Está en la página 1de 3

Para comenzar, debo aclarar que estoy escribiendo esto a las 3:28 am,

también he de decir que el trabajo que estoy a punto de presentar trata de un


tema que en lo personal, es de un interés más bien morboso, por decir lo
menos, desde el momento que mi yo del pasado, joven e ingenuo, por azares
del destino vio las películas de “corazón de dragón”, “corazón valiente”,
“corazón de caballero” y otros tantos títulos igual de empalagosos, me fui
creando una idea por demás herrada de ese mundo, lo imaginaba fantástico y
valeroso, un lugar perfecto para vivir, demostrar que el hombre además de ser
un costal de huesos, parásitos y tripas, también tenía orgullo y valor, mismos
que demostraban en justas sangrientas y aventuras descabelladas y muchas
veces innecesarias, con el paso del tiempo, y de algunas lecturas en libros de
historia, en su mayoría escolares y enciclopedias enormes y poco practicas (si,
de niño ese era mi Google), me fui dando cuenta de lo herrado de mi visión
infantil, aunque ese mundo real y tenebroso me atrapó más que cualquier otra
película, enfermedades, demonios, parroquias llenas de grafitis, una iglesia
enloquecida por el poder y un pueblo traumatizado por la inquisición y los
impuestos, así pues, fue que mi mente conoció ese largo, oscuro y lúgubre
pedazo de tiempo llamado edad media.
La edad media, a diferencia de la creencia popular, no es solo ese periodo
oscuro de poco más de diez siglos oscuros y de ignorancia, más bien son
altibajos que formaron lo que hoy en día es la sociedad y el pensamiento
humano, algunos eruditos incluso han llegado a decir que el oscurantismo no
existió como tal, y aunque si, en la mayoría del tiempo, fue una época violenta
y de avances escasos para la ciencia, he de decir que en cuestión humana se
avanzó a tumbos y empujones, de manera lenta y cansina pero se comenzó a
cuestionar las razones del mundo como era conocido en ese entonces, la
religión perdió mucho del poder que tenía, por este motivo, no se puede decir
que fue un periodo de total oscuridad.
Dicho periodo comprende desde el siglo V hasta el siglo XV, un periodo largo
por demás, da inicio con la caída del imperio romano, pasando por el
descubrimiento de América y terminando con la caída del imperio bizantino y la
creación de la imprenta de Gutenberg.
Al ser un periodo tan extendido, se divide en dos partes, la alta edad media y la
baja edad media, que a su vez se subdivide en plena edad media, del siglo XI
al siglo XIII, marcado por la expansión del sistema feudal, el surgimiento de la
burguesía y de nuevas instituciones de poder y la crisis de la edad media, los
dos últimos siglos (XIV-XV) que supusieron el final de esta época.
Partiendo desde todo este contexto, abordaré uno de los temas por demás
interesantes de la época, los doctores vs las enfermedades y pandemias, y no
es que en ese entonces los doctores no velarán por el bien estar de sus
pacientes ni mucho menos, cabe recordar que le médico era más bien la
representación de Jesús, el primer sanador, el más grande y modelo a seguir,
claro, además de que, en un mundo mercantilizado, se encontró en la profesión
un buen salario, el reconocimiento que muchos de estos médicos recibían
convirtió a no pocos individuos en personas poderosas, algunos incluso tenían
sus vasallos, alimentándose siempre con las mejores carnes y frutas de la
época y en su vejez consumidos y agobiados por la gota.
¿Pero, como se enfrentaban estos burgueses a las enfermedades y
pandemias?, Muchos de ellos vestidos con sedas de colores oscuros, para
hacer menos visibles las manchas de sangre, heces fecales y vómito de otros
pacientes, y por qué no, la imagen tétrica de la máscara que usaban los
médicos durante la peste, que si me lo pregunta, al ver que algún ente así se
me acerca, aún con la mejor intención, yo salgo por pies y no dejó que me
examine un cabello, en fin, siguiendo con el relato, dichos médicos, en
ocasiones no requisaban un contrato para el pago de sus honorarios, más bien
cobraban lo que ellos a su juicio consideraban prudente, lo cual dificultaba el
