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LIBROS ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura

CLXXXII 718 marzo-abril (2006) 289-302 ISSN: 0210-1963

Fernando Giobellina Brumana


Soñando con los Dogon. En los
orígenes de la etnografía francesa
Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2005. 394 pp.

No ha sido una sorpresa ni una decepción; en el imaginario colectivo como la repre- etnográficos, como los etnoliterarios, se
el último libro que Femando Giobellina sentación por excelencia de la ‘pureza cul- convertían así en fuente de conocimiento
Brumana ha publicado presenta una docu- tural’, quizás por su difícil acceso o quizás útil para la Administración colonial desde
mentación, una factura y un rigor que no por la necesidad de la modernidad de refe- un doble punto de vista: la sujeción de los
hacen sino recordamos el resto de su obra rirse a lo ‘primitivo’ como punto de salva- habitantes de los territorios coloniales,
de investigación, abundante y fecunda, ción y de contraste, “una suerte de reserva como ya recordaba, en 1853, David Boilat
seria y a la vez apasionante. Pues, en efec- natural de insólitos nativos metafísicos” en sus Esquises sénégalaises, y, al mismo
to, qué difícil es aunar la documentación (pp. 20-21). En definitiva, como afirma tiempo, la puesta en valor de las pobla-
exhaustiva y la reflexión académica con un Giobellina, el interés de Griaule y de su ciones africanas consideradas por la cien-
estilo fluido que nos hace leer este libro escuela (agotada en sí misma) que, final- cia del siglo XIX como una subespecie
como si de una novela se tratase, a veces mente fueron beneficiarios de apoyo insti- humana. Paralelamente a estos objetivos,
de corte realista y, siempre, manteniendo tucional y privado, ha hecho de los dogon estos trabajos pretendían rescatar “antes
la “intriga”; parafraseando y transforman- el pueblo más estudiado (aunque quizás no de que desaparecieran” unos mundos que,
do la cita de Sapir que aparece en la intro- el mejor), el objeto etnográfico francés por paradoja de la situación del momento,
ducción (p. 40, n. 25), podríamos decir que excelencia, la muestra de una representa- debían ser necesariamente ‘civilizados’ por
la mejor monografía es la que se lee como ción que continúa en la que “los dogon la presencia francesa. Con estos presu-
una novela. Y, así, todos terminamos juegan a ser dogon según un libreto esta- puestos y la simpatía ideológica de la inte-
‘soñando con los dogon’ o, quizás, desper- blecido por académicos franceses” (p. 23). ligentsia del momento, parte en 1931 la
tando de esa aventura mítica de la etno- Misión que dirigía Marcel Griaule.
grafía francesa que supuso la Misión La Misión Dakar-Yibuti -título del primer
Dakar-Yibuti, para encontramos de cara capítulo del libro- nació con un claro inte- Como Giobellina subraya, “la Misión se
con sus protagonistas a los que Femando rés político-académico: Francia era un condujo en estilo depredador; los expe-
Giobellina nos acerca analizando sus tra- terreno baldío en el campo de la antro- dicionarios actuaban como si debiesen
bajos y desvelando la otra cara de la pología, mientras el resto de las potencias aprovechar esa oportunidad exclusiva [...] y
Misión. ocupantes se habían dedicado a formar llenar sus alforjas de todo lo que encontra-
colecciones que exhibían en los museos sen a su paso” (p. 81). Los rumores que
El libro se estructura en seis capítulos y un nacionales, a impulsar la formación y la corren en la época y las situaciones escan-
anexo, antecedidos por una amplia intro- investigación de las poblaciones de sus dalosas son desvelados de manera que el
ducción que nos sitúa en el ambiente euro- colonias, en resumen, a utilizar dichas lector es llevado por una especie de morbo
peo que precede y que sigue a la Misión de posesiones territoriales para el avance del que nos pone en situación de abordar los
Marcel Griaule, ambiente que favorece el conocimiento antropológico. Y, lo que es pormenores que seguirán. Pormenores
encuentro o, mejor dicho, la ‘publicitación’ una evidencia, las expediciones serían la excelentemente documentados que, gra-
de una etnia que parece deber su existen- base de la mejor comprensión de unos súb- cias a la fluidez de la escritura del autor,
cia al etnógrafo y que ha quedado anclada ditos a los que controlar. Los trabajos nos aclaran a una realidad revisitada. Efec-
tivamente, “entre Tintín y Tartarín” (pp. (desde este lado) que quizás no fue sino tes de la Misión desaprovechan las cir-
94-99), los integrantes de la Misión vivie- una manera de intentar integrarse, de cunstancias por no saber cómo abordarlas.
Nº 718 ron su aventura africana como tal, como intentar dejar de ser el Uno para entrar y Los mitos, las ceremonias rituales, el awa
una aventura con marcados tintes colonia- confundirse con el Otro. Aunque, ¿quién son vistos desde una mirada cosificante cuyo
les de la que salieron no sin cierta decep- era el Uno y el Otro, en ese ‘allí’ y en ‘aquel’ objetivo, podríamos decir, es de nuevo el
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ción. El exotismo esterado dejaría paso a momento? ¿Quién mide? El nativo no es expolio, aunque en este caso lo sea de intan-
la constatación de la presencia europea, tan ingenuo por el simple hecho de serlo. Y gibilidades. En palabras de Giobellina:
a la confrontación de la realidad: la com- sus ‘armas’ no son menos duras que la pro- “Griaule cumple el milagro de volver cosa, en
pra (cuando no expolio) de las piezas para pia mirada etnográfica, como constata Lei- toda su inerte e inerme dimensión, aquello
el Museo del Trocadero, los problemas ris cuya implicación emocional le hace ser que está ahí para significar” (pp. 176-177).
administrativos, la omnipresencia del apa- el más crítico con Griaule, al mismo tiem- Mal planificada, mal dirigida y apresurada
rato colonial. Michel Leiris reconocía, al po que “entraba en contradicción con la (en el libro se demuestran estos extremos), la
final, que ”la etnografía no me ha conver- mirada ajena, con la condición misma de la Misión de Griaule termina por ejercer una
tido más que en un burócrata”. Él, más que etnografía”. “etnología de y para Museo” (p. 205) que
ningún otro miembro de la expedición, implicará un trasgresión del proyecto de
había partido a la búsqueda de esa viven- A destacar, en este capítulo las páginas izquierdas y progresista inicial, y que hará
cia de la otredad que lo acompañaría, lo 164-166 en las que, a partir de las acti- de los dogon, al mismo, tiempo un “espejis-
perturbaría, hasta el final de su vida. En su tudes enfrentadas en el terreno y en las mo” del propio ‘descubridor’.
lugar encontró un cliché de sí mismo, nar- vivencias del mismo, Giobellina no sólo
cisista y obsesionado por su propia viven- concluye el modelo etnográfico de la Mi- Un descubridor que, como un amante celo-
cia, un mundo que le sirvió de reflejo de sión sino que instruye sobre la ciencia mis- so, no se contenta con poseer el objeto
sus propios fantasmas. ma: en etnografía “la única autenticidad es amado sino que acecha y persigue lo más
la inautenticidad o, mejor, la representa- recóndito de él, su ‘secreto’. Tal fue la
El capítulo segundo de la obra (El etnólogo ción. [...] Leiris dejó de negarse como euro- vivencia (dramática, si no resultase, en la
y sus fantasmas, pp. 109-166) es, desde mi peo; Griaule se inventó dogon” (p. 166). El distancia y en la objetividad del análisis,
punto de vista, central no sólo para desve- investigador de campo que es Giobellina tan cómica) de Marcel Griaule. A ello se
lar la compleja personalidad del autor de no deja escapar la ocasión de medir (o consagra el capítulo cuarto del libro
L‘Afriquefantome, sino también para en- ¿medirse?), pero, como recuerda, la etno- “Griaule, la etnografía del secreto”, en mi
tender la lectura à rebrousse temps -como grafía, “en cortocircuito la de Leiris, a tam- opinión, quizás el más esclarecedor desde
habría dicho Birago Diop- que Giobellina bor batiente la de Griaule, sólo puede ser el punto de vista de la teoría y prácticas
hace, sin concesiones, de la etnografía que juzgada por lo que en verdad importa: sus etnológicas: la reflexión sobre el secreto del
surgió de esta expedición. La presencia de productos, los textos en los que presentan secreto, los márgenes y sus agentes, la visi-
Leiris y, después, de su obra, hace incómo- sus datos” (pp. 165-166). A su estudio bilidad e invisibilidad en ese juego, en esa
da la pretensión del mito griaulista. Para dedica los capítulos que siguen, capítulos representación que es el hecho etnológico.
Leiris, la añorada vivencia de la alteridad se densos y minuciosos cuyo recorrido, sin Algo sobre lo que Giobellina tiene experien-
convirtió en una experiencia terrible y embargo, se hace apasionante aunque no cia acumulada y estudios detallados.
desoladora de sentimientos encontrados: por ello, menos difícil.
fascinación y repulsa, deseo y frustración. Aspectos estos que también se ponen de
Él se sabe y siente un europeo confrontado En el tercero, “Griaule, la cosa etnográfi- manifiesto en el quinto capítulo “Palabras
a la impotencia de entender y ser entendi- ca”, es quizás donde Fernando Giobellina sobre Palabras dedicado al valor y determi-
do. La etnografía era el elemento base, lleva a cabo la desmitificación más radical nación de la Palabra Sagrada, de las di-
pero Leiris no era etnógrafo sino poeta, del hacer y del quehacer griauliano. En él, ferentes Palabras (siguiendo los estudios,
creador. Pero, si la poesía es sinónimo de ayudado por una documentación impor- posteriores a la Misión, de Geneviève Cala-
creación, ¿qué crea? ¿Cuál es la realidad tante y centrándose fundamentalmente me-Griaule, hija de Marcel Griaule) y de la
que al asumir, crea y al transmitirnos, sobre las dos obras estelares del etnógrafo palabra vivida “desde el margen” de Michel
impone? Un mundo de ensoñaciones, de (Masques dogon y Dieu d ‘eau), pone de Leiris. Los trabajos de Calame-Griaule quizás
narcisismo, de obsesión incomprensible manifiesto cómo Griaule y los componen- sean más conocidos por quienes se interesan

