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Las artes textiles se manifiestan principalmente en 

tejidos y bordados. Un tejido es una


obra de telar compuesta por varios hilos dispuestos en trama y urdimbre. Según la
multiplicidad o el entrelazamiento de los hilos se obtienen distintos tipos de tejidos, como
el tafetán, sarga, raso, satén, seda, terciopelo, damasco, percal y otros. Estas telas
pueden ser naturales o estampadas, al aplicar tintes sobre el tejido. Los bordados son
labores en relieve realizadas con aguja sobre tejidos ya confeccionados.8 Los materiales
más comunes para la elaboración de telas han sido históricamente la lana y la seda —de
origen animal— y el algodón, el lino y el cáñamo —de origen vegetal—; más
recientemente aparecieron las fibras sintéticas y artificiales, como la acrílica, el nailon,
el rayón y el poliéster.9
Un factor de relevancia en la moda es la estética, las diversas apreciaciones de gusto,
tanto individual como colectivo, aplicados a los diversos elementos que intervienen en la
vestimenta: forma, color, material, ornamentos, etc. La moda tiene un fuerte componente
social, por cuanto el ser humano vive en sociedad y se rige por normas y costumbres de
aceptación general; pero también tiene un componente individual, por cuanto cada
persona adapta su vestuario a su gusto personal y crea con ello su propia imagen, que
puede estar más o menos en consonancia con el gusto general, por lo que puede ser una
seña de diferenciación individual. La vestimenta produce diversos efectos estéticos, tanto
en quien la lleva como en quien la observa: de prestigio (uniformes militares, togas
de magistrado, batas de médicos), sensación de cuidado personal, de elegancia —que
llevada al exceso puede devenir en dandismo—, de inconformismo —quien se sale de la
moda al uso—, etc.10
En su aspecto sociológico, la moda es un fenómeno social que aglutina aspectos
psicológicos, políticos, económicos y de otra índole, así como de gusto y estilo.
Según Georg Simmel (Filosofía de la Moda, 1905), la moda es «una continua emulación
de los grupos prestigiosos», por cuanto las clases inferiores buscan emular a las
superiores y estas intentan desmarcarse de nuevo para diferenciarse del resto de la
sociedad, con la sola excepción de sociedades primitivas y de castas. Por todo ello, la
moda es un proceso en continuo cambio, donde tiene un papel esencial la innovación y la
originalidad. Como factor selectivo se sitúa el gusto, del que depende la aceptación o el
rechazo de nuevas propuestas. De ella se deriva el estilo, entendido como formas de
expresión reconocibles en un momento y lugar determinados. Cabe señalar que la moda
en indumentaria corre paralela generalmente a otras formas de expresión sociales y
culturales, como el arte, la literatura, la música, la peluquería, la decoración, etc.11
La difusión de la moda ha corrido por diversas vías a lo largo del tiempo: en tiempos
antiguos, las sociedades entraban en contacto a través del comercio, alianzas políticas,
conflictos militares, delegaciones diplomáticas y diversos procesos sociales de intercambio
cultural; en la Edad Media, el libro manuscrito ilustrado fue el principal medio difusor; en
la Edad Moderna, la aparición de la imprenta y el auge del grabado permitieron la difusión
de nuevos estilos a través de la imagen. Desde el siglo XVIII, Francia adquirió la hegemonía
en moda y personajes como Madame de Pompadour o María Antonieta marcaron las
directrices en moda de su tiempo. Entonces aparecieron las primeras publicaciones sobre
moda, que llegaban a un público más numeroso. En el siglo XIX aparecieron los primeros
almacenes, así como los viajantes de moda, que ofrecían las últimas novedades puerta a
puerta. Con la Revolución Industrial, los nuevos procesos técnicos permitieron un auge de
la producción y una distribución cada vez mayor a todos los ámbitos sociales. A finales de
esa centuria aparecieron los primeros modistas y el concepto de «alta costura»,
caracterizado por desfiles de temporada para la exhibición de novedades, mediante
«modelos» o «maniquíes» que lucen la ropa ante los clientes. Surgió entonces la
dicotomía entre los modelos únicos y la fabricación en serie, cada una de ellas orientada a
un determinado nivel adquisitivo. En el siglo XX la moda se volvió más simple y funcional,
al tiempo que los nuevos adelantos tecnológicos permitieron poner productos de calidad al
alcance de más capas de la sociedad. Los nuevos medios de comunicación de masas,
como el cine y la televisión, ayudaron cada vez más a la internacionalización de la moda,
creando una moda global a nivel mundial.12

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