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Aguas subterráneas: captación y aprovechamiento

 Martínez Rubio, Juan; Ruano Pagán, Pedro, (aut.)


 Promotora General de Estudios, S.A.
 1. ed.(04/1998)
 408 páginas; 22x16 cm
 ISBN: 848650550X ISBN-13: 9788486505509
 Encuadernación: Rústica
 Entrega de 24 a 48 horas contra reembolso por agencia urgente*

o 57.00€ ($74,56) 
 

Una obra muy completa, válida tanto para el lector deseoso de adquirir "cultura hidrogeológica" como para el técnico profesional que
desee disponer de un manual de consulta que cubra los aspectos prácticos de su especialidad.

1 Hidrogeología general. Las aguas subterráneas. Introducción: el agua y el hombre. Principales usos del agua. El ciclo hidrológico.
Las aguas subterráneas. Usos y particularidades de aguas subterráneas.
2 Investigación y explotación de aguas subterráneas. Hidrogeología: definición, evolución y actualidad de una Ciencia. Explotación de
aguas subterráneas: objetivos y metodología. Técnicas geofísicas aplicadas a la Hidrogeología. Sondeos de investigación.

3 Conceptos básicos de hidráulica de captaciones y de flujo en medios porosos. Los acuíferos y las formaciones geológicas que los
limitan. Tipos de acuíferos y su comportamiento. Parámetros hidrogeológicos fundamentales. Cono de depresión. Concepto de
régimen permanente y régimen variable. Fórmulas básicas del flujo en medios porosos.

4 Técnicas de evaluación de sondeos y acuífero mediante ensayos de bombeo. Introducción. Procedimiento general. Tipos de ensayos
de bombeo. Análisis de acuíferos. Análisis de captaciones. Diseño y programación de la prueba de bombeo. Observaciones de campo.

5 Hidroquímica de las aguas subterráneas. Conceptos básicos de química del agua. Mecanismos químicos que intervienen en la
composición del agua subterránea. Toma de muestras de agua para el análisis químico. El análisis químico. Representación gráfica de
un análisis de agua. Clasificación de las aguas según su composición química. Evolución de la composición química del agua
subterránea con la circulación regional y el tiempo de residencia en el acuífero. Análisis bacteriológico. Clasificación de las aguas
para riego. Reglamentación Técnico-Sanitaria para el Abastecimiento y Control de la Calidad de las Aguas Potables de Consumo
Público.

6 Sistemas de perforación para captación de aguas subterráneas. Introducción. Historia y desarrollo de las técnicas de perforación.
Sistemas de perforación: clasificación. Sistemas de perforación a percusión. Sistemas de perforación a rotación (rotary). Sistemas de
perforación con aire comprimido. Otros sistemas de perforación.

7 Diseño y ejecución de sondeos. Introducción. Diseño y proyectos de sondeos. Trabajos previos. Emplazamiento y emboquille de
sondeos. Perforación y operaciones auxiliares. Entubación del sondeo. Cementaciones. Engravillado de sondeos. Acondicionamiento
final. 8 Desarrollo de sondeos. Introducción. Sistemas de desarrollo: clasificación. Desarrollo físico-mecánico. Desarrollo químico.
Diseño y control de las operaciones de desarrollo de sondeos.
9 Instalación de equipos de bombeo para captaciones de aguas subterráneas. El problema de la elevación del agua. Diferentes tipos de
bombas empleadas para la elevación del agua. Definiciones y conceptos de hidráulica de bombas. Bombas centrífugas. Selección del
grupo motobomba sumergible. Curvas características de electrobombas sumergibles. Curva característica de la tubería de impulsión.
Funcionamiento de bombas en serie o en paralelo sobre una misma tubería. Adaptación de una bomba a las condiciones de servicio.
Tuberías de impulsión. Cabezal del pozo. Instalación eléctrica. Recomendaciones.

10 Mantenimiento y rehabilitación de sondeos. Generalidades. Sintomática y sistemas de detección/diagnóstico. Inspección de


sondeos con vídeo-televisión. Procesos de incrustación: tipos, origen y efectos. Prevención del "envejecimiento" de los sondeos.
Regeneración de sondeos: técnicas, reactivos y dispositivos especiales. Corrosión: definición y causas. Consideraciones económicas
sobre la regeneración de sondeos.

