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En consecuencia, el inciso c) del artículo 31 antes citado, tiene que ver con lo
explicado en el párrafo precedente.
Empero de ello, tanto la Contraloría General del Estado como las Unidades de
Auditoría Interna no tienen competencia para determinar la responsabilidad
civil, sino solamente establecen la existencia de indicios como conclusión de
un trabajo de auditoría, en sede administrativa. La instancia competente para
determinar la existencia o no de responsabilidad civil, es el Juez en Materia
Administrativa y Coactiva Fiscal, o el Juez en Materia Civil en la vía ordinaria;
procedimiento que será explicado más adelante.
a) Aquel que contiene los hallazgos de auditoría que dan lugar a indicios de
responsabilidad por la función pública, establecidos en el informe legal.
b) Aquél que contiene los hallazgos de auditoría que no dan lugar a indicios
de responsabilidad por la función pública, pero que son relevantes al
control interno. Los hallazgos deben estar vigentes a la fecha de
conclusión del trabajo de campo, debiendo emitirse el informe de forma
inmediata.
Retiro de la Auditoría
Esta situación puede perfectamente ser emparentada con el caso del derogado
artículo 50 del Reglamento de Atribuciones de la Contraloría General de la
República, aprobado por Decreto Supremo N° 23215 que disponía que en
auditorías con indicios de posible responsabilidad penal o responsabilidad civil
significativa, o con la finalidad de evitar la consumación de daño económico
grave al Estado, la Contraloría o una UAI podían emitir un único informe de
auditoría y no dos (preliminar y complementario), prescindiendo del
procedimiento de aclaración. A diferencia de otras responsabilidades, este
informe no era notificado a los involucrados, no se lo sometía al procedimiento
de aclaración (descargos), menos se emitía informe complementario, si no que
la labor de esos órganos se limitaba a identificar la existencia de indicios de
responsabilidad penal o civil significativa y reportarlos en ese único informe.
Sin embargo, dicho artículo fue acusado de anticonstitucional y recurrido como
tal ante el Tribunal Constitucional, habiéndolo este Órgano como contralor de
la legalidad y la constitucionalidad, a través de Sentencia Constitucional Nº
0021/2007 de 10 de mayo de 2007, derogado, en el entendido de que
vulneraba el debido proceso en su componente esencial del derecho a la
defensa, así como el principio de presunción de inocencia al no permitir al
involucrado asumir defensa en sede administrativa, por lo que ahora los
informes de auditoría con indicios de responsabilidad penal o civil significativa,
deben comprender: informe preliminar, procedimiento de aclaración e informe
complementario.
■ aquél que contiene los hallazgos de auditoría que dan lugar a indicios de
responsabilidad por la función pública, acompañados por el informe legal
correspondiente, y
■ aquél que contiene los hallazgos de auditoría que no dan lugar a indicios
de responsabilidad por la función pública, pero que son relevantes al
control interno. (NAG)
Cabe indicar que todo informe de auditoría debe contar necesariamente con un
Dictamen Legal emitido por la Unidad Legal de la entidad, que garantizará una
adecuada identificación, interpretación y aplicación de la norma infringida y, en
su caso, opinará sobre el cumplimiento d cláusulas contractuales y se
pronunciará sobre la existencia de indicios de responsabilidad por la función
pública, resultantes de los hallazgos de auditoría (NAG).
Los informes preliminar y complementario emitidos por la UAI, más los papeles
de trabajo, para que cuenten con todo el valor legal, en cumplimiento del inciso
b) del artículo 42 de la Ley Nº 1178 y los artículos 54 y 55 del Reglamento de la
Responsabilidad por la Función Pública, deberán ser presentados ante la
Gerencia Departamental de la Contraloría donde esté asentada la entidad, para
su revisión y evaluación. Si la Contraloría encontrase observaciones tanto de
forma como de fondo, devolverá dichos informes a la Unidad de Auditoría
Interna de la entidad para su corrección; una vez cumplido ello, ambos
informes son remitidos al Contralor General del Estado quien previa revisión y
conformidad, los aprueba.
