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gente perdida

Manuel Palazón Blasco


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Licencia Pública Internacional – CC BY-SA 4.0

[2]
gente perdida
no porque fueran “vagamund[os],
haragan[os]”,
“de mal vivir”,
o “no se aplica[ran] a nada”,
o les faltase “honra”,
o “vergüenza”1,
no,
es que ahora estaban en el mundo y luego
luego
ya
no

1
Diccionario de autoridades.
[3]
a éstos
no
voy
a otros, a éstos
no,
que ya he dicho sus dudosísimos finales en otros libros que he
armado con sus cuentos,
don Artús
y el Cristo,
digo,
tres damas
médicas
transportaron al señor de los britanos hasta la isla de Avalón,
curan
todavía
sus heridas
mortales,
que no lo acabarán,
el sepulcro vaciado, Jesús
en el jardín, rabbuní,
rabbuní,
nometoques,
su ascensión con aparato, la promesa
de su parusía,
lo del Credo

[4]
en el Libro Viejo
Henoc
el malo (y el feo)
“Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a
Henoc. Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc,
como el nombre de su hijo.”

(Génesis, IV, 17)

este Henoc, el del cuarto,


el de la puerta 17, éste,
el mayor de Caín,
con ciudad (la primera
del mundo)
a su nombre
que parece paradójica en aquel país de Nod que los de su gente
andan
forzados por la palabradediós
sin habitación
continuada, este Henoc
que gasta la señal profiláctica que lo aparta de las demás razas,
este Henoc
sin cuento, éste
cuya muerte fue tan banal que no se dice,
ni importó mucho,
no,
éste no

[5]
el hijoperra
Jacob, para ganar su nombre
nuevo
de Israel,
había ido a Betel, a levantarle una estela a suseñor,
y su hijo primero,
Rubén,
sacando ventaja de la ausencia de su padre,
montó a Bilhá, su concubina,
por eso don Israel,
en la ronquera de sus últimas,
le quitó el mayorazgo, y, con él,
la principalía de las doce tribus,
que dio a Judá2

dicen,
el primero,
entre los hijos que aquel Rubén tan desconsiderado,
a otro Henoc, el único
echado al mundo después de las lluvias,
y lo engendraría,
¿no?,
en Bilhá, la barragana de papá3

pues este Henoc


tampoco

2
Génesis, XXXV, 22, y XLIX, 4.
3
Éxodo, VI, 14.
[6]
el bueno
este Henoc, el del quinto (tiraron tabiques, ocupa
varios apartamentos),
en este otro abolorio, sale
el séptimo,
contando a Adán,
por el costado
mejor,
el de Set,
vivió trescientos sesenta y cinco años (no, rodeó
una vez
el sol),
“anduvo con Dios,
y desapareció,
porque Dios se lo llevó”4

sólo Henoc,
¿ves?,
entre los patriarcas antediluvianos,
no se acabó,
y tiene habitaciones,
y oficina,
en el cielo

la historia (el cuento) de Henoc (la cifra


perfecta
de sus días,
que se paseara con Él, cogido de su mano,
o pisando sus faldas,
que tuviera Su favor,
aquella gracia de no terminarse,

4
Génesis, V, 21 – 24.
[7]
y seguirlo
luego)
mareó a los misticones,
que escribieron libros que no toleran las iglesias, y figura
en ellos
Henoc
de secretario del Señor,
ha visitado todos los mundos,
todas las horas,
y en sus cuadernos corrige nuestros principios
y apunta nuestras suertes
escondidas

éste
decía

[8]
Elías
Elías fue la mosca
cojonera
del rey
peor
de Israel,
aquel Ajab que casó con Jezabel (¡ramera!) y era beato
de Balaal,
y Yahvéh le mandó que ungiese a Eliseo, por que fuera su
profeta
después de él,
en su lugar

Eliseo siguió a suseñor en su romería


melancólica,
pararon en Guilgal,
en Betel,
en Jericó,
en el Jordán,
y al otro lado del río,
y de las cosas,
bajó un carro tirado por caballos (y todo
era de fuego)
y lo subió, dentro de un torbellino, al cielo, y arreaba
Yahvéh

los cincuenta discípulos cabezones de Elías lo buscaron tres


días, Eliseo,
su hijo
fantástico,
que supo que no estaba
en el mundo,
no

[9]
me han asegurado que Elías (es correo
de Malaquías,
con sello
divino)
volverá antes del Día
terrible
de Yahvéh,
y que Juan
Silvestre
lo repetía5

5
2 Reyes, II; Malaquías, III, 23; Mateo, XI, 7 - 14; XVII, 1 – 13; Marcos, IX, 2 – 13.
[10]
pero Juan
(pero según Juan, el favorito de Jesús, era cuento
de vieja
lo de Elías,
lo de Enoc,
sólo el Hijo-del-hombre, que bajó del cielo,
ha podido subir a él,
y tiene allí su habitación de muchacho
segunda vez)6

6
Juan, III, 13.
[11]
herculinas
Hilo, mi hijo
mayor,
y de ley,
llévame con todas mis armas hasta la cima del monte Eta,
haz leña de la encina
y del olivo,
arma una pira
y dame luego
al fuego,
que esta camisa encantada, fábrica
de los celos,
me acaba
demasiado despacio,
y cásate con Yole, mi última cautiva,
mi barragana,
para remediarla
algo.

