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Materia: Semiología (Taller de lectura y escritura).

Horario: Miércoles de 9 a.m. hasta 11 a.m.

Nombre del docente: Picotto, Diego.

Título: “Sexismo lingüístico: ideología y política”.

Nombre del Alumno: Nabais, Joaquín.


Introducción

En este trabajo buscaré vislumbrar las derivaciones ideológicas en la lengua española,


situándome en la evolución de la misma, en relación con el uso de los géneros y el sexo en
la lengua, basándome en distintos autores como los son Ignacio Bosque, catedrático de la
Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid y autoridad de la Real
Academia Española, con su artículo en el diario El País “Sexismo lingüístico y visibilidad
de la mujer”, June Fernández, periodista vasca especializada en género, diversidad sexual y
migraciones, con su post en su blog “Sexismo lingüístico” y Sandra Russo,
periodista, escritora y editora argentina, escribe en el diario Página/12 y participa del
programa televisivo 6, 7, 8, que se transmite por la TV Pública de la República Argentina,
con su artículo “Sobre todos y todas”.

El problema entre género y sexo en el idioma es peculiar, porque entraña un proceso


histórico y social que parece cobrar sentido en la discusión actual que aparece en la
sociedad contemporánea, bajo las distintas ideologías o maneras de concebir el mundo y la
convivencia social, como lo es y son el choque entre dos maneras de concebir por un lado
la igualdad de oportunidades y derechos entre los distintos sexos que se exponen en el
feminismo, en contraposición con ideas conservadoras y con mayor tiempo en la historia lo
es el machismo, una manera de concebir el trato de la mujer hacia el hombre y viceversa
que sustenta el accionar en todos sus factores a una sociedad.

El interés de este trabajo recae en eso, la responsabilidad social que se presenta en la lengua
y la conciencia por un lado de las instituciones y por otro de la sociedad misma, siendo las
primeras las que tienen un papel protagónico a la hora de imponer la concientización sobre
un problema.

Este trabajo se desarrollara desde un lugar más explicativo sobre las posturas y dichos de
cada autor, sugiriendo un análisis de los distintos discursos para denotar sus objetivos para
con la lengua. Luego a partir de ese análisis se irán desglosando distintos argumentos
propios y de los autores que sustenten la idea principal de este trabajo, este proceso se
marcara en que los argumentos propios sostendrán una hipótesis propia donde
inevitablemente existirán ideas subjetivas sobre el tema.

Desde mi lugar y postura puedo adelantar que existe aún en la actualidad la idea o
justificaciones variadas para que se sustente la asimetría social entre distintos sexos, por lo
tanto existe un juego ideológico que se ve desnudo en la lengua española, donde no existe
justificación sin poner en tela de juicio las ideas que un individuo, grupo o institución tiene
sobre el rol social de un sexo, haciendo visible la discriminación hacia la mujer ocultándola
de toda razón, objetando sus argumentos desde una posición casi autoritaria más que con
una justificación de autoridad que refiere a dos términos totalmente distintos en su accionar.

Hipótesis

Tanto las guías de lenguaje como las respuestas dadas por Bosque, Fernández y Russo,
forman parte de un discusión que abre un hilo conductor hacia el papel de las instituciones
que regulan la lengua, el contenido sexista del idioma, y el ejercicio ideológico sobre la
lengua, que generara una discusión sobre cambio en la misma.
Guías de lenguaje polémico

Al adentrarme en los distintos textos se puede observar cual es el punto de partida en


común de todos estos autores, ese punto son las guías de lenguaje. En primer lugar se puede
manifestar en el texto de Ignacio Bosque “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” su
papel crítico sobre la guías de lenguaje de carácter no sexista, las cuales manifiestan un uso
moderado o derogado del masculino genérico; Bosque apunta en primer lugar contra estas
guías primordialmente desde un lugar de autoridad que le confiere cierta institución
(R.A.E) para desvalorizar a estas guías ya que han sido escritas sin la participación de
lingüistas, negando todo valor lingüístico a una diversidad de guías que tratan temas
vinculados con la lengua. June Fernández por su parte en una opinión en su blog titulada
“Sexismo Lingüístico”, asiente a la opinión sobre Bosque hacia las guías de lenguaje no
sexista positivamente, tildándolas de poner en primer lugar la corrección política sobre la
conciencia del uso del lenguaje, queriendo transformar al lenguaje acortando su uso y
utilizando “recomendaciones horrorosas”.

