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Sinopsis
Dos mundos en una misma realidad.

Roxalía Lentz es una canadiense de orígenes alemanes cuya


profesión es ser policía. Lo ha hecho desde hace muchos años. Ella
maneja las calles de Montreal y conoce cada rincón de la ciudad.

Cuando era una niña había comenzado a tener lo que ella llamaría
locura irracional, lo cual no podía explicar y sus padres la trataban
de bicho raro. Todo lo que no podía explicar le apasionaba, además
allí estaba su amigo Häkan y él era especial con ella. Se divertían
juntos, pero cuando les explicaba a sus padres de Häkan, solo le
decían que era su amigo imaginario. La psicóloga del momento así
se los explicó a sus padres.

Häkan Boysen es un alemán de orígenes nórdicos, cuya profesión es


la de escritor. Él era famoso por sus novelas en todos los géneros,
romance, aventuras, paranormal e hizo varias sagas involucradas
también las de ciencia ficción. Muchas de sus novelas fueron
llevadas al cine y tuvieron mucho éxito.

Él conocía a Roxalía desde hacía mucho tiempo, pero lo que tenía


que hacer no era jugar a ser su amigo imaginario sino a descubrir
ambos El Pergamino de La Verdad. Pero para llegar a eso, no sabía
que no estaba en el manual el enamorarse de ella para así llegar a
ser ambos La Segunda Ley.

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El amor es invisible para los ojos, pero es visible
para el alma.

Olivia Chipres

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TABLA DE CONTENIDO

Sinopsis

Tabla de Contenido

Lista de Libros

Capítulo 1

Roxalía

Capítulo 2

Häkan

Capítulo 3

Roxalía

Capítulo 4

Häkan

Capítulo 5

Roxalía

Capítulo 6

Häkan

Capítulo 7

Roxalía

Capítulo 8

Roxalía

4
Capítulo 9

Häkan

Capítulo 10

Roxalía

Capítulo 11

Häkan

Capítulo 12

Roxalía

Capítulo 13

Häkan

Capítulo 14

Roxalía

Capítulo 15

Häkan

Capítulo 16

Roxalía

Capítulo 17

Häkan

Capítulo 18

Roxalía

5
Capítulo 19

Häkan

Capítulo 20

Roxalía

Capítulo 21

Häkan

Capítulo 22

Roxalía

Capítulo 23

Häkan

Capítulo 24

Roxalía

Capítulo 25

Häkan

Capítulo 26

Roxalía

Capítulo 27

Häkan

Capítulo 28

Roxalía

6
Capítulo 29

Häkan

Capítulo 30

Roxalía

Epílogo

Häkan

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LISTA DE LIBROS

La Mitad Más Uno

Estás Bajo Mi Mando

Siempre Diré Tú Nombre

*Trilogía “Mi Estrella”

Mi estrella, Mi vecino

Mi Estrella, Mi Amor

*Serie “Mujeres Apasionadas” en conjunto con Anna Luque

Lanzándome al Amor

Amor en Serenity-Napa (próximamente)

*Serie “Amor & Lentes de Sol” (Próximamente)

(cuatro novelas cortas, todas independientes)

Amor, Al Segundo Flash

Amor, Después de Todo

Amor, Eres Todo lo que tengo

Amor, para Navidad

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CAPÍTULO 1

El lugar es húmedo, frondoso, hay muchos árboles las piedras que


veo están recubiertas de musgos, como que, si ellos estuvieran allí,
desde hace años.

No sé dónde estoy. Pero recorro la vista por el lugar y veo que los
árboles van hacia arriba, sus troncos son delgados, y se extienden
hasta muchos metros.

Por mi profesión, me detengo a observar bien el lugar…. Mierda, no


sé dónde puede ser. O tal vez donde estoy.
Un escalofrío recorre mi cuerpo desde mi nuca hasta mis glúteos.
Me detengo en mirar hacia arriba, el sol busca colarse en esas
ramas frondosas, pero igualmente hay claridad.

Recuerdo que estoy haciendo mi desayuno en mi casa para irme a


la jefatura de policía para cumplir con mi trabajo.

Pero mi atuendo no pertenece a este lugar, no por nada del


mundo. Mi mano se dirige a mis caderas para comprobar si mi arma
está ahí, pero no está. Miro mis pies y están con los bolsegos
puestos, pero….

De mis labios sale un susurro; - Oh no otra vez ¿estoy alucinando? -.


Mi pulso se ajusta a mi ritmo cardíaco, lo siento tan bien, lo
escucho palpitar, también. Que me asusta. No quiero volver a sentir

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esto, no otra vez. Quizás debería ir otra vez al psicólogo de la policía y
explicar que me está pasando y eso sería remover mi pasado.
El cual no quiero recordar. Y si lo remuevo, sería agobiante para mí.

Mi mente se sacude rápidamente y empiezo a girar mi cabeza


alrededor. Hay mucha humedad. Respiré profundamente y dejé
exhalar mi aire cansino.

El silencio se corta abruptamente cuando escucho voces que


provienen de algún lado, mi instinto de policía me hace ir en busca
de mi arma, la cual no está presente conmigo.

-Maldición-. Dejo decir en un susurro de enojo y angustia al mismo


tiempo.

Mi cuerpo se pone rígido y esas voces se escuchan más cerca. Mi


instinto es buscar un lugar donde refugiarme. No veo nada ahí
entonces empiezo a agilizar mis movimientos y empiezo a correr.
Corro hacia adelante, sin mirar atrás, pero esas voces se escuchan
más y más cerca.

Mis dedos se encorvan formando puños que se aferran al interior


de la palma de mi mano. Aún no me he recogido mi cabello
cobrizo con mechones rubios, que se extienden más allá de mis
hombros, ellos siguen el ritmo de mi andar.

Me giro para ver si alguien me persigue, no veo a nadie pero esas


voces las sigo escuchando. Corro, corro y veo delante de mí una
enorme piedra que obstaculiza mi huída. El cielo se abre desde ahí,
se ve el cielo más celeste que puedo recordar. Apoyo mis manos
en esa roca enorme, cubierta de un poco de musgo, mi respiración

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es agitada y cortada; no lo dudo y salto. La caída no era para
preocuparse, porque no había precipicio alguno luego de eso, si a
unos metros de donde caí. Apoyé mi espalda sobre la gran roca y
doblé mis pies hacia mi pecho.

Escucho las voces y el andar de alguien. Mierda, se acerca a mí.

-Oh mierda, me encontrarán-. Dijo alguien del otro lado de esa


gran roca que por ahora era mi escondite.

La voz de un hombre agitado, fue lo que escuché. Cerré mis ojos


para poder salir de ahí, mi corazón se aceleraba. Mis brazos
abrazaban mis piernas fuertemente. Oh Dios, sácame de aquí.

Escucho que esa persona saltó y el crujir de las ramas secó mi


boca. Sentí miedo. No quería abrir los ojos. Tragué el nudo de
saliva que tenía en mi boca, raspó mi garganta.

-¿Roxalía? ¿Qué haces aquí?-.

¿Me conoce?, oh por Dios reconozco esa voz.

CAPÍTULO 2

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No podía creer lo que veía. Lo que tenía ante mis ojos. Ella está
hermosa, asustada pero hermosa. Recorrí su cuerpo en busca de su
arma, pero no la tenía. Ahora entiendo porque está asustada.

Me gusta verla con su uniforme, la hace más guapa y sexy; pero


ahora no quiero asustarla, más de lo que está. Aclaro mi garganta y
le pregunto;

- ¿Estás bien?, Roxalía, ¿Estás bien?-.

Ella abre lentamente sus ojos y me mira directo a mis ojos color
avellanas.

-¿Tú? – Desconcertada volvió a hablar- ¿Qué haces aquí?-. La vi


aflojar sus brazos de su agarre y llevar sus manos al suelo.

-Sé que no es el momento para los saludos cordiales-, la miré con


una sonrisa irónica- pero ahora debemos de tratar de que no nos
encuentren-. Mi tono de voz se fue apagando lentamente mientras
lo que más deseaba era besar esos labios. Me pregunto si se acordará
de todo. Puff espero que no en este mismo momento.
Las voces se escucharon muy cerca. Aunque eran tres él solo le
indico con su dedo índice llevándoselo a sus labios para que haga
silencio, mientras se arrecostaba al lado de ella. Apenas rozó su
mano con sus dedos. Ansío tanto tocarla, que si lo hago tal vez nos
delataría, y tengo que protegerla, tengo que protegernos.

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El escuchaba como las personas se alejaron poco a poco. Y la
respiración de Roxalía volvió a la normalidad.

Cuando me volteo a verla, ella ya no estaba. Había desaparecido,


como tantas veces en su pasado. En el pasado de ambos.

Las cinco horas de diferencia que hay entre su país y el mío me


hace recordar que ahora tengo que terminar con lo que empecé a
hacer antes de embaucarme en busca de esos Pergaminos de La
Verdad.

Me levanto de mi silla paulatinamente y bordeo el escritorio en


donde estoy ahora. Me dirijo hacia el ventanal que da al patio
trasero de mi casa y trato de no pensar en ella, sino en los
Pergaminos de La Verdad.

El sol ilumina el verde de mi jardín, y los centenares de lirios


violetas que se que son sus favoritos se mezclan con diversas
plantas. Sé que es una amante de la jardinería. Lo único que en su
espacio no tiene el lugar para hacerlo y dedicarse de lleno a eso.

Pero es inevitable volver a pensar en ella, volverla a ver, eso es lo


de menos, siempre la observo, pero de que ella me haya mirado a
los ojos. Eso debe de significar algo porque hace ya mucho tiempo
que ella me mandó a fregar los platos, por así decirlo. Pero ella es
mía y nadie se le puede acercar, solo yo.

Mi bebé, como le decía. Y aún le digo. De mis labios sale una sonrisa
genuna.

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Me sentí muy mal cuando ella dejó de llamarme, dejó de verme
como yo la veía. Pero ahora está de vuelta y no es, creo yo porque
ella ya es algo mayor. La diferencia de diez años, entre ambos, en
un momento pensé que era un impedimento, pero me enamoré de
ella. No lo pude evitar. Juro por El Pergamino de La Verdad, que no
pude evitar enamorarme de ella.
Sólo me pregunto si ella recordará eso.

CAPÍTULO 3

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Ya de vuelta en mi habitación. Me encuentro agitada, mis manos
están apoyadas en el borde de la encimera.

Instintivamente mis manos van a mis caderas a buscar el arma. No


está ahí. Me giro inmediatamente y veo mi cocina llena de humo.

-¡Oh por Dios!, mis desayuno-.

Corro al otro extremo y apago la hornalla, y abro de par a par mi


ventana. El humo, colapsó casi gran parte de mi cocina y la sala de
estar de mi casa.

Mierda.
Tapándome la boca y las fosas nasales me dirijo hacia el living para
abrir la otra ventana de par en par y deslizo las cortinas blancas a
un lado para dejar más apertura de aire para que se evapore el
humo.

La alarma sonaba y retumbaba en mis oídos al mismo tiempo que


la puerta de entrada de mi departamento.

-Señorita Lentz, ¿se encuentra bien?-.

Mi pecho se ahogaba del monóxido que inhalé mientras trataba


de abrir la ventana. Caminando en zigzag me acerco a la puerta.
Saco la traba de la entrada, olvidándome de dar vuelta la llave.
Hago el movimiento de girarla y abro abruptamente la puerta

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para dejar salir, el humo y abalanzarme hacia el pecho de
Jaques, el encargado del edificio en el que vivo.

Asiéndome de ambos brazos con sus manos, me lleva a un costado


del corredor y apoyo todo mi cuerpo contra la pared de mi
departamento. Mientras el ingresó a mi casa para apagar la sirena
de humo.

-¿Está bien?-. Lo escucho cuando se acercó a mi lado, ya afuera


en el corredor.

-Sí, si Jacques, estoy bien-. Tragué una bocanada de aire puro -No
sé que me pasó pero cuando quise darme cuenta el humo
invadió la cocina-.

- Acabo de cerrar la llave de gas y desconectar la alarma de


incendios-, llevando una mano a su hombro - por suerte esto no
pasó a mayores-.

- Tengo que avisar a mi superior que estoy llegando tarde por


este inconveniente. Solo tengo que ir por mi celular-.

- No te preocupes, dime dónde lo dejaste y voy por el-.

-Gracias. Está en la mesa de la cocina-.

-Voy por él. Tú quédate aquí-. Palmeó mi espalda mientras me


sostenía de mis rodillas en posición encorvada.

-Gracias-.

Jacques se quedó a mi lado mientras hablaba con mi superior. Mis


vecinos de mi piso salían para sus trabajos mientras me

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observaban mi cara con horror. ¿Qué?, ¿Nunca vieron una cara con
restos de humo?
-Circulen, circulen, está todo controlado, señoras-. Les decía
Jacques a las demás inquilinas de mi piso.

Cuando el departamento se despejó del humo Jacques me dejó


sola. Sabía que estaba retrasada en mi trabajo. Me dirijo a mi
baño y luego de abrir la ducha caliente, me despojo de mi ropa
con olor a humo y me sumerjo bajo el agua caliente y comienzo
mi baño. Pero no puedo dejar de pensar en lo que me pasó. ¿Otra
vez volvió esa locura? No quiero volver a pensar en él. Lo dejé atrás,
pero no sé…. Siempre me sentí perseguida. ¿sería él? ¿se acordará de
todo lo pasado? Me enjuago rápido, me lavé con el shampoo y luego
de enjuagarme voy a alcanzar la crema de enjuague cuando me
da la sensación de que alguien me mira. Me paralizo bajo el agua y
lentamente deslizo la cortina de baño, pero nadie está ahí. ¡Deja de
pensar estupideces Roxi!¡Deja de psicopatearte!, no hay nadie allí.
Puse en mi mano la crema de enjuague y la deslicé por mi
cabellera, luego me baño lo más rápido posblie. Tomé mi toallón
de baño cuando termino, me lo envuelvo dentro del espacio en
donde me bañé. Levanto mi mirada y ahí está otra vez esa
sensación. Salgo rápidamente corriendo la cortina de baño,
cerrando de un golpe la puerta. Me quedo parada al borde de mi
cama y ahí lo siento otra vez.

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-Oh por Dios, déjame vestirme tranquila. Sea lo que seas, déjame
vestirme-.

Los pies míos se adhirieron a la baldosa, el agua corría por mis


piernas. Y de pronto, eso dejó de estar presente.

Se fue, así como por arte de magia, dentro de la magia.

Se evaporó.

Nada, eso había ahora en mi habitación.

Nada.

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CAPÍTULO 4

Estoy a punto de merendar cuando escucho en mi cabeza que


alguien tose. Y mucho. ¿Roxalía? Oh Por Dios ¿qué le pasó?, dejo que
eso no llame mi atención, pero luego escucho que se abre la
ducha de su baño.

Miro mi reloj pulsera. ¿Está llegando tarde a su trabajo?, ¿Qué le


pasó?
Si, está en su ducha, huelo a humo. Miro la habitación del baño y
se que es ella la que se está duchando. Puedo olerla, puedo
sentirla.

De pronto se abre la cortina de baño y ahí está ella.

Mirandome a la cara, su cabello mojado. Hace un barrido con la


mirada y luego vuelve a cerrar la cortina de baño.

Oh bebé estás hermosa hoy. Que mas quisiera yo que tocarte otra vez,
pero… puedo verte. Ojala tu me vieras como yo te veo.
Observo que busca un envase, supongo que es el shampoo, tengo
que corroborar eso.

¿Lo notará? No me aguanto y entro a través de la cortina de baño


a su espacio, y ahí la veo.

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Ella no se percata de mi, pero de pronto, ella levanta su mirada
hacia mi y mira mis ojos, se que mira mis ojos.

Oh está tan hermosa.


Ella es un poco mas pequeña de altura tiene unos pezones
adorables, deseo volver a tocarlos como lo hacía antes. Deslizo
mi mirada por su cuerpo, su pelvis, rosada llama poderosamente
mi atención y mi respiración se acelera.

Ella cerró de golpe la ducha y se pone su toallón y sale corriendo


del baño.

Suspiro, vuelvo a suspirar. Mierda no quiero asustarla.

Salgo de la habitación atravesando la puerta y la veo parada. Lo


que no quiero es asustarla y la escucho decir.

-Oh por Dios, déjame vestirme tranquila. Sea lo que seas, déjame
vestirme-.

La observo detenidamente. Me acerco a ella, quiero besarla y


decirle que soy Häkan, que no soy nadie malo. Pero en sus ojos hay
una súplica que no puedo dejar cumplir su deseo y sin decirle lo
que le quiero decir y me voy.

Ya en mi casa, en esas ráfagas de segundos, miro la merienda que


me trajo Agneta, la encargada de mantenerme alimentado y me
dedico a tomar el té y comer las confituras que ha traído en un
plato aparte.

Oh Roxy, cuando me volverás a ver como yo te miro.


Me pregunto.

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CAPÍTULO 5

-Llegas tarde compañera-.

Me dice mi colega asignado Luc. Sabía que algo me diría. Pero esta
vez no me quedé dormida ni nada por el estilo. Solo pensé que ni
bien lo vi sentado en su escritorio empezaría a hacerme bromas.
Pero en su mirada hay preocupación.

-Me dijo Fournier que tuviste un pequeño percance-. Se inclinó


apenas a la mesa apoyando sus brazos cruzados mientras se
acomodaba en su silla.

Me siento frente a él del lado de mi escritorio y apenas lo miro.


Enciendo mi ordenador y acomodo mi cartera a un lado.

-Sí, tuve un pequeño percance en la cocina. Pero nada que no


pueda controlar-.

No le iba a decir que en sí casi enciendo mi cocina, estando


yo…¿en otro lado?, ¡ja!, ¡cómo si pudiera explicar eso!.

-Me alegro. Por suerte la mañana está tranquila-. Enciende su


cigarrillo, con elegancia arrecostándose en su silla.

Me pregunto si este será el priemro del día. Lo dudo.

Luc es un tipo alto, me supera a mi tal vez diez centímetros. Yo


por suerte llego a pasar el metro sesenta. Es un compañero muy
bueno, tanto en lo estético como en lo profesional.

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Él tiene ese aire galán al actor Mark Harmon cuando era joven. Y se
que muchas de mis colegas femeninas me envidiaron cuando me
asignaron a él como su compañera cuando ingresé a la policía
hace ya varios años.

No voy a negar que él es guapo, pero a Luc no le resultó su encanto


hacia mi y vaya que lo intentó. Pero yo solo me limité a hacer mi
trabajo y el pobre llegó a pensar que era me inclinaba hacia el otro
lado, pero tampoco me vio relacionarme con una compañera
aquí. Y con los años resultó ser un buen colega. Él ingresó tres años
antes que yo a la policía y ahora ambos estamos esperando el
ascenso a detectives y poder salir de este uniforme que nos
identifica y vestirnos más formal.

Hemos resuelto tantos casos juntos que hemos pasados noches


desveladas y mas que alguna confidencia de parte de él. Aunque es
un mujeriego, en el fondo es un buen hombre.

-Mejor así, creo que un recreo en…-

Me interrumpe mi superior en Jefe Jean Fournier- Lentz y Garnier,


hay un secuestro en el centro en el domicilio de la victima, parece
que tiene a su hijo también-.

Mi cara giró y lo miré prestando atención a lo que decía. Este sería


el caso que nos llevaría a detectives que ambos hemos estados
esperando.

-Como no, ahí vamos-, dijo Luc, levantándose apagó su cigarrillo


para tomar el arma y su sombrero de policía.

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-Claro-, solo atino a decir y a imitar el mismo movimiento que mi
compañero.

Mientras salimos de la estación de policía Luc me dice en tono


burlón;

-Ya vendrá el día que me llame Garnier tienes un caso con Lentz-.

-Ah por favor, no seas tonto- le digo abriendo la puerta del


acompañante.

-Si, es cierto, siempre te habla a ti primero, no se que tendrá


conmigo en el fondo, tal vez algun día lo descubra-.

Se abrocha junto conmigo e cinturon de seguridad y enciende el


patrullero para dirigirnos hacia el lugar.

Escucho desde la radio de la estación policial las coordenadas y


tomo el aparato para hablar.

-Entendido, aquí Garnier y Lentz van hacia el lugar. Cambio y


fuera-.

-Gracias Roxy. Tú si valoras mi esfuerzo-.

-Cállate y conduce, quieres-.

Mi compañero estaciona bruscamente el patrullero llevandome a


moverme hacia adelante y volver a impactar contra el asiento. No
me quejo sino que ambos salimos del auto policial sacando
nuestras armas.

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-Oh mierda, somos los primeros en llegar-, dice Luc mirandome y
bordeando el auto mientras toma el comunicador que lleva en el
hombro.

-Aquí Garnier y Lentz, nos encontramos en la dirección dada.


Refuerzos, pido refuerzos-.

-Aquí la central de policía, esta a pocos minutos el refuerzo-.

-Bien, gracias. Cambio y fuera-. Extendiendo su arma hacia


adelante. –Lentz, ¿Qué opinas?, ¿entramos?-.

-Si, yo no esperaré por los refuerzos, este hijo de puta tiene a una
mujer y un niño secuestrados adentro-. Destrabo mi arma y me
dirijo hacia adelante.

-Lentz,ptss-, dice en un susurro. Me giro para mirarlo. Cuando el


me hace señas de que vaya por atrás y bordee la casa, para entrar
por la puerta de atrás.

La adrenalina que corre por mi cuerpo es tal que siento calor,


empiezo a sudar.

Mis brazos estan sosteniendo el arma hacia adelante y me dirijo al


fondo de la vivienda bordeándola. Mi corazón empieza a palpitar
más rápido y otra vez esa sensación de que alguien me mira por
detrás. Me giro y no veo a nadie, pero se que hay alguien.

Me concentro en mi trabajo. Escucho que los demás patrulleros


llegan por la parte de adelante y eso me tranquiliza. Espero que
alguien mas venga hacia mi para acorralarlo pero escucho que
entran por la puerta de entrada y se escuchan uno, dos, tres

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disparos. No lo dudo y entro por la puerta de la cocina y me
encuentro frente a frente con el delincuente.

