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muere
un ser
querido
¿Se le ha muerto algún ser querido?
¿Todavía llora su pérdida?
¿Necesita ayuda
para sobrellevar el dolor?
¿Hay alguna esperanza
para los muertos?
Si así es, ¿en qué consiste?
¿Cómo podemos estar seguros
de que es real?
La reacción de algunos
¿C ómo han reaccionado algunas personas al su- que ser hospitalizada debido a un accidente au-
frir la p érdida de un ser querido? Pongamos por tomovil ístico. Anteriormente hab ía tenido cinco
caso a Juanita, quien sabe lo que significa perder a abortos, as í que es comprensible que estuviera
un beb é. Juanita estaba embarazada cuando tuvo preocupada. A las dos semanas se puso de parto
1 Por ejemplo, una creencia tradicional de los yoruba, pueblo prematuramente. Poco despu és naci ó la peque ña
nigeriano, es la reencarnaci ón del alma. Por lo tanto, cuando Vanessa, con un peso de apenas 900 gramos. “ ¡Es-
una mujer pierde a un hijo, siente un gran dolor, pero no por mu-
cho tiempo, pues, como dice un refr án yoruba, “Es el agua lo que taba tan emocionada! —recuerda Juanita—. ¡Por
se ha derramado, pero el calabacino no est á roto”. Seg ún los yo-
fin era madre!”
ruba, esto significa que la madre —el calabacino que contiene el
agua— puede tener otro hijo, que pudiera ser una reencarnaci ón Pero su felicidad fue ef ímera. Vanessa muri ó a
del fallecido. Los testigos de Jehov á no siguen las tradiciones
basadas en supersticiones provenientes de conceptos err óneos los cuatro d ías de su nacimiento. “Sent í un gran
como el de la inmortalidad del alma y la reencarnaci ón, ambos vac ío —dice Juanita—. Hab ía dejado de ser ma-
carentes de apoyo b íblico. (Eclesiast és 9:5, 10; Ezequiel 18:4,
20.) dre. Me sent ía incompleta. Fue doloroso volver a
Cuando muere un ser querido 9
Aborto espont áneo y nacimiento de un ni ño muerto: el dolor de la madre
“Estaba tan preocupada por dar un buen ejemplo a timientos puede perjudicar tanto f ísica como emo-
cionalmente. Es mucho m ás saludable desahogar
los dem ás —recuerda—, que refrenaba mis senti-
la pena. ¿De qu é forma? Las Escrituras contienen
mientos normales. Pero con el tiempo comprend í
consejos pr ácticos.
que tratando de ser fuerte como una roca ante
otros, no me estaba ayudando a m í misma. Co- Cómo aliviar la pena
menc é a analizar mi situaci ón y a decirme: ‘Si tie- Una forma de desahogarse es hablando. Des-
nes ganas de llorar, llora. No te hagas la fuerte. pu és de perder a sus diez hijos y de sufrir otras
Desah ógate’.” cuantas desgracias personales, el antiguo patriarca
De modo que la recomendaci ón de Mike y Mary- Job dijo: “Mi alma ciertamente siente asco para con
Anne es: Manifieste su dolor. Y tienen raz ón, por- mi vida. Ciertamente dar é salida a [en hebreo, “sol-
que hacerlo sirve de desahogo. Dar libre curso a los tar é”] mi preocupaci ón acerca de m í mismo. ¡Ha-
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blar é, s í, en la amargura de mi alma! ”. (Job 1:2, muel 1:17-27; 2 Cr ónicas 35:25.) Hay personas a
18, 19; 10:1.) Job no pod ía contener su preocupa- las que, como a David, les resulta m ás f ácil expre-
ci ón por m ás tiempo. Ten ía que darle rienda suelta; sarse por escrito. Cierta viuda dijo que ella escrib ía
ten ía que ‘hablar’. El dramaturgo ingl és William lo que sent ía y varios d ías despu és lo le ía. Este m é-
Shakespeare escribi ó algo parecido en Macbeth: todo le result ó útil para desahogarse.
