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Capitulo VIII: De las relaciones internacionales

a) Principios y normas que rigen las relaciones amistosas y de cooperación entre los estados. Resoluciones de la
Asamblea General de Naciones Unidas. 2625; 2131; 1514; 3314.
b) Doctrinas: Doctrina Monroe. Doctrina Drago.

1) Principio de no intervención. Evolución. ¿En qué instrumento esta enunciado actualmente?


Evolución:
Un Estado realiza un acto de intervención cuando, por medio de la presión diplomática u de la acción militar, se
entromete a fin de imponer su voluntad, en asuntos interiores o exteriores de otro Estado con el cual se
encuentra en estado de paz.
a) La intervención fue un fenómeno corriente cuando el concepto del Estado era impreciso y aun en
tiempos en que la noción de la soberanía reflejaba el poder omnímodo de los monarcas absolutos y a veces la
hegemonía de alguno de ellos. En los siglos XVI1 y XVI11 aparecen Tratados en que se estipula la obligación de no
intervenir, lo que significa que esta no era la norma corriente sino más bien la excepción.
A partir de la Revolución Francesa la intervención se utilizó para dos campos opuestos: para sostener un
gobierno atacado por una rebelión o para apoyar a los rebeldes. La intervención se empleaba como un
instrumento a favor de determinado régimen político.
Austria y Prusia, sintiéndose amenazadas por la Revolución Francesa, proclamaron en 1791 (declaración de
Pillnitz) su decisión de intervenir en Francia con los demás monarcas europeos para restaurar a Luis XVI; la
Revolución Francesa contesto el 20 de abril de 1792 con una declaración de guerra a Austria; luego, alentada por
los primeros triunfos de sus ejércitos, declaro el 19 de noviembre que prestaría ayuda a todos los pueblos que
desearan recuperar su libertad, y el 15 de diciembre autorizo a sus generales a abolir las constituciones de los
territorios que ocupasen y a implantar nuevas instituciones de conformidad con los principios de la Revolución.
Después de la ejecución de Luis XVI, la Europa se coaligo contra la Revolución Francesa, iniciándose una
contienda que se prolongó veinte años.
Vencido Napoleón, la Europa monárquica recomenzó la política intervencionista. En el Congreso de Viena, de
1815, Talleyrand hizo aprobar el “principio de legitimidad”: ninguna corona ni territorio podía considerarse
vacante si su soberano legítimo no había abdicado o renunciado, y por consiguiente cuando había sido
desposeído correspondía reintegrarle en su trono. E inmediatamente, a iniciativa del Zar Alejandro I, los
soberanos de Austria, Prusia y Rusia subscribieron en Paris, el 26 de septiembre de 1815, un documento
impregnado de tono místico y solemne —la Santa Alianza— en que declaraban, como “delegados de la
Providencia para gobernar tres ramas de una misma familia”, su resolución de mantenerse unidos para
“prestarse en toda ocasión y en todo lugar asistencia, ayuda y socorro para proteger la religión, la paz y la
justicia”. Inglaterra se asoció en cierto modo a esta, declaración en el segundo Congreso de Paris, el 20 de
noviembre de 1815, expresando que la tranquilidad europea se obtendría solo mediante la consolidación en
Francia de la autoridad real establecida y comprometiéndose a mantenerla y a excluir perpetuamente a
Napoleón Bonaparte y a su familia; Francia se adhirió en el Congreso de Aquisgrán, en 1818, quedando así
formada la “Pentarquía”. Metternich, canciller, de Austria, movió a la Santa Alianza para extirpar todo fermento
revolucionario dondequiera que apareciese. Fue así como, como motivo de movimientos rebeldes producidos en
Nápoles y Piamonte, el Congreso de Troppau (1820) resolvió que el Estado en que estallara una revolución
quedaría excluido “de la Alianza Europea que diese garantías de orden legal y estabilidad" y las grandes
potencias se comprometieron, si un peligro inmediato amenazara a otros Estados, a acudir a las armas para
volverlos a su seno; en el Congreso de Laybach (1821), Austria, Prusia y Rusia resolvieron encomendar a fuerzas
austriaca una intervención armada en Nápoles y en Piamonte para sofocar la rebelión y restaurar la monarquía
absoluta; y el Congreso de Verona (1822), no obstante la oposición de Inglaterra, encomendó a Francia una
intervención análoga en España para restaurar a Fernando VII.
El sistema de Metternich declino al poco tiempo. Ya en 1821, Lord Castlereagh desaprobaba la política de la
