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III EL POTENCIAL SEMÁNTICO DE LOS TÉRMINOS


NAHUATL: ILHUICA(A) TL-TLALLI-TLACATL

En la percepción sensorial del ser humano, el espacio de su existencia se divide, de


manera natural, en tres partes principales: el Cielo, el Mar y la Tierra. La Tierra está ro­
deada por el mar, que en el horizonte lejano pasa al Cielo. Además, el Mar y el Cielo
quedan unidos por el hecho de que ambos son profundos y ambos contienen el ele­
mento de Agua. Además, los dos son, por lo menos aparentemente, más homogéneos,
aunque las tres panes están llenas de un sinfín de cosas, susceptibles de variación.
En esa variabilidad se observan diferentes órdenes. Los que se notan con más facili­
dad son los procesos cíclicos. Una estabilidad especial en los procesos periodizados la
demuestran las cosas del Cielo, es decir el Sol y las estellas fijas, así como, pero en me­
nor grado, la Luna y los planetas. Es más: los movimientos periódicos de los objetos del
Cielo, igual que los cambios de la forma de la Luna, se pueden correlacionar mutuamen­
te y demuestran vínculos con lo que pasa en la Tierra, o sea, con los ciclos vitales de
plantas y animales, así com o con los cambios del tiempo y del clima. En especial, desta­
ca mucho el ciclo diario. Entonces el Cielo proporciona modelos, sobre todo, para di­
versos ordenamientos del tiempo, pero también para los del espacio, ya que los „movi-
mientos” del Sol en los ciclos diarios y anuales se pueden asociar con la división en las
cuatro panes del mundo. En tal ambiente tripanito vive el hombre. Ahora vamos a tra­
tar la posibilidad de formar campos semánticos de los cuatro términos básicos del nahu-
ad, citados en el título, que se refieren al Cielo-Mar-Tierra y al Hombre, a base del pro­
cedimiento de asociaciones fonéticas (que no necesariamente ha de llevar al descubri­
miento del núcleo etimológico de dicho término). Aceptemos, que la esencia del proce­
so creador de mitos la constituyen precisamente las asociaciones fonéticas, con las cua­
les se ..cubren” las palabras claves en la subconciencia humana. Dichas asociaciones, jun­
to con las palabras claves como núcleos organizadores, pueden hacerse alcanzables pa­
ra la conciencia alterada, en el estado de visiones o de éxtasis, o ya en la inspiración
poética. Ese proceso va a generar campos semánticos determinados, que pueden tomar
forma de una narración verbal mitológica, durante un proceso consciente de redacción.
En apoyo de esta hipótesis están, por una pane, las expresiones de los antiguos tex­
tos sagrados (véase p. ej. el texto egipcio Seti I, titulado ..Rebelión contra Ra” en el frag­
mento donde se mencionan los atributos de Dzehuti, o también un relato bíblico sobre
la ciudad y la torre de Babel, ya que Babel está relacionada con „balal”), y por otra par­
te, las investigaciones neurolingüísticas contemporáneas. Un ejemplo muy bueno de
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ésas últimas lo constituye un experimento descrito por A. R. turia (1976), donde se mu­
estra, gracias a un reflejo condicionado provocado, según el método de Pavlov, la rela­
ción entre la capacidad de reacción del ojo al estímulo de la luz y la palabra clave: do­
ctor. Resultó, que en la conciencia despierta predominan asociaciones semánticas con
dicha palabra (com o ..medicina, médico” etc., es decir, las palabras que no se parecen
fonéticam ente). Después de haber apagado la conciencia con el hidrato de cloro, em­
pezaron a predominar asociaciones fonéticas (como „doctor-nocturno").
Resultados semejantes de los experimentos con personas dormidas en condiciones
de laboratorio, los presenta J. Oswald (1968): una palabra pronunciada durante el
sueño, que llevaba una gran carga emocional, importante para la persona dormida, in­
fluía sobre el contenido de su sueño a través de analogías fonéticas adecuadas, que se
demostraban en imágenes (p. ej. el nombre Bárbara - una situación en el bar).
Utilizando los datos del diccionario de R. Siméon (1965), podem os analizar las pa-
labras fonéticamente compaubles con las palabras claves, en la cosm o- y antropovisión
de Nahuad.
Ante todo salta a la vista una compatibilidad casi absoluta de las definiciones del Cie­
lo, llhuicad, y del Mar - Ilhuicaad. Se difieren por la prolongación de „a”, entonces el
Mar es simplemente ,Agua Celestial": llhuica-ad. En la fonética de „lo celestial”, ilhuica,
parecen encontrarse significados de una altura inalcanzable y de un arco curvo, una bó­
veda celeste redondeada, ya que acohuic significa „en lo alto, en el aire", e ilhuice o il-
huize, .sobre todo, mucho más". Luego vienen: huitoliui, ..torcerse, encorvarse, doblar­
se, inclinarse" y huitoloa, ..tensar el arco, plegar, encorvar, arquear”.
Desde el punto de vista funcional, el Cielo es ante todo la fuente de los modelos del
tiempo, a los cuales tienen que sujetarse otros fenóm enos. Eso puede ser indicado me­
diante los siguientes términos: huica, ..gobernar, dirigir, seguir a los demás, acom­
pañar”; huicaltia, „venir tras los demás, hacer lo que hacen los dem ás, ir en compañía”;
ilhuitica, ..escuchar, estar atento”; ilhuia, „hacer algo con todas las fuerzas, encontrar al­
go, imaginar algo".
Esas palabras, junto con la raíz ilhui-ca, llevan al paren tesco más importante, es de­
cir, con el tiempo, representado en especial por el día, o sea ilhuitl, lo que significa tam­
bién Jiesta”. Dicho parentesco se hace todavía más claro, si tom am os en cuenta la po­
sibilidad del cambio de la terminación de ese término, com o p. ej. en la expresión ilhui
dapoalamozdi, que significa „E1 Libro del Cálculo de los Días”.
Esa misma raíz del „día”, ilhuitl, se encuentra en el térm in o general del ..tiempo",
o sea, cahuid. Por supuesto, el tiempo, cahuid, es el tiem p o causante, form 2tivo, que
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tiene una ..programación de memoria" de los acontecimientos, y no es sólo una for­


