Está en la página 1de 2

El mundo del transporte ferroviario de carga es desconocido para muchas

personas, incluso entre quienes pertenecen al mundo logístico. Ello se debe, en


buena medida, a que el ferrocarril tiene un peso muy bajo dentro del mercado del
transporte nacional, en términos de toneladas, y sobre todo en cuanto a número
de fletes.
 
En términos generales, el uso de transporte ferroviario de carga es favorable para
grandes embarques, a los que permite obtener bajos costos de transporte, baja
accidentabilidad y una reducida huella de carbono. En la medida que estas dos
últimas ventajas aumenten su valoración social y de mercado, más relevante
debería volverse el ferrocaril en la cadena logística.
 
A pesar de muchas propuestas de tecnologías alternativas, el transporte
ferroviario de carga se efectúa mediante trenes, donde la carga se lleva sobre
vagones que van remolcados por una o más locomotoras. Con esta configuración,
a más largo el tren, menor es el costo unitario, ya que se aprovecha mejor la
infraestructura, el personal del tren, y la resistencia al viento.

Hoy, existe una mayor conciencia sobre la importancia del transporte ferroviario en
nuestra competitividad. Por ello, se ha comenzado a efectuar inversiones, tanto para
mejorar la infraestructura existente como para crear nuevos accesos. Sin embargo, dada
nuestra enorme geografía, tener una red ferroviaria extensa y competitiva es una tarea
que tomará años.

Cuando se habla de camión se está haciendo referencia a un vehículo


que no está articulado, que lleva un motor rígido y pesado con dos
conjuntos de ejes y un único chasis. En cambio, a diferencia de los
camiones, la cabeza tractora o tractocamión es un vehículo articulado que
tiene dos partes rígidas que se unen en un punto. 
Mientras el camión rígido está diseñado para cargar mercancías, la
cabeza tractora no. Esta última está configurada para arrastrar un
remolque, semirremolque u otro tipo de añadido. Aunque también pueden
funcionar sin necesidad de cargar con este último. De hecho, es habitual
verlos circular sólo con la parte de la cabina y la quinta rueda.

Otra gran diferencia con los camiones es que las cabezas tractoras son
mucho más flexibles y pueden acoplarse y desacoplarse de manera rápida
y sencilla. Esto permite poder hacer maniobras durante el transporte.
Además, en caso de avería se sustituye una cabeza por otra y la carga
puede seguir su trayecto, evitando retrasos en la entrega.

Por último, cabe señalar que los camiones tractores pueden llevar mucha
más carga que los camiones rígidos.

También podría gustarte