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RODRIGO ALCAINO TORRES MATIAS CORTES DE LA CERDA Pore tnw ULSI er Pyaen nes Rodrigo Alcaino Torres cursé ‘us estudios en fa Universidad Gabriela Mistral, tkuléndose de ‘Abogado el afo 1995. Post Fiormente obtuvo el grado de Magister en Deracho,y cursé un Diplomado sobre la Reforma Procesal Penal en la Universidad ‘Aborto Hurtado. Tniié eu carrera académica ‘como ayudante y luego Profesor {e Derecho Civil, dedicéndose al frea de itigios tanto cvles como ‘comerciales y penales, En 2002 cre6 la cétedra de Litigacion Oral en la Universidad Gabriela Mistral on la Universidad Ado Ioaiez de Valparaiso y deede entonces imparte docencia en esta espocialidad. Ha partcipado en cursos de perfeccionamiento enitigaién coral on Chile y en el extranjro: an Londres sobre técicas de Iigacién en responsabilidad de productos, impartido por el ‘studio Shook, Hardy & Bacon: y ios cursos! y Il de itigacién ‘rl imparidoe por The National Calege of Ditict Altorneys en Columbia, Carolina del Sur, EEUU. Ha sido expositrinvtado on numerosos seminar y cursos, centre eos, "Derecho del consumiory acciones de clase” en ‘Academia ical (2009) y “Tendencias internacionales en accio- ‘es de clase” en la Universidad de Florida (2010), Marion Cortha dela Corda curse sus estudios de Derecho en la Universidad Gabriela Mistral, tuléndose de Abogado el aio 1982. Postoriormonte cursé es- tucios de postgrado on derecho ‘comparado en King's College, Fino Unido. Fue Abogado vs tante durante un afto en Chad- bourne & Parko LLP (N.Y) en el fea de tiios de responsabsiciad or productos (1096), on la que ‘seha especialzado. ‘Se desempors durante seis {ios en Shook, Hardy & Bacon LLP. come mmx de la DVSion Nacional de Ltigos de Responsablldad por Productos (1989- 2008), trabajando en la preparacién de las dofensas judicales para class action y demands indivduales. Ha sido expositor como expert itigante,invitado por og rizaciones empresaraies y académicas, tales como Universidad Internacional de Florida 2010), Universidad de Caroina del Norte (2008), Universita de Oxtord (2009), nsttuto do Derecho Procesa (2007), Universidad Catoica de Chil (2006), entre otros. Ha recbide diversas dstnciones por su destacado dasompato en itigacon, PI EROn ane! EL Stee DE CHILE PROLOGO Es un verdadero honor y placer prologar este libro de los profesores Rodrigo Aleaino yMatfas Cortés, por ser un aporte de gran relevancia para la ensevianza de la litigacién en el ambito del derecho chileno. Con el profesor Rodrigo Alcaino me unen lazos de amistad de larga data. Asimisino tuve la oportunidad y dificil isin de ser docente en un curso de proceso penal y litigacién que impartt como profesor por largos aitos y que Rodrigo decidié cursar como alumno. Este terminé siendo una de las fuentes para su interés en el litigio del nuevo sistema, lo cual agradezco y ce- lebro. Con el profesor Cortés nos une la pasign porel proceso penal y a influencia anglo- sajona en nuestras perspectivas de andlisis. Sabido es que el profesor Cortés estudi6 en Estados Unidos y trabajé asimismo en el modelo acusatorio penal de ese pais, lo que unido ala experiencia de litigante del profesor Alcaino, los transforman en una dupla que hoy vierte interesantes conclu- siones sobre nuestro proceso penal. Los aportes de Alcaino y Cortés en esta obrason, como sefialé, muy relevantes, pues pese a las miltiples e importantes reformas procedimentales que han sufrido diversas, areas de las ciencias juridicas en los iltimos afios, entre las que se cutentan derecho pro- cesal penal, derecho de familia, derecho penal de adolescentes y derecho laboral, atin persiste cierta orfandad bibliografica local. La justicia reformada ha supuesto un cambio de normas, instituciones, practicas, destrezas y conocimientos que asimismo han modificado los paradigmas tradicionales del derecho procesal. El trénsito desde la escrituracién como forma de debate y transmisi6n de informa- n, a la logica de la oralidad ha permi- ido un mayor respeto a los principios de inmediacién, concentracién y publicidad que los propios autores destacan en sus primeras paginas. El rescate de estos principios se ha lo- grado en parte significativa gracias a la ge- neraci6n de audiencias como instancias de control judicial, como instancias de debate de argumentos y confrontacién de nes, como instancias de examinacion de pruebas y fundamentacién de decisiones judiciales. En efecto, tanto en materia procesal penal como en materia laboral y en menor medi- da en materia de familia, la secuencia del proceso tiene lugar precisamente a través del debate de audiencias. Lo anterior ha generado la necesidad que los abogados desarrollen la capacidad de presentar ar gumentos, transferir al juez la informacion relevante que consta en actas, interrogar testigos y peritos, contraexaminar testigos y peritos, confrontar pruebas, desarrollar alegatos de apertura y de cierre u observa- ciones a la prueba, entre otros aspectos. En este contexto surge con nitidez lo planteado por los profesores Alcaino y Cortés enel sentido de resaltar la importancia que posee para lograr los objetivos de la justicia, reformada el que los litigantes manejen las, destrezas que permiten un mejor debate, una mejor argumentacion y contribuir de este modo a mejores y més oportunas de- cisiones judiciales. En otras palabras, po- demos decir que en los nuevos modelos de litigio, la calidad de las decisiones y de la jurisprudencia asociada esta estrechamente ton URIDICA neone SS Curso elemental de litigacién oral ligadaa la capacidad que las partes poseen de aportar argumentos, fundar posiciones y presentar ¢ interrogar pruebas. El modelo de enseiianza del derecho ha prescindido en general de esta vision y necesidad y ha mantenido, salvo excepcio- nes, un modelo tradicional que estructura la transmisién de conocimiento a través de reflexiones puramente tedricas, cuando mas asociada al andlisis de casos, pero con signi ficativa prescindencia de otras herramientas de gran importancia, como lo son el sistema de simulaciones de litigio, juego de roles, incorporacién de destrezas de examinacién ycontraexaminacién y por cierto de otras ‘herramientas anexas, como lo son curso de argumentaci6n y comunicacién. ‘Se requiere por tanto una modificaci6n de objetivos de las mallas curriculares de las Facultades de Derecho, de modo de incorporar las nuevas destrezas y visiones que el abogado requiere en la nueva era de la llamada justicia reformada. En este contexto el perfil de egreso de cualquier facultad debiera consultar la capacidad del abogado titulado de presentar argumen- tos oralmente, examinar prueba en juicio, confrontar opiniones en espacios acotados de tiempo, diseiiar estrategias y ponerlas en escena conforme a métodos modernos de litigio, ete. En esta linea de desarrollo se suma esta obra denominada Curso Elemental de Liti- gacién Oral, que por cierto de elemental no tiene nada, y que presenta un enfoque novedoso € inédito, cual es entrelazar las estructuras procedimentales de cara al litigio estratégico, entre las areas de de- recho procesal penal, derecho de familia y derecho del trabajo. Esta es en efecto la primera obra que abarca de un modo sistemitico las relaciones ysemejanzas que pueden advertirse entre estas tres ramas del derecho mencionadas y los desaffos del litigio. Se logra evidenciar de modo claro y con- tundente las Iineas de convergencia que pueden advertirse entre las estructuras procesales, y los principios y los desafios practicos del litigante, entre estas ramas del derecho. BD rons jurto1cA sec Desde este punto de vista pueden prod cirse incluso relevantes aspectos interpreta- tivos de cardcter sistémico en el entrelaza- miento mostrado, pues en todos los casos, pero en especial en las areas de derecho de familia y derecho procesal laboral, que nacen luego de un mayor desarrollo del area penal, existen dilemas interpretativos de los principios y normas, que en el contexto del libro pueden ser restteltos o al menos orientados por los elementos de conexién que los autores pretenden evidenciar entre las légicas subyacentes a los nuevos modelos procesales. Esta obra constituye asimismo una pro- fundizacién de aspectos que en ambitos ‘comparados poseen mayor desarrollo, pero que en el contexto nacional resultan esen- cialmente incipientes, como lo es el desa- rrollo que el texto entrega en lo referido a la denominada teoria de la comunicacién y su utilizaci6n en el contexto del litigio estratégico. Otro aspecto que merece especial men- cin es el tratamiento que el texto realiza de la estructura y desarrollo de la audiencia de preparacién del juicio oral, tanto del mbito procesal penal como de los ambitos de derecho de familia y procesal laboral Debe seitalarse ademas que los t6picos que cubre esta parte de la obra no se limitan ‘inicamente a los aspectos propios del liti- gio estratégico, sino que encara problemas dogmaticos relevantes. El desarrollo de la obra contintia en tomno a la tematica del juicio oral, donde puede advertirse que él aporte se centra en aspectos practicos, recomendaciones estratégicas que en este caso se alimentan de la experiencia de los autores y de las pricticas y recomendaciones decantadas por afios en el litigio adversarial propio de los modelos acusatorios anglosajones y del propio sistema chileno. Esta parte de la obra contiene los aspectos mas rele- vantes del litigio en juicio, incluyendo la forma de preparar alegatos de apertura y cierre y las destrezas y recomendaciones. necesarias para abordar la examinacion ycontraexaminacién de testigos y peritos en juicio. wheal El texto constituye un verdadero aporte a los objetivos que los propios autores se han propuesto y que dicen relacién con la urgente necesidad que existe en el medio nacional de colaborar al desarrollo de mate- riales y obras que permitan profundizar en los desafios de los modelos dle debate oral que se han instalado en Chile con ocasién de Ia llamada justicia reformada, Me parece que esta obra es un texto que merece ser lefdo con distintos objetivos, para los interesados en