mación lineal de la secuencia de los acontecimientos. De aquí, con cahuitl está rela­
cionado todo un conjunto de palabras, tales como cahuia, ..reservarse la participa­
ción, guardar para uno mismo”; cahua, ..cesar, dejar, parar, terminar, suspender, de­
tener algo, interrumpir"; cahuani, ..hacerse el nombre, quedar en la memoria”; cauh-
tiuh, „quedar en la memoria, heredar, testimoniar"; cuahtehua, ..detener a alguien,
hacer certificado, testam ento"; cahuilia, ..otorgar algo a algo o a alguien, reconocer,
ponerse de acuerdo”; ilcahua, ..olvidarse, olvidar”.
Hay también aquí una relación con el espacio, porque huecauh significa ..tiempo pa­
sado remoto" (de hue, ..viejo”); cauhtica, ..alejarse de alguien, ser espacioso, separarse
con un espacio grande”; coyohua, ..aumentarse, incrementarse”. Luego viene dacoy-
ahua, ..espacioso, grande, extenso" y finalmente üacoyayan, ..espacio".
Con el „día”, ilhuitl, está también relacionada la palabra ihuid, que significa ..pluma”
y al mismo tiempo es el nombre de la constelación astral de Piscis, en la cual, alrededor
del comienzo de nuestra era, empezó a aparecer el equinoccio primaveral, que es el co­
mienzo del calendario anual en algunas zonas de México (no se refiere a los aztecas).
Huihuitla significa ..arrancar las plumas” y al mismo tiempo, ..desarraigar, cosechar”.
Finalmente, xihuid es la denominación del año, como otra (además del día, ilhuitl) uni­
dad del tiempo, cahuid. Xihuid abarca también la idea de ..hierba, planta u hoja”, así co­
mo de ..turquesa y com eta”. Precisamente, el famoso Señor del Fuego y del Tiempo
(del Año) se llamaba Xiuhtecuhdi.
Esa idea de la relación del tiempo con lo cíclico de la vegetación y el agua, que es
imprescindible para la realización de la misma, en su totalidad representa un parentes­
co fonético con los términos de árbol, cuahuid y lluvia, quiahuid. Obviamente, la lluvia
cae del cielo, o sea, de ilhuicad (compárese con los términos hebreos: ..tiempo", eth,
..árbol”, etz y „fin", también en el senüdo del üempo, quetz. Por lo general, existe un
símbolo universal del Árbol del Tiempo, como por ejemplo el Arbol Kalpa de la India,
el árbol Er en Irán; el Árbol de la Vida en el Apocalipsis de San Juan, etc., hasta los con­
temporáneos ..árboles genealógicos”, „filogenéücos” etc.).
Nuestra investigación fonético-semántica sobre el tema del ..tiempo", cahuitl (tabla
N° 1) no sería completa si dejáramos al lado la relación con el personaje de la Serpien­
te (que también es un motivo universal desde los dempos del Paleolítico Superior).
Se trata de la relación con la Serpiente Emplumada, coa-ilhuitl, que corresponde
a la Serpiente Preciosa, Quetzalcoatl, y por otra pane, con Xiuhcoatl, la Serpiente del
Fuego y del Tiempo, un atributo inseparable de Xiuhtecuhdi.
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Así, pues, en el Cielo, Ilhuicaatl, lleno de los conceptos formativos del tiempo, está
la Tierra, Tlalli. Ese término contiene la idea de ubicación e inercia, ya que dalia signifi­
ca „ubicar, colocar, descansar".
La superficie habitada de la Tierra, Tlalli, se llama tlalticpac, que es un com­
puesto del núcleo icpac, „por encima, en la cumbre, sobre la cabeza”. Una defini­
ción más completa de la Tierra la relaciona con la figura del círculo, puesto que
Orbis Terrarum es tlaliicpactli. Vale la pena subrayar aquí un vínculo fonético con
el cocodrilo, Cipactli, como símbolo de la Tierra Viva, que flota en el espacio del
Cielo-Mar, comiéndose los seres vivos que la habitan. Es por eso, que en los códi­
ces aparece con tanta frecuencia la imagen de la boca abierta de Cipactli, devoran­
do a un cadáver humano (¡hasta en la Biblia la Tierra es un ser vivo y devora a la
gente!). Es el hombre el ser más importante de la Tierra, por lo cual uno de los
términos que le denominan es tlalticpactlactl. Esa composición contiene una pala­
bra, que se refiere directamente al „hombre”, es decir, tlacatl, que significa tam­
bién ..persona" u ..hombre noble, humano".
Según Simeón, dicho término proviene de aquí, ..contener, colocar dentro, entrar
en un lugar, esconderse en un hueco o en una caverna, etc.” ¿Acaso se trata de un con­
cepto, de que el hombre al principio está escondido en una „cueva" del seno materno,
y al venir al mundo lo toma como Microcosmos? De cualquier modo, los temas míticos
conocidos, refiriéndose a la procedencia de, por ejemplo, las tribus bárbaras del norte,
denominan su cuna como Chicomoztoc, es decir, las Siete Cuevas. Y las representacio­
nes de catástrofes de las cuatro eras antropo-cósmicas anteriores, que se encuentran en
el Códice Vaticano, contienen siempre una cueva, en la cual está escondida una pareja
de un hombre y una mujer.
Sin embargo, desde el punto de vista de parentescos fonéticos, el hombre-dacatl
abarca otros sentidos, más detallados. Primeramente, es digno de señalar el significado
de „el de la Tierra", o ,habitante de la Tierra", de tla(lli)-catl, y luego, „nacido del agua”,
es que dacat significa „nacido” (de tlacau, „nacer, venir al mundo”) y atl es agua. El na­
cimiento, o sea, tlacatilizdi surge del útero ( = dacatcayotl), lleno del líquido amnióti-
co. De la misma manera la idea del hombre como un ser terrestre se expresa en la de­
finición hebraica del nombre genérico del hombre - adam de adamah, „derra, suelo,
barro", y en el término latino homo, proveniente de humus, que es „suelo”.
Podemos añadir, que tlacau no sólo significa „nacer", sino también ..recibir el día",
puesto que tlacadi es otro nombre, junto con ilhuid, que denomina el día. Por eso da­
ca significa «durante el día".
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Se trata aquí de entrar en la ..claridad del día terrestre". El día como ilhuitl se aplica
(como ya lo hemos demostrado) al Cielo-Mar, mientras que más cercano a la Tierra, llal­
li, es el día com o tlacadi. La clave para captar ese segundo significado la constituyen pa­
labras relacionadas con el fuego y la luz, es decir tletl (que en palabras compuestas pa­
sa a tía-) y tlahuilli (que también significa ..claridad", antorcha"). Luego viene dahuia,
..encender la vela, ponerse colorado" y tlahuilia, ..alumbrarse con una antorcha”.
Entonces ..hacer el día" es dathui, ..amanecer” es tlathuiltia (también ..despertarse,
levantarse”) y dahuizcalehua significa ..empezar a hacer el día”. Este último término nos
lleva hacia un motivo ideológico muy importante de Queizalcoad, transformado
a través de la cremación en Tlahuizcalpantecuhtli, o sea, el Señor de la Casa de Aurora.
Esa esfera simbólica de la Estrella de la Mañana, será el tema de nuestros análisis en ade­
lante. Sin embargo, ya podemos decir, que la idea general de la ..estrella” está determi­
nada por la palabra cidalli (también cidallo o citallin), que fonéticamente se asocia de
manera evidente con la luz, tlahuitli, el fuego, ded y la Tierra, dalli, así como con citli,
es decir, liebre (y ..antepasado"). Se sabe, que esos dos últimos significados, junto con
metí, ágave y metztli, la Luna, tienen un papel importante en el entendimiento de la
semántica del etnónimo Mexica-Mecitin (veáse el cap. 11).
También vale la pena subrayar, que la idea de „antepasado-(Liebre)", es decir, citli,
según la relación de B. de Sahagún sobre Teotihuacán, se asociaba con la transformación
del fuego en un cuerpo celestial, también en una estrella (por lo cual citlalli significa .An­
tepasado y Tierra resplandeciente"). Sin querer viene a la memoria una frase del Libro
de Daniel (12:3): „Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento;
y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.”
Este tema, junto con los del menhir, la pirámide, etc., se remonta hasta el pasado
lejano de la ideología megalítica y, asociada con una piedra preciosa (en México será so­
bre todo chalchihuitl), hasta los tiempos remotos del chamanismo.
Con la Tierra, dalli, se relacionan fonéticamente también, hasta cieno grado, las de­
finiciones más típicas de ambas mitades del ciclo diurno; de la oposición del día claro
y caluroso, y de la noche fina y oscura, es decir, tonalli y yohualli. Los dos términos for­
man amplios campos fonético-semánticos.
Así, pues, tonalli significa directamente: „día, ardor, calor solar, verano, señal, señal
de nacimiento, participación, lo que le está predestinado a alguien", cuyo núcleo es el
verbo tona, es decir, ..hacer calor” o ..hacer sol”. El sol mismo es Tonatiuh, o sea „EI que
va para hacer el día (calor)”. Es al mismo tiempo el nombre del dios El Sol. Luego vie­
nen: tonallan, ..verano, canícula”; tonalpoaloni, ..hechos”; tonalpoalizdi, ..predicción,
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astrología"; tonalpohua, ..predecir, echar la ventura, calcular las fiestas"; tonalpouhqui,