11 Problemática y planificación de la explotación de las aguas subterráneas. Introducción. Problemática derivada de la explotación de
las aguas subterráneas. Sobreexplotación de acuíferos: definición y discusión del concepto. Sintomática. Sistemas de detección y
control de la sobreexplotación. Corrección de los efectos de sobreexplotación. Contaminación de las aguas subterráneas. Salinización
de acuíferos e intrusión marina. Redes de control de los acuíferos. Planificación de explotación de las aguas subterráneas.

12 Las aguas subterráneas y el medio ambiente. Introducción. Afecciones medioambientales a espacios naturales de alto valor
ecológico: el caso de los humedales. Otras afecciones medioambientales. Actuaciones correctoras y prevención de las afecciones
medioambientales. Contaminación puntual: el caso de los vertederos de residuos sólidos urbanos (R.S.U.)

13 Proyectos de sondeos de captación de aguas subterráneas. Introducción. Proyecto de sondeos: esquema estructural. Memoria.
Planos. Pliego de Prescripciones Técnicas. Presupuestos.

Apéndice.
Bibliografía.
El agua es uno de los recursos naturales más preciados del planeta. Más de mil millones de
personas no disponen de agua potable, lo que provoca que cada año mueran unos tres millones y
medio de personas, en su mayor parte niños, a causa de enfermedades relacionadas con la falta o el
mal estado del agua. Por ello, la distribución equitativa y la explotación sostenible de este recurso se
presenta como uno de los principales retos del siglo XXI. En la consecución de esta meta, los
acuíferos pueden jugar un papel relevante.

Fundamentales para el abastecimiento urbano

Los acuíferos son formaciones geológicas subterráneas. Se componen de una o más capas de roca
o de otros estratos porosos y permeables que permiten el flujo y la extracción del agua del subsuelo,
por lo que suponen una fuente valiosísima de este líquido elemento. En el caso del abastecimiento
urbano, unos doce millones de españoles utilizan agua subterránea. Barcelona, Jaén, Alicante y
Valencia son las provincias que más consumen y, por municipios, destacan Castellón, que cubre al
100% su suministro a partir de aguas subterráneas, y Almería, que lo hace al 80%. Los archipiélagos
canario y balear también dependen en gran medida de las aguas subterráneas, aunque cada vez
menos debido a la desalación de agua de mar.

Por su parte, Madrid cuenta con uno de los acuíferos más significativos en el apoyo al
abastecimiento urbano de una gran ciudad, puesto que en algunos momentos ha llegado a depender
del mismo hasta en un 30%. No obstante, la cantidad de agua subterránea que se emplea para
abastecimiento urbano es notablemente inferior a la de otros países de nuestro entorno, que
prefieren este tipo de aguas porque se encuentran menos expuestas a la contaminación que las
aguas superficiales y porque el tratamiento químico y bacteriológico que deben pasar para su
potabilización es menos costoso.

Agua de buena calidad

Los acuíferos en España ofrecen en general agua de buena calidad para todos los usos. Las aguas
de mejor calidad provienen de las formaciones carbonatadas, que predominan en la cuenca Norte y
en unidades de cabecera y del área septentrional del Duero, así como en los bordes de la Sierra de
Guadarrama, en el Tajo. Igualmente, se encuentran presentes en la cuenca alta del Guadiana, en
algunas unidades del Guadalquivir y del Sur y en las unidades interiores del Júcar, Ebro y cuencas
internas de Cataluña.

Sin embargo, la contaminación, ya existente en algunas zonas, va extendiéndose lenta e


irreversiblemente, debido a varios motivos: el incorrecto uso de los compuestos químicos agrícolas
en los cultivos intensivos, el vertido de residuos urbanos e industriales y la inadecuada o inexistente
gestión en los acuíferos costeros, que acaban siendo contaminados con el agua salada del mar,
quedando inservibles para el consumo humano. Este problema es especialmente grave en la medida
en que, una vez que se ha contaminado el acuífero, su recuperación es de gran complejidad técnica
y supone un elevado coste.

Sobreexplotación
Para conservar los acuíferos en buen estado hay que evitar su contaminación y
sobreexplotación

Además de la contaminación, la sobreexplotación es otro de los problemas principales que padecen


los acuíferos. La sobreexplotación es el resultado del aumento excesivo de la extracción del agua,
cada vez más demandada para usos agrícolas, urbanos e industriales, lo que produce descensos
continuados del nivel de agua en el acuífero y un deterioro de su calidad. Si se sigue con esta
práctica por mucho tiempo, el acuífero es difícil de recuperar, lo que ha llevado a que algunos incluso
se sequen totalmente. Para que no se produzca una sobreexplotación, el bombeo medio anual de
agua debe ser inferior a su recarga media anual, lo que permite además que nunca se agote.

