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ESTADO DE LA CUESTIÓN SOBRE LOS PRINCIPALES IMPACTOS DEL USO

DE LAS REDES SOCIALES EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES DE


LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES DE HISPANOAMÉRICA EN LOS ÚLTIMOS
10 AÑOS

Hace unas décadas, la socialización demandaba mayor contacto directo con el entorno
social. Comunicarnos con los amigos o familiares lejanos requería mayor tiempo, no era de
forma inmediata o masiva, ello, debido a que nuestra dimensión social se desarrollaba sobre
la base de nuestras experiencias directas, es decir, en el plano presencial. Además, no se
contaba con herramientas tecnológicas de comunicación que facilitaran la socialización
entre las personas. Hoy en día, la evolución de la tecnología ha cambiado radicalmente el
proceso de comunicación en los últimos años.

En este contexto, es tan importante el manejo estas herramientas para relacionarse que
quien no sabe utilizarlas es denominado “analfabeto digital” (Arnao, 2016, p.23). Según
Nobles et al. (2016), las personas han modificado la forma en que se comunican, debido a
la creación de plataformas virtuales que hacen este proceso de comunicación más sencillo.
Ejemplo de ello son las redes sociales que sirven como una herramienta para agilizar la
comunicación entre las personas, principalmente los jóvenes, ya que les permite
relacionarse con sus pares y los mantiene en constante interacción social. De acuerdo con
Mercedes Carrizo (2012), en el año 2002 su uso empezó a cobrar mayor importancia con la
creación de ‘Friendster’. Esta red permitía la conexión en línea de amigos y consiguió más
de tres millones de usuarios. En los años siguientes, se crearon otras dos redes sociales que
alcanzaron mayor popularidad, MySpace y Facebook. Sin duda, Facebook se posicionó
como la red más utilizada por los adolescentes. Esta red fue creada inicialmente con el
objetivo de mantener en contacto a los estudiantes de la Universidad de Harvard; sin
embargo, debido a la facilidad de conexión, su uso se extendió a los diferentes espacios de
interacción social. Mark Zuckerberg, su creador, le agregó al portal cambios que le dieron
originalidad y mayor necesidad de acceso y uso.

Las redes sociales han alcanzado tal importancia por su flexibilidad en el intercambio de
información, rasgo que las dota de popularidad entre la población de jóvenes y
adolescentes. Según el INEI (2016), en el Perú, el 63,5 % de la población entre 12 y 18 y el
68,5% entre 19 y 25 años tienen más acceso y adicción a las redes sociales, constituyendo
así a los jóvenes y adolescentes como los mayores usuarios de las redes sociales.
Asimismo, el informe de CEPAL (2017) afirma que los jóvenes utilizan más las redes
sociales para relacionarse con personas de su misma edad, pero también para fines laborales
y académicos.

Por lo anterior, la temática de este estado de la cuestión se centra en Hispanoamérica en los


últimos 10 años, periodo en que las redes sociales han tenido mayor impacto en las
relaciones interpersonales de los adolescentes y jóvenes. La falta de límites en el uso de las
redes sociales genera preocupación por el impacto que puedan tener en la socialización de
los adolescentes y jóvenes, ya que son una generación que ha crecido de la mano con la
tecnología. Por ello, consideramos relevante conocer este tema a profundidad a fin de
comprender los posibles impactos positivos y negativos en las actitudes y comportamientos
sociales de los adolescentes y jóvenes que, como nosotros, han naturalizado el uso de estas
plataformas virtuales como canales de comunicación en sus relaciones interpersonales
cotidianas.

El uso de las redes sociales por los adolescentes y jóvenes, como se aprecia anteriormente,
causa impactos en el entorno en que ellos viven, pues el prolongado tiempo en que ellos
puedan usar esta nueva tecnología los hace vulnerables y los alejan de sus relaciones reales.
Las relaciones familiares son las más afectadas por el uso excesivo de las redes sociales.
Según Medina (2017), la familia se le puede definir como:

