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Dr.

GONZALO PARRA ARANGUREN

ORIGEN Y EVOLUCION DEL


SISTEMA ANGLO -AMERICANO
DE DERECHO INTERNACIONAL
PRIV ADO

Separata de la

Revista de
Derecho y Legislación

eMPRESA EL COJO 5. A

CAR.ACAS

1966.
Dr. GONZALO PARRA ARANGUREN

ORIGEN Y EVOLUCION DEL


SISTEMA ANGLO -AMERICANO
DE DERECHO INTERNACIONAL
PRIV ADO

Separata de la
Revista de
Dei-echo y Legislación

.......IA aL COJO S. ..

c .. aACAI

1966.
ORIGEN Y EVOJ..UCION DEL SISTEMA ANGLO-
AMERICANO DE DERECHO INTERNACIONAL
PRIVADO

1 . -Los antecedentes de! sistema inglés.

Los problemas de Derecho internacional privado no se


presentaron en Inglaterra sino ya bastante avanzado el
siglo XIX. El primer Tratado orgánico, escrito por John
D. WESTLAKE, aparece tan sólo en 1858 (1).

Las razones de este tardío desarrollo han sido investi-


gadas por el Profesor Alexander N. SACK, en su artículo
"Oonflíct of Laws in the ~ístory of English Law" (2): lo
explica por las especiales características del common Iaw
y por el sistema inglés de administrar justicia (3).
En efecto, el enérgico reinado establecido en Inglaterra
después de la conquista por los normandos (1066) condujo
( 1) _ Así lo indica CHESHIRE, G. C. "Private International
Lano", Oxf'ord, 1961, pág. 38; Ronald H. GRAVESON, re-
calca la aparición en 1833 de la obra de William H. BUR-
GE, "CO'I1VJnentaries on Colonial and Foreign Laws", en 11.
eual se encuentran normas sobre conflicto de leyes, por cuan-
to "a menudo es esencial para la justicia de una decisión
judicial, que se fundamente sobre la escogencia de uno de
esos derechos en conflicto" ("Aspects philosophiques du
droit international privé anglais" en "Revue de Droit Inier-
national Privé", Tomo LI, Año, 19'62 pág. 399). Sin negar
esta afirmaci6n parece necesario admitir que sólo con el
libro de Westlakc se hizo una presentación exclusiva y or-
gánica de los problemas de Conflicto de Leyes en Ingla-
terra.
( 2) - Apareció publicado en "Luui: A century 01 P1'0[J1'CSS, 1835-
1935", págs. 342-454, y de manera abreviada está repro-
ducido en "Selected. Readings on Conflict 01 Laws", libro
editado bajo la dirección de Maurice S. CULP, Sto Paul,
Minn, 1956, págs. 1-29.
( 3) - CHESHIRE, op. cit. pág. 38, quien reproduce la exposi-
ci6n del Profesor Sack al explicar el desenvolvimiento his-
tórico del Derecho internacional privado inglés.

-3-
a una centralización creciente que impidió la existencia de
conflictos interterritoriales: los Tribunales del Rey (curia
regís) lentamente desarrollaron un common law que ya
para el siglo XII se aplicaba en todo el territorio como
derecho nacional (4). De esta manera la situación jurídica
era totalmente distinta de la existente en Italia o en
Francia, donde coexistieron, por muy largo tiempo, nume-
rosas legislaciones con vigencia territorial preponderante:
circunstancia que motivó el análisis de los problemas plan-
teados y el verdadero nacimiento del Derecho internacio-
nal privado.

Tampoco pudieron surgir los conflictos propiamente


internacionales, entre el eommon Iaw y las leyes de otros
Países, debido a la imposibilidad técnica para los Tribuna-
les ingleses de conocer procesos contentivos de elementos
extranjeros. En efecto, los miembros del jurado debían
convocarse del lugar de ocurrencia de los hechos por cuan-
to su función era decidir de acuerdo a su conocimiento
personal de los mismos; además, el "sheriff" no estaba
facultado para citar los miembros del jurado del país ex-
tranjero donde hubieran podido suceder las circunstancias
del caso concreto: de esta manera, resultaba evidente que
el jurado no podía conocer de cuestiones que hubieren ocu-
rrido fuera de su jurisdicción.

( 4) - SCHMITTHOFF, Clive M. "The Englísh Conflíet of Laws"


Londres, 1954, pago 24. El eventual conflicto entre el de-
recho canónico aplicado por los Tribunales eclesiásticos y el
common law, fué resuelto en favor de este último. KUHN
advierte como 10'8 sistemas anglo-sajón y normando se fun-
dieron de la misma manera que lo hicieron ambas razas,
y apunta, además, la falta de relaciones comerciales con
los pueblos de Europa, consecuencia de las diversas gue-
rras ("Compa.j'ative Conimentaries on Priuate Internatio-
nal Law or Conflict of Laws", New York, 1937, pág. 16).
Para la situación del Derecho inglés con anterioridad a
1066, véase Hugh H. L. BELLOT, "La théoríe anplo-sao:o-
ne des conflíts de loís", en "Recueil des Cours", Tomo 3,
1924, n, pág. 99 Y sigs.

-4
Durante este período el Rey creó Tribunales para co-
nocer de los juicios intentados por aquellas personas que
había invitado a Inglaterra, y quienes, por tanto, gozaban
de su protección; los "staple courts" y los "pie-powder
courts" resolvían controversias entre comerciantes: pero en
tales casos se decidía de acuerdo con el Derecho mercantil
que, al menos en teoría, era considerado un sistema de va-
lidez universal. En consecuencia, no se planteaba el pro-
blema de aplicar una legislación distinta de la inglesa (5).

Sin embargo, cuando los comerciantes ingleses exten-


dieron sus actividades mercantiles, comenzaron a sufrir
las consecuencias de esta imposibilidad de obtener justicia
en su propio país respecto de contratos celebrados en el
extranjero: para superar tal situación, el Tribunal del
Almirantazgo (Court of Almiralty) ya a mediados del siglo
catorce extendió su jurisdicción a las controversias extran-
jeras; y a mediados del siglo diez y seis conocía de aquellos
juicios nacidos de transacciones comerciales realizadas fue-
ra de Inglaterra. De esta manera se pretendió asegurar
la protección y el reconocimiento en Inglaterra de los dere-
chos nacidos en el extranjero. No obstante, las cuestiones
eran resueltas según los preceptos del Derecho marítimo
o del Derecho mercantil, según su naturaleza, y por cuanto
ambos se entendían de validez universal, no surgió el pro-
blema de aplicar una Legislación extranjera, distinta de
la inglesa (6).

Las dificultades procesales que impedían a los Tribu-


nales del common law decidir juicios con elementos extran-
jeros fueron superándose con el transcurso del tiempo, y
su conocimiento fué técnicamente posible cuando el jurado
pudo decidir la cuestión planteada, no ya de acuerdo con
su propia experiencia de los hechos sino de conformidad
( 5) - CHESHIRE, op. cit. pág. 39.
( 6) - SCHMITTHOFF, op. cit. pág. 25. En efecto, hubiera sido
inútil cualquier esfuerzo de escoger la ley competente en
materia comercial, por cuanto el mismo Derecho mercantil
era aplicado en todos los centros comerciales de Europa.

-5-
con las declaraciones de los testigos presentados por las
partes interesadas.
El paso inicial en este sentido se dió cuando los Tri-
bunales del common iaw asumieron conocimiento de casos
mixtos, es decir, aquellos en los cuales parte de los hechos
habían ocurrido en Inglaterra y parte en el extranjero; y
la evolución culminó al dividirse las acciones en transito-
rias (transítory) y locales (local): en las acciones transi-
torias, es decir, cuando la causa de la acción podía haber
surgido en cualquier parte, no era necesario convocar el
jurado de una comarca particular. El interesado podía
intentarlas en el lugar donde encontrara al demandado, y
allí se citaba el respectivo jurado (7)
Ya a finales del siglo XVI el proceso había llegado a
su término y, al menos teóricamente, los Tribunales ingle-
ses estaban en capacidad de conocer de juicios contentivos
de elementos extranjeros.
Para esta época -advierte SCHMITTHOFF- adqui-
rieron inusitado auge los conflictos interterritoriales de-
bido a la unión personal ocurrida en 1603, cuando Jaime
Primero de Inglaterra fué también Jaime Sexto de Esco-
cia: la dependencia a un mismo soberano de territorios
sometidos a Leyes diferentes planteó frecuentes conflictos,
que no parecía adecuado debían resolverse por cada Tri-
bunal mediante la estricta aplicación de la lex forí, Y por
cuanto el derecho inglés de la época prohibía a los extran-
jeros adquirir la propiedad sobre inmuebles (freehold) si-
tuados en Inglaterra, surgió la natural pregunta acerca
de si tal impedimento afectaba también a los escoceses.
( 7) - Los escasos problemas de derecho internacional privado,
cuando se presentaron, aparentemente fueron resueltos me-
diante la estricta apílicación de! derecho inglés. Nos asom-
bramos de leer en una decisión de 1308 -señala KUHN- re-
lativa a una demanda con base en un documento otorgado
C11 Berwick, Escocia: "bccause it (the inst?'umcnt) was ?nade
at Berunck, where this Court has no cotmiztince, it toes
awwrded ~hat John took nothing by this w'/"it". (op, cit. pág.
16}.

-6-
La respuesta negativa se encuentra en el Calvin's Case,
decidido en 1608: Robert Calvin no debía ser considerado
extranjero a tales propósitos, ya que su status de súbdito
derivaba de un vínculo personal de sujeción al Rey, co-
mún en ambos territorios. Y este principio adquiere cre-
ciente importancia a medida que se extiende el Imperio
Británico, porque la identidad del vínculo personal frente
al mismo Soberano conduce al reconocimiento de un mismo
status político para todos los súbditos, contentivo de igua-
les derechos y obligaciones (8).
Los tribunales ingleses, aun cuando teóricamente com-
petentes para conoc;er de controversias ocurridas en otros
países, durante el curso del siglo XVII procedieron con
una marcada actitud de reserva: su primitiva reacción fué
la de exigir que tales litigios se resolvieran por el compe-
tente funcionario judicial extranjero, y prestarse a reco-
nocer y ejecutar la decisión así dictada. Este reconoci-
miento de sentencias extranjeras, que data por lo menos
de 1607, con el Wier's Case, no imponía aplicar derecho
interno extranjero sino tan sólo el examen de la competen-
cia del Tribunal desde el punto de vista internacional y el
carácter definitivo de la decisión (9).

En el curso del 'siglo XVIII diversos acontecimientos


hicieron necesario el desarrollo del sistema de Derecho in-
ternacional privado inglés: las relaciones con Escocia se
incrementaron a partir de 1707, cuando la Unión de ambos
Países no fue tan sólo personal de Monarcas, sino una
verdadera Unión Política; el intercambio comercial tanto
con las colonias como con los Estados extranjeros se había
intensificado notablemente ya desde el siglo XVII; Y el
derecho mercantil adquirió un carácter nacional cada vez
más acentuado. La vida diaria planteó así numerosos pro-
blemas conectados con varias legislaciones y fué preciso
determinar la ley competente para resolverlos (10).

( 8) - SCHMITTHOFF, op. cit., págs. 25-26.


( 9) - CHESHIRE, op, cit. pág. 40.
(lO) - SCHMITTHOFF, op. cit. págs. 26-27.

-7-
Para esta época se encontraba en. pleno auge en Eu-
ropa la doctrina holandesa, que, partiendo del principio
de la territorialidad absoluta de la Ley, explicaba la apli-
cación del Derecho extranjero por razones de cortesía in-
ternacional (comitas gentium). Fácilmente se compren-
de cómo tal perspectiva era la única aceptable al common
law inglés, de marcado carácter territorial, gracias a la
extraordinaria influencia del feudalismo. La recepción de
la doctrina holandesa en Inglaterra, se encontró además
facilitada -al decir de F. MEILI- por la circunstancia de
que Guillermo III fué al mismo tiempo Rey de Inglaterra
y Administrador (Stadtholder) de Holanda, y de esta ma-
nera, los estudiantes de derecho ingleses, particularmente
los escoceses, adquirieron la costumbre de complementar
su educación jurídica en Holanda (11).
En época bastante reciente ha podido establecerse que
el influjo de la doctrina holandesa en el sistema inglés se
realizó por intermedio de Escocia; desde el siglo XVI y
debido a la permanente tensión con Inglaterra, las relacio-
nes comerciales de Escocia se orientaron hacia Europa, en
particular a los Países Bajos (12). Por tanto, resulta

(11) - LORENZEN, "Huber's De Conflictu Legum", en "Selecied


articles on the Conflict of Laws", New Haven, 1947, pago
155. En el mismo sentido, C. John COLOMBOS. "La con-
ception. du droit international p,rivé d'aprés la doctrine et
la pratique brita~niques" en "Recueil des Cours", 1931 n,
Tomo 36, págs. 6-7. DAVIES, David James Llewelyn.
"Reale» Générales dc« Conflits de Lois", en "Recueii des
Cours", 1937 IV, Tomo 62, pág. 454; Julián G. VERPLAET-
SE, "Derecho Internacional Privado", Madrid, 1954, pág. 58.
(12) - Los escoceses gozaron de una situación privilegiada en Ho-
landa durante este período, como consecuencia de las mismas
relaciones mercantiles: Escocia tuvo la costumbre de atri-
buir a determinadas ciudades holandesas el monopolio de su
comercio, y éstas, a su vez, permitieron que los súbditos esco-
ceses pudieran regirse por su propio derecho, administrado
por el LO;'d Conservador de los' privilegios escoceses. (Cf.
ANDRE"W DEWAR GIBB, "Le Droit Intcrnational Privé en
Ecosse au XVI et au XVII siécle", en "Revue de Droit inier-
national Privé", Tomo XXV, Año 1930, págs. 561-598).

- 8-
indudable el conocimiento por los juristas escoceses de la
doctrina de la cortesía internacional para explicar la apli-
cación de Leyes extranjeras y esta teoría se ajustaba per-
fectamente a la posición adoptada por Escocia que desde
los más remotos tiempos había puesto todo empeño en
afirmar, su soberanía y su propia existencia como país
independiente (13).

De esta manera, y con fundamento en la doctrina ho-


landesa, durante el curso del siglo XVIII fueron estable-
cidas las bases del sistema inglés de Derecho internacional
privado gracias a Lord NOTTINGHAM, Lord HARD-
WICKE, Lord MANSFIELD, Lord KENYON y Lord
STOWELL.

En Robinson v, Bland, decidido por Lord Mansfield en


1760, se afirmó que los contratos, ex comitate et jure .
gentíum, debían estar sometidos a la ley del lugar de su
celebración, a menos que las partes hubieran preten-
dido regirlos por otra Ley distinta. Igualmente Lord
l\fañsfield, en Mostyn v, Fabrigas (1775), admitió válidas

(13) - Ya en 1425 y en 1503, el Parlamento dispuso expresamente


que el Reino de Escocia estaba sometido sólo a las Leyes del
Rey escocés y no a las.,p,e otro soberano. Adviértase, sin em-
bargo, que una Ley de 1487, cap. 105, preveía que la Court
01 Session dictara sentencias de "procesos entre extranjeros
que pertenecieron a otros Reinos"; y aparentemente, tales liti-
gios no eran resueltos mediante la aplicación exclusiva del de-
recho escocés: así aparece en un caso de 1550, Francoi« contre
Anglais, en el cual se decidió que "los Lores del Consejo y los
jueces competentes entre extranjeros en todas las instan-
cias civiles, etiamsi agatur de rebus extra regnum per eos
emptis vel conductis, debiendo decidirse y juzgarse confor-
me al common law y no de acuerdo con el derecho interno
de este Reinado". Punto de vista aprobado posteriormente
por LORD KAMES (GIBB, arto cit. pág. 574. En las pá-
ginas 577-598 de este artículo se encuentra una exposición
de los principios de derecho internacional privado estable-
cidos en Escocia durante los siglos XVI y XVII ., en materias
relativas a la condición de los extranjeros, contratos, sucesio-
nes testamentarias e intestadas, procedimiento, leyes apli-
cables a las personas y jurisdicción).

-9-
las excepciones establecidas por la lex loci delicti frente a
a una acción derivada de un hecho ilícito cometido en el
extranjero.

También se afirmaron o sugirieron principios en otras


materias: la competencia de la Iex Ioci eelebratíonís para
regular la forma del matrimonio (Scrimshire v. Serímshíre,
1752); la sumisión de los bienes muebles a la ley del do-
micilio de su propietario para fines sucesorales (Pipon v.
Pípon, 1744:) o de distribución, en caso de quiebra (Solo-
mons v. Bess, 1764); y la incompetencia de los Tribuna-
les ingleses de conocer litigios sobre inmuebles en el ex-
tranjero (Shelling v. Farmer, 1726) (14).

Sin embargo, señala CHESHIRE, no fue sino hacia fi-


nales del siglo xvm cuando se efectuó un verdadero reco-
nocimiento expreso de la obligación para los Tribunales
ingleses de aplicar Derecho extranjero. Lord Mansfield al
decidir el caso Ho.!man Y. Jühnsnn en 1775, dijo: "Every
aetion here must be tried by the law oí England, but thc
law of England says that in a variety of círcunstances,
with regard to contraets lega!!y made abroad, the Iaws of
tite country whero the cause of aetíon arose shall govern"
(15). '

De la segunda mitad del siglo XVIII data también el


primer libro inglés que contempla problemas de derecho
internacional privado. El abogado y jurista HENRY
HOME, posteriormente LORD KAMES, en la segunda edi-
ción de sus "Prlneiples of Equity", aparecida en 1767
incluye un último capítulo bajo el nombre "Forcign Mat-
ters", que comienza con la observación general según la
cual "though a statute has no coercitive authority as such
extra territorium, it becomes necessary, upon many oc-
easíons, to IaJ' weight upon foreign statutes, in order to

/14) - CHESHIRE, op. cit. págs. 40-42; SCHMITTHüFF, op.


cit. pago 27.
(15) - CHESHIRE, op, cit. pág. 42.

- 10-
fulfill the rules of justice" (16). Y por cuanto BLACK-
STüNE adoptó un punto de vista similar respecto al papel
de la equidad en el campo del derecho, debido a la popula-
ridad alcanzada por sus "Commentaries on the Laws of
England", se explica el rápido conocimiento de la obra de
Henry Home, tanto en Inglaterra como en sus antiguas
colonias. (17).

No obstante, el siglo xvrn representa para el derecho


inglés tan solo un período embrionario en su sistema de
conflicto de leyes, el cual se extiende hasta bastante avan-
zado el siglo XIX: todavía en 1825, al decidir el caso Arnott
v, Bedfern, el Juez BELT C. J., se siente autorizado para
afirmar que "these questions of ínternaíonal law do not
often occur" (18).

