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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA “SAN JUAN BOSCO”

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES


SEDE ESQUEL
SEMINARIO DE EXTENSIÓN Y POSGRADO
INTERVENCIÓN FAMILIAR

Clase 3.
Configuraciones familiares en Patagonia. Occidente en Patagonia: relato de
expedicionarios, nociones occidentales, archivos. Entre el campo y la ciudad, diferentes
territorios existenciales. Familia y biopoder: Estado de excepción y familias. Nuda vida.

Textos recomendados

AGAMBEN, Giorgio (2007) Estado de excepción. Buenos Aires, Adriana Hidalgo


Editora.

DELEUZE, Gilles (1991) “Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian Ferrer
(Comp.) El lenguaje literario, Tº 2, Ed. Nordan, Montevideo, traducción: Martín
Caparrós.

NAHUELQUIR, Fabiana; SABATELLA, Emilia y STELLA, Valentina (2011)


“Analizando los no saberes. Reflexiones de procesos de memoria-olvido a partir de
experiencias situadas de agenciamiento indígena”, en RevistaI dentidades, año1, Nº 1,
Instituto de Estudios sociales y políticos, F.H.C.S. U.N.P.S.J.B.

RAMOS, Ana (2010) Los Pliegues del Linaje. Memorias y políticas Mapuches-
Tehuelches en contextos de desplazamiento. Buenos Aires, EUDEBA

ROSE, Nikolas (2012). Políticas de la vida. Biomedicina, poder y subjetividad en el siglo

XXI. La Plata: UNIPE: Editorial Universitaria.

Video recomendado
Conferencia: “El genocidio de los pueblos de la Patagonia y las formas actuales del
negacionismo”. Walter Delrio
https://www.youtube.com/watch?v=elMqinBTtSA&t=1872s&ab_channel=INSTITUTOP
ATAG%C3%93NICODEESTUDIOSDEHUMANIDADESYCIENCIASSOCIALES

Dra. Rosa Soto


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INTERVENCIÓN FAMILIAR

Introducción:
En esta clase, les presento un breve extracto de mi trabajo de investigación con familias
mapuche-tewelche en territorios urbanos. Intento introducir algunas interpretaciones
fuera de los marcos convencionales de intervención a partir de la escucha de los relatos
y la contextualización de las políticas públicas colonizantes.
En Trabajo Social y, en las Ciencias sociales en general, podemos pensar los temas
comunitarios y familiares entre otros, a través de las deudas que estas lecturas plantean.
Una pregunta interesante y que me parece podemos usar como un eje transversal de
este seminario es el papel que juegan las teorías: ¿qué permite ver? O ¿qué oculta una
teoría determinada? En nuestro continente se han producido algunos aportes a una
lectura desde el continente para el continente y desde nuestra región para ver patagonia
y las categorías que resultan productivas para ver y problematizar la práctica cotidiana.
Comprender el mundo más cercano desde elaboraciones teóricas nacidas en los
entramados locales sin intención de cerrar a localismos, sino enriqueciendo el
pensamiento con categorías nacidas de las luchas y procesos emancipadores de
nuestros territorios habilitan territorios de pensamiento e intervención otros. La ciencia
occidental, no puede dar cuenta de la historia particular que se vive en América, de lo
más cercano a la nuestro. A esta perspectiva se suman otros intelectuales
latinoamericanos como Quijano, Milton Santo, Castro Gómez y Mariátegui.
En ningún caso la propuesta es a dejar de leer a los autores foráneos, sino que,
conociendo sus perspectivas interpretarlos con ojos descolonizados. La tarea no es
sencilla, tenemos montada toda una estructura escolar y información hegemónicas que,
con fuerza de verdad, imponen sus categorías teóricas en la comunidad científica y en
el sentido común.
En la formación de posgrado tenemos la bella oportunidad de ingresar a territorios poco
explorados y fuera de los mandatos hegemónicos. Las lecturas académicas y las
“marginales” alimentan nuestra creatividad y pensamiento hacia horizontes nuevos.
Familias mapuche en territorios urbanos

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Configuraciones familiares en Patagonia