intervención sistemática; y en 1822 su sucesor Canning declaraba en el Congreso de Verona que Inglaterra,
aunque no era partidaria de la revolución, insistía en el derecho de los pueblos de darse la forma de gobierno
que estimasen más conveniente.
Cuando Metternich se disponía a obrar contra la emancipación de las colonias españolas en América con la
formación de un poderoso ejército que partiría de Cádiz para reconquistarlas, Inglaterra se manifestó dispuesta a
reconocer su independencia. Ese mismo año 1822 Inglaterra se retiró de la Santa Alianza; a fines de 1823 el
Presidente Monroe lanzaba su famoso veto contra la intervención europea en América y un año después Canning
comenzaba a practicar el reconocimiento de las repúblicas hispano-americanas. A partir de esta época, algunos
casos de intervención son decididos todavía en virtud de la “legitimidad” o al menos por el propósito de
mantener a determinado gobierno, y a veces se interviene respondiendo a una requisición del gobierno
amenazado Pero lo cierto es que la intervención se convierte más y más en instrumento destinado, en manos de
unas grandes potencias, para asegurarse posición preponderante en tan o cual región para practicar el
imperialismo colonial, es decir, la conquista de territorios y de mercados a fin de implantar industrias y capitales.
De esta manera se desarrolla una serie de intervenciones armadas en los Balcanes y en Asia Menor. Algunas
alcanzan a los países americanos, como por ejemplo el bloqueo del Rio de la Plata, establecido por Francia en
1838 y por Inglaterra en 1841; y la intervención francesa en México desde 1861 a 1867. Los Estados Unidos,
cuando a su vez se empezaron, en el primer tercio del siglo XX a desarrollar una política imperialista, realizaron
diversos actos de intervención en los países del Caribe: en 1903 amparando una insurrección en el departamento
de Panamá y reconociendo inmediatamente su independencia; ocupando militarmente, en virtud de tratados
que los facultaban a ello para asegurar el orden público, Panamá en 1904 y Cuba en 1906, 1912 y1917:
injiriéndose en Nicaragua para proteger a sus nacionales en la administración financiera, en la política interna y
aun ocupando militarmente el país; desembarcando fuerzas en Honduras, en 1924, para proteger a los
nacionales; y ocupando igualmente, para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones financieras, Haití desde
1915 hasta 1934 y la Republica Dominicana desde 1916 hasta 1924. También hubo en el siglo XIX casos de
intervención determinados por el propósito de mantener el equilibrio político amenazado por las consecuencias
de una guerra. Estas intervenciones tuvieron carácter colectivo y condujeron a ciertos arreglos en conferencias
internacionales.
Así, al terminar la guerra ruso-turca, las grandes potencias europeas, entendiendo que la paz de 1878 alteraba el
equilibrio en favor de Rusia, intervinieron exigiendo una revisión, y el Congreso de Berlin reunido en
consecuencia modifico dicho tratado; en 1895, al terminar la guerra chino-japonesa, Alemania, Francia y Rusia
obligaron al Japón a dejar sin efecto el tratado de paz de Shimonoseki.
b) Los hechos revelan que la intervención ha obedecido a motivos diversos: se ha fundado en el deseo de
mantener el equilibrio político y también para ser justos, razones de humanidad ante persecuciones raciales o
religiosas, la necesidad de proteger la vida y los bienes de los nacionales y aun los intereses financieros de los
tenedores de títulos de la deuda pública. Sea como fuere, lo esencial es que la intervención ha estado librada a la
acción unilateral y eventual de los gobiernos, que la decidían o no según conviniera en cada caso a su interés
particular lo permitiesen las circunstancias políticas del medio y del momento. La intervención es un arma que
únicamente pueden utilizar los estados poderosos en ciertos casos, cuando así lo aconsejen circunstancias
accidentales. No es una norma jurídica. No existe, pues, un ‘‘derecho de intervención” en los asuntos de otro
Estado. No es posible admitir como procedimiento regular la presión diplomática, la amenaza de la fuerza, y
mucho menos la intervención armada.
Solo en dos circunstancias excepcionales era admisible la intervención:
- Cuando en el propio país penetraran a través de la frontera bandas armadas y cometiesen actos de
depredación proviniendo de un país vecino que se hallaba convulsionado, retornaban en seguida a él para
cobijarse en la impunidad, por ser impotentes las autoridades locales para prevenir tales hechos, en cuyo caso el
