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Cuando

muere
un ser
querido
¿Se le ha muerto algún ser querido?
¿Todavía llora su pérdida?
¿Necesita ayuda
para sobrellevar el dolor?
¿Hay alguna esperanza
para los muertos?
Si así es, ¿en qué consiste?
¿Cómo podemos estar seguros
de que es real?

En este folleto se dan respuestas consoladoras


tomadas de la Biblia a estas preguntas.
Le invitamos a leerlo cuidadosamente.

“¡No puede ser!”


PÁGINA 3
¿Es normal sentirse así?
PÁGINA 7
¿Cómo puedo sobrellevar el dolor?
PÁGINA 14
Cómo ayudar al doliente
PÁGINA 20
Una esperanza segura para los muertos
PÁGINA 26

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A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se han tomado
de la versión en lenguaje moderno Traducción del Nuevo Mundo
de las Santas Escrituras (con referencias).
Cuando muere un ser querido
When Someone You Love Dies
Impresión de octubre de 2014
Spanish (we-S)
5 1994, 2000, 2005
Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
Editores
Watchtower Bible and Tract Society of
New York, Inc., Wallkill, New York, U.S.A.
´
Testigos Cristianos de Jehova
´
Ctra. Torrejon-Ajalvir, km. 5
28864 Ajalvir (Madrid)
Made in Spain
˜
Hecho en Espana
“¡No puede ser!”
U N SE ÑOR de Nueva York (E.U.A.) relata: “Mi
hijo Jonathan estaba visitando a unos amigos
que viv ían a unos cuantos kil ómetros de casa.
A mi esposa, Valentina, no le agradaba que fuera a aquel lugar.
Siempre se preocupaba por el tr áfico. Pero a él le encantaba la
electr ónica, y sus amigos ten ían un taller donde pod ía hacer
pr ácticas. Yo me encontraba en casa, en
el oeste de Manhattan, y mi esposa esta-
ba en Puerto Rico visitando a su familia.
‘Jonathan debe estar a punto de llegar’,
pens é. En ese momento son ó el timbre
de la puerta. ‘Seguro que es él’, me dije.
Pero, no; era la polic ía y unos param é-
dicos. ‘ ¿Reconoce usted este permiso de
conducci ón? ’, pregunt ó el agente de poli-
c ía. ‘S í, es el de mi hijo Jonathan.’ ‘Tenemos malas noticias para
usted. Ha habido un accidente y... su hijo..., su hijo ha muerto.’
Mi reacci ón inmediata fue decir: ‘ ¡No puede ser! ’. Aquel espanto-
so suceso abri ó una herida en nuestro coraz ón que todav ía no se
ha curado, aunque ya han pasado varios a ños”.
‘Tenemos malas noticias para usted. Ha habido
un accidente y... su hijo..., su hijo ha muerto.’
Un padre de familia de Barcelona (Espa ña) es- Una hemorragia cerebral hab ía acabado con su
cribe: “ Éramos una familia feliz de la Espa ña de vida.
los a ños sesenta: Mar ía —mi esposa—, nuestros ”Paquito muri ó hace m ás de treinta a ños, pero
tres hijos —David, Paquito e Isabel, de 13, 11 y el profundo dolor de aquella p érdida sigue afec-
9 a ños respectivamente— y yo. t ándonos hasta este d ía. Cuando los padres pier-
”Un d ía del mes de marzo de 1963, Paquito vino den a un hijo, siempre sienten que han perdido
de la escuela quej ándose de un fuerte dolor de una parte de s í mismos, sin importar cu ánto tiem-
cabeza. Est ábamos desconcertados porque no sa- po haya transcurrido o cu ántos hijos m ás tengan.”
b íamos cu ál podr ía ser la causa; pero pronto lo Estos dos casos de padres que perdieron a un
supimos. Tres horas m ás tarde, estaba muerto. hijo ilustran lo honda y duradera que es la herida
4 Cuando muere un ser querido
cuando sobreviene tal desgracia. Un m édico escri- “ ¡No puede ser! No lo puedo creer”. A esta reacci ón
bi ó acertadamente: “La muerte de un ni ño suele con frecuencia le siguen otras, como veremos m ás
ser m ás tr ágica y traum ática que la de un adulto, adelante. (1 Corintios 15:25, 26.)
porque un ni ño es la última persona de la familia No obstante, antes de analizar los sentimientos
que se espera ver morir. [...] El fallecimiento de de aflicci ón, contestemos algunas preguntas im-
cualquier ni ño representa la p érdida de futuros portantes. ¿Significa la muerte el fin de la per-
sue ños, parientes [hijos pol íticos y nietos] y expe- sona? ¿Hay alguna posibilidad de volver a ver a
riencias [...] de los que a ún no se ha disfruta- nuestros seres queridos?
do”. La mujer que sufre un aborto espont áneo pue-
Existe una esperanza real
de experimentar el mismo sentimiento de p érdida
El escritor b íblico Pablo hizo concebir esperan-
profunda.
zas de que se eliminar á a este “ último enemigo”,
Una mujer que enviud ó cuenta lo siguiente: “Mi
la muerte, cuando escribi ó: “La muerte ha de ser
esposo, Russell, fue asistente m édico en la zona del
reducida a nada”. “El último enemigo en ser des-
Pac ífico durante la II Guerra Mundial. Presenci ó
truido ser á la Muerte.” (1 Corintios 15:26, Biblia
terribles batallas, y sobrevivi ó a todas ellas. Lue-
de Jerusal én.) ¿Por qu é estaba Pablo tan segu-
go regres ó a Estados Unidos, donde llev ó una vida
ro de que ser ía as í? Porque a él le hab ía instrui-
m ás tranquila. Posteriormente empez ó a servir de
do alguien que hab ía sido levantado de entre los
ministro de la Palabra de Dios. Despu és de cumplir
muertos, a saber, Jesucristo. (Hechos 9:3-19.) Por
60 a ños manifest ó los s íntomas de una afecci ón eso tambi én escribi ó: “Dado que la muerte es me-
card íaca. Se esforz ó por llevar una vida activa, diante un hombre [Ad án], la resurrecci ón de los
pero, finalmente, un d ía de julio de 1988 sufri ó un muertos tambi én es mediante un hombre [Jesu-
fuerte ataque card íaco y muri ó. Su p érdida me cristo]. Porque as í como en Ad án todos est án mu-
dej ó desolada. Ni siquiera pude despedirme de él. riendo, as í tambi én en el Cristo todos ser án vivi-
Russell no era simplemente mi esposo. Era mi me- ficados”. (1 Corintios 15:21, 22.)
jor amigo. Hab íamos compartido cuarenta a ños de Jes ús se conmovi ó mucho cuando se encontr ó
nuestras vidas. Parec ía que a partir de ese momen- con una viuda de Na ín y vio a su hijo muerto. El re-
to me iba a ver sumida en una terrible soledad”. lato b íblico nos dice: “Al acercarse [Jes ús] a la
Estos son solo unos cuantos ejemplos de los mi- puerta de la ciudad [Na ín], pues ¡mira!, sacaban a
les de tragedias que acaecen diariamente a las fa- un muerto, el hijo unig énito de su madre. Ade-
milias por todo el mundo. La mayor ía de las per- m ás, ella era viuda. Tambi én estaba con ella una
sonas que han perdido a un ser querido le dir án muchedumbre bastante numerosa de la ciudad.
que cuando muere un hijo, el c ónyuge, el padre, la Y cuando el Se ñor alcanz ó a verla, se enterneci ó
madre o un amigo, se siente que la muerte es ver- por ella, y le dijo: ‘Deja de llorar’. En seguida se
daderamente “el último enemigo”, como dijo el es- acerc ó y toc ó el f éretro, y los que lo llevaban se
critor cristiano Pablo. La primera reacci ón natu- detuvieron, y él dijo: ‘Joven, yo te digo: ¡Lev ánta-
ral a la aterradora noticia suele ser de negaci ón: te! ’. Y el muerto se incorpor ó y comenz ó a hablar,
Cuando muere un ser querido 5
y él lo dio a su madre. Entonces el temor se apo- convicci ón: “Bendito sea el Dios y Padre de nues-
der ó de todos, y se pusieron a glorificar a Dios, di- tro Se ñor Jesucristo, porque, seg ún su gran mise-
ciendo: ‘Un gran profeta ha sido levantado entre ricordia, nos dio un nuevo nacimiento a una espe-
nosotros’, y: ‘Dios ha dirigido su atenci ón a su pue- ranza viva mediante la resurrecci ón de Jesucristo
blo’ ”. Note que Jes ús se compadeci ó tanto de la de entre los muertos”. (1 Pedro 1:3.)
viuda que resucit ó a su hijo. ¡Piense en lo que ese El ap óstol Pablo expres ó su esperanza segura
suceso presagia! (Lucas 7:12-16.) con las siguientes palabras: “Creo todas las cosas
Aquella resurrecci ón, de la que hubo testigos expuestas en la Ley y escritas en los Profetas; y
presenciales, fue memorable. Sirvi ó de garant ía de tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que
la resurrecci ón que Jes ús hab ía predicho antes, estos mismos tambi én abrigan, de que va a haber
un regreso a la vida en la resurrecci ón as í de justos
Tierra bajo “un nuevo cie- como de injustos”. (Hechos
lo”. En aquella ocasi ón Jes ús Preguntas para meditar 24:14, 15.)
hab ía dicho: “No se maravi- As í pues, millones de per-
¿Qu é reacci ón natural se produce
llen de esto, porque viene la cuando muere un ser querido? sonas pueden tener la firme
hora en que todos los que ¿Qu é hizo Jes ús esperanza de volver a ver
est án en las tumbas con- por una viuda de Na ín? con vida a sus seres ama-
memorativas oir án su voz y ¿Qu é promesa dio Jes ús dos en la Tierra, pero en cir-
respecto a los muertos?
saldr án”. (Revelaci ón [Apo- cunstancias muy diferentes.
¿Por qu é estaban seguros
calipsis] 21:1, 3, 4; Juan 5: Pedro y Pablo de que habr ía ¿Qu é circunstancias ser án
28, 29; 2 Pedro 3:13.) una resurrecci ón? esas? En la última secci ón
Pedro y algunos de los ¿Qu é preguntas del folleto, titulada “Una es-
merecen respuesta?
doce hombres que acompa- peranza segura para los
ñaban a Jes ús en sus viajes muertos”, se tratar á m ás a
tambi én presenciaron varias resurrecciones. In- fondo la esperanza que da la Biblia para los seres
cluso escucharon al resucitado Jes ús hablar a ori- queridos que hemos perdido.
llas del mar de Galilea. El relato nos informa: “Je- Pero primero respondamos a las preguntas que
s ús les dijo: ‘Vengan, desay únense’. Ninguno de los usted posiblemente tenga si est á afligido por la
disc ípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: ‘T ú, muerte de un ser querido: ¿Es normal sentir tanto
¿qui én eres? ’, porque sab ían que era el Se ñor. Je- dolor? ¿C ómo puedo sobrellevarlo? ¿C ómo pueden
s ús se acerc ó y tom ó el pan y se lo dio, y as í mis- ayudarme los dem ás? ¿Qu é puedo hacer para ayu-
mo el pescado. Esta fue ya la tercera vez que Jes ús dar a los que est án desolados? Y sobre todo, ¿qu é
se apareci ó a los disc ípulos despu és de haber sido esperanza segura para los muertos contiene la Bi-
levantado de entre los muertos”. (Juan 21:12-14.) blia? ¿Volver é a ver alguna vez a mis seres queri-
En consecuencia, Pedro pudo escribir con total dos? Y si as í es, ¿d ónde?
6 Cuando muere un ser querido
¿Es normal
sentirse así?

