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Maestro Jose Briceño

MINISTERIO DE LA ENSEÑANZA Y LA EVANGELIZACIÓN “JESÚS SOBERANO SEÑOR”


ASOCIACIÓN CIVIL SIN FINES DE LUCRO, CON PERSONERÍA JURÍDICA, INSCRITO EN
EL MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EL INTERIOR Y JUSTICIA, DIRECCIÓN DE
JUSTICIA Y CULTO. MAESTRO: JOSÉ N. BRICEÑO A. DIRECTOR PRESIDENTE

EL PODER DE LA JUSTICIA PARTE #2


abril 07, 2011

EL PODER DE LA JUSTICIA PARTE #2


¿QUÉ ES LA JUSTICIA?

Desde el punto de vista teológico la justicia es: El estado y propiedad de Dios que el hombre
obtiene por medio de la fe en el sacrificio sustitutivo que Jesús llevó a cabo en la Cruz, y que
se da por medio de un proceso que se llama justificación.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el
justo por la fe vivirá” Romanos 1:17.
“justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.” Romanos.5:1.
Aplicándolo al creyente, Justicia es: El estado de uno que es justificado y declarado justo,
quedando absuelto del estado de condenación en el que se encontraba. Esto es resaltado por
el Apóstol Pablo en la carta que escribe a los Corintios.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en Él”. 2ª Corintios. 5:21.
El término “Fuésemos hechos”, que aparece en el pasaje tiene que ver con un estado que nos
da una posición. Según el desarrollo del texto, dicha posición es de justicia la cual me
declara justo.
Debemos dejar en claro que la Biblia en ninguno de sus escritos declara, que el creyente una
vez siendo justificado es un pecador, lo que sí está registrado es que como creyentes
justificados pecamos. El Apóstol Juan es muy claro en el asunto en cuanto a la justicia como
posición del creyente. Él Apóstol afirma que un hijo de Dios después de ser regenerado
puede pecar, pero ese acto de pecado no lo hace un pecador.

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,…”  1ª
Juan. 2:1.
Como la justicia es producto de la justificación, debemos analizar desde el punto de vista
etimológico que es justificación
etimológico que es justificación.

¿QUÉ ES LA JUSTIFICACIÓN?
Es el proceso o el plan que Dios ha desarrollado y llevado a cabo a través de la vida,
sacrificio, muerte y resurrección de Jesucristo para justificar al hombre. Romanos 4:2.5.
La justicia imputada es la base y resultado de la justificación. De acuerdo a su uso en el
Nuevo Testamento, las palabras “justicia” y “justificar” vienen de la misma raíz. Dios declara

justificado para siempre a aquel que Él ve en Cristo. Este es un decreto equitativo que emana
de la justicia misma de Dios, ya que la persona justificada está vestida de la justicia divina.
La justificación, no es una ficción, (algo ficticio) o un estado emotivo del creador; sino más
bien una consideración y decisión inmutable en la mente de Dios y que llevo a cabo a través
de su hijo.
Igual se da con la justicia imputada como propiedades y resultado de la justificación, no es
ficticia, vana, superflua, débil, endeble, variante. Es permanente e inmutable y eterna en
aquel que la obtiene, pues descansa solamente en los méritos del eterno Hijo de Dios, y se
obtiene por fe (Romanos. 5:1), por medio de la gracia (Tito. 3:4-7), y se hace posible a través
de la muerte y resurrección de Cristo (Romanos. 3:24; 4:25).
“¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue
justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la
Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta
el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al
impío, su fe le es contada por justicia. Romanos 4:2.5.
Justificación: Según la Escrituras es un acto soberano y propio de Dios, que se da por pura
gracia, declarando acepto ante Él a quienes creen en su Hijo. El término justificación por lo
general aparece en los textos sagrados con la expresión “Declarar justo”, y es aplicable a una
acción única y exclusiva de Dios.
Desde el punto de vista teológico, en el sentido más profundo Dios es el que justifica. (Isaías
45:25; 53:11). Las Escrituras desaprueban y condenan la posibilidad de que el hombre pueda
justificarse a sí mismo. (Job 9:20; 32:2. Isaías 43:9.26. Romanos 3:20.24. Gálatas 2:16;
3:11. Santiago 2:25). Esto indica que ningún hombre puede obtener la posición de “justo” en
lo divino por sus propios medios.
Según Romanos 3:21.31, la justicia o el ser justo no dependen de las buenas obras, ni de
nuestro comportamiento, ni siquiera de nuestra obediencia; depende más bien de la gracia
divina como acto soberano de Dios en la obra de justificación. Esto es bueno entenderlo y
tomarlo en cuenta para evitar toda jactancia humana, lejos de fluir de algún merecimiento
humano.
La justificación es de pura gracia y no puede derivarse de una mezcla de gracia y obras.
Romanos 3:28; 4:4.5; 11:6. Gálatas 2:14.21; 5:4. Filipenses 3:9.
Pablo expresa esta verdad quizás en los términos más drásticos, pero es claro en el asunto.
 Pero cuando Pedro vino a Antioquia, le resistí cara a cara porque era de condenar. Pues antes
q e iniesen alg nos de parte de Jacobo comía con los gentiles; pero desp és q e inieron se
que viniesen algunos de parte de Jacobo comía con los gentiles; pero después que vinieron se
retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación
participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado
por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del
evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como
judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores
de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por

la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe
de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y
si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por
eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. Porque si las cosas que destruí, las mismas
vuelvo a edificar, trasgresor me hago. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir
para Dios, con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por
demás murió Cristo. Gálatas 2:11.21.
“al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, la fe le es contada por
justicia”. Romanos 4:5.
Por esta causa afirmo con toda seguridad que cuando un creyente comete un pecado, deja
de ser santo pero no deja de ser justo, porque la justicia en el hombre regenerado no se
obtuvo ni se mantiene por obras, se obtuvo por Fe y se sostiene en Fe.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,…” Romanos 1:17.
“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito esta:
Maldito todo aquel que no permaneciere en toda las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la
fe vivirá.” Gálatas 3:10.11.
Lo que Pablo quiso expresar fue: “El justo, obtuvo la vida por la justicia que vino por la fe, y a
su vez hará de esa justicia un estilo de vida en fe, librándose de vivir en condenación.”

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EL PODER DE LA JUSTICIA ( PARTE # 2)


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