Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
APLICA
[27 Minutos]
familiares»,
atentaron
siendo que sus propios hermanos
contra su autoestima convirtiéndole
en un[15 Minutos]
esclavo? Pues lo descubrirás en este repaso.
Por su parte, Jacob aprendió tempranamente a arreglárselas para no dejarse sacar ventaja
por su hermano el favorito, y lo estafó cambiándole la primogenitura por un plato de
lentejas; para colmo su propia madre le orientó a mentir y hacer trampa para conseguir
un fin sin importar los medios. Y justamente de ahí viene José, quien vio a su padre el
engañador ser estafado por su tío materno Labán cuando, en múltiples ocasiones, le
cambió los términos de un trato que se había hecho entre caballeros.
Para colmo, la madre de José mantuvo oculta por muchos años una cierta inclinación a la
idolatría, a la vez que rivalizaba a diario con su hermana por el afecto de un esposo que
también dañó tempranamente a su familia, mostrando un favoritismo enfermizo. Así
creció José, en un ambiente tóxico, con toda una carga genética en contra y presenciando
la rudeza de unos hermanos a los que no les tembló la mano para vengar la deshonra de
su única hermana con tretas y derramamiento de sangre.
Por favor, invita a tus alumnos a leer Génesis 37:2-4 y luego pregúntales: ¿cómo creen que
debió haber sido la cotidianidad de José en medio de una familia como la que tenía? El
texto dice:
Sin duda, los días tenían que haber sido bastante difíciles para el adolescente José, todos
los defectos de carácter de sus ancestros habían sido heredados y magnificados por la
generación familiar en la que vivía, y sin duda esto lo incluía a él. Fácilmente él pudo
haber sido odioso, pendenciero, sanguinario, violento, mentiroso, inmoral e idólatra; sin
embargo, algo ocurrió que lo salvó de eso.
Invita a tu clase a leer Génesis 37:23-27 y luego pregunta: ¿qué pudo haber pasado con
José que lo condujo a tener un corazón noble en lugar de convertirse un hombre
amargado? Fomenta la participación entre los miembros de tu clase. El texto dice:
«Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la
túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la
cisterna estaba vacía, no había en ella agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos
2
AQUÍ ENTRE NOS
miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían
aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos:
¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid,
y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro
hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él».
Sin lugar a duda, así como posteriormente pasó con Daniel y sus amigos en Babilonia,
José tuvo que haber tomado la decisión de aferrarse a Dios y confiar en él, a pesar de que
la evidencia y los hechos contradecían tal inclinación. Ese muchacho quedó huérfano de
madre siendo prácticamente un niño, sintió el odio de sus hermanos mayores todo el
tiempo, su padre le hizo daño al consentirlo demasiado, fue vilmente vendido como
esclavo cuando apenas tenía 17 años, y lo empujaron a una cultura diferente, en donde su
vida cambió de manera radical. En fin, pasó de ser el centro de atención de su padre, para
convertirse en el esclavo más nuevo de la casa de Potifar.
Sin embargo, José tuvo que haberse aferrado a algo; pienso que mientras vislumbraba su
vida de servidumbre tuvo que haber recordado los sueños que tuvo en casa de su padre y
los tomó como lo que eran: revelaciones divinas para su vida. Ellos representaban la
promesa de que el Todopoderoso tenía un plan para él y, con humildad, lo aceptó de todo
el corazón; en su insoportable realidad decidió creerle al Dios de sus padres y se aferró de
Él a pesar de las circunstancias.
Satanás lo puso en una situación en la que era fácil renegar y dejarse llevar por la
corriente, pero en ese corazón de diecisiete años se comprobó que la fe en Dios es más
poderosa que las circunstancias adversas, la falta de respuestas, las debilidades heredadas
y las falencias aprendidas. Aunque todo parecía estar en su contra, dijo como Job:
«aunque él me matare, en él esperaré» (Job 13:15).
3. CÓMO CONSIGUIÓ LA PAZ. Si las decisiones son lo que hace la diferencia, entonces
tenemos que ir al núcleo de esto: la capacidad que Dios nos dio de elegir. No importa si se
es esclavo o libre, rico o pobre, ciudadano o inmigrante, cada uno de nosotros tiene el
don inalienable del libre albedrío, y podemos usarlo, tanto en las circunstancias
favorables como en las adversas, y eso fue lo que hizo toda la diferencia con este
extraordinario héroe de la fe.
Pide a tu clase que lea contigo Génesis 39:7-9 y luego pregúntale: ¿cuál fue la razón por la
que José no quiso faltarle a Potifar? Esto es lo que dice el texto: «Aconteció después de
3
AQUÍ ENTRE NOS
esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso,
y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay
en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta
casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues,
haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?».
