15 MATEO 5 2 26 MARZO LIBRO, CAPÍTULO Y VERSÍCULO 2019
TEXTO DEL EVANGELIO COMENTARIO DEL EVANGELIO
“En aquel tiempo, dijo Hoy el evangelio se entiende con Jesús a sus discípulos: notabilísima evidencia. Es de agradecer, Si no sois mejores que puesto que los contextos culturales en los escribas y fariseos, otras ocasiones suponen un velo que no entraréis en el dificultan su compresión. reino de los cielos. Habéis oído que se Pero la suma evidencia nos dijo a los antiguos: No compromete y de qué manera. Da la matarás, y el que sensación en el evangelio de hoy de mate será procesado. que la única dificultad para acceder “en Pero yo os digo: Todo gracia” al templo es la constancia el que esté peleado personal de haber hecho daño a con su hermano será alguien. Y esa sensación me parece de procesado. Y si uno un envidiable sentido común. llama a su hermano imbécil, tendrá que Efectivamente, la ofensa al hermano comparecer ante el pone en cuestión la “amistad con Dios”, Sanedrín, y si lo llama según afirma Jesús. Esto significa que a renegado, merece la Dios, según la lectura de hoy, no se le condena del fuego. puede ofender directamente. Por tanto, si cuando vas a poner tu Se “ofende” a Dios, cuando se daña al ofrenda sobre el altar, hermano, incluso cuando ese daño se te acuerdas allí mismo produce sólo en tu fuero interno. de que tu hermano tiene quejas contra ti, “Ofender”, viene del latin, y significa deja allí tu ofrenda precisamente “golpear” o “herir”. Es ante el altar y vete sugerente la imagen. Desde la primero a reconciliarte experiencia de Jesús, causar daño al con tu hermano, y otro provoca una herida en la misma entonces vuelve a realidad de Dios. presentar tu ofrenda. Con el que te pone Yo creo que el evangelio de hoy nos pleito, procura invita a devolver un poco de sensatez arreglarte en seguida, sobre qué es pecado y qué no es, qué mientras vais todavía constituye una “falta religiosa” y qué de camino, no sea que no. te entregue al juez, y La respuesta es clarísima: es pecado la el juez al alguacil, y te constancia personal de haber dañado al metan en la cárcel. Te otro (al hermano): “si cuando vas a aseguro que no poner tu ofrenda sobre el altar, te saldrás de allí hasta acuerdas allí mismo de que tu hermano que hayas pagado el tiene quejas contra ti, deja allí tu último cuarto”. ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda”.
Por la misma razón, la solución a esa
“espiral de daño” está en cada uno de nosotros, y el perdón, en principio, no necesita de “intermediarios”: ” Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino…”.
Bien haríamos en dignificar el
“sacramento de la penitencia y de la reconciliación”. Tal dignificación, obviamente, no consiste en re- inaugurar nuevos confesonarios, sino en madurar como personas no causando daño a los demás, y en tal caso, aprender a acudir al hermano para “arreglarnos enseguida” (Mateo 5, 26).
Porque, efectivamente, el hermano es
un sacramento - sacra (sagrado) mento (medio)-, o lo que es lo mismo, el hermano es un medio seguro que nos acerca a la experiencia de Dios.