Francisco de Goya. (Fuendetodos 1746, Burdeos 1828), El 3 de mayo en Madrid,
1813-1814, 268 x 347 cm, Museo del Prado, Madrid, España, óleo sobre lienzo. Prerromanticismo. 1 punto. Los fusilamientos del 3 de mayo son los hechos que Goya retrata con el mayor dramatismo posible en el lienzo ocupado. La obra está dividida en dos secciones por una diagonal. En la sección diagonal izquierda, la luz se hace manifiesta. En la diagonal derecha, dominan la penumbra y las sombras. La escena se desarrolla en plena noche, estando iluminada por un foco situado entre el pelotón de ejecución y el grupo de los condenados. Este recurso de la luz, de inspiración tenebrista, permite que el pelotón aparezca en penumbra mientras que la luz ilumina de manera dramática el grupo de los condenados, en especial el hombre de camisa blanca que levanta los brazos, así como el grupo de cadáveres que yacen en el suelo sobre un gran charco de sangre. Goya reduce la paleta cromática básicamente a tres colores: grises, ocres y blancos. Sólo el hombre de la camisa blanca y pantalón amarillo aporta una nota de color. El ejército francés, absolutamente ordenado, aparece alineado en perfecta formación. Ninguno de sus soldados tiene rostro. Todos le dan la espalda al espectador, convertido en testigo de la escena mortal. Se distinguen cuatro grupos entre las víctimas, los cuales rompen la linealidad: el grupo principal está al centro de la sección y permanecen de rodillas. Otro grupo está a la derecha esperando su turno. En la base de la imagen, yacen los ya asesinados. Las víctimas tienen rostros y solo dos de los personajes esconden el suyo. Todos son personajes anónimos, arquetipos de la gente del pueblo que fueron sacrificados por los franceses. Entre las víctimas no hay ni soldados ni representantes de la élite. Entre estos personajes populares destaca un hombre con camisa blanca de rodillas. Su camisa radiantemente blanca es fuente de luz en el cuadro. 5 puntos. El primer pensamiento que Goya transmite es un mensaje muy claro: la luz acompaña al pueblo en su resistencia genuina, mientras que el gobierno francés actúa en la oscuridad. La paleta de colores usada por Goya acentúa el trágico momento representado y le da en mi opinión personal una sensación de tristeza y horror. El hombre de camisa blanca y pantalón amarillo es el mayor protagonista de la obra por su gesto heroico a la hora de afrontar su destino, lo que transmite a la vez un sentimiento de orgullo ante la situación plasmada en el cuadro. Al ver a los soldados del ejército francés sin rostro entendí que Goya quería transmitir su deshumanización y así mismo provocar un sentimiento de frialdad ante la situación. Las víctimas, por otro lado, tienen rostros y en ellos se ve el horror ante la muerte que se avecina. Los dos personajes que están escondiendo su rostro transmiten una incapacidad para soportar el hecho de una muerte inminente lo que genera tristeza y agonía. El hombre de camisa blanca se convierte en una imagen simbólica de inocencia y esperanza lo que me causó una profunda inspiración al observar la obra. 4 puntos.