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Bertran Russel
Resumen. En este trabajo se reseña el desarrollo y se muestra el ocaso del Estado Legal o de la
Primera Etapa del Estado de Derecho, con la intención de facilitar la comprensión del Derecho en el
Estado Constitucional, como Segunda Etapa del Estado de Derecho, iniciado al final de la II Guerra
Mundial, con el fortalecimiento del constitucionalismo y la puesta en vigencia de los derechos
fundamentales; se destacan las características de los dos modelos y tendencias del
constitucionalismo. Con estos antecedentes se aborda el tema de la Argumentación Jurídica en su
relación con el Derecho en el Estado Constitucional, destacando la importancia para la
heterogeneidad de destinatarios y sus proyecciones en el tiempo. Los contenidos pretenden aportar a
la formación académica de estudiantes de derecho, abogados, operadores jurídicos e interesados, en
la necesidad de aproximarse a la argumentación jurídica por ser un medio para ordenar las ideas,
construir conocimientos, incrementar habilidades en la comunicación, adoptar decisiones con acierto
o persuadir a un auditorio.
0. INTRODUCCION
Las innovaciones anotadas han dado lugar a la promoción de la argumentación jurídica para
la creación, conocimiento e investigación y aplicación del derecho; interesa en este artículo la
argumentación en su proyección de aplicación del derecho por los órganos jurisdiccionales;
habiéndose sistematizado el tema de la siguiente forma: 1) El Estado Legislativo, como
antecedente histórico para comprender al derecho en el estado constitucional y el
resurgimiento de la argumentación jurídica; 2) El Estado Constitucional, para destacar las
concepciones del derecho en ese modelo bajo cuya influencia se desarrolla y supervive la
argumentación jurídica; 3) La argumentación jurídica y las teorías que la sustentan, con las
que se generan diversas percepciones de la actividad argumentativa y los tipos de
argumentos. La argumentación jurídica es el instrumento necesario para justificar las
decisiones humanas en asuntos de orden práctico, para validar y legitimar a los operadores
jurídicos, consolidar la democracia, controlar la constitucionalidad y convencionalidad, tutelar
los derechos fundamentales de la persona humana y el respeto a su dignidad como fin
supremo de la sociedad y del Estado.
3) El razonamiento lógico deductivo como método para aplicar el derecho. Conocido también
como razonamiento exegético o silogístico. Los jueces, al aplicar la ley en la resolución de los
conflictos de su competencia debían recurrir a la racionalidad lógica formal, deductiva o
silogística.
4) Modelo de la ciencia jurídica. Kelsen (1979; 82): El objeto de la ciencia jurídica es conocer
el derecho mediante la interpretación, descripción, explicación y análisis crítico lingüístico de
los significados posibles de los textos normativos. El científico del derecho desarrolla las
posibles interpretaciones y los jueces dentro de esas varias posibilidades elige una al aplicar
el derecho. A la ciencia jurídica le interesa preservar el principio de legalidad, la forma de los
actos normativos como sostiene el positivismo jurídico, no la sustancia o la justicia como
pretende el iusnaturalismo.
5) Las fuentes del derecho. La fuente principal del derecho fue la ley en su acepción
genérica, de ley y reglamentos; luego, se admitieron como fuentes a la jurisprudencia y la
dogmática como ciencia jurídica; las costumbres eran fuente del derecho solo para resolver
en los casos que se presenten vacíos o defectos de la legislación.
8) El Poder Legislativo como poder soberano para aprobar las leyes. En el Estado Legislativo
se reconocía al Poder Legislativo como autoridad soberana, esto es, como órgano investido
de todos los poderes para generar las leyes de la república en nombre del pueblo, al ser
elegidos sus representantes democráticamente por el pueblo, por lo tanto, con competencia
para regular libremente y con absoluta discrecionalidad los derechos y las responsabilidades
de las personas en nombre del Estado. De esta forma, las leyes eran reglas sociales de
obligatorio cumplimiento, sin ser objeto de revisión o de control por entidad alguna.
10) El positivismo jurídico como doctrina filosófica. Bobbio (1965; 165), identifica tres
dimensiones: Como Metodología para aproximarse al Derecho en forma avalorativa, neutral,
como normas jurídicas sin conexión con la moral, como hecho histórico resultado de
decisiones de los grupos sociales que tienen el ejercicio del poder. El Derecho como Teoría.
