Está en la página 1de 11

1) Hipófisis: Alteraciones hipofisarias por hipo o hiperfunción.

El problema más frecuente a nivel de la hipófisis o pituitaria es el desarrollo de un tumor.


Aunque la mayoría son benignos, pueden producir cantidades muy elevadas de una
determinada hormona, limitando la producción de otras y comprimiendo los tejidos
circundantes. Alrededor de la hipófisis existen estructuras muy importantes como vasos
sanguíneos y el nervio óptico. Un aumento de la presión a este nivel puede causar dolores de
cabeza, alteraciones visuales, pérdida de visión, cansancio, debilidad y convulsiones, así como
una serie de signos y síntomas asociados al aumento o disminución de la producción
hormonal.

Algunos trastornos hipofisarios pueden deberse a mutaciones genéticas hereditarias y otros


pueden ser debidos a traumatismos, a bloqueos del flujo de sangre, a tratamientos quirúrgicos
o radioterápicos en la zona, a tumores malignos (poco frecuente), o a causas todavía no bien
establecidas. Los déficits y los excesos hormonales derivados de estas alteraciones pueden
producir una gran variedad de signos y síntomas, en función de las hormonas y de los tejidos
diana afectados.

La síntesis de hormonas a nivel de la hipófisis o glándula pituitaria a menudo está afectada


cuando existe una disfunción del hipotálamo. Sin embargo, cuando las glándulas reguladas por
la hipófisis no funcionan adecuadamente, la producción de hormonas por parte de la hipófisis
también puede aumentar o disminuir. Por ejemplo, en condiciones normales, cuando el
hipotálamo detecta un déficit de la hormona tiroidea en sangre, estimula a la hipófisis para
producir TSH (que a su vez estimula la producción de la hormona tiroidea por la glándula
tiroides). Si la glándula tiroides no funciona adecuadamente y no puede producir cantidades
adecuadas de T4 o tiroxina, los niveles de hormonas tiroideas en sangre seguirán estando por
debajo de los niveles normales a pesar de que el hipotálamo y la pituitaria estén promoviendo
su síntesis. En consecuencia, existirán cantidades excesivas de TSH y un déficit de hormona
tiroidea.

Ejemplos de trastornos hipofisarios comunes

 Tumores hipofisarios - pueden ser secretores de hormona o no secretores, y suelen


ser benignos. Pueden ocasionar alteraciones visuales y dolores de cabeza. Con
frecuencia producen cantidades excesivas de una determinada hormona hipofisaria y
disminuciones de otras.

 Déficit de la hormona del crecimiento - en niños provoca un retraso del crecimiento y


estatura baja; en adultos puede conducir a debilidad muscular, fatiga, disminución de
la masa ósea y obesidad.

 Hipopituitarismo - puede ser debido a varias causas como tumores, traumatismos,


disminución del flujo sanguíneo hipofisario, infecciones, sarcoidosis, enfermedades
autoinmunes, irradiación, extirpación quirúrgica de la pituitaria, o como efecto
secundario de una cirugía de la hipófisis; conduce a una disminución generalizada de la
síntesis de las hormonas hipofisarias.
 Hiperprolactinemia - ocasionada por un tumor pituitario secretor de prolactina o por
un tumor que inhibe la regulación de la producción de prolactina. Puede causar
galactorrea y amenorrea, y en varones, disminución del deseo sexual e impotencia.

 Síndrome de la silla turca vacía: la silla turca es una estructura hueca del cráneo que
aloja la glándula pituitaria. A veces, si se produce paso de líquido cefalorraquídeo a
esta zona, se produce una compresión y aplastamiento de la hipófisis, y parece que la
silla turca esté vacía (en una resonancia magnética nuclear). No obstante y aunque es
poco frecuente, puede existir un síndrome de la silla turca vacía por tumores o
irradiación en la zona.

 Craniofaringioma - suele presentarse en niños y adolescentes aunque también puede


afectar a adultos. A pesar de ser benigno, puede generar presión sobre la hipófisis
produciendo hipopituitarismo, dolores de cabeza, alteraciones visuales y retraso del
crecimiento.

