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Angel Martinez Herndez Antropologia médica Teorias sobre la cultura, el poder y la enfermedad wm ANTHROPOS PRESENTACION Una de las multiples parndojas de nuestro tiempo.es que cuan: to mayores san los avances médicos y cuanto mis destacada es el desarrollo biotecnoligico mis necesitaclos estamos de tearias sociales que nos inviten a repensar la salud y la enfermedad nuestro mundo desigual y diverse. Por obra de nitestvos imag ados estamos demasiado inclinados a perei. bir la enfermedad como un fencimeno exclusivamente biolégicn individual ya omitirla manera en que las desigualdades socia- les, las estiucturas de poder y los modelos culturales determinan la salud. Este ejervicio parcial del pensar narios ya sedime afectan ¥ algunas cvidencias, como el impacto de la pobreza en ka distri buci6n mundial de lasenfermedades o la intluencia de la moder nacultura del consumoen po, la salud y la subjctividad, El desarrollo de la biomedicina,’ ccon sus horizontes reales e imaginados de ésitos terapéuticos ws nuevas concepciones sobre el cer: {que prometen una continua prolongacién de la vida, no puede sustituirel anailisis cultural ysociopolitico d adyde los wt bro es, precisa mente, propiciar este andlisis mostrando de forma critica las te las mas relevantes en antropologia méclica sobre la cultura, el poder y la enter Este libro esta formado por cuatro ensayos de antropologia ilos, El primero es una nnealogia— de esta especialidad y de sus formas de indagar en la enfermedad y en los sistemas amientos médicos. EL objetivo de este nedad, médiea que se organizan en sendos caps historia —o casi deberta decir médicos/Concretamente, propongo que puede hablarse de tres modelos © paradigmas sucesivos que dibujan una trayectoria intelectual desde una orientacion clisica, que aprehende las ‘medicinas indfgenas como ejemplos de irracionalidad, hasta una aproximacién critica para la cual la biomedicina y la ciencia se convierten en objetos pertinentes para la mirada antropol6gica, pasando por un modelo pragmat culado a partir de las demandas del sistema biomédico en sus tareas de intervencién, principalmente en el llamado Tercer Mund. El segundo capitulo es una reflexin sobre los limites del de- terminismo biolégico. La idea de fondo es que este paradigma no adquiere capacidad explicativa para dar cuenta de fenome- nos como el efecto placebo, la relacin entre redes sociales y salud o el papel de la pobreza en la distribucién de la mortalidad y morbilidad, Cuestiones como la influencia de la cultura en los provesos bioligicos o la necesidad de una perspectiva multidi ‘mensional de la enfermedad cobran fuerza en este capitulo a partirde algunos referentes clisicos, como la critica boasiana al determinismo racial, y otros mucho mas contempordneos plan: teados en el campo de la antropologi ica, la epidemiologia social, la demog fermedades, la salud publica y la mediecina social El tercer capitulo se sumerge en las diferentes teorfas cultu- rales de la enfermedad, La idea que los padecimientos humanos constituyen universos narratives y simbolicos que condensan formas de experiencia propias de un mundo local es el principal argumento de este capitulo, que linaliza con una discusi6n so- bre las contribuciones de la fenomenologia a la comprensin del cuerpo, la salud y las ailicciones humanas. El Gilimo capitulo guarda un objetivo no menos importante: pensar Ja enfermedad como producto de las desigualdades so- clales, los procesos politicos ¥ los conjuntos normativos de una sociedad, asi como reflexionar sobre el papel de la biomedicina coh tanto que sistema de conocimientos y pricticas que produce sus propios fetiches y enmas defensa de una tica critica» que permita comprender los vinculos entre las representaciones de la enfermedad y las