«astrólogo, adivinador"; tonalamad, «Libro de Destinos (Días)”; tonalpohualli, «contar
los días" (en el ciclo sagrado de 260 días).
Obviamente, el calor y la luz del Sol, «que hace el día”, son necesarios para vivir y de­
ciden sobre los medios de subsistencia para un ser humano. Entonces tonacayotl signi­
fica «medios de subsistencia” y tonacati, «estar en abundancia".
Finalmente, tonalli se refiere en sentido figurativo al «espíritu" o «alma humana",
por lo cual totonal (literalmente, «nuestro espíritu, alma"), es una definición general de
la parte psíquica del hombre, como «nacido para el día,,; de esa pane clara, que consti­
tuye su conciencia en la realidad como el campo del Ego.
En otra sección de su psíquica, oscura, misteriosa, «nocturna”, o sea, en la subcon­
ciencia, se esconde el Alter Ego, el Doble, es decir, nahualli. Esta palabra significa tam­
bién «hechicero, mago, brujo, adivinador (pero no astrólogo)", en pocas palabras, el
chamán, quien dispone a su Espíritu-Doble principal, que gobierna una serie de Espíri­
tus Ayudantes, o sea, un grupo de varios nahualli. Por eso nahuallod significa también:
«magia, brujería y el maleficiar”.
El término nahualli está vinculado con la panícula de duplicar, na-, así como con ce-
hualli, «sombra" y yohualli, «noche”.
Aquí merece la pena citar conjuntos enteros de palabras relacionadas desde el pun­
to de vista fbnéiico-semántico con la naturaleza de la noche (yohualli) y el doble (nahu­
alli), teniendo en cuenta el hecho de que todos los términos mencionados parecen es­
tar unidos por la panícula hual, que significa «por aquí, hacia". Dicha panícula aparece
también en las palabras como huallauh, «venir, llegar aquí" y hualyoa, «hacer la noche".
Con la noche, yohualli, se relacionan sobre todo las formas redondas o espirales, en
las palabras como yahualoa, «enrollarse como una serpiente, rodear, enrollarse alrededor
de algo” y yahualiui, «redondear”; por eso yauhaliuhcayod significa «forma redonda de al­
go”. Realmente, en los códices la noche está siempre simbolizada por un círculo u ovo­
ide de color gris oscuro, con manchas negras y cieno número de estrellas. Una forma típi­
ca del culto nocturno de sacrificio era también una pelota negra de caucho, que de ma­
nera análoga representaba un cuerpo cósmico y, al mismo tiempo, una cabeza humana.
A la naturaleza de la noche le pertenecen la oscuridad y el frío. Como ya sabemos,
muy cerca a yohualli está la sombra - cehualli, con la cual están estrictamente relacio­
nadas las palabras cehuallo, «oscuro, tenebroso"; cehuallotia, «sombrear, ensombrecer,
dar sombra”; cehuilia, «apagar el fuego, la luz" y, finalmente, cehua, «enfriar, congelar".
Pues, hasta durante el día se busca el fresco en la sombra.
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Aquí citaremos varios términos, que nos llevarán al proceso del aparecer el miste­
rioso nahuaJIi. Tenemos entre ellos huallachia, „abrir los ojos, mirar, dar la vuelta”; hu-
aliza, ..despertarse, levantarse"; hualiquiza, ..salir del fondo, aparecer”; hualquia, ..doblar
algo, agregar, aumentar"; hualehua o hualcholoa, ..alejarse”; huallalia, ..aumentarse, in­
crementar”, huallacaqui, ..escuchar un secreto"; hualhuica, „traer algo”.
Ahora, la naturaleza de nahualli la explica también el siguiente conjunto de palabras: na-
huai, „cerca, al lado; nahuaque, ..cercanía directa" (en el círculo donde están reunidas todas
las cosas; véase cap. V); nahuatia, ..esconderse”; nahualihua, ..enviar algo en secreto"; nahu-
alcalaqui, ..penetrar, entrar secretamente; nahuallachia, ..espiar, mirar a escondidas"; nahu-
alcaqui, ..descubrir una trampa, los planes del enemigo”; naliualhuica, ..llevar de un lugar
a otro con cuidado o en secreto"; nahualchihua; ..robar, hurtar, quitad’; nahualitoa, ..hablar
de modo engañoso, engañar, embaucar"; nahualicuiloa, ..utilizar códices".
Para que el Doble de nahualli pueda realizar las funciones arriba mencionadas, tie­
ne que someterse a la voluntad del chamán. Para esto se necesita la ..ascesis” y huaza-
hualli justamente significa ..ayuno”. Algo muy interesante es que macehuia significa „ob-
tener algo, que se desea, algún pago” y de allí, macehualli significa ..súbdito, hombre
del pueblo, mérito, pago". En fin, nahua es ..bailar tomándose de las manos, ir al
compás, acordar", y por eso nahuad significa ..idioma armonioso y comprensible".
Al aplicar la división de la realidad, según el paradigma animista, donde hay una
realidad natural, clara, que se puede calcular, es decir, alcanzable para tonalli ( = toto-
nal), y otra, clandestina, misteriosa y sobrenatural, que dirige a aquella primera, resulta
que nahualli introduce precisamente en esa otra realidad, facilitando la influencia mági­
ca sobre sus fuerzas personificadas. Nahualli, como Alter Ego, posee casi siempre una
forma zoomórfica que corresponde, como se puede suponer a base del concepto de
C. G. Jung, a las funciones arquetípicas de la subconsciencia.
Por lo general, cada entidad posee el aspecto de nahualli. Hasta todas las deidades
tienen su nahualli, por medio del cual actúan, especialmente en el Mundo Subterráneo,
que corresponde a la noche en el ciclo diario y al Norte, en cuanto a las panes del mun­
do (con la entrada al Oeste y la salida al Este). A decir verdad, el concepto de nahualli
se desarrollará más adelante, en el capítulo dedicado a las fiestas del calendario, y la
cuestión de la imponancia del Espíritu-Doble ha sido tratada ya dentro de la descrip­
ción del chamanismo (véase pane I). Sin embargo vale la pena presentar aquí, aunque
sea en breve, las creencias que se mantienen hasta hoy en día en los mayas de Zinan-
cantán, lo cual nos permitirá definir mejor el término en cuestión. Dichas creencias han
sido recopiladas y bien documentadas en un libro de R. Laughlin (1976). Ese libro
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tuvo com o propósito principal la interpretación del rico material e x iste n te sobre los

sueños de los zinancantecas (y se sueña por la noche...).