Todo lo hizo Hilo


menos encender la pira.
No quisieron,
tampoco,
Licimio, su tío,
ni Yolao, su sobrino,
ni ninguno de sus soldados, sólo
Filoctetes,
que recibió de él, por tanto,
su arco,
con su aljaba,
y sus flechas
(para que una llevase la muerte a Paris Alejandro).

[12]
Hércules se tendió sobre la pira
armado,
apoyando la cabeza en su maza tremenda,
indiferente y,
puede ser,
feliz.

Cuando el fuego se consumió fueron a recoger los huesos,


las cenizas.

Del hijo de Alcmena no quedaba


nada,
y hallaron,
dentro del féretro,
un guijarro
que vale
mucho.7

No.
Vulcano Múlciber le arrancó
suavemente
su parte terrenal,
y quedó su porción maravillosa,
la que le tocaba como Hijo
de Dios.
Su Padre lo subió a su carro
tirado por cuatro caballos alados
y lo transportó entre nubes
y lo volvió
en lucero.8

7
Plutarco, Rómulo, XXVIII.
8
Ovidio, Metamorfosis, IX, 98 – 272.
[13]
No estaban los restos
mortales
sobre la pira,
se cumplía
el oráculo de Delfos,
Hércules faltaba
aquí,
se halla
en compañía
de su papá.

Diodoro el Siciliano
dice
su apoteosis,
y cómo
lo ahijó
Hera
con mucho teatro,
fingiendo las labores del parto,
y lo casó con su hija Hebe (tenía
finísimos los tobillos).

Hércules fue generosísimo, que no quiso que lo contasen


entre los doce dioses,
para no derribar,
de su silla,
a ninguno de ellos.9

Hércules guarda
la portería
del Cielo,
y recibe a Artemisa
cuando regresa de la caza.10

9
Diodoro Sículo, Biblioteca histórica, IV, 38 – 39.
10
Calímaco, Himno a Artemisa, 145 ss.
[14]
Pero Odiseo vio su sombra
espantosa
en el Infierno
(armaba el arco,
lucía un tahalí
de oro
labrado con industria
y gracia),
aunque supo
que su mitad
mejor
se banquetea
en el Olimpo,
y goza de Hebe, hija
de mucho.11

(Sófocles, Las traquinias)


(Apolodoro, Biblioteca, II, 7, 7)
(Higino, Fábulas, XXXV – XXXVI)
(Plutarco, Rómulo, XXVIII)
(Ovidio, Metamorfosis, IX, 98 - 272)
(Diodoro Sículo, Biblioteca histórica, IV, 38 – 39)
(Calímaco, Himno a Ártemis, 145 ss.)
(Homero, Odisea, XI, 601 - 627)

11
Homero, Odisea, XI, 601 – 627.
[15]
Astipaleo Cleomedes
Astipaleo Cleomedes era gigantesco
y forzudo,
y muy burro,
y fue su animalada más sonada que,
entrando en una escuela,
lo sacaron de quicio la lista de los reyes godos y un triángulo
isósceles,
y sacudió el pilar maestro que sostenía su techumbre,
de forma que se vino abajo el edificio,
muriendo, entre los escombros,
muchos párvulos.
Fueron detrás de él los ciudadanos,
amenazándolo con palos
y cuchillos,
y pudo encerrarse en un arcón grande.
Intentaban abrirlo y no podían,
pues él tiraba de la tapa hacia adentro.
Lo rompieron, entonces, a hachazos, y vieron
que no estaba.

Consultaron con la Pitia,


en Delfos,
no lo busquéis
desde ahora
entre los hombres mortales,
que es, Astipaleo Cleomedes,
el último
héroe.

(Plutarco, Rómulo, XXVIII)

[16]
Aristeida
Heródoto, peregrino de su curiosidad,
lo oyó en la isla del Proconeso,
y en Cízico,
y entre los metapontinos de Italia.
Plutarco comparará su suerte
con la de Rómulo.

Aristeas,
poeta
y príncipe,
natural del Proconeso,
no se podía
acabar.
Aristeas se murió
(pero no,
no)
en la oficina del batanero. Éste
dejó al muerto encerrado en el taller
y fue a avisar a su familia.

La madre y las hermanas vistieron


deprisa
sus lutos,
sacaron el sudario del arca,
tomaron aceites para perfumar el cadáver,
y siguieron al batanero.

En la calle un mercader paró


a las lloronas.
--¿A quién habéis perdido?
--A mi hijo Aristeas.
--A nuestro hermano Aristeas.
--No puede ser,
que me he cruzado con él en el camino de Crotona.

[17]
Y nos hemos saludado.
Iba en camisa,
con la cítara en una mano
y la silla de clavazón de plata en la otra.
Y algo desmejorado.

En la oficina del batanero vieron que faltaba el cuerpo de


Aristeas.
Olía a difunto de horas, olía
a gloria.
Por el suelo había hojas
de laurel.

Se lo llevó Apolo,
el patrón de la milonga,
muy al norte,
al país de los isedones.
Aristeas volvió a su patria siete años después con un poema que
narraba historias
boreales,
y que titulaba Los arimaspos.
Sólo lo recitó una vez,
en tres tiradas,
tres noches sucesivas.
Pero la gente no prestó atención a los versos
y los olvidaron.
Recordarían,
eso sí,
la palidez del bardo,
su ronquera,
los dedos gastados pellizcando las cuerdas de la cítara.
Con la última aurora,
con el rasgueo que anunciaba el final de la canción,
Aristeas graznó
y se fue volando,
dejando tres plumas negras a los pies de la silla de clavazón de
plata.