cestructuras de poder, entre los significados culturales de la alli cién y las desigualdades sociales en salud, entre la vor del suiri miento y las logicas de la dominacién. médica, la Sociologia mé rafia historica de las en- wramientos. La apuesta final es la Se ha afadido también una addenda titulada «Etnogratia y promocién de la salue» que, si bien puede entenderse como un apartado extempordneo a la estructura del texto, replica en un mbito especilico algunos contenidos que se han ido desarro- llando allo largo de libro, En este caso se discute el potencial del método etnografico como instrumento de analisis, pero también de intervenci6n, pues no olvidemos que el vinculo que establece el etnogralo con la realidad social que estudia es también ana relacion social en sf misma que puede propiciar el didlogo con los grupos sociales y, en esta medida, la participacién ciudadana, y la corresponsabilizacién en materia de salud, Gran parte de las ideas y argumentos de este libro deben mucho a diferentes personas con las que he tenido el placer de dialogar durante los titimos quince ahosy a quienes quiero tras: ladar mis agradecimientos, A Susan DiGiacomo, Claudio Esteva Fabregat, Carl Kendall, Arthur Kleinman, Lluis Mallart, Eduar do Menéndez. Tullio Seppilli, por el grato recuerdo de las con- versaciones sobre antropologia médica, pero también sobre lo humano y lodivino, A los compafcros de la REDAM (Red Espa: ola de Antropologia Médica) en su conjunto y, muy especial- mente, a Pep Canals, Mari Luz Esteban, Emilio Gonzalez, Cristi na Larrea, Laura Mascarella, Rosa Maria Osorio y Rosario Ote- gui. Alosintegrantes del proyecto Health for Allin Latin America por ense’arme las posibilidades de una antropologia aplicada a lasalud internacional. Alos amigos de Porto Alegre (Brasil), por st hospitalidad y porque sus aportaciones y experieneias permi= ten pensar que otras politicas sanitarias son posibles. A Josep Maria Comelles, Joan Prat y Oriol Romani, por enseniarme el semtido pr conocido teoremia de Thomas en Sociologia: «Si los individuos definen las situaciones como reales, son reales: clas», A los ecompaneros» de la Universitat Rovira i Virgili y a los antiguos companeros de la Universitat de Barcelona, por mantener su capacidad critica. A Antonio Garcia Allud, Fernan do Giobellina, Amado Millan e Isidoro Moreno, por sus comen: tarios certeros a un borrador de este texto, A Maria Jestis Bux6, por su revisin del manuscrito. A os diferentes alumnos de gra: do, postgrado y doctorado con los que he tenido el privilegio de aprender ensefiando, A los amigos de OPAN, Operagdo Amazé- nnia Nativa, y de Eurinepé, por su compromiso con la salud indi ico y, prineipalmente, las enormes limitaciones del gena. A los madiha del Medio Jurua (Amazonas) por reconocer me como uno de los suyos (ape Madilia ohant). A Leticia Me deiros Ferreira, mi mujer, que desde el Ambito de la medicina y Ja psiquiatria ha contribuido con su experiencia y su inteligencia critica. ¥ a mis hijos Irene y Enrie—o Enric, en catalan perocon acento portugués—, a quienes va dedicado este texto y en quic nes adivino, cuando observo sus sonrisas y miradas cruzadas, que un futuro mejor esta por legar 0 CAPITULO 1 ALE DICINA, CIENCIA Y CREENCIA Vina historia de la antropologfa médica dialéctica entre magia y racionalidal es no fos grandes ternam de low que ft surgi la [ERNESTO DE Magrino [1996 (1957): 7] nos revela tes, Unde ells, su crecimiento exponencial como Jo subd durante los tltimos 30 afios. Otra, su aprehensién Joes ts ceaemnivora— de mievos territoriosde reflexion te6. 