2 F O R M A C I Ó N

C O N T I N U A D A

F A R M A C I A
HOSPITALARIA
E N

COMUNICACIÓN DEL FARMACÉUTICO

CON OTROS PROFESIONALES DE LA SALUD

Dra. Laura Tuneo

 COMUNICACIÓN DEL FARMACÉUTICO
CON OTROS PROFESIONALES
DE LA SALUD
«Los secretos de la comunicación son los secretos
de la sociedad, de la vida, de la política
Dra. Laura Tuneu
Farmacéutica especialista en Farmacia Hospitalaria. Farmacéutica comunitaria

Dr. Joaquim Bonal

Dirección de la colección

Dra. M. Cinta Gamundi

Coordinación de la SEFH
 «Los secretos de la comunicación son los secretos
de la sociedad, de la vida, de la política
y de la felicidad»
Sebastià Serrano. La Paradoxa. 1985

© 2000 Ediciones Mayo, S.A.

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 FARMACIA HOSPITALARIA

Índice
1. Comunicación entre profesionales de la salud
Concepto de Comunicación. Características fundamentales
5

2. Técnicas de comunicación 11
3. El hospital como sistema de comunicación organizado 13
4. Laprofesionales
comunicación del farmacéutico de hospital con otros
de la salud. Nivel de relación 15
Relación con el médico
Relación con el equipo de enfermería
Relación con los técnicos en farmacia
Relación con los gestores del hospital
Relación con el resto del personal no asistencial
Relación con la universidad
Relación con los colegios profesionales
Relación con los farmacéuticos comunitarios
Relación con la industria farmacéutica

5. Conclusión
Naturaleza del trabajo
25
Formación
Poco conocimiento e incomprensión de una profesión
Habilidades personales
Grado de implicación con los objetivos del hospital
Reconocimiento interno y externo de la capacidad profesional

Bibliografía 27
Anexo 1. Ejemplo de comunicado interno 29
Anexo 2. Ejemplo de hoja de comunicación con el equipo médico 30
Anexo 3. Ejemplos de hojas de comunicación entre el farmacéutico
comunitario y el médico de atención primaria 31
4 FARMACIA HOSPITALARIA
 FARMACIA HOSPITALARIA
Capítulo 1
Comunicación entre profesionales
de la salud
U
na de las bases en que se sustenta
nuestra sociedad es la capacidad de
relación y comunicación. El ejercicio
profesional, como eje de contribu-
ción social, comprende la aplicación
técnica de nuestros conocimientos para
los cuales estamos más o menos prepara-
dos y la comunicación como base de in-
tercambio de ideas y opiniones.
La mayoría de nosotros pasamos la mi-
tad de nuestro tiempo profesional relacio-
nándonos con los demás, y es por ello que
las vías y técnicas de comunicación son
imprescindibles en el desarrollo de cual-
quier profesión. De hecho, la comunica-
ción es la herramienta básica que permite
la colaboración entre profesionales. De
modo que una buena comunicación la fo-
menta y la promueve, obteniendo no sólo
una reducción de la morbilidad y mortali-
dad, sino además la consiguiente dismi-
nución de costos1.
Sin embargo, este hecho contrasta con
la falta de formación que recibimos so-
bre la comunicación, especialmente en
los estudios de pregrado. De modo que
establecemos nuestras relaciones profe-
sionales en base a nuestras habilidades
personales, a pesar de que existen unas
técnicas de comunicación que, una vez
aprendidas, si se aplican pueden mejorar
las relaciones interpersonales en todos los
5
ámbitos. Referente a este punto, cabe re-
calcar que el aprendizaje de las técnicas
de comunicación debe realizarse median-
te un curso programado y continuado de
al menos seis meses, puesto que deben
cambiarse actitudes y, por supuesto, mo-
dificar hábitos de trabajo2.
La comunicación es también la asigna-
tura pendiente en la mayoría de institu-
ciones. La falta de la misma se perfila
como base en muchos conflictos persona-
les y profesionales. En un estudio publica-
do por Pajares Conde y cols en 19983, en
el que realizaron una auditoría de comuni-
cación interna en un hospital, demostra-
ron que la falta de un plan de comunica-
ción interno que involucrara a todo el
personal del hospital, fuera cual fuera su
categoría, ocasionaba la mayoría de pro-
blemas.
Así, por ejemplo, el personal facultati-
vo indicaba que la mayor parte de la in-
formación que recibían, inicialmente, apa-
recía en forma de rumores, mientras que el
equipo de gestión se quejaba de que nun-
ca recibía comunicación de soporte o de
felicitación por ninguna de las medidas
que había instaurado con éxito. Este ar-
tículo muestra, además, los puntos fuertes
y débiles de comunicación entre diversos
departamentos y profesionales de diferen-
te categoría.
 6 FARMACIA HOSPITALARIA
Otro estudio realizado en Londres de-
muestra que la dificultad de comunica-
ción es una de la causas que producen un
mayor estrés entre profesionales2.
Existen artículos publicados en la litera-
tura que analizan las causas de la falta de
coordinación y colaboración entre profe-
sionales de la salud4-7. En ellos se observa
que el motivo principal es la falta de una
comunicación adecuada y eficaz, de modo
que establecen como prioritario la nece-
sidad de perfilar vías internas de comu-
nicación fáciles y accesibles. Muchos de
éstos explican cómo, cuándo y dónde de-
ben establecerse estos canales de comu-
nicación.
Sin embargo, una gran parte de las pu-
blicaciones existentes sobre «comuni-
cación y profesionales de la salud» desa-
rrollan criterios sobre el tema entre
profesionales y pacientes y no entre dife-
rentes profesionales. La priorización del
estudio de la comunicación entre profesio-
nales y pacientes frente a comunicación
entre profesionales puede ser consecuen-
cia de la prevalencia del mal cumplimien-
to y sus implicaciones, así como de la per-
cepción que una mejoría en el entorno
afectivo del paciente mejora su calidad de
vida y su pronóstico8. Lo cierto es que la
comunicación entre profesionales sanita-
rios queda en un segundo plano, a pesar
de ser el eje básico para el desarrollo pro-
fesional y la colaboración y coordinación
sanitaria.
Otro punto en común que presentan los
artículos que analizan las relaciones entre
profesionales, es que en su mayoría sólo
exponen los problemas relacionados con
la comunicación entre médicos de dife-
rentes especialidades o áreas y, en algún
caso, entre médicos y enfermeras1. De
esta forma, trabajos que evalúen la comu-
nicación entre farmacéuticos o con otros
profesionales de la salud son muy difíciles
de encontrar9.
Además, en la mayoría de las publica-
ciones estudiadas se expone un análisis
de situación, pero muy pocos están meto-
dológicamente diseñados para determinar
el efecto directo que puede producir una
mejor comunicación entre profesionales
sobre los pacientes10.
Existen otros artículos, como el publi-
cado en 1999 en el ACP Journal Club11,
que demuestran los efectos beneficio-
sos que obtienen los pacientes en térmi-
nos de salud cuando existe una colabora-
ción directa entre diferentes profesionales.
En este artículo, concretamente se observó
que la evolución clínica de los pacientes
cuando eran atendidos dentro del hospi-
tal por un equipo de salud multidiscipli-
nario, era mucho mejor que aquellos que
fueron controlados por un equipo médico
tradicional (n=1.102). El primer grupo
presentaba una estancia hospitalaria más
corta y un gasto económico inferior. Este
estudio, aunque no evalúa directamente
los efectos de una mejor comunicación,
demuestra los efectos positivos de las re-
laciones interprofesionales y de la colabo-
ración multidisciplinaria.
De hecho, hemos de considerar que
una colaboración efectiva y eficiente se
consigue mediante una buena comunica-
ción, la cual promueve y favorece el res-
peto mutuo y la realización de proyectos
en común12.
En la actualidad, el papel del farmacéu-
tico dentro del sistema sanitario es el de
procurar una utilización racional del medi-
camento, por lo que en todos los ámbitos,
tanto de la asistencia primaria como de la
 FARMACIA HOSPITALARIA
hospitalaria, el farmacéutico debe promo-
ver la utilización de los medicamentos
más efectivos, seguros y económicos. Este
cambio de rol implica que éste debe inte-
grarse dentro de los equipos de salud y
por ello realizar un gran esfuerzo en co-
municación. Muchos profesionales podrí-
an pensar que lo mismo sucede con las
enfermeras o con los médicos. Sin embar-
go, no es del todo cierto porque cultural-
mente y por tradición estos últimos man-
tienen y conservan su rol en el cuidado del
paciente y conocen la necesidad de co-
municación entre ellos. En el caso del far-
macéutico, el esfuerzo de comunicación
ha de ser incluso mayor por dos razones:
primero, por necesidad, puesto que para
evaluar la farmacoterapia de un determi-
nado paciente es necesario conocer mu-
chos aspectos clínicos y patológicos del
mismo. En segundo lugar, por el hecho de
que el farmacéutico debe «vender» sus
servicios. Muchos médicos no se han
planteado todavía cómo puede ayudarles
el profesional farmacéutico.
A pesar de que cada vez más un mayor
número de médicos solicita con más fre-
cuencia los servicios de un farmacéutico,
lo cierto es que en la mayoría de los casos
las relaciones que establecemos con ellos
parten de la iniciativa de los farmacéuti-
cos. Un ejemplo es fácilmente extraíble de
los datos de la Memoria del año 1999 del
Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de
Barcelona. El número de médicos que
consultaron al Centro de Información de
Medicamentos fue de 634, pero simultá-
neamente aquel mismo año las interven-
ciones del farmacéutico, en forma de co-
municaciones internas por problemas
relacionados con la medicación de los pa-
cientes ingresados, fueron 7.288.
7
Dentro del estamento farmacéutico los
que ejercen en el ámbito hospitalario,
aunque tampoco tuvieron un inicio cómo-
do, tienen actualmente un acceso inme-
diato y más fácil en la comunicación con
otros profesionales del equipo asistencial,
puesto que el mismo hospital es un enorme
y complejo sistema de comunicación, que
exige la coordinación y cooperación entre
diferentes servicios y profesionales. El far-
macéutico de atención primaria, que está
integrado físicamente en un centro asis-
tencial, tiene generalmente una mayor fa-
cilidad de comunicación con otros profe-
sionales que trabajan en el mismo centro.
Sin embargo, su reciente incorporación a
este ámbito y la desproporcionada rela-
ción entre el número de médicos y el de
farmacéuticos en la asistencia primaria,
dificultan sus posibilidades. El farmacéu-
tico comunitario es, hoy por hoy, el que
tiene peores perspectivas, porque en mu-
chos de ellos aún no ha nacido la necesi-
dad de comunicación continuada con
otros profesionales de la salud. La mayoría
establece relaciones puntuales ante pro-
blemas concretos que el médico percibe
con frecuencia como una intrusión en su
trabajo de asistencia al paciente. Además,
el aislamiento profesional en el que traba-
ja el farmacéutico comunitario, la falta de
seguridad personal y la dificultad para es-
tablecer contacto de una manera rápida y
continuada, han hecho que, muchas ve-
ces, se utilice al paciente como canal de
comunicación con el médico, con todos
los riesgos que esto comporta.Este bre-
ve análisis de situación se ampliará en el
capítulo 4, donde se analizarán las relacio-
nes y vías de comunicación del farmacéu-
tico desde todos los puntos de vista y es-
tamentos. Concretamente, se expondrá la
 8 FARMACIA HOSPITALARIA