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no sólo por los estudios etnológicos sino tam- otro trabajo) resume el meollo central de la En definitiva, éste es un libro sugerente
bién por las literaturas africanas ya que etnología, ese que le faltó a Griaule y a su porque abre nuevos caminos, porque
Ethnologie et langage. La Parole chez les gente: la capacidad para abandonar el cen- propone nuevas pistas; pero también es
dogon es un ‘clásico’ en estos dominios tro y dejarse llevar a los márgenes, de entrar un trabajo definitorio porque tiene la
desde su primera edición en 1965 (habría en el juego, en la representación, en la posi- virtud de enfrentar la amplia y diversa

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una segunda, aumentada, en 1987). De bilidad de ser otro sin dejar de ser uno mis- documentación, de ‘exprimirla’ y de
cualquier manera, como constata Giobelli- mo; o, lo que es lo mismo, el no pretender acompañar al lector en sus conclusiones.
na, en este trabajo -como en el resto de los ‘crear al otro’ adjudicándole las bondades Es un trabajo que tenía que hacerse y,
de la escuela- se vuelve a ‘infantilizar’ el propias, la honestidad de ‘no medir’ desde el sobre todo, que tenía que hacerse en el
objeto de estudio, los dogon, al suponérse- convencimiento de que el canon propio es la ámbito español tan alejado a veces de la
les una retórica especialmente ‘primitiva’ única medida. Trasvasar los límites concep- historiografía africana, tan alejado siem-
en la que la metáfora no cabe, en la que la tuales, no convertir al Otro en el objeto de pre del continente vecino. El hecho de
‘metafísica a la Griaule’ se impone para un Yosujeto, sino ser sin dejar de ser fue la que Giobellina sea a veces demasiado
conseguir un producto final “demasiado vivencia radical que acompañó a Leiris toda “directo” -yo diría incluso que mordaz-
sistemático, demasiado armado, demasia- su vida hasta el momento de su intento de no hace sino añadirle al trabajo una nue-
do sólido; el perfecto producto de la facto- suicidio. Esa “esquizofrenia controlada” que, va vía de comprensión: la del crítico que
ría Griaule” (p. 285). según Giobellina, hace que el etnólogo no es capaz de saltar los límites e implicar-
sólo se asemeje al adivino sino que también se en la “representación de la represen-
A modo de conclusión, el sexto y último lo haga al poseído; en definitiva, “en un caso tación”.
capítulo (el apéndice consagrado a Artaud, como otros son actores del margen, en un
me parece más bien un avance, ‘un caso como en otro eligen la verdad frente al Inmaculada Díaz Narbona
avant-goüt’ de lo que sin duda podría ser poder” (p. 356). (Universidad de Cádiz)

José Lasaga et al.


El Madrid de Ortega
Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones/Publicaciones
de la Residencia de Estudiantes, 2006. 480 pp.

El 18 de octubre del pasado 2005 se cum- políticos, constructor de preceptivas litera- España invertebrada que él intentó, con
plieron cincuenta años del fallecimiento de rias y artísticas, consejero áulico de varias más empeño que éxito, modernizar. Fuer-
José Ortega y Gasset cuyo pensamiento editoriales, Ortega lo es todo en el pensa- zas oscuras se encargarían de impedirlo.
influyó e influye en la cultura universal. miento y en las letras españolas. Gracias a
Ortega sigue siendo uno de los filósofos él pudimos leer a Freud antes que otros o Hoy, a medio siglo de distancia de su
occidentales más citado y, desde luego, el conocer a fondo el fenómeno singular, desaparición, Ortega sigue, con toda
primero de los españoles. convertido en seña de identidad nacional, potencia, vigente. Esfuerzo loable el de la
de la tauromaquia. Espectador de su espa- Sociedad Española de Conmemoraciones
España y la cultura española actual son lo cio territorial y de su época, la mirada de y la Residencia de Estudiantes de plasmar
que son gracias a Ortega. Maestro de la Ortega lo recorre todo y es capaz de afir- en una serie de actuaciones esa perma-
filosofía: perceptivismo, historicismo, mar y de negar, de marcar el camino recto nencia de la figura y el pensamiento
fenomenología… orientador de los cambios y advertir sobre el equivocado en aquella orteguianos.

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El pasado 23 de mayo, Mario Vargas Llosa del análisis sereno de Ortega en sus Medi- extraordinario, El Madrid de Ortega es un
abrió un ciclo de cuatro conferencias, En taciones, en las que pone el dedo en la lla- recorrido por el mundo y el quehacer orte-
Nº 718 torno a Ortega, con su locución “Rescate ga al hablarnos de ese rencor ancestral que guianos, sobre su yo y su circunstancia que
liberal de Ortega y Gasset”, iniciando una anula y empequeñece a los españoles y de se estructuran en varios apartados: “Datos
serie que se prolongaría hasta el 21 de esa España machadiana, zaragatera y tris- biográficos”, “El yo y su circunstancia”,
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junio con las aportaciones de Fernando te, heladora de corazones, en la que los “Salvaciones de la circunstancia” y “Paisa-
Sabater, “La vida como tema filosófico”; muertos siempre han dominado sobre los jes vitales” resumen el “ser” de Ortega. José
Javier Gomá, “Ejemplaridad pública”; y vivos. Esa adoración ya presente en los íbe- Lasaga, Javier Zamora Bonilla, Mario Var-
Francisco Calvo Serraller, “La perspectiva ros por la muerte, por los antepasados, por gas Llosa, Pedro Cerezo Galán, Jacobo
de las artes”. Paralelamente, en el Pabellón lo que fue y ya no es, ha marcado histórica- Muñoz, Eugenio Trías, José Luís Molinuelo,
Trasatlántico de la Residencia, se inauguró mente nuestra ruina. Ortega, en esa época, Santos Juliá, José García-Velasco y Azuce-
una exposición que, bajo el título El Madrid la etapa de su inicio y consolidación como na López Cobo, Fernando R. de la Fuente,
de Ortega abrió sus puertas durante dos filósofo en Marburgo, se convierte en Thomas Mermall, Carlos Pereda, Helio Car-
meses, del 23 de mayo al 23 de julio. En su espectador de una Europa que se desangra, pintero, Javier San Martín, Béatrice Fonck
folleto de mano se nos decía. “José Ortega apenas un año antes de que tenga lugar la y Marta Campomar componen con extra-
y Gasset nació, creció, se enamoró, ense- Revolución de Octubre y el terror pánico de ordinario acierto los capítulos del libro, que
ñó y escribió, en suma, pensó y vivió en la burguesía dé nacimiento al nazifascismo. se cierra con un inédito de Ortega, ¿Qué
Madrid, donde murió hace ahora poco más pasa en el mundo? (Observaciones sobre
que medio siglo”. Si como se ha dicho “El Madrid de las vanguardias»” (1917- nuestro tiempo), cuyas dos primeras pági-
acertadamente el paisaje es un estado del 1928) fue el segundo espacio de la Exposi- nas manuscritas se nos ofrecen en facsími-
alma, Madrid y su paisaje urbano bullen en ción. Ortega es ya El Espectador que se le. Se trata de una conferencia, que junto
la interioridad orteguiana. Es el Madrid de expresa en El Sol y en Revista de Occiden- con otra Ortega impartió en el teatro Espa-
Ortega distinto a otros, es “su” Madrid. te y nos habla de La deshumanización del ñol de Madrid los días 31de mayo y 2 de
arte e Ideas sobre la novela, encabezando junio de 1933. Ambos textos manuscritos
El primero de los espacios en los que la los cambios preceptivos que generarían se conservan en el Archivo de la Fundación
exposición estaba dividida era «El Madrid fructíferamente una literatura y un arte Ortega y Gasset.
de Meditaciones del Quijote» (1898-1916). nuevos.
Un periodo que comienza con el desastre Concluye el volumen con el apartado “Obra
que vacía de identidad a España y los espa- El tercer espacio, era obligado, fue “El plástica” que reproduce cuadros y dibujos
ñoles. Unamuno y Ganivet, no en Madrid, Madrid de la República” (1929-1936), años de Zuloaga, Regoyos, Beruete, Sorolla,
sino en Granada, en el periódico El defen- primero venturosos y después terribles. Palencia, Echevarría, Ricardo Baroja, San-
sor de Granada piensan España en una Ortega trajo la República, y marchó con cha, Piñole, Pankiewicz, Dalí, Mallo, Barra-
búsqueda identitaria más o menos infruc- ella al exilio. Luego volvió y pasó en Madrid das, Gargallo, Pelegrín, Braque, Picabía,
tuosa. Su “falso” debate, pues no aportan sus últimos diez años; años tristes en una Kandinsky, Masson, Jiménez Caballero,
nada que no hubieran dicho ya en Entorno ciudad y una nación a las que se había pri- Bagaría, Vázquez Díaz, Moreno Villa, y
al casticismo e Idearium español, ni con- vado de libertad. Bores, seguido de la “Relación de obras
frontan ni sintetizan opiniones, navegan y documentos expuestos” y de un inexcusa-
sobre don Quijote y Alonso Quijano, el Fruto de los dos eventos anteriores: Ciclo ble “Índice onomástico” y un “Índice (alfabé-
bueno, vuelto a la cordura, sobre la de conferencias y Exposición es el libro que tico) de obras de José Ortega y Gasset”.
intrahistoria y el territorio, sobre Hegel e hoy nos ocupa. De magnífica factura, a la
Hipólito Taine. Navegan y, todo hay que que sus editores nos tienen ya acostum- Alberto Sánchez Álvarez-Insúa
decirlo, desbarran. Difieren notablemente brados, y con un complemento gráfico (Instituto de Filosofía, CSIC)