Según los zinancantecas, „la gente sueña para así poder vivir una vida plena y pro­
tegerla", ya que la realidad intem a motiva y explica los acon tecim iento s d e nuestra vi-
da, que parecen irracionales, com o, por ejem plo, el caer en la pobreza, en la enferme­
dad, el nacim iento o la muerte. Las causas de estos sucesos no ap arecen „sobre la T¡er.
ra", com o lo dicen los zinancantecas, sino „dentro del alma” (c ’-ulel). No hay sueño sin
participación del alma, puesto que soñar es „ver en el alma d e algu ien” o „ver
a través del alma del alguien”.
Sin em bargo, el hom bre nace no sólo con el alma (en el sen tid o d e tonalli), sino
también con el Doble animal (en sentido de nahualli). Ambos c o m p o n e n te s son tema
d e interés y cuidado de parte de las deidades ancestrales q u e habitan las montañas cer­
canas. Estas deidades apoyan las almas de sus d escendientes, si éso s llevan una vida en
honestidad y humildad.
Los informadores de Laughlin decían que el alma se halla en la p arte trasera de la
rabera o en el corazón. Estas aparentes contradicciones se explican enseguida con el
hecho, de que se considera, que el alma está com puesta de 13 partes, en to n ces puede
haber también 13 dobles. El alma es inmortal, pero puede ser separada del cuerpo, en­
tera o en pane, por un gran tem or, excitación sexual durante el acto , p o r m edio de bru­
jerías y, siempre, durante el sueño. El alma reside tam bién en la sangre y un chamán la
puede „oír com o por teléfono”.
En la oscuridad el alma se sienta en la punta d e la nariz y m irando al mundo, o viaja
al exterior. Las almas de los brujos, durante sus viajes no ctu rn o s, p u ed en cazar las almas
de la gente dormida. Los sueños se con vienen en to n ces en los „cam pos d e batalla".
Los sueños están considerados tam bién co m o el m ed io p rincipal d e comunica
d ó n entre los m ortales y los d ioses, a los cu ales, ju n to c o n las d eid ad es ancestrales
y los S eñ o res d e la T ierra, gu ard ias d el e sta d o sa lv a je , p e rte n e c e n tam­
bién Jesú s y María, adorados com o el Sol y la Luna y algu nos sa n to s católicos. Con
excep d ó n de los Señores de la Tierra, hay q u e llam arles a to d o s ello s o a cada uno
„Nuestro Señor". Sin cautela, tanto d e N uestro S e ñ o r c o m o d el S e ñ o r d e la Tierra, la
vida del ser hum ano pronto acaba. A la h o ra d e la m u e rte , las d eid ades ancestrales,
los Santos y El Sol retiran sus g rad as y el alm a sale d el c u e rp o e n form a de una mosca.
Por 9 días más anda por la tierra y luego pasa al M undo S u b te rrá n e o (tam bién dividi­
do en 9 zonas, a diferencia d e las 13 zonas cele stia le s). Un P erro N egro la transporta
en su lomo por el Río su bterrán eo (e n M éxico llam ado „Río N ueve”, que es análogo
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al río Stix de 9 desvíos). Pronto el alma llega a un cruce de caminos. A la izquierda


está el camino ancho hacia el Infierno. A la derecha, el camino estrecho y lleno de ba­
ches, que conduce al Cielo (véase el próximo capítulo). Tantos años, que ha vivido
en la Tierra, sufrirá el alma en el Infierno, o gozará de la estadía en el Cielo, disminu­
yendo paulatinamente, para al final renacer en el cuerpo de un bebé del sexo opu­
esto, perteneciente a la misma vía patrilineal. Pero si el alma ha sido ..vendida a la
tierra", primero tiene que trabajar para pagar sus deudas en los ..campos del Señor de
la Tierra”, hasta que termine el contrato. De la venta al Señor de la Tierra se informa
a uno durante un sueño especial.
Además, cada persona tiene su Doble animal, cuyo carácter corresponde a su per­
sonalidad o a la „fúerza del alma". Se considera, que el alma del varón es „más fuerte"
que el alma de la mujer y la del chamán es más fuerte que la de un ser humano común.
En cuanto a la ontogénesis, el alma alcanza su „mayor fuerza” a la edad de 40 años.
Se dice, que el Doble es común para un individuo humano particular y un animal
determinado, que es un „alma común” de los dos. Por la noche está representado por
algún que otro animal salvaje: un jaguar, un coyote, un ciervo, un zorro, una zarigüeya,
una lechuza, un azor, un oso hormiguero, una comadreja o un mono. En cambio, du­
rante el día las deidades ancestrales transforman al Doble en una de las ovejas u otro
miembro de los rebaños del ganado, que pastan tranquilamente en la montaña de
Huitepec, alimentados por los ayudantes de dichas deidades. Si un hombre pierde las
gracias de las deidades, a causa de la infracción de los mandamientos, o del incumpli­
miento de sus deberes, su Doble será expulsado del pasto a la selva y pronto caerá vícti­
ma del alma de un brujo, o simplemente, como un animal común, será matado por un
cazador. Entonces morirá también su equivalente humano.
Cuando el chamán-curandero considere, que la enfermedad de su paciente haya si­
do causada por la expulsión del Doble del pasto del dios, le revela la identidad del Do­
ble al paciente y realiza acciones rituales adecuadas para que el Doble regrese al pasto.
Para mantener la unión entre el alma y el cuerpo, así como al Doble, que pasta en
el corral divino, no es suficiente ser aplicado y moralmente activo „en la Tierra". Hay
que también estar constantem ente alerto durante el sueño, por lo cual a los zinancan-
tecas se les aplica un entrenamiento especial desde la niñez.
A pesar de que, sin duda, las creencias de los zinancantecas son ahora mucho más sim­
ples en comparación con la riqueza del pasado, y que se observan mezclas de elementos
cristianos (totalmente incorporados a los locales), se puede ver claramente que se ha con­
servado el núcleo de la idea principal, que además no difiere mucho al mexicano.
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Después de esa excursión a las nociones concretas de creencias, que tenía como
propósito la profundización del entendimiento de las diferencias entre la naturaleza de
la noche y la del día, vale la pena pasar ahora a las fiases de la transición, es decir, el
crepúsculo y el anochecer, y el amanecer y la mañana.
Sabemos ya, que ..hacer el día” es datlhui y ..amanecer” es tlathuiltia (que también
significa despertarse, levantarse") mientras que dahuizcalehua es ..empezar a hacer el
día". Este último término se deriva de la Aurora, es decir Tlahuizcalli, con la cual se aso­
cia estrictamente la siguiente serie de palabras: izcaya, ..crecer"; izcalia, ..animar, recu­
perar el conocimiento, reanimarse, estabilizarse, estar conciente, corregir a alguien”;
izcalli, „ésta es la casa", y en el sentido figurativo, ..resurrección, regreso al calor”; izcal-
loa, „tener una guía, una rama principal, un Ramo de Flores" (que simboliza el poder
sacerdotal o laico). Como se puede observar, hemos llegado aquí a un mayor entendi­
miento del mencionado hecho mitológico, de que el Quetzalcoad, que nace de nuevo
después de salir del Mundo Subterráneo, se llama Tlahuizcalpantecuhdi, el Señor de la
Casa de la Aurora, y corresponde, en el sentido astronómico, a Venus, com o Estrella de
la Mañana, que lleva al aparecer del sol del día.
Ese motivo está comúnmente presente en las religiones anuguas, expresando la
idea de la resurrección o la reencarnación.
Por ejemplo, en Egipto, Osiris era dueño del planeta Venus, que llevaba el nombre
de la ..Estrella del Barco del Fénix-Osiris". Ese significado está excelentem ente apoyado
por los versos del Libro de los Muertos, por ejemplo „Soy el ave Fénix (Bennu), el Al­
ma Ra y el Guía de los dioses en el Mundo Subterráneo" (...) „Que así resulte ser con­
migo, que pueda entrar como halcón y salir com o ave Fénix, la Estrella de la Mañana".
En un mito sumero-babilónico Innana-Istar, la señora del planeta Venus, baja al
Mundo Subterráneo para salir un poco después.
En Irán, Anahid, es decir, un espíritu femenino (Ized) de Venus, guarda el semen de
Zaratustra hasta los Tiempos Finales, ya que de él va a nacer el Salvador - Saosjant, qu­
ien destruirá las fuerzas de los demónicos Devas.
Uno de los motivos característicos de las creencias de la China antigua es el mito del
amor de Tsimsin, el señor de Venus, hacia la diosa de la Luna, Heng-o ( = Mujer Eterna).
De ellos nace Shao-Hao (= L u z Pequeña), quien, com o un hom bre maduro, fue señor del
Oeste, pero como adolescente (es decir, la Estrella de la Mañana), gobernaba el Reino
Oriental de las Aves, donde el papel del ..primer ministro” lo desempeñaba el ave Fénix.
También Buda recibe su Iluminación al amanecer, bajo el árbol Bodhi, mirando a la
Estrella de la Mañana.
T L IL L A N -T L A PA LLA N 69