Si bien la periodista asiente en este punto, no lo desarrolla en pos de legitimar el trabajo de


Ignacio Bosque si no que se detiene y critica distintos puntos de Bosque acusándolo de
preocuparse más por cuestiones políticas que por ciertas particularidades en la lengua, este
punto lo desarrollare próximamente.
Por otro lado Sandra Russo en su artículo de Pagina 12, “Sobre todos y todas” parece
criticar las ideas de Bosque del mismo modo que lo hace June Fernández, y sustentando así
la posición de la periodista vasca.

De esta manera puedo adelantar la similitud de posturas entre Sandra Russo y June
Fernández a la hora de generar una suerte de respuesta frente al artículo de Ignacio Bosque.

Conflicto entre género y sexo

Las distintas posturas de los autores permiten desmembrar un problema que quizás se
sustenta como la parte cotidiana de este problema.

La diferencia entre género y sexo es evidente, por el lado del sexo se puede decir que viene
determinado por la naturaleza, en cambio el género es exclusivamente una construcción
social, algo que similar sucede en la lengua.

Según Bosque sugiere un problema a la hora de diferir entre género y sexo, insinuando de
alguna manera que en la lengua no existe alguna relevancia en eso, y criticando así a las
guías no sexistas sobre su insistencia en diferenciar el género y sexo en la lengua.

Bosque no niega en ningún momento la existencia del sexismo en la lengua pero no le da


importancia suficiente, según el autor este tipo de discriminación es puramente social y no
tiene lugar en la lengua. Algo que critica Fernández ya que en esa manera de obviar el
sexismo o no darle relevancia, existe una pura dirección política que se desentiende del
problema real. Desde allí ambos autores desarrollan sus ideas sobre el uso del masculino
genérico, por su lado Bosque lo vincula como parte de la estructura de la lengua y que su
cambio no puede ser consciente demostrando un compromiso social.
Bosque critica a las guías de lenguaje no sexista en otro punto, porque las mismas
desacatan normas propias de la lengua y que las mismas parecen forzar las estructuras al
pretender hacer visible el problema entre género y sexo.

Fernández parece deslegitimar a Bosque denotando que para conocer el sexismo que
impera en la lengua hay que conocer la historia que prescinde en la misma, donde la
conformación del lenguaje español como una estructura formal e institucionalizada estuvo
vinculada a procesos históricos y sociales donde la mujer no era tomada en cuenta como
parte de la sociedad, o de los mismos cambios o “progresos” sociales.

Sandra Russo parece acoplarse a esta idea de Fernández, interpretando que el género
femenino ha acarreado durante siglos esta carga , que impera en la utilización de un
lenguaje en donde la mujer se siente discriminada, y por momentos confundida a la hora
utilizar un masculino genérico que procura sobreponerse a cuestiones cotidianas en la
comunicación.

Dimensión política del sexismo en la lengua

Cuando hablamos de sexismo la palabra sola nos remite a la confrontación entre dos
maneras de concebir la sociedad y el mundo, dos posturas que sus nombres no indican que
sean conformados solo por hombres y por mujeres, sino por la heterogeneidad en ambos,
esos dos “ideales” o manera de concebir a el trato humano son el machismo y el feminismo.

Para June Fernández el artículo de Bosque entraña sobre todo cuestiones políticas sobre la
problemática lingüística del sexismo en la lengua, se podría decir que engloba desde la
institución a la que responde Bosque, que es la Real Academia Española, entre otras, que
parecen querer manifestar sus ideas políticas sobre el género, desde un espectro feminista
del análisis de la cuestión se podría decir que Bosque y todas las instituciones que lo avalan
tienen una manera de responder al problema de una manera reaccionaria y conservadora,
que representan la mirada de determinado sector social. Bosque y sus allegados podrían
argumentar que se trata de una cuestión de intereses pero parecen preferir no decirlo e
insinuarlo a lo largo y tendido de su artículo, lo cual es una postura que determina los
objetivos que ese sector posee, para Fernández son un sector adverso a lo que sus ideales
feministas piensan.