-¡Alto!, ¡baje el arma!-.

Pero siento que algo entró en mi cuerpo como una ráfaga de


viento. Algo me impulsa a un costado mientras que yo cierro los
ojos. Pero cuando los abro; el lugar es diferente. Me encuentro
acostada de lado sobre hierba húmeda. Otra vez ese bosque
frondoso y un poco húmedo.

-Oh no, ¿dónde estoy ahora?, ¿estoy muerta?-.

-¿Muerta? Eso jamás Roxy. Yo siempre te protegeré de eso-.

¿Häkan?, ¿qué hace aquí?, ¿otra vez está pasando?

-Bebé te saqué justo a tiempo. Ese hijo de puta iba a matarte_.

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CAPÍTULO 6

Estoy yendo a dormir, con mi piyama de pantalones a rayas negras


y blancas y mi camiseta negra con cuello en V.

De pronto el cansancio de escribir unas líneas de mi nueva novela,


me invadió y acá estoy a punto de irme a dormir. Siento una
tensión en mi nuca y el pensamiento de Roxalía surgió en mi
cabeza. Mi corazón se acelera y siento un escalofrío recorrer mi
columna vertebral. Solo pienso en ella. Roxalía. Miro mi reloj
pulsera y aunque no sea la hora de dormir aquí, pienso en ella y la
diferencia horaria se hace visible.

Me encuentro en una casa que no conozco, pero mi instinto me


dice que vaya a la parte trasera de la casa, sin antes girar mi cabeza
y ver la patrulla de Roxalía.
Mis pies están descalzos, siento la hierba en la planta de mis pies.
Pero mi preocupación es ella. Sigo mi instinto, mi corazón. Sé que
está en la parte trasera de la casa. Corro hacia donde se encuentra
y al dar vuelta en la esquina de la casa ahí la veo, a ella.

Roxy lleva un arma y sus brazos están extendidos, siento su


adrenalina, su miedo. Se queda quieta y giró su cuerpo,
apuntándome, pero sé que no me ve, sino hubiera dicho mi
nombre cuando éramos más… más jóvenes.

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Escucho las sirenas de las demás patrullas y uno, dos, tres, tiros y
ella que decide entrar a la casa por la puerta de atrás.

¿Está loca?, ¡la van a matar!


Decido entrar detrás de ella y no me equivoque con eso. El hijo de
puta la estaba apuntando ignorando su pedido de que bajara el
arma. No lo dudo más, tengo que salvarla ya que él piensa
dispararle.

Y lo hago, no lo dudo.

Entro en su cuerpo como una ráfaga de viento empujándola hacia


un lado para así evitar la bala.

Y aquí estoy con ella, tendido en esta hierba y bosque frondoso,


como la última vez que la vi. Ella está de lado como yo, y me mira
perturbada

- Oh no, ¿dónde estoy ahora?, ¿estoy muerta?-.

-¿Muerta? Eso jamás Roxy. Yo siempre te protegeré de eso-.

Su mirada fue de desconcierto, y la verdad que no me importa. La


volví a salvar y eso me pone feliz.

Ella se incorpora y trata de levantarse, mientras guarda su arma en


su estuche.

Yo la sigo en levantarme, pero ella ve mi movimiento y retrocede


unos pasos.

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-Oye, no trates de salvarme, sé cuidarme sola. Soy policía. ¿Lo
sabías?-.

-Sí lo sé. Pero ese tipo iba a matarte-. Le digo preocupado


levantando un poco el tono de mi voz.

Se voltea para empezar a caminar y sin mirarme sigue hablando.

-¿Sabes dónde estamos?. Me parece que es el mismo lugar que la


otra vez-.

-Vaya, ¿recuerdas eso?-. Le pregunto, porque sé que fue hace unas


horas atrás.

-¡Claro que lo recuerdo!-. Dice en su marcha pero se detiene y me


mira a los ojos.
Vaya ella es un poco más pequeña de altura, capaz llega al metro
sesenta y cinco. No creció mucho.

-Casi quemo mi cocina-. Se volvió a caminar.

Entonces era eso el olor a humo cuando la vi bañandose. Pero solo


atino a decir;

-Pero estás bien¿no?-.

Se vuelve a voltear y agitando su cabeza como si fuera obvio que


estuviera viva. -¡Claro!-. Suspira y me mira a mi y luego a lo que
nos rodea.- Pero no se dónde estamos. Yo-, hace un movimiento
con sus brazos llevandolos de un lado a otro indicando un
movimiento de ola- Estoy en Montreal, en una misión con mi
compañero y luego estoy aquí…- su mirada fue de desconcierto. -

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Esto me confunde. Quiero volver a donde estaba y voy a encontrar
la salida-.

Me encanta verla optimista pero dudo que encuentre la salida de


este bosque frondozo. Necesita de mi ayuda para eso. Pero ahora
solo la quiero tener para mi más tiempo. Aunque reconozco que
estoy descalzo y me estoy lastimando mucho la planta de los pies.

Tengo que agendar algo: cuando piense en ella la proxima vez, me


aseguraré de no estar descalzo.
Pero ahora solo la sigo a ver a donde quiere ir, porque iremos en
círculos hasta que se aparezca mi aliado.

Mi aliado es una persona como yo, pero dudo que aparezca, salvo
que lo llame, pero quiero estar con ella. Sólo espero que no
aparezcan esas letales criaturas antinaturales. Porque tiene su arma
consigo y lo que no quiero que ella sea la poli aquí, y llame la
atención del resto de los demás Basilísico de capucha y los otros
de su especie.

No por ahora, hasta que le explique el porque al fin ella está aquí
conmigo. Explicarle lo de los Pergaminos de La Verdad.

Sé que está confundida. Yo se de su vida y me ha olvidado, o eso es


lo que quiero creer. Pero se que en el fondo ella me recuerda,
porque me llamó por mi nombre, y creo que es un buen comienzo.

Tengo que hacerle recordar cuando ella era una joven adolescente
de quince años cuando estuvimos juntos en Horeb. Porque la dejé
renegada para que ella pudiera salir adelante en su vida allá en
Montreal y yo tratando de protegerla en este lado.

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Pero ahora es una mujer de treinta y nueve años, y creo que está
lista para afrontar su destino.

Sólo espero que ella me perdone y podamos seguir adelante


buscando esos Pergaminos de La Verdad para triunfar.

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CAPÍTULO 7

Después de, creo yo, pasar por el mismo lugar no una, sino varias
veces. Me detengo porque me siento cansada. Llevo mis manos a
mis caderas y recorro el lugar, miro hacia arriba y vuelvo a barrer
con la mirada el lugar.
Comienzo a reirme de mi misma y negando con la cabeza de un
lado al otro.

-¿Sabes Häkan?, hemos estado rondando en circulo por no se


cuanto tiempo-.

Él se para a un lado de mi y me mira, ojalá supira que está


pensando porque su mirada está en blanco para mí.

-Sí, y me alegro que lo notaras-. Lavanta su mirada hacia arriba y


luego la baja para buscar mis ojos.

-¿Qué? ¿qué tienes que decirme?. Yo no estoy jugando a la


misteriosa y menos en este lugar. Quiero salir de aquí y volver a mi
lugar-.

Tomando mis manos de mi cintura las aprieta fuertemente, apenas


cerró sus ojos en frente de mí.

¡Oh por favor, no estoy para novelas ahora!


-Sé que no estás para novelas ahora-, dijo el de la nada.

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Haciendo una mueca en mis labios en forma de duda ¿qué ahora lee
mi mente?
-Si, leo tu mente ahora_.

Le suelto rapidamente mis manos de su agarre.-¿Qué?, ¿cómo lo


haces?-. Me alejo un paso más atrás.

-Sí, así como tu lees mi mente-.

-Ja, si claro. Yo leo tu mente ahora y no leo nada, te quedo claro-


y comienzo a deletear la palabra –N.A.M.O.R.-. Me quedé
pensando en lo que dije porque quise decir “nada” y leí en su
mente ¿Namor?. ¿Qué mierda significa namor?

-No es Namor, es amor-. Abrió lentamente sus ojos y vi eso en su


mirada “amor”.

Sigo retrosediendo unos pasos más atrás y me tropiezo con algo y


casi caigo de bucles en el piso, pero el me toma de uno de mis
brazos y evita que me caiga. Me giro para ver cuando recobro mi
postura, y Häkan me suelta de su agarre, no veo nada ya que la
hierba cubre mis pies . Asi que decido empujar con la punta de uno
de mis pies lo que me llevó a casi caerme y me topo con algo.
Vuelvo a golpear con mi pie y logra moverse algo. Häkan se mueve
para mirar lo que descubro y se agacha para despejar la hierba y
ahí mismo descubrimos un esqueleto no humano.

-¡¿Pero qué es eso?!-, digo asombrada por el hallazgo.

-Es uno de ellos-, me dice mirándome. Mientras se levanta y


continúa diciendo- creo que es mejor que nos movamos de aquí-. Él

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toma mi mano y me empuja a moverme hacia otro extremo por
donde no habíamos andado antes.

Lo sigo asustada, porque nunca en mi carrera de policía me topé


con un esqueleto así y eso no era humano. Así que decido seguirlo
y no soltarle la mano.

Corrimos cerca de unos cien metros y nos introducimos en una


gran cueva. Yo no me doy cuenta en el momento en donde
estamos entrando pero la oscuridad comienza a hacerce más
visible.

-¿A dónde entramos?-. Le pregunto agitada de tanto correr.

Girándose y sin soltar su agarre de mi mano, lleva su dedo indice a


sus labioscon su otra mano libre y entiendo que tengo que bajar la
voz. Y eso hago. Seguimos el camino por esa oscuridad, yo no sé
si es un tunel o que. Me decido a seguirlo y nada más. Giramos y
nos encontramos con un lugar más iluminado. Alzo mi mirada hacia
arriba en donde se asoma un halo de luz y recorro esa trayecto
hasta el suelo, y veo que hay un pequeña franja de agua que corre
topándose con pequeñas rocas.

Juro por Dios que no se donde estoy.

Häkan que estaba a mi lado me dice; -Ven sentémos aquí-.

Y yo lo sigo. Él se sentó en el piso de tierra con algunas hierbas


doblando sus pies en posición de loto. Yo me lo quedo mirando.
Observo el lugar nuevamente. Tengo la vaga impresión de haber
estado aquí. Pero ya no sé que pensar.

33
-Sientate Roxalía. Y no pienses… tanto_. Luego de un instante
continúa su dialogo.- Sí, has estado aquí antes, cuando eras una
adolescente-, voltea su mirada hacia arriba porque yo aún no me
decido a sentarme.- Aquí veníamos los dos, yo aún sigo viniendo.
Tú has dejado de hacerlo hace tal vez una década,- voltea a mirar
el agua que corre delante de nosotros.

-Si, el lugar me resulta familiar, pero no …no recuerdo haber


estado aquí-.

-Ven sientate a mi lado. Creo que estaremos aquí un tiempo. Tiene


que aparecer en cualquier momento Yuri o Vivek o cualquiera de
los demás-.

-¿Quién?, ¿Quiénes?-. Pregunto muy incrédula porque esos


nombres son agenos a mí o mi idioma. Lo mismo que su nombre.
Pero sé que Häkan es alemán. Y muchas veces me pregunté y
ahora me pregunto porque yo le entiendo cuando habla. Decido
sentarme a su lado.

Se voltea para mirarme y me empieza a hablar.

-No hablas mi idioma, pero yo sí hablo inglés, que es el otro idioma


que manejas en tu país-.

Asiento con la mirada-Sí, en Canadá hablamos dos idiomas, el


frencés e inglés. Pero ahora no sé que idioma hablo en este
momento, ¿me entiendes?-.

-Si, hablas el idioma que hablabas antes de venir aquí-.

-Oh ok, hablaba el inglés. Es por eso que me entiendes-. Lo miro


feliz de saber que él me entiende.

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- Bien, bueno yo … no te estoy hablando en inglés como tú crees-.

Se sale de su posición de loto y se voltea para mirarme bien a la


cara. Su expresión cambia y yo me siento confundida. Mi mirada
se confunde.

-Escucha, quiero que me escuches y preste atención a lo que voy a


decirte. Porque por algo estamos aquí tú y yo-.

¿Aquí dónde?, ¿el el pais de lo verdoso?


-Sí, en el pais de lo verdoso-. Me responde él.

Asustada por lo que pensé alejo mi pecho de el de él. -¿Cómo


haces para leer mi mente? Porque eso es lo que dije-.

-Sí, es eso lo que dijiste. Pero primero lo primero-.

-Está bien-.

-Volviendo al tema del idioma. Yo te estoy hablando en mi idioma-.

-¿Pero cómo es posible que yo te entienda?-, riéndome de mi


misma – si yo no hablo alemán-.

Riéndose por mi descubrimiento me dice

-Sé que es raro, pero estamos en otro mundo paralelo. En el que


personas como tú y yo podemos comunicarnos -.

Yo lo interrumpo abruptamente -¿Mundo paralelo?, como si fuera


esto “La Dimensión Desconocida”-. Es lo primero que se me
ocurrió decirle.

-Si, algo así, y recuerdo cuando mirabas ese programa de


televisión también-.

35
-¿Cuál?- me río - La Dimención Desconocida-.

Él asiente con su cabeza. –Recuerdo cuando eras una niña de diez


años y nos sentábamos a ver ese programa de tele en el sillón de tu
casa-.

Asombrada por eso. -¿Recuerdas eso?-. Mi cara se ilumina y se


abre mi boca asombrada – Yo recuerdo que mis padres y mi
hermano pensaban que estaba loca porque ellos me decían que
hablaba con alguien y yo les decia que sí…- me quedo recordando
esa imagen en mi cabeza- sí, recuerdo que llevaba a la mesa en
frente al televisor dos vasos de jugo de naranja y decía que era para
Häkan el otro vaso-, lo miro detenidamente trato de tragar saliba
aunque me cueste pero lo logro- sí, recuerdo que mis padres
creían que tenía demencia, y también recuerdo que me llevaron al
psicólogo y luego ellos me hablaban de -, hago una risa burlona-
Mi amigo imaginario. Y ese eras tú-.

-Sí ese era yo, más joven, yo ahí tenía veinte años. Roxy, te llevo
diez años-.

-Sí, bueno eso siempre lo supe que eres mayor que yo, pero no
tanto-.

Su rostro se ilumina y escucho en mi cabeza Gracias Bebé.

-¿Dijiste algo?-.

-Sí, lo que acabás de escuchar-.

Me ruborizo por dentro solo espero que no se note pero me


quemo por dentro de la vergüenza. Como no digo nada y mi
mente queda en blanco solo atino a decirle –De nada-.

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-Bien, vamos adelantándonos. Eso me gusta-, y sonríe.

Oh me muero verlo sonreír así.


-Oh bebé no te mueras de verme sonreír así porque no sé hasta
dónde podría llegar de lejos-.

Mi cara cae hacia abajo figurativamente y abro bien mis boca del
asombro.-¿¡Cómo!? ¡Cómo sabes eso!, muero de la vergüenza. ¡Por
Dios, sácame de aquí!-.

Y eso es lo que pasó.

37
CAPÍTULO 8

Abro los ojos lentamente y veo que hay mucha luz que proviene de
una ventana. Oh eso fue un sueño. Por suerte despierto.

Siento un terrible dolor en mi cabeza. La luz se hace más fuerte y


me duelen los ojos, pestaneo varias veces para ubicarme en donde
estoy.

-Oh por Dios, se me parte el dolor de cabeza-. Quiero tratar de


levantarme de donde estoy. Apoyo las manos en una tela
esponjosa. ¿Qué? ¿Dónde estoy? Me siento y abro bien los ojos.

Me veo en una cama con un pie enyesado hacia arriba sostenido


por un soporte y mi brazo izquierdo vendado hasta la muñeca.
Recorro la habitación es blanca con tonos celestes en algunos
borde de las paredes. ¿Dónde estoy? Pero a un costado de mi
cama cerca de la puerta de entrada de la habitación veo a Luc, mi
compañero dormido en una silla. Él lleva su uniforme de policía
pero tiene un aspecto de no haberse afeitado en días.

-¿Luc?-.

Parece que no me escucha, vuelvo a llamarlo

-¡Luc!-. Casi grito y mi mente se aturde y me empieza a doler


nuevamente.

Luc se despierta moviéndose en su silla.

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-¡Oh Por dios!, pensé que no te despertarías, Roxy-. Percibo
preocupación en su voz.

-¿Qué me pasó?-. Le pregunto esperando respuestas certeras.

-El hijo de puta del secuestrador te disparó en la pierna y cuando


te caíste al suelo te quebraste -. Se acera a mí para poder tomar
mi mano la que tenía vendada.- Pero por suerte lo atrapamos y tú
estás a salvo-.

Me alegra escuchar que lo atraparon al mal nacido. Inclino mi


cabeza hacia atrás.

-Ten cuidado cuando apoyes tu cabeza, tienes una venda. Has


recibido un fuerte golpe en la cabeza-.

-Oh está bien. Me duele mucho, eso sí-.

-Roxy estuviste inconsciente tres días. Me has dejado preocupado,


no sólo a mi sino a tus padres, hermano y a toda la gente que
trabaja con nosotros-.

Por suerte me doy cuenta que lo que creí haber visto ese
esqueleto, esa cueva, la franja de agua correr ahí y a Häkan fue
sólo un sueño.

-Voy a llamar a una enfermera para avisarle que has despertado-.


Dice eso y se levanta y besa mi frente. Nunca había hecho eso.
Pero lo dejo pasar. Quiero que alguien me dé un chequeo de mi
estado de salud. Luc sale de la habitación y me quedo mirando la
puerta cerrarse.

-Vaya, parece que está contento de que le aceptes un beso-.

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Escucho decir eso y volteo siguiendo el sonido de la voz que va
hacia la gran ventana en donde entra la luz que ilumina toda la
habitación. Y ahí lo veo. Él está con ese pijama de camisa negra y
pantalones a rayas negras y blancas.

-¿Qué?, esto no es cierto-. Digo para mí en un susurro.

-¿Puedes verme ahora?-.Lo veo con sus brazos cruzados, apoyado


sobre la ventana.

-Sí, claro que te veo-. Vuelvo a cerrar los ojos tratando de forzar
mi mente para no verlo. Pero abro mis ojos y ahí está. -¿Cómo?, no
entiendo ¿cómo has hecho de venirte de tu país hasta acá?, o
mejor dicho de donde estabas o mejor me callo porque me duele
mucho la cabeza y quiero dormirme o desaparecer-.

La puerta se abre de golpe y entra una enfermera sonriente seguida


de Luc, pero la sonrisa desaparece de la mirada de la enfermera
cuando llevo mis manos a mi cabeza y comienzo a llorar.

-Y ahí aparece ese compañero tuyo, sabes que nunca me gustó y


menos que menos cuando se te insinuaba… hijo de puta y la
besaste en la frente, ya quisiera yo…-. Lo veo avanzar desde la
ventana hacia él, pero Luc no lo ve.

Yo lloro no paro de llorar y veo a los tres enfrente de mí pero ni la


enfermera ni Luc ven a Häkan. Mi corazón empieza a palpitar muy
fuerte, los veo a los tres mirarme con preocupación y me caigo en
un sueño profundo.

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Me despierto. No sé cuánto tiempo pasó pero en la ventana veo
oscuridad. Ya no hay luz solar. Volteo para el lado de la silla y veo
a mi hermano mellizo Lance. No puedo creer que esté durmiendo
en esa silla cuando él vive en Toronto. ¿Qué realmente me pasó
para que él estuviera aquí, y no con su esposa Liz y su hijo Steve?
No sé qué hora será pero solo quiero dormirme nuevamente.
Cierro mis ojos y me duermo en segundos.

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CAPÍTULO 9

Acostado ya en mi cama, me enorgullezco que realmente


recordara ese programa de televisión. Lo hemos visto centenares
de veces en el sillón de su casa, con sus padres y su hermano. Pero
ellos no me veían, solo Roxalía.

También me alegro de que en el fondo nunca me olvidara. Sé que


ahora en adelante va a ser difícil para ella asimilar todo.

Cuando era una niña ella sabía lo que le pasaba, pero no estaba
preparada por su edad enfrentar este reto que tenemos que hacer
juntos. Me alegro que sea ella la elegida para llevar los Pergaminos
de La Verdad a su lugar de destino y así revelar al mundo La
Segunda Ley.

Trato de relajarme e intentar dormir algo, ya que mi noche fue


movida. Sé que ella dormirá un poco más y yo podré así
descansar. La diferencia horaria siempre jugó en contra entre
ambos.

Me despierto ya tarde, veo el sol en mi ventana y me alegro que


la primavera esté en su apogeo. Es la época favorita de mi Roxy.

Me levanto y me voy a dar un baño. Lo necesito para relajarme.


También estoy agradecido de pegar un ojo lo que quedó de la
noche.

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Miro mi reloj en la mesa de noche y son las nueve de la mañana.
Por suerte ella estará dormida en la cama de ese hospital. Lo cual
espero salga pronto.

Luego que desayuné pensé pasar el día con mis amigos, pero
decido ir a mi estudio y comenzar a escribir, Tengo un libro a casi
terminar que tengo que presentar a mi editor a fines de abril. Y
decido ponerme en eso.

No avanzo mucho, diez renglones como mucho, pues no dejo de


pensar en Roxalía. ¡Por dios, ella me pudo ver!, como cuando era
una niña de diez años. Se me hace un nudo en el estómago y debo
de ser más respetuoso, no meterme en su ducha o mirándola
vestirse, porque me verá. Lo que menos quiero es que piense que
soy un demente sexual, un psicópata. Si ella pudiera recordar
cuando hacíamos el amor. ¿O?, tal vez lo recuerda y por su
timidez o falta de tacto con los hombres no quiera decírmelo. Creo
que dejaré ir las cosas poco a poco y que ella vaya recordando
todo, aunque me juegue en contra algunas cosas, pero no me
importa mucho en este momento. Yo la quiero otra vez en mis
brazos, pero si lo recordara sería mejor.