1. pute cetiomsifica, Frente a la homogeneidad argumen, HL Te qustitbas ckisicas, a menudo circunscritas al estut foot Te aweli ata popular y las etnomedicinas indigenas, las ve veies che Ios tltimos afios muestran un panorama te- sundlinaria amplitud. De forma paulatina, pero un gran ngimero de temas que habian esta- hls jukesk: Ly inquietud de los antropdlogos, como las tecno- | ingenieria genética, las técnicas de reproduc los mupias enfermedades biomeédicas (tuberculo- wwwvilis reumatoide, VIH-sida, etc.), han ido “como objetas de investigacion, Esto es asf hasta sis qie var ctsalquier revista especializada cohabitan en la ‘hse ators sobre la medicina tibetana, el Koro o el mal Joss oatsduudios sobre el papel de la tomogratfa por emision, Fes aneaw as la construceién diagnéstica de los trastornos foal e- muevens significantes generados por las técnicas de soolutss tsitabel ADN 6 las biopoliticas del comercio clandes- Joos sas see, Fa razones circunstanciales de este desarrollo. Ls Lys omwxlaciones disciplinares, laampliacion del svatal y kas Ibgicas burocriticas del conocimien: Fain uitte. Loarazande fondo, sin embargo, es la ineorpora nina 0 medicina occidental como objeto de Visste vent histériea de la antropologia médi La inclusion de la biomedicina en la prictica etnogréfica yen la reflexi6n tedrica ha sido posible por na disohucin de los cri- terios de demareacidn que habian operado tradicionalmente en antropologia: la distincién entre cieneia y creencia, Desde esta demarcacién epistemologica, el sujeto de conocimiento repre sentaba lo cienlifico y lo racional, mientras el objeto de conoci- miento respondia al mundo de la cultura, entendida originaria- mente —y no tan s6lo originariamente—como un sistema creen cial. Deeste modo se disponian respectivamente lo no pertinente ylo pertinente, lo no susceptible de ser etnografiado y lo poten- cialmente etnografiable, las epistemes clentificas y las doxas in- lfgenas, La antropologia médica puede entenderse como un pro ducto intelectual deesta dialéctica entre lo racional y lo creenecial El objetivo de este capitulo es analizar el desarrollo de esta especialidad a partir de: La hip6tesis de partida es que pueden percibirse tres ctapas en el Lratamiento antropolégico de temas como la enfermedad y los sistemas médicos que se derivan de la manera especiica de arti- cular estos criterios de demareacion: ta dicotomia entre ciencia y ereencia. 1) La primera etapa, que aqui llamamos «modelo ekisicar, se corresponde con la marginalidad de los temas médicos en los trabajos antropoldgicas y con una inelusién de kas etnomedici nas en el mbito de sistemas que se consideran omniabarcado- res de la mentalidad indigena como la mi brujerfa. La medicina indigena es pereibida aqui como un siste: ‘ma mistico o irracional derivado de la propension de la mental dad primitiva a 2) La segunda etapa, que aqui vamos a denominar «modelo pragmatico», esta relacionada con el desarrollo de uni antropo- lowia aplicada a los programas dh Uo ya algunas problemticas sociosanitarias de los paises de capitalismo avanzado, como a institucionalizacion de los mos mentales 0 el aleoholismo, tizacibn de la diferencia entre ciencia y ereencia hasta su conver sion en una dicotomia derivada: medicina versus cultura. ELan- tropélogo que tabaja en este paradigm estudia la cultura de los hhativos por encargo de la biomedicina demostrando, asi, un rol instrumental que va.a tener como contrapartida wna dependen- magia, la imprecisi6n y ambien al error alud en Tos paises en desarro- te modelo supone la pragma cia teérica y conceptual de la medlicina occidental. 