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Federalismo Segretti Resumen
Federalismo Segretti Resumen
Federalismo+
El federalismo es una doctrina política que busca que una entidad política u organización
esté formada por organismos (estados, asociaciones, agrupaciones, sindicatos, etc) que
se asocian delegando algunas libertades o poderes propios a otro organismo superior, a
quien pertenece la soberanía (Estado federal o federación) y que conservan una cierta
autonomía, ya que algunas competencias les pertenecen exclusivamente. En otras
palabras, es un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre
un grupo de Estados asociados, en primer lugar, que luego delegan competencias a un
Estado federal central.
Carlos segretti
Allí se ocupa de deslindar, entre otras cuestiones, El unitarismo argentino. Notas para su
estudio en la etapa 1810-1819, Buenos Aires, A-Z Editora, 1991. 322 Aurora Ravina cómo
unitarismo y centralismo no son la misma cosa, y existen ejemplos de unitarios probados que
no adherían al centralismo. Segreti estudia el fenómeno del unitarismo, al que entiende
también como mixto, tal como estudia el del federalismo, como productos históricos
distintas interpretaciones del concepto de federalismo que manejaban los actores de aquellos
tiempos y la diferenciación conceptual entre la provincia intendencial, regida por la Real
Ordenanza de 1782, y la provincia dotada de autonomía tal como la consagra el sistema
federal. También, sus apreciaciones respecto del Reglamento Provisorio de Córdoba de 1821, y
la forma de estado federal que establecía, convirtiéndolo en un significativo antecedente del
proceso que se cerraría con la sanción y promulgación de la Constitución nacional treinta y dos
años después, así como su inferencia, fundamentada, sobre la posibilidad de que haya tenido
una sustantiva influencia en las ideas de la unidad federativa, propuesta por Alberdi en sus
proyectos constitucionales, porque hay en ellos cláusulas, que solo encuentran explicación en
el conocimiento de algún proyecto político del mismo tenor.
el estudio del federalismo argentino lleva a comprender que este es mixto, como ha señalado
el propio profesor Segreti, lo es, ciertamente, porque conserva notas del unitarismo, notas que
el propio Alberdi no desdeñó en su tiempo. Y aquí es donde cabe atender, como se ha
anticipado ya, a una obra previa de Carlos Segreti, aparecida en 1991, cuando el debate sobre
la reforma constitucional ganaba terreno día a día
Allí se ocupa de deslindar, entre otras cuestiones, El unitarismo argentino. Notas para su
estudio en la etapa 1810-1819, Buenos Aires, A-Z Editora, 1991. 322 Aurora Ravina cómo
unitarismo y centralismo no son la misma cosa, y existen ejemplos de unitarios probados que
no adherían al centralismo. Segreti estudia el fenómeno del unitarismo, al que entiende
también como mixto, tal como estudia el del federalismo, como productos históricos
Segreti confirma que 1810 es el acontecimiento político y social de mayor relevancia: “Llegada
la Revolución de Mayo al poder –dice- inmediatamente se concreta lo que denominé pacto
implícito o tácito. Es dentro de las partes que lo componen donde se da la diferencia entre las
que se inclinan por la forma de estado unitaria y las que prefieren las federales”
Segreti la llama “Federalismo Argentino”- como síntesis poderosa entre el unitarismo y las
tendencias federales. Córdoba dará el primer impulso a esta expresión “argentina” como
antecedente singular y Bustos será el responsable desde su proyecto político frustrado.
El Paraguay:
La primera región en desprenderse, ante la decisión de conformarse una Primera Junta
residente en Buenos Aires, es Paraguay. La retroversión de la soberanía a los pueblos se
justifica desde la legitimidad que brindaba el derecho castellano ampliamente instalado en las
colonias hispanoamericana
Paraguay debido a su “marcado provincialismo” constituye una identidad política ajena a los
intereses de los actores políticos porteños, lo que le lleva a utilizar una máscara jurídica de
“confederación
el término confederación es sólo para desprenderse de Buenos Aires y no del resto de las
provincias. El responsable de esta nueva forma de expresión política es el doctor Francia
puesto que “puede aceptarse que el primer federalismo -en su forma de alianza, pacto, etc.-
rioplatense es el paraguayo y que en la adopción de esa particular forma el pensamiento de
Rodríguez de Francia es fundamental; la base de ese pensamiento lo había aprendido en la
Universidad de Córdoba como partícipe de su Escuela Jurídico Político”
Gervasio Artigas es representado como el “el primer caudillo” engendrado por la Revolución.