mejorar su capaci- dad de litigaci6n en los distintos sistemas procesales, por una parte, para los docentes que desean observar los sistemas desde el punto de vista de sus conexiones proce- Prétogo. dimentales; por otra, para los jueces, que pueden encontrar elementos interpretativos sistematicos, y por cierto para los estudiosos del derecho en general, Esuna obrabien lograda, de facil amena ectura, con interesantes aportes pricticos y teGricos que merece ser puesta en los ana- queles, algo escualidos, de la bibliografia de textos que ahonden en los temas del litigio procesal. RAFAEL BLANCO SUAREZ Profesor de Derecho Procesal Penal + Litigacién Oral Facultad de Derecho Universidad Alberto Hurtado con JURADICA veene BS INTRODUCCION Una de las grandes paradojas de nuestro sistema legal es que no enseitaba a los lla- mados a tsarlo, esto es, a los estudiantes y abogados, acerca de cémo litigar. Dentro de los programas de derecho, no se encontraba hace diez aiios, ¢ incluso menos, ninguna catedra relacionada con el aprendizaje acerca de la forma cémo enca- rar tn caso, c6mo prepararlo, seleccionar medios de prueba, hacer alegaciones ante un tribunal, o interrogar a un testigo oa un experto. El estudiante de derecho, a lo més, se contentaba con aprender ~fuera de cate dra, en todo caso- a “procurar”, esto es, a tramitar un proceso, sin que en ese proceso de aprendizaje estuviera comprendido el “patrocinio” del caso, es decir, el tomar las decisiones estratégicas que van envueltas detras de todo acto de defensa judicial. Ayudaba a lo anterior el sistema de en- juiciamiento heredado del procedimiento indiano espaftol, con caracteristicas incoadas incluso antes que existiéramos como nacién independiente, que permitian al estudiante ol ya novel abogado experimentar en él, con la confianza que lo dilatado de los pro- cedimientos permitiria subsanar cualquier deficiencia técnica o de estrategia. Desde el punto de vista del cliente, inclu- so, siintuia que algo no andaba bien, podia cambiar el abogado, alterando radicalmente el destino de su causa. El procedimiento inquisitorio siempre otorgaba plazos para hacer nuevas alegaciones, para presentat pruebas ¢ incluso para cambiar la estrategia original, todo ello sin ningxin remordimiento ni tampoco, digémoslo, vergitenza. Nada de lo anterior es hoy posible desde eladvenimiento de la reforma procesal pe- u nal, que ha hecho més patente que nunca la necesidad de 1os alumnos de derecho y de los abogados en general de contar con nuevas herramientas y habilidades que les permitan desarrollar su actividad profesional en el nuevo sistema, Tal necesidad se vio incrementada con la dictacién de la Ley N° 19.968, que modificé el procedimiento de familia, y luego, con la Ley N° 20.087, que establecié el nuevo procedimiento laboral. En este contexto, todo hace suponer que es cuestién de tiempo para que se haga realidad la por décadas postergada reforma al proceso civil. ‘Todos estos sistemas de enjuiciamiento establecen como principios formativos del procedimiento, principalmente, la oralidad € inmediaci6n, poniendo fin a los proce- dimientos escritos y a la administracién de justicia por medio de actuarios, lo cual leva a que sean los abogados quienes ante un juez deban hacer las alegaciones de su caso, presentar los medios de prueba de que disponen, confrontar la prueba de la contraria y hacer las argumentaciones de cierre que inviten al tribunal a acoger su postura y no la del contradictor. Todo lo anterior, en una audiencia o en andiencias sticesivas, no en décadas como en el sistema antiguo, mirandoal jueza los ojos y teniendo al dente al lado a las espaldas. Evidentemente que el manejo del caso que tiene un actor 0 interviniente del nuevo sistema es bastante mas complejo e inten- so que el que se necesitaba en un sistema escrito, En vista de lo anterior, se hace necesario enfocar los programas de formacién de alumnos de pregrado y abogados al desa- rrollo de nuevas habilidades, entre otras, la coon JURIDICA neous SB Curso elemental de ltigacion oral de comunicarse persuasiva y efectivamente de manera oral, relacionarse con un juezo un panel de jueces; preparar ¢ interrogar aun testigo y contrainterrogarlo efectiva- mente, seleccionar, preparar e interrogar expertos, realizar los alegatos, tanto de apertura como de cierre. En fin, planear y plantear un juicio de principio a fin, con la toma de todas las decisiones estratégicas que ello requiere. Dentro de este orden de ideas se hace necesario difundir las técnicas que permitiran al estudiante 0 al abogado desenvolverse con éxito en este desafio que los nuevos sistemas de litigaci6n le exigen. Ahora, desde otro punto de vista, el del requirente de los servicios de un abogado, esto es, el cliente, se hace esencial impres- cindible difundir técnicas que le otorguen a cada abogado -profesional que tiene el monopolio legal de asumir a representacién. legal en juicio de un particular las herra- mientas reales que aseguren a cada individuo hacer realidad y darle contenido de fondo al derecho que la Constitucién Politica asegura BD rr juraoica veenne 12 en elartfculo 19 N° 3°a todo ciudadano, esto es, gozar de defensa juridica. En el estado de desarrollo de nuestro pafs, no podemos limitarnos a asegurar a todo individuo el acceso a un abogado para satisfacer sus necesidades judiciales, garan- tia ya conquistada, por lo demas, sino que, dentro de los llamados derechos de segunda generacién, ahora debemos avocarnos a darle una calidad técnica minima al con- tenido del derecho, fijando o asegurando ciertos estandares objetivos de calidad de la defensa juridica. Dentro de ese orden de ideas es que se inserta esta obra, cual es permitir a los estudiantes de derecho y abogados en ge- neral acceder a ciertas destrezas o técnicas que les permitan desarrollar su profesién eficazmente, asegurando a sus represen- tados un derecho a defensa no s6lo en lo formal, sino también en el fondo. Parafraseando al Mensaje del Cédigo de Comercio, creemos que con esta obra venimos a abordar un “sensible vacio” a nuestros estudios legales. Capitulo Primero EL JUICIO ORAL COMO SISTEMA DE LITIGACION 1. ACERCA DE LOS LITIGIOS, LOS SISTEMAS DE ENJUICIAMIENTO YEL ROL DEL ABOGADO Sise interrogara aun estudiante que acaba de matricularse en la carrera de derecho por qué quiere ser abogado o qué hace un profesional de la ley, podemos aventurar, sin temor a equivocarnos, que la gran ma- yoria de ellos seiialaria que un abogado defiende los derechos de las personas en juicio y que su gran motivacién es conver- tirse en dicho profesional. Pocos seran los que dirdn que los abogados asesoran a sus clientes 0 que redactan documentos de trascendencia legal. Sin embargo, y paradojalmente, esta mo- tivacién inicial que induce al estudiante a abrazar la carrera de derecho de alguna forma va siendo olvidada a través del estu- dio, el cual se enfoca, principalmente, en la transmisin y explicacién de conceptos legales, de indole abstracta, que otorgan una gran capacidad analitica, pero una escasa preparacién acerca de la forma practica de aplicar dichos conceptos.a un caso concreto. Se nos ensefia a los abogados en profundi- dad acerca de la ley, y se deja de lado toda formacién sobre como aplicarla, cémo ha- cerla efectiva en un caso concreto. Esta es sin duda una de las grandes defi- iencias que presentaba nuestro sistema legal, donde el abogado litigante no se formaba en laacademia, sino que se hacia intuitivamente, sobre la base del desarrollo de habilidades innatas; de la transmisi6n oral; del ensayo y error; de la observacién empirica, ete. Esta forma de aprendizaje genera una gran ineficiencia social y profesional. No olvidemos que el derecho produce o debe “En una guerra todo se obtiene por céleulo: lo que no se haya meditado profundamente hasta ‘en sus minimas detalles esté condenado al fracaso 13 NAPOLEON BONAPARTE producir paz social, pero si reflexionamos bien, no es el derecho en si mismo, mediante su maxima expresi6n de fuente formal, esto ¢s, la ley, el que permite alcanzar dicho valor juridico, sino que es la efectiva aplicacién de las normas a los casos concretos, lo que produce en la comunidad la satisfaccin de existir concordancia entre el deber ser, dado por la norma juridica abstracta, y el ser, dado por la verdadera solucién que recibe un caso concreto. toma por definicién un lapso considerable de tiempo, durante el cual el abogado va adquiriendo experiencia en la tramitacién de los casos. Sin embargo, este proceso de aprendizaje tiene wn costo, el cual es ast- mido por el cliente, ya que las acciones det abogaco inexperto repercuten en definitiva en sus intereses. En efecto, si la parte que concurre al tribunal reclamando para sila aplicacién de lanorma en un caso concreto, es represen- tada por un novel itigante, sus posibilidades que ese derecho sea reconocido por medio del proceso, se ven reducidas a lo menos enalguna proporcién, habida cuenta de la inexperiencia del representante. Esa proporcién, que podria incluso ser cuantificada socialmente, al multiplicarse por el mimero de abogados que van ad- quiriendo experiencia en el tiempo, por el ntimero de casos que toman en este proceso de aprendizaje, dan como resultado el costo de ineficiencia social de un sistema legal, donde los actores no tienen incorporadas las destrezas basicas que se requieren para reclamar la aplicacién de la ley aun caso concreto. sprrontat JURIDICA pe crite gD a 2 Curso elemental de ltigacir Este costo social implica que los casos que son resueltos por el sistema legal tienen ln porcentaje de falta de correspondencia entre la verdad material y la verdad proce- sal, debido tinicamente a esta causa, con la subsiguiente inequidad en la solucién final de la controversia. Cuando este porcentaje de falta de co- rrespondencia aumenta, se produce el des- crédito del sistema legal entre los miembros de la comunidad y la sociedad enfrenta dos opciones: 0 se modifica el sistema 0, en caso contrario, se altera la paz social irreversiblemente, lo que puede generar desde un mero conflicto o tensién social hasta una revolucién, Eso