Trata de la naturaleza de las normas jurídicas, estructura, sistema jurídico, organización e
interpretación jurídica en una concepción estatalista. El derecho como ideología. Se refiere a
la justicia (aquello que se manda) y, como ideología de lo injusto (aquello que se prohíbe),
instruye obediencia al derecho. En una versión paralela el derecho es un orden de
convivencia que garantiza las libertades individuales, la seguridad jurídica, la previsibilidad, la
paz social.
1.4. Vigencia del estado legislativo. El Estado de Derecho fue instituido como sinónimo de
legislación, alcanzando su máxima expresión en las tres primeras décadas del Siglo XIX,
tanto así, que la aplicación del derecho debió ser conforme al tenor literal de la ley, bajo el
enunciado de dura lex set lex; el Poder Judiciario se debió limitar a aplicar la legislación, sin
facultad para interpretar las leyes, los jueces debían cumplir sus funciones como si fuesen la
boca de la ley, es decir, solo se admitió la interpretación literal. En un segundo momento, la
significación literal o gramatical al ser insuficiente, por la naturaleza indeterminada del
lenguaje y la imposibilidad de prevenir todas las eventuales relaciones de la realidad, se
elaboró en la doctrina diversos criterios de interpretación: como la sistemática, teleología,
dogmática, histórica, para asignar significación a los textos normativos. En un tercer
momento, Siglo XX, concurrió el peso de la jurisprudencia en diversas percepciones: de
conceptos, de intereses, de valores y adicionalmente tipos de argumentos interpretativos,
como la analogía, a contrario, a fortiori, ad absurdum, que operaron como estándares de
racionalidad para aplicar e interpretar el derecho y como propuesta académica la inducción.
Estas modalidades de razonamiento jurídico, inspirado en el positivismo jurídico, entró en
una crisis sin salida al final de la II Guerra Mundial, al resultar insuficiente el juzgamiento de
los vencidos con el derecho del Estado Legislativo, adoptándose con ese objeto
concepciones diversas del Derecho.
1.5. El ocaso del modelo del Derecho del Estado Legislativo. El derecho del estado legal
colapsó con la experiencia de la II Guerra Mundial, en los procesos ante el Tribunal de
Nuremberg, que juzgó a los criminales de guerra del eje europeo, acusados por crímenes
contra la paz internacional (consistentes en planear, preparar, iniciar o hacer una guerra de
agresión o con violación de tratados, acuerdos o garantías internacionales), alegando los
acusados: haber actuado con sujeción a las leyes vigentes y en cumplimiento de órdenes de
autoridad, que son causales de exención de responsabilidad. Estas defensas eran
formalmente válidas, pero inatendibles porque los bienes jurídicos lesionados eran derechos
inalienables de la humanidad; en esa circunstancia, las acusaciones y el juzgamiento se
fundaron en concepciones del derecho opuestas al positivismo jurídico, como el
iusnaturalismo racionalista, el realismo jurídico, la argumentación pragmática, el
constitucionalismo norteamericano que antepone los principios para la protección de los
derechos individuales y el derecho internacional que tutela los derechos de convivencia
universal.
1.6. Apreciación crítica. El estado de derecho promovido por el estado legislativo se integra
por un ordenamiento jurídico de mera legalidad, porque toda conducta humana con
relevancia para el derecho se encuentra regulada por la ley, explicada por la doctrina e
instrumentalizada por la jurisprudencia, monopolizando el estado la producción legislativa, en
códigos, leyes y reglamentos; adicionalmente los principios jurídicos positivos, referidos en la
filosofía jurídica del estado legislativo, se integró para el conocimiento del Derecho con la
dogmática jurídica o ciencia del derecho que se encargó de describir el contenido de las
disposiciones normativas y la jurisprudencia, institucionalizó el modelo, asegurando
predictibilidad en las aplicación del Derecho.