Dos años antes, en 1823, Jabez HENRY publica, en


un volumen de alrededor de trescientas páginas, el criterio
que sostuviera en su carácter de Presidente del Tribunal
Civil y Criminal de Demerara y Esequibo, ellO de mayo de

(16) - NADELMANN, Kurt H. "Sorne Hist01'ÍCa-1 Notes on tlie


Doctrinal Source« of American Conflicts Ltno" en Ius et
Lee, Festgabe zum 70. Geburtsta-g von Ma-x Gutzaailler",
Basilea, 1959, págs. 264-265. HOME estudió en ese capítulo
varios problemas de Derecho internacional privado, funda-
mentalmente con base en las decisiones escocesas.
(17) - NADELMANN, arto cit. pág. 265.
(18) - CHESHIRE, op. cit. pág. 42. "No se trata, en parte al-
guna, de un sistema, afirma JULIAN G. VERPLAETSE.
Se anda por los caminos de la casuística genial, basada no
en el Derecho romano, como la estatutaria, sino en las ne-
cesidades del comercio, en la incorporación del Derecho mer-
cantil en el Common La-VJ inglés y en la influencia de las
universidades holandesas, adonde habían ido, para infor-
marse, los jóvenes ingleses. Esta última influencia, junto
con el acceso al trono de Inglaterra de Guillermo III de
Holanda, después de la derrota de Jacobo II en la batalla
de Boyne (1688), explica la importancia trascendental que
ha tenido la escuela de los Países Bajos en la formación del
De1'0Cho internacional privado anglosajón ("Derecho Inter-
nacional Privado", Madrid 1954, pago 58.).

-11
1814, en el caso Odwin v, Forbes, al atribuir competencia
a la lex fori para resolver si una discharge in bankrupcy
obtenida en Inglaterra era útil a fin de proteger a un
deudor en Demerara contra la acción de un acreedor local.
Tal exposición vino precedida de un "Treatise on the Dif-
ference between Personal and Real Statutes, and its Effect
on Foreign Judgements and Contraets, Marriages and Wills
(with an appendix on the present Law of France respecting
Foreigners)" (19).

HENRY informa haberse visto impulsado a escribir el


libro por cuanto sus funciones de Juez en las Colonias Bri-
tánicas le habían impuesto la tarea de aplicar la Ley holan-
desa en Demerara y la Ley veneciana en Corfu y en las otras
islas jónicas, que contenían preceptos sobre la base del De-
recho Romano. En tal virtud, y a falta de Tratados, estimó
HENRY que la función de un jurista debe limitarse a ex-
poner los criterios de los autores de mayor prestigio y a
deducir, por intermedio de ellos, el principio más aceptado
para resolver los conflictos de leyes (20).

Hechos tales planteamientos inicia su exposición con


las tres máximas de HUBER para seguir las. directrices de
BOULLENOIS (21). Resulta, pues, evidente la influencia
que ejerció en la obra de HENRY la teoría holandesa de la
territorialidad de las leyes, atemperada por la doctrina de la
cortesía internacional.

Poco tiempo después, en 1830 y 1831, aparece en Ingla-


terra la obra de Fortunatus DWARRIS bajo el Título "A
General Treatise on Statutes", contentiva en su Parte II
de unas cuantas páginas sobre los estatutos reales, perso-

(19) - Sobre la vida y actividades de HENRY informa Kurt H.


NADELMANN, en- su artículo "An iniernational Bank-
rupcy Code: Neio Thouithte on an old Idea", publicado en
"The International and Comparative Laso Quarterly", Tomo
10, año 1961, págs. 70-82.
(20) - COLOMBOS, arto cit. págs. 8-9.
(21) - NADELMANN, "Sorne Historical...", arto cit. págs. 271-
272.

-12 -
nales y mixtos; al mismo tiempo que ciertas reglas ele-
mentales de Derecho internacional privado (22).

2 . -Los antecedentes históricos en los Estados Unidos de


la América del Norte.
Las colonias inglesas en la América del Norte VIVIan
en una situación distinta de la Metrópoli y, debido al fre-
cuente intercambio, desde los tiempos más antiguos se pre-
sentaron problemas de conflicto de Leyes: sin embargo, al
principio las cuestiones revistieron el aspecto de conflic-
to de jurisdicciones, habida cuenta de la identidad del
common law que los colonos trajeron con sus personas al
instalaree en el Nuevo Continente (23).

Con el advenimiento de la independencia, fueron regu-


lados algunos de estos problemas surgidos por las recípro-
cas relaciones, primero en artículos de la Confederación y,
posteriormente, en cláusulas de la Carta Fundamental: de
esta manera surgió un derecho constitucional sobre con-
flicto de Leyes en algunas materias, como la de reconoci-
miento y ejecución de las sentencias extranjeras en el pla-
no interestatal (24).

La Constitución, sin embargo, prácticamente no inter-


vino para regular el problema de la Ley aplicable a los ca-
sos de derecho privado conectados con varias Legislacio-
(22) - LORENZEN, arto cit. en op, cit. págs. 184-185. Es la úni-
ca referencia que hemos encontrado a este autor y a su
obra.
(23) - GRAVE SON, Ronald H. "The Comparative Evolution 01
Principies 01 the Conilict 01 Laws in England and the U.
S.A." en "Recueil des Cours", 1960 1, Tomo 99, págs. 27-32.
(24) - NADELMANN, arto cit. pág. 263; GRAVESON, arto cit.
pags. 33-35. Henry P. DE VRIES, "Receni Developments
on Private International Law in the United Staiee", en
"Recueil des Cours", Tomo 75, Año 1949 n, págs. 205-210;
Elliot Evans CHEATHAM, "Probleme and Methods in Con-
fliet: 01 Laws", en "Recueil des Cours", Tomo 99, Año 1960
1, 259-263.

-- 18 -
nes; y la guía fundamental estuvo constituída por los pre-
cedentes judiciales.

En efecto, la Décima Enmienda, ratificada en 1790, ex-


presamente declaró: "TIte powers not delegated to the Uní-
tes States by the Constitution, nor prohibited by it to the
States, are reserved to the States respectiveIy, or to the
people", Ahora bien, los Estados federados sólo renun-
ciaron en el Poder federal sus relaciones públicas con las
derr:.ás Naciones y ciertas materias expresamente enume-
radas en la Carta Fundamental: por tanto, mantuvieron
su autonomía para legislar en la mayoría de las cuestiones
de derecho privado; y de esta manera, los conflictos fue-
ron inevitables: los de jurisdicción y los de leyes; estos úl-
timos revistieron varios aspectos: entre las leyes de los di-
versos Estados federados; entre el derecho estatal y el
federal; y entre las leyes de los Estados de la Unión y las
de Países extranjeros (25).

El profesor NADELMANN, a través de investigacio-


nes personales, ha establecido que en el siglo XVIII fueron
accesibles a los Tribunales norteamericanos las obras de
VATTEL ("Droit des Gens") y de Lord KAMES ("Prin-
cipIes oí Equity") ; y particularmente las de Ulrico HUBER
("De conflictu Iegum in diversis imperiis"). La autoridad
de HUBER había sido ya reconocida por la jurisprudencia
de la Metrópoli: desde comienzos del siglo XVIII fue citado
por sentencias escocesas; Lord Mansfield lo menciona y
transcribe al decidir, en 1760 el caso Robinson v. Bland, y
en 1775 al resolver Holman v. Johnson; aun cuando Lord
Kames no se refiere a Huber en su libro debió haber
conocido sus puntos de vista, por encontrarse familiarizado
con las opiniones de los escritores continentales. Y si
bien es cierto que la escuela holandesa se introdujo en
Inglaterra por intermedio de Escocia, no es posible esta-
blecer si llegó a los Estados Unidos de la América del

(25) - KUHN, op. cit. pág. 18.

- 14
Norte a través de Escocia por vía indirecta, o por las de-
cisiones judiciales mencionadas (26).

HUBER adquirió carta de ciudadanía en los Estados


Unidos de la América del Norte con motivo de un litigio
planteado ante la Corte Suprema en 1797; el abogado de
una de las partes, Alexander N. DALLAS, produjo una
traducción de la obra "De conflictu legum"; Y aun cuando
el caso no fue decidido, DALLAS, al comenzar la publica-
ción de los Oourt's Beports, consideró apropiado incluir
el texto de la obra de HUBER: de esta manera -en pa-
labras de NADELMANN- adquirió el carácter de "pre-
cedente", de necesaria observancia en cualquier problema
sobre conflicto de Leyes (27).

Para comienzos del siglo XIX -agrega NADEL-


MANN- la obra de HUBER era citada o mencionada en
numerosas decisiones de Nueva York, Massachusetts, Penn-
sylvania : el propio J oseph Story hace referencia a ella
en sus escritos de juventud y en el primer caso de conflicto
de leyes que decidió, después de su nombramiento como
Juez de la Corte Suprema (Van ReimsaIk v. Kane, 1812).
y esta importancia es reconocida también por ESEK
COWEN, en su Digesto de sentencias norteamericanas de
1825, cuando afirma: "Huber is referredto as authority
in almost every case where the lex loci has been seriously
in question" (28).
Precisamente el primer libro norteamericano sobre
Derecho internacional privado tuvo su origen debido a la
aceptación de los puntos de vista de HUBER por la Corte
Suprema de Luisiana, al resolver en 1827 el caso Saul v.
His Credltors. Samuel LIVERMORE (29), abogado de uno

(26) - NADELMANN,art. cit. págs. 264-265.


(27) - NADELMANN, arto cit. págs. 265-267.
(28) - NADELMANN, arto cit. págs. 267-268.
(29) - Sarnuel LIVERMORE (1786-1833) nació en New Hampshire,
fue educado en el Harvard Col1ege y ejerció la pro-
fesión de abogado durante un tiempo en Massachusetts an-
tes de trasladarse a Luisiana, donde había mantenido vi-

- 15-
de los litigantes, discutió el asunto con base a la doctrina
estatutaria, y a su división de las leyes en reales y per-
sonales; y profundamente preocupado por el fundamento
de la sentencia dictada, escribió un libro, de unas 170 pá-
ginas, que apareció al año siguiente, 1828, bajo el título:
"Dissertations on the Questions which arise from the Con-
trariety of the Positive Laws of Different States and
Natíons", indudablemente tomado de la obra de BOULLE-
NOIS (30).

LIVERMORE ataca en forma decidida la autoridad de


HUBER y la teoría de la comítas gentíum para explicar el
fundamento del Derecho internacional 'privado. Advierte
en primer término como la cortesía internacional no pue-
de depender de la voluntad de los Jueces, encargados de
administrar justicia de conformidad con la ley; y aún en-
tendida en el sentido de "comity of nations" su significado
no es suficientemente claro: el soberano de un país no pue-
de pretender regular el estado y la condición de personas
que no le estan sujetas. "Pueden negarse a admitir tales
personas dentro de su territorio; pero si efectivamente las
reciben,están obligados a admitirlas con aquel carácter que
les ha sido impreso por las leyes del país del cual son súb-
ditos". "No ha sido por cortesía, sino por un sentido de
utilidad mutua, que las Naciones han reconocido la exten-
sión de los estatutos personales. Ha surgido de una espe-
cie de necesidad, al percibir los inconvenientes que con-
llevaría la doctrina contraria..." (31).

gencia el derecho romano después de su incorporación en


1812 como Estado federado, a través de las fuentes espa-
ñolas y francesas. Livermore, al morir regaló su esplén-
dida colección de obras medioevales a la Harvard Law School,
y de esta manera pudo ser aprovechada por Story.
(30)- NADELMANN, arto ·cit. pág. 269-270.
(31) - Transcripción de párrafos pertinentes de la obra de Liver-
more se encuentra en "The Law 01 Multistate Problema,
Cases ancl Materials on Conflict of Laws", por Arthur
TAYLOR VON MEHREN y Donald Theodore TRAUT-
MAN, Bastan-Taranta, 1965, págs. 30-32. Palabras simi-
lares utilizará STORY, según será indicado posteriormente.

- 16-
Desde esta posición crítica LIVERMORE pretende re-
solver los problemas de Derecho internacional privado con
el método de los estatutarios, que había obtenido cierta
aceptación en los Tribunales de Luisiana a través de prece-
dentes franceses. A tal efecto transcribe largas exposi-
ciones de los diversos autores, antes de afirmar sus pro-
pios puntos de vista. Tal sistema, no obstante, permitió
probar la inutilidad de los esfuerzos de los estatutarios:
puso de relieve la existencia de las más variadas opiniones
respecto de los mismos problemas, no siempre aceptadas
por LlVERMORE.

La exposición de LIVERMORE fué favorablemente


acogida en un comentario hecho por el "American Jurist
and Law Magazine", aparecido en Bastan en 1829 (32); Y
8tory la calificó de "able and olear" (33). Sin embargo,
tales doctrinas no podían ser aplicadas en un país donde
son constantes y frecuentes las relaciones comerciales y
sociales (34); su influencia práctica fue muy limitada:
se redujo a ciertas sentencias de la época dictadas por los
Tribunales de Luisiana, que luego modificaron de criterio
para orientarlo dentro de la tendencia general de la juris-
prudencia, revivificada con la aparición del libro de STORY
en 1834. En la época presente es muy rara vez citado
por los Tribunales o los autores modernos, aun cuando
sus planteamientos pueden estimarse en muchas ocasiones
bastante justificados (35).

LIVERMORE fué el primer autor norteamericano que


estudió en su generalidad los problemas del Derecho in-
ternacional privado: poco antes, sin embargo, James KENT,
Canciller del Estado de Nueva York, en sus famosos "Com-
montarles on American Law", aparecidos entre 1826 y

(32) - NADELMANN, arto cit. pág. 270.


(33) - STORY, Joseph.-"Commentaries on the Conflict of LaVJs",
Bastan, 1872, nr. 11, pág. 10, nota l.
(;)4) - BEALE, Joseph H.-HA Treatise on the Conflíct 01 Laws",
Tomo m, New York, 1935, pág. 1911.
(35) - KUHN, op. cit. pág. 19.

- 17-
1830, había tratado problemas de Conflicto de Leyes y ju-
risdicciones al estudiar los juicios y sentencias extranjeras,
el matrimonio y divorcio, la minoridad, la sucesión y la quie-
bra. En este sentido advierte que tales cuestiones no fue-
ron conocidas por los Tribunales ingleses antes de Lord
Hardwicke y Lord Mansfield, quienes, para resolverlos, ha-
bían acudido a la obra de Huber, "De conñictn Iegum".

KENT observa como la discusión de los escritores con-


tinentales se resumía en la clasificación de los estatutos o
leyes en reales, personales o mixtos. Previene, a este res-
pecto acerca del diferente sentido de la palabra "statute",
que mientras para los angloamericanos significaba la ley
promulgada por el Parlamento, en el Continente incluye
todo tipo de norma jurídica, con independencia de su fuente.
KENT criticó el método de los estatutarios, ante su falta de
criterios claros y definitivos para efectuar la clasificación
de las Leyes en las varias categorías: y posiblemente se de-
be a su prestigio el repudio de estas concepciones en el siste-
ma anglo-americano. No obstante, admitió el combatido
punto de vista, al menos cuando afirma la necesidad de que
el estatuto personal sea reconocido en todas partes, por
razones de interés mutuo de las naciones (36).

En la segunda edición de su obra, en 1832, Kent hace


referencia a las obras de Henry y de Livermore, para discu-
tir sus planteamientos en forma conjunta con la doctrina es-
tatutaria y los axiomas de Huber: de esta manera se hicie-
ron accesibles dentro del mundo anglo-americano, las opi-
niones de los autores continentales (37).

3.-JOSEPH STORY (1779 - 1845):

A la edad de treinta y dos años J oseph Story fué de-


signado Juez Asociado de la Corte Suprema de los Estados

(36) - KUHN, op, cit. págs. 19-20; "La conception du Droit 1n-
ternational privé d'aprée la doctrine et la pratique aux Etats-
Unis", Recueil tle« COUTS", Tomo 21, 1928, 1, págs. 195-196.
~37) - NADELMANN, op, cito pág. 272.

- 18-
Unidos de Norteamérica; yen 1829 asumió el cargo de Pro-
fesor de Derecho de la Universidad de Harvard, con la obli-
gación de escribir tratados sobre derecho norteamericano,
muy necesitados en aquella época: desde ambas posiciones,
como Juez y como Profesor, hizo prodigiosas contribuciones
al desarrollo del sistema juridico norteamericano (38).

Ya en su lección inaugural en la Universidad de Har-


vard, "The Value and Importance of Legal Studies", Story
hizo referencia a la. importancia de los problemas de derecho
internacional privado: sin embargo, no fué sino en la prima-
vera de 1833 cuando comenzó a escribir su famoso Tratado,
concluido a fines de año y que apareció publicado en 1834
bajo el Título: "Oommentaries on the ConfIict of Laws fo-
reígn and domestic in regard to Oontracts, Rights and Re-
medies and especially in regard to marriages, divorce, wills,
successíons and judgments" (39).

(38) - Joseph Story nació en 1779 y murió en 1845. En su carácter


de "Dane Professor" en la Universidad de Harvard, y en cum-
plimiento de las obligaciones de su cargo, escribió diversos
"Cornrnenta1'ies": sobre "Bailmente" en 1832; sobre la Cons-
titución, en 1833; "Equity Jurisprudence", 1836; "Equit'¡¡
Pleading", 1838; "Agency", 1839; "Partnership", 1841;
"Bills 01 Exchange", 1843; Y "Promissory Notes", 1845. En
sus años juveniles había compilado un libro sobre "Pleading",
1805 y editado: "Chitty on Bills and Notes", 1809; "Abbott
()n Shipping", 1810, y "Lesos on Pleading in assumptis",
1811. La carta fundacional de la "Dome Projeseorship",
imponía como deberes al Dane Profesor, "to prepare and
delicer, and to revine [or publicaiion, a course of leciures
on the [isre lollowing branches 01 law and equity, equall1l
in foree in all parts of our Federal Republic, mrnnelq the
law 01 nature, the law 01 nations, commereial and nULriUrne
law, federal law and [ederai equity". (VON MEHREN,
op. cit. pág. 34).

(:l9) - El propio STORY, con fecha 24 de abril de 1833, escribió a


SU amigo Richard PETERS: "It would be, 1 think, my best
law booJ¿' (V ALLADAO, Haroldo.- "The Influence o{
Joseph. Story on Latin-A.merican Rules of Conflict of Lasos"
en "The American Journal 01 Comparative Law", Tomo III,
Año 1954, pág. 41, nota 30).

'9 .-
Story dedicó su libro a James Kent, el prodigioso maes-
tro americano, y en la página inicial cita a BOULLENOIS
a los fines de recorrer: "I'JI réguera done toujours entre
les nations une eontrariété perpétuelle de loix; peutétre reg-
nerat-elle perpétuellement entre nous sur bien des objets.
Dela la nécessité de s'instruire des regles, et des princípes,
qui peuvent nous conduire dans la déeision des questíons, que
cette variété peut faire naítre" (40).

Propuso denominar la materia "Derecho Internacional


privado" (41); punto de vista éste acogido por Wilhelm
SCHAEFFNER en 1814, por :M. FOELIX en 1843 (42); Y
que desde entonces goza de gran favor en los autores con-
tinentales. Su éxito, por el contrario, fué bastante reduci-
do en el mundo anglo-americano, donde prevaleció el nombre
"Conflicto de Leyes" (Confliet of Laws) derivado del título
utilizado por Huber, cuya indiscutible influencia se dejó
sentir también en este respecto.

