañal,
toallitas húmedas, aceites y lociones. Las empresas de cosméticos suelen usar este
ingrediente por su bajo coste y su acción lubricante. Sin embargo, el aceite mineral
actúa como una capa sobre la piel y con ello bloquea los poros y el proceso de la
respiración natural de la piel. En las etiquetas se suele encontrar bajo el nombre de:
aceite mineral, vaselina, parafina o paraffinum liquididum.

 Polietilenglicol (PEG): es una mezcla de compuestos químicos que se utiliza


como emulsionante y que mejora la penetración de otros ingredientes, tanto los
buenos como los malos. Y este es el problema: su grado de toxicidad depende de los
ingredientes que lo acompañan. Pero por sí solos ya no son muy recomendables, ya
que se consideran irritantes para la piel sensible del bebé. Para encontrarlos en la
etiqueta, buscad PEG seguido de un número. Cuanto menor sea el número, más
fácilmente será absorbido por la piel.

 Phenoxyethanol: Se usa como conservante y está presente en multitud de


productos cosméticos de todo tipo. Sin embargo, cada vez se evita más en productos
infantiles porque se ha relacionado con la toxicidad reproductiva y del desarrollo. De
hecho, se ha restringido en Japón y en algunos países de la UE, pero seguramente los
veréis en muchas de las etiquetas de productos de higiene para bebés.

JOHNSON&JOHNSON RETIRA FORMALDEHÍDO Y OTROS


INGREDIENTES DE SUS PRODUCTOS DE COSMÉTICA
http://www.info-farmacia.com/actualidad/desarrollo-y-conciencia-
social/johnson-johnson-retira-formaldehido-y-otros-ingredientes-de-
sus-productos-de-cosm
(pdf) https://docs.google.com/viewer?
a=v&pid=sites&srcid=aW5mby1mYXJtYWNpYS5jb218aW5mby1mYXJ
tYWNpYXxneDoyMmE3Nzg2Y2U0MTk3NGEw

JOHNSON & JOHNSON ELIMINA EL FORMALDEHÍDO DE SUS


PRODUCTOS DE HIGIENE

Johnson&Johnson, que tiene un amplio catálogo de productos para el cuidado


personal, como champú infantil, crema contra el acné y lociones antiarrugas, anunció
el pasado miércoles, 8 de agosto de 2012, su proyecto de eliminar todo un conjunto de
sustancias químicas, potencialmente dañinas, tales como el formaldehído, de su línea
de productos de consumo, estableciendo como fecha límite el año 2015.
Johnson&Johnson se había comprometido a eliminar determinadas sustancias
químicas de sus productos infantiles para el año 2013; añadiendo en su reciente
comunicación, la extensión de este proyecto a los productos de higiene para adultos.
Esta medida afectará a marcas de gran consumo, tales
como Neutrogena®, Clean&Clear® y Aveeno®.
Las organizaciones de consumidores llevan años presionando a Johnson&Johnson y
sus competidores para eliminar ingredientes de cuestionable seguridad de sus
productos de higiene y cuidado personal.
En el año 2009 una coalición que incluye al Grupo de Trabajo Medioambiental
(Enviromental Working Group), analizó el contenido de docenas de productos para
niños hallando que muchos contenían dos sustancias
problemáticas: formaldehído y 1,4-dioxano.

El formaldehído, reconocido el año pasado (2011) como una sustancia carcinogénica,


se libera a lo largo del tiempo a partir de sustancias conservantes que forman parte de
la formulación de muchos productos para higiene, tales como quaternium-
15® y DMDM hidantoína®, sustancias que figuran en la composición de los productos
que las contienen.
 
El 1,4-dioxano se produce durante un proceso usado comúnmente para fabricar
ingredientes suavizantes para la piel; y los estudios experimentales en animales han
demostrado que es claramente carcinogénico.
 

Johnson&Johnson prevé también eliminar progresivamente otros ingredientes que han


sido relacionados con problemas de salud, tales como los ftalatos (incluidos en
los sprays para moldear el cabello); varios ingredientes de diversas fragancias;
y triclosan (antibacteriano incluido en jabones); así como todos los parabenos, un tipo
de conservante, de todos los productos infantiles; y la mayor parte de
los parabenos en los productos destinados a los adultos.
 