Ejemplos de trastornos hipofisarios poco frecuentes

 Acromegalia y Gigantismo: existe un exceso de la producción de la hormona de


crecimiento, generalmente debido a un tumor benigno (adenoma). Cuando ocurre
durante la infancia causa un gigantismo asociado a un crecimiento óseo exagerado y a
una estatura extraordinariamente alta. En adultos ocasiona acromegalia, caracterizada
por un aumento del grosor óseo, características faciales toscas, agrandamiento de
manos y pies, síndrome del túnel carpiano, dolores de cabeza, sudoración, apnea del
sueño, fatiga e hipertensión. Todo ello puede acompañarse en adultos de mayor riesgo
de diabetes y cáncer de colon.

 Enfermedad de Cushing - síntomas de síndrome de Cushing debidos a un tumor a nivel


hipofisario que produce ACTH en exceso, estimulando a su vez la producción de
cortisol. Los síntomas son variables pero incluyen: obesidad central (de la parte
superior del cuerpo), cara redondeada, piel fina y frágil, estrías rosadas en el abdomen,
debilidad muscular, osteoporosis, aumento de la glucosa en sangre y tensión arterial
elevada.

 Diabetes Insípida - disminución de la producción de hormona antidiurética (ADH) por


el hipotálamo; como consecuencia los riñones no retienen el agua y no concentran la
orina; el individuo tiene sed y orina frecuentemente; la orina es muy diluida

 Síndrome de Nelson - puede ser consecuencia de la extirpación quirúrgica de las


glándulas suprarrenales como parte del tratamiento de la enfermedad de Cushing. Se
desarrolla entonces un tumor hipofisario que produce ACTH y puede causar
hiperpigmentación de la piel.

 Neoplasia endocrina múltiple tipo 1 (MEN1) - causada por una mutación genética
hereditaria que aumenta el riesgo de desarrollar tumores en la hipófisis y en otras
glándulas.
 Síndrome de Kallman - trastorno hereditario en el que existe una liberación
insuficiente de GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas) y que conduce a un
déficit de la producción de FSH y LH. Todo ello causa retraso o ausencia de pubertad; a
veces se asocia a falta de olfato.

 Infarto hipofisario - la causa más frecuente es por sangrado a consecuencia de un


tumor hipofisario no canceroso; puede lesionar el tejido glandular y conducir a un
hipopituitarismo.

 Síndrome de Sheehan - trastorno muy poco frecuente en el que se produce un


sangrado muy grave en el momento del parto; puede lesionar la hipófisis y causar
hipopituitarismo.

2) Hiperplasia, hipoplasia, hipertrofismo, hipotrofismo.

Hiperplasia: La hiperplasia es el aumento de tamaño de un órgano o de un tejido, debido a que


sus células han aumentado en número.

El término hiperplasia hipofisaria hace referencia al aumento de tamaño fisiológico (normal)


de la hipófisis. Esta situación se observa frecuentemente durante el embarazo y la pubertad y
es secundaria al estímulo hormonal que recibe la glándula durante éste período. En general es
un hallazgo en la resonancia magnética de la hipófisis y si surgen dudas con respecto a su
origen, se debe realizar la evaluación hormonal para evaluar la función de toda la hipófisis.

Hipoplasia: El término hipoplasia se utiliza para indicar un tejido u órgano que se ha


desarrollado poco o cuyo desarrollo no es completo: esto significa que el número de células es
insuficiente o inferior al normal.

La hipoplasia extrema de la glándula pituitaria es una causa de hipopituitarismo


extremadamente rara. Cuando presentas insuficiencia hipofisaria, tienes un suministro escaso
(deficiencia) de una o más de las hormonas que produce la hipófisis. Estas deficiencias
hormonales pueden afectar las diversas funciones habituales del cuerpo, como el crecimiento,
la presión arterial o la reproducción. Por lo general, los síntomas varían según la hormona u
hormonas que te falten.

Hipertrofismo: La hipertrofia es el crecimiento o aumento en el tamaño de las fibras


musculares.

La hipertrofia de la hipófisis se produce cuando una hipófisis normal aumenta de tamaño por
alguna razón. El cambio de tamaño puede hacer que su hipófisis produzca hormonas en exceso
o en defecto.