PROCESO BARRERAS

Concepción de la idea: Falta de síntesis o de contenido

Errores en el vocabulario*

Codificación del mensaje: Defectos en la expresión

Elección de un medio inadecuado*

Transmisión del mensaje: Mala ambientación física o psíquica**

Falta de atención

Descodificación del mensaje: Falta de capacidad de escucha

Esquemas mentales preestablecidos*/**

Interpretación del mensaje Falta de capacidad de análisis

Percepción subjetiva

Aceptación Falta de conveniencia

Neofobia

Figura 1. Barreras más significativas que interfieren, deforman y restan importancia a una comunicación.
*Errores principales de comunicación entre farmacéutico y médico a nivel hospitalario, lo que indica la necesi-
dad de conocer y adaptarse al vocabulario médico y elegir un medio de comunicación que facilite la retroinfor-
mación. Las comunicaciones escritas presentan un bajo índice de aceptación por ser muy poco interactivas.
** Principales errores de comunicación entre farmacéuticos comunitarios y pacientes, en que la mayoría de
las veces la comunicación se establece a través de un mostrador con una gran cantidad de obstáculos am-
bientales; falta de intimidad, ruidos, interrupciones, etc.

comunicación de los farmacéuticos de sino que es necesario conocer estrategias

hospital con los médicos, enfermeras, téc-
nicos en farmacia, colegios profesionales,
industria farmacéutica, universidad y, ob-
viamente, con otros profesionales farma-
céuticos como los comunitarios y los de
asistencia primaria. También sería intere-
sante analizar las relaciones entre farma-
céuticos hospitalarios en función del tipo
de hospital.
Queda claro, pues, que el avance de
nuestra profesión depende de cómo sepa-
mos comunicar nuestras habilidades y
aportaciones de la manera más efectiva y
directa, y por ello no sólo debemos basar-
nos en nuestras habilidades personales
de comunicación que permitan la integra-
ción del farmacéutico como pieza funda-
mental dentro del sistema sanitario.
Concepto de comunicación.
Características fundamentales
La comunicación es el proceso de desa-
rrollar mensajes y enviarlos a un receptor,
a través de un canal. Es fundamental co-
nocer todos los elementos que intervie-
nen en la comunicación para poder valo-
rar su idoneidad. En nuestro caso, el
emisor es el farmacéutico que debe deci-
dir qué, cómo y cuándo hace llegar una
 FARMACIA HOSPITALARIA 9

Lo que se quiere decir

Lo que se puede decir

Lo que se dice

Lo que se oye

Lo que se escucha

Lo que se comprende

Lo que se acepta

Lo que se retiene

Lo que se practica

Figura 2. Degradación de la comunicación.