En el segundo de los capítulos, bajo el rubro "General


Maxims of International Jurisprudenee", examina Story el
fundamento del Derecho internacional privado a la luz de
los tres principios expuestos por Huber.

(40) - Tal mención de BOULLENOIS por Story, aparece recalca-


da por NADELMANN, arto cit. pág. 273.

(41) - GILDA MACIEL CORREA MEYER RUSSOMANO, en su


libro "O Objeto do Direito Internacional Privado", Río de
J'anciro, 1956, cita la opinión de ILMAR PENNA MARINHO,
quien da primacía a PORTALIS en utilizar el nombre
Derecho Internacional Privado (pág. 45, nota 1).
(42) - SCHAEFFNER, Wilhelm, "Entwicklung des internationa-
len Privatrechts", Franlcfurt am Main, 1841, menciona la
obra de Story en la N ata 1 a la primera página y en la
Bibliografía sobre la materia: le atribuye valor como co-
lección de sentencias inglesas y norteamericanas, y advierte
que contiene numerosas citas de escritores franceses y ho-
landeses (pág. 12). FOELIX, M., abogado originario de
Renania, naturalizado francés, intituló su libro: "Traité du
Droit international privé ou du Conflit des Lois de difft,7'e1'Ís
Nations en Metiere de Droit Privé".

-20-
De acuerdo con el primer axioma reconoce a cada Es-
tado un exclusivo derecho de soberanía y jurisdicción en su
territorio, en virtud del cual sus leyes afectan toda clase de
propiedad dentro del mismo, todas las personas en él resi-
dentes y todos los actos allí celebrados: afirma de esta ma-
nera el efecto positivo de la territorialidad de la Ley (43).

Consecuencia lógica de este plantemiento es el aspecto


negativo de la territorialidad de la Ley: ningún Estado pue-
de pretender regular personas que no residen en él, ni bie-
nes situados en el extranjero o actos realizados fuera del
País. Así lo impone la igualdad y la exclusividad de las
Naciones (44).

Fácilmente se comprende cómo la estricta aplicación


de tales principios conduce a negar el Derecho internacional
privado. Por tanto, para justificarlo es necesario acudir
a la idea de la cortesía internacional (comity of nations).
Cada Estado es libre de determinar cuando puede permitir-
se la aplicación de Leyes extranjeras, la cual tiene lugar
tan sólo en virtud del consentimiento del País en cuestión,
manifestado expresamente cuando promulga normas de
conflicto, o en forma tácita cuando no existe regulación espe-
cial: el silencio debe entenderse como una aceptación implí-
cita del Derecho extranjero (45).

De esta manera, Story reconoce a cada País la facultad


de establecer sus propias normas para resolver los conflictos
de Leyes y afirma el carácter nacional del Derecho interna-
cional privado. Tal punto de vista, aceptado en la época
presente en sus lineamientos fundamentales, se encuentra
en clara oposición con las doctrinas estatutarias, netamente
universalistas, y con las teorias de Mancini y Savigny, que
pretenderán imponer un sistema objetivo de validez general
(46).

(43) - STORY, op. cit. nr. 18, págs. 19-20.


(44) - STORY, op. cit. nr. 22, págs. 22-23.
(45) - STORY, op cit. nr. 23, pág. 23.
(46) - DA VIES, arto cit. pág. 456.

- 21-
Por otra parte, Story entiende que, dentro de los lí-
mites fijados por la cortesía internacional, tiene lugar apli-
cación de auténtico Derecho extranjero, el cual conserva su
característica de extranjería al resolver el caso concreto
por mandato de la norma de conflicto. Diferente será la
orientación posterior de la doctrina anglo-americana, al ne-
gar la posibilidad técnica para un Estado de aplicar un de-
recho distinto del propio: premisa que explica la necesidad
de recurrir al reconocimiento de los derechos legítimamen-
te adquiridos en la teoría defendida por DrCEY y BEALE; Y
a la creación de un derecho idéntico al concedido por la Ley
extranjera, dentro de los planteamientos de la escuela rea-
lista norteamericana (47).
Sin embargo, la cortesía internacional no impone la
aplicación indiscriminada del Derecho extranjero, y su ex-
clusión debe producirse inexorablemente cuando su conte-
nido contraría principios fundamentales de la Ley del Juez
que conoce de la controversia. Story afirma asi el orden pú-
blico internacional o cláusula de reserva con el significado
que le atribuye la doctrina contemporánea (48).
Al fundamentar el Derecho iriternacional privado en la
cortesía internacional, Story insiste en que se trata de corte-
sía de los Estados (comity of Nations) y no de cortesía de
los Jueces (comity of jndges) : los funcionarios llamados a
resolver el caso concreto no pueden decidir a su arbitrio
cuando deba tomarse en cuenta una Ley extranjera, pues su
obligación es obedecer el mandato del legislador. Pretende
así salvaguardar el principio de las críticas que le habían
sido formuladas, aún dentro de los Estados Unidos a través
de Livermore, a quien, sin embargo, no menciona (49).

(47) - CHEATHAM, Elliot E.-"American Theories 01 Conflict


01 Laws: Their Role and Utility", en CULP, op. cit. págs'.
51-53.
(48) - STORY, op. cit. nr. 25, págs. 24-25. El funcionamiento
del orden público se encuentra claramente expresado al
analizar las obligaciones convencionales: nrs. 258-259; págs.
292-296.
(49) - STORY, op. cit. nrs, 30-35, págs. 28-30.

- 22-
Por otra parte, existen afirmaciones de Story que de-
ben ser tomadas muy en CUenta para entender el verdadero
sentido de su fundamentación del Derecho internacional
privado: "The true foundation on whieh the administration
of international law must rest is that tlie rules which are
to govern are those whíeh arise from mutual interest and
utility, from a sense of the inconveniences which would re-
sult from a contrary doctrine, and from a sort of moral ne-
cessity to do justice, in order tbat justice may be done to
us in return" (50).

Establecidos los principios básicos entra al estudio de


los problemas particulares: Story abandona el método em-
pleado hasta entonces en el Continente de dividir las leyes
o estatutos en tres categorías básicas para ubicar en cada
una de ellas las diversas normas y deducir las correspon-
dientes consecuencias. Utiliza un sistema distinto, que
perdura aún en nuestros días, y estructura los problemas
alrededor de las diferentes instituciones jurídicas que inte-
gran el propio ordenamiento. En tal virtud su obra se
descompone en quince capítulos sobre los siguientes temas:
domicilio; capacidad de las personas; matrimonio en gene-
ral; incidentes del matrimonio; divorcio pronunciado en
el extranjero; contratos celebrados en el extranjero; bie-
nes muebles; bienes inmuebles; testamentos; sucesión in-
testada; instituciones de protección; jurisdicción o compe-
tencia internacional; sentencias extranjeras; Derecho penal
y prueba. Vienen precedidos de un capítulo introductorio
y de otro contentivo de los principios generales.

(50) - STORY, op, cit. nr, 35, pág. 30.-E'S notable la similitud
de los términos utilizados por STORY, transcritos en el
texto, con los empleados por LIVERMORE para combatir
la doctrina de la cortesía internacional. En efecto, LI-
VERMORE había dicho: "It has not been Irom comity, but
[rom. a sense 01 'mutual utility, that nations have admitted
the extension 01 personal statutes. It has arisen Iro'm a
sort 01 necessity, and [rom. a sense 01 the inconveniences
which would result [rom. a contrary doctrine..." (VON
MEHREN y, TRAUTMAN, op. cit. pág. 32). .

- 23-
Al estudiar estos temas, Story toma en cuenta alrede-
dor de quinientas sentencias dictadas por los tribunales in-
gleses y especialmente norteamericanos: su investigación,
por tanto, es eminentemente práctica y aparece vitalizada
por las realidades de la existencia cotidiana. Tal forma de
enfocar los problemas, en un todo acorde con el sistema ju-
rídico angloamericano, había sido descuidada en el Conti-
nente, donde la pretensión de la época se orientaba a elabo-
rar teorías generales y abstractas de validez universal; la
influencia de Story sé hará sentir de manera indiscutida, y
en el presente siglo puede observarse como el examen de
la jurisprudencia constituye uno de los pilares fundamenta-
les en la exposición del derecho internacional privado.

Sin embargo, Story no redujo su investigación al análi-


Bis de las sentencias inglesas y norteamericanas: realizó
también un amplio estudio de la doctrina admitida en el
Continente,y de esta manera ha sido uno de los pioneros en
América en el campo del Derecho comparado (51). Su

51) _ NADELMANN, Kurt H.-"Joseph Story's Sketch 01 Ame-


rican Law" en "The American Journal 01 Comparativ e Lono',
Tomo III, ,Año 1954, pág. 3; YNTEMA, Hessel E.-"Tl1e
Historie Bases 01 Private International Law", en "Thc Ame-
rican Journal 01 Comparative Law", Tomo III, Año 1954,
pago 307; LAMBERT, Edouard y XIRAU, J. R.-"L'ancetre
américaín du Droit Comparé. La doctrine du Juge Story",
París 1947; LORENZEN, Ernst G. "Story's Commentaries
,
on the Conflict: 01 Laws- One Hundred Years alter,
"
en op. cit. pág. 193 recuerda que LUDWIG VON BAH
había hablado del "wondrous power of comparison" de
Story; VALLADAO, arto cit. nota 1, pág. 27, para compro-
bar la afición de Story por el derecho comparado, transcribe
los párrafos pertinentes en SUs diversos libros, y señala
cómo una de 'las críticas formuladas por StOl'Y a los autores
ingleses fué su indiferencia por la "[oreiqn. jurisprudence"
(nota 3, págs. 27-28). En este mismo sentido, indicó Max
GUTZWILLER: "Story impuso a los dos Países (Ingla-
terra y Estados Unidos) la hístm-ia europea a la cual ha-
bían permanecido extraños, y los asimiló de esa manera a
la línea de evolución común a todos los Estados Continen-
tales. A sus sucesores europeos, por el contrario, les en-

-24 -
examen no se limitó a los puntos de vista de los escritores
medioevales, -para lo cual le fué de gran utilidad la dona-
ción hecha por Livermore de su Biblioteca a la Universidad
de Harvard- sino que lo extendió a los diversos estatutarios
hasta el siglo XVIll: el prefacio de su obra menciona a Ro-
denburg, Baullenois, Bouhier y Froland, como habiendo es-
crito sobre la materia "with the most clearness, compre-
hensíveness, and acuteness" (52). Y posteriormente afir-
ma haber utilizado principalmente las obras de Rodenburg,
Juan y Pablo Voet, Burgundus, Du Moulin (Molinaeus),
Froland, Bouhier y Huber, "as embracíng the most satis-
factory Illustratíons of the leadíng doctrines" (53).
El examen comparado de las diversas opiniones emiti-
tidas en el Continente y de los puntos de vista acogidos en
las sentencias anglo-americanas, le permitió adoptar crite-
rios propios, fundamentalmente orientados por razones de
justicia y de equidad:' hizo suyas las soluciones consagra-
das por el cornmon law, pero también se vió precisado a
formular otros principios y reglas para proveer las nuevas
exigencias de la vida diaria (54).

Ha sido objeto de críticas esta actitud de recopilar, en


forma de extracto, la opinión de los diversos autores sobre
un mismo tema. Frederick HARRISON, afirma que "ese

seña la posibilidad de un método, al mismo tiempo interna-


cional y puramente práctico, es decir, desprovisto de la pe-
sada carga de la tradición secular" ("Le développment Hie-
torique du Droit International Privé" en "Recueil des Cours",
Tomo 29, Año 1929 IV, pág. 342).
(52) - STORY, op. cit. pág. XII.
(53) - STORY, op. cit. nr, 11, pág. 10, nota 1.
(54) - En tal virtud STORY admite la competencia de la ley del
domicilio para regir el estado y la capacidad de las personas,
principio que somete a varias excepciones: la ley del con-
trato regula la capacidad para contratar, según lo había de-
cidido la Corte Suprema de Luisiana en 1827 en el caso SauZ
v. His Creditors; la ley del lugar de la celebración rige la
capacidad para contraer matrimonio, aun en caso de fraude
a la ley; la ley de la situación controla la capacidad para
otorgar testamento sobre bienes inmuebles.

- 25-
famoso libro sobre el conflicto de leyes no es, en realidad,
sino un conflicto de opiniones"; a su entender constituye
un vasto repertorio de los más variados criterios, deriva-
dos de puntos de vista antagónicos: "Parece ser suficiente
a Story que algún jurista haya hecho alguna observación;
poco importa, carece de importancia que esta observación
haya sido hecha en el sistema feudal de Europa en el siglo
XIV o por un Juez americano aplicando derecho consuetu-
dinario en el siglo XIX. Ita scriptum est, dice Story, y
se despreocupa de comparar esas diversas opiniones" (55).
Los Comentarios sobre conflicto de leyes de Story
tuvieron gran acogida y fueron objeto de ocho ediciones
(56): al decir de Haroldo V ALLADAO, "desde su apari-
ción, la obra se convirtió en la Biblia, para tribunales y
autores, no sólo en América sino también en el Continen-
te" (57).

(55) - HARRISON, Frederick.-"Le droit international privé ou le


conflict des loie au point de vue liistoriquc particuiierement
en Anoleterre", en "Journal de Droit International Privé
et de la Jurieprudenee Comparée", Tomo 7, Año 1880, págs.
430-431. Sin embargo, LORENZEN advierte que si bien
es cierto STORY reprodujo algunas de las antiguas ideas
dominantes en esta ciencia, en él sólo representan "the
veneer or sheli", ya que la substancia de su obra se funda-
menta en las decisiones de los tribunales angloamericanos
(art. cit. en op, cit. pág. 193); Quintín ALFONSIN, recuer-
da en este sentido cómo Martín WOLFF calificó de
"adorno inútil" la cita hecha por STORY de los postglosa-
dores y estatutarios franceses ("Nota sobre el sistema anglo-
americano de Derecho priuado internacional" en "Reoieta
de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales", Montevi-
deo, Tomo I, Año 1950, pág. 190).
(56) -.La segunda en 1841, completamente revisada por Story;
la tercera en 1846, por su hijo William W. Story, quien
advierte que las correcciones habían sido hechas por su
padre antes de su muerte, el año anterior; la cuarta en
1852 por E. H. Bennett, quien también hizo la quinta edi-
ción en 1857 y la séptima en 1872; la sexta edición apa-
reció en 1865, por Isaac F. Redfield; y la octava, en 1883,
por Melville M. Bigelow.
(57) - VALLADAO, arto cit. pág. 29, nota 9.-Así puede verse

- 26-
Notas muy elogiosas aparecieron en las Revistas eu-
ropeas de Derecho comparado. Mittermeier la califica
como "la mejor de que se puede gloriar la literatura" y
afirma "que es reconocida también en Alemania como la
obra clásica a la cual deben acudir los juristas de todos
los países" (58).

Savigny, al acusar recibo de la segunda edición, en una


carta al Ministro de los Estados Unidos en Berlín, dice:
"depuis longtemps, je connais et j'estime votre savant com-
patríote comme un homme qui fait le plus grand honneur
a sa double patrie, je veux dire a l' Amérique et a la Jurís-
prudenee... Je vous prie d'exprimer a votre iIlustre compa-
triote combien je suis sensible au nouveau présent qu'i1 lui
plu de me faire et qui est de la plus grande importance pour
mes études" (59). Y en el Prólogo del Tomo VIII de su
"Sistema de Derecho romano actual", se lee: "Tenemos un
cuadro de este estado, todavía imperfecto de la ciencia, si
bien lleno de esperanzas, en la excelente obra de Story, tan
rica de materiales como útil para toda seria investiga-
ción" (60).

FOELIX, en la segunda edición de su Tratado, al re-


ferirse a Story, afirma: "No hemos vacilado en adoptar de-
finitivamente esta doctrina, y la hemos seguido en todo el
curso de nuestro trabajo" (61). Y fácilmente se compren-
de la importancia de Story en Francia, si se recuerda que

en la "Kritisclie Zeitschrift [iir Reehtswissensehaft und Ge-


setzgebung des A uslandee", que apareció en 1829 en Heidel-
berg, con Mittcrmeier como Director; yen la "Revuc Etran-
fleTe et FTan<;ai.~e de Leqislation. et Eeonomie Poli tique",
fundada por Foelix en 1834. Ambos invitaron a Story a
colaborar con artículos (VALLADA O, arto cito pág. 29,
nota 7).
(58) - VALLADAO, arto cit. pág. 29, nota 9.
(59) - NADELMANN, arto cit. pág. 274.
«(;0) - 8AVIG:-\Y, :-'ulerico Carlos dc.-"Systcm des h eut.iacn. ,,.0-
mischen Rechis", Tomo VIII, Berlín, 1849, pág. IV.
(61) - FOELIX, "Traité du. Droit International Privé ou du Con-

-- 27 -
la obra de Foelix fué la única escrita sobre la materia hasta
la aparición del Manual de André Weiss en 1886 (62).

El libro de Story fué mencionado favorablemente en


Alemania por .8chaeffner en 1841 y por van Bar en 1862;
Lainé habla de "señal de nuevos estudios" en 1884; en Por-
tugal por Lucas FaIeao en 1868; en Holanda por Asser
en 1879; y en Bélgica por Laurent en 1880 (63).

Mayores elogios recibió Story en el mundo anglo-ame-


ricano: Ya William BURGE, en sus "Commentaries on Co-
lonial and Foreígn Laws" dijo en 1838: "Su Tratado sobre
Conflicto de Leyes... es citado por los Jueces ingleses con
toda la alabanza que justamente merece..." (64). Frede-
rick HARRISON, a pesar de criticar algunos de sus as-
pectos, reconoce en 1880 que es "el Tratado más importan-
te y posiblemente el más completo sobre la materia"; ad-
vierte cómo su carácter indispensable se revela en la cir-
cunstancia de que después de su aparición "difícilmente se
encontraría un solo caso en América o en Inglaterra y aún
en el Continente que haya sido decidido sin referencia a
este sabio libro" (65); Y Albert Venn DICEY, el máximo
representante inglés hasta bastante avanzado el presente
siglo, hace énfasis en el "poderoso sentido común y amplio
conocimiento jurídico" de Story, para concluir: "Su obra

flit des Lois de différentes Nation« en Matiere de Droit


Privé", 4' edición revisada y aumentada por Charles DE-
MANGEAT, París, 18'66, Tomo I, pág. IV.
(62) - En efecto, y como señala Henry BATIFFOL, la obra de
Mailher de CHASSAT, "Traité des statuts, ou du droit in-
ternational privé", aparecida en 1845, tiene un carácter
más general y sumario, y su influencia ha sido mucho
menor ("Traité Elémentaire de Droit International Privé",
París, 1959, nr. 45, pág. 51, nota 31).
(63) - VALLADAO, arto cit. pág. 30, nota 9.
(64) - LORENZEN, "Story's ... ", en op. cit. pág. 192.
(65) - HARRISON, arto cit. págs. 430-431.