4) La tercera etapa, que vamos a llamar emodelo critico», se nresponde con la diftuminacién de las fronteras entre ciencia ¥ eencia y entre medicina y cultura. Mientras que en algunas sauvibuciones del modelo clasico se acababa mostrando la ra iunalidad en el espacio de lo presuntamente creencial (el mun- tiativo), en «ial ycultural en un territorio entendido radicionalmente como Lepositario de lo racional: la biomedicina, La ineorporacién de lv medicina o ‘onsecuencia de este modelo, ast como la explosién de teorias nny diversas sobre la salud, la enfermedad, el cuerpo, la terapia vel propio conocimiento cientilico, ste caso estamos ante una baisqueda de lo eveen: cidental como objeto de estudioes, de hecho, una Si bien es cierto que estos tres modelos (el clisico, el pragmé tico y el eritico) dibujan una sucesion temporal que trataremos sguidames cn el presente también pueden coexistir, Es sabiclo que hoy en. alia se elabo ron realizarse desde el modelo ckisico y que la antropologia apli cada a la salud constituye uno de los campos mas importantes de esta especialidad. Ahora bien, estos tres momentos dibajan un trayecto, que es tambi tual, de la antropolagia médica contemporiinea.! con mayor atenci6n es importante advertir que studios etnomédicos similares a los que pudie- un proceso de constitucion intelec 1. El modelo elisico EI modelo ol dos gjercicios o—s EI primero: la marginalidad de la enfermedad en los informes ca. El segundo: la ocultacion cos aborigenes en dimbilos sico en antnopologia médica toma como base 1 se mire— dos omisiones intelectuales. ceinogriilicas y en la discusisn te € inclusion de los sisierias terap Cematicos que el investigador considera mas propios del mundo nativo y del quehacer antropalégico, como las «creenciass, la ‘magia y la religin. El primero de estos e euna distincién entre naturaleza cultura que ubica a la enter ereicios es el resultado estado de a custiin psd consttarse en Martine Horie, Comes y Perdition B medad en el primero de estos dominios. El segundo —que va ‘mos a trataraqui con mayor extensién— es consecuencia de una, demarcacién entre ciencia vcreencia, entre racionalidad y mun- do primitives, que fusiona los principios y priicticas tera cos nativos con el universo de la magia y la religién. Vedmoslo con mayor atencién, 1) La marginacién de la enfermedad en los textos clisicos tiene que ver con una falta de reconocimiento de este fendme- no en los mbites tradicionales de investigacién de los antro- pologos: las llamadas en su momento sociedades primitivas v mas tarde indigenas, abor cionales, campesinas 0 precapitalistas. La tendencis es aproxi= arse la enfermedad como una realidad vinculada a sus pro ccesos de curacién y, por tanto, intimamente dependiente de la brujer sencias religiosas» 0, en otro plano, como un fenémeno natural que afecta al paisaje ecol6gico de Jos mundos que los emégralos estudian. Sin embargo, esta alee- {acion no supone una centralidad de este tema en las deserip- ciones etnogrificas. Las enfermedades forman parte de los ac- ienes, de tecnologia sencilla, trad la magia o las « cidentes naturales vse convierten en motivos ocasionales junto alos procesos demogratficos, la fecundidad o la mortalidad del grupo estudiado, Un ejemplo paradigmatico de esta marginacidn es The Arr daman Islanders, donde Radetiffe-Brown dedica una pagina de la introduceién pa andamaneses como consecuencia de la eacupacion europ explicar el aumento de mortalidad de los mas concretamente, de la instalacién de un penal en la Gran, Andamén, El conocido antropolog fue introducida en 1870n las tribus del sur y que ripidamente su foco de accion [ue ampliandose hasta afectar a todos los grupos de la region. Asimismo, en marzo de 1877 una epide- mia de sarampidn provocada por un grupo de convictos prove- nientes de Madras eausé serios estragos en este mismo contex En 6 semanas 51 delos 184 casos que habian sido tratados en el hospital fallecieron yes muy posible que la proporcién de muertes fuera mucho mis importante entre aquellos, la gran ‘oria, que no recibieron asistencia médica» (1964: 17). Pro- bablemente fue asi, porque al final de su breve apartado dedi cado a las enfermedades el ‘nos informa que la siflis Jor estima que el sarampidn re 14 slujo