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Unidad 1 Tarea 2 - Yeina Solano - Grupo 10
Unidad 1 Tarea 2 - Yeina Solano - Grupo 10
Unidad 1. Tarea 2
Presentado por:
Cd. 1.048.710.460
Grupo: 201510_10
Tutora
Cead Yopal
Junio 2020
Introducción
Los cultivos ilícitos son uno de los principales problemas ambientales que enfrenta el
País, ya que presionan los bosques, destruyen los ecosistemas, la biodiversidad y el
capital social y humano. Existen varios factores que han determinado la expansión de
los cultivos de uso ilícito en Colombia, entre estas, la falta de una política agraria que dé
solución a los problemas de marginalidad económica y social del campesino, generada
en parte desde la crisis agrícola. Bajo los diferentes argumentos dados a conocer, sé
reconoce el origen y expansión de los cultivos de uso ilícito en Colombia como el
resultado de múltiples causas, económicas, sociales y ambientales, que han producido
procesos de cambio en algunos territorios. Por lo tanto, para plantear posibles
soluciones a los campesinos ante este fenómeno es necesario conocer las causas
estructurales, las características culturales y socioeconómicas de los agricultores, así
como las motivaciones de las personas para arriesgarse a incursionar en su cultivo,
debido a que estos son aspectos poco tratados y generalmente puestos a un lado en el
momento de tomar la decisión sobre contenidos de orientación de las políticas públicas
denominadas genéricamente como lucha contra los cultivos ilícitos.
Cultivos de usos ilícito y ausencia de oportunidades para campesinos
Otra parte del problema es que el crecimiento de los cultivos de amapola, vinculado al
tráfico de heroína con destino a los Estados Unidos, este crecimiento se ha dado a la par
del alza en los niveles de violencia en las zonas de cultivos y la competencia de
múltiples estructuras criminales por el control del negocio.
Factores asociados al problema: Falta de apoyo por parte del estado colombiano a los
campesinos en la opción de implementar otros tipos de proyectos, de igual manera las
medidas aplicadas en las distintas regiones no tienen grandes variaciones. Por un lado,
se encuentra la erradicación forzada, con operaciones de aspersión área y erradicación
manual; por el otro, los programas de sustitución de cultivos ilícitos, que implican una
participación activa de comunidades que se comprometen a hacer el tránsito hacia una
economía legal con el apoyo del Estado.
La erradicación forzada puede tener efectos en el corto plazo, pero estos suelen no ser
sostenibles en el largo plazo. La aspersión aérea y la erradicación forzada tienen un
efecto inmediato en la disminución de cultivos; sin embargo, en el mediano plazo, esta
baja suele ser revertida con la aparición de nuevos cultivos. Para conseguir un descenso
significativo, se requiere de una intervención de gran escala, con un balance costo-
beneficio desfavorable.
Los efectos de la erradicación forzada tienden a recaer sobre los cultivadores, quienes
absorben los costos de las acciones realizadas por el gobierno. Los cultivos ilícitos
generalmente funcionan como un monopsonio, bajo el control de una organización
criminal que define el precio, independientemente de la oferta. Esta situación lleva a
que los costos de la erradicación recaigan sobre los campesinos, mientras que las
facciones criminales conservan suficiente margen de ganancia para mitigar el impacto
de las acciones del Estado.
También se crean más grupos armados con el fin de que los erradicadores teman de
llegar a los cultivos
Por culpa de la los cultivos ilícitos, en Colombia se han talado un millón de hectáreas de
bosques nativos en zonas de alta diversidad biológica y en la franja de bosques de
niebla. Esta tala indiscriminada ha ocasionado una erosión irreversible porque genera
una gran pérdida de fuentes de agua, entre otros desastres.
Una de las consecuencias graves que radica de los cultivos ilícitos es el microtráfico,
herramienta utilizada por el narcotraficante o jíbaro para incrementar el consumo de
drogas en el país, y más grave si este aumento de consumidores se está dando en
adolescentes y menores, produciendo traumas en familias enteras, donde, por desgracia,
un hijo se vuelve adicto llegando hasta la tragedia de soportar el suicidio de su ser
amado.
La crisis agraria colombiana, afecta a todos esos campesinos que confían en las
promesas del estado donde les prometen recursos para abandonar los cultivos ilícitos e
iniciar con otro tipo de actividades, pero nunca se llega a manos de estos trabajadores.
Otros factores que se suman a esta situación es que no cuentan con una buena
infraestructura vial para facilitar la transición a la economía lícita, no cuentan con una
administración de justicia y seguridad, no hay infraestructura para las necesidades
básicas insatisfechas (salud, educación, ni seguridad para comunidades y excombatientes
que han luchado en la erradicación de cultivos.
Uno de los factores que facilitarían la solución es tener una respuesta efectiva y
sostenible a los cultivos ilícitos, para esto se requiere de una base institucional mínima
que fortalezca la presencia del Estado, de incentivos para que los campesinos
abandonen esta actividad, de una respuesta diferenciada para los distintos eslabones de
la cadena (con alternativas económicas para los más débiles), y de intervenciones
acopladas a las características de cada territorio. No se trata de escoger entre el garrote y
la zanahoria, sino de tener una respuesta articulada que sea capaz de conectar la
seguridad y el desarrollo.
Juan Vergara, J. g. (03 de 07 de 2009). Fundacio ideas para la paz. Obtenido de Fundacion
ideas para la paz: http://www.ideaspaz.org/publications/posts/1685