La aplicación del derecho en el estado legislativo se limitó a identificar la regla aplicable y los
hechos probados, limitándose la motivación a la aplicación de las reglas legales mediante el
razonamiento deductivo y, en cuanto al tema probatorio recurriendo a los modelos de
valoración de libre convicción, la prueba tasada o la libre valoración, dependiendo de cada
legislación estatal la adopción de un modelo específico, sin ser necesaria la argumentación o
justificación de la elección interpretativa de las leyes y menos de los hechos que se daban
por probados. Solo en el Estado Constitucional surgió la necesidad de motivar, con razones
que justifiquen las decisiones jurisdiccionales, constituyendo la motivación un derecho
fundamental de todo justiciable; estimando que la justificación de las resoluciones s legitiman
a los funcionarios en el ejercicio del cargo y se garantiza la estabilidad del funcionamiento de
las instituciones.
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2. EL ESTADO CONSTITUCIONAL.
3) Interpretación del derecho. Las reglas se interpretan de conformidad con las normas
constitucionales. Se reconoce la interpretación “armonizante” o “adecuadora” con las normas
constitucionales, para conservar la validez de una ley que diversamente debería declararse
inconstitucional. Para el principialismo, los casos a ser resueltos con principios en oposición o
cuando se afecten derechos fundamentales, se debe interpretar con el principio de
proporcionalidad. El garantismo niega ese criterio, proponiendo que al resolver esos casos es
suficiente constatar la violación de un derecho fundamental para amparar al afectado, sin
necesidad de acudir a los principios de proporcionalidad o ponderación.
4) La argumentación para justificar el derecho aplicable y valoración probatoria. En el estado
constitucional adquiere relevancia la argumentación jurídica por la necesidad de justificar el
derecho aplicable y la elección de los medios de prueba en casos difíciles y trágicos;
teniendo como categorías de control de racionalidad la justificación interna y la justificación
externa, la primera importa acudir al razonamiento lógico deductivo y la segunda, al
razonamiento material, discursivo y retórico, aportados por las teorías de la argumentación
jurídica.
5) La ciencia jurídica. Tiene como objeto de estudio las reglas y principios jurídicos, la tutela
de los derechos fundamentales, la interpretación jurídica, la validez de las normas jurídicas,
el control de legalidad, la constitucionalidad y convencionalidad. Las funciones de la ciencia
jurídica son descriptivas y prescriptivas, por la necesidad de interpretar las reglas de
conformidad con las normas constitucionales, el concurso con principios en contradicción
ante situaciones de ambigüedad lingüística, antinomias o lagunas. Luego, las concepciones
del derecho tienen influencia en la ciencia jurídica al aportar percepciones diversas.
6) Fuentes del derecho. La fuente principal del derecho es la Constitución, los Tratados y
Convenios Internacionales sobre Derechos Humanos, sentencias del Tribunal Constitucional
y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Jurisprudencia ordinaria, la dogmática,
doctrina o ciencia jurídica. Este conjunto de fuentes del derecho altera la jerarquía de fuentes
del derecho, que tradicionalmente se sistematiza con la pirámide de Kelsen, a causa del
concurso de las normas jurídico positivas internacional que conforman el núcleo duro del
orden constitucional; asimismo, se renueva las posibilidades de la interpretación jurídica con
el concurso de los Tribunales Constitucionales como máximos intérpretes de la Constitución
y los órganos jurisdiccionales del derecho convencional, generadores de precedentes , dando
lugar a la discusión de una cuestión de prevalencia entre los precedentes de los Tribunal
Constitucionales y los precedentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Ricardo Guastini (2009; 49) precisa que la constitucionalización del derecho supone un
proceso de desarrollo que satisfacen las siguientes condiciones: 1) Rigidez de la
Constitución, con un procedimiento especial para su derogación; 2) Control de
constitucionalidad de la legislación por la jurisdicción; 3) Carácter vinculante de la
Constitución; 4) Indeterminación o sobre interpretación para afrontar “meditaciones en la
arena política”; 5) Aplicación directa de las disposiciones constitucionales por los jueces; 6)
Interpretación adecuadora de la ley a la Constitución; 7) Influencia directa de la constitución
en las relaciones políticas.
2.2.1. Estructura del derecho: reglas y principios. Ronald Dworkin, distinguió los conceptos
Directrices, como principios de inspiración política para implementar programas económicos
y sociales, con carácter programático y; el concepto de los Principios propiamente dichos,
que tienen su fuente en la moral, que encarnan los derechos a la igualdad y las libertades
individuales ante el Estado. El Derecho es heredero de la política y la moral, siendo ciertos
derechos preexistentes y superiores al derecho positivo que se imponen ante
consideraciones utilitaristas del Estado. Los jueces deben descubrir los principios cuando no
son captados por las reglas para dar una respuesta correcta. Los principios pueden derrotar
a las reglas cuando éstas no tienen coherencia con los principios constitucionales.