Sé que la diferencia de edad es algo que me juega en contra. Pero


cuando sepa que el amor es más importante que la edad ella
dejará de lado todo. La conozco muy bien, más de lo que ella sabe.
Ella es mi Yin.

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CAPÍTULO 10

Unos días después

Me encuentro en mi departamento sentada en el sillón. Mi brazo


sigue vendado y mi pie enyesado. El sol en Montreal está
iluminando mi sala.

Estos días he visto muy seguido a Häkan por mi departamento. Se


sentaba en el sillón, estaba en mi pieza, como vigilando todo solo
era un “Hola” de ambos y era como si él se ponía a hacer su
trabajo.

Estos días estuvieron también mi hermano Lance y mis padres.


Lance ahora ya se volvió a Toronto.

Luc apareció estos días y me trajo lirios que sabe que son mis
favoritas. Häkan no estaba presente cunado pasó eso, pero no le
gustó nada cuando vio esos lirios en la mesa de mi living. Como si
tuviera que pedirle permiso. No sé quien le habrá dicho pero él solo
me dijo una vez, que se había dado cuenta. Ahora están en un
jarrón sobre la mesa en mi sala.

Ya me es cansina la internet, y la televisión. Por eso ahora estoy


tratando de leer diarios, revistas, siempre trato de estar
informada. Cuando empecé mi adolescencia y como consejo de
mi psicólogo había comenzado a escribir un diario personal, para
poner por escrito todo lo que me pasaba con mi amigo imaginario,

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pero hace ya varios años que dejé de hacerlo. He llegado a escribir
como diez diarios personales, los cuales está guardado en una caja
en el fondo de mi ropero.

Y creo que ebería retomar a escribir en uno nuevo ya que él


apareció en mi vida nuevamente y además me tendrá ocupada ya
que hace ya muchos años que no me he tomado vacaciones y
ahora mi jefe en la policía me dio vacaciones además de mi
licencia por “enfermedad”.

Luc se apareció el primer día que llegue a casa después de estar en


el hospital con un ramo de libros.

Ese día tambien me dijo en sus desvelos le gusta leer y que tiene
sagas y libros completos de un escritor que sigue desde siempre. Y
bueno accedí a que me traiga alguno de estos libros, pero le dije
que me rehusaba a leer sobre vampiros. Lo cual él se rió y me
confirmó que de lo que no escribe es sobre eso.

Un golpe en la puerta me saca de mis pensamiento. Ni yo me veo


leyendo libros, más ahora. Mi profesión me dejaba exhausta. Pero
sí leía en mi adolescencia.

Vuelven a golpear otra vez.

-Ya voy-. Digo mientras me siento en el sofa y trato de alzanzar mi


muleta. Me incorporo apoyándome de ella y me muevo
lentamente para salir de entre el sillón y la mesa en frente que
tengo cosas ahí.

-Abre, soy Luc-, escucho decir para que me quede tranquila.

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-Ahí voy -. Me acerqué a la puerta y la abrí luego de destrabarla
Dajando espacio para que él entre por la entrada.

Luc me muestra una sonrisa en su rostro. Lo cual bajé la mirada a la


caja llena de libros que sobresalía de ésta.

-Oh vaya, pasa, parece pesada esa caja-. Él entra.

Cierro la puerta cuando el entró. Él se acerca a la mesa y al lado de


ella sobre el suelo coloca la caja. Me acerco al sillón en donde
estaba anteriormente sentada y me acomodo en él mientras que
Luc lo hace en el otro extremo.

-¿Y todo esto?-, digo mirando la caja llena de libros.

-Son de mi escritor favorito, Häkan Boysen-.Dice esto despejando


las pocas cosas sobre la mesa ratona y colocar la caja ahí.

Mirando los libros y asocio el nombre Häkan con mi Häkan, pero


en realidad, nunca supe su apellido. No creo que sea el mismo. Es pura
coincidencia.
-Vaya nunca vi a alguien tan obsecionado con un escritor-. Digo.

-Pués es lo únco que he leído hasta esos chilé de romance. Vaya el


tipo si sabe escribir y sí debo recocnocer que soy un fans de él-. Lo
dice muy alegre.

-¿Todos esos libros son del él?-. Pregunto en forma irónica.

-Sí, todos de él. Y me falta comprar el último libro de su saga


“Luciérnagas”, que saldrá aquí en Mayo-.

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Asombrada por lo que me decía tomo uno de sus libros y leo el
título “Lirios para Michelle”, y la tapa del libro es hermosa, está
esrito en letras doradas con un lirio en el medio y se ve que está
sostenido con dos manos femeninas. Las cuales se ven borrosas
porque ahí está escrito el nombre de Häkan Boysen. El libro
tendrá a lo sumo trescientas páginas, mas o menos y le doy vuelta
el libro para leer y ver de que se trata.

-Vaya elegiste uno de mis favoritos para leer ahora. Es una historia
muy triste-. Alzo mi mirada y lo veo relatándome la historia de
Michelle y de Mark. –él era unos años mayor que ella, pero el tipo
era un mujerigo, pero siempre sintió amor por ella. Ella estaba
enamorada de él pero le molestaba su manera de ser. Y bueno por
cosas de la vida él la deja y con los años se vuelven a encontrar y el
pide volver con ella, lo cual… oh veo que te estoy relatando toda la
historia, y no es bueno, tienes que leerlo-.

-Sí la voy a leer, pero me encanta lo que me dices-. Bajo la mirada y


veo el retrato de mi Häkan ahí, y me cuerpo se sintió helado. Llevo
mi otra mano a sostener el libro y mirar bien la foto de Häkan.
Mientras Luc relataba el resto de la historia. Y mi mente empezó a
rebobinar la historia que él me ralataba… Mierda, trago saliva, mi
gata se llamaba Michelle y mi ex novio, su nombre es Mark.. Mi
estómago se contrajo.

Dejo el libro al costado mío y urgo en la caja por otro . Miro su


título “El despertar de Lía”, Saga de Luciérnagas.

Luc me dice;

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-Oh vaya ese el es primero de la Saga Luciérnagas-. Su cara se
ilumina- Me encantó ese libro, es ciencia ficción o paranormal,
como le dicen ahora-.

¿Lía?, naa ¿esto es una broma?


Llevo una de mis manos a recorrer las letras del libro . Luc habla del
libro pero mi mente queda en blanco y abro el libro para ver la
edición de éste. Y me llama poderosamente la atención, está
escrita hace cinco años atrás. Su segunda edición. Mientras que la
primera edición es de dos años antes.

Cierro el libro y vuelvo a ver el título “ El despertar de Lía”.

-Oye Roxy, quieres un jugo o algo-. Dice el levantándose de su


lugar.

-Sí, trae un jugo-. Le digo absorta en lo que veía.

Lo dejé al lado del otro libro al lado mío en el sillón y busqué


otros libros. Había más de la saga “Luciérnagas”. Unos libros que
parecían por su portada que eran policiales y otros del mismo
formato que el libro Lirios para Michelle.

-Vaya has descubierto mi tesoro. No tienes idea del tiempo que


esperé para que lo supieras-. Escucho esa voz y me es conocida…
¿Häkan?. Levanto la mirada y ahí lo veo.

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CAPÍTULO 11

Estoy aquí a media tarde en el patio de mi jardín bajo la sobra de


un árbol y mi corazón se acelera, siento otra vez ese shock eléctrico
que me hace pensar en Roxalía. Sólo en ella.

Estoy con mi madre merendando y ella me relata la visita que le


hizo a su amiga el día de ayer.

Pero mi madre siempre supo lo que me pasaba cuando era un niño,


y sabía cuando la sentía a ella. Es más siempre me acuerdo cuando
a la edad de diez años le dije que dejaría de ser un niño normal
para cumplir mi misión. Recuerdo que pensaba que estaba loco,
pero ella siempre me creyó, no como mi padre. Él pensaba que
estaba demente y luego de discuciones interminables con mi
madre para una internación en un instituto mental, decidió irse
del hogar y dejarnos a los dos.

Recuerdo que le dije a mi madre que siempre estaríamos


protegidos y que a ambos nunca nos faltaría nada. Y así fue. Ella
comenzó a trabajar en casas de familia mientras yo seguia mis
estudios y visitaba a ese bebé hermoso, esa niña Roxalía. La cual
debía cuidar y proteger.

Le relataba a mi madre cuando la veía dar sus primeros pasos junto


con su hermano Lance, sus prieras palabras. Siempre fue más
rápida que su hermano gemelo. Ya que era hijo único, a ella le

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gustaba los relatos que le hacía cuando la veía cada vez. Pero
nunca entendió en esa época cómo yo podía hacer esto que hago.
No me importó pero ella fue el puntapié inicial para que me
dedicara a escribir. Mi madre Barbara Boysen estaba orgullosa de
mí. Sabía que era especial y es por eso que cuando fui mayor de
edad cambié mi apellido Schtmit por Boysen. Era un orgullo saber
que ella creía en mí, mi don y la misión que debía hacer y cumplir
con ella a mi lado.

-Häkan, ¿has prestado atención a lo que te estuve contando?-.

Miro a mi madre que me saca de mis pensamientos. Le sonrío ella


ya sabe la respuesta

-No mamá, perdón pero siento de nuevo esa sencción de que a


Roxalía le está pasando algo-. Mi madre se acomoda en su silla
para mirarme de lado.- Siempre me pasa cuando a ella le pasa algo,
está triste o está ya sabes-, alejo mi brazo del posabrazo de la silla y
me abrazo sintiendo ese escalofrío en mi cuerpo- ya sabes mamá,
perdón pero ella me necesita ahora-.

-Vé hijo, y cuídate-.

Dejo mi cuerpo al lado de mi madre y me voy en busca de ella.

Me encuentro parado en frente a la puerta número 12, si. Su


departamento. Atravieso la puerta y ahí la veo, sentada
observando una caja y su contenido lo cual para mi asombro
cuando me acerco y veo que son mis libros.

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- Vaya has descubierto mi tesoro. No tienes idea del tiempo que
esperé para que lo supieras-. Lo digo contento.

Ella levanta lentamente su mirda y solo atino a decirle;

-Hola Roxy-.

Ella me mira confundida. Levanta uno de los libros que sostiene en


su mano y me dice

-Ho la- hizo esa pausa en la simple palabra como separándola en


sílabas.-¿qué es todo esto? ¿me lo quieres explicar? ¿Michelle?, por
favor mi gata se llamaba así- Toma una bocanada de aire y
continúa - ¿Lía?- Deja el libro sobre los otros en la caja y lleva sus
manos a su sien – no, no, no ¿qué me has estado tomando el
pelo?- suspira para dejar ir su ira- ¿me has estado usando todos
esos años …¿para esto?. No me lo puedo creer-.

Pero ella se calma cuando escucha pasos que viene de la cocina y


yo veo al idiota de su compañero Luc asomarse con dos jugos de
naranja en una bandeja y un plato con gallatas tostadas y
mermelada.

-¿Qué hace ese tipo aquí?-. Le pregunto y mi enojo en el tono de


mi voz se intensifica.

-La verdad que no te importa-. Me dice ella en un tono afilado en


su voz.

Me trato de calmar pero verlo aparecer con aire de ganador, me


enfurece.

Roxy levanta su mirada a él y le dice_ Dame la bandeja mientras tú


despojas la caja de la mesa. Así pongo esto ahí-.

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-Claro_.

Y el hijo de puta hace lo que le pidió. Mientras yo me alejo y


observo todo. Ella voltea su mirada a mi lugar y me dice muy
irónica.

-¿Quieres una escena para tus putos libros?. Pués mira te la daré-.

Siento mis venas arder cuando recorren hasta llegar a mi corazón.


Siento que mi corazón se quiebra en dos cuendo ella termina de
decir eso. Mi estómago sintió una punzada afilada. Odio cuando
me pasa esto, pero más odio,es la repugnancia me da de que ella
está haciendo esto por enojo. No debería enojarme pero siento su
ira y no puedo evitarlo. Sentir que todo lo bueno que tengo de
saber que ella me ve se desmorona.

Él se sentó en frente de ella y bebe su jugo. No digo nada sólo


observo todo lo que veo.

Luc comienza a relatar que me sigue en las redes sociales y que


administra un grupo de facebook con otras personas.

Ella escucha atentamente mientras coquetea tímidamente con él.


Nunca lo había hecho antes, porque ella me escuchaba y hacía lo
que su inconsciente o sea yo le decía, pero ahora es diferente y
creo que me está jugando en contra.

Ella me está haciendo una jugarreta con esto, haciendome beber


mi propio veneno. Sólo espero que pare y calme mi agonía. La
amo y no creo que ella entienda esto ahora. Creo que aún no está
preparada como me dijeron los Amarakis.

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-¿Sabes Luc? Es interesante todo lo que relatas pero ahora quiero
que hablemos de otros temas…no sé_ su rostro pasó de la
confución a la alegría total en su mirada. - ¿qué te parece si nos
concentramos entre tú y yo como…-.

Eso fue un puñal en mi corazón, ¿ qué quieres hacer?, ¿darme celos con
el estúpido de tu compañero?.
-Como algo más que colegas-. Ella abanicó sus pestañas mientras
lo miraba sensualmente a él. Ese tipo, cambia su postura y se pone
rígido, como si lo sorprendiera su madre haciendo cosas morbosas
en la sala de su casa. Oh oh ¿qué pasa acá?

Él deja de hablar y su mirada es confusa.

-Me, me tengo que ir Roxy. Tengo que ir a la jefatura para trabajar,


y estoy llegando tarde-.

-Pero, si recien llegas-. Le dijo ella desilucionadamente.

Mientras el se frota sus manos en sus muslos- Sip, tengo que irme-,
luego se levanta y sin decir nada se va hacia la puerta la abre y
antes de salir se voltea y mira a Roxy. –Lo lamento, pero el deber
llama. Nos vemos luego-. Y sin esperar respuesta el cierra la puerta
dejando a mi Roxy más confundida que antes.

Desde su sillón en dónde ella está sentada voltea a mirarme, veo


furia en su rostro. Sus labios se afinan en una sóla línea. Su pecho
se agita

-¡Tú!, eres un grandísimo hijo de puta. ¿qué le has hecho?-. Trata


de buscar sus muletas para incorporarse, logra alcanzarlas y se
apoya en ellas para levantarse. Se acerca a mi, en donde yo estoy.

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-Tú maldito hijo de puta te quiero fuera de mi vida. ¡Fuera!-.

Nunca sentí tanto el desprecio de ella, su enojo, su frustración


como lo sentí ahora. Pero no me voy a dar porvencido. Yo ahora
no hice nada.

-Yo no hice nada ahora. Tú mismo viste que no hice nada-. Tomo
aire para sacar todo mi enojo, mis celos acumulados por mas de
diez años, para esperar que ella me vea. – Fue ese hijo de puta que
se fue solo-.

-No lo llames así, el es mi compañero-.

La ira acumulada se junto con el sarcasmo -¿Tú qué?


¿compañero?- lo dije casi cantando a la palabra.-Cuando lo que
hizo ese hijo de puta siempre fue seducirte y una vez que tú
accedes por bronca el estúpido huye como una niña-.

-Fuera de mi casa Häkan-.

-No me voy a ir-.

-No te vayas si no quieres pero no existes para mí, ni siquieras


estás aquí de verdad, solo en mi mente. Y, así como estás puedo
hacer que no estés-.

Eso dolió, y mucho. Tengo que sacarla de aquí porque sino ella
destruiría con palabras irientes todo lo que he hecho por ella
todos estos años.

-Roxy-, digo tratando de alcanzarla mientras ella se voltea para


alejarse de mi.

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Se da la vuelta y en sus ojos hay furia contenida-¡Fuera!-. Levanta
una de sus muletas para apuntarme con ella como si fuera un
arma.-¡Fuera!-.

Y eso hice, no sin antes alcanzar la punta de su muleta con mi


mano y llevármela conmigo.

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CAPÍTULO 12

Caigo abruptamente sobre la hierba espesa apoyando mi hombro


fuertemente y todo el lado de mi costado cae sobre el suelo.

Veo a Häkan al lado mío y lo primero que pienso es en mi pierna.


Pero ver que él me trajo a este lugar otra vez, me enfurece.
Empiezo a forzar mi agarre con la muleta hasta que en un
momento de ira mía empiezo a usar mis manos. Él recibe mis
golpes con mis puños, lo cual el trata de parar.

-Déjame en paz Häkan… déjame en paz-, le digo apretando


fuertemente mis dientes.

-No, espera Roxy. Yo… yo no quiero lastimarte-.

-Pues si lo estás haciendo-.

-No, no lo hago- Puso mi espalda sobre hierba mientras toma mis


muñecas fuertemente en mi pecho. Veo esperanza en sus ojos
cuando el recorre su mirada por mi rostro. Mi espalda empieza a
sentir el frío de la hierba, mis glúteos también.

-Roxy, cálmate. No te haría daño, por nada en el mundo-.

Aflojo mi cuerpo para que él pudiera salirse sobre mí. Nuestras


caderas están juntas y tengo miedo pero tengo que camuflar ese
miedo para que él me suelte. Pero Häkan lleva mis manos hacia

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arriba de mi cabeza y la sostiene en un solo agarre mientras que
con la otra barre sus dedos por mi mejilla.

Me paralizo por el miedo. No sé en donde estamos y aunque él me


calma siento un nudo en mi estómago que me indica que es hora
de defenderme. Él está concentrado en mi respirar y en mi
mirada. Me paraliza el miedo pero no quiero pensar ya que él lee
mi mente. Solo dejo que mi respiración se escuche entre nosotros
dos.

-Di algo bebé. No voy a lastimarte, pero di algo-.

Mi impulso no fue de hablar. Mi pierna sana fue a darle un


rodillazo en su entrepierna como un instinto de autodefensa. Él
me suelta para aferrarse a su miembro adolorido lo cual él se pone
a un lado de mí.

Me levanto apresuradamente, no veo mi muleta por ningún lado.


La hierba crecida no me deja visualizarla. No lo dudo y decido
correr pero me doy cuenta de que mi pierna lisiada puede
moverse, asique la apoyo mejor y empiezo a correr cuando a unos
metros delante de mí de la nada aparece una criatura espantosa,
de color verde. Mide como dos metros. Parece que su piel está
cubierta de escamas es de color verde. Su cabeza es como la
nuestra pero algo más grande. Su boca se la ve grande y sus ojos
eran amarillos.

Primero me paralizo y luego sale de mí un fuerte grito. Esta bestia


verde saca de su boca una lengua muy ancha y rosada lengua; con
un corte enla punta de su lengua dividiéndola unos centímetros,
así como las serpientes y la desliza en zigzags hacia mí.

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-¡Roxalía!-. Escucho decir detrás de mí. No podía moverme pero es
Häkan el que grita mi nombre. Pero esa bestia cae al suelo
abruptamente como cayo su lengua. Puedo observar una cola de
lagartija asomándose por lo bajo de su espalda y una lanza que
está alojada en su nuca.
Mi cara es de horror, Häkan se acercó al lado mío y alguien sale
de la nada entre los árboles

-¿Estás bien Häkan?-.

Era un hombre de contexturas como la nuestra, de cabello rubio y


ojos marrones. Tal vez un poco alto como Häkan, pero no tanto.

-Sí, estoy bien Yuri, gracias por venir-.

Esa persona se va acercando a la bestia y lo toca con la punta de


su pie.

-Muerto-, es lo que dice. Se voltea y viene hacia nosotros.

Él está vestido con jeans y una camisa blanca y algunas rayas en


celestes muy finas. Y lleva puesto un par de zapatillas. Pude
observar eso cuando se acercaba a nosotros.

Llevando sus manos a sus caderas mira a Häkan

-Y ella es…_.

Dice eso como esperando el nombre de su juguete. En su mirada


había curiosidad.

-Yuri, ella es Roxalía-.

El rostro del hombre cambia a serio e inclina la cabeza como


saludo.

58
-Un honor para mí, conocerte, por fin Roxalía-.

Miro sus manos y las tiene juntas, sin decir nada, ya que sabe mi
nombre

¿Quién es él?
-Oh, soy Yuri Kozlov-. Dijo con una sonrisa.

-Yo no dije nada-. Se atajó Häkan al decir.

Yo los miro a ambos -¿qué acá también leen la mente?-.

De la mirada de Yuri, salió una risa que iluminó su rostro.

-Sí, así es-. Luego mira a Häkan y dice- Tenemos que movernos de
aquí antes de que se den cuenta-.

-Sí es cierto-.

-Mi muleta, mi pierna está…-, digo.

-Aquí está tu muleta-, dice Häkan dándomela-Pero no la necesitas


acá. Igualmente llévala contigo-.

Supongo que es para que no la encuentren.

Yuri se volvió para retirar la lanza de la nuca de esa cosa. Y se


volvió hacia nosotros.

-Bueno, no estamos lejos de nuestro refugio-.

-Sí, así es -, le dijo Häkan.

Y yo no tengo ni idea de donde estoy parada. Ellos comienzan a


caminar y los sigo de cerca para no quedarme atrás. Mi miedo de
lo que acabo de ver me deja confundida.

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-No tengas miedo Roxy-, y toma mi mano y por primera vez siento
que estoy libre de peligro.

Volvemos a entrar en esa oscuridad que nos lleva a la otra vez en


donde estuve con Häkan a solas.

Me siento al borde de esa agua que corre bajo el halo de luz.

Solo quiero salir de aquí y estar en mi casa cómodamente sentada


en ese sillón. Mirando televisión, porque realmente no sé si quiero
leer esos libros. Esos libros me asustan y no sé si quiero encontrar
algo ahí con respecto a mi vida.

Häkan se acerca a mi lado y se agacha para acercarse a hablar.

-Mira Roxy, nos quedaremos aquí un tiempo más. Yuri fue a buscar
leña para hacer algo de fuego y esperaremos a algunos de los
demás-.

