formado por la cabeza, pecho y garras de águila, con patas traseras y cola de león. A veces se la representaba con orejas puntiagudas en la cabeza. Se decía que era un león con alas de tamaño gigante. Los poderes del grifo residen en su fuerza descomunal, que equivalía a la de 8 leones, por eso en ocasiones se lo representa con bueyes atrapados entre sus garras. Generalmente, gracias a su portentosa fuerza se decía que vigilaba tesoros y oro enterrado en las montañas.