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Sebastián, Jesús y Muñoz, Emilio (eds.)
Radiografía de la investigación pública en España
Madrid: Biblioteca Nueva, 2006. 544 pp.

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Prologado por Carlos Martínez Alonso, evolución de los actores institucionales”, apartados, dedicado el primero a la “cien-
actual Presidente del CSIC, el libro es el repasa, tras una Introducción, la base jurí- cia dura” y la tecnología, “La I+D en Espa-
resultado de “una iniciativa de los investi- dica del sistema: Ley de Fomento y Coordi- ña a través de publicaciones y patentes”;
gadores integrados en la Red CTI de “Estu- nación de la I+D, Ley 13/86 de 14 de Abril, abordando el segundo la problemática del
dios políticos, económicos y sociales de la LRU, Ley de Patentes (1986) y Ley de Pro- subsector humanístico, “La investigación
ciencia, la tecnología y la innovación” del piedad Intelectual, también de 1986, legis- en humanidades: Problemas específicos”.
CSIC, que trata de complementar los lación surgida con una clara decisión
esfuerzos realizados desde otros ámbitos reformista que, en estos momentos, está El Capítulo 5, “Vinculación de la investiga-
vinculados al I+D español: el sector empre- sometida a profundos cambios. A conti- ción pública y privada”, describe las difíci-
sarial a través de la Fundación COTEC y la nuación se analizan los resultados de “Los les relaciones entre ambos sectores y
Conferencia de Rectores de las Universida- agentes institucionales”: Universidades, divide su análisis en cuatro subapartados:
des Españolas (CRUE)”. El autor del prólogo Hospitales e Instituto de Salud Carlos III, “Raíces de la brecha entre industria e
señala que su publicación coincide con el CSIC, CIEMAT, INIA, IEO, INTA, IAC e IGME. investigación en España”, “La I+D empre-
vigésimo aniversario de la promulgación de El segundo apartado, “Evolución e impacto sarial y sus relaciones con la investigación
la “Ley de la Ciencia” y que no se trata de de los planes nacionales como instrumen- pública española”, “El flujo de conocimien-
“una visión institucional del sistema espa- to y coordinación de la investigación cien- tos desde el sistema público español de
ñol de I+D desde la óptica del Consejo tífica y el desarrollo tecnológico” analiza la I+D en las industrias biotecnológicas” y
Superior de Investigaciones Científicas, evolución del contexto político y de la “Una visión empresarial del sistema públi-
sino fruto de las experiencias personales de arquitectura institucional, sus dificultades co de I+D”.
los autores y de su libre opinión”. y fluctuaciones presupuestarias, los puntos
fuertes y débiles de los Planes Nacionales y El Capítulo 6, “I+D y Sociedad española”,
Reflexión pues sobre el pasado reciente, el futuro del Plan Nacional. Cierra el capí- revisa la relación y el impacto y recepción
sobre los logros promovidos y asentados tulo el estudio “la I+D en el marco autonó- social de la investigación. “El espacio social
por la Ley de la Ciencia, el libro trata sobre mico”. de la ciencia y la tecnología: percepción,
todo de proyectarse hacia el futuro, de comunicación y difusión”, “Participación
plantear una perspectiva globalizadora, en El Capítulo 2, “Comunidad Científica”, se pública en ciencia y tecnología” y “Estrate-
unos momentos en que la “ley de agencias” subdivide a su vez en tres grandes subcapí- gias de la divulgación de la ciencia y la
va a cambiar el modelo de organización, tulos: “Estructura y dinámica de la comuni- tecnología en España desde el sector públi-
financiación y gestión de la investigación dad científica española”, “La cuestión de co” son sus tres grandes subapartados.
pública, en virtud de la cual, se nos dice, el género en la investigación española” y “El
CSIC dejará de ser un Organismo Público sistema de incentivos y recompensas en la Finalmente, el Capítulo 7, “Dimensión
de Investigación. ciencia pública española”. Europea de la I+D española”, incluye un
único capítulo, “La I+D en el contexto
El libro se estructura en siete grandes capí- El Capítulo 3, “Financiación de la I+D”, europeo”, que aborda la dimensión euro-
tulos cuyos contenidos pasamos a describir aborda dos aspectos: “Estructura y flujos pea e internacional de la investigación
y analizar. de la financiación de la I+D en España” e española y sus aspectos de financiación,
“I+D y crecimiento económico”. los “polos regionales” de innovación y el
El Capítulo 1, “Política Científica”, se sub- previsible futuro. Todos y cada uno de los
divide en dos apartados: el primero, “Diná- El Capítulo 4, “Actividad y Producción capítulos incluyen una exhaustiva Biblio-
mica de la política científica española y Científica”, se subdivide en dos grandes grafía.

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Antes de entrar en una rápida valoración todo su esfuerzo y sus conocimientos en la España, responde plenamente a los conte-
del libro señalar que es fruto del conoci- etapa en que ejerció, precisamente, como nidos. Radiografía en la medida en que es
Nº 718 miento y del esfuerzo de más de medio cen- Vicepresidente de Política Científica del CSIC análisis profundo, descubrimiento de
tenar de autores que desarrollan su actividad (1983-1988), llevando a cabo y sentando aquello que se intuye, pero que de alguna
en el CSIC o han estado vinculados a algu- también las bases de futuro de la necesaria manera está oculto, y también base para
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nos de sus Institutos o a sus puestos de ges- reforma del Consejo y de sus Centros e Ins- una necesaria terapia de cara al futuro. A
tión, lo que avala sus conocimientos en titutos. Emilio Muñoz, Secretario General del riesgo de utilizar un término manido, esta-
materia de política científica. El CINDOC, Plan Nacional de I+D, en esas fechas, inició mos en presencia de un libro imprescindi-
Instituto de Filosofía, INGENIO, Instituto de y continuó el proceso de reformas tanto del ble para conocer y para actuar con
Análisis Económico y el Instituto de Estudios sistema, como del Consejo, cuando accedió a conocimiento de causa en unos momentos
Sociales Avanzados son los Centros del Con- su Presidencia. Dirige ahora el Departamen- en que se replantean estructuras, actua-
sejo que más especialistas han suministrado to de Ciencia, Tecnología y Sociedad del Ins- ciones y formas de gestión.
al esfuerzo de redacción del libro. Las Uni- tituto de Filosofía del CSIC, uno de los que
versidades y los OPI’s tampoco han estado más han contribuido a la redacción del libro. Empezábamos diciendo que no se trata de
ausentes, así como las Fundaciones y las Ins- Además de su labor como editores, ambos un libro institucional. No habría habido
tituciones Autonómicas. han contribuido al mismo en varios de sus problema si así fuera, pero el hecho mismo
capítulos. Pero, insistimos, su mejor labor ha de haber sido editado por Biblioteca Nue-
Ha sido tarea esforzada y noble empeño sido reunir a los mejores especialistas en el va, empresa vinculada desde sus ya casi
reunir a tantos y tantos especialistas en análisis, prospectiva y gestión científica. Su centenarios inicios a la ciencia y la cultura
todos y cada uno de los tópicos que el estu- gran número nos impide citarlos a todos, española y universal, es para el lector una
dio aborda. Empeño que ambos editores han pero sí queremos señalar la alta calidad de garantía de imparcialidad, ecuanimidad y
llevado a buen término, merced a su gran sus aportaciones. profundidad de análisis.
preparación y trayectoria científica y de ges-
tión. Jesús Sebastián, que comparte con Finalizaremos señalando que el título, Alberto Sánchez Álvarez-Insúa
nosotros la dirección de esta revista, puso Radiografía de la investigación pública en (Instituto de Filosofía, CSIC)

José Luis González Quirós y Karim Gherab Martín


El templo del saber. Hacia la biblioteca digital universal
Barcelona: Ediciones Deusto, 2006. Premio Ensayo 2005. Fundación DMR Consulting. 205 pp.