“Dad palabras al dolor. La desgracia que no habla, Comunicar sus sentimientos de palabra o por
murmura en el fondo del coraz ón, que no puede escrito contribuir á a mitigar su dolor. Tambi én
m ás, hasta que le quiebra”. (Versi ón de Luis Astra- puede ayudarle a aclarar malentendidos. Una ma-
na Mar ín.) dre doliente relata: “Mi esposo y yo hab íamos o ído
Por consiguiente, si habla de sus sentimientos hablar de otras parejas que se hab ían divorciado
con “un compa ñero verdadero” que le escuche pa- despu és de perder a un hijo, y no quer íamos que
ciente y comprensivamente, puede encontrar cier- a nosotros nos sucediera lo mismo. As í que cada
to alivio. (Proverbios 17:17.) vez que nos enfad ábamos y nos
Al expresar verbalmente las sent íamos tentados de culpar-
experiencias y los sentimien- nos el uno al otro, habl ábamos
tos, por lo general resulta m ás del problema hasta resolverlo.
f ácil comprenderlos y sobrelle- Creo que de esa forma nuestra
varlos. Y si el oyente tambi én relaci ón se hizo m ás íntima”.
perdi ó a alguien y se sobre- Por lo tanto, al exteriorizar sus
puso, posiblemente le d é unas sentimientos quiz ás entienda
cuantas sugerencias pr ácticas que, aunque otras personas ha-
para que usted tambi én lo con- yan sufrido la misma p érdida
siga. Una se ñora cuyo hijo ha- que usted, no van a expresar su
b ía muerto expres ó as í c ómo le aflicci ón como usted, sino que
hab ía ayudado conversar con lo har án a su paso y a su ma-
otra mujer que hab ía sufrido La Biblia contiene varios nera.
una p érdida semejante: “Saber ejemplos de cómo el poner por Otra cosa que puede ayudar-
escrito los sentimientos puede
que otra persona hab ía pasado le a aliviar la pena es llorar.
ayudar a expresar el dolor
por lo mismo, que hab ía sobre- Seg ún la Biblia, hay “un tiem-
vivido y que estaba llevando de nuevo una vida po de llorar”. (Eclesiast és 3:1, 4.) Y no cabe duda
m ás o menos normal, me fortaleci ó mucho”. de que ese tiempo llega cuando muere un ser que-
¿Le incomoda hablar de sus sentimientos? Tras rido. Parece que derramar l ágrimas de dolor es par-
la muerte de Sa úl y Jonat án, David compuso una te esencial del proceso de recuperaci ón.
endecha muy emotiva en la que plasm ó su dolor. Una joven cuenta que una amiga íntima la ayu-
Con el tiempo, este canto triste lleg ó a formar par- d ó a sobreponerse a la muerte de su madre. Ella
te del libro b íblico de Segundo de Samuel. (2 Sa- recuerda: “Mi amiga siempre estaba a mi lado.
Cuando muere un ser querido 15
En todas las culturas, los dolientes agradecen que se les dé consuelo
Lloraba conmigo. Hablaba conmigo. Pod ía mani- Cómo vencer el sentimiento de culpa
festar libremente mis emociones, y eso era muy Como se indic ó anteriormente, algunos experi-
importante para m í. No ten ía por qu é avergon- mentan sentimientos de culpa tras la p érdida de al-
zarme de llorar”. (V éase Romanos 12:15.) Tampo- guien querido. Tal reacci ón explicar ía en parte el
co usted tiene que avergonzarse de sus l ágrimas. profundo dolor del fiel Jacob cuando le hicieron
Como ya hemos visto, en la Biblia hay muchos creer que “una feroz bestia salvaje” hab ía matado
ejemplos de hombres y mujeres de fe, entre ellos Je- a su hijo Jos é. El propio Jacob le hab ía mandado ir
sucristo, que derramaron l ágrimas de dolor abier- a ver si sus hermanos estaban bien. De modo que
tamente sin que parecieran sentir verg üenza por
posiblemente le atormentaban ideas como: ‘ ¿Por
ello. (G énesis 50:3; 2 Samuel 1:11, 12; Juan 11:33,
qu é envi é a Jos é solo? ¿Por qu é lo mand é a una
35.)
