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LA VERDADERA INDEPENDENCIA

JUAN 8:32-36

INTRODUCCIÓN: El presidente Lincoln escribió la Proclamación de la


Emancipación, la cual entro en vigor en enero de 1863. La misma declaraba
“Libres para siempre” a todos los residentes de los Estados Unidos, sin
embargo, muchos esclavos permanecieron con sus amos, incluso después de
la guerra de secesión. Hoy en día vivimos igual, ya que hace más de 2000
años Cristo murió y resucito al tercer día para darnos la libertad, pero muchas
personas han decidido no disfrutar de esta libertad y siguen bajo la esclavitud
del pecado. En estos versículos nuestro Señor les ensenaba a los fariseos,
quienes se creían libres, el significado de la verdadera libertad, la cual solo se
puede tener obedeciendo la palabra de Dios. Veamos en que consiste.
En el mes de julio, al menos siete países de América conmemoran su Día de la Independencia,
entre ellos, Estados Unidos, Venezuela, Argentina, Colombia y Perú.
El 28 de julio de 1821 la nación peruana alcanzaba su independencia de la monarquía
española, gestando así la historia soberana de la Independencia de Perú.
Hace 199 años, el General argentino José de San Martín proclamaba la independencia del país.
Nacía así un nuevo Perú gobernado por autoridades elegidas democráticamente por su
pueblo.
“El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y
por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la
independencia”
¿Qué significó la Independencia?
La independencia implicó cortar todo vínculo con la Corona española, terminando con las
relaciones económicas y mejorando la situación en la que vivían los indígenas del país.

I. LIBRES DE LA IGNORANCIA.
“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…” (v32)
1. La verdadera sabiduría solo se encuentra en Dios dice: “Pero ¿sabe la
gente dónde encontrar sabiduría? ¿Dónde puede hallar entendimiento? 21
Se esconde de los ojos de toda la humanidad; ni siquiera las aves del
cielo con su vista aguda pueden descubrir la sabiduría. Únicamente Dios
entiende el camino a la sabiduría;” (Job 28:20-21, 23) NTVC.
a. El hombre puede pretender tener la sabiduría, pero la sabiduría está
lejos del él, por eso toma decisiones equivocadas.
2. Sin la verdad del evangelio el hombre está en tinieblas, perdido sin
dirección, sin esperanza;
a. El diablo enceguece al hombre para que no crean en el evangelio y se
salven; dice la biblia: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,
entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios”, (2 Corintios 4:3-4)
b. Eso es la razón por la que el hombre es esclavo del pecado; por eso
Jesús les dijo: que al conocer la verdad serian libres, porque la verdad
del evangelio quita toda creencia errada de la vida eterna, nos advierte
del infierno y nos conduce a la vida eterna por medio de Jesucristo.
I. LIBRES DEL PECADO.

“Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de


nadie ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto
os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado…” (v3)
1. Todo hombre desde que nuestros primeros padres cayeron a la
desobediencia, tiene la naturaleza pecaminosa, esclavo del pecado
a. Nuestra naturaleza está sometido a nuestros bajos instintos, lo único
que nos interesa es satisfacer nuestra naturaleza pecaminosa,
2. El hombre es incapaz de agradar a Dios y buscar lo bueno, dice: “¿Acaso
puede algún mortal ser puro?, ¿Puede alguien nacido de mujer ser justo?
Mira, Dios ni siquiera confía en los ángeles. Ni los cielos son
completamente puros a sus ojos, ¡mucho menos una persona corrupta y
pecadora que tiene sed de maldad!” (Job 15:14-16).
a. El hombre natural está muerto espiritualmente, eso significa que está
totalmente separado de Dios, y alejados de las promesas de Dios.
b. Jesús nos hace libres del pecado, dice la Biblia: “Y a vosotros,
estando muertos en pecados y en la circuncisión de vuestra carne, os
dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos
era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”,
(Colosenses 2:13-14).

I. LIBRES DE LA CONDENACIÓN ETERNA.


“Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. (Vs 35,36)
“Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí
se queda en ella para siempre. 36 Así que, si el Hijo os libera, seréis
verdaderamente libres.” (NTVC)
1. Hay diferencia entre el esclavo y el hijo.
a. El esclavo no es parte de la familia, está destinado a morir así, en
cambio los hijos, quedan para siempre, es decir; heredaran la vida
eterna
2. La verdadera independencia consiste en que Cristo nos libertó del poder y
la dominación del pecado, dice su palabra: “Debido a que los hijos de Dios
son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo
de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo
mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía[f] el
poder sobre la muerte. 15 Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar
a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte” (Hebreos
2:14,15). Para esto el hombre debe.
a. Nacer de nuevo: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en
su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no
son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios”, (Juan 1:12-13).
b. Como hijos de Dios somos salvos del dominio del pecado, (es decir
Cristo a través de su Espíritu nos da el poder de vencer a nuestros
deseos e impulsos), somos salvos del castigo eterno en el infierno,
obtenemos por medio de Cristo la verdadera libertad de nuestra alma.
Somos libres, por siempre. Y debemos mantenernos en esa libertad.
Eso significa la verdadera independencia.

CONCLUSIÓN. Al llegar a Cristo obtenemos la verdadera libertad porque:

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