La disponibilidad portuaria de Montevideo permitió crear un pequeño poder rivalizante para
Buenos Aires. Por otro lado, esta región se inclina a la ganadería por lo que la competencia se
externaliza en espacios económicamente semejantes con un referente político de amplia
repercusión
Por todo lo dicho anteriormente puedo afirmar que Artigas, en verdad, nunca pudo superar la
confederación en el sentido de liga, alianza, pacto aunque su objetivo fuera la creación de
un Estado Federal en el que las provincias sostendrían un papel preponderante casi tan
importante como el Estado; precisamente esa actitud destacada tiene su adecuada
explicación en que fue una respuesta, como creo haberlo demostrado. Por ello, precisamente
por esto, el introductor del federalismo en el Río de la Plata no pudo superar, en los hechos, la
confederación tal como la entendió.
corodba
Bustos intenta encaminar el vacío producido por la crisis de la hegemonía oriental –la derrota y
el exilio de Artigas- y orientarlo a los vínculos con otras provincias para enfrentar a Buenos
Aires.
El autor señala que la provincia de Córdoba encuentra “las bases para el federalismo
argentino” como forma mixta entre el federalismo rioplatense y el unitarismo del interior24. Es
decir, “Córdoba halló la fórmula adecuada, bajo ningún concepto quiero significar término
medio sino, simplemente, que la fórmula se logró con contenidos de ambas partes sin hacer
cuestión de en qué proporción de una y otra” 2
Para Segreti las identidades políticas, tan importantes como la unitaria y la federal, es la
antítesis construida entre provincianos y porteños2
Para Segreti las representaciones e identidades políticas también acordes son las de
provincianos y porteños. Dice al respecto: “…una realidad mucho más notoria que la de
unitarios, federales y confederales como es la de porteños y provincianos que antecede,
coexiste y trasciende más que aquéllas”31 .
utilizó “la soberanía de los pueblos”, presente ya en la provincia desde la época colonial, para
disputar el estado o nación residente en Buenos Aires. Córdoba no es una provincia autónoma,
en el sentido caprichoso del término, sino que respalda que efectivamente existan autoridades
nacionales. Su constitución o Reglamento Provisorio es un adelanto eficaz del federalismo
argentino que los historiadores-juristas de la Nueva Escuela Histórica se interesaron en
indagar.
Unitarismo
estas pequeñas instituciones eran la herencia colonial más perfecta para el nuevo estado en
construcción, pues recibe entidades territoriales-administrativas que disputarán las nacientes
provincias
las instituciones no son causas del unitarismo o federalismo, sino porque constituyen el
encuadre legal en que el hombre y la sociedad desenvuelven su acción (…) lo modifica y
transforma”14. Entonces afirma que “el Estado surgido en mayo de 1810 se erige sobre las
bases contractuales mediante lo que he denominado el Pacto implícito o tácito de 1810 (…) En
verdad se plantea ya el problema de unión de las provincias a la capital”15. Aquí el pasaje
introductorio al rol de los caudillos, como parte de la elite política, es importante en tanto que
ellos saben introducirse en los despojos de estas instituciones como parte del legado colonial
En primer lugar reconoce que las dietas y viáticos eran pagadas por el tesoro nacional desde
Buenos Aires –la carencia de fondos públicos generales- y, en segundo lugar, 16 Ibíd. p.27 17
Ibíd. p. 35 18 Ibíd. señala la carencia de políticos profesionales y formados. Sin embargo,
Segreti admite que la aristocrática Constitución de 1819 será naturalmente rechazada por su
evidente centralismo. De todas formas, realiza un análisis del entramado político-militar del
momento para destacar finalmente que el apoyo del estado unitario es muy notorio
** El estado unitario que describe posee los principios liberales heredados por la Ilustración. El
aporte original de Segreti consiste en que desmitifica los prejuicios clásicos y asegura que
muchos de los dirigentes federales no pensaban de manera muy diferente a los políticos
unitarios como ocurría en la administración del estado
Precisamente la resistencia a las primeras manifestaciones de gobiernos unitarios y
centralistas, residentes en Buenos Aires, provocará la emergencia de los federalismos en el
Interior del país.
Síntesis
Ambos discuten una estrategia para conservar o crear una nueva hegemonía política eficaz
sobre lo que quedó del antiguo virreinato. Los intentos frustrados de construir el Estado
nacional vacante luego de 1810 deriva en lo que en su País disuelto describió como guerras
civiles pero que no discutían la idea presente de un “interés común” o nación de los pueblos o
provincias que nunca se desatendieron del mism
Juan Bautista Bustos formó parte de un gobierno que disputó, de manera fallida, la hegemonía
política a Buenos Aires. Lo que el análisis de estas obras ofrecen a la representación de Juan
Bautista Bustos, en la perspectiva historiográfica, es un aporte original porque analiza su
identidad política además de federal como provinciana
Otra cuestión que suscita cierta originalidad en el desarrollo del Estado nacional y el proceso
de organización nacional, por parte de Segreti, es su crítica a Chiaramonte en cuanto a que los
gobiernos provinciales no constituyeron estados en sí mismos, sino que intentaron crear
figuras jurídicas insertas en formas confederales. Por supuesto que esto merece un estudio
más acabado y profundo de investigación.
