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Resistencia Elemental de Materiales

1. Definiciones fundamentales

1.1 Introducción

La tarea de la resistencia de materiales consiste en determinar las solicitaciones a las


que están sometidas los elementos de máquinas y estructuras, de manera que luego se
puedan determinar sus dimensiones (es decir poderlas dimensionar) teniendo en cuenta
la seguridad y confiabilidad de ellas sin olvidar al mismo tiempo también el importante
aspecto económico.

Como veremos mas adelante -esta tarea solamente puede ser resuelta- si abandonamos
la idealización realizada en la estática, es decir que los cuerpos se comportan como
“cuerpos rígidos”; en la resistencia de materiales se tiene que tomar en cuenta la
deformación de las estructuras y elementos de máquinas. Para analizar tendremos que
realizar algunas restricciones y asumiremos que las deformaciones o el cambio de forma
de las estructuras (o elementos de máquinas), serán pequeñas en comparación con las
dimensiones de los mismos.

Fig. 1.1 Viga en Voladizo

Se entiende como “deformación de las estructuras”, a la totalidad de los


desplazamientos que los puntos materiales de la estructura sufren cuando están
sometidos a la acción de fuerzas externas. Una viga en voladizo como se aprecia en la
Fig.1.1, sufrirá una deflexión cuando ella es sometida a la acción de una fuerza puntual
F siendo la configuración punteada la actual. Dando el desplazamiento u en dirección x
y w en dirección z, para cada punto material P ( x; z ) queda totalmente definida la
deformación de la viga, específicamente en el plano x – z. El punto material P (l ; 0 ) ,
donde actúa la fuerza puntual F, se deforma como consecuencia de la solicitación hacia
P ′ (l + u (l ) ; w (l )) .

La magnitud de la deformación depende -como sabemos por la experiencia- no


solamente de la solicitación, sino también del material empleado. La deformación será
diferente según el material utilizado, por ejemplo si la viga está hecha de acero o de
madera. Para la mayoría de los materiales utilizados en la tecnología como el acero,
metales, madera, concreto o materiales poliméricos; el resultado es por lo menos, para el

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caso de una operación normal suficientemente exacto, bajo la suposición de pequeñas
deformaciones.

A los elementos fabricados con dichos materiales los denominaremos cuerpos sólidos
en contraposición de los cuerpos rígidos, que en realidad no existen. La limitación de
pequeños desplazamientos tiene una importancia fundamental: puesto que las
ecuaciones iniciales para el estudio de la resistencia de materiales, son las condiciones
de equilibrio de la estática, es importante que tomemos con suficiente exactitud esas
condiciones para el cuerpo sin deformar, de tal manera como se dice, utilicemos la
teoría de primer orden para los cálculos. Esto solo es posible (Figura 1.1.) si las
deformaciones son pequeñas, de otra forma la tarea sería muy complicada puesto que
las dimensiones del cuerpo deformado -donde se plantean las condiciones de equilibrio-
de antemano no son conocidas. Aparte de algunos casos especiales, existe un grupo de
fenómenos importantes problemas de estabilidad en donde se tiene que plantear las
condiciones de equilibrio en el cuerpo deformado, para poder determinar la solución
(teoría de segundo orden).

Para poder evaluar la resistencia de un componente, es necesario conocer los esfuerzos


internos de dicho elemento. La determinación de dichos esfuerzos es solo posible para
sistemas isostáticos sencillos, los cuales son independientes de la deformación del
cuerpo. Ya la determinación exacta de los esfuerzos en una viga prismática según
Figura 1.1 es una tarea complicada. Sin embargo, se puede determinar de una forma
sencilla con suficiente exactitud, si introducimos algunas hipótesis sencillas para la
deformación como veremos en el capítulo 3.

Inclusive para casos sencillos se debe tener mucho cuidado, como muestra el ejemplo
de la figura1.2, en el cual una barra de sección A = bh, está sometida a la acción de una
fuerza de tracción F.