[18]
Aristeas se apareció en una segunda ocasión
famosa,
pasados trescientos cuarenta años,
entre los metapontinos de Italia,
en forma de cuervo. Fue
por vanidad,
y beato.
Sólo a ellos,
dijo,
entre todos los italianos,
había querido visitarlos Apolo,
su señor.
Levantadle a Él un altar en la plaza y,
a su lado,
una estatua que me represente. Hacedlo
para buscar su favor.
Y agradecidos.
Aristeas graznó,
y se largó.
Consultaron con la pitia de Delfos.
Valía,
y plantaron allí, siguiendo sus instrucciones, su figulina.

(Heródoto, Los nueve libros de la Historia, IV, 13 – 15)


(Plutarco, Rómulo, XXVIII)

[19]
ediposas
oficio
(en pelotas)
de difuntos
Homero rima que honraron, en Tebas,
la muerte de su rey, Edipo,
con deportes
funerales,
y dice su campeón,
Mecisteo Talayónida.12

12
Homero, Ilíada, XXIII, 679 – 680.
[20]
dos curiosidades
paradójicas
que recoge Pausanias
Pausanias, andarín
anticuario,
entró en la iglesia de las Furias (son
diosas
terribles,
pero usamos para contarlas nombres
suaves,
fingidos),
cerca de la colina de Aureópago,
en la Acrópolis de Atenas,
y visitó el sepulcro de Edipo.

Esto,
sin embargo,
dice,
no confirma las historias
fantásticas
que paseó Sófocles por los teatros, y yo
prefiero acogerme a la autoridad de Homero,
y creo
más bien,
con otros,
que hubo aquellas misas con lloronas
cadmeas, de cuerpo
presente,
y que trajeron los restos
acabables
de Edipo
desde Tebas.13

13
Pausanias, I, 28, 6 - 7.
[21]
(pero Pausanias, un poco más adelante, en su romería
sabihonda, supo
Colono
Caballar,
la ciudad primera que pisó Edipo
en el Ática,
y encontró en ella,
entre otros heroones, uno
que lo celebraba14)

14
Pausanias, I, 30, 4.
[22]
según la mala sombra de mamá
En este otro Infierno la fantasma de Epicasta confesó
a Odiseo
sus pecados (pero fueron
sin querer), y dijo, ah,
pero cansaron mucho a mi hijo Edipo
las furias
que le mandé
detrás.15

15
Homero, Odisea, XI, 271 – 280.
[23]
Trágico
Sin conocerlos (antes
de conocerlos),
Edipo hizo lo que hizo a su padre, hizo
lo que hizo con su madre.
Yocasta lo supo
(tarde),
y cuando su hijo primero y segundo
marido
intentaba averiguar quién era, y cúyo
era,
ella mecía sus ansias,
cuando encuentres tu suerte no se te dé nada,
ni te espantes,
que son infinitos los hombres que,
en sus sueños más blandos,
han dormido
(no han dormido)
con sus madres.
Luego,
cuando vio que Edipo estaba a punto de descubrirse,
se encerró en la cámara nupcial
y se ahorcó.
Edipo, enterado de su pecado,
rompió las puertas
y,
al ver a su madre columpiándose de una viga del techo,
echó a un lado la lanza con que iba a atravesarla,
la descolgó,
arrancó los dos alfileres de oro que abrochaban su vestido y,
con ellos,
juez severísimo de sus cosas,
se sacó los ojos,
para no tener que ver los de sus padres en el infierno.

[24]
Ya no podía ser alcalde de Tebas.
Lo echó Creonte,
su tío,
el nuevo rey,
o se quiso ir él,
roto por la perplejidad.
Antes
le rogó que casase bien, y con sus manos,
a sus dos hijas,
Antígona e Ismena.

Edipo bendecía a Antígona, que fuese


feliz,
que él saldría solo
y se pondría a caminar hasta que lo derribase el agotamiento.
Antígona
no lo toleró,
llevaría a su padre hasta el Ática,
para que muriese,
como anunciara el oráculo de Loxias,
en Colono,
hincharía con su aliento dulce las velas de su nave,
sería el norte de sus navegaciones.
No se despediría de sus compañeras,
ni rezaría a los dioses,
ni siquiera a Baco,
su antiguo señor.

Lo seguiría
virgen
o,
más bien,
lo guiaría
y acompañaría, y cuidaría
de él.

[25]
Estropeado
por las estrellas,
la ceguera,
la vejez,
el cansancio
y el horror,
Edipo andaba limosneando,
cogido de la mano de su hija Antígona,
que fue su bordón de peregrino,
y su lazarillo.

Así,
peones errantes,
llegaron a Colono, en el Ática.
Allí acudió también,
puntual,
Ismena,
su pequeña,
cargada de avisos y profecías.
En el umbral del huerto sagrado de las diosas
tremendas
(sus nombres
verdaderos,
si los pronunciaras,
te terminarían)
Antígona e Ismena lavaron a su padre,
lo ungieron,
lo amortajaron.

Luego
tronó tres veces, tembló
la tierra
y,
advertido por esas epifanías,
Edipo entró en el bosquecillo

[26]
(guiaba él,
paradójicamente,
a Teseo,
el alcalde de Atenas)
a acabarse misteriosamente.
Su cadáver es
mágico,
profiláctico,
y bendice a la ciudad que lo ha acogido.