Borges concebía el universo como una ya infinitos, en el sentido que la Física da culos originales que nos ofrecen nuevos
Biblioteca infinita que albergaría todo el al término: inmensidad inabarcable. El datos, nuevos descubrimientos. Las revistas
saber humano. Bradbury, en su fantasía libro y la revista se van convirtiendo en de revistas, los abstracts, la revisiones, nos
Fahrenheit 451, temperatura a la que el objetos de culto que poco o muy poco pue- venían ofreciendo unas posibilidades de
papel se inflama espontáneamente, imagi- den contribuir a la sociedad del conoci- búsqueda de aquellos datos y tópicos
nó un mundo sin libros, aunque mejor sería miento. Obviamente una obra singular de nuestro interés. Pero el volumen de in-
decir sin literatura. Hoy, las bibliotecas, al puede ser consultada y leída, pero ya no formación es tan gigantesco que ya no es
menos las bibliotecas científicas, los cen- sucede lo mismo con una revista científica posible la rebusca individual. Es más,
tros de información y documentación son que ofrece a sus hipotéticos lectores artí- muchas revistas, muchas enciclopedias y

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muchos abstracts han abandonado el manifestaciones. De ahí la justeza del redefinidas, pasando de ser “un almacén
soporte papel, y hay un proceso imparable planteamiento de Popper. ordenado de ejemplares físicos a un archi-
de digitalización de libros, revistas y docu- vo digital”. Es más, pueden llegar a ser
mentos que permita doblemente el libro Pero es necesario retroceder, porque este innecesarias, pudiendo el estudioso acce-
acceso a sus contenidos y la localización análisis popperiano constituye la tercera der a esa Biblioteca universal desde su

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de aquello que nos interesa. parte del libro, dividido en una introduc- puesto de trabajo, quedando los libros y
ción y tres grandes capítulos. La Intro- documentos celosamente guardados en
Por todo lo anterior cabe señalar la opor- ducción, que abarca un buen número de contenedores inaccesibles.
tunidad y el acierto del libro que ahora páginas, se titula “Una revolución silencio-
comentamos y del que son autores el in- sa” y viene encabezada por una cita de H. Dedican los autores el primer capítulo de
vestigador y profesor de Filosofía José Luis G. Wells tomada de su obra de 1938 World su libro, “Historia del saber y de la escritu-
González Quirós (Oviedo, 1947) y el físico Brain que nos anticipa ya en la época en ra” a sentar las bases de ese “Incremento
teórico, filósofo y especialista en gestión que se escribió que la memoria humana del saber” y, por tanto, de “La necesidad de
del conocimiento Karim Gherab Martín sería, en un corto espacio de tiempo, acce- organizar el conocimiento”. Hoy, más que
(Zamora, 1972). El trabajo fue objeto del sible a todos los individuos. Efectivamente, nunca, para crear algo nuevo, para avanzar
Premio Ensayo 2005 de la Fundación DMR y según nos decía Wells, eso ni sería un en el conocimiento, es necesario disponer
Consulting. sueño remoto ni una fantasía. Y así ha sido, de toda la información previa, bien orde-
así es. La tecnología digital, nos dicen los nada para no repetirnos, para no hacer lo
Karl R. Popper propuso en “Epistemología autores, han traspasado los límites de que otros ya han hecho. Cualquier científi-
sin sujeto cognoscente” que aquellas reali- aquello para lo que fue concebida: el cál- co sabe que la creación y la investigación
dades que no pudieran ser reducidas a culo y el control, y ha entrado de lleno en el demandan un requisito previo que es
meros pensamientos subjetivos y no fuera terreno de la escritura y del registro de arriesgadísimo obviar: la “rebusca biblio-
de rigor considerar como meros objetos datos. Ha surgido así, está surgiendo, una gráfica”. Este planteamiento es indepen-
físicos constituirían un Tercer Mundo, un nueva forma de organización social, un diente de cómo se acceda a la información
Mundo III. Este tipo de realidad sería el de nuevo collegium de entendidos en las nue- y de los métodos de búsqueda que se utili-
las teorías, las obras de creación y el de los vas tecnologías de la sociedad del conoci- cen. Repasan luego los autores “El naci-
documentos del hombre destinados a miento. Lamentable, pero inexorablemente, miento de las disciplinas: el árbol lógico” y
transmitir sus conocimientos. Este tercer aquellos que no comprenden estas nuevas su aplicación a aquellas que anteriormente
mundo se incorporaría así, de pleno dere- técnicas corren el riesgo de convertirse en no fueron consideradas como tales: Biblio-
cho, al mundo real y al de la conciencia los nuevos analfabetos, incapaces de acce- grafía, Biblioteconomía y Bibliotecnología,
subjetiva. der al mundo del saber. y como, en un recorrido histórico, tras el
nacimiento de la Enciclopedia, ha tenido
La ontología fenomenológica tal vez no El planteamiento de los autores es clara- lugar esa “universalización del conoci-
estaría de acuerdo, pero no es menos cier- mente un futurible, una imaginación que miento” que inspiró la obra de Diderot y
to que la tajante separación de Heidegger trata de pronosticar nuestros cambios de D’Alambert.
entre seres y entes y de Sastre entre en-sí hábitos con respecto a los textos y la infor-
y para-sí deja un vacío para aquello que la mación que contienen, por más que siga- El segundo capítulo, “Lógica del saber” está
conciencia individual genera y que el otro mos vinculados a una “cultura del papel también dividido en cuatro subapartados.
capta. Un libro, no es igual que una piedra, impreso” y tengamos serias dificultades El primero de ellos, “Los procesos de eva-
ontológicamente hablando. Utilizando la para leer en pantalla. Es más, lejos de re- luación: la indexación y los factores de
terminología heideggeriana sería un ente ducirse el consumo de papel se ha incre- impacto” repasan algo que está presente
“empapado” de ser, del ser del otro, de mentado, amenazando ecológicamente a en todo el quehacer científico.: la evalua-
aquel que lo generó; y en la proposición de nuestro planeta. Millones de copias son ción de la producción, según los paráme-
Sastre una forma especial del en-sí que impresas y destruidas, a veces para añadir tros planteados por el Garfield en 1955
guarda entre su superabundancia obscena una sola palabra o suprimir una coma. Pero desde las páginas de Science. Un artículo
un hálito del para-sí del otro, una parte de tiempo llegará en que ese vicio de origen no es ya tan sólo una exposición que fina-
su realidad fenomenal, una de sus infinitas desaparezca. Las bibliotecas están siendo liza con una bibliografía previa en la que se