la poblacién total de Gran Andamn en un 27 % entre IS58 y 1901 En We, The Tikopia, de Raymond Firth, observamos un trata- niiento parecido, Sien The Andanuut Islavulers la enfermedad, ‘ocupa una sola pagina entre aproximadamente quinientas de slescripcién emograica sobre el lenguaje, la cultura, la organiza- cin social y las costumbres y acreeneias» de los andama nesta ocasion Firth le dedica 3 eseasas paginas en un volumen ale similares dimensiones dentro del capitulo IX, titulado «A mo: dlern population problems (1983: 367 y ss.) Alli nos informa de «que, a diferencia de la poblacion de kas Islas Salomon y de Mela nesia, la malaria no ha alectado a la salud de los tkopia, En sir Iugar'son habituales las uleeraeiones (para) y a tits (kaif) cn el pasado, el sarampién, introducido por el contacto con los cuiropees y responsable en su momenta de clevadas tasas de moe: talidad. Sin embargo, Firth argumenta que, como a Tleyada de harcos a Tikopia es un fenémeno infrecuente en aquel momen: to, es previsible que la enfermedad no alecte a «da espléndida salud de este pueblo Tisicamente tan bello» (1983: 372) Tantoenel trabajo de Radcliffe Brown como en el de Firth se observ uni eseasss contralidad de ka enfermedad. EF impacto que el contacto con los eurapeos produjo« inmunizados contra ye un tema tan ‘upes humanos no ccnlermedades como el sarampisin consti ncial que es incorporade en las monograllas como una pincelada impresionista. La enfermedad ocupa un Iygaren el ‘ura nativa, aunque afeete obviamente a la dem nbita de kis condiciones naturales externas. ka cul alia del grupo, ya su forma de exisieneia, o, alternativamente, constituye un inlortunio derivadode la ineorporaeién de la vida nativaal mundo modem, En ambos easos se trata de un tema gue escapa a la concepcion antropolégica de la vida aborigen como una reali dad que debe estudiarse etnogrificamente. La enfermedad es algo que viene de fuera, va sea estealuera ka naturale7a 6 la colo- nizacion, ¥ este Lipo de dates no son velevantes para un modelo Iucion o fagocitacién por el mundo mederno, La enfermedad jogratico que quiere captar la vida indigena antes de su diso 2. Pensesc tala de datos cuts al fecal spp eakietivns ens pnctac el ficctmpoem loss ‘nance entre Py 10M (1968 adopta en estos casos la misma posicién que el proceso de colo- nizacién: ambos estin ahf, en la vida cotidiana de los nativos, pero en cambio se convierten en realidades invisibles. 2) La ocultacién de los procesos terapéuticos en los textos antropologicos estd relacionada con otro plicgue epistemologi- co: la disolucién de los sistemas médicos indigenas en otras ins- tancias que se consideran omniabarcadoras de la mentalidad nativa como la magia, la brujeria 0 la religion. En ello juega un papel importante la Vinculacidn de los antropslogos evolcio- nistas del siglo x1X con la tradicién de la filosofia empirista an: slosajona representada por Bacon y Locke y, mas especificamente, a esa visi6n del lenguaje cientifico como instrumento transpa- rente y desmitificador de la realidad que es constvuide por una especie de «pensador solitario» que va depurando, en estrecha conexién con la realidad empirica, las categorias de su pensa- miento. El objetivo es, en el caso de Bacon, la elaboracién de un lenguaje desmitificador que sea espejo de la naturaleza o, en el de Locke, de un nominalismo que tome como base la experien- cia y que se articule a partir de los criterios de designacién v clasificacién.' Desde esta perspectiva, la mentalidad indigena observada como un sistema erréneo o imperfecto.en cuanto a su adecuacién a la realidad de los hechos. La influencia de esta filosofia del lenguaje en la antropologia se hace patente en las obras de ‘Tylor y de Frazer. Piénsese que para ambos la antropologia constituye un proyecto cientifico: natural para