- 28-
merece el respeto y la gratitud de todos los abogados in-
gleses" (66).

Los escritores norteamericanos afirman también uná-


nimemente el mérito y la importancia de Story, cuya obra
nunca podría ser valorada en demasía (67). BEALE, el
principal defensor de la doctrina del respeto de los dere-
chos legítimamente adquiridos, sostiene que Story ocupa
un puesto crucial en la historia del Derecho internacional
privado, por haber sido el creador de la ciencia moderna
y por constituir el punto de partida de las teorías poste-
riores (68). LORENZEN, representante primario de la
llamada "escuela realista", sostiene que para 1834 era el
libro más importante escrito en cualquier país desde el
siglo XIII sobre derecho internacional privado: a los cien
años de su aparición, citado frecuentemente, los Tribuna-
les norteamericanos conservaban sus principios fundamen-
tales, excepción hecha de puntos de importancia secun-
daria (69).

La influencia de Story se dejó sentir en las leyes de


varias Naciones latinoamericanas y en algunos Tratados
internacionales celebrados en este Continente (70).
Es indiscutida la repercusión de Story en el Código
~ivil argentino promulgado el 29 de septiembre de 1869.
Su autor, el renombrado jurista de Córdoba VELEZ SARS-
FIELD, en carta dirigida al Ministro de Justicia el 26 de
junio de 1865, a la cual acompañó el primer libro del Có-
digo, Teconoce haber utilizado "sobre todo, el Proyecto del

(66) - La transcripción es de un comentario aparecido en el LaVJ


Quarterly Revieio, XXVIII, págs. 342, 347, publicado par-
cialmente en BEALE, op. cit. Tomo 1, pág. XXXI.
(67) - YNTEMA, arto cit. pág. 307.
(68) - BEALE, op. cit. Tomo III, págs. 1912-1913.
(69) - LORENZEN, "Story's...." en op. cit. págs. 191-194.
(70) - VALLADAO señala la particularidad de que esta influen-
cia no se observa en los países limítrofes de los Estados
Unidos de América, a saber, Canadá y México (art, cit.
pág. 33).

- 29-
Código civil que está trabajando para el Brasil el señor
Freitas", y "respecto... al primer libro mis guías principales
han sido los jurisconsultos alemanes Savigny y Zacharías...
y la obra de Story, Conflict of Laws". (71).

Los artículos 8 a 10, 159 a 163, y 1205 a 1210 del


Código Civil argentino -afirma VALLADAO- constitu-
yen una síraple traducción de 103 principios expuestos por
Story en sus Comentarios (72); Y combinada con la de
Savigny y Freitas su influencia se deja sentir .en muchos
otros preceptos (73). De igual manera se mantienen los

(71) - VALLADAO, arto cit. pág. 33, nota 16.


(72) - VALLADAO, arto cit. págs. 34-38: hace una transcripción
de los mencionados artículos y los compara con el original
de Story a fin de hacer más patente la similitud que señala.
(73) - VALLADAO, arto cit. pág. 33, nota 16, establece el orden
de influencia en el Código civil argentino de la siguiente
manera: Freitas, Story, Savigny y, en menor grado, Bello.
La importancia de las ideas de Story en la redacción del
Código civil argentino fué expresamente reconocida en las
sesiones que culminaron con la firma del Tratado suscrito
en Lima el !) de noviembre de 1878 para establecer reglas
uniformes en materias de Derecho internacional privado,
y en la Exposición de Motivos que precedió dicha Conven-
ción. (Véase "Congresos A1nericanos de Lima. Recopilación
de Documentos precedida de Prólogo por Alberto Ulloa",
Tomo, II, Lima, 1938). De igual manera ha sido admitida
por la doctrina argentina: Humberto María ENIS advierte:
"Las enseñanzas de Savigny son recogidas por el codifica-
dor, pero sufre la influencia también de Story y de F'reitas.
apartándose a veces del expositor alemán" ("Derecho inter-
nacional privado", Buenos Aires, 1953, pág. 91); Werner
GOLDSCHMIDT: "El Derecho internacional privado ar-
gentino legislado, conforme plasma en el Código civil, se
inspira en las ideas del norteamericano Story, del alemán
Savigny y del brasileño Freitas" ("Su1na de Derecho In-
ternacional Privado", Buenos Aires, 1961, nr. 13, pág. 34;
"Sietema y Filosofía del Derecho Internacional Privado",
Tomo I, Buenos Aires, 1952, pá;;. 122). Otros autores in-
sisten en la influencia de Savigny: Carlos Alberto AL-
CORTA, en el Prólogo de la obra de Amancio ALCORTA,
"Curso de Derecho Internacional Privado", expresa: " ...es
lícito afirmar que en materia de Derecho internacional pri-

- 30-
puntos de vista de Story, ya aceptados en el Código civil,
en la Ley argentina de Matrimonio civil del 2 de noviembre
de 1888 (arts. 2 a 6): su ímportancia fué tan grande, que
la obra de Story, en su octava edición, traducida al español
por un jurista argentino, Clodomiro Quiroga, apareció pu-
blicada en Buenos Aires, en dos volúmenes, el año de
1891 (74).

De esta manera se extendió su esfera de accion al


Paraguay, donde el Código civil argentino fué acogido en
27 de julio de 1889, habiéndose promulgado una Ley simi-
lar a la argentina sobre matrimonio civil el 2 de diciembre
de 1898. Y en forma menos clara cabe observar los pun-
tos de vista de STORY en la Ley sobre matrimonio civil
dictada en el Brasil el 24 de enero de 1890, que incluyó
el principio de la ley del lugar de la celebración para el
régimen del matrimonio (arts. 47-48). (75).

La influencia de Story se advierte también en la Con-


vención sobre Derecho Internacional Privado suscrita en
Lima el 9 de noviembre de 1878 y sus puntos de vista
vado, Savigny ha sido, con ligeras variantes de detalle, la
fuente más importante y decisiva de nuestro Código civil...
las ideas del sabio romanista, constituyen el derecho ínter-
nacional privado de la legislación civil argentina" (Tomo I,
Buenos Aires, 1927, págs. LIX-LX); Carlos M. VICO indica:
"Nuestro codificador recibió la influencia de Freitas y
Savigny; estos autores han impreso una profunda huella,
como el mismo Vélez lo reconoce en sus citas y en sus notas...
El sistema de derecho internacional privado argentino es,
puede decirse, el sistema de Savigny..." ("Curso de Dere-
cho internacional privado", Tomo I, Buenos Aires, 1943, rir.
268, págs. 216-217); Raúl SAPENA PASTOR señala: "Las
normas positivas de Derecho internacional contenidas en
los Tratados de Montevideo y en el Código Civil argentino
adoptado por nuestro país, se hallan indudablemente ins-
piradas en las ideas de Savigny" ("Derecho Internacional
Privado", Tomo 1, Buenos Aires, 1954, nr, 155, pág. 113).
(74) - VALLADAO, arto cit. pág. 41.
(75) - VALLADAO, arto cit. págs. 38, 39 Y 41.

-31-
fueron acogidos expresamente al regular los efectos del
matrimonio (76).

Más notoria todavía es la importancia que se atribuye


a Story en los Tratados de Montevideo de 1888-1889. Lo
demuestran sus proyectistas, Gonzalo RAMIREZ de Uru-
guay y Manuel QUINTANA de Argentina: ambos citan a
Story con frecuencia. El primero en el Proyecto que pu-
blicara (77), y el segundo en el que presentó a la Confe-
rencia. Los criterios de Story fueron acogidos en la Con-
vención de Derecho civil internacional, al someter sin
distingo alguno el régimen de los bienes a la ley territorial,
aún en lo relativo a la forma y capacidad si se trata de
inmuebles; e igualmente en los principios aceptados para
regir la celebración y efectos, tanto personales como pa-
trimoniales, del matrimonio (78).

La opinión de STORY para fundamentar el derecho


internacional privado fué particularmente útil a nuestra

(76) - En la Exposición de Motivos que precedió al Tratado de


Lima se lee: "Esas razones aducidas en el curso de los de-
bates, han parecido suficientes a la mayoría del Congreso
de Jurisconsultos para seguir resueltamente las doctrinas
de Story, adoptadas' en el Código argentino y en el del
Estado de Luisiana" ("Congresos Americanos de Lima. Re-
copilación de Documentos precedida de Prólogo por Alberto
Ulloa", Tomo II, Lima, 1938, pág. 322). Por otra parte
cabe advertir cómo la opinión de Story fué mencionada al
discutirse la ley aplicable al estado y capacidad de las per-
sonas y el régimen de los bienes (op. cit. págs. 309, 314, 317).
(77) - Gonzalo RAMIREZ, "Proyecto de Código de Derecho Inter-
nacional Privado y su Comentario", Buenos Aires, 1888. Al
referirse al fundamento de esta ciencia, RAMIREZ califica
de totalmente infundadas las críticas hechas por el jurista
argentino Amancio Alcorta a los principios fundamentales
defendidos por Story y Foelix; al propio tiempo sostuvo:
"No nos parece que la doctrina de Savigny formule princi-
pios distintos a los establecidos por Story y Foelix, como
fundamento del Derecho Internacional Privado" (op. cit.
pág. 70, nota 38).
(78) - VALLADAO, art. cit. págs. 40-41; Y pág. 40, nota 38.

- 32-
Cancillería en sus intentos de rechazar los frecuentes re-
clamos internacionales propuestos en el curso del siglo
XIX por Países Extranjeros, y en especial por los Repre-
sentantes diplomáticos de la Gran Bretaña y de los Esta-
dos Unidos de la América del Norte.

En efecto, el principio de la cortesía internacional pa-


ra justificar la aplicación de las Leyes extranjeras, en la
frómula de Story y Foelix, fué esgrimido en forma cons-
tante frente a los reclamos presentados por Legaciones
extranjeras, en base a presuntos daños y perjuicios sufri-
dos por sus nacionales con motivo de las numerosas con-
tiendas civiles que azotaron la República durante el siglo
pasado. Se les replicó la obligación que imponían las Leyes
venezolanas a los extranjeros de acudir a los funcionarios
encargados de administrar justicia, antes de pretender el
beneficio de la protección diplomática. Y los puntos de
vista de STORY, con los de otros grandes publicistas, fue-
ron opuestos a las razones esgrimidas por los Ministros
Plenipotenciarios, a fin de reivindicar el imperio y la vi-
gencia de nuestra Ley en el territorio venezolano (79).

De igual manera la doctrina de STORY sirvió a nues-


tra Cancillería para rechazar las pretensiones de los Re-
presentantes extranjeros tendientes a impugnar la validez
del precepto constitucional que imponía la nacionalidad ve-
nezolana a todas las personas que nacieran en el territorio
de la República, con independencia de cual fuera la nacio-
nalidad de sus padres. Con base en sus principios, y en
los defendidos en forma concordante por otros eminentes
autores, fue negado todo reconocimiento a la nacionalidad
extranjera del interesado, cuando coexistía con la vene-
zolana (80).

(79) - Sobre este tema véase la Tesis de grado de la doctora María


Trinidad PULIDO SANTANA, bajo el Título "La Diplomacia
en Venezuela. Contiendas civiles y reclamaciones internacio-
nales", Caracas, 19'63; Y la bibliografía en ella citada.
(80) - El Gobierno Venezolano mantuvo inflexiblemente la posición
de negarse a reconocer en la República la nacionalidad

-- 33 -
Las soluciones defendidas por STORY dejaron tam-
bién sentir su influencia en las sentencias dictadas por las
Comisiones Arbitrales Mixtas creadas por los Protocolos
suscritos para superar el bloqueo de las costas venezolanas
ocurrido el 9 de diciembre de 1902. Y sus puntos de vista,
transcritos en varias oportunidades junto a los de otros

extranjera que pudiera ostentar una persona si concurría


con la venezolana. Excepcionalmente se separó de este,
criterio en la Resolución de 24 de septiembre de 1860, con
motivo del reclamo formulado por el Representante francés
en virtud de haberse llamado a la milicia al joven Alejan-
dro d'Empaire, hijo de francés nacido en Venezuela; y al
suscribir la Convención para el Restablecimiento de las re-
laciones de amistad con Francia el 27 de noviembre de 1885,
en la cual se estipuló que el Gobierno francés resolvería el
punto relativo a la nacionalidad francesa de los intere-
sados como cuestión previa para examinar la procedencia
de las teclamaciones pendientes hasta la época de celebra-
ción de'] Tratado. (Véase: Gonzalo PARRA ARANGU-
REN, "La Nacionalidad Venezolana Originaria", 2 Tomos,
Caracas, 1964). Tal punto de vista ha encontrado el apoyo
unánime de la doctrina patria, aun cuando de manera es-
porádica se observan opiniones disidentes en autores vene-
zolanos del siglo pasado: Evaristo FOMBONA publicó en
1863 un folleto, "España y Venezuela" en el cual defendió
el carácter de españoles que a su entender debía atribuirse
a los hijos de españoles nacidos en Venezuela; Ricardo
Ovidio LlMARDO se pronunció por el predominio de la
nacionalidad derivada de la filiación: " ...reprobamos sin
vacilar y resueltamente, la errada y funestísima tendencia
de algunos ilustres y entendidos estadistas americanos a im-
poner la ciudadanía, contra su voluntad, al hijo nacido en
nuestros países de padre extranjero" ("Ler/islación Comercial.
Comparada, o sea, Códigos de Comercio de Europa y A mé-
rica comparados entre sí con una introducción y apreciación
crít1co-filosófica sobre los Principios de Legislación que
les sirven de base", Tomo I, París, 1869, págs, 115-116);
Luis SANOJO afirmó en toda su intensidad la teoría según
la cual el hijo sigue durante su menor edad la nacionalidad
del padre, de su madre o de la persona a cuyo cargo está
si fuere de padres desconocidos; en consecuencia, concluyó
en la nacionalidad extranjera de los menores de edad na-
eídos en Venezuela de padres extranjeros, ("Instituciones

34 --
notables publicistas, permitieron al Superárbitro resolver,
en un todo conforme a las pretensiones venezolanas, la
espinosa materia de los conflictos positivos de nacionalidad
cuando el reclamante ostentaba la nacionalidad venezolana.
Se reconoció así el derecho que asistía a nuestro País
para imponer sus normas atributivas de nacionalidad a
toda persona nacida en el territorio de la República y con
independencia de los preceptos contenidos en la Legislación
del País con el cual se encontraran vinculados sus pa-
dres (81).

4.-LA "VESTED RIGHTS THEORY":

Aun cuando es indiscutible que la doctrina de Story


ejerció una influencia considerable y adquirió gran autori-
dad en el sistema anglo-americano, ya desde comienzos de
la segunda mitad del siglo XIX se observa una crítica acen-
tuada y se sugieren nuevas ideas para sustituir la cortesía
internacional como fundamento del Derecho internacional
privado.

En 1858 aparece el libro de John D. WESTLAKE,


"Treatise on Private Internatíonal Law", la primera obra
escrita en Inglaterra que dió tratamiento autónomo y com-
pleto a los problemas de conflicto de leyes. Westlake ad-
vierte como es muy dudoso que Juan Voet o Huber hubieran

de. Derecho Civil venezolano", Tomo J, Caracas, 1873, nr. 39,


pág. 38). La doctrina posterior es uniforme en el sentido
contrario y de igual manera se ha pronunciado la jurispru-
dencia: el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Dis-
trito Fedel'al el 26 de febrero de 1902 (Gaceta Oficial NQ 8476
del 1Qde marzo de 1902); Y la Corte Federal y de Casación,
Sala Federal, el 5 de febrero de 1947 ("Actuaciones de lo.
Corte Federal y de Casación", Caracas, 1947, pág. 65),
Y el 29 de julio de 1958 ("Gaceta Forense", Segunda Etapa,
Tomo XXI, Volumen I, pág. 57). (Véase sobre el tema,
Gonzalo PARRA ARANGUREN, "La Doble Nacionalidad"',
Caracas, 1962).

(81) - PARRA ARANGUREN, op. cit., Tomo n, pág. 368-381.

- 35-
empleado el término "comitas" con un significado distinto
de la idea de justicia; y señala la fragilidad de una ciencia
que se fundamenta en la actitud benévola o graciosa de los
Estados (82).

Sir Robert PHILLlMORE publicó el cuarto tomo de


sus "Commentarie8 upon International Law" bajo el título
"Private International Law or Comity". Aparecida su pri-
mera edición en 1861, Phillimore observa cómo los Estados
han aceptado ciertas reglas para resolver los conflictos de
Leyes, debido a la influencia del Cristianismo y a un senti-
miento más profundo de su interés nacional, con vista de
los principios de la justicia universal, y sin desestimar las
ventajas recíprocas y el mutuo interés (83). Influido de
manera vigorosa por las doctrinas de SAVIGNY afirma la
necesidad de tomar en cuenta la Ley del asiento de la rela-
ción jurídica controvertida de acuerdo con su propia na-
turaleza, para resolver los conflictos de Leyes (84).
De igual manera J ohn Alderson FOOTE, en su "A con-
cise treatise on Private International Jurisprndence based
on the Decisions in the English Oourts", aparecido por pri-
mera vez en 1878, hace hincapié en que el término "comity

(82) - En la séptima edición del Tratado de WESTLAKE, por Nor-


man BENTWICH, (Londres, 1925), se lee al respecto: "while
English writers and judges freely borrowed the term
"comity from John Voet and Huber, it may be doubted
whether they meant it strictly in a sense independent oí
justice" (pág. 20). Sobre el tema, véase E. M. MEI-
JERS, "L'histoire des príncipes fundarnentaux du Droit
International Privé a partir du Moyen age specialmente
dans l' Europe occidental" en "Recueil des Cours" 1934 III
(Tomo 49), págs. 663 y sígs.; DAVIES, arto cit. págs. 456-
460; NADELMANN cita las siguientes palabras de WEST-
LAKE: "".The principle applies that rights which have
once well accroued by the appropriate Law are, by comity
if you please, though it is a comity almost demanded by
a sentiment of [ustíce, treated as valid everywhere" (op.
cit. pág. 275, nota 79b).
(83) - PHILLIMORE, op. cit. Londres, 1889, 3" edición, nr. 111,
pág. 4.
(84) - PHILLIMORE, op. cit. nr, XXVI, pág. 22.

- 36-
of natíons" utilizado por Story, o carece de sentido o es
preciso entenderlo como un deber jurídico de reconocer y
dar eficacia a las obligaciones válidamente creadas de
acuerdo con la apropiada Ley extranjera (85).

Dentro de esta línea de pensamientos Francis Taylor


PIGGOTT, en su libro "Foreign Judgments. Their Effect
in the English Courts", publicado en 1879, recalca el sen-
tido confuso y ambiguo de la "comity", para admitir, con
PHILLIMORE, la existencia de ciertas reglas de carácter
obligatorio surgidas por el mutuo consentimiento de los
Estados (86).