Es
lo mejor
no haber nacido
(lo dijo
el teatral Corro
mucho antes que Sigmund Freud),
y,
como te hayan dado
al mundo,
es
lo mejor
volver a la nada.

En la Pasión de Edipo
el rey
perdido
pide a Teseo que vele sus vísperas
y se ocupe
luego
(están
a pie de su cruz)
de sus hijas,
y lo entierre,
y calla
mi sepultura. Están
las señales maravillosas y el secreto
de su final,

[27]
y las dos maris
(sus hijas)
que lo atienden durante su tránsito.

Fueron siete contra Tebas


y murieron,
combatiéndose,
los dos hijos varones de Edipo.

Y a éste, a Polinices,
que había traicionado a la patria,
el rey Creonte prohibió que lo enterrasen,
para que se lo comiesen los perros,
los lobos
y los pájaros inmundos.
Fue Antígona
escondida
y le dio sepultura simbólica,
derramando sobre su cadáver
un puñado de tierra.
Su tío castigó su acción emparedándola en una cueva. Allí
se colgó de una cuerda.

Antígona terminaba con su penúltimo gesto


el oficio funeral
que no pudo cumplir con Edipo.
Que la hija embalsama al padre
(lo desnuda,
lo lava,
lo perfuma,
lo viste),
y es su psicopompa:
ésos tienen que ser
sus últimos trabajos.16

16
Sófocles, Edipo en Colono; Eurípides, Las fenicias; Apolodoro, Biblioteca, III, 5, 9.

[28]
Fabulosa
(pero Higino, en su colección
ordenada
de fábulas,
ignora a Edipo
en Colono,
y lo cita
entre los suicidas
macho, dice
que “se quitó la vida arrancándose los ojos”
por lo que tuvo con su madre, Yocasta)17

17
Higino, Fábulas, CCXLII, 5.
[29]
Aristeo
Apolo hizo en Cirene
un niño
y lo entregó,
después que naciera,
a las ninfas,
para que lo criasen.
Las ninfas dieron a su ahijado
tres nombres,
y los dos primeros valen sus rústicos, selváticos oficios,
y son
Nomio, “el Pastor”,
y Agreo, “el Cazador”,
y el tercero,
que es Aristeo, “el Mejor”,
junta todas sus gracias.

Supo
(y enseñó luego a los hombres sus industrias)
la cuajada,
y las abejas,
y la aceituna,
y fue además médico
prodigioso.

Aristeo visitó,
mejorándolas,
Ceos,
Cerdeña,
Sicilia,
y otras regiones,
y fue iniciado,
en Tracia,
por Dioniso,
en sus misterios,

[30]
y desapareció en las faldas del Monte Hemos,
y lo honran,
así sus últimos
bárbaros
vecinos
como los griegos
como a divino.

(Diodoro Sículo, o de Sicilia, Biblioteca Histórica, IV, 81 – 82)

Los frescos de las paredes de un sepulcro en Cirene,


la ciudad que dio Apolo a su amiga
en Libia,
pintan a Aristeo con un carnero sobre los hombros
y rodeado de peces.

(Robert Graves, Los mitos griegos, <<Aristeo>>, 82, 3)

Es
Aristeo,
el Buen Pastor,
el Pez que vale la primera iglesia
y la cruz,
nuestroseñor,
el hijodediós.

[31]
reyes de los romanos
Latino
hidequé
*****
que a Latino lo concibió Circe,
la bruja,
de Ulises18,
durante el recreo de su novela,
o bien de Telémaco, el huérfano
nuevo
del viejo señor de Ítaca19: son
especies
que armaron los postizos que continúan La Odisea

*****
pero Justino Mártir da
(¿con asco?)
noticia
de que Hércules (¿otro trabajo
aún?)
cruzaba Italia arreando la boyada de Gerión,
y conoció a la hija de Fauno, tan despacio
que hizo
en ella
a Latino20

18
Hesíodo, Teogonía, 1009 ss. pasaje interpolado.
19
Higinio, Fábulas, 127.
20
Justino Mártir, Lib. XLIII.
[32]
*****
como no fuera (es opinión de Dionisio de Halicarnaso)
nada más hijo
putativo
de Fauno,
que cuentan que Hércules traía
robada,
desde el País de los Hiperbóreos,
a una muchacha,
y la montó,
y la preñó,
y la casó
luego
con el rey de los Aborígenes,
para disimular su aventura
tuna21

*****
Virgilio trae hasta Italia a Eneas para que empiece
segunda
Troya

el héroe de su fábula es hijo


de Venus,
y merece esposa con perejiles: que le diese Latino,
entonces,
en matrimonio,
a su hija Lavinia,
muy bien dotada

el poeta
patriotero
copia
ahora

21
Dionisio de Halicarnaso, I, 43.
[33]
este otro cuadernillo-
de-
los-
engendramientos,
con la lista de los reyes del suelo (pero vienen,
todos,
del cielo)
de lo que iba a ser Roma: los apunta
remontando
la baba:
Latino es el hijo de Fauno
y de la ninfa laurentina Marica; Fauno,
de Pico; Pico,
de Saturno,
“último [quiere decir,
el primero]
autor”
de su sangre22