el estudio de la evolucidn de la mentalidad indigena hacia formas civilizadas, Tylor es especitico en este sentido en sus primeras paginas de Primitive Culture cuando apunta que Jos pensamientos y voluntades humanas estan sujetosa leyes tan definidas como las que «gobiernan el movimiento de las olas, la combinacién d cidos y bases y el crecimiento de las plantas y de los animaless ([1871] 1977: 20) En este proyecto, el hombre (1a mujer) primitivo se caracteriza por su carencia de método empirico, su falta de aprendizaje de la experiencia vst d con la realidad. La mentalidad indigena no es mas que la aplica- entadoenotrofugar(Mavtines Hevnéer 20000 lenin sn rest de nl fue elated corp iw ‘idn errénea de una facultad humana como la asociacion de ideas «ue ya Locke habia puesto de manifiesto en Aur Essay Concer ning Human Understanding. Esta asociacion puede conducir a tun conocimiento racional cuando toma como base la realidad ‘empirica, pero resulta equivocada cuando el mundo de las ideas trata de imponerse en la realidad mediante la magia. Los ejemplos abundan en Primitive Culture. Un shechicero :lricano» puede pronosticarl enfermedad de un paciente a partir de objetos que pertenecen al afligido, como un gorro oun vesti do. En Australia, «el médico native tun corde! a la parte nando en el otro extremo, simula sacarle sangre para su cura cine (1977; 123). Entre el campesinado tin objeto pueda salir de la casa nacimiento de un nino hasta st bautizo, debido a que se teme que por medio de ese objeto pueda vejercerse cualquier clase de brujerfa sobre el nino no ungido todavias (ibidem). A los ojos de a tino de los extremos de nferma del cuerpo del paciente y, succio- lemn se evita que al ure el periodo que va del Tylor, todos estos ejemplos tienen que ver con ese fundamento cerréneo de cas por el etal se confuunde una asocia- cin de ideas con Ta relacién que los acontecimientos guardan cn la realidad, En palabras del propio autor: La chve principal para la comprensifin de la Cheneia Ocala es considera hasda en kx Asociaeidn de Meas, una facultad que ‘radia en el undamento de fa nzon humana, pero, en ne peueia ‘medida, de la sinravén humana también. El hombre, wxavia en ‘una baja situacion intelectual, as haber Meade a asociar en el pensamicnto aguells cosas que por experiencia sabe que estin telacionadas en le realidad, proceso erxineamente al inwvertiresta acciin, conchiyendo que [a asociackin en el pensamiento debe implicaren la realidad na nelacgin semejante [Tylor 197 122) El mentalismo asociativo de Tor y su invocaci6n para expli- carla magia, ineluyendo los procedimientos terapéuticos nativos, tiene su prolongacidn en la obra de otros antropélogos evolucio. nistas, La cognicién humana, como argumentaré Frazer basan- dose en Locke y anticipandose ala teoria de Lévi-Strauss sobre el papel de los planos paradigmatico y sintagmatico en las estructu: rasTingaisticas v culturales, se gufa por leves de asociaci6n articu- ladas por dos prineipios: la similitud o simpatia y la contigaidad, ‘Tanto laciencia como la magia, esa ehermana bastarda de la cien- 17 cia» (Frazer 1965: 51), se rigen por esta especie de operadores cos. La magia puede ser imitativa (homoenpathie or imitative magic), como cuando se construye una representacién del sujeto sobre el cual quiere realizarse un maleficio, o puede ser porconta- sio (contagious magic), como cuando se acttia sobre alguna perte- rencia, objeto o parte del cuerpo de la vietima. De la misma ma. nera que el razonamiento cientilico, a magia acta, pues, por sim patfa 0 contigitidad, Sin embargo, mientras la magia no es otra ‘cosa que una aplicacién errsnea del ms simple proceso mental (Frazer 1993: 37), la ciencia es el producto del refinamiento del pensamiento y de la experie! terapéuticos natives son aprehendidos como ejemplos