Alexy (2010; 64) El Derecho se integra con reglas y principios. Las reglas son normas,
mandatos cerrados o definitivos que deben ser cumplidos o no. Los principios son normas o
mandatos de optimización, caracterizados porque pueden ser cumplidos en diversos grados
en la medida de las posibilidades fácticas y jurídicas. La diferencia entre reglas y principios
es de carácter cualitativo.
Manuel Atienza (1996; 13) Clasifica los principios en: 1) Principios explícitos, como normas
para la acción, razones perentorias que concurren con otros principios para ser ponderados y
justificar las resoluciones. 2) Principios implícitos, que son normas para la acción no
perentorias, forman parte del razonamiento de los jueces por cierta cualidad de su contenido,
por su adecuación o coherencia en relación a las reglas y principios basados en fuentes
explícitas. Dworkin, asigna a los principios un origen implícito en la moral social y la justicia.
Así mismo marca distancia con Diez Picazo, quien afirma que los principios implícitos son
pautas que gozan de arraigo social.
2.2.2. El derecho tiene conexión con la moral. En la percepción principialista del derecho en
el estado constitucional existe conexión entre el derecho con la moral. Alexy (2008; 61)
identifica dos argumentos a favor de esta tesis: 1) El argumento de corrección. Fundamenta
una pretensión de corrección de los órganos institucionales que crean las leyes o las aplican,
al producir actos sustancial y procedimentalmente correctos, cuando están conectados con la
garantía implícita de justificación y expectativa de aceptación; el argumento de corrección es
un argumento conceptual a favor de la conexión necesaria entre el derecho y la moral,
calificadora de normas o sistemas de normas que incumplan con un particular criterio moral
estimándolas defectuosos; 2) El argumento de injusticia extrema. Es la razón filosófica a la
que se recurre cuando las disposiciones normativas contienen injusticia manifiesta,
sustentando la prevalencia de la justicia material, ante la injusticia del texto normativo, porque
las víctimas pasadas y futuras de injusticia extrema, están protegidas por el principio de
justicia material y; porque la tutela de los derechos alcanza no solo a los regulados
positivamente sino también a los que se conocen o justifican con la moral, recurriendo a
argumentos filosóficos.
2.3.1. Con relación a la naturaleza y estructura del derecho. Las legislaciones se subordinan
a las Constituciones rígidas. Este hecho genera un cambio en las condiciones de validez de
las leyes; la validez de las normas no solo depende de la forma de su producción, sino
también de su coherencia de sus contenidos con los principios constitucionales. La diferencia
con el principialismo está en que el garantismo solo reconoce como principios a los
expresamente reconocidos en la Constitución y no a los principios implícitos; luego, niega la
legitimidad del principio de proporcionalidad por tener un carácter subjetivo, es decir, en los
cánones de la interpretación jurídicas no se cuenta con el principio de proporcionalidad. Las
consecuencias de estas diferencias dan lugar a una percepción fuerte de la tutela de
derechos, los que deben preservarse por su sola constatación de violación o amenaza, de
ahí la nominación de constitucionalismo garantista.
2.3.2. Con relación a la ciencia jurídica. La ciencia jurídica tiene una función crítica proyectiva
respecto a su propio objeto, subordina la legislación a las normas constitucionales, con
limitaciones y prohibiciones que generan antinomias y lagunas, al interpretar las leyes en
atención a los principios constitucionales. Ferrajoli (2006; 28), “la tarea científica y política de
descubrir las antinomias y lagunas y proponer desde dentro las correcciones previstas por las
técnicas garantistas que dispone el ordenamiento, o bien de elaborar y sugerir desde afuera
nuevas formas de garantías aptas para reforzar los mecanismos de autocorrección”.
La ciencia jurídica al ocuparse de las lagunas y antinomias, cumple una tarea de innovación,
anulación y formulación de proyectos de legislación y la acción de los poderes públicos,
proponiendo fórmulas para asegurar vínculos sustanciales de tutela de derechos. Otra
función de la ciencia jurídica es el estudio de nuevas fuentes del derecho, innovativas del
orden jurídico, derivadas del derecho internacional, como las medidas de desregulación,
convenios internacionales, polarización progresiva en el reparto de los beneficios de la
producción de la humanidad, impuestas por las élites de poder global.