“Estos académicos de la RAE se encolumnaron detrás de Ignacio Bosque, que fue quien
elaboró el informe. La RAE salió, una vez más, al choque de una avanzada de género
promovida desde hace años por muchos colectivos feministas, que elaboran guías sobre el
sexismo en el lenguaje”

En este fragmento del artículo de Sandra Russo, claramente nombre a una institución que se
apega a los dichos de un individuo perteneciente a la misma, y de esta manera parece la
periodista denunciar el “atropello institucional” que viven aquellos formuladores de estas
guías, que forman parte de distintos colectivos feministas, que buscan hacer evidente cierto
problema en la lengua y en la sociedad como conjunto.

Pero entre la distintas posiciones de los discursos existe una similitud imborrable en todos,
y más evidentes en los textos de Bosque y Fernández, y ese punto en común básico se
centra en sus acusaciones, y es que ambos acusan a sus entornos de promover ciertas
cuestiones políticas sobre el problema real del sexismo en la lengua, pareciera una suerte de
excusa para prestarse al dialogo político, lo evidente es que existe ese planteo político que
se entraña desde las mismas confrontaciones sociales, que acertadamente Fernández parece
describir que los mismos problemas de la lengua parecen reflejar ciertos problemas y
parámetros políticos de la sociedad.

Sexismo Ideológico

Los distintos autores que intervienen en este trabajo en forma indirecta forman parte de lo
que denominó como “Sexismo Ideológico”, y en sí son las diversas posturas entre el
choque entre machismo y feminismo, que tienen un gran papel a la hora de vislumbrar la
discriminación hacia la mujer en la lengua española.
Sin lugar a dudas este caso de discriminación es una construcción que forma parte de un
sistema (no me voy a detener en el sistema), en el cual la lengua toma un papel ejemplar.

Parece fácil desde el lugar de Bosque decir que las posturas correlativas con el cambio
necesario en la lengua española no respetan normas ni estructuras características de la
misma, he ahí el sentido que muchos feministas creen, las estructuras son claramente
propuestas para que la “mujer” como género e identidad humana no se visibilice, puedo
estar de acuerdo en que la total radicalización de un lenguaje es absurdo, lo es en sí, pero
por más que sea absurdo abre una gran puerto de discusión que la sociedad ni el hombre se
había preguntado hace una mitad de siglo o hace diez años atrás, creo que ese es el real
sentido de visibilizar a la mujer en la lengua.

La discusión no se centra en imponer nuevas estructuras y una nueva forma de hablar y


escribir, algo que insinúa Bosque, este debate se centra en producir un lenguaje más
inclusivo en el tiempo, se trata de un proceso no una imposición, el cambio realmente seria
inconsciente para la totalidad de la sociedad, pero para todo cambio paulatino se necesita de
la consciencia de que la lengua fue producida en un contexto arcaico en donde existió un
proceso de clandestinidad del termino femenino imponiendo al masculino como género
masivo y total de la lengua. Hoy en día pareciera más evidente escuchar discursos donde no
se dirige a la sociedad como un todo masculino, sino que “Ellas y Ellos” son parte del
mismo discurso sin que ningún género se imponga sobre el otro, esto quizás realmente
signifique una noción de los líderes políticos, intelectuales y demás, y es solo un paso hacía
un secuencia evolutiva.