Yo lo miro confundida- ¿A los demás? ¿Quiénes son los demás?-.

-Ya los conocerás a todos. Y verás-.

-Mira Häkan, yo la verdad, que no me interesa lo que hacen aquí, si


la casa club de la dimensión desconocida o qué. No me interesa-.

Su mirada se opaca pero parece no rendirse.

-Creí que estabas preparada para esto. Pero me parece que me


equivoqué-.

60
-Preparada ¿para qué? Yo no quiero estar preparada para nada.
Más cuando te dejé de ver. Me sentí muy mal. Y la verdad que no
quiero volver a eso-.

-¿No quieres volver a qué? ¿A lo que éramos?-.

Riéndome irónicamente lo ataco verbalmente -¿Qué fuimos? ¡Ja!,


dime que mierda fuimos. Eras tan tan real para mí que cuando te
dije hace unos años que quería casarme contigo te cagaste en
sima-.

Él baja la mirada y se sienta al lado mío mientras que yo vuelvo a


atacarlo- Te fuiste de mi vida sin una respuesta. Quería formar una
familia con la persona o cosa que eres…. Y te fuiste. Me dejaste. Y
me costó muchos, muchos… - empiezan a aflorar las lágrimas en
mis ojos y no puedo contenerlas. Las dejo que sigan su curso. Que
vea lo que me hizo sentir- años olvidarte y de la nada…¡Boom!
Apareces. ¿Quién te crees que eres tú? Para venir y pisotearme
como lo has hecho antes-.

-No puedo verte llorar, Roxy. Por favor no llores-. Me mira y se


mueve para abrazarme pero soy más ágil que él y me levanto sin
pensarlo.

-Vete a la mierda o de dónde vienes-. Y me alejo de él.

Él me sigue, me alcanza con su mano y me dice;

-Espera, todo tiene una explicación. Nunca me fui, sólo que no me


hice visible. Pero siempre estuve ahí, contigo, en cada…-me volteo
para mirarlo- en cada momento importante de tu vida, en cada
tristeza, en cada dolor-.

61
Me acerco más a él y su mano libre levanta mi mirada hacia él
desde mi mentón para que lo mire.

-Siempre estuve ahí-.

Su mirada penetra mis poros y siento quemarme por dentro. Llevo


mi mano a su muñeca que sostiene mi mejilla. La siento tan
suave. Y no recuerdo que nadie me haya mirado cómo él lo hace
ahora.

-Me enamoré de ti, no lo pude evitar. Y no me arrepiento de nada


de lo que hice contigo, de nada. Lo eres todo para mí-.

-Si dices que estuviste en cada una de mis tristezas, entonces me


habrás visto más de una vez llorar-. Un nudo en la garganta se me
forma y no puedo seguir hablando.

Häkan suelta su agarre y lleva su mano a mi cara y ahueca con


ambas manos mi rostro. Sus pulgares acarician mis mejillas. Su
mirada se profundizan y sus ojos avellanas se intensifican en su
color.

-Si, en cada una de tus tristezas, en cada alegría-.

Se me viene a la mente cuando mi gata Michelle murió por


envenenamiento, lloré mucho y sentí que me acariciaban el
cabello. La partida de mi abuela, luego de una enfermedad
terrible como el cáncer.

-Sí-, dice- con tu abuela y tu gata estuve contigo-.

Siento que mi cuerpo está flotando en el aire y que él solo me


sostiene con sus manos en mi cara.

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-Cierto lees mi mente-. Bajo la mirada.

-Tú también la lees. No te desanimes, solo tienes que dejarlo fluir-.


Besa mi frente, luego sus labios bajaron a la punta de mi nariz y
deja un pequeño beso ahí, para luego besar mis labios, los cuales
estaban secos.

El deja un beso tierno en ellos, su frente se apoya en la mía y


decido ceder. Suelto mi mano de su muñeca y la llevo a su nuca.
Mis dedos se mezclan con sus cabellos ahí para luego marcar el
surco de mi agarre con mis dedos deslizándose en toda la
trayectoria de su nuca para acercarlo más a mi boca.

Häkan no se niega, abre apenas sus labios para entrar en mi


espacio. Sus labios humedecen los míos y dejo que entre su lengua
para que sepa lo necesitada que estoy de que me demuestre todo
lo que me dijo. Y eso hace.

-Disculpen-, dijo alguien a unos metros de distancia de donde


estábamos.

Cuando me alejo del beso abrazador y del agarre de Häkan, Yuri y


alguien más como nosotros esta a su lado.

-Hola Vivek-.

-Hola Häkan-.

- Lo encontré de camino hacia aquí. Lo llamé mientras estaba


recolectando algo de madera-.Dice Yuri.

-Y Yuri me dijo que Roxalía está aquí contigo-. Su sonrisa se iluminó


de su piel algo morena.

63
No se acercó a mí, mientras yo lo observaba. Me adelanto un paso
y digo;

_Hola Vivek, soy Roxalía Lentz, un gusto-.

-Vivek Agarwal-. Me dice él pero lo miro confusa.- Disculpa, soy un


indú-.

-Soy de Canadá-, el asiente con su cabeza.-Veo que ya lo sabes-.

-Sí, todos lo sabemos-. Acota Yuri.

-Bueno ya que conoces a dos de ellos vamos a ponernos a hacer un


poco de fuego-. Dice Häkan acercándose a ellos para ayudarlos con
las maderas encontradas.

-¿Y a cuantos más me faltan conocer?-.

-Somos once pero contigo y con Häkan somos trece, y eso es todo.
El resto ya los conocerás, como a ellos y bueno…ya sabes…-. Dijo
Yuri.

-No, no recuerda nada-, se voltea para mirarme,_ pero ya lo hará-.

64
CAPÍTULO 13

Estoy feliz de que Roxy me haya besado como me besó. Me tengo


que sentir orgulloso de eso. Pero estoy incómodo sabiendo que
mis compañeros nos hayan visto así.

Se que esperan mucho de nosotros. Pero se tambíen que


tendremos que ir de a poco.

Nos sentamos para preparar el fuego Roxy al lado mío. Mientras


van apareciendo unos compañeros más.

-Hola a todos-, dice un joven, seguido de otro que van apareciendo.

-Hola Didac-.

-Hola ¿cómo están?-. dice el que le sigue.

-Hola Eduardo-.

Roxalía los mira porque los ve aparecerse de la nada. Se van


sentando alrededor de Yuri y Vivek.

-Un gusto para mí, Roxalía soy Didac Castany, de España-. Y agacha
su cabeza en forma de saludo.

-Lo mismo digo-, dice Roxy.

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-Soy Eduardo Mabragaña, de Ecuador. El gusto es mío-.
Emocionado por verla ahí esbozó su enorme sonrisa.

-Hola Eduardo-.

-Bueno, ya que los cuatro conocen a Roxalía-, digo esto en forma


cortante. Nunca pensé que me molestaría. Pero siento ese
cosquilleo aflorar en mi vientre. Miro a Roxy y luego a ellos para
concentrarme en lo que tengo que decir. –Hoy Yuri tuvo que
matar a uno de esos basílicos de capucha porque estuvo a punto
de capturar a Roxalía-.

-Joder, hombre-. Dice Didac asombrado. -¿Y ahora que haremos


Häkan?-.

-Creo que tendrán que tener mucho cuidado con sus vidas porque
nos estarán vigilando. Sabemos que como nosotros hay gente
mala-.

-¡Y si lay hay!-, dijo afirmando eso Eduardo.

Yo asiento con la cabeza y me concentro en seguir hablando.

-También los hay de ellos buenos, pero no sabemos hasta ahora


como saberlo. Si los identificamos y actúan y piensan como
nosotros pero quien es malo y quien es bueno..no lo sé…aún-. Los
miro a todos incluyendo a Roxy la cual escuchaba atentamente.-

Todos asentían a mi relato y Roxy pregunta

-¿Y quienes son ellos?-.

-Los supernumerarios. Así lo llamamos, a los que conviven con


nosotros en esa realidad-.

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-¿Perdón?, pero ¿cuál realidad Häkan?-. Me mira aturdida. Todos la
miran preocupados. Me volteo para hablarle y le explico

-Los supernumerarios son como esa cosa que quiso atacarte allí
afuera y que Yuri derribó con la lanza-. Señalo con mi dedo hacia
un lado.

-Oh ya veo-.

-En la realidad que vives tu vida, fuera de esto, los llamamos


supernumerarios-. Mirándola fijamente le aclaré- Hay buenos y
malos, como lo somos nosotros. Pero…-.

-¡Uppps! Si siempre hay un pero-, dijo Roxy de manera sarcástica.

-Sí, y el pero es que ambos de la banda de los buenos queremos


los Pergaminos de la Verdad, mientras que los malos, la quieren
destruir-.

-Oh creo que nos debemos una larga conversación… nosotros-, dice
Roxalía.

-Creo-, dice Vivek, que tendremos que estar atentos a nuestro


alrededor y ver más allá de lo que vemos. Y además-, observa a
todos ahí alrededor de la fogata –Debemos irnos y dejar que
hablen entre ellos-.

- Oh sí, claro-. Dijeron todos al mismo tiempo.

-Mejor nos vamos-, dijo Didac mientras se levantaba y los demás lo


seguían.

-Bien, muchachos, avisen al resto de esto y nos vemos pronto. Y…


cuidensen-.

67
Y todos se fueron de ahí.

Roxy los mira aturdida como cada uno de ellos se evapora en


frente suyo. Yo esboso una sonrisa en la comisura de mis labios y
solo atino a decirle- Ya te acostumbrarás nena-.

-¿Tú crees?, todavía estoy muy confundida-.

-Lo sé. Ven. Dame tu mano y nos vamos de aquí-.


Ella acede a mi pedido y nos fuimos.

68
CAPÍTULO 14

Me quedo encantada con el lugar a dónde estamos ahora. El sol y


el cielo son brillantes y veo lavandas, muchas plantas de lavandas
en frente de mí.

Es como si estuviéramos en un sueño. Pero sé que no le es.

Häkan esá al lado mío y me mira mientras que yo doy circulos en


mi alejando mis brazos para disfrutar de esto. El lila es mi color
favorito y los lirios son mi flor, pero lirios lilas. Y estas lavandas
representan su color.

Me río y estoy feliz. Escucho a Häkan reirse a mi lado.

-Me encanta verte sonreir Roxy-. Dice él.

Me detengo para mirarlo tomo sus manos y él me mira sonriente.

-Vamos gira conmigo, esto es hermoso Häkan-. Él se ríe y accede a


moverse conmigo. Luego de dos vueltas el me alza con sus brazos
y alzo mis manos al cielo. Mi cara mirando al sol y esbozo una
sonrisa alegre.

-Esto es … no tengo palabras para decirlo-.

El me baja lentamente manteniéndome abrazada. Cuando mi


mirada se encuentra con la de él. Besa mis labios – Me alegro que
te guste, o mejor dicho, te siga gustando-.

69
Lo miro confusa y solo digo lo que se me viene a la mente- Me
encanta-.

Él apoya mis pies en el suelo nuevamente.

Soy mucho más baja de estatura pero levanto mi mirada a él.


Häkan me cierra envolviendo sus manos en mi cintura y me atrae
más a él.

-Siempre te gustó este lugar, bebé-.

Me lo quedo mirando extasiada y veo el porque, es totalmente


hermoso.

Se que el me está mirando y me concentro en lo que tal vez quiere


decirme. Ya que dijo que puedo leer la mente.

Te amo, si pudiera demostrartelo lo haría. Sólo si me dejaras mostrártelo.


Lo miro a él alzo mis brazos para abrazar su cuello y hago caso a
lo que me pide. Mirándolo le digo mentalmente

Eres un tonto, lo sabes. Siempre te he amado y lo sigo haciendo.


El me sonrie y busca mis labios para besarlos.

Primero es en forma lenta luego acelera su agarre y mi


pensamiento es si hubiera una cama porque empiezo a sentir
mariposas bajo mi vientre.

Tus deseos son órdenes.


Siento que estoy acostada no en el suelo sinó en algo mucho más
blando.

70
Llevo mis manos a sus hombros y lo separo de su beso. Él me
queda mirando y miro alrededor mío y sí estamos en una cama, la
cual no es la mía.

-¿Dónde estamos?-, le digo confundida.

- En una cama, como puedes ver, nena-.

-Si, ya lo sé pero dónde-.

-Es mi habitación. ¿Está bien con eso?-.

-¿Dónde excatamente esta tú habitación, Häkan?-.

-¿Qué quieres decir con eso?-. Él me mira confundido.

-Sí, donde vives. ¿A la vuelta de mi casa, ¿dónde?-.

-¿Importa eso?-.

-Sí me importa porque nunca que recuerde estuve aquí-.

-¿Qué quieres?, ¿ver mi habitación, justo ahora?-.

-Sí, y no me respondiste mi pregunta-.

Él apoya su espalda alejándose de mi en su cama. Mientras yo me


apoyo con mis codos para ver el lugar. Mi camiseta se ajusta en mi
pecho.

Hay un gran ventanal que da de seguro a un patio porque llego a


ver ramas de un árbol. Sus paredes son blancas con algunos
cuadros y un pequeño sillón para sentarse en una de las esquinas.
Me concentro en la cama es de una madera muy bien trabajada y
reluciente sus sábanas son blancas y recorro sus piernas hasta
llegar a mirarlo.

71
Nos miramos a los ojos y él se pone de lado para mirarme. Lo veo
impaciente porque hay deseo en su mirada.

-Häkan, no respondiste mi pregunta, aún-.

-Estas en mi habitación si, justo ahora en Munich, Alemania-.

Lo miro asombrada ¿Alemania?, me estás bromeando.

-No bebé, no es broma. Te traje a mi habitación-.

No lo puedo evitar y me pregunto ¿a cuántas mujeres ha traído aca?,


olvidándome de que el puede leer mi mente.

Él me acaricia con sus dedos mi hombro. Lo besa y recorre su


mano entre el hueco de mis senos para abrazar mi cintura y así
poder inclinarse sobre mí, lo cual lo dejo hacer.

-Tú eres la única. Nunca hubo otra acá-, señala con sus ojos
moviendo su cabeza para el lado de su costado señalando la cama
y luego baja su mirada para que vea a su otra mano en su pecho.-
Te amo bebé, eres la única a quien he amado en toda mi vida-.

No sé si sentirme alagada paro necesito respirar y poner mis


pensamientos claros. Siento que mi estámgo se está
revolucionando allí y los nervios aparecen en mí. Solo pienso en
una cosa casa. Y ahora me encuentro en mi casa, dejando a Häkan
en su casa y en su cama solo.

Mi muleta, la cual le había apuntado a él está en el piso, me


agacho para recogerla me muevo hacia el lugar dónde estaba
sentada antes. Dejo esas muletas y me siento llevando mi cabeza
al bode del silón levantando mi mirada al techo.

72
Mi cabeza empieza a darme vueltas, no se ni la hora que es y si
hubo una diferencia de hora cuando me fui de aquí, porque el sol
está aún. El dolor en mi pierna enyesada vuelve y en mi brazo
vendado también. Me levanto para ir a buscar la medicina que
está en la mesa de mi cocina y un vaso con agua.

El efecto llega rápido y decido ir a mi habitación cuando llego a


ella, me acuesto en sobre mi cama, apenas me cubro con una
manta de media estación y mis ojos se cierran.

73
CAPÍTULO 15

La veo esfumarce en frente a mí, llevo mi cuerpo a ocupar su


lugar, me hundo en la almohada y huelo su perfume, es floral con
toques de jazmin blanco.
Me volteo luego de unos minutos y extiendo mis brazos a lo ancho
de la cama. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir luego.

-¿Qué hice de malo ahora?-. Me digo.

Pero recapacito al instante y tengo que entender que para ella es


mucha información para asimilar. Estuvo muchos años aislada de
verme, pero sé que me sentía siempre. Tengo que esperar a que
ella me recuerde de antes, de cómo eramos felices y todo tendrá
sentido para ella, nuevamente.

Ya que cuatro de mis aliados ya saben de lo que sucedió con ese


Basílico de Capucha y Roxalía, tengo que hablar con el resto de
ellos.

Los llamo con mi mente y nos reunimos ahora en Puma Punku,


estoy esperando por ellos ahora. No es mucho lo que espero
cuando aparece Amín, Akákios e Hiroki. Saludo a todos con una
inclinación de cabeza. Y nos introducimos en el interior de una de
esas monumentales piedras que van a un interior que sólo
nosotros , los trece sabemos.

Nos sentamos en pososición de loto y Amín habla primero;

74
-Häkan, Didac me ha comentado que conoció a Roxalía. ¿Es eso
cierto?-.

Mirándolo a él y al resto de los demás presentes- Sí, además tú


sabes muy bien que no se puede mentir-.

-Sí, lo sé-.

-Me gustaría que nos hablaras de ella-, dice Hiroki. –Pero debemos
preocuparnos por lo que vendrá más adelante-.

-Sí, no entiendo cómo Yuri, pudo actuar así-. Dice Amín.

-Creo que nuestro aliado Yuri sólo le salvó la vida a Roxalía-. Dice
queriendo afirmar Akákios.

-Sí, es así como lo dice Akakios. No juzguemos el accionar de Yuri.


Cuando-, señalo a cada uno de los presentes – creo que ustedes
harían exactamente lo mismo-.

Por un lateral aparece Adir y se acomoda al lado de Häkan.

-Perdón por la demora-, dice mirando a todos y luego haciendo su


saludo a mí.- Y si hablan por lo de Yuri, creo que hizo bien-.

-Sí le salvó la vida, pero hay que tener cuidado a partir de ahora-,
dice Amín. Y todos asienten con la cabeza afirmandolo.

-Hola-. Aparece Marc. Seguido de Yuri.

Ambos saludan y se sientan en posición de loto bordeando una


roca rectangular .

Luego aparecen Adir, Bryon y William. Los cuales saludan a todos y


se sientan como los demás.

75
Todos nos quedamos en silencio esperando al resto de ellos.

Cuando el último en aparecer se sentó en posición de loto.


Esperaron a que me levante de mi posición y me dirijo a la gran
roca alargada ahí inclino mi cabeza y alzo mis brazos hacia arriba.
Esperando la señal para comenzar a hablar.

Luego de unos minutos un halo de luz emergue desde la oscuridad


del lugar en donde estábamos y me dirijo a mis aliados para
hablarles.

-Nuestro gran padre me ha dado un buen mensaje-. Miro a todos


cuando esa luz desaparece en frente de mí.

-Tengo que llevar a Roxalía conmigo hacia las densidades de ellos


porque quieren revelarnos los nuevos pasos que debemos hacer.
Pero tenemos que hacerlo juntos. El mensaje es para nosotros dos-
.

-Me alegro que pueda ella ir hacia nuestro padre-, dice Bryon.

-¡Sí!-. Dicen todos luego.

- Tengo una pregunta-, me dice Adir.

-¿Sí?-.

-Roxalía sabe o mejor dicho, recuerda todo-.

-Sí queremos saber eso-, afirma William.

-¿Ella sabe el legado que tiene en sus manos?-. Pregunta Amin.

-Creo que nos tienes que decir a todos cómo ella lo está
asimilando-. Dice Hiroki.

76
-¡Sí!-. Dicen todos al mismo tiempo.

Yo los calmo con mis manos y me siento sobre esta roca que
simboliza la pureza y la verdad absoluta.

-Roxalía, está recordando de a poco los acontecimientos. No nos


olvidemos que estuve como quince años siendo solo audible para
ella. Con calma y con la sabiduría de nuestros ancestrsos Amarakis
ella llegará a ver la verdad y quién es ella para todos nosotros. Creo
-, miro a cada uno de ellos – tengo que darle tiempo. Sé que ella
está anciosa porque ahora puede verme. Pero no puedo someterla
a lo que no desea-.

-Pero si ella te ama, es tu yin-, dice Didac.

Afirmo con mi cabeza. –Pero tampoco puedo obligarla a no hacer


algo que no quiere. Ella lo descubrirá después de todo. Eso está
escrito también en los Pergaminos de La Verdad-.

-Sí, tienes razón-. Afirma Didac.

-Creo que ahora es todo lo que puedo decirles, y cuanto antes


pueda llevar a Roxalía a esa desnsidad con nuestros ancestros.
Mejor-. Los miro a todos y les digo alzando mis manos hacia
delante de mí. –Pueden irse ahora-.

Yo baje mi cabeza y soy el último en irme de ahí.

Cuando vuelvo a mi habitación, el agotamiento aflora en mi


cuerpo. No me suele doler haciendo esto. Pero mi canalización
en esa densidad me deja agotado.

77
Alguien golpea mi puerta.

-Adelante-, digo.

Y mi madre entra con una bandeja y un plato de comida.

-Cariño, se que has estado ocupado casi todo el día. Son casi las
seis de la tarde y no has almorzado si quiera-. Mostrando la
bandeja hacia mí para luego colocarla en mi mesa de noche – Te
traje algo de pasta con salsa blanca, para que te alimentes y un
vaso con agua-.

-Gracias mamá. Sí fue agitado hoy, y no tuve tiempo para escribir


ninguna línea-. Me siento en el borde de mi cama y alcanzo el
tenedor junto con el plato-.

Mi madre besa mi cabeza y luego me caricia en el lugar.

-Lo sé hijo. Come tranquilo luego vengo a buscar la bandeja-.

Mirándola mientras trago un mordisco de la pasta le digo_


Gracias mamá, te amo-.

-Yo también te amo. Alejándose hacia la puerta de mi habitación se


voltea y me dice – No te preocupes, yo vendré a buscar eso. Tú
descanza luego-.

-Sí, lo haré-.

Me concentro en mi comida, no pensé en ello en todo este día.


Aunque fue agitado. Tengo que decir que lo mejor de todo fue
estar con Roxy aquí en mi cama.

Cuando termino mi comida, me pongo mi pijama de pantalón


corto y evito la camiseta. El calor se está asentuando en el

78
hemisferio norte. Me voy al baño que está en mi habitación, me
sepillo los dientes y luego vuelvo a mi cama.

