Como país contamos con una serie de características qué contribuyen al subdesarrollo como,

por ejemplo:

La pobreza, alta taza de mortalidad, bajo nivel de educativo, desempleo y democracias débiles.

Y como ciudadanos sufrimos las consecuencias del subdesarrollo que son claras y difíciles de
controlar, ya que tienden a reproducir el esquema de carencias que las produjo, tales como
pobreza, dependencia del extranjero, desigualdad social, inestabilidad política, fragilidad
democrática, en los casos más graves, miseria, hambruna, pandemia y violencia extrema.

Lo cual también nos convierte en un país tercermundista, por lo tanta si somos un país
subdesarrollado.