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CONSENTIMIENTO

Al tratar la naturaleza jurídica del contrato, señalamos que se trataba de un


acto jurídico bilateral de contenido patrimonial. Ello porque el mismo para nacer requiere
de la unión de, al menos, dos voluntades, y como ya dijéramos con intereses
contrapuestos.-
.Estas dos voluntades se denominan “términos del consentimiento” y son la
oferta y la aceptación. La yuxtaposición de estas dos voluntades, forma el
consentimiento.
La oferta proviene de quien será una de las partes del contrato, denominada
oferente, ofertante o proponente. La aceptación de esa oferta proviene de quien será la
otra parte del contrato, denominada aceptante.
La oferta es una declaración unilateral de voluntad recepticia que importa
una propuesta de contratar y que, para ser eficaz, debe tener tres requisitos: a) estar
dirigida a persona determinada o determinable (por eso se denomina recepticia), b)
versar sobre un contrato en especial, es decir, debe precisar el contrato que se propone
celebrar (por ejemplo, una venta) y c) debe contener todos los antecedentes
constitutivos del contrato (ello es cuál será la cosa vendida, el precio, la forma de pago,
y demás contenido que integre el contrato que se desea celebrar).- (art. 972 CCyCN)
Sólo una oferta que contenga todos estos recaudos podrá ser aceptada y
dar nacimiento al contrato. Es por ello que decimos que la oferta debe ser autosuficiente
para tener eficacia jurídica.-
La aceptación también es una declaración unilateral de voluntad emanada
del aceptante que tiene por objeto concluir el negocio jurídico. Con ella, se perfecciona
-nace- el contrato, y lo hará sólo en la medida que esta adhiera totalmente a los términos
de la oferta y nada le modifique.
Por eso decimos que la aceptación también tiene un requisito, y es que para
dar nacimiento al contrato debe ser “lisa y llana” es decir, encontrase en total
congruencia con la oferta.
Si el aceptante introdujera alguna modificación en la oferta realizada por el
oferente, no nacerá el contrato por este propuesto sino que nacerá una nueva
propuesta, una nueva oferta efectuada ahora por quien era el aceptante y que se
transformará en oferente dirigida a quien era el oferente y que ahora habrá de ser el
aceptante. (Art. 978 CCyCN).-
Por ejemplo, si yo ofrezco a una persona determinada venderle mi casa por
u$s150.000 pagaderos de contado, para que el contrato nazca deberá aceptar mi
propuesta sin introducir ninguna modificación. Pero si el aceptante me dijera que es de
su interés comprar, pero por un precio de u$s120.000 el contrato que yo propuse
celebrar no habrá nacido y lo que nacerá es una nueva oferta que ahora hace el
aceptante hacia mí que era el oferente, invirtiéndose entonces los roles y debiendo yo
aceptar esa propuesta sin introducir modificación en ella para que nazca el contrato.

Voluntad Voluntad Voluntad


Común
OFERTA ACEPTACIÓN

Yuxtaposición, unión de dos voluntades


Unilaterales contrapuestas forman el
CONSENTIMIENTO

Retractación

Tanto la oferta como la aceptación pueden ser retractadas y se trata de que


oferente o aceptante puedan retrotraer su voluntad de contratar.
Pero si decimos que la yuxtaposición o unión de esas voluntades hace nacer
el contrato, sólo podrán las mismas retrotraerse hasta un determinado momento, o sea,
antes que el contrato nazca. Porque si el contrato llegó a nacer, a perfeccionarse, ya no
habrá retractación sino incumplimiento.-
La oferta podrá ser retractada por el oferente si la comunicación de su retiro
(o sea, la retractación) es recibida por el aceptante antes o al mismo tiempo que la
oferta. Y lo mismo ocurrirá con la retractación de la aceptación, podrá producirse si la
comunicación de su retiro es recibida por el oferente antes o al mismo tiempo que la
aceptación. Ello surge de lo dispuesto por los arts. 975 y 981 del CCyCN.-

Caducidad de la Oferta

Definimos a la caducidad como la pérdida de vigencia de la oferta. Que la


oferta caduque significa que pierda sus efectos y ya no pueda ser aceptada.
Ello se producirá por dos circunstancias: a) muerte del oferente o aceptante,
b) incapacidad sobreviniente de oferente o aceptante. (Art. 976 CCyCN)
Pero para que el contrato no se haya perfeccionado -nacido- también la
muerte o la incapacidad deben producirse en determinado momento y es antes de que
el oferente haya recibido la aceptación.-
Si el oferente fallece o se incapacita luego de haber recibido la aceptación el
contrato habrá nacido y si el aceptante fallece o se incapacita luego de ese momento
también ello sucederá. Pero si el oferente o el aceptante fallecieran o se incapacitaran
antes de la recepción de la aceptación por parte del oferente la oferta habrá caducado
y ya no podrá ni ser aceptada por los herederos del aceptante ni quedarán obligados
por la oferta los herederos del oferente porque el contrato no se habrá perfeccionado.-