22
Virgilio, Eneida, VII, 45 - 49.
[34]
dos o tres finales de Latino
*****
establecieron que gobernase
ahora
Alcínoo
la isla de Esqueria,
y que Locro, su hermano,
cargado con su hacienda
mueble,
buscase asiento
nuevo
en otra región,
y lo halló en los palacios del rey Latino,
que lo recibió muy bien, tanto
que lo casó con su hija Laurina

abordó Hércules en Italia, con hato de bueyes


famosos,
los que le robara a Gerión,
por cumplir,
y pidió a Locro hospedaje para él, y establo
para sus bestias

y vino a pasar que el rey Latino visitaba la finca de Locro,


para ver a su hija Laurina,
y mirando en la ganadería vio los vacos herculinos,
espléndidos,
y se encaprichó de ellos,
y los atajó

la cuatrería enfadó al semidiós de la porra,


y dio a Latino una muerte
animal23

23
Cronón, Narraciones, III.
[35]
*****
fue asunto
de celos:
porque diera el rey Latino a su hija Lavinia
a un forastero,
aquel Eneas,
movió guerra Turno, ¿o Tirreno?, señor de los rútulos,
contra troyanos
y aborígenes

Tito Livio24,
y Dionisio de Halicarnaso, en sus Antigüedades romanas25,
defienden que Latino murió en la batalla
última; Festo26
no:
Festo (pero
¿no confunde,
en esta suerte,
a Latino
con Eneas?)
prefiere que Latino desapareciese mientras combatía a
Mezencio, capitán
de los etruscos de Ceres,
y se transformase en Júpiter Latiaris: a este dios
natural
le hacen ferias todos los años en el Monte Alba

24
Tito Livio, Ab Urbe Condita, I, 1 – 3.
25
Dionisio de Halicarnaso, Antigüedades romanas, I, 43.
26
Festo, Oscillum.
[36]
Eneas
*****
Eneas, rey-
capitán
de la nación
nueva
de los latinos,
hija de aborígenes y troyanos,
salió a combatir a Turno, su rival
despechado,
extramuros

ésta fue “su última operación


como mortal:
está enterrado,
cualquiera que sea el nombre que reciba del derecho de los
hombres,
o del de los cielos,
a orillas del río Numicio: llámanlo
Júpiter
Indígena”27

*****
en sus Antigüedades Romanas Dionisio de Halicarnaso afirma
que, después de la batalla,
no encontraron el cuerpo de Eneas,
que dijeron,
unos,
que había muerto en el río, otros,
que fuera trasladado a los alcázares de los dioses:

27
Tito Livio, Ab Urbe Condita, I, 2.
[37]
los latinos escogieron esta segunda opinión,
y levantaron un túmulo
vacío
junto al río Numicio dedicado al “padre
y dios
de este lugar”28

*****
en la dudable historia que titula el héroe
Júpiter, en conversación
apartada
con Venus,
le dice,
sabes
bien
que el Hado ha subido a las estrellas a Eneas (pagábamos,
con eso,
una deuda),
y gana
allí
el título
de [dios] Indígena29

*****
pero a Eneas, dice sanagustín, lo hicieron los latinos
dios
porque,
después de muerto,
se despareció30

28
Dionisio de Halicarnaso, Antigüedades Romanas, I, 64.
29
Virgilio, Eneida, XII, 794.
30
“Sed Aeneam, quoniam mortuus est, non comparuit, deum sibi fecerunt Latini.” San
Agustín, La ciudad de Dios, XVIII, 19.
[38]
de Rómulo
los gemelos famosos nacieron de Rea Silvia,
monja
por obligación,
y de Marte,
y son hijos de leche
de una loba

Rómulo empezó Roma, le dio su nombre


sonoro,
y fue
su primer rey

fue en las Nonas de Quintil,


que llamaron,
desde esto,
y porque sucedió en las orillas del pantano de la Cabra,
Capratinas: fue
ahí,
en las afueras de Roma,
o a los pies del Templo de Neptuno

don Rómulo pasaba revista a las tropas


y el sol se escondió,
y se aborrascó la tarde,
espantando a patricios
y plebeyos
y soldados:
aclaró
luego,
calmó,
y la sillita del rey se había vaciado

[39]
los senadores que lo rodeaban afirmaron que lo envolviera una
nube
y lo había aupado
al cielo

saludaron ahí todos a Rómulo


como su monarca primero
y padre de la ciudad,
y
(lo confirmaba la epifanía)
como hijo de Marte
y dios
nuevo

pero algunos,
porque los senadores odiaban a Rómulo,
que había repartido el botín y las tierras ganadas a los de Veyos
entre los trescientos caballeros de su mesnada,
defendían que asesinaron a su señor
durante la tempestad de cuento,
lo trocearon,
y ocultaron,
cada uno,
un pedazo
debajo de la túnica,
y fingieron después,
para disimular su crimen
abominable,
aquella patraña,
lo de su ascensión

pudo más que estas murmuraciones el testimonio de Próculo


Julio,
que juntó a los romanos en el Foro
y los aseguró,

[40]
me ha salido
(rompía
la mañana)
Rómulo,
armado
y con luces,
decía,
consuela a mis sujetos
y que se regocijen,
pues soy
desde ahora
dios
cabal,
su genio
tutelar,
don Quirino,
que vale,
casi,
el-nombre-del-padre,
y podrá
Roma
mucho,
mucho

dicen también
a ese día,
que es de fiesta,
el de la Huida del Pueblo,
porque se largaron todos,
con el ruido de la tormenta y las repentinas tinieblas,
despavoridos,
en follón,
y lo celebran junto al pantano de la Cabra,
llamándose
a voces,