2.3.3. Con relación a la jurisdicción. Los jueces actúan con sujeción a la ley, siempre que sea
válida formal y materialmente, interpretan las leyes conforme a la Constitución y cuando no
exista conformidad tienen el deber de cuestionar la disconformidad, siendo garantes de los
derechos fundamentales. En el Perú, los jueces son garantes de la vigencia de la
constitucionalidad de las leyes, ejercen control difuso en procesos de su competencia,
declarando inaplicables las disposiciones normativas contrarias a la Constitución; asimismo,
conocen procesos de garantía constitucional en los que controlan la legalidad y
constitucionalidad de los actos de todo funcionario público, incluyendo el poder legislativo.
Artículo 58° La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado. Bajo
este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país y, actúa principalmente en las áreas de
promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura.
Artículo 44° Son deberes primordiales del Estado: defender la soberanía nacional; garantizar
la plena vigencia de los derechos humanos; proteger a la población de las amenazas contra
su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el
desarrollo integral y equilibrado de la Nación.
3.3.2. Importancia de la argumentación para las partes y sus abogados. Los actos
postulatorios y alegatos finales de los abogados en un proceso judicial, tienen la función de
ser proyectos de decisión final, en atención a las peticiones, fundamentos de hecho y de
derecho expuestos; los fundamentos de hecho y de derecho constituyen los argumentos con
los que se justifican la propuesta de decisión, pudiendo dar lugar los defectos en la
argumentación a una defensa defectuosa que puede ser aprovechada por la parte contraria,
conduciendo a un pronunciamiento de una sentencia infundada. Un abogado para tener éxito
debe estar en condiciones de conocer y aplicar la argumentación jurídica en los casos que
defiende, esa tarea la debe iniciar y desarrollar en la Universidad. Garantiza a las partes el
derecho fundamental de impugnación de las resoluciones judiciales.
3.3.3. Importancia de la argumentación para los justiciables y ciudadanía en general. La
argumentación jurídica. El deber de motivación de las resoluciones judiciales cumple una
función endoprocesal (que importa garantizar el derecho de las partes y de terceros
legitimados para hacer valer sus recursos impugnatorios, así el deber de los órganos
jurisdiccionales superiores, para controlar la validez de las resoluciones con relación a la
aplicación del derecho y una debida motivación) y, la función extraprocesal (que importa
garantizar a la ciudadanía el derecho de control de la conducta funcional de los jueces, entre
los que están la debida motivación de las resoluciones judiciales, integrando con ese objeto
representantes de la sociedad civil los órganos de control jurisdiccional, además, de disponer
la ciudadanía del derecho de acudir cuestionando las resoluciones que no se expidan con
arreglo a derecho o que contengan errores iniudicando o inprocedendo, con causales de
nulidad insubsanables. Denotando con expuesto la importancia de la motivación tanto para
las partes involucradas en el proceso, como para la ciudadanía.
El Tribunal Constitucional Peruano en interpretación extensiva del artículo 200 (que regula
las acciones de garantía constitucional en la vigencia de regímenes de excepción, ante la
violación o amenaza de derechos fundamentales, señalando que deben examinarse en esos
casos la razonabilidad y proporcionalidad), el principio de proporcionalidad se aplica en la
vigencia de estados de excepción y en todos los casos de infracción o restricción de
derechos fundamentales. En las STC 010-2000-AI/TC; 010-2004-AI-TC, se declaró
inconstitucionales la imposición de la pena de cadena perpetua; 090-2004-AI-TC, interdicción
de la arbitrariedad; 4677-2004-AI-TC, sobre violación del derecho de reunión, por norma
municipal que prohíbe manifestaciones en centro histórico; 6712-2005-HC-TC, violación del
derecho a la intimidad; 007-2006-AI-TC, sobre restricción de los derechos a la tranquilidad
pública y la paz social, etc.
La Constitución Peruana reconoce el control difuso por los jueces, quienes están facultados
para inaplicar las disposiciones normativas inconstitucionales en los casos de su
competencia, en procesos ordinarios como en los procesos de garantías constitucionales. El
control directo de constitucionalidad está a cargo del Tribunal Constitucional, como máximo
intérprete de la Constitución, con competencia para declarar la inconstitucionalidad de las
disposiciones normativas que no se ajusten a los mandatos de la Constitución. Las tareas
expuestas se cumplen recurriendo como medio a la argumentación jurídica.
