INSUFLAMENTES
EL CLUB DE LECTURA DEL COLEGIO JULIO CÉSAR
TURBAY AYALA. EJERCICIOS PRÁCTICOS
REFLEXIONES EXTRAORDINARIAS
Empezaremos mencionando una anécdota
del profesor Álvaro Sánchez. En uno de
esos días en que realizaba sus labores
cotidianas en el colegio, propuso una
actividad a los estudiantes que consistía en
que deberían hacer un escrito de tema libre
que no sería calificable, pensando en no
recibir nada, el final del día le dio una gran
sorpresa al profesor Álvaro, hubo un joven
que le presento un trabajo que le
sorprendió y supero las expectativas, e
incluso fue tan bueno que como docente se
sintió que estaba desactualizado a nivel
intelectual y que eso para el como docente
representaba un problema. Álvaro de esa
experiencia tuvo una primera reflexión, a
nivel individual, fallo al creer que ser
docente significaba saberlo todo, y saber
ser crítico, a nivel colectivo, motivo a sus
colegas a mantenerse en la academia, a
investigar, actualizarse, hundirse en el
mundo de las letras aprendiendo y
reconociendo a las nuevas generaciones
como lluvias que inundan y transforman el
mundo.
Esta reflexión le permitió con sus
estudiantes reconocer su primer error, el
pensar que todo lo sabía y evocar que
todos los seres siempre tendrán
experiencias y conocimientos que pueden
transmitir; lo que empezó a generar un
cambio de actitud de los estudiantes y sus
familias frente a las estrategias de
enseñanza que se estaban tratando de
establecer en la institución educativa.
Para el profesor Sánchez, fue todo un reto,
empezar a implementar las estrategias que
se habían planeado en un momento, esto
llevaba a que los estudiantes y docentes se
repensaran y se autocriticaran el papel que
estaban ejerciendo en la educación, y que
como todo cambio trajo unas
complicaciones que entre las más
frecuentes eran los comentarios por parte
de otros profesores, que en principio se
negaron a participar de los proyectos
porque decían que ellos no estaban para
llevar ese tipo de procesos son sus
estudiantes. ¿Cuáles procesos? Una
pedagogía dialógica, una pedagogía que
reconociera al otro como ser humanos con
dolencias, con procesos individuales, con
experiencias previas y sobre todo como
sujetos históricos capaces de transformar
espacios. Por otra parte, tenían la
admiración de varios colegas, y sus
estudiantes los que fueron más
beneficiados con este proyecto de nuevos
aprendizajes, estos procesos que se
estaban generando llevo a que todos los
que participaran en el estuvieran inmersos
en un mismo camino el cual es la
educación, la solidaridad y la ternura. Los
docentes que impulsaron el espacio se
encuentran dispuestos y abiertos a adquirir
nuevos conocimientos sin importar que el
que los impartiera tuviera menos títulos
académicos y eso llevo a romper el sistema
jerárquico cotidiano que se encuentra en
las escuelas, como consecuencia fomento
el respeto y una sana convivencia. Esos
espacios son considerados como lugares
mágicos, donde se comparten ideas,
expectativas y experiencias formativas
para todos los participantes del grupo de
lectura.
La profesora Diana Castro, otra gran
lideresa de este espacio, comunica que el
fin de estos talleres de lectura es compartir
con los demás de una manera en que todos
se sintieran cómodos sin importar el rol
que se tuviera, acompañada con el profesor
Álvaro Sánchez eran los defendían la idea
que entre todos se podía dar, crear y
fundamentar conocimiento, y esto los
llevo a que los estudiantes pudieran
expresar lo que sintieran y a la vez generó
un bien no solo para ellos sino para todos
los que rodeaban a esos estudiantes, pues
algunos ya no estaban llenos de ira, ni con
ellos ni sus familias y tampoco con sus
compañeros y mucho menos con los
maestros, los cuales se fueron
desfigurando de la autoridad al afecto, al
diálogo, a la negociación, al ser humano
que cree y puede generar espacios cálidos,
espacios dispuestos a la escucha, espacios
donde no se juzga, espacios de reflexión y
mejora.
