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1914; Invasión alemana de Bélgica y Francia

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, el ejército alemán ejecutó una versión modificada del Plan
Schlieffen, diseñado para invadir Francia rápidamente y poder volver toda su fuerza hacia Rusia.
Para ello debía cruzar Bélgica a toda velocidad, derrotar a Francia mediante una maniobra de
flanqueo hacia el sur para rodear al ejército francés en la frontera alemana. Los ejércitos bajo el
mando de los generales Alexander von Kluck y Karl von Bülow atacaron Bélgica el 4 de agosto de
1914. Luxemburgo había sido ocupada sin oposición el 2 de agosto. La primera batalla en Bélgica
fue el asedio de Lieja, que duró del 5 de agosto al 16 de agosto. Lieja estaba bien fortificada y
sorprendió al ejército alemán, al mando de Von Bülow, por su capacidad de resistencia. Tras la
caída de Lieja, la mayor parte del ejército belga se retiró hacia Amberes y Namur. Aunque el
ejército alemán circunvaló Amberes, siguió siendo una amenaza para su flanco. Luego se sucedió
otro asedio a Namur, que duró aproximadamente del 20 al 23 de agosto. Cinco días después
culminaría el asedio de Amberes con la caída de esa ciudad.

Carga francesa con bayoneta

El plan ofensivo francés de preguerra, el Plan XVII, tenía por objetivo capturar Alsacia-Lorena tras
el estallido de las hostilidades, para ello preparó un enorme ejército de 1.250.000 hombres. La
ofensiva principal se lanzó el 14 de agosto, con ataques a Saarburg, en Lorena, y Mulhouse, en
Alsacia. Siguiendo el Plan Schlieffen, los alemanes se retiraron lentamente infligiendo las máximas
pérdidas a los franceses. Los franceses avanzaron hacia el río Sarre e intentaron capturar Saarburg
antes de ser rechazados. Los franceses conquistaron Mülhausen, pero tuvieron que abandonarla
para ir en auxilio de las debilitadas fuerzas de Lorena.

Tras marchar sobre Bélgica, Luxemburgo y el bosque de las Ardenas, un ejército alemán de
1.300.000 hombres avanzó a partir del 24 de agosto hacia el interior del norte de Francia, donde
se encontraron con el ejército francés, bajo el mando de Joseph Joffre, y las primeras divisiones de
la Fuerza Expedicionaria Británica (FEB), a las órdenes de sir John French. A continuación se
libraron varias batallas conocidas como las de las fronteras. Las batallas clave fueron la de
Charleroi y la de Mons. Seguidamente se produjo una retirada general aliada, dando como
resultado más enfrentamientos, como la batalla de Le Cateau, el asedio de Maubeuge y la batalla
de San Quintín.

El ejército alemán, al límite de sus fuerzas, llegó a menos de setenta kilómetros de París, pero en la
primera batalla del Marne (6 de septiembre-12 de septiembre), las tropas francesas y británicas
consiguieron forzar una retirada alemana, dando fin a su avance hacia el interior de Francia. El
ejército alemán se replegó hacia el norte del río Aisne y se atrincheró, estableciendo un frente
occidental estático que perduraría tres años. Tras esta retirada alemana, ambas fuerzas intentaron
flanquearse mutuamente en una serie de enfrentamientos conocidos como la carrera hacia el mar,
y extendieron rápidamente su sistema de trincheras desde el Canal de la Mancha hasta la frontera
suiza.

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