U N HOMBRE que estaba de duelo escribi ó: “Como me cri é en Inglaterra, me


ense ñaron a no exteriorizar mis sentimientos. A ún me parece o ír a mi padre,
un ex militar, dici éndome con los dientes apretados: ‘¡No llores!’, cuando algo me
produc ía dolor. No recuerdo si alguna vez mi ma- cuando su hijo Amn ón fue asesinado y ‘llor ó con
dre nos bes ó o abraz ó a mis tres hermanos y a m í. un llanto sumamente grande’. (2 Samuel 13:28-
Cuando ten ía 56 a ños, vi morir a mi padre. Aun- 39.) Llor ó incluso la muerte de su traicionero hijo
que sent í una pena inmensa, al principio fui inca- Absal ón, que hab ía intentado usurpar el trono.
paz de llorar”. El relato b íblico nos indica: “Entonces el rey [Da-
Hay culturas en las que los individuos expresan vid] se perturb ó y subi ó a la c ámara del techo so-
sus sentimientos abiertamente. Los dem ás saben bre el paso de entrada y se puso a llorar; y esto de-
si se sienten contentos o tristes. Pero en otras par- c ía al andar: ‘ ¡Hijo m ío, Absal ón, hijo m ío, hijo
tes del mundo, especialmente en el norte de Euro- m ío, Absal ón! ¡Oh, que yo pudiera haber muerto,
pa y en Gran Breta ña, se ha educado a la gente, yo mismo, en lugar de ti, Absal ón, hijo m ío, hijo
sobre todo a los hombres, para que oculten sus m ío! ’ ”. (2 Samuel 18:33.) David manifest ó su do-
sentimientos, para que repriman sus emociones y lor como cualquier otro padre. ¡Cu ántas veces han
no se inmuten ante nada. No obstante, ¿tiene algo deseado los padres haber muerto ellos en lugar de
de malo expresar el dolor cuando se sufre la p ér-
sus hijos! Parece tan anormal que un hijo fallezca
dida de un ser querido? ¿Qu é dice la Biblia al res-
antes que sus padres.
pecto?
¿C ómo reaccion ó Jes ús ante la muerte de su
Personajes bíblicos que lloraron amigo L ázaro? Al acercarse a su tumba, llor ó.
La Biblia fue escrita por hebreos del Mediterr á- (Juan 11:30-38.) Mar ía Magdalena tambi én llor ó
neo oriental, quienes eran un pueblo expresivo. cuando se aproximaba al sepulcro de Jes ús. (Juan
En sus p áginas se encuentran muchos casos de 20:11-16.) Es cierto que el cristiano que entiende
personas que manifestaron p úblicamente su aflic- la esperanza b íblica de la resurrecci ón no llora
ci ón. El rey David, por ejemplo, qued ó desolado inconsolablemente, como lo hacen algunos que
Cuando muere un ser querido 7
no poseen un fundamento b íblico claro para sus timientos? ¿Qu é recomiendan los especialistas?
creencias con respecto a la condici ón de los muer- En muchas ocasiones, sus opiniones modernas son
tos. Pero, como todo ser humano con sentimientos un mero reflejo de la sabidur ía antigua inspirada
normales, el verdadero cristiano, pese a tener la de la Biblia. Dicen que debemos expresar el dolor
esperanza de la resurrecci ón, llora la p érdida de en vez de reprimirlo. Esto nos recuerda a hom-
cualquier persona querida. (1 Tesalonicenses 4: bres fieles de la antig üedad, como Job, David y Je-
13, 14.) rem ías, cuyas expresiones de dolor aparecen en
la Biblia. Ellos no reprimieron sus sentimientos.
Llorar o no llorar Por consiguiente, no es sensato aislarse de los de-
¿C ómo reacciona la gente hoy en d ía? ¿Le cues- m ás. (Proverbios 18:1.) Debe tenerse en cuenta,
ta o le da verg üenza a usted exteriorizar sus sen- sin embargo, que el duelo se expresa de diferentes

Es normal sentir dolor y llorar cuando muere un ser querido

8 Cuando muere un ser querido


formas seg ún la cultura y las creencias religiosas
predominantes.1 El proceso de la aflicci ón
¿Qu é puede hacer si tiene ganas de llorar? Llo-
rar es humano. Recuerde de nuevo que cuando L á-
zaro muri ó, Jes ús “gimi ó en el esp íritu y [...] cedi ó L a palabra “proceso” no implica que la aflicci ón
siga un patr ón o programa fijo. Sus reacciones
pueden traslaparse y variar en duraci ón,
a las l ágrimas”. (Juan 11:33, 35.) De este modo
dependiendo del individuo. Esta lista no est á
prob ó que el llanto es una reacci ón normal ante completa, pues pueden aparecer otras reacciones.
la muerte de un ser amado. A continuaci ón se presentan algunos de los
El caso de Anne —cuyo beb é, Rachel, falleci ó s íntomas de aflicci ón que se pueden experimentar.
del s índrome de muerte infantil s úbita— corrobo- Primeras reacciones: conmoci ón inicial;
ra lo anterior. Su esposo coment ó: “Lo sorpren- incredulidad, negaci ón; aturdimiento;
sentimientos de culpa; ira.
dente fue que ni Anne ni yo lloramos en el en-
Fase de aflicci ón aguda: p érdida de memoria e
tierro, aunque todos los dem ás estaban llorando”.
insomnio; cansancio extremo; cambios repentinos
A esto, Anne replic ó: “S í, pero yo he llorado mucho del estado de ánimo; dificultades para juzgar y
por ambos. Creo que su muerte me afect ó de modo pensar; ataques de llanto; trastornos del apetito,
especial unas cuantas semanas despu és de la tra- con la consiguiente p érdida o aumento de peso;
gedia, cuando por fin un d ía me encontr é sola en diversos s íntomas de alteraciones de la salud;
letargo; disminuci ón de la capacidad laboral;
casa. Me pas é todo el d ía llorando. Pero creo que
alucinaciones (sentir, ver u o ír al difunto); en caso
eso me ayud ó. Me sent í mejor. Ten ía que llorar la
de p érdida de un hijo, resentimiento irracional
muerte de mi hija. Creo sinceramente que se debe hacia el c ónyuge.
dejar a las personas dolientes que lloren. Aunque Fase de estabilizaci ón: tristeza acompa ñada de
decir ‘no llores’ es una reacci ón natural de los de- nostalgia; recuerdos m ás gratos del fallecido,
m ás, en realidad no ayuda en nada”. incluso con ciertos matices humor ísticos.

La reacción de algunos
¿C ómo han reaccionado algunas personas al su- que ser hospitalizada debido a un accidente au-
frir la p érdida de un ser querido? Pongamos por tomovil ístico. Anteriormente hab ía tenido cinco
caso a Juanita, quien sabe lo que significa perder a abortos, as í que es comprensible que estuviera
un beb é. Juanita estaba embarazada cuando tuvo preocupada. A las dos semanas se puso de parto
1 Por ejemplo, una creencia tradicional de los yoruba, pueblo prematuramente. Poco despu és naci ó la peque ña
nigeriano, es la reencarnaci ón del alma. Por lo tanto, cuando Vanessa, con un peso de apenas 900 gramos. “ ¡Es-
una mujer pierde a un hijo, siente un gran dolor, pero no por mu-
cho tiempo, pues, como dice un refr án yoruba, “Es el agua lo que taba tan emocionada! —recuerda Juanita—. ¡Por
se ha derramado, pero el calabacino no est á roto”. Seg ún los yo-
fin era madre!”
ruba, esto significa que la madre —el calabacino que contiene el
agua— puede tener otro hijo, que pudiera ser una reencarnaci ón Pero su felicidad fue ef ímera. Vanessa muri ó a
del fallecido. Los testigos de Jehov á no siguen las tradiciones
basadas en supersticiones provenientes de conceptos err óneos los cuatro d ías de su nacimiento. “Sent í un gran
como el de la inmortalidad del alma y la reencarnaci ón, ambos vac ío —dice Juanita—. Hab ía dejado de ser ma-
carentes de apoyo b íblico. (Eclesiast és 9:5, 10; Ezequiel 18:4,
20.) dre. Me sent ía incompleta. Fue doloroso volver a
Cuando muere un ser querido 9
Aborto espont áneo y nacimiento de un ni ño muerto: el dolor de la madre