zona infestada de bestias salvajes? ’. (G énesis 37:
Es posible que durante alg ún tiempo sus emocio-
33-35.)
nes sean un tanto impredecibles. Quiz ás se le sal-
Tal vez usted crea que alg ún descuido suyo con-
ten las l ágrimas cuando menos se lo espere. Una
tribuy ó a la muerte de la persona a quien que-
viuda se dio cuenta de que cada vez que iba a com-
r ía. Si ese es el caso, le puede servir de ayuda
prar al supermercado (lo cual hab ía hecho muchas
pensar que los sentimientos de culpa —sea esta
veces con su esposo) romp ía a llorar, sobre todo
cuando por costumbre tomaba de los estantes los real o imaginaria— son una reacci ón normal de
productos que le gustaban a su esposo. As í pues, aflicci ón. Y tampoco estos sentimientos deben re-
sea paciente consigo mismo. Y no piense que tiene primirse necesariamente. Si habla de la culpa que
que contener las l ágrimas. Recuerde que son una siente, es probable que encuentre gran alivio.
reacci ón natural y necesaria del proceso de aflic- No obstante, debe comprender que, por mucho
ci ón. que amemos a una persona, no podemos controlar
16 Cuando muere un ser querido
su vida ni evitar que “el tiempo y el suceso impre- promete perdonar los errores del pasado, ¿no cree
visto” le acaezcan. (Eclesiast és 9:11.) Por otra par- que usted tambi én deber ía perdonarse a s í mismo?
te, seguro que sus intenciones no fueron malas. Por (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9.)
ejemplo, si no concert ó una cita con el m édico an-
Cómo dominar la ira
tes, ¿fue porque quer ía que su ser querido enfer-
¿Se siente adem ás bastante molesto con los m é-
mara y muriera? ¡Claro que no! Por lo tanto, ¿es us-
dicos, las enfermeras, sus amigos o incluso con el
ted verdaderamente culpable de su muerte? No.
fallecido? Tenga en cuenta que esa es otra reacci ón
As í expresa una madre c ómo super ó su senti-
frecuente ante la p érdida de alguien querido. Qui-
miento de culpa despu és de la muerte de su hija en
z ás el dolor que siente vaya acompa ñado de ira de
un accidente automovil ístico: “Me sent í culpable
forma natural. Comprender tal hecho puede bene-
de haberla mandado por algo. Pero me di cuenta
ficiarle. Un escritor dijo: “Solo cuando se toma con-
de que era absurdo que me sintiera as í. No tuvo
ciencia de la ira —no dej ándose llevar por ella,
nada de malo que la enviara con su padre a hacer
sino percat ándose de que se siente— es posible li-
un mandado. No fue m ás que un lamentable acci-
brarse de sus efectos nocivos”.
dente”.
Tambi én le puede servir de ayuda expresar su
‘Pero quisiera haber dicho y hecho tantas co-
enojo. ¿C ómo? No mediante estallidos violentos,
sas...’, quiz ás piense. Es posible; sin embargo,
evidentemente. La Biblia advierte que la c ólera
¿qui én puede decir que haya sido un padre, una
prolongada es da ñina. (Proverbios 14:29, 30.) Pero
madre o un hijo perfecto? La Biblia nos recuerda:
tal vez le reconforte hablar de lo que siente con un
“Todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tro-
amigo comprensivo. A algunas personas les calma
pieza en palabra, este es var ón perfecto”. (Santia-
asimismo realizar ejercicios en érgicos cuando es-
go 3:2; Romanos 5:12.) Acepte, pues, el hecho de
t án enfadadas. (V éase tambi én Efesios 4:25, 26.)
que no es perfecto. Pensar continuamente en todo
Aunque es importante expresar con franqueza
lo que hubiera querido hacer no cambiar á las co-
los sentimientos, conviene dar una advertencia.
sas y puede retardar su recuperaci ón.