poder estandarizar el cobro adecuado para un servicio médico, algunos
abusaban de la posición privilegiada, cobrando tarifas excesivas y que rara vez
conducían al enfermo a buen puerto, de hecho, algunos médicos llevaban ante
la corte a sus pacientes al no recibir el pago que ellos demandaban, como
sucedió en el año 1431, el médico Joan Vallseguer, uno de los médicos más
importantes e influyentes de ese entonces mantuvo un enfrentamiento con una
prioresa del convento de santa María Magdalena, por la negativa a el pago que
el médico reclamaba, ya que las monjas alegaban que si el médico las visitaba
y atendía era por iniciativa propia ya que ellas ya contaban con un médico a su
disposición, ( el clero siempre oportunista, aunque creo que el médico, en el
pecado lleva la penitencia).
Queda claro que había pocos escrúpulos al abandonar una responsabilidad
médica, con o sin contrato, ya que, si bien en dicho contrato se establecía que
el médico no podía abandonar el poblado que estaba atendiendo, no existía
ninguna cláusula para las responsabilidades ante una pandemia o casos
especiales, claro, también existieron casos heroicos, en donde muchos
médicos dejaron de lado su vida para un futuro más próspero, pero de esos yo
no sé mucho, ya que mi interés, como ya lo he dicho, era puramente morbo y
chismes de la época
Ahora bien, si los doctores y las enfermedades aún no la desaniman a seguir
mi viaje, imagínese un día de compras en la edad media, no sé si ya muchos
se han preguntado cómo era, ya que estamos acostumbrados al acceso fácil
de los artículos de primera necesidad y al poco esfuerzo que requiere
obtenerlos, pero, ¿qué pasaba en ese entonces?, ¿Era igual de fácil adquirir
ropa, zapatos, comida, y uno que otro gustito?
Respondiendo a esas preguntas, he de decir que no, un francés, poeta de
profesión alguna vez escribió “El número de mercancías para vender es tan
considerable que no puedo dejar de gastar, y si comprara tan solo una muestra
de cada especie consumiría toda mi fortuna. Así́ he gastado lo poco que tenía y
la pobreza me atormenta. He vendido hasta mis vestidos, la glotonería me ha
dejado desplumado y ya no sé qué será́ de mí ni adónde ir”. (Guillaume de
Villeneuve)., Desde entonces se daban compradores compulsivos, si bien en
muchas localidades, solo había un mercado semanal, y se vendían o
intercambiaban productos locales, en las grandes ciudades había tiendas y
comercios establecidos a diario, y los mercaderes seducían a sus clientes con
alabanzas y embustes, como hoy en día, esto sin contar con los vendedores
ambulantes que prácticamente vendían de todo, casi.
Los olores y los ruidos por estás ciudades entonces eran, digamos ricos en
diversidad, el pescado, los quesos, alimentos en putrefacción, desperdicios y
demás desperdigados por las calles, daban un escenario perfecto para las
plagas de ratas y otros bichos igual de indeseables, que pasaron a ser parte
ornamental de las ciudades, para finales del siglo XIII, los establecimientos
comerciales ya se habían popularizado, en su mayoría rentados por los
comerciantes, discurrían en las calles principales de la ciudades en hileras,
muchos de ellos pequeños y con una ventana que hacía de mostrador y
recepción, y otros tantos muy amplios, con suelos revestidos de azulejos y
mostradores de cristal, estos para clientela más distinguida obvio.
En fin, difícilmente un periodo tan largo, como lo es la edad media, puede
plasmarse con justicia en dos cuartillas, pero con esto ya puede hacerse una
idea de la visión que me generé a lo largo de estos años de dicha época, me
disculpo de antemano por no haber prestado atención a los poco más de 17
minutos del vídeo que nos presentó en clase, la verdad padecía de un caso
severo de procrastinación durante esa penúltima clase, espero que no me lo
tenga tan en cuenta, así como la tardanza en la entrega de este mismo trabajo,
no tenía ni idea de cómo comenzarlo, sin más que poder agregar en mi
defensa, quedo atento a sus comentarios y retroalimentación.

También podría gustarte