A unque ya ten ía otros ni ños, Monna esperaba con gran


ilusi ón el nacimiento de su pr óxima hija. Incluso an-
tes de nacer, “jugaba con ella, le hablaba y so ñaba con
desarroll ó hasta el noveno mes y lleg ó a pesar seis kilo-
gramos. Lo llev ó muerto dentro de s í durante las dos últi-
mas semanas. Ella dijo: “Dar a luz un ni ño muerto es un
ella”. verdadero trauma para una madre”.
Los lazos entre ella y su futuro beb é eran cada vez m ás Las reacciones de estas madres frustradas no siempre
fuertes. Monna contin úa diciendo: “Rachel Anne me daba son comprendidas, ni siquiera por otras mujeres. Una
pataditas que hac ían que se cayera el libro que yo ten ía mujer que tuvo un aborto espont áneo escribi ó: “He apren-
apoyado sobre el vientre; me manten ía despierta por la dido de la forma m ás dolorosa posible que antes de que
noche. Todav ía recuerdo sus primeras pataditas; eran esto me ocurriera a m í, no ten ía la menor idea de lo que
como toquecitos suaves y cari ñosos. Cada vez que se mo- tuvieron que sufrir mis amigas. Las trat é con tanta insen-
v ía, me llenaba de ternura. La conoc ía tan bien que sab ía sibilidad e ignorancia como creo que ahora otros me tra-
cu ándo sent ía dolor y cu ándo estaba enferma”. tan a m í”.
Monna prosigue su relato: “El doctor no me crey ó hasta Otro problema que se le puede presentar a la madre do-
que fue demasiado tarde. Me dec ía que dejara de preocu- liente es pensar que su esposo no siente la p érdida como
parme. Creo que percib í el momento en que muri ó. De re- ella. Una esposa lo expres ó as í: “En aquellos momentos,
pente, dio una vuelta brusca. Al d ía siguiente estaba mi esposo me decepcion ó por completo. Para él, era como
muerta”. si yo nunca hubiera estado embarazada. No pod ía experi-
La experiencia de Monna no es un caso aislado. Seg ún mentar el dolor que yo sent ía. Supo compartir mis temo-
el libro Surviving Pregnancy Loss (C ómo superar res, pero no mi dolor”.
un aborto espont áneo), de las escritoras Friedman Esta reacci ón probablemente sea natural en un
y Gradstein, tan solo en Estados Unidos alrededor esposo, pues a él no le unen los mismos lazos f í-
de un mill ón de mujeres al a ño tienen un embara- sicos y emocionales con el feto que unen a la
zo malogrado. La cifra mundial, l ógicamente, madre. No obstante, él tambi én sufre una
es mucho mayor. p érdida. Y es fundamental que
Por lo general, la gente no se da ambos comprendan que est án
cuenta de que tener un aborto es- sufriendo juntos, aunque de dife-
pont áneo o dar a luz un beb é rente manera. Deben compartir
muerto es una tragedia que una su pena. Si el esposo oculta su
mujer probablemente no olvida- dolor, la esposa pudiera pensar
r á por el resto de su vida. Por que es insensible. Por lo tanto,
ejemplo: Ver ónica, que ahora es lloren juntos, abr ácense y d í-
una mujer entrada en a ños, re- ganse lo que piensan. Mu éstren-
cuerda los abortos que tuvo y, se que se necesitan el uno al otro
especialmente, el beb é que le como nunca antes. Esposos, ac-
naci ó muerto, aunque se t úen con empat ía.

10 Cuando muere un ser querido


casa y ver la habitaci ón que hab íamos preparado
para Vanessa y las camisetas que yo le hab ía com-
prado. Por los siguientes dos meses no hac ía m ás
que revivir el d ía de su nacimiento. No quer ía ver
a nadie.”
¿Fue una reacci ón extrema? Aunque resulte di-
f ícil de entender, los que han pasado por la misma
situaci ón que Juanita explican que sufrieron tanto
por la muerte de su beb é como lo hubieran hecho
por la de alguien que hubiera vivido m ás tiempo.
Seg ún ellos, mucho antes de que nazca un ni ño, los
padres ya lo aman. Entre el beb é y la madre se crea
un v ínculo especial. Cuando el beb é muere, la ma-
dre siente que se pierde a una persona real. Y eso
es precisamente lo que los dem ás deben entender.

Cómo pueden afectarle


los sentimientos de ira y de culpa
Otra madre describi ó as í sus sentimientos al
saber que su hijo de 6 a ños de edad hab ía muer-
to s úbitamente a causa de un problema card íaco
cong énito: “Pas é por una serie de reacciones: atur-
dimiento, incredulidad, culpabilidad e indigna- La pérdida de un hijo es un trauma
ci ón contra mi esposo y el m édico por no darse terrible; las muestras sinceras
de condolencia y empatía pueden
cuenta de la gravedad de su estado”. ayudar a los padres
La ira puede ser otro s íntoma de la aflicci ón.
Puede descargarse sobre los m édicos y enferme-
ras, por creer que no hicieron todo lo que pudie- Hay quienes se sienten culpables por su indig-
ron por el difunto, o sobre amigos y familiares que naci ón, es decir, que se condenan a s í mismos por
aparentemente dicen o hacen cosas que no debie- estar enojados. Otros se culpan de la muerte de su
ran. Algunos se enfadan con el que ha fallecido ser querido. “No hubiera muerto —se dicen a s í
por no haber cuidado su salud. Stella cuenta: “Re- mismos convencidos— si yo le hubiera presiona-
cuerdo que me indign é con mi esposo porque yo do para que fuera antes al m édico” o “para que
sab ía que las cosas podr ían haber resultado de consultara a otro m édico” o “para que se cuidara
otra manera. Él hab ía estado muy enfermo, pero mejor”.
no hab ía hecho caso de las advertencias de los m é- En el caso de otras personas, el sentimiento
dicos”. Y a veces el enojo con el difunto se debe de culpabilidad es a ún m ás extremo, sobre todo
a las cargas que su muerte impone. si el ser amado muri ó de manera repentina e
Cuando muere un ser querido 11
inesperada. Empiezan a recordar las ocasiones en vida muy activa juntos. Puede significar el fin de
que se enfadaron con el fallecido o discutieron todo un estilo de vida en com ún, de viajes y de su
con él. O tal vez piensen que no se portaron todo trabajo, entretenimiento e interdependencia.
lo bien que deb ían con él. Eunice explica lo que sucedi ó cuando su esposo
El largo proceso de la aflicci ón de muchas ma- falleci ó repentinamente de un ataque card íaco:
dres confirma la opini ón de muchos entendidos “Durante la primera semana pas é por una fase de
seg ún la cual la p érdida de un hijo deja un vac ío
insensibilidad; era como si hubiera dejado de fun-
imposible de llenar en los padres, particularmen-
cionar. Perd í incluso el olfato y el gusto. Mi senti-
te en la madre.
do de la l ógica, en cambio, sigui ó funcionando.
La pérdida del cónyuge Puesto que hab ía permanecido junto a mi esposo
La p érdida del c ónyuge constituye otro tipo mientras trataban de estabilizarlo mediante resu-
de trauma, especialmente si ambos llevaban una citaci ón cardiopulmonar y medicaci ón, no sufr í

El s índrome de muerte infantil s úbita: c ómo soportar el dolor

L a muerte repentina de un ni ño representa una gran


tragedia. Un d ía, un beb é aparentemente normal
y sano no se despierta de su sue ño. Es un suceso to-
¿D ónde se encontraba en ese momento? Es necesario
aclarar estas dudas atormentadoras a fin de evitar
tensiones en el matrimonio.
talmente inesperado, pues ¿qui én iba a imaginarse La tragedia se debi ó a circunstancias imprevistas e
que un ni ño muriera antes que sus padres? El beb é en imprevisibles. La Biblia afirma: “Regres é para ver,
el que la madre centraba su amor infinito, de repente bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los
se convierte en objeto de su dolor infinito. poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el
A los padres les empiezan a embargar sentimien- alimento, ni tienen los entendidos tampoco las rique-
tos de culpa. Se sienten responsables de la muerte, zas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el fa-
como si esta se hubiera debido a negligencia de su vor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les
parte. Se preguntan a s í mismos: ‘¿Qu é podr íamos ha- acaecen a todos”. (Eclesiast és 9:11.)
ber hecho para evitarla? ’.1 En algunos casos, el espo- ¿C ómo se puede ayudar a la familia que ha perdido
so incluso culpa inconscientemente a su esposa sin a un beb é? Una madre doliente respondi ó: “Una ami-
ning ún fundamento. Cuando se fue a trabajar, el ga vino y me limpi ó la casa sin que se lo pidiera.
beb é estaba vivo y sano. Cuando regres ó, supo que Otros nos prepararon comidas. Algunos me ayudaron
hab ía muerto en la cuna. ¿Qu é estaba haciendo ella? simplemente d ándome un abrazo, sin decir nada,
solo un abrazo. No quer ía hablar de ello. No quer ía
1 El s índrome de muerte infantil s úbita, que por lo general se
da en ni ños de uno a seis meses, se refiere a la muerte repentina explicar una y otra vez lo que hab ía sucedido. No es-
de un beb é sano sin ninguna causa que la explique. Se cree que taba para preguntas curiosas que me daban a enten-
en algunos casos se podr ía evitar acostando al beb é boca arriba
o de costado, en vez de boca abajo. No obstante, ninguna pos-
der que hab ía fallado en algo. Yo era la madre; hu-
tura evitar á todo caso de muerte s úbita. biera hecho cualquier cosa por salvar a mi ni ña”.

12 Cuando muere un ser querido


los s íntomas habituales de rechazo de la reali- suficiente. Perd ónelos y olv ídese de ello. Si inten-
dad. No obstante, me sent ía sumamente frustra- ta encajar a la fuerza en un molde creado por
da, como si estuviera viendo un autom óvil caerse otras personas o por la sociedad en general, retar-
por un precipicio sin poder hacer nada para evi- dar á su recuperaci ón emocional”.
tarlo”. Evidentemente, no todo el mundo sobrelleva
¿Llor ó? “Naturalme nte , su pesar de la misma forma.
sobre todo cuando le í los No estamos sugiriendo que
cientos de tarjetas de con- Preguntas para meditar un modo particular sea ne-
dolencia que hab ía recibido. cesariamente mejor que
¿C ómo influye la cultura
Llor é con cada una de ellas. de algunas personas en la manera otro para toda persona. Sin
de mostrar su pesar? embargo, la situaci ón ser ía
Eso me ayud ó a afrontar
el resto del d ía. Pero nada ¿Qu é ejemplos tenemos en la Biblia alarmante si se produjera
de gente que expres ó abiertamente
me ayudaba cuando me pre- su aflicci ón? un estancamiento, si la per-
guntaban una y otra ve z sona apesadumbrada fue-
¿C ómo han reaccionado algunos
c ómo me sent ía. Obviamen- al perder a un ser querido? ra incapaz de resignarse a
¿C ómo ha reaccionado usted
te, me sent ía desdichada.” en circunstancias similares? la realidad. En tal caso, ne-
cesitar ía la ayuda de ami-
¿Qu é ayud ó a Eunice a ¿Por qu é es la p érdida del c ónyuge
una experiencia singular? gos compasivos. La Biblia
soportar su pena? “De ma-
¿C ómo funciona el proceso de la aflicci ón? dice: “Un compa ñero ver-
nera inconsciente tom é la ¿Es malo sentirse apenado? dadero ama en todo tiem-
decisi ón de seguir adelante
¿Qu é s íntomas presenta el proceso po, y es un hermano nacido
con mi vida —dice—. Pero de la aflicci ón? (V éase el recuadro
de la p ágina 9.) para cuando hay angustia”.
todav ía me duele recordar
¿Qu é circunstancias especiales afectan a Por lo tanto, no tenga mie-
que mi esposo, que tanto
los padres cuando un hijo suyo fallece do de pedir ayuda ni de ha-
amaba la vida, no est á aqu í del s índrome de muerte s úbita?
(V éase el recuadro de blar ni de llorar. (Prover-
para disfrutarla.” la p ágina 12.) bios 17:17.)
¿C ómo afecta a muchas madres Cuando se pierde a un ser
“No deje que otros un aborto espont áneo o el nacimiento
le manden...” de un ni ño muerto? (V éase el recuadro querido, es normal sentir-
Los autores del libro de la p ágina 10.) se afligido, y no tiene nada
Leavetaking—When and de malo exteriorizarlo. Pero
How to Say Goodbye (La despedida: cu ándo y hay otras preguntas que requieren una respuesta:
c ómo despedirse) aconsejan: “No deje que otros le ‘ ¿C ómo puedo sobrellevar el dolor? ¿Es normal te-
manden c ómo debe actuar o sentirse. El proceso ner sentimientos de culpa y de ira? ¿C ómo puedo
de la aflicci ón difiere de persona a persona. A los dominarlos? ¿Qu é puede ayudarme a superar la
dem ás les puede parecer —y quiz ás se lo digan— p érdida y el pesar? ’. En la siguiente secci ón se
que est á demasiado apenado o que no lo est á lo contestar án estas y otras preguntas.