Estado afectado, obrando en defensa propia, podía realizar una “expedición punitiva”;
- Cuando en un país igualmente convulsionado y carente de fuerza pública, los extranjeros se veían
atacados en su calidad de tales, pues entonces el Estado local era internacionalmente responsable y había
necesidad imperiosa y urgente de salvaguardar los derechos de aquellos.
En ambos casos no existía otro recurso que el empleo de la fuerza; una declaración de guerra daría al conflicto
trascendencia mayor, y en todo caso debía dejarse al Estado culpable la responsabilidad de declararla.
c) Una sana reacción contra esos procedimientos se ha producido en las últimas décadas. Un
considerable número de Estados americanos ha estipulado, en la Convención sobre Derechos y Deberes de los
Estados (Montevideo, 1933, art. 8 9), que “ningún Estado tiene derecho de intervenir en los asuntos internos ni
en los externos de otro” y esa norma fue reafirmada en el Protocolo Adicional subscripto en Buenos Aires el 26
de diciembre de 1936 declarando las repúblicas americanas “inadmisible la intervención de cualquiera de ellas,
directa o indirectamente y sea cual fuere el motivo, en los asuntos interiores o exteriores de cualquier otra” y
agregando que “la violación de las estipulaciones de este articulo dará lugar a una consulta mutua a fin de
cambiar ideas y buscar procedimientos de avenimiento pacífico”.
Poco después, todos los Estados americanos formularon otros acuerdos sobre esta materia. En la “Declaración
de México”, del 6 de marzo de 1945, expresaron que mantienen como principios esenciales y normativos de las
relaciones entre todos ellos que “cada Estado es libre y soberano y no podrá intervenir en los asuntos internos o
externos de otro” (art. 39). En el “Acta de Chapultepec”, de la misma fecha, todos los Estados americanos
declaran que “todo atentado de un Estado contra la integridad o la inviolabilidad de su territorio, o contra la
soberanía política de un Estado americano será considerado como un acto de agresión contra los demás Estados
que la firman”; y agrega que “en todo caso, se considerara como un acto de agresión la invasión, por fuerzas
armadas de un Estado, al territorio de otro, traspasando las fronteras establecida por tratados y demarcadas de
conformidad con ellos”.
El protocolo de BS. AS. Estipula que el principio anterior excluye cualquier forma de injerencia o de tendencia
atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo
constituyen” el articulo 19 expresa: “Ningún
Estado podrá aplicar o estimular medidas coercitivas de carácter económico y político para forzar la voluntad
soberana de otro Estado y obtener de este ventajas de Cualquier naturaleza"; y el articulo 20 agrega que “el
territorio de un Estado es inviolable, no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza
tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera que fuere el motivo, aun de manera temporal”.
En 1945 la Carta de las Naciones Unidas estableció que “los miembros de la Organización, en sus relaciones
internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las
Naciones Unidas”.
En 1970 la Asamblea General adopto la “Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a
las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de Naciones Unidas”
como instrumento enunciado actualmente, entre los cuales se incluyó “el principio relativo a la obligación de no
intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los Estados de conformidad con la Carta”, que
reproduce, mutatis mutandis (haciendo cambios necesarios) la resolución 2131 (XX).
El principio de no intervención es desarrollado ampliamente declarándose que además de la intervención
armada, se condena “cualesquiera otra forma de Injerencia o de amenaza atentatoria de la personalidad del
Estado, o de los elementos políticos, económicos y Culturales que lo constituyen". Se agrega, entre otras cosas,
que "ningún Estado puede aplicar o fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra Índole
para coaccionar a otro Estado a fin de lograr que subordine el ejercicio de sus derechos soberanos y obtener del
ventajas de cualquier orden. Todos los Estados deberán abstenerse de organizar, apoyar, fomentar, financiar,
instigar o tolerar actividades armadas subversivas o terroristas encaminadas a cambiar por la violencia el
régimen de otro Estado, y de intervenir en una guerra civil de otro Estado”. (Podesta Costa Ruda)