Corro las sábanas y me quedo dormido oliendo el perfume de ella


en mi cara.

79
CAPÍTULO 16

Me despierto desorientada por la hora, está todo oscuro, busco en


mi mesa de noche el reloj despertador y lo miro. Las dos y siete de
la madrugada.

Mi pierna enyesada me empieza a doler, sé que tengo que estar


quieta para que sane. Pero no me quiero hacer adicta a la
medicación.

Trato de pensar en lo sucedido con ese disparo.

Y sólo recuerdo tener a ese hombre en frente de mí y escuchar un


disparo y luego aparecer en ese bosque frondoso.

No es hora para llamarlo. Mi cabeza estalla en preguntas sin


respuestas y creo que el único que puede darme esas respuestas es
Häkan. Y la verdad no me importa si está dormido o con alguien.
Me levanto y me trato de alejar saltando de una vez. Sólo tengo
una de mis muletas. No pude haber sido tan tonta de dejar mi
muleta en ese lugar. Escaneo con la mirada hacia mi pieza y pienso
en él. Sin dudas él es el único que puede darme esta respuesta.

Estoy en otro lugar, seguro porque la ventana ilumina una cama.


Sólo espero estar en la habitación de él. Pero mi alma de policía
me dice que primero inspeccione el lugar.

80
Como no me duele la pierna enyesada es algo molesto caminar
con ella. Me dirijo hacia la puerta, que creo que con ella salgo de la
habitación. Igualmente esta habitación así a oscuras me resulta
familiar. Pero quiero corroborar eso. Me dirijo hacia esa puerta y
la abro. Sí efectivamente, da a un pasillo y luego veo unas
escaleras, me acerco a ellas y me dirijo a la planta baja.

Todo está a oscuras pero me resulta familiar. Sobre una enorme


estufa sé que hay un candil. Cuando me acerco ahí, tanteo y sí
prendo la lámpara e ilumina la habitación.

Definitivamente no es mi casa ni la de mis padres o de mi


hermano. Pero me resulta familiar. Yo he estado aquí cuando era una
adolescente.
Busco con la mirada a ver si encuentro alguna fotografía y al
encontrar en una mesa varias fotos me acerco.

No me animo a tocar nada solo que me inclino lo que más puedo


y puedo verlo a Häkan en todas ellas. ¡Sí! Estoy en su casa. Una
sonrisa emerge de mis labios pero se desvanece cuando veo una
foto que yo había visto en no sé dónde. Él sentado al lado de una
mujer, pero esta foto la veo entera, hay otro hombre al lado de
esta mujer. Observo otras fotos y también lo mismo. Esa mujer y
una mujer más mayor, que no tengo idea de quién es.

-Vaya, mirando mis fotos-.

Me volteo para verlo parado ahí con su pantalón piyama y su


torso desnudo. Trago saliva y lo miro fijamente. No me sale
palabra alguna y él avanza hacia mí.

81
Me pongo nerviosa como si me encontrara robando.

Häkan se acerca más a mí, y extiende su mano para alcanzar una


de las fotos. Me la muestra y dice;

-Es mi madre, se llama Bárbara-.

Digo que sí con mi cabeza, estoy muy nerviosa porque no quiero


que él piense que estoy fisgoneando en sus cosas. Cuando la
pone en su lugar, continúa diciendo – los demás son todos amigos.
Amigos de años-.

Vuelvo a asentir con la cabeza y la vergüenza se apodera más de


mí. Toma una de mis manos y me dice;

-Vamos a la cocina. Quiero que me cocines algo. ¿Sí?-.

No soy muy amante de la cocina, pero si cocino me gusta hacerlo


en mi casa y para amigos.

Ilumina la sala y la cocina es impresionante. Nunca había visto


tantos artefactos electrodomésticos y el diseño de los armarios, en
un color blanco crudo y del mármol de ensueño.

El se dirige al refrigerador y busca que puede encontrar.


Enfocándose en su busqueda me dice;

-En el armario detrás de ti, arriba hay un paquete de harina-.


Volteándose me mira con un maple de huevos y queso cremoso.-
Haremos crepes, ¿te pareces?-.

-Si, como quieras-. Me volteo y busco la harina.

82
Häkan revisa por todas la puertas de los armarios-La verdad que no
sé donde mi madre y Agnes guardan las sartenes y esas cosas. Ya,
lo encontré-.

Apoyando mis manos en la isla al lado de los productos que vamos


a elaborar le digo;

-El que busca encuentra-. Y me río.

Él se acerca a mí y me deja un beso en mis labios. –Te encontré


hace muchos años bebé-.

Wau si esa fue una declaración de amor… que me pellizquen si es


un sueño.

Me volteo para empezar a romper los huevos, el vuelve al


refrigerador en busca de la leche. La apoya en la isla y me abraza
por la parte de atrás. Me cierra con sus brazos y sus labios van a mi
cuello. Trato de concentrarme en preparar todo.

-Häkan, corta el queso cremoso ¿quieres?-.

-Mmm-.

-Sí, corta el queso ¿quieres?-. Apenas muevo mi cuello y él se


sumerge en él. Siento sus besos cálidos ahí. El calor recorre todo
mi cuerpo. Sus manos se unen con las mías con una de ellas estoy
batiendo la masa y la otra sosteniendo el bowl. No puedo negar
que siento su bulto en mi espalda, y esta grande.

-¿Häkan?-. Digo cerrando mis ojos para sentirlo

Y siento que la masa que estaba haciendo es recorrida por los


dedos de él por mis brazos hasta llegar a los codos.

83
¿Qué haces? Me ensucias mi ropa.
Qué importa si no lo estará luego.
Me voltea para que lo mire. Lleva sus manos a mi mandíbula y las
ahueca atrayéndome hacia él en donde deja un beso suave. Me
desestabiliza igualmente y llevo mis manos a sus codos para
sostenerme de él.

Quiero hacerte el amor. Te he estado esperando mucho tiempo para


hacerlo… otra vez.
Yo no sé si lo escucho en mi cabeza paro sus besos me hechizan
cada vez más. De mi boca sale un suspiro, el cual el vuelve a
llenar, con besos. Mi respuesta a eso es acercar más mi pelvis a
su núcleo y lo siento duro.

Desliza una de sus manos por mi espalda mientras sostiene la otra


en mi cuello y me alza en horcajadas a su cintura.

Solo sale un Si en mi mente y salimos de la habitación. Solo sé


que subimos escaleras y en segundos estábamos en la
habitación. Me acomoda en el borde de la cama. Puedo sentir las
sábanas suaves y enciende la luz. El se coloca en el medio de la
cama y se acomoda en ella. Yo solo me lo quedo mirando y es tan
sexy viéndolo solo con los pantalones piyamas. Cruza sus manos
en su vientre y me mira. Yo solo me acomodo sentándome
sobre los muslos al lado de él y lo miro.

-Eres un tonto, ¿lo sabes? Pareces un niño esperando su dulce-.

-Eso hago-, sonríe mostrándome sus dientes, -quiero mi dulce-.

84
Yo me río mostrándole mi mejor sonrisa. Sé que con él no soy
tímida pero ahora siento que mi estómago se contrae. Antes de
que notara algo extiendo mi brazo derecho para llegar a su
mejilla. Me elevo un poco en mi lugar pero me sostengo con la
otra mano, apoyándola firmemente sobre las sábanas.

Acaricio mi mano por su mejilla, y la deslizo suavemente, apenas


tocando su cuerpo por su cuello, y la voy deslizando suavemente
por su pecho el cual deslizo mis dedos acariciando sus vellos.
Llego a sus manos y las abro para que me reciba en un solo
movimiento para acomodarme en su pelvis.
Aunque tengo puesto mi pijama, siento su miembro duro. Me
inclino hacia él para besar lo que es mío.

Él es mío.

Acaricia mi cabello para ajustar su agarre. Nuestras respiraciones


se mezclan con fuertes gemidos que salen de nuestras bocas.

Y lo deseo.

Ahora.

Cuando siento su agarre en mis glúteos y me lleva hacia él, mi


corazón comienza a agitarse y mis labios se separan de los suyo.

Lo miro a los ojos. En él veo lujuria, deseo.

Lo deseo.

-Te deseo Häkan-.

-Me tienes nena. Siempre he sido tuyo. Te amo-.

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Me alejo unos centímetros de él y como puedo con ese yeso en
mi pierna, me levanto en el lugar y me quito mi camiseta, la hago
volar en el aire sin fijarme a donde cayó. Me balanceo un poco y él
me sostiene de mis pantorrillas, para no caerme.

Desde donde estoy lo miro hacia abajo. Deslizo mi cabello hacia


un lado para que el pueda verme.

Alza sus manos a mi cintura y desliza hacia abajo mi piyama y mi


ropa interior. Tratando de pasar bien por el yeso. Yo me sostengo
de la pared para no caerme. Mientras él acaricia ambos tobillos y
desliza sus manos hasta llegar a la entrada de mi Venus.

Las lleva a mi cintura y me desciende lentamente a su pelvis.

No sé en qué momento se despojó de su pantalón pijama.

Nunca pensé que se sentiría bien estando en casa. Sentir su


grosor. Me acomoda para que su miembro entre en mí.

Era lo que quería y no obstante no me encontraba preparada para


la conmoción del beso, la presión del cuerpo contra el suyo.

Las manos de Häkan se abrieron en mi espalda acercándome y


acariciándola como si quisiera abarcarla toda a la vez. Mis labios
que juegan con la comisura de sus labios han captado toda su
atención. Siento su erección, la promesa muda de delicias no
soñadas y me apego a él en busca de más.

Pero esas delicias no podían ser suyas hasta que yo… hasta que él…

La lengua ya no jugaba sino que explora abiertamente, y me hace


gemir, incapaz de recordar que estoy haciendo, lo que sucedería si
esto fuera…real. Un acontecimiento que debo frenar con el fin de

86
dar un paso importante. Si tan solo pudiera recordar cual era
ahora.

No sé cómo puedo pensar con las manos de Häkan subiendo y


bajando por mi espalda hasta llegar a mis glúteos. Y es justo
cuando Häkan aparta su boca y abre un sendero de besos
ardientes desde mi mejilla hasta mi oreja que perfiló con su lengua
antes de darle un mordisco a mi lóbulo.

Un temblor profundo e intenso me recorrió el cuerpo hasta llegar


a mi núcleo, exigiendo la liberación de mi fuego que se consume.
Y en ese momento me encuentro en mi cama, el dolor vuelve a
mi pierna y él en ese momento me hace olvidar todo cuando
apoya sus manos a mi trasero acariciándolas, acariciándome la piel
sensible con las yemas de sus dedos.

Siento el dolor de mi pierna enyesada, aferro sus manos y las


llevo a su pecho.

-No podemos hacer esto-.

El dolor en su mirada me hizo sentir estúpida.

-¿Por qué?, esto fue genial. Hace mucho, mucho tiempo que
esperé por esto, bebé-.

-No, no es eso-. Me salgo de encima de él.- Es que me duele


mucho la pierna y no quiero sentir ese dolor-.

Se voltea para ponerse de lado y me mira tiernamente.-No hay


problema por eso. Ven, ahora duermes en mi cama-.

Si, como si fuera fácil.

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Y me lleva con él de nuevo a su habitación y a su lecho, en donde
habíamos comenzado a hacer el amor.

Me abraza entre sus brazos llevándome más cerca de él.

-Te amo bebé. Duerme que aquí a mi lado estarás bien-.

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CAPÍTULO 17

Cuando me despierto, ella ya no está a mi lado, pero puedo oler


su perfume. Me volteo para ver la hora en mi mesa de noche, las
nueve de la mañana.

Llevo mi mano a despabilar mis ojos de la luz que entra por mi


ventana.

Me levanto y luego de salir de mí baño me dirijo hacia la planta


baja en donde seguro estará mi madre y Agnes.

Ambas están desayunando en la isla en donde ayer quise…hacerle


el amor a mi bebé, mi chica. Despejo ese pensamiento de mi
cabeza y me concentro en la hermosa vista de estas
espectaculares mujeres que tengo en frente.

Agnes era una vecina de nuestra antigua casa y amiga de mi


madre que cuando enviudó y sin haber tenido hijos se mudó con
nosotros cuando yo empecé a ganar dinero con mis libros.

-Oh buenos días hijo-. Me sonríe mi madre desde su lugar en la


mesa.

Agnes se voltea para mirarme-Buenos días Häkan-.

-Buenos días señoras-. Les digo con una sonrisa en mi cara-.

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Veo que ambas mujeres se miran y sonríen. Me siento en mi lugar
pero no puedo evitar velas mirase cuando ambas beben su jugo
de naranja.

-Te ves radiante hoy, hijo-.

-Si, como todos los días-. Les digo omitiendo mi entusiasmo.-Pero


será mejor que me lleve una media luna a mi despacho para
ponerme a escribir-. Tomo dos de estas y me levanto de mi lugar.-
Tengo que entregar algo antes de fin de mes, sino mi editor se
enfadará, y con razón-.

-Sí, ve tranquilo. Que a nosotras no nos engañas_.

-Al contrario-, dijo Agnes._ Nos hace muy feliz verte sonreír-.

-Señoras, si me disculpan… -.

-Sí, sí, sí, ve tranquilo-. Me despide mi madre con su mano.

Ya en mi escritorio tengo prendido la laptop y no me sale


palabra alguna para escribir.

Me decido por entrar a mi facebook. Y mi curiosidad me puede


más. Sé que Roxy tiene facebook porque la he visto chatear con
gente. Decido buscarla bien, aunque para mí me resultaba más
fácil mirar todo desde el otro lado. Ya que me daba cuenta que sus
publicaciones son para amigos. Igualmente, la curiosidad me
puede.

Luego de ingresar el nombre de ella en el buscador me encuentro


con que con su nombre hay varias pero solo ella es la que agrega
su segundo nombre, el cual yo sé y sus allegados. Igualmente solo
puedo acceder a su foto de perfil, la cual está ella con su gata

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Michelle y en el fondo de pantalla colocó una de las aplicaciones
que les da movimiento en forma de corazón que facebook.

Llevo mi mano cerrándola en un puño y a dar un fuerte golpe en


la mesa.

Escucho en mi cabeza a Hiroki llamándome, y me voy hacia él.

Me encuentro en el refugio en donde llevé a Roxy la primera vez


junto con Yuri. Hiroki no está solo, está con él Marc, Adir y William.

Por la diferencia de horario es normal ver a ellos primero, aunque


es raro que Yuri no haya aparecido.

-Hola a todos-, saludo inclinando mi cabeza.

-Hola Häkan-. Dicen todos a la vez.

-¿Y Yuri?-, pregunto en general.

-Me fui a su casa y está con dolores estomacales. Así dijo-. Acotó
Adir.

-Ok, seguro que pronto se reunirá con nosotros-.

-Tenemos novedades-, dice Marc.

- Parece que los numéricos se están preparando para algo-.

-¿Cuáles de ellos?-. Pregunto.

-Eso es lo que no sabemos bien-, dice William.- Estos días pasados


luego que nos has contado de Roxy y el encuentro de Yuri con

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ese Basílico de capucha. No sabemos bien cuál de ellos está en
una movida, si los buenos o los malos-.

Vaya, ¿escuché decir Roxy? Nadie la llama así y ahora él comienza


a llamarla con un diminutivo… contrólate Häkan. No puedo evitar
los celos que florecen en mi estómago.

-Sí, eso nos tiene preocupados-, dice Hiroki. –Tenemos que


proteger a Roxy, ella es nuestra única salvadora-.

-Sí, sí,sí-. Repiten todos.

¿Roxy?, ¿todos ahora la llaman así?, ¿dónde está el respeto por la


elegida?, será mejor que te calmes y no pienses, bloquea todo
pensamiento.

-¿Te encuentras bien?-. Pregunta Adir.

-Sí, bien-, digo algo confundido tratando de no delatar mis celos.


Respiro profundamente y al exhalar solo atino a decir; - Creo que
tendré que estar más cerca de ella para protegerla-.

-Creo-, dice William – podrían turnarse por la diferencia de hora


Eduardo y Bryon-.

-¡No!-, digo abruptamente. Pero luego los miro y trato de


relajarme, -Bueno, si, podrían pero yo puedo hacerlo muy bien. Lo
he hecho por muchos años-.

-Sí, sabemos eso, porque nos lo has contado-, haciendo un


movimiento de cabeza de lado a lado y girando los ojos acota
Hiroki.

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-Lo importante es que ella esté protegida-. Dice William y el resto
asiente.

-Bueno, colegas, mantengan al resto informado de este


movimiento de los numéricos. Por favor-.

Todos asienten.-Tengo que irme a trabajar. Nos vemos pronto-.

Uno por uno se fueron yendo dejando a Häkan solo ahí.

Creo que debería concentrarme un poco en mi trabajo de


protegerla y de mis libros. Tengo que terminar esa entrega y esto
me está demorando.

Ella está enyesada en su casa, no creo que vaya a ningún lado.

Me encuentro ahora en mi biblioteca, mi pantalla de laptop está


oscura, muevo el mouse y veo el facebook de Roxy. Salgo de ahí,
y me concentro en escribir aunque sea unos capítulos más.

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CAPÍTULO 18

Me despierta el teléfono móvil que está en mi mesa de noche.


Extiendo mi brazo y miro quien llama, es Luc, mi compañero.

-Hola, compañera. ¿Cómo te encuentras hoy?-.

-Bien-, eso creo.

-Escucha Lentz, Fournier quiere saber si puedes venir por ti misma


hacia la jefatura-.

¿Por qué mierda no llama él?


-¿Por qué no llama él mismo, Luc?-. Me incorporo tratándome de
sentarme en la cama.

-Pues no lo sé. ¿Puedes o te voy a buscar?-.

-Se olvidan ambos que estoy enyesada. ¡Claro, ven a buscarme!-.

-Bien, dame una hora y estaré allí para recogerte-.

-Ok_.

Me levanto luego de colgar la llamada y trato de caminar en


saltos hasta el baño.

¿Dónde están mis muletas?


Me miro al espejo y mi aspecto deja mucho que desear: pelo
revuelto, ojos hinchados y gesto agotado. Creo que debo

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descansar más. Aún así en lugar de regresar a mi habitación, me
lavo la cara, los dientes y tras recogerme la melena en una coleta
alta, vuelvo para vestirme. Claro, ropa cómoda, con este yeso
¡olvídate Roxy de pantalones! Voy hacia el placard y busco una
solera de fondo rojo con margaritas diminutas que hacen al
vestido una solera de verano presentable para estar frente a mi
jefe. Es abotonada al frente y lleva el cuello de una camisa y los
hombros al descubierto. Bueno, es de verano, no creo que en verano
alguien se tape sus hombros.
Me visto sentada en el borde de mi cama, y busco un calzado sin
plataforma, ya que solo puedo usar uno de ellos.

Me dirijo a los saltos hasta salir de mi habitación. Veo mi muleta


apoyada en el sofá, y voy por ella. Luego ya más tranquila voy a la
cocina busco en los armarios mi medicación y pongo agua en un
vaso. El dolor empieza a irse y eso me relaja. Me olvido mi cartera
y mi móvil en mi habitación y voy por ella a buscarla. Luego me
siento en el sillón a esperar a que Luc llame a mi puerta.

Luc golpea mi puerta cuando faltan más de veinte minutos para la


hora que me dijo. Me levanto y con mis muletas a cuestas voy a
abrirle.

-Hola, Luc, pasa-. Le dejo espacio para que entre., mientras yo me


giro para buscar mi bolso.

-Oh, no hace falta. Veo que ya estás lista-.

-Sí, lo estoy-, recojo mi cartera y me dirijo a la puerta.

-Dame tu bolo, yo puedo llevarlo, si quieres-.

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No le doy una respuesta sino que se lo doy. Cierro la puerta detrás
mío y le doy la llave a Luc, la cual el guarda.

Cuando salimos de mi edificio nos metimos en el patrullero, si


estuviera uniformada, no me molestaría, pero salvo que no llevo
las esposas en mis manos, parezco que me llevaran detenida. Pero
no es así, me subo al asiento delantero y contorsiono mi cuerpo
para dejar mis muletas en el asiento de atrás. Luc pone en marcha
el patrullero y salimos rumbo a la jefatura.

No pensé que iba a extrañar la radio del patrullero, pero me


conforta aún más eso. Y me relajo.

Cuando llegamos a la estación y Luc es muy amable de abrirme la


puerta del auto pero cuando salgo y me encamino hacia la acera,
veo a Didac

-¿Didac?-.

-¿Qué?-, pregunta mi compañero, volteándose para mirarme.

Miro a Didac que está a un lado mío. ¿Qué haces aquí? Le digo.

-Oh-, le digo a Luc, creo que me vino mi didac-. Le digo para


despistar.

-Roxalía, tenemos que hablar-. Dice Didac. Su mirada es preocupante,


y me preocupo yo.
Miro a mi compañero y para salir del apuro le digo;

-Sí, mi didac, le digo a si a mi… tú ya sabes-, llevo mis manos a mi


bajo vientre,-mi didac, ¿entiendes?-.

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Mientras que Didac me mira perplejo para luego de ver mi
reacción gira sus ojos y mira hacia arriba. ¡oh Dios mío ¡, por quien
me hace llamar.
-Descuida, es para despistar. Te nombre en voz alta-.
-Está bien. Pero necesito hablar contigo-.
-Espera-.
Miro a Luc y le digo;- Mientras voy al baño de mujeres, me podrías
ir a comprar, ya sabes, toallitas íntimas-.

-¿¡Qué?!-. Luc pone cara de horror.

-Vamos Luc, no tengo nada en mi bolso. Ve a la farmacia y me


compras un paquete de medida media. Ya sabes…-.

-Yo no sé nada de esas cosas-.

-Por favor, ve y me las compras, urgente o quieres que Fournier


crea que me desangro-.

-Ingenuo-.
-Sí, ingenuo-.
Miro a Didac de reojo.