Cuando muere un ser querido 13


¿Cómo puedo
sobrellevar el dolor?

“M E SENT ÍA obligado a reprimir mis sentimientos”, dice Mike al recordar la


muerte de su padre. Mike cre ía que inhibir el dolor era propio de los hom-
bres. Pero posteriormente se dio cuenta de su error. As í que cuando un amigo
suyo perdi ó a su abuelo, sab ía lo que deb ía hacer. sentimientos puede aliviar la tensi ón que se sien-
“Hace un par de a ños —cuenta— le hubiera dado te. La expresi ón natural de las emociones, acom-
unas palmadas en el hombro y le hubiera dicho: pa ñada de comprensi ón y de informaci ón precisa,
‘P órtate como un hombre’. Pero en esta ocasi ón, lo le permitir á ver sus sentimientos desde una pers-
tom é del brazo y le dije: ‘Exterioriza tus sentimien- pectiva correcta.
tos. Te ayudar á a sobreponerte. Si quieres que me Obviamente, no todo el mundo expresa el dolor
vaya, me voy. Y si quieres que me quede, me quedo. de la misma forma. Y factores tales como si la
Pero no tengas miedo de manifestar lo que sien- muerte de la persona querida se produjo repentina-
tes’ .” mente o tras una larga enfermedad, podr ían influir
MaryAnne tambi én se consideraba obligada a en la reacci ón emocional de los sobrevivientes. Con
contener sus emociones cuando falleci ó su esposo. todo, lo que parece seguro es que reprimir los sen-

“Estaba tan preocupada por dar un buen ejemplo a timientos puede perjudicar tanto f ísica como emo-
cionalmente. Es mucho m ás saludable desahogar
los dem ás —recuerda—, que refrenaba mis senti-
la pena. ¿De qu é forma? Las Escrituras contienen
mientos normales. Pero con el tiempo comprend í
consejos pr ácticos.
que tratando de ser fuerte como una roca ante
otros, no me estaba ayudando a m í misma. Co- Cómo aliviar la pena
menc é a analizar mi situaci ón y a decirme: ‘Si tie- Una forma de desahogarse es hablando. Des-
nes ganas de llorar, llora. No te hagas la fuerte. pu és de perder a sus diez hijos y de sufrir otras
Desah ógate’.” cuantas desgracias personales, el antiguo patriarca
De modo que la recomendaci ón de Mike y Mary- Job dijo: “Mi alma ciertamente siente asco para con
Anne es: Manifieste su dolor. Y tienen raz ón, por- mi vida. Ciertamente dar é salida a [en hebreo, “sol-
que hacerlo sirve de desahogo. Dar libre curso a los tar é”] mi preocupaci ón acerca de m í mismo. ¡Ha-
14 Cuando muere un ser querido
blar é, s í, en la amargura de mi alma! ”. (Job 1:2, muel 1:17-27; 2 Cr ónicas 35:25.) Hay personas a
18, 19; 10:1.) Job no pod ía contener su preocupa- las que, como a David, les resulta m ás f ácil expre-
ci ón por m ás tiempo. Ten ía que darle rienda suelta; sarse por escrito. Cierta viuda dijo que ella escrib ía
ten ía que ‘hablar’. El dramaturgo ingl és William lo que sent ía y varios d ías despu és lo le ía. Este m é-
Shakespeare escribi ó algo parecido en Macbeth: todo le result ó útil para desahogarse.
“Dad palabras al dolor. La desgracia que no habla, Comunicar sus sentimientos de palabra o por
murmura en el fondo del coraz ón, que no puede escrito contribuir á a mitigar su dolor. Tambi én
m ás, hasta que le quiebra”. (Versi ón de Luis Astra- puede ayudarle a aclarar malentendidos. Una ma-
na Mar ín.) dre doliente relata: “Mi esposo y yo hab íamos o ído
Por consiguiente, si habla de sus sentimientos hablar de otras parejas que se hab ían divorciado
con “un compa ñero verdadero” que le escuche pa- despu és de perder a un hijo, y no quer íamos que
ciente y comprensivamente, puede encontrar cier- a nosotros nos sucediera lo mismo. As í que cada
to alivio. (Proverbios 17:17.) vez que nos enfad ábamos y nos
Al expresar verbalmente las sent íamos tentados de culpar-
experiencias y los sentimien- nos el uno al otro, habl ábamos
tos, por lo general resulta m ás del problema hasta resolverlo.
f ácil comprenderlos y sobrelle- Creo que de esa forma nuestra
varlos. Y si el oyente tambi én relaci ón se hizo m ás íntima”.
perdi ó a alguien y se sobre- Por lo tanto, al exteriorizar sus
puso, posiblemente le d é unas sentimientos quiz ás entienda
cuantas sugerencias pr ácticas que, aunque otras personas ha-
para que usted tambi én lo con- yan sufrido la misma p érdida
siga. Una se ñora cuyo hijo ha- que usted, no van a expresar su
b ía muerto expres ó as í c ómo le aflicci ón como usted, sino que
hab ía ayudado conversar con lo har án a su paso y a su ma-
otra mujer que hab ía sufrido La Biblia contiene varios nera.
una p érdida semejante: “Saber ejemplos de cómo el poner por Otra cosa que puede ayudar-
escrito los sentimientos puede
que otra persona hab ía pasado le a aliviar la pena es llorar.
ayudar a expresar el dolor
por lo mismo, que hab ía sobre- Seg ún la Biblia, hay “un tiem-
vivido y que estaba llevando de nuevo una vida po de llorar”. (Eclesiast és 3:1, 4.) Y no cabe duda
m ás o menos normal, me fortaleci ó mucho”. de que ese tiempo llega cuando muere un ser que-
¿Le incomoda hablar de sus sentimientos? Tras rido. Parece que derramar l ágrimas de dolor es par-
la muerte de Sa úl y Jonat án, David compuso una te esencial del proceso de recuperaci ón.
endecha muy emotiva en la que plasm ó su dolor. Una joven cuenta que una amiga íntima la ayu-
Con el tiempo, este canto triste lleg ó a formar par- d ó a sobreponerse a la muerte de su madre. Ella
te del libro b íblico de Segundo de Samuel. (2 Sa- recuerda: “Mi amiga siempre estaba a mi lado.
Cuando muere un ser querido 15
En todas las culturas, los dolientes agradecen que se les dé consuelo

Lloraba conmigo. Hablaba conmigo. Pod ía mani- Cómo vencer el sentimiento de culpa
festar libremente mis emociones, y eso era muy Como se indic ó anteriormente, algunos experi-
importante para m í. No ten ía por qu é avergon- mentan sentimientos de culpa tras la p érdida de al-
zarme de llorar”. (V éase Romanos 12:15.) Tampo- guien querido. Tal reacci ón explicar ía en parte el
co usted tiene que avergonzarse de sus l ágrimas. profundo dolor del fiel Jacob cuando le hicieron
Como ya hemos visto, en la Biblia hay muchos creer que “una feroz bestia salvaje” hab ía matado
ejemplos de hombres y mujeres de fe, entre ellos Je- a su hijo Jos é. El propio Jacob le hab ía mandado ir
sucristo, que derramaron l ágrimas de dolor abier- a ver si sus hermanos estaban bien. De modo que
tamente sin que parecieran sentir verg üenza por
posiblemente le atormentaban ideas como: ‘ ¿Por
ello. (G énesis 50:3; 2 Samuel 1:11, 12; Juan 11:33,
qu é envi é a Jos é solo? ¿Por qu é lo mand é a una
35.)
zona infestada de bestias salvajes? ’. (G énesis 37:
Es posible que durante alg ún tiempo sus emocio-
33-35.)
nes sean un tanto impredecibles. Quiz ás se le sal-
Tal vez usted crea que alg ún descuido suyo con-
ten las l ágrimas cuando menos se lo espere. Una
tribuy ó a la muerte de la persona a quien que-
viuda se dio cuenta de que cada vez que iba a com-
r ía. Si ese es el caso, le puede servir de ayuda
prar al supermercado (lo cual hab ía hecho muchas
pensar que los sentimientos de culpa —sea esta
veces con su esposo) romp ía a llorar, sobre todo
cuando por costumbre tomaba de los estantes los real o imaginaria— son una reacci ón normal de
productos que le gustaban a su esposo. As í pues, aflicci ón. Y tampoco estos sentimientos deben re-
sea paciente consigo mismo. Y no piense que tiene primirse necesariamente. Si habla de la culpa que
que contener las l ágrimas. Recuerde que son una siente, es probable que encuentre gran alivio.
reacci ón natural y necesaria del proceso de aflic- No obstante, debe comprender que, por mucho
ci ón. que amemos a una persona, no podemos controlar
16 Cuando muere un ser querido
su vida ni evitar que “el tiempo y el suceso impre- promete perdonar los errores del pasado, ¿no cree
visto” le acaezcan. (Eclesiast és 9:11.) Por otra par- que usted tambi én deber ía perdonarse a s í mismo?
te, seguro que sus intenciones no fueron malas. Por (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9.)
ejemplo, si no concert ó una cita con el m édico an-
Cómo dominar la ira
tes, ¿fue porque quer ía que su ser querido enfer-
¿Se siente adem ás bastante molesto con los m é-
mara y muriera? ¡Claro que no! Por lo tanto, ¿es us-
dicos, las enfermeras, sus amigos o incluso con el
ted verdaderamente culpable de su muerte? No.
fallecido? Tenga en cuenta que esa es otra reacci ón
As í expresa una madre c ómo super ó su senti-
frecuente ante la p érdida de alguien querido. Qui-
miento de culpa despu és de la muerte de su hija en
z ás el dolor que siente vaya acompa ñado de ira de
un accidente automovil ístico: “Me sent í culpable
forma natural. Comprender tal hecho puede bene-
de haberla mandado por algo. Pero me di cuenta
ficiarle. Un escritor dijo: “Solo cuando se toma con-
de que era absurdo que me sintiera as í. No tuvo
ciencia de la ira —no dej ándose llevar por ella,
nada de malo que la enviara con su padre a hacer
sino percat ándose de que se siente— es posible li-
un mandado. No fue m ás que un lamentable acci-
brarse de sus efectos nocivos”.
dente”.
Tambi én le puede servir de ayuda expresar su
‘Pero quisiera haber dicho y hecho tantas co-
enojo. ¿C ómo? No mediante estallidos violentos,
sas...’, quiz ás piense. Es posible; sin embargo,
evidentemente. La Biblia advierte que la c ólera
¿qui én puede decir que haya sido un padre, una
prolongada es da ñina. (Proverbios 14:29, 30.) Pero
madre o un hijo perfecto? La Biblia nos recuerda:
tal vez le reconforte hablar de lo que siente con un
“Todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tro-
amigo comprensivo. A algunas personas les calma
pieza en palabra, este es var ón perfecto”. (Santia-
asimismo realizar ejercicios en érgicos cuando es-
go 3:2; Romanos 5:12.) Acepte, pues, el hecho de
t án enfadadas. (V éase tambi én Efesios 4:25, 26.)
que no es perfecto. Pensar continuamente en todo
Aunque es importante expresar con franqueza
lo que hubiera querido hacer no cambiar á las co-
los sentimientos, conviene dar una advertencia.
sas y puede retardar su recuperaci ón.
Existe una gran diferencia entre expresar los sen-
Si tiene buenas razones para creer que es culpa-
timientos y descargarlos sobre otros. No hay ne-
ble de verdad, que no son imaginaciones suyas,
cesidad de que culpe a los dem ás de su ira y su
piense en que lo m ás importante para mitigar el
frustraci ón. De modo que trate de comunicar sus
sentimiento de culpa es obtener el perd ón divino.
sentimientos, pero no en tono hostil. (Proverbios
La Biblia nos asegura: “Si errores fuera lo que t ú
18:21.) A continuaci ón vamos a tratar la princi-
vigilas, oh Jah, oh Jehov á, ¿qui én podr ía estar de
pal ayuda de que disponemos para sobrellevar el
pie? Porque hay el verdadero perd ón contigo, a
dolor.
fin de que se te tema”. (Salmo 130:3, 4.) Usted
no puede cambiar el pasado, pero s í puede suplicar Ayuda de parte de Dios
a Dios que le perdone sus errores anteriores. ¿Qu é La Biblia nos asegura: “Jehov á est á cerca de los
m ás puede hacer? Pues bien, en vista de que Dios que est án quebrantados de coraz ón; y salva a los
Cuando muere un ser querido 17
Consejos pr ácticos