información al receptor. Por ello, es muy
importante no sólo determinar qué infor-
mación es la que queremos transmitir,
sino qué canal auditivo, visual, mixto o in-
cluso sensorial se va a utilizar. El aspecto
más difícil de prever es la percepción del
receptor en cuanto a la descodificación
del mensaje, por lo que debemos compro-
bar mediante mecanismos de retroin-
formación si el receptor ha interpretado
correctamente el contenido que hemos
transmitido.
El proceso de comunicación es mucho
más complejo de lo que parece a priori
porque comprende una interacción entre
emisor y receptor, que muchas veces que-
da obstaculizada por una gran cantidad
de barreras más o menos visibles. Según
Sanz13 las barreras más significativas que
interfieren una comunicación, la deforman
y le restan importancia son las expuestas
en la figura 1.
Según una publicación de Ordóñez14,
las tres principales circunstancias modifi-
cadoras del poder comunicativo son:
• El ruido como elemento perturbador
del sistema comunicativo.
• La ambigüedad del mensaje.
 10 FARMACIA HOSPITALARIA
• La sobrecarga de información, que
consiste en exceder la capacidad espa-
cial y temporal de transmitir y procesar in-
formación de un canal. Se ha descrito que
la sobrecarga de información puede dar
lugar a siete tipos diferenciados de reac-
ciones:
– Dejar de advertir la información.
– Incurrir en errores.
– Demorar las actuaciones.
– Omitir, intensificar o ignorar parte de
la información.
– Generalizar las categorías de informa-
ción.
– Transferir la responsabilidad de la re-
cepción de la información.
– Evitar deliberadamente la informa-
ción.
El proceso de comunicación, en sí
mismo, está sometido a una degrada-
ción que en algunos casos produce que,
entre lo que realmente se quiere decir y
lo que se acepta o se retiene, exista un
abismo.
Un ejemplo muy gráfico de degradación
de la comunicación es el que se refleja en
la figura 213:
Para contrarrestar estos obstáculos se
ha propuesto una serie de técnicas:
• Redundancia. Repetir el mensaje de
forma distinta, a través de varios canales
y en situaciones distintas. Un ejemplo co-
rriente son los anuncios publicitarios.
• Simplificación. Direccionar el mensa-
je a una sola idea.
• Verificación. Dar en el mensaje nue-
vos elementos para comparar la informa-
ción recibida con otra. Por ejemplo, ad-
juntar en una comunicación escrita, citas
bibliográficas o referencias.
• Sintonía. Se perfila por la suma de la
empatía o el interés para crear un clima de
comunicación idóneo. Es el elemento más
importante y a la vez más difícil. Depende en
gran manera de las habilidades personales.
 FARMACIA HOSPITALARIA
Capítulo 2
Técnicas de comunicación
E
n cualquier comunicación, para
conseguir una correcta transmisión
y codificación del mensaje debe es-
cogerse el canal adecuado. Según
Ordóñez14, las personas retenemos
en la memoria:
• El 10% de lo que leemos.
• El 20% de lo que nos dicen.
• El 30% de lo que nos muestran.
• El 50% de lo que nos dicen y muestran.
• El 70% de lo que nos dicen, muestran
y ante lo cual respondemos.
• El 90% de lo que nos dicen, mues-
tran, ante lo cual respondemos y ade-
más lo ponemos en práctica o nos im-
plica personalmente.
Este esquema refleja la importancia de
utilizar, simultáneamente, varios canales
de comunicación a la hora de reforzar un
mensaje. Otro aspecto también obvio, y fá-
cilmente comprobable en la práctica, es
como hemos apuntado anteriormente, la
necesidad de retroinformación y de impli-
cación mutua en el proceso comunicativo.
De hecho, la mayoría de farmacéuticos
establecen contacto con otros profesionales
sanitarios mediante canales de comunica-
ción que difícilmente pueden garantizar
una adecuada retroinformación e implica-
ción, como es la comunicación escrita. Esta
es, pues, una parte fundamental de los sis-
11
temas básicos de comunicación entre far-
macia y los otros servicios. Un ejemplo
puede ser los boletines, notas informativas
y hojas de comunicación, que tanto tiempo
empleamos para su elaboración o edición.
La comunicación escrita presenta la venta-
ja que permite llegar a un gran número de
receptores y no exige la disponibilidad in-
mediata de los mismos, sino que cada uno
de ellos elige la situación en que desea leer
el comunicado. Sin embargo, es frecuente
que el mensaje no sea asimilado. La mayo-
ría de nosotros, antes de leer, hacemos una
selección de toda la información que recibi-
mos y decidimos cuál nos interesa leer. Por
ello, al preparar la información escrita, de-
bemos procurar capturar el interés del re-
ceptor mediante la aplicación una serie de
normas que pueden mejorar la superviven-
cia y efectividad del mensaje emitido. El
lenguaje ha de ser formal, comprensible,
perfectamente redactado y sin errores gra-
maticales u ortográficos. Es mejor utilizar
párrafos con un tamaño que comprendan
entre 60 y 120 palabras y frases cortas que
contengan entre 15 y 25 palabras. Otro as-
pecto fundamental es el tamaño de letra y
el diseño o presentación, que en caso de
boletines debería contener figuras, gráficos,
fotos, si es posible, en color.
Para conseguir la atención del receptor
también puede emplearse alguno de los
 12 FARMACIA HOSPITALARIA
trucos que utilizan los escritores en sus li-
bros o los periodistas, como la utilización
de frases y palabras en las primeras líneas
o en el título que despierten el interés por
el resto del contenido. Es importante resal-
tar en negrita o encuadrar la información
prioritaria o más relevante. Debe evitarse
la repetición y la redundancia. En los bole-
tines otro punto de interés puede ser la
presentación de un breve sumario de los
contenidos en la parte anterior al texto.
En los comunicados internos la breve-
dad es un aspecto fundamental, en el que
debe resaltar la información primordial.
Por ejemplo, en caso de la suspensión
temporal de un medicamento, el comuni-
cado interno debe indicarlo de manera rá-
pida, casi visual, indicando las causas (si
se conocen) y por supuesto ha de ofre-
cerse una alterativa perfectamente estu-
diada y contrastada (Anexo 1).
En las intervenciones farmacéuticas el
comunicado que emitimos suele ser per-
sonal y, por tanto, enviamos nuestro men-
saje a una sola persona sobre un tema o
cuestión muy concreta. Debe también
concretarse toda la información de una ma-
nera muy visual, de modo que el receptor
sitúe el problema al que queremos referir-
nos rápidamente. Existen algunos autores
que opinan que escribir a mano es una for-
ma de acercarse más al lector y, por tanto,
aumenta su interés y fortalece la comunica-
ción. Sin embargo, leer según que caligra-
fías puede ser el método más disuasorio de
todos. La mayoría de los hospitales poseen
hojas de comunicación estandarizadas que
facilitan la concreción del mensaje (Anexo
2). En estas hojas de comunicación, utiliza-
mos, generalmente, el verbo «recomendar»
como forma de solicitar un cambio de me-
dicamento, de dosis o aclaración.
Además de la comunicación escrita,
muy instaurada en todos los servicios de
farmacia, deben establecerse vínculos y
fuentes de comunicación verbal. Esta se
acompaña de lenguaje no verbal, como la
expresión facial, miradas, posturas, gestos
y olores que pueden afectar muy positiva
o negativamente en la comunicación. Este
tipo de comunicación requiere concentra-
ción y si es posible meditación de cómo,
cuándo y dónde comunicaremos nuestro
mensaje, ya que se emite en directo. Sin
embargo, la comunicación verbal tiene la
ventaja de poder improvisar y variar la for-
ma y el contenido del mensaje según la
situación que se presente. Este canal de
comunicación fomenta las relaciones per-
sonales y facilita a través de la retroinfor-
mación la aceptación del mensaje. Para
ello, es importante cultivar unas habilida-
des personales como la empatía, la elo-
cuencia, el interés y la capacidad de ne-
gociación. Es indispensable no mostrar
aburrimiento, nerviosismo u oposición ra-
dical. Debemos ser pacientes y evitar en-
trar en conflictos.
La comunicación verbal también debe
comprender fases de escucha, que ade-
más de servir como períodos de reflexión
sobre nuestro mensaje, permiten conocer
los intereses y preocupaciones de nuestro
interlocutor. Una característica común
dentro del colectivo farmacéutico es la in-
seguridad que a veces mostramos, espe-
cialmente ante el médico o los gestores.
Para ello, es imprescindible ir bien prepa-
rado y documentado, presentar nuestras
ideas de manera sencilla y contundente,
y estar dispuesto a negociar. Existe una re-
gla de oro de la negociación y es que: «no
se negocian las ideas, las creencias o los
valores. Sólo los intereses».
 FARMACIA HOSPITALARIA
Capítulo 3
El hospital como sistema de comunicación
organizado
E
l hospital, en sí mismo, constituye
un sistema organizativo que requie-
re la coordinación de muchos profe-
sionales de la salud. De modo que
los sistemas de comunicación de-
ben estar estructurados en beneficio de
los pacientes y a favor de la utilización efi-
ciente de los recursos. Tal y como se ha
indicado anteriormente, en un artículo pu-
blicado en la Gaceta Sanitaria en el año
19983 se estudiaron los puntos fuertes y
débiles del sistema de comunicación esta-
blecido en un hospital de nivel medio. Los
facultativos y las enfermeras catalogaron
de punto débil el hecho de que el equipo
de gestión no escuchara sus propuestas,
quejas o reivindicaciones y que la mayo-
ría de las informaciones que recibían era
en forma de rumores.
La comunicación dentro del hospital
puede ser de diferentes tipos: descenden-
te, ascendente, horizontal y boca a boca.
• Comunicación descendente. Vía de
comunicación que se aplica desde los ni-
veles altos a los bajos. Esta se establece
de los servicios de dirección a los otros
servicios, o dentro de un mismo servicio
de acuerdo con la categoría jerarquizada.
En farmacia las vías de comunicación des-
cendente son, por ejemplo, los manuales
de procedimiento, los boletines de infor-
13
mación, las alertas o la descripción de las
áreas de trabajo. Estas vías de comunica-
ción son absolutamente imprescindibles
para el buen funcionamiento de los servi-
cios, aunque algunas veces una parte de
los trabajadores que la reciben no llegan
a entenderla.
• Comunicación ascendente. Es la que
se transmite desde los niveles bajos del
hospital a los más altos. Un ejemplo son
los documentos que se emiten anual-
mente en la mayoría de hospitales para
la edición de la memoria. Existen otros
documentos como sugerencias, quejas,
conflictos y problemas que también la uti-
lizan. La comunicación ascendente es
una vía importante para la resolución de
los problemas, siempre y cuando se reali-
ce de manera directa, subiendo escalona-
damente el diagrama organizativo y jerár-
quico. Las nuevas teorías del liderazgo
indican que el líder del grupo o persona
responsable de la dirección y gestión
debe ser una persona abierta y sensible a
las nuevas ideas, por lo que debe promo-
ver y fomentar esta vía de comunicación
si quiere mejorar la eficacia del trabajo en
equipo. Sin embargo, no toda comunica-
ción que se produce en este sentido es
válida, puesto que muchas veces no es
real, ni contrastada y está sometida a ca-
 14 FARMACIA HOSPITALARIA
prichos o visiones muy desfiguradas de la
realidad.
• Comunicación horizontal. Es la infor-
mación transmitida entre personas que
están al mismo nivel de autoridad dentro
de un hospital. Un ejemplo podría ser las
actas de la Comisión de Farmacia y Tera-
péutica.
• La comunicación boca a boca. Es la
más frecuente en todos los ámbitos y por
supuesto también en el hospital. Es una
vía de comunicación no formal, que no
puede asegurar que dicha información lle-
gue de manera sistemática a todos los
profesionales implicados. Tampoco se
puede garantizar ni su exactitud ni veraci-
dad. En muchos casos la información que
se transmite son rumores.
 FARMACIA HOSPITALARIA 15