2) ¿Qué alcance tiene?


Un Estado realiza un acto de intervención, cuando por medio de la presión diplomática o de fuerza militar se
infiere a fin de imponer su voluntad, en asuntos interiores o exteriores de otro Estado con el cual se encuentra
en estado de paz. No existe un “derecho de intervención” en los asuntos de otro estado. Si un estado en ejercicio
de su soberanía, lesiona los derechos de otro estado, este puede restablecer el derecho perturbado por vías
propias de las relaciones normales en la vida internacional, por soluciones pacíficas, en un extremo si es
necesario (al ser atacado) usar el derecho legítimo de defensa.
Está contenido en la Carta de la OEA en el Art 15 donde dice que ningún estado tiene dcho. a intervenir, directa o
indirectamente y sea cualquier el motivo en los asuntos de carácter interno y externo de cualquier otro. En el Art
16 expresa que ningún estado podrá aplicar medidas de carácter económico o político para forzar la voluntad de
otro y conseguir ventajas de cualquier naturaleza. En el ART 17 agrega que el territorio de un estado es
inviolable.
En la Carta de Naciones Unidas en el Art. 4 los miembros se abstendrán de recurrir a la amenaza o uso de la
fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier forma. Y el inc. 7, agrega que
ninguna disposición autoriza a las naciones a intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los
Estados. Pero no se opone a la aplicación de medidas coercitivas proscriptas en el Cap. 7. En el caso de amenaza
a la paz.

3) ¿Qué establece la resolución 1514? ¿Cuándo fue dictada? Copare su aplicación con el sistema de
mandato y el régimen de administración fiduciaria.
La ONU el 14 de diciembre de 1960 en esta resolución dicto que, “todos los pueblos tienen un derecho
inalienable a la libertad absoluta, al ejercicio de su soberanía y a la integridad de su territorio nacional”. Afirma
“la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”.
DECLARA QUE:
a) La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una
negación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete
la causa de la paz y de la cooperación mundial.
b) Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan
libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.
c) La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá servir nunca de
pretexto para retrasar la independencia.
d) A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacíficamente y libre mente su derecho a la
independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda medida represiva de cualquier índole dirigida
contra ellos, y deberá respetarse la integridad de su territorio nacional.
e) En los territorios en fideicomiso y no autónomos y en todos los demás territorios que no han logrado
aún su independencia deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos
de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresa
dos, y sin distinción de raza, credo ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas.
f) Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad
territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
g) Todos los Estados deberán observar fiel y estrictamente las disposiciones de la Carta de las Naciones
Unidas, de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la presente Declaración sobre la base de la
igualdad, de la no intervención en los asuntos internos de los demás Estados y del respeto de los derechos
soberanos de todos los pueblos y de su integridad territorial.