C onf íe en los amigos: Deje que los dem ás le


ayuden si se ofrecen y si su ayuda le puede
resultar útil. Entienda que esa podr ía ser su manera de
Abst éngase de ingerir medicamentos o alcohol
para contrarrestar la pena: El alivio que pueda
sentir con los medicamentos o el alcohol es solo
mostrar c ómo se sienten; quiz ás no encuentran las temporal. Med íquese únicamente bajo la supervisi ón
palabras precisas para dec írselo. (Proverbios 18:24.) de un m édico. Sin embargo, tenga cuidado porque hay
muchos f ármacos que crean adicci ón. Tambi én se
Cuide su salud: La aflicci ón puede causarle un gran
desgaste, sobre todo al principio. Su cuerpo necesita debe tener en cuenta que estos pueden retardar el
m ás que nunca descanso suficiente, ejercicio sano y proceso de la aflicci ón. Cierto pat ólogo advierte: “La
una alimentaci ón adecuada. Ser ía conveniente que su tragedia tiene que soportarse, sufrirse y finalmente
doctor de cabecera le realizara un reconocimiento asimilarse; pero si esto se retrasa indebidamente
general peri ódicamente. insensibilizando a la [persona] con drogas, el proceso
se puede prolongar o distorsionar”. Medite en los
Aplace las decisiones importantes: Es preferible magn íficos prop ósitos de Jehov á y obtendr á alivio
que no tome decisiones como vender la casa o cambiar
duradero. (Salmo 1:2; 119:97.)
de trabajo hasta que pueda pensar con mayor claridad.
(Proverbios 21:5.) Una viuda cont ó que varios d ías Vuelva a su actividad diaria: Al principio tal vez
despu és de la muerte de su esposo regal ó muchas tenga que hacer un esfuerzo para ir a trabajar, ir de
pertenencias de él, y que luego se dio cuenta de que se compras o realizar otras tareas. Pero posiblemente
hab ía desprendido de valiosos recuerdos. descubra que le beneficia seguir su programa habitual
de actividades. Mant éngase ocupado efectuando obras
Sea paciente consigo mismo: La aflicci ón
normalmente dura m ás de lo que la mayor ía de la cristianas. (Comp árese con 1 Corintios 15:58.)
gente cree. Las fechas que traen recuerdos de la
No tema que le desaparezca el dolor intenso: Por
persona querida muerta reavivan el dolor a ño tras
extra ño que parezca, algunos dolientes temen dejar de
a ño. Determinadas fotograf ías, canciones o incluso
sentir un pesar profundo, pues creen que ello indicar ía
olores pueden hacer saltar las l ágrimas. Un estudio
que su amor por el fallecido est á disminuyendo. No es
cient ífico que se realiz ó del duelo describi ó el proceso
as í. La desaparici ón del dolor da paso a recuerdos
de la aflicci ón de la siguiente forma: “Los dolientes
valiosos que sin duda conservar á para siempre.
pueden experimentar cambios dr ásticos y repentinos
(Eclesiast és 3:1, 4.)
de su estado emocional, y el deseo de evitar cualquier
recuerdo del difunto puede alternarse con un esfuerzo No se inquiete excesivamente: Puede que se
deliberado por cultivar tales recuerdos durante un pregunte: ‘ ¿Qu é va a ser de m í? ’. La Biblia aconseja
tiempo”. Tenga presente las preciadas promesas de
que no nos preocupemos por el d ía siguiente. “Vivir
Jehov á. (Filipenses 4:8, 9.)
concentr ándome m ás en el d ía presente me
Sea comprensivo con los dem ás: Trate de ser ayuda mucho”, explica cierta viuda. Jes ús dijo a
paciente con los dem ás. Comprenda que la situaci ón es sus disc ípulos: “Nunca se inquieten acerca del d ía
embarazosa para ellos. Por no saber qu é decir, quiz ás siguiente, porque el d ía siguiente tendr á sus propias
digan cosas inoportunas. (Colosenses 3:12, 13.) inquietudes”. (Mateo 6:25-34.)

18 Cuando muere un ser querido


que est án aplastados en esp íritu”. (Salmo 34:18.) mos juntos en voz alta —explica—. Cuando ten ía-
En efecto, una relaci ón con Dios le puede ayudar, mos que hacer algo sin ella por primera vez, como
m ás que cualquier otra cosa, a sobreponerse a la ir a la reuni ón de congregaci ón o a una asamblea,
muerte de un ser querido. ¿De qu é manera? Todas ped íamos fuerzas. Si al levantarnos por la ma-
las sugerencias pr ácticas ofrecidas hasta ahora se ñana nos parec ía que no podr íamos hacer frente
basan en la Palabra de Dios, la Biblia, o est án en a la realidad, rog ábamos a Jehov á que nos ayudara.
armon ía con ella. Aplicarlas puede ayudarle a so- No s é por qu é, pero me traumatizaba entrar sola
brellevar el dolor. en la casa; as í que cada vez que lo hac ía, le supli-
Por otra parte, nunca subestime el valor de caba a Jehov á que me ayudara a mantenerme cal-
la o r a c i ó n . La B i b l i a n o s mada.” Esta fiel mujer cree
ex horta: “A rroja tu carga firmemente, y con raz ón ,
sobre Jehov á mismo, y él Preguntas para meditar que aquellas oraciones fue-
mismo te sustentar á”. (Sal- ron decisivas. Usted tambi én
mo 55:22.) Si hablar de sus ¿Por qu é es importante pu ede comprobar qu e, en
que manifieste su dolor?
sentimientos con un amigo contestaci ón a sus oraciones
comprensivo le puede ayu- ¿C ómo puede aliviar su pena? constantes, ‘la paz de Dios
dar, ¡cu ánto m ás le ayudar á ¿C ómo pueden ayudarle qu e su pera a todo pensa-
abrir su coraz ón al “Dios de las Escrituras a vencer los miento guardar á su coraz ón
sentimientos de culpa y de ira?
todo consuelo”! (2 Corintios y sus facultades mentales’.
¿De qu é manera puede
1:3.) ayudarle una relaci ón con Dios (Filipenses 4:6, 7; Romanos
El valor de la oración a sobreponerse a la muerte 12:12.)
de un ser querido?
no estriba solo en que nos La ayuda que Dios da es
haga sentir mejor. El “Oidor ¿Qu é sugerencias pr ácticas determinante. El apóstol
se ofrecen para sobrellevar
de la oraci ón” promete dar el dolor? cristiano Pablo afirm ó que
esp íritu santo a los siervos Dios “nos consuela en toda
suyos que se lo pidan since- n u e str a tri bu l aci ón , p ar a
ramente. (Salmo 65:2; Lucas 11:13.) Y el esp íritu que nosotros podamos consolar a los que se hallan
santo o fuerza activa de Dios puede infundirle el en cualquier clase de tribulaci ón”. Es cierto que la
‘poder que va m ás all á de lo normal’ para que sal- ayuda divina no elimina por completo el dolor,
ga adelante. (2 Corintios 4:7.) Recuerde que Dios pero lo hace m ás llevadero. Eso no significa que
puede ayudar a sus siervos fieles a aguantar todos no va a llorar m ás o que va a olvidarse de la perso-
y cada uno de los problemas que se les presenten. na amada. No obstante, puede recuperarse. Y cuan-
Una se ñora que perdi ó a su hija recuerda c ómo do as í suceda, su experiencia quiz ás le sirva para
el poder de la oraci ón les ayud ó a ella y a su espo- ser m ás comprensivo y compasivo al ayudar a otros
so a sobrellevar la p érdida. “Si est ábamos en casa a enfrentarse a una p érdida parecida. (2 Corintios
de noche y el dolor se volv ía insoportable, or ába- 1:4.)
Cuando muere un ser querido 19
Cómo ayudar al doliente