Capítulo 4
La comunicación del farmacéutico de
hospital con otros profesionales de la salud.
Nivel de relación

L
os farmacéuticos de hospital esta-
blecen unos niveles de relación con
otros profesionales de la salud, de-
pendiendo de una gran cantidad de
variables, como el tipo de hospital,
la actitud personal, el grado de conoci-
mientos y el tipo de trabajo que realice.
Podríamos simplificar las relaciones del
farmacéutico de hospital según el organi-
grama de la figura 3, que es más o menos
indicativo de las relaciones que estable-
ce este último a lo largo de su vida profe-
sional.
Relación con el médico
De las múltiples funciones que tiene el far-
macéutico dentro del hospital, las más
controvertidas y polémicas son las que se
refieren a la selección de medicamentos y
a las intervenciones sobre la prescripción.
Nadie discute la importancia del sistema
de dispensación en dosis unitarias y su
contribución a una utilización de medica-
mentos eficiente, y muy pocas veces se
instauran confictos en un Centro de Infor-
mación de Medicamentos, o en el área de
farmacotecnia, puesto que el médico re-

RESPONSABLES GESTIÓN
INDUSTRIA
FARMACÉUTICA

PERSONAL ADMINISTRATIVO
TÉCNICOS
FARMACÉUTICO MÉDICOS
DE HOSPITAL
ENFERMERÍA

FARMACÉUTICOS FARMACÉUTICOS FARMACÉUTICOS

ESTUDIANTES ATENCIÓN PRIMARIA COMUNITARIOS
UNIVERSIDAD

Figura 3. Relaciones profesionales del farmacéutico de hospital.