Fig. 1.2 Barra sometida a tracción

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Si realizamos un corte “s – s” a una distancia suficientemente alejada de los extremos
de la barra, entonces para la barra lisa, según figura 1.2a), existirá una distribución
uniforme del esfuerzo de tracción σ a = F A , como consecuencia de las condiciones de
equilibrio, pero si la barra según figura 1.2b) muestra entalladuras, entonces con ayuda
de las condiciones de equilibrio F = ∫ σ b dA = σ min A se puede determinar, para la
A
posición donde se encuentran las entalladuras, una distribución media del esfuerzo
σ min = σ a tomando la misma sección A de la barra mostrada en la figura 1.2a.

Sin embargo, la distribución real del esfuerzo σ b no es para nada uniforme, en la


posición donde se encuentran las entalladuras, a lo largo del peralte de la barra, , sino
más bien según cálculos complicados, donde se considera la deformación será como se
muestra en la figura 1.2b.

A pesar de que la distribución de los esfuerzos son estáticamente equivalentes arrojan


solicitaciones diferentes del material como consecuencia de las entalladuras, surgen
concentradores de esfuerzos, los cuales harán que la barra b) falle antes que la barra a) a
pesar de que ambos poseen la misma sección, sin embargo la relación σ b σ min en el
extremo es solamente relevante para alcanzar el límite de elasticidad, por encima de ella
el concentrador de esfuerzos en la base de la entalladura disminuirán como
consecuencia de una deformación plástica, de tal forma que la barra con entalladuras
podrá resistir una mayor solicitación a la mostrada en la figura 1.2b.

También en la posición donde actúa la fuerza F existe una distribución de esfuerzos,


para su determinación se tendrá que tomar en cuenta la deformación, de igual forma que
en las inmediaciones de la posición donde actúa la fuerza F en la viga según figura 1.1.

En la mayoría de los casos no es posible calcular estos esfuerzos locales, de tal manera
que se tiene que recurrir a experimentos. Sin embargo estos esfuerzos localizados están
limitados a pequeños contornos de la posición de acción de la fuerza, la cual es
plausible y puede ser demostrado experimentalmente. Esta experiencia fue planteada
por el científico francés Saint-Venant (1797-1886), que se conoce como el Principio de
Saint-Venant, el cual dice: “Sistemas de fuerzas estáticamente equivalentes, son en
distancias suficientemente alejadas del punto de acción de las fuerzas iguales con
respecto a los esfuerzos y deformaciones”.

Lo que se entienda por una distancia suficiente, depende de cada caso en particular.
Para la viga de la Figura 1.1 está región está limitada por ejemplo a una deformación
longitudinal equivalente al peralte h de la viga.

Hay que mencionar que para el cálculo de los esfuerzos en sistemas hiperestáticos, es
necesario tomar en cuenta la deformación del cuerpo.

La relación necesaria entre los esfuerzos y deformaciones se obtiene de las Leyes


Constitutiva. La Ley más sencilla entre ambos está dada por la ley de proporcionalidad
para una carga y descarga del cuerpo, dicha ley se conoce como la Ley de Hooke para
materiales elásticos.

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Dicha ley se cumple con gran exactitud para la mayoría de los materiales utilizados en
la técnica.
En este estudio no tomaremos en cuenta los cuerpos que sufren una deformación
permanente, es tarea de la teoría de plasticidad.

Finalmente, tenemos que mencionar que una de las condiciones fundamentales de la


teoría de resistencia de materiales elemental, es que la aplicación de la carga se aplica
lentamente desde cero hasta el valor final. Este tipo de solicitación la denominaremos
carga estática -a diferencia de una carga dinámica- las cuales generan vibraciones.

Dicha diferencia la explicaremos en uno de los modelos más sencillo, es decir un resorte
con una carga en uno de sus extremos, tal como se muestra en la figura 1.3b.

Primeramente se coloca el peso G en uno de los extremos del resorte sin deformar (ver
figura 1.3a) y se deja que se deforme lentamente con ayuda de un apoyo, de tal manera
que en todo momento se produzca un equilibrio estático, hasta alcanzar el estado de
equilibrio final entre el peso y la fuerza del resorte Fest = G = kf .