es lo que ha sucedido en todas las sociedades cuando deciden cambiar 0 modificar sustancialmente sus sistemas de enjuiciamiento. Finalmente, silo pensamos con profundi- dad, el proceso no es sino el sistema que crea una comunidad para reconstituir mediante sus normas (adjetivas) y en el presente un hecho con relevancia juridica acaecido en el pasado, a efectos de aplicarle las normas (sustantivas) que para tal reconstitucién prevé el ordenamiento juridico vigente. En consecuencia, todo proceso supone una reconstitucién de un hecho acaecido en el pasado (verdad material), para que, una vez reconstituido (verdad procesal) se le aplique la consecuencia juridica que para el hecho reconstituido prevé la norma sustantiva, En ese orden de ideas, la confianza del proceso est directamente relacionada con la certeza que tiene la comunidad que sus reglas permiten reproducir, con cierto grado de tolerancia, bastante baja por lo demas, el hecho ocurrido en el pasado. Pensemos en el Derecho Antiguo, donde existian las ordalfas o juicios de Dios, en que la verdad material se descubria por medio de un proceso consistente en que el acusado de un hecho debia meter la mano en el agua hirviendo, hasta la muiieca sila acusacion era simple o hasta el codo si la acusacion era compleja, luego de lo cual se Ie envolvia la mano, el juez le colocaba un sello y al tercer da se examinaba el resul- BD rons univica oeom 4 tado de la prueba. Si habia quemadura, el acusado era considerado culpable; en caso contrario, se consideraba inocente. Con estas reglas procesales, el hecho material (culpabilidad o inocencia) era develado en un juicio de Dios represen- tado por la presencia o ausencia de que- maduras (verdad procesal). Estos sistemas legales existieron, con variantes propias de la costumbre o de la religién en casi toda la Europa del Medioevo. Asi, también coexistieron con las ordalias, la prueba del combate o duelo, la prueba del hierro candente, entre otras. Evidentemente que estos procesos se desacreditaron cuando la poblacién pudo percibir la nula relaci6n existente entre la verdad procesal reconstituida en el juicio (presencia o ausencia de quemaduras) con a verdad material (inocencia o culpabili- dad con el hecho que motivé el juicio), lo que indujo a esas sociedades a cambiar el sistema de enjuiciamiento por otros mas eficientes. Algo parecido ocurrié y est4 ocurriendo ‘en hile con el transito de sistemas de juicio escritos a los procedimientos orales. El descrédito que produjeron en la co- munidad juridica los procedimientos donde Ia justicia se administraba por medio de papeles y con actuarios legos, motivé al mundo académico primero, y a las autori- dades después, a promover trascendentales cambios a la administracién de justicia, que culminaron con la recepcién 0 adopcién de formas de enjuiciamiento oral. Asi, la Ley N° 19.696, de 12 de octubre de 2000, instauré el Cédigo Procesal Penal, constituyendo el primer cuerpo legal que establecié el derecho de toda personaa un juticio previo para determinar su responsa- bilidad penal, de caracter oral y publico. Articulo 1°, Cédigo Procesal Penal Luego, la Ley N° 19.668, de 30 de octubre de 2004, que cre6 los Tribunales de Familia, también en sus articulos 9° y 10 reconoci6 como uno de los principios formativos del procedimiento la oralidad. Mas adelante, el 3 de enero de 2006, se publica la Ley N° 20.087, que sustituye el procedimiento laboral contemplado en el Eljuicio oral con ‘Titulo V del Codigo del Trabajo, consagrando enelarticulo 425 de la nueva redaccién del Cédigo, el cambio del sistema de enjuicia- miento escrito a tno oral. Con la entrada en vigencia de esta iltima ley, hecho que ocurri6, de acuerdo con elarticulo 1° transitorio de dicha norma, modificado por la Ley N° 20.252, de 15 de febrero de 2008, en forma gradual en las, diversas regiones del pais, empezando en las Regiones Ill y XII el 31 de marzo de 2008; continuanco en las Regiones I, IV, Vy XIVel 31 de octubre de 2008; en la Region Metropolitana, el 31 de agosto de 2009, las, Regiones Il, VI, VILy VIII el 30 de abril de 2009 y en las Regiones IX, X, XIy XV el 30 de octubre de 2009. Cumplidas esas fechas, s6lo subsistira el procedimiento civil como tiltimo bastién de la escrituraci6n. Sin embargo, aun dentro del procedimien- tocivil, también soplan vientos de cambio que desterrardn definitivamente la escrituracién le nuestros sistemas procesales. Asi, el Foro Procesal Civil, organizacién convocada por el Ministerio de Justicia en 2005, ¢ integradla por diversos especialistas en Derecho Procesal, presents ante dicha reparticién piiblica un anteproyecto de Co- digo Procesal Civil, que establece las bases de un nuevo cuerpo legal que regule la nueva forma de enjuiciamiento civil, la cual esadecuada y puesta’en linea con los otros principios que inspiran los otros sistemas procesales vigentes en el pais, en especial, la oralidad. Dicho proyecto ya fue presentado por el Ejecutivo al Congreso para su discusién, ‘Todos estos nuevos sistemas de litigacién, ponen de manifiesto la necesidad de los abogados de capacitarse en las destrezas que ellos requieren para interactuar con cierto éxito en ellos. En los sistemas escritos, como sefialé- bamos, la preparacién de los lit iba haciendo a través del tiempo, lo que también era compatible con la duracién de los juicios y sus recursos, donde los plazos eran latos, las apelaciones duraban las incidencias podian durar meses. Todo ello sin considerar que la prueba se rendia por actuarios o receptores, sin la presencia sistema de liga del juez, que sélo se imponfa del caso me- diante la lectura fisica del expediente, ys6lo cuando este se encontraba en su despacho en condiciones de dictar sentencia o de resolver alguna incidencia. Nada de es0 existe en los juicios orales, donde el litigante ingresa al juicio y por medio de una o varias audiencias sucesi- vas lo agota, termindndolo ya sea con una sentencia definitiva de tinica instancia en el sistema penal, o de primera instancia en los juicios de familia o laborales. Sia lo anterior se agrega la publicidad de los sistemas orales de enjuiciamiento, 1 a lo secreto de los escritos, es poner y asumir que el ejercicio de la profesién de abogado en el ambito del litigio se hara en presencia de la parte © del cliente, que estarén en condiciones dle percibir por sus propios sentidos el des- ‘empeiio profesional de los contradictores y formarse su propia opini6n. En un caso | de cierta connotacién social, la publicidad abre una dimensién adicional: el acceso de los medios de comunicaci6n al caso, amplificando, las acciones y también las omisiones- de los profesionales que inter- vienen en el proceso. De todo lo dicho y razonado fluye wna necesidad evidente, cual es que para poder sobrevivir en el mundo de los sistemas de enjuiciamiento oral esimprescindible pre- pararse y ejercitar habilidades o destrezas, hasta ahora bastante ignoradas en el mundo académico de pregrado y en la comunidad legal, acostumbrada hasta ahora al apren- dizaje del litigio de una manera induetiva, organica e intuitiva, Cambiar lo anterior es uno de los desa- fios de este libro. 2. ELJUICIO ORAL COMO FORMA DE LITIGACION Ya en el Antiguo Testamento encontramos antecedentes acerca de formas de resohucién de disputas mediante juicios orales. El caso mas emblematico es, sin duuda, el jnicio que resolvié el rey Salomén acerca dela maternidad disputada por dos madres 6 ovens fORIDICA vce BD Curso elemental de litigacién oral que reclamaban la filiacién de un hijo. El rey ofrece, ante la intensa disputa, partir el nifio con una espada y dividirlo por mita- des entre las contradictoras, ante lo cual la madre biolégica renuncia a sus derechos, lo cual es percibido por la sabiduria del rey Salomén como develacién de la maternidad disputada, quien entrega el hijo a la madre ‘que prefirid la vida de su hijo antes que el reconocimiento de sus derechos. Evidentemente que si ese proceso hu- biese sido escrito y delegado a través de actuarios, la decision no necesariamente hubiese sido la correcta. Fue la inmediacién yooralidad la que permitié al rey percibir de {qué lado estaba la verdad real y descubrirla en el proceso, En la mitologia griega también hay ca- sos de controversias resteltas mediante un juicio oral. En efecto, conocido esl juicio de Orestes, hijo de Agamenén, rey de Micenas, elhéroe de Troya, y Clitemnestra. Al embarcarse Agamendn para Troya, sacrificé a Ifigenia, hermana de Orestes e hija de aquella, para conseguir buen viento para sus barcos. A su vuelta a Grecia, Clitemnestra no perdoné lamuerte de su hija y lo asesin6, ayudado por stt amante Egisto. Orestes, luego de ser asesorado por el ordculo y con la coopera- cién de su hermana mayor Electra, decide vengar a su padre matando a su madre y a Egisto. Luego de arrancar de las diosas de lavenganza, las Erinias, por mucho tiempo, Apolo ordens que fuera juzgado por la diosa Atenea, la que llamé a doce ciudadanos atenienses para ayudarle a decidir el caso. En este juicio ambas partes exponen sus argumentaciones: por un lado Orestes y por otro las Erinias. Llegado el momento del veredicto, los ciudadanos depositan sus votos en una uma, votando Atenea en ‘iltimo lugar y declarandose abiertamente a favor del perdén de Orestes. Se cuentan los votos y el escrutinio revela ‘un empate, por lo que el citado voto de la diosa resulta definitivo a favor de Orestes, Atenas qued6 tan impresionada por el tra- bajo del jurado, que se determiné el uso de un jurado en todos los juicios futuros por homicidio. FR corronat JURIDICA ve ese 16 Posteriormente, comprobamos cémo muchas practicas que comenzaron siendo supersticiones o ritos religiosos termina- ron convirtiéndose en partes de! litigi moderno. Eljuicio oral por jurado nace como un reflejo de los ideales de democracia de los griegos; para los romanos, en cambio, no ‘es mas que una forma de mantener la dis- ciplina en el Imperio, El origen del procedimiento oral se en- cuentra en Roma, donde las partes cuya presencia era necesaria se dirigian al pretor, Cada acto y palabra debian ejecutarse con gran precisién