Formación del Contrato

La misma puede darse en PRESENTES o entre AUSENTES. Y ello puede


darse respecto del lugar o el momento de la formación del contrato.-
Respecto del lugar el contrato se entenderá formado entre presentes cuando
ambas partes se encuentren sometidas a un mismo régimen jurídico, por ejemplo: las
dos se encuentran en Argentina y sometidos a sus leyes.- Lo será entre ausentes, en
cambio, si ambas se encuentran en territorio diferente y bajo la vigencia de regímenes
jurídicos diferentes. En este caso habrá que determinar cuál será la ley aplicable, que
es materia de estudio en la materia derecho internacional privado.
Con relación al momento de la formación, el contrato se entiende celebrado
entre presentes cuando oferta y aceptación se producen con inmediatez, o sea, no
media un intervalo de tiempo entre ambas. Y se perfeccionará entre ausentes, cuando
sí trascurra un período de tiempo entre el momento en el que se produce la oferta y
hasta que opera la aceptación.-
En este período de tiempo que transcurre en la celebración del contrato entre
ausentes desde que el oferente hace la oferta y se produce la aceptación, pueden
suceder muchos acontecimientos, por ejemplo, podría producirse la muerte o la
incapacidad de alguna de las partes a la que ya referimos al tratar la caducidad de la
oferta. Por eso es necesario determinar en qué momento efectivamente nace el contrato
y para ello la doctrina ha elaborado distintas teorías, que han sido adoptadas por
diferentes códigos.-
Estas teorías son: a) declaración, b) emisión, c) recepción y d) información.-
La primera y la última son consideradas extremas y las de la emisión y
recepción intermedias. Las extremas son así calificadas porque serían las que más
dificultades de prueba ofrecen a las partes por producirse en su ámbito privado o
subjetivo e impedir a la otra parte saber cuándo efectivamente han acaecido.
La teoría de la declaración sostiene que el contrato nace cuando el aceptante
simplemente “declara” su voluntad de aceptar.
La teoría de la emisión sostiene que el contrato nace cuando el aceptante
“emite” su aceptación o “se desprende” de ella.-
La teoría de la recepción sostiene que el contrato nace cuando el oferente
“recibe” la aceptación del aceptante.
La teoría de la información sostiene que el contrato nace cuando el oferente
“toma conocimiento” o se “informa” de la aceptación del aceptante.
Supongamos para una mejor comprensión del tema un contrato celebrado
por correspondencia, donde el oferente Juan se encuentra en nuestro país y el
aceptante José se encuentra en Uruguay. Juan le envía por correspondencia su oferta
a José. Aquí en este ejemplo podemos distinguir claramente cuatro momentos de una
secuencia temporal.
José, recibe la oferta de Juan días después y lee la carta y dice “me interesa
celebrar este contrato y acepto”.- Esta declaración de Juan puede hacerla en el living
de su casa mientras escucha música, sin que el oferente pueda saber cuándo esto
ocurrió exactamente, pero para quienes sostienen la teoría de la declaración allí habría
nacido el contrato.
Luego, José escribe una carta en respuesta a Juan que contiene su
aceptación y va al correo y la “envía”, la teoría de la emisión entiende que allí se
perfeccionó el contrato.-
Llega el cartero a casa de Juan y entrega la misiva. En este momento
quedaría perfeccionado para quienes sostienen la teoría de la recepción.-
Y, finalmente, Juan abre la carta, la lee y “conoce” o se “informa” de la
aceptación y en ese momento quedaría perfeccionado el contrato para los sostenedores
de la teoría de la información.- Este suceso de la toma de conocimiento de la aceptación
por parte de Juan también pudo suceder en su living mientras escucha música por lo
que José podría no saber nunca cuándo eso ocurrió con exactitud y si el contrato nació
o no.
Por eso la doctrina mayoritaria entiende que las dos teorías intermedias,
envío y recepción, son las que más favorecen la prueba del nacimiento del contrato
porque puede demostrarse el momento de su ocurrencia con la fecha del envío de la
misiva o la fecha de su recepción.-
El código civil Velezano adoptaba para el perfeccionamiento del contrato
entre ausentes la teoría de la emisión, con algunas excepciones en favor de la teoría de
la información para el caso de la caducidad y retractación de la oferta.
El actual Código Civil y Comercial, en cambio, adopta la teoría de la
recepción aunque, sostenemos, no es realmente la de la recepción sino la de la
información.-
Adviertan que del art. 971 del CCyCN surge consagrada la teoría de la
recepción al señalar: “Los contratos se concluyen con la recepción de la aceptación de
una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la
existencia de un acuerdo”.- Hasta allí, surgiría claro que nuestro código consagra la
teoría de la recepción para entender nacido el contrato entre ausentes.- Sin embargo,
el art. 983 dispone: “A los fines de este Capítulo se considera que la manifestación de
voluntad de una parte es recibida por la otra cuando ésta la conoce o debió conocerla,
trátese de comunicación verbal, de recepción en su domicilio de un instrumento
pertinente, o de otro modo útil”.- Por lo que, claramente, este artículo que cierra la
sección primera, viene a pretender aclarar que cada vez que el código refiere a la
recepción en realidad alude a la toma de conocimiento.-

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