Fig. 1.3 Resorte sometido a carga estática y dinámica

Por el contrario se tiene una carga dinámica del resorte según figura 1.3c en donde
igualmente se coloca el peso G en uno de los extremos del resorte sin deformar y luego
se deja actuar el peso sin ninguna restricción, de manera que desde el inicio actúa la
fuerza en su totalidad.

Esto ocasionará que el peso realice vibraciones con una amplitud a = f alrededor de la
posición de equilibrio estático.

La fuerza del resorte oscilará entre F = 0 y la fuerza dinámica Fdin = 2kf = 2 Fest .

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La máxima fuerza dinámica del resorte y por lo tanto la máxima solicitación del resorte
en este caso será el doble que la carga estática. Naturalmente pueden surgir mayores
solicitaciones dinámicas, si al peso se le da una determinada velocidad inicial, para que
inicie su movimiento es decir aquí se tendrá una carga impulsiva. Para la solicitación
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estática el peso G genera el trabajo G f , el cual se convierte en una energía elástica
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del resorte k f 2 = área del diagrama F – x y luego de una descarga se puede
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recuperar toda esa energía.

Durante el movimiento hacia abajo el peso G genera el trabajo 2Gf, puesto que dicha
carga actúa con todo su dimensión desde el inicio. El trabajo acumulado en el resorte es
2kf 2 y se convierte en energía potencial del peso G cuando este retorna a la posición
inicial, ambos procesos son reversibles, siempre y cuando utilicemos un resorte elástico.

El comportamiento elástico de un material no solamente está dado por la


proporcionalidad entre los esfuerzos y las deformaciones, sino que además el proceso es
reversible. En la resistencia elemental de materiales, se estudiará por el momento
solamente con cargas estáticas.

Luego de estas consideraciones iniciales queda claro que una determinación exacta de
las solicitaciones de elementos de máquinas y de construcción, traerá problemas
matemáticos difíciles de resolver, sin embargo para llegar a la meta, se tendrá que
liberar el problema de las influencias “no deseables”; teniendo siempre en cuenta, que
dichas simplificaciones no nos alejen demasiado de un cálculo práctico de la realidad.

Algunas de dichas simplificaciones ya las hemos mencionado con anterioridad, sin


embargo una gran parte de los elementos utilizados en la ingeniería civil y mecánica,
pueden ser representados por formas sencillas, como son por ejemplo elementos lineales
como barras y vigas, ya sea con ejes rectos o curvados y estructuras, como son las
láminas, placas y cáscaras, en donde las láminas y placas tienen una sección media
plana y las cáscaras tienen una sección media curvada. Láminas y placas se diferencian
solamente por la forma como actúa la carga. En las primeras la carga actúa paralela a la
sección media y en las placas la carga es perpendicular a la sección media. El estado de
esfuerzos y deformaciones de dichos elementos se puede determinar prácticamente con
gran exactitud, siempre y cuando se tome solamente en cuenta la deformación de eje de
la barra o viga o en el caso de las placas o cáscaras la deformación de la sección media.

Sin embargo, si dichas idealizaciones no son aceptables o a pesar de las


simplificaciones, el tiempo de cálculo se hace inabordable y por lo tanto desde el punto
de vista ingenieril no es rentable, entonces para la determinación de la solución no
queda otro camino que la experimentación, para corroborar los planteamientos teóricos
complicados. Los métodos modernos de medición y simulación son una alternativa
para corroborar las relaciones de solicitación ya sea en un modelo de prueba o en
condiciones normales de trabajo.

De antemano tenemos que tener en cuenta, que solamente podremos medir


deformaciones más no esfuerzos.

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Recapitulando, se puede mencionar tres conceptos que para la solución de los
problemas de la resistencia de materiales son fundamentales, y que inicialmente los
estudiaremos en forma independiente:

1) Estado de esfuerzos.
2) El estado de deformaciones que se generan de las relaciones geométricas.
3) Las relaciones físicas entre los esfuerzos y deformaciones, que se determinarán
mediante experimentos, es decir predicciones sobre el comportamiento de los
cuerpos sólidos bajo la acción de cargas.

El último punto es tan amplio que existe una disciplina propia denominada ciencia de
los materiales. De este campo solamente nos restringiremos a relaciones sencillas entre
los esfuerzos y las deformaciones.

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