Nota que esta fue la primera ocasión en que la mujer de Potifar se insinuó a José; es decir,
todavía no había ocurrido la situación definitiva en la que literalmente le arranca la ropa
en un impulso lascivo, para luego acusarlo falsamente por su negativa. Esto está
documentado en el verso 10 donde se expresa que ella lo acosaba «cada día» con sus
pretensiones; no obstante, el siervo de Dios dejó bien claro desde el primer momento que
no le iba a hacer ese mal a su amo, no tanto por la confianza que había puesto en él, sino
por la razón más importante de todas: no quería «pecar contra Dios».
Aunque José era un esclavo, usó lo único que era suyo (su libre albedrío), y lo hizo para
honrar al Señor, para serle fiel en toda circunstancia y, aunque tuviera que enfrentar
cualquier consecuencia; porque aunque lo habían privado de la compañía de su familia,
de la protección de su padre, de su libertad y de todos sus derechos como ser humano, él
sabía que nadie le podía quitar la libertad de elegir, que Dios le había otorgado, y usó esa
capacidad para alinear su vida con los principios que había aprendido a el fin de honrar a
Aquel que lo llamó a la existencia.
Si eso lo hizo frente a una situación tan comprometedora, sin duda también usó su libre
albedrío para perdonar a sus hermanos, a sus captores, a Potifar mismo, a su esposa, al
carcelero, al copero y a cada individuo que de una u otra manera lo hubo lastimado. José
pudo llorar frente a sus hermanos, abrazarlos y eximirlos de la culpa porque ya había
lidiado con el dolor de la manera más noble posible: liberando el perdón hacia sus
maltratadores.
Cuando decidió no soltarse del Señor ni abandonar su fe, y cuando abrazó los principios
revelados por el Dios al que amaba, fue que pudo encontrar descanso para su alma,
porque éste sólo se puede hallar en el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. De
manera extraordinaria su fe le permitió reescribir su pasado, porque no se vio como una
víctima de circunstancias incontrolables, sino como un sobreviviente a todas ellas. Si el
odio de los suyos, la esclavitud, las mentiras y la injusticia no lo habían podido destruir,
era porque estaba tomado de la mano del Omnipotente, y en Él tenía paz.
Por eso, mis queridos maestros de escuela sabática, si hemos de resaltar algo este sábado
frente a la clase, es que nada sobre la tierra, puede arrebatarnos el don de elegir y
podemos usarlo para bien. Invita a tus alumnos a decidir perdonar, amar «a pesar de» y
reconstruir toda relación rota. Ínstalos a que, en lugar de recordar lo malo que alguien en
su familia les hizo y remover sus heridas, decidan perdonar para que ellas sanen.
Es posible que existan personas que nos seguirán odiando y que querrán causarnos mal a
la primera oportunidad; el perdón no significa que les pondremos la cabeza para que nos
4
AQUÍ ENTRE NOS
decapiten, quiere decir sencillamente, que hemos elegido dejar de sufrir por su desamor y
romper la cadena de acción y reacción que el odio genera. Ellos podrán seguir
aborreciendo, pero nosotros no, porque somos hijos de nuestro Padre que está en los
cielos, que hace llover y salir el sol sobre justos e injustos.
Viviendo así fue como José tuvo un amor puro para formar un hogar con Asenat, tener
con ella a Efraín y Manasés, y recibir la primogenitura de su padre sin engaños, trucos o
mentiras. En lugar de quejarse de sus desgracias, las convirtió en sus maestras, en vez de
reclamar «por qué», reflexionó en «para qué», y en lugar de renegar contra Dios, decidió
creer en Sus promesas de que tenía un futuro glorioso para él.
Es muy posible que tus alumnos hayan pertenecido o tengan familias tóxicas, abre sus
ojos a la posibilidad de encontrar descanso en Cristo en medio de esas circunstancias
familiares y transformar su infierno en un pedacito de cielo, y si no fuera posible por
alguna razón, aún tener paz en medio sus tormentas.
APLICA
2. Imagina que encuentras a un viejo amigo al que hace mucho no ves, y te confiesa que
ha tomado tantas decisiones malas, que las consecuencias de ellas lo tienen arruinado en
todos[15
los Minutos]
aspectos de su vida y sin esperanza de recuperarse, ¿qué podrías decirle en
cuanto al don del libre albedrío que Dios le ha dado para que tome nuevas y mejores
decisiones?
3. ¿Cómo crees que una víctima de abuso infantil puede llegar en su adultez a hallar
descanso de sus relaciones familiares previas y construir un hogar saludable?
CONCLUSIÓN
[Sencilla y Elegante]