La circulación actual en territorios urbanos de las familias mapuche, emerge y se


configura en un entramado que nos remonta a los modos de circulación en el espacio
previo a la conquista estatal y en el espacio ancestral.
Delrio (2005: 34) investiga las memorias presentes del pasado, “un tiempo mítico en el
cual los antiguos vivían soberanos en sus tierras hasta la llegada del extranjero, el
soldado, el explorador”. Los testimonios que nacen de la memoria oral de los pobladores
de Cushamen, previa a las campañas militares de los estados de Argentina y Chile, es
un momento definido como un período de esplendor. Las narraciones históricas o
ngïtram son el legado de otras generaciones, que expresan el dolor y la pérdida que
implicaron las campañas de los expedicionarios (Delrio, 2010). La memoria social
expresada en el ngïtram es veraz ya que se inscribe en la huella del tiempo resguardada
por las sucesivas contextualizaciones .
Desde el punto de vista de los antepasados mapuche, en las historias relatadas, se
describe al lugar de origen como un espacio sin fronteras internas, con perspectiva de
unidad y alianzas (Delrio 2005). En las fuentes históricas consultadas por el autor, tales
como las crónicas de mediados del siglo XIX, del Sargento Mayor Mariano Bajarano y
de Francisco Moreno, se evidencia que el cordón principal de la Cordillera de los Andes,
actual frontera bi-nacional, no era considerado como límite. Las relaciones de
intercambio y parentesco conectaban a los habitantes de un amplio territorio con
identidades comunes.
Las investigaciones más recientes respecto a los complejos procesos de
comunalización del pueblo mapuche se producían siglos antes de la conquista militar
(Ramos, 2010 y Delrio, 2005) a través de desplazamientos con diversos fines, entre
ellos el del intercambio, ocupación y explotación del espacio, en este apartado serán
entendidos como “espacio abierto” (Deleuze y Guattari, 1998). La noción de “espacio
abierto” permite abordar la explicación del surgimiento en cualquier punto del espacio,
el movimiento “deviene perpetuo”, es un espacio liso que territorializa y desterritorializa,
se ocupa sin ser medido.
Los desplazamientos originarios propios del modo de existencia en el wajmapu (espacio
territorial ancestral) constituyen su relación con la tierra, en una relación dialéctica entre
desterritorializaciones y reterritorializaciones. “La tierra deja de ser tierra y tiende a

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devenir en suelo o soporte” (Deleuze y Guattari; 1988: 385). En el seguimiento de


trayectorias habituales que van de un punto a otro, todo punto es entendido como una
etapa que será abandonada para continuar con una trayectoria, la trayectoria distribuye
a las familias mapuche en un espacio abierto e indefinido
Los desplazamientos y emplazamientos en el espacio ancestral no han comportado un
espacio medible ni físico, el espacio vivido y practicado adquiere dimensiones que
distribuyen flujos de circulación en un espacio abierto. Cuando estos procesos de
circulación se ven interrumpidos bruscamente por la conquista militar estatal y los
consiguientes traslados forzados la vivencia de los desplazamientos modifica los
procesos de subjetivación de las familias. En la memoria se guardan relatos que añoran
un pasado en el cual los modos de ocupar y transitar en el espacio estaban relacionados
a un modo de vida donde los desplazamientos eran medidos en función de las
relaciones sociales existentes entre comunidades. Estas trayectorias fueron
bruscamente convertidas en traslados forzados y largos peregrinajes a partir de la
conquista militar.

Los traslados forzados en el período de las campañas militares

Las comunidades pierden entonces la posibilidad de ocupar el espacio, entendido como


“espacio liso”, sin mediciones (vectorial, un espacio proyectivo y topológico) que les
posibilite desplazarse con autonomía. Los alambrados son impuestos por el Estado
que, define un espacio cerrado, métrico y centrado (Deleuze y Guattari, 1988). Desde
esta perspectiva una de las funciones principales del Estado es la de “estriar” el espacio
o utilizar los espacios “lisos” como un medio de comunicación al servicio del espacio
estriado.
Este accionar sobre la ocupación del espacio es sostenido con la persecución
sistemática de las familias indígenas, así como su “desmembramiento”. Enrique Mases
(2002) sostiene que luego de serias controversias por parte del gobierno y los periódicos
de la época en cuanto al sistema de distribución de los indios tomados prisioneros, los
debates abarcaban la problemática de la situación jurídica del indígena (aun en situación
de disputa) y su condición de ciudadano. Así el periódico La Prensa abogaba por
despojar al indígena del territorio que ocupaba y desarmarlo. Fue así que los indígenas
reducidos fueron trasladados forzosamente desde la frontera a los diferentes destinos

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tales como el ejército, la marina, casas de familia o ingenios azucareros dependiendo


de sus edades y género.