y cuidado y segtin los términos de la ley, pues las partes actuaban bajo sus “riesgos y peligros”! y el error mas pequeiio trafa consigo la pérdida del juicio. Se cita por Gayo en su Instituciones que en una ocasi6n quiien se habia presentado ante el pretor invocando la Ley de las XII Tablas, porque le habian cortado su vita, utiliz6 la palabra vites en lugar de la palabra arbores usada en la Ley, y por esta raz6n perdi6 el juicio. Esta rigidez, segtin algunos, fue una de las causas por las cuales se mantuvo a la Plebe bajo la dominacion de los Patricios, quienes fueron los creadores de las fSrmulas y solemnidades procesales. Estas se mantuvieron celosamen- te restringidas a su exclusive conocimiento hasta que fueron de dominio piiblico con las publicaciones del fus Flavianumy Jus Aeli- «enum, Como deciamos, eran las partes las que concurrian personalmente, por lo que por regla general nadie podia actuar a nombre © representacién de otra persona en una disputa ante el pretor. Una de las excepciones tenia lugar cuando un ciudadano era tratado como esclavo, donde lo podia reemplazar una persona libre adsetolibertats, pues el esclavo no podia ser parte. En las audiencias, que eran todas orales, las partes nombraban a algunos testigos para que pudieren declarar, ‘en caso necesario, sobre todo lo que habia ocurrido en la audiencia En materia penal el pretor era quien ejer- cfael derecho de admisién de una acusacin ‘criminal contra alguna persona. Bajo la Ley Petit, Eugene, Thad Elemental de Derecho Romano, Editora Nacional S.A., México, 1949, pig. 617. _ El juicio oral como sistema de ltigaeién Romana no existian abogados acusadores de oficio, sino que eran los cindadanos pi vados quienes presentaban las acusaciones y actuaban en el proceso. Existian audiencias privadasa fin ce que el presidente del tril nal pudiera adquirir un conocimiento mas completo de las acusaciones; el acusador y sus testigos exponfan los cargos procesa- les; se presentaba acusacién formal ante cl juez que presidia, y se decretaba fecha para el juicio. El dia del juicio se elegia al jurado 0 jueces, mediante la inscripcién ‘en tabletas del nombre de un ntimero de ciudadanos, depositindolos en ima urna, yextrayendo de alli el nvimero requerido ‘de componentes. En el forum se ponian sillas para los jueces, y tenia lugar alli el procedimiento judicial. Los juicios roma- nos s6lo podfani celebrarse con huz de dia, desde el amanecer hasta wna hora antes de la puesta de sol. Finalmente, se producia la decisi6n de los jueces, quienes emitfan suvoto utilizando piedras negras y blancas a modo de papeletas: la blanca indicaba absohucién y la negra, condenacion, La Ley Romana mantuvo su influen- cia por muchos siglos hasta la llegada del Cristianismo, que nos entreg6, entre otras instituciones, el juramento. Al haber tina larga tradicién por parte de los cristianos de jurar, esta accion se traslad6 al proceso y un imputado podri probar su inocencia consiguiendoa un m mero suficiente de testigos que pudieran juurar su inocencia, Posteriormente, Europa se entregé al procedimiento de ordali institucién por la cual se crefa que sup! cios de agua 0 fuego, por sefialar los mas comunes, podian determinar la inocencia © culpabilidad de una persona. En elaiio 1215 se les prohibi6 alos sacer- dotes bendecir este tipo de pruebas. Acto segnido, el Papa Inocencio III (+1216) in- trodlujo el juicio inquisitorio, procedimiento que constituys la base de los procesos de la Inquisicién y por el cual se les permiti6 a los, jueces investigar los hechos. En el mismo aiio 1215, se dicta la célebre Carta Magna, donde se consagraa todo hombre el derecho a ser juzgado por sus pares. En realidad, durante muchos aitos lo que se hacia era que un grupo de personas notables de la comarca (/hundreds) tenfan la obligacién de reportar al rey periédicamente sobre quienes hubiesen delinquido *alterando la paz del Reino”. Sus decisiones del ser undnimes y los imputados no tendrfan el beneficio de un abogado. Con todo lo malo y a leyenda negra que acompatia los procesos de la Inquisicién hasta el dia de hoy, los mismos produjeron Taextincidn de losjuicios mediante ordalias ¢ introdujeron la razén como ma forma de determinar la inocencia 0 culpabilidad. Sin embargo, estos juicios eran lejanos.a los conceptos moderos que nosotros maneja- mos, no siendo extraiio que se celebraran Jnicios contra cadaveres (Sinodo de Cadveres, atio 897), como cuando el Papa Esteban VI exhumé el cadaver de sti predecesor para proceder a vestirlo y nego sentarlo en wna silla yjuzgarlo, practica que continus durante gran parte de la Edad Media y que consiguié su reconocimiento legal en 1591. En Europa los juicios fueron utilizados contra los herejes, pero estos mismos pro- cedimientos Inego los exportaron los mi- nistros protestantes a América del Norte, con otros propésitos. En esta nueva etapa se wtlizaron los uicios para solucionar conflictos sociales. El juicio a William Penn, en 1670, podria decirse que marcé un punto de inflexién respectoa los deberes y derechos cel jurado y del juicio oral como forma de obtener Justicia, El Sr. Penn y otro predicador fue- ron acusados de reunir a una multitud y predicarle sin el permiso de la Iglesia de Inglaterra. El juez pretendié obtener det jurado un veredicto de culpabilidad, pero al nnegarse este a condenar, el juez.les impuso una multa, Uno de los miembro del jurado, Edward Bushel, se negé a pagar la multa, porlo que el juez lo mandéa encerrar “sin alimentos, tabaco, vino ni agua”, hasta ob- tener el veredicto que esperaba. Ante esto, Bushel recurrié ante el juez en jefe, Robert Vaughan, quien decidi que no se podia presionar al jurado, a la vez que reconocio el derecho de los jurados a entregar sus veredictos de acuerdo con su conciencia sin por eso tener que ser penalizados. Fi cron URIDICA cece SES Curso element nalmente, se les reconocié el derecho a ser ellos tos tinicos que dirfan la titima palabra respecto a la inocencia o culpabilidad, in- cluso si incurrfan en desacato. No en vano en la Declaracién de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, donde se sefialan los diversos motivos que tienen las colonias para liberarse del dominio de la corona inglesa, uno de ellos es el reclamo que hacian los ex stibditos al rey por el hecho de haber privado a los colonos del derecho a ser juzgados por un jurado. El proceditniento contencioso penal oral sun poco posterior, pues, como deciamos, no se podia contar con la representacién de un abogado. Esto comienza a cambiar en Inglaterra entre 1690 y 1780. El juicio era una ocasi6n para que los acusados ex- plicaran en persona su posicién en relacién con los delitos que se les imputaban. En 1700 se introdujo una importante novacién al sistema procesal oral, per tiendoa los acusados llamar testigos, como refutaci6n a las acusaciones efectuadas por testigos que actuaban por miedo o por re- compensa de parte del rey, 0 simplemente para evitar ser ellos los procesados. Los jueces de la época (1730) optaron por permitir a los imputados que tuvieran un abogado que contrainterrogara a los testigos que Jo acusaban, En un principio, los mismos jueces trataron de restringir las interven- ciones de los abogados al interrogatorio y contrainterrogatorio, para lograr que fuera el acusado el que respondiera per sonalmente en el juicio. Sin embargo, los abogados se las ingeniaron para silenciaral acusado y transformarse ellos en los-verd: deros protagonistas del juicio, dando ori- gen a los juicios orales que conocemos en nuestros dias. El juicio dejé asf de ser una oportunidad para que el acusado hablara ysse transforms en una oportunidad para que el abogado defensor pudiera poner a prueba el caso del fiscal. 3. PRINCIPIOS DEL JUICIO ORAL Los principios constituyen las bases que inspiran el disefio del sistema procesal y BB so URIbICd veo de litigacion oral nos proporcionan un prisma de andlisis, de interpretacién, integraci6n y desarrollo de todas sus normas. EI respeto de los principios que infor. man el sistema por todos los actores del mismo, esto €s, jueces, abogados, partes, piiblico y comunidad en general, constituye un imperativo que permite la realizacion izacidn en el dia a dia de la ga- icional del debido proceso, que, por mandato del constituyente, queda entregado, en cuanto a su desarrollo, ala forma prevista por el legislador, como lo consagra el articulo 19 N° 3° de la GPR, inciso 5°, Luego de lo ya expuesto nos referiremos alos principios que fluyen necesariamente de un sistema de enjuiciamiento oral, de cualquier naturaleza que este sea, esto es, penal, de familia o laboral, sin abordar los principios que son especiales a la materia de enjuiciamiento de que se trata? Debemos abordar los principios con que inevitablemente se enfrentaré un abogado que encare un proceso oral. 3.1. PRINCIPIO DE IGUALDAD PROCESAL Y BILATERALIDAD DE LA AUDIENCIA Este principio es uno de los contenidos ms esenciales del debido proceso, ya que constituye una manifestacién 0 externali- zacién en el procedimiento del principio general de igualdad ante la ley. Sin perjuicio que su extensién pueda ser discutida por los autores, hay aspectos no controversiales, como el derecho de las partes a ser ofdas en el juicio; el derecho a intervenir en él; a presentar pruebas; a Ast, por ejemplo, no nos referiremos al prin ipio de inocencia, que consagra el articulo 4° del ‘Cédigo Procesal Penal, por ser una garantia propia del sistema procesal penal y no del juicio oral. Por lo mismo, tampoco nos rferiremosal principio que _garantizaelrespeto al interés siperior del ni, nia O adolescente y su derecho a ser ofdo, consagrado cen el articulo 16 de la Ley N” 19.668, que crea los tribunales de familia, por tratarse de derechos sus- tantivos propios del Derecho de Familia, mas que de principios que inspiren un sistema acusatorio, 18 contradecir la prueba contraria; el derecho a defensa juridica; y la facultad de recurrir de las decisiones del tribunal. Asi, por ejemplo, en materia penal, se reconoce el derecho del imputado a intervenir en el juicio desde las primeras etapas de la investigacién (articulos 7°, 12, 98, 98 C.P.P.); a conocer los hechos por los cuales se le investiga (articulos 93 N° 1, 94, letra a), 229 CPP); a formular sus alegaciones (articulos 8° inciso 2°, 263, 264, 268, 271, 326 CPP); a conocer la acusacién (articulo 260 del C.P.P.); a pre- sentar pruebas (articulos 278, 328 C.PP); apresenciar y controvertir Ia prueba con- aria (articulo 285, 330 C.P.P); a analizar la prueba rendida (338 CPP), ya recurtir (articulos 352, 387 C.PP.) En materia de familia (Ley N° 19.968), también se reconoce el principio del con- tradictorio, mediante la posibilidad de las partes de ser ofdas (articulos 56, 58, 59); de presentar pruebas (articulos 29, 61 N° 8, 64); de impugnar la prueba con- traria (articulo 64 inciso 2°); observar la prueba rendida (articulo 64 inciso final) yde recurrir (articulo 67). Igual situaci6n ocurre en materia laboral (Cédigo del Trabajo), donde se reglamen- ta el derecho de las partes a efectuar sus peticiones al tribunal (articulos 425, 446, 452, 453 N° 1° y 2°); de presentar prue- bas (articulos 453 N’ 4°, 454 N° 1°, 3°, 4°, 5°, 6° y 7°; impugnar la prueba contraria (articulos 453 N* 2° y 7"); hacer observa- ciones a la prueba (articulo 453 N° 8°); y recurrir de las decisiones del tribunal (articulos 474 y siguientes). 