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UN MILAGRO
A PRUEBA
DE FUEGO

Para romper el hielo

Qué le causa más miedo ¿Ahogarse, un accidente, o un incendio?
¿Existe algo o alguien por lo que usted estría dispuesto a morir?
¿Qué o quién es?
¿Alguna vez usted escapó de la muerte? ¿Cómo fue?
¿Cuáles son las diferentes formas, en que podemos vernos
tentados a adorar a otro que no sea el único Ser digno de nuestra
adoración?

Introducción
Como el líder más poderoso de la Tierra, Nabucodonosor levanta
una imagen de oro y decreta que todos tienen que postrarse y
adorarla. Se burló de los tres jóvenes hebreos y de su Dios, diciendo:
“¿Y qué dios será aquel que os libre de mis manos?” Enseguida
descubriría por sí mismo quién era ese Dios, porque más adelante
declaró: “Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego,
que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que
no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que
servir y adorar a otro dios que su Dios” (Daniel 3:28)
Indudablemente, después de presenciar un milagro así, el rey se
convenció de que había algo especial en el Dios al que servían estos
hombres.
Esta historia presenta un poderoso testimonio de su fe y su
voluntad por defender lo que creían, más allá de las consecuencias.
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