Está en la página 1de 2

La palabra “fuente” proviene del latín fonts.

En
términos comunes, una fuente es el principio,
origen o fundamento de algo, como lo define
el diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española. En un sentido más restringido es el material
que sirve de información a un investigador
o de inspiración a un autor.

Así, la historia misma y el devenir concreto de los


acontecimientos ocurridos en Francia en 1789 –en
los que subyacen las voluntades de sus protagonistas,
los hechos como tal, con su correlación de
fuerzas, que tan ampliamente han sido estudiados
y discutidos por los historiadores– es una fuente
principal de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano;

En el texto “Las formas tradicionales de fundamentación


de los derechos humanos”, Hoyos (1995)
plantea que existen varios modelos de fundamentación
o argumentación de los derechos humanos;
modelos a partir de los cuales se puede colegir
un desarrollo que transitó inevitablemente por
la etapa de la Declaración del los Derechos del
Hombre y del Ciudadano.

Dentro de dichos modelos de fundamentación se


encuentra la tradición del iusnaturalismo o derecho
natural, corriente que constituye una fuente
doctrinaria esencial en el proceso de evolución y
desarrollo de los derechos del hombre.
Para el iusnaturalismo de todos los tiempos
se dan unas características generales
en el ser del hombre en las cuales
se basan sus derechos fundamentales:
se trata de una ley natural, una especie
de esencia del hombre anterior a todo
contrato social, a todo Estado o normatividad
legal positiva (Hoyos, 1995).

Es decir, el iusnaturalismo es una línea de pensamiento


que hunde sus raíces en un pasado
relativamente largo y que concibe que esta idea
de la existencia de unos derechos connaturales al
hombre ya era discutida por los pensadores de la
cultura grecolatina.

Posteriormente asumida por la filosofía cristiana,


la ley natural es la aplicación de la ley
eterna, que no es otra que la voluntad
divina.

Positivismo
El positivismo es una filosofía cuyo principio fundamental es la cosa en sí, es una concepción moderna del
mundo. Para esta posición a realidad son los fenómenos existentes y las cosas; realidad que es el único
objeto de conocimiento, donde se encuentra el origen y validez que constituye el criterio de verdad del
conocimiento.

El positivismo jurídico es una corriente jurídica que nace y se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX,
resultado de concepciones epistemológicas del Positivismo al conocimiento del Derecho.
Los principales caracteres del positivismo científico son: El rechazo de la metafísica y de toda proposición no
vinculada con hechos constatados; el empirismo, único medio de llevar a cabo observaciones sistemáticas y
ciertas, para deducir conclusiones válidas y; solo acepta la experiencia obtenida por la observación de los
fenómenos.
El positivismo jurídico, tiene dos sentidos. El concepto positivista de la ley considera al derecho en su
estructura formal. Toda argumentación e interpretación metafísica cae como especulación indemostrable en el
rechazo. También es conocido como formalismo jurídico, debido a que su estudio, en la perspectiva del
derecho, es únicamente acerca de los textos perceptivos dictados por el legislador. El positivismo jurídico
fundamenta el pensamiento jurídico reducido a derecho estatal producto del legislador; de aquí deriva la
común atribución al derecho, de aquellas características que son propias del derecho legislado del Estado
moderno, generalidad, imperatividad, coacción, presunta plenitud (García, 2015).
El positivismo jurídico es el estudio científico del derecho por consiguiente esa es la misión del jurista. El fin
de la ciencia del derecho es considerar el derecho tal como es y no como debería ser. Sobre esta base se
encuentra la aceptación de una clara distinción entre validez y valor del derecho, entre las reglas que
pueden ser válidas aún sin ser justas y aquellas que pueden ser justas sin ser válidas; sólo las primeras son
objeto del estudio científico del derecho.

También podría gustarte