CATEQUESIS FAMILIAR: su buen ánimo que estaba enferma.
Sin dudas Bernardita
En nuestros encuentros conocimos a diferentes amigos había aprendido bien en la gruta a ofrecer TODO a Dios de Dios y cómo ha sido su relación. Hoy te propongo que como penitencia por los pecadores. conozcamos algo más de la relación de Dios con una Murió como vivió, sonriente en un íntimo diálogo con adolescente llamada Marie-Bernard Soubirois... para Nuestra Madre. Aun hoy podemos apreciar la dulzura de nosotros Bernardita! su rostro ya que su cuerpo se encuentra incorrupto. Nació en Lourdes, cuando era un pueblito perdido en Los Como vemos Bernardita no es santa porque se le Pirineos franceses donde sólo vivían ahí unas 4 mil apareció la Virgen. Sino que la Virgen se le apareció personas. Fue la mayor de varios hermanos, aunque porque reconoció en ella un alma que amaba a su hijo algunos de ellos murieron siendo muy pequeños. sobre todas las cosas; que era feliz con todo - lo bueno, lo En esa época sus padres tenían un buen pasar no tan bueno y lo malo- que pasaba en su pasaba en vida. económico, estaban a cargo de un molino harinero Que había hecho del amor, la alegría y la obediencia importante, ese era el oficio de la familia. Pero muy normas de vida. Bernardita tenía un objetivo que era pronto esto cambió: su papá no era hábil para los encontrarse con Jesús, no le importó todo lo que le negocios, su mamá era muy dulce pero le gustaba beber. faltaba, simplemente utilizó todo lo que estaba a su Así que Bernardita se dedicó a cuidar a sus hermanos alcance: su vida diaria y su rosario. Si eso era lo único con para que también su mamá pudiera trabajar. Los cuidaba lo que podía acercarse a Jesús eso haría, cada día y sin como una verdadera mamá, dándole incluso los cesar. alimentos especiales que ella necesitaba por sus Estamos iniciando la novena a Nuestra Señora, pidámosle problemas de salud. Lo magnífico de esto era ver cómo que nos enseñe a ser un poco más como Bernardita; que decidía postergarse para ayudar a su familia y siempre nos enseñe a orar, a dialogar cada día mejor con Dios y, contenta, servicial. Tuvieron que ir mudándose a lugares sobre todo a hacer cada pequeña cosa que nos incomoda cada vez más pequeños, hasta terminar viviendo de como penitencia por los que aun no son sus amigos. prestado, en el subsuelo del edificio de una antigua cárcel abandonada. Un lugar poco saludable donde nunca entraba el sol. Francisco, su papá, terminó trabajando como recolector de basura del hospital. Todo esto hizo que Bernardita no pudiera estudiar, ni aprender francés -seguía hablando el dialecto de su pueblo- y mucho menos prepararse para recibir a Jesús en la Eucaristía. Sin embargo ninguno de estos inconvenientes opacaban la alegría que tenía Bernardita en su corazón. Durante un tiempo Bernardita aceptó irse a vivir con una familia amiga para aliviar a sus padres. Le habían prometido que ahí podría ir a catequesis, pero eso nunca pasó; la pusieron a trabajar como pastora. Bernardita mientras cuidaba a los animales improvisaba con piedras un altar, ponía una pequeña estampa de la Virgen y rezaba el rosario como hacía cada día con sus padres. Acababa de cumplir 14 años, había regresado a Lourdes con su familia, solo sabía rezar las oraciones del rosario -el Credo, el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria- cuando iniciaron las apariciones de la Virgen. Durante esos días, esa cueva donde se refugiaban los cerdos de la lluvia, se convirtió en la primera escuela de catequesis de Bernardita y Nuestra Señora en su catequista. Luego de las apariciones las cosas no mejoraron mágicamente para su familia, tampoco su salud se vio beneficiada con las curas milagrosas del agua de la fuente que la Señora hizo brotar en la cueva. Sin embargo sí pudo estudiar y recibir a Jesús Sacramentado. Más tarde pudo ingresar al convento y consagrar su vida por completo a Dios. Pero esto tampoco trajo tiempos más fáciles a su vida. En esos días su salud había empeorado, arrastraba desde pequeña el asma y las secuelas de haber padecido el cólera, tuvo cáncer en su rodilla y sin embargo su superiora pensaba que eran “mañas”. Las otras religiosas de hecho decían que de no saber la gravedad de la situación por los médicos nadie diría por