La forma de cómo empezó el club de
lectura, fue de una manera un poco
fragmentada pues el colegio, en esos
momentos pasaba por unos procesos de
cansancio y aburrimiento por parte de los
estudiantes, dado a la educación que varios
de los profesores estaban impartiendo en la
mayoría de las aulas de clase, en especial
en los grados decimo y once, grados con
los que se inició el proyecto del club de
lectura, además una de las causas más
extremas en esa época era que el colegio se
encontraba sin rector desde por lo menos
ocho o nueve meses antes, lo que
ocasionaba una mayor dificultad al
momento de emprender el proyecto.
Pues el profesor Álvaro Sánchez y la
profesora Diana Castro al ver todas estas
dificultades en ocasiones se preguntaban si
podrían lograrlo, y con el transcurso de los
días se dieron cuenta que por más planes
que hubiera trasado el verdadero plan y
más efectivo era poder realizar el proyecto
con los estudiantes, con las ideas y las
reglas de ellos, sin importar las
dificultades.
Los docentes reconocieron el contexto y
adaptaron a Paulo Freire en sus procesos,
el primer paso es la acción cultural y la
concienciación como el acto de
concientizar a un sujeto, cualquier sujeto,
porque todos los sujetos son importantes
en la historia, así mismo rememoraron que
no solo estamos en el mundo, sino que
estamos con el mundo, por eso las
reflexiones primero deben ser individuales
y después colectivizarlas.
La reflexión conduce al despliegue de una
acción transformadora sobre la realidad
determinante, no obstante, los docentes
creyeron en el diálogo no para depositar
ideas en otros sino para construirlas entre
todos. Insuflamentes, un espacio basado en
la coherencia, en la ternura y la libertad
como base para construir prácticas
educativas significativas.
Hablando de coherencia, entre los
maestros y estudiantes decidieron buscar
el nombre adecuado para representar lo
que se realiza en el grupo o colectivo que
están formando, es así como insufla
significa introducir/comunicar/transmitir
y mentes se refiere a pensamientos. Un
nombre perfecto para comprender el
ejercicio colectivo de crear vínculos
académicos y emocionales en espacios de
vulnerabilidad.
Los pedagogos narran como la solidaridad
se ha encargado de crear conexión con los
docentes externos al club y los estudiantes,
pues cuentan con gran nostalgia una
historia que ha marcado su carrera
docente: “los recursos en la institución son
pocos, por ello entre nosotros, los que
tenemos un sueldo fijo decidimos hacer
vaca, reunir el dinero posible para generar
grandes ideas, es difícil porque todos
tienen sus responsabilidades, pero el amor
a ver a los chinitos bien, valen la pena”.
“Una estudiante no progresaba
académicamente, así que nos tomamos el
atrevimiento de cuestionar qué sucedía,
sabíamos que no era una cuestión
cognitiva, sino que existía una barrera, ella
hacia un esfuerzo para poder realizar su
ejercicio metacognitivo, pero algo no le
permitía avanzar, es así como descubrimos
que necesitaba gafas con gran aumento,
entre todos realizamos una recolecta
económica para gestionar la compra de las
mismas, y lo logramos, reunimos y le
dimos el dinero al padre de la menor; no
contábamos lo que iba a suceder más
adelante, pues pasaron los días y no
veíamos a la estudiante con sus gafas
nuevas, nos acercamos a ella, le
preguntamos qué había pasado, a lo que
responde que su padre tenía problemas con
el alcohol y se había gastado el dinero en
ello.
Para Diana y Álvaro la anterior anécdota
les toco el corazón, y por supuesto en su
ejercicio y labor docente estas
experiencias les generan estímulos para
mejorar, seguir cuestionándose los
procesos de enseñanza-aprendizaje, para
hacer autocrítica y acudir a modelos
nuevos y herramientas actualizadas que no
se salgan del contexto del cual están
permeados.
Esta nota periodística tiene como fin
seguir motivando a los maestros en
formación y ya graduados en seguir
investigando la investigación, en ser
innovadores en investigación, en ser
transgresores, transversales y propositivos
en sus espacios laborales para contribuir
con la generación de nuevo conocimiento,
donde tenga una incidencia positiva en los
espacios pedagógicos.