Retiro de la Auditoría
Esta situación puede perfectamente ser emparentada con el caso del derogado
artículo 50 del Reglamento de Atribuciones de la Contraloría General de la
República, aprobado por Decreto Supremo N° 23215 que disponía que en
auditorías con indicios de posible responsabilidad penal o responsabilidad civil
significativa, o con la finalidad de evitar la consumación de daño económico
grave al Estado, la Contraloría o una UAI podían emitir un único informe de
auditoría y no dos (preliminar y complementario), prescindiendo del
procedimiento de aclaración. A diferencia de otras responsabilidades, este
informe no era notificado a los involucrados, no se lo sometía al procedimiento
de aclaración (descargos), menos se emitía informe complementario, si no que
la labor de esos órganos se limitaba a identificar la existencia de indicios de
responsabilidad penal o civil significativa y reportarlos en ese único informe. Sin
embargo, dicho artículo fue acusado de anticonstitucional y recurrido como tal
ante el Tribunal Constitucional, habiéndolo este Órgano como contralor de la
legalidad y la constitucionalidad, a través de Sentencia Constitucional Nº
0021/2007 de 10 de mayo de 2007, derogado, en el entendido de que
vulneraba el debido proceso en su componente esencial del derecho a la
defensa, así como el principio de presunción de inocencia al no permitir al
involucrado asumir defensa en sede administrativa, por lo que ahora los
informes de auditoría con indicios de responsabilidad penal o civil significativa,
deben comprender: informe preliminar, procedimiento de aclaración e informe
complementario.
El proceso civil ordinario deberá ser planteado ante el juez en materia civil,
acompañado de toda la documentación que lo sustente. Las consideraciones
efectuadas en el punto 51, son aplicables al presente punto en lo que
corresponda.
9. IMPOSIBILIDAD DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD POR DEUDAS.-
Está claro que quien debe iniciar la acción coactiva fiscal o civil ordinaria es la
máxima autoridad ejecutiva de la entidad pública; pero, ¿qué ocurre si es a
esta autoridad a quien hay que demandar?. Hasta antes de la vigencia de la
nueva Constitución Política del Estado, e inclusive, hasta antes de la creación
de la Procuraduría General del Estado, en caso de estar el máximo ejecutivo
de la entidad involucrado en el dictamen de responsabilidad civil, la Contraloría
podía iniciar la acción legal pertinente -proceso coactivo fiscal o civil ordinario-;
esto en razón a que aquél, como representante legal de la entidad no podía
iniciar un proceso contra sí mismo. Sin embargo, en el caso de entidades que
cuenten con órganos colegiados, sean éstos Directorios, Consejos, Concejos,
Asambleas, etc., como empresas, Universidades, Municipalidades, Gobiernos
Departamentales, etc., si la MAE se encontrare involucrada en un dictamen de
responsabilidad civil, será esa instancia colegiada la que tenga que iniciar la
acción que corresponda, salvo que también esté incluida en el dictamen de
responsabilidad civil, caso en el cual también se inhabilitaría para iniciar las
acciones legales.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 44 de la Ley Nº 1178, la Contraloría
General tiene potestad para demandar y actuar en procesos administrativos,
coactivos fiscales, civiles e incluso penales relacionados con daños
económicos ocasionados al Estado. La representación de esta entidad es
ejercida por el Contralor General del Estado o por quienes representen a la
Contraloría en cada capital de Departamento (Gerentes Departamentales), los
que tienen poder para delegar esas facultades.
Por su parte, el primer párrafo del artículo 121 del Código de Familia,
establece: "deudas del marido y de la mujer.- Las deudas del marido y de la
mujer anteriores al matrimonio y las que durante éste resulten personales a
aquél o aquélla, no son de cargo de la comunidad y se pagan con los bienes
propios de cada uno o con el quinto de las ganancias que obtenga el cónyuge
deudor por el ejercicio de una profesión u oficio".
Este artículo tiene su razón de ser por cuanto no pueden cubrirse con recursos
de la entidad, obsequios particulares, fiestas, cócteles, vinos de honor, cenas
de agasajo, inauguraciones de eventos, etc.. Los recursos de la entidad tienen
que ser empleados únicamente para el logro de sus objetivos y finalidades, y
no en actividades que nada tienen que ver con ello. Lo correcto es que si la
entidad lleva adelante ese tipo de actos, lo haga con recursos del fondo social
o con los propios de los funcionarios, o con otro tipo de recursos.