La unidad más pequeña de la sociedad, en la cual se transmite la cultura de


generación en generación (...). Es un sistema en el cual los miembros del grupo
están interrelacionados, y al mismo tiempo mantienen una influencia continua de
unos sobre otros, por lo que la conducta de cada uno influye y, a la vez, se ve
influida por la de los demás creando una retroalimentación. (p. 8)
Como señala la autora, la familia es la unidad básica de la sociedad que está formada por
miembros que comparten ciertas costumbres y normas básicas para una convivencia
armónica. El diálogo entre los miembros de familia crea espacios de interacción entre los
mismos, que se van fortaleciendo por las respuestas que surgen a ciertos problemas en el
ámbito familiar. Por ello, se crea una retroalimentación entre los padres e hijos, la cual se
solidifica en base a la confianza que los congéneres desarrollen con sus hijos. Sin embargo,
hoy en día, esta retroalimentación entre los congéneres no se realiza de forma eficaz. El uso
frecuente de las redes sociales por los jóvenes ha aminorado la comunicación existente
entre los miembros de la familia (Belart & Ferrer, 2009).

Por un lado, un impacto de las redes sociales en las relaciones familiares es la desunión del
joven con su familia. Esto ocurre debido a la adicción que los adolescentes y jóvenes tienen
por las redes sociales y la poca empatía que estos desarrollan con su entorno. En la misma
línea que los autores anteriormente citados, Molina y Toledo (2014) afirman que se produce
una transmutación en la comunicación del joven con su hogar, pues las charlas entre padres
e hijos se limitan a una conversación casual y se va perdiendo la conexión entre ellos. En
ese sentido, aunque varios padres intentan mantener una comunicación con sus hijos, es
decir, tratan de estar en el mismo espacio que ellos, para así poder entenderlos o facilitar su
diálogo con ellos, varios de estos intentos no son efectivos. Al respecto, y de acuerdo con lo
propuesto por las fuentes anteriores, el psicólogo Rayo (2014) señala que:

Aunque los adolescentes muestren un interés por establecer nuevas relaciones con
personas ajenas a la familia, los padres aún tienen un papel crítico en el desarrollo
de los mismos. Sin embargo, si la interacción entre los padres e hijos no es la
adecuada y positiva, se puede dar la aparición de problemas que desestabilicen la
dinámica familiar (p. 10).

De la cita anterior, el autor nos da a entender que los padres tienen una labor importante en
relación con la crianza de sus hijos, ya que son ellos quienes los forman de acuerdo con sus
enseñanzas. Este tipo de interacción que debe existir entre ellos no se concreta, debido a la
poca atención que los jóvenes muestran por sus padres o viceversa. Así, la falta de
comunicación entre los miembros de la familia genera un desbalance en la dinámica
familiar que termina desuniendo a la familia (Rayo, 2014). De esta forma, según lo
indicado por los autores citados, se evidencia cómo el uso excesivo de las redes sociales,
por parte de los adolescentes y jóvenes, decrece los niveles de comunicación en la familia.

Por otro lado, el uso continuo de las redes sociales también ocasiona que los adolescentes y
jóvenes se sientan motivados a mostrar cierta independencia de su familia. Esta motivación
surge debido a la poca interacción existente entre sus padres y sus hijos, quienes se
sumergen en las redes sociales para evitar cualquier contacto con su entorno familiar. De
esta forma, muchos adolescentes y jóvenes se muestran indiferentes a obedecer las reglas
impuestas por sus padres en el hogar, lo que genera discusiones y malentendidos que
terminan motivando la independencia de estos. Para Belart y Ferrer (2009) las reglas de
convivencia familiar son:

(…) acuerdos que se establecen entre los miembros de la familia, necesarias para
mantener un orden y que sirven para que las acciones se ejecuten de forma
satisfactoria para todos. Es importante saber que las normas no tienen que ser
utilizadas para restringir el cambio, sino para favorecer la funcionalidad, la
autonomía y el crecimiento personal de los componentes de una familia (p. 33).

De la cita anterior, se colige que las reglas son un sistema de apoyo que tienen los padres
con sus hijos para mantener un orden en ellos. A su vez, el uso de reglas condiciona la
comunicación entre los congéneres y permite una mejor interrelación entre sus miembros.
A pesar de que el uso de normas busca favorecer la autonomía de sus hijos, en varias
ocasiones, los adolescentes y jóvenes las tergiversan y le dan otro sentido según su
conveniencia. Asimismo, el uso de las redes favorece que estos busquen una mayor libertad
que termina perjudicándolos. Por eso, en varias situaciones la relación entre padre e hijo
resulta tediosa, debido a la falta de comprensión y asimilación de las reglas (Belart &
Ferrer, 2009). Por último, y a diferencia lo señalada por Belart y Ferrer, la independencia
que se crea por el uso de las redes sociales en los jóvenes ocasiona una ruptura familiar por
la falta de afecto de sus padres (Arnao, 2016). Esta falta de afecto que sienten los
adolescentes les aparta de su familia, tal como lo dice el psicólogo Jorge Arnao en la
siguiente cita:

El adolescente de acuerdo a su desarrollo psicológico busca ser independiente de sus


padres y desea hacer las cosas a su modo y parecer, lo que le genera conflictos y
dificultades cuando no se siente comprendido. Los adolescentes en su desarrollo
psicológico buscan una identidad propia, y en esa búsqueda se vuelven más
vulnerables (…) (2016, p. 28).

De este modo, Arnao en la cita anterior explica cómo la independencia del joven es un
rasgo psicológico que surge en la adolescencia, que puede generar desestabilidad emocional
en la familia sin la debida orientación de los padres. Los conflictos existentes en el entorno
de su familia lo separan y ocasionan en él un sentimiento de incomprensión. Además, la
falta del rol activo de la familia causa un vacío en el adolescente, el cual busca
reemplazarlo con el uso de las aplicaciones sociales (Arnao, 2016).

Las redes sociales también han afectado de forma directa las relaciones amicales que los
adolescentes y jóvenes sostienen. Según Carrizo (2012), para estos últimos, las relaciones
interpersonales y las amicales son consideradas como la base de la formación de su
identidad y personalidad. En tal sentido, es importante analizar el impacto que las redes
sociales han causado en las relaciones amicales de los adolescentes tras su aparición.

El primer impacto de las redes sociales sobre las relaciones amicales es la ruptura del lazo
amical entre los adolescentes. Esta situación es consecuencia de la gran popularidad que las
redes sociales han alcanzado a través de los años. En la actualidad, muchos adolescentes
reemplazan el tiempo que podrían compartir con sus amistades cercanas, en conectarse al
Internet. La existencia de diversas redes sociales como Twitter, Facebook, MySpace y
Tuenti proporciona a los jóvenes las herramientas para estar conectados con sus pares. La
conectividad que el internet ofrece a los adolescentes incrementa las relaciones virtuales de
amistad que se dan por medio de las redes sociales. Estas amistades virtuales se
caracterizan por restar espacio e importancia a las relaciones presenciales de amistad, pues
los jóvenes optan por aislarse del entorno que los rodea para insertarse en los espacios
cibernéticos que el internet les ofrece. Así lo indica Carrizo (2012):

La irrupción de las redes sociales que, lejos de ser un modo de acercamiento y


proximidad entre las personas, profundizan aún más las diferencias entre grupos y
los separan, al punto que, lo que podría ser utilizado como una forma de
interrelacionarse y enriquecerse del contacto con otros, lleva a distanciarlos y a
generar enfrentamientos en el campo virtual que, en casos extremos, se convierten
en peleas o agresiones en el mundo real (p. 14).

Como señala el autor, las redes sociales, más allá de generar acercamiento entre las
relaciones interpersonales, ocasionan distanciamiento entre los jóvenes por malentendidos
causados en la red. En la actualidad, muchos jóvenes publican sus estados de ánimo,
comparten imágenes y comentan otras publicaciones con el objetivo de recibir respuesta de
su círculo de amigos virtuales. Si esto no sucede, el adolescente se deprime y muestra
resentimiento con su entorno, lo que conlleva a peleas y agresiones en el mundo real. Es
así, que el primer impacto que las redes sociales ocasionan en las relaciones amicales es la
ruptura del lazo amical.

Adicionalmente, es importante resaltar que la ruptura del lazo amical también se evidencia
por el distanciamiento afectivo. La mayoría de los adolescentes que hacen uso de las redes
sociales tienen menos posibilidades de formar amistades “verdaderas”, pues el espacio en
que estos se desarrollan socialmente es un espacio totalmente virtual. De hecho, de acuerdo
con Herrera (2008, como se cita en Gómez & Marín, 2017):