“S I PUEDO ayudarte en algo, av ísame”, decimos muchos de nosotros al amigo


o al familiar que acaba de perder a un ser querido. Y lo decimos de todo cora-
z ón. Har íamos cualquier cosa por ayudarle. Pero ¿suele llamarnos el doliente
para informarnos: “He pensado en algo en lo que ciente y compasivamente a las personas desconso-
me puedes ayudar ”? Raramente. Es obvio que he- ladas sin pensar que tiene que darles respuestas o
mos de tomar la iniciativa si de verdad queremos soluciones. Deje que expresen lo que quieran.
ayudar y consolar a quien est á de duelo. Tranquil ícelos: Aseg úreles que ellos hicieron
Un proverbio b íblico dice: “Como manzanas de cuanto estuvo a su alcance (o cualquier otra cosa
oro en entalladuras de plata es una palabra ha- que sea cierta y constructiva). C álmelos dici én-
blada al tiempo apropiado para ella”. (Proverbios doles que lo que sienten —tristeza, ira, culpa o
15:23; 25:11.) Conviene saber lo que se debe decir cualquier otro sentimiento— seguramente es nor-
y hacer, y lo que no se debe decir ni hacer. A con- mal. H ábleles de personas que usted conozca que
tinuaci ón se ofrecen unas cuantas sugerencias b í- hayan logrado sobreponerse a una p érdida simi-
blicas que a algunos dolientes les han parecido lar a la de ellos. Seg ún Proverbios 16:24, tales “di-
pr ácticas. chos agradables son [...] una curaci ón a los hue-
sos”. (1 Tesalonicenses 5:11, 14.)
Qué hacer
Escuche: Sea “presto en cuanto a o ír”, dice San- Ofr ézcase: P óngase a su disposici ón no solo en
tiago 1:19. Una de las principales ayudas que pue- los primeros d ías, cuando est án presentes muchos
de dar al doliente es compartir su pena escu- amigos y familiares, sino incluso meses despu és,
ch ándolo. Quiz ás él necesite hablar de la persona cuando todos han vuelto a sus actividades diarias.
querida que ha fallecido, del accidente o la enfer- As í mostrar á ser “un compa ñero verdadero” que
medad que caus ó su muerte, o de sus sentimien- permanece junto a su amigo en los momentos de
tos. As í que preg úntele: “ ¿Te gustar ía hablar de “angustia”. (Proverbios 17:17.) “Nuestras amista-
ello? ”. Deje que él lo decida. Recordando la muer- des procuraban que tuvi éramos algo que hacer
te de su padre, un joven dijo: “Me ayudaba mucho todas las noches para que no pas áramos mucho
el que me preguntaran por lo sucedido y que en- tiempo solos en casa —cuenta Teresea, cuya hija
tonces me escucharan de verdad”. Escuche pa- pereci ó en un accidente de tr áfico—. Eso nos ayu-
20 Cuando muere un ser querido
d ó a llenar el vac ío que sent íamos.” En los a ños rido suelen estar tan aturdidas que ni siquiera sa-
subsiguientes a la p érdida del ser querido, los so- ben lo que ellas han de hacer, por lo que dif ícil-
brevivientes pueden experimentar mucha angus- mente podr án decir a los dem ás en qu é les pueden
tia al llegar aniversarios como el de bodas o el del ayudar. As í pues, si se da cuenta de que debe ha-
fallecimiento. ¿Por qu é no marca tales fechas en cerse algo sin falta, no espere a que se lo pidan;
su calendario a fin de que, llegado el momento, se tome la iniciativa. (1 Corintios 10:24; comp árese
acuerde de ponerse a su disposici ón y as í darles con 1 Juan 3:17, 18.) Una mujer que hab ía per-
apoyo moral, si lo necesitan? dido a su esposo relat ó: “Muchos me dijeron: ‘Si
Tome la iniciativa si es conveniente: ¿Hay hay algo que pueda hacer, d ímelo’. Pero hubo una
que realizar ciertas gestiones? ¿Se precisa que al- amiga que no me pregunt ó: fue directa al dormi-
guien cuide de los ni ños? ¿Necesitan alojamiento torio, deshizo la cama y lav ó las s ábanas que mi
los amigos y parientes que han llegado de fuera? esposo hab ía manchado al morir. Otra amiga tom ó
Las personas que acaban de perder a un ser que- un cubo lleno de agua y detergente y limpi ó la al-
fombrilla sobre la que él hab ía vo-
mitado. Unas cuantas semanas des-
pu és, un anciano de la congregaci ón
se present ó en casa en ropa de tra-
bajo y con sus herramientas, y me
dijo: ‘Seguro que hay algo que re-
parar. ¿Qu é es? ’. No sabe cu ánto le
agradezco que me arreglara la puer-
ta, que estaba colgando de una bisa-
gra, y que me reparara un electrodo-
m éstico”. (Comp árese con Santiago
1:27.)
Sea hospitalario: “No olviden la
hospitalidad”, nos recuerda la Biblia.
(Hebreos 13:2.) Debemos acordar-
nos de mostrar hospitalidad en espe-
cial a los que est án de duelo. En lu-
gar de decirles que pueden visitarle
cuando quieran, concrete el d ía y la
hora de la invitaci ón. No se rinda en-
seguida si la declinan. Puede que ne-

Si se da cuenta de que debe hacerse algo sin falta, cesiten que les insista un poco. Tal
no espere a que se lo pidan; tome la iniciativa vez rechazaron su oferta por temor a
Cuando muere un ser querido 21
perder el control de sus emociones frente a otros. Qué no hacer
Tambi én es posible que no les parezca bien disfru- No se mantenga alejado por no saber qu é
tar de una comida y de compa ñ ía en tales momen- decir o hacer: ‘Seguro que ahora mismo necesi-
tos. Acu érdese de Lidia, la mujer hospitalaria men- tan estar a solas’, puede que pensemos. Pero la
cionada en la Biblia. Lucas indica que invit ó a él verdad quiz ás sea que nos mantenemos alejados
y a otros a su casa, y ‘sencillamente los oblig ó a porque tememos hacer o decir una inconvenien-
aceptar’. (Hechos 16:15.) cia. Sin embargo, si los amigos, familiares y com-
Sea paciente y comprensivo: No se sorprenda pa ñeros de creencia evitan al doliente, este posi-

demasiado por lo que los dolientes puedan decir al blemente se sienta m ás solo, lo cual avivar á su

principio. Recuerde que quiz ás est én indignados o pena. Tenga en cuenta que las palabras y acciones
m ás afectuosas son por lo general las m ás senci-
se sientan culpables. Si se desfogan con usted, de-
llas. (Efesios 4:32.) Su sola presencia puede infun-
ber á ser comprensivo y paciente para no alterarse.
dir ánimo. (Comp árese con Hechos 28:15.) Tere-
“V ístanse de los tiernos cari ños de la compasi ón,
sea dijo con respecto al d ía en que muri ó su hija:
la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y
“Al cabo de una hora, el vest íbulo del hospital se
la gran paciencia”, recomienda la Biblia. (Colo-
hab ía llenado de amigos nuestros; todos los ancia-
senses 3:12, 13.)
nos y sus esposas estaban all í. Algunas mujeres to-
Escriba una carta: Con frecuencia se pasa por
dav ía ten ían los rulos en la cabeza; otros iban en
alto el valor de una carta de p ésame o una tarjeta
ropa de trabajo. Dejaron todo lo que estaban ha-
de condolencia. ¿Qu é ventaja ofrecen? Cindy, cuya
ciendo y vinieron. Muchos de ellos nos dijeron que
madre muri ó de c áncer, responde: “Una amiga me
no sab ían qu é decir, pero no importaba: estaban
mand ó una bonita carta que me ayud ó mucho por- all í, y con eso era suficiente”.
que pod ía leerla y releerla”. Una carta o tarjeta de
No los presione para que dejen de llorar: Po-
consuelo puede componerse de solo unas “pocas
dr íamos estar tentados de decirles: ‘Bueno..., ya...,
palabras”, pero debe estar escrita con el coraz ón. no llores m ás’. Pero tal vez sea mejor que cedan a
(Hebreos 13:22.) En ella puede decirle al doliente las l ágrimas. “Creo que es importante dejar que las
que se preocupa por él y que guarda gratos recuer- personas que han perdido a un ser querido mani-
dos del difunto, o puede explicarle c ómo influy ó fiesten sus sentimientos y se desahoguen”, dice
este en su propia vida. Katherine al reflexionar sobre la muerte de su es-
Ore con ellos: No subestime el valor de orar con poso. Luche contra la tendencia a decir a otros
los afligidos y a favor de ellos. La Biblia dice: “El c ómo deben sentirse. Y no piense que tiene que
ruego del hombre justo [...] tiene mucho vigor”. ocultar sus sentimientos para que no les afecten a
(Santiago 5:16.) O írle orar por ellos puede ayu- ellos. La Biblia recomienda, m ás bien, ‘llorar con
darles, por ejemplo, a vencer sentimientos negati- los que lloran’. (Romanos 12:15.)
vos como el de culpa. (Comp árese con Santiago 5: No les aconseje que se deshagan de la ropa
13-15.) u otros efectos personales del difunto antes de
22 Cuando muere un ser querido
Su presencia en el hospital puede animar a los dolientes