Paolo Grossi (2010; 394) señala que: “tenemos aquí un espacio que el jurista de hoy está
llamado a recorrer. Actualmente, en la época en que maduran experimentos –quizá no
satisfactorios, pero sin duda notables- como la reciente “Carta de Niza”, es decir, “La Carta
de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, proclamada el 07.12.2000, el papel del
jurista resulta imprescindible para la sociedad. Sobre todo él, depositario de una antigua
sabiduría que quería el derecho, todo el derecho, constituido hominum causa, podrá y deberá
ser el defensor más aguerrido de la persona humana frente a las insidias de la globalización
económica”.
CONCLUSIONES
Primero. El Estado Legal surgió como organización jurídico política ante el ejercicio arbitrario
del poder de la monarquía, con la pretensión de sustituir la fuerza del poder por la fuerza de
la razón en territorios de comunidades jurídicas, con una Constitución que ordenó la
organización del Estado, declarando las libertades individuales a ser reguladas por la ley. El
Estado se irrogó exclusividad en la dación del Derecho bajo la forma de leyes aprobadas por
el Poder Legislativo. El Estado Legal promocionó el Estado de Derecho con la idea de
someter el ejercicio del poder al Derecho, interpretar la ley con las posibilidades del lenguaje,
la lógica y, progresivamente con sentido teleológico, sistemático. La ciencia jurídica se
encargó de describir y explicar el contenido de las leyes con auxilio de la lingüística. La
validez de las leyes es de carácter formal, por ser aprobadas por autoridad competente y
procedimiento previsto. El positivismo jurídico en su dimensión metodológica sustentó la
reducción del derecho a la ley, en una dimensión teórica como voluntad del Estado y como
ideología, sustentó la justicia como expresión de la ley. El razonamiento jurídico fue formal,
lógico deductivo.
Cuarto. El desarrollo de la argumentación jurídica depende del mayor peso histórico que
tenga a futuro la orientación ideológica en el entendimiento del derecho. En efecto, si el
derecho del futuro adopta la orientación del Estado Constitucional Global patrocinado por las
élites de poder económico transnacional, tendrá indudablemente un rol importante los
avances tecnológicos en la administración de justicia, con automatización de la información
aplicada a la resolución de conflictos intersubjetivos e institucionales, relevando la tutela de
los derechos individuales y los derechos del debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva.
Las posibilidades de un estado constitucional global que preserve los derechos económicos y
sociales, además de las otras categorías de derechos, en igualdad de condiciones deviene
en una esperanza incierta, sujeta al peso de las exigencias colectivas de la sociedad civil de
las naciones y a nivel internacional, así como de la sensibilidad social de los líderes.
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EXPLICACION DE TERMINOS
Argumentos. Son razonamientos que reconocen una o más afirmaciones que conforman las
premisas, un razonamiento que es el sustento lógico que los sostienen y la evidencia, que es
el aporte que suministran en grado de verdad, probabilidad, criterio de racionalidad o
razonabilidad. Los argumentos pueden ser de diferentes tipos, atendiendo a la concepción a
las cuales se adhieren, pueden ser formales, no formales o materiales, constitutivos de
criterios, discursivos o retóricos, mencionándose algunos a continuación:
Argumentos de la razón práctica especial. Robert Alexy identifica una relación de veintidós
reglas del discurso práctico racional; de otro lado, distingue los conceptos de justificación
interna y justificación externa (son tipos de argumentos de justificación externa a) de
interpretación; b) de la argumentación dogmática; c) del uso de los precedentes; d) de la
argumentación práctica general; e) de la argumentación empírica; f) Formas especiales de
argumentos jurídicos); en tercer lugar, los principios son mandatos de optimización propone
el principio de proporcionalidad para en casos de colisión de principios.
Justificación. Comanducci (2009; 54) “Justificar equivale aducir razones (o aducir buenas
razones o aducir razones persuasivas) en favor de una de las conclusiones siguientes: o que
es verdadera (o probable) una descripción (o una previsión o una hipótesis), o que es justa (o
buena, o válida, etc.), una norma (o una valoración)”.