Tales comentarios se hicieron extensivos a los Estados


Unidos de Norteamérica:

Francis WHARTON en su "A Treatise on the Conflict


of Laws, or Prívate International Law", publicado por pri-
mera vez en 1871, advierte la imprecisión de la "comitas"
como fundamento del Derecho internacional privado: la
Ley extranjera se aplica por mandato de la norma de con-
flicto del forum; y la razón última de ésta se encuentra en
que el Derecho internacional privado forma parte del De-
recho de Gentes , el cual, a su vez, integra la legislación del
Juez (87).
Tales exigencias doctrinarias encontraban, por lo de-
más, apoyo en las decisiones de los jueces: Lord BROUG-
HAM, el año siguiente de aparecer la obra de STORY, al
decidir el caso Warrender v. Warrender (1835), ya había
afirmado: "....the courts of the country where the contract
arises resort to the law of the country where the contract
was made, not ex comitate, but ex debito justiciae..." (88).

(85) - FOOTE, op, cit. 4" edición, Londres, 1914, pág. 512.
(86) - PIGGOTT, op. cit. Londres, 1879, Tomo 1, págs. 3-23.
(87) - WHARTON, Francis V., op. cit. 3" edición por George H.
Parmele, Rochester, 1905, Tomo 1, págs. 5-14.
(88) - NADELMANN, op. cit. pág. 276. Señala Nadelmann co-
mo de esta manera tan sólo se repetía lo que en 1792 esta-
bleció un Juez escocés al decidir Wutson v. Renton; Lord

- 37-
Un análisis objetivo de los planteamientos formula-
dos por los autores y las sentencias permite. comprender
su orientación básica dirigida a combatir la ambigüedad
de la "cortesía internacional" para explicar el fundamento
del Derecho internacional privado. En efecto, la palabra
"comíty" fué utilizada válidamente en muy variadas direc-
ciones : con el significado ordinario de cortesía para referir-
se a las relaciones entre los Países; en sentido más amplio
de oportunidad o en el más especializado de reciprocidad co-
mo guía para la actuación de los funcionarios en el campo
de los Conflictos de Leyes (89). Esta inconveniencia, por
lo demás, adquiere mayor relieve cuando se observa que la
cortesía internacional se limita tan sólo a afirmar la liber-
tad de los Estados para dictar sus propias normas de con-
flicto; y deja abierta la pregunta acerca del contenido con-
creto de tales preceptos y de las razones que justifican la
aplicación del derecho extranjero en determinadas situa-
ciones (90).

Sin embargo, un nuevo sistema que reemplazara la teoría


de la cortesía internacional sólo aparece a fines del siglo,
con la publicación, en 1896, de la obra de Albert Venn DI-
CEY, bajo el título "A Digest of the Law of England wíth
Reference to the Conflict of Laws" (91).

Mansfield, en Robinson v. Bland (1760), había fundamen-


tado la norma de conflicto en "comitas" y "[ue gentium".
(89) - CHEATHAM, arto cit. en CULP, op. cit. págs. 56-57; DA-
VIES, arto cit. págs. 457-460; FOSTER, arto cit. págs. 399-
400; GOODRICH, "Handbook 01 the Conflict 01 Lauis"
Sto Paul, Minn., 1949, págs. 11-12.

(90) - CHEATHAM, arto cit. en Culp, op. cit. pág. 57.

(91) - Albert Ven n DICEY nació en 1835 y murió en 1922;


aparte su Digesto de Conflicto de Leyes que ha sido objeto'
de siete ediciones, la última en 1958, escribió importantes
obras: "Int?'oduction to the Study 01 the Law 01 the Cons-
titution" (1893) y "Leotures on the Relation between .Laui
and Public Opinion in England during the Nineteenth Cen-
tury" (1905).

- 38-
Surge así la doctrina del respeto de los derechos legítima-
mente adquiridos ("vested ríghts"), formulada por Di-
cey en su Primer Principio General de la manera siguiente:
"Es reconocido y tiene eficacia en los tribunales ingleses
cualquier derecho que haya sido válidamente adquirido de
acuerdo con la ley de cualquier país civilizado; y no tiene
eficacia ni, en general, es reconocido por los Tribunales in-
gleses un derecho que no haya sido válidamente adquiri-
do" (92). Este reconocimiento, sin embargo, se encuen-
tra confinado dentro de los límites que establece el Segun-
do Principio General, a saber, mientras no choque con al-
guna Ley del Parlamento que pretenda tener efecto extra-
territorial, o no sea contrario al orden público inglés: los
fundamentos de una ley inglesa o de las instituciones po-
líticas inglesas o con la autoridad del Soberano dentro de
los límites de su territorio.

Los antecedentes de la nueva posicion se encuentran


en la tercera máxima propuesta por Ulrico HUBER, quien
había afirmado: "Los soberanos actuarán por razones de
cortesía de manera que los derechos adquiridos dentro de
los límites de un Estado mantengan su eficacia en todas
partes, mientras no causen perjuicio al poder o a los dere-
chos de tal Soberano o de sus súbditos" (93). De esta
manera un tanto curiosa, la doctrina Huber, que había si-
do flanco de las críticas en la obra de Story por su funda-
mento en la cortesía internacional, supervívíó en el sistema
anglo-americano a través del respeto de los derechos legí-
timamente adquiridos.
(92 - La cita ha sido tomada de "Tlie Lono o] Multistate Pro-
blems, Cases and Materials on Conflict of Laws", por Ar-
thur Taylor VON MEHREN y Donald Theodore TRAUT-
MAN, Bastan-Taranta, 1965, págs. 37-38. Igualmente los
datos sobre Dicey incluidos en la nota anterior.
(93) - El original de Huber dice: "IJ. Rectores irnperí01'Um id
comiter tujumt, ut jura oujusque populi iniro. terminos ejus
exercita, teneant ubique suam vim, quaienus nihil potestati
aut juri alteriue imperantis eju.sque civiu1n praejudicetur"
(LORENZEN, Ernst G. "Huber'e De Conflictu Legum", op.
cit. pág. 1964. En el mismo sentido Se había expresado HU-

- 39-
Según propia manifestación de DICEY, la estructura
básica de su teoría le fué sugerida por su estrecho amigo
Thomas Erskine HüLLAND quien había publicado en 1880
sus"Elements of -Iurísprudence", Al referirse de manera
incidente al Derecho internacional privado, y al criticar la
denominación utilizada, HüLLAND afirmó 'la conveniencia
de designar esta ciencia: "La aplicación del Derecho ex-
tranjero" ("The Application of Foreígn Law") o "El reco-
nocimiento extraterritorial de los Derechos" ("TIte Extra-
territorial Recognition of Rights") por cuanto lo que real-
mente ocurre cuando una Ley parece tener eficacia extra-

BER en su libro "De Jure Civitatis", Lib. III, cap. X, Tít.1:


MEIJERS, arto cit. pág. 654). El concepto de los derechos
legítimamente adquiridos es bastante antiguo: fué ya uti-
lizado por BALDO DE UBALDIS, y se encuentra en nu-
merosas publicaciones francesas y alemanas del siglo XVIII
y de primeras décadas del XIX (NUSSBAUM, op. cit. pág.
33) . En la doctrina venezolana esta teoría sirvió para
mitigar el punto de partida fundamental de Don Andrés
BELLO: "Las leyes de un estado no tienen más fuerza
en otro que la que el segundo haya querido voluntariamente
concederles" ("Derecho Internacional", en "Obras Comple-
tas", Tomo X, Caracas, 1954, pág. 96). En efecto, BE-
LLO agrega: "Aunque un Estado sólo atiende a sus pro-
pias leyes para calificar de legales o ilegales los actos
que se ejecutan bajo su imperio, los actos ejecutados en
otro territorio y bajo el imperio de otras leyes deben califi-
carse de legales o ilegales con arreglo a éstas. La comuni-
cación entre los pueblos estaría sujeta a gravísimos incon-
venientes, si así no fuese; una donación o testamento otor-
gado en un país no nos daría título alguno a la propiedad
situada en otro; dos esposos no serían reconocidos por tales
desde que saliesen del país cuyas leyes y ritos han consa-
grado su unión; en suma, nuestros más preciosos derechos
desaparecerían, o sólo tendrían una existencia precaria,
luego que dejasen de hallarse bajo la tutela de las insti-
tuciones civiles. a cuya sombra han sido creados" (op.
cit. pág. 98). Recuérdese igualmente que el propio Andrés
Bello, al definir esta ciencia, había dicho "que razones de
utilidad común aconsejan una transacción entre las dos
legislaciones, por una especie de cortesía o acatamiento
mutuo". (Op. cit. pág. 22).

-40 -
territorial, es el reconocimiento por el Tribunal de los de-
rechos creados y definidos por la Ley extranjera (94).

Tal perspectiva, por lo demás, encontraba apoyo en


las decisiones judiciales, pudiendo remontarse su formula-
ción a 1811, cuando Sir William SCOTT resolvió el caso
Dalrympe v. Dalrympe, en el cual se trataba de saber si
Miss Gordon era la esposa de Mr. Dalrympe: "Por cuanto
la controversia se encuentra planteada ante un Tribunal in-
glés debe ser resuelta de acuerdo con los principios de de-
recho inglés aplicables al caso. Pero el único principio a-
plicable a esta hipótesis según la ley de Inglaterra es el de
que la validez de los derechos matrimoniales de Miss Gordon
debe ser juzgada con referencia a la ley del país en el cual
tuvieron su origen, caso de que existan" (95).
De esta manera, al reducir el Derecho internacional
privado al reconocimiento de los derechos legítimamente
adquiridos en el extranjero, se pretendió salvaguardar el

(94) - Tal reconocimiento consta del Prólogo de la obra de DICEY,


quien ya en 1891 había afirmado la validez de estos prin-
cipios en un artículo, "On Private International Law as
Bromch. o] the Law of England", aparecido en el "Law
Quarterly Review". Sobre el particular véase NADEL-
MANN, "Some ...", arto cit. págs. 276-278, donde se com-
paran las modificaciones sufridas por la famosa nota a pié
de página estampada por HOLLAND con motivo de las
frases transcritas en el texto. Igualmente puede leerse
el mismo artículo del Profesor NADELMANN respecto de
Frederick HARRISON, quien había señalado la inutilidad
de establecer una teoría general para resolver los problemas
de Derecho internacional privado, en una Serie de Con-
ferencias, publicadas en 1879 en el "Fortnightly Review"
y reproducidas el año siguiente en el "Journal de Droit
international privé et de jurisprudence Comparé".
(95) - CHESHIRE, op, cit. pág. 31. "The cause of action been
entertained in an English court it must be adjudicated 'lccor-
ding to the principies of English law a/pplicable to such. a case.
But the only principie applicable to such. a case by the law
of England is that the validity of Miss Gordon's marriage
rights must be tried by reference to the law of the country
where, if they exist at all, they had their origin".

- 41-
principio de la territorialidad de la Ley tanto en su aspecto
positivo como en el negativo, según fuera establecido en
las dos primeras máximas de HUBER En efecto, un Tri-
bunal nunca aplica ley extranjera sino su propio derecho;
y cuando en el lenguaje corriente se afirma que da eficacia
al derecho extranjero, en realidad no está aplicando la Ley
extranjera sino un derecho adquirido en un país extranje-
ro (96).

"Esta distinción --afirma Dicey- puede parecer a


primera vista una sutileza inútil, pero su examen descarta
muchas dificultades con las que han tropezado autores y
jueces. Parece anormal que los Tribunales de un País, de
Inglaterra, por ejemplo, deban sancionar las sentencias
dictadas por los Tribunales italianos, en otros términos,
que los Tribunales que ejercen jurisdicción en nombre del
rey de Inglaterra deban hacer observar las órdenes del rey
de Italia. No se ha observado que si en Inglaterra A
intenta contra X :una acción fundada en una sentencia ita-
liana, nuestros Tribunales no son llamados a sancionar la
sentencia italiana, es decir, la orden del soberano de Italia,
sino el derecho al pago de una deuda, adquirido por A con-
tra X, en virtud de la sentencia italiana" (97).

La autoridad de DICEY fué tan grande en Inglaterra


que sus tesis fueron generalmente aceptadas sin discusión
por juristas y jueces: a él debe atribuirse -en palabras de
YNTEMA- el crédito y débito de haber orientado la doc-
trina inglesa de Derecho internacional privado por el ca-

(96) - FALCONBRIDGE, John Delatre.-"Essays on the Conflict


of Laws", Toronto, 1947, pág. 10. El texto dice: los jueces
ingleses "never in strictness enforce the law of any country
but their own, and when they are popularu eaid to enforce
a [oreitm. laui, u.hai: th eu cnf orce is not a [oreiqn. laui, but
(l riglit acquired. uruler tlie ltu« of a [oreian. countr-f",
(97) - Cita tomada de Adolfo MIAJA DE LA MUELA, "Derecho
Internacional Privado", Madrid, 1962, pág. 346, ante la im-
posibilidad de revisar el original de la obra de DICEY en
la respectiva edición.

- 42
mino del positivismo, en una época ya relativamente
tardía. En efecto, al partir de la afirmación según la cual
"no maxím is a law unIess it to be part of the municipal
law of some country", DICEY hizo énfasis en el derecho
tal como es y no pretendió afirmar un sistema de validez
universal, sino tan sólo exponer las normas existentes en
el derecho internacional privado inglés, por creer que las
reglas de conflicto, como los demás preceptos jurídicos, in-
tegran el derecho positivo de cada uno de los Estados.
Cabe advertir, sin embargo, que el propio DICEY había
admitido la impotencia de este método para conocer los
criterios aceptados en otros Países y para orientar a los
jueces en la solución de todas aquellas frecuentes hipóte-
sis respecto de las cuales calla el derecho local (98).

y precisamente de esta manera se revela uno de los


defectos de su construcción doctrinaria: DICEY parece
admitir que desde 1896 la jurisprudencia inglesa contenía
un conjunto coherente y satisfactorio de principios en
materia de conflicto de leyes, de modo tal que no hacía
falta sino verificarlos y convertirlos en sistema. Pero la
realidad era distinta: como señala DAVIES, para muchas
cuestiones no existía un criterio claro y distinto, y nume-
rosos planteamientos no habían ni siquiera sido sometidos
a un riguroso examen científico; y la manera de enfocar el
problema impedía a DrCEY ofrecer a los jueces una guía
científica para resolver estas diversas interrogantes (99).
La repercusión de la obra de DICEY en el sistema
inglés de Derecho internacional privado puede explicarse
tanto por la circunstancia de no existir otra autoridad doc-
trinaria específicamente inglesa como por el hecho de ha-

(!l8) - YNTEMA, Hessel H. "Dicey: An A.11tM·'ican Corn11wntary"


en "The lnternational Law Qua1·te1'ly", Volumen IV, 1951,
págs. 3-5, donde transcribe el mismo punto de vista, SO"i;-
tenido ya por Dicey en 1879 al publicar su libro "The Law
ni Domicile:' ; YNTEMA, Hessel H., "The Hietorioai Basis
01 Private lnternational Law" en "TIte AmM"iean Journal
01 Comparatioe Law", Volumen n, 1952, págs. 306-307.
(99) - DAVIES, arto ci~. pág. 483.

- 43-
ber enunciado sus postulados en forma dogmática, un poco
a la manera de los artículos de un Código (100). Tal for-
mulación hacía más fácil el manejo de la jurisprudencia y
facilitaba la tarea posterior de los jueces, pero impuso
una rigidez al sistema que obstaculizaría su ulterior desa-
rrollo. En palabras de GUTTERIDGE, la influencia de
DICEY a este respecto es comparable a la de una codifi-
cación prematura de una rama del derecho, efectuada antes
de haber alcanzado un grado suficiente de desarrollo (101).

Los planteamientos de Dieey ejercieron influencia


decisiva en Joseph H. BEALE, quien había comenzado a
explicar la materia en la Universidad de Harvard el año
de 1893. Ya en el "Summary of the Conflict of Laws",
aparecido en 1902, afirmó:

"La ciencia llamada "Conflicto de Leyes" trata acerca


del reconocimiento y eficacia de los derechos creados en el
extranjero. Jurídicamente hablando, todos los derechos
deben ser creados por alguna Ley. Un derecho es algo
artificial, no un simple hecho natural; ningún derecho legal
existe en la naturaleza. Un derecho es algo político y no
social; ningún derecho puede ser creado por la simple vo-
luntad de las partes. Por cuanto la Leyes una regla ge-
neral para regir futuros acontecimientos, su método de
crear derechos consiste en ordenar su nacimiento cuando
ocurra cierto hecho. La Ley conecta al hecho cierta con-
secuencia, a saber, la creación de un derecho. Por tanto,
la creación de un derecho se encuentra condicionada a la
ocurrencia de un hecho. La Ley toma en cuenta dos clases
de acontecimientos: los actos de los hombres y los llama-
dos "acts of God", es decir, aquellos en los cuales no inter-
vienen los seres humanos. Generalmente los derechos sur-
gen de los actos humanos; aunque a veces un derecho es
creado por la ocurrencia de un "act of God" (como el
transcurso del tiempo: accretion). Cuando un derecho ha

(100) - GRAVE SON, "Aspects...", arto cit. pág. 400; DAVIES, arto
cit. pág. 482.
(101) - DAVIES, arto cit. págs. 482-483.

-44 -
sido creado por la Ley, este derecho se convierte en un
hecho; y su existencia puede constituir un acontecimiento
(factor in an event) que la misma u otra Ley establece
como condición para un nuevo derecho. En otras palabras,
un derecho puede ser modificado por la ley que lo creó, o
por cualquier otra ley que tenga poder sobre él. Si ningu-
na Ley que tenga tal potestad ha modificado el derecho, el
derecho existente debería ser reconocido en todas partes,
por cuanto admitirlo implica tan sólo reconocer la existen-
cia de un hecho. El reconocimiento de un derecho, creado
por la ley competente (appropriate law) , debe ocurrir
en todos los lugares. De esta manera no puede ser discu-
tido en ninguna parte un acto válido donde fuera reali-
zado" (102).
BEALE reimprimió el "Summary" en la primera parte
de una obra que publicó en 1916; igualmente lo reprodujo
en su monumental "Treatise on The Conflict of Laws" en
1935, en el cual mantuvo los puntos de vista que expresara
a fines de siglo:

La finalidad del Derecho internacional privado, es "la


aplicación de las leyes en el espacio. Cuando surge una
cuestión de aplicar a una situación jurídica la Ley de uno
o de otro Estado, el problema debe ser resuelto según los
principios de Derecho internacional privado" (103).

El problema -advierte Beale- puede observarse desde


una doble perspectiva: ¿ qué ley ha creado. un cierto de-
recho? o ¿qué derecho puede ser creado por una determina-
da ley? Supóngase que Juan entra con un caballo al Es-
tado de Nueva York desde Massachusetts. Tomás viene de
Massachusetts e intenta un reclamo sobre el caballo, fun-
dfuJ.dose en un contrato allá celebrado. Los antiguos auto-
res se hubieran preguntado: ¿Cuál Ley debe decidir so-
bre los derechos de Tomás? Los escritores modernos es-
tarían más inclinados a preguntar: ¿tenía la Ley de Mas-

(102) - BEALE, op. cit. Tomo III, págs. 1968-1969.