que est én preparados para ello: Quiz ás pense- vestidura de Jos é manchada de sangre, “se dio al
mos que deber ían deshacerse de los objetos que les duelo de su hijo por muchos d ías. Y todos sus hi-
traen recuerdos porque de un modo u otro prolon- jos y todas sus hijas siguieron levant ándose para
gan la aflicci ón. Pero el dicho “ojos que no ven, co- consolarlo, pero él sigui ó rehusando recibir con-
raz ón que no siente” no es aplicable en este caso. suelo”. (G énesis 37:31-35.)
Muchos dolientes necesitan tiempo para asimilar No diga: ‘Puedes tener otro beb é’: “Me moles-
la p érdida del ser querido. Recuerde la descripci ón taba que la gente me dijera que pod ía tener otro
que da la Biblia de la reacci ón del patriarca Jacob ni ño”, recuerda una mujer que perdi ó a un hijo.
cuando le hicieron creer que una fiera hab ía ma- Probablemente se diga con buenas intenciones,
tado a su hijo Jos é. Despu és de que le mostraron la pero para los desconsolados padres, las palabras
Cuando muere un ser querido 23
que den a entender que se puede reemplazar al Tal vez sea mejor que no diga: ‘S é c ómo te
hijo perdido son como “estocadas de una espada”. sientes’: ¿De verdad lo sabe? ¿C ómo puede com-
(Proverbios 12:18.) Un hijo nunca puede reempla- prender, por ejemplo, lo que sienten los padres
zar a otro porque cada hijo es único. cuando se les muere un hijo si usted no ha ex-
No tiene necesariamente que evitar refe- perimentado esa misma p érdida? Y aun si la ha
rirse al difunto: “Muchas personas ni siquiera experimentado, tenga en cuenta que no todo el
mencionaban el nombre de mi hijo Jimmy ni ha- mundo reacciona exactamente igual que usted.
blaban de él —recuerda una madre—. Debo ad- (Comp árese con Lamentaciones 1:12.) No obstan-
mitir que eso me dol ía un poco”. De modo que te, podr ía servir de cierta ayuda al doliente el que
no tie ne que c ambiar forz osame nte de te ma le explicara, si parece oportuno, c ómo se recuper ó
cada vez que se mencione usted. Una mujer que hab ía
el nombre del fallecido. Pre- perdido a su hija hall ó ali-
gunte a la persona si nece- Preguntas para meditar vio cuando otra madre cuya
sita hablar del ser querido. hija tambi én hab ía muerto
¿Por qu é ayuda al doliente
(Comp árese con Job 1:18, que se comparta su pena le cont ó c ómo hab ía vuelto
19 y 10:1.) Algunos dolien- escuch ándolo? a la vida normal. “La ma-
tes agradecen o ír hablar a ¿Qu é podemos hacer dre de la otra joven no ini-
los amigos de las cualida- para consolar a alguien ci ó su historia dici éndome:
que ha perdido a un ser querido?
des singulares por las que ‘S é c ómo te sientes’ —expli-
le ten ían cari ño al difunto. ¿Qu é debemos evitar decir o hacer c ó la primera mujer—. Se li-
al que est á de duelo?
(Comp árese con Hechos 9: mit ó a contarme c ómo le fue
36-39.) a ella y dej ó que yo sacara
No se precipite a decirles: ‘Es mejor que mis propias conclusiones.”
haya sido as í’: Tratar de ver algo positivo en la Para ayudar a un doliente deber á mostrar
muerte no siempre ‘conforta a las almas abatidas’ compasi ón, discernimiento y mucho amor. No es-
que est án de duelo. (1 Tesalonicenses 5:14.) Re- pere a que él acuda a usted. No se limite a decir:
cordando la muerte de su madre, una joven dijo: “Si hay algo que pueda hacer...”. Encuentre ese
“Otros me dec ían: ‘Ya ha dejado de sufrir’, o: ‘Por “algo” por s í mismo, y entonces, si es convenien-
lo menos est á en paz’. Pero eso no era lo que yo te, tome la iniciativa.
quer ía o ír”. Tales comentarios pueden dar a en- Todav ía quedan unas cuantas preguntas por
tender a los sobrevivientes que no deber ían es- responder: ¿En qu é consiste la esperanza b íblica
tar tristes o que la p érdida no fue significativa. de la resurrecci ón? ¿Qu é puede significar para us-
No obstante, es posible que est én muy acongo- ted y el ser querido que ha muerto? ¿C ómo pode-
jados porque echen mucho de menos al ser que- mos estar seguros de que es una esperanza confia-
rido. ble?
24 Cuando muere un ser querido
C ómo ayudar a los ni ños cuando se produce una muerte

C uando muere alguien en la familia, ni los padres


ni los familiares ni los amigos saben por
lo general qu é decir o hacer para que los ni ños
abandonado, sobre todo cuando ha muerto uno de
los padres. Decirle que la persona se ha marchado de
viaje pudiera reforzar su sentimiento de desamparo y
comprendan lo que ha ocurrido. Sin embargo, estos llevarle a pensar: ‘La abuelita se ha ido sin siquiera
necesitan la ayuda de los adultos para enfrentarse decirme adi ós’. Tampoco es conveniente decir a los
con la situaci ón. He aqu í algunas preguntas que se ni ños muy peque ños que el fallecido est á durmiendo.
plantean a menudo sobre c ómo ayudar a los ni ños a Los ni ños tienden a interpretar las cosas literalmente.
comprender la muerte. Si equiparan el sue ño con la muerte, pudieran
¿C ómo se les puede explicar qu é es la muerte? desarrollar miedo a dormirse.
Es importante que la explicaci ón se d é en t érminos ¿Deber ían asistir a los funerales? Los padres
sencillos y que sea ver ídica. No dude en usar las deben tener en cuenta los sentimientos de los
palabras que se exigen, como “muerto” y “muerte”. ni ños. Si no quieren ir, no los obligue ni les haga
Por ejemplo, podr ía sentarse con el ni ño, abrazarlo y sentirse culpables por ello. Y si quieren ir, d éles una
decirle: “Ha ocurrido algo muy triste. Pap á se puso descripci ón detallada de lo que suceder á, como por
muy malo, porque le dio una enfermedad que no le ejemplo, si habr á un ata úd y si estar á abierto o
da a muchas personas [o cualquier explicaci ón que cerrado. D ígales tambi én que a lo mejor ven a mucha
sea cierta], y ha muerto. Nadie tiene la culpa de que gente llorando porque est án tristes. Una vez m ás,
haya muerto. Lo vamos a echar mucho de menos d éjeles que pregunten. Adem ás, aseg úreles que
porque lo am ábamos, y él nos amaba a nosotros”. podr án marcharse si lo desean.
No obstante, ser ía conveniente explicarle al ni ño que ¿C ómo reaccionan ante la muerte? Con bastante
ni él ni el padre sobreviviente van a morirse tan solo frecuencia, los ni ños se sienten responsables de
porque de vez en cuando se enfermen. la muerte de un ser querido. Como es posible que
Deje que le haga preguntas. ‘¿Qu é quiere decir en alg ún momento el ni ño se haya enfadado con
“muerto”? ’, quiz ás pregunte, a lo que usted podr ía la persona fallecida, pudiera llegar a creer que
responder: “ ‘Muerto’ significa que el cuerpo ha sus pensamientos o palabras hostiles causaron su
dejado de funcionar y ya no puede hacer nada de muerte. Tal vez tenga que consolarlo dici éndole algo
lo que hac ía antes; no puede hablar ni ver ni o ír como: ‘Tus pensamientos y tus palabras no hacen que
ni sentir nada”. El padre que cree en la promesa nadie enferme ni tampoco que muera’. Si es de corta
b íblica de la resurrecci ón puede aprovechar esta edad, quiz ás haya que repet írselo muchas veces.
oportunidad para explicar que Jehov á Dios recuerda ¿Se debe ocultar la pena a los ni ños? Llorar
al fallecido y puede volver a darle vida en el futuro delante de los ni ños es normal, adem ás de saludable.
Para íso terrestre. (Lucas 23:43; Juan 5:28, 29.) Por otra parte, resulta casi imposible ocultar por
(V éase la secci ón “Una esperanza segura para los completo los sentimientos a los ni ños ya que suelen
muertos”.) ser muy perspicaces, y si algo va mal, normalmente
¿Hay algo que no se les deba decir? No es bueno lo perciben. Si exterioriza su dolor, ver án que
decirles que el difunto est á realizando un largo viaje. es normal afligirse y, en ocasiones, expresar los
Uno de los principales temores del ni ño es el de ser sentimientos.

Cuando muere un ser querido 25


Una esperanza segura
para los muertos

U NA mujer de 25 a ños escribi ó: “Mi madre adoptiva muri ó de c áncer en 1981.


Su muerte nos afect ó mucho a m í y a mi hermano, que tambi én era adoptado.
Yo ten ía para entonces 17 a ños, y mi hermano 11. La extra ñaba much ísimo. Como me
hab ían ense ñado que estaba en el cielo, quer ía qui- y justas. Y en aquel entonces los seres humanos po-
tarme la vida para ir junto a ella. Era mi mejor dr án disfrutar de salud perfecta, y nunca tendr án
amiga”. que volver a morir. ‘Eso son meras ilusiones’, qui-
¡Parece tan injusto que la muerte tenga el poder z ás piensen algunos.
de arrebatarnos a un ser querido! Y cuando suce- ¿C ómo podr ía convencerse usted de que esta es-
de, la idea de que nunca m ás podremos hablar y peranza es segura? Para creer en una promesa uno
re ír con él ni abrazarlo, puede resultar casi inso- tendr ía que estar seguro de que quien la hace tiene
portable. Ese dolor no desaparece necesariamente tanto el deseo como el poder de cumplirla. ¿Qui én,
porque nos digan que la persona querida est á en el pues, es el que promete que los muertos volver án a
cielo. vivir?
No obstante, la Biblia da una esperanza muy En la primavera del a ño 31 E.C., Jesucristo pro-
diferente. Como se ha se ñalado previamente, las meti ó: “As í como el Padre levanta a los muertos y
Escrituras muestran que en un futuro cercano ser á los vivifica, as í el Hijo tambi én vivifica a los que él
quiere. [...] No se maravillen de esto, porque viene
la hora en que todos los que est án en las tumbas
La ternura que demostró Jesús al resucitar conmemorativas oir án su voz [la de Jes ús] y sal-
a Lázaro refleja su deseo intenso de dr án”. (Juan 5:21, 28, 29.) En efecto, Jesucristo
reparar los estragos de la muerte
prometi ó que millones de muertos volver án a la
vida en esta Tierra y tendr án la perspectiva de per-
posible volver a estar junto a los seres queridos que manecer para siempre sobre ella en condiciones
han muerto, pero no en un cielo desconocido, sino pac íficas y paradis íacas. (Lucas 23:43; Juan 3:16;
aqu í mismo en la Tierra, en condiciones pac íficas 17:3; comp árese con Salmo 37:29 y Mateo 5:5.)
Cuando muere un ser querido 27
Puesto que quien hizo la promesa fue Jes ús, puede
Textos consoladores darse por sentado que desea cumplirla. Pero ¿pue-
de hacerlo?

A l explicar c ómo han sobrellevado su dolor,


muchos cristianos fieles han dicho: “Te
voy a decir cu ál es mi texto b íblico preferido”.
Menos de dos a ños despu és de hacer aquella pro-
mesa, Jes ús demostr ó m ás all á de cualquier duda
que tiene el deseo y el poder de resucitar a los
Si est á de duelo, es posible que algunos de los
muertos.
siguientes textos le ayuden tambi én a usted.