4) Enuncia el Principio de Igualdad Jurídica de los Estados. A su juicio, es respetado en su totalidad en la


Carta de Naciones Unidas.
La igualdad jurídica de los Estados no significa igualdad económica y política. En el orden internacional los estados
aunque posean distintos grados de potencialidad y desarrollo, están regidos por la misma ley, son jurídicamente
iguales ante el dcho. El principio de la igualdad jurídica nace con la paz de WESTFALIA EN 1648, puesto que fue un
acuerdo colectivo concertado sin tener en cuenta las diferencias religiosas o políticas.
El principio de igualdad jurídica se ha asentado en los últimos tiempos. Hasta mediados del siglo XIX las normas del
derecho internacional —que eran principalmente de carácter consuetudinario— regían tan solo entre los Estados
más importantes, es decir, los que integraban el “concierto europeo”. Desde aquella época, el círculo se ha
ensanchado considerablemente y la práctica de las asambleas internacionales de carácter mundial o poco menos
ha venido a consolidar aquel principio.
En 1933, los Estados americanos consignaron la norma de la igualdad jurídica en el artículo 4° de la Convencion
sobre Derechos y Deberes de los Estados. El artículo 99 de la Carta de la O.E.A. establece: “los Estados son
jurídicamente iguales, disfrutan de iguales derechos e igual capacidad para ejercerlos, y tienen iguales deberes”.
La Carta de Naciones Unidas establece como uno de los Principios de la Organización en el artículo 2°, inciso 19,
que “está basada en el principio de igualdad soberana de todos sus miembros”. Sin embargo, el sistema adoptado
en dicha Carta implica una grave regresión al establecer el artículo 27 que las decisiones del Consejo de Seguridad,
en las cuestiones que no sean de procedimiento, requieren “los votos afirmativos de todos los miembros
permanentes", es decir, de China,-Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Unión Soviética(Rusia).
El voto negativo de uno solo de estos impide que se adopte una decisión, aun cuando sea sostenida por todos los
demás miembros de la Organización de las Naciones Unidas; y como ese “derecho al veto”—que así se lo
denomina significativamente aunque no de modo oficial—pertenece tan solo a cinco Estados miembros, se
introduce el sistema de las “grandes potencias” confiriendo a cada una función decisiva.
En caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión, las “grandes potencias” pueden,
impedir la aplicación de sanciones contra ellas; de esta manera se crea un régimen de impunidad a su favor, que
contradice el principio de la igualdad jurídica.
 Como consecuencia del principio de igualdad jurídica, todos los Estados tienen el mismo derecho al
respeto, de parte de los demás, de su personalidad moral, de su territorio, de sus bienes y de sus nacionales; y sin
distinción de su potencialidad cada uno dispone de un voto en las asambleas internacionales. Además, el principio
de igualdad jurídica significa igualdad de rango al alternar con otros Estados: así, el ceremonial diplomático y el
ceremonial marítimo aseguran trato igual, sin preferencias enojosas, para los jefes de Estado, los representantes
diplomáticos y los buques de guerra.

5) ¿Quién formulo la Doctrina Monroe?


El 2 de diciembre de 1823 el Presidente Monroe de EEUU, teniendo en cuenta determinados acontecimientos,
formulo un mensaje anual al congreso, que consistía en ciertas declaraciones que luego constituyeron la Doctrina
Monroe, una de las piedras angulares de la política exterior de los Estados Unidos. (podestá costa ruda)
6) ¿En qué oportunidad lo hizo?
Esas declaraciones respondían a hechos que denotaban el propósito de las potencias Europeas de extender su
dominación en América. La penetración Rusa en el pacífico y los planes de la Santa Alianza de auxiliar a España
para reconquistar las colonias en América.

7) ¿Quién le propuso una declaración conjunta? ¿Por qué?