Los pactos interprovinciales, descriptos por Ravignani, no determinaron que esas entidades
fueran concretamente Estados. Segreti realiza una exhaustiva labor documental analizando las
respuestas de los cabildos y gobiernos de las provincias, distinguiendo lo que era un rechazo a
las autoridades centralistas de turno y no una mera política de aislamiento localista
El primer interrogante que debe hacerse no debe centrarse en como distinguir un unitario de un
federal, sino, ante todo, como distinguir un unitario de un no unitario, como diferenciar un federal
de un no federal. Aunque parezca demasiado evidente dicho proceder, de este modo, se evita caer
en la trampa de considerar que un unitario es el negativo del federal y viceversa. Si se tiene en
cuenta el criterio previamente expuesto, pronto se reconfirma la evidencia de la pobreza
explicativa de los modelos antagónicos, pues dentro del unitarismo tanto como del federalismo
advertimos un amplio abanico de diferenciadas personalidades
historiador Sergio Bagú, en El Plan Económico del Grupo Rivadaviano, nos ofrece un
enfoque marxista que se caracteriza por identificar a los integrantes del grupo rivadaviano –
directos precursores del unitarismo- como los iniciadores de una burguesía nacional, progresista y
desinteresada, que se bate contra un naciente federalismo que representa los sectores ganaderos
ligados al comercio británico.13 Si verdaderamente original es el poder explicativo del modelo de
Bagú; las antinomias, aunque rejuvenecidas, mantienen un fuerte anacronismo en su
interpretación, tal vez demasiado centrada en los aspectos económicos del proceso. En cambio,
Enrique Barba, en su obra Unitarismo, Federalismo, Rosismo, justifica el acontecer histórico del
siglo XIX como la síntesis de una larga disputa entre provincianos y porteños. 14 Unitarismo o
federalismo eran solo los diferentes ropajes que los porteños, desde Rivadavia a Rosas, supieron
utilizar para ocultar sus principales intereses y conservar el predominio de su propia región. En
este caso, las antinomias del regionalismo, tal como lo había anticipado Alberdi, son las que
prevalecen.
Antes de 1831, diversos gobiernos centrales cuya naturaleza y sustrato estatal es aún objeto de discusión. Fueron casi todos
gobiernos constituidos en Buenos Aires como soluciones provisorias destinadas a durar hasta que se reuniera la asamblea
constituyente que definiría y organizaría el nuevo estado. Las demoras en reunir esas asambleas constituyentes, y el fracaso de las
que se lograron congregar dieron pie a que perdurara una contradictoria “provisionalidad permanente”. Carácter provisorio que
contribuía a prolonga la indefinición respecto a rasgos sustanciales de esos gobiernos: atribuciones soberanas, fundamentos
nacionales, límites territoriales de su autoridad, etc.
El llamado federalismo argentino continúa aún hoy designando tendencias y actores políticos que muchas veces poco tienen que ver
con el significado del término en la bibliografía jurídico-política contemporánea. En cuanto al segundo subperíodo, abierto en 1831 ,
el descuido de la diferencia entre confederacionismo y federalismo. La historia del federalismo continuó pagando tributo a la
inquietud por lo que se juzgaba una débil nacionalidad argentina.
Olvido de la distinción de confederación y estado federal al identificar, bajo la denominación de federalismo, las tendencias
confederales que predominaron en la primera mitad del siglo, y las manifestaciones de autonomismo en varias de las ciudades
rioplatenses. Si consideramos que lo que pretendían las “provincias” rioplatenses hacia 1831 era una confederación y no un estado
federal, no queda otra alternativa que considerarlas Estados independientes y soberanos, y no provincias de un Estado preexistente.
La confusión procede de la peculiaridad del lenguaje de la época, pues hasta la aparición del Estado federal norteamericano (1787),
la literatura política entendía por federalismo solamente la unión federal.
Lo que une una confederación son estados independientes, no provincias. Y esto es más congruente con lo que en realidad ocurrió
en 1831: se organizó una confederación porque quienes le dieron vida eran representantes de estados independientes. También
resultan agrupadas como manifestaciones federales todas aquellas reivindicaciones del antiguo derecho autónomo de los
“pueblos”. De tal manera se ha producido un deslizamiento de sentido que hace que la noción de federalismo en la historiografía
argentina concluya por ser referida a fenómenos de disociación política, mientras que en la bibliografía política de la que deriva es
asociada a lo inverso, a un proceso de unificación.
Otra interpretación ha advertido los factores autónomos en juego, incluyendo el papel de las ciudades y de los cabildos. Surgimiento
de la provincia como superación del papel político de la ciudad, y después el de la nación como producto contractual de estas
provincias- Tesis de Francisco Ramos Mejía crítica a la tesis de la preexistencia de la nación respecto a las provincias.