propios de la magia, la imprecision v el error Como han apuntado Cambrosio, Young y Lock (2000: 5), el planteamiento frazeriano se encuentia limitado por kas premisas del individualismo cognitive, En su modelo, la psicologga adquiere tuna especial preponderancia en sti doble faceta de orden de la realidad y de disciplina cientifica, porque es a evolucidn de la men talidad el criterio para entender las diferencias culturales, v por queesel saber sobre estos procesos cl micleo dest proyecto antto- poldgico (véase también Ackerman 1987; 40), De ka misms forma, que en la obra dle Tylor, el indigena se earacteriza por el desajuste dest pensami Lo que esta'en juego en la obra de Tor y Frazeres la teorizacion sobre lairracionalidad del pensamiento primitive y, dle forma mis 2:1 En este contexto los sistemas ntoconel mundo de lo sensible ¥de la experiencia, dclta, la neflesién sobre la racionalidad del mundo social civil acion que los propios antropélogos representan. Ante esta ungen cianoesextvafioquela medicina indigena quede inmersa cn otras ceategorias que se conside mitiva como la magia, la bruje represeniattivas de a mentafidadl pri » la religion, Este ejercicio inte- lectual explica la marginalidad de gran parte de los temas médicos cen los tratados evalucionistas, Los trabajos que realivaron los emdgrafos norteamericanos de finales del siglo x1x y de principios del siglo xx sobre los amerindios participan también de este fendmeno de acultacion de los sistemas terapéuticos natives, aunque en algtin caso la me epic dlicina indgena parezca recuperar un primer plano, como en las Investigaciones de Bourke sobre los mnedicine-men apache ([1892] 1993), de Matthews (1888) sobre las 6 ‘chamanes navaho o de Reagan (1922) sobre los canticos y las re- ccetas medicinales chippewsi, En estos casos se trata de informes {que suelen operar-a manera de inventario, sin discutit con deteni- mmiento la funcic plio de la cultura o su vineulacién con el mantenimiento de las relaciones sociales En la mayoria de estos trabajos adquieren ialidad de los ensalmos en el contexto mas an ‘una presencia recurrente conceplos como esupersticién» 0 acreet cia». Estas eategorias permiten construir una idea de las esocie 1s fosilizados v cristalizados qu como ha apuntadlo habilmente Adam Kuper (1988), sitvieron de referente y rellejo de las propias culturas occidentales: dades primitivas» como siste Un planteamiento similar descuclla de los dos trabajos con parativos mas importantes de prineipios de siglo sobre los siste- as. Me reficro al va clisico tratado de Ri vers titulado Medicine, Magic ard Religion, publicado postama- mente en Gran Brotana en 1924, yasu homoge en el otro lado del Allintico: Primitive Concepts of Disease (1932) de Clements, EL primero, realizado por el creador del métado genealogico y tuno de los médico-antropslogos de fa famosa expedicién al Bs trecho de Torres, desarrolla la idea dle que en todos los pueblos primitives puede discernirse an sistema médien gue, em ki i de Frazer; entiende como esencialmente ideacional y cognitive, mas medicos ind Coneretan fc, Rivers habla de wes srandes sistemas o visiones del mundo sobre la ctiologia y tratamiento de las enfermedades: Ja magica, la religiosa y la naturalista, En cl primer sistema, It confermedad se entenderia como un producto de la manipula: ion humana de agentes y fuerzas malignos y tendria su cormes- pondencia en el tratamiento mectiante la hechicerta y Ia contra segundo, la «creencia» central implicaria la ca sacién mérbida por una entidad © uerza sobrenatural ¥, por En terver y tiltimo lugar hechiceria, En tanto, ajena a la intervencién human: $Date probable heme mec apt Womb mci aa egermin de cnc ocean pra pls mlopinin is dexaparcin de sisna sera neta gu acca 33 1a,

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