Canning primer ministro Inglés, que miraba con simpatía la independencia de las colonias españolas, y temía que
la intervención de la Santa Alianza diera resultado. Sugirió manifestar en una declaración conjunta con los Estados
Unidos, que la reconquista de las Colonias Españolas era imposible.
Monroe consultó el asunto con Madison y Jefferson, estos le aconsejaron aceptar, pero expresando que la 1era
regla de los Estados unidos era la de no meterse en los enredos Europeos, y la 2da, no permitir que Europa se
mezcle en los asuntos Americanos.
En consecuencia Monroe, obra por si solo y formula al congreso la Declaración que da origen a su Doctrina.

8) ¿Cuáles fueron los tres principios fundamentales de la doctrina?


El texto originario de la Doctrina Monroe se resume en tres principios:
a) No colonización Futura de los Estados Europeos en América. Los continentes americanos no deben
ser considerados como sujetos de colonización futura por ninguna potencia europea.
b) No intervención por Estados Europeos en el continente Americano. El sistema político de las
potencias alidadas es distinto al de América. Monroe sostenía que cualquier intento de extenderlo en América
sería peligroso para la Paz y la Seguridad.
c) Desinterés de los Estados Unidos en las cuestiones Europeas. Nuestra política con relación a Europa
consiste en no injerirnos en sus asuntos que solo conciernen a esas potencias.
9) ¿Qué modificaciones sufrió la misma con el transcurso del tiempo? Enuncie dos corolarios.
Dos corolarios fueron: La “interpretacion Polk” y la “interpretacion Grant”, aunque no tuvieron consecuencias
materiales inmediatas, eran los síntomas más visibles que revelaban como la Doctrina de Monroe se
transfiguraba: de formula puramente negativa y defensiva en su origen, pasaba a ser regla positiva y absorbente.
Luego tres potencias europeas (Italia, Alemania y Gran Bretaña) intervinieron por la fuerza en Venezuela.
Resuelto el conflicto mediantes protocolos subscriptos bajo los auspicios del gobierno de Washington que
sometían las reclamaciones al arbitraje, el presidente Rosevelt formulo un nuevo corolario (su razonamiento) de
la doctrina de Monroe. Según el cual los EEUU, a fin de prevenir intervenciones extranjeras, debían vigilar la
conducta de los países latinoamericanos, “todo lo que este país desea es ver a los países estables, en orden y
prósperos”.
Cualquier país cuyo pueblo se conduzca con bien puede contar con nuestra cordial amistad. Si una nación
evidenciare que sabe actuar con razonable eficiencia y decencia en los asuntos sociales y políticos, si mantiene el
orden y cumple sus obligaciones, no tiene por qué temer injerencia alguna proveniente de los Estados Unidos;
pero transgredir las normas de manera lesiva o la impotencia que se traducen en un reglamento general de los
vínculos propios de la sociedad civilizada; pueden requerir finalmente, en américa como en cualquier otra parte,
la intervención de alguna nación civilizada en el Hemisferio Occidental. El apego de los Estados Unidos a la
doctrina de Monroe, puede obligar a los Estados Unidos, aun contra su voluntad, en los casos flagrantes de tal
comportamientos reprobables (in conducta) o impotencia a ejercer funciones de policía internacional.

10) ¿Quién formulo la Doctrina Drago?


Luis María Drago, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina, en la presidencia de Julio Roca,
formulo una tesis denegatoria del cobro compulsivo de deudas públicas, es decir, de la ocupación territorial, ya
que esto va en contra de la doctrina Monroe, porque eran asuntos de Alemania, Gran Bretaña y Italia frente a
las deudas que tenía Venezuela con estas.
Esta doctrina jurídica establece que ningún Estado extranjero puede utilizar la fuerza contra una
nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera.

11) ¿En qué circunstancia?


Fue en respuesta a la renuncia de los Estados Unidos a ejecutar la Doctrina Monroe durante el bloqueo naval
contra Venezuela.

12) ¿Cómo fue formulada y ante quién?