“Bendito sea [...] el Padre de tiernas


“¡Lázaro, sal!”
misericordias y el Dios de todo consuelo, Fue una escena conmovedora. L ázaro estaba
que nos consuela en toda nuestra tribulaci ón.” gravemente enfermo. Sus dos hermanas, Mar ía y
(2 Corintios 1:3, 4.) Marta, mandaron el siguiente aviso a Jes ús, que es-
taba al otro lado del r ío Jord án: “Se ñor, ¡mira!,
“Est ás abriendo tu mano y satisfaciendo el
deseo de toda cosa viviente.” (Salmo 145:16.) est á enfermo aquel a quien le tienes cari ño”. (Juan
11:3.) Ellas sab ían que Jes ús amaba a L ázaro. ¿Aca-
“ [Dios] ha fijado un d ía en que se propone
so no desear ía ver a su amigo, que estaba enfermo?
juzgar la tierra habitada con justicia por
Curiosamente, en lugar de salir para Betania de in-
u n var ón a qu i en h a n o m bra do, y h a
proporcionado a todos los hombres una mediato, Jes ús permaneci ó donde estaba dos d ías
garant ía con haberlo resucitado de entre los m ás. (Juan 11:5, 6.)
muertos.” (Hechos 17:31.) L ázaro muri ó alg ún tiempo despu és de que le

“Yo... yo mismo soy Aquel que est á enviaron a Jes ús el aviso de que estaba enfermo.
consol ándolos.” (Isa ías 51:12.) En el momento en que L ázaro muri ó, Jes ús lo supo,
y quiso hacer algo al respecto. Cuando finalmente
“Como un hombre a quien su propia madre
lleg ó a Betania, ya hac ía cuatro d ías que su queri-
sigue consolando, as í yo mismo seguir é
do amigo hab ía perecido. (Juan 11:17, 39.) ¿Podr ía
consol ándolos a ustedes.” (Isa ías 66:13.)
devolver la vida a alguien que llevaba tanto tiem-
“ [Tu palabra] es mi consuelo en mi aflicci ón,
po muerto?
porque tu propio dicho me ha conservado vivo.
Al o ír que Jes ús llegaba, Marta, una mujer di-
Me he acordado de tus decisiones judiciales
desde tiempo indefinido, oh Jehová, y n ámica, sali ó corriendo a su encuentro. (Comp áre-
hallo consuelo para m í mismo. Sirva tu bondad se con Lucas 10:38-42.) Conmovido por su pena, Je-
amorosa, por favor, para consolarme, seg ún el s ús le asegur ó: “Tu hermano se levantar á”. Cuando
dicho tuyo a tu siervo.” (Salmo 119:50, 52, 76.) ella manifest ó su fe en una resurrecci ón futura, Je-

“Viene la hora en que todos los que est án s ús le dijo categ óricamente: “Yo soy la resurrecci ón
en las tumbas conmemorativas oir án su voz y y la vida. El que ejerce fe en m í, aunque muera, lle-
saldr án, los que hicieron cosas buenas a una gar á a vivir”. (Juan 11:20-25.)
resurrecci ón de vida.” (Juan 5:28, 29.) Cuando lleg ó a la tumba, Jes ús mand ó que reti-
raran la piedra que sellaba la entrada. A continua-
28 Cuando muere un ser querido
ci ón or ó en voz alta y clam ó: “ ¡L ázaro, sal! ”. (Juan El milagro de que L ázaro volviera a vivir sirvi ó
11:38-43.) para aumentar la fe de la gente en Jes ús y en la re-
Todas las miradas estaban fijas en la tumba. surrecci ón. (Juan 11:41, 42; 12:9-11, 17-19.) Tam-
De repente, de la oscuridad surgi ó una figura con bi én puso de manifiesto de forma conmovedora que
los pies y las manos atados con vendas y el rostro Jehov á y su Hijo desean resucitar a los muertos.
envuelto en un pa ño. “Des átenlo y d éjenlo ir”, or-
‘Dios sentirá anhelo’
den ó Jes ús. Cuando la última venda cay ó al sue- La reacci ón de Jes ús ante la muerte de L ázaro
lo, comprobaron que efectivamente era L ázaro, revela la gran ternura del Hijo de Dios. Los senti-
el hombre que llevaba cuatro d ías muerto. (Juan mientos profundos que mostr ó en aquella ocasi ón
11:44.) hacen patente que tiene un deseo intenso de devol-
¿Sucedió de verdad? ver la vida a los muertos. El relato b íblico lee: “Ma-
El relato de la resurrecci ón de L ázaro se presenta r ía, cuando lleg ó a donde Jes ús estaba y alcanz ó a
en el Evangelio de Juan como un hecho hist órico. Los verlo, cay ó a sus pies, y le dijo: ‘Se ñor, si t ú hubie-
detalles son demasiado v ívidos para que se trate de ras estado aqu í, mi hermano no habr ía muerto’. Je-
una mera alegor ía. Cuestionar su historicidad equi- s ús, pues, cuando la vio llorando, y a los jud íos que

vale a cuestionar todos los milagros de la Biblia, in- vinieron con ella llorando, gimi ó en el esp íritu y

cluida la resurrecci ón del propio Jesucristo. Y negar se perturb ó; y dijo: ‘ ¿D ónde lo han puesto? ’. Ellos
le dijeron: ‘Se ñor, ven y ve’. Jes ús cedi ó a las l ágri-
la resurrecci ón de Jes ús equivale a negar la fe cris-
mas. Por eso los jud íos empezaron a decir: ‘Mira,
tiana en su totalidad. (1 Corintios 15:13-15.)
¡cu ánto cari ño le ten ía! ’ ”. (Juan 11:32-36.)
En realidad, si usted acepta la existencia de Dios,
La compasi ón sincera de Jes ús se indica aqu í con
no deber ía costarle creer en la resurrecci ón. Se po-
tres expresiones: “gimi ó”, “se perturb ó” y “cedi ó a
dr ía ilustrar con el caso de un se ñor que graba en
las l ágrimas”. Las palabras que se usaron en el idio-
cinta de v ídeo su testamento para que, despu és de su
ma original al redactar esta conmovedora escena
muerte, sus familiares y amigos puedan verlo y es-
muestran que a Jes ús le afect ó tanto la muerte de
cucharlo explicar por s í mismo c ómo se debe dispo-
su querido amigo L ázaro y ver a la hermana de este
ner de su fortuna. Hace cien a ños, esta posibilidad
llorando que no pudo contener las l ágrimas.1
era inconcebible. Y aun hoy para algunas personas
Lo m ás destacado es que, aunque ya hab ía resu-
que viven en zonas remotas del globo, la t écnica
citado a otras dos personas y se propon ía hacer lo
de la grabaci ón en v ídeo resulta tan incomprensi-
ble que les parece milagrosa. Pues bien, si los hom- 1 La palabra griega traducida “gimi ó” es una forma de un ver-
bo (em·bri·m á·o·mai) que significa estar dolorosa o profunda-
bres pueden reproducir las im ágenes y sonidos de mente conmovido. Un escriturario comenta: “El único sentido
que puede tener ac á es que Jes ús se sinti ó invadido por una emo-
una escena como la antes mencionada aplicando
ci ón tan intensa que arranc ó de su coraz ón un quejido involun-
los principios cient íficos establecidos por el Crea- tario”. El t érmino que se vierte “perturb ó” es una forma de un
verbo griego (ta·r ás·so) que denota agitaci ón. Seg ún un lexic ó-
dor, ¿no deber ía él poder hacer mucho m ás que eso? grafo, significa “causar conmoci ón interna, [...] afectar con gran
¿No es l ógico que el que cre ó la vida sea capaz de dolor o pena”. La expresi ón “cedi ó a las l ágrimas” se traduce de
un verbo griego (da·kr ý·o) que comunica la idea de “derramar
recrearla? l ágrimas, llorar en silencio”.

Cuando muere un ser querido 29


mismo con L ázaro (Juan 11:11, 23, 25), Jes ús
“cedi ó a las l ágrimas”. De modo que devolver La resurrección, que se basa
la vida a los humanos no es un mero procedimiento en el sacrificio redentor de Cristo Jesús,
para Jes ús. Los profundos sentimientos de ternura
regocijará a todas las naciones
que manifest ó en esta ocasi ón evidencian que de-
sea intensamente reparar los estragos de la muerte. en manos del ya glorificado Jesucristo. (G énesis 2:
Como Jes ús es ‘la representaci ón exacta del mis- 7-9; Mateo 6:10; Lucas 23:42, 43.) En ese Para íso
mo ser de Jehov á Dios’, tenemos razones para restablecido la familia humana tendr á la esperan-
no esperar menos de nuestro Padre celestial. (He- za de vivir para siempre libre de toda enferme-
breos 1:3.) El fiel Job dijo sobre el deseo de Jeho- dad. (Revelaci ón 21:1-4; comp árese con Job 33:25;
v á de llevar a cabo la resurrecci ón: “Si un hom- Isa ías 35:5-7.) Desaparecer á asimismo el odio, el
bre f ísicamente capacitado muere, ¿puede volver a prejuicio racial, la violencia étnica y las dificulta-
vivir? [...] T ú llamar ás, y yo mismo te responde- des econ ómicas. Jehov á Dios resucitar á mediante
r é. Por la obra de tus manos Jesucristo a los muertos para
sentir ás anhelo”. (Job 14: que vivan en una Tierra lim-
14, 15.) La palabra del idio- Preguntas para meditar pia.
ma original que se tradu- Esta es la esperanza que
¿C ómo demostr ó Jes ús, al morir
ce “sentir ás anhelo” denota ah or a ab r i g a l a c r i s t i a n a
su amigo L ázaro, que tiene tanto
que Dios lo desea ardiente- el deseo como el poder de resucitar mencionada al principio de
mente. (G énesis 31:30; Sal- a los muertos? es t a s ec ci ó n. V ar i o s a ñ o s
mo 84:2.) Es obvio que Jeho- ¿Por qu é podemos aceptar el relato despu és de la muerte de su
b íblico de la resurrecci ón de L ázaro
v á espera con gran ansia el madre, los testigos de Jeho-
como un hecho hist órico?
momento de la resurrecci ón. v á la ayudaron a estudiar
¿C ómo revela el cap ítulo 11 de Juan
¿Podemos nosotros creer que Jes ús desea intensamente reparar la Biblia en detalle. Ella re-
realmente en la promesa los estragos de la muerte? cuerda: “Cuando aprend í lo
de la resurrecci ón? S í, pues ¿Qu é muestra que Jehov á Dios que dice sobre la resurrec-
espera con gran ilusi ón el momento ci ón, llor é. Fue maravilloso
no cabe la menor duda de
de la resurrecci ón?
que Jehov á y su Hijo tienen saber que volver é a ver a mi
el deseo y el poder de cum- madre”.
plirla. ¿Qu é significa esto para usted? Que tiene por Si usted tambi én ans ía volver a ver a un ser que-
delante la perspectiva de reunirse aqu í mismo en rido, los testigos de Jehov á le ayudar án con mucho
la Tierra, pero en condiciones muy distintas, con gusto a aprender c ómo puede hacer suya esta espe-
los seres queridos que han muerto. ranza segura. Puede contactar con ellos visitando
Jehov á Dios, quien cre ó a la humanidad en un un Sal ón del Reino de su vecindario o escribiendo
hermoso jard ín, ha prometido restablecer el Para í- a la direcci ón de la p ágina 32 m ás cercana a su do-
so en la Tierra bajo el dominio de su Reino celestial micilio.

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