 16 FARMACIA HOSPITALARIA
curre en busca de ayuda. Ahora bien,
existen determinadas funciones del farma-
céutico que deben realizarse con mucha
cautela y rigor científico y que son, con-
cretamente, la intervención relativa a una
prescripción médica y la selección de me-
dicamentos. La figura del farmacéutico
cuando actúa en estos dos puntos es en
muchos casos cuestionada. Algunos mé-
dicos interpretan estas intervenciones
como inoportunas, improcedentes, inne-
cesarias y, en el peor de los casos, intole-
rables. El médico se siente espiado, cree
limitado su poder de prescripción y en al-
gunos casos cuestionado. Existen varios
motivos de recelo ante esta actitud: una
causa es el hecho histórico-cultural, que
podríamos denominar «hecho diferencial»
del médico. La medicina que se ha prac-
ticado hasta hace relativamente poco
tiempo tenía una visión paternalista y
cuando menos autoritaria. Otra causa pue-
de ser de carácter corporativista, puesto
que algunos médicos tratan de escudarse
preguntando qué saben los farmacéuti-
cos de práctica clínica. Nuestra realidad
es que no somos clínicos, pero somos fa-
cultativos y como tales debemos conocer
todos los aspectos clinicopatológicos que
nos acerquen al paciente y su entorno.
Para ello, la mayoría de nosotros hemos
tenido que realizar un gran esfuerzo para
combatir las lagunas docentes en este
punto. Este conocimiento de los datos cli-
nicopatológicos del paciente debe lograrse
a través de una buena comunicación en-
tre médicos y farmacéuticos, a través de la
cual se puedan superar las barreras de
acceso a la información clínica contenida
en la historia del paciente, puesto que sólo
así será posible que la intervención que
pueda hacer el farmacéutico esté bien
fundamentada en las realidades y circuns-
tancias del paciente y en los conocimien-
tos farmacoterapéuticos que posea el far-
macéutico.
Lo cierto es que actualmente la medici-
na y su ejercicio van rompiendo con la vi-
sión individualista. Las nuevas generacio-
nes de médicos salen de la facultad
teniendo en cuenta que el suyo es un tra-
bajo de equipo, en que intervienen mu-
chas disciplinas y por tanto no son tan rea-
cios a la incorporación y colaboración de
nuevos profesionales en su práctica diaria.
Algunos de ellos supeditan las intervencio-
nes de estos profesionales a sus propios
criterios, de modo que si las opiniones no
son coincidentes se crea un recelo impor-
tante. Durante mi etapa hospitalaria he
percibido dos aspectos muy curiosos, rela-
cionados con el grado de aceptación. Uno
es que la confianza y aceptación de los
farmacéuticos se transmite por ósmosis
dentro de un mismo servicio clínico, de
modo que el médico residente acepta y
mantiene una relación con el farmacéutico
casi en el mismo grado que sus inmedia-
tos superiores u otros residentes más
avanzados o adjuntos, eso sí, salvando las
sintonías personales. Por otra parte, cada
farmacéutico debe pasar su propia «reváli-
da» personal y profesional. En los hospita-
les más grandes el grado de aceptación
se adquiere, muchas veces, por seccio-
nes. Un ejemplo ilustrativo podría ser el
vivido personalmente en el hospital. La
sección de nutrición, dirigida por un far-
macéutico excepcional, se ha hecho im-
prescindible en el manejo del paciente con
nutrición artificial, de modo que la incor-
poración como residente en esta sección
supone una aceptación casi sin límites de
las intervenciones clínicas. Cabría pensar
 FARMACIA HOSPITALARIA
pues que esa aceptación y confianza pu-
diera heredarse a otra sección, y lo cierto
es que no es así. Por ejemplo, la sección
de farmacocinética tuvo que demostrar
con sangre, sudor y lágrimas, en determi-
nados servicios médicos, que la interpreta-
ción de niveles plasmáticos era una herra-
mienta muy eficaz, efectiva y eficiente
para mejorar los resultados farmacotera-
péuticos y esto fue así incluso en los mis-
mos servicios que ya tenían una colabora-
ción muy estrecha con la sección de
nutrición artificial.
La mayoría de intervenciones sobre far-
macoterapia que realizamos son mediante
canales de comunicación indirectos, como
es el uso del teléfono o por comunicacio-
nes escritas. Estos dos canales de comu-
nicación pueden hacer perder efectividad
al mensaje, porque impiden la retroinfor-
mación y/o dificultan la negociación y, por
consiguiente, el grado de aceptación. Se-
ría mucho mejor establecer una comuni-
cación simultánea verbal, visual y escrita.
Seguramente, podríamos gestionar nues-
tras técnicas y habilidades para cambiar
actitudes y evitar recelos.
El camino ideal sería integrarnos den-
tro del equipo multidisciplinario, asistir a
las sesiones clínicas y formar parte de las
decisiones terapéuticas antes que éstas
se tomen. Debemos pensar que aparecer
en escena sólo en situaciones negativas o
conflictivas distorsiona nuestra imagen,
de modo que nos perciben como policías
o inspectores. La integración en el equipo
asistencial contribuye a una mejor parti-
cipación entre los roles de los distintos
profesionales. De esta manera seríamos
mucho más efectivos y evitaríamos pro-
blemas derivados de la deficiente comuni-
cación, que en última instancia acaban
17
afectando negativamente al paciente. Tal
y como indicábamos en el capítulo preli-
minar existen varios estudios10,13,14 que
demuestran una mayor eficacia de los
equipos multidisciplinarios, tanto en la
mejoría de la evolución del paciente como
en la reducción de los costes.
Otro punto muy conflictivo en la rela-
ción con los médicos es la selección de
medicamentos. Uno de los pilares básicos
en que se basan los hospitales para pro-
curar un uso racional del medicamento,
es la elaboración de la Guía Farmacotera-
péutica (GFT). Aunque éste es un hecho
asimilado por la mayoría de médicos, una
gran proporción opina que el único fin de
la Guía es la contención del gasto farma-
céutico. Hasta cierto punto es compren-
sible que los médicos nos atribuyan, casi
en exclusiva, la responsabilidad sobre el
gasto farmacéutico puesto que nosotros
nos hemos encargado de la gestión y ad-
quisición de medicamentos. Además,
muchas veces sólo hemos intentado pro-
tocolizar aquellos tratamientos que resul-
tan muy caros, como en su día fueron los
fibrinolíticos y la albúmina y actualmente
son los anticuerpos monoclonales. Sin
embargo, hemos de intentar comunicar
que la organización del hospital contem-
pla que la selección de medicamentos se
haga mediante una Comisión de Farmacia
(CFT), formada por un equipo multidisci-
plinario de facultativos y cuya única fina-
lidad es el uso racional del medicamento,
puesto que aunque el tema del coste es
fundamental no siempre es el más impor-
tante. La CFT debe ser y parecer trans-
parente en sus decisiones y procurar el
derecho de intervención a todos los facul-
tativos solicitantes. Aun así, las decisiones
que se toman muchas veces se interpre-
 18 FARMACIA HOSPITALARIA
tan recelosamente, o se intentan contra-
rrestar por presiones motivadas por inte-
reses poco claros. Ya que, a pesar de vivir
en los tiempos de la medicina basada en
la evidencia, también vivimos en tiempos
de una macroeconomía emergente y de
una sanidad con recursos limitados. Es
fundamental que el equipo directivo del
hospital apoye las decisiones de la CFT y
contribuya a evitar las mencionadas pre-
siones.
En un hospital la comunicación con los
médicos es de gran importancia y requie-
re esfuerzo, tiempo y una constancia ex-
cepcional. La actitud ha de ser dialogante
y abierta, y el mensaje expresarse con la
firmeza que nos proporcione el conoci-
miento y la información disponible. En
este aspecto es importante no sólo desa-
rrollar nuestras habilidades de comunica-
ción, sino también proporcionar todo el
material escrito necesario que apoye
nuestra intervención. Existen autores que
indican que la especialidad del médico
condiciona las relaciones con otros profe-
sionales17, ya que el interés que presentan
unos u otros por la terapéutica no es equi-
valente y tampoco sus conocimientos. Así,
como punto de partida, debe aprenderse
el arte de identificar y aprovechar los seg-
mentos profesionales más apropiados
para incidir sobre ellos.
Muchos de los artículos que hablan de
la relación entre médicos y farmacéuti-
cos15,16 concluyen que hemos de «evitar
luchar contra el médico y tenemos que lu-
char con él». Así es como hemos llegado a
entender los farmacéuticos que ejercemos
en los hospitales y en los centros de salud
que podemos desarrollar nuestras habili-
dades profesionales. También es cierto
que en una institución el contacto inter-
profesional es más continuado, lo cual,
obviamente, facilita y favorece la comuni-
cación.
Esta característica no se da precisamen-
te entre los farmacéuticos comunitarios,
que se sienten aislados e inseguros y pre-
sentan muchos obstáculos para establecer
vínculos de comunicación. Un ejemplo de
los conflictos que aparecen como conse-
cuencia de una deficiente comunicación
entre farmacéuticos comunitarios y médi-
cos de asistencia primaria, se observa en
un documento elaborado durante el año
1999 por un gabinete sociológico de Bar-
celona denominado ARCS18, en el que se
realizó una aproximación sociológica a los
problemas relacionados con los medica-
mentos (PRM). Uno de los aspectos que
más se valoró fue, por supuesto, la impor-
tancia de las relaciones interpersonales
en la generación y evitación de PRM entre
ambos profesionales.
El principal factor que para los médicos
dificulta las relaciones con los farmacéu-
ticos es que éstos cometen ingerencias
e incluso intrusismo profesional, mien-
tras que según los farmacéuticos los fac-
tores que dificultan las relaciones inter-
personales son la falta de canales de co-
municación eficaces y la poca aceptación
del médico a sus intervenciones.
Es tanta la importancia de estos dos
factores que, para resolver el primero,
instituciones sanitarias oficiales en Cata-
luña perfilan la realización de un docu-
mento u hoja de interconsulta. Hasta el
momento, existen muchos farmacéuticos
comunitarios que han elaborado sus pro-
pias hojas de interconsulta, más o me-
nos consensuadas con los médicos de su
entorno. En el anexo 3 se muestra un
ejemplo.
 FARMACIA HOSPITALARIA
En cuanto al segundo punto, existen
varios estudios que demuestran el bajo
impacto que tienen las intervenciones de