Tal doctrina provino de las ideas de Carlos Calvo, en Derecho internacional teórico y práctico de Europa y América.
La doctrina Calvo proponía prohibir la intervención diplomática cuando hubiera pleitos entre partes de distintos
países, hasta que no estuvieran agotados los recursos locales.
La doctrina Drago resultó ser una respuesta a las acciones del Reino Unido, Alemania e Italia, quienes impusieron
un Bloqueo Naval a Venezuela a finales de 1902, en respuesta a la gran deuda externa de Venezuela que el recién
llegado presidente Cipriano Castro se negaba a pagar.

13) ¿Qué se le requería en concreto al Gob. de EEUU?


Se le requería que ejecute la Doctrina Monroe durante el bloqueo naval a Venezuela.
Estados Unidos replicó que, como país, no apoyaría a un estado americano que sufriese ataques bélicos como
respuesta a la negativa de pagar sus deudas, pretendiendo que la Doctrina Monroe sólo se aplicaría cuando dicho
país sufriese ataques de potencias europeas motivadas por la intención de recuperar territorios americanos y
colonizarlos.
14) ¿Cual fue la respuesta de Washington?
El gobierno de Washington respondió que “sin expresar asentimiento ni disentimiento con las doctrinas
expuestas, que la posición de este gobierno era según los Estados Unidos y no garantizaban a ningún estado
contra la represión que pueda acarrearles su in conducta, con tal que esa represión no asuma la forma de
adquisición de territorio, por ninguna potencia extranjera”
Así surge esta doctrina Drago, como una protesta por parte de Luis María Drago frente a la actuación de
Estados Unidos. Finalmente el 13 de enero de 1903, se firmó en Washington el acuerdo por el cual, bajo la
presión del país norteamericano y la invocación venezolana de la Doctrina Drago, los ocupantes europeos se
retiraron de sus posiciones.
Tiempo después, los EEUU terminaron por aceptando la doctrina drago parcialmente.

15) ¿Qué relación tiene la respuesta de los EEUU con el corolario Roosevelt de la doctrina
Monroe?
La relación es que al no querer intervenir en Venezuela, EEUU actúa de manera contraria si tenemos en mira el
Pensamiento de Rooselvelt, ya que en su corolario se afirma que si un país latinoamericano y del Caribe situado
bajo la influencia de EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas
estadounidenses, el Gobierno de EE. UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país
"desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas.
Bajo la política del Gran Garrote se legitimó el uso de la fuerza como medio para defender los intereses en el
sentido más amplio de los EE.UU., lo que ha resultado en numerosas intervenciones políticas y militares en todo
el continente.

16) Enuncie el principio de identidad de los Estados.


La existencia del estado es independiente a las trasformaciones parciales de cada uno de sus 3
elementos (población territorio gobierno), La población cambia, el territorio se extiende o disminuye
y los gobiernos cambian, sin embargo el no alteran la personalidad jurídica del estado. Este es el
reflejo de la coexistencia de aquellos tres elementos.
La existencia del Estado es independiente de las transformaciones que se operan con el tiempo en
cualquiera de los tres elementos que lo constituyen: la población, el territorio y el gobierno. Las
personas humanas desaparecen y son reemplazadas por otras: el territorio puede crecer, o
disminuir, pero el Estado subsiste mientras la población o el territorio no desaparezcan por
completo; el gobierno evoluciona, porque se cambian las personas que lo ejercen y a veces se pasa
de un régimen político a otro distinto, y sin embargo tales transformaciones solo importan modificar
la manera en que los órganos se estructuran o funcionan, pero no alteran la personalidad jurídica
del Estado. Esta personalidad es distinta de los individuos que forman la población del Estado y no
depende de la extensión del territorio ni de la naturaleza o el régimen de su gobierno. El Estado es el
reflejo de la coexistencia de aquellos tres elementos esenciales, sean cuales fueren sus
transformaciones sucesivas a través del tiempo; es una entidad ideal cuya vida aparece como
ilimitada. Mientras no sea absorbido dentro de otro o no se disgregue por secesión total, el Estado
perdura invariable no obstante las alteraciones que experimenten sus componentes individuales. La
identidad del Estado es, pues, una característica inherente a su modo de ser.

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