Luc se precipita y cruza la calle para ir dos calles más abajo a


comprarme toallitas íntimas.

Mientras yo subo las escaleras y me dirijo junto con Didac al baño


de mujeres.

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-Oye Roxalía, a mi no me molesta si realmente te vino, soy enfermero y
puedes tomar un ibuprofeno si...-.
-¡No!, nada que ver eso fue para que pueda hablar contigo sin que mi
compañero no piense que estoy loca-. Digo esto en voz baja.
-Oh, está bien-.
-Cuéntame, ¿Qué sucede?-. Digo en un susurro.
Y de pronto aparece alguien más a su lado y él se voltea a verlo.
Yo no sé quién es. El se presenta.

-Hola, Roxy, un honor estar aquí junto a Didac, soy Eduardo


Mabragaña y soy de Ecuador-.
-El gusto es mío-. Le doy mi mano para saludarlo y ambos se
miran y me miran para luego mirar mi mano.

-¿Qué te sucede que no me saludas?-. Le pregunto.


-Es que no estamos permitidos saludarte, Roxalía-, dice Eduardo.

-¿Quién lo dice?-. Me sostengo de las muletas.


-Pues lo dice Häkan-. Dice Eduardo.
-Oh por favor-, hago rodar mis ojos.- Él no es mi dueño. Dame el
saludo como corresponde-.
-No creo-, dice Didac.-Estarías saludando a la nada si te ven-.
-Está bien-. Miro a ambos y luego me volteo para seguir mi
camino al baño.

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Didac lleva un uniforme de enfermero, mientras que Eduardo está
vestido con un jean y una camisa a cuadros en tonos marrones.

Abro la puerta del baño y ellos agachan sus cabezas para


cerciorarse de que no haya nadie.

-Sí, está sola-, dice Eduardo.


-Estuvimos hablando entre nosotros y hemos descubierto que-.

Lo interrumpo para preguntarle -¿Nosotros?, ¿Quiénes?-.

-Todos nosotros, los doce-.


-Ah ya entiendo, el grupo de los doce. Bueno no los conozco a todos. Pero
continúa-.
-Sí, se que parece loco, pero somos trece en total…contigo-.
-Sí, contigo somos trece-. Ratifica Eduardo.
Y aparece otro hombre a su lado y otro al lado de Didac.

-¡Oh vaya! ¿Esto es acoso en el baño público?-.


-¿Qué?-. Dice Didac.
-Mi nombre es Bryon Sousa y soy de Brasil. Un honor Roxalía-.
Lo miro y como sé que no me dará la mano, le inclino mi cabeza.

-Soy Amín Falú, soy de Marruecos-.


Y hago el mismo gesto.

-Estás en peligro-, dice Bryon.

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-¿Yo? ¡Vamos hombres!, soy policía y cargo un arma conmigo siempre-.
-No ahora-, dice Amin.
-La verdad que tienes razón, no ahora. Pero-, levanto mis manos y
digo lo obvio,- estoy en una jefatura de policía. ¡Por favor!-.

-Igualmente, no te dejaremos sola-. Dice Eduardo, -Es una orden-.


Golpean la puerta y todos giran para verla, yo incluida.

-Roxy, aquí tienes tus cosas-, dice Luc, mi compañero.

-¿Quién es ese?-. Pregunta Amin.


Y todos se voltean para mirarme.

-Es mi compañero, descuiden es policía como yo-.


-Igualmente, no lo conocemos y no estamos seguros de si él es bueno o
no-.
-¡Por favor!, dejen de ver tanto Netflix-. Y los miro a todos.
-Yo no tengo Netflix-, dice Amin y Bryon.
Ignorando sus comentarios me dirijo a abrir la puerta. Pero tan solo
la dejo entre abierta mirando a un Luc dubitativo mostrándome
dos paquetes de toallitas íntimas

-Aquí tienes Roxy. Yo la verdad que no sé mucho de esto. La


empleada me dijo que cualquiera servía y bueno me traje las dos-.

Haciendo rodar mis ojos le tomo ambos paquetes- Está bien.


Gracias-.

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-Bueno te espero en mi escritorio cuando termines de hablar con
Fournier-.

-Ok, te veo ahí luego-.

Cuando me voleto y tengo a los cuatro mirándome – Bueno


¿qué?, se van a quedar mirando acá. Es un baño de mujeres. Por
favor-. Digo esto en voz alta.

Todos se miran y deciden emprender la marcha cuando aparece


Häkan de la nada como siempre. Observa la situación y los mira
fijamente a cada uno de ellos. Todos se atajaron levantando sus
manos

-Ya nos íbamos-, dijo Amín.


-Sí, ya nos íbamos-, dijeron al mismo tiempo el resto.
Acercándose a mí- ¿Estás bien? ¿Qué haces en un baño público con
ellos?-. Dijo esto preocupado.
-¿Yo? Yo no hago nada-, le muestro los paquetes de toallas
íntimas.

Se voltea para mirarlos

-Ya nos vamos -, dijo Eduardo.


Y todos salieron del baño. Mientras que se voltea para mirarme.

-¿Todo está bien?-.


-Sí, claro-.

-¿Dónde te encuentras?-.

101
-En un baño público-.

-Sí, ya veo ¿pero dónde?-.


-Estoy en la jefatura de policía. Fournier quiere hablar conmigo-.

-¿Sobre qué?-, me pregunta asombrado. –Si estás de licencia-.


-Sí, ya se eso. Pero no sé de qué quiere hablar…. Ahora si me
disculpas-, le digo mirando mis paquetes- Si no te molesta irte con
el resto-.

Mira lo que tengo en mis manos y dice- Veo, está bien. Pero estaré
allí contigo-, dijo señalando con su dedo índice hacia afuera, sin
algún lugar en particular.

-Está bien, pero vete ahora mismo. ¡Por favor deja de ser tan
mirón! Quiero privacidad por un momento-.

Tras decir esto él se sale de la habitación. Sé que está afuera


esperando con el resto.

Me volteo para mirarme al espejo empotrado en la pared. Por dios


mi cara y mi coleta… no me puedo presentar así delante de mi
jefe. Me acerco al grifo y me lavo la cara, me desato la coleta y
despejo mi cabello para que se ubique en su lugar. Respiro
profundamente y salgo con mis muletas del baño público.

Pues sí, todos se voltean para mirarme, yo directamente me dirigí


por el corredor para dirigirme hacia la oficina de Fournier.
Tratando de ignorarlos a todos.

102
CAPÍTULO 19

Cuando Amir me avisa que están con Roxalía, no lo dudo ni un


minuto y dejo lo que estoy haciendo, escribiendo mi libro, y me
voy hacia donde ella está.

Siempre fue fácil para mí saber dónde está. Es cómo un imán.

Y ahí los veo a todos rodeándola a mi nena. Se abren para que yo


me quede en frente de ella.

Por dios esta mujer es única, me hecha de la habitación también.

¿A mí?, cuando lo que más quiero es protegerla.

Mientras espero a que salga con mis compañeros, no dejo de


pensar en lo que me mostró anteriormente. Ella no está
indispuesta… a mi no me puede mentir o engañar.

De golpe la puerta se abre y sale ella con el cabello suelto e


ignorando a todos luego que nos tiró dagas a cada uno, inclusive
a mí mismo.

Ella se encamina con sus muletas a la oficina de su jefe. Desconfío


de él. Bueno desconfío de todo el mundo, hasta de su compañero.

Varios de sus compañeros la saludan cuando ella se encamina para


hablar con su jefe.

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Llegando a una puerta antes de golpear se gira y me mira a mí y
a al resto de mis compañeros ahí. Y dice en voz baja;

-Ni se les ocurra entrar-, nos mira a todos.

-Ni lo pienses. Ellos no entrarán pero yo sí-.


-Tú principalmente. No entras-.

-Ja, impídemelo-, me cruzo de brazos y su rostro cambia.

-¿Qué te sucede Roxy que tienes esa mirada de enojo? Solo vengo
a saludarte-, le dice una colega.

Agachando su cabeza respira profundamente-No, no me pasa


nada, creo que son las medicaciones, me producen un malestar
terrible-, y me mira a mí y luego al resto para mirarla a ella
nuevamente.

-Qué buena mentirosa eres, ni siquiera sabes mentir, nena-.


-¿Qué? ¿Ella nos mintió?; dijo Bryon
-Pues sí-, confirma Didac.
-Pero si no puede mentir. ¿Cómo lo hizo?-, pregunta Eduardo.
-¡Ja!, camuflando la mentira con la verdad. A toda mujer le viene su
ciclo menstrual, asique no mintió-.
-Cierto, dijo eso de las toallitas intimas afuera para alejar a su
compañero y así poder hablar conmigo-, afirma Didac.

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Todos se la quedan mirando mientras ella nos ignora y habla con su
colega.

-Te extrañamos por aquí, Roxy-, dice la mujer.

-Volveré pronto-.

-Esperemos que sí, y mucha suerte con Fournier. Últimamente ha


tenido un mal genio con todos aquí-.

-Gracias por el dato-.

-A ti, nos vemos-.

Se voltea para golpear la puerta dos veces y desde adentro se


escuchó

-Si eres tú Lentz entra, cualquier otro siga con su trabajo-.

Roxy abre lentamente la puerta. Me mira y susurra –No entras-.

-Te equivocas-.la desafío.


Me muevo hacia la pared y la traspaso. Ella rodea los ojos cuando
va a cerrar la puerta y me ve del otro lado.

Su cara cambia de expresión cuando mira a su jefe.

-Buenos días-. Dice su jefe.

Mientras ella se acerca a la silla que separa el escritorio de él, éste


continúa diciendo – siéntate por favor-, le señala la silla en frente
de él.

Ella se acomoda en la silla dejando las muletas a su costado y yo


me coloco detrás de ella para no incomodarla en la conversación.

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-¿Cómo vas llevando esto del dolor Roxy?-.

-Mmm bien; me duele mucho. Nunca me había quebrado antes-.

-Lo importante es que estés bien y sigas con tus medicamentos-.

-Vaya ahora además es médico-, digo burlonamente.


-Si, al pie de la letra. Gracias-.

-Mira Lentz se que es duro pasar por lo que estás pasando- hace
un gesto con una de sus manos- pero quiero tenerte aquí al cien
por ciento y por eso quiero que vayas al psicólogo de la jefatura
para que estés bien el día de mañana-.

No llego a verla pero me imagino su gesto.

-¿A un psicólogo? -, dice asombrada –No necesito un psicólogo esto


de la pierna pasa y ya está-.

-No lo creas, muchos tienen miedo a volver a las calles-.

-Descuide no será mi caso se lo aseguro-.

-Igualmente es una orden. Si quieres ser detective de casos, es muy


normal que muchos vayan al psicólogo. Y lo harás-.

Le entrega una hoja escrita a Roxy la cual no llego a leer bien.

-Aquí tienes la autorización para que vas al Dr. Stevenson a partir


de mañana mismo-.

-¿Pero?-.

Veo que sostiene la hoja en sus manos.

106
-Pero nada es una orden Lentz. Y ahora puedes irte y sigue en
reposo. Vas solamente a ver al psicólogo y te vuelves a tu casa. Por
favor que te queremos ver de nuevo por aquí-.

-Bien eso haré-. Dice dubitativa -Gracias señor-.

-Sí, sí, Lentz. Vete pronto a tu casa-.

Ella se levanta y ajusta sus muletas bajo sus hombros y tomando la


hoja en una de sus manos se encamina hacia la puerta. Yo la sigo a
su lado.

Antes de abrir la puerta se voltea y mira a su jefe

-Tenga un buen día Fournier-.

-Tú también-.

Y ambos salimos de la habitación.

Ella mira esa hoja por un momento mientras yo le digo;

-¿Psicólogo? ¿Tú?-.
Levantando su mirada hacia adelante con la mirada perdida-Si,
escuchaste lo mismo que yo. Mierda… esto no lo quiero hacer. No quiero
volver a pisar un psicólogo. No estoy loca-.
-No no lo estás, eso puedo afirmarlo yo mismo-.
-Deja de decir estupideces Häkan, tu cuerpo está en Alemania y tu alma
está aquí-.
-Sí, pero eso no significa que estés loca-.

107
- ¿A sí? -.Me mira incrédula.
- ¡Lentz! -. Alguien grita su apellido y volteo a mirar quien es. –Ya
terminaste así te llevo a tu casa-.

Ese hijo de puta.

-Sí Luc, ya terminé acá-. Me mira de reojo y sale caminando para


acercarse a él.

Este tipo no me gusta, pero tengo que lidiar con eso.

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CAPITULO 20

Trato de acercarme lo más rápido que puedo a mi compañero, pero


disminuyo mi andar mientras me voy acercando. El dolor es como
punzadas y duele mucho.

Luc está arrecostado sobre su silla mirándome pero su mirada


cambia cuando le extiendo la hoja él la toma dubitativo me mira y
vuelve a ver la hoja.

- ¿Al psicólogo? No puedo creérmelo, ¿te mandó a llamar para


darte esto? -.

-Así parece. ¿Me llevas de nuevo a casa? -.

-Sí, claro-.

Mientras nos dirigíamos hacia afuera, me volteo para mirar a Häkan


y su tropa detrás de él.

¿Qué? Sabes muy bien que te voy a seguir. Dice Häkan


Sí, ya lo sé. Pero no pasa nada. Estoy en buenas manos.
No lo sé, no me gusta este tipo.
Por favor… a ti no te gustan ni las moscas que se me acercan a
mí.

109
Me volteo para seguir mi andar al lado de Luc.

¡Vaya tener que escuchar peleas de parejas proyectado! … me


recuerda a las novelas de mi madre; dice Eduardo.
Ya afuera Luc me sostiene mis muletas y abro la puerta del auto.
Luego el bordea por la parte de adelante y entra. Sin dudar
enciende el vehículo y salimos de ahí. Dejando a todos atrás.

Me volteo para poner las muletas en la parte trasera de los asientos


y no me lo puedo creer…. Häkan sentado ahí mismo sin perderle
mirada a mi compañero. Le arrojo las muletas con ímpetu, pero el
solo me dio su mejor sonrisa

No te enojes bebé, solo estoy cuidándote.


Me volteo para mirar hacia adelante y le digo mentalmente; si,
claro… si me hubieses cuidado no estaría con una pierna
quebrada.
El viaje fue silencioso hasta mi apartamento. Cuando llegamos Luc
me vuelve a ayudar y me acompaña a mi piso.

Le invito a pasar pero sé que tiene que volver a su trabajo.

-Has todo el reposo posible Roxy, porque cuando vuelvas nos


ascienden a detectives de campo-. Y mirándome muy serio – Y ve a
ese psicólogo, hazle caso a Fournier-.

-Sí, lo haré. Nos vemos luego-.

- ¡Ja!, mañana te vengo a buscar para llevarte con Stevenson. Me


llamas y estaré aquí-.

110
-No hará falta, llamaré un taxi-. Le digo desde la puerta ya abierta.

Él gira su cabeza en negación.-No, es orden de Fournier venir a


buscarte-.

Girando mis ojos le afirmo; -Está bien-, miro el papel nuevamente-


acá dice a las 11hs.-. Vuelvo a mirarlo, mientras que él me sonríe.

-Bien a las 10: 30 hs. Estaré aquí. Nos vemos y descansa Roxy-.

-Sí, hasta mañana Luc. Ten un buen día-.

Él se aleja y se voltea para agitar su mano, mientras entro a mi


apartamento.

Me acerco cansada al sillón y me siento ahí dejando a un lado mis


muletas y cierro los ojos. El dolor en mi pierna se atenúa un poco
asique me acomodo para acostarme en este sillón de dos plazas y
alcanzo la manta sobre el respaldo y me cubro mi cuerpo. No sé
dónde estará Häkan, pero él es así… aparece y desaparece de mi
vista a su antojo. Sólo espero estar tranquila ahora. Estoy tan
agotada que me duermo en pocos segundos.

Seguro que esto es un hermoso sueño. No puedo creer el hermoso


día que es… veo a lo lejos una casa de piedra maciza en ruinas y me
acerco, pero no voy a ir así como estoy…. Decido quitarme este
yeso. Hago mucha fuerza para romperlo y lo logro luego de viarios
esfuerzos…. ¡Qué alivio! Por fin puedo caminar sin eso en mi pierna.
Si veo que estoy con mi ropa que tengo hoy puesta…. No importa….
Intento hacer unos pasos sin que me duela nada…y así es. De mis
labios sale una sonrisa y emprendo la marcha.

111
Me acerco a esa casa construida en piedras, pero es como si
estuviera unos metros más abajo, en la tierra; salto apoyándome
en el suelo con una sola mano, camino unos pasos y me encuentro
con muchas vasijas antiguas todas ordenadas como si la hubieran
puesto a secar al sol. Deslizo una de mis manos por esas cosas y me
detengo en una en especial, es un plato con un grabado en este

Dice “R” y miro la otra que está sobre la piedra que se está
secando al sol y dice “H”…. esto me parece raro. La vuelvo a poner
en su sitio y levanto un tenedor de sólo tres dientes y una de esas
iniciales está ahí grabada, la vuelvo a su lugar y levanto un bowl.
Éste está muy trabajado con formas y parece pintado de rojo de un
color sucio.

Siento una brisa detrás de mí y me giro en mi lugar, mi cabello


juega con el viento y uno de los mechones se instala en mi rostro,
yo lo deslizo de mi cara y lo llevo atrás de mi oreja. El sol me ciega,
pero veo a alguien acercarse a mí… como si viniera caminando
ligeramente desde el aire. Miro bien quien es cuando él llega a
tocar la tierra y es Häkan. Él me saluda desde su lugar…. Me parece
raro, porque está vestido con pantalón y camisa blanca, y un par de
zapatillas haciendo juego. Pero bueno esto es un sueño. Me lo
vuelvo a repetir a mí misma.

-Hola Roxy, ¿qué haces aquí?, la verdad que es raro encontrarte por
aquí-. Me dice desde su lugar.

-Pues no sé, aparecí aquí. ¿Sabes?... es curioso este lugar salió en


las noticias antes… hace mucho tiempo atrás-. Le digo.

112
-Sí, lo sé-, me dice sonriéndome. Luego extiende uno de sus brazos
en señal de que vaya a él.

– Ven, vamos a ver adentro. Veremos si es tal cual como lo


mostraron en las fotos-.

No lo dudo y me acerco a él. Tomo su mano y bordeamos la roca


que tenemos en frente nuestro y entramos a esa casa de piedra,
antigua. Es como esas cuevas, pero en definitiva me doy cuenta de
que es, o era una casa hace miles de años, tal vez de la …
¿prehistoria?, la verdad que no sé siempre fui mala en historia
cómo para definir bien una era o qué década es para ser más
exacta.

Adentro estaba iluminado solo por la claridad que entraba por las
ventanas, pero en medio de la casa antigua veo un horno como si
ahí encendieran fuego con ramas de los árboles. Esta hecho de
piedra y parece que fue terminada con barro; es en forma circular
elevada y abierto. A los lados de las paredes veo asientos hechos
todos de piedra, como para varias personas.

- ¿Häkan?, estás bien-.

Le pregunto porque empieza a apretar más mi mano con fuerza.

-Sí, estoy bien, solo que no me gusta la oscuridad-.

- ¿Tú miedo a la oscuridad? -. Llevé mi mano libre a mi pecho,


haciendo una O tan grande que se evaporó cuando vi su rostro
preocupado.

-Sí, y no te burles-. Su tono es de preocupación.

113
Miro a los alrededores de las paredes y veo varios palos adheridos
a un soporte, creo que son para dar luz en la noche. Trato que él
me suelte mi mano, pero es en vano.

-Tú busca la manera de prender una fogata aquí en ese círculo y yo


mientras tanto recojo cada palo de esos soportes-.

Él me mira y luego mira los diversos palos sujetados por los


soportes. - Bien, haré eso-. Y suelta mi mano.

Mientras me voy a recoger cada palo para encenderlos, y veo que


tienen como hierbas secas envueltas alrededor de cada punta.

Cuando recogí el último, me volteo y ya hay fuego en ese horno de


piedra. La verdad que no sé cómo lo hizo, pero igualmente me voy
con los cuatro palos a darles fuego para llevarlos luego a su lugar.

Häkan me mira hacer todo este movimiento mientras que el solo se


queda ahí parado mirándome, como si lo que hiciera fuera cosa de
todos los días. De su mirada solo observo cómo si estuviera viendo
no sé…. Una modelito de Cosmopolitan.

- ¿Qué? -. Le digo.

-Nada, sólo te miro-.

Le di varios de esos palos para que conmigo los ponga sobre ese
fuego que él hizo. Y así fue. Luego lo fuimos poniendo a cada uno
en su lugar.

Luego me senté en uno de esos bancos de piedra y él me siguió.

114
-Oye, ¿estás bien? - lo miro preocupada- tú cara se puso pálida. No
te preocupes estás conmigo y esto-, digo levantando mis manos- es
un sueño-.

Me mira y solo asienta con su cabeza.

Apoyo mi mano en su muslo fuertemente asegurándole que no


tenga miedo- No te preocupes, ¿sabes?, te sorprenderé con algo-.

- ¿Qué quieres decir? -.

-Bueno, hay una cocina allí y puedo ver que puedo prepararte- le
digo- además tengo curiosidad a ver cómo es-.

-Bueno. Puedo verte desde aquí-.

Agitando mi cabeza - ¡Claro que puedes verme! -.

Me paré y me dirijo a la gran mesa en donde supuestamente es la


mesada.

La verdad que no lo entiendo ni yo misma, me veo mi ropa


cambiada ahora, como si estuviera en otro tiempo y veo mis manos
resquebrajadas de tanto usarlas. Pero me veo preparando la
comida, uso hierbas y carne sellada por un fuego cortada en trozos
desparejos. Busco unas vasijas hondas y coloco ahí esa preparación
y luego voy a un lado a servir un caldo. También me llama la
atención que mi ropa cambió a una más antigua. Pero cuando me
volteo para dirigirme a Häkan mi atuendo vuelve a la normalidad….
Oh ¿qué fue eso? Pero me dirijo a Häkan que me miraba acercarme
a su lado. Le doy uno de los recipientes y luego me siento a su lado.