los farmacéuticos comunitarios en la
prescripción. En un estudio19 realizado
durante este año en 12 farmacias comu-
nitarias de la provincia de Barcelona, y
aceptado en el 23 Congreso de la Socie-
dad Española de Geriatría y Gerontolo-
gía, se observó que sólo un 17% de las
intervenciones en la que los farmacéu-
ticos recomendaban a los médicos la
necesidad de gastroprotección, en pa-
cientes ancianos que tomaban antiin-
flamatorios no esteroideos (AINE) de
manera crónica, tuvieron impacto en la
prescripción.
En cuanto al conflicto de los roles, que
los médicos establecen como principal di-
ficultad de comunicación, existe un docu-
mento muy educativo que es una decla-
ración conjunta del Colegio de Médicos
Generalistas en Alemania y la Asociación
Federal de Colegios Farmacéuticos de di-
cho país20, en el que se definen los obje-
tivos comunes de médicos y farmacéuti-
cos en la farmacoterapia, así como el
grado de responsabilidad de cada uno de
los estamentos en ella. Como objetivos
prioritarios se contempla la comunicación
permanente y la asistencia de cursos de
formación en común, así como el contac-
to preestablecido entre ambos en sesio-
nes clínicas.
Finalmente, un factor que no podemos
olvidar dentro del apartado de comunica-
ción entre profesionales de la salud, y que
entorpece enormemente la comunicación
escrita, es la gran cantidad de siglas utili-
zadas, algunas muy conocidas y adopta-
das por casi todos los profesionales y otras
de cosecha propia.
19
Relación con el equipo de enfermería
Dentro del marco hospitalario, las relacio-
nes con el equipo de enfermería son cons-
tantes. Desde el punto de vista organi-
zativo, la administración y el control de
la medicación requiere un contacto cons-
tante.
De hecho, las enfermeras han contribui-
do de una manera muy importante a la in-
tegración del farmacéutico como profesio-
nal de la salud en los hospitales. Esto
puede ser debido quizás, a priori, porque
el personal de enfermería ha sido el prime-
ro en beneficiarse de la integración del
servicio de farmacia en un hospital. Por
una parte, el establecimiento del sistema
de distribución de medicamentos en do-
sis unitarias ha supuesto una pieza funda-
mental en la administración y control de
medicamentos, así como en la reducción
de la carga de trabajo y el ahorro de tiem-
po. Y, por otra parte, enfermería ha encon-
trado en los farmacéuticos un soporte im-
portante a la hora de verificar y procurar
una administración de medicamentos con
plenas garantías de seguridad. Así, por
ejemplo, en el año 1999, el 26% de las
consultas recibidas en el Centro de Infor-
mación de Medicamentos del Hospital de
la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona,
fueron realizadas por enfermeras, básica-
mente sobre la administración de medica-
mentos, compatibilidades e identificación.
Con el personal de enfermería compar-
timos responsabilidades comunes como
son el control y mantenimiento de los me-
dicamentos que están en los botiquines,
los estupefacientes y la administración de
medicamentos de especial control como
son los citostáticos o las nutriciones artifi-
ciales. Todas estas tareas que implican
responsabilidades compartidas, han gene-
 20 FARMACIA HOSPITALARIA
rado vías de comunicación muy frecuen-
tes que han motivado la elaboración de
protocolos de actuación. Un ejemplo de
ello sería el protocolo de extravasación en
la administración IV de citostáticos.
Los profesionales de enfermería han sido
canales de comunicación muy eficientes
para contactar con el médico y con el pa-
ciente y su entorno. De hecho, la enferme-
ra es quien más conoce a este último, ya
que es el profesional sanitario que más
tiempo pasa con él y más vínculos afectivos
establece. Por ello, a nivel hospitalario, la
participación de este estamento es funda-
mental para comunicarnos adecuadamen-
te con el enfermo. Podría decirse que en-
fermería está en una posición privilegiada
para realizar funciones de educación sani-
taria en general y de medicamentos en par-
ticular. De hecho, en algunos hospitales los
servicios de famacia aprovechan el sopor-
te de enfermería para dar información de
medicamentos, al alta, a cada paciente.
Relación con los técnicos en farmacia
La comunicación entre farmacéuticos y
técnicos en farmacia puede tener analo-
gías muy parecidas como la que se esta-
blece entre médicos y enfermería. Podría-
mos decir que, en general, ambos grupos
están formados por dos profesionales sa-
nitarios que trabajan codo a codo para un
mismo fin, pero con un grado de decisión
y responsabilidad distintos. No obstante,
se generan varios problemas que van des-
de la solapación de los roles, la diferente
motivación, la jerarquización, la evolución
de la carrera profesional y, por supuesto,
la diferencia en los sueldos.
El técnico en farmacia realiza funcio-
nes de tipo mecánico y administrativo,
que son absolutamente imprescindibles
para el buen funcionamiento del servicio.
Sin embargo, su estamento profesional le
impide realizar una carrera profesional
con todas las connotaciones económicas y
sociales que ello conlleva. Por tanto, debe-
remos motivar al técnico, establecer rela-
ciones absolutamente profesionales, evitar
roces y, por supuesto, valorar su trabajo.
Para ello, el farmacéutico ha de procurar
acercarse y comunicarse, y hacerle partí-
cipe de las obligaciones y tareas que le
implican. Debe realizarse un tipo de co-
municación tanto descendente como as-
cendente y pensar que el técnico es el
profesional que más puede influir en
nuestro desarrollo profesional y calidad
de vida laboral.
Relación con los gestores del hospital
A este nivel, la comunicación que mantie-
ne el farmacéutico de hospital con el equi-
po directivo es de tipo ascendente, pero
también descendente, siguiendo la mayo-
ría de las veces unas vías formales que
atienden al peso de la jerarquía. Las rela-
ciones suelen ser bastante frecuentes,
como consecuencia de las tareas de con-
trol y contención del gasto farmacéutico,
en las que el servicio de farmacia está
muy involucrado. Es con el equipo directi-
vo donde éste debe poner en práctica to-
das sus habilidades para la negociación.
Muchas veces los intereses del servicio de
farmacia pueden contraponerse a los que
el equipo directivo prevé para el hospital.
Un ejemplo es en la política de personal,
donde los gestores establecen como váli-
do los requisitos mínimos que indica la ley
sobre el número de farmacéuticos que
debe haber en los hospitales y, sin embar-
go, nosotros sabemos que para desarrollar
todos los campos de la farmacia clínica
 FARMACIA HOSPITALARIA
es imprescindible un incremento de plan-
tilla.
Nuestra habilidad negociadora reside
en saber demostrar no sólo la eficacia de
un servicio de farmacia, sino también su
eficiencia. Debemos mostrar que las fun-
ciones clínicas que realizamos en el hos-
pital son mucho más eficientes que las
administrativas o de gestión para las cua-
les muchos de ellos nos han contratado.
De esta forma, hemos de explicar cuál es
la magnitud de nuestra profesión, nues-
tras implicaciones y, por supuesto, limita-
ciones. Todo ello si es posible desde la de-
mostración práctica.
Con frecuencia los gestores y el equipo
directivo se quejan de que los facultativos
sólo se comunican con ellos para mostrar
sus reivindicaciones, y nunca para agra-
decer o consolidar aspectos de gestión
que hayan incidido positivamente. Tendrí-
amos que reflexionar sobre esta realidad
y pensar en establecer comunicaciones
periódicas con el equipo de dirección, tan-
to en sentido positivo como negativo. Este
tipo de comunicación no debe ser siem-
pre formal, sino que vías informales de re-
lación pueden ser mucho más ricas y
fructíferas que las primeras. Una idea que
puede ayudar es que cuando se contrata
a alguien es para resolver una necesidad o
problema y no para proporcionar más ne-
cesidades o aumentar el número y com-
plejidad de los problemas.
Relación con
el resto del personal no asistencial
A pesar de las nuevas tecnologías, una
gran parte de los esfuerzos diarios del
farmacéutico se consumen en la buro-
cracia. El control, la adquisición y la ges-
tión de los medicamentos requiere que
21
éste realice mucho trabajo administrati-
vo. Las nuevas competencias que van
adquiriendo los hospitales hacen que se
sobrecarguen las funciones de adminis-
tración y gestión. Podemos citar las horas
que empleamos y el tiempo que necesi-
tamos para el control de los ensayos clí-
nicos, que en algunos hospitales son, por
cierto, cada vez más numerosos y com-
plejos; pero también en la adquisición de
medicamentos, en los trámites a seguir
con los medicamentos extranjeros y de
uso compasivo o en la dispensación am-
bulatoria. De modo que debe procurarse
que la comunicación con los servicios
administrativos (admisiones, compras,
almacén, archivos, etc.) sea fluida, técni-
ca y formal.
Relación con la universidad
A pesar de que algunos farmacéuticos
de hospital y comunitarios forman parte
del equipo docente de la universidad
como profesores asociados, lo cierto es
que una gran mayoría, y sólo a través de
cursos de doctorado, tesinas, tesis, etc.,
tiene relativamente poco contacto con
ésta.
La implantación de las prácticas tute-
ladas ha promocionado estas relaciones,
aunque sólo a nivel de los alumnos y su
cuadernillo de prácticas. La comunica-
ción que deberíamos establecer es la de
tipo horizontal, que permitiera un flujo
de ideas y de innovaciones en ambos
sentidos. Sin embargo, la rigidez de las
instituciones no permite romper el abis-
mo entre docencia y ejercicio profesio-
nal. Este es un mal común en la mayoría
de las licenciaturas, pero posiblemente
más acusado en las facultades de far-
macia.
 22 FARMACIA HOSPITALARIA
Relación con los colegios profesionales
Los colegios profesionales que represen-
tan a todos los licenciados tienen como
objetivo defender los intereses del colecti-
vo y establecer actividades de promoción
y formación. Para ello, en algunos cole-
gios de farmacéuticos se ha hecho un es-
fuerzo titánico, promoviendo la comunica-
ción a través de la incorporación de
nuevas tecnologías. Sin embargo, existe el
problema de la diversidad. El mercado la-
boral farmacéutico es muy dispar, puesto
que existen farmacéuticos que trabajan
en la industria, farmacias, hospitales y