(103) - BEALE, op. cit. Tomo I, nr. 1.1, pág.!.

-45 -
sachusetts, con base en la cual Tomás reclama su derecho,
la facultad para crearlo? (104).

Ahora bien, de la misma manera que no cabe ima-


ginar, en un país civilizado, que un acto pueda caer fuera
del dominio de la Ley ("Un hiatus o vacuum en la Ley
significaría anarquía"), es preciso igualmente aceptar que
la Ley, por su misma naturaleza, debe regir exclusiva-
mente dentro de los límites del territorio. Sólo una Le-
gislación puede aplicarse a las personas y cosas que se
encuentren en el territorio y a los actos en él ocurridos:
"si dos leyes estuvieran vigentes al mismo tiempo y en el
mismo lugar para regir la misma materia, estaríamos en
presencia de una situación anárquica" (105).
En consecuencia, sólo una Legislación tiene la potestad
para crear un derecho; y por cuanto la tarea fundamental
del Derecho internacional privado se resume "en determi-
nar el lugar donde nació el derecho y la ley que lo creó"
(106), con facultad para hacerlo, se hace necesario "deli-
mitar la esfera de vigencia de las varias leyes que pre-
tendan aplicarse" para regular el caso concreto. De esta
manera se fijan al mismo tiempo los límites de la soberanía
de los Estados, porque uno de sus atributos fundamentales
es el poder de legislar (107).
La cuestión básica se reduce, por tanto, a determinar
cuáles son los derechos que pueden ser válidamente crea-
dos por una Legislación: problema resuelto por BEALE
en el sentido de que un derecho sólo puede ser creado vá-
lidamente por la Ley donde ocurrió el acto que lo origina;
y en el caso de situaciones complejas por la Ley del lugar
donde ocurrió el último acto esencial a su existencia.

Una vez creado válidamente el derecho en él extran-


jero de acuerdo con la Ley competente, -concluye Beale-,
(104) - BEALE, op. cit. Tomo 1, nr. 1.1, págs. 1-2.
(105) - BEALE, op. cit. Tomo 1, nr. 4.12, págs. 45-46.
(106) - BEALE, op. cit. Tomo 1, nr. 1.1, pág. 2.
(107) - BEALE, op, cit. Tomo 1, nrs. 1.4 y 1.6, págs. 5-6.

-46 -
debe ser reconocido en todos los demás países, siempre
que no existan razones que se opongan a tal reconocimien-
to (Orden Público). El Tribunal al reconocer el derecho
cumple con un deber jurídico que no requiere fundamen-
tación ulterior: tal vez la importancia de lograr unifor-
midad internacional en el reconocimiento de los derechos
(108) .
De esta manera queda incólume el principío de la te-
rritorialidad: por cuanto la única Ley que puede ser toma-
da en cuenta en un País es la propia, no es posible aplicar
una Legislación extranjera; sus términos constituyen tan
sólo un hecho que debe ser considerado para resolver el
litigio por mandato de la norma de conflicto (109) y su
importancia se traduce en haber creado válidamente un
derecho en el extranjero, si tenía potestad para hacerlo, y
el cual, una vez nacido, se convierte también en un hecho,
cuyo reconocimiento se impone en todas partes.

Resulta, pues, evidente que las Leyes extranjeras no


tienen autoridad más allá del territorio que rigen: el Le-
gislador extranjero se ha limitado a crear los hechos en
consideración de los cuales el Juez nacional reconoce los
derechos, de acuerdo a sus propias normas de conflicto.
Esta última afirmación tiene, por 10 demás, un carácter
esencial: como los derechos adquiridos producen sus efec-
tos en virtud de la lex fori, ésta se encuentra facultada
para rechazarlos, y así ocurrirá siempre que su reconoci-
miento presente características de ilegalidad. El derecho
adquirido en el extranjero no será reconocido si se obtuvo
en fraude a la ley; si la lex fori no concede recurso alguno
para darle eficacia o si sus instituciones judiciales no
están organizadas para permitir su actualización (110).

(108) - Así lo señala Elliot E. CHEATHAM, "American Theories


01 Conflict 01 Laws": Their Role and Utility" en CULP,
op. cit .pág. 62.
(109) - BEALE, op. cit. Tomo 1, nr. 5.4, pág. 53.
(110) - ARMINJON, Pierre.-"La Notion des Droit acquis en Droit
International Privé", en "Recueil des Cours", Tomo 44, 1933,
II pág. 45.
f

- 47-
La doctrina profesada por BEALE tuvo gran éxito
en los Estados Unidos de la América del Norte y represen-
ta el núcleo central de la llamada "Escuela de Harvard"
por ser ésta la Universidad donde enseñara el Maestro.
Alcanza su momento culminante con la publicación del
"Restatement of the Conflict of Laws", aparecido en 1934
bajo los auspicios del Instituto de Derecho Americano
(American Law Institute), que había designado a Joseph
BEALE Director de la respectiva Comisión (111): tal cir-
cunstancia explica, por lo demás, la incidencia en este
Cuerpo jurídico de las críticas formuladas por los adver-
sarios de la teoría del respeto de los derechos legítima u

mente adquiridos, que ha hecho necesaria su revisión em-


prendida hace pocos años.

Igualmente encontró acogida la teoría de BEALE en


la jurisprudencia norteamericana, habiendo sido afirmada
en forma particular por el Juez üliver Wendell HüLMES,
al decidir SIater v. Mexiean NationaI R. R. en 1904, cuando
dijo: "aun cuando el acto reclamado no está sometido a
ninguna Ley vigente en el forum, dió nacimiento a una
obligación, obligatio que, como otras obligaciones, sigue la
persona y puede obtener eficacia en cualquier lugar donde
se la encuentre" (112). Sin embargo, y como advierten
los defensores de la escuela realistica, debe admitirse que
en muchas ocasiones las sentencias de los Tribunales sólo
han rendido un homenaje formal a la doctrina de los

(111) - La Comisión para recopilar el Derecho internacional pri-


vado estuvo integrada por: J oseph H. BEALE, Director;
Herbert F. GOODRlCH, Austin W. SCOTT, Harry A.
BlGELOW, Joseph H. BlNGHAM, John G. BUCHANAN,
Armistead M. DOBlE, Frederick F. FAVlLE, Monte M.
LEMANN, William E. MlKELL, William H. PAGE Y
William C. VAN VLECK.

(112) - El texto original dice como sigue: "although the act com-
plained of was subjet to no law having force in the forum,
it gave rise to an obligation, an obligatio, which, like other •
obligations, foIlows the person, and may be enforced wher-

-48 -
"vested rights" sin pretender aplicarla seriamente en los
diversos casos resueltos (113).

5.-CRITICA DE LA "VESTED RIGHTS THEORY":


La teoría de los derechos legítimamente adquiridos
constituye un esfuerzo por mantener en vigencia el prin-
cipio de la territorialidad, tal como fuera defendido por
Huber y Story, que propugna la aplicación exclusiva de
la propia Ley dentro del territorio del Estado: por cuanto
no es posible aplicar una Legislación extranjera, la activi-
dad del Tribunal se limita a reconocer derechos legítima-
mente adquiridos en el extranjero.
Resulta indudable que tal punto de partida, aun cuan-
do fuera cierto, implica un estrecho significado del tér-
mino "ley territorial", ya que dentro de la Legislación
de un Estado se encuentran comprendidas no sólo sus nor-
mas de derecho interno sino también sus preceptos de de-
recho internacional privado. En consecuencia, cuando se
toma en cuenta una Ley extranjera para resolver un caso
concreto en realidad se está aplicando la "ley territorial",
es decir, las normas de Derecho internacional privado
imperantes en el forum (114).
Ahora bien, el razonamiento propuesto para mantener
esa pretendida integridad de la "ley territorial" se funda-
menta en un obvio error, pues, a los fines perseguidos, no
es posible separar el "derecho subjetivo" del "Derecho ob-
jetivo" bajo cuyo imperio nació: proteger un derecho subje-
tivo válidamente creado en el extranjero necesariamente
implica el reconocimiento y la aplicación de la respectiva
Ley extranjera que lo creó, por cuanto los derechos sub-

ever the person may be found". En otras decisiones reiteró


el Juez HOLMES el mismo criterio: Western Union Tele-
graph Ca. v. Brown (1914), Mutual Lite Insurance Ca.
of New York v. Liebing (1922). Adviértase, sin embargo,
que planteamientos doctrinarios del Juez HOLMES sirvieron
de punto de partida de la escuela realista norteamericana.
(113) - COOK, Walter Wheeler, "The Logical and Legal Bases o]
the Conflict of Laws", Cambridge, Mass, 1943, págs. 41-42.
(114) - CHESHIRE, op, cit., pág. 32.

-49-
jetivos no son simples hechos naturales sino tan sólo con-
secuencias establecidas por la Ley cuando se realizan de-
terminados presuJ?uestos (115).

Por otra parte, y ya desde la época de Savigny, la


teoría de los derechos legítimamente adquiridos se ha. en-
frentado con una dificultad que no ha podido superar: "no
es más que una petición de principio -advierte SAVIG-
NY- ; pues para reconocer si tales derechos están bien
adquiridos, es preciso antes saber según qué derecho local
debemos juzgar de su adquisición" (116). Nada gana un
funcionario con la directriz de que debe proteger los dere-
chos legítimamente adquiridos en el extranjero, por cuanto
necesita todavía determinar cuál es la legislación -entre
varias posibles- que decidirá en el caso particular si la
adquisición ha sido completa, análisis que no se facilita
con la simple afirmación de que una vez adquirido el de-
recho debe ser respetado. En efecto, es indudable que el
derecho,creado válidamente por la Ley competente, debe
ser reconocido en la medida de lo posible, pero tal circuns-
tancia no puede constituir el fundamento del derecho in-
ternacional privado, pues representa una etapa posterior a
la determinación de la Ley aplicable (117).

Esta crítica fué considerada por el propio DICEY,


quien le atribuye un valor aparente: "Savigny pretende
encontrar un principio en virtud del cual el Juez pueda
afirmar que un caso determinado debe estar regido por
esta o aquella ley. No existe duda de que ese criterio no
es susceptible de encontrarse y que, por la razón expuesta
por Savigny, no podría ser suministrado por el principio

(115) - CHESHIRE, op. cit. pág. 32. NUSSBA UM, op. cit. pág. 34.
(116) - SAVIGNY, op, cit. Tomo VIII, nr. 361, pág 132.
017) - CHESHIRE, op. cit. pág. 32. MAURY, Jasques.-"Régles
Générales des Conflicts de Lois", en "Recueil des Cours";
1936 III, Tomo 57, págs. 379-380: "Le probleme ele la dé-
termination de la loi applieable est antérieur a eelui de
I'existence du droit acquis et ne peut done étJ'e expliqué por
celuí-ei".

- 50-
de los derechos legítimamente adquiridos, lo cual no impide
a este principio definir exactamente el objeto de las nor-
mas de conflicto sobre el efecto extraterritorial de los
derechos" (118).

En consecuencia, la nocion utilizada por DrCEY no


pretende explicar el fundamento del Derecho internacional
privado, sino tan sólo justificar la aplicación de una ley
fuera del País donde ha sido dictada (119). Tal constitu-
ye la diferencia primaria entre su doctrina y la teoría de--
fendida por, BEALE, para quien el respeto de los derechos
legítimamente adquiridos combinado con el principio de la
territorialidad de la Ley, representa la raíz misma del De-
recho internacional privado, de la cual derivan las normas
de conflicto (120). Sin embargo, desde ninguna de las
dos perspectivas ha podido mantenerse la doctrina del
respeto de los derechos legítimamente adquiridos.

Los editores de Dicey admitieron la validez de la crí-


tica, al modificar Primer Principio General en la forma
siguiente: "Cualquier derecho que haya sido adquirido en
el extranjero conforme a la Ley de cualquier país civi-
lizado que sea aplicable de acuerdo con las normas de de-
recho internacional privado inglesas será reconocido.•."
(118) - ARMINJON, arto cit. pág. 38, quien a la nota 1, transcribe
los siguientes párrafos de DICEY: "Estos principios ge-
nerales permiten a los estudiantes una visión de conjunto del
derecho internacional privado que aplican los Tribunales
ingleses. Indican la dirección hacia la cual se orientan sus
reglas para realizar el reconocimiento extraterritorial de los
derechos; dan también un sentido racional a las máximas,
que, tomadas por sí mismas, parecen arbitrarias o conven-
cionales y, si no resuelven directamente nuevos problemas
de derecho internacional privado, nos hacen ver mejor cuáles
son los problemas a resolver. Estos principios fundamen-
tales, como generalizaciones de las sentencias judiciales,
colocan al lector en mejor posición para apreciar el signi-
ficado y el efecto de las reglas que aseguran el reconocimien-
to internacional de los derechos".
(119) - ARMINJON, arto cit. pág. 38.
(120) - DAVIES, arto cit. págs. 462,470.

- 51-
(121). Esta alteración constituye una profunda reforma:
no sólo abandona la pretensión de responder con la teoría
de los derechos legítimamente adquiridos la pregunta sobre
la Ley extranjera competente; significa además admitir
la imposibilidad de contestar la cuestión acerca del por
qué aplican los tribunales Ley extranjera con la simple
afirmación de que deben protegerse los derechos subjeti-
vos, una vez adquiridos (122).
En efecto, corresponderá a la lex fori resolver acerca
de las eventuales posiciones contradictorias que adopten
los Países con los cuales se encuentra vinculada la situa-
ción: si uno afirma la existencia del derecho y otro la
niega. También deberá intervenir la lex fori, cuando las
diversas Legislaciones atribuyan a la persona conectada
con el caso algún "derecho adquirido": en tal hipótesis sólo
cabe dar eficacia a alguno de ellos, y necesariamente no
pueden ser reconocidos los demás. De esta manera "los
editores de Dicey han abandonado la concepción del dere-
cho que surge y tiene existencia ex propio vígore. Un de-
recho no puede considerarse como adquirido hasta que el
actor escoja el forum" (123). Y por cuanto cada Estado

(121) - "DICEY'S CONFLICT OF LAWS", Sexta Edición por J.


H. C. MORRIS, Londres, 1949, pág. 11, nota 18. En la sépti-
ma edición, igualmente editada bajo la dirección de J. H. C.
MORRIS (Londres, 1958), se reconoce que la doctrina del
respeto de los derechos legítimamente adquiridos ha sido
objeto de un "vcry destructiva criticism", razón por la cual
se consideró más apropiada modificar el Principio General
número 1.
(122) - CARSWELL, R. D.-"The doctrine. 01 vested rights in Pri-
vate International Law", en "The international and Compa-
rative Law Quarterly", Año 1959, Volumen 8, pág. 280.
(123) - CARSWELL, arto cit. pág. 280; FOSTER, arto cit. págs.
406-407. No obstante, CARSWELL agrega: "Sin embargo,
debe admitirse, que en la esfera de la "regulatory law"
es posible hablar de derechos adquiridos en muchos casos.
Así, las partes en un contrato, de conformidad con la doc-
trina ortodoxa, tienen la facultad de escoger su propia ley,
y es posible afirmar que un derecho existe y puede ser
identificado. Desde este punto de vista la doctrina de los

- 52-
tiene sus propias normas de conflicto, resulta evidente que
dependerá de cual sea el forum elegido para concluir en
la existencia o no de un derecho legítimamente adquirido:
cuestión que puede ser afirmada por un País y negada por
otro respecto al mismo supuesto de hecho (124).
La doctrina del respeto de los derechos legítimamente
adquiridos, tal como fuera formulada por DICEY, presen-
ta además el inconveniente de partir de situaciones regu-
ladas, de relaciones jurídicas ya existentes o de actos rea-
lizados, cuyas consecuencias se discuten ante los Tribuna-
les de justicia. "Al leer su obra -advierte ARMINJüN-,
se creería que los conflictos de leyes no surgen sino entre
litigantes ante un Tribunal. Felizmente tal no es el caso
normal. Las cuestiones de derecho internacional privado
se presentan de ordinario no con motivo de derechos pre-
tendidamente adquiridos, sino de un acto a realizarse, de
una relación a formarse, de un estado a crearse, en breve,
de un derecho a adquirirse" (125).
Por otra parte, y aún reducida al ámbito judicial, la
teoría de los derechos legítimamente adquiridos es falsa
desde el punto de vista del sistema anglo-americano, por
cuanto frecuentemente sus Tribunales dan eficacia a de-
rechos que no son reconocidos, y aun hasta repudiados, por
la ley aplicable. Lo señala así ARMINJüN con varios
ejemplos: "Una demanda de divorcio es introducida ante

derechos adquiridos permite contestar la pregunta de por


qué los tribunales admiten el derecho extranjero; pero,
aparte de tales hipótesis, esta teoría sólo puede explicar
posteriormente lo que ha hecho un Tribunal al admitir un
derecho extranjero -una simple explicación jurídica: la
contestación a la pregunta: Qué hacen los Tribunales cuan-
do aplican derecho extranjero? - y sometido a la califi-
cación de que "adquirido" significa "adquirido de confor-
midad con el derecho aplicable". The basis of the theory
has been cut away to a perilous extent".
(124) - NIEDERER, Werner. - "Einführung in die allgemeinen
Lehren. des iniernaiionalen: Priuatrechis", Zurich, 19'61, pág.
318.
(125) - ARMINJON, arto cit. pág. 39.

- 53-
un Tribunal de New York por dos italianos domiciliados en
Francia. Si los jueces Se declaran competentes, pronun-
ciarán el divorcio aplicando la ley francesa, mientras que
un Tribunal francés la declararía inadmisible", con base
en la ley de la nacionalidad de los interesados (126).

La aplicación hecha por BEALE de la teoría es espe-


cialmente contradictoria, por cuanto afirma que para de-
terminar si un derecho ha sido o no adquirido, deben se-
guirse las normas de derecho interno del correspondiente
País, con exclusión de sus reglas de derecho internacional
privado. En efecto, aun cuando el criterio de rechazar el
reenvío pudiera estimarse correcto, conduce al resultado
de que podría darse eficacia a un derecho por el Tribunal
del forum, que no corresponda con el reconocido por la
Legislación extranjera: la lógica de la doctrina implica
que se tomen en cuenta no sólo los preceptos internos
sino también las reglas de conflicto del sistema extranjero,
según el cual se afirma adquirido el derecho (127).

Tampoco puede considerarse correcta la aplicación de


la teoría hecha por DICEY cuando afirma que las conse-
cuencias de un derecho, de un tipo reconocido por la Legis-
lación inglesa, adquirido de acuerdo con la ley de cualquier
(126) - ARMINJON, arto cit. pág. 47. En el mismo sentido ad-
vierte Paul Heinrich NEUHAUS: "Existen relaciones ju-
rídicas privadas, en las cuales no aparece ningún derecho
subjetivo, o en las cuales la Ley extranjera es llamada a
oponerse a un derecho subjetivo nacido de conformidad con
el propio ordenamiento, p.ej., en caso de errores de forma
y otros vicios de un negocio jurídico, en particular por
falta o limitación de la capacidad general o especial" ("Die
Grundbearif]e des intcrnationalen Prioatrechte", Berlín-
Tübingen, 1962, pág. nr. 21, pág. 113).
(127) - CHESHIRE, op. cit. pág. 33.-Igualmente ha sido critica-
da la asimilación a los hechos de los derechos legítimamente
adquiridos, defendida por BEALE, por someterlos de esa
manera al tratamiento procesal de cualquier hecho, que se
traduce en una tendencia práctica a no protegerlos (LUNZ,
L. A. "Internationales Privatrecht", Tomo I, Berlín, 1961,
pál,t'. 109).