En fin, las asociaciones muy Fuenes con Venus las demuestra la figura del Mesías del
judaismo y del cristianismo. Con mucha frecuencia dichas asociaciones se expresan en
los textos canónigos del Antiguo y Nuevo Testamento, así como en los himnos religio­
sos populares. Dichos vínculos los ilustran los siguientes fragmentos:

„...Lo veré, mas no ahora; lo contemplaré, mas no de cerca; saldrá Estrella de Jacob,
y se levantará cetro de Israel.”
(Números 24:17);

„Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana".


(Apocalipsis de San Juan 22:16);

„La Estrella de la Mañana brilla al salir, anunciando con su rustro resplandeciente, ilu­
minando las penumbras de la noche con su luz: que arden las alboradas santas. Baja con
el Sol a nuestras mentes, ahuyenta a la noche con tu luz. ¡Oh! Cristo, que en un cora­
zón justo brillen las luces eternas de tu gloria."
(Aetema coeli gloria, Salterio del s. V11-V1II);

..Resplandor de la gloria del Creador, luz de la luz. iOh! Cristo, claridad, que ador­
nas el rostro purísimo de la alborada. iOh! Sol, cuando la noche profunda, haz nos lle­
gue el ardor tu to y la luz de las albas del paraíso. Te pedimos, haz, a que el espíritu lle­
gue a nuestras mentes. Ya reluce el Amanecer dorado, que en esa luz descienda a noso­
tros todo el Hijo de Dios en el Padre, y todo el Padre en su Hijo."
(Splendor patem ae gloriae, Salterio de San Ambrosio);

„E1 Sol d e la salvación. ¡Oh! Cristo, muestra tu día claro a los corazones, cuando
el amanecer sale de los cobijos de la noche, echando brillos ardientes."
(O sol salutis intimis, para la Cuaresma, s. VI);

„Que la alcance su llama, resplandor, alba de la mañana, cuando el cielo se ponga ro­
jizo del alba, digo, una antorcha brillante, que no conoce las penumbras del atardecer. Es
el Sol, que al regresar en su gloria de una morada subterránea llena del temor, hoy sale
por encima de las pobrezas de la tierra, brillando delante de los seres humanos."
(Exultet iam angélica; para la consagración de la Vela de Pascua el Sábado Santo; San
Ambrosio).
Como se puede ver, en los himnos religiosos cantados durante la Semana Santa,
han juntado la Aurora con el Sol y la figura de Jesús.
Dicha asociación mesiánica de la Estrella de la Mañana con la Casa de David,
corresponde por supuesto a la Estrella de David, de seis puntas, formada por dos
triángulos equiláteros, que se interfieren (así llamado hexagramo).
C L ^ v I L M O A L K M A M T IC D OC L O S N AH UATL;
ILHáHCJHAt T L - T L A U J - T V ^ A T L

Era figura geométrica esti asociada por los Caldeos con Venus, mientras que
p. ej, un pemagramo, es decir la Estrella de Salomón correspondería a Mercurio. De
la doctrina de Yoga Kundalini resulta, que un hexagramo, como símbolo del ele­
mento del Aíre (el Viento), es la .introducción" al cuarto centro, Anáhata. Es el cen­
tro del corazón, que contiene en sí una deidad con el nombre de la Isa (un Gober­
nador Poderoso), que gobierna el Cuerpo Físico. Un practicante de yoga, quien al­
canza Anáhata, llega a ser .el señor del habla y de su propia reencarnación”. No es
de extrañar, pues, que el clásico texto de iniciación del cristianismo, que es el Apo­
calipsis de San Juan, habla sobre la cuarta .Iglesia", (o más bien, ..Congregación"),
de la siguiente manera-

.... Al que venciere y guardare mis obras h asa el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones (es decir, por la Iniciación: con las ansias camales y los tem ores; y las regirá
con van de hlerrn, y serán quebradas como el vaso de alfarero; com o yo tam bién la he
recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.'1 (Apocalipsis, 2: 26-28)

Lo cual se complementa con la 2* Cana Universal de San Pedro (1:19)

. .. Tenemos también la palabra prufética más segura, a la cual hacéis bien en estar
alentes como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el
lucero de la mañana salga en vucstrus corazones."
(lina utservudón: la lámpara del alma Hamsah se encuentra en la región d e Anáhata)