Según recoge el "Libro Blanco del Agua en España", más de un 20% de los acuíferos del Sureste,
del litoral Mediterráneo y de La Mancha se están utilizando de una manera no sostenible. Por su
parte, desde el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) se asegura que en nuestro país no
hay muchos acuíferos realmente sobreexplotados, aunque sí hay bastantes en el Levante y Sur,
especialmente en las provincias de Murcia, Alicante y Almería, en los que se realiza una explotación
relativamente intensiva.

Frente a estas amenazas, el aprovechamiento sostenible de los recursos, el ahorro o la contención


del crecimiento de la explotación del agua aparecen como posibles soluciones. Por otra parte, la
recarga artificial, que consiste en construir sondeos o grandes balsas a través de las que se
introduce agua en el acuífero procedente de un río o embalse cercano con recursos extra, constituye
una forma plausible de salvar los acuíferos. Con este sistema, se consigue recuperar los niveles de
agua y se contribuye además a un mejor aprovechamiento.

En definitiva, la desaparición, o cuando menos, la disminución de la calidad y cantidad del agua


contenida en los acuíferos resulta especialmente preocupante en un país en el que más de las tres
cuartas partes del agua consumida se emplea para el regadío, y la agricultura más rentable se da
precisamente en la España seca.

Prevención

Si bien hay fórmulas para preservar la calidad y cantidad del agua de los acuíferos, sus peculiares
características hacen que resulte un trabajo bastante delicado, aunque necesario. En primer lugar, el
ritmo de renovación del agua subterránea, que depende de las precipitaciones y la cantidad de agua
arrastrada por los ríos, es muy lento. Asimismo, los problemas se perciben con bastante retraso por
la lenta dinámica de las aguas que circulan en el subsuelo, por lo que los efectos de las medidas que
se pueden adoptar para resolverlos son también muy lentos. Además, la variedad de situaciones es
enorme y los datos de los que se dispone son insuficientes.
Por todo ello, la conservación de las aguas subterráneas debe regirse por el principio de prevención,
evitando que se produzca su contaminación y su sobreexplotación, estableciendo los medios y
normativas que limiten el vertido incontrolado y la instalación de actividades peligrosas sin las
debidas medidas de seguridad. En este sentido, la protección de las aguas subterráneas constituye
un objetivo básico de la Unión Europea. Mediante una Directiva se declara como finalidad primordial
mantener y mejorar el medio acuático de la Comunidad, y aunque se refiere fundamentalmente a las
aguas de superficie, se tiene en cuenta también que el estado de las aguas subterráneas repercute
en los ecosistemas acuáticos y terrestres a ella asociados y, desde esa perspectiva, se exige su
buen estado. Por otra parte, es objetivo de la Directiva lograr la sostenibilidad de los usos de agua en
la Unión, por lo que también se contempla una protección de las aguas subterráneas para el
suministro de agua destinada al consumo humano.

Acuíferos en España

El aprovechamiento de las aguas subterráneas presentes en los acuíferos se lleva realizando en


España desde hace miles de años. Las primeras evidencias en este sentido provienen de la Edad de
Bronce, en concreto de las galerías de Gata y El Argar y el acueducto de Los Millares, en Almería.
Asimismo, los romanos dejaron numerosos testimonios de obras de ingeniería hidráulica, pero sin
embargo fueron los árabes los que introdujeron en España el aprovechamiento del agua del
subsuelo a mayor escala.

En la actualidad, según datos del Instituto Geológico y Minero de España, existen en nuestro país,
excluidas las islas Canarias, que constituyen un gran acuífero volcánico, algo más de mil acuíferos,
que ocupan casi la mitad de la superficie del país y proporcionan entre veinte y treinta mil millones de
metros cúbicos anuales de agua, aunque la reserva es muchísimo mayor. Con esta cantidad de agua
subterránea se atienden el 30% de los abastecimientos urbanos e industriales y el 27% de la
superficie de riego, aunque su distribución es bastante desigual, según se desprende del "Libro
Blanco del Agua en España".

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