(…) el manejo de las relaciones de los jóvenes en las redes sociales se hace menos
intensa en el plano físico, pues se ofrece cientos de maneras de comunicarse, sin la
necesidad de verse frente a frente: a través de imágenes, textos, audios, y juegos,
observándose que hay miles de jóvenes de todos los rincones del planeta en las
redes sociales con los que pueden interactuar de forma virtual. Para el adolescente,
la red social es una prolongación de su mundo, del grupo donde se siente
comprendido y con el que se identifica (p. 20).
En consecuencia, según el autor, los adolescentes tienden a relacionarse más por las redes
sociales, ya que estas ofrecen diversas formas de comunicación online. Por ello, el contacto
presencial se convierte en una característica menos importante en el desarrollo de las
relaciones amicales. Los jóvenes ven las redes sociales como un apoyo para ocultar sus
dificultades al entablar conversaciones cara a cara con sus pares. De esta manera, estos
crean nuevos perfiles que les permitan relacionarse con otros sin verse intimidados ni
avergonzados. Así es cómo el distanciamiento afectivo entre los jóvenes y adolescentes
debilita progresivamente las relaciones amicales que estos sostienen con sus pares.

El distanciamiento afectivo explica por qué los jóvenes y adolescentes no logran desarrollar
las habilidades sociales necesarias para sostener relaciones amicales de forma asertiva. Para
el psicólogo Ramírez Fernández (2009, como se citó en Molina & Toledo, 2014), lo
explicado es conocido como “analfabetismo relacional”, que es la ausencia de habilidades
sociales básicas para el desarrollo de las relaciones interpersonales. Ejemplo de ello es la
falta de empatía que los jóvenes muestran en sus relaciones amicales, la cual se refleja por
la indiferencia que estos muestran hacia los sentimientos, necesidades y faltantes que sus
pares puedan tener. Sin la empatía, es muy difícil que puedan establecer patrones de
similitud con el entorno, que les permitan comunicarse de forma asertiva con otros
individuos.

Si bien las redes sociales han logrado que las personas creen vínculos de amistad por medio
de ellas, es imposible que estas puedan lograr que las personas desarrollen empatía de
forma “verdadera” sin ningún contacto físico entre ellos. Muchos adolescentes, que hacen
uso constante de las redes sociales, virtualizan su entorno, pues se acostumbran al uso de
los likes y de los comentarios a los estados de ánimo para mostrar su empatía con otros. Es
así que para algunos adolescentes, fuera del entorno virtual, mostrar empatía hacia sus
amistades presenciales es una tarea muy difícil de realizar (Humberto, 2012).

Los jóvenes también desarrollan el phubbing por la adicción a las redes sociales. El hecho
de estar siempre en contacto o en línea (online) ha generado que muchas relaciones
interpersonales estén en peligro, pues muchas personas, independientemente de con quién
estén reunidas, no pueden dejar de lado sus aparatos tecnológicos por miedo de perder la
conexión con su mundo virtual (Salas, 2014). De esta forma, se reduce la interacción
recíproca que las personas desarrollan con su entorno social, pues existen pocas
oportunidades de entablar conversaciones libres de los aparatos tecnológicos. En esa línea,
el neurólogo Wielink (2014, como se cita en Obregón, 2015) recalca el impacto negativo
que el phubbing puede causar en los adolescentes, quienes pueden presentar problemas de
déficit de atención o síndrome de hiperenfoque a lo largo de su proceso de crecimiento.
Esto ocurre debido al uso excesivo de las redes sociales, al extremo de que su entorno
social esté basado en los ciberespacios.

Otro impacto que ha generado las redes sociales en los jóvenes es la aparición de amistades
fugaces. A diferencia de lo mencionado anteriormente, este es un impacto positivo, pues se
generan nuevas relaciones de amistad. De esta forma, en los últimos diez años, el internet y
las redes sociales se han vuelto un medio indispensable para generar amistades virtuales de
corta duración. Pero, antes de continuar, es importante conocer la definición de una amistad
fugaz. Al respecto, Xavier López y Danny Rodríguez (2014) mencionan que: “a veces
encuentras personas en el camino que tienen mucho impacto en nuestras vidas. Estás con
ellos unas horas o unos días, y después no los vuelves a ver. Son amigos fugaces que
marcan tu vida y nunca olvidas” (p. 32). Se puede entender de la cita anterior que una
amistad fugaz es aquella que dura poco tiempo, pero con la que se comparte algo en común
con alguien y se disfruta.