Existe una gran diferencia entre expresar los sen-
Si tiene buenas razones para creer que es culpa-
timientos y descargarlos sobre otros. No hay ne-
ble de verdad, que no son imaginaciones suyas,
cesidad de que culpe a los dem ás de su ira y su
piense en que lo m ás importante para mitigar el
frustraci ón. De modo que trate de comunicar sus
sentimiento de culpa es obtener el perd ón divino.
sentimientos, pero no en tono hostil. (Proverbios
La Biblia nos asegura: “Si errores fuera lo que t ú
18:21.) A continuaci ón vamos a tratar la princi-
vigilas, oh Jah, oh Jehov á, ¿qui én podr ía estar de
pal ayuda de que disponemos para sobrellevar el
pie? Porque hay el verdadero perd ón contigo, a
dolor.
fin de que se te tema”. (Salmo 130:3, 4.) Usted
no puede cambiar el pasado, pero s í puede suplicar Ayuda de parte de Dios
a Dios que le perdone sus errores anteriores. ¿Qu é La Biblia nos asegura: “Jehov á est á cerca de los
m ás puede hacer? Pues bien, en vista de que Dios que est án quebrantados de coraz ón; y salva a los
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Consejos pr ácticos
Si se da cuenta de que debe hacerse algo sin falta, cesiten que les insista un poco. Tal
no espere a que se lo pidan; tome la iniciativa vez rechazaron su oferta por temor a
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perder el control de sus emociones frente a otros. Qué no hacer
Tambi én es posible que no les parezca bien disfru- No se mantenga alejado por no saber qu é
tar de una comida y de compa ñ ía en tales momen- decir o hacer: ‘Seguro que ahora mismo necesi-
tos. Acu érdese de Lidia, la mujer hospitalaria men- tan estar a solas’, puede que pensemos. Pero la
cionada en la Biblia. Lucas indica que invit ó a él verdad quiz ás sea que nos mantenemos alejados
y a otros a su casa, y ‘sencillamente los oblig ó a porque tememos hacer o decir una inconvenien-
aceptar’. (Hechos 16:15.) cia. Sin embargo, si los amigos, familiares y com-
Sea paciente y comprensivo: No se sorprenda pa ñeros de creencia evitan al doliente, este posi-
demasiado por lo que los dolientes puedan decir al blemente se sienta m ás solo, lo cual avivar á su
principio. Recuerde que quiz ás est én indignados o pena. Tenga en cuenta que las palabras y acciones
m ás afectuosas son por lo general las m ás senci-
se sientan culpables. Si se desfogan con usted, de-
llas. (Efesios 4:32.) Su sola presencia puede infun-
ber á ser comprensivo y paciente para no alterarse.
dir ánimo. (Comp árese con Hechos 28:15.) Tere-
“V ístanse de los tiernos cari ños de la compasi ón,
sea dijo con respecto al d ía en que muri ó su hija:
la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y
“Al cabo de una hora, el vest íbulo del hospital se
la gran paciencia”, recomienda la Biblia. (Colo-
hab ía llenado de amigos nuestros; todos los ancia-
senses 3:12, 13.)
nos y sus esposas estaban all í. Algunas mujeres to-
Escriba una carta: Con frecuencia se pasa por
dav ía ten ían los rulos en la cabeza; otros iban en
alto el valor de una carta de p ésame o una tarjeta
ropa de trabajo. Dejaron todo lo que estaban ha-
de condolencia. ¿Qu é ventaja ofrecen? Cindy, cuya
ciendo y vinieron. Muchos de ellos nos dijeron que
madre muri ó de c áncer, responde: “Una amiga me
no sab ían qu é decir, pero no importaba: estaban
mand ó una bonita carta que me ayud ó mucho por- all í, y con eso era suficiente”.