El cuenco estaba calentando mis manos, y bebí un poco, no sabía


mal. Mi paladar me decía que era algo con romero y no sé qué

115
otras especias había, pero estaba delicioso. Häkan bebió también
un sorbo de ese caldo.

Tengo que decirle lo que me paso hace unos instantes. Eso fue raro,
es como si me transportara en otro sueño, pero fue tan real. Tal vez
él sabe más que yo de esto que me pasó. Engullo mi saliva y me
volteo para mirarlo…

-Häkan-, se voltea para mirarme y su rostro ya había cambiado, no


parecía asustado, si no más relajado - allá mientras te preparaba
esto que estamos bebiendo…umm… me pasó algo muy raro. Sé que
esto es un sueño, pero… umm- suspiré, mientras él me prestaba
atención - no sé fue raro-.

- ¿Raro en qué? -.

Apoyo el cuenco en mis muslos sosteniéndolo con ambas manos.

Miro hacia adelante, a esa pared de piedra y comienzo a relatarle lo


que me pasó.

- ¿En serio? -. Su mirada es de asombro.

-Sí, fue raro -.

Él lleva su mano a mi brazo para sostenerlo ahí mientras me dice –


Eso es bueno Roxy, quiere decir que recuerdas o estás empezando
a recordar todo-.

Lo miro incrédula - ¿Qué? -. Fue lo único que salió de mis labios sin
haberlo ni siquiera pensado.

Johansen Boysen y Roxalía Lents.

116
Esa voz vino de algún lugar porque empiezo a mirar por todos
lados.

Johansen Boysen y Roxalía Lents… Bienvenidos.


- Pero ¿quién dice mi nombre?, porque el tuyo no es-. Me volteo a
mirar a Häkan.

Debo de reconocer que nunca lo vi tan pálido, su mirada era de un


blanco papel. - ¡Oye! ¿Qué te pasa? Porque estás tan pálido-.

Me levanto del lugar dejando el cuenco a un lado. Llevo mis ambas


manos a mis caderas

Johansen Boysen y Roxalía Lents… son bienvenidos cuando ustedes


quieran…. Sólo decídanse los dos.
Me volteo para ver a Häkan. Me causa gracia verlo tan asustado
como un niño de seis años.

-Pero vamos a ver, tu ni siquiera eres Johansen … me están llamado


a mí. Así que saca esa cara de niño asustado de tu mirada-.

Él levanta la vista hacia mí, luego la baja por unos instantes y la


vuelve a subir. –Yo soy Johansen Boysen -.

Me le río en su cara para luego decirle - ¡Por favor si tú te llamas


Häkan Boysen, no eres ese al que llaman… tal vez se equivocaron
de persona! Pero ¿quiénes son? Porque la primera vez era de un
hombre, pero la segunda parecía de una mujer -. Me quedo
pensando un momento – Y luego parecían varias voces juntas -.
Comienzo a recorrer la mirada para ver de dónde provenían. Yo no
puedo quedarme sin saber qué es eso.

117
Cuando comienzo a moverme unos pasos, siento la mano de Häkan
en mi brazo, me volteo y lo miro

-Soy al que llaman y creo que deberíamos ir hacia ellos-.

Su mirada cambió de tomo. –Häkan ¿has tomado valentía o no


quieres quedarte solo? -. Mi voz sonó sarcástica.

-Mira Roxy, deja tu sarcasmo para otro momento …- El levanta su


mirada por sobre mí y mirando las antorchas. Yo me volteo.

-Sí eso estaba pensando, toma una de ellas que yo tomaré otra y
vamos a ver hacia dónde vamos, aunque la verdad no tengo idea-.

-Lo sé -.

Por aquí, y sean bienvenidos, dijo esa voz de hombre.

118
CAPÍTULO 21

Debo de reconocer que casi me hago en mis pantalones, cuando el


Supremo dijo mi nombre, pero no era el momento para explicarle a
Roxalía en este momento del sueño que mi verdadero nombre es
Johansen. Bueno, sí nací con ese nombre, pero cuando fui adulto
me lo cambié a Häkan. Tenía tanto miedo de que los basílicos de
capucha me descubrieran con mi verdadero nombre, cuando
descubrí él porque estaba aquí en esta vida y la misión que tenía
junto a alguien que tenía que buscar en esta dimensión. Pero ¿qué
carajo?, nunca pensé que cuando creciera fuera un dolor de
testículos, además de lo peor que pude haber hecho… enamorarme
de ella.

Ella de verdad es valiente, ni miedo tiene.

Ella lidera el camino oscuro de ese túnel por el cual decidimos


avanzar. Luego de unos minutos de recorrido, deja a un lado la
antorcha de fuego y hago lo mismo. Se voltea hacia mí y me dice;

-Hay luz blanca al final-, apretó más mi mano, - Vamos -. Dijo.

Pero tomé la valentía y emprendí yo la marcha hacia ese lugar.


Cuando llegué al final del recorrido, el lugar era totalmente
luminoso.

Y si, se siente cómo en casa. Oh por Dios extrañé esto.

119
Roxy suelta mi mano y la veo que sus ojos se agrandan, pero
también veo que se maravilla por la luminosidad y hay… varios
ventanales, avanzamos un poco más y vemos que se parecen siete
personas aladas vestida con una túnica celeste claro. No eran sólo
hombres, había una mujer de cabello oscuro que caía sobre sus
hombros en formas onduladas, que miraba fijamente a Roxy. El
hombre en el centro, que llevaba sus manos en su espalda las lleva
hacia adelante mostrando entre ellas a varios rollos de pergaminos.
No puedo descifrar cuántos son, pero los distribuye a cada uno de
los presentes, para luego abrir el que tenía en mano.

Cuando hace esto, el pergamino que parecía oro se ilumina cuando


lo abre ante sus ojos. Me mira a mí antes de empezar a leer.

Sé que tengo que prestar atención a lo que me dicen, porque es lo


que tengo que hacer con Roxalía, cuando volvamos a la realidad de
este sueño.

“Saben que son dignos de abrir estos sellos”


Yo asiento con mi cabeza.

“Ven entonces”
Y me acerco a tomar el pergamino que me lo da y se ilumina en mi
poder. Los presentes ahí, inclinas sus cabezas. Detrás de ellos
observo a varias personas que se inclinan de la misma manera.

Roxalía se acerca y mira sobre mi hombro el pergamino abierto.

- ¿Qué esperas para leerlo? -.

Desvío mi cabeza hacia ella y la miro para luego decirle;

120
-Esto es importante. Debes prestar atención, al igual que yo. Somos
los elegidos, y debemos leer lo que los Supremos nos dan -.

Luego escucho al anciano hombre que me entregó el Pergamino


“Digno son de tomar estos Pergaminos y encontrar ahí la fuente de la
verdad, ya que ambos fueron perseguidos por la verdad de los hombres, de
las razas, de los idiomas, ciudad o país en toda la Tierra”
Bajo mi mirada para comenzar a leer, pero escucho el cantar de
algo a lo lejos.

Busco a Roxalía, pero ella ya no está conmigo presente.

-Lo siento por ella-, dije.

“No hay problema, tú eres el guía de ella y ella te guiará a ti. Ambos son
uno solo. Ella entenderá sin entender. Sabrá la fuente de la verdad a
través de ti.”
Me concentro en leer en el Pergamino, pero no leo nada, la luz que
irradia es ceguera para mis ojos.

“No leas como humano, debes leer como cómo ser de luz que eres. Cómo
cada uno de nosotros aquí presentes”. Dice el anciano.
De repente cierro mis ojos, y los vuelvo a abrir y palabras en dorado
podía leer claramente “VEN” Miro hacia abajo y se volvía a repetir
nuevamente hasta que luego empezaba el relato. Mi corazón
comienza a acelerarse, estoy muy nervioso, porque alcanzo a leer
en un idioma que no conozco, son sólo líneas, rombos, cálculos.
Pero lo entiendo todo. Hasta que leo Basílico de Capucha y los
vellos de mis brazos se erizaron. Comienzo a ponerme nervioso,

121
pero sigo leyendo. Pero de pronto, me encuentro despertando de
este sueño, sudoroso en mi cama. Me levanto rápidamente y
empiezo a escribir en un cuaderno todo lo que recuerdo de este
sueño y el mensaje. Sólo me preocupa que Roxalía se haya
despertado antes… sólo espero que ella lo recuerde también. Me
levanto y voy a darme una ducha. Luego iré a verla y le preguntaré
si soñó lo mismo que yo. Si es así… estoy en la gloria. Ella va a poder
recordar todo lo que tiene que hacer conmigo y así salvar a el
Pergamino.

122
CAPÍTULO 22

Me despierto algo aturdida por el sueño que tuve. Fue tan real
como si estuviese aquí.

Recuerdo haber soñado muchas veces con Häkan en el pasado,


pero este sueño es distinto a todos los anteriores.

Veo que estoy cubierta con una manta en mi sofá y trato de


inclinarme velozmente para sentarme, pero la punzada de dolor de
mi pierna enyesada me recuerda que estoy algo inmovilizada.
Haciendo una mueca de dolor en mis labios me trato de sentar. Lo
hago perfectamente.

Llevo ambas manos a mi rostro como limpiándome la cara, luego


llevo mis manos a mi cabeza hasta encontrarme con mi coleta y la
tiro para dejar mi cabello suelto. Y solo pienso en ese lugar.

¿Dónde está mi laptop?, busco con la mirada y la encuentro en la


mesa a unos metros de mí. Me levanto busco mis muletas y me
dirijo a sentarme en la silla en frente de mi ordenador portátil. Lo
abro y comienzo a googlear el lugar… buscando primeramente
hallazgos prehistóricos realizados recientemente, porque no
recuerdo el nombre. Y ahí aparece en la búsqueda de todo algo
relacionado con mi sueño. Ticleo en imágenes y me muestra varias
fotos de lo que vi en mi sueño. Me inclino en mi respaldo.

123
Googleando bien, me doy cuenta de que el lugar está en una isla, al
norte de Escocia, llamada “Islas Orcadas”

Tomo nota de todo y bajo las imágenes a mi ordenador y las guardo


en una carpeta.

Mi estómago empieza a crujir del hambre y me dirijo a la cocina a


preparar algo para comer. Miro el reloj en la pared y son casi las
seis de la tarde. En sí muy tarde. Me decido a preparar una cena
rápida, sólo spaguetti, con queso rallado, voy por mi medicamento
y lo trago ayudándome con un vaso de agua.

Cuando está listo me siento en la isla pequeña a un lado de la


mesada y devoro mi comida.

La medicación me da sueño y tengo que esperar unos minutos más


para tomar otra para dormir. Mientras tanto lavo mi plato. Cuando
termino me voy casi a los saltos con mis muletas hacia mi
habitación y me acuesto luego de ponerme a regañadientes el
pijama de verano. Ni bien mi cabeza toca mi almohada aparece
Häkan a mi lado.

“Hola bebé”, me dice con una sonrisa en sus labios.


-Hola, pero lamento decirte que estoy con medicación ahora y en
cualquier momento me dormiré. Y si realmente estás aquí, no lo sé-
, digo.

“Sí, aquí estoy. Duerme que yo también estaré a tu lado aquí”


- ¿Toda la noche? -. Pregunto cerrando mis ojos.

124
Siento que el besa mi frente; “Sí, si quieres me quedo toda la noche. O
si prefieres hasta que te duermas”
Ya entrando en mi sueño extiendo mi mano a mí lado sobre la
almohada y sólo llego a decirle – Quédate -.

125
CAPÍTULO 23

Me pasé toda la noche despierto haciendo guardia. Nunca sentí


tanto miedo de que apareciera un basílico de capucha. Ya que
estando proyectado puedo ver si ella se desdobla en sueños, pero
cuando apenas lo hizo. La llevo a nuestro lugar favorito en donde
puede relajarse y yo puedo hablar con ella. Pero lo que menos hago
es hablar. Sólo verla tan feliz de verme y de estar en un lindo
lugar…. Oh solo espero que ella lo recuerde mañana. Hubo muchos
sueños que ella no recuerda. Y no sé porque se bloquea tanto.

126
CAPÍTULO 24

Me levanto temprano, no sé creo que es la costumbre, pero


también recuerdo que Fournier me envía al psicólogo. Pasar por
esto, ¿otra vez?... esto sí que es una pesadilla.

Luego de desayunar le envío un mensaje a Luc avisándole que ya


estaba lista. Bueno es un poco temprano. Pero igualmente se lo
envío. Ya varias veces me ha molestado con mensajes a horas
inusuales.

Como es de esperar me clava el visto. Ruedo mis ojos. Por suerte no


me enoja. Pero el aparece una media hora antes de mi cita con el
psicólogo.

Insiste en esperar y bueno. Aquí estoy esperando en la sala a que el


Dr. Stevenson me atienda y pase todo esto rápidamente mientras
Luc decide esperarme en el auto. No sé cómo soporta el calor.

La secretaria me llama y entro en la oficina del dr. El cual es muy


espaciosa y giro con mi mirada a buscar el sillón. Lo veo a un lado.
Pero el Dr me hace señas para que entre, porque todavía estoy en
la puerta.

-Pasa Lentz… Roxalía ¿no? -.

127
-Mmm, sí -. Y avanzo a donde me dice que me siente. En vez de
indicarme el sillón me dice que me acerque a la silla en frente al
escritorio. Esto me da la sensación de una entrevista de trabajo.

El doctor es de mediana edad, con entradas en la frente y muchas


canas, me parece agradable, pero, no sé me da mucho miedo
esto…. Y sólo pienso en Häkan, no sé porque pienso en él cuando
estoy con dudas o aterrada. Ahora que quiero que esté conmigo….
No está.

Me siento casi en el borde de la silla acolchonada con un tapiz


verde musgo.

- ¿Estás nerviosa? No tengas miedo esto será fácil. Ya he tenido


varios casos como los tuyos -. Yo asiento con la cabeza mientras el
continúa – sólo cuéntame que te sucedió ese día o – hace un círculo
con su bolígrafo – lo que recuerdes ¿sí? -.
Se recuesta en su sillón y lo hace girar en su lugar sintiéndose
indiferente a mí.

-Bueno, ese día, recibimos una llamada de la base en nuestro


patrullero -, él asiente con la cabeza – y bueno, mi compañero y yo
fuimos porque estábamos en el área. Cuando llegamos al lugar
éramos sólo nosotros dos. Yo me fui por la parte trasera y mi
compañero cubría la entrada. Escuché gritos en la parte delantera
de la casa y bueno yo me decidí y entré y…-

- ¿Y qué te impulsó a entrar? -.

¿Me está jodiendo? ¿En serio?

128
-Bueno, soy policía y… entré. Y luego el hijo de puta, perdón el
delincuente me disparó -.

- ¿Y luego? -.

Le tengo que decir lo que vi luego. Bueno es un psicólogo. Tal vez él


me pueda decir realmente que me pasa con Häkan ¿Él podría? Me
quedo callada unos minutos, pero me doy cuenta de que él está
anotando algo. ¿Qué estará anotando? Mierda esto me puede más.

Es algo natural en mí, me levanto y bordeo el escritorio y me fijo


que es lo que está escribiendo. Cuando llego a su hombro, detrás
suyo, levanto la vista y me veo a mi misma oh por dios tengo una
mirada tan preocupante. Bajo la mirada y veo lo que el psicólogo está
haciendo.

¿Pero qué mierda está haciendo? ¿está jugando a un ahorcado con la


palabra Lentz? Definitivamente estoy perdiendo el tiempo aquí.
-Hola bebé -. La voz de Häkan la escucho atrás de mí.

Me volteo y lo miro – Ho hola. ¿Qué haces aquí? -.

-Bueno escuché que dijiste mierda y ahorcado y no lo dudé y vengo


a ver qué sucede -.

Me cruzo de brazos y lo miro burlonamente – Bueno creo que ya


encontré mi palabra clave contigo para que vengas cuando
realmente te necesito -.

- ¡Oh vamos, nena! Déjate de cumplidos -.

¡Pero si serás estúpido!

129
-Ojo con lo que piensas, no te olvides que leo tu mente -.

¡Mierda!
-Ahí va la palabra otra vez -. Y me sonríe. Yo me lo quedo mirando.
Y lo más lindo es que me roba un beso.

¡¿Cómo voy a luchar con eso!?


El me da nuevamente su mejor sonrisa.

130
CAPITULO 25

Cuando escucho esas palabras Mierda y Ahorcado, pues no lo dudo.


Algo seguro le está pasando.

Ver su espalda delante de mí no me sorprende, si lo hizo el


pantalón de gimnasia negro adherido en sus caderas y en sus nalgas
está escrito la palabra “boxing”. Prefiero dejar mis pensamientos a
un lado y me deleito mirando ese cuadro perfecto. Luego de
suspirar decido ver a la persona que está al lado. Mmm no sé quién
es, nunca lo vi.

-Hola bebé -. Le digo.

Se voltea y me mira – Ho hola. ¿Qué haces aquí? -.

-Bueno escuché que dijiste mierda y ahorcado y no lo dudé y vengo


a ver qué sucede -. Le dije yo.

Se cruza de brazos y me mira burlonamente, lo cual lo encuentro


muy sexy. Amo mucho eso de ella. – Bueno creo que ya encontré
mi palabra clave contigo para que vengas cuando realmente te
necesito -. Me dice.

- ¡Oh vamos, nena! Déjate de cumplidos -. Diciendo esto ya sé lo


que me va a decir. Y es tan lindo hacerla enojar. No siempre, pero
en este caso…

¡Pero si serás estúpido!

131
Oh ahí está esa palabra. Te amo nena.
-Ojo con lo que piensas, no te olvides que leo tu mente -.

¡Mierda!
-Ahí va la palabra otra vez -. Y le sonrío. Me queda mirando. Y lo
más lindo es que le robo un beso. Y no puedo creer que no haya
escuchado lo que le dije antes.

¡¿Cómo voy a luchar con eso!?


- ¿Dónde estás? -. Le pregunto.

-En el psicólogo-, y señalando al tipo – y está haciendo un ahorcado


con mi apellido. Por favor que manera de perder mi tiempo -.

-Ya veo. Vuelve a tu lugar y bueno vamos a divertirnos un rato con


él ¿qué dices a eso? -.

Llevando sus manos a sus caderas - ¿Y por qué tengo que volver a
mi lugar? ¿Si también puedo ver cómo tú? -.

-Bueno, está bien como quieras -. Me dirijo hacia el sillón y me


acuesto en él. -Oh esto sí que es cómodo -.

Se para en frente del escritorio y se mira a ella misma. La duda en


su mirada fue intensa - ¿Qué? ¿Qué sucede? -. Le pregunto.

-La verdad que no sé cómo hacerlo, o estoy nerviosa. No sé -.

-Vuelve a ti y listo. Puedes preguntar en tu realidad -.

Me mira y asiente. – Sí, creo que es lo mejor -.

132
Ella se vuelve a su cuerpo. Me busca con la mirada y luego cuando
yo le sonrío vuelve a mirar al hombre en frente suyo.

-Señor, puedo hacerle una pregunta -.

El hombre levanta su mirada de lo que estaba haciendo.

-Sí. Dime -.

- ¿Por qué está haciendo un ahorcado con mi apellido? Pregunto


porque no es nada gracioso -.

El tipo queda perplejo, cómo si lo hubiesen descubierto robando un


dulce. Se inclina para dejar lo que estaba haciendo sobre el
escritorio, ocultándolo con sus brazos cruzados. - ¿Por qué dices
eso? -.

-Pues porque sé que lo hace -.

Riéndose incómodamente se acomoda en su silla sin retirar los


brazos de los apuntes.

-Yo no estoy haciendo eso. Sólo tomo nota de lo que dices-.

Riéndose burlonamente – Oh sí, le creo. Pero la verdad es que no.


Sabe…-.

- ¿Sí? -.

-Hay alguien aquí que dice lo mismo que yo-.

- ¿Quién?, un fantasma -.

-No, mi amigo imaginario y si, ve lo mismo que yo. Es más, él está


arrecostado ahí, en ese sillón – me señala donde estoy, y el voltea

133
hacia mi -pero no voy a perder más mi tiempo aquí, ya hablé, ya le
dije lo que me pasó ese día asique estoy libre. Ya puedo irme-.

Roxy se levanta y se dirige hacia la puerta. - ¿Sabe doctor?, creo


que debería darme el alta con lo que le dije y espero que a los
próximos pacientes no les haga un ahorcado con su apellido cómo a
mí. Tenga un buen día -. Abre la puerta y sale de la oficina dejando
al psicólogo perplejo.

Ah sí esa es mi chica.

134
CAPÍTULO 26

Luego que Luc me deja en casa y estando Häkan aún conmigo


decido contarle mi sueño astral con él, y me dice que sí que fue así,
que habíamos estado en ese lugar. Que el nació bajo otro apellido y
luego se lo cambió. Que fuimos a otra dimensión y que todas esas
personas que vimos ahí él también las vió.

- Pero ¿no entiendo? ¿qué era eso que nos mostraban? -.

-Eso que nos mostraban son los Pergaminos de La Verdad, Roxy -.

Yo lo miro confundida.

- ¿Y qué tengo que ver con eso? -, riéndome de lo absurdo – vamos


por favor fue un sueño y seguro que eso de los pergaminos de lo no
sé qué también -.

Häkan se arrodilla en frente de mi mientras que yo sigo aún


sentada en mi cómodo sillón.

Apoyando sus manos en mis rodillas, empieza a relatarme y a


hablarme de los Basílicos de capucha, de que ellos viven con
nosotros, pero a simple vista son humanos, pero sólo se los
diferencia con la sindactilia o polidactilia. También que entre ellos
hay una guerra interna constante porque unos quieren aceptar las
Órdenes del Pergamino de La Verdad y el otro lado, no … las
rechaza; y de cada una de esas personas que veía, Didac, Yuri,

135
Eduardo, Mark, y el resto de todos ellos que eran mis escoltas en
todo esto.

-No te estoy mintiendo bebé. Yo no puedo mentirte -.