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ha apoyado, es decir, de artículos citados, libertad de acceso y los derechos de autor”. límites entre las disciplinas” plantea el
sino una evaluación a posteriori según el Mucho podría decirse del problema, pero problema de diferenciar los textos de
Nº 718 número de citas, de “citantes” que logra es bien claro que la “piratería” desde el top intención científica de aquellos de volun-
concitar y que van a quedar reflejados en manta es mínima comparada con la actua- tad estética. Ambos, a juicio de los autores,
el SCI (Science Citation Index) presentado ción directa de los usuarios de la red. deben formar parte de esa futura Bibliote-
LIBROS

en 1964 por el propio Garfield. A esto hay Música, películas, juegos de ordenador y ca universal. Reflexionan luego como las
que añadir la presión a que se ven someti- programas informáticos se “bajan” desde el obras que intentan reunir un conjunto de
dos los investigadores para que publiquen ciberespacio sin generar réditos a sus crea- saberes que aspira a la casi totalidad,
sus trabajos en revistas de prestigio, dores. Los gobiernos tratan de proteger los ponen como ejemplo la Enciclopedia Britá-
entendidas como tales las que generan derechos de los autores pero se enfrentan nica, empiezan a carecer de sentido, y aña-
altos índices de impacto, las denominadas a entrar en colisión con los usuarios. En un den: “ni lo que sabemos, ni menos aún,
SCI. Pero, a pesar de ello, uno de los mayo- mundo tan cambiante en el que pronto nuestras preguntas, caben ya sobre el
res problemas a que se enfrentan los inves- desaparecerán prácticamente las salas papel.”. Tampoco es posible la búsqueda
tigadores es el retraso y la dilación en la cinematográficas y en el que un DVD legal- directa, que se revela perfectamente opa-
publicación de sus trabajos, lo que ha traí- mente adquirido es ya más barato que una ca, en centros de documentación o bancos
do como consecuencia, de una parte, la entrada, urge crear un sistema legal que de datos. La solución actual pasa por la
aparición de un número ingente de publi- complazca a todos. No es aventurado pen- inclusión en los documentos de una serie
caciones, y de otra, un fuerte incremento sar que, en plazos muy cortos, los creado- de descriptores que permitan lograr nues-
de los rendimientos económicos de algu- res tendrán que elegir entre ser leídos, tros objetivos de búsqueda.
nas editoriales que imponen sus revistas de vistos o escuchados, o obtener pingues
prestigio a unos precios que cabe calificar beneficios por sus trabajos. Angustiosa Al segundo subapartado, “La selva poppe-
de escandalosos. No vamos a insistir en elección para el artista y planteamiento riana del Mundo III” ya hemos hecho refe-
otros aspectos que resaltan los autores muy claro de aquellos a través de los cua- rencia al inicio de esta recensión. Según
como la indexación por citas y los diversos les los beneficios se vehiculan: editoriales, Popper, nuestros esfuerzos por comprender
indicadores e índices propuestos, desde el productoras y distribuidoras cinematográ- la realidad son, desde el punto de vista
de inmediatez al de vida-media o el llama- ficas, casas discográficas, etc. epistémico, meras conjeturas. Así, frente al
do factor de prestigio en la biomedicina. “ideal inalcanzable de la verdad pura y
Cierra el capítulo el último de los subaparta- rotunda de la teoría, debemos conformar-
El segundo subapartado, “La incorporación dos: “Economía del saber: nuevas fuentes y nos, las más de las veces, con aproximacio-
de la tecnología digital. Bibliotecas digita- nuevas instituciones del conocimiento” en el nes, con proposiciones que, si bien no nos
les” aborda la aparición de obras directa- que los autores repasan aspectos del máxi- hacen desesperar de la verdad, no pueden
mente en la Web, sin contrapartida en la mo interés, desde la necesidad invertir enor- darnos la verdad entera”. Todos estos plan-
imprenta. Las emergentes bibliotecas, cuya mes sumas de dinero en la investigación teamientos que necesariamente debemos
calificación y descripción maneja las científica, Big Science, la relación ciencia- resumir, desembocan en el tercer subcapí-
expresiones “digitales”, “electrónicas” y tecnología y lo que Javier Echevarría llama tulo, “La catalogación digital: descriptores
“virtuales” sin llegar a decidirse por ningu- revolución tecnocientífica, hasta la necesi- popperianos y singularizadores”. Todo tex-
na, plantean la necesidad de de transfor- dad de generar nuevos identificadores to científico, se nos dice, puede ser reduci-
mar un continuo de información en un como DOI (Digital Object Identifier) capa- do a un argumento, a una serie de cadenas
conjunto de metadatos, dependientes unos ces de identificar no sólo documentos argumentativas. Ahora bien, la singulari-
del contenido y otros independientes de él. completos sino incluso partes de docu- dad de un documento es, precisamente, su
La recuperación y acceso a la información mentos: gráficos, texto, imágenes, sonidos, singularidad intelectual, el papel que ha
se planteó muy pronto y surgieron los pri- etc. y de asociar su códigos a direcciones desarrollado y desarrolla en una determi-
meros buscadores: Yahoo trasladó al mun- URL. nada ciencia. Un texto es, sin duda, una
do digital el formato tesauro, alumbrado cadena de signos o, si se prefiere, un corre-
en las bibliotecas, mientras que Google De nuevo el capítulo III, “El modelo poppe- lato oracional de carácter intencional. Su
planteó la búsqueda directa, “a tiro hecho”. riano” está divido en cuatro subcapítulos. catalogación digital puede abordarse de dos
Pero un nuevo problema ha surgido: “La El primero de ellos, “La cuestión de los formas: por su estructura argumentativa y

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su datación histórica o como un concreto separar lo verdadero de lo falso por parte para poner límites, para perfeccionar la
conjunto de signos, mediante los descrip- de editores y evaluadores, por más que producción de nuevos textos científicos
tores popperianos y los singularizadotes. para aquellos que hacen avanzar efectiva- sólo puede alcanzarse mediante el consen-
Abstract y key-words ilustrarían los prime- mente la ciencia hay cosas mucho más timiento activo de los respectivos gremios
ros, mientras que los singularizadores per- interesantes que la verdad segura. Hay académicos. Ese propósito nos permitirá

LIBROS
miten apostar por textos que incluyan demasiados intereses en juego, entre ellos escribir con una nueva libertad. Y la huella
determinados signos simultáneamente: el lobby de revistas de primera línea, que se digital de nuestros escritos estará, bien
p. e., que citen a la vez a Hill Gates, Hei- enfrentan a los nuevos planteamientos de datada, y espléndidamente vigente en el
degger, Ulam y Dostoyevsky. la información, pero nada ni nadie puede Templo del saber, en la futura Biblioteca
ni debe oponerse al progreso. Los autores universal.
Finaliza el capítulo y el libro con el último nos ilustran del papel que pueden ejercer
apartado, “La erudición digital y el porvenir los preprints en el doble aspecto de no Así concluye este magnífico libro, ensa-
de la escritura”. Advierten los autores imponer a los autores un ritmo de publica- yo lúcido, futurible que, a corto, cortísi-
sobre un planteamiento tan aristocratizan- ción permitir el libre acceso de todos: es mo plazo va a ver cumplidas sus pre-
te como antiguo: el desdén al texto y a su preferible tener la posibilidad de leerlo dicciones.
superabundancia, ya presente en Platón. todo, nos dicen, por mas que sea imposible,
No obstante, la hipertrófica generación de que verse limitados por el filtro de un Alberto Sánchez Álvarez-Insúa
textos obliga a determinadas cautelas para comité de publicación. La ascesis necesaria (Instituto de Filosofía, CSIC)

José María López Piñero


Santiago Ramón y Cajal
Valencia: Universidad de Valencia-Universidad de Granada, 2006. 401 pp.

Si existe una voz autorizada para historiar del azar, como pretendían algunos de sus impulsora y de dirección desde la Presiden-
la Medicina y la Ciencia españolas, y den- coetáneos. Cajal se nutre en el campo his- cia de Junta para Ampliación de Estudios,
tro de ellas la figura impar de Santiago tológico de aquellos que fueron sus maes- dio lugar a que la ciencia española cose-
Ramón y Cajal, es sin duda la del profesor tros y a los que superaría de inmediato. Así chara días de gloria en el campo de la
José María López Piñero. Catedrático de lo señala muy acertadamente López Piñero Fisiología, la Física y la Química y ya, den-
Universidad y creador dentro del CSIC del desde la Introducción del libro, indicando tro de las Humanidades, en la Historia y la
Instituto de Historia de la Ciencia y Docu- las desafortunadas aseveraciones de Orte- Lingüística.
mentación que lleva su nombre, nos ofrece ga al respecto. Y si sus antecedentes fue-
ahora un volumen excelentemente editado ron claros y cualquier historiador de la Estructura López Piñero su libro en once
por su universidad, la de Valencia, y la de Medicina los conoce, sus consecuentes capítulos, precedidos, como ya se ha dicho,
Granada sobre la vida y obra de Cajal, cuya fueron también de la máxima importancia. de una Introducción y completados en su
figura llenaría todo el primer tercio del Cajal creó escuela, y el más importante de final por un utilísimo Índice Onomástico. El
siglo XX en el campo de la histología y de sus discípulos, Pío del Río Horterga, com- excelente papel en el que el libro está
la estructura y funcionamiento del sistema pletó su obra con su descubrimiento del impreso permite la reproducción de un
nervioso, no sólo en España sino a nivel “tercer elemento” del sistema nervioso. abundante material gráfico, del máximo
universal. Hemos hablado de figura impar, y Pero no sólo la obra de Cajal sería ingente interés en el que se alterna fotografías de
sin duda lo fue, pero no única, ni producto en el campo de la neurohistología. Su labor don Santiago y de sus coetáneos junto a