que pod ía leerla y releerla”. Una carta o tarjeta de
No los presione para que dejen de llorar: Po-
consuelo puede componerse de solo unas “pocas
dr íamos estar tentados de decirles: ‘Bueno..., ya...,
palabras”, pero debe estar escrita con el coraz ón. no llores m ás’. Pero tal vez sea mejor que cedan a
(Hebreos 13:22.) En ella puede decirle al doliente las l ágrimas. “Creo que es importante dejar que las
que se preocupa por él y que guarda gratos recuer- personas que han perdido a un ser querido mani-
dos del difunto, o puede explicarle c ómo influy ó fiesten sus sentimientos y se desahoguen”, dice
este en su propia vida. Katherine al reflexionar sobre la muerte de su es-
Ore con ellos: No subestime el valor de orar con poso. Luche contra la tendencia a decir a otros
los afligidos y a favor de ellos. La Biblia dice: “El c ómo deben sentirse. Y no piense que tiene que
ruego del hombre justo [...] tiene mucho vigor”. ocultar sus sentimientos para que no les afecten a
(Santiago 5:16.) O írle orar por ellos puede ayu- ellos. La Biblia recomienda, m ás bien, ‘llorar con
darles, por ejemplo, a vencer sentimientos negati- los que lloran’. (Romanos 12:15.)
vos como el de culpa. (Comp árese con Santiago 5: No les aconseje que se deshagan de la ropa
13-15.) u otros efectos personales del difunto antes de
22 Cuando muere un ser querido
Su presencia en el hospital puede animar a los dolientes
que est én preparados para ello: Quiz ás pense- vestidura de Jos é manchada de sangre, “se dio al
mos que deber ían deshacerse de los objetos que les duelo de su hijo por muchos d ías. Y todos sus hi-
traen recuerdos porque de un modo u otro prolon- jos y todas sus hijas siguieron levant ándose para
gan la aflicci ón. Pero el dicho “ojos que no ven, co- consolarlo, pero él sigui ó rehusando recibir con-
raz ón que no siente” no es aplicable en este caso. suelo”. (G énesis 37:31-35.)
Muchos dolientes necesitan tiempo para asimilar No diga: ‘Puedes tener otro beb é’: “Me moles-
la p érdida del ser querido. Recuerde la descripci ón taba que la gente me dijera que pod ía tener otro
que da la Biblia de la reacci ón del patriarca Jacob ni ño”, recuerda una mujer que perdi ó a un hijo.
cuando le hicieron creer que una fiera hab ía ma- Probablemente se diga con buenas intenciones,
tado a su hijo Jos é. Despu és de que le mostraron la pero para los desconsolados padres, las palabras
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que den a entender que se puede reemplazar al Tal vez sea mejor que no diga: ‘S é c ómo te
hijo perdido son como “estocadas de una espada”. sientes’: ¿De verdad lo sabe? ¿C ómo puede com-
(Proverbios 12:18.) Un hijo nunca puede reempla- prender, por ejemplo, lo que sienten los padres
zar a otro porque cada hijo es único. cuando se les muere un hijo si usted no ha ex-
No tiene necesariamente que evitar refe- perimentado esa misma p érdida? Y aun si la ha
rirse al difunto: “Muchas personas ni siquiera experimentado, tenga en cuenta que no todo el
mencionaban el nombre de mi hijo Jimmy ni ha- mundo reacciona exactamente igual que usted.
blaban de él —recuerda una madre—. Debo ad- (Comp árese con Lamentaciones 1:12.) No obstan-
mitir que eso me dol ía un poco”. De modo que te, podr ía servir de cierta ayuda al doliente el que
no tie ne que c ambiar forz osame nte de te ma le explicara, si parece oportuno, c ómo se recuper ó
cada vez que se mencione usted. Una mujer que hab ía
el nombre del fallecido. Pre- perdido a su hija hall ó ali-
gunte a la persona si nece- Preguntas para meditar vio cuando otra madre cuya
sita hablar del ser querido. hija tambi én hab ía muerto
¿Por qu é ayuda al doliente
(Comp árese con Job 1:18, que se comparta su pena le cont ó c ómo hab ía vuelto
19 y 10:1.) Algunos dolien- escuch ándolo? a la vida normal. “La ma-
tes agradecen o ír hablar a ¿Qu é podemos hacer dre de la otra joven no ini-
los amigos de las cualida- para consolar a alguien ci ó su historia dici éndome:
que ha perdido a un ser querido?
des singulares por las que ‘S é c ómo te sientes’ —expli-
le ten ían cari ño al difunto. ¿Qu é debemos evitar decir o hacer c ó la primera mujer—. Se li-
al que est á de duelo?