[41]
¿Marco?,
¿Lucio?,
¿Virginia?,
¿Lucrecia?,
¿Cayo?

pues tenía Rómulo, cuando se hizo


humo,
vayapordiós,
cincuenta y cuatro años,
los mismos que junto yo ahora, repasando
estas noticias

(Tito Livio, Historia de Roma, I, 4; I, 15, 6; I, 16)


(Plutarco, Rómulo, XXVII – XXIX)

[42]
Numa Pompilio
después de la muerte
vacilona
de Rómulo
eligieron (los dioses
también)
entre los sabinos,
para Rey
segundo
de Roma,
a Numa Pompilio

Numa Pompilio fue príncipe


pío,
y mágico prodigioso que sujetó la provincia con sus maravillas

Numa Pompilio se murió de qué,


de añudo

había dejado mandado que no diesen su cuerpo


al fuego,
sino al suelo,
en las faldas del Janículo,
y encerrad,
en una tumba de piedra vecina,
gemela,
mis libros
secretos

publiuscorneliusetmarcusbaebiusconsuli (han pasado


¿cuatrocientos,
quinientos años?),
una aguarrada removió la tierra, y asomaron
los sarcófagos

[43]
uno,
cerrado,
guardaba los cuadernos; el otro, des-
tapado,
estaba vacío

(Tito Livio, Ab Urbe Condita, I, 18 – 21.)


(Plutarco, Vidas paralelas: ‘Numa’.)
(Dionisio de Halicarnaso, Antigüedades romanas, II, 62 ss.)

[44]
don Rodrigo
“…e dallí adelante nunqua sopieron más
qué se fizo…”31
el conde don Julián guardó
mal
adrede
el estrecho,
que,
por vengar la fuerza que le hiciera el rey don Rodrigo
a su hija (la apellidarán,
con asco,
“la Cava”)
en sus palacios de Toledo,
dio paso
franco
a los moros

el señor
peor
de los godos
salió a combatirlos,
y en la batalla de Guadalete (otros dicen,
en la de la Sigonera)
se perdió, y quedaba con ello muy incierto
su final,
dicen éste,
éste,
éste,
éste,
éste,
éste,
éste,
éste:
31
Alfonso el Sabio, Primera Crónica General de España. Hacia 1275.
[45]
“...no se supo de su rey Rodrigo noticia alguna, ni aparecieron
sus trazas…”32

“...del rey Rodrigo nadie sabe de cierto cómo se perdió…”33

“...non sabe omne qué fue de fecho del rey Rodrigo en este
medio (...) e dallí adelante nunqua sopieron más qué se fizo…”34

“...Rodrigo, o que foy perdudo na batalla no tempo dos


godos…”35

“...e buscaron por todo el campo el rey don Rodrigo, e nunca lo


podieron fallar (...) el rey don Rodrigo, el postrimero rey de los
godos, que fue perdido en la batalla de la Sigonera…”36

“Volvió las riendas apriesa, / da de espuelas al caballo, /


huyendo va a más andar / por un tremedal abajo; / viólo huir
Aliastras, / un su capitán honrado, / acordó seguir tras él, /mas
nunca pudo hallarlo.”37

“Cuán triste queda Castilla / sin ventura desdichada, / después


que el rey don Rodrigo / se perdió en la gran batalla.”38

“...y con gemidos crecidos, / sus ojos tornados agua, / entrara


por un jaral, / sus vestidos desnudaba. / Perdióse el rey don
Rodrigo, / que hasta agora no se halla.”39

32
Ibn Al Kardabús, Historia de al-Andalus (finales del siglo XII).
33
Crónica de Alfonso III el Magno (hacia 880).
34
Alfonso el Sabio, Primera Crónica General de España. Hacia 1275.
35
El conde don Pedro de barcelos, hijo natural del rey Dionís, Livro das linhagens, antes de
1325
36
Crónica de 1344.
37
Romance: Ya se sale de la priesa...
38
Romance: Cuán triste queda Castilla...
39
Romance: Triste estaba don Rodrigo...
[46]
investigación de sus suertes últimas
“...¡queda Rodrigo solo!, / y su postrera fortuna, / envuelta en
misterioso manto, / el cielo quiso que ignorada fuera. / ¿Quién
podrá descubrirla? / No osa tanto mortal ninguno…”40

pues sí osaron destaparlas, las suertes


últimas
del rey,
algunos atrevidos

40
El Duque de Rivas, Florinda, 1824 - 26.
[47]
en lo de Guadalete
lo afirman los testimonios
más antiguos,
la Crónica mozárabe del 754
y el egipcio del siglo IX Abderramán ben Abdelhákem,
lo repite la Chronica gotorum Pseudo Isidoriana,
de la primera mitad del siglo XI,
que en la carnicería de Guadalete murió don Rodrigo,
seguro

[48]
épica
algunos le conceden una muerte
de soldado

el rey Sabio se acoge a la autoridad


vacilante
de Lucas de Thuy,
“que cuida que murió
allí
lidiando,
mas non ciertamientre que lo sopiesse él, et por ende
lo pon en dubda”41

miro en dos novelas


bobas,
ilustradas

en ésta Rodrigo sale “horrible


y demudado”,
“trocado”…

“…la faz terrible pálida y adusta, todo sangriento y del sudor y el


polvo y heridas con horror desfigurado, la barba hierta: sucio y
erizado tenía el cabello, y empapado en sangre ajena y propia en
hilos destilaba. Lloroso, triste, acongojado, con el manto real
todo rasgado, y la corona ya no la tenía…”

se ha bajado del “carro de marfil”,


que los “grandes montones de difuntos
el curso de las ruedas impedían”, ve
ahí
a Tarif, otro
“orgulloso”,