Una hipófisis grande también puede presionar los nervios que conectan los ojos con el cerebro
y causar problemas de visión.

Las causas de una hipófisis grande son:

 Un tumor hipofisario (la causa más frecuente)


 Un sangrado en la hipófisis

 Sarcoidosis

 Otras enfermedades o infecciones, como la tuberculosis

Los síntomas de una hipófisis agrandada son:

 Dolor de cabeza (cefalea)

 Pérdida de visión, por lo general en ambos ojos y en la parte superior externa de la


vista.

Hipotrofismo: Desarrollo inferior a lo normal de un órgano o un tejido.

El hipopituitarismo tiene varias causas. En muchos casos, el hipopituitarismo es causado por


un tumor en la hipófisis. A medida que el tumor hipofisario aumenta de tamaño, puede
comprimir y dañar el tejido de la hipófisis e interferir en la producción de hormonas. El
tumor también puede comprimir el nervio óptico y causar problemas de la vista.

Además de los tumores, ciertas enfermedades o acontecimientos que causan daño a la


hipófisis también pueden desencadenar el hipopituitarismo. Por ejemplo:

 Lesiones en la cabeza

 Cirugía cerebral.

 Falta de flujo sanguíneo al cerebro o a la hipófisis (accidente cerebrovascular) o


sangrado (hemorragia) dentro del cerebro o de la hipófisis

 Inflamación de la hipófisis causada por una respuesta anormal del sistema


inmunitario (hipofisitis)
 Infecciones del cerebro, como la meningitis, o infecciones que se pueden diseminar
al cerebro, como la tuberculosis o la sífilis

Tiroides.

Tiroides: Recibe el nombre de Tiroides, por su ubicación cercana al cartílago escudo de la


laringe (tiroides). Es una glándula perteneciente al sistema endocrino (SE) cuya función
consiste en producir la cantidad necesaria de hormonas tiroideas para satisfacer la demanda
de los tejidos periféricos. Las hormonas tiroideas intervienen de forma decisiva en el desarrollo
del cerebro, en el crecimiento somático y en la regulación de numerosos procesos
metabólicos.

3) Embriología: La glándula tiroides es la primera glándula endocrina que aparece


durante el desarrollo embrionario, puede identificarse a los 16-17 días de gestación,
cuando aún está en contacto con el corazón en desarrollo. Su origen es endodérmico y
se forma como un apéndice en las bolsas faríngeas cuarta y quinta. El tiroides migra
caudalmente siguiendo el camino del conducto tirogloso; hacia los 40-50 días alcanza
su localización anatómica definitiva, después de fracturarse el tirogloso. Comienza a
secretar hormona tiroidea a las 20-24 semanas. Al nacimiento pesa 1-3 g y en el adulto
pesa alrededor de 20 g.

4) Morfología externa: La glándula tiroides humana consta de dos lóbulos situados a


ambos lados de la porción de la tráquea superior unidos por una banda delgada de
tejido, el istmo, el que en ocasiones presenta un lóbulo piramidal, y normalmente pesa
entre 15 y 20 gr. Su irrigación está dada por medio de dos arterias, la arteria tiroidea
superior que proviene de la arteria carótida externa y la arteria tiroidea inferior que
proviene de la arteria subclavia, con un flujo sanguíneo más elevado por gramo de
tejido que el de ningún otro órgano del cuerpo, exceptuando el glomus carotídeo y el
riñón. Es, junto con el testículo, la única glándula endocrina que puede explorarse por
palpación, método por el que puede apreciarse su posible hipertrofia.
5) Histología: La tiroides posee una estructura en lóbulos que están separados por tejido
conectivo por el que transcurren los vasos sanguíneos, a los cuales se liberarán las
hormonas ya procesadas. Los lóbulos contienen a los folículos, que están formados por
las células foliculares también llamadas “tirocitos”, formando un epitelio simple
cúbico, y por el coloide. Entre los folículos se encuentran otras células denominadas
parafoliculares. El carácter glandular endocrino de las células foliculares y
parafoliculares se debe a su capacidad para producir y liberar hormonas que serán
incorporadas y transportadas por los capilares sanguíneos que atraviesan el tiroides.
Las células foliculares producen las hormonas tiroideas T3 (triiodotironina) y T4
(tiroxina), mientras que las parafoliculares liberan calcitonina. El coloide ocupa el
interior del folículo y está formado mayoritariamente por tiroglobulina, proteína
producida por las propias células foliculares que sirve de precursor para la síntesis de
las hormonas tiroideas T3 y T4.
La tiroides es la única glándula endocrina que almacena grandes cantidades de
hormonas. Este aspecto tiene gran importancia en la homeostasis hormonal, ya que
provee una gran protección contra la carencia hormonal en el caso de que la síntesis
se encuentre interrumpida.
6) Biosíntesis de las hormonas tiroideas:

Metabolismo del yodo

La síntesis de cantidades normales de hormonas tiroideas requiere un aporte adecuado de


yodo a la glándula tiroidea. El yodo es aportado por los alimentos y el agua, constituyendo un
componente fundamental de la estructura molecular dichas hormonas. Se requieren
cantidades mínimas necesarias de este micronutriente, establecidas en 90-120 µg/día para
niños y adolescentes, 150µg/día para adultos y ˃ 200µg/día para mujeres embarazadas o que
amamantan. El yodo contenido en los alimentos se encuentra predominantemente en forma
de yoduro, que tras su casi total absorción por el aparato digestivo, pasa al líquido extracelular.
La tiroides capta y concentra la mayor parte del yoduro del líquido extracelular, donde sólo
permanece una pequeña proporción del yodo ingerido. En los humanos, la mayor parte del
yodo se encuentra en la glándula tiroidea y el resto se sitúa en el líquido extracelular, en el
denominado fondo común del yoduro. El yodo entra en este fondo común por tres vías:
1) Proveniente de los alimentos.

2) Desde el tiroides por difusión.

3) Desde los tejidos, tras liberarse yoduro mediante la desyodación de las hormonas tiroideas

Mientras que sale de dicho fondo común por dos vías:

1) Por captación tiroidea.

2) Por eliminación a través de la orina (90% del yodo ingerido).

Las glándulas gástricas y salivales son capaces de concentrar el yoduro en sus secreciones,
pero el transporte de yoduro en estos sitios no responde a la estimulación por la TSH. Las
glándulas salivales contienen enzimas que son capaces de yodar la tirosina en presencia de
peróxido de hidrógeno aunque la cantidad formada es insignificante.

Transporte de yodo en la célula tiroidea

La síntesis de hormonas tiroideas requiere la captación de yodo (I¯), a través de la membrana


basolateral, pasando al interior del tirocito, su transporte a través de la célula y su salida a
través de la membrana apical hacia el lumen folicular. En la síntesis de estas hormonas
aparecen implicados varios sistemas enzimáticos especializados, entre los que se destacan el
NIS (sodium-iodide symporter) y la peroxidasa tiroidea (TPO). El NIS cotransporta dos iones de
sodio junto con un ion de yodo y utiliza el gradiente de Na+ para la translocación ascendente
de I¯ en contra de su gradiente electroquímico. La energía requerida para producir el gradiente
sodio proviene de la Na+ /K+ /ATPasa.

El NIS es una glucoproteína de membrana localizada en la membrana basolateral de los


tirocitos y contiene 643 aa. La TSH hipofisaria no sólo regula la transcripción y síntesis de NIS,
sino que también controla su actividad mediante mecanismos transcripcionales.

La pendrina, otra glucoproteína específica de 780 aa del tejido tiroideo implicada en la síntesis
de hormonas tiroideas, se localiza en la membrana apical de los tirocitos, en el riñón y en el
oído interno. En el riñón, juega un papel importante en el metabolismo ácido-base, mientras
que en el oído interno influye en la generación del potencial endococlear.

La influencia de esta proteína sobre la transferencia de yodo desde el tirocito hacia el lumen
folicular, su localización en la membrana apical del tirocito, así como el defecto en la
organificación del yodo observado en pacientes con síndrome de Pendred, sugieren que la
pendrina constituiría un transportador apical de yodo de las células tiroideas que influiría, al
menos en parte, en la transferencia apical de yodo.