Trayectorias urbanas: en la búsqueda de “vivir tranquilos”

En muchas comunidades del norte de Patagonia (Delrio, 2005 y Ramos, 2010)


referencian los largos peregrinajes tanto en gulumapu (tierra del oeste) como en
puelmapu (tierra del este) , donde la incertidumbre, la separación/pérdida de la tierra, el
dolor por la familia desmembrada y la pobreza fueron los rasgos de la itinerancia entre
los ancestros de los actuales habitantes de estas tierras.
En los relatos urbanos del presente, estos peregrinajes son parte del recuerdo vívido de
los mayores: Doña Paula, (lonko de Ñamkulawen) relata la migración forzada hacia
Comodoro Rivadavia en la década del ’60. En la narración de la lonko de Ñamkulawen
el traslado forzado desterritorializó a su familia y las afecciones se rememoran a través
de las angustias del pasado. Las tramas de las relaciones desiguales de poder, en las
cuales el “indígena” es convertido en peón rural y vive la exclusión, continúan
repitiéndose en los diferentes espacios, siendo constantemente forzado a abandonar
los lugares de apego. En los traslados se pierde consecuentemente el ganado por la
escasez de pastura y de agua. Estas trayectorias forzadas se caracterizan por verse
obligados a migrar hacia tierras cada vez más empobrecidas, ya que las tierras fértiles
habían sido distribuidas a los colonos.
La familia mapuche en su desplazamiento ya no tiene un territorio, ni sigue trayectorias
habituales; transformada en migrante “va de un punto a otro aunque sea dudoso,
impensado o mal localizado “(Deleuze, Guattari, 1988: 384). La familia se des-integra:
la madre y las hermanas de doña Paula quedan ubicadas en otros lugares. Los animales
van muriéndose o tienen que entregarlos a cambio de un sitio donde vivir.
El Estado controla las migraciones, captura los flujos de todo tipo: de poblaciones, de
dinero, etc. y para ello necesita de trayectos fijos, de direcciones determinadas que
regulen las circulaciones. La relación de las familias entre sí y con la naturaleza se ve
afectada durante los continuos desplazamientos y cuando llegan a la ciudad ya no
cuentan con espacio físico para cultivar la tierra ni para criar ganado. En la memoria de
Doña Paula se registra el pasado en el ámbito rural y el propósito de regresar allí,
cuando las condiciones externas mejoren. Este proyecto de retorno se puede esfumar

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con la vida en la ciudad (el esposo de doña Paula murió con este sueño del retorno).
Ella no puede, a los casi 80 años de edad y con una movilidad reducida, emprender un
proyecto de regreso a la tierra, así como tampoco las condiciones del regreso a ámbitos
ancestrales parecen posibles sin litigio con los grupos de poder económico de la
provincia. Es por ello que los hijos de la lonko le ayudaron a gestionar y trabajar en una
porción de tierra en el Cordón forestal, una zona en las afueras de Comodoro Rivadavia,
donde tiene permiso para criar animales. Allí cuida a tres ovejas, un carnero, gallinas,
pavos, también plantó árboles frutales y sus hijos levantaron un lugar de resguardo de
los alimentos. La llevan a diario a alimentar a sus animales, su relación con ellos le
otorga sentido a su existencia, esquila a mano a sus ovejas, hila y teje en telares que
levanta en diferentes habitaciones de su casa. Todo este deambular cotidiano le permite
recrear su modo de existencia rural en un territorio urbano.