universidades. En todos estos ámbitos, las
actividades profesionales son muy diver-
sas, desde las ventas a la producción, pa-
sando por los registros, la docencia, etc. y,
aunque todas estas subespecializaciones
quieren realizarse desde los colegios pro-
fesionales a través de las vocalías, el re-
sultado es que se atienden de manera de-
sigual.
La mayoría de los colegiados que no tra-
bajan en farmacias comunitarias suele rei-
vindicar que el colegio gasta la mayoría
de sus esfuerzos en las necesidades de
los farmacéuticos de oficina. Quizás esta
apreciación podría ser consecuencia de
un hecho histórico-cultural, ligado a mu-
chos años de ejercicio, aunque también
podría ser debido a que éste es el colecti-
vo más numeroso y el que necesita más
soporte administrativo. Sin embargo, los
colegios deben acercarse a cada una de
las realidades en que se mueve el ejercicio
de la profesión y promover actividades de
formación y promoción en todos los cam-
pos, evitando, por supuesto, defender in-
tereses contradictorios. Debemos recordar
que los colegios profesionales se encuen-
tran en una situación privilegiada para
promover la comunicación entre diferen-
tes especialidades de un mismo colectivo.
Relación con
los farmacéuticos comunitarios
La falta de comunicación existente entre
la atención primaria y la hospitalaria afec-
ta casi por igual a todos los profesionales
implicados. De modo que la falta de rela-
ción existente entre el personal de enfer-
mería de atención primaria y de hospital
es muy parecida a la falta de relación que
existe entre farmacéuticos comunitarios y
hospitalarios. Esta realidad ha provocado
descoordinación, utilización deficiente de
recursos y, en primera instancia, moles-
tias para el paciente. La comunicación en-
tre los farmacéuticos de hospital y los co-
munitarios evitaría muchos errores de
medicación, sobre todo en los pacientes
que reciben medicamentos simultánea-
mente de los dos ámbitos, como son los
portadores del VIH, aquellos con esclero-
sis múltiple, tratamientos con quimiotera-
pia o inmunosupresores. En estos casos la
falta de comunicación puede comportar
que cada parte sólo analice parcialmente
el control de la farmacoterapia, la farma-
covigilancia y el cumplimiento, con un
perjuicio claro para el paciente.
Actualmente la poca comunicación que
se establece entre estos profesionales es
siempre consecuencia de un problema
concreto. Ciertos hospitales acuden a ofi-
cinas de farmacia para proveerse de una
especialidad farmacéutica que les falta,
del mismo modo el farmacéutico de ofici-
na contacta con el farmacéutico de hospi-
tal cuando tiene algún problema con algu-
na prescripción hospitalaria o cuando
desconoce la preparación de una fórmula
magistral que se utiliza en el hospital.
 FARMACIA HOSPITALARIA
En años anteriores a la incorporación de
los Centros de Información de Medica-
mentos (CIM) en los colegios profesiona-
les, muchos farmacéuticos recurrían a los
CIM de los hospitales para solventar sus
problemas con la farmacoterapia. Esta co-
municación permitía, además, establecer
relaciones personales que facilitaban la
trasmisión de una filosofía como es la far-
macia clínica. Actualmente, los farmacéu-
ticos de hospital transmiten esta manera
de trabajar a través de cursos de posgra-
do, a los que acuden en su mayoría far-
macéuticos comunitarios. Sin embargo,
pienso que los farmacéuticos de hospital
poseen unos recursos tecnológicos y bi-
bliográficos inalcanzables para la mayoría
de oficinas de farmacia y por ello podrían
implicarse más directamente en la inte-
gración de los farmacéuticos comunitarios
de la zona, por ejemplo invitándoles a par-
ticipar de las sesiones clínicas o bibliográ-
ficas que realizan periódicamente.
Podríamos hablar también de la comu-
nicación entre farmacéuticos dentro de un
mismo ámbito. Para ello, habría que con-
siderar que una de las variables que más
afectan el establecimiento de vías comuni-
cación efectivas es la competencia por
una carrera profesional, la priorización de
las relaciones personales frente a las pro-
fesionales y la solapación de los roles. És-
tas son cuestiones que el jefe de servicio
debe prever para establecer los canales
de comunicación entre profesionales den-
tro de un mismo ámbito.
Relación con la industria farmacéutica
Cada vez es más frecuente, dentro del
marco hospitalario, el contacto entre los
profesionales sanitarios y los representan-
tes de la industria, puesto que existe una
23
influencia de la prescripción hospitalaria
sobre la ambulatoria. Dentro del hospital,
uno de los profesionales que más influen-
cia tiene en la selección y adquisición de
medicamentos es el farmacéutico, por lo
que la industria ha acentuado mucho sus
visitas a los servicios de farmacia. Esto es
lógico, en el sentido que aquélla, al seguir
un régimen de mercado, si no obtiene be-
neficios, no subsiste.
Para ello busca dos estrategias: una es la
adaptación a las necesidades de salud de
la población y la otra la promoción de sus
productos. Para conocer qué es lo que la
población necesita, se hacen análisis de
mercado de manera que se diseña un ca-
tálogo de productos en función de la pobla-
ción que va a consumirlos. La comunica-
ción con los profesionales de la salud es un
pilar básico en este análisis de mercado.
Un ejemplo podría ser la aparición de nue-
vos dispositivos que facilitan la administra-
ción de formas farmacéuticas inhaladas, o
la elaboración de formas retard que consi-
guen reducir el número de tomas al día.
Paradójicamente, a veces las consecuen-
cias de este análisis de mercado repercu-
ten negativamente a los farmacéuticos. Un
ejemplo podría ser las suspensiones, cada
vez más frecuentes, de la comercialización
de especialidades farmacéuticas.
Para la promoción de los productos21,
la industria realiza dos tipos de activida-
des: directas e indirectas. Las directas se
basan en la visita del delegado que nos in-
forma de las novedades del mercado,
como es la aparición de una nueva espe-
cialidad, presentación o indicación. En es-
tos casos, además el delegado se presen-
ta como informador científico. Si la visita
es muy frecuente, y el delegado despierta
empatía, se establecen en muchos casos
 24 FARMACIA HOSPITALARIA
relaciones de amistad personal. La infor-
mación que nos presenta la industria es
muy relevante (ficha técnica, cuestionario
adaptado, etc.), aunque no suficiente y
debe buscarse más bibliografía que con-
traste la seguridad y eficacia de los medi-
camentos.
Los métodos indirectos de promoción
son mucho más dispares. Entre ellos des-
tacan algunos ensayos clínicos o «seudo-
estudios», la organización de viajes, sim-
posios o conferencias presididas por
líderes de opinión y la asistencia a congre-
sos. Tenemos que asumir que en una sa-
nidad limitada de recursos, la relación con
la industria es indispensable para el so-
porte o patrocinio de una gran cantidad de
proyectos de investigación, así como para
la subsistencia de muchas sociedades
científicas. Por tanto, una parte importan-
te del avance de la ciencia se lo debemos
a la industria.
Por ello, los canales de comunicación,
los mensajes que emitimos y recibimos
por parte de la industria, deben asegurar
nuestra competencia profesional, benefi-
ciar a nuestros pacientes y a la institución
a la que pertenecemos.
 FARMACIA HOSPITALARIA
Capítulo 5
Conclusión
D
e todos los aspectos teóricos y prác-
ticos que se han expuesto en la pre-
sente monografía, destacan unos
elementos que condicionan princi-
palmente la relación del farmacéu-
tico de hospital con otros profesionales, tal
y como lo describe Bonal17 en el libro far-
macia hospitalaria. Éstos son:
• Naturaleza del trabajo, funciones di-
versas y menor especialización.
• Formación.
• Poco conocimiento e incomprensión
de una profesión.
• Habilidades personales.
• Grado de implicación con los objetivos
del hospital.
• Reconocimiento interno y externo de
la capacidad profesional.
Naturaleza del trabajo
Cuando nos referimos a la naturaleza del
trabajo quedan implícitas otras variables
como el grado de especialización, activida-
des profesionales, marco de actuación, re-
cursos técnicos y humanos, puesto que to-
das ellas participan activamente en el grado
de comunicación entre profesionales.
Formación
La formación es el salvaconducto que per-
mite una comunicación basada en el rigor
científico y en la seguridad personal que
25
nos confiere el conocimiento. Hemos des-
tacado la necesidad de incluir técnicas de
comunicación dentro de los currículos
académicos, para promover y mejorar
nuestra capacidad de relación profesional.
Poco conocimiento
e incomprensión de una profesión
El cambio de rol del farmacéutico, en los
últimos tiempos, es origen de incompren-
siones y susceptibilidades, incluso dentro
del mismo estamento. Debemos procurar
conocer el trabajo de otros profesionales
con los que debemos comunicarnos y que
ellos conozcan el nuestro. Una buena idea
sería que los estudiantes de diferentes li-
cenciaturas en ciencias de la salud com-
partieran físicamente las clases de asigna-
turas comunes.
Habilidades personales
La comunicación verbal, no verbal y es-
crita depende en gran medida de nuestra
capacidad de relacionarnos y de transmi-
tir información. Algunas de las habilidades
que hemos hablado son innatas, pero la
mayoría pueden aprenderse.
Grado de implicación
con los objetivos del hospital
El grado en que uno se implica con los ob-
jetivos de trabajo y de su vida es, en mu-
 26 FARMACIA HOSPITALARIA
chas ocasiones, una cuestión de actitud y
de conocimiento mutuo y comunicación.
En un ambiente multidisciplinario y jerar-
quizado como es un hospital, una comu-
nicación eficaz promueve la implicación y
viceversa. Todo ello tiene beneficios para
nuestra causa común, que es el paciente.
Reconocimiento interno
y externo de la capacidad profesional
Una de las principales causas de desmoti-
vación y tibieza es la falta de reconoci-
miento. Si un profesional pierde la con-
fianza en sí mismo, será muy difícil que
realice una labor profesional eficiente y,
por supuesto, tendrá una gran dificultad
de relación y comunicación con otros far-
macéuticos y otros profesionales impli-
cados.
 FARMACIA HOSPITALARIA
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 FARMACIA HOSPITALARIA 29