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reproducciones facsímiles de sus escritos, a Rafael Martínez Molina, fundador del cátedra sin lograr, como él esperaba, el
dibujos y publicaciones. Instituto Biológico de Madrid y adelantado éxito. Para colmo, su vida corre de nuevo
Nº 718 en España de la histopatología. Como la peligro; le acontecen una terrible hemopti-
El primer capítulo está dedicado a estudiar lista de nombres sería interminable anote- sis. Tras dos meses de cama y muchas vici-
“La histología en España anterior a Cajal”. mos únicamente algunos: el gran anato- situdes, gana las oposiciones a director
LIBROS

A dicho tema, el autor dedica casi cien mista José María Gómez Alamá al que de los museos anatómicos de la Facultad de
páginas, dando comienzo a su estudio en el sucede en su actividad Elías Martínez Gil. Medicina de Zaragoza cargo para el que
siglo XVII, para concluir en los albores del En 1874, el gran maestro de Cajal, Aurelia- fue nombrado en 1879. Y se casa felizmen-
XX, cuando ya Cajal es una figura indiscu- no Maestre de San Juan funda la Sociedad te con Silveria Fañañás. Su obra científica
tible dentro de la Medicina española. Este Histológica Española; tres años antes, un ha dado comienzo y se consolidará en el
recorrido extraordinario es más que un grupo de naturalistas funda la Sociedad siguiente periodo, al cual el autor dedica
capítulo y podría considerarse un “libro Española de Historia Natural, en cuya labor el siguiente capítulo, “Cuatro años en Valen-
dentro de un libro”, pues su entidad es tal destacó la figura de Ignacio Bolívar Urrutia. cia (1884-1887), punto de partida de su obra
que bien podría haber dado lugar a una A ambas instituciones perteneció Cajal y científica”. Son años de fuerte influencia
publicación a parte. Desfilan por él lo más publicó numerosos trabajos en sus Anales. darwinista en la comunidad científica valen-
granado de la ciencia española, no tan ine- ciana, encabezada por Peregrín Casanova
xistente como demasiadas veces se predi- El siguiente capítulo es muy breve y nos Ciurana, seguidor de Haeckel con el que
ca, desde los microscopistas del siglo XVII relata la “Niñez y adolescencia en el Alto mantuvo una larga relación epistolar. Cajal,
como Crisóstomo Martínez a los fisícoma- Aragón (1852-1869) de Santiago Ramón y tras su llegada, ingresó en el Instituto Médi-
temáticos Juan Bautista Corachán y Tomás Cajal. Le sigue otro, igualmente breve titu- co Valenciano, en cuyo Boletín publicó sus
Vicente Tosca, pues López Piñero no se cir- lado “Estudiante de medicina en Zaragoza primeros artículos científicos. A la importan-
cunscribe únicamente a las ciencias médi- durante el periodo revolucionario (1869- tísima relación con Jaime Ferrán, y el trata-
cas, sino que nos describe también el 1873); al que sucede otro que nos relata la miento del cólera dedica el autor la mayor
conjunto de la investigación española. El experiencia cajaliana como “Médico mili- parte del capítulo.
XVIII, siglo de las Ciencias Naturales y de tar en la tercera guerra carlista y en la de
las grandes expediciones científicas, nos es Cuba (1873-1875)” triste periodo de la Una nueva relación establecerá Cajal, pero
descrito con detalle y reseñados sus más vida de Cajal en el que estuvo a punto de esta vez en Madrid con Luis Simarro
importantes protagonistas: José Arnau, morir de paludismo y disentería. Afortuna- Lacambra, otro de sus maestros, que le
Andrés Piquer, Sebastián Miguel Guerrero damente, su fuerte naturaleza pudo más y enseñaría el método de Golgi, y que López
Herreros Morales y Antonio José Cavani- logró volver a España con la licencia abso- Piñero nos describe el otro breve capítulo,
lles. Resalta el autor el colapso que supuso luta. “La dedicación a la neuro histología y el
para la ciencia española la Guerra de Inde- magisterio de Luis Simarro”. El siguiente
pendencia y el posterior reinado de Fer- “El doctorado y las oposiciones a cátedras está dedicado a la etapa de Cajal en la Ciu-
nando VII y que retrasó la aparición de los de anatomía (1875-1883)” es el siguiente dad Condal, “Cuatro años en Barcelona
primeros tratados al trienio liberal. La capítulo. En esa fechas, la vida de Cajal no (1888-1892): un nuevo concepto sobre la
opresión ideológica del período isabelino es nada fácil. Su novia le abandona y él se estructura histológica del sistema nervio-
cesa tras la revolución del 68 y el decreto recupera lentamente mientras reflexiona so”. La reorganización de 1886 de los estu-
de octubre de Ruiz Zorrilla afirma el prin- sobre un porvenir profesional que se dibu- dios de medicina supuso que la histología
cipio de la libertad de enseñanza. Es justa- ja incierto. Tras una experiencia docente en pasara de ser una asignatura de doctorado
mente cuando Cajal estudió Medicina. La Zaragoza, obligado por su padre, se matri- a integrarse en la licenciatura, generando
creación del Museo Antropológico por cula como alumno libre en la universidad una serie de concursos de traslado. Cajal
Pedro González de Velasco da entrada a madrileña para obtener el doctorado. opta, contra la opinión paterna, a la cáte-
los más insignes histólogos en la Escuela Entrará allí en contacto con Maestre de dra de Barcelona, prefiriéndola a Zaragoza.
de Práctica Libre de Medicina y Cirugía: San Juan, y el 3 de julio de 1877 lee su dis- Cajal completa allí su preparación en ana-
Federico Rubio, Rafael Ariza, Eugenio curso de doctorado sobre Patogenia de la tomía patológica, y publica por fascículos y
Gutiérrez González, Luis Simarro y Leopol- inflamación. De nuevo, por presión pater- dedicado fundamentalmente al alaumna-
do López García. A ellos habría que añadir na, se presentará a varias oposiciones a do, su Manual de Anatomía patológica

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general. Pese a que el autor lo definiera respecto en su correspondencia con Joa- laboratorios extranjeros. El maestro se
como “un resumen sin pretensiones” tuvo quín Costa. Dos décadas más tarde, lamen- entrega al pesimismo, del que dará fe su
nueve reediciones en vida de Cajal y tres taría su participación en el movimiento obra El mundo visto a los ochenta años cuyo
más póstumas. En esas fechas publica regeneracionista. La extraordinaria reper- expresivo subtítulo, Impresiones de un
también sus primeros artículos en el cusión de su obra en todo el mundo le hace arterioesclerótico es bien elocuente. Re-