Según un artículo publicado por Echeburría y De Corral (2013), debido a la alta relación
que existe entre las redes sociales y el ser humano, poder entablar una relación amistad se
ha vuelto más fácil. Un ejemplo de ello es Tinder, la cual es una aplicación para conseguir
citas y nuevas amistades teniendo por afinidad los mismos gustos. Tinder permite conocer
diversos tipos de personas con diferentes características ya sea de tu mismo país o no, lo
que la vuelve más atractiva para el usuario. Una vez que ambas personas coinciden, la
aplicación comunica a ambos usuarios que ya pueden intercambiar mensajes y entablar una
conversación. Al inicio, puede haber mucha química entre las personas contactadas, pero,
con el pasar del tiempo, la confianza que hubo en ambos se puede ir perdiendo. En
consecuencia, el interés de seguir conversando con la persona contactada puede disminuir o
incluso terminarse. De esta forma, las personas pueden contactar muy rápido a alguien a
través del internet. Sin embargo, pocos son los casos en los cuales las relaciones de amistad
perduran por muchos años. Por lo general, este tipo de interacción se pierde conforme
pasan los días o meses, con lo que se vuelve al inicio, a seguir contactando nuevas
amistades a través de estas aplicaciones virtuales.

A diferencia de lo señalado en el párrafo anterior, una de las desventajas que tienen las
redes sociales es que, al ser una señal abierta para cualquier tipo de persona, es fácil que
exista acoso virtual (Arnao, 2016). Hoy en día es muy sencillo crear identidades falsas en
las redes sociales, es posible simular ser un niño, joven o adulto. La creación de estas
identidades genera que se sea más propenso a ser víctima del acoso virtual, ya que se
desconoce la identidad de la persona que está al otro lado de la pantalla. Según
Villacapampa y Gómez (2016), una de las prácticas más comunes de acoso sexual sobre
todo a adolescentes es el grooming. Este consiste en el acoso sexual progresivo hacia un
niño o joven. El acosador empieza buscando en los espacios públicos de internet, en los
sitios como Facebook, lo cual permite que los jóvenes den a conocer sus estados de ánimo,
sus logros, caídas. Esto permite poder tener información de ellos, lo que facilita el
acercamiento a la víctima. Una vez obtenida la información de la víctima, el acosador
intenta ganarse la confianza de su víctima a través de conversaciones diarias. La confianza
generada permite que el adolescente intercambie material pornográfico con su acosador, sin
saber el peligro que esta acción puede causar en el futuro. El contenido ya en el poder del
agresor obliga a su víctima a que le siga pasando contenido sexual, en ocasiones
obligándola a encontrarse cara a cara, lo que eleva las posibilidades de que la víctima sea
abusada sexualmente y, en algunos casos, asesinada.

Otro problema que existe en las redes sociales es el sexting, que puede considerarse como
una manifestación extrema de agradar a la otra persona, para poder conseguir su aceptación
haciendo “lo que sea”: mandar fotografías o videos con desnudos o semidesnudos y así
recibir la aceptación del grupo (Soto, 2014). Estos actos de enviar imágenes o videos
eróticos personales pueden tener un mal uso por parte de las personas a las que se les envía
el contenido. Estas pueden ser difundidas en las redes sociales y haciendo que estén en boca
de todos, lo que conlleva a la burla y a la agresión verbal.

En los últimos años, algunos padres de familia han ido mejorando su conversación con los
hijos con respecto a temas sexuales, pero, no son todos, lo que genera que los jóvenes
escuchen las opiniones de los amigos y se dejen llevar por ellas. En muchos casos se
comparten malos consejos, como el de poder compartir contenido sexual por medio de las
redes sociales, sin que nadie de su familia se entere. En nuestro país no se toma con
seriedad este tema, y en vez de contrarrestar a que se siga aumentando el sexting, la prensa
difunde casos en los cuales se ve este acto como si no fuera peligroso, sino más bien como
si fuera normal en la sociedad.

El tercer impacto de las redes sociales a tratar se desarrolla dentro del ámbito laboral.
Antes, esto no era común, pues su uso era prácticamente nulo. Se creía que estas
aplicaciones virtuales no permitirían un buen desempeño por parte de los trabajadores y
generarían distracciones, creando una barrera de comunicación entre los colegas. En la
actualidad, se sabe que esta idea es totalmente errónea, pues las Tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) pueden aportar beneficios a las empresas, siempre y
cuando se establezcan ciertos límites y reglas generales.