41
Alfonso el Sabio, Primera Crónica General de España. Hacia 1275.
[49]
arrea contra él, se saludan
las espadas,
y queda,
de aquellas reverencias, el río
“turbio”42

en ésta el rey, averiado


su carro,
y sin insignias, pelea
metido entre la tropa,
“sin que se hubiese podido saber cuál fue el brazo
que hizo caer con él el señorío de los godos”43

sólo el Toledano, de 1243, da el nombre en latines


de su matador,
que se despicaba así de sus escozores, “Rodericus
a Juliano,
ut creditur,
interfectus”,
y “una antigua traducción”
ensancha la noticia, que “Julián fizo
lo que sabedes,
et lo que es peor,
aún dizen que mató al rey Rodrigo
por pleyto de su muger”

42
Nicolás Fernández de Moratín, Hormesinda, 1770.
43
Pedro Montagón, en El Rodrigo (1793).
[50]
de barro
no, el rey don Rodrigo padeció muertes húmedas,
fangosas,
y fueron por accidente
o adrede

Ben Al-Kutiya, el nieto de Sara la Goda, y tataranieto,


con ello,
de Vitiza, el penúltimo rey de los godos,
lo deja lastrado por su armadura
en los fondos del Guadi-Becca, ahogado
“en una poza”44

aquí Tarif, capitán de los agarenos,


se disculpa delante de Florinda,
pues no ha podido dejar a sus “plantas”, “prisionero
o muerto”,
a su ofensor,
ni sabe nadie “sus despojos”, es que
Orelia, su caballo, entorpecido
por el montón de muertos que llenaban el lecho del río,
tropezó,
derribó a su amo,
y lo aplastó
luego45

aquí
el Lete (otro río
del olvido)
rinde
al rey,
exige,
como ofrenda,
su cuerpo,
44
Ibn Al-Kardabús, Historia de al-Andalus.
45
María Rosa Gálvez, Florinda, 1804.
[51]
y cede
nada más
a las corrientes
el manto46

aquí busca
don Rodrigo
aposta,
guiado desde el sueño por una dama,
extraviar su cuerpo en el río, que no lo afeasen
“los africanos”47

46
Leandro Fernández de Moratín, Rodrigo.
47
Antonio Gil y Zárate, Rodrigo, 1825.
[52]
su campeona de cabecera
No. Don Rodrigo tuvo ángel
hembra,
horrorosa
Afrodita. La fantasma
de la niña violada,
compadecida,
lo sacó del follón de carros,
caballerías,
lanzas
y lodo.48

48
Duque de Rivas, Florida (1824 – 1826).
[53]
bienteveo, lamentaciones y execración
si el rey don Rodrigo salva el pellejo (el alma
no puede ser)
se le han empantanado el calzado
y la carroza
que traía
y,
apeado
o encima de su caballo Orelia (lleva su altísima carga
rendido de cansancio
y descaminado),
alcanza el cerro
vecino
y atalaya desde él su yo
arruinado,
y la pérdida (será
famosa)
de España,
maldice “la saña del traidor Julián”, abandona
sus armas abolladas, ensangrentadas,
todos los trastos que señalaban su poderío
viejo,
se va49

49
Pedro de Corral, Crónica sarracina, ha. 1430; Romance: Las huestes de don Rodrigo; Romance:
Después que el rey don Rodrigo; Romance: Ya se sale de la priesa; Romance: Las armas y venas rotas;
Romance: Huyendo va el rey Rodrigo; Romance: Llorando mira Rodrigo; Romance: ¡Volved los ojos,
Rodrigo!; Alfonso el Sabio, Primera Crónica General de España. Hacia 1275.
[54]
relicario
extraviado,
anegado
o huido,
Rodrigo deja un reguero
de reliquias
en los tremedales del Guadalete,
su caballo Orelia, una pantufla
desparejada,
“recamada de perlas y de jacintos, aún
con los cordones,
que se le había escurrido del pie”,
el carro de marfil
muy estropeado,
o su litera entoldada
derribada, los índices
de su cargo, el manto,
el bastón,
la corona,
sale
en pelota,
cojeando,
o troca su traje con algún pastor50

50
Ibn Al-Kardabús, Historia de al-Andalus (finales del siglo XII).; Alfonso el Sabio, Primera
Crónica General de España. Hacia 1275; Pedro de Corral, Crónica Sarracina, hacia 1430;
Romance: Triste estaba don Rodrigo...; Romance: De las batallas cansado...; Romance: Cuando las
pintadas aves...
[55]
inconcretos futuros
la Crónica de 1344 apunta la mala pata del rey,
según quien la diga, “que moriera
en el mar”,
“que fuyera a las montañas
e que lo comieran las bestias fieras”

