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HISTORIA DEL FUTBOL DE SALON

Esta disciplina también llamada fútbol de salón o futsala es un deporte que nació el 8 de setiembre de 1930 en
Uruguay. Es una variante del fútbol tradicional, retiene algunos elementos de este, pero también añade reglas
específicas que son muy distintas a las del mismo futbol.

El futsal nació específicamente en 1930 en Uruguay. Esto cuando un profesor de educación física, Juan
Carlos Ceriani, introdujo una versión más reducida del fútbol para campos bajo techo. Esto mientras trabajaba
en YMCAs (La Asociación Cristiana de Jóvenes).

Su primer libro de reglas fue publicado en 1933. Ceriani escribió las reglas y tomó como ejemplos los
principios del fútbol, tales como la posibilidad de tocar el balón con todas las partes del cuerpo menos las
manos. Pero, también tomó datos del baloncesto, como el número de jugadores (cinco) y la duración del
encuentro (40 minutos). E incluso del wáter polo tomó las reglas del guardameta y del balonmano para el
campo y el tamaño de las arquerías.

Ya en los años 60 fue cuando hubo un campeonato de fútbol sala entre las selecciones de Uruguay, Paraguay,
Perú, Argentina y Brasil. Si bien el evento fue modesto en comparación con los torneos mundiales de aquel
entonces, éste no pasó desapercibido.
Los medios de comunicación sudamericanos no demoraron en seguir de cerca este deporte, el cual apareció
reseñado como futsal en la radio, en los periódicos y en la televisión. Más tarde se integraron países a la ola
del fútbol sala, como Bolivia y Portugal.
En el año 1971 se creó en San Pablo la Federación Internacional de Fútbol de Salón - FIFUSA

En la década de los 90, la cifra de países en el fútbol de salon se incrementa y eso se ve claramente en el
número de participantes que se baten a duelo cada cuatro años, desde las rondas preliminares hasta la gran
final.

Al respecto, Brasil ha figurado como el equipo favorito. Una de las razones que explican este rápido ascenso
de esta selección radica en el hecho de que tiene por precedente la selección de fútbol de campo, la cual ha
contribuido a construir su reputación. En suma, este país cuenta con una tradición futbolística de antaño, la
cual forma parte de su identidad cultural. Los brasileños en el fútbol sala tienen cinco campeonatos mundiales
de la FIFA ganados, seguidos por los españoles, que tienen dos.

El fútbol de salón no ha tenido demasiados cambios en su reglamentación, salvo uno realizado por la FIFA en
el 2012 en cuanto al número de suplentes por equipo. Sin embargo, un detalle revolucionario en la evolución
de este deporte radica en el género, pues quedó demostrado que patear un balón también es cosa de mujeres.
De este modo aparecieron selecciones femeninas que también han cosechado sus triunfos.

Prueba de ello está en las competiciones mundiales femeninas. Aunque éstos cuentan con una menor difusión
en los medios de comunicación y ahí se observa una fanaticada más pequeña, las mujeres no han sido
ignoradas en el deporte.

Por ejemplo, en los cinco torneos de fútbol de salón disputados entre el 2010 y el 2015, las brasileñas los
ganaron todos; por tanto, ellas apenas han sido secundadas en premios por las féminas de Portugal, España y
Rusia.

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