LIBROS
extranjero. En 1890, y tras un trabajo fre- viajar, pese a sus reticencias iniciales y a su nuncia a las tertulias y a sus largos paseos
nético, publica dieciocho artículos neu- quebrantado estado de salud, a Estados en los que, peripatéticamente, había ela-
rohistológicos, Pero no todo iban a ser Unidos en 1899, para pronunciar una serie borado sus mejores ideas científicas. 1922
venturas, fallece su hija Enriqueta de una de conferencias. Luego, las distinciones se es el año de su jubilación en la cátedra.
meningitis tuberculosa. Cajal asociaría acumulan: la Dirección General de Sani- Conoció sinsabores y también homenajes
durante toda su vida su descubrimiento de dad, a cargo de Cortezo Prieto, crea el Ins- como la concesión, ese mismo año, de la
la estructura histológica del cerebelo a la tituto de Higiene y Seroterapia y Cajal es medalla Echegaray de la Academia de
muerte de la niña. nombrado director; ocuparía el cargo, rea- Ciencias, la edición de un Libro de honor de
lizando una gran labor hasta 1920, en el D. Santiago Ramón y Cajal por la Junta
El capítulo sin duda más importante es sin que le sustituiría Tello, su discípulo dilecto. para Ampliación de Estudios y su plasma-
duda el antepenúltimo, “Dos décadas en En 1905 recibe Cajal la medalla de oro ción en dos monumentos, el de la Facultad
Madrid (1892-1914): un periodo culmi- Helmhotz de la Academia de Ciencias de de Medicina de Zaragoza, obra de Mariano
nante de una vida dedicada a la investiga- Berlín y un año después, en 1906, recibe, Benlliure (1925), y la fuente del Parque del
ción”. Cajal se incorpora a la cátedra de la junto a Camillo Golgi, el Nobel de Fisiolo- Retiro, realizada por Victorio Macho (1926)
Facultad de Medicina de Madrid en abril de gía y Medicina. Ese mismo año Moret le que le produjo un cierto desagrado. Flan-
1892. Goza ya de gran prestigio científico, ofrece la cartera ministerial de Instruc- queado por sus discípulos Tello y Castro,
se desenvuelve en un grupo de seguidores ción Pública, y aunque en principio acep- Cajal continúa publicando sucesivos com-
de la nueva medicina de base experimental ta e incluso prepara un programa de pendios técnicos y también sus libros de
y cuenta con el apoyo de Julián Calleja, política científica y universitaria, pronto carácter literario y aquellos que podemos
decano de la facultad y presidente de sus recapacita y declina la invitación. Acepta- considerar como memorias y recuerdos.
últimas oposiciones, que consigue allegar rá, en cambio, la presidencia de la Junta Rodeado de sus deudos y de sus discípulos
los fondos necesarios para el montaje de para Ampliación de Estudios e Investiga- fallece el 17 de octubre de 1934, a las once
un nuevo laboratorio histológico. El autor ciones Científicas, cargo que ocuparía menos cuarto de la noche.
enumera, uno tras otro, a los compañeros durante un cuarto de siglo. Continúa
de cátedra de Cajal, nos da noticia de sus López Piñero relatándonos las contribucio- Tras reseñar la muerte del maestro, el libro
sucesivas publicaciones, nos describe sus nes histológicas del maestro hasta llegar a llega a su final reseñando la segunda obra
nuevas técnicas como la doble impregna- los años 1912-1914. Cajal ha cumplido ya más importante de Cajal, “La escuela histo-
ción argéntica y el método del azul de me- los sesenta años pero todavía idea nuevas lógica española” y enumerando a aquellos
tileno de Ehrlich, nos habla de la redacción técnicas como el formol-urano y el oro que fueron sus discípulos: su hermano Pedro,
de algunos textos de carácter teórico y de sublimado, innovaciones que serían funda- el salmantino Domingo Sánchez Sanchéz, el
su participación en diferentes congresos y mentales para los trabajos de Nicolás aragonés Francisco Tello Muñoz, el madrile-
reuniones científicas. Viaja a Londres y se Achúcarro y Pío del Río Hortega. ño Fernando de Castro Rodríguez, el arago-
alojará allí, durante dos semanas, en casa nés Rafael Lorente de No. Mención a parte
de Sherrington. En 1897, Cajal inicia la El periodo final cajaliano nos es descrito en merecen dos grandes sabios, el bilbaino
publicación de su gran tratado Textura del el capítulo anteúltimo, “Las dos últimas Nicolás Achúcarro Lund, cuya prematura
sistema nervioso del hombre y de los verte- décadas (1914-1934): declinación de un muerte privó a España de uno de sus mejo-
brados, tema que el libro ilustra con dos gran sabio”, es decir el que comprende la res científicos, y el vallisoletano Pío del Río
excelentes esquemas de Cajal. Un año más Primera Guerra Mundial, el período de Hortega, figura a la que hemos tenido el pri-
tarde tiene lugar el gran desastre colonial entreguerras y el fallecimiento de Cajal. El vilegio de dedicar algunos de nuestros traba-
que desalienta a don Santiago terrible- primero de los eventos altera profunda- jos, y que completaría la obra de Cajal con
mente. Ha llegado el momento de “regene- mente a Cajal como hombre y como cien- sus trabajos sobre “el tercer elemento de los
rar” España, y Cajal expone sus ideas al tífico, interrumpiendo su diálogo con los centros nerviosos”, es decir la neuroglía y la

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oligodendroglía. Pese a sus iniciales en- al que López Piñero dedicó un estudio libro excepcional pasarán mucho años antes
frentamientos, la relación final entream- memorable, dedica ahora las últimas de que nadie pueda añadir algo a la ingente
Nº 718 bos fue cordial y don Pío, en palabras del páginas de su libro. labor de su autor y fruto de su enorme
autor que suscribimos plenamente, madurez científica e historiográfica.
“mantuvo siempre frente a Cajal una pos- Ni en ciencia, ni en historia, ni en biogra-
LIBROS

tura de respeto y admiración rayana en fía alguna se tiene dicha nunca la última Alberto Sánchez Álvarez-Insúa
una veneración enfermiza”. A Río Hortega, palabra. Pero tras la publicación de este (Instituto de Filosofía, CSIC)

BAUTISTA, Amalia
Tres deseos. (Poesía reunida)
Prólogo de Jorge Valdés Díaz-Vélez. Sevilla: Renacimiento, 2006. 208 págs.

La Editorial Renacimiento de Sevilla, que digresión, el único comentario, ni la única aquella que tiene una alta calidad, como la
dirige el poeta, ensayista, editor y librero presentación del libro y de su autora. En el de Amalia, el tiempo, ese acontecer despro-
anticuario Abelardo Linares, publica ahora, texto de la primera solapa, el editor, Abe- visto de espacio, como definía Jaspers, está
dentro de su “Colección Renacimiento”, lardo Linares, analiza con gran agudeza a presente en todos y cada uno de los poemas
“Serie Antologías” la opera omnia de la poe- la poeta y a su obra. Veamos la primera de y también en el salto de uno a otro de los
ta Amalia Bautista (Madrid, 1962) como sus aseveraciones: poemarios. Pero volvamos al prólogo de Jor-
volumen décimosexto de la serie en la que ge Valdés Díaz-Vélez, cuya primera defini-
figuran Luis García Montero, Karmelo C. Iri- Un poeta puede tener cien virtudes y ción no puede ser más exacta: el volumen es
barren, Vicente Núñez, Carlos Marzal, Juan ser, a pesar de todo, un mal poeta, del “un trecho de la vida escriturada”, de la tra-
Luis Panero, Luis Alberto de Cuenca, Rafael mismo modo que puede tener lo que yectoria vital y literaria de Amalia. Hay una
de León, Ricardo Defarges, Luis Antonio de llaman mil defectos y ser, en realidad, gran diferencia entre su primer poemario,
Villena, Juan Gil-Albert, Claudio Rodríguez, un gran poeta. Cárcel de amor (1988) y el que sigue, y el
Agustín de Foxá, Ángel Pariente y César otro, y el otro, hasta finalizar en el último
Simón. A ellos seguirán Andrés Trapiello, Y continúa: publicado en 2005 y en los inéditos que
Vicente Gallego, Julio Martínez Mesanza, constituirán el próximo. Hay, claro está, un
Jon Juaristi, Miguel D’Ors y Eloy Sánchez La poesía de A. B. resulta estrictamen- hilo conductor, una inmanencia poética y
Rosillo, que añade a su nombre unos puntos te imprescindible para conocer la poe- vital que es, lógicamente, la propia Amalia.
suspensivos que hacen pensar en futuras y sía actual, es decir, la poesía, pues Pero sigamos escuchando a su prologuista:
deseables entregas, aún por determinar. toda poesía que nos llega es siempre
actual. En cada poema Amalia Bautista construye el
Dos aspectos son de interés al analizar la arco de tensión de un yo poético reconocible
relación de los antologados. El primero su Y concluye: con la claridad que logra traducir en yo plu-
diversidad de todo orden, algo en extremo ral. Ahí el lector contempla, con la lucidez del
encomiable, y el segundo que, en este uni- Sólo sé, si algo sé, que la poesía de A. asombrado, otra cara de su propio espejo.
verso poético masculino, nuestra autora B. está hecha de tiempo y para durar
sea la primera y única mujer, al menos has- en el tiempo. Efectivamente, leyendo sus versos, nos re-
ta la fecha. conocemos. Un hombre es todos los hom-
Nada más cierto que las anteriores consi- bres, aseveraba Borges. Son versos, se nos
Hemos indicado al hacer la descripción del deraciones de Linares. Adelantando acon- dice, “engendrados en el latido de silencio-
libro en la cabecera que está prologado por tecimientos, decir que la poesía, como el sas soledades”, porque todo poeta y, en de-
Jorge Valdés Díaz-Vélez. Pero no es la única ser del hombre, está hecha de tiempo, y en finitiva, lo sea o no, cualquier hombre está

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condenado a la soledad, a no participar del Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso de la bellísima novela de Manuel Puig, y de
otro. “Yo, que tantos hombres he sido/ no he que no me canso nunca de escucharlo. su boca brotan esos hilos de seda que nos
sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía Repíteme otra vez que la pareja envuelven y nos atrapan. Pasará sólo un año
Matilde Urbach”, nos dice “Le regret de Hera- del cuento fue feliz hasta la muerte, hasta el siguiente: Estoy ausente (2004),
clite” de nuevo Borges. Pero adentrémonos ya que ella no le fue infiel, que a él ni como decía Garcilaso. La poeta ha entrado