- 54-
país civilizado, debe determinarse de conformidad con la
ley según la cual fué adquirido el derecho. En efecto,
los incidentes y las consecuencias conectadas con un dere-
cho nacido en el extranjero, cuando son reconocidos en
Inglaterra, pueden ser .diferentes de los aceptados en su
país de origen: "Un Tribunal inglés, por ejemplo, puede
imponer el pago de alimentos a un marido que viva en
Inglaterra, aunque él y su mujer se encuentren domicilia-
dos en un Estado donde no se reconozca tal obligación"
(128) .

Las diversas críticas formuladas han dejado sentir su


efecto, y en la época presente la doctrina de los derechos
íegrtrmamente adquiridos puede considerarse superada tan-
to en los Estados Unidos de la América del Norte como en
Inglaterra (129). Las tendencias predominantes en estos
Países se dirigen a considerar las exigencias del caso con-
creto, para someterlo al régimen más adecuado desde una
perspectiva internacional, con vista de las necesidades
internas y sin pretender deducir las conclusiones de princi-
pios generales: "En el campo de los conflictos de Leyes
(el respeto de los derechos legítimamente adquiridos) no
es sino uno de esos conceptos estériles que sólo crean una
carga innecesaria a la investigación científica y tienden a
ser -confusos y perjudiciales cuanto más elaborados son"
(130) .

Se ha considerado oportuno, por consiguiente, revisar


todos los postulados doctrinarios: el propio principio de la
"territorialidad de la Ley" ha entrado en crisis. No deja
de ser significativo en este análisis la estructura íntima
de la doctrina tal como fuera defendida por BEALE. En
efecto, aun cuando parte de una posición nacionalista, -

(128) - CHESHIRE, op. cit. pág. 33.


(129) - Sin embargo, en Inglaterra SCHMITTHOFF (op. cit.
págs. 16 y sigs.) ha pretendido revivir la doctrina de los
derechos legítimamente adquiridos combinada con sus ideas
internacionalistas sobre el reconocimiento de los derechos fun-
damentales de la persona humana.
(130) - NUSSBAUM, op, cit. págs. 36-37.

- 55-
según advierte NUSSBAUM- revela pretensiones de va-
lidez universal al tratar de dividir el mundo en términos de
jurisdicción legislativa: presume que todo derecho "extran-
jero" se encuentra conectado con un territorio definido y
que sólo se le concede reconocimiento cuando tal territorio
posee "jurisdicción legislativa para crearlo" (131). Y es
bastante conocida la aprehensión de ciertos círculos con-
temporáneos por toda perspectiva que pretenda desbordar
su validez más allá de los límites territoriales del Estado.

6.-LA "LOCAL LAW THEORY":

Bajo la denominación "local law theory" se conoce


un método especial para analizar los problemas de con-
flicto de leyes, que fuera particularmente defendido por
Walter Wheeler COOK (132).

(131) - NUSSBAUM, op. cit. págs. 34-35.


(132) ~ Walter Wheeler COOK nació en 1873 y murió en 1943:
orientó fundamentalmente su posición a criticar y destruir
la doctrina de los "vested rights" que llegó a su punto cul-
minante y obtuvo su apología en el Resiatement o] Conflict
o[ Laun. Cook había comenzado a estudiar matemáticas y
luego se interesó en las ciencias jurídicas. NADELMANN,
arto cit. pág. 270-271, advierte cómo el enunciado de la
teoría se encuentra en un comentario sobre el libro de LI-
VERMORE aparecido en 1829 en el "American Jurist Ma-
gazine", donde se lee: "Es absurda la noción de que un
juez de alguno de los Tribunales deba, por razón de cortesía
hacia el Rey de Portugal o Suecia, obligar a una persona a
pagar una suma de dinero, cumplir un contrato, o ir a la
cárcel,... La palabra comity debe ser eliminada de esta cien-
cia, y el lenguaje utilizado acomodarse a la verdad, ° a
lo que debe ser la verdad en el caso, a saber, que las leyes
extranjeras son respetadas y adoptadas por nuestros Tri-
bunales porque ellas, en efecto, en algunos casos, se con-
vierten en parte de nuestras leyes para la ocasión. La
cuestión acerca de si deben o no ser aplicadas en el caso
particular, es un punto a resolverse de acuerdo con los
principios, y no puede ser decidido por la arbitraria dis-
creción del tribunal". Frases similares fueron utilizadas por
Raleigh C. MINOR. Luego de advertir que el fundamento
del Derecho internacional privado es algo más que la "comity"

- 56-
El punto de partida de la nueva orientación se encuen-
tra en su peculiar concepto del derecho, elaborado con
vista de los planteamientos del Juez Oliver Wendell HOL-
MES en un artículo aparecido en la Revista de la Univer-
sidad de Harvard, el año 1897, bajo el título "The Path of
Law" (133).
frente a los litigantes, afirma como uno de los principios
esenciales la soberanía absoluta del Estado en su territorio.
"Por tanto, se encuentra dentro de las facultades de un
País excluir, en cualquier m~mento, la eficacia de alguna
o de todas las Leyes extranjeras en su territorio. Si no
pudiera hacerlo no sería soberano. En consecuencia, cuan-
do se da eficacia a una Ley extranjera en cualquier terri-
torio, es solamente porque el de~echo interno de ese Estado
temporalmente abdica su autorída.j suprema en favor de
la Ley extranjera, que, en ese momento y a los fines del
caso particular, se convierte, por voluntad del Estado en
. t erno "("C
su propio derec I10 In . on Il'~ct 01 Losos ; or, P1"ivate
,
International Law", Boston, 1901, rn-, 4, pág. 6). Térmi-'
nos semejantes, dentro de la doctrina venezolana, son ex-
presados por el Doctor Lorenzo HERRERA MENDOZA:
"Cuando un tratado público internacional, o la legislación
interna del Estado cuyo poder judicial conoce del asunto
(lex fori), o la mente implícita de la misma legislación, o,
en último caso, los principios de Derecho internacional pri-
vado aceptados generalmente, establecen una norma obli-
gatoria que conecta a determinada legislación extranjera la
materia del litigio o alguno de los elementos jurídicos que
se controvierten, el respectivo ordenamiento legal del Estado
extranjero cuyo derecho positivo es 'señalado como el com-
petente para suministrar l~ s?lución necesaria, debe con-
siderarse incorporado, transitorIamente y sólo para los fines
del juicio de que se trata, a. la legislación de que hace
parte aquella norma de con~xt6n... En otros términos, la
norma de Derecho Internacional Privado, admitida en el
país a que el Juez pertenece, nacionaliza en el Estado sen-
tenciador la regla competente que rige en el Estado legis-
lador y a la cual se considera que Se halla sometida, por su
naturaleza, la cuestión que se ventila..." ("La Misión del
Juez en la Aplicación de la Ley Ext1'anjera", en "Estu-
dios sobre Derecho Internacional Privado y Temas Conexos.",
Caracas, 1960, pág. 54).
(133) - Recuérdese que el propio, Juez H~lmes, en decisiones cita-
das anteriormente, adopto la teorla de los derechos legíti-

- 57-
"Entiendo por derecho -nos dice HOLMES- la pro- .
fecia de lo que harán los Tribunales de hecho, y nada más
pretencioso... Si vivo con otras personas, ellas me dirán
que debo hacer y abstenerme de hacer diversas cosas,
pues de lo contrario me serán impuestas. Creo que efecti-
vamente lo harán! y por cuanto estoy conforme con su con-
ducta, no solamente admito esas normas sino que llego a
aceptarlas como deberes. Sin embargo, a los fines jurídi-
cos el derecho es tan sólo la objetivización de una profecía
-la imagen de un substrato que se resuelve en la actua-
ción de la fuerza pública contra quienes lo contravengan-
de la misma manera que hablamos de la fuerza de gravedad
para referirnos a la conducta de .los cuerpos en el espa-
cio" (134).

mamente adquiridos: Véase la crítica que le formula el pro-


pio COOK, quien le recuerda las palabras transcritas en el
texto, ("The logical Bases 01 the Conllict 01 Laws", en "The
Logical and Legal Bases 01 the Conflict 01 Linos", Cambrid-
ge, 1949, págs: 34-3<6).
(134) -La cita es tomada de FALCONBRIDGE, op. cit. págS'. 28-29,
Y dice textualmente: "The confusion with which 1 am
dealing besets confessedly legal coneaptions. Take the fun-
damental question, what constitutes the law? You will
find sorne text writers telling you that it is something dif-
ferent f'rom what is decided by the courts of Massachusetts
01' England, that it a system of reason, that it is a deduction
from principles oí ethics or admitted maxims 01' what not,
which may 01' may not coincide with the decisions, But íf
we take the view of our friend the bad man we shall find
that he does want to know what the Massachusetts 01' English
courts are likely to do in fact. 1 arn much of his mind. The
prophecies oí what the courts will do in fact, and nothing
more pretentious, are what 1 mean by the law. 1 see no
a priori duty to live with others and in that way but
simply a statement of what 1 must do if 1 wish to remaín
alive. If 1 do live with others they telI me that 1 must do
and abstain from doing various things or they will put
the screws on to me. 1 believe that they will, and being
of the same mind as to their conduct 1 not only accept the
rules but come in time to accept them with sympathy and
emotíonal affirmatíon and begin to talk about duties and

- 58
Tales ideas son reiteradas por Walter Wheeler Cook,
en su artículo "The Logical Bases of the Conflict of Laws",
aparecido en 1924 en la Revista de la Universidad de Yale
(135): "derecho" (right) y "deber" (duty), y otros nom-
bres para "relaciones jurídicas" (legal relations) no son
nombres de objetos o de entidades que tienen una conducta
distinta de los funcionarios respectivos, sino palabras a
través de las cuales describimos las profecías que formula-
mos acerca de la probable ocurrencia de una cierta secuela
de hechos -la conducta de los funcionarios" (136).

"Como abogados en ejercicio -agrega COOK- esta-


mos interesados en conocer el comportamiento pretérito
de ciertos funcionarios de la sociedad -jueces, legislado-
res y otros-, a fin de poder predecir su probable conduc-
ta en el futuro. En consecuencia, nuestras afirmaciones
acerca del "derecho" son "verdaderas" si describen correc-
tamente y de la manera más simple posible la actitud pa-
sada y predicen la futura conducta de esos funcionarios de
la sociedad. Por ejemplo, una afirmación de que cierta
"regla de derecho" ("rule of law") es la "ley de Inglaterra",
rights. But for legal purposes a right ís only the hypos-
tasis of a prophecy -the imagination of a substance sup-
porting the fact that the public force will be brought to
bear upon those who do things said to contravene it- just
as we talk of the force of gravitation accounting for the
conduct of bodies in the space. One phrase adds no more than
the other to what we know without it, No doubt behind
these legal rights is the fighting will of the subject to
maintain them, and the spread of his emotions to the ge-
neral rules by which they are maintained; but that does
not seem to me the same thing as the supposed a priori
discernment of a duty of the assertion of a preexisting
right. A dog will fight for his bone".
(135) - Por la circunstancia de que tanto COOK como LORENZEN
escribieron en la revista de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Yale, este movimiento ha sido conocido tam-
bién como "escuela de Yale", en oposición a la "escuela de
Harvard", donde enseñaron BEALE y GOODRICH, quienes
defendían la teoría de los "vested rights",
(136) - COOK, op. cito pág. 30.

- 59
constituye tan sólo una manera abreviada, más o menos
conveniente, de decir que -con vista de ciertas observacio-
nes de los fenómenos pasados- profetizamos determinada
conducta futura de los respectivos funcionarios ingleses..."
(137) .
La formulación de una profecía acerca de la futura
actitud de los funcionarios implica un análisis de los fenó-
menos pretéritos: COOK señala la conveniencia de estu-
diar las decisiones judiciales, las leyes, etc., y aún incluir
las reacciones de los jueces concretos frente a problemas
sociales, industriales, económicos o morales, que no cons-
tituyan parte de su actividad al decidir los litigios (138).

Con vista de tal punto de partida resulta evidente que


la ley no puede ser sino territorial, ya que cada Estado
tiene su propio cuerpo de funcionarios a través de los
cuales se define el derecho: no es posible profetizar la
conducta futura de los Jueces de un País con base en los
datos que suministre la investigación de la actitud asumida
por funcionarios de otros Estados (139).

Por otra parte, ninguna formulación del derecho es


válida a menos que se limite a describir la conducta de los
funcionarios: interesa lo que hacen efectivamente, no lo
que dicen hacer (140). Una afirmación acerca del dere-

(137) - COOK, op, cit. pág. 29.


(138) - COOK, op. cit. pág. 29, nota 52.
(139) -De esta manera se hace patente la ambigüedad del término
"ley territorial", al cual pueden serIe atribuidos diversos
significados: para COOK se identifica con la lex fori; para
BEALE representa además, la ley del lugar de la situación
de un bien o de la ocurrencia de un acto. (Sobre estos di-
versos sentidos puede verse: Pierre ARMINJON,· "Précis
de Droit international privé", Tomo 1, París, 1947, nr, 73,
pg. 160).
(140) - Esta advertencia tiene por finalidad prevenir contra el len-
guaje de los tribunales norteamericanos que, en muchas
oportunidades, afirmaban aplicar la teoría de los derechos
legítimamente adquiridos aun cuando efectivamente no la
tomaban en consideración para resolver el caso concreto.

- 60-
cho sólo puede considerarse "verdadera", no cuando se
ajuste a un "principio teórico" o abstracto, sino cuando
realmente refleja la actividad judicial del pasado y cons-
tituya una estimación probable acerca de su conducta,
futura.
Ahora bien, los Tribunales norteamericanos al resol-'
ver supuestos de hecho conectados con varias legislaciones,
nunca han pretendido ni aplicar Ley extranjera ni dar efi-
cacia a derechos válidamente adquiridos en otros Países:
al contrario, siempre han entendido aplicar su propio or-
denamiento jurídico.
En efecto, afirma COOK, "cuando se ha resolver un
caso conteniendo elementos extranjeros, el forum aplica
siempre su propia ley al caso, pero adopta como su propia
ley una regla de derecho idéntica, o al menos muy seme-
jante, a aquella en vigor en otro país al cual se refieren
algunos o todos los elementos extranjeros implicados en
la relación... la que el país extranjero aplicaría no precisa-
mente a este caso, sino a un supuesto de hecho puramente
interno, que no ofreciera ningún elemento extranjero, desde
el punto de vista del Tribunal extranjero"... "De esta ma-
nera el forum da eficacia no a un derecho adquirido en el
extranjero, sino a un derecho creado por su propia ley"
(141) .

Indudablemente, esta fórmula permite explicar el pro-


cedimiento utilizado por los Tribunales cuando resuelven
casos de Derecho internacional privado, pero deja pen-
diente el problema de saber cómo se determina la Ley ex-
tranjera que debe servir de modelo para la creación del
derecho al cual se da eficacia en el forum.

La solución de tal planteamiento -afirma COOK- es


tan compleja como las relaciones humanas, que impiden
utilizar un sólo método o una teoría general, según lo había
pretendido la teoría de los "vested rights". La respuesta
no puede obtenerse mediante la mera aplicación al caso
(141) - COOK, oro cit. págs. 20-21.

-61-
concreto de simples principios teóricos y la escogencia debe
ser efectuada desde una perspectiva pragmática, con vista
de los resultados que produzca la solución en el caso con-
creto (142).

Sin embargo, cabe observar que COOR no pretendió


restar todo valor a los principios y a las reglas generales:
los considera "instrumentos de trabajo, instrumentos sin
los cuales no podremos trabajar efectivamente" (143) y
afirma su utilidad para resolver los casos de rutina, que
afortunadamente son la mayoría (144); advierte sí como,
debido a la confusión reinante en las decisiones judiciales
del pasado, es mucho más difícil formularlos en Derecho
Internacional Privado que en otras ramas jurídicas. CaOR
se rebela tan" sólo contra su aplicación automática a las
"nuevas" situaciones, es decir, a las que suscitan duda
acerca de la manera de resolverlas. En tales <;a808,
los llamados principios generales deben constituir solamen-
te hipótesis tentativas de trabajo, sujetas a la posibilidad
de revisión y mejoría a medida que progresa el análisis:
en las "nuevas" situaciones la escogencia de la Ley extran-
jera que ha de servir de modelo al forum no podría hacerse
mediante una aplicación simplemente mecánica de los prin-
cipios generales; debe estar guiada por consideraciones mo-
.rales, de política social o económica, y con vista de los
hechos relevantes de la vida, para lograr una justa y pru-
dente decisión (145).

(142) - COOK, op. cit. pág. 45: "In making the choice between rules,
it is obvious that here as elsewhere the basis must be a prag-
matic one --oí the effect of a decisión one way 01' the
other in giving a practical working rule". Y en la nota 83,
a pié de página, vuelve a citar en su apoyo la opinión del
Juez HOLMES tanto en el artículo antes mencionado ("The
Patli 01 Law") como en "Law in Science and Science in Law",
aparecido en 1899 en la Revista de Derecho de la Universi-
dad de Harvard.
(143) - COOK, op. cit. pág. 44.
(144) - COOK, "An unpublislied Chapter o/ The Logical and Legal
Basis 01 The Confiiot 01 Laws", en Culp, op. cit. págs. 98-99.
(145) - COOK, op, cit. págs. 45-46.

- 62-
COOR no señala de manera concreta cuáles son las'
directrices 'a seguir en esta escogencia: se limitó a afirmar
que en algunas hipótesis importaba poco cuál fuera el
modelo, siempre y cuando se llegara a un resultado "rea-
sonable clear and definite"; en otras, por el contrario, in-
siste en la necesidad de considerar vitales problemas de
política social o económica (146). Orientaciones éstas de
tipo general que precisó personalmente en algunos artícu-
los, al proponer sus soluciones a determinados problemas
específicos.

Tal método "realista" de enfocar los problemas de


derecho internacional privado fué sostenido, casi simultá-
neamente, por el Profesor Ernst G. LORENZEN, en un
artículo también publicado en la Revista de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Yale el mismo año de
1924, con el nombre "Territorialiiy, Public Policy, and the
Conflict of Laws".