Volviendo a México, hay que decir que el hecho de agregar la .noch e”, yohualli, de­
cide sobre d atardecer o d crepúsculo. Tenemos entonces: tlayea, .atardecer, oscure­
cer. anochecer", dayohualll o tlayohuallod, .oscuridad, crepúsculo", dapoyahua, .ano­
checer, noche", Satamente yohuac significa .amanecer" en el sentido de fin de la noche.
Sin embargo, exista* también otro termino, que determinaba d período después de
la puesta dd Sol y que tenía sentidos mágico-religiosos. Se trata de teodac, es decir,
.crepúsculo, noche", que se expresaba en los verbos teotlacti, .se r tarde”; teotlaciitíuh,
.hacerse nicle"; teodaqula, .hacerse tarde, hacer la noche".
Enseguida, se re su parentesco con tas palabras: teotleco, .llegada de los dioses"
(nombre de una festividad mensual, durante la cual se adoraban todos los dioses) y teo-
tktchdL .d campo de juego sagrado a h pelota de caucho", que en Tenochodán se
hafeba al ladodd temploprínupal de Hiuaúopochüi.
Q primerreconodnwmD semántico d d crepúsculo com o teotb e. lo traen preda-
mente los términos teodaqua y teod eca Es que d primero de ellos significa .esax-
T V IL L A V -T V A M L IA N y\

d a se d dios (en un hueco, una caverna etc.)’ y d segundo, -llegad* de kvs d k w $ ', kv
cual ya sabemos. Entonces d termino teodac puede referirse, por uiu parte, al ..esoon-
d a se d S o l' tras la linea d d horizonte, que corresponde a Su entrada en el Mundo Sub­
terráneo, y por otra, al aparecer al mismo tiempo los cuerpos celestes de la norite (que
también poseen rasgos de deidades).
Esta palabra contiene en si d significado de ..pelota', ollamaloni, hecha de la resina
de caucho, olli o ulli, y d de la función de jugar con ella, ollama o ultima. Por supuesto,
la pdota es esférica, entonces ..esférico' es ololtic y ..redondo" es ololiuliqui (tam­
bién es nombre de un alucinógeno Rivea corymbosa, que tiene (furas redondas); final­
mente tenemos ololiuhcayotl, „cosa redonda" y ololoa, ..enredar, envolver".
Por supuesto, ese juego es un movimiento rígido por cierras reglas. Por lo tanto
oliniami es ..moverse" y ollin, ..movimiento" (incluyendo movimiento por una órbita
cerrada y sacudiendo, com o durante un terremoto o cuando se agitan las cueqKW de
los jugadores durante el juego).
Cada movimiento sale de algún sitio, de un punto inicial, y ollotl significa ..centro".
El centro vivificador en el hombre es el corazón, o sea yollotl, que contiene la Idea tle
la vida, es decir, yoli (que significa también ..nacer, reanimarse y hacer redondo"), lil
centro, ollotl, se refiere también a otros centros vitales del ser humano, ya que quay-
ollotl es ..cerebro" (quaitl, ..cabeza"), yollocalli, ..intestinos, el Interior del pecho", el-
li, ..estómago, hígado" (también: ..pecho, corazón", y hasta ..alma”), o de todas otras
cosas, por ejem plo la expresión: „en el centro de la Tierra" se dirá llalli lyolluco.
En fin, „la vida" y, al mismo tiempo, „la respiración” es yollllztll, y un término más pa­
ra determinar „el alma" es yoliatl o, en el sentido más amplio, toyolla. Podemos observar,
que para los mexicanos el término yollotl se refiere no sólo al corazón, sino también
a cualquier centro organizacional de cualquier formación como entidad. Especialmente,
en cuanto al ser humano dicho término corresponde con la Idea india de chacram.
Aquí conviene introducir el símbolo de una piedra preciosa (sobre todo se trata tic
la esmeralda), redonda, horadada por el centro, es decir, de chalchlhulll. Como se
sabe de los códices y fuentes escritas, chalchíhuiil se refiere al mismo (lempo a cual­
quier centro vivificador, y principalmente al corazón humano, a la estrella, al ojo y al
número .1 ". Chalchihuid crea el siguiente campo semántico-fonétlco: challa, .dar co­
mienzo a algo"; chihulia, „crear"; chihua, „resultar ser, hacerse, conmoverse, llegar de
repente, transcurrir, afanarse"; chihualizdi, „posibilidad, habilidad, poder, el facilitar de
h a c a algo”; chihualoyan, Jugar, tiempo, época, en los cuales ocurre algo"; chayahua,
.sembrar, esparcir semilla”.
72 E L P O T E N C IA L S E M Á N T I C O O E L O S T É R M IN O S N A H U A TL:
IL H U IC A IA ) T L -T L A L L I -T L A C A T L

Dicha equivalencia entre chalchihuitl y yollotl por una, y la estrella u otro cuerpo ce­
leste por otra pane, la destacan de manera clara los textos de referencia. Por ejemplo,
la esencia de la idea de ..hacerse los dioses”, la explican las palabras citadas por Sa-
hagún, quien describe la construcción de las pirámides de Teotihuacán:

„Y cuando alguno se moría, de él solían decir que ya era téotl, que quiere decir que
ya era muerto, para ser espíritu, o dios; y creían los antiguos, engañándose, que los
señores cuando morían se volvían en dioses, lo cual decían porque fuesen obedecidos
o leñados los señores que regían, y que unos se volvían en sol y otros en luna, y otros
en otros planetas" (1979: 611).

Dicha transformación fue resultado de la cremación, según los textos sobre el naci­
miento del Sol y la Luna de nueva, Quinta Era. Y hay que decir una vez más, que un per­
sonaje ejemplar de tal transformación era Quetzalcoatl-Topiltzin ( = la Preciosa Serpien­
te Emplumada-Nuestro Príncipe), cuyo corazón, después de ser cremado, se conviene
en el planeta Venus, y él mismo se hace Tlahuizcalpantecuhüi. Precisamente su cora­
zón está representado en el Códice Borgia en forma de chalchihuitl. Durante la cere­
monia fúnebre, se colocaba el chalchihuid en la boca del muerto, para así dar la base
mágica a tal identificación.
Volviendo al tema del juego de la pelota, ollamaliztli, veremos, que tiene una estre­
cha relación simbólica con el Cosmos, como todos los demás antiguos juegos sagrados.
De las investigaciones arqueológicas y de las crónicas se sabe, que ollamaliztli era
muy conocida en toda la América Central. Los campos del juego, dachtli, se hallaban
prácticamente en cada centro sagrado, y el origen del juego seguramente se remonta
hasta el período de la cultura Olmeca, aunque desde el punto de vista mitológico, el in­
vento de ollamalizdi se lo atribuye a Quetzalcoatl-Topiltzin. Dentro de los accesorios,
además de una pelota de caucho, maciza y pesada, se encontraban elementos de pro­
tección, es decir, cascos, los protectores de rodillas, de manos, de pecho y de bajo vien­
tre, así como hachas de piedra, que probablemente servían para decapitar al capitán del
gnipo perdedor. Sus representaciones en la piedra de jade, cubierta con grabados y re­
lieves, aparecen ya en los depósitos de la cultura olmeca, con típicas cabezas enormes,
con cascos puestos, que se interpretan como monumentos de las cabezas cortadas de
los capitanes. Las figuras de los jugadores se conocen de las representaciones halladas
en los cementerios de Tlatílco (aprox. 1. 300 a. C.), de Ticoman y de Zacatenco
(800-200 a. C.). J. Bemal descubrió en el Monte Albán preclásico (el territorio de zapo-
tecas) una serie de relieves, que representaban unos jugadores con adornos suntuosos,
T L IL L A N -T L A PA LLA N 7 3