LIBROS
en la poesía luminosa y terrible de Amalia. [siquiera ya en la casita de chocolate para encontrar-
Cuando publica Cárcel de amor tiene ya vein- se le ocurrió engañarla. Y no te olvides se con la bruja caníbal y, abandonada toda
tiséis años. Se pueden escribir, y de hecho se de que, a pesar del tiempo y los esperanza, sentir en la boca el sabor terrible
escriben, versos antes, pero está bien empezar [problemas, de la “Negra bilis” de la mentira:
cuando se está enamorada, cuando se está se seguían besando cada noche.
presa en una “Cárcel de amor”, cuando Cuéntamelo mil veces, por favor: […] Pobre Amalia,
es la historia más bella que conozco. tan fría y racional en apariencia,
[…] me has encerrado en este cuarto tan vulnerable corazón adentro. […]
en el que me visitas por las tardes. Es preciso fabular o componer versos para
Me traes dulces y libros, y me hablas seguir viviendo, a sabiendas de escuchar Era todo mentira y me convenzo
de arte y literatura. Al despedirte mentiras. Y una sola verdad, los pies de los en el momento más inoportuno.
me das un paternal beso en la frente niños, de los hijos, esos bollos de manteca El amor no era amor. Eran los besos
y así hasta el otro día […] que uno no se cansa de besar: una manera de apagar la sed. […]

Mujer encerrada en la cárcel del amor, Qué feos son los pies de todo el mundo, […] Eres capaz de transformar el aire
mujer niña que reivindica su ser adulto y menos los de mis hijas. Qué bonitos en alquitrán, de provocar el odio
pleno. Dos influencias claras en este primer son los pies de mis niñas. […] a la vida y el ansia de la muerte,
poemario, las de Luis Alberto de Cuenca, el Los tienen a estrenar. Y me conmueve […] Ya es hora
amigo de toda una vida, y de Julio Martí- pensar en cada paso que aún no han de que vayas buscándote otra víctima.
nez Mesanza, el poeta que la ha comparti- dado. En mi alma no cabe
do y con el que ha alumbrado a sus dos ni media gota más de ese veneno.
hijas, a las que dedica el libro, y que inspi- Los niños todavía no han hecho de la vida un
ran todos y cada uno de los versos del caminar. “Los pasos que aún no han dado” es ¿Es posible volver a ver la Luz del mediodía
segundo poemario, Cuéntamelo otra vez un hallazgo poético que me ha conmovido. En (2005)? Amalia nos dice que sí, que la feli-
(1999). “¡Otra vez, otra vez…!”, gritan los este poemario empieza la desesperanza de cidad todavía es posible. Hay, en un recón-
niños, y hay que volver a contarles el cuen- Amalia, el presentir su condición de “ser hacia dito mercado indio, tal vez en Madrás o en
to que tanto les gustó. No es extraño que la muerte”. Da la vuelta a los cuentos que Benarés, un recóndito tenderete, entre
la cuentacuentos, la Sherezade de las Mil cuenta a sus hijas. En la puerta de “La casita de cuyas baratijas se esconden tres monedas
Noches y Una Noche se agote en el relato: chocolate” ve, como Dante, que hay que dejar herrumbrosas que al entrechocarlas en la
fuera toda esperanza; y Caperuza descubre una mano nos concede cada una un deseo. Hay
Llevo casi mil noches fabulando, frase terrible en el aullar del lobo: “Al otro lado una seca, amputada y tenebrosa pata de
me duele la cabeza, tengo seca de este bosque, niña, / sólo espera la casa en mono, al menos eso nos cuenta W. W.
la lengua y agotados los recursos la que mueres”. Y el poemario concluye con la Jacobs, que también nos los conceden.
y la imaginación. Y ni siquiera frase de la Sagan: “Buenos días, tristeza”. Pero hay que tener cuidado de que los
sé si me salvaré con mis mentiras. deseos no se transformen en algo terrible.
Y de nuevo, el silencio. Cuatro años pasan Debemos matar al dragón y dormir tran-
Hay un largo silencio, tal vez excesivo, hasta la publicación de Hilos de seda quilos. Tres deseos que son:
entre el primer poemario y el segundo. (2003), salidos del huso y la rueca de la
Pero el silencio también es poesía. Se poeta. Poemas sin nominar de los que el Ver el alba contigo,
hacen versos cuando se tiene la necesidad editor, para construir el índice, transcribe ver contigo la noche
de hacerlos, cuando es preciso seguir cre- sus primeros versos. Amalia se ha converti- y ver de nuevo el alba
yendo en el amor y en la vida. do en mujer araña, parafraseando el título en la luz de tus ojos.

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ARBOR CLXXXII 718 MARZO-ABRIL [2006] 289-302 ISSN: 0210-1963
El amor ha vuelto cuando más se al del miedo, al del frío, al de la […] Dime cuál es el puente que
[necesitaba. [angustia. […] [separa
Nº 718 Todos necesitamos que nos quieran. Los siete Pecados (2005) se han trans- tu vida de la mía,
Algunos infelices, sin embargo, formado en ocho, por que hay que en qué hora negra, en qué ciudad
no sabemos vivir para otra cosa. añadir el rencor, esa pasión infame y [lluviosa,
LIBROS

destructora que hay que desechar: en qué mundo sin luz está ese puente,
El amor ha vuelto y hay que regarlo y y yo lo cruzaré.
vivificarlo con la sangre derramada del […] Lo peor nos sucede
dragón: Trayectoria poética, Amalia se ha libera-
cuando la oscuridad se hace completa. do de sus primeras influencias y ahora
Ha llegado la hora de matar al dragón, […] Cierra las puertas al rencor. vuela sola por el cielo de los poetas; y
Al dragón de la culpa y al dragón del Si logra visitarte, se queda para siempre. trayectoria vital. Casi veinte años de vida
espanto, y de poesía.
al del remordimiento estéril, al Hemos llegado al final del libro y sólo
[del odio, restan un grupo de inéditos. Cerramos Alberto Sánchez Álvarez-Insúa
al que devora siempre l a esperanza, este análisis con el último: (Instituto de Filosofía, CSIC)

VV. AA.
Filología y lingüística. Estudios ofrecidos a Antonio Quilis
Madrid: CSIC-UNED-Universidad de Valladolid, 2006, 2 volúmenes, 2.180 pp.

Precedidos por una fotografía del tristemen- GRAMÁTICA, dieciocho, LÉXICO Y SEMÁNTI- Biblioteca Nacional, la Asociación española
te desaparecido profesor Antonio Quilis, CA, quince, VARIACIÓN, que agrupa los tra- de Estudios del Pacífico, Embajadas y Conse-
gran maestro de la Fonología española, tres bajos relacionados con Filipinas y América jerías de Educación. La participación interna-
instituciones, el CSIC, la UNED y la Universi- del Sur, veintiuno. Este último apartado da cional está lógicamente centrada en las
dad de Valladolid acaban de editar dos grue- cierre al primer volumen que, siguiendo el universidades americanas: México, Venezue-
sos volúmenes en su memoria, pero previstos planteamiento del primero, nos ofrece hasta la, Costa Rica, Ecuador, Perú, Argentina y
desde antes de que nos sorprendiera a todos cinco apartados más: HISTORIA DE LA LEN- Puerto Rico, varias de Estados Unidos, Filipi-
su rápida desaparición. Así nos lo recuerda GUA, con doce artículos, LINGÜÍSTICA GE- nas, Japón, Corea y una notable representa-
en “Ab imo cordis” César Hernández Alonso, NERAL con siete, LINGÜÍSTICA APLICADA. ción de las europeas: Francia, Italia, Suecia,
texto que antecede a todos los demás y que ANÁLISIS DEL DISCURSO, con seis, HISTO- Bulgaria, Holanda y Reino Unido.
va seguido por una completa Bibliografía de RIOGRAFÍA con diecisiete y, finalmente, LITE-
Antonio Quilis que corre a cargo de Marga- RATURA con veinte. Por supuesto, los ciento Cierra el segundo volumen una tabla gratu-
rita Cantero y Celia Casado-Fresnillo. Tras treinta artículos son obra de otros tantos latoria que reúne, de nuevo, a la práctica
ambos apartados, se incluyen hasta siete especialistas de todo el mundo. Solamente totalidad de los científicos relacionados con
dedicatorias de María Vaquero, Alonso una figura científica con la proyección inter- los múltiples campos de trabajo del profesor
Zamora Vicente, Juan María Díez Tabeada, nacional de Antonio Quilis podía agrupar a la Quilis.
Gregorio Salvador, Joaquín Benito de Lucas, práctica totalidad de las universidades espa-
Pilar Ruiz-Va Palacios y Antonio Quilis Sanz. ñolas y de Europa, Asia y América en su Merecido homenaje, entrañable recuerdo de
homenaje. Lo encabezan, por número de tra- un gran maestro y conjunto excelente de tra-
El resto de los trabajos se estructura en bajos, las tres entidades coeditoras, el CSIC, la bajos, todo ello da a esta publicación una
varios apartados que se corresponden con UNED y la Universidad de Valladolid, y a ellas dimensión y una importancia extraordinarias.
aquellas que fueron las grandes inquietudes se unen, como ya se ha dicho, el resto de
y trabajos científicos de Quilis: FONÉTICA nuestras universidades y diversas institucio- Julia María Labrador Ben
Y FONOLOGÍA, agrupa catorce artículos, nes como la RAE, el Instituto Cervantes, la (Facultad de Filología, UCM)

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