Relatos urbanos

El relato del traslado forzado por el alambrado, el hambre y la explotación de un Estado


occidental y capitalista que vende y divide la tierra con la lógica del mercado (Lefebvre;
1974) se reitera en las trayectorias de otras familias mapuche que migraron en
circunstancias similares a las de Doña Paula.
El subcomisario H. de Comodoro Rivadavia narra el traslado forzado de su familia: “(…)
mi abuelo dice que era araucano de Chile. Se cruzó para acá porque lo corrieron…no
sé. Es motivo de discriminación…A nosotros nunca nos explicaron, mi papá me decía
que su abuelo había venido de Chile disparando.” ( Entrevista).
El relato del recorrido es confuso, la síntesis que opera en el recuerdo es producto de
relaciones de poder que deslegitiman las formas en que los antepasados se vieron
obligados a migrar. H. evoca los relatos de su padre y dice que sus abuelos se
establecieron en la zona rural de Jacobacci, en la provincia de Río Negro. En el presente
su familia se encuentra mayoritariamente en el Chubut, en la localidad de El Maitén.
El “no saber” y el “olvido” como experiencias diferenciadoras y estratificadoras emergen
en las relaciones de discriminación vividas en la fuerza policial: … de grandes nos pesó
el apellido, entonces hasta que uno puede desprenderse de…cuando uno lo acepta ya
no hay problema, pero mientras tanto le pesa a uno, nosotros hemos sufrido mucha
discriminación… yo no lo sufrí, pero otros medio paisanos como nosotros tenían que

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trabajar de noche porque eran negros y eran feos, entonces los hacían trabajar de
noche. (Entrevista)
El “olvido” es parte del relato de quienes han migrado forzosamente, estos relatos se
reiteran en las desterritorializaciones vividas y evocadas. La experiencia de vivir
situaciones de discriminación refuerzan el “olvido” y el no querer saber quiénes fueron
los abuelos. Se los juzga como usurpadores de una tierra que no les es propia como
una práctica de “extranjerización selectiva de alteridades” (Briones, 2005a) que opera
en el pensamiento hegemónico del estado nación. Cuando el subcomisario dice que su
abuelo era araucano, y que se “vino disparando”, habla de una persecución, que denota
la criminalización del indígena. Los procesos de subjetivación se articulan con una
vivencia estigmatizante en la carrera policial que estratifica y diferencia tareas propias
de los “paisanos”, “negros” y “feos”.

Adelantando lecturas

La presencia invisibilizada de familias mapuche en las ciudades, queda oculta en las


identidades que les atribuyen extranjería con fuertes cargas discriminatorias. La
producción de estos discursos ubica a las familias mapuche en sitios pasivos de
marginalidad. Las configuraciones familiares emergen discursivamente en los relatos de
los funcionarios del Estado, los regímenes de prácticas condicionan y modifican las
funciones y efectos de los demás. El mapuche (entendido como un “otro” interno) es
construido como correlato necesario del “yo” (argentino), que produce discursos que
justifican la subalternidad. Las familias se relacionan con el Estado a través de un
sistema de diferenciación, que conforma regímenes de poder demarcando lugares
posibles de ocupación y desplazamiento. Esta dinámica de relaciones legitima algunos
lugares y deslegitima otros, habilita y deshabilita espacios de ocupación. La circulación
de las familias es practicada a través del interjuego entre territorialización y
desterritorialización. La singularidad de las experiencias de las familias entendidas como
casos sociales para los profesionales, queda subsumida en una relación marcada por
supuestos, aquellos que desconocen los modos en que las familias viven la
cotidianeidad de sus relaciones con las instituciones a través de la gestión de los planes
sociales. En el entramado de las historias narradas en esta investigación emergen
trayectorias marcadas por el desgarro producido por la muerte de un hijo o de una madre

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en situaciones que las instituciones (y desde la red interbarrial) se percibían como