y en una de las estelas de la cultura Izapa (200 a. C .-200 d. C.), está representado muy
claramente el acto de la decapitación. Semejantes representaciones fueron encontradas
también en Aparicio (Vera Cruz) y en Chichen Itza de la cultura maya-tolteca. Los fre­
scos en Teotihuacán muestran diferentes variantes del juego de la pelota, también con
el uso de palos y pelotas ardientes.
Según cuentan las crónicas, el juego fue precedido por los ritos de consagración de
tlachdi y de los accesorios del juego. Dichos ritos comenzaban a medianoche, bajo el pa­
trocinio de los siguientes dioses: Macuibcochitl (=5-F lo r, nombre de calendario de Xo-
chipilli, Flor Preciosa, com o del señor de los juegos de azar), OI meca ti o Xolod. Tlachdi
estaba dividido en mitades con una línea central de color negro o verde. Una de las mi­
tades era clara y la otra era oscura, lo cual simbolizaba la división en las fuerzas de la luz
y el día, y a las de la oscuridad y la noche. El campo tenía diversas formas, pero siempre
orientado según las partes del mundo. Durante el juego, se permitía tocar la pelota so­
lamente con el hombro, la cadera o la rodilla. Los puntos negativos se daban cuando la
pelota tocaba tierra o pasaba a la otra parte del campo. Todos esos puntos se anulaban,
si se hacía la pelota pasar por los anillos, que tenían el diámetro casi igual al de la pelo­
ta. Es una cosa bien significativa, que dichos anillos estaban cubiertos con relieves repre­
sentando serpientes. ¡Era una victoria indiscutible! Duran comenta, que al triunfador
se le rendían honores con cantos y bailes, con premios de plumas, joyas etc. Durante el
juego se hacían apuestas. En el juego podían participar hombres y mujeres, así como
equipos mixtos. Sobre todo jugaban los aristócratas, pero también los gobernantes, que
personificaban a los dioses y diosas. En un equipo hubo dos o tres personas.
El campo dachdi se lo consideraba un templo, un firmamento celeste, la superfi­
cie de la Tierra o el Mundo Subterráneo. La pelota simbolizaba (lo que hemos men­
cionado antes) un cuerpo celeste: el Sol, la Luna, una estrella o una constelación. El
juego mismo representaba la lucha entre las fuerzas de la luz y de la oscuridad, como
también del día y de la noche, en los movimientos de los cuerpos celestes. A pesar de
que se observa una regularidad de dichos movimientos y la sucesión del día y noche
en el ciclo diario, se la entendía com o resultante de la lucha entre dos polos opues­
tos; según los paradigmas del animismo, se trataba de una lucha entre las fuerzas cós­
micas deificadas que era fuente tanto de la casualidad, como de la necesidad en el
mundo-, las dos cosas se dem ostraban com o principios de estrategia. Entonces, a pe­
sar de las ya m encionadas regularidades cósmicas, todavía se podían esperar trastor­
nos catastróficos, com o diferentes calamidades, siempre interpretadas como causa­
das por algún hech o cosm ológico.
74 E L P O T E N C IA L S E M A N T IC O D E L O S T É R M IN O S N A H U A TL:
I L H U I C A I A I T L - T L A L L I -T L A C A T L

Según las reglas del pensamiento antiguo, que sintetizaba por medio de analogías
los diversos argumentos temáticos, el juego, ollamaliztli, podía simbolizar también una
lucha entre todos esos contrarios en el proceso de iniciación, lo cual evidencia el he­
ch o de la victoria absoluta se la conseguía a través del pasar la pelota por el anillo en
forma de serpientes.
Las escenas pintadas en los códices ilustran muy bien esos diferentes significados. Por
ejemplo, en el Códice Borgia aparece tlachdi, y los jugadores son el Tezcadipoca Rojo y So­
lar, contra el Tezcadipoca Negro y Lunar. En el Códice de Pans hay una representación sim­
bólica de la capital de los Toltecas, es decir, Tollan, en forma de dos árboles que crecen de
un juncal (porque Tollan = Entre Cañas), que constituye dos laberintos separados: uno
oscuro y espiral, y el otro claro, con meandros. En la pane inferior del dibujo está dachüi
con dos jugadores, que son Quetzalcoad y su adversano de siempre, Tezcadipoca Negro.
Parece, que el patrón del campo, dachdi, era el Gemelo Precioso de Quetzalcoad,
es decir, Xolod, su nahualli, asociado con Venus como la Estrella del A nochecer y con
el perro, que representa el poder que abre al Sol el camino hacia el Mundo Subterráneo
en el Occidente. Uno de los himnos a los dioses, anotado por Sahagún, así habla sobre
el papel de Xolod en ollamalizdi:

Ju e g a a la pelota, juega a la pelota


el viejo Xólotl,
en el mágico cam po de juego de pelota,
juega a la pelota Xóloü,
el qu e viene del País d e la Esm eralda. ¡Vedlo!

¿Acaso ya tiende Piltzintecuhtli


en la <~a<a d e la noche, en la casa de la noche?

Principe, príncipe,
co n plumas amarillas te aderezas,
en el cam po del juego te colocas:
en la casa d e la noche, en la casa de la noche” (1979: 900)

Xolod es también el señor del 17° signo del dia ollin, cuya forma es justamente
¡tlachdi! Al mismo tiempo, como la fecha ,,4-ollin” es el nombre del calendario del Sol
de la Quinta Era, llegara el fin del mundo a causa de terremotos y la caída de los demo­
nios de oscuridad a la tierra. Es decir, se repetirá todo lo que había ocurrido ya en la era
del Sol de la Noche, llamado también el Sol del Jaguar, durante el reinado del Tezcatlipo-
ca Negro. De todo eso hablaremos en el capítulo dedicado a las fiestas del calendario.
T L 1 L L A N -T L A PA LLA N 75

Entonces vemos, que la sucesión del día y la noche en el ciclo diario no siempre era
muy obvia, y las fases críticas de transición son el crepúsculo y el amanecer, que en la vi­
da humana son equivalentes al morir y nacer de nuevo, y en la iniciación, de entrar (y sa­
lir) en la Tierra del Negro y del Rojo, Tlillan-Tlapallan, correspondiente a la sabiduría, que
surgía del conocimiento del proceso de transformación mutua, a la cual se sometían pa­
res de oposiciones extremas. Precisamente hacia esa Tierra anduvo el Fausto mexicano,
Quetzalcoad-Topiltzin, después de beber una bebida mágica de Tezcadipoca. En los có­
dices, el signo de las dos fases de transición era un círculo, una mitad del cual la consti­
tuía la mitad del disco solar, y la otra, la mitad del firmamento de la noche. En Egipto, di­
cha transición la señalaba el jeroglífico Akliet, que significaba ..Horizonte Doble".
Es digno de mencionar una analogía absoluta del entendimiento del ciclo diario por
los mexicanos, al concepto egipcio, sumero-babilónico etc. Se trata del hecho, de que el
dios solar, después de su recorrido diario, entra en el Mundo Subterráneo, trayendo luz
a sus tinieblas y reanimando a sus habitantes, para luego aparecer victoriosamente en el
horizonte oriental. En México, desde la salida hasta el mediodía le acompañaba un cone­
jo de guerreros endiosados, que habían perecido en una batalla heroica u ofrecidos co­
mo sacrificios, y desde el mediodía hasta la puesta, un conejo equivalente de mujeres en­
diosadas, que también habían mueno en el a m p o de batalla o durante el paño. La muer­
te en ese último caso se la consideraba h ero ia, ya que el paño era una batalla. Dicho con­
cepto lo ilustran muy bien los fragmentos de textos de Sahagún (Lib. VI, c. XXIX):

„Lo que decían los antiguos acerca de los que iban a la casa del sol, es que todos los
valientes hombres que morían en la guerra y todos los demás soldados que en ella morían,
todos iban a la casa del sol, y todos habitaban en la parte oriental del sol; y cuando salla el
sol, luego de mañana se aderezaban con sus amias y le iban a recibir, y haciendo estruen­
do y dando voces, con gran solemnidad iban delante de él peleando, con pelea de rego­
cijo, y llévanlo así hasta el puesto de medio día que llaman nepantla tonatiuh.