(Comp árese con Hechos 9: mit ó a contarme c ómo le fue
36-39.) a ella y dej ó que yo sacara
No se precipite a decirles: ‘Es mejor que mis propias conclusiones.”
haya sido as í’: Tratar de ver algo positivo en la Para ayudar a un doliente deber á mostrar
muerte no siempre ‘conforta a las almas abatidas’ compasi ón, discernimiento y mucho amor. No es-
que est án de duelo. (1 Tesalonicenses 5:14.) Re- pere a que él acuda a usted. No se limite a decir:
cordando la muerte de su madre, una joven dijo: “Si hay algo que pueda hacer...”. Encuentre ese
“Otros me dec ían: ‘Ya ha dejado de sufrir’, o: ‘Por “algo” por s í mismo, y entonces, si es convenien-
lo menos est á en paz’. Pero eso no era lo que yo te, tome la iniciativa.
quer ía o ír”. Tales comentarios pueden dar a en- Todav ía quedan unas cuantas preguntas por
tender a los sobrevivientes que no deber ían es- responder: ¿En qu é consiste la esperanza b íblica
tar tristes o que la p érdida no fue significativa. de la resurrecci ón? ¿Qu é puede significar para us-
No obstante, es posible que est én muy acongo- ted y el ser querido que ha muerto? ¿C ómo pode-
jados porque echen mucho de menos al ser que- mos estar seguros de que es una esperanza confia-
rido. ble?
24 Cuando muere un ser querido
C ómo ayudar a los ni ños cuando se produce una muerte
“Yo... yo mismo soy Aquel que est á enviaron a Jes ús el aviso de que estaba enfermo.
consol ándolos.” (Isa ías 51:12.) En el momento en que L ázaro muri ó, Jes ús lo supo,
y quiso hacer algo al respecto. Cuando finalmente
“Como un hombre a quien su propia madre
lleg ó a Betania, ya hac ía cuatro d ías que su queri-
sigue consolando, as í yo mismo seguir é
do amigo hab ía perecido. (Juan 11:17, 39.) ¿Podr ía
consol ándolos a ustedes.” (Isa ías 66:13.)
devolver la vida a alguien que llevaba tanto tiem-
“ [Tu palabra] es mi consuelo en mi aflicci ón,
po muerto?
porque tu propio dicho me ha conservado vivo.
Al o ír que Jes ús llegaba, Marta, una mujer di-
Me he acordado de tus decisiones judiciales
desde tiempo indefinido, oh Jehová, y n ámica, sali ó corriendo a su encuentro. (Comp áre-
hallo consuelo para m í mismo. Sirva tu bondad se con Lucas 10:38-42.) Conmovido por su pena, Je-
amorosa, por favor, para consolarme, seg ún el s ús le asegur ó: “Tu hermano se levantar á”. Cuando
dicho tuyo a tu siervo.” (Salmo 119:50, 52, 76.) ella manifest ó su fe en una resurrecci ón futura, Je-
“Viene la hora en que todos los que est án s ús le dijo categ óricamente: “Yo soy la resurrecci ón
en las tumbas conmemorativas oir án su voz y y la vida. El que ejerce fe en m í, aunque muera, lle-
saldr án, los que hicieron cosas buenas a una gar á a vivir”. (Juan 11:20-25.)
resurrecci ón de vida.” (Juan 5:28, 29.) Cuando lleg ó a la tumba, Jes ús mand ó que reti-
raran la piedra que sellaba la entrada. A continua-
28 Cuando muere un ser querido
ci ón or ó en voz alta y clam ó: “ ¡L ázaro, sal! ”. (Juan El milagro de que L ázaro volviera a vivir sirvi ó
11:38-43.) para aumentar la fe de la gente en Jes ús y en la re-
Todas las miradas estaban fijas en la tumba. surrecci ón. (Juan 11:41, 42; 12:9-11, 17-19.) Tam-
De repente, de la oscuridad surgi ó una figura con bi én puso de manifiesto de forma conmovedora que
los pies y las manos atados con vendas y el rostro Jehov á y su Hijo desean resucitar a los muertos.