Anexo 1
Ejemplo de comunicado interno

FECHA:................................................
DE: SERVICIO DE FARMACIA
A:.........................................................
............................................................
............................................................

ASUNTO: ....................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................

RESOLUCIÓN:.............................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................

Firma y sello del servicio de farmacia

 FARMACIA HOSPITALARIA 30

Anexo 2
Ejemplo de hoja de comunicación
con el equipo médico

Día: .............................Hora: ..........................

De: ................................., servicio de farmacia
A: ..................., servicio de..............................

REFERENTE
Al/la paciente ..................................................................................................................
Ingresado/a en ...................................................................... en la cama .......................

SE HA OBSERVADO: .......................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................

LE RECOMENDAMOS: ....................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................

Si tiene cualquier duda, por favor contacte con nosotros al ..............................................

Muchas gracias. Atentamente,
.........................................
 FARMACIA HOSPITALARIA 31

Anexo 3
Ejemplos de hojas de comunicación
entre el farmacéutico comunitario
y el médico de atención primaria
.......................... de .......................... 200.......

A: Centro:

El Sr./Sra. .................................................................... con N.º SS/CIP ............................

Ha acudido a nuestra farmacia, donde hemos detectado:

–––––– No contiene los datos del médico

–––––– El medicamento no es financiable por la Seguridad Social
–––––– No se especifica la dosis o forma farmacéutica
–––––– Es ilegible
–––––– Le falta el sello del inspector
–––––– Contiene un número de envases no adecuados
–––––– La receta esta rota
–––––– Otros..................................................................................................................

En caso de duda contacte con nosotros al teléfono/Fax ...................................................

Muchas gracias,

Farmacéutico
N.º Colegiado
Firma
 32 FARMACIA HOSPITALARIA

.......................... de .......................... 200.......

A: Centro:

El Sr./Sra. .................................................................... con N.º SS/CIP ............................

Ha acudido a nuestra farmacia, donde hemos detectado
–––––– Una interacción medicamentosa entre................................ y ...........................
–––––– Una duplicación con ........................................... y............................................
–––––– Una posible reacción adversa de tipo ....................... debida a ...........................
–––––– Una sobredosificación ya que toma ......................... y necesitaría .....................
–––––– Una infradosificación ya que toma............................ y necesitaría .....................
–––––– Una contraindicación ya que..............................................................................
–––––– La falta de prescripción de .................................. ya que ...................................
–––––– Mal cumplimiento en .........................................................................................
–––––– Otros..................................................................................................................

Se lo notifico para que tome las medidas oportunas, nosotros recomendamos:

.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
.......................................................................................................................................
En caso de duda contacte con nosotros al teléfono/Fax ...................................................
Muchas gracias,

Farmacéutico
N.º Colegiado
Firma
Con la colaboración de