En primer lugar, las redes sociales pueden usarse como un instrumento de conectividad
entre colegas. Gómez (2016) hizo una publicación sobre este tema dentro del contexto
laboral. Al respecto, se señala que:

Las redes sociales pueden actuar como un elemento a favor en el sentido de que se
crearon “los chats de empresa”, herramientas que funcionan como un whatsapp y
que te permiten resolver dudas de forma inmediata con tu interlocutor y que incluso
servirán para discutir sobre temas de trabajo con aquellos que tienes a tu alrededor
(…) (p. 35).

Como se puede apreciar en el texto, una de las principales funciones que tienen las redes
sociales en el trabajo es el de acortar las distancias para lograr una comunicación más
rápida y segura entre los trabajadores. Gómez (2016) refiere que:

Mejora la comunicación interna, o lo que es lo mismo, la interacción con otras sedes


de la empresa. Es otra de las ventajas que se desprenden de usar las redes sociales
en el trabajo. Muchas organizaciones disponen de sedes en diferentes partes del país
o del mundo. Esta conexión en internet permite a los trabajadores de los diferentes
departamentos estar permanentemente conectados, lo que reduce los costes en la
comunicación y la logística (p. 42).

Ambos autores expresan que el uso de las redes sociales, durante las horas laborables, trae
beneficios para la empresa. El primero nos habla sobre cómo Facebook reaccionó ante este
hecho creando los chats de empresas, los cuales se popularizan cada vez más. Asimismo,
nuestro segundo autor, no se fija únicamente en las empresas pequeñas y medianas, sino
que se centra en las transnacionales. Él nos dice que la interacción mediante este tipo de
tecnología no solo reduce el tiempo empleado para resolver dudas, sino que también los
gastos que se refieren a comunicación y logística. En conclusión, ambos textos nos llevan a
una misma idea: optimización del tiempo.

En segundo lugar, las redes sociales pueden ser una vía de contacto directo con los clientes.
Está claro que los consumidores siempre buscan obtener lo que desean de una manera más
rápida y sencilla. Por ejemplo, unas de las actividades que las personas odian hacer es tener
que emplear su tiempo en ir a una sede de la empresa que le vendió un producto para poder
aprender a usarlo o resolver una pequeña duda. Según Gómez (2016), los gerentes se dieron
cuenta del problema que tenían sus compradores y decidieron tomar medidas como el
implementar las redes sociales en su forma de trabajar. En la actualidad, la mayoría de
empresas posee una página de Facebook, la cual usan para mantener a sus clientes al tanto
de todo lo que pasa internamente, e incluso, participar en sorteos. Pero, el principal
beneficio, que otorgan estos sitios webs, es el hecho de poder tener una comunicación
directa entre la empresa y el cliente. Estos avances tecnológicos han permitido que los
compradores puedan resolver sus problemas o dudas enviando un mensaje desde su móvil.

De acuerdo con Echeburría y De Corral, “Facebook, Twitter o Instagram son algunas de las
preferidas por los usuarios para expresar sus opiniones y establecer un diálogo activo con la
corporación.” (2013, p. 92). La mayoría de clientes prefieren estas redes sociales porque
son públicas y de acceso inmediato. Las empresas han analizado esta situación y han
tomado ciertas medidas sobre estas características, para generar mayores espacios virtuales
de publicidad y de contacto directo con su mercado objetivo.

En tercer lugar, se pueden generar redes de contactos profesionales, lo que los estudios han
denominado networking. La principal razón por la que se crean estas redes es para
conseguir trabajo, pero, no solo es eso, sino que también se pueden compartir experiencias
y aconsejar a personas en busca de empleo. Si se es dueño de una empresa, esta red permite
ofrecer nuevos puestos de trabajo, o también, dar a conocer el negocio a nuevos clientes.

En este entorno tecnológico, ya no es común enviar el currículum vitae para solicitar un


empleo. Es más, los portales de búsqueda de trabajo están desapareciendo. Ahora, como
afirma García (2013, como se citó en Gómez, 2016), los puestos de trabajo se consiguen
principalmente mediante contactos virtuales. Un ejemplo de lo mencionado es LinkedIn, la
cual es una comunidad social dirigida principalmente a las empresas, a los negocios y el
empleo. En esta red profesional es posible crear un perfil en base a la experiencia laboral,
las cualidades y destrezas. A partir de esto, la misma web contacta a los aspirantes con
numerosas personas que conocerá, y con las cuales irá formando su propia red de contactos
para tener más probabilidades de conseguir empleo.

