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La Ruptura de la “Tablita”.

Se denomina período de "la tablita" al tiempo comprendido entre


noviembre de 1978 y noviembre de 1982.
El equipo económico que lo implementó durante el régimen militar
fue estable y estaba compuesto por el Cr. Valentín Arismendi como
Ministro de Economía y Finanzas y José Gil Díaz como Presidente del
Banco Central del Uruguay.
El instrumento de "la tablita" consistía en un cronograma en el que
se establecía la futura cotización del dólar día por día a varios meses
de plazo. El mismo se implementa dentro de una política económica
denominada "liberalismo estabilizador", basada en el libre
movimiento de capitales internacionales y un alto grado de apertura
comercial, donde el Estado debía manejar los instrumentos del
sector externo y Financiero, priorizando los objetivos de estabilizar
el tipo de cambio y los precios internos. Este tipo de política
económica buscaba crear las condiciones para un centro financiero
internacional en el país.
El problema comenzó antes y fuera de Uruguay: Chile y Argentina
abandonaron el sistema tabular en 1981 y las exportaciones uruguayas,
afectadas por un dólar bajo perdieron competitividad y se desplomaron, la
economía entró en recesión y el desempleo aumentó. El gobierno dictatorial
tardó en reaccionar ante la evidente necesidad de un cambio de política
cambiaria.
Para contener una devaluación abrupta, el Banco Central vendió
reservas a un ritmo creciente, lo que llevó al gobierno a endeudarse
cada vez más. En la medianoche del jueves 25 de noviembre de 1982,
previo a las elecciones internas de los partidos políticos autorizados
previstas para el domingo 28, el gobierno anunció un feriado bancario
y el retiro del BCU del mercado cambiario, por lo cual el valor del
dólar quedaba librado a la oferta y la demanda.
En noviembre de 1982, con un alto déficit fiscal y fuertes pérdidas de
reservas, el gobierno abandonó el régimen tabular. El Banco Central del
Uruguay dejó de vender dólares y la cotización saltó de N$ 13.81 a N$ 20 y
continuó subiendo hasta estabilizarse en torno a N$ 30 y N$ 33.
Una inflación mayor que la devaluación, un descenso en las
exportaciones frente al aumento de las importaciones llevó a la crisis
de las empresas nacionales .En noviembre de 1982 la pérdida de
reservas del Banco Central del Uruguay alcanzaban a " 50 millones
de dólares por semana".
Esta crisis económica y financiera condujo al abandono de la "tablita". La
salida a esta situación se produjo por apoyo financiero del FMI (Fondo
Monetario Internacional), a través de una Carta Intención que implicó la
reduccción de los ingresos de asalariados y pasivos.
La ruptura de "la tablita" generó una devaluación que provocó el
cierre de empresas y la ruina de aquellos que, confiados en el
mantenimiento del tipo de cambio, estaban endeudados en dólares. A
partir de esa fecha, con una deuda externa creciente y una deuda
interna significativa, siguiendo al FMI en las condiciones que impuso
para llegar a un acuerdo, el gobierno decidió aumentar el IVA,
eliminar los reintegros a las exportaciones y rebajar los
aranceles con una mayor libertad para las importaciones.
Echo por Nicolas Pereiro, Daniel Larrosa y Alfonso Texeira

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