En palabras de la señora Susan Nettesheim, el proyecto requerirá una importante
inversión en Investigación y Desarrollo para encontrar otros ingredientes que
sustituyan a éstos, de uso común en la industria. Será necesario hallar nuevos
suministradores y examinar la seguridad de los nuevos ingredientes antes de ser
incluidos en los productos. Johnson&Johnson declinó valorar el presupuesto asignado
a dicho proyecto.
Es una tarea delicada rediseñar productos que han gozado de gran popularidad
durante medio siglo. Tal es así el caso del champú para niños (ver fotografía al
comienzo del artículo).
Lisa Archer, directora de la Campaña para la Seguridad de los Cosméticos, ha
declarado que su grupo presionará a otras Compañías fabricantes cosméticos, tales
como Estée Lauder Companies, Procter & Gamble, Avon y L’Oreal, para que sigan la
política de Johnson&Johnson.
En el año 2010 Procter & Gamble reformuló los champús de Esencia de Hierbas al
objeto de reducir la cantidad de 1,4-dioxano hasta valores “traza” (esto es, cantidades
en el límite de la detección por análisis químico).
Tim    (Timothy) Long, de Procter & Gamble, afirmó que la Compañía comunica
abiertamente con las Organizaciones de Consumidores los ingredientes de sus
productos, así como los usos de los mismos; añadiendo que todos sus productos
cumplen las exigencias de los Organismos Reguladores.
Estée Lauder afirmó adherirse a los estándares de calidad para todos sus productos,
cumpliendo con las regulaciones establecidas por cada país donde venden sus
productos.
La decisión de Johnson&Johnson surge tras algunos problemas en años pasados en
relación con la calidad de sus productos, más concretamente de su división
farmacéutica McNeil. En una página  web, se explica que los cambios mejorarán la
seguridad para los consumidores.
Zaragoza, 20 de agosto de 2012

Remedios caseros para las escaldaduras y


pañalitis
En casa, muchas veces la solución esta en nuestras manos. Aunque
menos practicas, es posible que la puedas crear tu propia crema para
pañalitis, a base de productos naturales como el Aloe Vera o sábila. Una
suculenta que hace maravillas con la piel.

Si tienes una en casa, solo deberás cortar un poco de ella (pidiéndole


permiso, como bien decía mi abuelita) y puedes mantenerla refrigerada
hasta el momento de su uso. Cuando vayas a utilizarla, debes:

 Retirar su cascaras con un cuchillo. Haciendo cortes bastantes


delgados para aprovechar al máximo el cristal.
 Puedes cortarla en pequeños trozos, para aplicarlo poco a poco.
 Una vez con el cristal en mano, aplicar directamente en la zona
afectada y dejarlo actuar por una hora en la zona.
 Lo que más se aprovecha del Aloe Vera es su gel.

Áloe vera o sábila, para tratar la irritación.

Cremas para escaldaduras de bebé


Tanto para las escaldaduras como para las pieles atópicas. Es necesario
que la piel se mantenga lo más limpia y seca posible, pero con seca no
puede entenderse «reseca». La aplicación de cremas al bebé juega un
papel bastante importante para la salud de su piel.
Crema para escaldadura de bebé

Cera para escaldadura Weleda:

La crema de calendula de Weleda, forma parte de las cremas para


escaldaduras más recomendadas en el mercado. Mientras los extractos
de manzanilla y caléndula calman la irritación, el aceite de almendra y
de sésamo regeneran la zona afectada. Pero gracias a su ingredientes
100% naturales, se absorbe rápidamente.

Crema para escaldaduras de bebé

La lanolina es uno de sus componentes, y su uso esta relacionado con


las cremas anti-arrugas de los adultos. Así que los cambios en la piel
serán visualizados en apenas días, si su uso es constante. En los casos
severos de escaldaduras, además de consultar al doctor, se recomienda
dejar que la zona respire. Por tal motivo, debes evitar de colocarle pañal
muy ajustado y estar atenta de la limpieza.

Pomada para pañalitis Jacklon Baby:

Por otro lado, la crema orgánica de Jacklon Baby, que también utiliza el
extracto de caléndula en su composición, pero además la manteca de
Karité. Este ultimo, es un excelente cicatrizante natural, que también se
utiliza como suplemento de la manteca de cacao en África. Es una crema
para pañalitis bastante efectiva por sus componentes naturales y porque
ayuda a cuidar de la piel sensible de los bebés.

Crema para escaldaduras de bebé

No solo eso, sino que también funciona como protector solar natural. De
esta manera sus componentes, cubren eficazmente la piel del bebé,
reparando y creando una capa protectora en la zona. Que no permite
que se produzcan las escaldaduras y que puede ser tu mejor aliada si tu
bebé tiene piel atópica.

Otro ingrediente esencial en la composición de la crema es el


óxido de zinc, elemento bastante utilizado en los cosméticos y en las
cremas para tratar la dermatitis.
Con la crema para escaldadura de Weleda, evitas malos ratos por culpa
de la irritación y el picor.

Una crema para pañalitis como la de Jacklon Baby, te permitirá sanar la


zona y prevenir posibles
https://www.vix.com/es/imj/salud/5170/remedios-naturales-para-tratar-
las-erupciones-infantiles
https://vidanaturalia.com/remedio-casero-para-hidratar-la-piel-de-las-
ninas-y-los-ninos/

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