Síntesis de la tiroglobulina

La Tiroglobulina (Tg) es una glucoproteína polipeptídica con un peso molecular de 660 KDa,
que acumula más del 80% del yodo del organismo. Esta proteína constituye el sustrato sobre el
que se sintetizan las hormonas tiroideas y representa el componente principal del coloide
contenido en el lumen folicular tiroideo.
La síntesis de la cadena polipeptídica de la Tg tiene lugar en los ribosomas del retículo
endoplásmico rugoso. Los dímeros de Tg adecuadamente plegados migran al aparato de Golgi,
donde se produce su glucosilación y sulfatación. Las moléculas de Tg glucosilada se
empaquetan en vesículas exociticas saliendo así del aparato de Golgi. Estas vesículas se funden
con la membrana apical del tirocito que bordea el lumen folicular, liberando su contenido de
Tg al coloide.

No toda la Tg internalizada es degradada, 10% pasa por transcitosis directamente al suero,


merced a la acción de la megalina.

Yodación de la tiroglobulina. Síntesis de las hormonas tiroideas

Si bien la Tg humana contiene unos 110 residuos de tirosina o tirosílicos, sólo una fracción muy
pequeña de dichos residuos llega a yodarse. Se han descrito varias zonas principales en la
molécula de Tg donde se produce la unión covalente del yodo (que se denominan zonas
hormonogénicas).

Estas zonas, determinadas por sus estructuras primaria y terciaria, están constituidas por
residuos tirosílicos que se yodan de manera preferente frente a otros residuos por acción de la
TPO.

La TPO es la enzima principal de la síntesis de hormonas tiroideas. Cataliza la oxidación del


yoduro al yodo y la yodación de determinados residuos tirosílicos de la Tg e interviene en el
acoplamiento de las moléculas de yodotirosina (monoyodotirosina [MIT] y diyodotirosina
[DIT]) para formar yodotironinas (T4 mediante el acoplamiento de dos residuos DIT, y T3
mediante el acoplamiento de un residuo MIT y otro DIT).

Estos procesos tienen lugar en el exterior de la membrana apical de los tirocitos, en presencia
del peróxido de hidrógeno (H2O2) que actúa como un aceptor de electrones (en ausencia de
H2O2, la TPO carece de actividad catalítica). El sistema generador de H2O2 asociado a la TPO
está catalizado por dos enzimas dual oxidadas, DUOX1 y DUOX2 (también denominadas THOX1
y THOX2), enzimas dependientes de Ca2+ y NADPH.
7) Factores que controlan los niveles de hormonas tiroideas:

EJE HIPOTÁLAMO – HIPÓFISO – TIROIDEO (HHT)

Los componentes esenciales del sistema regulador de la función tiroidea lo constituyen la


hormona hipotalámica liberadora de tirotropina (TRH), la tirotropina u hormona hipofisaria
estimulante del tiroides (TSH) y la triyodotironina (T3). La TRH y la TSH ejercen un efecto
estimulador, mientras que la T3 ejerce un efecto inhibidor. La tiroxina (T4) procedente de la
glándula tiroides pasa al plasma y debe desyodarse a T3, la que interactúa con el receptor
nuclear de la célula tirotropa hipofisaria. Otras hormonas, algunos neurotransmisores y
distintas situaciones fisiológicas pueden afectar al funcionamiento del sistema o alterar su
punto de ajuste. La autorregulación de la propia glándula tiroidea en función de los niveles
circulantes del yodo, también contribuye al control de la función tiroidea.

El control sobre la síntesis de la TRH en el hipotálamo y de la TSH en la adenohipófisis se realiza


fundamentalmente mediante la inhibición de dicha síntesis a nivel transcripcional por las
hormonas tiroideas. La regulación negativa de la expresión génica de ambas hormonas por la
T3 juega un papel fundamental en el control del eje HHT, efecto mediado a través de la
isoforma beta del receptor de las hormonas tiroideas (TR). (Se verá en detalle más adelante).

8)

También podría gustarte