previsibles y sobre las que no se habilitaron acciones que previnieran los desenlaces.
Las relaciones violentas y el consumo problemático de sustancias son los componentes
que atraviesan las configuraciones familiares en territorios urbanos de pobreza.
Las vidas precarias1 y la muerte temprana rondan la cotidianeidad de las familias
mapuche en territorios urbanos. El tratamiento de las familias mapuche como “casos
sociales” opera contribuyendo a la invisibilidad de las particularidades históricas y
cotidianas de los devenires de las familias que resisten cotidianamente en las periferias
de los barrios. La agencia de las familias mapuche se ubica en las disputas cotidianas
por el acceso a mejores condiciones de existencia, la reubicación en un espacio urbano
diferente con condiciones de habitabilidad razonables para el desenvolvimiento de la
vida cotidiana.
Las vidas que no valen para la política occidental, se basan en la idea de una “nuda
vida” (Agamben, 2007). La nuda vida o vida desnuda es incluida por exclusión en la
vida política, esto es, una vida que se encuentra en el umbral entre lo humano y lo no
humano, incluida sólo por exclusión, es decir, exceptuada de la existencia política.
La nuda vida es aquello que, al no poder ser incluido de ninguna manera, se incluye en
la forma de la excepción. La vida y la muerte ingresan en los cálculos de la política:
desde la gestación, el nacimiento y hasta la muerte de los sujetos.
Desde el punto de vista de la vida y de la muerte, para Foucault (1996), el sujeto es
neutro, sólo gracias al Soberano tiene derecho a estar vivo o estar muerto, la vida y la
muerte de los sujetos se vuelven derechos por efecto de la voluntad soberana, esta
paradoja requiere de la noción de desequilibrio práctico, se trata del derecho de “hacer
morir” o “dejar vivir”. El derecho de soberanía centra su accionar en técnicas de poder
centralizadas en el cuerpo individual, en un sistema de vigilancia, de jerarquía y de
inspección permanente. Con el nacimiento de la biopolítica, las tecnologías de seguridad
suprimen la técnica disciplinaria y recurren a diversos instrumentos. El hombre es
tomado como masa global, como especie que nace, vive, muere o enferma. Se pone en
marcha la medición estadística de todos los fenómenos de los seres humanos como
especie viviente y su ambiente de existencia. Nace la población como cuerpo múltiple,

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En el sentido en que Butler (2006) habla de las vidas que no son consideradas vidas, que no pueden ser
humanizadas y por lo tanto las muertes son pobremente marcadas, son las muertes que no dejan huella.

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como problema biológico y como problema de poder. Los fenómenos colectivos, con
efectos económicos y políticos, presentan constantes que es posible establecer.
Las políticas sociales como tecnologías del poder que se destinan a ciertas poblaciones
a las cuales se destina la intervención social, tienen al menos dos propósitos: a)
reproducir la vida en los términos que se desenvuelven o b) neutralizar a la población
que se considera una amenaza para la integración social. (Soto, 2018 y Álvarez
Leguizamón, 2006 )

Intervenciones posibles

La profesión de Trabajo Social nace centrada en la intervención con familias, como ya


hemos explicado en las primeras clases, también afirmamos que las primeras
intervenciones se realizaron con familias atravesadas por problemas derivados de su
posición social, estructural, caracterizada por la pobreza material y por vínculos
comunitarios que las ubican en entornos de vulnerabilidad social. Estas familias
desconocían el idioma del país al que llegaban, con prácticas culturales diferentes; una
importante dificultad para ubicarse laboralmente y con integrantes que se encontraban
dispersos en diversas ciudades.
En el contexto histórico actual, la intervención profesional es entendida como un proceso
planificado para la consecución de un cambio esperable. Generalmente, los procesos
de intervención profesional se llevan a cabo bajo el designio de las políticas públicas
enmarcadas en instituciones que las re diseñan, implementan o evalúan en territorios
acotados. Los sujetos de la intervención se constituyen en la población objetivo y se
establecen con ellos ciertas metas de trabajo en una temática en particular. (Muñoz
Arce, 2015)
En el ámbito patagónico se requiere de intervenciones profesionales descolonizantes
que contribuyan a una acción transformadora. Es necesario romper con los mandatos
de sujeción y subalternidad, habilitando de esta manera la acción integral e
interdisciplinaria, para dialogar con profesionales que actúan en contextos
caracterizados por la diversidad cultural. En la Patagonia se presenta un escenario
profesional complejo y multidimensional que requiere de herramientas de diagnóstico e
intervención que cuestionen e interpelen los discursos hegemónicos, etnocéntricos,

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heteronormativos, homofóbicos y xenofóbicos que han subalternizado y deslegitimado


otras formas de la vida social. (Gómez Hernández y Patiño Sánchez, 2018)
La profesión tiene una oportunidad histórica para reconfigurarse como un Trabajo Social
Descolonial e Intercultural que, además de profundizar la crítica de la acción colonial en
el abordaje profesional, dinamice experiencias situadas de intervención. Las
intervenciones fundadas en diálogo con la alteridad y la diversidad ubican en el centro
de la profesión la apertura de formas diversas de agencia a las territorializaciones
familiares.