Lo que acerca de esto dijeron los antiguos de las mujeres, es: que las mujeres que
morían en la guerra, y las m ujeres que del primer parto morían, que se llaman mocihu-
aquetzque, que también se cuentan con los que mueren en la guerra. Todas ellas van
a la casa del sol, y residen en la pane occidental del cielo, y así aquella pane occidental
los antiguos la llamaron cihuatlampa, que es donde se pone el sol, porque allí es su ha­
bitación de las m ujeres; y cuando el sol sale a la mañana vanle haciendo fiesta los hom­
bres, hasta llegarlo al m edio día, y luego las mujeres se aparejaban con sus armas, y de
allí com enzaban a guiarle, haciéndole fiesta y regocijo; todos aparejados de guerra
dejábanle los h om bres en la compañía de las mujeres, y de allí se esparcían por todo el
cielo y los jardines de él, a chupar flores hasta otro día.
76 E L P O T E N C IA L S E M A N T I C O D E L O S T É R M I N O S N A H U A T L :
I L H U I C A (A ) T L -T L A L L I -T L A C A T L

Las m ujeres partiendo de medio día iban haciendo fiesia al sol (...j; iban delante de
él dando voces de alegría y peleando, haciéndole fiesta: dejábanle donde se pone el sol,
y de allí salían a recibirlo los del infiemo, y llevábanle al infierno.
Y dijeron los antiguos que cuando comienza la noche com enzaba a am anecer en el
infierno, y entonces despertaban y se levantaban de dormir los m uertos que están en el
infiemo; y tomando al sol los del infiemo, las mujeres que le habían llevado hasta allí,
luego se esparcían y descendían acá a la tierra, y buscaban husos para hilar, y lanzade­
ras |>ara tejer, y petaquillas y todas las otras alhajas que son para tejer y labrar |... |; y así
a las que mueren de p añ o las llaman mocihuaquetzque, después d e m uertas, y dicen
que se volvieron diosas, y así cuando una de éstas m uere, luego la panera la adora co ­
mo diosa antes que la encierren, y dice d e esta manera:
¡Oh m u jer fu erte y belicosa, hija mía muy amada! Valiente mujer, herniosa y tierna
palomita, señora mía, os habéis esforzado y trabajado com o valiente, habéis vencido, habéis
hecho como vuestra madre la señora Cihuacóat) o Quilaztli, habéis peleado valientemente,
habéis usado de la todela y de la espada com o valiente y esforzada, la cual o s puso en la ma­
no vuestra madre la señora Qhuacóad Quilazdi.
Pues despertad y levantaos, hija mía, que ya es de día, ya lia am anecido, ya lian salido
los arreboles de la mañana, ya las golondrinas andan cantando y todas las otras aves; levan­
taos hija mía, y com poneos! id a aquel buen lugar que es la casa de vuestro padre y madre
el sol, que alÚ todos están regocijados y contentos V gozosos; idos, hija mía, para vuestro
padre el sol y (que) os lleven sus hermanas, las m ujeres celestiales, las cuales siempre
están contenías v regocijadas y llenas de gozo con el m ismo sol, a quien ellas regocijan
v dan placer, el cual es madre y padre nuestro; hija mía muy tierna, señora mía, habéis tra­
sijad o v vencido varonilmente, no süi gran trabajo; hija mía, habéis querido la gloria de
vuestra victoria, y de vuestra valentía; gran trabajo habéis tenido y gran penitencia habéis
hecho; la buena muerte qu e moristeis se tiene por bien aventurada y p o r muy bien em ple­

ada en haberse empleado en vos.


¿Por ventura m oristeis m uerte infructuosa, y sin gran m erecim ie n to y h onra? No por
cieno, que m oristeis m u en e muy honrosa y muy provechosa. ¿Q uién re cib e tan gran
merced? ¿Quién recibe tan dichosa victoria co m o vos, p o rqu e h abéis gan ad o co n vu­
estra m u en e la vida eterna, gozosa y deleito sa co n las diosas q u e s e llam an Cihuapipil-

rin. diosas celestiales?


Pues idos ahora, hija mía muy am ada nuestra, p o co a p o c o para ellas, y sed una de
ellas; id hija para qu e o s reciban y esté is siem p re co n ellas para q u e re g o cijé is v con
vuestras ro ces alegréis a nuestro padre y m adre el sol, y aco m p a ñ a d le siem p re a donde
quiera que fuere a re cre a r. iO h h ija m ía muy am ada, y mi se ñ o ra , ya n o s has dejado,
y por indignos d e tanta gloria n os qu ed am os acá, los v iejo s y viejas; a rro ja steis por allí

a vuestro padre v a vuestra madre, y o s fuisteis!


Esto, d o n o , n o fue d e vuestra voluntad, sin o q u e fuisteis llam ada, y sig u ien d o la voz
del que os llamó. ¿Q ué será d e n oso tro s en vuestra au sen cia, h ija mía? Perd ernos lie­
mos com o huérfanos v desam parados; p e rm an ecere m o s c o m o v iejo s desvem urados
v pobres la miseria se glorificará e n n o so tro s. ¡O h s e ñ o ra m ía, n o s d e já is acá para que
T L l L l_ A N - T L A P A L L A N 77

andemos de puerta en puerta, y pur esas a lie s con pobreza, y miserias! iOh señora
nuestra, rogamos que os acordéis de nosotros allá, donde estuvieredes, y tengáis cuida­
do de proveer la pobreza en que estamos y padecemos en este mundo.
El sol nos fatiga con su gran calor, y el aire con su frialdad, y el hielo con su tormen-
10; todas estas cosas afligen y angustian nuestros miserables cuerpos hechos de tierra;
enseñoréase de nosotros el hambre, que no podemos valemos con ella; hija mía muy
amada, ruégote que nos visitéis desde allá, pues que sois mujer valerosa y señora, pues
que va estáis para siempre en el lugar del gozo y de la bienaventuranza, donde para
siempre habéis de vivir; ya estáis con nuestro señor, ya le veis con vuestros ojos y le
habláis von vuestra lengua; rogadle por nosotros, habladle para que nos favorezca, y con
esto quedamos desansad os’’ (1979: 381-382).

Esto es todo en cuanto al amanecer y el crepúsculo al estilo mexicano.

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