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Las consecuencias del consumo de alcohol y las medidas de

prevención durante la adolescencia

Consecuencias: El alcohol es adictivo para todos y cuando se inicia su


consumo antes de los 18 años aumenta 5 veces la probabilidad de que se
genere una adicción.

Los adolescentes corren un riesgo mayor que los adultos a desarrollar


enfermedades como la cirrosis del hígado, pancreatitis, infartos
hemorrágicos y algunas formas de cáncer.

Los adolescentes que consumen alcohol están más expuestos a iniciar


actividad sexual temprana, situación que los expone a un mayor riesgo de
contagio con el virus del SIDA, las enfermedades de transmisión sexual y
los embarazos no deseados. De igual modo, incrementan la probabilidad de
verse afectados por la impotencia y la disfunción eréctil.

Los adolescentes que abusan del alcohol son 4 veces más vulnerables a la
depresión severa que aquellos que no tienen un problema de alcohol.

El consumo de alcohol entre adolescentes ha sido asociado con muertes por


suicidio y accidentes de tránsito.

El alcohol afecta la absorción de nutrientes en el intestino delgado siendo


esto contraproducente para el período de crecimiento en el que se
encuentran los adolescentes.

El alcohol incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes frente al consumo de


otras sustancias adictivas.
Medidas de prevención: La prevención del alcoholismo debe iniciarse
en la adolescencia o incluso antes. La recomendación es no beber nada de
alcohol antes de la edad adulta. Para fomentar la abstención alcohólica es
fundamental la actitud de la familia del menor; así, hay padres que no
quieren que sus hijos beban pero consumen bebidas alcohólicas con
frecuencia en presencia de sus hijos, o hacen comentarios sobre “cuánto
bebían de jóvenes”. Esta conducta pro-alcohol puede hacer que el joven
considere que el consumo de alcohol es algo normal y deseable en algunas
ocasiones (por ejemplo cuando se está con amigos).

En segundo lugar, es preciso informar al adolescente sobre las


consecuencias reales del alcohol. Afortunadamente cada vez son más los
jóvenes que conocen los efectos del alcohol y las graves consecuencias que
puede tener sobre su salud y su calidad de vida, pero si no se acompaña de
medidas efectivas de prevención, la información no es suficiente.

Por eso, un tercer pilar fundamental para evitar la adicción, será dotar al
adolescente de las estrategias necesarias para eliminar los factores de
riesgo que le pueden inducir a consumir alcohol, como mejorar su autoestima
y sus habilidades sociales. En este sentido, será fundamental también
ayudar al joven a soportar la presión del grupo y mostrarle formas
alternativas de diversión. En esta línea, la FAD (Prevención de Ayuda Contra
la Drogadicción) ha desarrollado un programa de prevención del alcoholismo
desde el ámbito familiar. Sus objetivos son desarrollar una visión adecuada
del uso y abuso del alcohol, y proporcionar estrategias de intervención que
ayuden a los padres a prevenir el consumo de alcohol en el ámbito familiar.

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