Creo que Fernández y Russo se acoplan a mis argumentos marcando que es necesario un
cambio real, pero en lo que agrego yo a sus perspectivas es que ese cambio no puede ser
radicalizado, porque pondría en riesgo quizás a la existencia de la lengua, o se
fragmentaria, es imprudente vaticinar que sucedería si, pero podría ser un interrogante para
otro tipo de investigación. Por lo tanto, es prudente distinguir entre radicalización y
proceso, que uno sugiere un cambio abrupto en un corto tiempo, y otro que opera en el
largo plazo pero queriendo preservar el sistema de la lengua en si, por lo tanto estas
discusiones sobre el contenido sexista e discriminatorio en la lengua hacia las mujeres es un
paso hacia juzgar el papel de las instituciones sobre la regulación del idioma, donde
cumplen el rol de juez y verdugo hacia estos colectivos feministas.

Conclusiones

En síntesis de lo trabajado es pertinente aclarar que la lengua como conjunto es un espectro


que es regulado y manejado, primero por toda la sociedad y las instituciones que la
componen, demostrando así que existen distintas connotaciones ideológicas en las mismas,
generando así un choque ideológico entre el machismo conservador y un feminismo
combativo en la lengua.

Las guías de lenguaje no sexista tienen un papel que genera una apertura de la discusión
sobre la utilización del masculino genérico, pese a su radicalización, son el puntapié para
generar un proceso cambiante, está claro que en la misma lengua existe una dimensión
política que se correlaciona con las ideológicas sexistas, y eso conforman las guías de
lenguaje una forma de expresión de grupos en desacuerdo que plantean un cambio directo,
desde otro lugar las instituciones tradicionales de la lengua española indudablemente se
prestan a tal discusión, generando así un intercambio plural, las contestaciones entre
Bosque y Fernández forman parte de esa pluralización.

El trabajo continuo marcando la dimensión política del sexismo y el sexismo ideologico,


dos ejes que se complementan, la dimensión política revela las posturas políticas que
existen en la lengua y dentro del machismo y el feminismo, cuestiones como el
conservadurismo y el progresismo son evidentes aunque no hayan sido nombrados, aunque
no había necesidad alguna, donde en esa dimensión yacen argumentos de los autores
citados y parafraseados, que manifiestan esa constante discusión política que plantea un
campo distintivo de la sociedad, o más bien un campo acotado que se puede extender en la
sociedad donde vivimos que vive en ese constante choque ideológico. En si sexismo
ideológico se complementa como eje al mencionado anteriormente porque forma parte de la
continuación de como en la práctica es evidente la ideología en la lengua, como es evidente
la aparición de movimientos políticos tan grandes que parecen sentar bandera en una
cuestión tan cotidiana e imprescindible que hoy se pone en tela de juicio a lo largo del
mundo, generando consciencia del contexto donde esa misma lengua fue concebida
marcando la persistencia de un machismo imperante sobre las cuestiones cotidianas y
haciendo aún más evidente la discriminación, que por más que sea sexista ese tipo de
discriminación, quiere decir que la sociedad aún parece luchar contra esa “adversidad”.

Este tema en si puede ser derivado a distintas ramas, teniendo en cuenta que existe un gran
contenido social y conductual, en si derivaría en una infinidad de cuestiones que no estoy
dispuesto a investigar pero que sin dudas para la sociología, la comunicación social, la
historia, pueden ser un fenómeno social peculiar, incluso la misma psicología, pero
formarían parte de otras perspectivas de análisis y que derivarían en diferentes respuestas, o
diferentes problemas, ya que el “Sexismo ideológico” o la política que inunda este
problema son hechos totalmente analizables para estas disciplinas.

Para finalizar creo que es oportuno marcar que la lengua forma parte del reflejo de la
sociedad donde los conflictos en la misma son parte del conflicto político y social que se
percibe, y esto genera que la lengua deje de ser una disciplina que estudian ciertos
categorizadores y pasaría a ser una disciplina social, donde se derivarían los estudios
pertinentes a las materias de estudios ya antes mencionadas.
Bibliografía

-Bosque, I. (2012. 4 de marzo). “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”. El País.

-Fernández, J. (2012. 4 de marzo). “Sexismo lingüístico”.


www.gentedigital.es/comunidad/june/2012/03/04/sexismo-linguistico/

-Russo, S. (2012. 10 de marzo). “Sobre todos y todas”. Página 12.

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