3.2. PRINCIPIO DE ORALIDAD Desde luego el juicio oral implica que el dlebate se realiza mediante las presentaci nes verbales que hacen las partes de sus pretensiones ante y en presencia directa € indelegable del juez, las cuales, a st tur- no, son resueltas por la misma via por el Tribunal (articulos 1°, 281 y siguientes, 290, 291 CPP). 19 El vio oral como sistema de liigacién, Este principio tiene como instrumento de materializacién efectiva la necesidad de decretar audiencias de juicio en las cuales las partes efectuardn sus declaraciones, formulardn sus peticiones, produciran la prueba propia o impugnaran la contraria. En sintesis, desarrollaran el ju Como contrapartida de ia oralidad, se prohibe la presentacién de minutas escri- tas o dar lectura a las alegaciones dentro del juicio. Para dejar testimonio material del pro- ceso, se instituye en estos procedimientos la obligacién de dejar registro del juicio por medio de cualquier sistema apto para producir fe (articulos 39, 40, 41 y 42 del CPP; articulo 10 de la Ley N° crea los Tribunales de Familia; a del Gédigo del Trabajo). No obstante la oralidad, el acto final y de mayor trascendencia del juicio, esto es, la sentencia definitiva, si bien es comunicada en cuanto a su decision verbalmente a las partes, debe redactarse por escrito, pro- cediéndose con posterioridad a su lectura enaudiencia citada especialmente para tal efecto (articulos 342, 343, 344 y 346 del CPP; 65 y 66 de la Ley N° 19.968; 457 y 459 del Codigo del Trabajo). Este principio es en realidad una deriva- cin del anterior. La oralidad constituye un método de debate y de comunicacién directa entre las partes y el tribunal, para cuya materializacién se requiere ineludi- blemente, so pena de nulidad, la presencia permanente y continua del jutez 0 jueces, sin posibilidad de delegacidn alguna de sus facultades, como se apreciaba en los juicios escritos, donde las actuaciones personales de los litigantes, como los comparendos 0 las recepciones de la prueba, se rendian ante un actuario o un receptor judicial, para luego ser lefdas por el tribunal al mo- mento de fallar. En losjnicios orales, la discusi6n, prue- bay fallo, las tres etapas de todo juicio, se realizan en presencia permanente y directa tym FURTDICA rece BS de los intervinientes y el juez. La omisién de esta exigencia trae aparejada la nulidad del juicio y de la sentencia (articulos 284, 285, 286, 288 del CPP; 9° y 12 de la Ley N° 19.968; 425 inciso 2°, 427 y 460 del Co- digo del Trabajo). Desde el punto de vista estratégico, la inmediacién se traduce en tener presente que la ejecucién y puesta en marcha de este principio importa una comunicacién permanente con el sentenciador, donde no solo se transmite lo declarado por el litigante en forma verbal, sino que, lo que es mas complejo y exige una dedicacién y preparacion especial para el profesional, lo que dice relacién con la comunicacién no verbal que emana de sus posturas, ges- tos o ademanes, sin duda pueden influir positiva o negativamente en la decisién del ‘Tribunal o en la actitud del sentenciador hacia la parte. 3.4, PRINCIPIO DE PUBLICIDAD La publicidad es un principio general de losactos y resoluciones de los Srganos del Estado, como se desprende del articulo 8” inciso 2° de la Constitucién Politica de la Repiiblica, en su nueva redaccién dada por la Ley N° 20.050, de 26 de agosto de 2005.8 Con la explicaci6n de este principio se pretende fomentar la probidad (articulo 8? inciso 1° de la Constituci6n Politica de la Reptiblica), y como contrapartida, evitar actos atentatorios contra los derechos que la Constitucién asegura a todas las personas . © de corrupcién que puedan ser disimula- ¥ Blarticulo 8° dela Consttucién sefala: “El ejer- cicio delias funciones publica obliga asus tiulares a ‘dar estricto cumplimiento al principio de probidad ‘en todas sus actuaciones. ‘Son priblicos los actos y resoliciones de los 6r- sganos del Estado, asf como sus fundamentos y los procedimientos que uilicen, Sin embargo, s6lo una ley de quorum califiado potra establecer a reserva osecreto de aquellos ode étos, cuando la publicidad afectare el debido eumplimiento de las funciones de dichos érganos, los derechos de las personas, la seguridad de la Nacién ol interés nacional” BD roms junto1c neon Curso elemental de ltigacin oral 20 dos con el secreto de las decisiones de los Srganos depositarios de la soberania, ‘La publicidad, en sintesis, esta relacionada con la transparencia de los actos de decisin de los Srganos puiblicos, y ello guarda una relacién indirectamente proporcional con la corrupcién o fa toma de decisiones por los agentes ptiblicos con un sustrato ilegitimo oarbitrario, A mayor transparencia 0 publi cidad, menor currupcién y viceversa. Dentro del ejercicio de la funcién ju- risdiccional, este principio se encuentra ratificado en el articulo 9° del Cédigo Or ganico de Tribunales, que establece que los actos de los tribunales son piiblicos, salvo las excepciones que la ley establezca, Analizaremos en los parrafos siguientes la publicidad en el proceso penal, de familia yen el procedimiento laboral. 3.4.1. Publicidad en el sistema procesal penal Con anterioridad a la Ley N° 19.696, que aprobé el nuevo Cédigo Procesal Penal en el afio 2000, rigié en Chile un sistema de enjuiciamiento criminal basado en un sistema inquisitivo, y escrito, reglamentado por el Cédigo de Procedimiento Penal de 1906, y heredado de los sistemas judiciales cespaiioles, donde el juez concentraba y ejer cfa las funciones de investigador, acusador ysentenciador. La etapa de investigacién, ‘denominada sumario, era secreta para las, partes del juicio, inchuido el imputado, quien ni siquiera tenfa derecho a conocer el tenor de los hechos por los cuales se le persegu Sia ese escenario se sumaba el hecho que el juicio era substanciado por actuari ‘que no necesariamente tenian preparacién juridica formal, estébamos sin duda ante tun sistema que no respetaba ninguno de los principios del debido proceso. Con el advenimiento de la reforma pro- cesal penal, se instauré en Chile un modelo adversarial, que separa las funciones de investigaci6n, acusaci6n y juzgamiento, funcién esta tltima que queda entregada aun panel de jueces. El control del debido proceso durante la etapa de investigacién se ‘entregé alos Tribunales de Garantia. Toda _ El juicio oral como sistema de litigacién la actividad judicial, tanto ante el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal como ante los Juzgados de Garantia se realiza en forma oral. ‘Todo lo anterior, que permitis incorporar al proceso penal las garantias constituciona- les del debido proceso reconocidas por el constituyente y por tratados internacionales sobre derechos humanos, aparece corona- do.con el reconocimiento del principio de publicidad del proceso penal, donde ya en elarticulo 1° del Cédigo Procesal Penal se reconoce el derecho de todo individu a un juiicio oral y piiblico. En todo caso, cabe precisar que la pu- blicidad tiene distintas dimensiones o pro- yecciones, segiin sise analiza la vigencia del principio para los intervinientes, para el piiblico en general o, dentro de una realidad mas moderna, como la posibilidad de los medios de comunicacién social paraacceder alas distintas etapas del proceso. Para los intervinientes, la publicidad es un derecho que se exterioriza desde el inicio de las primeras actividades de in- vestigaci6n y se materializa reconociendo el derecho del imputado para participar del proceso desde la primera actuacién del procedimiento dirigida en su contra hasta la completa ¢jecucién de la senten- cia (articulo 7° C.PP.), sea por si mismo © por su respectivo defensor (articulo 8° CPP). También se consagra el derecho del imputado a conocer el fundamento de la persecucién (articulo 93 CPP); y a que se le comunique que se realiza una investigacién en su contra (articulo 229 CPP). La publicidad también comprende ose extiende a la facultad del imputado y demas intervinientes de imponerse de las, actividades de investigacién, como asimismo, de examinar y obtener copias, asu cargo, de los registros y documentos de la investigacién, fiscal y a examinar los de la investigacién policial (articulo 182 CPP) Excepciones a la publicidad de las ac- tuaciones, registros 0 documentos de la investigacién se consagran para el imputado ylos intervinientes en el inciso 3° del articulo 182 del GPP, cuando el fiscal lo considere necesario, respecto de alguno de ellos, para la ceficacia de la investigacién. En todo caso, esta medida no es general, sélo se refiere a piezas o actuaciones determinadas de la investigacién y, ademas, es temporal: no puede extenderse por més de 40 dias. Esta medida de secreto no puede refe- rirse en caso alguno a la declaracién del imputado, oa cualquier otra actuacién en que hubiere intervenido o