De acuerdo con Nobles et al. (2016), uno de los beneficios que tiene usar el networking
consiste en “(…) gestionar una carrera profesional a futuro. Los jóvenes recién egresados
de distintas profesiones establecen contactos vía redes sociales y consideran obligatorio la
creación de un perfil profesional en estas para alcanzar plazas cada vez más afines a sus
intereses.” (p. 24). Cabe precisar, además, que estas redes de contactos no solo ayudan a
conseguir trabajo, sino que anteriormente pudieron ayudar incluso a tomar una decisión
sobre la carrera que los jóvenes desean seguir al término de sus estudios escolares. Como el
autor menciona, existe una interacción muy favorable para las personas que se comunican
sobre asuntos profesionales y laborales. Por un lado, el investigador se nutre de
información que lo ayudará a tomar una mejor decisión, la cual se basa en opiniones de
personas que se desarrollan habitualmente en el campo laboral elegido. Por otro lado, el
trabajador tiene alguien a quien contarle sus experiencias en su centro de labor y desarrollar
ciertas habilidades comunicativas.

Aquellos que son capaces de dominar el networking, por lo general, obtienen mejores
puestos de trabajo con un mejor sueldo con respecto a las demás personas que aún no se
contactado en este tipo de redes. Esto se debe a que, en la página, se reciben consejos de
parte de expertos en el campo laboral en el que se desee trabajar.
En síntesis, se han evidenciado diversos impactos que las redes sociales ocasionan en el
desarrollo de las relaciones interpersonales de los jóvenes y adolescentes. Lo impactos más
relevantes con respecto a las relaciones interpersonales son los siguientes: 1. En las
relaciones familiares, se ha evidenciado un claro decrecimiento de los niveles de
comunicación entre los jóvenes y sus congéneres, poca disponibilidad de los jóvenes de
obedecer las reglas de convivencia familiar y la ruptura temporal o permanente del vínculo
familiar, pues no existen espacios que impulsen el afecto familiar o la comunicación; 2. En
las relaciones amicales, los jóvenes han disminuido el contacto directo con sus amigos
cercanos por la creación de nuevas amistades fugaces, lo cual se muestra a través del
distanciamiento afectivo, la falta de empatía y el desarrollo del phubbing. Este último a su
vez, ha ocasionado que muchos jóvenes sean víctimas de acoso virtual y 3. En las
relaciones laborales, estas pueden ser muy beneficiosas, debido a una mejor comunicación
entre los miembros del trabajo, lo que favorece una mejor coordinación. También, pueden
funcionar como una estrategia de la empresa para captar talentos e incluirlos en la
organización. Sin embargo, puede ocasionar distracción sin una regulación debida a los
trabajadores.

Después de finalizar con la investigación, planteamos como hipótesis que los principales
impactos del uso de las redes sociales en las relaciones interpersonales de los adolescentes
y jóvenes de Hispanoamérica en los últimos 10 años tienden a ser, por un lado, mayormente
negativos en sus relaciones familiares y amicales, y, por otro lado, positivos en sus
relaciones laborales. En las relaciones familiares y amicales se evidencian interacciones
frágiles, distantes y fugaces, así como el debilitamiento de interacciones presenciales y la
falta de empatía; mientras que en las relaciones laborales se observa que los adolescentes y
jóvenes, al ser nativos digitales, han desarrollado la habilidad de comunicarse
efectivamente mediante redes sociales cada vez más utilizadas en centros laborales, así
como la capacidad de comunicar sus perfiles profesionales.

Al finalizar esta investigación, surgen nuevas interrogantes: ¿qué efectos tienen las redes
sociales en la salud mental de los jóvenes y adolescentes en el Perú en los últimos cinco
años? y ¿cómo afecta el uso excesivo de las redes sociales a la percepción que los jóvenes
tienen sobre las decisiones que deben tomar como personas adultas en el Perú en los
últimos dos años? Es claro que el presente estado de cuestión no dará las respuestas a estos
cuestionamientos. Sin embargo, estas preguntas pueden ser el punto de partida para nuevas
investigaciones, relacionadas con el tema de este trabajo.
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