- ¿Y cómo sé que no puedes mentirme? – Pregunto aún dudando


de todo lo que me dice.

-Porque no se puede mentir. Ahora soy un ser de luz proyectado a


tu casa, y tú me ves. Tú tampoco puedes mentir cuando haces lo
mismo.

Cruzando mis brazos en mi pecho Y lo desafío. - ¿Y cómo sabes si lo


que te digo es verdad? -.

-Vamos de nuevo. No me importa explicarte todas las veces que


sean necesarias para que lo entiendas. Porque cuando estás en mi
casa o conmigo en otro lado o en un mismo sueño astral… no se
miente. Porque somos seres de luz. ¿Lo entiendes? -.

Yo me tengo que sacar una duda entonces. Si él dice que no se puede


mentir, oh lo estoy pensando. Y él lee mi mente. ¡Mierda tengo que
controlar eso!
-Si, bebé, pregunta lo que quieras preguntar. No puedo mentirte -.

- ¿Estás casado? -.

-Contigo, sólo contigo -.

-Y esa mujer, ¿Qué la usas para el sexo o qué? -.

136
-No, nada de eso. Ella es sólo una imagen que tengo que dar, para
ocultar todo esto. Los Basílicos de capucha también están detrás de
mí, por eso el cambio de nombre.

-Bueno, creo que tengo que creerte ¿no? -.

Él asienta con la cabeza.

-Yo no pedí esto. De verdad -.

-También quiero decirte …-.

- ¿Qué? ¿Qué me dirás ahora? -. Lo miro preocupada.

-Los Basílicos de capucha, buscan gemelas, pero no saben que …-

- ¡Espera!, yo no soy gemela tengo un hermano mellizo y es varón-.

-De ahí es cómo ellos se confunden, y no saben si eres o no la


elegida. Porque para ellos siempre actuaste normal -.

Él se calla, pero le hago señas con mi mano que continúe.

-Ellos, según sus relatos bíblicos, la elegida es mujer, y no viene sola


a este mundo. En la antigüedad sólo nacían bebés del mismo sexo
hasta una década después que empiezan a nacer mellizos y es ahí
donde se pierden. Y ellos aún siguen buscando a gemelas. Pero…
entre ellos también está la disputa porque también esa elegida es la
salvadora de ellos, pero la rama que ellos creen que es solo de dos
mujeres, se aferra a ese dogma. Mientras que la otra es la que
realmente cree que no, y es ahí la lucha interna entre ellos. Pero la
verdad creo, que no sé cuál de ellas es la que quiere… destruirte -.

- ¿Cómo que destruirme? -. Lo miro confundida.

137
-Sí, porque los despojarás de todo lo que los tienen arraigados, el
dinero, el poder, el ego. ¿entiendes? -.

-Sí-.

-En cambio los Basílicos de capucha que creen que naciste con un
hermano varón como compañero de vida. Los llevarás a la
liberación. Ellos también quieren evolucionar y creen que pueden
liberarse de todo lo malo que los arrastra-.

El timbre de mi teléfono de línea suena e interrumpe a Häkan con


su relato.

-Disculpa, debo atender -.

Él asiente y se sienta al lado mío en el sillón.

-Hola, Habla Lentz -.

-Lentz, aquí Fournier. Debes venir a la jefatura. Le diré a tu


compañero que te busque -.

-Puedo ir sola-.

-No, él te buscará. Ya salió para tu casa -.

-Ok, nos vemos entonces -. Y me corta la llamada antes de terminar


mi frase.

Me volteo para mirar a Häkan – Era Fournier, Luc me viene a


buscar, quiere que vaya a la jefatura… ahora -.

- ¿Ahora? -.

-Sí, ahora -.

138
CAPÍTULO 27

Estamos viajando en este patrullero, y yo detrás de ella. Al lado mío


están Adir y William, pedí refuerzos y ellos aparecieron. Ambos me
dijeron que el resto se unirá más tarde. Y les creo, ellos tienen que
estar aquí para ayudarla. Ellos son nuestros escoltas.

El viaje fue tranquilo, pero igualmente no me fio de ese compañero


suyo. Tal vez son mis celos, porque él puede estar cerca de ella en
su mismo lugar y yo no.

Llegamos, dice William. Y Roxy se voltea y nos ve a los tres. Le


damos un saludo de manos. Ella desciende del auto y se voltea a
vernos.

¡Vaya ahora vino todo el escuadrón contigo! Me volteo y veo al resto de


todos ellos.

Si, aquí estamos todos.


Ella sigue a su compañero Luc hacia le entrada. Y nosotros la
seguimos.

Cuando llega a la oficina de su jefe, su compañero entra con ella.

Esto es raro Häkan, dice Akakios el griego.


Me volteo a mirarlos. Si, pero creo que todos tenemos que entrar y
ver que sucede.

139
Si, creo que sí, dice Yuri al fondo.
Vamos comienzan a decir al unísono.
Entramos todos a la oficina de su jefe y ella está sentada en la silla
en frente de él, y Luc detrás de ella como si fuera su
guardaespaldas.

-Lentz no me iré con rodeos; te mandé a buscar porque recibí una


llamada del psicólogo -.

- ¿Así? Vaya que rápido. ¿Qué ya termino las sesiones? -.

Inclinándose en el respaldo de su silla, la mira aireoso para luego


mirar a Luc detrás de ella, mientras que el asiente con su cabeza.

-Pues sí, Lentz. Tu sesión con el psicólogo ha terminado, pero no


aquí entre nosotros -.

La mirada de Roxy es de incrédula. ¡Oh vamos nena! Presta atención,


esto no es joda. Le digo en su mente el cual ella gira sus ojos.
Roxy se acomoda en su silla y une sus manos.

-No sé a qué se refiere, jefe -.

- ¿Sabes? … todos estos malditos años hemos sospechado de ti. Por


eso estás con Luc…-.

- ¿Perdón? -, dijo alzando las manos. Pero Luc posa sus manos en
sus hombros.

-Shhh-, dice Luc detrás de ella – no te pongas nerviosa, somos de


los buenos aquí -.

140
¿Buenos? ¿Qué dice este tipo?
Roxy me mira a mí y al resto de nosotros, disimulando nuestras
presencias.

Roxy, no digas nada, por favor. Deja que ellos hablen.


¿En serio? Ni yo sé que quieren decir. Dice ella
Fournier concentra su mirada en ella – Lentz, nosotros somos los
buenos aquí -.

- ¿Perdón? ¿Los buenos en qué? Si somos policías. ¡Claro que


somos los buenos! -.

-El maldito que te disparó es un basílico de capucha, y era uno de


los malos. Ellos …-.

-Oh no, espere jefe, que a mí me disparó un hijo de puta -.

-No es así Roxy -. Le dice Luc detrás suyo. – Hemos descubierto que
era una trampa. Todo fue montado por ellos. Ellos …ja, fueron más
inteligentes que nosotros -. Se para de lado para que la vea, lo cual
yo no podía ver su cara. - Yo soy tu compañero para protegerte
aquí, pero fallé en mi trabajo -. Se escuchó un chasquido de sus
labios.

-Lentz, nosotros somos basílicos de capucha, pero de los buenos -,


le dice Fournier. Nosotros somos supernumerarios en los pies. Esos
somos los buenos. Los malos son polidactilia en las manos y
también tienen el síndrome de apert -.

¿Cómo nunca lo identificamos de esa manera?, pregunta Adir.

141
Pues porque no lo sabíamos, dice Vivek.
No, no lo sabíamos. Ellos son muy reservados con todo esto. Pero lo del
síndrome de apert. No lo sabía. Dije al resto de mis compañeros ahí.
Creo que debemos escucharlos atentamente a ellos para ver qué pasos a
seguir deberíamos hacer con Roxy, digo y todos asienten.
Se dispersan por toda la habitación para que Roxy tome confianza
en todo lo que tenga que decir. Que sepa que no está sola. Porque
no lo está.

142
CAPÍTULO 28

Siento náuseas de escuchar lo que estoy escuchando. Mis dedos


empiezan a hacerse un nudo entre ellos mismos. Mi cabeza estalla,
los escucho debatir entre ellos. ¡Basta! ¡Basta por favor!

- ¡Basta! -. Llevo mis manos a mi cabeza para acallar todo.

- ¿Qué sucede Roxy? -. Me dice Luc inclinándose hacia mí. Posa su


mano en mi brazo.

-Yo… yo no quiero esto -. Mis ojos están brillosos y creo que en


cualquier momento saldrán de mí como charcos de lágrimas y no
podré controlarlo.

-Roxy, para mí es un honor, primero ser tu amigo y segundo poder


escoltarte en cada paso, como un basílico de capucha… de los
buenos_.

Mirándolo a Luc y luego a Fournier - ¿Qué quieren de mí? Yo no


hice nada -.

-Deja que te explique muchacha -. Fournier se acomoda en su silla. -


Nosotros los basílicos de capucha, o los reptilianos, como quieren
llamarnos. Cosa que no me agrada – hizo una mueca con sus labios
– estamos divididos desde hace más de miles de años por las
creencias de El Pergamino de La Verdad-.

143
Mientras Fournier relataba la historia de ellos, ella observaba a
Häkan y sus amigos por toda la habitación, prestando atención a lo
que decía su jefe.

-Así es como supimos de que eras tú la elegida y nosotros sabíamos


muy bien que eras una melliza no una gemela -. Toma aire y sigue -.
Ya hemos dado aviso a mi superior de que eres tú la que nos…-.

- ¿Superior? ¿A qué se refiere con su superior? -. Le pregunté


consternada.

-Nuestro jefe -, Luc señala con el dedo índice hacia arriba.

-Sólo necesitamos que nos lleves hacia él -. Dice Fournier.

- ¿Cómo quieren que los lleve hacia él? Y, además, es el mismo que
el nuestro ese que señaló Luc -.

-No, pero estamos de su lado -.

-Nosotros tenemos sindactilia en los dedos de los pies. No en las


manos. Y no tenemos el síndrome de aspert. Para empezar. Es fácil
darse cuenta. Pero los humanos tienen mucha fuga disociativa con
nuestra raza -. Dice Luc para calmarla.

-Sabemos que tus amigos están en algún lado, pero no sabemos


¿dónde? -. Afirma Fournier.

¿Mis amigos? ¿cómo es que saben de eso Häkan?


Ellos creen que es una mitología. De que tengas tus amigos. No digas
nada hasta que yo hable. Ellos - hace un gesto señalando al resto

144
de los demás - estarán aquí contigo hasta que lo averigüe-. No sé
entretenlos con una charla. Yo no me tardo.
Quédate tranquila, le dice Hiroki, el japonés.
Sí, nosotros estaremos aquí. Dice William.
¿Pero por qué se fue?
-No sé a lo que se refiere jefe -.

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CAPÍTULO 29

No me gusta la idea de dejarla sola, pero sé que está en buenas


manos con mis escoltas, que también son sus escoltas.

Además, ellos necesitan de ambos para poder acceder a la entrada


de Los Pergaminos de la Verdad.

Bueno, de algo no me equivoqué ese compañero suyo. Algo me


decía que no me fiara de él. Pero debo reconocer que lo ocultó muy
bien. Además de ¡por Dios! Tener la colección de mis libros. Eso
puedo decir que superó mis expectativas.

Me dirijo a concentrarme para hablar con el Supremo. Cuando mi


mente llega a ese lugar en dónde estuvimos en ese sueño, los
vuelvo a ver a todos ahí

Bienvenido Johansen, te estábamos esperando.


Inclino mi cabeza para mi saludo. Luego pregunto; - ¿Qué sucede
en realidad? -. Llevando mis manos a mis caderas – quiero decir.
Pfff – totalmente frustrado inhalo y exhalo - ¿Cómo es que el jefe
de Roxalía y su compañero son basílicos de capucha? -. No lo
entiendo -.

El supremo me vuelve a dar el Pergamino de La Verdad – Vuelve a


leerlo, pero esta vez desde tu corazón. Así entenderás las escrituras-.

146
Lo abro y esa luz dorada vuelve a cegarme busco el principio de lo
escrito, pero son sólo símbolos. Hago una mueca y el Supremo dice
– Ve desde tú corazón así entenderás la lectura -.

El Pergamino de la verdad se empieza a apagar su luz cuando siento


el latir de mi corazón más fuerte.

-Bien así se hace Johansen. No te olvides que tú eres su mitad. Lo que


ella no entienda tú lo entenderás y se lo explicarás -.
Levanto mi mirada hacia el Supremo.

-Continúa que vas bien -, dice y vuelvo a bajar mi vista hacia el


Pergamino.

Comienzo a leerlo en voz alta, mientras los latidos de mi corazón


los escuchaba con cada palabra que leía – “Son los que llegan de la
gran persecución de los Basílicos de Capucha, lavaron y
blanquearon sus vestiduras en la sangre del elegido. Ya nunca más
sufrirán ni hambre ni sed ni serán agobiados ni por el sol ni por un
viento abrasador. La elegida mujer será tu salvadora, los llevará a
las fuentes de las aguas de la vida y el Creador enjugará sus
lágrimas” -.

Levanto la mirada para ver al Supremo - ¿Y dónde estoy yo parado


en todo esto? ¿Qué?... me tengo que alejar. No lo entiendo -.

-Tú tienes que entrar con ella, atravesar ese muro junto con el Basílico de
Capucha elegido y ambas razas serán absueltas de todo y llevados hacia la
realidad -.

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- Pero ¿qué sucederá con los otros Basílicos de capucha? -,
pregunto.

-Cuando los tres hayan cruzado ese muro ya nada podrán hacer y la
humanidad entera renacerá de nuevo -.
- Y ¿cuándo podemos hacer esto? -.

-Creo que ya sabes quien es el elegido de los Basílicos de capucha,


estuvo frente a ti todo este tiempo. No lo viste por tus celos.
Deberías saber que esto es diferente. Tú mas que nadie lo
entiende-.

Sí tiene razón. Pero ¿Luc Garnier es el elegido de los Basilicos de


capucha? Eso es un golpe fuerte.

-Es hora que te apresures y vayas con la elegida y el elegido de los


basílicos de Capucha -.
-Una última cosa más, ¿puedo? -.

-Sí, pregunta -.
-Es cierto todo eso de las divisiones de ellos con sus sindactilias y
polidactilias -.

-No dudes, ellos están de nuestro lado. Ahora ve y ayuda a la elegida a


atravesar ese muro junto con el elegido de ellos -.
Enrollo el Pergamino y se lo devuelvo. Luego me voy de ahí.

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CAPÍTULO 30

Se fue y me dejó sola rodeada de catorce hombres que sólo dos


están en esta habitación y el resto en mi cabeza. Decido tomar
valor y enfrentarme a lo que mi jefe o lo que sea que fuera quiera
de mí. Y mi compañero es un ¿basílico de capucha?... mierda donde
tiene su defecto. Por dios si podría jurar que todas las mujeres
mueren por él.

Lo empiezo a recorrer con la mirada a ver si encuentro algo que me


confirme con lo que me dijo.

¿Qué tanto miras Roxalía?, me pregunta Bryon, el brasilero.


Lo miro y le contesto mentalmente ¿que qué miro?, pues su marca de
que es un basício de capucha, le digo.
Pregúntale o dile que te la muestre. Nosotros también estamos interesados
en saber dónde lo tiene. Me dice Vivek, el indú.
- ¿Qué miras Roxi? -, me dice mi compañero.

-Bueno seré honesta contigo. Tú me confirmas que eres eso, que


dices que eres. Pero -, mi risa es muy nerviosa – no creo en nada de
lo que me acaban de contar. No hasta que vea las pruebas -.

Ambos me miran y Fournier le dice a Luc – Adelante, puedes


mostrar lo que te pide -.

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-Cómo usted ordene -.

El comienza a desabrocharse su cinturón para luego desprender un


botón de sus jeans.

-Ehh wauu yo no quiero ver eso-, le digo bajando la mirada y


tapándome los ojos con una mano mientras que con la otra la
mantengo en frente de mí como frenando la imagen.

-No te preocupes -, escucho decir a Fournier. – Él te mostrará lo


que pediste -.

Desliza sus jeans hasta casi las rodillas para mostrarme en el muslo
izquierdo una marca de color verde con las letras BC entrelazadas. -
Esto significa que soy el elegido de entre los de mi raza para llegar a
lo mismo que tú -. No quiero mirar demasiado para que no piense
que quiero ver más allá de algo.

Él se sube nuevamente el jean y se descalza sacándose los


calcetines también, revelando los seis dedos. -Satisfecha Roxy -.
Dice el firmemente -.

Engullo mi saliva y le digo; -Sí -.

En ese momento entra de la nada Häkan.

-Roxy, yo…¡oh por dios! ¿te está mostrando sus dedos de los pies? -.
-Si, y te perdiste cuando le mostró su marca de Basílico de capucha en su
muslo izquierdo-, dice Didac.
Él se voltea a mirarlo - ¿Qué? -.

-Si, y fue muy profesional, no tienes nada que temer aquí -.

150
-Seguro -, dijo Yuri; seguido por el resto.
- ¡Por fin! -, dije yo.

- ¿A quién le dices eso? -. Pregunta Luc.

Busco la mirada de Häkan para ver que digo.

-Sí Roxy, dile que estamos aquí, los trece en total y que lo llevaremos a
la puerta a donde tenemos que atravesar -.
- ¿Tenemos que atravesar? -, lo miro incrédula. Mientras Luc sigue
mi mirada.

- ¿Quién está contigo Roxy? -.

-Lentz, será mejor que hables con la verdad muchacha -. Acota


Fournier.

-Sí, dile que estamos los doce aquí contigo. No tienes que preocuparte por
esto. Tu compañero Luc Garnier es el que tiene que ir con nosotros a ese
mundo y atravesar esa entrada. Los tres tenemos que hacerlo -.
-Oh vaya -, miro a Luc y a Fournier. -Tenemos que irnos Luc. Mis
compañeros están aquí, los doce. En esta habitación, pero sólo
puedo llevarte a ti a esa puerta, sin Fournier -.

-Eso ya lo sé muchacha -, dice su jefe.

Luc mira a su jefe y luego a mi – ¿Ahora? -.

-Sí, ahora -. Le digo.

-Tómale su mano Roxy y mientras yo tomo la tuya. El resto irá con


nosotros también -. Se voltea para mirar a los otros once.

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-Toma mi mano Luc y te llevaré ahí -. Él hace lo que le pido al igual
que Häkan.

Cuando Häkan se aferra a mi mano lo miro y le pregunto


nuevamente; -Dime la verdad, ¿soy la única en tu vida? Quiero decir
¿esa mujer?
- Si, eres la única en mi vida. Esa mujer es la esposa de mi editor. Sólo
tú, siempre has sido tú -.
Aferro más fuerte su mano en la mía. - Lista bebé, ahí vamos -.

Häkan con conduce hacia ese bosque frondozo junto con Luc.

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EPÍLOGO

Llegamos los tres juntos a un bosque frondoso, en el que he estado


anteriormente con Roxy y mis escoltas. Ahora el resto de los
escoltas nos acompañan a los tres.

Veo aparecer a gente a nuestro alrededor de otra época que, si las


miro bien, las reconozco. Como varios basílicos de capucha. Una
pareja mayor a nosotros se acerca a Roxy y me la quita de las
manos. La mujer dice; -Ven mi niña, ya te pondré el lienzo de lino y
estarás lista para pasar por la puerta-.

El hombre a su lado me abraza y dice; -Gracias por traerla de


nuevo. Gracias -.

Otras personas más aparecen y abrazan a Luc y lo llevan a otro lado


mientras a mi me llevan mis escoltas junto con otro hombre mayor
a una casa hecha de piedra.

Me dan de beber agua de un cuenco y me colocan sobre mis


hombros una capa rojo sangre con flores de lirios, esos como a los
que Roxy les gusta y yo tanto he escrito en mis libros. Un hombre
mayor, distinto al anterior aparece trayendo varios rollos de
pergaminos y me dice; -Eres el único que puede portarlos, junto
con la elegida y el basílico de capucha. Ven muchacho. Que el otro
joven ya está listo. Sólo tienes que esperar a ella-.

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Cuando salgo de la casa de piedra me llevan hacia donde está Luc.
Él está con una capa parecida a la mía, pero de color verde con
flores de lirios.

-Häkan, ¿eres Häkan Boysen? -. Su rostro es confuso. Pero


igualmente estrecha mi mano cuando se la doy.

-Sí, soy el mismo. Un gusto conocer al elegido de los basílicos de


capucha -.

-Oh el gusto es mío, sin lugar a dudas -. Y ajusta más el pergamino


que lleva en su mano.

Desvío mi mirada a todos los presentes cuando dan lugar a que


pasemos y subimos unos escalones. A pocos metros de ahí se
encuentra una gran puerta, que se que sólo será iluminada cuando
se pare en frente Roxy.

Nos acercamos a ella y nos ponemos a ambos lados para dejar en


el medio a ella. Escuchamos aplausos de los paganos aquí, en este
lugar y ella se asoma con un vestido de lienzo blanco como una
novia. Sobre su cabeza lleva una corona de doce estrellas, una capa
de color champain con lirios y girasoles. Su vestido pagano, que se
lo ve blanco, lleva bordado el sol con lirios a sus costados. Doce
lirios y en la capa los doce lirios también.

Ella nos mira a ambos y se acerca a nosotros. Le entrego mi


Pergamino y su compañero Luc hace lo mismo. Los apoya sobre su
pecho así lleva también el suyo. Ella emprende la marcha seguida
de ambos y la puerta se ilumina. La luz no nos ciega, sino que nos
hace ver la verdad de la Segunda Ley, cuando ella la traspasa,
seguida de ambos.

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Vemos un mundo distinto, lleno de luz y de vida, en donde los
océanos y mares se unieron para dar vida a la nueva Vida.

La nueva orden.

La nueva salvación.

Estas son las palabras. Amor.

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