tenido derecho a intervenir,a las actuaciones del tribunal, ni a los informes periciales emitidos respecto del propio imputado o de su defensor. En la etapa de juicio, los intervinientes ienen el derecho y también el deber de presenciar el juicio para imponerse de su contenido (articulos 285, 286, 287 y 288 del CP Segiin al articulo 374 letra c) del CPP, es motivo absoluto de mulidad del juici oral el hecho que durante el desarrollo de este hubieren sido violadas las disposiciones establecidas por la ley sobre publicidad del juicio. Para el piiblico en general que quisiere presenciar el proceso, también se recono- ce, aunque con mayores limitaciones, la posibilidad de tomar conocimiento de los actos de juicio. Asi, dentro de la etapa de investiga- cién, el articulo 182 del C.PP, sefiala que las actuaciones de investigacién realizadas por el Ministerio Pablico y por la policia, serdn secretas para los terceros ajenos al procedimiento, es decir, para el puiblico en general Porsu parte, de acuerdo con el articulo 289 del C.PP,, la audiencia del juicio sera piiblica, pero el Tribunal podra dlisponer, a peticién de parte y por resolucién fundada, una o mds de las siguientes medidas, cuando considere que ellas resultan necesarias para proteger a intimidad, el honoro laseguridad de cualquier persona que debiere tomar parte en el juicio o para evitar la divulgacién de un secreto protegido por a ley: a) Impedir el acceso w ordenar la salida de personas determinadas de la sala donde se efectuard la audiencia; b) Impedir el acceso del piiblico en ge- neral u ordenar su salida para la préctica de pruebas especificas. coon JURIDICA neous BD Curso elemental de ltigacién oral Por otro lado, y como anticipamos, den- tro de un contexto social, la publicidad importa la posibilidad que los medios de comunicacién presencien el juicio oral € incluso, como sefala el articulo 289 del GPP, que “fotografien, filmen o transmi- tan alguna parte de la audiencia que el tribunal determinare, salvo que las partes se opusieren a ello” Estas facultades de los medios de comu- nicacién social de acceder a la audiencia de juicio oral puede ser limitada en el caso que sefiala la ley en su articulo 289 del C.PP., que otorgaal tribunal, en la letrac) de dicha norma, lafacultad para disponer, a peticién de parte y por resolucién fundada, la pro- hibici6n al fiscal, a los demés intervinientes yasus abogados de entregar informacién 0 formular declaraciones a los medios de comunicacién social cuando considerare que ello es necesario para proteger la inti midad, el honor o la seguridad de cualquier persona que debiere tomar parte en el juicio © para evitar la divulgacién de un secreto protegido por la ley. Cuestidn controvertida ha sido si esta publicidad que beneficia a los medios de ‘comunicacién social para presenciar y difun- dir los actos de juicio oral se extiende a las audiencias preliminares que se realizan en Ia etapa de investigacién, como por ejemplo, en las audiencias de control de detencién. Ladiscusién se presenta porque el articulo 4° del CPP, que consagra la presuncién de inocencia, expresa que “ninguna per sona sera considerada culpable ni tratada como tal en tanto no fuere condenada por sentencia firme”, Fundado en esa norma se ha sostenido y alegado por los defensores penales que nose filme el rostro ni tampoco se difunda el nombre o la imagen del imputado, por ‘cuanto tales hechos importarfan tratar ast. representado como culpable, aplicandole con ello una sancién social no prevista en laley. Se argumenta que las normas de los ar- ticulos 1° y 289 del C.PP. antes referidas, se refieren a la publicidad del juicio oral propiamente tal y no a los actos previos al juicio penal. BD roms. R401 nec 22 Esta tesis puede complementarse también con elarticulo 19 N° 4° de la Constitucién Politica de la Repitblica, que asegura a to- das las personas el derecho a la honra de la persona y de su familia. ‘Se ha sostenido en este contexto que ladi- fusidn de imagenes o el nombre del imputado esrecibida por la comunidad, en la practica, como la noticia de haberse cometido por aquel un hecho ilfcito, cuesti6n que, desde Iuego, debe acreditarse mediante el proceso, por loque tal difusi6n y consecuencial forma de percepcién de la misma por la sociedad atenta contra el principio de inocencia, de legalidad de las penas y también contra el derecho a la honra del individuo.* Se trata, en sintesis, de una situacién donde colisionan dos grupos de derechos, el derecho a la publicidad del juicio ya la libertad de informacién, por tina parte; y, por a otra, los relativos al debido proceso del imputado, a su presuncién de inocen« yalahonra. Por todo lo anterior, se aprecia que esta- ‘mos en presencia de una situacién que ha sido restielta caso a caso, por lo que seria acertado una decisién legislativa que defi- niera y regulara el acceso de los medios de comunicacién a las etapas previas al juicio oral, y cémo ese acceso se materializa sin transgredir los principios del proceso penal que la Constitucién y la ley aseguran a todos los intervinientes del juicio sin necesidad de entrar a discutirlos caso a caso. 34.2. Publicidad en la Ley N° 19.968, que crea los Tribunales de Familia Dentro del procedimiento que crea la Ley N° 19.968, se regulan en el 1 rrafo primero de dicha ley, articulos 9 y siguientes, los principios del procedimiento, dentro de los cuales no se enunciaba de manera expresa, en su redaccién original, el principio de la publicidad. “Para mas informacidn sobre esta discusién, vvéase Sala Astrain, Jaime, Iniiaciém al nuevo Derecho Procesal Chileno, Alfakira Ediciones, 1° Edicidn, aio 2006, pags. 128 y siguientes. ae ‘Sin embargo, ello no implicaba que los actos de procedimiento no podian ser presenciados en todas sus partes por los imtervinientes a quienes afecten sus deci- siones. Muy por el contrario, ello quedaba cubierto por el principio de oralidad y de inmediaci6n a que se refieren los articulos, 10 12, respectivamente. En todo caso, ello se esclarecié con la modificaci6n introducida ala Ley N° 19.968 por la Ley N° 20.286, de 15 de septiembre de 2008, que modifics el articulo 15 de la referida norma estableciendo expresamente que “todas las acturaciones jurisdicciona- les y procedimientos administrativos del tribunal son ptiblicos”, estableciendo a su. ver que “excepcionalmente y a peticién de parte, cuando exista un peligro grave de afectacién del derecho a la privacidad de las partes, especialmente nifios, nifias y adolescentes, el juez podra disponer una o nds de las siguientes medidas: a) Impedir el acceso u ordenar la salida de personas determinadas de la sala donde se efectiia la audiencia. b) Iimpedir el acceso del piiblico en ge- neral w ordenar su salida para la prictica de diligencias especificas”. Esta nueva redaccién del articulo 15 de la ley reconoce el derecho de los terceros ajenos al juicio ¢ incluso los medios de co- \ci6n social para presenciar una au- de juicio oral, reconociendo que las limitacionesa este derecho s6lo proceden a peticidn de parte, en forma excepcional, se tefieren a personas determinadas 0 cuando ¢s una prohibici6n general, sélo es para iertas y especificas audiencias. Sin duda deja claro el legislador que lo deseable es la publicidad, y el secreto, la excepci6n. Con anterioridad a dicha modificacién el antiguo artfculo 15 de la Ley N° 19.968 era bastante mds limitativo del derecho de los terceros para presenciar los actos de cuando sefialaba que “el juez debera velar durante todo el proceso por el respeto al derecho a la intimidad de las partes y especialmente de los nitios, nitias y adoles- centes. Con ese objetivo podra prohibir la difusién de datos o imagenes referidos al proceso oa las partes; o disponet, mediante ELjuicio oral como sistema de tiigacion 23 resolucién fundada, que todas o al de las actuaciones del procedimiento se realicen en forma reservada” Hoy con el nuevo tenor de la norma se ha reafirmado el caricter pitblico de los Juicios de familia aun para los terceros ‘medios de comunicacién. Sin perjuicio de ello, igualinente existen excepcionesa la publicidad consagradas en. normas especiales qu, por lo tanto, priman sobre lo dispuesto en el articulo 15 de la Ley N° 19,968, antes citado, Asi, por ejemplo, el articulo 197 del Cé- digo Civil, inserto dentro de las acciones de filiacién, nos seriala que “el proceso tendra caricter de secreto hasta que se dicte sen- tencia de término, ys6lo tendran acceso a é1las partes y sus apoderados judiciales’. Por otro lado, tratindlose del procedi- miento de adopcién, contemplado en la Ley N° 19.620, y segtin el articulo 28 de la misma, “todas las tramitaciones, tanto judi- ciales como administrativas y la guarda de los documentosa que dé lugarla adopeién, seran reservadas’ Por otro lado, para las partes también pueden existir excepcionesa la publicidad, como es la consagrada en el articulo 63 de la Ley N° 19.968, relativa a la audiencia de juticio, que si bien es priblica para ellas enel sentido que debe constituirse con la asistencia del demandante y demandado, asistidos por letrado, cuando corresponda {articulo 63 inciso 2°), de acuerdo con el inciso final del articulo sefialado, el juez puede “ordenar, en interés superior del nifio, nitia 0 adolescente, que éste u otro miembro del grupo familiar se ausente du rante determinadas actuaciones”, con lo cual se limita implicitamente la publicidad del juicioa alguna de las partes que puedan estar comprendidas dentro del concepto de grupo familiar del nifio, nia o adolescente que requiere la proteccién judicial Por otro lado, dentro de los procedi- Inientos especiales que contempla el Titulo IV de la Ley N° 19.968, especificamente en el parrafo primero, denominado “de la aplicacién judicial de medidas de pro- teccién de los derechos de los nifios, nitias © adolescentes”, encontramos una norma orion, JURIDICA pr cues Curso elemental de ltigaci6n oral que asimismo podrfa limitar el acceso de las partes a las audiencias del juicio o pre- liminares al juicio, cual es, la norma del articulo 69 de la ley, que dispone que “en este procedimiento, el juez tendra debi- damente en cuenta las opiniones de los niiios, nifias o adolescentes, considerando su edad y madurez. Para este efecto podra escucharlos en las audiencias a que se refieren los articulos 72y 73, o en otra especial fijada al efecto, enun ambiente adecuado y cautelando su salud fisica y sfquica”. Sostenemos que en la parte final del ar- ticulo antes transcrito, que exige al tribunal oir al menor en un “ambiente adecuado y cautelando su salud siquica”, podria argu- mentarse y el juez decretar la prohibicién de acceso de alguna de las partes del pro- cedimiento o de algtin posible afectado con la medida de proteccién que dictare el Tribunal, a la audiencia en que se discuta Ta misma medida, 3.4.3, Publicidad en el procedimiento laboral La Ley N° 20.087, que sustituye el procedi- miento laboral contemplado en el Titulo V del Cédigo del Trabajo, también erige su sistema de enjuiciamiento sobre la base de la publicidad. Asi, los articulos 425 y 428 del Cédigo del Trabajo, en su nueva redaccién, sefiatan que los procedimientos del trabajo y actos procesales seran piiblicos. Estas normas no distinguen, por lo tanto debemos concluir que la publicidad aludida rige en su plenitud en las tres dimensiones aque hemos hecho referencia: respecto de las partes, de terceros y de los medios de comunicacién social. 