envuelto en un pa ño. “Des átenlo y d éjenlo ir”, or-
‘Dios sentirá anhelo’
den ó Jes ús. Cuando la última venda cay ó al sue- La reacci ón de Jes ús ante la muerte de L ázaro
lo, comprobaron que efectivamente era L ázaro, revela la gran ternura del Hijo de Dios. Los senti-
el hombre que llevaba cuatro d ías muerto. (Juan mientos profundos que mostr ó en aquella ocasi ón
11:44.) hacen patente que tiene un deseo intenso de devol-
¿Sucedió de verdad? ver la vida a los muertos. El relato b íblico lee: “Ma-
El relato de la resurrecci ón de L ázaro se presenta r ía, cuando lleg ó a donde Jes ús estaba y alcanz ó a
en el Evangelio de Juan como un hecho hist órico. Los verlo, cay ó a sus pies, y le dijo: ‘Se ñor, si t ú hubie-
detalles son demasiado v ívidos para que se trate de ras estado aqu í, mi hermano no habr ía muerto’. Je-
una mera alegor ía. Cuestionar su historicidad equi- s ús, pues, cuando la vio llorando, y a los jud íos que
vale a cuestionar todos los milagros de la Biblia, in- vinieron con ella llorando, gimi ó en el esp íritu y
cluida la resurrecci ón del propio Jesucristo. Y negar se perturb ó; y dijo: ‘ ¿D ónde lo han puesto? ’. Ellos
le dijeron: ‘Se ñor, ven y ve’. Jes ús cedi ó a las l ágri-
la resurrecci ón de Jes ús equivale a negar la fe cris-
mas. Por eso los jud íos empezaron a decir: ‘Mira,
tiana en su totalidad. (1 Corintios 15:13-15.)
¡cu ánto cari ño le ten ía! ’ ”. (Juan 11:32-36.)
En realidad, si usted acepta la existencia de Dios,
La compasi ón sincera de Jes ús se indica aqu í con
no deber ía costarle creer en la resurrecci ón. Se po-
tres expresiones: “gimi ó”, “se perturb ó” y “cedi ó a
dr ía ilustrar con el caso de un se ñor que graba en
las l ágrimas”. Las palabras que se usaron en el idio-
cinta de v ídeo su testamento para que, despu és de su
ma original al redactar esta conmovedora escena
muerte, sus familiares y amigos puedan verlo y es-
muestran que a Jes ús le afect ó tanto la muerte de
cucharlo explicar por s í mismo c ómo se debe dispo-
su querido amigo L ázaro y ver a la hermana de este
ner de su fortuna. Hace cien a ños, esta posibilidad
llorando que no pudo contener las l ágrimas.1
era inconcebible. Y aun hoy para algunas personas
Lo m ás destacado es que, aunque ya hab ía resu-
que viven en zonas remotas del globo, la t écnica
citado a otras dos personas y se propon ía hacer lo
de la grabaci ón en v ídeo resulta tan incomprensi-
ble que les parece milagrosa. Pues bien, si los hom- 1 La palabra griega traducida “gimi ó” es una forma de un ver-
bo (em·bri·m á·o·mai) que significa estar dolorosa o profunda-
bres pueden reproducir las im ágenes y sonidos de mente conmovido. Un escriturario comenta: “El único sentido
que puede tener ac á es que Jes ús se sinti ó invadido por una emo-
una escena como la antes mencionada aplicando
ci ón tan intensa que arranc ó de su coraz ón un quejido involun-
los principios cient íficos establecidos por el Crea- tario”. El t érmino que se vierte “perturb ó” es una forma de un
verbo griego (ta·r ás·so) que denota agitaci ón. Seg ún un lexic ó-
dor, ¿no deber ía él poder hacer mucho m ás que eso? grafo, significa “causar conmoci ón interna, [...] afectar con gran
¿No es l ógico que el que cre ó la vida sea capaz de dolor o pena”. La expresi ón “cedi ó a las l ágrimas” se traduce de
un verbo griego (da·kr ý·o) que comunica la idea de “derramar
recrearla? l ágrimas, llorar en silencio”.