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El Modelo Argumentativo de Stephen Toulmin
El Modelo Argumentativo de Stephen Toulmin
En cuanto a las diferencia con el grado formalización dice toulmin (Toulmin, 1984,
pág.1) que están realcionadas con “..,los procedimientos racionales característicos
de los diversos campos…”. Por ejemplo, en la estética no se siguen los mismos
procedimientos que sí son obligatorios en el campo del derecho.
En cuanto a los grados de precisión (Toulmin, e al, 1984, pág. 2) dice que
“encontrar argumentos de gran precisión y exactitud es más factible en algunos
campos del razonamiento practico que en otros”. Es el caso de las diferencias
entre el campo de la física y matemática con la psicología, por ejemplo.
Por último, los objetivos de la argumentación, ante lo cual podemos constatar que
el desarrollo adecuado de una argumentación está muy relacionado con lo que se
pone en juego.
Por otra parte, en su modelo, Toulim, llama a los actores que intervinen en la
argumentación como asertor e interlocutor. son éstos los que presentan las
aserciones, las ponen en duda, las respaldan, las critican, son los que conocen
como funcionan los distintos campos de la argumentación, los que muestran
distintos puntos de vista ante una afirmación. En otras palabras, son estos los que
le dan significa a la actividad de argumentar.
Pasando a los temas debatidos con respecto a este modelo, se debe hacer
mención de la estructura argumentativa de este modelo y la cual plantea Toulmin
en “Los usos de la argumentación” que contiene aseveración, dato, garantía,
respaldo, reserva y cualificador y con el cual se pretende reflejar el uso práctico de
la argumentación. Y que entre los críticos como entre los apologistas se:
Es así como inicia el debate acerca de si este modelo trata sobre una lógica
argumental o sobre una lógica de razonamiento. Esto está relacionado con la no
delimitación por parte de Toulmin entre los conceptos de argumentos y
razonamientos. En este sentido para algunos autores el modelo de Toulmin es un
patrón para elaborar razonamientos complejos que se acercan a los argumentos
cotidianos, pero no lo son (Harada, 2009).
Por otro lado, existe una corriente que afirma que este modelo sí da origen a
argumentos propiamente dichos. Desde este punto de vista se puede entender el
modelo de Toulmin como una guía para construir esquemas que pueden servir
para redactar textos argumentativos o participar en diálogos también
argumentativos (Harada, 2009).
En la opinión de (Rodríguez-Bello, 2004), el esquema de Toulmin es efectivo a la
hora de planificar la escritura. Posibilita el encuentro y la delimitación de una
aserción, parte medular del proceso de generación de un conocimiento nuevo. Sin
embargo, su flujo conceptual depende de que el proceso se haya iniciado con una
aserción que exprese verbalmente la idea precisa que se quiere sembrar en una
audiencia, siempre en consonancia con la evidencia que la soporta. Por lo tanto,
como quiera que una de las mayores dificultades encontradas en los artículos de
investigación producidos por los docentes sea que no partan de una tesis
(aserción) bien definida y que la argumentación sea débil, porque no se hace un
aprovechamiento racional de la información a la cual se accede, se recomienda el
uso del modelo de Toulmin como un ejercicio previo a la escritura de un artículo,
ensayo argumentativo o tesis.
Por otra parte, (Atienza, 2003) argumenta que, el hilo conductor de la que
Habermas llama “lógica de la argumentación” no puede estar constituido por las
plasmaciones institucionales de los campos de argumentación. Esas son
diferenciaciones externas que tendrían que partir de diferenciaciones internas,
esto es, diferenciaciones entre formas de argumentación, las cuales no pueden
surgir de un tipo de análisis que se guíe por las funciones y fines de las empresas
racionales. Para Habermas, “ las formas de argumentación se diferencian según
pretensiones de validez que con frecuencia sólo nos resultan reconocibles a partir
del contexto de una manifestación, pero que no vienen constituidas como tales por
los contextos y ámbitos de acción”
ATIENZA, M. (2003). Las razones del derecho. Teorías de la argumentación jurídica, IIJ.
Toulmin, S. (1984). segundo nivel de analisis: la fuerza de los argumentos. En: Introducción al
Razonamiento. EE.UU: Macmillan Publishing Company.