3.5, PRINCIPIO DE CONCENTRACION O CONTINUIDAD Este principio se refiere a la exigencia legal de desarrollar el proceso en audiencias continuas, ininterrumpidas y sucesivas de juicio. La concentracién permite que la comu- nicacién directa entre los intervinientes y QB eprroniat JURIDICA pe cei 24 cljuez que se logra con la inmediaci6n y la oralidad no se disperse, debido a la dilacién en el tiempo de las actuaciones de juicio, las cuales idealmente deben ejecutarse y desarrollarse en una sola andiencia, sin solucién de continuidad, en presencia de un mismo juez y de los intervinientes. De no ser ello posible, el juicio debe seguirse © continuarse en audiencias sucesivas. Asi, en materia procesal penal, el articulo 282 del CPP. dispone que “la audiencia del juicio oral se desarrollaré en forma continua y podra prolongarse en sesiones sucesivas, hasta su conclusién. Constituiran para estos efectos sesiones sucesivas aquellas que tuvieren lugar en el dia siguiente 0 subsigniente de funcionamiento ordinario del tribunal”. Por aplicacién del mismo principio de continuidad, la ley no permite la suspensién de la audiencia sino hasta por dos veces y inicamente por razones de absoluta nece- sidad y por el tiempo minimo necesario de acuerdo con el motivo de la suspensin. Side hecho eljuicio se interrumpiere ose suspendiere por un periodo que exceda de diez dias, queda impedida su continuacién, debiendo el tribunal decretar la nulidad de lo obrado y decretar su reinicio (articulo 283 CPP). De acuerdo con el articulo 374, letra c) del CPP,, es motivo absoluto de nulidad del juicio oral la circunstancia que durante el desarrollo de este hubieren sido violadas las disposiciones establecidas por la ley sobre continuiidad del juicio. En la Ley N° 19.968 también se hace referencia a este principio en el articulo 11, el cual dispone que “el procedimiento se desarrollara en audiencias continuas y podra prolongarse en sesiones sucesivas, hasta su conclusi6n. El tribunal slo podra reprogramar una audiencia, en casos ex- cepcionales y hasta por dos veces durante todo el juicio, si no esta disponible prueba relevante decretada por el juez. La nueva audiencia deberd celebrarse dentro de los 60 dias siguientes a la fecha de la anterior. Asimismo, ¢l tribunal podra suspender una audiencia durante su desarrollo, hasta por dos veces solamente y por el tiempo ninimo necesario de acuerdo con la cansa invocada, por motivos finndados diversos cel sefialado en el inciso precedente, lo que se hard constar en la resolucién respectiva. La reprogramacién se notificara con- forme a lo dispuesto en el inciso final del articulo 23, cuando corresponda, con a lo menos tres dias habiles de anticipacién. La resohici6n que suspenda una audiencia fjaré Ia fecha y hora de su continuacién, la que deberd verificarse dentro de los treinta dias, ignientes, y su comunicacién por el juez en la audiencia que se suspende se tendra como citacién y notificacidn suficientes”. Por su parte, el articulo 63 de la mis- ma ley sefiala que la audiencia de juicio se llevara a efecto en un solo acto, pudiendo prolongarse en sesiones sucesivas si fuere necesario, Dentro del nuevo procedimiento la- boral, contemplado en la Ley N° 20.087, el articulo 425 también consagra la con- lad o concentracién como principio formativo del procedimiento, desarrollada en el articulo 426 inciso 3° del Cécligo del Trabajo, que seftala que “iniciada la audiencia, ésta no podra suspenderse. Excepcionalmente, y s6lo en el evento de caso fortuito o fuerza mayor, eljuez podra, mediante resohcién fundada, suspender a audiencia. En el mismo acto deberd fi- jar nuevo dia y hora para su realizacion”, debiendo el tribunal “habilitar horarios especiales en caso cle que el desarrollo de la audiencia exceda al horario normal de su fincionamiento” 3.6, LA LIBERTAD DE PRUEBA Y EL REPUDIO DE LA PRUEBA ILICITA La prueba es una materia que presenta un cardcter hibrido: por nna parte, alguna de sus normas son de cardcter sustantivo; y, por otra, de caracter adjetivo. En efecto, pertenecen al derecho sus- tantivo las disposiciones que se refieren a qué debe probarse; a la determinacién de la parte que debe probar o la carga de la prueba; y a los medios de prueba y la adinisibilidad de los mismos. El juicio oral como si 25 pa de itigacion En cambio, pertenecen al derecho procesal las reglas que regulan el momento en que se produce la prueba y el modo de rendirse. En cuantoa los medios de prueba, ello se refiere a las vias de que disponen las partes en un juicio para acreditar los hechos que requieren ser probados. Dentro de los sistemas probatorios reco- nocidos por la doctrina, existen basicamente dos: el sistema de prueba legal yel de libre conviccién. En elsistema de prueba legal, las partes sélo pueden recurrir para acreditar un he- cho a los medios de prueba taxativamente seiialados por el legislador. En el sistema de libre conviccién, en cambio, las partes estén autorizadas para recurrira cualquier via o medio para lograr la conviccién del tribunal en el sentido de acreditar un hecho. En nuestro sistema legal, podemos afirmar que estamos viviendo un transito desde los sistemas de prueba legal hacia los de libre En efecto, en el articulo 1698 inciso 2° del Codigo Civil se seiialan taxativamente os medios de prueba de que pueden valerse las partes, norma que es complementada porelarticulo 341 del Cédigo de Procedi miento Civil, La diferencia entre ambas disposiciones estriba en que el Cédigo Civil no contem- plaba el informe de peritos como medio de prueba, como sf lo hace el Cédigo de Procedimiento Civil. Por su parte, desde a modificacién al Cédigo Civil por la Ley N°7.760, se suprimié de los medios de pruebas el juramento deferido.® De las dos disposiciones se desprende que os medios de prueba que pueden utilizar Jas partes son los instrumentos, piiblicos 0 privados; testigos; presunciones; confesién de parte; inspeccién personal del tribunal ¢ informe de peritos. Los articulos 456 bis y 457 del antiguo Cédigo de Procedimiento Penal mante- * Como uestin meramenteanecdtica podemas sefalarque ain subsite en mieatr legalacin an caso en que se aplicariaeljuramento deterido, como exel contemplado en el artielo 423 det Codigo Givi eorroniat JURIDICA nv cams BD roms juRI04CA vec Curso elemental de litigacin oral nian, en sintesis, el sistema de prueba legal, sefialando el primero de dichos articulos que nadie podia ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgue haya adquirido, por algiin medio de prueba legal, la conviccién que realmente se ha cometido un hecho punible y que cabe al procesado una participacién culpable y penada por la ley; a la vez que el segundo sostenia cuales eran los medios de prueba para acreditar los hechos en un juicio criminal. Ante dichas normas, para incorporar un medio de prueba no previsto en la enu- meracién legal, no cabfa 0 no cabe, aun dentro del sistema procesal civil, sino in- tentar convertirlo en un medio de prueba reglamentado por el legislador. Si ello no era posible, puede o podia sostenerse y alegarse que, alo menos, se con- figura respecto del elemento de conviccién no regulado una presuncién judicial, con- forme lo autoriza el articulo 427 del Cédigo de Procedimiento Civil cuando sefiala que “sin perjuicio de las demas circunstancias que en concepto del tribunal deban esti- marse como base de una presuncién...” Pues bien, dentro de esas “demas circuns- tancias” hay un espacio para incorporar © convertir un medio no reglado dentro de las presunciones judiciales que si son reguladas por el legislador. De hecho, ese fue el criterio expreso que cemple6 la Ley N? 18.857, que introdujo al Cédigo de Procedimiento Penal el articulo 113 bis, que sefialaba en su inciso 1° que “podran admitirse como pruebas peliculas cinematograficas, fotografias, fonografias, yotros sistemas de reproduecién de la ima- gen y del sonido, versiones taquigraficas, y en general, cualquier medio apto para producir fe, Estos medios podran servir de base a presunciones 0 indicios” ‘Todo lo anterior, para sefialar que si bien os medios de prueba son una materia de caricter sustantivo, todas las nuevas nor- ‘mas procesales que han modificado nuestra legislacién, introduciendo los sistemas de litigacién oral, han dictado normas que to- can lo sustantivo de la prueba, refiriéndose a los medios de prueba, estableciendo un sistema de libre conviccién, desvinculén- 26 dose del sistema de prueba legal que his- t6ricamente nos habia regido, lo cual, sin duda, constituye un gran cambio a nuestro sistema legal. En efecto, el articulo 295 del Cédigo Procesal Penal sefiala que “todos los hechos y circunstancias pertinentes para laadecuada solucién del caso sometido a enjuiciamiento podran ser probados por cualquier medio producido ¢ incorporado en conformidad alley". Por su parte, esta norma es complemen- tada con la del articulo 323 del mismo cuer- po legal, que, refiriéndose a los medios de prueba no regulados expresamente, sefiala que “podran admitirse como pruebas peli- culas cinematogréficas, fotografias, fonogra- fias, videograbaciones y otros sistemas de reproduccién de la imagen o del sonido, versiones taquigréficas y, en general, cual- quier medio apto para producir fe”, caso en el cual, sefiala el inciso 2” del articulo antes referido, “el tribunal determinard la forma de su incorporacién al procedimien- to, adecuandola, en lo posible, al medio de prueba mas andlogo”. De estas normas se desprende en lo pro- cesal penal el cambio de sistema desde uno en el cual las partes gozaban de un deter- minado, limitado y taxativo catélogo de los medios de prueba, hacia otro donde las partes pueden recurrira cualquier via con el objeto de provocar la conviccién del hecho y sus circunstancias en el sentenciador. Es tan extensivo el cambio de criterio que incluso el articulo 324 del Cédigo Procesal Penal hace aplicable este sistema a la prueba de las acciones civiles que se deducen 0 interponen en el proceso penal, cuando sefiala que “la prueba de las accio- nes civiles en el procedimiento criminal se sujetard a las normas civiles en cuanto a la determinacién de la parte que debiere probar ya las disposiciones de este Cadigo en cuanto a su procedencia, oportunidad, forma de rendirla y apreciaci6n de su fuerza probatoria” El andlisis del articulo antes transcrito nos lleva a la conclusién que incluso en la acci6n civil que se discute en sede criminal, con lasola excepcién de la determinacién Eljuicio oral de la parte que debe probar 0 que le co- rresponde la carga de la prueba, todas las otras normas relativas a la prueba cle dichas acciones se someten a las reglas del Cédigo de Procedimiento Penal, dentro de las les estan la procedencia de lami Io tanto, el reconocimiento de un basado en la libertad de prueba Se podria sostener que el articulo 323 del Cédigo Procesal Penal contendria un erroral referirse a los “medios cle prueba no contemplados expresamente”, lo que seria un contrasentido, ya que del momento que clarticulo 323 se refiere a ellos, ya dejan de no estar “contemplados expresamente”. Sin embargo, lo que quiere decir el legislador es que ademds de los medios de prueba clasicos y respecto de los cuales la ley da normas ciertas que regulan la forma como se produce esa prueba y cémo se incorpora al juicio, como ocurre con los instrumentos, testigos, confesidn, peritos, etc., pueden existir otros, no regulados expresamente, pero que se permite su utilizacién dentro del principio de libertad de prueba y que, para los efectos de su incorporacién al juticio, se deben asimilar al medio reglado que aparezca ms anzilogo, lo cual debe ser determinado por el tribunal caso a caso. Fuera ello, y como hemos sefialado con anterioridad, estos principios no sélo se aplican a las cuestiones penales, sino que estamos viviendo un verdadero transito ha- un sistema de libre conviccién desde el momento que las normas de los articu- los 295 y 323 del Cédigo Procesal Penal han sido pricticamente copiadas por la Ley N° 19.968, que crea los Tribunales de Familia y reproducida con otras palabras por la Ley N° 20.087, que crea el nuevo procedimiento laboral. En efecto, el articulo 28 de la ley que cre6 los Tribunales de Familia sefiala que “todos los hechos que resulten pertinentes para la adecuada resolucién del conflicto familiar sometido al conocimiento del juez podran ser probados por cualquier medio producido en conformidad a la ley”. En sintesis, la norma reproduce, mutatis mu- tandis, la idea que expresa el articulo 295 del Cédigo Procesal Penal. 27 sistema de vig Por su parte, el articulo 54 de la Ley N° 19.968, norma hermana del articulo 323 del Cédigo Procesal Penal, antes referido, seiiala que “poctran admititse como pruebas: peliculas cinematograficas, fotografias, fo- nografias, videograbaciones y otros sistemas de reproduccién dle la imagen o del sonido, versiones taquigraficas y, en general, cttal- quier medio apto para producir fe. El juez determinard la forma de su in corporacién al procedimiento, adec dola, en lo posible, al medio de prueba fs andlogo”. En materia de procedimiento laboral, en tanto, el articulo 453 N° 4) del Cédigo del Trabajo, modificado por la Ley N° 20.260, de 29 de marzo de 2008, dispone que “en la audiencia preparatoria se aplicaran las siguientes reglas: ...4) Eljuez resolvera fin- dadamente en el acto sobre la pertinencia de la prueba ofrecida por las partes, pudiendo valerse dle todas aquellas reguladas en la ley. Las partes podran también ofrecer cualquier otro elemento de conviecién que, a juicio del tribunal, fuese pertinente”. En otras palabras, el legislador repite, de dlstinta forma, las mismas ideas que contienen los articulos 295 del Cédigo Procesal Penal y 28 de la Ley N° 19.968, antes analizadas, al referirse que las partes pueden recurrit a todos los medios de prueba regulados ex- presamente por el legislador, como los no regulados, siempre que tos y otros fueren pertinentes a la litis, lo que es evidente. Dentro de las mismas ideas, el articulo 454 N° 8) del Cédigo del Trabajo seriala que “cuando se rinda prueba que no esté expresamente regulada en la ley, el tribunal determinaré la forma de su incorporacién al juticio, adecuandola, en lo posible, al medio de prueba més andlogo”, norma que guarda profunda coincidencia con las reglas del articulo 323 del Cédigo Procesal Penal, y del articulo 54 de la Ley N° 19.968, arriba comentadas. Por otra parte, y como contrapartida a la libertad de prueba, los nuevos sistemas de litigaci6n reglamentan y rechazan ex- presamente que el acceso a los medios de prueba sea sin trasgresién a los derechos fundamentales de las personas, como por cswon untoicavecnr SB Curso elemental de litigacién: ejemplo, sin observancia del respeto ala vida privada, al honor de la persona o de su familia, ala libertad personal o seguridad dividual, o a algiin otro de los derechos constitucionales que se aseguran a todas las personas, principalmente, en el articulo 19 de la Constitucién Politica de la Reptiblica, ‘de los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes. Existe libertad de prueba por un lado; pero, por el otro, no por poder acreditar un hecho por cualquier medio no van a reconocerse limitaciones para hacerse de ese medio por cualquier via, sino dentro del marco del derecho. Como en todo, el {in no justifica los medios. Recordemos que el ordenamiento juri- dico ¢s un conjunto integrado de normas, que se relacionan unas a otras y que rigen a una sociedad en un momento y lugar_| determinados. Dentro de estas normas existe el principio de legalidad, en virtud del cual las normas no se generan ellas a si mismas, sino que lo hacen con respeto a las normas superiores, tanto del punto de vista formal como de fondo. Hace excep én a lo anterior la Constitucién, la cual es autérquica, en el sentido que ella se basta a si misma, 0, lo mismo, pero desde otro Angulo, sobre ella reposa la competencia total del ordenamiento juridico, Pues bien, si la Constitucién asegura a todas las personas ciertos derechos que son anteriores incluso a ella misma, nada justi fica que la sentencia, acto juridico procesal de validez particular, y de menor jerarquia que ésta, afecte derechos superiores, de caracter general, ni mucho menos que ello se haga en los actos previos al juicio, como son los de investigacién, sea puiblica © privada, que son precisamente aquellos actos en los cuales los intervinientes de un juicio se procuran o acceden alos medios de prueba que piensan Hlevara un tribunal para acreditar sus pretensiones. Esen el foro donde en todo momento, y con mayor raz6n, deben respetarse los derechos constitucionales de todos los ind viduosy no es sostenible que a propésito de Ia resolucién de un caso, y bajo el pretexto de hacer justicia, se atente contra normas B voronn JURIDICA vecrne 28 superiores que la Constitucién asegura a todas las personas Como dice el articulo 19 N° 3° de la Constitucién Politica de la Reptiblica en su inciso 5°, toda “sentencia de un érgano que ejerza jurisdiccién debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado” y evidentemente que escapa a la legalidad el administrar justicia incorporando a un juicio, y mucho menos dandole valor, a una prueba producida o adquirida con infraceién a los derechos fundamentales. Desde el punto de vista constitucional, es evidente que tales actos, al tenor de lo prescrito en el articulo 7° de la Constitu- Gi6n Politica de la Repiiblica, son nulos de derecho piiblico. Desde el punto de vista procesal, las reso- luciones que ordenan recibir prueba ilicita para acreditar los hechos controvertidos en tun juicio oral, son nulas procesalmente. Asi, veremos que existen normas que se refieren a esto en el Cédigo Procesal Penal, enla Ley N° 19.968, que crea los Tribunales de Familia, y en la Ley N° 20.087, que crea el nuevo procedimiento laboral. En el Cédigo Procesal Penal existen cla- ramente dos momentos para repeler las pruebas obtenidas por vias ilicitas. En primer término, dentro de la audiencia de preparacién de juicio oral, el articulo 276 del Cédigo Procesal Penal, refiriéndose alaexclusi6n de prueba para el juicio oral, sostiene en su inciso 3° que “del mismo modo, el juez excluird las pruebas que pro- vinieren de actuaciones o diligencias que hubieren sido declaradas nulas y aquellas que hubieren sido obtenidas con inobser- vancia de garantias fundamentales’. Si el tribunal igualmente rechazare la solicitud de exclusién de prueba, el inter viniente perjudicado puede promover un incidente de nulidad procesal, toda vez que ‘estamos en presencia de una actuacién de fectuosa del procedimiento que ocasiona aun interviniente un per} inicamente con la declaracién de nulidad, como lo dispone el articulo 159 del Codigo Procesal Penal. ‘Amayor abundamiento, y hal que las nulidades procesales requieren, ade-

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