[56]
fado
las Crónicas (la de Alfonso III el Magno, la Primera
(…) General de España, del Rey Sabio,
la de 1344, con su Refundición),
y el Livro das linhagens, del conde don Pedro de Barcelos, hijo
borde
del rey Dionís,
y la Historia de España de Fray García de Eugui, obispo
de Bayona,
y el Romancero,
y Lope, en su Jerusalén conquistada,
cuentan el descubrimiento del sepulcro de Rodrigo,
en la villa portuguesa de Viseo,
y su final
más documentado
y católico,
que se puso de mozo de un hortelano,
y se confesó,
y sufrió hacer la penitencia que el párroco ordenaba,
que se encerrase en una huesa,
o cueva,
o cuba,
o lucillo,
con una culebra de dos cabezas, y se dejase comer, con una,
“de la natura”,
y,
con la segunda,
el corazón,
los órganos que lo perdieron,
y se acabó
con auto
de milagros
que prologaban el cielo que se abría para el penúltimo
rey
de los godos

[57]
capitán
escondido
de don Pelayo
hay otro Rodrigo
aún,
fugitivo
pero peleón,
rabioso,
campeón, ahí
es nada,
de Covadonga,
restaurador de la patria

en año que empezó


mucho
Juan Hernanz Dávila quiso hacer una “Exornación
del consternado trance de la España” (“el objeto
es heroico”),
y en una scena trágica, con intermisiones
músicas,
el desastrado general se sacudirá los plumones de sus pesares
particulares
y comunes
y buscará “de tropas
auxiliares
la asistencia”,
por reparar la Monarquía Goda51

51
Juan Hernanz Dávila, Rodrigo, scena trágica, con intermisiones músicas. 1789.
[58]
el Romanticismo transportará a don Rodrigo
hasta Asturias

en el poema de Robert Southey52 el héroe,


después de la Batalla de Guadalete,
pasa su penitencia en Alcobanza, y se ordena
sacerdote,
saca
luego
en Córdoba
de sus cárceles
a don Pelayo, y será su alférez
tapado
en Covadonga,
donde confesará al traidor, mira
que tu hija me ha disculpado,
y,
cumplidos sus trabajos,
se meterá en las selvas, a terminarse
despacio,
beato

José Zorrilla lo contó


en dos veces,
en El puñal del Godo
y en La Calentura,
y Rodrigo puede mucho en Covadonga,
pero,
cuando,
después de la primera victoria sobre los moros,
se descubre, era
yo,
el último rey de los godos,
hacen mofa de él,
y se tara

52
Robert Southey, Roderick the last of the Goths, 1814.

[59]
Barbarroja
este Federico, el primero, apellidado
por sus barbas rufas,
se empezó de Duque de Suabia, y se hizo
después
Rey de Alemania y Sacro
Emperador
de Romanos

entró,
cruzado,
en la Armenia Ciliciana,
y el 10 de junio de 1190 murió ahogado en el río Saleph

mandó entonces el príncipe, huérfano


nuevo,
que metiesen el cuerpo de su padre en un barril, conservado
en vinagre,
y arreó, quería
enterrarlo en Jerusalén

no pudo llegar, que apestaba,


y dieron sepultura a sus carnes podridas en la Iglesia de San
Pedro de Antioquía,
y a sus huesos en la Catedral de Tiro, y a su corazón,
con otros menudos,
en Tarso

como no fuera que no se acabó, y duerme, sentado


a una mesa,
los ojos entrecerrados,
las coloradas barbas muy crecidas,
en una cueva de la Montaña Kyffhäuser, en Turingia,
o del Monte Untersberg, de Bavaria:

[60]
cuando los cuervos dejen de rodear su sueño despertará,
para restaurar la gloria a su patria, por eso
de vez en cuando
manda a un pajecillo, que se asomase,
a ver

[61]
don Sebastián, rey
Escondido
en la batalla de Alcazarquivir se terminaron (no
exactamente)
tres reyes, dos
eran moros,
y uno
no

Sebastián, señor
misticón
de Portugal,
se soñó capitán
de Cristo,
su cruzado
último,
y fue en socorro de Almutaguaquil, rey
quitado
de Marruecos, para combatir
a su tío Abdalmaliq, que se sentaba en las almohadas
de sultán

en las orillas fangosas, o dentro


de las aguas negras
del Guadalmajazín, Río
Podrido,
cerca de Alcazarquivir,
murieron,
seguro,
los dos reyes moros,
y se perdió don Sebastián

Sebastián ganó, con su final


dudosísimo,

[62]
títulos
nuevos,
“O Desejado”,
“O Encoberto”,
“O Adormecido”,
y un cuento,
que regresará para empezar,
otra vez,
la patria
y el mundo

¿qué Pessoa (cuál


de sus personas)
escribió Mensagem, detrás del mito que “es la nada
que es todo”,
el del “loco, sí,
loco”
Sebastián?

este Sebastián recibe, del rey Arturo,


Excalibur,
“la ungida”, es
segundo Galaz,
y busca
aún
el Grial,
y repite otras suertes del señor
mejor
de los britanos,
que “aportó”,
“a bordo” de “la última nao”,
en una “isla
velada”
(¡Avalón, Avalón!) ,

[63]
y yace,
en ella,
“remoto”, “desterrado”
“entre sombras
y decires”,
encantado,
esperando
qué
(sólo “Dios guarda el cuerpo
y la forma
del futuro”)

[64]
índice
gente perdida

1. a éstos no…3
2. en el Libro Viejo…5
3. herculinas…12
4. Astipaleo Cleomedes…16
5. Aristeida…17
6. ediposas: oficio (en pelotas) de difuntos…20
7. Aristeo…30
8. reyes de los romanos…32
9. don Rodrigo…45
10. Barbarroja…60
11. don Sebastián, rey Escondido…62

[65]

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