Conclusiones

En el artículo presentado se expusieron el producto de una investigación con familias


mapuche tewelche y una indagación diagnóstica todavía en curso. En ambas
indagaciones se exponen las experiencias de lucha de las familias y las diversas formas
de habitar los lugares socialmente construidos. Con esta lectura se pretende otorgar
elementos de análisis para comprender la forma en que las familias indígenas se
articulan comunitaria e históricamente en el contexto actual. Asimismo se propone abrir
un escenario de oportunidades para la profesión de Trabajo Social en la construcción
de herramientas conceptuales y metodológicas para una intervención descolonizante en
territorios patagónicos.
Los profesionales de Trabajo Social tienen en el horizonte un terreno de cartografías por
explorar y habilitar. Hoy se presenta el reto de reconocer la identidad originaria en la
inauguración de una intervención social que configure territorios de recuperación de la
dignidad y que visibilice las dimensiones múltiples y complejas de las trayectorias de
vida mapuche tewelche. La relación con el “otro” se potencia cuando se jerarquiza la
variable cultural en los dispositivos de intervención. El trabajo social cuenta con la clara
oportunidad promover intervenciones que acompañen los procesos de emancipación de
las familias originarias. Estas prácticas profesionales se alcanzan con la formación
continua y con opciones metodológicas que se fundan teórica y epistemológicamente
en perspectivas descolonizantes.
Las familias mapuche tewelche, cobran visibilidad muy esporádicamente y cuando lo
hacen generalmente ocurre ante demandas territoriales. Las trayectorias que
emprenden el regreso a la tierra se realizan en procesos de subjetividad política,

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situados en formaciones hegemónicas de alteridad y subalternidad. Cada nueva


recuperación se inscribe en las demandas políticas de las jóvenes generaciones que
sienten la expulsión de las ciudades altamente desiguales que los penaliza, expulsa,
condena a la pobreza o aniquila.
Las intervenciones profesionales tienen la oportunidad de acompañar los procesos de
reconocimiento en las ciudades y también de quienes emprenden el retorno al ámbito
rural. Las acciones profesionales se proyectan, en este sentido, facilitando los procesos
de recuperación de la lengua y los modos de habitar el espacio que permanecieron
ocultos en los pliegues de la memoria de los padres y abuelos y que se rememoran en
el presente.

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Bibliografía

Agamben, Giorgio (2005) Estado de excepción. Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora.

Álvarez Leguizamón, Sonia (2006) “La invención del desarrollo social en la Argentina
historia de “opciones preferenciales por los pobres” en Luciano Andrenacci (compilador),
Problemas de política social en la Argentina contemporánea, Prometeo-UNGS
(Universidad de General Sarmiento)

Aravena, Andrea (2001) “La identidad mapuche - warriache: Procesos migratorios


contemporáneos e identidad mapuche urbana.” IV Congreso Chileno de Antropología.
Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Santiago de Chile. Briones, Claudia (2005)
“Formaciones de alteridad: Contextos globales, procesos nacionales y provinciales.” En
Cartografías Argentinas. Políticas Indigenistas y Formaciones Provinciales de Alteridad.
C. Briones (ed.) Buenos Aires: Editorial Antropofagia. Pp. 11-43.

Butler, Judith (2006) Vida Precaria. El poder del duelo y la violencia, Buenos Aires,
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Deleuze, Gilles (2008) Lógica del sentido. Buenos Aires, Paidós.

Foucault, Michel (2006).Nacimiento de la Biopolítica. Buenos Aires: Fondo de Cultura


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Kirjner, J. (2017). [Reseña de] Derek Gregory y Allan Pred (compiladores), Violent
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13 (1), e022. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.7817/pr.7817.pdf

Montoya Arango, Vladimir (2007) “El mapa de lo invisible. Silencios y gramática del
poder en la cartografía.” Universitas humanística no.63 enero-junio de 2007 pp: 155-179
Bogotá - Colombia ISSN 0120-4807

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de agenciamiento indígena”, en Revista Identidades, año1, Nº 1, Instituto de Estudios


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Rolnik, Suely y Guattari, Félix (2006) Micropolítica. Cartografías del deseo. Traficantes
de Sueños, Madrid.

Weke, Jorge (2017) “Itrofill mogen: toda la vida sin excepción”, Revista digital
Endémico.https://www.endemico.org/ecosofia/itrofill-mogen-toda-la-vida-sin-excepcion/

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