"El método correcto de tratar estos problemas, para


eliminar todas las ficciones, es a posteriori. Desde este
punto de partida encontramos que cada Estado soberano
puede determinar las reglas de Derecho internacional pri-
vado de acuerdo con sus propias nociones acerca de lo que
es justo y conveniente... los Estados se encuentran intere-
sados primariamente en una correcta administración de
justicia. De acuerdo con las condiciones' modernas esa
administración de justicia exige a menudo tomar en cuenta
las normas de otros Estados. La cuestión de si serán o no
aplicadas en un caso concreto, depende del criterio de cada
País, acerca de lo que es justo y conveniente. Al tratar
con litigios que envuelvan elementos extranjeros el Tribu-
nal tomará en cuenta las necesidades del comercio inter-
nacional y las exigencias de' aumentar la intercomunicación
entre las Naciones. En algunos casos, cuando los hechos
esenciales lo conecten con otro Estado, concluirá que la
realización de los anteriores objetivos exige la aplicación
de "derecho" extranjero.... Cuando deba admitirse la aplí-
(146) - COOK, op. cit. págs. 45-46.

- 63-
cación de "derecho" extranjero, la escogencia de la norma
aplicada será determinada también, en muchos casos, por
consideraciones generales de tipo social o económico... Tal
es la forma como los Tribunales anglo-americanos han de-
sarrollado las normas de Derecho internacional privado,
aun cuando no siempre de manera consciente. Su finalidad
ha sido dictar una decisión justa, habida cuenta de las
circunstancias del litigio concreto, y han llegado a sus
conclusiones, hasta donde les ha sido posible, a través de
una consideración de los intereses sociales envueltos" (147).
Por tanto, y con base en los .anteriores planteamientos, ni
siquiera puede afirmarse que la territorialidad de la Ley
constituya un principio básico del sistema anglo-americano
de Derecho Internacional Privado.

Dentro de la nueva orientación propuesta por COOK


ha sido ubicado el Juez Learned HAND, al decidir
en 1923 el caso Guínness v. Miller: "Cuando un Tri-
bunal -dijo en esa oportunidad- conoce de un hecho ilícito
cometido en cualquier parte, a veces se afirma que da efi-
cacia a la obligación nacida de acuerdo con la ley donde
ocurrió el hecho ilícito ... Sin embargo, ningún Tribunal pue-
de dar eficacia a ninguna ley sino a la de su propio sobe-
rano, y si una persona acude a una jurisdicción distinta de
la del lugar de ocurrencia del hecho ilícito, sólo puede in-
vocar una obligación reconocida por aquel soberano. Un
soberano extranjero, de acuerdo con la ley de los países
civilizados, impone una obligación propia tan similar como
posible a aquella nacida en el lugar donde ocurre el hecho
ilícito".

Sin embargo, David F. CAVERS advierte la dife-


rencia existente entre el planteamiento del Juez Lear-
ned HAND y el formulado por COOK: el primero exige

(147) - LORENZEN, arto cito en op, cit. págs', 14-17.-Igualmente en


"Droit International Privé des Etats-Unis d'Arnerique",
aparecido en el "Reperioire de Droit Lnternational" dirigido
por A. DE LAPRADELLE Y J. P. NIBOYET, Tomo V,
TIrS. 29-31, pág. 282.

64 -
que un derecho haya sido creado por la Legislación es-
cogida por la norma de conflicto del Juez; y este derecho,
cuando se encuentra, sirve para modelar el derecho
creado por el forum al resolver el caso concreto. Por tanto,
si la ley extranjera no ha creado ningún derecho, no existe
modelo alguno que pueda ser utilizado por el Juez para
crear un derecho propio. COOK, al contrario, se desen-
tiende de la posición adoptada por el Legislador extranjero,
y poco le importa si ha creado un derecho o nó: el modelo
utilizado es la ley interna extranjera que sirve para crear
la norma con la cual decidirá la situación controvertida
(148).

La doctrina del Derecho local, conocida también como


"legal realísm", ha tenido hondas repercusiones en la ju-
risprudencia anglo-americana, y llegó a ser consagrada
por la Corte Suprema de los Estados Unidos de América
del Norte, al decidir el caso Magnolia Petroleum Co. v. Hunt
en 1943. El Chíef Justice STONE, hablando por el más
Alto Tribunal dijo: "Abstracción hecha de las exigencias
de la cláusula que impone full faith and credit, resulta evi-
dente que una sentencia favorable sólo puede obtenerse
de conformidad con la Ley del Estado donde se intenta la
acción, bien se base en perjuicios sufridos por la persona
o por su propiedad, bien se fundamente en hecho ilícito o
en reparación. Y aun cuando el forum adopte y aplique
como propia la Ley del País donde fué causado el perjuicio,
constituye una cuestión de Derecho local del forum deter-
minar hasta qué punto sus Tribunales deben aplicar una
norma de otro Estado. Y por Ley de un país debe ~n­
tenderse tanto su common law como su derecho escrito..."

Dentro de la misma orientación cabe mencionar en Ingla-


terra las palabras de Lord P ARKER, al sentenciar el caso

(148) - CAVERS, David F.--"Comment: The Two "Local Law"


Theories" en Culpo op. cit. pág. 126, propone el nombre de
"Homologous Right Theory" para distinguir la expuesta
por el Juez Learned Hand; terminología acogida por VON
MEHREN y TRAUTMAN, op. cit. pág. 52.

- 65-
Dynamít Actiien-Geselischaft v. Rio Tinto C. en 1918: "Toda
decisión jurídica de nuestros Tribunales se resume en la apli-
cación de la propia Ley a los hechos del caso tal como han
quedado establecidos por las pruebas. Uno de esos hechos
puede ser la situación de un Derecho extranjero, pero no
es la Ley extranjera sino la propia Legislación la que es
aplicable, bien se trate de un juicio de daños y perjuicios,
de una "injunction", de declarar derechos y responsabilida-
des, o de otra materia".

El influjo de la "local law theory" se ha dejado Sentir


más ampliamente en los escritores anglo-americanos con-
temporáneos, quienes luego de superar las exageraciones de
la escuela realista, hacen énfasis en la inutilidad de los
esfuerzos para descubrir principios básicos con validez
a priori, e insisten en los peligros de su inconsulta extensión.
Prefieren establecer y diferenciar las normas de conflicto
con base en las diversas circunstancias del caso concreto,
y, al reducir las posibilidades de generalizar las reglas de
Derecho internacional privado, esperan convertirlas en ins-
trumentos más útiles para profetizar los resultados futuros.

7.-CRITICA DE LA "LOCAL LAW THEORY":

La "Local Law Theory" se caracteriza por constituir


una violenta reacción contra la doctrina de los derechos le-
gítimamente adquiridos; y permite observar, en forma po-
lémica, la diferencia de actitud entre los autores que pro-
pugnan la formulación sistemática de reglas generales,
frente a quienes rechazan los postulados a priori como pun-:
tos de partida para llegar a las conclusiones concretas
(149). De esta manera se traslada al derecho interna-
cional privado norteamericano, la batalla entre los partida-
rios de la seguridad jurídica y los defensores de la equi-
dad (150).
(149) - DE VRIES, arto cit. pág. 211.
(150) - BATIFFOL, Henry.-"Les Tendences doctrinales actuelles
en Droit international privé" en "Recueil des Cours", Tomo
72, Año 1948 1, pág. 59.

- 66-
Sus esfuerzos primordiales se orientaron a desmontar
lo que EHRENZWEIG denominó "el falso catecismo del
Derecho internacional privado" (151): la inexactitud del
principio de la territorialidad de la Ley que servía de fun-
damento a la estructura teórica de BEALE; y la falsedad
del respeto de los derechos legítimamente adquiridos, en
particular del presupuesto según el cual sólo una Legisla-
ción era competente para crear el derecho subjetivo. Tarea
ésta nada difícil, partiendo de la propia jurisprudencia
norteamericana, y con vista de la multiplicidad de comple-
jas situaciones que presenta la vida diaria.

Sin embargo, no era suficiente esta labor destructora


para lograr una verdadera reforma de la ciencia jurídica,
y se hacía imprescindible proponer un sistema útil que
reemplazara las concepciones hasta entonces imperantes.
En este esfuerzo fracasó la "local law theory": ante las
exigencias cotidianas y para regularlas de. alguna manera,
debido al vacío ideológico creado, "los antiguos dogmas
resurgieron de las tumbas donde habían sido lógicamente
enterrados" por Walter Wheeler COOK (152).

La "local law theory" se limitó a propugnar la nece-


sidad de un estudio realista de los problemas, pero la falta
de criterios definidos llevó a tales extremos que pronto
comenzó a convertirse en caos (153): su punto de partida,
a saber, los planteamientos del Juez HOLMES acerca del
Derecho, representa una "perogullada, que no contiene ni
verdad ni virtud" (154) y constituye una simple aplicación
de la filosofía pragmática de John DEWEY -principal
fuente de inspiración de COOK....,..- "en un pretendido in-
(151) -AGUILAR NAVARRO, Mariano.-"Revisi6n Metodol6gica
en el Derecho internacional privado" en "Revista Española
de Derecho Internacional", Tomo XIII, año 1960, pág. 474.
(152) - YNTEMA, Hessel E.-"The Objectives 01 Prívate Interna-
tional Law", en "Canadian Bar Revíew", Tomo XXXV, Año
1957, pág. 726.
(153) -AGUILAR NAVARRO, arto cit. pág. 474.
(154) - YNTEMA, The Historie...", art.•cit. pág. 315.

- 67-
tento de fundar el "nihilismo" jurídico" (155). Nada de
extrañar tiene, por tanto, que uno de los partidarios de
la nueva corriente , David CAVERS , hablara de introduc-
ción de la "escuela libre del Derecho" en el campo del
Conflicto de Leyes (156).

En la escuela realista norteamericana se advierte el


influjo del indiscutible prestigio adquirido en el siglo pa-
sado por las ciencias de la naturaleza. Los progresos rea-
lizados en la física, química y biología -indica con acierto
BATIFFOL- persuadieron a numerosos espíritus que el
único método intelectual válido consistía en partir de la
observación de los hechos para inducir las hipótesis que el
acontecimiento concreto deberá afirmar o contradecir. Mé-
todo éste fácilmente transportable al campo jurídico, cuan-
do, partiéndose del análisis de la jurisprudencia, se ensa-
yará en 'prever el resultado del caso específico, a fin de
verificar posteriormente, después de la sentencia del fun-
cionario, si la inducción se encontraba correcta o nó (157).

Ta:l esquema lógico necesariamente impone a COOK


el principio de la territorialidad de la Ley: si por Derecho
se entiende la profecía de la futura conducta de los fun-
cionarios, resulta. evidente que el Juez siempre debe aplicar
su propia Legislación aún en hipótesis conectadas con va-
rios ordenamientos jurídicos. Y no deja de ser singular
esta estratagema que le juega su propia teoría, funda-
mentada en la negación de cualquier axioma de validez
general. .

De esta manera, COOK retrotrae el Derecho interna-


cional privado al status quo ante 1200 (158), siendo ver-
daramente lamentable -como señala YNTEMA -que no se
hubiera paseado por las diversas críticas formuladas a la
doctrina de la soberanía absoluta de los Estados que sirve

(155)- LUNZ, op, cit. pág. 114.


(156) -AGUILAR NAVARRO, arto cit. pág. 474.
(157) - BATIFFOL, "Les Tcndances...", arto cit. pág. 57.
(158) - YNTEMA, "The Objectives...", arto cit. pág. 722.

-- 68-
de base a sus propias premisas: "Con vista de su destructivo
intento de eliminar la cizaña de los dogmas del Jardín del
Derecho internacional privado, (COOK) hubiera podido
reducir todo a cenizas, -el jardín, el principio de la sobe-
ranía e inclusive su propio análisis- de las cuales sur-
giera algún prodigio en tiempo oportuno" (159).

Por otra parte, nada se avanza, ni en el campo de las


realidades ni desde una perspectiva teórica, con sostener
que el Juez debe aplicar su propia Legislación a las hipóte-
sis conectadas con varios ordenamientos jurídicos. En el
mejor de los casos es necesario admitir que puede provocar
incertidumbre la afirmación de que .Ios Tribunales deben
siempre aplicar su propia Ley aun cuando de hecho tomen
en cuenta la Ley extranjera: tal fórmula constituye un
"technical quibble" que no explica ni resuelve nada (160).

Ha sido señalado cómo la utilización del método em-


pírico por COOK constituye tan sólo "una caricatura de
las posibilidades de esta técnica" (161): en última instan-
cia se resume en el abandono de todo criterio para juzgar
la conformidad con el Derecho del comportamiento de los
funcionarios; por tanto, abre las puertas' a la violación de
la Ley, habida cuenta de la ilimitada libertad que se re-
conoce al Juez cuando decide casos conectados con varios
ordenamientos jurídicos (162). Este punto de vista -con~
cluye YNTEMA-, que desgraciadamente se vió santifi-
cado por la invisible refulgencia del prestigio de HOLMES,
no constituye sino una filosofía hueca y aún brutal que
propugna identificar el Derecho con la fuerza (163).

Aparte de presuponer que no existe otro Derecho sino


el deducido ante los Tribunales de Justicia, afirmación no

(159) - YNTEMA, "The Historical...", arto cit. pág. 315.


(16C) - CHESHIRE, op. cit. pág. 35.
(161) - YNTEMA, "The Historical...", arto cit. pág. 316.
(162) - LUNZ, op. cit. pág. 115.
(163) - YNTEMA, "The Hietorical...", arto cit. pág. 316.

-69 -
sostenible ni en teoría ni en la práctica (164), la "locallaw
theory" se manifiesta impotente para dar directrices útiles
a los Jueces a fin de decidir los casos concretos. El aná-
lisis detenido de las circunstancias individuales y los mo-
tivos de "public interest" o "policy", no bastan para resol-
ver cuál sea la línea de conducta a seguir en una hipótesis
particular. Es cierto que en muchos casos los Jueces pro-
ceden a escoger, por instinto, la solución más conveniente,
para luego justificarla con razones y textos legales; pero
no lo es menos que en otras oportunidades afrontan graves
dificultades para precisar cuál sea el resultado más de-
seable con vista de los intereses en presencia. Si a los
obstáculos propios de la controversia se agrega la limita-
ción que impone la verdad legal dentro del proceso civil,
fácilmente se comprenden las vacilaciones del Funcionario
Judicial para determinar el criterio más apropiado: ante
esa alternativa y frente a las exigencias derivadas de la
seguridad jurídica, resulta imprescindible una directriz de
carácter general que fije la pauta para resolver el litigio
sometido a su consideración (165).

A pesar de los anteriores planteamientos, la experien-


cía enseña que la escuela realista vivificó el Derecho inter-
nacional privado anglo-americano contemporáneo, y aun
cuando sus premisas sean objetables, ha perdurado la orien-
tación fundamental: esta ciencia, como las demás ramas
jurídicas, debe nutrise con el aliento vital de la existencia
cotidiana, para abandonar definitivamente la técnica abs-
tracta y general que, con carácter exclusivo, pretendieron
imprimirle corrientes doctrinarias de indiscutible prestigio
en épocas ya superadas.
No debe extrañar, por tanto, que la urgencia de col-
mar el vacío dejado por la "local la,! theory" haya traído
como consecuencia nuevos enfoques en el Derecho interna-
cional privado norteamericano, y que éste se encuentre en
un "stat of flux", según palabras de Willis L. M. REESE
(164) - MAURY, arto cit. pág. 382, nota 3.
(165) - BATIFFOL, "Los T'endences...", arto cit. págs. 61-62.

-70-
(166): la vida diaria parece haber demostrado la falsedad
de diversos principios admitidos anteriormente, y se dis-
cute la validez de muchos otros. Brainerd CURRIE pro-
clama el abandono de todas las normas de conflicto para
permitir al Tribunal la aplicación de su propia Ley si
considera que tiene un interés "legítimo"; caso contrario
propone tomar en cuenta la Ley extranjera que lo tenga
(167); Albert EHRENZWEIG "afirma la competencia de
la lex fori a menos que la aplicación de otra Ley se im-
ponga en virtud de "established preeedent or by compelling
reasons to the contrary" (168); David CAVERS critica
las normas tradicionales de Derecho internacional privado
por estimarlas demasiado generales, e insiste en la nece-
sidad de considerar el resultado concreto de su funciona-
miento, ya que en la mayoría de los casos la escogencia de
la Ley aplicable por el Tribunal se encuentra influida di-
rectamente por las circunstancias específicas de la situa-
ción controvertida (169); Elliot CHEATHAM y Willis L.
M. REESE, aun cuando señalán determinados objetivos a
las normas de conflicto, insisten en la importancia de con-
siderar el litigio controvertido en sus diversas facetas, ya
que los criterios por ellos propuestos "will rarely provide
the courts with a ready-made solution to a given problem"
(170); Hessel E. YNTEMA propugna la urgencia de tomar
en cuenta la realidad social, las exigencias del litigio con-
creto y los sistemas legales extranjeros en la elaboración 'de

(166) - REESE, Willis L. M.-"Discussion 01 Major Areas 01


Choice 01 Law" en "Recueil des Cours", 19 I, Tomo TH,
164

pág. 327.
(167) - CURRIE, Brainerd.-"Notes on Methods and Objetives in
The Conflict 01 Lasos", en CURRIE, Brainerd, "Selected
Essays on the Conflict 01 Laws", Durham, N. C. 1963,
págs. 177-178.
(168) - REESE, arto cit. págs. 334-335.
(169) - CAVERS, David.-"A critique 01 the Choice 01 Law Pro-
blem" en Culp, op. cit. págs. 101-124.
(170) - REESE, arto cit. págs. 340-356; CHEATHAM, "Problems...",
arto cit. págs. 291-307.

71 -
las normas de conflicto (171); Y tal punto de vista, desde
un plano de Derecho comparado, constituye la fabulosa rea-
lización de Ernst RABEL (172).

Tendencias similares se observan en la reciente lite-


ratura inglesa para integrarla dentro de la "escuela del
sentido común" (173); G. C. CHESHIRE, quien se pro-
nunciara por la doctrina del respeto de los derechos legíti-
mamente adquiridos, posteriormente ha afirmado la im-
posibilidad de deducir las normas de Derecho internacional
privado de una sola doctrina general; "such vain imaginings,
such infallible nostrums, are untrue of English private
internationallaw". La meta última viene representada por
la realización de la justicia en el caso concreto, objetivo
que impone coordinar los diferentes principios con las ne-
cesidades de las diversas relaciones sociales, para armo-
nizados con las tradiciones sociales, jurídicas y económi-
cas de Inglaterra (174); Y Ronald H. GRAVESON sostie-
ne una teoría "pragmática y ética" de la justicia; pragmá-
tica por cuanto intenta explicar las normas de conflicto
tal como existen; y ética ya que pretende deducir los prin-
cipios de la justicia, según han sido establecidos por los
jueces ingleses, de acuerdo con sus propias circunstancias
de tiempo y lugar (175).

GONZALO PARRA ARANGUREN.

(171) - YNTEMA, "The Ob[ectiuee...", arto cit. págs. 724 y sígs.


(172) - RABEL, Ernst. "The Conflict of Laws. A Comparativo
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(173) - GRA VE SON, "Aspects...", arto cit. pág. 401.
(174) -CHESHIRE, op. cit. págs. 36-37.
(175) - GRAVE80N, Ronald II.-"The Conflicts of Laws", Lon-
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